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VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1 1 INSTITUTO DE INVESTIGACION DE VIVIENDA Y EL HABITAT NUMERO 1 - AÑO 2014 Editorial de : ANA FALÚ Colaboran en esta edición: ANA FALÚ CECILIA MARENGO MÓNICA MARTINEZ MIRIAM LIBORIO BEATRIZ GIOBELLINA LILIANA RAINERO CAROLINA PERALTA VIRGINIA MONAYAR ANA LAURA ELORZA VIVIENDA & CIUDAD VOLUMEN 1 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 2 Editora Responsable: Prof. Dk. Arq. Ana Falú - Directora INVIHAB Consejo Editorial: Prof. Dra. Arq. Cecilia Marengo - Vice Directora INVIHAB Prof. Emerito Mario Forné Dra. Arq. Beatriz Giobellina Mgtr. Arq. Mónica Martinez Mgtr. Arq. Miriam Liborio Asistentes Comité Editorial: Arq. Virginia Monayar Arq. Juan Santiago Palero Lic. Ana Laura Elorza Arq. Mariel Ivón Arias Arq. Martín Hernán Lemma Comité Científico Externo Dr. Rod Burgess, Dra. Marisa Carmona, Dra. Beatriz Cuenya, Dra. Mercedes Lentini, Dra. Zaida Muxi, Arq. Alfredo Rodriguez, Dr. Miguel Barreto VIVIENDA & CIUDAD Revista semestral del Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Esta publicación surge de la producción de trabajos desarrollados en el INVIHAB con el objetivo de proporcionar a los investigadores un espacio de difusión que permitirá dar cuenta de los proyectos en curso, como así también publicar artículos científicos de otros centros o unidades académicas en la materia. Fotografía de tapa FUENTE http://multipliciudades.org/2013/03/16/13-rue-de-kowloon-ciudad-de-la-anarquia/ VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1 3 Ana Falú Ana Falú Cecilia Marengo Beatriz Giobellina Liliana Rainero Mónica Martínez Carolina Peralta y Miriam Liborio Miriam Liborio Ana Laura Elorza Virginia Monayar EDITORIAL El derecho de las mujeres a la ciudad. espacios públicos sin discriminaciones y violencias Conjuntos habitacionales y densificación residencial:Evaluación comparativa desde la calidad de vida propuesta. Check list de sustentabilidad aplicada al proyecto Espacios públicos. Convivencia y seguridad ciudadana. Donde están seguras las mujeres? El riesgo en la ordenación de centros urbanos de pequeña escala. Caso de estudio: Unquillo Redistribución poblacional en la ciudad de Córdoba entre los períodos intercensales 1991-2001 / 2001- 2008. Evaluación de los procesos de dispersión, densificación, gentrificación y renovación. Las nociones de biopoder y de extraterritorialidad como claves para la lectura del proceso urbanizatorio de la ciudad de Córdoba. La dimensión subjetiva de la Segregación Residencial Socioeconómica: las representaciones sociales sobre el territorio. Las formas de la informalidad. 5-7 8-18 19-27 48-62 63-71 28-36 72-81 37-47 88-94 82-87 CONTENIDOS VOLUMEN 1 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 4 AUTORES es Directora del INVIHAB, Profesora e Investigadora de la FAUD, UNC. Ingreso como investigadora CONICET en 1992. Es la Directora del Programa del INVIHAB financiado por SECYT bajo el título: Programa de Fortalecimiento del Instituto de la Vivienda y Hábitat: Las transformaciones en la ciudad de Córdoba y su Área Metropolitana, en materia de vivienda, territorio y ambiente. Aportes para su estudio, planificación, regulación. Asimismo es Directora del Proyecto de Investigación apoyado por SECYT bajo el título: Ciudades, inseguridad urbana y exclusión social: El caso del Barrio Ciudad Sol Naciente en Córdoba. Arquitecta, Magister en Diseño Arquitectónico y Urbano FAUD -UNC. Doctora Universidad Tecnológica de Delft – Holanda. Investigadora de CONICET. Profesora Titular Arquitectura IB y del Seminario de Tesis -Maestría en Diseño Arquitectónico y Urbano. Directora del Doctorado en Arquitectura y Subdirectora del Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat (FAUD - UNC). Categoría II. Programa de Incentivos MCyT. Miriam Liborio es Arquitecta y Magister en Diseño Arquitectónico y Urbano de la UNC. Es Profesora de la Asignaturas Arquitectura I y II en la FAUD / UNC. Es Docente - Investigador Categorizado. Ha participado como Investigador Principal y Director de numerosas investigaciones desarrolladas, con subsidio y aval de organismos tales como SeCyT-UNC , Agencia Córdoba Ciencia y Min CyT. Es investigadora en el IINVIHAB - FAUD. Es representante de la UNC ante el Comité Académico de Desarrollo regional (CADR) de la AUGM. Doctora en Ordenación del Territorio, Medio Ambiente y Urbanismo por la UPV y Master en Dirección de la Innovación Empresarial por la UV, en Valencia, España. Arquitecta por la FAU-UNT, donde ha sido docente e investigadora por más de 20 años. Actualmente es profesora de la FAUD-UNC, investigadora del INVIHAB y Extensionista del INTA Pro Huerta (MDS), Córdoba, Argentina. Arquitecta por la UNC. Doctoranda en Ciencias Sociales orientación Geografía UNT. Becaria CONICET 2008-2013. Investigadora en formación del Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat FAUD-UNC, en temas de acceso al suelo, informalidad urbana y políticas habitacionales. Mgter. en Gestión y Desarrollo Habitacional (FAUD-UNC) Lic. en Trabajo Social. Doctoranda del Doctorado en Ciencias Sociales (UNCuyo) Investigadora del INVIHAB- FAUD. Docente asistente en la Escuela de Trabajo Social (UNC). Arquitecta. Urbanista. FAUD.UNC Magister en Desarrollo urbano. UNC. Doctorando Doctorado en Demografía. Escuela de Graduados en Ciencias Económicas. UNC. Profesora Titular de Urbanismo UnLar. Profesora Regular del Módulo III Maestría en Gestión y Desarrollo habitacional. FAUD.UNC Profesora Asistente. FAUD. UNC. Directora de proyecto de Investigación. Investigadora Categoría III. Programa de Incentivos Docentes. UNC Arquitecta. FAUD - UNC. Investigadora del INVIHAB. Profesora de Arquitectura IIIC. Actual coordinadora de género de la Universidad Nacional de Córdoba. Directora de CICSA (Centro de Investicagión del Cono Sur Argentina). Coordinadora de la Red Mujer y Hábitat Latinoamérica (LAC), adscripta a la Coalición Internacional del Hábitat (HIC) Arquitecta. Magíster en desarrollo urbano y regional Doctorando en Urbanismo UPC y en Arquitectura FAUDI-UNC. Profesora Adjunta de Urbanismo I A. Profesora asistente de Urbanismo II y Construcciones II. Investigadora Categoría III programa de incentivos. Asesora Urbana Consejo de Planificación Urbana Villa Carlos Paz. Coordinadora en el Taller de Estudios de la Ciudad y el Territorio – tecYt – del Instituto de Investigación de la Vivienda y Habitad – Invihab- FAUDI-UNC. Miembro integrante IPOT Colegio de Arquitectos. ANA MARÍA FALÚ MÓNICA MARTINEZ MIRIAM LIBORIO VIRGINIA MONAYAR BEATRIZ GIOBELLINA LILIANA RAINEROCAROLINA PERALTA ANA LAURA ELORZA CECILIA MARENGO VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1 5 EDITORIAL POR ANA FALÚ Me complace presentar la Revista Electrónica “Vivienda & Ciudad” del Instituto de Investigaciones de Vivienda y Hábitat –INVIHAB- que este año cumple 30 años desde su creación. Esta revista consta de un consejo editorial, y es en mi calidad de responsable científica como Directora del INVIHAB que presento a la misma. En estas tres décadas numerosas personas se han formado como investigadores científicos en el ámbito del INVIHAB, han desarrollado proyectos y programas de investigación, publicaciones, transferencias al grado y posgrado de la FAUD UNC y de otras universidades. El INVIHAB cuenta con una sólida trayectoria iniciada en el año 1984 por su primer Director el hoy Profesor Emérito Arq. Mario Forné, durante el decanato del Prof. Arq. Bernardino Taranto, apenas recuperada la democracia en el país. Integran el INVIHAB Profesores Investigadores, investigadores de carrera del CONICET –Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-, investigadores y becarios de SECYT, CONICET, Extensión de UNC, la mayoría de los cuales están categorizados en el Programa de Incentivos a DocentesInvestigadores del Ministerio de Educación de la Nación. La consistente y sostenida labor académica de nuestro instituto se verifica en los proyectos de investigación subsidiados y validados por distintos organismos de promoción científica durante estas tres décadas: CONICET; ConiCor; Agencia Córdoba Ciencia; Ministerio de Ciencia y Tecnología, SECyT, Unión Europea Programa Alfa, entre otros organismos nacionales e internacionales. También es de mencionar el Taller de Estudios de la Ciudad y el Territorio (TECyT) que se desarrolla en el marco del iNVIHAB y desarrolla articulación con actores sociales y autoridades locales. Es así que hoy nos complace poner a disposición de Uds. y de la comunidad académica, esta Revista Electrónica, “Vivienda & Ciudad”, la cual se concreta gracias al apoyo de SECYT UNC con el Programa de Fortalecimiento del Instituto de la Vivienda y Hábitat: la problemática urbana y los temas emergentes: Investigación, Formación, Difusión y Transferencia acerca de las transformaciones en la ciudad de Córdoba y su Área Metropolitana, en materia de ciudad y vivienda, bajo la Dirección de la Dra. Prof. Ana Falú y Vice Dirección de la Dra. Prof. Cecilia Marengo. El INVIHAB cuenta con cinco proyectos de investigación cuatro de ellos financiados por SECYT UNC y 13 becarios, de los cuales 9 son de CONICET, 3 de Extensión de la UNC, uno de SECYT. Todo lo cual constituye una promisoria masa critica científica en formación. Si bien el INVIHAB nació como Instituto de Investigaciones de Vivienda, a partir del 2009 con la actual dirección se definió la importancia de integrar la dimensión del hábitat y ciudad y es así que a partir de fines del 2009 el INVIHAB se denomina como hoy lo conocemos. Aún cuando el foco esta puesto en vivienda, entendemos que si bien a los fines analíticos se puedan extrapolar fenómenos, es preciso la permanente vinculación del impacto de las acciones y políticas en materia de vivienda así como el de otros temas críticos emergentes, a las transformaciones y condiciones que presenta la ciudad de Córdoba y su Área Metropolitana, y los otros aglomerados en la Provincia de Córdoba. Hacen parte del mencionado Programa de investigación cinco líneas de trabajo: 1.Ciudades, inseguridad urbana y exclusión social: El caso del Barrio Ciudad Sol Naciente en Córdoba. Directora: Prof. Arq. Ana Falú. 2.La expansión urbana, estrategias de intervención en contextos de alta inequidad socio-espacial. Modelos de densificación: lo existente y nuevas hipótesis en escenarios de evaluación prospectiva. Directora: Prof. Dra. Arq. Cecilia Marengo. 