Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
2 Índice Portadilla Índice Cita Dedicatoria Prólogo Sobre la alegría Ábrete al mundo Tres rostros Acariciando su mano ¿Queda alguna pregunta? El arte de enfrentar las cosas Duramen Surgiendo Memorizar En forma de delfín Una cuerda Cerca de la luz Camino a Windsor Bajo el canto de un pájaro Llegar Detrás del trueno Demasiada carga Perdidos en nuestros caminos Temprano Besar todo en llamas Renacido Mantenerse cálido Detrás del trueno En cada esquina Por el momento Hecho de huesos La sublime perturbación Años de todo Para Joel en el 94 Enviada a mi camino 3 Hasta que nos conozcamos unos a otros La industria del No Para hablar de tormentas Mercado de peces Cómo trabaja el Espíritu en la Tierra Corriendo bajo la mesa Rumi va a Washington Transformación Su nombre significa luz Sin saber Lo que otros han tocado A esto hemos llegado Irse Entre el mar y la ciudad En medio de la madrugada A partir de ahora Un instante Atrapado en el tiempo Otra vez La historia del fuego Aves en el aire, peces en el agua Después En la cresta de la montaña El onceavo mandamiento Ser animal Lo que pasa con el miedo Ahyo oh’ oh ni Para Mira, de nueve semanas de nacida, demasiado emocionada para dormir Discernimiento Silencio, silencio, las criaturitas están hablando Escrito mientras corría Otra paciencia Hasta que nos conozcamos unos a otros Sosteniendo la pistola Repetidamente nos preguntan Al final del camino Expuesto La razón interior 4 El agua toma muchas formas Enamorarse del mundo Caer Saturado Rompiendo el trance Recuperar la confianza Caer en Caminando juntos La promesa del mundo interior Valentías ¿Qué sostiene? Caer en el mundo ¿Dónde está Dios? Estar cerca Alegría concentrada Agradecimientos Notas Sobre el autor Créditos Grupo Santillana 5 No quiero nada sino hablar sencillamente, que me sea otorgada esta gracia. Porque hemos recargado nuestra canción con tanta música que se hunde lentamente y adornamos tanto nuestro arte que su imagen fue devorada por el oro y es hora de decir nuestras escasas palabras porque mañana nuestra alma se hace a la mar. —Georgios Stylianos Seferiadis[1] 6 …para Susan cuya risa es a la alegría lo que los pájaros a la luz… 7 Elogios para ¡Estás vivo! ¡Estás vivo! presenta muchos tipos de pensamientos, todos claros, simples, y hermosos. Mark Nepo tiene un gran corazón. Sus reflexiones son una buena compañía. —Coleman Barks, traductor de The Essential Rumi. Las reflexiones del último libro de Mark Nepo, ¡Estás vivo!, primero me llevaron a un silencio placentero, luego a las lágrimas, después a la risa y al final al aplauso. Reúne poetas de tradición, con corazones salvajes, que han buscado la verdad como Rumi, Walt Whitman, Emily Dickinson y Mary Oliver. Nepo merece un lugar entre ellos. —Elizabeth Lesser, cofundadora del Instituto Omega, autora de Broken Open: How Difficult Times Can Help Us Grow. Abre el libro por favor. Empieza donde sea. Tómate tu tiempo. Pero ten en cuenta esto: Mark Nepo hará que te enamores del mundo otra vez. —Wayne Muller, autor de A Life of Being, Having and Doing Enough y Sabbath. Estas enseñanzas tocan el alma, recordándonos lo que significa estar vivos, lo que es estar rodeados por cosas sagradas. Deja que se adentren en tu piel, donde lo misterioso cobra sentido. —Llewellyn Vaughan-Lee, Ph.D., maestro sufi y autor de Prayer of the Heart. ¡Oh! Que libro tan maravilloso. Los generosos mensajes de Mark Nepo devuelven al lector la alegría, incluso antes de terminarlos, reflexionando con cada línea, imagen y estrofa. Sentimos de nuevo como surge el precioso sentido del SÍ. Y al terminar disfrutamos del hermoso tesoro que es pensar y vivir esperanzados y restaurados. —Naomi Shihab Nye, autora de Words Under the Words y 19 Varieties of Gazelle. Rumi habría descrito este libro como un candil de cristal lleno de joyas, cada una de ellas es un hermoso tesoro que Dios colocó en el corazón de Mark Nepo. Si ya conoces el trabajo de Mark no querrás perderte esta colección. Y si nunca has tenido el placer de ver el mundo a través de sus ojos, te sugiero que empieces con ¡Estás vivo! —Gayatri Naraine, coautora de Something Beyond Greatness. 8 Mark Nepo, sin tener nada que decir, como él mismo lo escribe, lo dice todo en su nuevo libro. Mostrándonos una y otra vez lo que sucede cuando una persona “busca la paz.” Seremos testigos de lo que es posible cuando “nos concentremos en la alegría” a través de la poesía y una vida honesta. —Phil Cousineau, autor de El arte de la peregrinación. La voz clara, resonante y real de Nepo actuará como una brújula en tu corazón y te ayudará a navegar en una vida más dichosa. —Mary Anne Radmacher, autora de Learn Forward into Your Life y She. En verdad estoy conmovida por el trabajo de Mark Nepo, en especial por el poder sanador que nos brinda su escritura. Su nuevo libro, ¡Estás vivo!, penetra hasta los huesos con bellos y honestos pasajes. Sentí la calma que describe, seguida de un sentimiento de paz. Me siento muy agradecida. —Nina Lesowitz, coautora de Living Life as a Thank You. ¡Estás vivo! es una carta de amor dirigida al corazón del lector. Mark Nepo escribe con la sabiduría que da la experiencia de sobreponerse a dos cánceres. Llega a la esencia de la felicidad, tocando a los lectores con sus pasajes inspiradores y momentos de comprensión personal. Nos recuerda que en la calma, abrazando el misterio de la vida, y personificando nuestros derechos naturales como expresiones de amor, nos llenamos de alegría. —Susyn Reeve, autora de The Inspired Life: Unleashing Your Mind´s Capacity for Joy. Nepo llena de significado las cosas simples, a menudo desapercibidas. Y las cosas llenas de significado, a veces muy complejas, las vuelve simples. Este es un hermoso libro para adentrarse y nutrir el alma con amor y alegría, incluso para aquellos que nunca han leído un libro de Mark Nepo. —Allen Klein, autor de The Art of Living Joyfully. Con ¡Estás vivo!, una colección poderosa y emotiva de enseñanzas de vida, recordamos lo que en realidad es estar vivos. Su reflexión nos inspira, conecta, y da valor para respirar nuestra propia verdad. Esto permite redescubrir la paz y la dicha que está presente en cada momento de la existencia. —Polly Campbell, autora de Imperfect Spirituality: Extraordinary Enlightenment for Ordinary People. 9 Prólogo Es probable que Mark sea el poeta más honesto de nuestra generación. De manera vehemente se inclina a la simple verdad de estar vivo. Preciso y tierno, nos muestra dónde buscar para recordar cosas preciosas o perdidas, aquellas que habíamos olvidado. Muchas personas descubren un tranquilizante consuelo en la escritura de Mark. Su prosa poética toca nuestra humanidad, compartida en íntimos, inspiradores y hermosos lugares. Durante años he visto a la gente que escucha por primera vez las enseñanzas de Mark. Lo afirmo, han cambiado. Un relato es suficiente; el mundo nunca es el mismo. Abre el libro por favor. Empieza donde sea. Tómate tu tiempo. Pero ten en cuenta esto: Mark Nepo hará que te enamores del mundo otra vez. —Wayne Muller, autor de A Life of Being, Having and Doing Enough y Sabbath. 10 Sobre la alegría A menudo, lo que nos impide la felicidad es la peligrosa idea de que la vida ocurre en un lugar distinto al que nos encontramos. Por eso siempre estamos dejando, corriendo de o corriendo para. Al mismo tiempo, la alegría se eleva como el viento de verano, esperándonos para crecer abiertos, grandes como sauces por los que se puede cantar. Pero al no crecer plenos, podemos sentirnos deprimidos. Aunque trabajemos con lo que se nos ha dado hasta desgastarnos, parece que nos resistimos a la gracia. Como todo el mundo, pasé gran parte de mi vida con miedo a un dolor que rara vez sentí. Y fracasando más que trabajando, he aprendido que si permanecemos fieles a nuestras vivencias y a las del otro, y enfrentamos al espíritu que carga la experiencia y el amor, con el tiemposeremos plenamente felices. Como los acantilados que erosionan su belleza con los golpes de mar, si podemos sostenernos el uno al otro, todo lo que quedará será asombro y dicha. —MN 11 Ábrete al mundo El viaje más largo que harás en la vida es el que lleva la cabeza al corazón. —Antiguo proverbio sioux 12 Tres rostros A lo largo de mi vida he usado tres rostros. Aunque en el fondo, sé que ellos me usan: la mujer que puede mirar a través de las hojas de cualquier árbol, y lo nombra según los pájaros que cantan en él el hombre que trabaja mucho en limpiar el camino para al final detenerse y escuchar y el pequeño niño con corazón de caballo, ganas de correr y olfatear cualquier cosa viva. Juntos, me permitieron ser quien yo creía, dejando las aberturas exactas sólo para lo esencial. 