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VIVIENDA Y CIUDAD

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VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1 1
INSTITUTO DE INVESTIGACION
DE VIVIENDA Y EL HABITAT
NUMERO 1 - AÑO 2014
Editorial de :
ANA FALÚ
Colaboran en esta edición:
ANA FALÚ
CECILIA MARENGO
MÓNICA MARTINEZ
MIRIAM LIBORIO
BEATRIZ GIOBELLINA
LILIANA RAINERO
CAROLINA PERALTA
VIRGINIA MONAYAR
ANA LAURA ELORZA
VIVIENDA 
& CIUDAD
 VOLUMEN 1 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 2
Editora Responsable: 
Prof. Dk. Arq. Ana Falú - Directora INVIHAB
Consejo Editorial:
Prof. Dra. Arq. Cecilia Marengo - Vice Directora INVIHAB 
Prof. Emerito Mario Forné
Dra. Arq. Beatriz Giobellina
Mgtr. Arq. Mónica Martinez
Mgtr. Arq. Miriam Liborio
Asistentes Comité Editorial:
Arq. Virginia Monayar
Arq. Juan Santiago Palero 
Lic. Ana Laura Elorza 
Arq. Mariel Ivón Arias
Arq. Martín Hernán Lemma
Comité Científico Externo
Dr. Rod Burgess, 
Dra. Marisa Carmona, 
Dra. Beatriz Cuenya, 
Dra. Mercedes Lentini, 
Dra. Zaida Muxi, 
Arq. Alfredo Rodriguez, 
Dr. Miguel Barreto
VIVIENDA & CIUDAD 
Revista semestral del Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat de la Facultad de Arquitectura, 
Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Esta publicación surge de la producción de trabajos desarrollados en el INVIHAB con el objetivo de 
proporcionar a los investigadores un espacio de difusión que permitirá dar cuenta de los proyectos en 
curso, como así también publicar artículos científicos de otros centros o unidades académicas en la 
materia. 
Fotografía de tapa 
FUENTE
http://multipliciudades.org/2013/03/16/13-rue-de-kowloon-ciudad-de-la-anarquia/
VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1 3
Ana Falú
Ana Falú
Cecilia Marengo
Beatriz Giobellina
Liliana Rainero
Mónica Martínez
Carolina Peralta y Miriam Liborio
Miriam Liborio
Ana Laura Elorza
Virginia Monayar
EDITORIAL
El derecho de las mujeres a la ciudad. 
espacios públicos sin discriminaciones y violencias
Conjuntos habitacionales y densificación 
residencial:Evaluación comparativa desde la calidad 
de vida propuesta.
Check list de sustentabilidad aplicada al proyecto 
Espacios públicos. Convivencia y seguridad 
ciudadana. Donde están seguras las mujeres? 
El riesgo en la ordenación de centros urbanos de 
pequeña escala. Caso de estudio: Unquillo 
Redistribución poblacional en la ciudad de Córdoba 
entre los períodos intercensales 1991-2001 / 2001-
2008. Evaluación de los procesos de dispersión, 
densificación, gentrificación y renovación. 
Las nociones de biopoder y de extraterritorialidad 
como claves para la lectura del proceso 
urbanizatorio de la ciudad de Córdoba. 
La dimensión subjetiva de la Segregación 
Residencial Socioeconómica: las representaciones 
sociales sobre el territorio. 
Las formas de la informalidad. 
5-7
8-18
19-27
48-62
63-71
28-36
72-81
37-47
88-94
82-87
CONTENIDOS
 VOLUMEN 1 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 4
AUTORES
es Directora del INVIHAB, Profesora e Investigadora de la FAUD, UNC. Ingreso como investigadora CONICET en 1992. Es 
la Directora del Programa del INVIHAB financiado por SECYT bajo el título: Programa de Fortalecimiento del Instituto de la 
Vivienda y Hábitat: Las transformaciones en la ciudad de Córdoba y su Área Metropolitana, en materia de vivienda, territorio 
y ambiente. Aportes para su estudio, planificación, regulación. Asimismo es Directora del Proyecto de Investigación apoyado 
por SECYT bajo el título: Ciudades, inseguridad urbana y exclusión social: El caso del Barrio Ciudad Sol Naciente en Córdoba.
Arquitecta, Magister en Diseño Arquitectónico 
y Urbano FAUD -UNC. Doctora Universidad 
Tecnológica de Delft – Holanda. Investigadora 
de CONICET. Profesora Titular Arquitectura 
IB y del Seminario de Tesis -Maestría en 
Diseño Arquitectónico y Urbano. Directora del 
Doctorado en Arquitectura y Subdirectora del Instituto de Investigación de 
Vivienda y Hábitat (FAUD - UNC). Categoría II. Programa de Incentivos 
MCyT. 
Miriam Liborio es Arquitecta y Magister en 
Diseño Arquitectónico y Urbano de la UNC. 
Es Profesora de la Asignaturas Arquitectura I y 
II en la FAUD / UNC. 
Es Docente - Investigador Categorizado. Ha 
participado como Investigador Principal y 
Director de numerosas investigaciones desarrolladas, con subsidio y aval de 
organismos tales como SeCyT-UNC , Agencia Córdoba Ciencia y Min CyT. 
Es investigadora en el IINVIHAB - FAUD. Es representante de la UNC 
ante el Comité Académico de Desarrollo regional (CADR) de la AUGM.
Doctora en Ordenación del Territorio, 
Medio Ambiente y Urbanismo por la UPV 
y Master en Dirección de la Innovación 
Empresarial por la UV, en Valencia, España. 
Arquitecta por la FAU-UNT, donde ha sido 
docente e investigadora por más de 20 años. 
Actualmente es profesora de la FAUD-UNC, investigadora del INVIHAB 
y Extensionista del INTA Pro Huerta (MDS), Córdoba, Argentina.
Arquitecta por la UNC. Doctoranda en 
Ciencias Sociales orientación Geografía UNT. 
Becaria CONICET 2008-2013. Investigadora 
en formación del Instituto de Investigación de 
Vivienda y Hábitat FAUD-UNC, en temas de 
acceso al suelo, informalidad urbana y políticas 
habitacionales.
Mgter. en Gestión y Desarrollo Habitacional 
(FAUD-UNC) Lic. en Trabajo Social. 
Doctoranda del Doctorado en Ciencias Sociales 
(UNCuyo) Investigadora del INVIHAB- FAUD. 
Docente asistente en la Escuela de Trabajo 
Social (UNC). 
Arquitecta. Urbanista. FAUD.UNC Magister 
en Desarrollo urbano. UNC. Doctorando 
Doctorado en Demografía. Escuela de 
Graduados en Ciencias Económicas. UNC. 
Profesora Titular de Urbanismo UnLar. 
Profesora Regular del Módulo III Maestría 
en Gestión y Desarrollo habitacional. FAUD.UNC Profesora Asistente. 
FAUD. UNC. Directora de proyecto de Investigación. Investigadora 
Categoría III. Programa de Incentivos Docentes. UNC
Arquitecta. FAUD - UNC. Investigadora del 
INVIHAB. Profesora de Arquitectura IIIC.
Actual coordinadora de género de la 
Universidad Nacional de Córdoba.
Directora de CICSA (Centro de Investicagión 
del Cono Sur Argentina). Coordinadora de 
la Red Mujer y Hábitat Latinoamérica (LAC), adscripta a la Coalición 
Internacional del Hábitat (HIC) 
Arquitecta. Magíster en desarrollo urbano y 
regional Doctorando en Urbanismo UPC y en 
Arquitectura FAUDI-UNC. Profesora Adjunta 
de Urbanismo I A. Profesora asistente de 
Urbanismo II y Construcciones II.
Investigadora Categoría III programa de 
incentivos. Asesora Urbana Consejo de Planificación Urbana Villa Carlos 
Paz. Coordinadora en el Taller de Estudios de la Ciudad y el Territorio – 
tecYt – del Instituto de Investigación de la Vivienda y Habitad – Invihab- 
FAUDI-UNC. Miembro integrante IPOT Colegio de Arquitectos. 
ANA MARÍA FALÚ
MÓNICA MARTINEZ
MIRIAM LIBORIO
VIRGINIA MONAYAR
BEATRIZ GIOBELLINA
LILIANA RAINEROCAROLINA PERALTA
ANA LAURA ELORZA
CECILIA MARENGO
VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1 5
EDITORIAL
POR ANA FALÚ
Me complace presentar la Revista Electrónica “Vivienda & Ciudad” del Instituto de 
Investigaciones de Vivienda y Hábitat –INVIHAB- que este año cumple 30 años desde 
su creación. Esta revista consta de un consejo editorial, y es en mi calidad de responsable 
científica como Directora del INVIHAB que presento a la misma.
En estas tres décadas numerosas personas se han formado como investigadores 
científicos en el ámbito del INVIHAB, han desarrollado proyectos y programas de 
investigación, publicaciones, transferencias al grado y posgrado de la FAUD UNC y de otras 
universidades. El INVIHAB cuenta con una sólida trayectoria iniciada en el año 1984 por 
su primer Director el hoy Profesor Emérito Arq. Mario Forné, durante el decanato del Prof. 
Arq. Bernardino Taranto, apenas recuperada la democracia en el país.
Integran el INVIHAB Profesores Investigadores, investigadores de carrera del 
CONICET –Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-, investigadores 
y becarios de SECYT, CONICET, Extensión de UNC, la mayoría de los cuales están 
categorizados en el Programa de Incentivos a DocentesInvestigadores del Ministerio de 
Educación de la Nación. La consistente y sostenida labor académica de nuestro instituto se 
verifica en los proyectos de investigación subsidiados y validados por distintos organismos 
de promoción científica durante estas tres décadas: CONICET; ConiCor; Agencia Córdoba 
Ciencia; Ministerio de Ciencia y Tecnología, SECyT, Unión Europea Programa Alfa, entre 
otros organismos nacionales e internacionales. También es de mencionar el Taller de 
Estudios de la Ciudad y el Territorio (TECyT) que se desarrolla en el marco del iNVIHAB y 
desarrolla articulación con actores sociales y autoridades locales.