3.La producción de viviendas agrupadas y colectivas de gestión privada. Aporte metodológico para su cartografiado, estudio, proyecto y regulación urbana. Caso: Villa VOLUMEN 1 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 6 Allende y La Calera, Provincia de Córdoba. Período 1991-2010. Directora: Prof. M. Sc. Arq. Miriam Liborio. 4. El riesgo en la ordenación de municipios y ciudades serranas y de llanura de la provincia de Córdoba. Recomendaciones para el ordenamiento territorial y planificación de centros urbanos de la provincia de Córdoba. Directora: Prof. M. Sc. Arq. Mónica Martínez. 5. Innovaciones para la Sustentabilidad en Vivienda, Ciudad y Territorio: la terraza habitable y polifuncional para el caso de Córdoba. Directora: Prof. Dra. Arq. Beatriz Giobellina. A través de éstas investigaciones en curso, así como otras iniciativas tales como Conferencias, Talleres, Seminarios, Reuniones Científicas, Transferencias al Grado y Posgrado, Publicaciones, entre otras, el interés es el de promover y aportar a los debates teórico conceptuales que contribuyan a explicar las transformaciones en las ciudades, sus actores sociales relevantes, las políticas, así como las decisiones que las producen. Entre las transformaciones más significativas creemos que son significativas como marco interpretativo y analítico: el económico (mayor crecimiento PBI y empleo), el marco de la acción de las políticas (procesos de democratización y el reforzamiento del rol del Estado), los sociales, demográficos y culturales (nuevas dinámicas poblacionales), la crisis ambiental, alimentaria, así como las crecientes violencias urbanas; todos éstos temas emergentes en la agenda urbana que demandan de mayores y nuevos desarrollos conceptuales y teorías para promover ciudades sustentables, eficientes y con mayor equidad. Esta publicación en su primer número incorpora artículos relativos a los temas de investigación en curso, y refiere a las transformaciones en la ciudad de Córdoba y su Área Metropolitana, en materia de vivienda, territorio y ambiente, incorporando las dinámicas sociales en el territorio. Esperamos que este primer numero de “Vivienda & Ciudad” en el cual escriben Directoras de Investigación, Co Directoras, Investigadores y Doctorandos Becarios de CONICET sea una contribución a la necesaria interlocución y reflexión para el avance de nuestro campo disciplinar de la investigación. Esperamos que su difusión llegue a los decisores políticos mas inquietos en el ánimo de poder contribuir también al debate acerca de las políticas y sus acciones en la planificación y en el territorio. De igual manera nos interesa difundir de manera sistemática los avances, para también poder intensificar la transferencia al grado y al posgrado. Las líneas de trabajo que confluyen en este programa, tratan temas centrales a los debates de ciudad y vivienda: la metropolización de la ciudad de Córdoba, la extensión de la forma urbana, la afectación de los recursos naturales, la segregación residencial segmentada por grupos socio económicos en el territorio, la falta de condiciones ambientales de accesibilidad e infraestructura, la presencia de usos conflictivos, la preocupación por sistematizar y explicitar las respuestas habitacionales en este contexto de ciudad así como temas emergentes prioritarios de la agenda urbana como es la creciente violencia en los espacios públicos. Los proyectos asociados y sus investigadores, de alguna manera, se inscriben en los consensos explicitados por distintos autores, Sassen, (2000), Harvey (2000), Soja (2008), Davis (2003), De Mattos( 2010), Borja (2007), Burgess (2009), entre otros, acerca de las fuertes transformaciones urbanas que se expresan en las ciudades a partir de la década de los noventa. Ciudades que crecen y se transforman en respuesta a las presiones e intereses del capital financiero, a las grandes inversiones inmobiliarias, a la mundialización de la economía que se ha centrado en las empresas multinacionales y en los bancos (Sassen 1999). Diferenciándose de la etapa de los años ‘50 de la sustitución de importaciones que definió el desarrollo, en particular en Argentina, y en Córdoba la ciudad industrial del interior del país. Los años 90 se caracterizaron por las politicas de ajuste del Estado, descentralización y privatizaciones de los servicios públicos, en el marco de una fuerte globalización, generando procesos en los cuales las ciudades se han tranformado y complejizado, asi como sus formas de pensarlas, planificarlas y gestionarlas (Falú, 2009). Es a partir de los ‘90 que pareciera que el rasgo dominante de estas ciudades es la fragmentación territorial la cual expresa las desigualdades sociales y económicas, definiendo homogeneidades de grupos iguales entre sí y muy desiguales con otros. Los temas urbanos críticos crecerán de la mano de estas transformaciones, en el VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1 7 marco de un mundo globalizado, en el cual las ciudades y las sociedades no serán más lo que eran. “Vivienda & Ciudad” nace con la vocación de aportar a esta Córdoba extendida en el territorio, de brechas de inequidades, con crecientes violencias urbanas, de sectores de pobreza que conviven con riquezas muchas veces obsenas. Escenario se ve agravado por la crisis energética, el cambio climático, losfenómenos de riesgo y el desafío de la sustentabilidad ambiental. En sintesis, diría, que interesa poner en debate y generar intercambios teóricos conceptuales acerca de los nuevos fenómenos territoriales que presenta el área metropolitana de la Ciudad de Córdoba; la segregación espacial y fragmentación del territorio, estudiar los impactos en términos de consumo y plusvalor del suelo urbano, las posibilidades y alternativas de densificación residencial, las estrategias que se pueden implementar para atenuar la expansión urbana, las que podrian contribuir a elevar la calidad de vida en las áreas residenciales consolidadas y con carencias, las alternativas y diversidad de propuestas para facilitar el acceso a la vivienda en áreas con capacidades urbanas instaladas. En este sentido, reexaminar las intervenciones en la ciudad de Córdoba analizándolas comparativamente según los indicadores formulados por el Programa de Densificación Urbana, Plan Director, Córdoba 2020 y la Ley 9841 de Regulación de los Usos del Suelo en la Región Metropolitana de Córdoba. Así como interrogar el impacto de las políticas y los contextos que definen la nueva forma urbana y territorial a partir de las transformaciones de los 90. De qué manera estos aglomerados resultantes responden a: la presión del mercado, su incidencia en el valor del mercado del suelo y la concentración del capital inmobiliario. Interesa en este sentido, el análisis crítico de la implementación de la política habitacional del Estado, la incidencia de la politica federal en el area metropolitana, el impacto de la segregación residencial socioeconómica en las extensiones de la forma urbana y la manera que ésta afecta a la población de menores recursos por un lado, alejandola de lo que la ciudad ofrece -el desarrollo urbano-, e incrementando el consumo energético en razón de la localización periférica. A mayor extensión de la ciudad, se agudizarían los efectos asimétricos: mayores dificultades y costos para los más pobres y mayor dispendio y consumo energético para los más ricos. Por ello, la incidencia de la localización, las externalidades que produce, el impacto ambiental, los sociales (seguridad ciudadana) así como el consumo de suelo y recursos naturales; la influencia de la desregulación del mercado del suelo y el aumento de la especulación inmobiliaria en el conjunto de la ciudad de Córdoba y en particular a su área metropolitana, afectación sobre el valor del suelo urbano y el derecho a la ciudad. No menor la necesidad de abordar y conocer más acerca de las tensiones entre pobreza y violencias, los debates sobre las crecientes violencias urbanas y los espacios urbanos jerarquizados, que trazan, identifican o crean fronteras