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Edúcame despacio que crezco deprisa - Antonio Crespillo

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#EDÚCAMEDESPACIO
QUECREZCODEPRISA
Breves reflexiones educativas
para padres de hoy
ANTONIO CRESPILLO
2
Director de la colección: Ricardo Regidor
© Antonio Crespillo, 2015
© Ediciones Palabra, S.A. 2015
Paseo de la Castellana, 210 - 28046 MADRID (España)
Telf.: (34) 91 350 77 20 — (34) 91 350 77 39
www.palabra.es
epalsa@palabra.es
Diseño de cubierta: Raúl Ostos
Diseño de ePub: Erick Castillo Avila
ISBN: 978-84-9061-329-0
Todos los derechos reservados.
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la
transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por
registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares de Copyright.
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http://www.palabra.es
mailto:epalsa@palabra.es
Los primeros educadores son los padres tanto en lo humano como en lo sobrenatural.
Los hijos os imitan en todo. Sois su modelo en la conducta y en los valores. Todos,
padres e hijos, podéis mejorar vuestra vida con la formación, la lucha personal y la
ayuda de Dios. Tanto a educar como a tener paciencia, se aprende. Y los padres y las
madres necesitáis mucha paciencia para educar. Pero vale la pena, pues el resultado es
magnífico y eterno, pues formáis a una persona.
Por ANTONIO CRESPILLO ENGUIX
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A mis queridas hermanas
Alicia y Conchi,
y a mi cuñado Rafa.
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#Introducción
Este libro está escrito porque los padres tenéis poco tiempo libre. Los dos trabajáis, y
tenéis vuestras relaciones sociales. Por eso lo que encontraréis son frases más o menos
breves, a modo de tuits, que os ayuden en la educación de los hijos. Al igual que para
informarnos de lo que ocurre a nuestro alrededor, recurrimos cada vez con más
frecuencia a Twitter, creo que es importante sintetizar la información para que sea fácil
de asimilar y aplicar.
Pretendo que la lectura de cada apartado, de cada frase, os haga reflexionar acerca de
cómo estáis construyendo vuestra familia. No basta dejar pasar el tiempo. Hay que
pensar, tomar decisiones, actuar.
Hace unos años la sociedad protegía a la familia; ahora, en cambio, la centrifuga.
Hay que darse cuenta de que padre y madre maduran y crecen como personas en familia,
con sus hijos. Los conflictos, las dificultades que surgen cada día y con cada hijo son
personalmente fecundas si se acepta la vida como es, si se acepta al hijo como es. Surgen
los problemas personales y de convivencia, también dentro del propio matrimonio,
cuando se adopta una actitud de rebeldía ante las situaciones. Los padres y madres que se
dejen llevar por el egocentrismo pierden la posibilidad de crecer; y, tal vez, se instalen
en una inmadurez quejumbrosa que no ayuda ni a ellos ni al bienestar de la familia. En
cambio, crecimiento, madurez y bienestar personal vendrán de la mano de la
generosidad.
Entre vosotros no puede haber medias verdades. La entrega matrimonial supone
claridad y sencillez. ¡Fuera las defensas, la coraza con que nos protegemos, la imagen
que vendemos! Antes y después del matrimonio, aceptaos y que os acepten como sois,
con vuestros defectos y vuestras virtudes.
El amor entre padre y madre ha de cuidarse constantemente. Cuanto mejores amantes
seáis, mejores padres seréis. En esta vida hay tres fuerzas que son invencibles: el amor,
la verdad y la libertad. Con las tres construiréis vuestra familia.
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#Amor
Amar y ser amado es una necesidad de la naturaleza de toda persona humana. En la
familia la persona se siente querida sin condiciones. Es aceptada tal cual es con sus
virtudes y sus defectos. El amor es la antesala de la educación: «te educo porque te
quiero». El amor perdona, comprende y disculpa siempre.
La familia nace por el amor, crece
por el amor y se mantiene con el amor.
Los hijos tienen que sentir que en su casa se les quiere de un modo incondicional.
Antes de ver la luz el niño ya capta el amor que se le tiene.
Amor incondicional no es ceder al chantaje afectivo de los hijos.
1. Amor y exigencia son complementarios, no antagónicos. El amor cuenta con la
comprensión y con la firmeza: las dos juntas.
2. Llenad de besos a vuestros hijos y a la vez exigidles en sus obligaciones.
3. Para educar se necesita cabeza y corazón. Y los dos juntos.
4. Cada hijo es una situación educativa y afectiva diferente. Tenedlo en cuenta.
5. Lo que hace feliz a una persona es sentirse querida, y dar amor.
6. Un niño amado, podéis tener esa tranquilidad, jamás se convertirá en un
delincuente.
7. Renunciad a la ironía como forma de educar.
8. No les quitéis ninguno de los tres apoyos vitales: Dios, la familia y los amigos.
9. Que aprendan de vosotros a pedir perdón a Dios y a los demás, y —no es menos
importante— a perdonarse a sí mismos.
10. El amor y la comprensión que no les deis en casa lo buscarán en otros lugares, en
otras personas.
11. Los hijos necesitan de vosotros un apego seguro: los hace más felices y
competentes.
12. Los hijos deben percibir que ellos son más importantes que vuestro trabajo.
13. Si os importan vuestros hijos, apagad la tele mientras coméis o cenáis. Veréis que
es mucho más entretenido.
14. Los hijos tienen que ver que os queréis y que les queréis… con hechos.
15. Nunca uséis el amor como forma de chantaje.
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16. Pensad que los hijos llevan consigo a todas partes el ambiente que respiran en casa,
ya sea positivo o negativo.
17. Ser padres es un estado permanente de generosidad y disposición.
18. Habéis de enseñar que el cariño es totalmente desinteresado, que la grandeza del
hombre está en el don de sí mismo.
19. ¡Qué importante es el constante intercambio de miradas con los niños! En cada
mirada abren su alma, y vosotros la tenéis que acoger.
20. El autoconcepto positivo que generéis en vuestro hijo va a ser determinante para su
rendimiento escolar.
21. Dios os confía esos tesoros, sus almas y sus cuerpos. Cada hijo es una confianza de
Dios con vosotros. Os da las fuerzas necesarias. No os deja solos y ante Él daréis
cuenta.
22. Ante un problema grave de un hijo/a no hay que desanimarse, no podéis perder la
esperanza. Ponedlo en las manos de Dios. Él es Padre y no os abandona jamás.
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2
#Matrimonio
Es el origen de la familia. Por tanto, es lo primero a cuidar. Pase lo que pase en la
vida familiar, marido y mujer han de mantenerse unidos. Vuestro amor ha de renacer
cada día, a pesar del cansancio y los roces de la convivencia diaria. Ambos habéis
construido un proyecto de vida que tiene visos de eternidad. Quererse significa también
ser generoso con el otro, comprensivo con su modo de ser y perdonar siempre.
«Hoy sé que existo porque tú me miras.
Y al verme en ti he comprendido… que ya
solo seré lo que tú mires, y solo seré
como tú mires, y solo seré si tú me miras».
(Vidal-Quadras, J.)
1. Los hijos os van a pedir mucha atención, pero tenéis que saber mantener por
encima vuestra vida de pareja, que es la que fecunda a la familia.
2. Antes que padre y madre, habéis sido marido y mujer. Ellos ven cómo os tratáis.
3. El matrimonio es un amor sacrificado. Sí, sacrificado.
4. El matrimonio ha de saber vivir con hijos. Y, después, sin ellos. Ya vendrán los
nietos.
5. Respetaos mutuamente siempre. Peleas, pocas y a solas. Los hijos son testigos
parciales.
6. Marido y mujer se han de querer con sus defectos. Todos los tenemos, pero por
encima ha de estar el amor.
7. Que los hijos puedan decir: queremos formar un hogar como el que formaron
mis padres.
8. Los hijos han de saber que entre padre y madre puede haber diferencias de
opiniones, roces en la convivencia, dificultades de entendimiento, etc. Y que ellos
también las tendrán el día de mañana. Pero por encima de todo está el respeto y el
amor.
9. Parafraseando a Ortega y Gasset: Yo soy yo y mi familia, y, si no la salvo a ella, no
me salvo yo.
10. Tu familia es tu mejor empresa.
11. No niegues lo evidente: tu mujer (marido) te necesita. Y tus hijos también. Sois
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imprescindibles.
12. Madre: los hijos son fruto del amor, y no pueden ser obstáculo para el amor que
debesa tu marido.
13. Las responsabilidades son de ambos. No te «laves las manos».
14. No hagáis caso de ese ángel malo que os susurra al oído pequeñas venganzas,
resistencias, lanzar pullas, guardar ese agravio, etc. Todo eso solo sirve para
amargaros la convivencia entre vosotros y con vuestros hijos.
15. ¿Tan difícil es rectificar o pedir perdón? Y, sin embargo, cuánto bien hacen. Todos
necesitamos pedir perdón y sentirnos perdonados.
16. Tu cónyuge necesita oír muchas veces, aunque parezca cursi: «Te quiero», «mi
vida no tiene sentido sin ti». Todo «yo» necesita de un «tú» que le dé valor y le
haga sentirse persona.
17. Hablad, hablad mucho. Dedicaos tiempo. Dejad horas semanales para vosotros
solos. Deciros noblemente y serenamente lo que os tengáis que decir. A solas, sin
testigos. Y, si hace falta, pedid ayuda.
18. ¡Cuántos hijos dentro de su corazón —y a veces externamente— gritan: dejad de
pelearos! Peleas, muy pocas.
19. Cada día debería ser un reencuentro de la pareja. Daos siempre una
oportunidad.
20. No juzguéis: todos tenemos nuestras rachas buenas y malas. Todos tenemos
derecho a equivocarnos. Nadie es perfecto. Y con qué facilidad olvidamos estas
frases.
21. La soledad y el silencio del resentido terminan secando su amor.
22. Vuestro proyecto familiar también es un proyecto divino.
23. Mujer: que el marido tenga ganas de volver a casa… no de quedarse en el trabajo.
24. Marido: tu mejor negocio es tu propia familia. Dedícales tiempo.
25. Hay padres varones que no saben qué se espera de ellos en la educación de sus
hijos. Parece que solo sirven para engendrar.
26. La ausencia del padre, física o psicológica, hace que no existan los límites que
necesita el niño para su madurez.
27. Atentos porque hay madres que se vuelven posesivas con sus hijos para
contrarrestar el déficit de amor de su marido.
28. La familia se rompe cuando, en vez de un proyecto común, se busca el propio
beneficio a través del otro.
