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dietoterapia (89)

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caPíTulo 3 | Ingesta: los nutrientes y su metabolismo 91
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El mioinositol se absorbe de forma eficiente en su forma libre 
por un proceso de transporte activo. Se transporta en la sangre 
principalmente en forma libre, y parte en forma de PI asociado 
a lipoproteínas. El mioinositol libre se convierte en los tejidos 
en PI, que es metabolizado mediante fosforilaciones secuenciales 
a las formas de monofosfato y difosfato.
Los mamíferos sintetizan mioinositol a partir de la glucosa, 
aunque también se obtiene a partir de frutas, granos, verduras, 
frutos secos, legumbres y vísceras como hígado y corazón. Las 
fuentes dietéticas incluyen diversos fosfolípidos de inositol de 
origen animal y ácido fítico (hexafosfato de inositol) en materia-
les vegetales. Como los seres humanos y la mayoría de los demás 
mamíferos carecen de una fitasa intestinal, el ácido fítico no es 
una fuente útil de mioinositol. Los fitatos no se incluyen en las 
tablas de composición de los alimentos, aunque pueden tener 
ciertos efectos beneficiosos en la disminución de la glucemia y 
la lipidemia (Schlemmer et al., 2009).
Solo las hembras de los jerbos y algunos peces tienen una 
evidente necesidad dietética de mioinositol preformado. En 
estos animales la privación del factor produjo anorexia, lesiones 
dermatológicas y lipodistrofia intestinal. Se están estudiando al-
gunas alternativas farmacológicas en fase de investigación frente 
a la depresión resistente al tratamiento; entre ellas figuran el 
inositol y los ácidos grasos w-3, la S-adenosil-L-metionina y el 
ácido fólico (Shelton et al., 2010). Por otra parte, se ha evaluado 
la función del inositol en el control del sueño, el trastorno bipolar 
y otros trastornos neurológicos. Hasta ahora no se han definido 
cuáles son las necesidades diarias de inositol.
ubiquinonas
Las ubiquinonas son un grupo de derivados de 1,4-benzoquino-
na sustituidos con longitudes variables de cadenas laterales de 
isopentilo. La principal de ellas tiene 10 de esas unidades de ca-
denas laterales y se denomina coenzima Q10 (coQ10), que se aisló 
por primera vez en 1957. Las ubiquinonas son componentes 
esenciales de la cadena de transporte electrónico mitocondrial, 
en la que experimentan reacciones reversibles de reducción y 
oxidación para transportar electrones desde las flavoproteínas 
(NAD o succínico deshidrogenasas) a los citocromos a través del 
citocromo b5. Además, las propiedades de oxidorreducción de la 
CoQ10 le permiten actuar como antioxidante liposoluble, de 
forma muy similar al a-tocoferol. Se mantienen concentra-
ciones relativamente elevadas de ubiquinonas en los tejidos, 
aparentemente mediante biosíntesis a partir de precursores 
endógenos.
La utilización clínica de CoQ10 ha sido objeto de numerosas 
revisiones. La síntesis baja de ubiquinonas podría ser un factor 
etiológico en las cardiopatías; los suplementos de CoQ10 po-
drían tener interés en el tratamiento de las miocardiopatías y la 
insuficiencia cardíaca congestiva. Tanto CoQ10 como su análogo, 
idebenona, se han estudiado ampliamente en el tratamiento de 
la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington, la 
ELA, la ataxia de Friedreich y otros trastornos mitocondriales 
(Mancuso et al., 2010). La disfunción mitocondrial produce es-
trés oxidativo, deleciones o lesiones en el ADN mitocondrial, 
alteraciones morfológicas y, en última instancia, la muerte neu-
ronal (Beal, 2009). La disminución de la CoQ10 debido al tra-
tamiento con inhibidores de la HMG-CoA reductasa (estatina) 
se ha relacionado con miotoxicidad (Mancuso et al., 2010). La 
CoQ10 está presente en diversos alimentos, entre los que destacan 
el aceite de pescado, los frutos secos, el pescado y la carne.
bioflavonoides
Los bioflavonoides (derivados fenólicos de 2-fenil-1,4-ben-
zopirona) no tienen ninguna función metabólica inmediata 
conocida; sin embargo, se ha demostrado que reducen la fragi-
lidad capilar y potencian la actividad antiescorbútica del ácido 
ascórbico; estas dos actividades se pueden deber a la quelación 
de iones metálicos divalentes (Cu2+, Fe2+) y a sus propiedades 
antioxidantes intrínsecas. Estudios epidemiológicos han mos-
trado una asociación entre las dietas con elevado contenido 
en bioflavonoides y la reducción del riesgo de enfermedad 
cardiovascular y de varios cánceres. Los bioflavonoides son 
ubicuos en los alimentos de origen vegetal; se han aislado más 
de 800 bioflavonoides diferentes, como quercetina, rutina y 
hesperidina, de los vegetales, en los que son las principales 
fuentes de pigmentos de color rojo, azul y amarillo distintos a 
los carotenoides.
MIcronuTrIenTes: 
MInerales
Los nutrientes minerales se dividen tradicionalmente en ma-
crominerales (son necesarios ≥ 100 mg/día) y microminerales 
u oligoelementos (son necesarios < 15 mg/día). Estudios de 
pacientes que reciben nutrición parenteral total (NPT) a largo 
plazo han ayudado a determinar el carácter esencial de los 
ultraoligoelementos, que son necesarios en cantidades diarias 
de microgramos. Se reconoce que los nutrientes minerales son 
esenciales para la función de los seres humanos, aun cuando 
no se hayan establecido necesidades específicas para algunos 
de ellos.
coMPosIcIón en MInerales 
del cuerPo
Los minerales representan aproximadamente el 4% a 5% del 
peso corporal, o 2,8 a 3,5 kg en mujeres y varones adultos, res-
pectivamente. Aproximadamente el 50% de este peso es calcio, 
y otro 25% es fósforo, que aparece en forma de fosfatos; casi 
el 99% del calcio y el 70% de los fosfatos se encuentran en los 
huesos y los dientes. Los otros cinco macrominerales esenciales 
(magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre) y los 11 micromine-
rales establecidos (hierro, cinc, yoduro, selenio, manganeso, 
fluoruro, molibdeno, cobre, cromo, cobalto y boro) constituyen 
el 25% restante. Los ultraoligoelementos como arsénico, alumi-
nio, estaño, níquel, vanadio y silicio, constituyen una cantidad 
despreciable en peso.
Los macrominerales aparecen en el cuerpo y en los alimentos 
principalmente en estado iónico. El sodio, el potasio y el calcio 
forman iones positivos (cationes), mientras que otros minerales 
aparecen en forma de iones negativos (aniones). Estos últimos 
incluyen cloro (en forma de cloruros), azufre (como sulfato) y 
fósforo (como fosfato). Los minerales también aparecen como 
componentes de compuestos orgánicos como fosfoproteínas, 
fosfolípidos, metaloenzimas y otras metaloproteínas como la 
hemoglobina.
Con la excepción del hierro hemínico, los minerales habi-
tualmente se absorben en estado iónico. Por tanto, los minera-
les que quedan unidos a moléculas orgánicas (quelados) o que 
permanecen en forma de complejos inorgánicos después de la 
	Parte 1 - Valoración de la nutrición
	Capítulo 3 - Ingesta: los nutrientes y su metabolismo
	Otros factores similares a vitaminas
	Ubiquinonas
	Bioflavonoides
	Micronutrientes: minerales
	Composición en minerales del cuerpo

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