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GUÍA DE APRENDIZAJE Nº6 ASIGNATURA: Lengua y Literatura DOCENTE: Diana Llancapani Juan Pablo Mora Rodríguez NIVEL: 8° básico UNIDAD TEMA Unidad I: Epopeyas El héroe mítico y los relatos cinematográficos ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE: Leer y analizar características generales sobre los relatos heroicos en la cinematografía con actitud comprometida. INSTRUCCIONES: - Leer guía teórica n°6 - Realizar las actividades presentadas Nota: Puedes anotar las respuestas en tu cuaderno - Dudas y consultas a los correos: 8°A profesorjuanpablomora@gmail.com 8°B lenguaje2020sanjose@gmail.com El héroe mítico y los relatos cinematográficos Los personajes heroicos suelen darnos la personalización de los valores de una sociedad. En su habilidad para enfrentarse al destino, a las adversidades y a los dioses, radica su importancia y la posibilidad misma de utilizar esta figura en la cinematografía e incluso en la propaganda. Así, el héroe se ha utilizado como un recurso discursivo desde tiempos inmemoriales, con el objetivo de movilizar a los hombres hacia determinadas causas que exigen de ellos enormes sacrificios. El héroe es un ser que habita en los relatos simbólicos, nace en la literatura mítica. Su capacidad de enfrentarse a las adversidades con el objetivo de cumplir con la tarea dada por un destino, lo convierte en un personaje idóneo para ser utilizado en las historias cinematográficas. mailto:profesorjuanpablomora@gmail.com mailto:lenguaje2020sanjose@gmail.com - El héroe y los relatos Las primeras reflexiones acerca del héroe, sus características y más exactamente de sus cualidades, se encuentran en la tradición filosófica griega. En esta se destaca a Aristóteles que en su obra La Poética, estudia la tragedia y la epopeya como actividades artísticas en la que los hombres imitan las realidades de su cotidianidad, enfrentan su destino, a través de lo que Aristóteles conceptualmente describiría como la mímesis. Es posible evidenciar en La Poética que el teatro griego centra su trama en un personaje principal, o un protagonista, que en directa relación con la épica y la tragedia, afronta las vicisitudes del destino y los puntos de inflexión de la trama se desarrollan en la acción que desempeñan estos hombres guerreros, que le dan vida a la historia que se relata. Aristóteles destacaba la enorme diferencia en el talante de los personajes de la tragedia y la epopeya, notablemente muy superior al de los hombres comunes, los cuales se retrataban de mejor manera en la comedia. Así, “la tragedia es imitación de personas mejores que nosotros” (Aristóteles, 2013, 71), virtuosos o moralmente nobles, en cuyas acciones se define la excelencia que los destaca, la cual se determina estrictamente por sus actos. En tal sentido, el personaje principal o protagonista de la epopeya y la tragedia es típicamente un héroe, quien en la mitología griega es presentado generalmente como un ser a medio camino entre lo divino y lo humano, pero lo que se considera realmente importante en su ser, son los actos que lo definen, y por los cuales alcanzará la inmortalidad. Es decir, la tradición mitológica griega ubica a los héroes como seres únicos, hijos entre dioses y humanos y por tanto, ubicados en un punto intermedio entre la divinidad y la humanidad, con algunas cualidades y buena fortuna de los dioses, pero al mismo tiempo, con las debilidades propias de los seres humanos. Esta relación de personaje humano-divino, no es exclusiva de Grecia, sino que se remonta a Babilonia. Allí, Gilgamesh representa a un héroe compuesto por dos tercios de divinidad y uno de humanidad, que emprende una aventura para alcanzar la inmortalidad, pero que finalmente falla trágicamente debido precisamente a su componente humano. Desde lo anterior, es posible destacar que los héroes tienen un nacimiento ilustre, pero lo que les define son sus acciones y comportamientos. Desde esta perspectiva, los actos heroicos son aquellos donde el sacrificio propio se destaca, a la par de la compasión y el valor. En otras palabras: “Obrar hace al héroe; aunque este no alcance sus prodigiosas hazañas porque sea héroe, sino que