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UNIDAD 3 - EA1
Modelos y Casos de Estudios
 Autor
Damaris Ramírez Bernate
Competencias y Resultados de Aprendizaje
Ruta Metodológica
Introducción a la Temática
Enseñanzas
Resumen de la Temática
Glosario
Referencias
Modelos y Casos de Estudios
Resultados de aprendizaje 
Competencias y Resultados de Aprendizaje
Analiza de manera crítica los reportes de caso en los diferentes campos disciplinares 
relacionados con las Ciencias Humanas y Bellas Artes, a través de la elección de estudios 
específicos para que genere una proximidad con la fenomenología de los imaginarios urbanos 
y las representaciones sociales con problemáticas reales propias de la disciplina de cada 
estudiante. 
Distingo y analizo los diversos reportes de casos que son afines a mi perfil y área profesional que como 
profesional de las Ciencias Humanas y Bellas Artes dimensiono en dichos casos de estudios las 
problemáticas y a la búsqueda de propuestas solucionables a las que me debo afrontar.
Recomendaciones generales
Ruta Metodológica
Lea con detenimiento y analice cada uno de los subtemas de la unidad para articular con los 
aprendizajes de la unidad anterior.
Apoyar el propósito de aprendizaje con las herramientas virtuales dispuestas.
Tomar el cambio como una oportunidad para fortalecer la autonomía y monitorear 
permanentemente las plataformas para estar al día.
Establecer una comunicación permanente con el docente a cargo. 
Establecer rutinas diarias de estudio para cumplir con las actividades del cronograma para la 
entrega de las actividades evaluativas.
Solicitar ayuda y soporte al docente cuando sea necesario.
Requisitos
Comprensión de la Unidad 1 y 2 para la conceptualización de los estudios de caso.
Asumir los cambios como una oportunidad para ver las cosas de manera diferente y 
aprender desde las plataformas virtuales.
Identificar nuevos espacios de estudio para propiciar un escenario adecuado de aprendizaje.
En esta unidad se ahondará en los casos de estudio específicos con los imaginarios urbanos y las 
representaciones sociales en la que se tiene en cuenta las experiencias de las representaciones sociales 
producidas por los imaginarios en la noción de estética, igualmente se analizan las representaciones sociales 
desde diversos modelos en los casos mediáticos en América Latina.
Se estudia los imaginarios urbanos como productores de representaciones sociales en la 
apropiación de la cultura urbana además de los imaginarios sociales reproducidos y mediados por redes 
sociales en la apropiación de una cultura tecnológica.
De lo anterior el estudiante contará con herramientas teóricas y metodológicas de diversos estudios 
de casos en varias áreas de las Ciencias Humanas y Bellas Artes.
Estimado estudiante, para observar el siguiente recurso interactivo es necesario que dé clic sobre
la imagen. Tenga en cuenta que, para lograr visualizar el recurso, es necesario que
esté conectado a Internet.
Introducción a la Temática
https://aulasvirtuales.uniquindio.edu.co/RecDigital/ImaginariosUrbanos/recursos/u3/Ri01_Imaginarios/index.html
Enseñanzas
Se ha relacionado la noción de cultura con la referida al desarrollo y, de alguna manera, esa reflexión es 
necesaria en la medida en que el desarrollo de una nación también influye en los determinantes culturales 
de su pueblo. 
La declaración de la ONU (2011), por ejemplo, definió la cultura desde la noción de “deber”, asunto que 
infringe un agregado de obligación en la atención del concepto y sus implicaciones. 
La cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, 
intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las 
artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las 
tradiciones y las creencias. (p. 4) (Ministerio de Asuntos Exteriores).
Comprender las complejidades sociales no es tan sencillo puesto que muchos autores se debaten entre 
atribuir a la cultura un carácter interno o, al contrario, dotarla de un valor externo al ser humano, 
negando con esto último la estrecha relación entre el hombre y su contexto vivencial. En esta dinámica 
dual, Cassirer (1999) ha discurrido sobre la relación arte y cultura de forma ambivalente; pero, 
también asume posturas que evidencian la estrecha relación entre las manifestaciones estéticas 
y artísticas del ser humano, su mundo interior y su contexto cultural, y por ello plantea: 
(…) aquella cristalización que la vida experimenta en las diferentes formas de la cultura, en el 
lenguaje, el arte y la religión, no constituye pura y simplemente la antítesis de lo que el yo debe exigir, 
en virtud de su propia naturaleza, sino, por el contrario, el supuesto para que pueda encontrarse 
y comprenderse en sí mismo, en su propia entidad. (p. 14)
Se puede hablar de un impacto de las artes tan grande sobre las culturas que aún hoy en día se puede 
apreciar cómo los grandes movimientos estéticos de décadas y siglos previos que han influenciado a las 
estéticas de la actualidad contemporánea; muchas de ellas, aunque más estilizadas, siguen sobreviviendo y 
continúan con una gran carga mística en el pensamiento y la identidad personal y colectiva. El artista desde 
su pensamiento especial y particular da desde su visión propia y colectiva una corporalidad que acoge esa 
identidad, por un lado, para satisfacer su necesidad de diferenciarse pero, por otro, también para 
pertenecer al conglomerado que lo rodea para lo cual elabora símbolos y códigos estéticos (colores, diseños 
y adornos significativos) relevantes culturalmente que guardan relación y empatía profunda con el entorno 
que lo envuelve. Dicho proceso cimienta una parte de la identidad cultural que estaría constituida por un 
desarrollo más complejo de la existencia; de allí que se complejice nuestro ser y se arraiguen 
planteamientos filosóficos y psicológicos que justifican y validan nuestra rol personal como colectivo, lo que 
en esencia da sentido y permite conjugar lo real con lo irreal de nuestra identidad e imaginarios socio 
culturales.
