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146 - cuerpo humano Los sentidos Trastornos del gusto y del olfato Estos problemas están referidos a la pérdida de la percepción de sabores y olores. Algunos son alteraciones temporarias, provocadas por enfermedades que afectan los nervios transmisores. Problemas que afectan el gusto • Disminución del gusto o hipoageusia, que puede ser general o selectiva (para algún sabor). • Ageusia o pérdida total del gusto. • Parageusia: es la percepción de sabores distin- tos de los que debieran percibirse normalmente. • Sudor gustativo: este curioso síndrome con- siste en la aparición de sudor acompañado de en- rojecimiento en la cara y el cuello, en relación con estimulaciones gustativas. Los alimentos ácidos o picantes y, especialmente, el chocolate constitu- yen los excitantes principales. Aparece inmediata- mente cuando se empieza a comer y desaparece al terminar; puede ser difuso o limitado a una parte de la cara. Los sujetos sanos lo presentan sólo ex- cepcionalmente; en cambio, se pone de mani- fiesto en la encefalitis y también se lo ha notado como secuela de traumatismo o enfermedades lo- cales que han actuado sobre el nervio facial, y des- pués de la extirpación del ganglio simpático cervi- cal superior. El sudor gustativo es conocido también como síndrome de Lucie Fray. Trastornos olfativos Las alteraciones del sentido del olfato consisten en su pérdida, lo que se denomina anosmia en su disminución, hiposmia en su exageración e hiperosmia en su perversión, que consiste en percibir olores distintos de los reales (parosmia) o en la percepción permanente de malos olores (cacosmia). La parosmia y la cacosmia se aso- cian comúnmente. La pérdida del olfato puede depender de cau- sas nerviosas o bien de causas locales, como obs- trucciones nasales, rinitis, sinusitis, lo que se de- signa con el nombre de anosmia respiratoria. Puede también producirse congénitamente, co- mo ocurre en los albinos. Tiene más importancia, desde el punto de vista neurológico, la anosmia unilateral que la bilate- ral. Esta última se debe a causas psíquicas; fre- cuentemente es de naturaleza histérica. La anos- mia unilateral, en cambio, se observa con al- guna frecuencia en los tumores de la cara infe- rior del lóbulo frontal —que comprimen el bul- bo y las cintillas olfatorias—; también en tumo- res de la hipófisis y del tercer ventrículo, en la meningitis de la base (como la tuberculosa), en la lepra, en los traumatismos craneanos que pue- den herir el bulbo olfatorio. También en la atro- fia tabática de los nervios olfatorios, en la paráli- sis general y en la hemiplejia histérica puede pro- ducirse anosmia unilateral. La hiposmia y la anosmia que podrían llamar- se profesionales son las que afectan a los tra- bajadores en la fabricación de acumuladores por la acción de cadmio. La parosmia o perversión del olfato y la cacosmia se ven en la rinitis atró- fica. La hiperosmia puede deberse al inicio de una crisis migrañosa, a intoxicación por cocaína o a histeria. Existen las llamadas alucinaciones olfatorias en ciertos enfermos mentales y en la epilepsia. Consisten en la percepción de olores sin que ha- ya estímulos olorosos. Algunas sustancias químicas pue- den afectar el sentido del olfato.
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