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cardiovascular y esta evolución de miles de años va siendo recorrida sistemáticamente a medida que el corazón del embrión se desarrolla. Un aspecto sorprendente y fascinante al mismo tiempo, es que el proceso fundamental en todas los vertebrados es casi constante, no así los resultados finales (mamíferos, reptiles, aves, etc.). Abarcaremos el desarrollo específico del sistema cardiovascular, por lo que sólo se nombrarán eventos de la embriología general (diferenciación de los dermos, plegamiento, etc.). Creemos que dicho estudio excede los objetivos del capítulo. Esos datos necesariamente deberán tomarse de las otras muchas y completas fuentes disponibles. Por el enfoque práctico y aplicable que pretende esta obra, se obviarán algunos detalles íntimos del desarrollo, sea por falta de evidencia publicada o por que no tienen aún aplicación clínica. La descripción macroanatómica ha sido exquisitamente estudiada por los clásicos (Vesalio en el siglo XVI, Rouviere, Testut en el siglo XIX). Con la embriología pasa algo diferente: el conocimiento es contemporáneo, los progresos son casi a diario, cada semana se conocen nuevos procesos moleculares de inducción y/o regulación. Entonces en este capítulo procederemos como en el resto de la obra: inicialmente serán estudiados los aspectos más antiguamente conocidos; después sobre ellos avanzaremos en los aspectos moleculares novedosos e imprescindibles en esta época. La genética y la biología molecular han redefinido el conocimiento anatómico clásico. Cuando la mayoría de los que participamos en la confección de estos manuscritos, cursábamos el pregrado, la genética era una ciencia laxamente emparentada con la anatomía. Hoy, en el siglo XXI, es un pilar indispensable para comprender racionalmente la génesis de los aspectos morfológicos. Gran parte de la información que disponemos es traspolada de experimentos en animales. Esto hace difícil establecer los tiempos en que los eventos ocurren. Como es obvio, el tiempo de gestación no es el mismo en un mamífero pequeño (ratón) que en un reptil o en un ser humano. Pero existen fenómenos episódicos del desarrollo que son comunes a todas estas especies y pueden servir como guía cronológica de los acontecimientos. Los más 97
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