tangibles o intangibles para los portadores de sospecha (Malagutti, 2005). Estudios desarrollados para el caso de Córdoba (Falú 2009, Marengo, 2004, 2006, 2008, Liborio y Peralta 2007-10, Martínez 2006-2011), evidencian estas tendencias para la Ciudad de Córdoba, y el efecto de la globalización en lo local, nos referimos a la segregación del territorio, la cual se ha profundizado en las áreas periféricas, aumentando la distancia social, económica, demográfica y territorial entre los desarrollos habitacionales que se materializan en la última década. En este número inaugural de “Vivienda & Ciudad” contribuyen con artículos, algunos inéditos, otros ya publicados o presentados en eventos científicos. Quiero agradecer a todas y todos los autores por este compromiso con la tarea de investigación, con el INVIHAB y la formación de recursos humanos. No puedo cerrar esta presentación sin una mención muy especial a la Arq. Mariel Arias, Investigadora, becaria de CONICET, quien ha colaborado muy activamente para que esta “Vivienda & Ciudad” este ahora a vuestra disposición. Ana Falú, Directora INVIHAB. Experta ONU Habitat Córdoba, Junio 2014. VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 8 EL DERECHO DE LAS MUJERES A LA CIUDAD. ESPACIOS PÚBLICOS SIN DISCRIMINACIONES Y VIOLENCIAS1 ANA FALÚ anafalu@hotmail.com COLABORACIÓN: LETICIA ECHAVARRI RESUMEN ABSTRACT La violencia urbana se presenta como un tema central de la agenda de gobiernos y sociedad civil. Pareciera que un factor que dificulta la “irrupción” plena de las mujeres como ciudadanas en lo público, son las crecientes violencias y las que contra éstas se ejercen, y que operan como una restricción de los derechos de las mujeres a la ciudad. Los aportes teóricos feministas contribuyeron a comprender cómo las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres se expresan en las diferentes escalas de territorio, la vivienda, el barrio, las ciudades. Bajo la distinción efectuada entre espacio público y privado se refuerzan estas asimetrías entre varones y mujeres, siendo el cuerpo el primer territorio en disputa a recuperar por las mujeres. A pesar de los avances conquistados, los espacios públicos de las ciudades, sigue siendo mayoritariamente masculinos. Bajo las consideraciones expresadas, el artículo aborda las relaciones entre el derecho de las mujeres a la ciudad, a una vida libre de violencias, y las políticas de los gobiernos locales en este campo. Se interroga así sobre los impactos diferenciales de estas violencias en la vida de las mujeres y los obstáculos que éstas suponen en el ejercicio de su derecho a la ciudad. Palabras claves: Dereccho a la ciudad - Violencia - Desigualdad Urban violence is a central theme of the agenda of gov- ernments and civil society. It seems that one factor that difficults the full “irruption” of women as citizens in the public sphere, are the growing violence in cities, and the ones that against women are exercised, which operate as a restriction of the rights of women to the city. The feminist theoretical contributions helped to understand how relations of inequality between men and women is expressed in the different scales of territory, housing, neighborhood, the cities. Under the distinction made between public and private space are reinforced these asymmetries between men and women, being the body the first disputed terri- tory to be recovered by women. Despite the progress conquered, the public spaces in cities, is still predominantly male. Under the considerations expressed, the article discusses the relationship between the right of women to the city, to a life free of violence, and local governments’ policies in this field. It interrogates as well on the differential impacts of such violence in the life of women and the obstacles that these pose in the exercise of their right to the city rights. Keywords: City rights - Violence - Inequality 1. Este artículo es una síntesis de uno más extenso titulado Uno de los desafíos centrales a la democracia en las ciudades de América Latina: Las Violencias Urbanas. De discriminaciones y derechos enviado para publicación a la UIM, Granada. Esta comunicación fue presentada por Ana Falú como conferencista experta en género de la Unión Iberoamericana de Municipalistas, en la II Cumbre Iberoamericana sobre Agendas Locales de Genero, en Aguascalientes, México del 23 al 27 de Septiembre de 2013. VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 9 1. Introducción: El derecho de las mujeres a la ciudad La vida cotidiana ha sido un campo politizado por los feminismos y los movimientos de mujeres: cambios de sexualidades, pluralidad de tipos de familia, confrontación de la violencia doméstica y sexual, re significación de la división sexual del trabajo y mucho más. Esto refleja algunas tendencias de “ fuga” hacia cotidianidades más democráticas. La incidencia en la vida cotidiana, en el cambio de los sentidos comunes tradicionales hacia el “buen sentido” democrático. (Gramsci, 1975) La transformación de la subjetividad ciudadana hacia una perspectiva democrática que incluya la igualdad y el derecho a la diferencia, tiene un sólido impulsoen los cambios de la vida cotidiana. Su modificación va más allá de la lucha por un derecho específico, para ahondar en el desarrollo de una conciencia de “derechos a tener derechos”, dimensión subjetiva que resignifica la desvalorización de las mujeres en las vidas cotidianas y cualifica la forma en que las mujeres se ubican, asumen y se responsabilizan frente a sus derechos ciudadanos. (La ciudadanía de las mujeres en las democracias de las Américas, OEA CIM, 2013 pp. 108) Henri Léfévre hacia fines de los 60 inaugura el enfoque de los derechos en el campo de los temas urbanos y de las ciudades, acuñando el término “el derecho a la ciudad” (Le droit a la ville). Bajo este concepto, cuestiona la mercantilización de los bienes en el proceso de urbanización de las ciudades, sujetos éstos más al valor de cambio que al valor de uso y plantea como rasgo significante, el “rescatar el hombre como sujeto principal, protagonista de la ciudad que él mismo ha construido”, tendientes de esta manera a satisfacer las necesidades de la ciudadanía. Sin embargo, tal como desde la actualidad se interroga Harvey, (2008) ¿De qué derechos hablamos? ¿Y de la ciudad de quiénes? Los desarrollos teóricos de Doreen Massey (2001) aportan a esta discusión una lectura de los significados simbólicos de lugar y espacio relacionados al género, y cómo a partir del mismo, se articulan formas específicas en su construcción, en especial la que refiere a la distinción occidental establecida entre espacio público y privado y sus impactos en la idea de lo que ha sido el hombre y la mujer a lo largo de la historia. Y en esta distinción, las mujeres permanecerán invisibles en las ciudades, relegadas al ámbito privado del hogar, lo cual tendrá sustento en la fuerte división del trabajo sexual imperante: “…hombres vinculados al trabajo productivo -generadores de ingresos- y mujeres pensadas como responsables únicas y excluyentes del trabajo doméstico y reproductivo - cuidado de los hijos y organización del hogar-.” (Falú 1998). Lo expuesto, se reforzaba desde las producciones teóricas dominantes del urbanismo, que omitían a las mujeres bajo conceptos “neutros” como la familia y la población, desconociendo las relaciones distintas, asimétricas, entre varones y mujeres que caracterizan el conjunto de nuestras sociedades. Estas elaboraciones tampoco, tomaban debida cuenta de los significativos cambios socio - demográficos que se expresan cada vez mas y particularmente en las grandes ciudades, con similitud a aquellos de los países desarrollados: baja del índice de natalidad, si bien en América Latina y siguiendo datos de CEPAL (2012), los hogares en los quintiles más pobres duplican el número de hijos de aquellos en los de mayor ingresos; se reconocen “familias” de composición diversas, aumenta la expectativa de vida y baja de la mortalidad. Si bien las mujeres no eran significadas como sujetos de derecho a la ciudad, a su uso, su disfrute, su tránsito en calidad de ciudadanas; todas merecedoras de atención VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 10 pública; es dable reconocer que éstas siempre han sido participes activas en los procesos de construcción de sus ciudades, aportando a conformar asentamientos humanos y apostando a mejores condiciones de hábitat, particularmente en los movimientos sociales demandando tierra, vivienda y servicios, como también, en la construcción, mejoramiento y mantenimiento de éstos. Será a partir de elaboraciones conceptuales de activistas y académicas feministas que estas relaciones entre las mujeres y las ciudades que habitan fueron reflexionadas, interpeladas y visibilizadas, aportando desde la reflexión teórica a repensar la organización y planificación del territorio, siendo algunas de ellas precursoras de la crítica a la ciudad, resultante del pensamiento urbanístico moderno. Entre éstos estudios, son relevantes los de Daphne Spain quien en sus libros Gendered Spaces y How Women saved the city da cuenta de “la otra historia”, protagonizada por mujeres en la construcción de sus ciudades entre