La sociedad impone al arte plástico -a pesar de ser uno de sus medios de expresión cultural más honesto y 
real- elementos que lo instituyen para revestirlo de validez en su propio hacer; nos encontramos con 
instituciones que esencialmente le instauran ciertos patrones, reglas, leyes y códigos: la estética, que 
según Lourdes Méndez (2009) podría considerarse como el “régimen de identificación del arte”, asume el 
valor estético en función del valor que se le dé a una obra y es ese valor aquello que la legitima como arte. 
En este sentido podríamos considerar que la estética sí instituye al arte, independientemente del contexto 
histórico, los imaginarios sociales y las diversas perspectivas que una sociedad tiene de ella, pero oculta, 
en términos de Castoriadis, una marca social instituyente. 
En otras expresiones del arte como la Literatura, pueden citarse infinidad de ejemplos que, más allá de los 
movimientos literarios, dejan entrever una estrecha relación entre el arte literario y el influjo social; obras 
como Pedro Páramo y El llano en llamas dan cuenta de todo un itinerario sociocultural que no sólo revela 
el sentir del artista literario en su individualidad, en este caso Juan Rulfo, sino el sentir de todo un 
continente que puede verse identificado entre esas realidades dibujadas de la mano de un escritor 
mejicano que descarnadamente revela las angustias de las naciones latinoamericanas desde su visión 
social local. Otros escritores influidos por la institución estética, o regidos por movimientos literarios como 
el Romanticismo o el Realismo, han permitido al arte literario abrir una ventana hacia unas individualidades 
que revelan un mundo social colectivo y sus males, tal es el caso de Gustave Flaubert y su afamada obra 
Madame Bovary o del inmortal Víctor Hugo con su muy conocidaobra romántico realista Los miserables. 
(Rodríguez & Rodriguez, 2017)..
Los Imaginarios como hecho estético 
Silva, A (2012). Los Imaginarios como hecho estético. Revista Designis
Consultado en https://ddd.uab.cat/pub/designis/designis_a2012n20/designis_a2012n20p9.pdf 
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 Estado de la Investigación en Latinoamérica en torno a los Imaginarios y las representaciones 
sociales. Universidad de Pernambuco (RIIR). 
Aliaga, Saez. (2016, 12, 8). Estado de la Investigación en Latinoamérica en torno a los Imaginarios y 
las representaciones sociales. Universidad de Pernambuco (RIIR). Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=KFFSD0dULmI&t=32s
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https://ddd.uab.cat/pub/designis/designis_a2012n20/designis_a2012n20p9.pdf
https://ddd.uab.cat/pub/designis/designis_a2012n20/designis_a2012n20p9.pdf
https://www.youtube.com/watch?v=KFFSD0dULmI&t=32s
https://www.youtube.com/watch?v=KFFSD0dULmI&t=32s
Representación social desde diversos modelos en los casos
mediáticos en América Latina
Para Moscovici buena parte de los conceptos de la psicosociología -modo en que también llamó a la 
psicología social- como representación, actitud, percepción, aprendizaje, etc., eran interdisciplinarios pues 
hablaban de mecanismos humanos irreductibles a un campo en específico. Marcado por esta idea llegó a 
decir que “en realidad, la psicología social analiza y explica los fenómenos que son simultáneamente 
psicológicos y sociales. Este es el caso de las comunicaciones de masas, del lenguaje, de las influencias 
que ejercemos los unos sobre los otros, de las imágenes y signos en general, de las representaciones 
sociales que compartimos y así sucesivamente.” (Moscovici, 1985: 19) 
Moscovici, Jodelet, Abric, entre otros, al abordar la decisiva participación de las representaciones en las 
interacciones comunicativas y viceversa, han empleado el término global de comunicación social para 
referirse a la comunicación de masas y a los intercambios lingüísticos y semánticos que se producen 
cara a cara. En la perspectiva de las representaciones sociales la comunicación se entiende en su 
más amplia concepción, tanto a nivel mediático como interpersonal, institucional y grupal. Esto no es 
casual: estamos en presencia de una propuesta que rechaza el mediacentrismo clásico provocado por 
el deslumbramiento de la técnica en la sociedad contemporánea, aun cuando no ignora la relevancia de 
los medios.
Comunicación y representación son inseparables y se afectan de 
forma mutua e inevitable.
En ese sentido, para los teóricos de las representaciones sociales la comunicación no es la mera 
transmisión de mensajes que plantea el modelo informacional de Shannon y Weaver sino más bien un 
intercambio en el cual los individuos son entes activos. 
La investigación en representaciones ha intentado superar la visión estática del vínculo sujeto-
objeto. Así, la realidad se mira en clave terciaria constituida por el sujeto individual, el sujeto social y el 
objeto, sumergidos todos en un contexto que en gran medida los particulariza. “Una concepción dialéctica 
de las representaciones sociales permite asumir el enfoque histórico cultural y su influencia marxista: la 
conjunción de dos teorías distanciadas por contextos e ideologías donde se originaron” (Villamañán, 
2016).
Se advierte la existencia de un lazo a modo de espiral infinita entre la actividad social de los seres 
humanos -dentro de la cual la comunicación es fundamental-, el entorno y los objetos de interés. La 
lectura psicosocial del mundo que promueve Moscovici, aunque con sus lógicas diferencias, está muy 
emparentada con la semiótica de Pierce.
