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caPíTulo 3 | Ingesta: los nutrientes y su metabolismo 103 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to ri za ci ón e s u n de lit o. Fuentes alimenticias e ingesta El magnesio es abundante en muchos alimentos. Son buenas fuentes las semillas, los frutos secos, las legumbres y los granos de cereal molidos, así como las verduras de color verde oscuro, porque el magnesio es un constituyente esencial de la clorofila. La leche es una fuente moderadamente buena de magnesio, sobre todo porque la leche y otros productos lácteos se consumen de forma generalizada. El tofu que se prepara por precipitación de magnesio (indicado en la etiqueta) es una buena fuente. El pescado, la carne, las naranjas, las manzanas y los plátanos son fuentes pobres en magnesio. Las dietas ricas en alimentos refinados, carne y lácteos suelen proporcionar unas cantida- des más bajas de magnesio que aquellas en las que abundan las verduras y los cereales integrales (tabla 3-28). El magnesio se elimina durante el procesamiento de alimentos como el azúcar; generalmente no suele sustituirse mediante enriquecimiento tras el refinado de los cereales de trigo. Las fuentes dietéticas más frecuentes son la leche, el pan, el café, los cereales listos para consumir, la carne de vacuno, las pa- tatas, y las alubias y las lentejas desecadas. La media de la ingesta de magnesio de los estadounidenses es notablemente menor que la CDR, y los ancianos presentan la ingesta más baja (fig. 3-31). Esta tendencia se ha implicado en el desarrollo de trastornos como la osteoporosis y la diabetes (He et al., 2006). Las ingestas elevadas de calcio, proteínas, vitamina D y alcohol aumentan las necesidades de magnesio; el estrés físico o psicológico también puede potenciar estas necesidades. deficiencia Aunque es infrecuente, los síntomas de una deficiencia grave de magnesio incluyen temblor, espasmos musculares, cambios de personalidad, anorexia, náuseas y vómitos. También se han descrito tetania, sacudidas mioclónicas, movimientos atetoides y coma. La hipocalcemia y la hipopotasemia típicamente se producen primero, combinadas con alteración de la reactividad individual a la PTH. También se puede producir retención de sodio. Los efectos de una depleción grave de magnesio sobre el metabolismo óseo incluyen disminución de la secreción de PTH por las glándulas paratiroideas, concentraciones séricas muy bajas de PTH, disminución de la reactividad del hueso y de los riñones a la PTH, disminución de la 1,25(OH)2D3 sérica, resistencia a la vitamina D, alteración de la formación de cristales de hidroxiapatita y retraso del crecimiento óseo en pacientes jóvenes o aparición de osteoporosis en pacientes mayores. Cuando continúa la depleción de magnesio, la con- centración de PTH disminuye aún más. La administración intravenosa de magnesio revierte los síntomas y signos clínicos en poco tiempo. La depleción moderada de magnesio aparentemente es prevalente en poblaciones ancianas de los países occidenta- les (Leenhardt et al., 2005). Esta deficiencia típicamente está precipitada por ingestas dietéticas de magnesio bajas de forma persistente, especialmente en personas que no consumen ver- duras con hojas de color verde oscuro, leche y otras buenas fuentes de magnesio. Un aumento de la pérdida de electrólitos o un trastorno del equilibrio electrolítico, especialmente la disminución del potasio, también desencadena una deficien- cia moderada de magnesio. Las enfermedades y situaciones que pueden producir deficiencias agudas incluyen nefropatía, tratamiento con diuréticos, hipoabsorción, hipertiroidismo, pancreatitis, insuficiencia de proteínas, diabetes, trastornos de las glándulas paratiroideas, estrés posquirúrgico y raquitismo resistente a vitamina D. La deficiencia de magnesio también se ha asociado a resistencia insulínica y síndrome metabólico porque el magnesio es necesario para el metabolismo de los hidratos de carbono (He et al., 2006). Es difícil determinar el estado del magnesio a partir de las mediciones séricas de magnesio porque la concentración sérica total de magnesio permanece constante en un amplio intervalo de niveles de ingesta. El contenido de magnesio de los leuco- citos es mucho más sensible al estado nutricional, lo que hace que sea un marcador mejor. La excreción urinaria de magnesio (y con frecuencia de potasio) es menor en las personas que tienen Tabla 3-28 contenido en magnesio de algunos alimentos Alimento Contenido (mg) Halibut asado, ½ filete 170 Espinacas enlatadas, 150 g 163 Chícharos cocinados, 150 g 91 Panecillo tostado de salvado de avena, 1 89 Arroz integral, cocinado, 1 taza 84 Alubias refritas, 150 g 83 Anacardos tostados, 30 g 77 Zumo de naranja, 150 ml 72 Cóctel de frutos secos tostados, 30 g 67 Patata asada con piel, 1 57 Uvas pasas, 1 taza 46 Tofu firme, ¼ bloque 30 Pan de trigo entero, 1 rebanada 29 Leche, 2% de grasa, 250 ml 27 Espinacas frescas, 150 g 24 Carne de buey picada magra, cocinada, 100 g 18 Frutas 10-25 IDR Niños lactantes, IA 30-75 mg/día, dependiendo de la edad Niños pequeños, CDR 80-130 mg/día, dependiendo de la edad Niños mayores y adolescentes, CDR 240-410 mg/día, dependiendo de la edad y sexo Adultos 310-400 mg/día, dependiendo de la edad y sexo Mujeres embarazadas 350-400 mg/día, dependiendo de la edad Mujeres lactantes 310-360 mg/día, dependiendo de la edad Tomado de U.S. Department of Agriculture, Agricultural Research Service: Nutrient Database for Standard Reference, Release 18, Data Laboratory home page: http://www.nal.usda.gov/fnic/foodcomp/Data/SR18/nutrlist/ sr18w304.pdf; acceso el 14 de enero de 2011. CDR, cantidades diarias recomendadas; IA, ingesta adecuada; IDR, ingesta dietética de referencia. Parte 1 - Valoración de la nutrición Capítulo 3 - Ingesta: los nutrientes y su metabolismo Composición en minerales del cuerpo Magnesio Fuentes alimenticias e ingesta Deficiencia
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