es héroe porque consigue las hazañas que posteriormente cantan los hombres” De esto se sostiene que en la antigua Grecia eran considerados héroes también aquellos humanos que por sus cualidades guerreras alcanzarían la inmortalidad y caminarían en los campos Elíseos, siendo recordadas sus gestas por el resto de los hombres corrientes. El actuar del héroe está situado en la tensión que surge entre la voluntad humana y el designio divino, donde si bien los héroes resultan admirables por sus acciones y su comportamiento, siempre existe una vulnerabilidad en él, la cual juega un papel determinante en el reconocimiento y empatía con el público espectador. Es precisamente esta dicotomía entre la divinidad y la humanidad la que hace que los héroes se perciban como mediadores de la vida y la muerte, el orden y el desorden, la civilización y la barbarie. Suele afirmarse que el héroe clásico no tiene profundidad psicológica, no duda, no reflexiona, solo actúa. Se considera que la principal característica que define al héroe es la capacidad de sacrificio, pues para superar las adversidades necesitará renunciar a las comodidades, la seguridad y a veces, incluso a la vida. ¿Pero todo esto, con qué fin? Básicamente, con el objetivo de proteger a la comunidad, no en vano la palabra héroe viene de la raíz griega que significa proteger y servir. En tal sentido los héroes están ligados a lo correcto. En el héroe se materializan las virtudes de una comunidad, razón por la cual, se convierten en modelos de comportamiento que separan el bien del mal, en figuras que configuran lo ético y lo estético. Desde este punto se afirma que los mitos son relatos simbólicos que permiten dar valor a la existencia en la medida en que proporcionan modelos de conducta humana. Más allá de ser modelos de conducta desde una perspectiva exclusivamente ética, en realidad son modelos que permiten enfrentar lo siniestro y no sucumbir al hacerlo. Le dan sentido a nuestras vidas porque a través de lo simbólico nos ayudan a creer que existe un sentido y una causalidad en el universo, nuestro entorno y nuestras vidas. Y si bien, siglos de ilustración y pensamiento positivista han calificado al mito como un pensamiento primitivo, no podemos ignorar el poder que estos tienen aún en nuestras vidas. Los relatos simbólicos tienen un peso determinante para los seres humanos y es precisamente por esto que regresamos a ellos una y otra vez, ya sea a través de la literatura, el cine y la televisión. - Relatos míticos y el cine clásico de Hollywood En el cine clásico de Hollywood los relatos míticos abandonan todo intento de ser una representación realista de la cotidianidad. Así, el western, las aventuras y las historias policiacas, fundamentales para este cine se configuraron desde la heroicidad clásica y la complejidad psicológica de los personajes insertados en dicotómicas tales como: bien contra el mal, orden contra el caos, vida contra la muerte, etc. Como señala Cardona (2006, 52) el héroe es un personaje que “no tiene momentos de quiebre, salvo la duda que atropella antes de iniciar el periodo de las pruebas, lo que da mayor brillo al triunfo sobre el miedo o la sospecha, y lo enfrenta a su sino de salvador-sacrificado, arquetipo grabado en la memoria, constante en el devenir de las culturas”. - La carencia y la donación El valor y la fortaleza pueden ser valores accesorios, o mejor, supeditados a otros que de manera más dramática determinan las cualidades del heroísmo. El profesor González Requena señala dos elementos fundamentales que caracterizan al relato simbólico y por tanto, al héroe que allí habita; dichas características son la carencia y la donación. La carencia,se fundamenta en que todos los héroes desean algo que efectivamente no tienen. La trama narrativa, en estos casos está fundamentada en ello. Las narraciones se centran en un individuo que recorre un camino y así enfrenta unas adversidades para obtener ese objeto de deseo. El eje de la donación, es a nuestro juicio más importante al momento de catalogar a un personaje como un verdadero héroe, esto refiere a la tarea asignada a ese individuo. El objetivo que debe cumplir no debe ser entendido como algo