De acuerdo con el propio Moscovici su enfoque “presupone una mediación constante.” (1985: 21). Por 
supuesto, al ubicarse en el punto de contacto entre los imaginarios y las prácticas, como guía socializada 
para la acción y la comunicación de los sujetos, el constructo de la representación puede vincularse al 
análisis de las mediaciones propuesto desde América Latina por Jesús Martín-Barbero entre otros, si 
aceptamos por tales “los lugares de los que provienen las constricciones que delimitan y configuran la 
materialidad social y la expresividad cultural de los medios” (Martín-Barbero, 1987: 233) o, también, el 
“proceso estructurante que configura y configura tanto la interacción de los auditorios con los medios como la 
creación por el auditorio del sentido de esa interacción.” (Orozco, 1993: 61). Es preciso aclarar que a 
través de los años se han suscitado, además de estas dos, otras variantes para enunciar y pensar las 
mediaciones. 
Las representaciones sociales se colocan entre los objetos y los sujetos articulando a través de un 
engranaje dialéctico de construcciones y habilitaciones. De tal suerte, las representaciones juegan un 
papel esencial en la comunicación al igual que en la realización de otras prácticas cotidianas. Una 
representación no sólo actúa sobre los intercambios comunicativos, sino que, además, surge de 
estos. “Como proceso y forma de organización de la subjetividad social, las representaciones 
generan espacios de comunicación que llegan a instituirse en la sociedad; sin embargo, las 
representaciones sociales se forman y evolucionan en el propio proceso de comunicación. Por tanto, 
entre las representaciones sociales, la comunicación y la producción del conocimiento social se produce 
una relación de recursividad.” (González, 2002: 118). 
La importancia de las representaciones para la comprensión de los fenómenos de la comunicación 
fue establecida entre otros por Serge Moscovici, quien, en 1970, indicó que el principal interés de 
la psicología social, era estudiar los temas vinculados con la ideología y con la comunicación.
Aunque el concepto de representación social puede encontrarse en diferentes textos de psicología y 
psicología social, su elaboración conceptual y formulación teórica es relativamente reciente y Moscovici, 
define las representaciones sociales como:
…sistemas cognitivos con una lógica y lenguaje propios (…) No representan simples opiniones, imágenes o 
actitudes en relación a algún objeto, sino teorías y áreas de conocimiento para el descubrimiento y 
organización de la realidad (…) Sistema de valores, ideas y prácticas con una doble función; primero, 
establecer un orden que le permita a los individuos orientarse en un mundo material y social y dominarlo; y 
segundo permitir la comunicación entre los miembros de una comunidad al proveerlos con un código para el 
intercambio social y para nombrar y clasificar sin ambigüedades aspectos de su mundo y de su historia 
individual y grupal.
Funciones de las representaciones sociales
Según León (2002), las representaciones sociales cumplen diferentes funciones que se hacen 
evidentes cuando comprendemos su naturaleza social. Basada en investigaciones explica algunas de 
estas funciones, entre ellas:
Hacer convencionales los objetos ,personas y eventos se encuentran en la vida cotidiana; 
otorgándole forma definitiva, localizándolo en una categoría y establecerlo como modelo de cierto 
tipo, distinto y compartido por un grupo de personas; es decir, convertir una realidad extraña en una 
realidad familiar.
Propiciar la comunicación entre las personas, comunicación que implica tantos puntos de vista 
compartidos como divergentes sobre diversas cuestiones.
Promueve el pensamiento colectivo y la reflexividad de los grupos siendo estos requisitos 
fundamentales para lo que se denomina identidad social; es decir, el conocimiento del grupo al que 
se pertenece. 
Justifica las decisiones y conductas que se dan en las interacciones sociales. Las representaciones 
son sociales por su carácter compartido, su génesis en la interacción y sus funciones.
Según Jodelet (Ob. Cit.), lo social interviene de diversas maneras: por el contexto concreto en cual están 
situadas personas y grupos, por la comunicación que se establece entre ellos, por loscuadros de 
aprehensión que les proporciona bagaje (conjunto de conocimientos) cultural; por los códigos, valores e 
ideologías ligados a las posiciones pertenencias sociales específicas. 
Factores que originan una representación social: 
Según Moscovici (1961), las representaciones sociales nacen determinadas por las condiciones que son 
pensadas y constituidas, teniendo como principal factor el hecho de surgir en momentos de crisis y de 
conflictos. Basado en las comprobaciones hechas su investigación deduce tres condiciones de 
emergencia: la dispersión de la información, la focalización del sujeto individual y colectivo y la presión la 
inferencia del objeto socialmente definido.
Dispersión de la información: 
La información que se tiene nunca es suficiente y generalmente está desorganizada: los datos de que 
disponen la mayor parte de las personas para responder a una pregunta, para formar una idea o propósito 
de un objeto preciso, son generalmente limitados y muchas veces abundantes (Moscovici, Ob. Cit.).
Focalización: 
Una persona o una colectividad –dice Moscovici– se focalizan porque están involucradas en la 
interacción social como hechos que alteran las ideas y opiniones. En palabras de otros 
investigadores como Banchs (1984) y Herzlich (1979), la focalización es señalada, en términos de 
implicación o atractivo social de acuerdo a los intereses particulares que se mueven dentro del 
individuo perteneciente a los grupos sociales. La focalización será diversa.
Presión a la inferencia:
Socialmente se da una presión que reclama opiniones, posturas y acciones acerca de los hechos que 
están focalizados por el interés público. En la vida cotidiana, las circunstancias y las relaciones sociales 
exigen del grupo social o de los miembros que lo integran, que sean capaces, en todo momento, de 
responder (Moscovici, Ob. Cit.).