la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Cabe recordar aquí, asimismo a Rosa Park, quien en 1955 revolucionará el marco de la convivencia desde otro importante vector social, el racismo, negándose a ocupar su asiento en la zona segregada del autobús. Por su parte, Dolores Hayden, documentará en The Grand Domestic Revolucion las experiencias del olvidado movimiento feminista materialista y su cuestionamiento a la división sexual del trabajo. En cuanto a aportes más actuales, destacan los de Jane Jacobs (1969), Francoise Choay y Saskia Sassen (1991), entre otras. (Velazquez, I.; 2006) Desde este conjunto de estudios, entre otros, se incorpora al desarrollo urbano la mirada y necesidades de las mujeres, las cuales han sido invisibilizadas por el discurso masculino dominante que legitima una concepción androcéntrica del mundo en distintos ámbitos, también en la disciplina urbanística. “Lo personal es político” es una de las contribuciones teóricas y políticas más potentes del feminismo porque dio visibilidad al poder de las relaciones que se construyen en el micro espacio, en la vida cotidiana y significa la dimensión subjetiva como de prioridad ética y política. Lo público y lo privado son construcciones sociales inherentes a las perspectivas de las personas y sus subjetividades. Ambos son espacios de tensiones y conflicto y encierran por ello situaciones de inequidad construidas históricamente a partir de lo que se comprende como el ser mujeres y ser hombres en la sociedad. Estos aportes, de las activistas y académicas feministas contribuyeron a la comprensión de cómo las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres tienen expresión en las diferentes escalas de territorio, la vivienda, el barrio, el territorio, en las ciudades. Se trata de las diversas escalas de territorios en los que se construye, refuerza, reproduce las asimetrías entre varones y mujeres, siendo el cuerpo el primer territorio en disputa a recuperar por las mujeres. Producto de estos avances teóricos y de las luchas organizadas emprendidas desde el movimiento feminista, el siglo XX, - denominado el Siglo de los Derechos- , resultará en adelantos significativos en los derechos para las mujeres, instalando tratados, compromisos, acuerdos, consensos a nivel internacional2, de amplia aceptación por el conjunto social y lo que es decisivo aceptado por los gobiernos. Entre los derechos reconocidos a las mujeres, encontramos el derecho a la ciudad y el derecho a una vida libre de violencias en los espacios públicos. Estos instrumentos, entre otros, posibilitan la articulación de la agenda de los derechos de las mujeres con la agenda urbana, estableciendo un conjunto de líneas orientativas en el diseño de políticas de los gobiernos en sus diferentes niveles – Nación, Provincia, Municipio, lo que bajo los nuevos contextos que atraviesan nuestras sociedades, supone vincular al menos tres dimensiones: espacio público, seguridad ciudadana y género. Bajo las consideraciones efectuadas, el artículo pretende abordar las relaciones entre el derecho de las mujeres a la ciudad, a una vida libre de violencias, y las políticas de los gobiernos locales en este campo. Proponemos así, interrogamos sobre los impactos diferenciales de estas violencias en la vida de las mujeres y los obstáculos que éstas suponen en el ejercicio de su derecho a la ciudad. Al tiempo, que visualizar el rol de los gobiernos locales al momento de hacer efectivo para todos/ as estos derechos. Partimos del supuesto, de que a pesar de los avances conquistados en derechos por las mujeres, los espacios públicos de las ciudades, sigue siendo mayoritariamente masculinos. Uno de los factores que dificultan la “irrupción” plena de las mujeres como ciudadanas en lo público, de la apropiación de estas enlas diferentes escalas de territorios, son las violencias que se ejercen contra éstas en los espacios públicos, las que podrían operar a modo de mecanismo de restricción de los derechos de las mujeres a la ciudad, y de manera más amplia, a la posibilidad de efectivizar el conjunto de derechos conquistados en los ámbitos políticos, económicos, sociales. Concita además nuestra atención la persistente inercia institucional de las políticas de seguridad y la incapacidad de visualizar por un lado a las mujeres como activas en la defensa de la paz social y por el otro de integrar el flagelo de la violencia contra las mujeres que se expresa en la sociedad latinoamericana, tanto en lo privado como en el espacio público, en particular los crímenes sexuales, los cuales no son integrados a la preocupación instalada acerca de las violencias crecientes en las ciudades. A fines organizativos, esta presentación se estructura en dos momentos. El primero de ellos, introduce algunas breves notas preliminares con relación a los contextos de las ciudades desde una perspectiva de género. Un segundo, aborda las violencias urbanas, uno de los principales nudos críticos que atraviesan nuestras ciudades Latinoamericanas, y de manera particular, las violencias hacia las mujeres en los espacios públicos, sus especificidades y la restricción a los derechos ciudadanos que las mismas suponen. 2. Mujeres y ciudades en Latinoamérica Breves notas preliminares. Reflexionar sobre la “la ciudad” en términos de categoría de construcción social, supone dar cuenta de las VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 11 2. Si bien todas las Conferencias y Cumbres se constituyen en compromisos para los Estados y sus gobiernos, dichos instrumentos tendrán un alcance diferente según su carácter y el alcance del cumplimiento de los mismos. Por un lado, las Conferencias son consensos entre países que establecen obligaciones del orden moral, es decir, no poseen carácter mandatorio. Mientras que las Convenciones y los Pactos, adquieren carácter vinculante, por ello obligatorios lo cual implica que su no cumplimiento por parte de los Estados que las han ratificado tiene consecuencias jurídicas que pueden derivar en sanciones. En el tema que nos compete un buen ejemplo de una convención con carácter vinculante es la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, CEDAW, establecida en 1979. 3. Ejemplo de ello lo son la ley de Matrimonio Igualitario, (2010) en Argentina; la legislación que legaliza la venta y el cultivo de marihuana, (2013) Uruguay; la ley de suspensión del embarazo no deseado en la Ciudad de México DF (2007). modalidades bajo la cual ésta es significada y construida por los actores/as, siempre diversos que lo habitan. De lo expuesto, se desprende la configuración de una cierta narrativa de la “ciudad”, pasible a ser transformada acorde a los contextos históricos, las relaciones de poder e ideologías dominantes que la atraviesan. Son así, espacios que se perciben de manera diferencial según los sujetos sociales, lo cual se encuentra estrechamente relacionado a los modos de acceso, a las condiciones y calidades de vida que la ciudad les ofrece. Esto es, quiénes y cómo usan y disfrutan el conjunto de los bienes urbanos, que refieren a derechos ciudadanos: derechos de servicio, de infraestructuras, de transporte, de seguridad, de recreación, entre otros. Se trata por tanto, de espacios no solo físicos, sino también simbólicos, políticos, lugar de disputas de quiénes y cómo la habitan. Las disputas aludidas, se enmarcan en la dinámica de nuestras ciudades latinoamericanas, las que, según informe ONU (2012) concentran aproximadamente el 80% de la población, lo cual la convierte en la Región más urbanizada del mundo. Al tiempo, se trata de ciudades, las cuales vistas en su conjunto, son y se mantienen como las más inequitativas del planeta. (ONU, 2012) Esto, a pesar del momento promisorio que transita la región y sus ciudades, cuyos indicadores en general, y en particular los socioeconómicos muestran un significativo avance, así como los niveles de educación, incluso contando con legislaciones que interrogan las pautas tradicionales3. Tal como refiere Informe de Desarrollo 2013 (PNUD) el que establece que aún en tiempos de incertidumbre globales, la mayoría de los países de la Región han avanzado, y que el progreso en los mismos, es particularmente promisorio. Sin embargo, a pesar de los avances, los espacios urbanos de las ciudades expresan la desigualdad en la fragmentación en sus territorios. Ciudades con centros de consumo privilegiado y con calidades de vida del más alto nivel de bienes urbanos que conviven con centros degradados y, dispersas alrededor de estos centros, las periferias de la urbanización desurbanizada, sin acceso a los bienes urbanos de casi ningún tipo. En las que además, se registran diferencias económicas, sociales, de género, y gobernabilidades que aun presentan fragilidades y discriminaciones. Asimismo, las ciudades son esperanza, a pesar de las situaciones de pobreza, incluso de indigencia, la vida urbana ofrece muchas y mayores alternativas y posibilidades. La cuestión es cuantas son las familias pobres y en particular, cuantas mujeres pueden beneficiarse de esas ventajas comparativas. Así, en estos contextos, las mujeres pobres en Lac se encuentran incorporadas al mercado de trabajo desregulado, lo cual les otorga salarios más bajos en relación a los hombres. Las