13 Acariciando su mano Estaba en el aire, frustrado porque la niebla nos había retrasado. Sabía que perdería mi vuelo a Dallas, donde explicaría los problemas que vivimos como maestros. Estaba enojado cuando, de repente, vi mi mano izquierda en el asiento. Era la mano de mi padre. Tenía grandes nudillos, pronunciadas venas y arrugas como corteza en la base del pulgar. Había visto su mano tantas veces: guiando la pieza de madera a través de la sierra, tamborileando sobre un libro abierto tratando de entender. Su mano era mi mano. La abrí y cerré varias veces, como cuando despiertas de un largo sueño. Es ésta la mano con que escribo. Resistente, mano de inmigrante, recia de cruzar tantos mares. Si no fuera por la niebla y el retraso, no me habría dado cuenta. La toqué con mi otra mano; tratando de reconocer a mi padre, tratando de acariciar su mano, tratando de recordar el mar. 14 ¿Queda alguna pregunta? Preguntas, “¿soy un tonto por desearla así?” Y yo pienso en la vez que esperé bajo la lluvia para toparme con Susan en la esquina de Robin y Myrtle. Fue el día que cambió mi vida. Todavía puedo verla caminar de vuelta al trabajo. En ese momento mi corazón sabía que no la volvería a ver. Así que le estás preguntando a la persona equivocada. Te inclinas, acariciando el lugar que destruyó y dices, otra vez, “necesito ver si ha cambiado.” Sólo sé que algunos nacen para amar una cosa y no pueden escapar de ella. No más de lo que una abeja puede escapar a la flor recién abierta. O una flor a la masticación de un ciervo muerto de hambre. Y algunos, habiendo sido atraídos o masticados, aman las formas en que el silencio calma cada grito. La forma en la que el agua ablanda cada fragmento de vida que cae en ella. ¿Nos turnamos? ¿Es eso? ¿Amar una cosa, luego todo? Percibo a la esperanza ahogando tu dolor. Oh, si pudiera alejarte del sueño de ser atrapado y de su miedo a ser descubierta, te convertiría en un halcón que se desliza por el cielo y no pregunta nada. Sólo los seres humanos sufren la pérdida, pierden sus cabezas y labran el por qué. ¿Hemos amado bien? ¿Alguien puede decirlo? No, un halcón no, mejor una ballena que se aparea de por vida, que canta y circula arrecifes desconocidos, tomando el misterio como agua a través de sus dientes. 15 El arte de enfrentar las cosas A veces te he dañado u olvidado quién eres, a veces te he lastimado con uno de esos lados oscuros que no he podido alejar. A veces tú has hecho lo mismo. A veces hemos forjado nuestro dolor o miedo, utilizando al otro como madera para tallar nuestro camino a la verdad; sintiéndonos devastados cuando recordamos que aquel al que labramos era el que siempre nos había amado. Pero ese es el extraño arte de enfrentar las cosas: destruir lo que quiero con lo que evito; sólo para recordar que ese no debe ser nuestro ritmo. No importan las espinas que llevamos enterradas, ni las formas de evitar el dolor. Nos desarrollamos tanto como nos amamos, abriéndonos en flor. Mi amor por ti ha sobrevivido a mis nociones del amor, como la secuoya permanece de pie después de muchas tormentas, creciendo desde el interior, forzando su corteza para luego desplomarse. 16 Duramen Mi amigo ha muerto y la hierba crece mientras veo los troncos secos y rotos en el garaje. Ayer, vi un solitario gusano esperar el momento seguro para dejar el duramen. Me pregunto qué secreto dejó el corazón de Steve después de morir, antes de que llegaran los médicos. ¿Estará escondido en su armario o en nuestro dolor? ¿Es ésta la manera implacable, resistente, en la que el sobreviviente se mueve de una compañía a otra? Hay brotes en el maple aunque es octubre. Incluso el húmedo concreto parece hermoso. Si supiera la pregunta, la preguntaría a todos. 17 Surgiendo Aunque hay mucho que hacer no estamos aquí para hacerlo. Para querer resolver un problema se necesita ser solución. Muchas veces, con sólo ser el problema desaparece. La semilla soluciona su oscuridad al germinar. El corazón soluciona su soledad al amar lo que conoce. El té soluciona el agua al convertirse en té. 18 Memorizar Cuando miré en tu ojo, la luz estaba ahí. Pude distinguir las marcas detrás de tu mirada, a través de la cual percibes todo. Allí estaba la puerta tras la que de niño te escondías, cuando la voz de tu padre se levantaba. Y estaba aquel jilguero del vecino, el que veías desde tu primer departamento y que volaría la primavera en que nos enamoramos. Y la foto de tu tío Billy parado con su taza de café, escuchando con dulzura todo lo que has querido decir. A veces, cuando estoy lo suficientemente solo, antes de que te levantes, me miro en el espejo, en la otra habitación, buscando las marcas detrás de mi ojo. Es más difícil, pero ahí están. Veo cómo respiraba de niño en las tinieblas preguntando por Dios. Está mi primer vistazo del Pacífico después de la universidad. Y las palmas gruesas y abiertas de la abuela, que alimentaban las cabras en Rusia, que sentían el océano a través del casco del barco en el que llegó a América, las manos que frotaba en su pecho cuando su Nehemiah murió. Es difícil decir cómo, pero veo la vida a través del agua de sus palmas. ¿Cómo funciona? ¿Cómo hace el corazón para que aún en el fondo del río siga cambiando sus características? Para graduarse en el mundo, necesitamos memorizar cosas prácticas e impares: el número de pies en una milla, el año en que Enrique VIII decapitó a Ana Bolena, la temperatura en el que las nubes condensan la lluvia. Pero desde que la muerte está en el espejo nos movemos a través de él. Dejemos de llevar las cosas que repetimos y empecemos sostenerlas con la vista. Memorizar es como suavizar la ruptura mientras se rinde en la arena de nuestros ojos. 19 En forma de delfín Esperando en el puerto veía aquellas suaves maravillas deslizando sus aletas, entrando y saliendo del naciente sol. Cierro los ojos y recuerdo cuando me llevaban a cirugía hace tantos años; creía que mi trabajo era conocer la superficie de mi cirujano, para que la costilla que quitara al momento de abrirme se resbalara como un delfín de hueso. He aprendido que todo lo que importa tiene forma de delfín: deriva la mayor parte del tiempo fuera de la vista, rompiendo superficies cuando menos lo esperamos. Y nuestro trabajo, aparte de buscar a Dios, ser Dios; buscar la verdad, ser la verdad; buscar el amor, ser el amor, es conocer la superficie del mundo a través de la cual se desliza el espíritu. 20 Una cuerda A veces estoy tan ocupado tratando de hacer que todo valga la pena que me asombra lo fácil que la vida me habla, cuando la música que nunca había escuchado o la verdad que nunca había entendido, toca la cuerda más profunda de mi ser. Lo único que quiero es que la cuerda tocada permanezca en un lugar donde sólo el sufrimiento o la entrega la puedan abrir. Todavía los violines en tonos menores me ayudan a auyentar mis miedos y las garzas volando al final de un largo día me producen el deseo de una vida más tranquila. 21 Cerca de la luz Estoy salvado por lo que es eterno. Puedes probarlo aunque no llene una taza. Sentirlo aunque no se puede ver. Ayer, un antiguo cantomelancólico hizo que la tarde cayera en sus hombros. Hasta el viento rodeó su espalda. Tiré mi servilleta, contento de sentir ese viejo dolor esperando que fuera una especie de amuleto que froto pero no miro. Todo el mundo cría y se aferra a lo que cree que es de buena suerte. Estoy salvado por tu risa. Evita que los cuervos del placer y dolor se maten entre ellos dentro de mi cabeza guiados por la ley del más fuerte. Esta mañana he intentado leer tres veces algo que he querido leer durante años. Pero estabas enfermo y el coche se descompuso. Esperando la grúa me paré bajo un árbol de robinia. Las sombras me recordaron que ya habíamos llegado. 22 Camino a Windsor ¿Por qué camino viniste? Tus ojos me dicen que perdiste algo en el camino. ¿Me lastimaste o te lastimé? Ambos. ¿Tiraste algo que te gustaba? Lo sé. Es difícil. Parece que he perdido todo lo que me identifica. Mi corazón se convirtió en una mochila con hoyos rasgados. Sabía que nos encontraríamos así. Oh, ahí están los que se guardan para sí mismos. Cuando el viento suena como un ser querido, salen y entrecierran los ojos. Pero dime, ¿qué significa soñar en este lado del sufrimiento? ¿Significa que podemos descansar más? ¿Que podemos oír pequeños pájaros desatar el amanecer? Ahora parece muy simple. Al fin podemos hablar cuando ya no hay mucho que decir. Qué bonito, ¿no? 23 Bajo el canto de un pájaro Más de medio siglo de estar despierto, o intentándolo, y ¿qué conozco de verdad? ¿Que después de caer, el cielo parece más brillante? ¿Que después de escuchar, el amor parece posible? ¿Que después de sucumbir al silencio, la raíz solitaria avanza poco a poco bajo todo lo que sostiene? Todo esto y miles de implicaciones superficiales como “te amo” o “tengo miedo.” Sólo somos solitarios pájaros saliendo del escondite, sorprendidos por la música que una garganta tan pequeña puede cantar. 24 Llegar Tan pronto como pude caminar, aquellos que tienen miedo del tiempo me hablaron de la muerte. Otros me advirtieron de la vida. Y algunos me dijeron olvida todo, estamos aquí para sentir. Unos pocos se arrojaron al cielo como estrellas mojadas, diciendo que con el tiempo podría ver la constelación que forman. Una anciana perdiendo su camino me dijo que me acercara. Tocó mi pecho con su dedo torcido y dijo estar muy preocupada por todo últimamente. Al llegar, descubrí que la vida está en capas desde el exterior y es vital desde el interior; está bellamente diseñada para despojarnos de nuestra carga, si es que podemos caer a través de las capas o manejar lo que es vital. Aquí estás, y veo que frotas tus ojos para aclarar la luz, muero por ofrecerte una mano, por decirte algo útil. Pero cuando llego a ti, tropiezo y, tomando tu mano, olvido lo que podría ser. 25 Detrás del trueno Dicen que todos buscamos el sentido de la vida. No creo que eso sea lo que en realidad buscamos. Creo que buscamos la experiencia de vivir. —Joseph Campbell[2] 26 Demasiada carga (Para Saba) La recogí en invierno, cuando apenas era una cachorra. Mientras Paul fotografiaba la nieve espesa, ella, que nunca había corrido libremente, giró en círculos de forma salvaje, su naricita se manchó de blanco. Se deslizó y rompió el hielo. Aún puedo ver su cara de cachorrita bajo el agua, buscando una salida, sus garritas ondeando en la profundidad, gruesa y clara. Sin pensarlo, ya estaba mojado hasta la cintura, lanzándola en el aire. Voló unos tres metros y aterrizó con un resbalón. Se sacudió y empezó a temblar. La frotamos durante dos horas, calentándola con una vieja secadora de pelo. La arropé con mi camisa, cerca de mi corazón, todo el camino de regreso. Tengo catorce años y siete estados fuera de casa y ella ha muerto. Mi primera cachorrita. Cierro los ojos y está ahí, ya crecida, olfateando el aire en campo abierto, oliendo las cosas que yo ni siquiera pude percibir. Cuántas veces recordé aquel día en el estanque: su lucha bajo el agua, luego secándose en mi pecho. Cuánto modeló mi arte ese día: siempre brincando y patinando lo que ha sido bautizado en el pasado profundo dentro del mundo, siempre manteniéndola cerca de mi corazón. Como si mi vida dependiera de ello. 27 Perdidos en nuestros caminos Aún puedo saborear estar acostado contigo en la tarde durante la tormenta, perdido en tus ojos. Después de todo lo que sabemos uno del otro, me detengo en cómo nuestros dedos interpretan en lenguaje Braille cuando tocas mi cara y toco la tuya. Hace pocos días, abracé a un amigo cuando lloraba, pude sentir su dolor en mi pecho. Hace como treinta años, abracé a mi hermano cuando murió su mejor amigo a causa de meningitis en la columna. Tengo mis dudas de que él haya vuelto a ser el mismo. Y anoche soñé con la muerte de mis padres; mi padre queriendo abrazarme, mi madre queriendo irse. Ninguno de nosotros fue capaz de encontrar al otro. No sé a dónde va esto. Ninguno de nosotros sabe. Pero algunas veces despierto como un humilde jardinero que está parado en la escalera, quien se mantiene descubriendo que la orilla del jardín está más lejos de lo que él había imaginado. Me despierto con esta bolsa de semillas rojas, cada una llena de luz desde el principio, y las derramo como lágrimas. 