Es así que hoy nos complace poner a disposición de Uds. y de la comunidad 
académica, esta Revista Electrónica, “Vivienda & Ciudad”, la cual se concreta gracias al 
apoyo de SECYT UNC con el Programa de Fortalecimiento del Instituto de la Vivienda 
y Hábitat: la problemática urbana y los temas emergentes: Investigación, Formación, 
Difusión y Transferencia acerca de las transformaciones en la ciudad de Córdoba y su Área 
Metropolitana, en materia de ciudad y vivienda, bajo la Dirección de la Dra. Prof. Ana Falú 
y Vice Dirección de la Dra. Prof. Cecilia Marengo. El INVIHAB cuenta con cinco proyectos 
de investigación cuatro de ellos financiados por SECYT UNC y 13 becarios, de los cuales 9 
son de CONICET, 3 de Extensión de la UNC, uno de SECYT. Todo lo cual constituye una 
promisoria masa critica científica en formación.
Si bien el INVIHAB nació como Instituto de Investigaciones de Vivienda, a partir 
del 2009 con la actual dirección se definió la importancia de integrar la dimensión del 
hábitat y ciudad y es así que a partir de fines del 2009 el INVIHAB se denomina como hoy 
lo conocemos. Aún cuando el foco esta puesto en vivienda, entendemos que si bien a los 
fines analíticos se puedan extrapolar fenómenos, es preciso la permanente vinculación del 
impacto de las acciones y políticas en materia de vivienda así como el de otros temas críticos 
emergentes, a las transformaciones y condiciones que presenta la ciudad de Córdoba y su 
Área Metropolitana, y los otros aglomerados en la Provincia de Córdoba. 
Hacen parte del mencionado Programa de investigación cinco líneas de trabajo:
1.Ciudades, inseguridad urbana y exclusión social: El caso del Barrio Ciudad Sol 
Naciente en Córdoba. Directora: Prof. Arq. Ana Falú. 
2.La expansión urbana, estrategias de intervención en contextos de alta inequidad 
socio-espacial. Modelos de densificación: lo existente y nuevas hipótesis en escenarios de 
evaluación prospectiva. Directora: Prof. Dra. Arq. Cecilia Marengo.
3.La producción de viviendas agrupadas y colectivas de gestión privada. Aporte 
metodológico para su cartografiado, estudio, proyecto y regulación urbana. Caso: Villa 
 VOLUMEN 1 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 6
Allende y La Calera, Provincia de Córdoba. Período 1991-2010. Directora: Prof. M. Sc. 
Arq. Miriam Liborio.
4. El riesgo en la ordenación de municipios y ciudades serranas y de llanura de la 
provincia de Córdoba. Recomendaciones para el ordenamiento territorial y planificación de 
centros urbanos de la provincia de Córdoba. Directora: Prof. M. Sc. Arq. Mónica Martínez.
5. Innovaciones para la Sustentabilidad en Vivienda, Ciudad y Territorio: la terraza 
habitable y polifuncional para el caso de Córdoba. Directora: Prof. Dra. Arq. Beatriz 
Giobellina.
A través de éstas investigaciones en curso, así como otras iniciativas tales como 
Conferencias, Talleres, Seminarios, Reuniones Científicas, Transferencias al Grado y 
Posgrado, Publicaciones, entre otras, el interés es el de promover y aportar a los debates 
teórico conceptuales que contribuyan a explicar las transformaciones en las ciudades, sus 
actores sociales relevantes, las políticas, así como las decisiones que las producen. 
Entre las transformaciones más significativas creemos que son significativas como 
marco interpretativo y analítico: el económico (mayor crecimiento PBI y empleo), el 
marco de la acción de las políticas (procesos de democratización y el reforzamiento del 
rol del Estado), los sociales, demográficos y culturales (nuevas dinámicas poblacionales), 
la crisis ambiental, alimentaria, así como las crecientes violencias urbanas; todos éstos 
temas emergentes en la agenda urbana que demandan de mayores y nuevos desarrollos 
conceptuales y teorías para promover ciudades sustentables, eficientes y con mayor equidad.
Esta publicación en su primer número incorpora artículos relativos a los temas de 
investigación en curso, y refiere a las transformaciones en la ciudad de Córdoba y su Área 
Metropolitana, en materia de vivienda, territorio y ambiente, incorporando las dinámicas 
sociales en el territorio. Esperamos que este primer numero de “Vivienda & Ciudad” en el 
cual escriben Directoras de Investigación, Co Directoras, Investigadores y Doctorandos 
Becarios de CONICET sea una contribución a la necesaria interlocución y reflexión para el 
avance de nuestro campo disciplinar de la investigación. Esperamos que su difusión llegue 
a los decisores políticos mas inquietos en el ánimo de poder contribuir también al debate 
acerca de las políticas y sus acciones en la planificación y en el territorio. De igual manera 
nos interesa difundir de manera sistemática los avances, para también poder intensificar la 
transferencia al grado y al posgrado. 
Las líneas de trabajo que confluyen en este programa, tratan temas centrales a los 
debates de ciudad y vivienda: la metropolización de la ciudad de Córdoba, la extensión 
de la forma urbana, la afectación de los recursos naturales, la segregación residencial 
segmentada por grupos socio económicos en el territorio, la falta de condiciones ambientales 
de accesibilidad e infraestructura, la presencia de usos conflictivos, la preocupación por 
sistematizar y explicitar las respuestas habitacionales en este contexto de ciudad así como 
temas emergentes prioritarios de la agenda urbana como es la creciente violencia en los 
espacios públicos. 
Los proyectos asociados y sus investigadores, de alguna manera, se inscriben en los 
consensos explicitados por distintos autores, Sassen, (2000), Harvey (2000), Soja (2008), 
Davis (2003), De Mattos( 2010), Borja (2007), Burgess (2009), entre otros, acerca de las 
fuertes transformaciones urbanas que se expresan en las ciudades a partir de la década de 
los noventa. Ciudades que crecen y se transforman en respuesta a las presiones e intereses 
del capital financiero, a las grandes inversiones inmobiliarias, a la mundialización de la 
economía que se ha centrado en las empresas multinacionales y en los bancos (Sassen 1999). 
Diferenciándose de la etapa de los años ‘50 de la sustitución de importaciones que definió 
el desarrollo, en particular en Argentina, y en Córdoba la ciudad industrial del interior del 
país. Los años 90 se caracterizaron por las politicas de ajuste del Estado, descentralización y 
privatizaciones de los servicios públicos, en el marco de una fuerte globalización, generando 
procesos en los cuales las ciudades se han tranformado y complejizado, asi como sus formas 
de pensarlas, planificarlas y gestionarlas (Falú, 2009). Es a partir de los ‘90 que pareciera 
que el rasgo dominante de estas ciudades es la fragmentación territorial la cual expresa las 
desigualdades sociales y económicas, definiendo homogeneidades de grupos iguales entre sí 
y muy desiguales con otros. 
Los temas urbanos críticos crecerán de la mano de estas transformaciones, en el
VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1 7
marco de un mundo globalizado, en el cual las ciudades y las sociedades no serán más 
lo que eran. “Vivienda & Ciudad” nace con la vocación de aportar a esta Córdoba extendida 
en el territorio, de brechas de inequidades, con crecientes violencias urbanas, de sectores 
de pobreza que conviven con riquezas muchas veces obsenas. Escenario se ve agravado 
por la crisis energética, el cambio climático, losfenómenos de riesgo y el desafío de la 
sustentabilidad ambiental. 
En sintesis, diría, que interesa poner en debate y generar intercambios teóricos 
conceptuales acerca de los nuevos fenómenos territoriales que presenta el área metropolitana 
de la Ciudad de Córdoba; la segregación espacial y fragmentación del territorio, estudiar 
los impactos en términos de consumo y plusvalor del suelo urbano, las posibilidades y 
alternativas de densificación residencial, las estrategias que se pueden implementar 
para atenuar la expansión urbana, las que podrian contribuir a elevar la calidad de vida 
en las áreas residenciales consolidadas y con carencias, las alternativas y diversidad de 
propuestas para facilitar el acceso a la vivienda en áreas con capacidades urbanas instaladas. 
En este sentido, reexaminar las intervenciones en la ciudad de Córdoba analizándolas 
comparativamente según los indicadores formulados por el Programa de Densificación 
Urbana, Plan Director, Córdoba 2020 y la Ley 9841 de Regulación de los Usos del Suelo en 
la Región Metropolitana de Córdoba. Así como interrogar el impacto de las políticas y los 
contextos que definen la nueva forma urbana y territorial a partir de las transformaciones de 
los 90. De qué manera estos aglomerados resultantes responden a: la presión del mercado, su 
incidencia en el valor del mercado del suelo y la concentración del capital inmobiliario. 
Interesa en este sentido, el análisis crítico de la implementación de la política 
habitacional del Estado, la incidencia de la politica federal en el area metropolitana, el 
impacto de la segregación residencial socioeconómica en las extensiones de la forma urbana 
y la manera que ésta afecta a la población de menores recursos por un lado, alejandola de 
lo que la ciudad ofrece -el desarrollo urbano-, e incrementando el consumo energético en 
razón de la localización periférica. A mayor extensión de la ciudad, se agudizarían los efectos 
asimétricos: mayores dificultades y costos para los más pobres y mayor dispendio y consumo 
energético para los más ricos. Por ello, la incidencia de la localización, las externalidades 
que produce, el impacto ambiental, los sociales (seguridad ciudadana) así como el consumo 
de suelo y recursos naturales; la influencia de la desregulación del mercado del suelo y el 
aumento de la especulación inmobiliaria en el conjunto de la ciudad de Córdoba y en 
particular a su área metropolitana, afectación sobre el valor del suelo urbano y el derecho a 
la ciudad. 