Para Banchs (1984), las exigencias grupales para el conocimiento de determinado evento u objeto 
aumentan a medida que su relevancia crece. El propósito está en no quedar excluido de las 
conversaciones sino poder realizar inferencias rápidas, opiniones al respecto y un discurso más o menos 
elaborado. Estos tres factores constituyen el eje que permiten la aparición del proceso de formación de 
una representación social, éstos al mezclarse hacen posible el origen del esquema de la representación 
social. 
Dimensiones Teóricas que articulan todas las Representaciones Sociales:
De acuerdo con Moscovici, existen tres ejes que articulan a todas las representaciones: la actitud, la 
información y el campo de la representación. Estas tres dimensiones, aun cuando son distintas, 
guardan una estrecha relación dialéctica entre sí, de manera que una no puede verse desligada de la 
otra. (Rubira & Puebla, 2017)
Dimensión Actitudinal:
Consiste en “la orientación global en relación con el objeto de la representación” (Moscovici, 1979: 47). 
Esta orientación es evaluativa y se expresa como una disposición favorable o desfavorable, positiva o 
negativa, intensa o endeble hacia el objeto en cuestión. La actitud garantiza el componente afectivo de la 
representación y le imprime movilidad y emoción. Además, es la más frecuente de las tres dimensiones y, 
quizás, la primera desde el punto de vista genético” (Moscovici, 1979: 49). Recordemos que una actitud 
“es un estado mental y neural de disposición, organizado a través de la experiencia, que ejerce una 
influencia directiva o dinámica sobre las respuestas del individuo ante los objetos y situaciones con los 
cuales se relaciona” (Allport en Rodríguez, 2001: 93).
Dimensión Informativa: 
Nos habla de “la organización de los conocimientos que posee un grupo con respecto a un objeto 
social” (Moscovici, 1979: 45), objeto de la representación, vale aclarar. Esa información varía en sus 
fuentes de origen, calidad y cantidad de acuerdo con la posición que guarda el grupo acerca del 
objeto y el tipo de relación que los vincula a ambos. “Así, la información que surge de un contacto 
directo con el objeto, y de las prácticas que uno desarrolla en relación a él, tiene unas propiedades 
bastante diferentes de las que presenta la información recogida a través de la comunicación 
social” (Ibáñez, 1988: 47).
Dimensión del Campo de la Representación:
Este nos remite a la idea de imagen, de modelo social, al contenido concreto y limitado de proposiciones 
que se refieren a un aspecto preciso del objeto de la representación. (Moscovici, 1979: 46). Esta 
dimensión estructural contribuye a configurar el orden y la jerarquía de los elementos que integran el 
contenido de las representaciones sociales. El campo de la representación, en donde se asientan las 
imágenes sobre el objeto, es, con mucho, la dimensión más compleja.
Siguiendo al propio Moscovici, el campo de la representación se subdivide en periferia y núcleo figurativo, 
también denominado esquema figurativo. Este esquema o núcleo es la parte más estable de toda 
representación y, como su nombre lo indica, aglutina en torno a sí la diversidad de criterios, opiniones, 
esquemas, valoraciones, reflexiones, de los cuales, además, emerge. Las imágenes que conforman el 
campo de la representación y, en particular, su núcleo figurativo, hacen posible que las personas conciban 
una visión más cercana del objeto, a través de un tránsito representacional que va de lo abstracto a lo 
concreto. 
Dimensiones sociales de la Vida Cotidiana:
La vida cotidiana proporciona una imagen de la reproducción de la sociedad respectiva, de la dinámica de 
las relaciones sociales que llevan a la configuración de los estratos de la sociedad. La cotidianeidad es el 
conjunto de secuencias preestablecidas que constituye aquello que permite a las personas definir, 
comprender y actuar en su medio. En ella se entrelazan lo objetivo y lo subjetivo, de tal manera que el 
perfil de los hechos sociales es siempre una exteriorización de alguna subjetividad histórica y cultural 
depositada en elementos externos, a partir de procesos inherentes a la misma construcción de la realidad. 
(Seidmann, et al 2006).
Mediaciones y representaciones sociales están a la cabeza de constructos teóricos que -es evidente- se 
solapan aun cuando no se transmutan. Las mismas representaciones, he aquí algo significativo, forman 
un sistema mediado y mediador que conecta a los individuos con el objeto -cualquiera que este sea- en 
circunstancias determinadas. Estas circunstancias no son otras que las condiciones de emergencia de la 
representación en sí. Las representaciones son estructuras subjetivas y sociales que sintetizan y hacen 
actuantes las diferentes mediaciones del intercambio comunicativo (Vidal, 2002: 103), al organizarse en 
marcos desde los cuales se construye el sentido de las actividades del día a día. (Rubira & Puebla, 2017).
Ahora bien, para dar continuidad con esta importante temática lo (a) invito a leer, estudiar y comprender 
la siguiente lectura:
Mujeres y Vida Cotidiana: Las representaciones Sociales de sus cuerpos y el papel de los 
mecanismos de poder 
Lucero, M. (2012). Mujeres y Vida Cotidiana: Las representaciones Sociales de sus cuerpos y el papel 
de los mecanismos de poder. VII Jornadas de Sociología de la UNLP. Departamento de Sociología de la 
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, La Plata. Consultado en 
https://www.aacademica.org/000-097/504.pdf
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https://www.aacademica.org/000-097/504.pdf
https://www.aacademica.org/000-097/504.pdf
https://www.aacademica.org/000-097/504.pdf
https://www.aacademica.org/000-097/504.pdf
De igual manera, debe observar y reflexionar sobre el video que se relaciona a continuación: 
La presencia de las representaciones sociales en la vida cotidiana 
Lingüística crítica. (2018, 02, 12). La presencia de las representaciones sociales en la vida 
cotidiana. https://www.youtube.com/watch?v=NhsrRQ1lIkc 
VER VIDEO
Los imaginarios urbanos productores de representaciones socialesen la apropiación de la cultura urbana 
La música, la moda, la tecnología digital y su manera peculiar de comunicación, las tribus urbanas, los 
grafitis, entre otros, constituyen modos de configuración que, además de su contenido comunicacional 
afectivo-valorativo, poseen una profunda significación política en cuanto manifiestan una 
intencionalidad participativa en la sociedad (Santiago, 2013).