28 Temprano Hoy me desperté con tristeza. No sé por qué. Tal vez un objeto perdido cruzó el sol de la mañana, como un cuervo, largo lo suficiente para lanzar una sombra pequeña sobre mi corazón. Ahora siento hambre. Algunas veces comemos para no sentir nuestra tristeza. Y no sólo comida. Comemos libros con nuestros ojos, el pasado con nuestros recuerdos, y la incertidumbre con nuestros esquemas de rutina. Algunas veces, hacemos planes y los comemos, todo para evitar el hecho de que siempre nos quedaremos sin tiempo. La gente que amé se ha ido, se ha perdido o se ha alejado. Algunos en su tristeza trataron de comerme. Y tuve que irme. Tal vez sea eso. Aunque tenemos que irnos o dejar ir, el corazón nunca se va. Y parados en esa sombra, nos sentimos tristes. 29 Besar todo en llamas Todos intentan detenerme con urgencia. Como si el secreto de la vida estuviera escrito en una esquina de sus mentes y antes de que pudieran leerlo, ardiera en cenizas. Las primeras cien veces, corrí a cumplir con sus órdenes. Entonces un día, exhausto por mis propios secretos incendiándose, dejé de correr y besé todo, en llamas. Y sí, dejó cicatriz en mis labios y ahora tengo problemas para decir cualquier cosa que sea complicada, pero ya no hay más viento atrapado en mi cabeza. Sé que entiendes. Te he visto sufrir con los secretos que nadie nos pidió guardar. Los he visto quemarse en tu mente. Pero hoy, podemos apartar los velos y dejar entrar a todo aquello que pensamos que tenía que estar afuera. Hoy, la urgencia muere porque el corazón ha quemado sus pretextos. 30 Renacido Estoy en el zoológico de Sacramento donde se especializan en desvanecer animales. Estoy viendo fijamente un patio polvoriento donde un antílope de África está durmiendo bajo el sol, su máscara oscura y sus cuernos blancos son como un Picasso renacido. Conoce el mundo a través de sus orejas y su nariz húmeda. Sueña con batatas y cazabe, su comida favorita. Me está viendo. Al principio con intensidad, pero sabe que no soy una amenaza. Se relaja y sólo me mira como un hombre sabio de otro mundo. Está buscando mi rostro como si fuera una cueva con marcas que se hicieron hace tiempo. Parece que está leyendo lo que he cargado y no puedo descifrar. Su mirada dice, no hay mucha diferencia desde qué lado de la cerca miremos, ¿o sí? Desearía poder entender antílope. Ya terminó conmigo y se voltea para otro lado. 31 Mantenerse cálido Ahora que mi padre apenas puede caminar, le mando calcetines para mantenerlo cálido. Está muy emocionado. Ahora que ya no puede ir muy lejos, por fin tiene tiempo para preguntarse qué hago. Ahora viaja al pasado y me cuenta de sus primeros cinceles, su amor por la madera. Tenemos pequeñas conversacionesque se elevan como el humo del fuego en la montaña de los padres e hijos. Después de años de silencio, es más que suficiente. 32 Detrás del trueno[3] Sigo buscando a un maestro más, sólo para averiguar que los peces aprenden del agua y los pájaros aprenden del cielo. Si quieres aprender acerca del mar, ayuda estar cerca de él. Si quieres aprender acerca de la compasión, ayuda estar enamorado. Si quieres aprender acerca de sanar, ayuda saber del sufrimiento. Los fuertes viven dentro la tormenta sin adorarla. 33 En cada esquina (Para Saki y Rachmana) Domingo en la mañana, la mesa llena de bocadillos, pan tostado, jamón y té, cuchillos para el pan enrollados en servilletas arrugadas, libros en cada esquina (Whitman, Doty, Jacques Prevert, Rumi) cada uno de nosotros lanzando otra voz al aire para ver qué se envuelve dentro, para ver qué vive, entre el ayer y el azúcar. Cada uno de nosotros sabiendo qué se siente ser tortuga y halcón y Hamlet al mismo tiempo, todo en un día. El perro duerme sobre Kenyon, cerca de Neruda, nosotros alcanzamos algo no tan cerca y aterrizamos uno en el otro, como si la sola expresión dentro de cada voz pudiera suavizar la sola risa del tiempo. 34 Por el momento Fue en Vancouver, Canadá en el desayuno, antes de mi segunda taza de café. Tuve un momento, un momento muy largo, antes que la siguiente tarea mostrara sus dientes, antes de que comenzara la junta, y el sonido de la vajilla de plata reluciera sutilmente, y el café calentara mi garganta, Y me siento dentro del pozo de un silencio que estaba ahí antes de que yo naciera. Por el momento, dejo caer lo que espera detrás de mi lengua detrás de mi corazón, como un pez de esos que brillan con la luz revoloteando bajo el agua cerca del centro de la tierra. Ahora el teléfono está timbrando. Los correos electrónicos están llegando, y las voces de la colmena de la que soy parte, están sonando. Pero el café saca su vapor y mi mente por ahora está clara y la vereda entre esto y mi corazón está abierta y yo finalmente, 35 nada tengo que decir. 36 Hecho de huesos[4] Cuando puedo ser la verdad, crece más y más claro cuando es necesario decir la verdad. Esto es, cuando tengo acceso al lugar dentro de mí que está iluminado, no tengo que hablar de forma odiosa. Sólo puedo regalar calidez. Cuando estoy quieto, lo suficiente, puedo ser uno con la eternidad. Sólo puedo ofrecer paz a todos aquellos que me rodean. Un árbol crece de tal manera que puede llevar el viento. No es el viento. Y una persona crece para llevar espíritu. Dicen que los animales recargan su inocencia cada vez que ponen sus pezuñas en la tierra. Y nosotros renacemos cada vez que tocamos con el corazón lo que realmente importa. 37 La sublime perturbación Así como el viento hace una canción diferente a través del mismo árbol cuando sus ramas se rompen, Dios hace música más y más fina mientras va consumiendo nuestra voluntad. 38 Años de todo Amamos tan ciegamente, cada uno de nosotros queriendo explorar el rostro del otro. Pero golpeando todo en el camino. Ahora, construimos imágenes oscuras de lo que pensamos que sucedió. Hoy escuché una canción que tocaban cuando éramos jóvenes. Me causó dolor tenerte completamente cerca sólo por un minuto muy largo en el cual ninguno de los dos pudo hablar. 39 Para Joel en el 94 Dicen que los mineros en Sudamérica amarran lamparitas alrededor de su pecho, que esto funciona mejor que la luz que sale desde el centro de tu cabeza. Dicen que la cabeza puede ser engañada, pero el corazón no puede girar sin el cuerpo. Esto me hace pensar en ti escarbando tu camino a través de tu larga vida, iluminándolo todo con tu corazón. Es una buena forma de vivir. Y cuando nos sentamos al final del camino, nuestros corazones iluminan el día y nos miramos uno al otro en su luminosidad. Puedo decir, que te recuerda a muchos círculos de los que has formado parte. Es una buena manera de medir el tiempo. Hacer nuestro camino en la Tierra a través de la luz que sale de nuestro corazón. Es lo que nos enseñaste. Es una gran maravilla que todo lo que tocas, incluyéndonos, brille. 40 Enviada a mi camino (Para mi bisabuela) Una pequeña figura borrosa aparece en el umbral de la puerta de mi hogar. Es Bella, mi rusa judía sobre una rampa en una silla de ruedas, girando su bastón y apuntándome; un primer nacimiento, de un primer nacimiento, de un primer nacimiento. Está haciendo señas, “toma. Para ti. Una paleta.” Tengo 3 años. Ella 105. Parientes vestidos con ropa oscura se forman en la rampa que se inclina esperando el viento. Ella goza con malicia en su trono hecho de rayos. Soy su heredero inmigrante. Los pinos murmuran. Sus manos huesudas están frías. Me sujeta por encima de los codos. Dice algo en un idioma que no entiendo. Los pinos aprueban. Su bastón se desliza en la rampa. Pasa sus dedos detrás de mis orejas. Sus pulgares rígidos frotan mis sienes. Me jala hacia ella y los fríos reposapiés oprimen mis tobillos. Susurra algo a mi oído. Su aliento es corto y rancio. Levanta su bastón y lo presiona contra mi palma como un cetro. Se lo regreso. Los pinos grandes suspiran. Mira el cielo y las rocas. Siento su aliento incluso ahora, luego de cincuenta años. Éste es mi primer recuerdo y me pregunto qué tan pesada fue su carga desde el principio y dónde viven las cosas que importan 41 que nosotros no entendemos. Algunas veces, cuando susurro en la nieve a nadie, me pregunto si la larga búsqueda de la poesía ha sido para encontrar justo aquello que me dijo. 42 Hasta que nos conozcamos unos a otros ¿Y si estamos destinados a descubrir que interesarnos por el otro es la cumbre?