No menor la necesidad de abordar y conocer más acerca de las tensiones entre 
pobreza y violencias, los debates sobre las crecientes violencias urbanas y los espacios 
urbanos jerarquizados, que trazan, identifican o crean fronteras tangibles o intangibles para 
los portadores de sospecha (Malagutti, 2005). 
Estudios desarrollados para el caso de Córdoba (Falú 2009, Marengo, 2004, 2006, 
2008, Liborio y Peralta 2007-10, Martínez 2006-2011), evidencian estas tendencias para la 
Ciudad de Córdoba, y el efecto de la globalización en lo local, nos referimos a la segregación 
del territorio, la cual se ha profundizado en las áreas periféricas, aumentando la distancia 
social, económica, demográfica y territorial entre los desarrollos habitacionales que se 
materializan en la última década.
 
En este número inaugural de “Vivienda & Ciudad” contribuyen con artículos, algunos 
inéditos, otros ya publicados o presentados en eventos científicos. Quiero agradecer a todas 
y todos los autores por este compromiso con la tarea de investigación, con el INVIHAB y la 
formación de recursos humanos. No puedo cerrar esta presentación sin una mención muy 
especial a la Arq. Mariel Arias, Investigadora, becaria de CONICET, quien ha colaborado 
muy activamente para que esta “Vivienda & Ciudad” este ahora a vuestra disposición.
 
Ana Falú, 
Directora INVIHAB. 
Experta ONU Habitat
Córdoba, Junio 2014. 
 VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 8
EL DERECHO DE LAS MUJERES 
A LA CIUDAD. 
ESPACIOS PÚBLICOS SIN 
DISCRIMINACIONES Y VIOLENCIAS1
ANA FALÚ anafalu@hotmail.com
COLABORACIÓN: LETICIA ECHAVARRI
RESUMEN ABSTRACT
La violencia urbana se presenta como un tema central 
de la agenda de gobiernos y sociedad civil. Pareciera que 
un factor que dificulta la “irrupción” plena de las mujeres 
como ciudadanas en lo público, son las crecientes violencias 
y las que contra éstas se ejercen, y que operan como una 
restricción de los derechos de las mujeres a la ciudad. Los 
aportes teóricos feministas contribuyeron a comprender 
cómo las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres 
se expresan en las diferentes escalas de territorio, la vivienda, 
el barrio, las ciudades. Bajo la distinción efectuada entre 
espacio público y privado se refuerzan estas asimetrías 
entre varones y mujeres, siendo el cuerpo el primer 
territorio en disputa a recuperar por las mujeres. A pesar 
de los avances conquistados, los espacios públicos de las 
ciudades, sigue siendo mayoritariamente masculinos. Bajo las 
consideraciones expresadas, el artículo aborda las relaciones 
entre el derecho de las mujeres a la ciudad, a una vida libre 
de violencias, y las políticas de los gobiernos locales en este 
campo. Se interroga así sobre los impactos diferenciales de 
estas violencias en la vida de las mujeres y los obstáculos que 
éstas suponen en el ejercicio de su derecho a la ciudad. 
Palabras claves: Dereccho a la ciudad - Violencia - 
Desigualdad
Urban violence is a central theme of the agenda of gov-
ernments and civil society. It seems that one factor that difficults 
the full “irruption” of women as citizens in the public sphere, are 
the growing violence in cities, and the ones that against women 
are exercised, which operate as a restriction of the rights of 
women to the city. The feminist theoretical contributions helped 
to understand how relations of inequality between men and 
women is expressed in the different scales of territory, housing, 
neighborhood, the cities. Under the distinction made between 
public and private space are reinforced these asymmetries 
between men and women, being the body the first disputed terri-
tory to be recovered by women. Despite the progress conquered, 
the public spaces in cities, is still predominantly male. Under the 
considerations expressed, the article discusses the relationship 
between the right of women to the city, to a life free of violence, 
and local governments’ policies in this field. It interrogates as well 
on the differential impacts of such violence in the life of women 
and the obstacles that these pose in the exercise of their right to 
the city rights.
Keywords: City rights - Violence - Inequality
1. Este artículo es una síntesis de uno más extenso titulado Uno de los desafíos centrales a la democracia en las ciudades de América Latina: Las 
Violencias Urbanas. De discriminaciones y derechos enviado para publicación a la UIM, Granada. Esta comunicación fue presentada por Ana Falú como 
conferencista experta en género de la Unión Iberoamericana de Municipalistas, en la II Cumbre Iberoamericana sobre Agendas Locales de Genero, en 
Aguascalientes, México del 23 al 27 de Septiembre de 2013. 
VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 9
1. Introducción:
El derecho de las mujeres a la 
ciudad
La vida cotidiana ha sido un 
campo politizado por los feminismos y 
los movimientos de mujeres: cambios de 
sexualidades, pluralidad de tipos de familia, 
confrontación de la violencia doméstica y 
sexual, re significación de la división sexual 
del trabajo y mucho más. Esto refleja algunas 
tendencias de “ fuga” hacia cotidianidades 
más democráticas. La incidencia en la 
vida cotidiana, en el cambio de los sentidos 
comunes tradicionales hacia el “buen 
sentido” democrático. (Gramsci, 1975) La 
transformación de la subjetividad ciudadana 
hacia una perspectiva democrática que incluya 
la igualdad y el derecho a la diferencia, 
tiene un sólido impulsoen los cambios de la 
vida cotidiana. Su modificación va más allá 
de la lucha por un derecho específico, para 
ahondar en el desarrollo de una conciencia 
de “derechos a tener derechos”, dimensión 
subjetiva que resignifica la desvalorización de 
las mujeres en las vidas cotidianas y cualifica 
la forma en que las mujeres se ubican, asumen 
y se responsabilizan frente a sus derechos 
ciudadanos. (La ciudadanía de las mujeres en 
las democracias de las Américas, OEA CIM, 
2013 pp. 108)
Henri Léfévre hacia fines de los 60 
inaugura el enfoque de los derechos en el 
campo de los temas urbanos y de las ciudades, 
acuñando el término “el derecho a la ciudad” 
(Le droit a la ville). Bajo este concepto, 
cuestiona la mercantilización de los bienes en 
el proceso de urbanización de las ciudades, 
sujetos éstos más al valor de cambio que al 
valor de uso y plantea como rasgo significante, 
el “rescatar el hombre como sujeto principal, 
protagonista de la ciudad que él mismo ha 
construido”, tendientes de esta manera a 
satisfacer las necesidades de la ciudadanía. 
Sin embargo, tal como desde la actualidad se 
interroga Harvey, (2008) ¿De qué derechos 
hablamos? ¿Y de la ciudad de quiénes? 
Los desarrollos teóricos de Doreen 
Massey (2001) aportan a esta discusión una 
lectura de los significados simbólicos de 
lugar y espacio relacionados al género, y 
cómo a partir del mismo, se articulan formas 
específicas en su construcción, en especial 
la que refiere a la distinción occidental 
establecida entre espacio público y privado 
y sus impactos en la idea de lo que ha sido el 
hombre y la mujer a lo largo de la historia. Y 
en esta distinción, las mujeres permanecerán 
invisibles en las ciudades, relegadas al ámbito 
privado del hogar, lo cual tendrá sustento en 
la fuerte división del trabajo sexual imperante: 
“…hombres vinculados al trabajo productivo 
-generadores de ingresos- y mujeres pensadas 
como responsables únicas y excluyentes del 
trabajo doméstico y reproductivo - cuidado 
de los hijos y organización del hogar-.” (Falú 
1998). 
Lo expuesto, se reforzaba desde 
las producciones teóricas dominantes del 
urbanismo, que omitían a las mujeres bajo 
conceptos “neutros” como la familia y la 
población, desconociendo las relaciones 
distintas, asimétricas, entre varones y mujeres 
que caracterizan el conjunto de nuestras 
sociedades. Estas elaboraciones tampoco, 
tomaban debida cuenta de los significativos 
cambios socio - demográficos que se expresan 
cada vez mas y particularmente en las grandes 
ciudades, con similitud a aquellos de los países 
desarrollados: baja del índice de natalidad, si 
bien en América Latina y siguiendo datos de 
CEPAL (2012), los hogares en los quintiles más 
pobres duplican el número de hijos de aquellos 
en los de mayor ingresos; se reconocen 
“familias” de composición diversas, aumenta 
la expectativa de vida y baja de la mortalidad. 
Si bien las mujeres no eran significadas 
como sujetos de derecho a la ciudad, a su 
uso, su disfrute, su tránsito en calidad de 
ciudadanas; todas merecedoras de atención 
 VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 10
pública; es dable reconocer que éstas siempre han sido 
participes activas en los procesos de construcción de 
sus ciudades, aportando a conformar asentamientos 
humanos y apostando a mejores condiciones de hábitat, 
particularmente en los movimientos sociales demandando 
tierra, vivienda y servicios, como también, en la 
construcción, mejoramiento y mantenimiento de éstos. 