negativo, como una carga dictada por un tercero, sino como algo positivo, así sea de difícil cumplimiento. La Donación distingue al héroe del malvado al que se enfrenta, pues este último solo lo mueve el eje de la carencia. Así, cuando se dice que el héroe está íntimamente ligado a un carácter moral, a lo correcto y a lo digno, es la donación de la tarea lo que califica el caracterizar del héroe como un ser digno que nos permite diferenciar el bien del mal. Y si bien puede decirse que el héroe desea el bien. Así, el héroe no es un individuo movido exclusivamente por un deseo, sino también por una tarea en la que se ha comprometido. Desde esta perspectiva, lo que diferencia a los héroes épicos de los trágicos no se halla en el eje de la donación –la tarea-, sino paradójicamente en el de la carencia. Así, mientras en la epopeya el héroe finalmente cumple con la tarea, también accede a su objeto de deseo, y por otra parte, en el relato trágico, el héroe cumplirá la tarea, pero para hacerlo deberá renunciar a su objeto de deseo. Un ejemplo de esto es el caso sucede en Robín Hood, el personaje principal cumple con la tarea que le ha sido asignada –proteger a la comunidad de la opresión feudal- y al final, accede a su objeto de deseo: Marian. Al contrario en los largometrajes Casablanca y Saving Private Ryan, que pueden ser clasificados como trágicos, por el sacrificio de sus héroes, quienes renuncian a sus objetos de deseo con tal de cumplir la tarea que les ha sido destinada. En el primer caso, renunciando al amor de su vida y en el segundo, no solo renunciando a regresar a casa con su esposa, sino renunciando a la vida misma. 1. Actividad: - Responde el siguiente cuestionario basándote en lo que has podido revisar el la guía n°6 1.- ¿Cuáles son las principales características del héroe clásico? 2.- ¿Cuál es la finalidad el héroe mítico? 3.- ¿Qué significado tiene la palabra héroe en griego? 4.- ¿Cuál es la principal diferencia entre héroe trágico y de epopeyas? 2. Actividad Lectura complementaria: - Lee el texto y responde las preguntas que se presentan posteriormente Ulises y los cíclopes Ulises, en compañía de doce navegantes, se adentró en la tierra de los cíclopes. No tardaron en ver una gran cueva oculta. Ulises entró en la cueva, llevando un pellejo de cabra lleno de vino riquísimo y una bolsa repleta con la caza conseguida el día anterior. La cueva era la habitación de un horrible gigante; su estatura era colosal, era tan corpulento como una mole de piedra y, en medio de la frente, tenía un solo ojo, cuya mirada producía espanto. Se llamaba Polifemo y se ocupaba en cuidar sus rebaños y hacer quesos. Cuando Ulises y sus hombres entraron en la cueva de Polifemo, el gigante no estaba allí. Él regresó al atardecer, conduciendo su rebaño. Ulises y sus hombres se ocultaron en los rincones más apartados de la cueva. Después que entraron las cabras y ovejas, Polifemo, sin esfuerzo, levantó una roca enorme que ni veinte caballos hubieran podido arrastrarla y cerró con ella la cueva, quedando también encerrados Ulises y sus doce hombres. Luego, encendió una hoguera enorme que iluminó todos los rincones de la cueva. A la luz del fuego, el gigante advirtió la presencia de Ulises y de sus navegantes. Sorprendido, gritó: –¿De dónde sois, de dónde habéis venido extranjeros? –La voz del gigante atronaba de tal modo en la cueva que los hombres de Ulises sintieron inmenso terror. Ulises inventó que habían naufragado y solicitó su hospitalidad. El gigante avanzó hacia ellos, cogió con una mano a dos de los navegantes, los golpeó, los asó en la hoguera y los devoró. Luego, se tendió en el suelo de la cueva y se quedó profundamente dormido. Al ver al gigante dormido, Ulises y sus hombres empezaron a fraguar planes para salvarse de la muerte que les aguardaba. Lo primero que Ulises propuso fue matarlo, pero inmediatamente desecharon la idea: la enorme piedra que cubría la entrada de la cueva era tan pesada que ni cincuenta hombres hubieran podido moverla, de modo que aunque el gigante muriera, ellos no podrían salvarse. Así permanecieron toda la noche, lamentando su triste suerte y buscando planes para su salvación. Apenas amaneció, el gigante