brechas salariales persisten en las zonas urbanas de nuestra región, alcanzando un amplio espectro, ya que mientras las mujeres peruanas registran el más alto rango con un 25, 1%, Venezuela registra el más bajo con un 2%. El porcentaje de mujeres urbanas de América Latina sin ingresos propios es también significativo, alcanzando el 30, 4%, mientras que esta condición en los hombres es solo de 12, 3%. Son aquí también amplias las disparidades por país, “…mientras que en Nicaragua las mujeres sin ingresos ascendían al 50% y en Honduras, Bolivia (Estado Plurinacional de) y el Paraguay la proporción alcanzaba al 32%, el 30,6% y el 32,6% respectivamente, al mismo tiempo que en el Uruguay se reducía al 15,5%.” (CEPAL, 2012) Si bien, en general, los servicios de salud son mejores en las ciudades, las mujeres pobres tienen menos posibilidad de acceder a los mismos y están más o tan expuestas a maternidades no deseadas, a contagiarse de HIV- Sida, y a sufrir violencia de género. A Figura 1. FUENTE: www.alfadiario. tv/alfa/noticias/8260/ www.i 1 VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 12 pesar de todo ello, la ciudad ofrece posibilidades, en ella se expresen nuevas identidades4. A pesar de los avances logrados, estas ciudades y sus esferas públicas, sean económicas, políticas, culturales, son más desiguales para mujeres, situación ésta que se agudiza cuando se cruzan variables como la raza, la etnia, la clase. Los datos dan cuenta que a pesar de los avances en términos de indigencia y de pobreza han disminuido del 45.6 al 25.4 en la región en la última década. Sin embargo, cuando ponemos la lupa en las mujeres, la pobreza y la indigencia ha crecido en las mismas y más aun, dicha pobreza crece en las mujeres únicas responsables de sus hogares, las cuales constituyen el 38% de los hogares pobres y el 43% de los en indigencia. (CEPAL, 2012) En cuanto a las transformaciones socio demográficas, podemos mencionar como tendencias generales el aumento de la expectativa de vida, descenso de la tasa de fertilidad, hogares menores y diversidad de arreglos familiares, etc. Si bien el promedio de hijos por mujer bajo en la región de 6 hijos/mujer en los años 50 a 2.5 en el 2012, particularmente en las grandes ciudades, incluso peligrando la tasa de reposición de los/as latinoamericanas; sin embargo y para la buena planificación, espreciso conocer que las mujeres más pobres tienen por lo menos el doble de hijos que las más ricas. (Falú, Ana; UN Hábitat, Diálogos Nairobi, Mayo 2013) Por su parte, en el campo del trabajo y el empleo, la región obtiene indicadores positivos. El desempleo sigue cayendo, los salarios reales aumentan, hay progresos en la expansión del trabajo formal y avanza la cobertura de la seguridad social. (OIT, 2012) Pero al momento de visualizar las posiciones de las mujeres en el mismo, puede observarse que pese a contar con más años de educación que los hombres, las mujeres siguen concentrándose en las ocupaciones peor remuneradas. Comparaciones de hombres y mujeres de la misma edad e igual nivel educativo, dan cuenta por su parte de importantes brechas salariales, ya que los hombres ganan un 17 por ciento más que las mujeres. Ambas cuestiones mencionadas, se agudizan si se cruza la dimensión de etnia. (BID, 2012) Otra cuestión a considerar aquí, es que este porcentaje de mujeres que ingresa a la PEA, destina un número significativo de horas diarias al trabajo remunerado y al trabajo doméstico no remunerado, cuya suma se denomina usualmente carga de trabajo total. (Milosavljevic, 2007). Los datos recabados en América Latina en 18 países dan evidencia de lo dicho, las mujeres dedican una mayor cantidad de horas al trabajo total, entendido como la suma de trabajo remunerado y no remunerado, y también dedican más tiempo al trabajo no remunerado. En cambio, los hombres superan a las mujeres en tiempo de trabajo remunerado. (CEPAL, 2013) A modo de graficar lo expuesto, y según estudios desarrollados en México INEGI, entre el trabajo remunerado y no remunerado (trabajo total) las mujeres trabajan 22 horas más que los hombres por semana. (CEPAL Uso del Tiempo) En lo que refiere a los ámbitos de participación política, si bien vienen registrándose importantes conquistas, sobre todo en los poderes legislativos, gracias a las leyes de cupos implementadas, no es menos cierto que estos avances son dispares. Así, la región figura entre las más avanzadas en cuanto a proporción de legisladoras, aunque el promedio regional ha sido lento, llegando solo al 22%, a lo que se suma una muy reducida participación a nivel local (CEPAL, 2010). Un dato que grafica claramente la persistencia de estas desigualdades persistentes, es el hecho que en los Gobiernos Municipales de la Región, en donde solo 2.173 mujeres han sido electas como alcaldesas en un total de 18.665 municipalidades de la región. (CEPAL, 2012). Como cierre de esta breve reseña de datos que pretenden dar cuenta de aspectos relevantes de las desigualdades en las ciudades de la Región, parece necesario referir a un tema crítico como el ambiental, ejemplo de ello y como afectan a las mujeres en particular se pueden mencionar los desastres ambientales, tales los ocurridos en Haití y en Chile. Y si bien los cruces conceptuales entre seguridad ambiental y género son incipientes, ya contamos con un trabajo en este sentido, y destacan los trabajos producidos desde la Red Mujer y Hábitat de América Latina5. Las poblaciones más pobres, tienden a ser las más vulnerables a las consecuencias de la degradación del ambiente y a las amenazas naturales y en donde el género y la etnia impactan en estas condiciones de vulnerabilidad. 3. Mujeres y derecho a la ciudad Las violencias como continuum y restricción Entre uno de los principales nudos críticos que atraviesa al conjunto de estos países y sus ciudades, se encuentra el incremento de los datos objetivos de violencia urbana y los altos niveles registrados de percepción de inseguridad en los espacios públicos. Es así que la inseguridad se transforma en uno de los talones de Aquiles que tienen las democracias latinoamericanas, junto a los bajos niveles socioeconómicos. Los datos subjetivos, dan cuenta que la inseguridad es el problema que los/as ciudadanos/as mencionan como el más importante que enfrentan los países, con un promedio regional del 28%, priorizando el mismo por sobre el ingreso6. Esto, a pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos en costos de seguridad, que alcanzan entre el 8 y el 10% del PIB de los países de la Región Lac. (Un-Habitat, 2009) Es necesario resaltar, que estos datos subjetivos acerca de la percepción de la inseguridad, no necesariamente refleja los niveles de victimización real de los/as afectados/as. En cuanto a los datos objetivos, Briceño León (2007), sostiene que Latinoamérica es la región más violenta del mundo en relación a la criminalidad urbana. Ésta violencia creciente ha implicado una transformación profunda en la vida cotidiana de las ciudades latinoamericanas ya que la misma impacta directa y diferenciadamente en la calidad de vida de hombres y mujeres. Lo expuesto, se refuerza si se tienen en cuenta los últimos datos de Informe PNUD (2013) sobre seguridad ciudadana, en el cual se expresa, entre otras, que entre 2000 y 2010 la tasa de homicidios de la región creció 11%, mientras que en la mayoría de las regiones del mundo descendió o se estabilizó. En el transcurso de una década han muerto más de 1 millón de personas en Latinoamérica VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 13 Figura 2 Escultura en el Parque Nacional de Bogotá FUENTE: http://commons. wikimedia.org/wiki/ File:Escultura_en_el_ Parque_Nacional_de_ Bogot%C3%A1.JPG y el Caribe por causa de la violencia criminal. Por otra parte, considerando los países para los cuales se cuenta con información, los robos se han casi triplicado en los últimos 25 años. La violencia en las ciudades, la que se vive y la que se percibe, constituye así, un tema emergente complejo y preocupante, que ocupa las agendas de la sociedad civil y las de los gobiernos. Es de destacar, que estas violencias no son vividas ni sentidas de igual manera por toda la ciudadanía, no solo por sus condiciones socio económicas y las segregaciones en el territorio, sino también por la diversidad de los sujetos: no es igual ser mujer que hombre, ni joven que adulto mayor, menos aun pobre que rico. Por su parte, Kessler (2008) observa que el miedo regula la vida social, y a partir del mismo, se construye una la idea de un otro amenazante el cual se vincula a las condiciones materiales de existencia de aquellas personas o grupos estigmatizados y desvalorizados. Se construyen en estos marcos, aquello que Susan Rotker (2000) refiere como ciudadanías del miedo, bajo su pregunta de “¿Cómo contar el miedo en las grandes ciudades de América Latina?”