Será a partir de elaboraciones conceptuales de 
activistas y académicas feministas que estas relaciones 
entre las mujeres y las ciudades que habitan fueron 
reflexionadas, interpeladas y visibilizadas, aportando 
desde la reflexión teórica a repensar la organización 
y planificación del territorio, siendo algunas de ellas 
precursoras de la crítica a la ciudad, resultante del 
pensamiento urbanístico moderno. Entre éstos estudios, 
son relevantes los de Daphne Spain quien en sus libros 
Gendered Spaces y How Women saved the city da cuenta 
de “la otra historia”, protagonizada por mujeres en 
la construcción de sus ciudades entre la Guerra Civil 
y la Segunda Guerra Mundial. Cabe recordar aquí, 
asimismo a Rosa Park, quien en 1955 revolucionará el 
marco de la convivencia desde otro importante vector 
social, el racismo, negándose a ocupar su asiento en 
la zona segregada del autobús. Por su parte, Dolores 
Hayden, documentará en The Grand Domestic Revolucion 
las experiencias del olvidado movimiento feminista 
materialista y su cuestionamiento a la división sexual del 
trabajo. En cuanto a aportes más actuales, destacan los 
de Jane Jacobs (1969), Francoise Choay y Saskia Sassen 
(1991), entre otras. (Velazquez, I.; 2006)
Desde este conjunto de estudios, entre otros, se 
incorpora al desarrollo urbano la mirada y necesidades 
de las mujeres, las cuales han sido invisibilizadas por 
el discurso masculino dominante que legitima una 
concepción androcéntrica del mundo en distintos 
ámbitos, también en la disciplina urbanística. 
“Lo personal es político” es una de las 
contribuciones teóricas y políticas más potentes del 
feminismo porque dio visibilidad al poder de las 
relaciones que se construyen en el micro espacio, en la 
vida cotidiana y significa la dimensión subjetiva como 
de prioridad ética y política. Lo público y lo privado son 
construcciones sociales inherentes a las perspectivas de 
las personas y sus subjetividades. Ambos son espacios de 
tensiones y conflicto y encierran por ello situaciones de 
inequidad construidas históricamente a partir de lo que 
se comprende como el ser mujeres y ser hombres en la 
sociedad. 
Estos aportes, de las activistas y académicas 
feministas contribuyeron a la comprensión de cómo 
las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres 
tienen expresión en las diferentes escalas de territorio, la 
vivienda, el barrio, el territorio, en las ciudades. Se trata de 
las diversas escalas de territorios en los que se construye, 
refuerza, reproduce las asimetrías entre varones y mujeres, 
siendo el cuerpo el primer territorio en disputa a recuperar 
por las mujeres. 
Producto de estos avances teóricos y de las luchas 
organizadas emprendidas desde el movimiento feminista, 
el siglo XX, - denominado el Siglo de los Derechos- , 
resultará en adelantos significativos en los derechos para 
las mujeres, instalando tratados, compromisos, acuerdos, 
consensos a nivel internacional2, de amplia aceptación 
por el conjunto social y lo que es decisivo aceptado por los 
gobiernos. Entre los derechos reconocidos a las mujeres, 
encontramos el derecho a la ciudad y el derecho a una vida 
libre de violencias en los espacios públicos. 
Estos instrumentos, entre otros, posibilitan la 
articulación de la agenda de los derechos de las mujeres 
con la agenda urbana, estableciendo un conjunto de líneas 
orientativas en el diseño de políticas de los gobiernos en 
sus diferentes niveles – Nación, Provincia, Municipio, 
lo que bajo los nuevos contextos que atraviesan nuestras 
sociedades, supone vincular al menos tres dimensiones: 
espacio público, seguridad ciudadana y género. 
Bajo las consideraciones efectuadas, el artículo 
pretende abordar las relaciones entre el derecho de 
las mujeres a la ciudad, a una vida libre de violencias, 
y las políticas de los gobiernos locales en este campo. 
Proponemos así, interrogamos sobre los impactos 
diferenciales de estas violencias en la vida de las mujeres 
y los obstáculos que éstas suponen en el ejercicio de su 
derecho a la ciudad. Al tiempo, que visualizar el rol de los 
gobiernos locales al momento de hacer efectivo para todos/
as estos derechos. 
Partimos del supuesto, de que a pesar de los avances 
conquistados en derechos por las mujeres, los espacios 
públicos de las ciudades, sigue siendo mayoritariamente 
masculinos. Uno de los factores que dificultan la 
“irrupción” plena de las mujeres como ciudadanas en lo 
público, de la apropiación de estas enlas diferentes escalas 
de territorios, son las violencias que se ejercen contra éstas 
en los espacios públicos, las que podrían operar a modo de 
mecanismo de restricción de los derechos de las mujeres 
a la ciudad, y de manera más amplia, a la posibilidad de 
efectivizar el conjunto de derechos conquistados en los 
ámbitos políticos, económicos, sociales. 
Concita además nuestra atención la persistente 
inercia institucional de las políticas de seguridad y la 
incapacidad de visualizar por un lado a las mujeres 
como activas en la defensa de la paz social y por el otro 
de integrar el flagelo de la violencia contra las mujeres 
que se expresa en la sociedad latinoamericana, tanto 
en lo privado como en el espacio público, en particular 
los crímenes sexuales, los cuales no son integrados a la 
preocupación instalada acerca de las violencias crecientes 
en las ciudades. 
A fines organizativos, esta presentación se 
estructura en dos momentos. El primero de ellos, 
introduce algunas breves notas preliminares con relación 
a los contextos de las ciudades desde una perspectiva de 
género. Un segundo, aborda las violencias urbanas, uno 
de los principales nudos críticos que atraviesan nuestras 
ciudades Latinoamericanas, y de manera particular, las 
violencias hacia las mujeres en los espacios públicos, sus 
especificidades y la restricción a los derechos ciudadanos 
que las mismas suponen. 
2. Mujeres y ciudades en 
Latinoamérica 
Breves notas preliminares. 
Reflexionar sobre la “la ciudad” en términos de 
categoría de construcción social, supone dar cuenta de las 
VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 11
2. Si bien todas las Conferencias y Cumbres se constituyen en compromisos para los Estados y sus gobiernos, dichos instrumentos tendrán un alcance 
diferente según su carácter y el alcance del cumplimiento de los mismos. Por un lado, las Conferencias son consensos entre países que establecen 
obligaciones del orden moral, es decir, no poseen carácter mandatorio. Mientras que las Convenciones y los Pactos, adquieren carácter vinculante, por 
ello obligatorios lo cual implica que su no cumplimiento por parte de los Estados que las han ratificado tiene consecuencias jurídicas que pueden derivar en 
sanciones. En el tema que nos compete un buen ejemplo de una convención con carácter vinculante es la Convención sobre la Eliminación de Todas las 
Formas de Discriminación contra la Mujer, CEDAW, establecida en 1979.
3. Ejemplo de ello lo son la ley de Matrimonio Igualitario, (2010) en Argentina; la legislación que legaliza la venta y el cultivo de marihuana, (2013) 
Uruguay; la ley de suspensión del embarazo no deseado en la Ciudad de México DF (2007). 
modalidades bajo la cual ésta es significada y 
construida por los actores/as, siempre diversos 
que lo habitan. De lo expuesto, se desprende 
la configuración de una cierta narrativa de la 
“ciudad”, pasible a ser transformada acorde 
a los contextos históricos, las relaciones 
de poder e ideologías dominantes que la 
atraviesan. 
Son así, espacios que se perciben 
de manera diferencial según los sujetos 
sociales, lo cual se encuentra estrechamente 
relacionado a los modos de acceso, a las 
condiciones y calidades de vida que la ciudad 
les ofrece. Esto es, quiénes y cómo usan y 
disfrutan el conjunto de los bienes urbanos, 
que refieren a derechos ciudadanos: derechos 
de servicio, de infraestructuras, de transporte, 
de seguridad, de recreación, entre otros. Se 
trata por tanto, de espacios no solo físicos, 
sino también simbólicos, políticos, lugar de 
disputas de quiénes y cómo la habitan. 
Las disputas aludidas, se enmarcan 
en la dinámica de nuestras ciudades 
latinoamericanas, las que, según informe 
ONU (2012) concentran aproximadamente el 
80% de la población, lo cual la convierte en la 
Región más urbanizada del mundo. Al tiempo, 
se trata de ciudades, las cuales vistas en su 
conjunto, son y se mantienen como las más 
inequitativas del planeta. (ONU, 2012) Esto, 
a pesar del momento promisorio que transita 
la región y sus ciudades, cuyos indicadores en 
general, y en particular los socioeconómicos 
muestran un significativo avance, así como 
los niveles de educación, incluso contando 
con legislaciones que interrogan las pautas 
tradicionales3. Tal como refiere Informe de 
Desarrollo 2013 (PNUD) el que establece que 
aún en tiempos de incertidumbre globales, 
la mayoría de los países de la Región han 
avanzado, y que el progreso en los mismos, es 
particularmente promisorio. 
Sin embargo, a pesar de los avances, 
los espacios urbanos de las ciudades expresan 
la desigualdad en la fragmentación en sus 
territorios. Ciudades con centros de consumo 
privilegiado y con calidades de vida del más 
alto nivel de bienes urbanos que conviven con 
centros degradados y, dispersas alrededor de 
estos centros, las periferias de la urbanización 
desurbanizada, sin acceso a los bienes urbanos 
de casi ningún tipo. En las que además, se 
registran diferencias económicas, sociales, de 
género, y gobernabilidades que aun presentan 
fragilidades y discriminaciones. 
Asimismo, las ciudades son esperanza, 
a pesar de las situaciones de pobreza, incluso 
de indigencia, la vida urbana ofrece muchas 
y mayores alternativas y posibilidades. La 
cuestión es cuantas son las familias pobres 
y en particular, cuantas mujeres pueden 
beneficiarse de esas ventajas comparativas. 