[5] 43 La industria del No Nació en el río del sí pero buscando amor dio vueltas por la industria del no, donde el no—policía deja advertencias de no hacer y los no—ministros predican su moral de no se puede. Y pronto, no pudo ayudarse, quería tratar de no. Así que cuando su perro mordió la camisa, le reprendió con un no, y cuando dos niños corrían con un carrito de súper hacia su coche estacionado, los golpeó con un no. Y cuando alguien que le gustaba empezaba a acercarse, dejaba que se acercara, pero le decía que no estaba preparado. Ahora descubrió que había otras maneras de decir no. Cuando lo contrataron como no—ingeniero, estaba tristemente feliz de trabajar solo. Poco a poco, diseñó señales que decían Detente y armas electrónicas que disparaban balas con un no amortiguado. El trabajo del no lo mantenía muy ocupado. Si le llamabas, escuchabas: “Soy el ingeniero del no y no estoy. Si quieres deja tu no—mensaje y con mucho gusto no te contestaré.” Estaba inundado de llamadas. La industria del no tuvo tanto éxito, que tuvo que esconder su dinero del gobierno, por temor a que dijeran que no. Cuando fue ascendido a encontrar otras vías de no, voló un no—avión a una no—reunión donde los inventores del no declararon el nuevo no—financiamiento. Pronto había películas que glorificaban al no y libros que reflexionaban por qué el no—Dios era tan insistente en que no. 44 Y seminarios surgieron donde no—eruditos viajaban largas distancias para decir: “Sí, siempre ha existido un mundo de no.” Y aquellos invitados especiales rascaban sus barbillas preocupados, susurrando el uno al otro: “Así es. Así es,” cuando un no—antropólogo rastreó los orígenes del no. Pero cuando todos fueron a casa, soñaron gansos blancos aleteando, sus alas despedían aquel aire antiguo. 45 Para hablar de tormentas Estábamos bebiendo té en la mesa de la entrada, cuando Julie empezó a hablar de las tormentas y de cómo las aves que alimentaba se posaban en su techo y respondían a los truenos. Wayne vio que esto me afectaba, sabía que algún día estaría en este poema. Porque ésa es la naturaleza de todos los poemas. Es lo que anhelamos para: Llamar con nuestro pequeño trueno al gran trueno. Indagar en nuestro camino cómo amar la tormenta sin ser golpeado. Me pregunto de qué hablarán lostruenos y los pájaros. Miro a mis amigos y confieso que un rayo partió mi sabiduría como si fuera un árbol. Los perros de Julie corren, persiguiendo algo que no podemos oír. Y los pájaros hacen círculos invitándonos a seguir hablando. Nos movemos entre relaciones fallidas y alfarería. Wayne anda encorvado. Puedo ver su corazón picando como un pájaro detrás de sus ojos. Julie dice que los alfareros africanos pasan largos días girando sus vasijas y cuando terminan, cuando lo que han construido en torno al centro vacío está listo, desenrollan el aire el mismo número de veces para liberar al espíritu de la vasija. Los viejos alfareros creen que es necesario liberarse a sí mismos como espíritus atrapados en vasijas. Los occidentales piensan que es supersticioso, pero Wayne asiente. Se siente todo enrollado y dice: “El corazón crece cansado de sus razones. “Después de un largo silencio, los perros se acuestan, los pájaros desaparecen, las nubes viajan a tentar a otros y nos quedamos frente a frente; sin filtros entre lo que 46 queremos o amamos. 47 Mercado de peces Las abejas entran en las florecillas azules. El violinista de sucios dientes acaba de romper una cuerda pero sigue tocando. Las chicas universitarias pican sus ensaladas. En el mostrador, el calamar está molesto en una tina de hielo, mientras que la trabajadora hispana se inclina sobre el mostrador, leyendo un libro. El salmón del río Copper, aunque muerto en el hielo, está soñando con su última vuelta aguas arriba. Los helechos de la azotea se empluman de viento salado. Las personas atraviesan el adoquín con su historia y sus sueños a cuestas, como células del sistema inmune buscando lugares dañados para sanar. Las montañas, cubiertas de nieve detrás de la bahía, resisten todo. Una pareja asiática pide a una mujer negra que les tome una foto frente al mar. En el último segundo, una gaviota atraviesa el marco. Ellos no se darán cuenta hasta que estén lejos de casa. 48 Cómo trabaja el Espíritu en la Tierra Escalé las montañas bajas con una amiga y nos topamos con una serpiente, tan asustada como yo. De alguna manera, eso llevó a mi amiga a hablar de su padre, de noventa años y casi ciego. Un día se perdió, tropezó y cayó. Después de eso dijo “He aprendido a amar lo que es.” Al día siguiente me sentía solo y me senté en la esquina de un café español, escuché a una joven viuda que extrañaba a su esposo. Su amiga acarició su brazo. Después de tres lattes, la viuda se secó los ojos con una servilleta marrón y admitió haber encontrado al collie perdido en el cementerio. No estaba segura, pero decidió llevarse el perro a casa. Juraba que su hombre envió el perro a consolarla. Llamé a Paul y le pregunté qué pensaba. Suspiró y me contó que hace años, en otra vida, un hombre apareció en su puerta y le dijo: “Yo vivía en esta casa de niño.” El tipo parecía extraño. Le pidió permiso para pasar, luego miró a su alrededor y asintió para sí mismo, “me gustaría plantar algunas flores silvestres atrás.” Paul dudó pero aceptó. Entablaron una extraña amistad. Paul se enteró de que Will era conserje y que tocaba en una orquesta, que amaba a Handel y el haiku, y que leía mucho sobre alquimia. Cuando las flores silvestres echaron raíces, Will desapareció. Paul se encogió de hombros, “¿Preguntas sobre el Espíritu? A menudo pienso que yo podría haber sido Will. O el collie de la viuda. 49 O el bordillo en el que el anciano tropezó.” Esa noche soñé que Will y el collie corrían a través de un campo en llamas por el repentino sol. Lanzaba un palo que en el aire parecía de oro y el collie lo traía de vuelta. Cuando me reuní con ellos, el collie dejó caer el palo como un tesoro a mis pies. Will sonrió, “Todo va y viene. Como este palo. Así es como funciona.” Antes de que pudiera preguntar, Will lanzó el palo más lejos. El collie lo persiguió. Y desperté en mi soledad. Ahora llamas para decirme de una plaza en Nicaragua donde tocan músicos callejeros y los cotorros cantan solos. Pero cuando los músicos paran, los pájaros no vienen. Es por lo que llamaste. Estás preocupada y maravillada. Te amo por llamar. Me encantas por estar tan preocupada. Estás aturdida por esta ley de espíritu, “cuando dejamos de cantar al aire libre, las aves no vienen.” Ambos vamos en silencio. Cierro mis ojos, deseando que estés aquí. 50 Corriendo bajo la mesa Algunos domingos a finales de los cincuenta, cuatro tíos de mi padre arrasaban nuestro hogar eran un tornado de risa y nos llevaban al billar local. Inmigrantes rusos: Max, Al, Norton y Axi. Habían sorteado su camino a través de la Gran Depresión, jugando en la mesa, tirando el dinero en un tarro. Una vez Axi, golpeado por un coche, se rompió el pulgar, pero maldijo, jugó y ganó antes de que pasara. Por eso le pusieron Axi, por accidente. Mi padre siempre se abría un poco más cuando estaban ellos. Me despertaba los domingos y esperaba a que llegaran, de la forma en que los niños tranquilos oran en secreto para que lleguen los gitanos. Lo que más recuerdo era estar a la altura de sus rodillas, sin poder ver la mesa, sus risas dando vueltas como dioses del Olimpo, lanzando sus pérdidas al mar. Mi hermano y yo corríamos a través de sus piernas. No podíamos descifrar todo lo que decían. Pero el olor a tiza y los rápidos golpes que dispersaban las brillantes bolas, el trueno que rompía la crueldad de la vida me hacía sentir feliz y seguro. A veces me agarraba de alguna pierna como si fuera el árbol de la vida. Ahora, cuando golpeado y triste me encuentro derivando hacia un bar, buscando una señal, tomo los años como si fueran un escudo. Sujeto la tiza y suspiro, inclinado sobre la mesa de fieltro, anhelando su risa para tragar al mundo. 51 Rumi va a Washington No encontró un lugar para amarrar su camello. Un hombre uniformado y tranquilo tomó las riendas y le mostró el interior. Se sentó mucho tiempo en un sofá mirando la enorme araña de cristal. Tantas joyas, pensó, cada una como las almas que Dios dispersó en la Tierra. Sintió que la araña era una mensajera que le decía sin decir: “Cuando vengas con esto, tu amor conquistará la gravedad y rondarás como esta enorme luz brillante.” Justo en ese momento, una hermosa joven le preguntó si quería registrarse. No estaba seguro de qué significaba, pero la acompañó. En los días posteriores, siguió viendo muchas joyas esparcidas. Luego vinieron otros y le trajeron reuniones donde escuchaba a hombres y mujeres repartirse los recursos de su gran nación. Y tras el ruido de su benevolencia, podía ver el interior, donde cada uno llevaba una luz que palpitaba bajo sus propuestas. Cuando llegó su turno, dio la vuelta por la habitación, tocando el corazón de cada joya. Luego se sentó y miró fijamente su mano. Finalmente, el líder del grupo se inclinó y suavemente le preguntó, “¿Qué significa esto?” En lugar de hablar, tomó la mano del líder y la puso en su corazón. Bueno, la reunión ya no fue una reunión, y algunos querían acercarse mientras que otros querían correr. Fue conducido de regreso al hotel donde pasó la tarde escuchando a la araña. 52 Transformación Podría ser la carta nunca contestada, aquella en la que declarabas tu amor de una forma tan tierna, admitiéndolo todo. O cuando la caracola que cuidaste durante el camino desde Filipinas se destruyó por un extraño ruido que no quisiste mostrar. Todo podría desentrañar el momento en que la caracola se rompió en tu piso. O en un descanso del verano, tus ojos cerrados, tu miedo a punto de desaparecer, el calor bañándote como abejas empezando a volar. Podría suceder en cualquier lugar donde te quedaras mucho tiempo, donde dejaras de acarrear y de contar, cuando tu mente soltara su enredo de listas. A menudo viene con la relajación de un gran dolor. Cuando la cadera finalmente se acomoda para dar un paso. O cuando un pájaro elevándose a la luz rompe tu necesidad de saber. O cuando teniendo éxito al ser algo, no lo eres. Siendo influenciable cuando eres tímido. O rudo cuando eres tierno. O en invierno,mientras ves una vieja hoja de árbol como la única cosa que no te dejará tirar a las demás. Cuando los elementos en toda su belleza remodelan nuestros ojos, es el beso de Dios: suave como la erosión. Cuando podrías desmoronarte en un instante (todo tu dolor, la sal esperando a la ola) estás cerca. 