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FILOGENIA CARDÍACA El término filogenia, en esta obra, alude a la evolución del corazón a los largo de las especies. Si bien en la actualidad no existen representantes reales de la evolución, se estudian sucesivamente: peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. El objetivo es interpretar como se pasa de un corazón tubular único y dos bombas trabajando en serie. Si bien existen argumentos, al menos conflictivos, se puede concluir que la embriología sigue a la filogenia. Existe acuerdo general que la vida sobre la tierra comenzó en el agua. Los primeros organismos oligocelulares, aunque con una capacidad de evolución infinita, eran de una simplicidad tal que meramente eran "bañados" por su fluido interno y eso era suficiente para satisfacer sus necesidades metabólicas. Este líquido varía según los diferentes tipos de invertebrados. El tipo de circulación más simple en aquellos seres era el sistema abierto, el en cual la bomba que representaba su corazón enviaba el fluido por vasos hacia los tejidos la cual regresaba por conductos no sistematizados. Sin embargo, como gran parte de estos especímenes eran celomados (poseían cavidades), tenían un sistema de vasos cerrado que lograban hacerlos circular, sea por la sola movilidad corporal como algunos nematodos actuales (gusanos cilíndricos), sea por la contracción rítmica de sus vasos, como los gusanos anélidos de la actualidad. Con el aumento del tamaño corporal, algunos sectores del sistema vascular evolucionaron hacia un tubo sacular. Una constante en casi todos los vertebrados es un doble sistema arterial: uno dorsal y el otro ventral. Casi invariablemente el tubo cardíaco evoluciona en el sector ventro craneal y la dirección de la circulación es de la cola a la cabeza (caudo-cefálica), donde la sangre regresa del cuerpo a una cavidad (seno venoso-aurícula) y pasa a otra 142 FILOGENIA CARDÍACA
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