Así, en estos contextos, las mujeres pobres en 
Lac se encuentran incorporadas al mercado 
de trabajo desregulado, lo cual les otorga 
salarios más bajos en relación a los hombres. 
Las brechas salariales persisten en las zonas 
urbanas de nuestra región, alcanzando un 
amplio espectro, ya que mientras las mujeres 
peruanas registran el más alto rango con un 
25, 1%, Venezuela registra el más bajo con 
un 2%. El porcentaje de mujeres urbanas 
de América Latina sin ingresos propios es 
también significativo, alcanzando el 30, 4%, 
mientras que esta condición en los hombres 
es solo de 12, 3%. Son aquí también amplias 
las disparidades por país, “…mientras que en 
Nicaragua las mujeres sin ingresos ascendían 
al 50% y en Honduras, Bolivia (Estado 
Plurinacional de) y el Paraguay la proporción 
alcanzaba al 32%, el 30,6% y el 32,6% 
respectivamente, al mismo tiempo que en el 
Uruguay se reducía al 15,5%.” (CEPAL, 2012)
Si bien, en general, los servicios de 
salud son mejores en las ciudades, las mujeres 
pobres tienen menos posibilidad de acceder 
a los mismos y están más o tan expuestas a 
maternidades no deseadas, a contagiarse de 
HIV- Sida, y a sufrir violencia de género. A 
Figura 1. 
FUENTE: www.alfadiario.
tv/alfa/noticias/8260/
www.i
1
 VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 12
pesar de todo ello, la ciudad ofrece posibilidades, en ella 
se expresen nuevas identidades4. A pesar de los avances 
logrados, estas ciudades y sus esferas públicas, sean 
económicas, políticas, culturales, son más desiguales para 
mujeres, situación ésta que se agudiza cuando se cruzan 
variables como la raza, la etnia, la clase. 
Los datos dan cuenta que a pesar de los avances en 
términos de indigencia y de pobreza han disminuido del 
45.6 al 25.4 en la región en la última década. Sin embargo, 
cuando ponemos la lupa en las mujeres, la pobreza y la 
indigencia ha crecido en las mismas y más aun, dicha 
pobreza crece en las mujeres únicas responsables de sus 
hogares, las cuales constituyen el 38% de los hogares 
pobres y el 43% de los en indigencia. (CEPAL, 2012)
En cuanto a las transformaciones socio 
demográficas, podemos mencionar como tendencias 
generales el aumento de la expectativa de vida, descenso 
de la tasa de fertilidad, hogares menores y diversidad 
de arreglos familiares, etc. Si bien el promedio de hijos 
por mujer bajo en la región de 6 hijos/mujer en los años 
50 a 2.5 en el 2012, particularmente en las grandes 
ciudades, incluso peligrando la tasa de reposición de 
los/as latinoamericanas; sin embargo y para la buena 
planificación, espreciso conocer que las mujeres más 
pobres tienen por lo menos el doble de hijos que las más 
ricas. (Falú, Ana; UN Hábitat, Diálogos Nairobi, Mayo 
2013)
Por su parte, en el campo del trabajo y el empleo, la 
región obtiene indicadores positivos. El desempleo sigue 
cayendo, los salarios reales aumentan, hay progresos en 
la expansión del trabajo formal y avanza la cobertura 
de la seguridad social. (OIT, 2012) Pero al momento de 
visualizar las posiciones de las mujeres en el mismo, puede 
observarse que pese a contar con más años de educación 
que los hombres, las mujeres siguen concentrándose 
en las ocupaciones peor remuneradas. Comparaciones 
de hombres y mujeres de la misma edad e igual nivel 
educativo, dan cuenta por su parte de importantes brechas 
salariales, ya que los hombres ganan un 17 por ciento 
más que las mujeres. Ambas cuestiones mencionadas, se 
agudizan si se cruza la dimensión de etnia. (BID, 2012)
Otra cuestión a considerar aquí, es que este 
porcentaje de mujeres que ingresa a la PEA, destina 
un número significativo de horas diarias al trabajo 
remunerado y al trabajo doméstico no remunerado, cuya 
suma se denomina usualmente carga de trabajo total. 
(Milosavljevic, 2007). Los datos recabados en América 
Latina en 18 países dan evidencia de lo dicho, las mujeres 
dedican una mayor cantidad de horas al trabajo total, 
entendido como la suma de trabajo remunerado y no 
remunerado, y también dedican más tiempo al trabajo 
no remunerado. En cambio, los hombres superan a las 
mujeres en tiempo de trabajo remunerado. (CEPAL, 
2013) A modo de graficar lo expuesto, y según estudios 
desarrollados en México INEGI, entre el trabajo 
remunerado y no remunerado (trabajo total) las mujeres 
trabajan 22 horas más que los hombres por semana. 
(CEPAL Uso del Tiempo)
En lo que refiere a los ámbitos de participación 
política, si bien vienen registrándose importantes 
conquistas, sobre todo en los poderes legislativos, gracias 
a las leyes de cupos implementadas, no es menos cierto 
que estos avances son dispares. Así, la región figura entre 
las más avanzadas en cuanto a proporción de legisladoras, 
aunque el promedio regional ha sido lento, llegando solo 
al 22%, a lo que se suma una muy reducida participación a 
nivel local (CEPAL, 2010). Un dato que grafica claramente 
la persistencia de estas desigualdades persistentes, es el 
hecho que en los Gobiernos Municipales de la Región, en 
donde solo 2.173 mujeres han sido electas como alcaldesas 
en un total de 18.665 municipalidades de la región. 
(CEPAL, 2012). 
Como cierre de esta breve reseña de datos que 
pretenden dar cuenta de aspectos relevantes de las 
desigualdades en las ciudades de la Región, parece 
necesario referir a un tema crítico como el ambiental, 
ejemplo de ello y como afectan a las mujeres en particular 
se pueden mencionar los desastres ambientales, tales 
los ocurridos en Haití y en Chile. Y si bien los cruces 
conceptuales entre seguridad ambiental y género son 
incipientes, ya contamos con un trabajo en este sentido, 
y destacan los trabajos producidos desde la Red Mujer y 
Hábitat de América Latina5. Las poblaciones más pobres, 
tienden a ser las más vulnerables a las consecuencias de la 
degradación del ambiente y a las amenazas naturales y en 
donde el género y la etnia impactan en estas condiciones 
de vulnerabilidad. 
3. Mujeres y derecho a la ciudad
Las violencias como continuum y restricción 
Entre uno de los principales nudos críticos que 
atraviesa al conjunto de estos países y sus ciudades, se 
encuentra el incremento de los datos objetivos de violencia 
urbana y los altos niveles registrados de percepción 
de inseguridad en los espacios públicos. Es así que la 
inseguridad se transforma en uno de los talones de Aquiles 
que tienen las democracias latinoamericanas, junto a los 
bajos niveles socioeconómicos. 
Los datos subjetivos, dan cuenta que la inseguridad 
es el problema que los/as ciudadanos/as mencionan 
como el más importante que enfrentan los países, con un 
promedio regional del 28%, priorizando el mismo por 
sobre el ingreso6. Esto, a pesar de los esfuerzos realizados 
por los gobiernos en costos de seguridad, que alcanzan 
entre el 8 y el 10% del PIB de los países de la Región Lac. 
(Un-Habitat, 2009) Es necesario resaltar, que estos datos 
subjetivos acerca de la percepción de la inseguridad, no 
necesariamente refleja los niveles de victimización real de 
los/as afectados/as. 
En cuanto a los datos objetivos, Briceño León 
(2007), sostiene que Latinoamérica es la región más 
violenta del mundo en relación a la criminalidad urbana. 
Ésta violencia creciente ha implicado una transformación 
profunda en la vida cotidiana de las ciudades 
latinoamericanas ya que la misma impacta directa y 
diferenciadamente en la calidad de vida de hombres y 
mujeres. Lo expuesto, se refuerza si se tienen en cuenta los 
últimos datos de Informe PNUD (2013) sobre seguridad 
ciudadana, en el cual se expresa, entre otras, que entre 
2000 y 2010 la tasa de homicidios de la región creció 11%, 
mientras que en la mayoría de las regiones del mundo 
descendió o se estabilizó. En el transcurso de una década 
han muerto más de 1 millón de personas en Latinoamérica 
VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 13
Figura 2 
Escultura en el Parque 
Nacional de Bogotá
FUENTE: http://commons.
wikimedia.org/wiki/
File:Escultura_en_el_
Parque_Nacional_de_
Bogot%C3%A1.JPG
y el Caribe por causa de la violencia criminal. 
Por otra parte, considerando los países para 
los cuales se cuenta con información, los robos 
se han casi triplicado en los últimos 25 años.
La violencia en las ciudades, la que 
se vive y la que se percibe, constituye así, un 
tema emergente complejo y preocupante, 
que ocupa las agendas de la sociedad civil 
y las de los gobiernos. Es de destacar, que 
estas violencias no son vividas ni sentidas de 
igual manera por toda la ciudadanía, no solo 
por sus condiciones socio económicas y las 
segregaciones en el territorio, sino también 
por la diversidad de los sujetos: no es igual ser 
mujer que hombre, ni joven que adulto mayor, 
menos aun pobre que rico. 
Por su parte, Kessler (2008) observa 
que el miedo regula la vida social, y a partir 
del mismo, se construye una la idea de un 
otro amenazante el cual se vincula a las 
condiciones materiales de existencia de 
aquellas personas o grupos estigmatizados 
y desvalorizados. Se construyen en estos 
marcos, aquello que Susan Rotker (2000) 
refiere como ciudadanías del miedo, bajo 
su pregunta de “¿Cómo contar el miedo en 
las grandes ciudades de América Latina?”. 