. Kessler agrega que las violencias masculinas mayoritarias por cierto en los espacios urbanos, se desarrollan entre varones y en general entre grupos vinculados a la criminalidad, sin embargo las violencias que sufren y viven las mujeres en el ámbito público son aleatorias y puede ocurrirle a cualquier mujer independiente de su clase, educación, edad, etnia o lugar de residencia. En estos nuevos contextos, el “derecho a la ciudad”, de Léfevre a Harvey, parece transformarse en una quimera, más aún cuando aludimos a las mujeres, las que han tenido históricamente vedado el ingreso al espacio público, siendo su “irrupción” a los mismos, productos de sus luchas. De esta manera, el derecho a la ciudad no es sino construcción permanente y conflictiva, en la que la incorporación de la categoría género en su análisis y reflexión, permite dar cuenta de las asimetrías de las relaciones jerárquicas y de subordinación entre hombres y mujeres, que no son otra cuestión que relaciones de poder de un sexo sobre el otro que, tal como plantea Doreen Massey, (1994) tienen una expresión territorial. Un aspecto importante en la incorporación de las mujeres como ciudadanas es el de sentirse seguras en lo público. Lejos de ser un sujeto singular abstracto, la violencia remite a una cuestión compleja, de múltiples dimensiones y entradas analíticas. Cuando seejerce tras los muros del mundo privado, la violencia casi siempre está dirigida hacia las mujeres; y cuando se expresa en el espacio público, sigue siendo masculina. Sin embargo, si bien la violencia en las calles afecta primordialmente a los hombres, la percepción del temor ante las violencias es mayor en las mujeres, por ser la misma ejercida aleatoriamente, pudiendo afectar a cualquier mujer, sin distinciones. Diferentes estudios llevados adelante por instituciones de la Red Mujer y Hábitat América Latina7, dan cuenta de ese modo diferencial de percibir las violencias por parte de los hombres y las mujeres. Las mujeres experimentan desde hostigamiento verbal, 4. Múltiples identidades de las mujeres, de diversos colectivos sociales. Las grandes ciudades modelizan conductas. Ejemplo legislaciones sobre parejas del mismo sexo. 5. Se trata de una serie de trabajos efectuados desde las diferentes organizaciones que componen la Red, tales son: Corporación de Estudios Sociales y Educación (http://www.sitiosur.cl/); Fundación Guatemala (http://fundaguatemala.blogspot.com.ar/). En términos generales, los mismos parten de considerar que los desastres climáticos, cada vez más frecuentes, impactan de manera diferencial según las condiciones previas de vulneración de derechos existentes. En este sentido, sus intervenciones trabajan sobre el concepto de capacidad de resiliencia en las comunidades —esto es, la facilidad y rapidez con que una persona o grupo se recupera de un desastre—. Estos desarrollos se articulan y potencian con los que vienen siendo llevados adelante por la Comisión Huairou, de la cual la mencionada Red Mujer y Hábitat forma parte, así como otras redes internacionales activas tales como Groots, Jagori en India, o WICI desde Canadá. 6. Los porcentajes van de un 20% para Perú a un 61% para Venezuela. En países como México y Argentina el 35 por ciento y 41 por ciento ven como mayor el problema la inseguridad y la violencia por sobre el ingreso. (Latinbarómetro, 2008 - 2012) VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 14 hasta acoso sexual y violación en plazas, parques, calles y transportes públicos, por lo que expresan sentir mayor temor que los hombres para transitar la ciudad. Hablamos de un miedo que limita su derecho a disfrutar del espacio público y obstaculiza su participación, y que tiene soporte básicamente en sus cuerpos visualizados como objetos de dominación. Al momento de concebir ciudades más democráticas, inclusivas de la diversidad, de las mujeres como ciudadanas, es preciso la apropiación por parte de las mismas del territorio, primero el cuerpo que habitamos, para poder hacerlo con otros territorios: la casa, el barrio, la ciudad, el territorio de lo colectivo, de las formas organizadas, de la vida social, política, económica, cultural de recreación, las que precisamos transitar con seguridad. Cuerpos de las mujeres, cuerpos como botín de guerra en el caso de los actores armados, o cuerpos como objetos de apropiación por el solo hecho de ser cuerpos de mujeres. Esta violencia sobre las mujeres, que en algunos casos llega a la muerte, que ya acuñó un término para denominarla, “feminicidio”, transforma esos cuerpos avasallados en “cuerpos dotados de valor social y político. Hablar de las violencias y discriminaciones hacia las mujeres nos permite también develar y comprender otras discriminaciones, como las vinculadas a opción sexual, origen étnico, edad, condición social o lugar de residencia, que signan la vida de las personas en las ciudades.” En cuanto a los datos que dan cuenta de lo expresado, entre 2004 y 2009, de los 25 países con mayores tasas de feminicidio en el mundo 13 estaban en la región. (Small Arms Survey Research Notes. Number 14. February 2012) Algunas cifras permiten dar cuenta de lo expuesto, en Guatemala, la Policía Nacional reporta a 2011 el asesinato de 631 mujeres (PNC 2012). Por su parte, las cifras de la Policía Nacional de El Salvador, registran que entre 2003 y 2012, 4,018 mujeres fueron asesinadas, lo que implica un promedio anual de 402 homicidios. Argentina presenta para el 2011 un total de 286 feminicidios y 230 se registran en República Dominicana para el mismo año. (PNUD, 2013) Por su parte, María Magdalena Lopez Pons en un estudio desarrollado en la UBA documenta y analiza el estado actual de violencia de género en el territorio latinoamericano a través de la ocurrencia de los feminicidios producidos en forma creciente en los últimos años, con el objeto de explicar la magnitud territorial de esta problemática que se expresa con mayor visibilidad en los sectores urbanos de mayor vulnerabilidad social de las víctimas. Las violencias se ven potenciadas por el hecho que la tendencia social es culpabilizar a las mujeres por las agresiones de las que son víctimas en la calle. En consecuencia, la internalización cultural del espacio público o urbano como masculino, y por ello vedado para las mujeres, contribuye a que se sientan responsables cuando son víctimas de algún delito en la vía pública, por circular en horarios o con vestimenta considerados socialmente inapropiados. Un rasgo característico en un buen número de ciudades de la región es la no correspondencia entre los niveles de inseguridad y temor de la población en relación a las tasas de registro de delitos. Es lo que muestran las mediciones de victimización, según las cuales la percepción de vivir bajo amenaza se ha incrementado en forma que supera el aumento real de los hechos delictivos, y ello con distinta fuerza en los diversos sectores de la población. Es el caso de las mujeres, entre las cuales la percepción de posibles riesgos en su vida cotidiana es mayor que en los hombres8. Es necesario pues considerar que las tasas de registro de delitos, no dan cuenta de las agresiones contra las mujeres. De ahí la necesidad de relativizar también las mismas y la afirmación de que los hombres son los más victimizadas. Lo anterior se explica en parte porque, aunque los hombres presentan tasas más altas de victimización, existen ciertas agresiones que son causantes de altos niveles de temor y que afectan de manera específica a las mujeres. Es decir, hay hechos vinculados con el poder ejercido sobre su sexo: agresión sexual y agresión de pareja. Las agresiones que mayoritariamente se ejercen contra los hombres, como homicidios y lesiones, carecen de connotación sexual y es probable que, por lo general, sean perpetradas por hombres y ocurran en lugares públicos. En cambio, cuando delitos del mismo tipo tienen por objeto a las mujeres, suelen estar imbuidos de un claro componente sexual. En un día típico, en América Latina 460 personas sufren las consecuencias de la violencia sexual, y la mayoría de ellas son mujeres. En este marco, Marta Román Rivas (2009), plantea que en Occidente, el miedo coarta el acceso libre de mujeres y niñas al espacio público, lo cual puede ser visualizado desde la misma infancia. Diferentes estudios marcan, como el ser niño o niña posibilita un ingreso a las calles diferencial. La mayor permisividad a los hijos varones, corresponde a una distinta percepción del peligro por parte de los adultos y de la sociedad en su conjunto, siendo el miedo a la agresión sexual hacia las niñas, uno de los principales factores que limitan su libertad. Esto, a pesar de que los niños asumen grandes riesgos en sus juegos y también pueden ser agredidos sexualmente (Román Rivas, Ibid.). La mencionada autora sostiene, que si bien la prohibición de ingreso a lo público no es expresa, la misma asumiría la forma de una renuncia personal, ocultando su carácter colectivo, y con ello la capacidad de intervenir en esa esfera. El miedo, se incorpora mediante el proceso de socialización – “ten cuidado, no te fíes de desconocidos”- y tiene su origen en un discurso ancestral, que consideran que la asociación mujer/calle hace referenciaa aquellas que están fuera de lugar o fuera del momento que les corresponde. “Nuestro miedo, ¿Es porque asumimos que estamos en un lugar que no nos corresponde?”