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Reflejos fotomotor directo y consensual Si se proyecta una luz en el ojo, normalmente las pupilas de ambos ojos se contraen. La contracción de la pupila del ojo en el que se proyecta la luz se denomina reflejo fotomotor directo; la contracción de la pupila opuesta, aunque la luz no alcance a este ojo, se denomina reflejo a la luz consensual (fig. 11-3). Los impulsos aferentes viajan a través del nervio óptico, el quiasma óptico y el tracto óptico (fig. 11-3). Aquí, un pequeño número de fibras abandona el tracto óptico y establece sinapsis con células nerviosas del núcleo pretectal, que se encuentra cerca del colículo superior. Los impulsos son transportados por axones de las células nerviosas pretectales hasta los núcleos parasimpáticos (núcleos de Edinger-Westphal) del tercer par craneal de ambos lados. Aquí, las fibras establecen sinapsis y los nervios parasimpáticos tienen un trayecto a través del tercer par craneal hasta el ganglio ciliar en la órbita (fig. 11-3). Finalmente, las fibras parasimpáticas posganglionares pasan a través de los nervios ciliares cortos hasta llegar al globo ocular y al músculo constrictor de la pupila del iris. Ambas pupilas se contraen en el reflejo a la luz consensual porque el núcleo pretectal envía fibras a los núcleos parasimpáticos en ambos lados del mesencéfalo (figura 11-3). Las fibras que cruzan el plano medio lo hacen cerca del acueducto cerebral en la comisura posterior. Reflejo de acomodación Cuando los ojos se dirigen desde un objeto distante a otro cercano, la contracción de los músculos rectos mediales produce la convergencia de los ejes oculares; el cristalino se engruesa para aumentar su poder de refracción por la contracción del músculo ciliar, y las pupilas se contraen para limitar las ondas de luz a la parte central más gruesa del cristalino. Los impulsos aferentes viajan a través del nervio óptico, el quiasma óptico, el tracto óptico, el cuerpo geniculado lateral y la radiación óptica hacia la corteza visual. La corteza visual se halla conectada con el campo ocular de la corteza frontal (fig. 11-3). Desde aquí, las fibras corticales descienden a través de la cápsula interna hasta los núcleos oculomotores en el mesencéfalo. El nervio oculomotor tiene un trayecto hasta los músculos rectos mediales. Algunas de las fibras corticales descendentes establecen sinapsis con los núcleos parasimpáticos (núcleos de Edinger-Westphal) del III par craneal en ambos lados. Aquí, las fibras establecen sinapsis, y los nervios parasimpáticos viajan a través del tercer par craneal hasta el ganglio ciliar situado en la órbita. Finalmente, las fibras parasimpáticas posganglionares pasan a través de los nervios ciliares cortos hasta el músculo ciliar y el músculo constrictor de la pupila del iris (fig. 11-3). Reflejo corneal Un leve toque sobre la córnea o la conjuntiva da lugar a parpadeo. Los impulsos aferentes procedentes de la córnea o la conjuntiva viajan a través de la división oftálmica del nervio trigémino hasta el núcleo sensitivo del nervio trigémino (fig. 11-4A). Las neuronas internunciales conectan con el núcleo motor del nervio facial de ambos lados a 570 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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