encendió de nuevo una inmensa hoguera y devoró a otros dos hombres. Enseguida levantó la enorme piedra que cerraba la cueva, salió con su rebaño y volvió a cerrar la entrada con la roca. Los pobres navegantes y Ulises quedaron de nuevo encerrados. Se angustiaban buscando el modo de huir y de vengar a sus desgraciados compañeros. Al fin, Ulises comunicó su plan. Cerca de la hoguera había un tronco de olivo tan alto como el mástil de una nave. Entre todos lo tomaron y el héroe afiló uno de sus extremos hasta formar una larga punta que luego endureció al fuego. La idea de Ulises era hundir la punta del palo candente en el único ojo de Polifemo cuando al fin lo rindiera el sueño. Al atardecer, el gigante regresó a la cueva seguido de su rebaño, cogió a dos hombres más y los asó para la cena. Cuando terminó, Ulises se acercó al gigante con una copa de rico vino: –Algo te falta después de tu festín de carne –dijo el héroe a Polifemo–. Prueba este licor. Polifemo probó el rico vino de los griegos, chasqueó la lengua con delicia y comprobó que jamás había bebido algo tan delicioso. Dijo a Ulises: –Me gusta tu vino, extranjero. Dame más y dime cómo te llamas. Quiero re- compensarte, pues jamás había probado néctar como el tuyo. Ulises, que deseaba que el gigante se embriagara, le sirvió del rico vino una y otra vez, hasta que Polifemo se tendió en el suelo completamente ebrio. Entonces Ulises le dijo: –Me llamo “Nadie” y así me conocen mi familia y mis hombres. El gigante se echó a reír y contestó con crueldad: –Pues bien amigo Nadie, quiero recompensarte como te he dicho: primero me comeré a todos tus compañeros y te dejaré a ti para el último. Lanzó una gran carcajada y como el vino lo había embriagado, se quedó profun- damente dormido. Ulises llamó a sus hombres y todos corrieron a buscar el palo, pusieron su punta al fuego y después la hundieron con fuerza en el ojo de Polifemo. El cíclope se puso de pie, lanzando gritos roncos como el trueno. Logró arrancarse el palo candente del ojo y llamó a gritos a sus hermanos cíclopes, que habitaban en cuevas cercanas. Acudieron los cíclopes y preguntaron: –¿Por qué gritas, hermano? ¿Es que te han herido o te han robado tus rebaños? Polifemo, ciego y ansioso de venganza, gritó: –¡Nadie me ha herido a traición! Y los cíclopes le contestaron: –Pues si tú mismo dices que nadie te ha herido, no sabemos por qué gritas y en nada podemos ayudarte. Y dicho esto, como todos los cíclopes eran hombres crueles, se marcharon tran- quilamente y dejaron allí a Polifemo, rugiendo de dolor. “La Odisea”, Homero (Fragmento adaptado). 1. ¿Por qué Ulises decidió no matar a Polifemo cuando estaba dentro de la cueva? a) Porque no habría podido mover la roca de la entrada. b) Porque sintió lástima por el gigante solitario. c) Porque quería matarlo con el palo afilado. d) Porque le tenía mucho miedo al cíclope. 2. ¿Por qué los cíclopes no ayudaron a Polifemo? a) Porque temían a los navegantes. b) Porque tenían una mala relación con él. c) Porque querían quedarse con sus animales. d) Porque pensaron que nadie lo había herido.3. “Entre todos tomaron el tronco y el héroe afiló uno de sus extremos hasta formar una larga punta.” ¿A quién se llama “héroe” en el texto? a) Un fabricante de licor. b) Un cazador de cabras. c) Polifemo. d) Ulises. 4. Al final del relato, ¿cuántos navegantes sobrevivieron junto a Ulises? a) Cuatro navegantes. b) Ocho navegantes. c) Seis navegantes. d) Dos navegantes. 5. ¿Cual es el propósito de este texto? a) Narrar la historia de un héroe b) Informar cómo son los gigantes c) Contar sobre la vida en las cuevas d) Enseñar a ser valiente Pauta autoevaluación: Evalúa tu desempeño en la realización de la presente guía Indicadores Logrado Medianamente logrado Por lograr Organizo el tiempo y forma de trabajo evitando distracciones externas (celular, tv, etc). Cumplo responsablemente con la totalidad de las actividades propuestas. Sigo las instrucciones entregadas en la guía de aprendizaje. Utilizo variadas estrategias de estudio para comprender la guía. Resuelvo dudas buscando información adicional o contactando al o la profesora de asignatura.
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