Kessler agrega que las violencias masculinas 
mayoritarias por cierto en los espacios 
urbanos, se desarrollan entre varones y 
en general entre grupos vinculados a la 
criminalidad, sin embargo las violencias que 
sufren y viven las mujeres en el ámbito público 
son aleatorias y puede ocurrirle a cualquier 
mujer independiente de su clase, educación, 
edad, etnia o lugar de residencia. 
En estos nuevos contextos, el “derecho 
a la ciudad”, de Léfevre a Harvey, parece 
transformarse en una quimera, más aún 
cuando aludimos a las mujeres, las que han 
tenido históricamente vedado el ingreso al 
espacio público, siendo su “irrupción” a los 
mismos, productos de sus luchas. De esta 
manera, el derecho a la ciudad no es sino 
construcción permanente y conflictiva, en la 
que la incorporación de la categoría género en 
su análisis y reflexión, permite dar cuenta de 
las asimetrías de las relaciones jerárquicas y de 
subordinación entre hombres y mujeres, que 
no son otra cuestión que relaciones de poder 
de un sexo sobre el otro que, tal como plantea 
Doreen Massey, (1994) tienen una expresión 
territorial. 
Un aspecto importante en la 
incorporación de las mujeres como 
ciudadanas es el de sentirse seguras en lo 
público. Lejos de ser un sujeto singular 
abstracto, la violencia remite a una cuestión 
compleja, de múltiples dimensiones y entradas 
analíticas. Cuando seejerce tras los muros del 
mundo privado, la violencia casi siempre está 
dirigida hacia las mujeres; y cuando se expresa 
en el espacio público, sigue siendo masculina. 
Sin embargo, si bien la violencia en las calles 
afecta primordialmente a los hombres, la 
percepción del temor ante las violencias 
es mayor en las mujeres, por ser la misma 
ejercida aleatoriamente, pudiendo afectar a 
cualquier mujer, sin distinciones. 
Diferentes estudios llevados adelante 
por instituciones de la Red Mujer y Hábitat 
América Latina7, dan cuenta de ese modo 
diferencial de percibir las violencias por parte 
de los hombres y las mujeres. Las mujeres 
experimentan desde hostigamiento verbal, 
4. Múltiples identidades de las mujeres, de diversos colectivos sociales. Las grandes ciudades modelizan conductas. Ejemplo legislaciones sobre parejas del 
mismo sexo. 
5. Se trata de una serie de trabajos efectuados desde las diferentes organizaciones que componen la Red, tales son: Corporación de Estudios Sociales 
y Educación (http://www.sitiosur.cl/); Fundación Guatemala (http://fundaguatemala.blogspot.com.ar/). En términos generales, los mismos parten de 
considerar que los desastres climáticos, cada vez más frecuentes, impactan de manera diferencial según las condiciones previas de vulneración de derechos 
existentes. En este sentido, sus intervenciones trabajan sobre el concepto de capacidad de resiliencia en las comunidades —esto es, la facilidad y rapidez 
con que una persona o grupo se recupera de un desastre—. Estos desarrollos se articulan y potencian con los que vienen siendo llevados adelante por la 
Comisión Huairou, de la cual la mencionada Red Mujer y Hábitat forma parte, así como otras redes internacionales activas tales como Groots, Jagori en 
India, o WICI desde Canadá. 
6. Los porcentajes van de un 20% para Perú a un 61% para Venezuela. En países como México y Argentina el 35 por ciento y 41 por ciento ven como 
mayor el problema la inseguridad y la violencia por sobre el ingreso. (Latinbarómetro, 2008 - 2012)
 VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 14
hasta acoso sexual y violación en plazas, parques, calles 
y transportes públicos, por lo que expresan sentir mayor 
temor que los hombres para transitar la ciudad. 
Hablamos de un miedo que limita su derecho 
a disfrutar del espacio público y obstaculiza su 
participación, y que tiene soporte básicamente en sus 
cuerpos visualizados como objetos de dominación. 
Al momento de concebir ciudades más democráticas, 
inclusivas de la diversidad, de las mujeres como 
ciudadanas, es preciso la apropiación por parte de las 
mismas del territorio, primero el cuerpo que habitamos, 
para poder hacerlo con otros territorios: la casa, el barrio, 
la ciudad, el territorio de lo colectivo, de las formas 
organizadas, de la vida social, política, económica, cultural 
de recreación, las que precisamos transitar con seguridad. 
Cuerpos de las mujeres, cuerpos como botín de 
guerra en el caso de los actores armados, o cuerpos como 
objetos de apropiación por el solo hecho de ser cuerpos de 
mujeres. Esta violencia sobre las mujeres, que en algunos 
casos llega a la muerte, que ya acuñó un término para 
denominarla, “feminicidio”, transforma esos cuerpos 
avasallados en “cuerpos dotados de valor social y político. 
Hablar de las violencias y discriminaciones hacia las 
mujeres nos permite también develar y comprender otras 
discriminaciones, como las vinculadas a opción sexual, 
origen étnico, edad, condición social o lugar de residencia, 
que signan la vida de las personas en las ciudades.” 
En cuanto a los datos que dan cuenta de lo 
expresado, entre 2004 y 2009, de los 25 países con mayores 
tasas de feminicidio en el mundo 13 estaban en la región. 
(Small Arms Survey Research Notes. Number 14. February 
2012) Algunas cifras permiten dar cuenta de lo expuesto, 
en Guatemala, la Policía Nacional reporta a 2011 el 
asesinato de 631 mujeres (PNC 2012). Por su parte, las 
cifras de la Policía Nacional de El Salvador, registran que 
entre 2003 y 2012, 4,018 mujeres fueron asesinadas, lo que 
implica un promedio anual de 402 homicidios. Argentina 
presenta para el 2011 un total de 286 feminicidios y 230 se 
registran en República Dominicana para el mismo año. 
(PNUD, 2013) 
Por su parte, María Magdalena Lopez Pons 
en un estudio desarrollado en la UBA documenta y 
analiza el estado actual de violencia de género en el 
territorio latinoamericano a través de la ocurrencia de los 
feminicidios producidos en forma creciente en los últimos 
años, con el objeto de explicar la magnitud territorial de 
esta problemática que se expresa con mayor visibilidad en 
los sectores urbanos de mayor vulnerabilidad social de las 
víctimas. 
Las violencias se ven potenciadas por el hecho 
que la tendencia social es culpabilizar a las mujeres por 
las agresiones de las que son víctimas en la calle. En 
consecuencia, la internalización cultural del espacio 
público o urbano como masculino, y por ello vedado 
para las mujeres, contribuye a que se sientan responsables 
cuando son víctimas de algún delito en la vía pública, 
por circular en horarios o con vestimenta considerados 
socialmente inapropiados. 
Un rasgo característico en un buen número de 
ciudades de la región es la no correspondencia entre los 
niveles de inseguridad y temor de la población en relación 
a las tasas de registro de delitos. Es lo que muestran 
las mediciones de victimización, según las cuales la 
percepción de vivir bajo amenaza se ha incrementado en 
forma que supera el aumento real de los hechos delictivos, 
y ello con distinta fuerza en los diversos sectores de la 
población. Es el caso de las mujeres, entre las cuales la 
percepción de posibles riesgos en su vida cotidiana es 
mayor que en los hombres8. Es necesario pues considerar 
que las tasas de registro de delitos, no dan cuenta de las 
agresiones contra las mujeres. De ahí la necesidad de 
relativizar también las mismas y la afirmación de que los 
hombres son los más victimizadas.
Lo anterior se explica en parte porque, aunque 
los hombres presentan tasas más altas de victimización, 
existen ciertas agresiones que son causantes de altos 
niveles de temor y que afectan de manera específica a las 
mujeres. Es decir, hay hechos vinculados con el poder 
ejercido sobre su sexo: agresión sexual y agresión de 
pareja. 
Las agresiones que mayoritariamente se ejercen 
contra los hombres, como homicidios y lesiones, carecen 
de connotación sexual y es probable que, por lo general, 
sean perpetradas por hombres y ocurran en lugares 
públicos. En cambio, cuando delitos del mismo tipo tienen 
por objeto a las mujeres, suelen estar imbuidos de un claro 
componente sexual. En un día típico, en América Latina 
460 personas sufren las consecuencias de la violencia 
sexual, y la mayoría de ellas son mujeres.
En este marco, Marta Román Rivas (2009), 
plantea que en Occidente, el miedo coarta el acceso libre 
de mujeres y niñas al espacio público, lo cual puede ser 
visualizado desde la misma infancia. Diferentes estudios 
marcan, como el ser niño o niña posibilita un ingreso a 
las calles diferencial. La mayor permisividad a los hijos 
varones, corresponde a una distinta percepción del peligro 
por parte de los adultos y de la sociedad en su conjunto, 
siendo el miedo a la agresión sexual hacia las niñas, uno 
de los principales factores que limitan su libertad. Esto, 
a pesar de que los niños asumen grandes riesgos en sus 
juegos y también pueden ser agredidos sexualmente 
(Román Rivas, Ibid.). 
La mencionada autora sostiene, que si bien la 
prohibición de ingreso a lo público no es expresa, la misma 
asumiría la forma de una renuncia personal, ocultando su 
carácter colectivo, y con ello la capacidad de intervenir en 
esa esfera. El miedo, se incorpora mediante el proceso de 
socialización – “ten cuidado, no te fíes de desconocidos”- y 
tiene su origen en un discurso ancestral, que consideran 
que la asociación mujer/calle hace referenciaa aquellas 
que están fuera de lugar o fuera del momento que les 
corresponde. “Nuestro miedo, ¿Es porque asumimos que 
estamos en un lugar que no nos corresponde?”.9
A fin de enfrentar estos miedos, las mujeres 
desarrollan estrategias individuales o colectivas que les 
permiten superar los obstáculos para usar las ciudades 
y participar de la vida social, laboral o política. En otros 
casos, simplemente se produce un proceso de retraimiento 
del espacio público, el cual se vive como amenazante, 
llegando incluso hasta el abandono del mismo, con el 
consiguiente empobrecimiento personal y social.