Es importante mencionar que las juventudes latinoamericanas han desarrollado estrategias 
generadas por el esencanto propio de la época actual en la que viven, lo cual ha producido en ellas, un 
nuevo modelo social, producto del fenómeno de la globalización, a partir de lo cual su proceso y 
dinámicas interaccionales les han permitido crear nuevas formas de interactuar. (Mora, et al 2020)
La calle y la ciudad como constructores de tejido social: Las calles estimulan formas de sentir y significar la 
ciudad a partir de los sectores de concurrida visita, como lo son las calles del centro de una ciudad, en 
donde, se constituyen redes de intercambio cultural y económico que orientan formas de ordenar y apropiar 
las calles. (Sáenz & Marín, 2018) Para Borja (2003), la consideración de los espacios públicos es un factor 
clave en la capacidad creadora de ciudad y refiere tres aspectos significativos: el urbanismo, la cultura y la 
ciudadanía porque el espacio público es un medio eficaz para facilitar la multifuncionalidad de los 
proyectos urbanos, ya que permiten diversidad de uso en espacio y adaptabilidad en el tiempo, siendo éste 
el mecanismo idóneo para garantizar la calidad relacional de un excelente proyecto urbano para 
ciudadanos y visitantes, es decir ambos espacios públicos (el parque y la calle) están fortaleciendo el 
desarrollo ciudadano y legitimando el derecho a la ciudad.
https://www.youtube.com/watch?v=NhsrRQ1lIkc
https://www.youtube.com/watch?v=NhsrRQ1lIkc
El espacio público como escenario del conflicto y tensión, también evidencia conflictos de tipo cultural por la 
gran variedad de sentidos y significados otorgados a los espacios y las maneras en que se habitan, se 
apropian y se manifiestan formas de vivir la ciudad. Una evidencia de los muchos conflictos que se 
manifiestan en los espacios públicos es la lucha por el reconocimiento y la deshumanización de los 
ciudadanos que se percibe cuando se les da más prioridad a las calles para los vehículos, que a los 
andenes para el tránsito peatonal. La constatación de que un tipo de estudios socio-semióticos sobre 
identidades urbanas, cuyos temas de investigación pueden ser, por ejemplo, los colores o los olores con 
que la gente identifica a sus ciudades, los modos en que circulan los rumores o los sentidos múltiples de los 
graffiti populares, está siendo crecientemente requerido por gobiernos municipales como instrumento 
técnico para sus políticas. (Gorelik, 2002)
No se trata de criticar la realización de esos estudios en sí, algunos de los cuales ofrecen valiosos aportes 
al conocimiento de nuestras sociedades, sino de señalar la novedad de que en algunos casos están 
comenzando a ocupar en las políticas municipales el lugar que las encuestas de opinión ocupan en la 
política tout court: el lugar de reemplazo de la imaginación política por ese nuevo ídolo, las opiniones (o 
los deseos) "de la gente", estadísticamente relevados. 
De hecho, en la comprensión del desplazamiento de esta lógica hacia el ámbito urbano no parece 
secundario el prestigio actual de la comunicación como instrumento político para develar (y manipular) el 
arcano social, en momentos en que se han desvanecido los límites entre marketing y política, y en que la 
noción de marketing urbano gana adeptos como única alternativa de política urbana en tiempos de 
globalización.
Lo que hace diferente a una ciudad no es su estructura 
arquitectónica, sino los imaginarios de los símbolos que le dan 
sus moradores.
Cartografías Urbanas
Dentro del universo conceptual enormemente vasto en el cual orbitan los estudios culturales urbanos, se 
puede develar gran diseminación contemporánea en el análisis urbano, como "itinerarios", "recorridos", 
"relatos espaciales", "espacio narrativo", "mapas cognitivos", "territorialidades", "fronteras"; aunque 
algunas provienen de disciplinas de larga tradición, como las dos últimas, de uso normal en la geografía o 
la antropología, puede afirmarse que su uso actual en los estudios culturales urbanos está también marcado 
por lo que aquí llamo la metáfora cartográfica. 
En realidad, no es fácil precisar cuál está en la base de todas ellas, pero repasando algunos textos 
inaugurales de los estudios culturales urbanos llama la atención, en dos de los más influyentes, el uso de 
una muy similar metáfora cartográfica a partir de la cual, sin embargo, y esto es lo más interesante, llegan a 
posiciones completamente antagónicas, de modo que su análisis tal vez permita anclar el escenario 
fluctuante de aquella diseminación. Los textos son La invención de lo cotidiano de Michel de Certeau de 
1980 (1996), y "El posmodernismo como lógica cultural del capitalismo tardío" de Fredric Jameson de 
1984 (1991), y creo que la mayor parte de la cultura urbana actual péndula entre estos dos polos.