.9 A fin de enfrentar estos miedos, las mujeres desarrollan estrategias individuales o colectivas que les permiten superar los obstáculos para usar las ciudades y participar de la vida social, laboral o política. En otros casos, simplemente se produce un proceso de retraimiento del espacio público, el cual se vive como amenazante, llegando incluso hasta el abandono del mismo, con el consiguiente empobrecimiento personal y social. Estos miedos, que refieren a las construcciones históricas y culturales del “ser mujer”, contribuyen a debilitar la autoestima femenina y ahondan los VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 15 Figura 3 Encuesta La Voz del Interior, 8 de marzo 2013. Para articulo editorial Ana Falu. sentimientos de inseguridad, a la vez que operan en una suerte de fortalecimiento de las dependencias y debilitamiento de las ciudadanías, al retransmitirse en el entorno familiar, barrial, social. De esta forma, contribuyen casi sin que se lo perciba, a un proceso circular y de retrocesos, de producción y reproducción de viejas y nuevas subjetividades femeninas en las cuales se expresa el temor y las mujeres se vinculan a él. Otro de los temas a tener en cuenta, es que el espacio público, las calles, las plazas, los lugares de recreación, particularmente en determinadas horas, pierden la vitalidad urbana potenciadora de las interrelaciones, de la socialización, del tejido social y del ejercicio de ciudadanía. Estas transformaciones y abandono de los espacios públicos de las ciudades afectan en particular a las mujeres, que viven el temor independientemente de su condición social o su situación residencial, porque en ellas el miedo precede o acompaña a las violencias. Aun así, las mujeres salen a trabajar, incluso recorriendo territorios que se tornan en trampas reales para su integridad, o percibidas como tales. Es interesante recuperar lo que citaba Naredo (1998) respecto de un estudio realizado en Londres sobre mujeres y movilidad urbana, donde se concluye que el 63 % de las encuestadas no salía nunca sola de noche, una clara expresión de una actitud defensiva en consonancia con las estrategias que desarrollan las mujeres y que constituyen limitantes que afectan sus autonomías, y que pueden llegar a ser tan victimizadores como el delito mismo. En estudios en ciudades de América Latina, se verifica que las mujeres cambian sus rutinas por temor en mayor medida que los varones.10 Otro ejemplo para visibilizar la violencia hacia las mujeres en el espacio público, es el estudio realizado sobre las violencias que ocurren en el transporte público en la Ciudad México durante 200811. La encuesta arrojó los siguientes resultados: 9 de cada 10 mujeres ha sido víctima de alguna forma de violencia sexual; más del 90% de las mujeres entrevistadas sienten algún grado de inseguridad al utilizar el transporte público; el sistema de transporte público en el cual se verifican la mayor parte de las situaciones de violencia sexual es el Metro; y el 86% de las entrevistadas señaló que al ocurrirles alguna de esas situaciones no denunciaron o informaron a alguna autoridad. Los diferentes aspectos expresados, han dado lugar al concepto de continuum, como modo de dar cuenta de las violencias que se ejercen hacia las mujeres que tiene lugar tanto en el ámbito privado como en el público, en el hogar, en las instituciones, en las calles, en los medios de transporte. (Falú, 2009). Desde la perspectiva conceptual que proponemos, hablamos de una misma violencia que adquiere diversas expresiones y se manifiesta en diferentes espacios. Al referirnos a un continuum, aludimos a que tanto en sus manifestaciones públicas como privadas, la violencia hacia las mujeres tiene un mismo origen y persigue sus mismos efectos. Como bien lo señala la Convención de Belém do Pará, no es solo violencia ejercida sobre los cuerpos, sino ejercicio del poder de un sexo sobre otro. Su origen, remite a estereotipos de dominación masculina, aún vigentes en nuestras sociedades. En cuanto a sus efectos, refiere a la necesidad en el marco de una cultura patriarcal de perpetuar una construcción identitaria de las mujeres en su carácter de objetos de subordinación y dominación que se expresan como formas de supuesta protección. En este sentido, la persistencia de 7.Red Mujer y Hábitat de América Latina: conformada por instituciones de países de la región comprometidas con los derechos de las mujeres en la ciudad. www.redmujer.org.ar. 8. Cfr. Boletín 1. Observatorio Regional Ciudades Violencias y Género. www.ciudadesygenero.org/?p=158 , Programa Regional Ciudades sin violencia hacia las mujeres, ciudades seguras para tod@s, Red Mujer y Hábitat AL. ONU Mujeres /AECID 9. En un proyecto realizado en Ondarroa (País Vasco) sobre seguridad, de todos los colectivos de mujeres que participaron, las trabajadoras de las lonjas de pescado que utilizaban la ciudad de madrugada expresaran no sentir miedo, frente a la mayoría de mujeres que sí lo manifestaron en referencia a las ocasiones en que transitaban a esas mismas horas y por esos mismos lugares. Alonso, Ane (miembro de Hiria Kolektiboa, País Vasco). La ciudad prohibida. Conferencia celebrada en el Curso de Verano de la Universidad de A Co¬ruña, “Reflexiones y propuestas sobre la ciudad y el paisaje: una cuestión de género” (Directora: Pascuala Campos de Michelena). A Coruña, julio de 2008. La autora aquí se interroga sobre el hecho de que si al ser esta una actividad reconocida socialmente, legitima su presencia en las calles, y por ende contribuye a inhibirlas del miedo. En Marta Rivas, Op. Cit. 10. Indicadores Urbanos de Género. Estudio realizado por CISCSA- Red Mujer Y Habitat de America Latina en Montevideo, Uruguay, Talca Chile, Asunción Paraguay, Mendoza y Rosario Argentina (2003) 11. Realizado a través del Centro de Información Geoprospectiva, AC. La investigación se basó en una encuesta que se aplicó a mujeres de 15 años y más, usuarias de los tres Centros de Transferencia Modal (CETRAMs) más importantes de la ciudad: Indios Verdes, Pantitlán y Taxqueña. VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 16 diversidad de conductas de violencia masculina en el ámbito público, funcionaría como elemento obturador de los derechos ganados, generando estas violencias o el solo temor a sufrirlas limitaciones para la apropiación de las mujeres del espacio público en las ciudades donde vive la mayoría. Esto es, el temor de las mujeres a transitar, usar y disfrutar libremente la ciudad se traduce en una suerte de “extrañamiento” respecto a lo público, mientras que el espacio privado, aunque las estadísticas muestren lo contrario, continúa siendo percibido como seguro. De esta manera, la construcción identitaria de las mujeres cómo ciudadanas, con derechos a su ciudad, parecería tener aún como tema pendiente, el sortear una doble barrera de violencias. Estas, constituidas en base a una misma violencia que se manifiesta en lo público y en lo privado bajo formas patriarcales que siguen intentando sujetarlas a significaciones de objetos de derecho y no como sujetos de derechos a sus ciudades. 4. A MODO DE CIERRE… Algunas conclusiones preliminares Si bien las violencias en las ciudades del siglo XXI, tanto las que se experimenta como las que se temen, son problemas centrales de la vida de las personas y del ejercicio de sus derechos ciudadanos, no deja de sorprender que las agendas públicas gubernamentales no incorporan a las mujeres en sus abordajes sobre seguridad ciudadana. Una vez más las mujeres desaparecen como sujetos de las políticas públicas, como si fuera igual ser varones o mujeres en las ciudades de América Latina. De esta manera, si bien se reconocen adelantosen la efectivización de los derechos de las mujeres a la ciudad y a una vida libre de violencias, no es menos cierto que éstos son aún insuficientes. Es necesario cambios culturales profundos en las relaciones de género y en la concienciación social sobre estos cambios y la responsabilidad del Estado y los gobiernos para promoverlos y posibilitarlos. Bajo lo expuesto hasta el momento, cabe preguntarse acerca del rol que le caben a las políticas públicas de los Gobiernos Locales en este campo. Dos cuestiones entendemos necesarias considerar aquí: Una primera, refiere a que grado de obligación poseen estos niveles locales al momento de tornar efectivo el goce de los derechos humanos de las mujeres en general, y en particular su derecho a la ciudad y a una vida libre de violencias. Aquí, uno de los principales obstáculos señalados por Susana Chiarotti (2008) en este sentido, es el hecho de que los Municipios, en su gran mayoría, no se sienten obligados por los tratados internacionales de derechos humanos. Para esto es necesario es necesario que los Gobiernos Locales cuenten con voluntad política para iniciar estos procesos, equipos técnicos y políticos capacitados y sensibilizados en el tema, articulaciones con organizaciones de mujeres de la comunidad, entre otros. Una segunda cuestión, refiere a la competencia de los gobiernos municipales para tomar como materia de políticas públicas este tema en sus territorios. En este sentido, recordar aquí, que en la década de los 80’, bajo la denominación de reformas estatales, se impulsaron descentralizaciones de diversos ámbitos de gobierno a los niveles sub nacionales (provinciales y locales). Estos procesos, dotaron a los gobiernos locales de un marco de oportunidades de accionar en temas antes