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114 ParTe 1 | valoración de la nutrición cinc como consecuencia de hipoabsorción, inanición o aumento de las pérdidas por las secreciones urinaria, pancreática u otras secreciones endocrinas. Los pacientes con alcoholismo pueden tener alteración del metabolismo del cinc. Las mujeres embarazadas y los ancianos también tienen aumento del riesgo de deficiencia. El suplemento con dosis bajas de cinc puede corregir las manifestaciones de la falta de cinc. La acrodermatitis enteropática, que es una enfermedad rece- siva autosómica que se caracteriza por hipoabsorción de cinc, da lugar a lesiones cutáneas eccematoides (fig. 3-36), alopecia, diarrea, infecciones bacterianas y fúngicas y finalmente la muerte si no se trata. Los síntomas aparecen generalmente por primera vez durante el destete de la leche humana a la leche de vaca. Se están llevando a cabo estudios de investigación para identificar el sus- trato genético de algunas deficiencias nutricionales hereditarias, como la acrodermatitis enteropática; el gen hZIP4 está implicado. Debería considerarse una deficiencia de cinc, biotina, proteína o ácidos grasos esenciales en sujetos con signos sistémicos de retraso del crecimiento (Gehrig y Dinulos, 2010). La deficiencia de cinc da lugar a diversos defectos inmu- nitarios. La deficiencia grave se acompaña de atrofia tímica, linfopenia, reducción de la respuesta proliferativa de los linfo- citos a los mitógenos, reducción selectiva de los linfocitos coo- peradores T, disminución de la actividad de los linfocitos NK, anergia y actividad deficiente de las hormonas tímicas. Incluso una deficiencia leve de cinc puede reducir la función inmunitaria (p. ej., alteración de la síntesis de interleucina 2). El suplemento con cinc puede mejorar la situación inmunitaria, aunque son necesarios más estudios. Una deficiencia moderada de cinc se asocia a anergia y disminución de la actividad de los linfocitos NK, aunque no hay atrofia tímica ni linfopenia. El cuadro 3-8 resume las manifestaciones clínicas de la deficiencia de cinc en los seres humanos. Las similitudes entre los pacientes con anemia drepanocítica y los que tienen deficiencia de cinc indican la posibilidad de una deficiencia secundaria de cinc en los pacientes con anemia. Los problemas producidos por ingestas bajas de cinc parecen estar aumentando, en parte debido a la baja biodisponibilidad del cinc (Salgueiro y Boccio, 2002). Los atletas pueden tener también un aumento del riesgo de presentar deficiencia de cinc. La actividad física puede aumentar la movilización del cinc des- de los depósitos óseos para satisfacer las necesidades celulares (p. ej., para la síntesis de metaloenzimas con cinc). Por último, los pacientes con nutrición parenteral a largo plazo que no reciban suplementos de cinc podrían presentar signos de esta deficiencia; se ha calculado que las necesidades se sitúan en 3 mg/día en sujetos sin pérdidas gastrointestinales y una media de 12 mg/ día en aquellos con pérdidas por diarrea y fístulas (Jeejeebhoy, 2009). Toxicidad La ingestión oral de cantidades tóxicas de cinc (100 a 300 mg/ día) es infrecuente, pero la IMT del cinc en los adultos es de 40 mg/día. Desde hace mucho tiempo se sabe que el suplemen- to excesivo de cinc interfiere con la absorción del cobre. Una importante forma de toxicidad por cinc aparece en pacientes tratados con hemodiálisis por insuficiencia renal. Se ha descrito contaminación de los líquidos de diálisis por el plástico adhesivo utilizado en las bobinas de diálisis o por tubuladuras galvanizadas. El síndrome tóxico de estos pacientes se caracteriza por anemia, fiebre y trastornos del sistema nervioso central. El sulfato de cinc en cantidades de 2 g/día o más puede producir irritación digestiva y vómitos. La inhalación de vapores de cinc durante la soldadura puede ser tóxica, aunque se puede prevenir la exposición a los vapores con precauciones adecuadas. Flúor El flúor es un elemento natural que está en casi toda el agua de bebida y en el terreno, aunque el contenido del flúor varía mucho en todo el mundo. Por ejemplo, en ocasiones el agua de un pozo FIGura 3-36 Manifestaciones cutáneas de la deficiencia de cinc. (Tomado de Callen WBS et al.: Color atlas of dermatology, Philadelphia, 1993, Saunders.) cuadro 3-8 Síntomas de la deficiencia de cinc Retraso del crecimiento Retraso de la maduración sexual Hipogonadismo e hipospermia Alopecia Retraso de la curación de las heridas Lesiones cutáneas Disminución del apetito Deficiencias inmunitarias Trastornos de conducta Lesiones oculares, como fotofobia y ceguera nocturna Alteración del gusto (hipogeusia) Parte 1 - Valoración de la nutrición Capítulo 3 - Ingesta: los nutrientes y su metabolismo Microminerales (oligoelementos) Cinc Toxicidad Flúor
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