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#LaFamilia
Si el desarrollo corporal de la persona se da en el seno de su madre, el desarrollo
psicológico y moral se da en el seno de su familia. Todos necesitamos de un hogar donde
amar y sentirnos amados; sin su calor el hombre no es viable. La familia nos ama cuando
nacemos y nos ama cuando nos vamos. La familia genera amor porque el amor es su
origen.
La familia es única:
siempre seremos hijos del amor entre
un hombre y una mujer.
1. «Un hombre y una mujer unidos en matrimonio forman con sus hijos una familia».
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2202.
2. La familia es una comunidad de amor incondicional, surgida de un amor
incondicional.
3. Ser padre y madre os otorga una gran dignidad porque, al ser junto con Dios el
origen de otras personas, habéis embellecido una parte de la eternidad.
4. Los padres dais algo que no tiene precio: la propia existencia y el amor para hacer
crecer otras vidas.
5. Madre, no olvides que cada hijo sigue creciendo bajo el latido de tu corazón. Padre,
los hijos crecen bajo tu cuidadosa mirada.
6. Tener hijos es engendrar personas que aprenderán de vosotros a conjugar el verbo
amar.
7. Un hijo es una eternidad. ¡Qué grandeza, qué belleza y qué responsabilidad!
8. Padres y madres hacéis más bello el mundo con vuestros hijos.
9. La familia es imprescindible porque el amor es imprescindible.
10. La peor indigencia es la indigencia afectiva: qué gran bien hacen los padres
amando y amándose.
11. Los hijos piden que la familia sea indisoluble, no un acuerdo temporal.
12. La familia trasciende a sus miembros porque siempre somos «hijos de», y podemos
llegar a ser «padres de».
13. La familia ha de ser siempre un hogar acogedor. Las puertas están siempre abiertas.
14. Sois los protectores de la vida humana: desde su concepción hasta su muerte.
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15. Humanamente lo más triste es no tener familia: hacen un gran bien quienes
adoptan.
16. Las personas adoptadas han de agradecer siempre que alguien les haya dado su
cariño, su calor y su propia familia.
17. Debemos enseñar a los hijos a estar orgullosos de su propia familia. La familia es
el lugar al que siempre se vuelve… si uno es querido.
18. Nunca agradeceremos suficientemente lo que han hecho nuestros padres por
nosotros.
19. Vuestra labor de padres no termina nunca.
20. La familia sigue siendo el núcleo y la base de la sociedad. Es la célula del tejido
social.
21. El hombre es un ser social, pero antes es un ser familiar por naturaleza.
22. En la familia normal no cabe el egoísmo. Todos se interesan por todos.
23. ¿A qué familia pertenece un chaval cuyos padres se han separado y vuelto a
«casar»? Pensemos.
24. La familia es el lugar natural del desarrollo de la infancia y de los últimos años de
la ancianidad.
25. Una familia que sabe cuidar de sus ancianos se salva a sí misma. Es una potencia
de amor indestructible, porque sabe que por encima de todo está la persona.
26. Los ancianos tienen derecho, siempre que sea posible, a ser cuidados en y por su
familia. Los hijos tienen que verlo, porque —no olvidéis— algún día vosotros
seréis los ancianos a cuidar.
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#Padres
Dejáis una impronta maravillosa en sus almas: ¡qué recuerdos tan estupendos tendrán
del ambiente familiar en que crecieron! No podéis abdicar de vuestra función, no solo de
padres nutricios, sino de educadores de vuestros hijos. Ellos os exigirán amor, vuestras
principales energías y vuestro tiempo: sed generosos.
Los padres han de ser una escuela
de virtudes aunque, como sois modelos
de carne y hueso, tengáis algunos defectos.
1. No es posible que jóvenes descubran que sus padres se comportan como
quinceañeros.
2. Hay padres que lo permiten todo porque son unos inmaduros.
3. Un padre o una madre perfeccionista transmite inseguridad y agobia con su
excesivo control.
4. Los hijos no solo esperan de vosotros unos consejos acertados, sino sobre todo
un testimonio de vida.
5. Ellos aprenderán a pedir perdón si lo han visto en vosotros. Enseñad a pedir perdón
y a saber olvidar.
6. Con toda la buena intención del mundo hay padres que pueden ahogar los ideales
de sus hijos.
7. Rectificad las veces que haga falta. Así verán que sus padres son también humanos.
8. No admitáis ni hagáis caso del chantaje afectivo de los hijos. Es una defensa que
ellos tienen de la que no os podéis asustar.
9. Los hijos no son quienes han de conseguir las metas que vosotros no conseguisteis.
10. Padres exitosos: aceptad que vuestros hijos no lo sean tanto. Y dadles un espacio
para que «respiren».
11. Las hijas son tiernas con su padre, pero buscan el visto bueno de su madre.
12. Los hijos aman a su madre y buscan el visto bueno del padre.
13. La autoestima del chaval depende del estilo educativo familiar. ¿Sabéis cuál es el
vuestro?
14. Vuestros hijos también necesitan que les reconozcáis su esfuerzo y su sacrificio.
15. Peligro grave: no tener tiempo para hablar con los hijos.
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16. Peligro más grave: no tener tiempo para hablar con el colegio.
17. Peligro muy grave: no tener tiempo para conocer a sus amigos/as.
18. En educación no se trata de quién gana, sino de lo mejor para los hijos.
19. Hay que tener paciencia para que tus hijos abran su corazón y reciban vuestros
consejos.
20. Cultivad la esperanza por encima de sinsabores y preocupaciones. Haced lo que
podáis.
21. Leed y explicad a vuestros hijos las fábulas de los clásicos. Están llenas de
sabiduría.
22. Cada hijo ha de vivir su vida. Y vosotros le ayudáis a que escriba bien el guión.
23. Todos tenemos miedo de hacer el ridículo y de que nos pongan en ridículo. Tus
hijos, también.
24. La música en sí misma es buena. Pero enseñad que el pensamiento crece en el
silencio, que no estén todo el día con los auriculares puestos.
25. Hay que enseñar a la gente joven a saber acertar en dos cuestiones importantes: la
profesión y la elección de su cónyuge.
26. Pensad que los recuerdos de su infancia perduran toda la vida, incluso cuando
vosotros ya no estéis aquí.
27. Abrid los ojos ante los problemas de vuestros hijos, ya sean físicos, psíquicos o
espirituales.28. Cuando lleguéis al Cielo, Dios os dará las gracias por cuidar de sus hijos.
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#Coherencia
Coherencia es vivir como se piensa: que haya continuidad entre los pensamientos y
la acción. Es lo que siempre os van a pedir los hijos: que vuestras palabras estén
refrendadas por vuestras acciones. En educación es clave. Ellos aprenderán que las ideas
y los valores están por encima de la presión ambiental.
La persona equilibrada
sabe mantener sus principios.
1. Si les enseñáis que los conflictos se solucionan a golpes, los hijos solucionarán sus
problemas a golpes también.
2. Si les enseñáis que hay que gritar para tener razón, los hijos te gritarán para tener
razón también.
3. Si os ven mentir para evitar un problema, los hijos os mentirán cuando tengan que
evitar un castigo.
4. Los hijos son jueces de las incoherencias de sus padres. Así que atentos.
5. En educación, entre padre y madre no puede haber fisuras.
6. El padre siempre defenderá a la madre delante de los hijos, y viceversa, la madre al
padre. Los criterios educativos se deciden entre padre y madre. Y no os quitéis la
autoridad uno al otro.
7. El peor daño que se puede hacer a los hijos es la separación de sus padres, pues
divide su corazón.
8. Ejemplo: ¿Cómo queréis que lean si no os ven leer nunca? Dad también ejemplo de
cómo usar el tiempo libre.
9. Los hijos han de saber aceptar las consecuencias de sus acciones, pero sin
dramatismos.
10. Los hijos no «salen» como las setas. Salen con el «humus» que ponéis vosotros
dos.
11. Contando con vuestros defectos, ¿sois realmente un buen modelo para vuestros
hijos?
12. La laboriosidad se contagia de padres a hijos.
13. Un hijo no debería decir que su padre tiene siempre razón porque es un chulo.
14. Aprenden la lealtad y la honradez cuando las ven a su alrededor.
15. Que amen siempre la verdad, aunque duela.
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16. Coherencia, coherencia. Siempre nos la van a pedir. Id por delante con el ejemplo.
Está claro que nadie da lo que no tiene: los padres, tampoco.
17. Los chavales desde muy pequeños aprenden que su conducta recibe por vuestra
parte una respuesta; y estas respuestas positivas o negativas son las que
condicionan su conducta.
18. Ellos aprenderán de vosotros el modo de tejer su destino: luchar, caer, levantarse,
retroceder, avanzar, sonreír.
19. Mostrad con vuestras vidas lo que es un proyecto personal y familiar. Y así ellos
también querrán tener uno.
20. Las desilusiones que generan los padres provocan heridas. Sed leales con ellos y
ellos lo serán con vosotros.
21. Los hijos esperan que los padres cumplan la palabra dada o vuestras promesas. No
les defraudéis con excusas, que en el fondo son comodidad.
22. Día a día, ellos registran vuestras respuestas, modo de ser, modo de sobrellevar las
dificultades, los enfados… Preguntaos: al cabo de los años, ¿qué imagen tendrán de
nosotros?
23. Necesitáis formación. Si no, repetiréis los mismos esquemas educativos que usaron
con vosotros. Y los tiempos son otros.
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#CarácterYPersonalidad
La personalidad surge y se madura con la suma de varios componentes: la genética,
el ambiente, la familia, la educación, etc. Y se va desarrollando hasta la madurez. Cada
hijo, como bien sabéis, desde que nace es diferente. La educación consiste en extraer de
ese hijo, distinto a todos los demás, todas las maravillas encerradas en él. Las pautas
educativas han de ser personalizadas.
Conoced bien a vuestro hijo,
para que él se pueda conocer bien.
1. Estad atentos a los hijos más callados. Debéis ayudarles a abrir su corazón.
2. Los corazones tímidos pueden dar muchas sorpresas.
3. Charlad mucho con los hijos.
4. Si veis algún hijo/a tímido/a o inseguro, ábrele tu corazón para que él/ella te pueda
abrir el suyo.
5. Cada hijo es irrepetible y único. Tiene su forma de ver, de observar, sus ilusiones,
su resonancia, su experiencia, su sensibilidad… Acepta esa maravilla.