Imaginario Social, Imagen y Representación Social 
Arruda, A (2020). Imaginario Social, Imagen y Representación Social. Revista Electrónica de Ciencias 
Sociales. Cultura y Representaciones Sociales. Universidad Nacional Autónoma de México.
http://www.culturayrs.unam.mx/index.php/CRS/article/view/817/pdf
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http://www.culturayrs.unam.mx/index.php/CRS/article/view/817/pdf
http://www.culturayrs.unam.mx/index.php/CRS/article/view/817/pdf
Los imaginarios sociales reproducidos y mediados por redes sociales en la 
apropiación de una cultura tecnológica
¿Dónde reside el poder de la atracción en internet? ¿Qué promesas esconde 
este dispositivo técnico que ha provocado y sigue motivando que una buena 
parte de nuestra sociedad en todos sus variadas manifestaciones, se lo esté 
apropiando para fines tan diversos? ¿sobre qué representaciones, distintos 
actores - informáticos, académicos, políticos y activistas, gente corriente; se 
comprometen y continúan haciéndolo con la comunicación mediada por el 
ordenador? (Vayreda, 2004)
El debate en torno al impacto y los usos sociales de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) 
ha transitado por una cronología marcada por sucesivas transiciones entre el optimismo y el pesimismo, dos 
tendencias que habitualmente encuentran su fundamento en el determinismo tecnológico. Aun cuando tales 
posturas extremas resultaron más frecuentes en los comienzos de la llegada de tales artefactos, cada 
nueva aplicación o recurso asociado a ellas, vuelve a suscitar simultáneas esperanzas y temores, en el 
análisis de sus potencialidades y posibles modos de empleo. Esta polémica transcurre, al mismo tiempo, 
en distintos escenarios: 1) en las propias comunidades que se configuran a partir de las mismas, entre los 
sujetos que las integran –en una suerte de ejercicio de reflexividad de los regímenes de la virtualidad–; 2) 
en el espacio académico-científico, desde una multiplicidad de campos del saber; 3) en los ámbitos de la 
sociedad política y la sociedad civil –instituciones, organizaciones, asociaciones–; y 4) en el escenario de 
las agendas mediáticas. (Bacallao, 2010).
Del entramado de tales dimensiones de los procesos discursivos sociales –cuya distinción resulta, sobre 
todo, una necesidad metodológica, pues todas aparecen interrelacionadas por cruzamientos y 
mediaciones mutuas en el proceso de conformación del discurso social– emerge una determinada 
representación social de cada nueva aplicación o recurso específico de las TIC y, por agregación, se va 
(re)constituyendo una representación social de las mismas en general. (Bacallao, 2010).
En general, las redes sociales digitales son definidas como“servicios basados en la web que permiten a sus 
usuarios relacionarse, compartir información, coordinar acciones y en general, mantenerse en contacto […] 
[espacios que] permiten reconstruir o mantener, en el mundo virtual, los vínculos que alguna vez se 
establecieron en el mundo físico: compañeros de una promoción, colegas profesionales, asistentes a un 
evento, alumnos, compañeros de trabajo y amigos” (Orihuela, 2008). 
En su apertura “del proceso comunicativo a las relaciones de intercambios de mensajes mutuos entre los 
usuarios” (Cebrian, 2008), se caracterizan de manera fundamental por un “concepto de comunidad, a través 
de la creación de redes de usuarios que interactúan, dialogan y aportan comunicación y conocimiento; 
tecnología flexible y ancho de banda necesario para el intercambio de información y estándares web de 
aplicación libre; y una arquitectura modular que favorece la creación de aplicaciones complejas de forma 
más rápida, a un menor coste” (Campos, 2008)
La principal diferencia entre la web 2.0 y su predecesora, la web 1.0, se suele definir, desde el campo 
teórico, en términos de un cambio en el paradigma comunicativo que rige sus dinámicas, el cual transita 
hacia dinámicas activas de participación de los sujetos. Mientras la segunda se caracteriza por unos 
usuarios que se limitan a la posición de receptores pasivos de servicios, en su sucesora, ya estos no solo 
resultan “receptores activos e interactivos” (Cebrián, 2008), sino que devienen productores de contenidos –
como en el caso de la blogosfera–, a la vez que “participan del valor (intercambio) y colaboran en el 
desarrollo de la tecnología” (Campos, 2008).
Las representaciones sociales, “se presentan bajo formas variadas, más o menos complejas. Imágenes que 
condensan un conjunto de significados, sistemas de referencia que nos permiten interpretar lo que nos 
sucede, e incluso dar un sentido a lo inesperado; categorías que sirven para clasificar las circunstancias, 
los fenómenos y a los individuos con quienes tenemos algo que ver, teorías que permiten establecer 
hechos sobre ellos” (Jodelet, 1986: 472– 473).
Aunque objeto de diferentes críticas –sobre todo por la ambigüedad de sus definiciones–, la teoría de las 
representaciones sociales ofrece un punto de apoyo desde el cual comprender el encargo social de los 
medios, dado el reconocimiento de la centralidad tanto de la comunicación (y, sobre todo, en las 
mediatizadas sociedades contemporáneas, de la comunicación pública) en el proceso de configuración de 
las imágenes, sistemas de referencias y categorías en que se manifiestan las representaciones sociales; 
como de estas últimas en la emergencia de unas determinadas condiciones de posibilidad de la 
comunicación. (Bacallao, 2010).
Se trata, por consiguiente, de un proceso simultáneo de doble sentido: las representaciones sociales son 
recursos para –y resultantes de– la comunicación. Se podría hablar, por tanto, de unas ciertas 
representaciones mediáticas de la realidad social, que participan tanto en el anclaje como en la 
objetivación –los dos procesos de conformación de las representaciones sociales, según Moscovici (1981, 
1984). 
