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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/282853029 Correlación Clínico Patológica: El error médico como causa de mortalidad materna Article · January 2015 CITATION 1 READS 2,095 1 author: Liliana Salazar Universidad del Valle (Colombia) 60 PUBLICATIONS 151 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Liliana Salazar on 14 October 2015. The user has requested enhancement of the downloaded file. https://www.researchgate.net/publication/282853029_Correlacion_Clinico_Patologica_El_error_medico_como_causa_de_mortalidad_materna?enrichId=rgreq-81b0d01605de6e677e4de273f7b78491-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI4Mjg1MzAyOTtBUzoyODQ1NDQzNjk0Nzk2ODJAMTQ0NDg1MjA3MjE1Ng%3D%3D&el=1_x_2&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/publication/282853029_Correlacion_Clinico_Patologica_El_error_medico_como_causa_de_mortalidad_materna?enrichId=rgreq-81b0d01605de6e677e4de273f7b78491-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI4Mjg1MzAyOTtBUzoyODQ1NDQzNjk0Nzk2ODJAMTQ0NDg1MjA3MjE1Ng%3D%3D&el=1_x_3&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/?enrichId=rgreq-81b0d01605de6e677e4de273f7b78491-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI4Mjg1MzAyOTtBUzoyODQ1NDQzNjk0Nzk2ODJAMTQ0NDg1MjA3MjE1Ng%3D%3D&el=1_x_1&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Liliana-Salazar-4?enrichId=rgreq-81b0d01605de6e677e4de273f7b78491-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI4Mjg1MzAyOTtBUzoyODQ1NDQzNjk0Nzk2ODJAMTQ0NDg1MjA3MjE1Ng%3D%3D&el=1_x_4&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Liliana-Salazar-4?enrichId=rgreq-81b0d01605de6e677e4de273f7b78491-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI4Mjg1MzAyOTtBUzoyODQ1NDQzNjk0Nzk2ODJAMTQ0NDg1MjA3MjE1Ng%3D%3D&el=1_x_5&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/institution/Universidad-del-Valle-Colombia?enrichId=rgreq-81b0d01605de6e677e4de273f7b78491-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI4Mjg1MzAyOTtBUzoyODQ1NDQzNjk0Nzk2ODJAMTQ0NDg1MjA3MjE1Ng%3D%3D&el=1_x_6&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Liliana-Salazar-4?enrichId=rgreq-81b0d01605de6e677e4de273f7b78491-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI4Mjg1MzAyOTtBUzoyODQ1NDQzNjk0Nzk2ODJAMTQ0NDg1MjA3MjE1Ng%3D%3D&el=1_x_7&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Liliana-Salazar-4?enrichId=rgreq-81b0d01605de6e677e4de273f7b78491-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI4Mjg1MzAyOTtBUzoyODQ1NDQzNjk0Nzk2ODJAMTQ0NDg1MjA3MjE1Ng%3D%3D&el=1_x_10&_esc=publicationCoverPdf r e v i s t a c o l o m b i a n a salud libre 32 Revista Colombiana Salud Libre. 2015; 10 (1): 32-7 Correlación Clínico Patológica: El error médico como causa de mortalidad materna Clinical Pathologic Correlation: The medical error as a cause of maternal mortality Luisa Fernanda OrjueLa Ortiz1, sandra Hermann triviñO2, LiLiana saLazar mOnsaLve3, rOdrigO CiFuentes BOrrerO4 Investigación Científica 1 Residente de Ginecología y Obstetricia, Universidad Libre Seccional Cali, Colombia. GIGyO Categoría C Colciencias, Cali, Colombia. e-mail: luisita0286@gmail.com 2 Docente, Universidad Libre Seccional Cali, Colombia. Especialista en Anatomía Patológica y Anatomía Clínica, Master en Administración en Salud, Universidad del Valle, Cali, Colombia. e-mail: sandra.hermannt@gmail.com 3 Profesora Asociada, Departamento de Morfología, Universidad del Valle, Cali, Colombia. Docente, Universidad Libre, Seccional Cali, Colombia. Fisioterapeuta, Maestría en Morfología, Universidad del Valle, Cali, Colombia. e-mail: liliana.salazar@correounivalle.edu.co 4 Coordinador Departamento Ginecología y Obstetricia, Clínica Universitaria Rafael Uribe Uribe. Médico, Ginecólogo Obstetra, Especialista en Medicina Materno Fetal, Universidad del Valle, Cali, Colombia. e-mail: rcifuentesmd@gmail.com Recibido: febrero 11 de 2015 Aceptado: mayo 13 de 