6. Fomentad la creatividad y la sensibilidad de cada hijo: cada uno, a su nivel.
7. El carácter de vuestro hijo/a va a depender en gran parte de cómo le tratéis.
8. Aprende cómo es el carácter de tus hijos, para fomentar sus puntos fuertes y
animarles a luchar en sus carencias.
9. Las dificultades ayudan a desarrollar la personalidad. No se las evitéis. Tendrán
una personalidad más sana si les enseñáis a afrontar positivamente las
contrariedades de cada día.
10. Fortalecer y dar seguridad a cada hijo es una misión continua.
11. Las cañas son zarandeadas por el viento. Se doblan, pero no se parten. Así debería
ser la personalidad de los hijos.
12. Decidles que no huyan ante los desafíos comunes de la vida. Son el modo de ganar
en fortaleza.
13. Si huyen ante la dificultad o la derrota, generarán complejo de inferioridad y baja
autoestima. Enseñadles a «pelear». Necesitáis hijos fuertes y de voluntad firme.
14. Las amenazas, para que sean buenos, no son sana pedagogía. En el momento en
que no estéis vosotros dejarán de ser buenos.
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15. Explicadles el porqué de todo, así aprenderán a tener un sano espíritu crítico.
16. Tratad a cada hijo según su propia personalidad. Conoced bien su carácter y
aprended cómo ayudarle.
17. De cada hijo hay que extraer toda su magnífica potencialidad y quitar todo lo que
estorba para ser una persona cabal.
18. Sembrad en los hijos las ganas de aprender porque la ignorancia es negativa.
19. Hacedles ver que no nos cae bien todo el mundo, ni caemos bien a todos. Pero a
todos debemos un trato amable.
20. Ese hijo díscolo y rebelde es el que más necesita de vuestro cariño.
21. No vale café para todos.
22. No todos los hijos tienen la misma capacidad de anticipar las consecuencias de sus
actos. Enseñadles con calma y tranquilidad.
23. La imaginación elabora fantasmas que les hacen sufrir y que hay que enseñar a
desmontar.
24. Por su indefensión, las continuas descalificaciones a un hijo/a lo pueden hundir.
Buscad soluciones, no recriminaciones.
25. Desarrollad la iniciativa y la toma de decisiones en los hijos. Es un modo
magnífico de hacerles crecer.
26. Hay padres tan posesivos y autoritarios que los hijos desarrollan la indefensión
aprendida: no pueden cambiar nada, no pueden controlar nada. Y mantienen una
desidia por todo.
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#AutoestimaYAutoconcepto
Los hijos necesitan una valoración positiva que les dé una imagen de sí mismos
segura y coherente. Quieren mantener un buen concepto de sí mismos y responder
positivamente a las expectativas que los demás —vosotros, profesores, etc.— depositan
en ellos. Los hijos con una sana autoestima y un buen autoconcepto presentan más
seguridad, optimismo y confianza en sus posibilidades; ven las dificultades como un reto
y presentan mayor bienestar físico y psicológico.
Los hijos desean sentirse
queridos, satisfechos y valiosos.
1. Cada hijo debe sentir que es aceptado de uno modo incondicional y permanente.
2. Independientemente de su forma de ser, cada hijo tiene que sentir que es valioso
ante vuestros ojos. Las comparaciones son siempre odiosas: no les comparéis ni
con otro hermano o amigo o vecino. Salvaguardad su autoestima.
3. Los hijos necesitan de vuestro afecto y cariño de un modo constante y estable, por
encima de cansancios y enfados.
4. No se trata de ser ciegos ante los defectos de los hijos, sino de que se sientan
queridos a pesar de esos defectos, que siempre podrán corregir.
5. Ellos esperan siempre que les corrijáis sus errores, pero también que elogiéis sus
aciertos.
6. La seguridad y confianza que les deis les reafirmará en su valía y les dará seguridad
en sí mismos. Implicaos en las necesidades y peculiaridades de cada hijo.
7. El valor que se den a sí mismos dependerá del valor que les estéis dando en estos
momentos. Confiad siempre en su capacidad de mejora.
8. El proyecto que tengáis para cada hijo ha de ser realista: las metas las ha de
alcanzar con sus fuerzas.
9. La experiencia de sentirse querido va a marcar positivamente a vuestro hijo para
siempre. Pero el amor también es realista.
10. El hijo será tanto más seguro cuanto más establey confiado sea el cariño de su
madre.
11. El hijo será tanto más seguro cuanto más disponible y estimulante sea la conducta
del padre.
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12. El hijo ha de aceptarse a sí mismo como es, con su valiosa forma de ser, sus
limitaciones y la necesaria lucha por mejorar. Y vosotros le debéis ayudar.
13. La autoestima viene también dada por lo alcanzado, por lo conseguido. Poco a
poco aseguraos de acrecentarla en cada uno.
14. Pensad que la autoestima es la mejor vacuna contra los problemas psicológicos.
15. La autoestima crece con dos raíces: el valor que el hijo percibe en familia, y su
experiencia personal. Y camina con dos pies: el autoconcepto y el sentimiento
de autoeficacia.
16. La autoestima va muy ligada a las experiencias tempranas que tenga el hijo de ser
aceptado, rechazado o indiferenciado.
17. La autoestima es deudora de la vinculación del niño con su madre, en etapas muy
tempranas.
18. Autoestimarse significa haber sido previamente estimado y querido por los padres.
19. Vuestro hijo aumentará su propia valía en la medida en que le ofrezcáis vuestro
afecto. Toda persona se percibe a sí misma como valiosa en la medida en que
siente que es querida.
20. Los hijos perciben lo que valen a vuestros ojos en la medida del valor de lo que les
dais, y de lo que esperáis de ellos. Examinaos.
21. El hijo llegará a confiar en sí mismo si ha experimentado la confianza en sus
padres. La indiferencia de los padres mata la autoestima.
22. Educar a los hijos en libertad es un modo de hacerles crecer su autoestima.
23. La autoestima que desarrolle el hijo ha de estar basada en la verdad y en proyectos
vitales a corto plazo que pueda ir consiguiendo.
24. Tenéis que conseguir que los hijos tengan autoconfianza en sus posibilidades de
aprender. Es el alimento que necesita su autoestima.
25. Los hijos con una sana autoestima asumen tanto el éxito como el fracaso: de los
dos aprende.
26. Una importante base para la autoestima es que los hijos, conforme vayan
creciendo, se sientan dueños de su propio destino.
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#Autoridad
La autoridad en los padres es natural, y los hijos la aceptan psicológicamente sin
reservas porque todo lo que hacen y dicen los padres es para su bien. Dirige a los
componentes de la familia hacia el bien común y hacia el bien de cada uno.
La autoridad es una responsabilidad
que hay que ejercitar con serenidad
y con buen humor.
1. Los hijos agradecen la autoridad siempre que no sea arbitraria ni incoherente.
2. Cuando digáis sí, sea sí, y cuando digáis no, sea no. Es mejor retrasar la orden, el
castigo o el consejo, que modificarlo.
3. Unidad de criterio entre los padres. Consensuad vuestras decisiones. Si el otro/a no
está, pensad qué diría, seguro que aciertas. No os quitéis la autoridad uno al otro.
4. La autoridad no se impone, se gana con el ejemplo.
5. La autoridad bien entendida está muy lejos de la agresividad.
6. Una actitud para ganar en autoridad: reírse mucho en casa.
7. Si alguna vez os echan en cara que os habéis equivocado… reconocedlo y pedidles
perdón si hace falta. En ese momento habréis crecido en autoridad.
8. Cuando los hijos os desafíen, no impongáis la autoridad, recurrid al diálogo.
9. La figura del padre o madre rígidos o autoritarios es una figura llena de
inseguridad, fragilidad e incoherencia. Huid de ella.
10. Todo mal comportamiento ha de tener unas consecuencias ya previstas: no
improviséis los castigos.
11. Con el ejemplo hay que enseñar a los hijos a decir siempre la verdad, aunque
cueste.
12. La educación de los hijos es cosa de dos: nadie ha dicho que sea exclusivo de la
madre.
13. Cuando os equivoquéis, que os vean rectificar, así aprenden ellos también.
14. Si solo os fijáis en lo malo… no os agradecerán nada.
15. Se sentirán más libres y serenos si les enseñáis las claves del comportamiento en
casa y fuera de casa.
16. Fundamentad vuestras afirmaciones: la verdad debe ser sólida.
17. Los mensajes han de ser concretos. Huid de las generalidades.
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18. Os obedecen porque os quieren, pero explicad el porqué de las decisiones.
19. El diálogo es la mejor arma que tenéis para educar.
20. Huid de los dos extremos: ser demasiado bondadosos y decir a todo que sí, y el
rigorismo que a todo dice que no.
21. Si queréis que vuestros hijos no sean manipulables, no les manipuléis vosotros.
Respetad tanto su sí como su no.
22. El amor y la alegría se registran intensamente en la psicología del niño; pero —no
olvidéis— también el miedo.
23. No os faltarán al respeto si han recibido de vosotros amor incondicional y les
habéis hecho crecer en autonomía.
24. Las prisas generan ansiedad. Entonces lo resolvéis todo a gritos y os hacen perder
autoridad.
25. Con gritos y malas caras los hijos pueden obedecer, pero no los educáis porque no
interiorizan vuestro mensaje. El corazón se abre solo a las buenas maneras y a la
sonrisa.
26. Si lo hacéis bien, cuando seáis mayores, solo tendréis la autoridad moral sobre los
hijos, y, por eso mismo, oirán vuestros sabios y expertos consejos.
22
9
#Autocontrol
Todos los niños quieren satisfacer sus deseos de un modo inmediato. Les cuesta
controlar sus impulsos y no saben lo que es esperar. Los hijos han de saber encauzar los
enfados, la ira, la agresividad y la fantasía. En esta sociedad tan llena de estímulos
audiovisuales, el pensamiento es necesario para tomar decisiones. Trabajar sin la
satisfacción inmediata les hará mejores, más resistentes a los obstáculos. También han de
aprender a ser buenos gestores del tiempo.
El dominio de sí mismo es necesario
para amar y para madurar.
1. Importante: enseñar a generar el pensamiento antes que la acción.
2. El mejor autocontrol vendrá de hacerles pensar. Hay que educar para hacer, no lo
que primero se les ocurra o lo más fácil, sino lo mejor.
3. Aunque en el ambiente no sea así, premiemos la reflexión frente a la acción.
4. Hacedles reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. Y, siempre, serenidad.
5. Enseñadles a «pinchar» los globos que la fantasía monta en su cabeza. La realidad
es más sencilla que lo imaginado.