53 Su nombre significa luz —Perdóname. Amé a una mujer que adoraba la Tierra. Conocí a un hombre que iba ahí, a donde se levantan las caras de los niños. Trabaja donde estás enterrado. Se rascó la barbilla y dijo: “Sé que alguien está afuera, bajo un árbol, pero no sé quién.” Cuando te estabas muriendo, con tu delgada muñeca en mi mano, sabía que estaría aquí, este día, terminando mi percepción de ti, antes de la gente que nunca te escuchó. Perdóname. Es imposible mantener viva tu memoria. Además tu padre nunca me envió la foto que me ayudaría con el dolor, aquella con el cabello largo y castaño, años antes de conocernos. Nunca la envió, aunque se la pedí tres veces. Y ahora como en todos los monumentos, el espíritu se ha ido, aireando la tierra. La piedra es piedra, el árbol es árbol, sólo tus cenizas han alimentado su raíz. Perdóname. Sigo escribiendo tu nombre pero no puedo escribir fuera de la ola de vida que te barre desde la arena. No importa cómo te cante, siempre hay alguien que aparece justo cuando termino. No puedo seguir el ritmo. Incluso cuando estoy delante de extraños y digo, la amaba mucho, mis palabras se elevan en el aire 54 por encima de sus corazones y no puedo detener el silencio, el despiadado y paciente silencio, que espera desvanecer cada grito en ese mar de Dios que nos libera de nuestros nombres. 55 Sin saber Cuando estaba a punto de dar un sorbo a mi segundo café, vi una joven pareja cerca de la ventana. Están enamorados. Puedo decirlo por la forma en que acomoda su cabello, de lado, para poder ver su rostro. Antes de que pueda beber, ahí estás, frente a mí, hace más de cuarenta años. Yo hice lo mismo. Dividiendo tu cabello castaño, caí en tus ojos. Eso me desarmó, lo que significaba que no podría seguir el camino que otros habían establecido para mí. ¿No es ese el propósito del amor? Sólo tuvimos unos pocos años de magia cada uno, antes de que cayeras en otro. Me rompiste el corazón. Tomó una década salir de las cenizas para aceptar que mutuamente nos enviamos al camino correcto. Ahora, a mis sesenta años, después de perder y encontrar lo que importa, las suficientes veces como para darse cuenta de que perder y encontrar viene y va como la resaca que da forma a la arena de nuestro corazón, sé que caí por tus ojos, hace muchos años, en el dulce lugar que sólo se abrió por amor, donde llegamos a ver nuestro propio valor, sin forma como materia prima. Se necesitan años de martillar y ser martillado para ver lo que podemos forjar con lo que se nos ha dado. Es extraño retomar esta conversación ahora. Tomo otro sorbo, y a través del vapor, puedo ver a la chica adivinando su propio valor en el nervioso joven. Tomo un sorbo y siento el regalo que me diste sin saberlo. No sé si todavía vivas, pero en este café, desde otro continente de tiempo, puedo agradecerte en voz baja. 56 Lo que otros han tocado Cuando nació su nieto, empezó a coleccionar juguetes antiguos: una muñeca desgarrada, un conejo de madera, un oso de trapo. Le gustaba ver que su pequeño tocara lo que otros habían tocado. Cuando le dijeron que se tenía que ir, se negó a cortar el viejo árbol de manzanas, aunque sus raíces interferían en la calle. Ella no necesita las manzanas. Son para el ciervo. Cada otoño sacude las ramas de arriba con una escalera. Le encanta el sonido de los pequeños golpes cuando caen al suelo. También le gusta el café por las mañanas mientras caminan y mordisquean. Cuando Jess y Laura eran pequeños, compré aretes en Florencia. Los estoy guardando hasta que cumplan dieciséis años. Me encanta pensar que los aretes están en el closet para cuando crezcan. Cuando en Amsterdam pensó que los museos lo atraparían, pero era un Terranova descuidado metiéndose en la fuente; salpicando chorros de agua llena de sol, luego tratando de morderlos. Le encanta pensar en el alma del viaje de esta manera. Cuando la abuela hizo tortitas de papa en la cocina, olía a pan francés quemado. Me sentaba en un taburete en la esquina y ella ponía una en la servilleta, le soplaba y me la daba. Se fue hace veinte años. Pero me encanta como cocina para mí en mis sueños. 57 A esto hemos llegado Nos conocemos desde hace 26 años, por 18 estados, a través de las tormentas que teníamos nunca cesar. Nos abrazamos uno al otro cuando los matrimonios fracasaron, cuando los accidentes y los cánceres. Nos abrazamos cuando nuestras abuelas murieron. Te he visto en la lluvia donde las palabras no pueden alcanzarte. Incluso he visto la lluvia que es sólo tuya. Y aquí, ahora, como si la vida hubiera sido un escalar hasta este punto para tener el privilegio de preguntarte de nuevo, como si fuera la primera vez, ¿quién eres? Hemos soportado madres frías, padres ausentes y la ruptura de la creencia de que todo eso nos derribaría. Pero aquí estamos. Te miro, después de todos estos años, sin protección, y digo, quiero conocerte. Lo que hayas guardado, lo que no he sido capaz de escuchar, sentémonos en la claridad y entendámonos uno al otro como viejas aves cuyas alas ahora se usan más para acurrucarse que para volar. 58 Irse Qué difícil es dejar o ser dejado. Enviar lejos a alguien por la inminente violencia. O vender todo lo que tienes para que el niño pueda tener el pase a una vida mejor. O aquellos arrancados del otro porque el barco ya no puede aguantar más. O cuando el amor inexplicablemente se va. O cuando alguna extraña necesidad ha despertado después de años y uno de ustedes debe tratar otra vez de ser lo que no pudo ser. Sin embargo, qué pasaría si, cuando solos, abrimos una carta, dirigida a quien somos bajo la superficie, que dice: más allá de nuestro dolor, cada bocanada de despedida poliniza al mundo con el que el corazón se comunica. Esta fuerte miel mantiene al mundo de caer. Esto no lo hace fácil. Todavía no puedo soportar la idea de perderte. Pero tampoco las nubes soportan la idea de perder su lluvia. 59 Entre el mar y la ciudad Un antiguo presidente murió pocas horas después de que un joven de Idaho fue baleado mientras dormía en Irak, y ahora en el este de Sundarban en el Himalaya, un tigre lame los ojos de su cachorro para que pueda ver, y más hacia el este, en Vietnam, una mujer joven que ha trabajado mucho para aprender a leer está recitando un sutra de Buda, asombrada de cómo la presencia mueve palabras a través de los siglos. Al mismo tiempo, una madre soltera en Chicago piensa en robar una manta para cuando el invierno arrecie, y momentos después de eso, en Ecuador, una mantarraya despierta a causa del calor del sol en su espalda y su barrida sobre el coral sobresalta a la morena escondida en su rincón, y conforme el cuerpo del viejo presidente se enfría, un sargento encuentra al chico de Idaho. Y justo ahora, en Chile, una cansada pareja se reencuentra y hace el amor, mientras las nubes vienen del Pacífico. Y en este momento te mueves, el perro se estira, y más lejos dos estrellas colisionan, se forma un nuevo mundo y en algún lugar entre la ciudad y el mar, un niño nace con una nueva capacidad de amar. Con el tiempo, él o ella querrá amarnos a todos. Recuerda su rostro, aunque nunca lo hayas visto. Di su nombre, aunque nunca lo hayas escuchado. Confundirlo con todos. Amar todo en el camino. 60 En medio de la madrugada[6] Y si soy hijo de un hombre de 92 años que apenas puede caminar desde la cocina hasta el sofá de la casa en la que crecí, que está inundada por una tormenta cuyos brazos mojados cubrieron miles de millas. Y si no puedo llegar a él porque no encuentra el teléfono que está mojado y descargado. Y si un mes después visito Camboya en un viaje para el que tuve que ahorrar cinco años y sin aliento observara detenidamentedurante una hora la cara de mil años de antigüedad tallada en Angkor Wat. Y si ese rostro sin ojos me pregunta qué he hecho con mi vida. Y si no puedo dejar de pensar en mi padre luchando por tomar la cuchara. Y si en el avión a casa la mujer junto a mí sueña con la mamá de su mamá recogiendo limones en Sicilia. Y si los miles de ángeles que nunca descansan, trabajan en cada uno de nosotros, de la forma en que las células inmunes corren al lugar de la herida. Y si todo esto no me deja dormir. Y si temo que nunca volveré a dormir. Y si, cuando el avión pase en medio de la madrugada, recuerdo que no creíamos encontrar algo nuevo todo el tiempo, pero hay que tejer cada verdad que encontremos en una soga fuerte y hermosa para que la próxima generación pueda treparla. Y si tengo que admitir que no encontré nada para traer a casa a mi padre, excepto el corazón de un hijo labrado por el tiempo. Y si todo lo que hacemos y a donde quiera que vayamos es para este fin. Y si el corazón tallado es lo que nos puede refugiar de la tormenta. 61 A partir de ahora Servir todo sin llegar a estar lleno y desbordarse sin llegar a estar vacío, sin saber cómo se produjo… —Chuang-Tzu[7] 62 Un instante Regreso en avión para leer algunos poemas. Vinieron Linanne y Nancy, viudas de unos extraños amigos (a John le gustaban los camarones y los cielos nocturnos y a Wally reír mientras aplastaba sus cigarrillos). Vino el padre Malecki, quien me subió a su balsa de amor cuando me ahogaba en el cáncer. Y mi ex esposa Ann, cómo luchábamos, parecíamos peces en los rápidos. Y dos estudiantes maduras como robles, con décadas en sus vidas; con sus renuentes maridos a rastras para ver alguna reliquia del pasado. Todo se acomoda en este vertiginoso y pequeño momento que a veces sueño pero nunca espero. Como aquellas raras ocasiones en las que de niño saltaba fuera de la cancha y tiraba el balón limpiamente a través de la red. En este instante sin aliento, parecemos tan presentes que nos elevamos por encima de nuestras heridas y lo que atraviesa la red de mi corazón, me deja perfectamente vacío y totalmente completo. 