vedados, entre ellos las políticas de género y seguridad ciudadana, a fin de dar cuenta del derecho de las mujeres a la ciudad y a una vida libre de violencias en los espacios públicos que conforman la misma. Lo expuesto, sin desconocer que para muchos de los Municipios significó una serie de nuevas responsabilidades sin contar con recursos ni capacidades institucionales adecuadas. Los procesos aludidos, han colaborado en la cultura democrática, en el fortalecimiento de los gobiernos locales, constatándose en muchos casos el surgimiento de nuevos protagonistas sociales, entre éstos las mujeres, quienes elevan sus agendas, presionan a las autoridades, buscan participar de las decisiones, multiplican las oportunidades de negociación y a veces consiguen alguna concertación de políticas, nos referimos a las organizaciones sociales. Es también en el marco de las organizaciones de mujeres, de las feministas, y del activismo político y social por sus derechos, que las mujeres han hecho su aparición en lugares que hasta hace poco eran espacios exclusivamente masculinos. Hay un cambio simbólico y cultural, marcado por una presencia activa de mujeres, quienes hacen parte del “territorio de disputa política” en particular en los espacios municipales. Partimos de considerar que a pesar del conjunto de avances expresados en términos de derechos, y aun con el crecimiento de las voces de las mujeres organizadas, en sus distintas expresiones, el ámbito de lo público, el espacio de las ciudades, el derecho a la ciudad, sigue siendo prioritariamente masculino. Como uno de los elementos obturadores de la “irrupción” plena de las mujeres como ciudadanas en lo público, son las violencias que se ejercen contra éstas en los espacios públicos, que operarían así a modo de mecanismo de restricción de derechos de las mujeres a la ciudad, y de manera más amplia, a la posibilidad de efectivizar de manera plena, el conjunto de derechos conquistados en los ámbitos políticos, económicos, sociales. Se trata de este modo, de cuestionar un conjunto de supuestos establecidos a priori sobre las ciudades, revelar sujetos y dimensiones ocultas, explicar cómo se expresan las diferencias entre hombres y mujeres en las desigualdades del territorio local, evidenciar las restricciones ciudadanas de las mujeres en sus territorios. Y particularmente en el caso que nos ocupa, dar cuenta de una serie de vulneraciones de derechos, las cuales operan bajo dispositivos de violencias en los diferentes espacios que éstas transitan, calles, plazas, parques, transportes públicos, escuelas, centros de salud. Si bien las violencias en las ciudades del siglo XXI, tanto las que se experimenta como las que se temen, son problemas centrales de la vida de las personas y del ejercicio de sus derechos ciudadanos, no deja de sorprender que las agendas públicas gubernamentales no incorporan a las mujeres en sus abordajes sobre seguridad ciudadana. Una vez más las mujeres desaparecen como sujetos de las políticas públicas, como si fuera igual ser varones o mujeres en las ciudades de América Latina. Articular la agenda de los derechos de las mujeres con la agenda urbana implica, la articulación de al menos VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 17 tres dimensiones: espacio público, seguridad ciudadana y género. Vargas define al espacio (público y privado) como el “contenedor” de la acción, también de la acción transformadora, cualidad que lo constituye en ámbito estratégico para la acción. Desde los gobiernos locales es necesario y posible asumir la responsabilidad de implementar políticas públicas integrales que contemplen la atención, prevención y punición de la violencia de género, y especialmente la promoción de derechos de las mujeres (Falú, 2002). Si bien estos fenómenos son comunes a toda la sociedad, los espacios urbanos y barriales sometidos a nuevas tensiones, no son iguales para hombres y mujeres . Es necesario, desde estos niveles garantizar procedimientos de participación ciudadana, específicamente por parte de las mujeres y sus organizaciones, a fin que de incorporar sus voces como ciudadanas y sus agendas en relación a la erradicación y prevención de la violencia de género. Para lo dicho, parece necesario establecerse un compromiso cierto, con voluntad política expresa por parte de los gobiernos locales, en donde las convenciones internacionales de derecho para erradicar la violencia de género y garantizar los derechos de las mujeres, se traduzca en términos presupuestarios, de sistematización de información, de capacitación a los operadores públicos de las políticas en este campo. Sin duda que mucho se ha avanzado, pero es necesario continuar desarrollando estrategias, hay mucho para aportar a partir de las lecciones que se encuentran siendo aprendidas del conjunto reseñado de experiencias en marcha en Latinoamérica, como así también de las experiencias en este campo a nivel internacional. Entre otras medidas parece posible replicar herramientas e instrumentos ya probados, capacitar a los agentes de los municipios, en apoyos logísticos, legal, técnico. En estas ciudades entendidas como espacio de la acción política, territorio en el cual es necesario desarrollar estrategias para “empoderar” a las mujeres; vinculando y poniendo en tensión autonomía / seguridad y subordinación / vulnerabilidad, para sensibilizar y avanzar en el derecho al uso y disfrute de las ciudades. “La eliminación de la violencia implica la transformación de las mujeres y los hombres, de la sociedad y las instituciones, y de la cultura, a partir de la creación de condiciones de seguridad para las mujeres y, de manera fundamental, de lograr el acceso de las mujeres a condiciones de desarrollo personal con los parámetros de calidad de vida y ciudadanía plena. Para ello es preciso el impulso de una política de Estado tendiente a eliminar las desigualdades, las injusticias y las brechas de género, la discriminación.” (Marcela Lagarde, 2006). Parece necesario recuperar una vez más el abordaje provocador de Tamar Pitch (2008), quien reconoce en lascapacidades de correr riesgos un atributo que hace más seguras a las mujeres; para ampliar estas capacidades, nos dice la autora, son necesarios recursos, tanto materiales como simbólicos, por lo cual “las mujeres no necesitan un terreno urbano esterilizado, sino más recursos sociales, económicos y culturales para atrave- sar dicho terreno con confianza”• Figura 4 El 24 de mayo de 2012, 13 mujeres fueron arrestadas por protestar pacíficamente en Camboya, India. FUENTE: http://www. inclusivedevelopment.net/ boeung-kak-lake-human- rights-defenders-behind- bars/ VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 18 REFERENCIAS AMNISTÍA INTERNACIONAL (2003). Diez años de desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y Chihuahua. Consultado en: www.amnestyusa.org. BRAIG, Marianne. 2001. “Repensando los procesos de violencia en América Lati¬na. 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Como contrapartida, investigamos en los modelos de densificación, para evaluar comparativamente la calidad de vida propuesta en diferentes alternativas de organización espacial, tomando como dimensiones analíticas: el diseño urbano y arquitectónico del conjunto. La importancia del proyecto radica en la elaboración de indicadores sobre la densificación existente en propuestas habitacionales colectivas y su evaluación comparativa desde la calidad residencial. De esta manera, validar criterios de densificación, considerando comparativamente los niveles de eficiencia, equidad y sustentabilidad implícitos en las diferentes propuestas. Dicha validación se desarrollará a través de la aplicación un modelo de simulación informático, planteando hipótesis de densificación en diferentes escenarios y valorando su factibilidad de transferencia a la normativa urbana. Se trata, en definitiva, de aportar a la formulación de lineamientos de intervención en un escenario de planificación prospectiva que promueva un modelo de desarrollo urbano más compacto. Palabras claves: Densidad – Conjuntos residenciales – Calidad de vida Studies of urban growth in Córdoba city have identified negative externalities arising from this process: sprawl in a low density pattern with high land consumption; intensification of residential segregation and urban fragmentation. These features are identified as typical of the urbanization in the post- fordist stage. (Soja E. 2000; De Mattos C. 2010).In return, we investigate models of densification, to evaluate the quality of life in different spatial organization alternatives, taking as analytical dimensions: urban and architectural design. The importance of the project lies in the development of indicators on collective housing densification proposals and to compare the residential quality, thus to validate criteria on densification comparatively considering the levels of efficiency, equity and sustainability implicit in different proposals. This validation will be developed through the application of a computer simulation model, analyzing hypotheses on densification under different scenarios and assessing their feasibility to be transfer to urban standards.
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