6. Atentos a los más imaginativos, pues «viven películas» que no son reales.
7. Ellos aprenden de vosotros cómo se manejan los problemas: si os pueden más los
nervios que la cabeza, si os dejáis llevar por la ansiedad antes que por la serenidad,
etc.
8. La falta de autocontrol en los hijos es porque les habéis educado solo con
recompensas externas. Y no les enseñáis la autosatisfacción del deber bien
cumplido.
9. Enseñad con el ejemplo el control de los impulsos. No coger el móvil cuando se
está hablando con otra persona o durante la comida, etc.
10. Alabadlos cuando se porten bien. Así reforzáis los buenos comportamientos.
11. Enseñadles el valor de retrasar la recompensa. Así aprenden a ser dueños de sí
mismos.
12. Un gran reto para los padres: enseñarles a querer lo que uno debe hacer.
13. Con vuestro ejemplo, que nunca pierdan la capacidad de admiración, ante el bien,
ante la belleza…
23
14. Un buen programa: cada cosa a su tiempo… y tiempo para todas las cosas.
15. Recordadles que las personas no cambian, mejoran… poco a poco y lucha a lucha.
16. Enseñadles a ponerse objetivos y a cumplirlos.
17. Atentos a los hijos que prefieren la comodidad de la inmadurez.
18. Han de ver que es normal que se critiquen sus actuaciones y se les lleve la
contraria. Viva la diferencia. Qué aburrido si fuéramos todos iguales.
19. Explicadles que les han de querer como son; que no proyecten una imagen de sí
mismos en función de los deseos de los demás.
20. Crecer es también aceptar que todos tenemos malos momentos. Ellos y vosotros. Y
que no pasa nada.
21. Formad la conciencia de lo que es aceptable o inaceptable en sus conductas. Y
vosotros sois sus modelos.
22. La sociedad diluye la frontera entre el bien y el mal. Vosotros enseñad que hay
conductas constructivas y conductas destructivas de sus vidas.
23. El niño que se cría entre hermanos aprende con facilidad el respeto a los demás,
entiende los sentimientos ajenos ydiseña los límites de la convivencia.
24. Los protagonistas de su vida son ellos mismos. Y vosotros les acompañáis. Y no es
poco.
25. No podemos educar hijos fuertes por fuera y débiles por dentro. Aprended a decir
NO a los hijos.
26. Comprended que la tarea más difícil es manejarse uno a sí mismo. Y los hijos han
de aprender esa tarea. Que todo lo que obtengan o logren, sea el resultado de su
esfuerzo o de su espera.
24
10
#CansancioYDolor
La enfermedad, la muerte, el dolor, el cansancio enseñan que la persona es limitada y
temporal. Los cansancios físico y psicológico nos acompañan constantemente como
fruto del trabajo y de las preocupaciones. Vosotros tenéis que dar ejemplo de cómo
gestionar esas situaciones dolorosas. Todos maduramos y nos hacemos más realistas con
los reveses que da la vida. Solo los golpes nos hacen más fuertes.
Los momentos de dolor son siempre
una oportunidad para crecer y aprender.
1. Los momentos de cansancio no son buenos ni para tomar decisiones ni para iniciar
discusiones.
2. Hay que hacer una educación sobre el dolor: así no aparecerá el desconcierto
cuando el dolor llame a su puerta.
3. Habladles de vuestras luchas y dificultades, de vuestros cansancios, pero también
de vuestros logros, sueños y alegrías.
4. Siempre será cansado el educar. Pero no olvidéis que lo hacéis mejor de lo que
pensáis, porque el amor ayuda casi siempre a acertar.
5. Vuestros momentos de cansancio y hartazgo también son educativos para los hijos.
Mirad a ver cómo los manejáis y ayudaos mutuamente.
6. Descansad con ellos, haciendo planes familiares divertidos.
7. En los momentos de cansancio, que los hay y muchos, mirad los toros desde la
barrera.
8. Podéis llegar cansados de la jornada laboral, pero los hijos necesitan vuestra
alegría.
9. Hay que ser valientes para mantener el NO el tiempo adecuado.
10. Igual que tenéis malos días, vuestros hijos también los tienen. Si vosotros os
cansáis, ellos también.
11. Vuestros propios «fantasmas» no los podéis transmitir a los hijos.
12. No siempre tenemos las mejores «explicaderas» ni ellos tienen siempre las mejores
«entendederas».
13. Los hijos han de aprender que no todo se soluciona con pastillas.
14. Tened en cuenta que también los hijos sufren y lloran a solas, sin que lo sepáis.
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15. Explicadles que amar también significa sufrir, y el sufrimiento es un compañero
del viaje de la vida.
16. Decidles que es necesario y saludable aceptar las propias limitaciones.
17. Enseñadles que el dolor, si se puede, se quita; si no, se ofrece. Sin dramatismos.
18. Es bueno que vean la enfermedad y la muerte en otros, porque es la condición
humana.
19. La enfermedad y la muerte vividas natural y sobrenaturalmente son fuente de
maduración para los hijos.
20. Hay situaciones en que, por el bien común, conviene meterse en cama y
desaparecer.
21. Los problemas no pueden generar preocupaciones. Si se pueden resolver, producen
ocupaciones. Si no se pueden resolver, aceptad las limitaciones. Dad ejemplo.
22. Unas buenas películas os pueden ayudar a descansar y a fomentar en los hijos el
amor, la delicadeza, la paciencia, la constancia, la preocupación por los demás, etc.
Pedid consejo.
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11
#AfectosYSentimientos
Los sentimientos de los hijos y de los padres se cruzan constantemente en la vida
familiar. Los padres educáis día a día los sentimientos de forma natural y espontánea.
Ayudadles a que se conozcan, que es la tarea más difícil de todas: cómo son sus
reacciones, que reflexionen ante sus impulsos, qué es lo que les preocupa o les hace
llorar o les hace reír, o… Todos tenemos nuestra propia resonancia ante las
circunstancias externas.
Hasta la madurez,
su corazón es un amasijo de emociones
y deseos al que pueden poner orden
con vuestra ayuda.
1. Una parte importante de la educación es comprender sus estados de ánimo: sus
alegrías y sus llantos.
2. Atentos porque una humillación puede dar al traste años de amor. Mirad a los ojos.
3. Ningún hijo puede sentir jamás la amargura de la soledad o de la indiferencia.
Todo lo de vuestros hijos os debe interesar, y mucho.
4. Más que un corazón lleno de cosas, lo importante es un corazón enamorado. Un
corazón enamorado mueve montañas: mostradles biografías de enamorados.
5. Enseñadles a ser amantes de la verdad, del bien y de la justicia. Aunque cueste.
6. La falta de cariño fabrica jóvenes inestables e indolentes que no levantan la mirada
del suelo.
7. Explicadles qué son los sentimientos y para qué les sirven.
8. Enseñadles a buscar las raíces de sus sentimientos y emociones. Son una fuente de
conocimiento propio.
9. Animadles a expresar sus pensamientos y sus sentimientos. Valorad ese esfuerzo.
10. Fomentad en vuestros hijos sentimientos hermosos y nobles. Huid de la
mediocridad.
11. Puede que en algún momento necesitéis la ayuda de un psicólogo, pero vuestros
hijos lo que necesitan es vuestra comprensión y vuestra ayuda.
12. Si queréis amueblar su cabeza, la pista de acceso es el corazón. Y los jóvenes
tienen un corazón muy grande.
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13. Fomentad en los hijos los sentimientos de eficacia.
14. Si les dais serenidad, vuestros hijos serán serenos.
15. La sociedad les enseña mucho sobre el mundo exterior, pero cada vez saben menos
de su mundo interior. Eso es tarea vuestra.
16. Los hijos tienen que poder consultaros espontáneamente sus emociones y
necesidades de todo tipo.
17. Si queréis llegar a su cabeza, pasad antes por su corazón. Y en muchas ocasiones
hay que pasar antes por el estómago.
18. Ojo con los hijos que no saben canalizar su ira.
19. Explicadles que todos los problemas tienen soluciones. Y no se resuelven a
puñetazos, o fumando un canuto, o una borrachera: así se complican.
20. Es importante que en su mundo sepan distinguir entre pensamiento, imaginación y
sentimiento. Que el pensamiento es más importante que el sentimiento. Y que a la
imaginación, que es la «loca de la casa», no le hagan mucho caso.
21. Si vuestro hijo/a se esconde en la autocompasión, demostradle que no tiene razón,
y que tome las riendas de su vida.
22. El corazón hace cordial a la razón. Y la razón da armonía al corazón. Aplicadlo.
23. Está muy bien que os preocupéis por su cuerpo y por su inteligencia, pero también
preocuparos por su personalidad y su corazón.
24. Para evitar personalidades encogidas, el amor de los padres ha de ser muy
generoso.
25. Enseñad a cada hijo a valorar lo bueno, lo bello, lo justo, lo honrado y lo cierto.
Todo lo negativo ya lo ven ellos.
26. Debéis conseguir que cada hijo/a se sienta una parte integrante e importante de la
familia.
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12
#Adolescencia
Este apartado merece un libro entero. Hay mucha literatura sobre la adolescencia. Lo
mejor que se ha escrito es que no existe la adolescencia, sino el adolescente. Es una
etapa en la que el hijo, la hija, han de madurar y tomar muchas decisiones. La
inseguridad y las hormonas se juntan para ofrecer una imagen de rebeldía sin sentido. Es
una etapa difícil que hay que tomar con buen humor.
Cada vez que un hijo
pasa por la adolescencia,
toda la familia madura.
1. Un adolescente no es un niño y solo pide espacio para desarrollar su personalidad.
2. El adolescente quiere llamar la atención siempre: o por su ropa, o por su peinado, o
por su fuerza, o por su inteligencia, o por sus tonterías. Seguid confiando, ya se le
pasará.
3. Los adolescentes aceptan la autoridad de los padres si ven en ellos coherencia.
4. Los adolescentes son un revoltijo de hormonas y afectos. Hacedles caso,
prestadles atención.
5. Cuidado con los que no dan guerra durante la adolescencia. Al final la darán y a
destiempo.
6. Explicad a vuestros adolescentes que han de humanizar su sexualidad: que no son
un objeto de placer al que otros pueden acceder.
7. Primar el sentido del amor hará que la sexualidad del adolescente madure, salga de
su narciso yo y capte el sentido de la diferencia de sexos.
8. Que no se preocupen tanto de su imagen externa como de su imagen interna.
9. No os preocupe tanto los tatuajes de la piel,como los «tatuajes del cerebro». Los
de la piel son más fáciles de quitar.