Estos miedos, que refieren a las construcciones 
históricas y culturales del “ser mujer”, contribuyen 
a debilitar la autoestima femenina y ahondan los 
VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 15
Figura 3 
Encuesta La Voz del 
Interior, 8 de marzo 2013. 
Para articulo editorial Ana 
Falu. 
sentimientos de inseguridad, a la vez que 
operan en una suerte de fortalecimiento 
de las dependencias y debilitamiento de las 
ciudadanías, al retransmitirse en el entorno 
familiar, barrial, social. De esta forma, 
contribuyen casi sin que se lo perciba, a 
un proceso circular y de retrocesos, de 
producción y reproducción de viejas y nuevas 
subjetividades femeninas en las cuales se 
expresa el temor y las mujeres se vinculan a él.
Otro de los temas a tener en cuenta, es 
que el espacio público, las calles, las plazas, 
los lugares de recreación, particularmente 
en determinadas horas, pierden la vitalidad 
urbana potenciadora de las interrelaciones, de 
la socialización, del tejido social y del ejercicio 
de ciudadanía. Estas transformaciones y 
abandono de los espacios públicos de las 
ciudades afectan en particular a las mujeres, 
que viven el temor independientemente de su 
condición social o su situación residencial, 
porque en ellas el miedo precede o acompaña 
a las violencias. Aun así, las mujeres salen a 
trabajar, incluso recorriendo territorios que se 
tornan en trampas reales para su integridad, o 
percibidas como tales.
Es interesante recuperar lo que 
citaba Naredo (1998) respecto de un estudio 
realizado en Londres sobre mujeres y 
movilidad urbana, donde se concluye que el 
63 % de las encuestadas no salía nunca sola 
de noche, una clara expresión de una actitud 
defensiva en consonancia con las estrategias 
que desarrollan las mujeres y que constituyen 
limitantes que afectan sus autonomías, y que 
pueden llegar a ser tan victimizadores como 
el delito mismo. En estudios en ciudades de 
América Latina, se verifica que las mujeres 
cambian sus rutinas por temor en mayor 
medida que los varones.10 
Otro ejemplo para visibilizar la 
violencia hacia las mujeres en el espacio 
público, es el estudio realizado sobre las 
violencias que ocurren en el transporte 
público en la Ciudad México durante 200811. 
La encuesta arrojó los siguientes resultados: 9 
de cada 10 mujeres ha sido víctima de alguna 
forma de violencia sexual; más del 90% de las 
mujeres entrevistadas sienten algún grado de 
inseguridad al utilizar el transporte público; 
el sistema de transporte público en el cual 
se verifican la mayor parte de las situaciones 
de violencia sexual es el Metro; y el 86% de 
las entrevistadas señaló que al ocurrirles 
alguna de esas situaciones no denunciaron o 
informaron a alguna autoridad. 
Los diferentes aspectos expresados, han 
dado lugar al concepto de continuum, como 
modo de dar cuenta de las violencias que se 
ejercen hacia las mujeres que tiene lugar tanto 
en el ámbito privado como en el público, en 
el hogar, en las instituciones, en las calles, en 
los medios de transporte. (Falú, 2009). Desde 
la perspectiva conceptual que proponemos, 
hablamos de una misma violencia que 
adquiere diversas expresiones y se manifiesta 
en diferentes espacios. 
Al referirnos a un continuum, 
aludimos a que tanto en sus manifestaciones 
públicas como privadas, la violencia hacia las 
mujeres tiene un mismo origen y persigue 
sus mismos efectos. Como bien lo señala la 
Convención de Belém do Pará, no es solo 
violencia ejercida sobre los cuerpos, sino 
ejercicio del poder de un sexo sobre otro. Su 
origen, remite a estereotipos de dominación 
masculina, aún vigentes en nuestras 
sociedades. En cuanto a sus efectos, refiere 
a la necesidad en el marco de una cultura 
patriarcal de perpetuar una construcción 
identitaria de las mujeres en su carácter de 
objetos de subordinación y dominación que se 
expresan como formas de supuesta protección. 
En este sentido, la persistencia de 
7.Red Mujer y Hábitat de América Latina: conformada por instituciones de países de la región comprometidas con los derechos de las mujeres en la ciudad.
www.redmujer.org.ar. 
8. Cfr. Boletín 1. Observatorio Regional Ciudades Violencias y Género. www.ciudadesygenero.org/?p=158 , Programa Regional Ciudades sin violencia 
hacia las mujeres, ciudades seguras para tod@s, Red Mujer y Hábitat AL. ONU Mujeres /AECID 
9. En un proyecto realizado en Ondarroa (País Vasco) sobre seguridad, de todos los colectivos de mujeres que participaron, las trabajadoras de las lonjas 
de pescado que utilizaban la ciudad de madrugada expresaran no sentir miedo, frente a la mayoría de mujeres que sí lo manifestaron en referencia a las 
ocasiones en que transitaban a esas mismas horas y por esos mismos lugares. Alonso, Ane (miembro de Hiria Kolektiboa, País Vasco). La ciudad prohibida. 
Conferencia celebrada en el Curso de Verano de la Universidad de A Co¬ruña, “Reflexiones y propuestas sobre la ciudad y el paisaje: una cuestión de 
género” (Directora: Pascuala Campos de Michelena). A Coruña, julio de 2008. 
La autora aquí se interroga sobre el hecho de que si al ser esta una actividad reconocida socialmente, legitima su presencia en las calles, y por ende 
contribuye a inhibirlas del miedo. En Marta Rivas, Op. Cit.
10. Indicadores Urbanos de Género. Estudio realizado por CISCSA- Red Mujer Y Habitat de America Latina en Montevideo, Uruguay, Talca Chile, 
Asunción Paraguay, Mendoza y Rosario Argentina (2003)
11. Realizado a través del Centro de Información Geoprospectiva, AC. La investigación se basó en una encuesta que se aplicó a mujeres de 15 años y más, 
usuarias de los tres Centros de Transferencia Modal (CETRAMs) más importantes de la ciudad: Indios Verdes, Pantitlán y Taxqueña.
 VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 16
diversidad de conductas de violencia masculina en el 
ámbito público, funcionaría como elemento obturador de 
los derechos ganados, generando estas violencias o el solo 
temor a sufrirlas limitaciones para la apropiación de las 
mujeres del espacio público en las ciudades donde vive la 
mayoría. Esto es, el temor de las mujeres a transitar, usar 
y disfrutar libremente la ciudad se traduce en una suerte 
de “extrañamiento” respecto a lo público, mientras que 
el espacio privado, aunque las estadísticas muestren lo 
contrario, continúa siendo percibido como seguro. 
De esta manera, la construcción identitaria de 
las mujeres cómo ciudadanas, con derechos a su ciudad, 
parecería tener aún como tema pendiente, el sortear una 
doble barrera de violencias. Estas, constituidas en base a 
una misma violencia que se manifiesta en lo público y en 
lo privado bajo formas patriarcales que siguen intentando 
sujetarlas a significaciones de objetos de derecho y no como 
sujetos de derechos a sus ciudades.
4. A MODO DE CIERRE… 
Algunas conclusiones preliminares
Si bien las violencias en las ciudades del siglo XXI, 
tanto las que se experimenta como las que se temen, 
son problemas centrales de la vida de las personas y 
del ejercicio de sus derechos ciudadanos, no deja de 
sorprender que las agendas públicas gubernamentales no 
incorporan a las mujeres en sus abordajes sobre seguridad 
ciudadana. Una vez más las mujeres desaparecen como 
sujetos de las políticas públicas, como si fuera igual ser 
varones o mujeres en las ciudades de América Latina. 
De esta manera, si bien se reconocen adelantosen la efectivización de los derechos de las mujeres a la 
ciudad y a una vida libre de violencias, no es menos 
cierto que éstos son aún insuficientes. Es necesario 
cambios culturales profundos en las relaciones de 
género y en la concienciación social sobre estos cambios 
y la responsabilidad del Estado y los gobiernos para 
promoverlos y posibilitarlos. 
Bajo lo expuesto hasta el momento, cabe 
preguntarse acerca del rol que le caben a las políticas 
públicas de los Gobiernos Locales en este campo. Dos 
cuestiones entendemos necesarias considerar aquí: Una 
primera, refiere a que grado de obligación poseen estos 
niveles locales al momento de tornar efectivo el goce 
de los derechos humanos de las mujeres en general, y 
en particular su derecho a la ciudad y a una vida libre 
de violencias. Aquí, uno de los principales obstáculos 
señalados por Susana Chiarotti (2008) en este sentido, es 
el hecho de que los Municipios, en su gran mayoría, no 
se sienten obligados por los tratados internacionales de 
derechos humanos. Para esto es necesario es necesario 
que los Gobiernos Locales cuenten con voluntad política 
para iniciar estos procesos, equipos técnicos y políticos 
capacitados y sensibilizados en el tema, articulaciones con 
organizaciones de mujeres de la comunidad, entre otros. 
Una segunda cuestión, refiere a la competencia 
de los gobiernos municipales para tomar como materia 
de políticas públicas este tema en sus territorios. En este 
sentido, recordar aquí, que en la década de los 80’, bajo 
la denominación de reformas estatales, se impulsaron 
descentralizaciones de diversos ámbitos de gobierno a 
los niveles sub nacionales (provinciales y locales). Estos 
procesos, dotaron a los gobiernos locales de un marco 
de oportunidades de accionar en temas antes vedados, 
entre ellos las políticas de género y seguridad ciudadana, 
a fin de dar cuenta del derecho de las mujeres a la ciudad 
y a una vida libre de violencias en los espacios públicos 
que conforman la misma. Lo expuesto, sin desconocer 
que para muchos de los Municipios significó una serie 
de nuevas responsabilidades sin contar con recursos ni 
capacidades institucionales adecuadas. 