En el anclaje, pues los media aportarían una determinada propuesta de categorización de la realidad 
social; en la objetivación, porque el discurso mediático sería escenario de “concretización” de ciertas 
realidades (sobre todo aquellas más lejanas o inasibles), y de “traducción” de conceptos en 
imágenes. En los estudios sobre emisores de la teoría de la comunicación, tales fenómenos estarían 
vinculados, por ejemplo, con enfoques como la agenda setting y la tematización. (Bacallao, 2010).
El sistema de comunicación ofrece determinadas “imágenes [...] de las instituciones y sus acciones, [...] 
continuas interpretaciones [...] del entorno social y de lo que en su ámbito acontece, [que] contribuyen a 
mantener las representaciones colectivas y las visiones del mundo de los grupos o sujetos individuales, 
siempre y cuando, no se introduzcan visiones de la realidad diferentes” (Serrano, 1993: 53). El discurso 
mediático, en ese propósito, produce institucionalmente una determinada “representación social de la 
realidad cotidiana [...], que se manifiesta en la construcción de un mundo posible” (Alsina, 1993: 94)
El análisis de la representación mediática del mundo posible de las redes sociales debe partir de una 
distinción en la tipología temática en los textos: de una parte, aquellos en los cuales las redes 
sociales son el suceso principal y, por otra, aquellos en los que son una cuestión secundaria o 
colateral, un antecedente, parte de un comentario, etc. Una tendencia mayoritaria –aunque con 
alguna excepción–, respecto a estos dos grupos, es la concentración de los primeros en los aspectos 
negativos de las redes, mientras en los segundos las referencias al fenómeno se centran en unas 
determinadas posibilidades o potencialidades de tales recursos de la web 2.0. (Bacallao, 2010).
Las notas informativas –género predominante en ambos tipos de textos, lo cual es significativo dadas las 
características informativas y de objetividad asociadas a este según los principios tradicionales del 
periodismo–, se encuentran relacionados con tópicos como los propios medios de comunicación –en 
especial la televisión–; la política –el uso por parte de sus actores, tanto individuales como organizaciones, 
de las redes como instrumento para sus actividades–; la implementación de campañas de bien público –
sobre todo, aquellas dirigidas a los público adolescente y juvenil, como el uso del condón, la prevención 
del VIH, el uso del condón, el reciclaje–; la economía –no aquí en
la dimensión propiamente comercial de las distintas redes sociales y su atractivo en tiempos de crisis 
(aspecto que corresponde a textos periodísticos centrados en el tema), sino en las posibles 
repercusiones (negativas, en este caso) de las redes sociales en la pérdida de tiempo durante la 
jornada laboral, y su vinculación a fenómenos como el “absentismo presencial” (El Periódico 
Papacharissi, 10 de marzo de 2009).
Resulta frecuente que, en la secuencia narrativa de estos discursos, cuando el aspecto relativo al uso de 
las redes sociales resulta estrictamente colateral –reducido a un par de líneas, como parte de la 
enumeración de las distintas estrategias comunicativas a las que se acude en la búsqueda de nuevos 
modos de ganancia de audiencia–, este se ubique hacia el final del texto. Tal posición de subordinación en la 
estructura secuencial, en cambio, se ve modificada cuando hacer uso de las redes resulta una novedad (el 
caso de la “quedada” organizada por el Partido Popular para sus fans en las redes sociales Tuenti y 
Facebook (24 de enero de 2009), calificada como la primera experiencia de su tipo en un país europeo), o 
por la naturaleza polémica del propio suceso principal (el lanzamiento de la campaña “Yo pongo condón”, 
por el Ministerio de Sanidad, mediante un spot que recurría al ritmo hip-hop, y que fue sometida a críticas 
tales como la posible incentivación de las relaciones sexuales entre adolescentes que podría motivar). 
(Bacallao, 2010). 
Aunque –en correspondencia con los principios del género informativo, de forma general los comentarios no 
resultan abundantes–, acciones de este tipo, en las opiniones presentes, suelen ser consideradas como 
una decisión de “arriesgarse con las redes sociales de Internet”, o se suelen contraponer temporalmente –
en un nivel discursivo mediático como totalidad– con textos centrados en la proliferación de falsos perfiles 
de líderes políticos nacionales – Mariano Rajoy–, cualificados (por la fuente citada), como “hechos por sus 
enemigos” por lo cual aconseja que “no se fíen de ninguno”. (Bacallao, 2010).
Una clasificación, a partir de un inventario sintetizado, de los distintos actantes–sujetos con mayor 
presencia en este tipo de textos –relativos explícita y centralmentereferidos al fenómeno– sería:
Empresas/redes: Facebook y Tuenti –en primer lugar–, y otras, como MySpace, Twitter, 
Hi5, Linkedln y Friendster.
Usuarios de las redes, en general y, en particular, adolescentes, estudiantes 
(universitarios) y profesionales (teniendo en cuenta que hay redes especiales para estos, 
como Linkedin).
Ahora bien, para finalizar, es importante que lea y comprenda el documento que se relaciona a 
continuación:
Las promesas del imaginario Internet: Las comunidades virtuales 
Vayreda, A. (2004). Las promesas del imaginario Internet: Las comunidades virtuales. 
Consultado en https://raco.cat/index.php/Athenea/article/view/34136/33975
Instituciones y actores gubernamentales: policía, ayuntamiento (de Zaragoza), gobiernos, 
fiscalías, Unión Europea (Comisión Europea, comisarios); Agencia Europea de Seguridad de 
las Redes y de la Información (ENISA).