10. No les pediréis que sean héroes, pero sí fuertes ante sí mismos. Personas que se
mantienen de pie, que conocen sus fortalezas y sus debilidades.
11. Actitud: escuchar, hacerles reflexionar y pactar. Pero no todo es negociable.
12. Animadles a que pongan metas y proyectos ambiciosos en sus vidas.
13. Proyectadles positivamente en el futuro para que se motiven.
14. Las expectativas que tengan los hijos de sí mismos dependen, sin perder de vista la
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realidad, de vuestras expectativas sobre ellos.
15. Transmitid a los hijos un proyecto de vida, una misión que cumplir: quien tiene una
meta por la que vivir encuentra siempre un cómo.
16. La toxicomanía y la anorexia evidencian un claro desprecio hacia el cuerpo.
17. Se consume droga por curiosidad, pero también por falta de madurez.
18. Hay chavales que consumen droga como una forma de automedicación. Estad
atentos a los impulsivos e hiperactivos.
19. Prevención para el consumo de drogas: enseñadles a manejar sus «bajones»,
hacedles ver que todo tiene arreglo.
20. Decidles que no conocéis a nadie que consuma droga que sea feliz. Es el camino de
la derrota, del fracaso.
21. Es una etapa estupenda para hacer mucho deporte. Dadles ejemplo y, si es posible,
compartid ese deporte.
22. El adolescente rompe con su mundo de infancia pero todavía no es aceptado en el
mundo de los adultos. Tratadlos como personas mayores, aunque alguna vez
demuestren su inmadurez.
23. Hay ocasiones en que los adolescentes no se aguantan ni ellos mismos dentro de su
propia piel. Pero siempre tienen un gran corazón.
24. Todo lo ven en blanco y negro. Explicadles que existen los grises.
25. Atentos porque juzgan muy cruelmente a los demás y a sí mismos.
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13
#Amistades
La amistad es una gran educadora, pues acepta de modo incondicional al otro, le
comprende y le hace sentirse necesitado. Confianza plena y cariño la enmarcan. En las
primeras etapas de la vida los amigos/as influyen mucho. Y no podéis olvidar que entre
los amigos además de lazos afectivos se generan aprendizajes mutuos que son duraderos
por anclarse en el corazón.
Meted en casa a los amigos
de vuestros hijos e hijas.
1. Si se cultiva, se puede llegar a tener una profunda confianza con los hijos. Pero no
es algo espontáneo: hay que echar horas con ellos/as.
2. Un ideal: ser amigo/a de tus hijos. Pero no olvides que la amistad se basa en
aceptar a la otra persona como es, preocuparse por sus cosas y confiar en ella.
3. Lo que no puede ser es que los amigos y compañeros conozcan mejor a vuestro
hijo/a que vosotros mismos.
4. Vivid la lealtad con ellos. Preocupaos de sus necesidades, no solo las materiales.
De vosotros han de aprender lo que es un amor incondicional.
5. Ellos aprenden a tratar a sus amigos de cómo os comportáis con los vuestros. Sois
su referente.
6. Un refrán: dime con quién vas… y te diré cómo te comportas. Recordádselo a los
hijos.
7. Decidles que la verdadera amistad está siempre dispuesta a ayudar o a acompañar,
y siempre a rezar.
8. Propiciad que vuestros hijos tengan amigos. Necesitan de sus iguales para aprender
las habilidades sociales.
9. Recuérdales que el valor de una persona está en su cabeza y en su corazón, no en el
espejo.
10. Tened las puertas abiertas a los amigos/as de vuestros hijos/as. Más vale un poco
de desorden que no saber con quién va.
11. Los amigos/as han de poder pisar la casa. Acogedlos y conocedlos, así podréis
aconsejar mejor a los hijos.
12. Vosotros educáis pero ellos tienen… su tiempo, sus amigos y su libertad. Tened
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paciencia.
13. Explicadles que hay amistades que dignifican, y otras que son cadenas que lastran
su libertad y su personalidad.
14. Pensad que ese amigo/a puede ser la única persona con la que vuestro hijo/a hable
sinceramente y abra su corazón.
15. Os interesa conocer y preocuparos por la formación de esos amigos/as porque serán
las personas que aconsejen a vuestros hijos en sus grandes o pequeñas dificultades.
16. Los hijos no deberían tener una doble vida: una en casa y otra con los amigos o
compañeros. Mirad por qué puede pasar esto.
17. El horizonte semanal de un joven no puede ser la borrachera del fin de semana.
18. Enseñadles a que distingan entre compañeros/as y amigos/as.
19. Que busquen amigos de verdad, pero recordadles que no hay nadie perfecto.
20. Reflexionad en que una cosa es la amistad y otra el desbordamiento de la ternura.
Explicadlo en su momento al que lo necesite.
21. Haceos amigos de sus amigos y tendréis ganado mucho terreno para educar.
22. Pensad que el amigo/a puede ofrecer al hijo/a una visión del mundo diferente a la
que le dais vosotros. Ayudadle a tener un sano espíritu crítico.
23. Si vuestro hijo no tiene amigos, y no sale con nadie, hay que analizar cómo se ha
llegado a esa situación. Preocuparos.
24. Hacedles ver que la verdadera lealtad humana tiene su anclaje en la lealtad a Dios.
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14
#Confianza
Confiad siempre en los hijos, aunque alguna vez os mientan. La confianza es la base
para educar a una persona. Se educa desde el principio de sentir que el otro espera de ti
algo mejor siempre. Hacedles ver que romper la confianza es algo grave.
Confiad en esas cabezas y esos corazones
que se van abriendo paso en la vida
y que quieren hacer las cosas bien.
1. No desconfiéis por principio. Al contrario, aunque algunas veces fallen, confiad en
ellos.
2. La confianza no se improvisa, requiere tiempo y… hechos.
3. La confianza y la libertad van de la mano. Confía en tu hijo/a porque también
quiere hacer las cosas bien.
4. La confianza no se impone, se gana. Si no la ganáis de pequeños… de mayores,
mucho más difícil.
5. Creed en vuestro hijo y luchará por ser mejor.
6. Si vuestro hijo os miente, es que estáis lejos de su cabeza y de su corazón. Hay que
recuperar terreno.
7. ¿Qué es lo que quiere un chaval? Sentirse querido, respetado y escuchado.
8. De bien pequeños confiadles responsabilidades: ¡cómo crece su personalidad!
9. Es mejor que los chavales se avergüencen de haber abusado de vuestra confianza.
10. Cuando han roto la confianza, los hijos no miran noblemente a los ojos.
11. Tratad a los hijos con lealtad, con confianza, con sinceridad y… con serenidad.
12. No tratéis de mentirosos a los hijos delante de los demás: perderéis su confianza.
Decídselo luego, a solas.
13. Si no os fiais de vuestros hijos, en casa tendréis unos perfectos hipócritas.
14. Demostradles que creéis todo lo que os dicen… aunque tengáis «la mosca detrás de
la oreja».
15. Decidles que, cuando tengan un problema, vosotros estaréis siempre ahí para
ayudarles.
16. Se trata de conseguir que cada hijo sea autónomo, se valga por sí mismo.
17. Vuestras expectativas sobre los hijos han de ser realistas. Conocedlos bien.
18. ¿Por qué de todas las notas nos fijamos solo en las más bajas?
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19. Toda persona necesita intimidad. Los hijos, también. No tratéis de airear el
santuario de sus luchas.
20. En educación, la línea más corta entre dos puntos no es la línea recta: hay que
triangular.
21. Si vosotros tenéis miedo a la verdad, vuestros hijos os mentirán, y creerán que
hacen bien.
22. No os escandalicéis jamás de lo que os cuenta un hijo en confianza.
23. Decidles que «pueden» engañar a los demás, a sus padres… pero que jamás se
engañen a sí mismos.
24. Los hijos no esperan de vosotros jamás que les podáis engañar. Siempre os creen.
No defraudéis.
25. Confiamos, pero es altamente recomendable que hijos e hijas duerman en casa.
26. Mostrad siempre confianza en su capacidad o, al menos, en su capacidad de lucha.
Aunque sean muchos sus defectos, confiad en que luchen por mejorar.
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#CorazónYSexualidad
El corazón es lo más íntimo que hay en el hombre. Guardar el corazón significa
defender la intimidad, los afectos, lo más entrañable del alma. Es lo que se entrega
cuando se ama. El amor es donación. Y el verdadero amor será darse uno mismo. Pero
nadie da lo que no posee, de ahí la importancia de poseer elpropio cuerpo, la propia
alma y el propio corazón para poder darlos a la persona amada.
Enseñadles a ser señores de sí mismos
y a que distingan entre deseo y amor.
1. La educación de la afectividad y de la sexualidad son vuestras. Implicaos.
2. Habladles de la grandeza y sentido del amor humano.
3. En el padre tienen que ver los hijos cómo un hombre ama apasionadamente a una
mujer, su madre.
4. En la madre tienen que ver los hijos cómo una mujer ama con locura a un hombre,
su padre.
5. Explicadles que ellos son fruto de vuestro amor limpio; del amor limpio entre un
hombre y una mujer.
6. Enseñadles que en el corazón del hombre y de la mujer van a encontrar ideales
nobles y bajas miserias. Que no se asusten y luchen. Lo importante es luchar.
7. Cuando llegue el momento, habladles de la importancia del corazón, para que no lo
lleven en la mano como diciendo ¿quién lo quiere?
8. Es necesario explicar el valor estupendo y sagrado del cuerpo y del sexo.
9. Los primeros que han de vivir los detalles de pudor y modestia en casa son los
padres.
10. Si les enseñáis a vivir el pudor, ellos/as sabrán defender su dignidad. El pudor lo
podemos encontrar en el vestirse, en una mirada o en un chiste.
11. El pudor y el sentido común también se mantienen en la red. Sugeridles que sean
discretos en las fotos que cuelguen.
12. En la educación se ha de respetar el pudor natural tanto del cuerpo como del alma.
13. La intimidad solo hay que mostrarla a las personas que nos pueden ayudar.
Decidles que la dignidad de la persona es un límite para no exhibirse.
14. Hijos, hijas, hermanos, hermanas, cada uno a dormir en su cama.
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15. La banalización del sexo no les va a hacer más felices, simplemente no aprenderán
a amar verdaderamente.
16. Que aprendan que el sexo es en sí mismo algo noble y santo. Y que los problemas
surgen de cómo se usa.