63 Atrapado en el tiempo A veces, nuestro perro tiene esa mirada en los ojos y empieza a correr a toda velocidad en círculos y ochos, saltando por encima de las flores y a través de los árboles. A veces, antes de irme, veo a Susan bajo las sábanas, sólo asoma su mejilla, y a nuestro perro acurrucado en el hueco de sus piernas lo más cerca que pudo. Los contemplo en la oscuridad, preguntándome cómo pueden descansar tan placenteramente. A veces, dormidos, el perro se mueve porque sueña que corre y Susan sonríe porque sueña que su jardín está creciendo. En cuanto a mí, casi siempre mi mejor pensamiento surge cuando sale el sol, como un ojo gigante que otra vez da vida con su primera visión. Qué súper poderes se nos han dado (propagar el movimiento y conocer el interior del aire) para pararnos en la oscuridad y observar lo que amamos; para dormir con animales y sólo soñar; y para ver por primera vez, más de una vez. A veces, lo que parece ordinario expone sus huesos numinosos, la forma en que el hombre usa el amor que puede crecer en la oscuridad, sólo lastimado por palabras. 64 Otra vez Pensamos que la verdad se mueve de nuestra cabeza al corazón y a las manos. Pero inclinado por la vida, queda claro que el amor se mueve al revés: de las manos al corazón y a la cabeza. Pregunta al que sobrevivió quemaduras, sin manos, que sueña con cortar pimientos y cebollas en un día de primavera. O al hombre del jazz, que a sus ochenta años, pierde sus manos en una niebla mental. Puede sentirlas, pero ya no tienen magia. O al Buda de mil años, sin brazos, cuyos ojos vacíos no dejan de inclinarse hacia el centro invisible. La verdad brota de nosotros, o eso creemos, sólo para ser lanzada hacia atrás como una ola de amor. Pregunta al avejentado pintor con una brocha pegada a su lisiada mano, queriendo, necesitando, alabar todo 65 una vez más. 66 La historia del fuego Después de todo este camino, Sólo quiero tus preguntas. Las cosas que tú y yo concluimos no me interesan mucho. No sé por qué. Simplemente es así. Toda nuestra charla de la verdad y Dios no asegurarán que tú y yo seamos verdaderos o santos. Sólo aliméntame con tus preguntas. Las necesito para mantener este fuego. 67 Aves en el aire, peces en el agua El pez no puede ahogarse en el agua. El ave no cae del aire. Todas las criaturas de Dios deben vivir en su propia naturaleza. —Matilde de Magdeburgo[8] 68 Después Después de la Ilíada, la Odisea, después de la fiesta, la quiebra después de la esclavitud, el deambular por el desierto, después de perderse un poco, el camino hacia el principio, después de la Ilíada interior, la Odisea interior, después de la opacidad, la claridad después de la claridad, otra opacidad, después de la oscura caída, la luz, después de la luz, otra oscuridad, después de la ceguera, otra ceguera, después de retener, el suave dejar ir, después de lo estrecho, la caída, después de hundirse, el ascenso, después de levantarse, otro hundimiento, después de caer, la sorpresa después de todo, nada, después de nada, todo, después de ser el origen, el mundo. 69 En la cresta de la montaña Podemos crecer sólo con escuchar, de la forma en la que el árbol en esa cresta escucha sus ramas dirigidas al cielo, de la forma en la que el camino de sangre escucha su flujo cuando corre a una herida, de la forma en la que escuchas cuando mi cabeza tan llena de dolor no puede verte a los ojos. Podemos escuchar nuestra salida del enojo, si dejamos que el corazón suavice al lobo que llevamos dentro. Podemos durar escuchando profundamente a las raíces buscando la siguiente pulgada de tierra, de la forma en que una vieja tortuga escucha todo lo que oye dentro de su caparazón. 70 El onceavo mandamiento Ha habido muchos malentendidos a lo largo del camino. Pero todo puede ser perdonado excepto el deseo de suprimir lo que somos: ser amables, ir más lejos, posponer nuestra canción. Y aunque los elefantes caminan arduamente durante millas por el olor de sus gigantescos corazones para honrar a uno de los suyos, ningún árbol se cae por sí solo, sólo para que otro pueda crecer. Todo para decir que en el interior también somos cazadores y recolectores: golpeando al otro por comida o plantando cada quien lo suyo podemos comer lo que sembramos. 71 Ser animal Porque soñamos y deseamos y llevamos, pensamos que estamos exentos. Creemos que estamos arriba trabajando la Tierra en cuatro patas. A menudo perdemos el punto. Un oso puede sentirse como un colibrí en el momento en que coge un salmón, pero sus patas son todavía patas. En cuanto a mí, me siento como un caballo persiguiendo las aves que cruzan el cielo. Cuando vuelan fuera de la vista, sé que soy un halcón nacido como un caballo. Todos los poetas lo son. Una maraña de alas y pezuñas. Intentando correr en el cielo y volar en la Tierra. Así que es inútil que el pino sea delicado con su amante, si ella en realidad es una chita. O que tu madre vea con claridad, si su camino es el de un murciélago. No quiere decir que no lo intentemos. Sólo que trabajemos con lo que se nos ha dado. 72 Lo que pasa con el miedo Tratamos de evitarlo, distraernos, incluso poner a otros en el camino. Porque hace lo necesario para verse monumental. Hace lo que se necesita para parecer infranqueable. Pero, cuando nos tropezamos con la línea, o cuando somos amados por encima de esa línea, o cuando en nuestro agotamiento caemos más allá de nuestro dolor, lo que temíamos que fuera la caída a nuestra muerte resulta ser el siguiente paso. 73 Ahyo oh’ oh ni (En lengua diné significa “llevarlo a la armonía con todo.”) Cuando abro mi pequeño ser, Casi puedo oír la madera creciendo dentro del árbol y el amor creciendo dentro de tu corazón. No puedo escucharlo por mucho tiempo, me releva mi propio crujido. Estamosal tanto de este ritmo. El ritmo de cómo crecen las cosas. No te rindas porque tu dolor es el que puede ahogar la Fuente. 74 Para Mira, de nueve semanas de nacida, demasiado emocionada para dormir Lo sé, lo sé. Hay tocino en el fregadero y mi zapato para triturar. Y está el perro que huele a tres casas de distancia. Pero duerme, mi perrita. Habrá otras hojas que perseguir y palos que masticar. No pierdes nada si te duermes pero ¡lo que es verte dormir! tus pestañas nerviosas, tus pequeños ojos de sueño, tus ladriditos perrunos, tu panza adentro y afuera. Te observamos: puros ojos, puro correr, puro lamer. Siempre necesitando que te toquen en alguna parte. Duerme, dulce cachorrito. Cuando duermes, nos suspendes en una suavidad que se nos había olvidado. 75 Discernimiento El problema con la mente es que se ve como pájaro pero camina como hombre. Y las cosas en la superficie se mueven rápido, necesitando ser atrapadas. Mientras que las cosas en el centro se mueven lento, necesitando ser percibidas. Lo que quiero decir es que si quieres ver muchas aves, puedes atraparlas en una jaula Y preguntarte por qué no vuelan. O puedes ir a los humedales y observar a las aves en silencio antes de que salga el sol. Es lo mismo con las cosas que amamos o pensamos. Podemos encerrarlas en hermosas jaulas o seguirlas en el prado salvaje hasta que nos aturdan con el batir de sus magníficas alas. 76 Silencio, silencio, las criaturitas están hablando Está calculado que si gritas durante 8 años, 7 meses y 6 días, generarás la suficiente energía para calentar una taza de café. Pero, el avestruz tiene los ojos más grandes que el cerebro y las estrellas de mar ni siquiera tienen cerebro y las mariposas de seda prueban las cosas con sus pies. Así que tenemos estas opciones: Podemos gritar y generar calor. O esperar a que nuestros ojos perciban más que nuestro cerebro. O extendernos como una estrella y entregarnos a las profundidades. O abrir nuestro dolor hasta descubrir que el interior del corazón es una especie de mariposa. Entonces también podremos probar con nuestros pies. A la fecha todos pensamos en ver, en ser llevados por lo profundo y en probar con los pies. Estos fueron los destinos en que cayeron los santos de todas las tradiciones. Aquí, la lengua es nuestro músculo más fuerte y la compasión es su yoga. 77 Escrito mientras corría A veces me muevo tan rápido que duele. Aunque las cosas que vienen a mí no se mueven para nada. Por lo general son suaves y acogedoras. Pero si te acercas como si fueran a desaparecer, las vuelve filosas. Correr hacia cualquier punto Hace que sea un cuchillo. 78 Otra paciencia Me pregunto si las flores conocen el miedo. ¿Sentirán cuando se aproxima una tormenta o cuando el ciervo se las va a comer? O si, como el sabio exhausto de su humanidad, las flores sabrán, que no importando si están rotas o comidas, el resplandor liberado al morir es el mismo. Pero no soy un sabio o una flor. Enséñame. 79 Hasta que nos conozcamos unos a otros Los carniceros te dirán que si no calmas a los animales antes de matarlos la carne será dura. Sin embargo, los cuidadores del zoológico hablan del peso del cautiverio: si la bestia se rinde, está hecho; no vale la pena mostrar la fuerza suficiente para ponerla en libertad. Calma o dura, obediente o libre, parece un desastre: como si la vida nos lanzara dentro del otro con un gran estallido de pequeños seres que lloran por el poder que nos hace sentir tan impotentes. Así que mucho depende del latir del alma que abre el corazón, de la quietud de la mente que abre el ojo, de la aceptación de otros que suaviza la verdad. 