2015 Como citar: Orjuela LF, Hermann, S, Salazar L, Cifuentes R. Correlación Clínico Patológica: El error médico como causa de mortalidad materna. Rev Colomb Salud Libre, 2015; 10 (1): 32-7. Resumen No hay nada más humano que cometer errores; el diag- nóstico como fase del protocolo médico habitual podría ser particularmente sensible a equivocaciones, con con- secuencias que se extienden al tratamiento subsecuente de la enfermedad. La tasa de errores diagnósticos se sitúa entre 0.6% y el 12% con algunas estimaciones que llegan a 15%; además, la tasa de efectos médicos inde- seados, cuando se cometen estos errores, se sitúa entre 6.9% y 17%. En el proceso de autopsias es frecuente encontrar ciertas alteraciones físicas que no se habían reconocido durante la vida del paciente. A estos procesos la Real Academia Nacional de Medicina define como “incidentalomas” que son “hallazgos encontrados de forma casual en ausencia de signos clínicos o síntomas específicos al realizar una exploración radiológica o física de un paciente”. Este es el caso de una mujer en edad reproductiva que como causa de muerte presenta sepsis secundaria a una meningitis aguda purulenta con hallazgo adicional en el procedimiento de la necropsia; se evidencia gestación con feto in utero que por medidas antropométricas y peso se determina edad gestacional de 24 semanas. Este dato nunca se consideró durante la historia clínica de ingreso y durante la evolución, siendo parte de la estadística de muerte materna provocada por causas no obstétricas. Palabras clave: autopsia, empiema cerebral, error médico, incidentaloma, mortalidad materna. Abstract Being human commonly involves making mistakes. Diagnosis, as part of the clinical approach, may be par- ticularly sensitive to error, with consequences that will affect the treatment of an illness. The diagnostic error rate is said to be 0.6% to 12%, some estimating it as high as 15%. Moreover, the rate of adverse effects secondary to medical error is between 6.9% and 17%. During a necropsy, finding certain anomalies that had not been recognised during a patient’s life, is not uncommon. The Royal National Academy of Medicine defines these as “incidentalomas, “which are “findings in absence of cli- r e v i s t a c o l o m b i a n a salud libre 33 El error médico como causa de mortalidad materna. Orjuela LF , et al. 2015; 10 (1): 32-7 nical signs or symptoms during a radiologic or physical exploration of the patient.” This is the case of a patient of child-bearing age whose cause of death was sepsis secondary to acute purulent meningitis, in whom during the necropsy, was incidentally found an in utero fetus which by anthropometry and weight, was into a 24 wee- ks’ gestation. This information was not acknowledged in the patient’s medical history record, contributing to the statistics of non-obstetric causes of maternal death. Keywords: autopsy, cerebral empyema, medical error, incidentaloma, mortality breast. Introducción No existe paradoja más singular que la de los médicos provocando muertes o produciendo daños, considerando que su misión y su res- ponsabilidad social es precisamente la contra- ria. No obstante, no cabe duda que los médicos pueden ser agentes etiológicos de enfermedad y muerte y al parecer con suficiente patogeni- cidad y virulencia como para reflexionar sobre ello, aun reconociendo que se hace de manera involuntaria1. Según estudios2, el ejercicio médico de la prácti- ca cotidiana cuando se vuelve un acto mecánico puede llevar a una tasa de errores diagnósticos que se sitúa entre 0.6% y 12% con algunas esti- maciones que llegan a 15%; además, la tasa de efectos médicos indeseados cuando se cometen estos errores se sitúa entre 6.9% y 17%. El proceso diagnóstico tiene en esencia un do- ble objetivo: determinar cuál es la enfermedad del paciente a partir de un conjunto de síntomas que este presenta y descartar posibles diagnós- ticos alternativos; este