17. Habladles del valor del cuerpo humano, de tratarlo con respeto y de evitar
considerarlo como un objeto de placer, de curiosidad o de juego.
18. No os puede dejar indiferente que vuestro hija/o se entregue al primero/a que pase
a su lado y le solicite su cuerpo y su corazón. ¿Por qué se habrían de valorar en tan
poco?
19. ¿Qué demuestran esas madres que colocan un preservativo en la cartera de su hijo?,
¿y esas que solo hablan de anticonceptivos a las hijas?
20. El autoerotismo esclaviza a la persona en su narcisismo. Amar significa salir de
uno mismo. Y esto hay que explicarlo en su momento.
21. Cuando llegue el momento, tendréis que explicar que la pornografía animaliza y
castra para amar.
22. Determinados ambientes sociales exacerban los impulsos sexuales, sin hacer
reflexionar sobre sus consecuencias afectivas. Enseñad a vuestros hijos a valorar su
sexualidad.
23. Un objetivo perenne: mantener a cualquier coste su dignidad: la de su cuerpo y la
de su alma.
24. Que vuestros hijos tengan presión interior para contrarrestar la presión
exterior.
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16
#Corregir
Amar también es corregir. No queremos dejar en el error a la persona amada. En
metáfora botánica, corregir hace la función de podar, quitar las malas hierbas y enderezar
las posibles desviaciones en el crecimiento. Los padres estáis siempre corrigiendo
porque queréis sacar lo mejor de vuestros hijos.
No os quedéis solo con lo que hay
que «podar», no sea
que las ramas malas no os dejen ver
lo maravilloso que es el árbol
que va creciendo.
1. Para corregir las carencias de los chavales, hay que apoyarse en las virtudes que sí
tienen.
2. No reprendáis enseguida porque no os va a oír. Ni delante de otros porque es
humillante.
3. Un ejercicio muy sano: un día a la semana proponeos pillar a vuestros hijos en lo
que hacen bien, y alabadles. En otros momentos, si les tenéis que corregir, os lo
agradecerán.
4. Corregid siempre a solas, nunca delante de los demás. Y esperad un tiempo: para
pensar y para suavizar las formas. Pero no lo dejéis.
5. Tiene que ser algo muy notable para corregir sobre la marcha.
6. Al corregir hay que contar con el dolor del corregido. Por eso, después tenéis que
recoger a ese corazón herido.
7. Si solo corregís, puede quedarle la sensación de que no hace nada bien.
8. Se trata de ayudar a una persona a corregir un error, no de humillar. Tus hijos son
personas.
9. Si pretendéis corregir en todo, o perderéis fuerza o moriréis en el intento.
Concretad dos o tres puntos.
10. Corregid sin dramatismos.
11. Que vean que los corregís porque les queréis, no porque os hayáis enfadado.
12. Los padres han de ser fuertes para corregir. Un hijo tirano se fabrica a base de
consentir.
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13. No es que no haya que corregir: las formas son las que hacen daño.
14. Corregir tiene que significar que esa elección no le va a hacer feliz. Explicad por
qué esa conducta no es adecuada.
15. No se trata de buscar culpables, sino soluciones. Enseñadles a no quejarse, sino a
resolver.
16. No pasa nada si se equivocan, así aprenden a rectificar y a conocerse.
17. Los castigos han de estar pensados, no pueden ser fruto de un «calentón».
18. Los castigos deberían incidir en los caprichos, no en las cosas buenas en sí mismas:
como hacer deporte, por ejemplo.
19. Si os interesáis de verdad por sus cosas, aceptará amablemente cualquier
corrección vuestra.
20. Preguntad a ese hijo qué merece de castigo por su error: tal vez te sorprendas de su
severidad.
21. No basta con que les señaléis los peligros a los que se pueden enfrentar, mostradles
también indicios para reconocerlos.
22. Siempre hay que comprender, disculpar y ayudar. Siempre.
23. Enseñadles la nobleza de no ocultar sus errores porque sus padres noblemente
comprenderán sus debilidades, aunque tengan que corregirlas.
24. No defendáis sus errores. Ayudadles a corregirlos.
25. Una trampa de la comodidad, ingenua pero muy eficaz: pensar que un error no
tiene remedio. Decidles que todo tiene remedio, menos la muerte.
26. Los adverbios «nunca, jamás, siempre, nada», y el adjetivo o adverbio «todo», son
muy generalistas y muy difíciles de usar en educación.
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17
#LosDemás
Los demás están puestos para que seamos mejores. Que huyan del egoísmo: solo los
narcisistas piensan que van solos por la vida, que todo les es debido. En cambio,
enseñadles a que sean agradecidos a todo el mundo, pues todos necesitamos de todos y
nos servimos unos a otros. Inculcadles que, en la medida de sus posibilidades, deben
hacer felices a los que les rodean. Como dice el refrán: haz el bien y no mires a quién.
Los otros son la escuela
de la generosidad del corazón.
1. Formadles en la preocupación por los demás. Empezando por los que tienen a su
lado: hermanos, compañeros, etc.
2. Enseñadles a rectificar la intención: que hagan las cosas con espíritu de servicio,
por amor.
3. Inculcadles la honda preocupación de hacer algo por los demás. Que den sin
esperar nada a cambio.
4. Decidles que hacen muy bien cuando prestan su tiempo para ayudar a otros. Que
sean generosos con su tiempo, que es lo que más estiman.
5. Fomentad en vuestros hijos acciones de servicio dentro y fuera de la familia.
6. Enseñadles a convivir y a compartir, que los talentos que han recibido son
prestados y para ayudar a los demás.
7. Respetar a las personas, a los animales y a las cosas, indica que han aprendido a
respetarse a sí mismos.
8. La naturaleza es un libro abierto en el que podéis fomentar la curiosidad, el respeto
y el aprendizaje.
9. Que aprendan a respetar a las personas aunque no estén de acuerdo con sus ideas.
10. Es una gran tarea sensibilizarles frente al dolor ajeno. Si es necesario, hay que «dar
clases» para reconocer y comprender los sentimientos de los demás.
11. Las personas discapacitadas son un revulsivo a nuestro egoísmo y un gran bien a la
familia y a la humanidad.
12. Sois vosotros los que debéis dar las primeras lecciones de solidaridad y compasión
por los más necesitados. Interesarse de verdad por los demás lo aprenden de
vosotros.
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13. Enseñad a los hijos a tener corazón por las miserias de los demás: a ser
misericordiosos.
14. Cuidar alos enfermos, visitarles y hacerles compañía es una gran muestra de
solidaridad. También lo es llamar por teléfono a los abuelos, ceder el sitio a
personas mayores o delicadas, abrir la puerta, ceder el paso, etc. Id vosotros por
delante.
15. La falta de respeto a los demás, el racismo, se cultiva o se extirpa en el hogar.
16. Facilitad el que puedan expresar el daño que otros les han hecho.
17. Deberéis explicarles que puede existir el maltrato entre sus compañeros y
compañeras; que no lo apoyen y que os lo cuenten. Que rompan la conspiración del
silencio ante conductas agresivas. Una omisión puede ser tan grave como una
acción.
18. Mirad cómo les podéis explicar que una cosa es «ser chivato» y otra, consentir las
injusticias que se comenten ante sus ojos.
19. Serán felices si aprenden a hacer felices a los demás. El amor es lo único que crece
cuando se reparte.
20. Enseñadles a ponerse en el lugar del otro. Y a compartir su felicidad.
21. Que no vayan de Robinson Crusoe por la vida. Todos dependemos de todos.
22. Los demás no son el enemigo, sino compañeros del viaje de la vida.
23. Con el ejemplo vuestro aprenderán a vivir la amabilidad y afabilidad con todos.
24. Explicadles que es un gran bien para todos hacer reír a los demás. Buscad la
sonrisa del otro.
25. Las carcajadas con los demás tiene que ser lo normal en vuestro hogar.
26. Una tarea urgente: enseñadles a dar las gracias. A vosotros, a sus hermanos, al
profesor/a, al portero, al panadero, al conductor del autobús… ¡a todo el mundo!
«Es de bien nacidos el ser agradecidos».
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#CentroEducativo
Es muy importante que colaboréis con el centro educativo; de este modo los hijos
verán que os interesáis por su formación.
La elección de centro educativo
es un derecho de todas las familias,
que no os puede arrebatar nadie.
1. Los valores que sembráis en vuestros hijos deberían tener continuidad en la
institución educativa a la que asista.
2. Hay algo de lo que no podéis abdicar nunca: vosotros, los padres, sois los primeros
educadores.
3. Un comentario vuestro puede reforzar o destruir la labor de los profesores.
4. Aunque os contesten con monosílabos, preguntadles por lo que les ha ocurrido en
el centro escolar: tareas, examen, preguntas, compañeros, etc. De este modo
demostráis interés por sus cosas, por lo que ellos viven a diario.
5. Interesaos por esos colegios que tengan tutores/as para los chavales: que hablen
con ellos/as personalmente, y que os reciban a vosotros personalmente también.
6. La mejor inversión económica que podéis hacer es la educación de vuestros hijos.
7. Los padres os debéis implicar mucho en los centros escolares donde estudien los
hijos. Preocuparos por la formación que les dan.
8. El centro escolar y vosotros sois un equipo. No consintáis que el hijo/hija os
enfrente. Estableced canales de diálogo.
9. No enfrentéis a los hijos con los profesores. Como buenos jueces oíd las dos partes.
10. Es muy interesante que conozcáis a los padres de los compañeros de vuestros hijos.
Todos formaréis una estupenda red educativa.
11. Conoced a los compañeros de clase con quienes vuestros hijos comparten muchas
horas al día.
12. Los hijos se entusiasman cuando os ven participar en los eventos de su centro
escolar: fiestas, campeonatos deportivos, comidas familiares, etc.
13. Debería haber una buena adecuación entre las características de ese hijo/a y el
centro escolar elegido para él/ella. Reflexionad en las necesidades de cada hijo/a.
14. Los profesores, las profesoras, han de conocer muy bien a vuestro hijo/a para que
cultive todas sus capacidades y aptitudes.
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15. Podéis confiar más en un centro que tenga una buena estabilidad del profesorado.
16. A los profesores debéis exigir no solo buena voluntad, sino también competencia:
que sean unos buenos profesionales.
17. Muchas formas de hacer y pensar las van a aprender de los profesores. Por eso no
es indiferente el centro educativo al que llevéis vuestros hijos.
18. Pedidle a la institución educativa un plan de mejora personal de vuestro hijo/a.
19. Los profesores os han de ayudar no solo a que aprendan matemáticas o literatura,
sino también a formarlos como personas íntegras.