Los procesos aludidos, han colaborado en la cultura 
democrática, en el fortalecimiento de los gobiernos locales, 
constatándose en muchos casos el surgimiento de nuevos 
protagonistas sociales, entre éstos las mujeres, quienes 
elevan sus agendas, presionan a las autoridades, buscan 
participar de las decisiones, multiplican las oportunidades 
de negociación y a veces consiguen alguna concertación 
de políticas, nos referimos a las organizaciones sociales. 
Es también en el marco de las organizaciones de mujeres, 
de las feministas, y del activismo político y social por 
sus derechos, que las mujeres han hecho su aparición en 
lugares que hasta hace poco eran espacios exclusivamente 
masculinos. Hay un cambio simbólico y cultural, marcado 
por una presencia activa de mujeres, quienes hacen parte 
del “territorio de disputa política” en particular en los 
espacios municipales. 
Partimos de considerar que a pesar del conjunto de 
avances expresados en términos de derechos, y aun con 
el crecimiento de las voces de las mujeres organizadas, 
en sus distintas expresiones, el ámbito de lo público, el 
espacio de las ciudades, el derecho a la ciudad, sigue siendo 
prioritariamente masculino. Como uno de los elementos 
obturadores de la “irrupción” plena de las mujeres como 
ciudadanas en lo público, son las violencias que se ejercen 
contra éstas en los espacios públicos, que operarían así 
a modo de mecanismo de restricción de derechos de 
las mujeres a la ciudad, y de manera más amplia, a la 
posibilidad de efectivizar de manera plena, el conjunto 
de derechos conquistados en los ámbitos políticos, 
económicos, sociales.
Se trata de este modo, de cuestionar un conjunto 
de supuestos establecidos a priori sobre las ciudades, 
revelar sujetos y dimensiones ocultas, explicar cómo 
se expresan las diferencias entre hombres y mujeres 
en las desigualdades del territorio local, evidenciar las 
restricciones ciudadanas de las mujeres en sus territorios. 
Y particularmente en el caso que nos ocupa, dar cuenta de 
una serie de vulneraciones de derechos, las cuales operan 
bajo dispositivos de violencias en los diferentes espacios 
que éstas transitan, calles, plazas, parques, transportes 
públicos, escuelas, centros de salud. 
Si bien las violencias en las ciudades del siglo XXI, 
tanto las que se experimenta como las que se temen, 
son problemas centrales de la vida de las personas y 
del ejercicio de sus derechos ciudadanos, no deja de 
sorprender que las agendas públicas gubernamentales no 
incorporan a las mujeres en sus abordajes sobre seguridad 
ciudadana. Una vez más las mujeres desaparecen como 
sujetos de las políticas públicas, como si fuera igual ser 
varones o mujeres en las ciudades de América Latina. 
Articular la agenda de los derechos de las mujeres 
con la agenda urbana implica, la articulación de al menos 
VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 8-18 17
tres dimensiones: espacio público, seguridad 
ciudadana y género. Vargas define al espacio 
(público y privado) como el “contenedor” de la 
acción, también de la acción transformadora, 
cualidad que lo constituye en ámbito 
estratégico para la acción. 
Desde los gobiernos locales es 
necesario y posible asumir la responsabilidad 
de implementar políticas públicas integrales 
que contemplen la atención, prevención 
y punición de la violencia de género, y 
especialmente la promoción de derechos 
de las mujeres (Falú, 2002). Si bien estos 
fenómenos son comunes a toda la sociedad, 
los espacios urbanos y barriales sometidos a 
nuevas tensiones, no son iguales para hombres 
y mujeres . Es necesario, desde estos niveles 
garantizar procedimientos de participación 
ciudadana, específicamente por parte de 
las mujeres y sus organizaciones, a fin que 
de incorporar sus voces como ciudadanas y 
sus agendas en relación a la erradicación y 
prevención de la violencia de género. 
Para lo dicho, parece necesario 
establecerse un compromiso cierto, con 
voluntad política expresa por parte de los 
gobiernos locales, en donde las convenciones 
internacionales de derecho para erradicar la 
violencia de género y garantizar los derechos 
de las mujeres, se traduzca en términos 
presupuestarios, de sistematización de 
información, de capacitación a los operadores 
públicos de las políticas en este campo. 
Sin duda que mucho se ha avanzado, 
pero es necesario continuar desarrollando 
estrategias, hay mucho para aportar a 
partir de las lecciones que se encuentran 
siendo aprendidas del conjunto reseñado de 
experiencias en marcha en Latinoamérica, 
como así también de las experiencias en este 
campo a nivel internacional. Entre otras 
medidas parece posible replicar herramientas 
e instrumentos ya probados, capacitar a 
los agentes de los municipios, en apoyos 
logísticos, legal, técnico. 
En estas ciudades entendidas como 
espacio de la acción política, territorio en el 
cual es necesario desarrollar estrategias para 
“empoderar” a las mujeres; vinculando y 
poniendo en tensión autonomía / seguridad 
y subordinación / vulnerabilidad, para 
sensibilizar y avanzar en el derecho al uso y 
disfrute de las ciudades. “La eliminación de 
la violencia implica la transformación de las 
mujeres y los hombres, de la sociedad y las 
instituciones, y de la cultura, a partir de la 
creación de condiciones de seguridad para 
las mujeres y, de manera fundamental, de 
lograr el acceso de las mujeres a condiciones 
de desarrollo personal con los parámetros 
de calidad de vida y ciudadanía plena. Para 
ello es preciso el impulso de una política de 
Estado tendiente a eliminar las desigualdades, 
las injusticias y las brechas de género, la 
discriminación.” (Marcela Lagarde, 2006). 
Parece necesario recuperar una vez 
más el abordaje provocador de Tamar Pitch 
(2008), quien reconoce en lascapacidades 
de correr riesgos un atributo que hace más 
seguras a las mujeres; para ampliar estas 
capacidades, nos dice la autora, son necesarios 
recursos, tanto materiales como simbólicos, 
por lo cual “las mujeres no necesitan un 
terreno urbano esterilizado, sino más recursos 
sociales, económicos y culturales para atrave-
sar dicho terreno con confianza”•
Figura 4 
El 24 de mayo de 2012, 13 
mujeres fueron arrestadas 
por protestar pacíficamente 
en Camboya, India. 
FUENTE: http://www.
inclusivedevelopment.net/
boeung-kak-lake-human-
rights-defenders-behind-
bars/
 VOLUMEN 1: 8-18 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 18
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VIVIENDA & CIUDAD /DICIEMBRE 2013/ VOLUMEN 1: 20-27 19
 VOLUMEN 1: 20-27 /DICIEMBRE 2013/ VIVIENDA & CIUDAD 20
CONJUNTOS HABITACIONALES Y 
DENSIFICACIÓN RESIDENCIAL: 
EVALUACIÓN COMPARATIVA DESDE LA 
CALIDAD DE VIDA PROPUESTA
CECILIA MARENGO / SILVIA BONETO / ALEJANDRA OCHOA 1
mcmarengo@gmail.com
RESUMEN ABSTRACT
Los estudios sobre el crecimiento urbano en 
el municipio de Córdoba, han permitido identificar 
externalidades negativas derivadas de este proceso: extensión 
en la ocupación en baja densidad y con elevado consumo 
de suelo; intensificación de la segregación residencial y 
fragmentación urbana; rasgos propios de la urbanización en la 
etapa post-fordista. (Soja E.2000; De Mattos 2010). Como 
contrapartida, investigamos en los modelos de densificación, 
para evaluar comparativamente la calidad de vida propuesta 
en diferentes alternativas de organización espacial, 
tomando como dimensiones analíticas: el diseño urbano y 
arquitectónico del conjunto. La importancia del proyecto 
radica en la elaboración de indicadores sobre la densificación 
existente en propuestas habitacionales colectivas y su 
evaluación comparativa desde la calidad residencial. De esta 
manera, validar criterios de densificación, considerando 
comparativamente los niveles de eficiencia, equidad y 
sustentabilidad implícitos en las diferentes propuestas. 
Dicha validación se desarrollará a través de la aplicación un 
modelo de simulación informático, planteando hipótesis 
de densificación en diferentes escenarios y valorando su 
factibilidad de transferencia a la normativa urbana. Se trata, 
en definitiva, de aportar a la formulación de lineamientos de 
intervención en un escenario de planificación prospectiva que 
promueva un modelo de desarrollo urbano más compacto. 
Palabras claves: Densidad – Conjuntos residenciales 
– Calidad de vida
Studies of urban growth in Córdoba city have identified 
negative externalities arising from this process: sprawl in a low 
density pattern with high land consumption; intensification of 
residential segregation and urban fragmentation. These features 
are identified as typical of the urbanization in the post- fordist 
stage. (Soja E. 2000; De Mattos C. 2010).In return, we 
investigate models of densification, to evaluate the quality of life 
in different spatial organization alternatives, taking as analytical 
dimensions: urban and architectural design. The importance of 
the project lies in the development of indicators on collective 
housing densification proposals and to compare the residential 
quality, thus to validate criteria on densification comparatively 
considering the levels of efficiency, equity and sustainability 
implicit in different proposals. This validation will be developed 
through the application of a computer simulation model, 
analyzing hypotheses on densification under different scenarios 
and assessing their feasibility to be transfer to urban standards.

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