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respiratoria o epitelio, la cual se encarga de filtrar las partículas y de calen- tar y humedecer el aire de la inspiración. El esqueleto de la nariz se constituye por los huesos nasales y los cartílagos. Los huesos nasales son gruesos en su tercio superior y se adelgazan hacia la porción inferior (sitio donde forman la abertura piriforme). En esa zona son más frecuentes las fracturas, debido a lo delgado del hueso. Los cartílagos nasales son cinco: dos laterales, dos alares y un tabique nasal. Las fracturas se pueden diagnosticar por palpación al encontrar un escalón o crepitación y las radiografías simples pueden apoyar el diagnóstico, pero la mayor parte la sigue siendo el clínico. El objetivo del tratamiento es restablecer la apariencia nasal sin que se produzca una obstrucción nasal. PARA RECORDAR Anatómicamente, los huesos nasales están situados en la porción más anterior del esqueleto facial, se articulan con el frontal y los maxilares, y presentan relación con el sistema nervioso y ambas órbitas. El conocimiento de su anatomía es fundamental para restablecer la forma y función adecuada de la nariz. La información nerviosa y vascular apoya en la toma de decisiones anestésicas y ayuda a evitar complicaciones al tratar esta alteración. librosmedicina.org https://www.librosmedicina.org/
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