20. En general, los profesores quieren lo mejor para vuestros hijos. Oíd sus consejos,
respaldad sus medidas. Si tenéis discrepancias, hablad.
21. Los hijos, aunque estén en un aula con muchos otros, tienen derecho a ser tratados
de modo único y singular. Cada uno tiene un mundo diferente dentro de sí.
22. Una educación de calidad se podrá dar cuando familia y centro educativo
compartan los mismos valores y principios.
23. A una institución educativa le tiene que caracterizar el formar a sus alumnos/as
también como buenos hijos vuestros y como buenos ciudadanos.
24. Antes de decidir, observad el estilo humano de los alumnos del centro educativo
donde queréis matricular a vuestros hijos.
25. Enteraos bien del ideario del centro educativo. Su concepto de persona humana
repercute en la educación que impartan.
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19
#Diálogo
Con las palabras expresamos nuestros pensamientos y sentimientos. Los hijos
necesitan abrir su corazón, contar lo que les pasa, lo que les hace sufrir, sus sueños, etc.
Es decir, contaros las alegrías y las dificultades de su mundo interior. Para eso, hay que
disponer de tiempo y crear las condiciones adecuadas para que ese corazón se explaye.
Que os puedan decir cualquier cosa que les ocurra y que se les ocurra.
El diálogo con los hijos
es muy positivo y evita
muchas situaciones dramáticas.
1. Dejad hablar a los hijos, y valorad lo que piensa y lo que dice.
2. Hablad mucho con vuestro hijo a solas para conocer la realidad de su corazón y de
su conducta.
3. Facilitadles su desahogo para que no estallen. Y también respetad sus silencios.
4. Enseñadles a expresar sus ideas sin miedo al qué dirán los demás. Para eso tienen
que poder expresarlas en casa sin sentirse ridículos.
5. Cread momentos en que los hijos puedan hablar de sí mismos: de sus experiencias,
sentimientos, deseos, frustraciones, luchas, etc. Les haréis personas francas,
abiertas y amables.
6. Contadles a los hijos pequeños problemas familiares… aunque solo sea para
pedirles oraciones.
7. Tened en cuenta y valorad la opinión de los hijos… les hace crecer su autoestima y
madurar. Y se fijan en más cosas de lo que parece.
8. Que los hijos puedan hablar con confianza a sus padres… ¡de todo!
9. Reflexionad con ellos cuáles son las causas de sus errores o caídas. Y mostradles
las armas para resolver sus problemas.
10. Que no salga de la boca de un hijo: «no tengo nada que hablar con mis padres».
11. Los hijos os harán preguntas sencillas y profundas. Pensad bien las respuestas.
12. Antes de corregir, tratad de conocer las causas de esa conducta. Abrid espacios de
diálogo.
13. A los hijos hay que explicarles las cosas y asegurarse de que lo han entendido.
14. Los padres deben atender todas las preguntas que los hijos puedan formular.
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15. Buscad y fomentad muchos momentos para estar juntos.
16. En lo que es opinable, no dogmaticéis. Enseñadles a pensar por libre.
17. El ayudarle a cumplir un encargo es un buen momento para dialogar con el hijo.
18. Atentos a las rigideces en temas educativos: ¡cuántas veces hay que ceder, para
luego recuperar!
19. Las tertulias familiares forman parte de la socialización de los hijos. Allí se
aprende a guardar turno para hablar, discutir sin herir, expresarse correctamente,
respeto a los demás, etc. Y las opiniones de todos son importantes.
20. Los buenos padres siempre descubren tesoros escondidos en el interior de sus hijos.
Para eso hay que conocerlos bien.
21. De vosotros aprenderán a exponer sus ideas, no tanto a imponerlas.
22. Hacedles ver que se pueden tener razones, pero no siempre se tiene razón.
23. Muchos «diálogos» se realizan mediante el contacto ocular. ¡No lo perdáis de
vista!
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20
#EstudioYLaboriosidad
El trabajo nos hace más humanos, más dignos, mejores, más capaces, más expertos,
más sabios. La pereza anula,no tiene nada positivo, deshace la personalidad. Ahora el
trabajo de los hijos es su estudio, y ahí es donde forjarán las virtudes que necesitan. Más
que los resultados os ha de importar que sean buenos trabajadores, unos auténticos
«profesionales del estudio» cada uno a su edad.
La persona trabajadora
se convierte en un valor
frente a sí misma y los demás.
1. ¿Por qué hay padres que les hacen los deberes a los hijos? Es pura comodidad.
Ayudad a hacer los deberes, pero jamás se los hagáis vosotros.
2. Aunque no lo parezca, todos los hijos quieren hacer las cosas bien. Otra cosa es
que no sepan cómo.
3. Lo que hace madurar a una persona es el trabajo, el estudio. Y querréis que ellos
maduren.
4. En el hogar ha de haber ambiente de estudio.
5. Se empieza y se termina con puntualidad. Es una buena enseñanza, así hay tiempo
para todo.
6. Enseñadles la libertad y el orden que da vivir un horario. Poco a poco, cada uno a
su edad.
7. Tareas sí, pero también ha de haber juego. Con orden hay tiempo para todo.
8. Mentes abiertas. Expandid en casa las fronteras del conocimiento. Transmitid
el afán por saber.
9. Proponedles objetivos académicos y desarrollad con ellos las estrategias oportunas.
10. Vuestro comportamiento transmite la importancia de aprender, del deseo de saber y
del trabajo bien acabado.
11. Enseñadles a trabajar sin miedo al fracaso.
12. Pedidles que sean leales y responsables frente al trabajo.
13. Muchos problemas académicos surgen porque hay problemas en casa.
14. Los disgustos en casa hieren las ganas de trabajar de los hijos.
15. Las notas no son para lucimiento personal, sino recompensa al esfuerzo.
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16. Un suspenso no puede ser algo angustiante, pero tampoco banal.
17. El hijo no existe solo académicamente el día que hay que firmar las notas.
Preocupaos, sin agobiar, de cada examen, de cada prueba, para ir dirigiendo sus
esfuerzos.
18. Un hijo no debería temer dar las notas a sus padres. Si os ocurre, pensad por qué.
19. Vuestros hijos no son solo estudiantes. Son mucho más: personas, corazones, hijos
de Dios.
20. Antes que recuperar al «estudiante» hay que recuperar a la persona.
21. No os pongáis vosotros a dar «clases particulares»; dejadlo en manos de alguien
externo y de confianza.
22. El tiempo libre también ha de ser para engrandecer la personalidad, no para estar
tirado en el sofá.
23. Fomentad sus afanes de hacer preguntas. Y encauzadles para resolverlas.
24. Explicadles que no existe el azar y la suerte, que existe el empeño y el esfuerzo.
25. Enseñadles a ser serenamente responsables tanto de sus éxitos como de sus
fracasos. Ganarán en autoconfianza.
26. Los profesores les pueden enseñar mates o literatura, pero solo vosotros les
podéis enseñar a desarrollarse como personas.
27. Es un gran bien para los hijos poder explicar a sus padres lo que han aprendido esa
jornada.
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#Deporte
Los deportes colectivos desarrollan en los hijos la solidaridad y el compañerismo, les
hace disciplinados y sentirse útiles. Aunque hoy día el deporte puede estar —sobre todo
en adolescentes— salpicado de narcisismo, sin embargo las ventajas superan con creces
los posibles inconvenientes. El deporte puede tener múltiples formas: fútbol, baloncesto,
judo, remo, senderismo, natación y otros cien más: mirad cuál puede ser el mejor para el
desarrollo físico y psicológico de cada hijo.
El deporte es una oportunidad
educativa para los hijos,
sobre todo el deporte en equipo.
1. Según la edad, facilita a tus hijos la práctica de algún deporte que les guste.
2. Un modo de ganarse a los hijos es hacer deporte con ellos. Algunas veces hay que
dejarse ganar, y otras, ya serán ellos/as quienes os ganen.
3. Aunque haya competitividad, enséñales a disfrutar realizando esa práctica
deportiva.
4. Un modo de hacerse amigo de los hijos es mostrar interés por el deporte que
practican.
5. Si hacen deporte, les estáis facilitando la integración entre sus iguales. Y a respetar
los diferentes puntos de vista.
6. Respetar los éxitos del adversario, reconocer los propios errores, tomar decisiones
en situaciones difíciles y aceptar las propias limitaciones. Todo esto lo puede
aprender a lo largo de la vida, o ahora con el deporte.
7. Esfuerzo, sacrificio y autosuperación también se aprenden con el deporte. Y
lograrlo así puede ser más divertido.
8. En el deporte el niño/a aprende que hay reglas de juego, que hay disciplina y
obediencia.
9. Destacad que en el deporte hay que jugar limpio siempre. La honestidad y el
respeto ante todo.
10. Valorad más el esfuerzo puesto en la práctica de ese deporte que en el rendimiento
alcanzado.
11. El deporte es muy bueno para que los hijos aprendan a controlar sus emociones y
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subir en autoestima.
12. Dan pena esos padres que, cuando acompañan a sus hijos a verles hacer deporte, no
dan ejemplo de deportividad.
13. En el deporte aprenden a marcarse metas y a luchar por conseguirlas. Este
aprendizaje es importante para la vida.
14. Hacer deporte es un modo sano y eficaz de encauzar las energías de los
hiperactivos y de los adolescentes.
15. La sana psicología del deporte es ir a pasarlo bien, a disfrutar: ya hay demasiada
competitividad.
16. La mayor parte de los chavales muestran una gran fascinación por los campeones
deportistas. Aprovechad este interés para que ellos mejoren en otros campos: para
llegar a esa cima, se necesita tiempo, esfuerzo y sacrificio.
17. Qué importante es que los hijos sepan ganar y perder deportivamente, porque la
vida es también una continua lucha donde unas veces se gana y otras se pierde.
18. Ayudar a los demás, sacrificarse por los otros, ser paciente con sus errores,
alegrarse conjuntamente, apoyarse en los demás, etc. Todo eso se aprende con
el deporte en equipo.
19. El respeto a los demás y la lealtad al equipo son valores deportivos que debéis
infundirles.
20. La responsabilidad también se aprende haciendo deporte: ha de sacar a su equipo
adelante.
21. La práctica del deporte es un modo de ver cómo responden los hijos ante las
dificultades.
22. La práctica deportiva contribuirá a su buen estado de salud física y psicológica.
23. Una virtud muy importante para la autonomía de los hijos se aprende en el deporte:
la capacidad de sufrimiento.
