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dietoterapia (120)

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122 ParTe 1 | valoración de la nutrición
diversos aspectos del metabolismo de los hidratos de carbono. 
La deficiencia cursa con adelgazamiento, dermatitis transitoria, 
náuseas y vómitos ocasionales, variación del color del pelo 
y ralentización de su crecimiento. Por otra parte, existe una 
correlación entre las concentraciones séricas bajas de manganeso 
y las convulsiones (González-Reyes et al., 2007).
En los estudios en animales se ha determinado que el man-
ganeso es necesario para la reproducción. Produce esterilidad 
en ambos sexos; la descendencia de madres con esta deficiencia 
presenta anomalías esqueléticas llamativas y ataxia. Las concen-
traciones séricas más bajas de manganeso pueden asociarse a un 
retraso del crecimiento intrauterino y un peso neonatal inferior 
en el ser humano (Wood, 2009).
Toxicidad
La toxicidad por manganeso se ha descrito en mineros debido 
a la absorción de este elemento a través de las vías respiratorias. 
El exceso de este nutriente, que se acumula en el hígado y el 
sistema nervioso central, origina síntomas parkinsonianos. La 
ingesta excesiva de manganeso provoca neurotoxicidad, alte-
ra el metabolismo energético y produce muerte celular (Puli 
et al., 2006). Las neuronas dopaminérgicas resultan especial-
mente afectadas.
De igual modo, se ha descrito toxicidad en sujetos tratados 
con NPT que contiene manganeso. Los síntomas engloban 
cefalea, mareo y resultados anómalos en la resonancia magnética, 
así como disfunción hepática (Masumoto et al., 2001).
Ha resultado difícil determinar los IMT del manganeso die-
tético. El vino tinto puede ser una fuente de concentraciones 
relativamente altas de iones metálicos, lo que daría lugar a un 
cociente de riesgo muy alto en las personas que consumen, al 
menos, 250 ml diarios durante muchos años (Hague et al., 2008). 
Es preciso investigar con mayor detalle sus implicaciones en el 
caso del manganeso.
cromo
La función biológica del cromo se propuso en 1954. Sin em-
bargo, no se aceptó el cromo hasta 1977, cuando los pacientes 
que recibían NPT mostraban alteraciones del metabolismo de 
glucosa que se revertían con un suplemento de cromo. Las bajas 
concentraciones de cromo en los alimentos, los tejidos corporales 
y los líquidos corporales han precisado técnicas analíticas meti-
culosas y adecuadas y nuevos materiales de referencia estándar 
para hacer mediciones exactas.
absorción, transporte, almacenamiento 
y excreción
Como ocurre con otros minerales, las formas orgánica e inorgáni-
ca del cromo se absorben de forma diferente. El cromo orgánico 
se absorbe fácilmente, aunque es eliminado rápidamente del 
cuerpo. Se absorbe menos del 2% del cromo trivalente que se 
consume. La absorción del cromo aumenta por el oxalato y es 
mayor en animales con deficiencia de hierro que en animales con 
una cantidad de hierro adecuada, lo que indica que comparte al-
gunas similitudes con la vía de absorción de hierro. Con ingestas 
dietéticas de 40 mg o más al día, la absorción del cromo alcanza 
una meseta y permanece en ella; a esas ingestas la excreción 
urinaria aumenta para mantener el equilibrio.
El tipo de hidrato de carbono de la dieta que se consume 
modifica la absorción del cloruro de cromo; el almidón, pero 
no el azúcar, aumenta la absorción. La absorción de los iones 
de cromo a partir del picolinato de cromo es mayor que a partir 
del cloruro de cromo, cuya eficiencia de absorción es del 2% 
o menos.
El cromo y el hierro son transportados por la transferrina; 
sin embargo, la albúmina también es capaz de asumir esta fun-
ción si la saturación de la transferrina con el hierro es elevada. 
Además, a y b-globulinas y lipoproteínas también pueden unirse 
al cromo.
El riñón es la principal vía de excreción del cromo inorgánico, 
y cantidades pequeñas se excretan a través del cabello, el sudor 
y la bilis. El cromo orgánico se excreta a través de la bilis. El 
ejercicio intenso, el traumatismo físico y el aumento de la inges-
ta de azúcar simple dan lugar a un aumento de la excreción de 
cromo.
Funciones
El cromo potencia la acción de la insulina y afecta al metabo-
lismo de los hidratos de carbono, los lípidos y las proteínas. 
Puede ejercer un efecto beneficioso en las concentraciones 
séricas de los triglicéridos. A pesar de que no se ha definido 
con claridad la naturaleza química de la relación existente 
entre el cromo y la actividad de la insulina, se ha identificado 
un posible complejo cromo-ácido nicotínico (polinicotinato de 
cromo). El cromo puede modular la síntesis de una molécula 
que estimula la actividad de la insulina; este factor de toleran-
cia a la glucosa (FTG) ha generado controversia. No obstante, 
los suplementos con cromo, tanto de manera aislada como 
en combinación con las vitaminas C y E, minimizan el estrés 
oxidativo, además de mejorar el metabolismo de la glucosa en 
la diabetes mellitus de tipo 2 (Lai, 2008). Otra posible función 
del cromo, semejante a la del cinc, se da en la regulación de 
la expresión génica.
Ingesta dietética de referencia
Las IA recomendadas para el cromo varían desde 25 hasta 35 mg/
día para los varones de 9 años de edad y mayores, y de 21 a 
25 mg/día para las mujeres de la misma edad. Dependiendo de 
la edad del niño, se ha establecido un valor de 11 a 15 mg/día para 
niños de 1 a 8 años de edad.
Fuentes alimenticias e ingesta
Es difícil la evaluación precisa del contenido en cromo de los 
alimentos; no se puede distinguir el cromo disponible biológica-
mente del cromo inorgánico. Se deben considerar con precaución 
los análisis realizados antes de 1980 porque las determinaciones 
estaban sesgadas por la contaminación y por problemas analí-
ticos.
La levadura de cerveza, las ostras, el hígado y las patatas tie-
nen elevadas concentraciones de cromo; el marisco, los granos 
enteros, los quesos, el pollo, las carnes y el salvado tienen con-
centraciones medias de cromo. El refinado del trigo elimina el 
cromo con el germen de trigo y el salvado; el refinado de azúcar 
fracciona el cromo en la porción de las melazas. Los productos 
lácteos, las frutas y las verduras tienen un bajo contenido en 
cromo. La tabla 3-36 y el apéndice 52 presentan el contenido 
en cromo de algunos alimentos.
La ingesta habitual de cromo varía entre 25 y 35 mg/día para 
los varones y las mujeres, respectivamente. Los estudios National 
Health and Nutrition Examination Survey y Total Diet Study 
del USDA no evaluaron la ingesta de cromo debido a una me-
todología inadecuada. La leche materna humana contiene de 3 
a 8 nmol/l de cromo, que es menor que la ingesta recomendada 
para lactantes.
	Parte 1 - Valoración de la nutrición
	Capítulo 3 - Ingesta: los nutrientes y su metabolismo
	Ultraoligominerales
	Manganeso
	Toxicidad
	Cromo
	Absorción, transporte, almacenamiento y excreción
	Funciones
	Ingesta dietética de referencia
	Fuentes alimenticias e ingesta

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