proceso demanda altos niveles cognitivos, sin embargo, cuando se adquiere cierta confianza, experiencia o por el contrario cuando no se tiene conocimiento yse maneja de forma empírica este proceso tiende a ser automático, es intuitivo y demanda en menor esfuerzo en términos cognitivos3. Los sesgos cognitivos y la influencia de las emociones en el proceso de toma de decisiones no son, sin embargo, exclusivos de los profesio- nales sanitarios pero en el caso de la medicina, las consecuencias del error diagnóstico pueden ser especialmente graves y por ello merecen una especial atención más aún cuando se tra- ta, como en este caso, de una enfermedad tan catastrófica como la meningitis y más aún en una paciente en edad reproductiva. La tasa de letalidad de la meningitis en los países en desarrollo es a menudo más alta que la reportada en los países desarrollados debi- do a los retrasos en el diagnóstico y la terapia antimicrobiana utilizada4. Las vacunas conju- gadas ofrecen un potencial para la prevención de estos agentes causales tan importantes de morbilidad y mortalidad. En cuanto a la meningitis bacteriana su apari- ción a cambiado dramáticamente en las última décadas. Para los años 2010 y 2011, en Colom- bia se notificaron como meningitis confirmadas al Sistema de Vigilancia Epidemiológica (Si- vigila)5 un total de 241 y 232 respectivamente casos de meningitis bacterianas reportando una tasa de incidencia de 0.53 y 0.50 casos por cada 100,000 habitantes respectivamente, siendo el mayor aporte la meningitis bacteriana por Streptococcus pneumoniae. Con la introducción y el uso generalizado de la vacuna para Haemo- philus influenzae conjugada en los lactantes y los niños en la década de 1990, las infecciones por H. influenzae han disminuido de manera signi- ficativa, lo que representa aproximadamente 7% de los casos de meningitis bacteriana6. En en el año 2007, la edad media de las personas con meningitis bacteriana se había incremen- tado a 41,9 años. En la actualidad la principal causa de meningitis bacteriana es S. pneumoniae representando aproximadamente 60% de la meningitis adquirida en la comunidad en adul- tos. Casi 40% de las personas con meningitis neumocócica han presentado algún episodio de sinusitis, otitis media o infección respiratoria anterior al cuadro de meningitis7. r e v i s t a c o l o m b i a n a salud libre 34 Volumen 10 • Número 1 • enero - junio de 2015 Teniendo en cuenta lo planteado, es de gran importancia para el clínico saber cómo enfocar a la paciente con síndrome convulsivo en cual- quier servicio y nivel de atención. Caso clínico Paciente de sexo femenino de 40 años, que ingresa remitida de nivel I con cuadro de 24 horas de evolución de cefalea intensa en región frontal; allí presentó tres episodios de convul- siones tónico clónicas generalizadas con des- viación de la mirada y relajación de esfínteres con posterior período post-ictal y recuperación completa del estado de conciencia. Al ingreso a nivel III se encuentra paciente somnolienta, Glasgow 11/15, con presencia de convulsión tónico clónico generalizada menor a un minuto. Antecedentes de importancia. Patológicos: no descritos; quirúrgicos: cranectomía hace 12 años por TEC severo; familiares: no descritos; alérgicos: no descritos; ginecoobstetricos: no descritos. Laboratorios. Hemograma reportado en la historia clínica con leucocitosis y neutrofilia, nitrógeno ureico normal, electrolitos con hi- pokalemia moderada e hiponatremia leve; parcial de orina patológico con bacteriuria y leucocituria. Imagenología. Radiografia de tórax normal; TAC cerebral que reporta: 1. Encefalomalacia frontobasal relacionado con secuelas de evento traumático antiguo 2. Sistema ventricular de tamaño forma y configuración normal, no hay desviación de estructuras de la línea media. 3. Fosa posterior de apariencia normal. Ángulos pontocerebelosos libres. 4. Con la aplicación de contraste endovenoso no hay captaciones ni realces anormales. 