24. Muchos problemas de autoestima y autoconfianza se resuelven con deporte.
25. No tratéis de convertir al hijo/a en quien va a conseguir vuestros sueños deportivos
no realizados.
26. Cuando el chaval venga de jugar un partido, se le pregunta en primer lugar si lo ha
pasado bien; después, si ha ganado, mucho mejor.
27. Transmitid la necesidad del dominio personal ante momentos conflictivos en la
práctica de su deporte.
28. El ver partidos con vuestros hijos es un motivo de educar en la deportividad. Evitad
esa agresividad que aflora en un partido entre rivales.
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#FortalezaYExigencia
Tal vez sea la virtud que más necesiten hoy día los padres para educar. Si queréis
hijos fuertes, tenéis que ser fuertes. Para exigir, hay que ir siempre por delante con el
ejemplo. No tengáis miedo de exigir lo que es razonable. Explicadles que es por su bien.
En la vida, con buen humor, hay que superar los obstáculos, no evitarlos o rendirse ante
ellos.
Los hijos necesitan aprender
dónde están los límites:
así tendrán un desarrollo armónico
de su personalidad.
1. Hay mucho inmaduro suelto con el «visto bueno» de sus padres.
2. Ante algo mal hecho, el lamento sereno de una madre vale más que mil
conversaciones. Poned límites a sus caprichos de personas blanditas.
3. A los padres se os puede exigir madurez, reflexión y responsabilidad. Desalienta un
padre o madre «adolescente» con constantes cambios de humor e irresponsable.
4. Le falta fortaleza al hijo que se queja de todo. Preocuparos.
5. Si los mimáis, estáis buscando vuestro bien, no el de los hijos.
6. Un hijo no nace déspota. Son los padres quienes se lo han facilitado todo.
Aprended en cabeza ajena.
7. Llenos de caprichos, los obstáculos son un problema, no una oportunidad de crecer.
8. Si los hijosson flojos, blanditos, es porque no se les ha exigido con optimismo.
9. Más vale que ahora lloren ellos a que lloréis vosotros después. Todo con sentido
común.
10. Recordadles que más vale el reproche de un sabio que la alabanza de cien necios.
11. Tenéis que educar hijos que sepan poco a poco afrontar los obstáculos y el
sufrimiento.
12. La resistencia hace crecer a los músculos, ¡dejadles que pedaleen ellos! No les
quitéis los obstáculos. Las personas no nacen fuertes, se hacen fuertes al luchar.
13. Confiad en que los hijos podrán superar los obstáculos. Enseñad cómo pero no
sustituyáis.
14. Enseñadles a que no se rindan ante la adversidad. Nunca «se tira la toalla». La vida
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es un plano inclinado: o se esfuerza uno en subir, o se baja.
15. A un hijo fuerte la vida no lo romperá ni lo agobiará. Para madurar se necesita
lluvia y sol: amor y exigencia.
16. Hay madres y padres que controlan demasiado; y hay madres y padres que
controlan demasiado poco. ¿El término medio?
17. Los padres han de ser valientes para decir NO en muchas ocasiones. En
determinados asuntos no hay plan B: se va a por todas y se persevera en la lucha.
18. Decidles que detrás de los triunfos hay personas trabajadoras y constantes. La
garantía del éxito reside en el esfuerzo continuado.
19. Que aprendan que la causa de su caída no es el pavimento, sino su torpeza; y que se
corrijan.
20. Los padres se sacrifican por sus hijos. Eso está bien. Pero educa más exigirles
sacrificios a ellos.
21. Hay que señalar no solo lo malo, sino también lo bueno.
22. Los chavales conocen mejor lo que está mal que hacer el bien: enseñadles.
23. Llenad sus cabezas de ideales. Si esperáis poco, se esforzarán poco; si esperáis
mucho, se esforzarán mucho. Las expectativas de los padres marcan el nivel de
esfuerzo de los hijos.
24. Hacer el bien siempre cuesta, pero también siempre tiene premio.
25. Explicadles que la principal lucha es contra uno mismo: su flojera, su egoísmo, sus
chapuzas, su sensualidad, su orgullo…
26. Una palabra nueva: autoexigencia. Que allá donde estén sean ellos mismos.
27. Tus hijos vivirán los valores que practiquéis, no los que prediquéis.
28. Entrenamiento: Poned al hijo/a frente a la situación, hacedle pensar las posibles
soluciones, explicad cuáles son las correctas y hacedle ver sus consecuencias.
Luego, que él/ella elija.
29. No eduquéis ni en la venganza ni en el retraimiento, pero existe la legítima defensa.
30. La tenacidad bien usada no es terquedad. Las cosas no salen a la primera.
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#Libertad
La libertad es el terreno fértil en el que crecen los valores y las virtudes. Si respetáis
su libertad, aceptarán de buena gana todo lo que les queráis transmitir. A las diferentes
edades tenéis que enseñar cómo ganar en libertad y en responsabilidad. Han de ver que
no hay libertad sin responsabilidad ni responsabilidad sin libertad.
Con un tono amable y positivo,
todas las situaciones de los hijos
pueden ser motivo de educarles
en la libertad.
1. Dadles libertad y tenedlos cortos de dinero.
2. Los hijos se alimentan de tres raíces: el ambiente familiar, su lucha personal y la
gracia de Dios. Y todo entrelazado por su libertad.
3. Enseñadles a elegir desde pequeños. Y no os conforméis con un «lo que tú quieras»
por respuesta.
4. Dadles la libertad suficiente para que aprendan a ser responsables. Que elijan y,
una vez hecha la elección, asuman las consecuencias: pera o manzana, este plan o
el otro… hasta el final.
5. Vuestros hijos tienen que ser como esas plantas que crecen al aire libre, bajo la
lluvia de las contrariedades, al sol de los inconvenientes. Así se harán libremente
fuertes.
6. Hacedles ver que cada uno desde su libertad elige su conducta. Todo tiene un
porqué.
7. Enseñadles a vivir la maravilla de la libertad bien empleada y cómo madura a las
personas.
8. Explicadles que mediante la lucha y el esfuerzo constante somos más libres.
9. Cada hijo necesita ganar poco a poco su ámbito de libertad dentro del hogar.
10. Enseñadles a gestionar su libertad. Esto también se aprende.
11. La diferencia entre la libertad de excelencia y la libertad de indiferencia se la
tenéis que enseñar vosotros.
12. ¡Cuidado con los hijos que, a la edad que toca, no son rebeldes!
13. Preparad a vuestros hijos para que puedan volar libremente del nido.
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14. Los adultos inmaduros son fruto de la sobreprotección de una madre y de la desidia
de un padre.
15. Si no actúan como piensan, acabarán pensando como actúan. Enseñadles la
coherencia.
16. Aconsejadles cómo manejar su libertad en los tiempos libres, sobre todo los fines
de semana.
17. Enseñad a sacar experiencia de las malas acciones propias o ajenas.
18. Decidles que la libertad es como una gran suma de dinero que se puede invertir
bien o mal. Si se invierte bien, se gana más libertad porque ha sido responsable. Si
invierte mal, la pierde por irresponsable.
19. En casa han de ejercitar la facultad de decidir, y razonar los porqués.
20. Presentadles soluciones, pero no hay que suplir sus decisiones, a la edad adecuada.
21. Generad situaciones en las que los hijos tengan que decidir. No se lo deis todo
hecho.
22. Decidles que, con cada decisión que tomamos, construimos nuestro futuro.
23. Una buena enseñanza: Cada uno es esclavo de lo que le vence: la razón, el amor,
los impulsos o los caprichos.
24. No impongáis una conducta y, en cambio, mostrad los motivos de todo tipo que la
aconsejan.
25. Fomentad las sanas iniciativas de vuestros hijos. Si no lo son, reflexionad con ellos.
26. Estableced normas de funcionamiento en casa que sean claras. Explicadles su
sentido y cómo vivirlas.
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#Magnanimidad
Es la tendencia a lo sublime, aspirar a lo grande. Esa ha de ser la actitud de los
padres hacia los hijos: animarles a que sean «grandes». Solo los magnánimos educan en
magnanimidad. Vuestras miras altas contagiarán sus corazones para que aspiren a metas
altas.
Vuestros corazones magnánimos
serán una escuela para los hijos.
1. Meted en su corazón grandes ideales. Hay familias que empequeñecen a los hijos
para que no se escapen del nido.
2. Sembrad afanes, ideales y proyectos en su corazón y en su cabeza. Algún día
todo eso fructificará.
3. Recogeréis lo que sembréis en sus corazones: egoísmo o generosidad. De ellos
recibiréis lo que les deis.
4. La magnanimidad, corazón grande, la aprenden los hijos de sus padres.
5. Educadles para que se valgan por sí mismos, no para que os necesiten.
6. ¡Cuánto daño hacen las madres sobreprotectoras! No dejan que sus hijos maduren.
7. Algunas madres necesitan ser necesitadas por sus hijos. Y eso es un amor que seca
y asfixia.
8. No seáis como esos árboles que no dejan desarrollarse a las semillas que ellos
engendraron. ¡Ayudadles a crecer!
9. No sois los propietarios de los hijos, sois sus cuidadores y sus modelos.
10. En casa ha de haber paz y alegría. Y lo raro han de ser las discusiones, aunque las
habrá siempre.
11. Cada hijo es una magnífica obra de arte: cuesta y podéis estar orgullosos.
12. Fomentad en vuestros hijos un proyecto de vida, no solo un proyecto profesional.
13. ¡Quitad hierro a muchas situaciones riéndoos… Pero no de las personas, sino de la
situación!
14. Probad a reíros de vuestra impaciencia. Serenaréis el ambiente de familia.
15. En la vida de familia es donde los hijos aprenden lo que es el bien común.
16. Con vuestro ejemplo enseñad a saber ceder por el bien de la familia, por el bien
común.
17. Frente a los hijos tenéis que ser testigos de lo verdadero y de lo bueno.
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18. Enseñadles el valor de la palabra dada. Es una afirmación de su valía personal.
19. Haced planes sencillos que rompan la monotonía. Y consultadlo con los hijos.
20. Los resentimientos generan corazones pequeñitos. Y ellos han de tener el corazón
grande.
21. Los hijos reflejan el amor que les tenéis. En ellos os miran los demás.
22. Debéis estar dispuestos a oír siempre a los hijos en sus enfados y cansancios: ¿qué
te pasa?, ¿te puedo ayudar en algo?
23. Huid de las personas pesimistas

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