80 Sosteniendo la pistola Nadie quiere admitir que son las variadas formas de sostener el arma lo que causa el sufrimiento que nos despierta. Si bendecidos, volvemos a una discusión, la luz en el labio de nuestro enemigo la solucionará. O si nos cortamos mientras afilamos un cuchillo, el goteo de la sangre teñirá nuestra lista de agravios. ¿Y si el dolor, como el que genera un puño, es realmente el toque de un ángel salvándonos de nosotros mismos? 81 Repetidamente nos preguntan Encarnar o consumir; para familiarizarse con lo más grande o pedir y manejar todo más pequeño. Todos los días nos preguntan ¿alinear o separar? Coordinar nuestra voluntad con todo lo vivo o imponer nuestra voluntad sobre todo lo que encontramos. Y no elegir es una elección. La aquiescencia es diferente a la paciencia o a la rendición. Todo esto nos deja la necesidad de saber: ya sea para mejorar la canción a través de la práctica o para mejorarnos a nosotros mismos a través del canto. 82 Al final del camino Lado a lado, dos caballos trabajaron el mismo campo durante tanto tiempo que el arado que los unía se caía en pedazos. Por muchos días arrastraron el arnés hasta que los domesticó. Uno de ellos todavía siente el peso del arado, mientras que el otro de repente descubre que está libre. Se miran el uno al otro como espejos que se temen. Uno mantiene el arado, incluso sin un yugo, mientras que el otro, sin saber a dónde ir, se va. 83 Expuesto Como una montaña expuesta durante años, estoy tan desgastado, tan liso, que los escaladores no tienen de dónde agarrarse. Esto no significa que sea intocable, simplemente ya no es fácil aferrarse. Al igual que una entrada gastada por las profundidades incesantes, ya no puedo decidir lo que va adentro o afuera. Esto no significa que sea indeciso, sólo me sonrojo al aceptar lo que la vida me trae. Como lirios incendiados, soy incapaz de tomar algo a cambio. 84 La razón interior El cielo llueve violines. Mientras caen, el viento toca una música profunda. Así es como suena el amor. Esto es lo que quiero para amarte. Es una música que no siempre puede ser escuchada. En vez de eso muevo mis manos a través de tu cabello. 85 El agua toma muchas formas Cuando las personas están perdidas el guía los transporta de una orilla a la otra, cuando uno está iluminado, uno se transporta a sí mismo a la otra orilla. Hui Neng[9] Escucha a los guías, pero usa tu sabiduría como usarías una lámpara para leer tu propio corazón. Si alguien te disuade de tu corazón, no es un guía. Un guía, como un barquero, te trae cerca del agua, incluso te ayudará a cruzar, pero es tu propia sed la que te hace detenerte para que puedas beber. Al beber del agua queda claro que el sabor a nacimiento, que anhelamos mantener vivo, crece dentro de todo. En la verticalidad del agua una vez que deja de moverse. En la rendición de agotamiento que afloja cada agarre. En la paz dentro de nuestra soledad, cuando nos detenemos a recordar lo que pudo haber sido. Al beber de esa paz queda claro que dudar lleva a la humildad, como la sed nos lleva a beber. Y el dolor cae en la Unidad, de la forma en que el hambre hace que comamos. Cuando encuentres un guía, si es necesario, escucha lo que tiene que decir, pero busca el agua en sus ojos y el viento en su voz. Déjate llevar al principio, el cual no está detrás de nosotros, sino cerca de abrir nuestro interior. 86 Enamorarse del mundo Si nos quedamos brillando en el torbellino de la existencia, ¿quién dice que no seremos estrellas para los demás?[10] 87 Caer 88 Saturado Gruesas gotas, cargando más de lo que pueden soportar, caen de la nada, doblan las hojas ya flácidas y, una por una, las hojas las dejan ir. Se mueven a la tierra, como malabaristas, pero falta mucho para que se den cuenta que están haciendo malabares. La rendición es así. No darse por vencido, pero perderse y dejarse ir. 89 Rompiendo el trance Está lloviendo un poco y las ovejas están de pie en el campo mojado, detenidas por las gotas de agua del cielo que caen sobre sus orejas, sus ojos, sus bocas. Parecen estatuas rompiendo su trance. Vivas por primera vez, se preguntan, cuál será ese mágico lugar donde el aire te besa en todas partes. Enamorarse del mundo es así. 90 Recuperarla confianza[11] Ayúdame a resistir estas ganas de pelear no importando si las cosas son verdaderas o falsas, lo cual es como discutir si es de día o de noche Siempre es uno u otro en algún lugar del mundo. Juntos, podemos alcanzar una verdad más grande la cual, como el sol, siempre se transmite. 91 Caer en 92 Caminando juntos No paso el tiempo con lo fracturado porque me guste el dolor, sino porque necesito sentir la vida desde el interior del caparazón. A donde quiera que gire, soy testigo de resistencias que salen de la gente común: el niño de catorce años que se quemó por salvar a su abuela; el sargento Negro que sacó a su teniente blanco del fuego directo, cayeron en la arena y lloraron en los brazos del otro; y aquel sin brazos que sigue preguntando qué puede cargar. Ahora estoy viendo un colibrí trabajar muy duro, sus alas no parecen moverse en lo absoluto. ¿Es esto lo que pasa cuando amamos? Te diré un secreto. Pasé un peine por el cabello de mi abuela minutos después de que murió. Seguía tibia, su espíritu apenas iba en camino. Todavía tengo el peine. Y cuando tengo duda o temor, toco los espacios en ese peine. Cómo puedo decir esto correctamente: Podemos engañar a la muerte durante un tiempo alimentándola con ideas falsas. Y podemos prolongar la vida dando algo cuando pensamos que ya no queda nada. 93 La promesa del mundo interior Si le quitas a una persona todo lo que sabe, te quedas con la boca de un pez tragando agua tan rápido como puede. Si le quitas las cubiertas a una persona, te quedas con la libertad desnuda de una estrella. Si le quitas todo lo que ha hecho a una persona, te quedas con un alma ansiosa por construir. Y si te has de llevar lo que una persona ha salvado, te quedas con una vida que tiene que vivirse ahora. Despojados de demasiados pensamientos, crecemos sabios como una piedra. Despojados de tantos logros, crecemos posibles como el sol. Y despojados de lo que acumulamos, crecemos de inmediato. Así que quitar no es sólo perder. Te guste o no, nos vemos obligados, una y otra vez, a la desnudez de la libertad, de salir de la nada, y a la pobreza del tiempo que tiene que vivirse ahora. Si somos bendecidos, despertaremos una vez más, interiorizando nuestro camino hacia el futuro. 94 Valentías ¿Y si el amor es la sangre de Dios, y sólo cuando vamos por ese río somos tocados por lo sagrado? ¿Y si la verdad viaja en las conversaciones de los pájaros, volando a través de nuestro silencio, como almas tranquilas que enfrentan su camino a través de las mentiras que todos decimos? ¿Qué pasa si la belleza es lo que queda cuando las ilusiones se exploran en otra parte? Aire. Nieve. Luz en una cerca que de todos modos no aleja nada. Y corriendo a través de todo, el río invisible en el que apenas podemos hablar, excepto para decir gracias, yo he sido, yo soy, como agua o luz, capaz de ayudar a que las cosas crezcan. 95 ¿Qué sostiene? Entre más me consume el fuego, más costillas extiendo como el árbol de la vida. Cuanto más me bañan las lágrimas de otros, más mi corazón se redondea como una concha marina. Entre más historias cuento de cómo uno recoge a otro, más mis manos se abren como cucharas para el grano. Ser lo que otros beben, ser de lo que otros dependen para alcanzar lo que aman. Para ser usados de este modo, tendremos que ser muy afortunados. 96 Caer en el mundo 97 ¿Dónde está Dios?[12] Es como si lo que es irrompible —el pulso de vida— esperara por todo lo demás para ser desgarrado, y entonces, en la desnudez que sólo el silencio y el sufrimiento y el gran amor pueden exponer, se atreviera a hablar a través de nosotros y para nosotros. Parece decir, si quieres que dure, aférrate a nada. Si deseas conocer el amor, déjalo entrar en todo. Si quieres sentir la presencia de todo, dejar de contar las cosas que se rompen a lo largo del camino. 98 Estar cerca Poner a un niño en un caballo. Colgar seda a secar. Ver nieve llenar la grieta de un puente. Esperar en la sombra de un ave. Tocar el hombro de la luna. Mojar los labios de aquel que se ha rendido. Dejar la piedra en tu corazón desmoronado. Colocar una flor sobre una espada. Sentarse en un barco hasta que no haya olas. 99 Alegría concentrada Iba tomando café rumbo al trabajo, detrás de mí el camino se volvía naranja bajo el follaje de los arces. En la pendiente del bosque, una pequeña cierva saltaba muy suave. Me hice a un lado, no había otro lugar a dónde ir. Se paró como si supiera que la estaba viendo. Unas hojas naranjas caían alrededor de ella como bendiciones que nadie parece encontrar. Bebí un poco de café, completamente en paz, sabiendo que no duraría. Pero está bien. Nunca sabremos cuándo floreceremos en lo que supuestamente debemos ser. Puede que sea pronto. Puede que sea tarde. Puede que sea después de treinta años de estar fracasando en un camino equivocado. O la primera vez que nos atrevamos a arrojar nuestra piel mental y tocar el mundo. Dicen que, si es lo suficientemente real, algunos ven a Dios en el momento de su muerte. Pero ¿no estará cada otoño dejando ir a la muerte? Ahora mismo, en el frío ¿no estará Dios esperando entre la pezuña de la pequeña cierva y aquellas hojas caídas? 