Organizaciones y asociaciones de la sociedad civil: Asociación de Internautas de 
España; consultoras independientes; plataformas ciudadanas en general; ONG 
Privacy International; Asociación Aragonesa de Psicopedagogía; Agencia Española de 
Protección de Datos (AEPD), Observatorio de Internet, Agencia de Protección de 
Datos de la Comunidad de Madrid.
Expertos: individuales e institucionales (por ejemplo, la Asociación para la Investigación de 
Medios de Comunicación (AIMC)).
Sujetos delictivos: pederastas, “depravados sexuales”, terroristas, timadores, 
ciberdelincuentes.
Empresas anunciantes en las redes sociales.
Sujetos individuales externos a las redes; un grupo particular, en este caso, sería 
los familiares (padres, como entes individuales y sus asociaciones: 
Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón) y profesores de 
los menores.
Medios de comunicación: estos aparecen de manera explícita en algunos casos –por 
ejemplo, en la noticia (El Periódico, 6 de enero de 2009) acerca de la presencia de grupos en 
Facebook enaltecedores de la mafia en Italia, se menciona a los diarios The Times y Corriere 
della Sera, como denunciantes del fenómeno–, y de forma implícita en tanto que productores 
y emisores de todos los relatos.
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https://raco.cat/index.php/Athenea/article/view/34136/33975
https://raco.cat/index.php/Athenea/article/view/34136/33975
Resumen de la Temática
ESTUDIO DE CASO: El estudio de caso se enfoca en analizar de manera profunda la naturaleza de una 
determinada situación o caso, sobre la base de diversas técnicas de investigación, por ejemplo, la 
entrevista, la observación, entre otros. “El estudio de caso es el estudio de la particularidad y la complejidad 
de un caso, por el que se llega a comprender su actividad en circunstancias que son importantes” (pág. XI). 
Stake señala que éste parte de los métodos de investigación naturalistas, holísticos, etnográficos, 
fenomenológicos y biográficos, no presta la misma atención a los estudios de caso cuantitativos que se 
sirven de una batería de mediciones, ni a los estudios de caso diseñados con fines docentes, como en el 
ámbito de la justicia o el de la empresa. Éstos, dice, son temas especiales que merecen sus propios libros. 
(Citado en Simons, 2009, Capítulo Primero, Subtítulo: Definiciones de estudio de caso, parr. 1)
Glosario
NOCIÓN DE ESTÉTICA: Se denomina estética a la rama de la filosofía que se encarga de la experiencia 
de la belleza en el ser humano. La estética puede definirse además como la ciencia de la experiencia 
sensible de lo hermoso. Es por ello que la estética como disciplina se relaciona estrechamente con el 
mundo artístico, dando sustento teórico a este y por otra parte, nutriéndose de nuevas experiencias. Su 
introducción se debe por el filósofo Alexander Gottlieb Baumgarten, filósofo alemán que daría comienzo al 
estudio sistemático de esta disciplina en el siglo XVIII.
MEDIÁTICO: Cuando empleamos la palabra mediático lo hacemos para referirnos a todo aquello que 
tenga relación con los medios de comunicación, especialmente cuando llegan a grandes masas 
(masivos), como ocurre con la televisión. Existen propagandas mediáticas, llamadas así, pues se 
hacen por esas vías y entran en los hogares de la gente apoderándose de sus decisiones de 
consumo, al crear la falsa ilusión de que no serán felices, o sus familias no estarán saludables o 
protegidos o no agradará socialmente, si no usan determinados productos.
CULTURA URBANA: La cultura designa al conjunto de maneras de vivir y de usos y costumbres que 
predominan en una determinada época y dentro de un grupo social, poniéndolo en palabras más 
simples se trata de las diversas maneras en las cuales se expresa una comunidad dada, entonces, 
cómo hablan, cómo se visten, lo que hacen, cómo se comportan, entre otras cuestiones, son 
elementos inherentes a la cultura. Por su parte, la palabra urbana designa a aquello que es propio o está 
vinculado a la ciudad, a la vida en la ciudad. Si combinamos ambas referencias y las fusionamos en un 
concepto nos encontramos con que la cultura urbana consiste en la manera de expresión que presentan 
los individuos que se desenvuelven en una determinada ciudad.
CULTURA TECNOLÓGICA: El significado de la evolución tecnológica entraña cambios tales que exige una 
reflexión sobre la adecuación o inadecuación de las culturas tecnológicas que se presentan en los diferentes 
campos de la sociedad resultado de este avance, por lo que se puede deducir que el entorno en el que el 
hombre vive forma parte de su cultura y la tecnología impacta en la forma en que éste se desarrolla. 
Quintanilla (1992: 5) La tecnología como proceso humano puede entenderse que forma parte de la cultura, y 
como elemento cultural la tecnología lleva asociados determinados valores, plantea determinadas 
relaciones del hombre con la naturaleza y entre las propias personas. Por lo tanto, es necesario el 
análisis y reflexión sobre las dimensiones humanas y sociales asociadas al desarrollo tecnológico, 
teniendo como ángulo de visión las repercusiones educativas de los cambios culturales y sociales que 
conlleva el desarrollo tecnológico.
CARTOGRAFÍA: La cartografía es una rama de la geografía que se encarga de figurar espacios terrestres 
en mapas o esferas. Esta ciencia se ocupa de agrupar y analizar medidas y datos de regiones de la tierra, 
para representarlas gráficamente a distintas dimensiones lineales. La cartografía es muy importante ya que 
por medio de ella se pueden conocer las características del medio, su topografía, accesibilidad a recursos 
y la ubicación de puntos específicos de alterca.
Aliaga, Saez, 2016 diciembre 8. Estado de la Investigación en Latinoamérica en torno a los Imaginarios y 
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