100 Agradecimientos Empecé la larga lista de aquellos con los que estoy en deuda, pero algo que le da la cualidad de anónimo a este libro es seguir evitando decir esos nombres. Permítanme expresar que la gratitud y la humildad crecían cuando pensaba en todos los que me han sostenido y ayudado a soportar las maneras en que he sido reducido y desgastado a través de los años. Sonrío muy profundo cuando pienso en aquellos que me abrieron a la alegría de simplemente estar aquí. Sería menos sin estas amistades. Los amo a todos. Les sigo diciendo a los desconocidos: la respuesta a la soledad es estar con quienes puedes hacer dos cosas, compartir el dolor y celebrar el despertar. Tal amistad hace que compartir una pizza en un bar ruidoso o estar de pie en silencio como un viejo roble sea todo lo que uno puede pedir. En verdad, este proceso de ser llevado a lo sólo puro y esencial, nunca termina. Es como si un gran pájaro viviera dentro de la piedra de nuestros días y ya que ningún escultor puede liberarla, tiene que esperar a que los elementos la erosionen, hasta que sea libre para volar. Gracias por aguantar, por liberarse a ustedes mismos y por la alegría de estos inesperados momentos juntos. 101 Notas [1] Georgios Stylianos Seferiadis. Traducido por Horacio Castillo. [2] Joseph Campbell, en El poder del mito. Basado en las entrevistas con Bill Moyers en 1985—1986. [3] Este poema tiene una versión anterior en prosa que apareció por primera vez en mi libro de no ficción Finding Inner Courage. Un extracto de “Empezando de nuevo” aparece aquí como “Detrás del trueno”. [4] Este poema tiene una versión anterior en prosa que apareció por primera vez en mi libro de no ficción Finding Inner Courage. Un extracto de “Flor del corazón” aparece aquí como “Hecho de huesos”. [5] Epígrafe del autor. [6] El poema “En medio de la madrugada” apareció en Burning the Midnight Oil editado por Phil Cousineau, Viva Editions, 2013. [7] Chuang-Tzu, en Chuang-Tzu: mystic, moralist and social former, traducido al inglés por Herbert A. Giles. [8] Matilde de Magdeburgo en La luz fluyente de la divinidad. [9] La cita en “El agua toma muchas formas” es del Sutra de Hui Neng:Gran Maestro de Zen, traducido al español por Rev. Yin Zhi Shakya. [10] Epígrafe del autor. [11] El poema “Recuperar la confianza” apareció por primera vez en mi libro Siete mil maneras de escuchar. P.125. [12] El poema “¿Dónde está Dios?” apareció por primera vez en la revista Sufi. 102 Sobre el autor Mark Nepo es un poeta y filósofo que ha enseñado poesía y espiritualidad durante cuarenta años. Fue considerado el mejor autor en ventas por el New York Times. Ha publicado catorce libros y grabado ocho proyectos en audio.Sus trabajos más recientes incluyen: Siete mil maneras de escuchar que ganó en 2012 el Premio “Libros para una vida mejor”, Staying Awake (2012), Holding Nothing Back (2012), Tan lejos como tu corazón puede ver (2011), Finding Inner Courage (2011), y Surviving Has Made Me Crazy (2007). También tiene audiolibros como: The Book of Awakening, Finding Inner Courage, y As Far As the Heart Can See (2011). En español se han publicado sus siguientes libros: El coraje interior, El libro del despertar, Tan lejos como tu corazón puede ver y El libro para renacer cada día. Como sobreviviente del cáncer, Mark dedica sus escritos y enseñanzas al viaje de la transformación interior y a las relaciones en la vida. Ha aparecido con Oprah Winfrey en el programa Super Soul Sunday transmitido por OWN TV, y fue entrevistado por Oprah como parte de su show radiofónico SIRIUS XM Radio Show, Soul Series. También Robin Roberts lo entrevistó en Good Morning America por su bestseller del New York Times, El libro del despertar. The Exquisite Risk fue citado por Spirituallity & Practice como uno de los mejores libros espirituales de 2005, mencionándolo así: “Uno de los mejores libros que hemos leído sobre lo que se necesita para vivir una auténtica vida.” Una colección de ensayos de Mark apareció en Unlearning Back to God: Essays on Inwardness. Otros libros de poesía incluyen Suite for the Living (2004), Inhabitting Wonder (2004), Acre of Light (1994), Fire Without Witness (1988), y God, the Maker of the Bed, and the Painter (1988). Su trabajo ha sido traducido a más de 20 idiomas. Ya sea guiando retiros espirituales, trabajando con comunidades médicas para aliviar, o sus enseñanzas como poeta, el trabajo de Mark es en verdad accesible y consultado por muchas personas. Además continúa ofreciendo lecturas y retiros. Por favor entra en contacto con Mark a través de www.MarkNepo.com http://threeintentions.com www.simonspeakers.com/MarkNepo Foto del autor por Brian Bankston, www.brianbankston.com. 103 http://www.MarkNepo.com http://threeintentions.com http://www.simonspeakers.com/MarkNepo http://www.brianbankston.com ¡ESTÁS VIVO! Título original: Reduced to Joy D. R. © 2014, Mark Nepo. D. R. © 2014, derechos de edición mundiales en lengua castellana: Santillana Ediciones Generales, S.A. de C.V., una empresa de Penguin Random House Grupo Editorial, S.A. de C.V. Av. Río Mixcoac 274, col. Acacias, C.P. 03240 México, D.F. www.librosaguilar.com/mx Comentarios sobre la edición y el contenido de este libro a: megustaleer@penguinrandomhouse.com Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía, el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo públicos. ISBN: 978-607-11-3450-9 Conversión libro electrónico: Kiwitech 104 http://www.librosaguilar.com/mx mailto:megustaleer@penguinrandomhouse.com Aguilar es un sello editorial de Penguin Random House Grupo Editorial www.librosaguilar.com Argentina www.librosaguilar.com/ar Av. Leandro N. Alem, 720 C 1001 AAP Buenos Aires Tel. (54 11) 41 19 50 00 Fax (54 11) 41 19 50 21 Bolivia www.librosaguilar.com/bo Calacoto, calle 13, nº 8078 La Paz Tel. (591 2) 279 22 78 Fax (591 2) 277 10 56 Chile www.librosaguilar.com/cl Dr. Aníbal Ariztía, 1444 Providencia Santiago de Chile Tel. (56 2) 384 30 00 Fax (56 2) 384 30 60 Colombia www.librosaguilar.com/co Carrera 11A, nº 98-50, oficina 501 Bogotá Tel. (571) 705 77 77 Costa Rica www.librosaguilar.com/cas La Uruca Del Edificio de Aviación Civil 200 metros Oeste San José de Costa Rica Tel. (506) 22 20 42 42 y 25 20 05 05 Fax (506) 22 20 13 20 Ecuador 105 http://www.librosaguilar.com http://www.librosaguilar.com/ar http://www.librosaguilar.com/bo http://www.librosaguilar.com/cl http://www.librosaguilar.com/co http://www.librosaguilar.com/cas www.librosaguilar.com/ec Avda. Eloy Alfaro, N 33-347 y Avda. 6 de Diciembre Quito Tel. (593 2) 244 66 56 Fax (593 2) 244 87 91 El Salvador www.librosaguilar.com/can Siemens, 51 Zona Industrial Santa Elena Antiguo Cuscatlán - La Libertad Tel. (503) 2 505 89 y 2 289 89 20 Fax (503) 2 278 60 66 España www.librosaguilar.com/es Avenida de los Artesanos, 6 28760 Tres Cantos, Madrid Tel. (34) 91 744 90 60 Fax (34) 91 744 90 19 Estados Unidos www.librosaguilar.com/us 2023 N.W. 84th Avenue Miami, FL 33122 Tel. (1 305) 591 95 22 y 591 22 32 Fax (1 305) 591 91 45 Guatemala www.librosaguilar.com/can 26 avenida 2-20 Zona nº 14 Guatemala CA Tel. (502) 24 29 43 00 Fax (502) 24 29 43 03 Honduras www.librosaguilar.com/can Colonia Tepeyac Contigua a Banco Cuscatlán Frente Iglesia Adventista del Séptimo Día, Casa 1626 Boulevard Juan Pablo Segundo Tegucigalpa, M. D. C. 106 http://www.librosaguilar.com/ec http://www.librosaguilar.com/can http://www.librosaguilar.com/es http://www.librosaguilar.com/us http://www.librosaguilar.com/can http://www.librosaguilar.com/can Tel. (504) 239 98 84 México www.librosaguilar.com/mx Avenida Río Mixcoac, 274 Colonia Acacias 03240 Benito Juárez México D. F. Tel. (52 5) 554 20 75 30 Fax (52 5) 556 01 10 67 Panamá www.librosaguilar.com/cas Vía Transísmica, Urb. Industrial Orillac, Calle segunda, local 9 Ciudad de Panamá Tel. (507) 261 29 95 Paraguay www.librosaguilar.com/py Avda. Venezuela, 276, entre Mariscal López y España Asunción Tel./fax (595 21) 213 294 y 214 983 Perú www.librosaguilar.com/pe Avda. Primavera 2160 Santiago de Surco Lima 33 Tel. (51 1) 313 40 00 Fax (51 1) 313 40 01 Puerto Rico www.librosaguilar.com/mx Avda. Roosevelt, 1506 Guaynabo 00968 Tel. (1 787) 781 98 00 Fax (1 787) 783 12 62 República Dominicana www.librosaguilar.com/do Juan Sánchez Ramírez, 9 107 http://www.librosaguilar.com/mx http://www.librosaguilar.com/cas http://www.librosaguilar.com/py http://www.librosaguilar.com/pe http://www.librosaguilar.com/mx http://www.librosaguilar.com/do Gazcue Santo Domingo R.D. Tel. (1809) 682 13 82 Fax (1809) 689 10 22 Uruguay www.librosaguilar.com/uy Juan Manuel Blanes 1132 11200 Montevideo Tel. (598 2) 410 73 42 Fax (598 2) 410 86 83 Venezuela www.librosaguilar.com/ve Avda. Rómulo Gallegos Edificio Zulia, 1º Boleita Norte Caracas Tel. (58 212) 235 30 33 Fax (58 212) 239 10 51 108 http://www.librosaguilar.com/uy http://www.librosaguilar.com/ve Índice Portadilla 2 Índice 3 Cita 6 Dedicatoria 7 Prólogo 10 Sobre la alegría 11 Ábrete al mundo 12 Tres rostros 13 Acariciando su mano 14 ¿Queda alguna pregunta? 15 El arte de enfrentar las cosas 16 Duramen 17 Surgiendo 18 Memorizar 19 En forma de delfín 20 Una cuerda 21 Cerca de la luz 22 Camino a Windsor 23 Bajo el canto de un pájaro 24 Llegar 25 Detrás del trueno 26 Demasiada carga 27 Perdidos en nuestros caminos 28 Temprano 29 Besar todo en llamas 30 Renacido 31 Mantenerse cálido 32 Detrás del trueno 33 En cada esquina 34 Por el momento 35 Hecho de huesos 37 La sublime perturbación 38 109 Años de todo 39 Para Joel en el 94 40 Enviada a mi camino 41 Hasta que nos conozcamos unos a otros 43 La industria del No 44 Para hablar de tormentas 46 Mercado de peces 48 Cómo trabaja el Espíritu en la Tierra 49 Corriendo bajo la mesa 51 Rumi va a Washington 52 Transformación 53 Su nombre significa luz 54 Sin saber 56 Lo que otros han tocado 57 A esto hemos llegado 58 Irse 59 Entre el mar y la ciudad 60 En medio de la madrugada 61 A partir de ahora 62 Un instante 63 Atrapado en el tiempo 64 Otra vez 65 La historia del fuego 67 Aves en el aire, peces en el agua 68 Después 69 En la cresta de la montaña 70 El onceavo mandamiento 71 Ser animal 72 Lo que pasa con el miedo 73 Ahyo oh’ oh ni 74 Para Mira, de nueve semanas de nacida, demasiado emocionada para dormir 75 Discernimiento 76 Silencio, silencio, las criaturitas están hablando 77 Escrito mientras corría 78 Otra paciencia 79 110 Hasta que nos conozcamos unos a otros 80 Sosteniendo la pistola 81 Repetidamente
Compartir