5. Cambios postquirúrgicos en región frontal probablemente secundarios a evento traumático previo 6. Deformidad de techo orbitario izquierdo por traumatismo antiguo y enoftalmos asociado. 7. Fracturas de pared lateral y medial de orbita izquierda. 8. Secreciones en cavidades paranasales por proceso inflamatorio crónico. 9. Mastoides adecuadamente neumatizados sin alteraciones. Tratamiento. Midazolam ampolla por 5 mg, dosis única intramuscular, fenitoina ampollas de 250 mg a dosis de impregnacion y mante- nimiento. Ciprofloxacina 400 mg cada 12 h IV. Evolución. Al tercer día de hospitalización, se observa paciente en malas condiciones genera- les, Glasgow 9/15, TA 150/90, FC 135, S02 93%, con oxígeno por cánula a 3 l/minuto. Mucosas húmedas, estigmas de emesis en concho de café; a nivel cardiopulmonar encuentran ron- cus bilaterales, en el SNC encuentran pupila izquierda reactiva a la luz, apertura ocular espontánea, sonidos incomprensible, retiro al estímulo doloroso, por estas condiciones se decide realizar intubación orotraqueal, con tres intentos porque en los dos primeros presentó abundante salida de emesis en concho de café, al tercer intento se logró intubar, con saturación de 02 del 97%. Nuevo TAC cerebral contrastado reporta que no hay evidencia de áreas de hipo o hiperdensidad sugestivas de eventos agudos o cambios respecto al estudio de ingreso. Se solicita nuevo hemograma, gases arteriales, electrolitos, función renal, glicemia, lactato, tiempos de coagulación. Por presentar pobre respuesta clínica y por alto riesgo de broncoas- piración se decide escalonar iniciando cefepime y claritromicina. Se solicita cupo en la UCI y valoración por cirugía general por alta sospe- cha de hemorragia del tacto digestivo alto y se inica omeprazol. Se solicita reserva de glóbulos rojos. Al ser valorada por cirugía general se re- quiere endoscopia digestiva. Al hacer traslado para la UCI la paciente fallece. Estudio anatomopatológico. Cadáver de mujer robusta, talla 163 cm, peso 90 kg, ancestro racial mestizo. A la inspección se observa cicatriz y depresión en región frontal. Abdomen se en- cuentra aumentado de tamaño con presencia r e v i s t a c o l o m b i a n a salud libre 35 El error médico como causa de mortalidad materna. Orjuela LF , et al. 2015; 10 (1): 32-7 Discusión Aunque la sociedad exige de los médicos las cualidades de humanismo, compasión, empa- tía, solidaridad y otras, no suele concederles la condición de seres humanos si esta implica im- perfecciones. Aspira a que todos sean omnisa- pientes, benevolentes, dispuestos al apostolado y al sacrificio, mesurados y capaces de liberarse totalmente de los afectos y demás estorbos sub- jetivos. Lo que la sociedad no suele reconocer ni aceptar es que los médicos son humanos que pueden ser presa de distracciones y descuidos, que suelen trabajar cansados, abrumados por el mismo y que sufren por sus deseos y temores. La amplia difusión que han tenido en los últi- mos tiempos los eventos adversos que descubre la prensa sensacionalista tiende a hacer abstrac- ción de las condiciones en que se lleva a cabo la atención médica y traduce un desconocimiento notable del proceso mismo. Más que la búsque- da de culpables, se debe tener presente qué la práctica médica no pueda concebirse como una actividad técnica8. La visión sistemática orienta al análisis de los procesos y a su mejoramiento, a vincularse con las estrategias de calidad y a entender en toda su complejidad las interaccio- nes entre los distintos elementos9. En este sentido Phua y Tan1 en su trabajo pro- ponen la realización de intervenciones tanto a nivel organizacional como individual. Por ejemplo, una buena gestión del tiempo de con- sulta que evite tomar decisiones apresuradas, el uso de protocolos, el acceso a información sobre la probabilidad real de los distintos diagnósti- cos o la organización del trabajo de manera que se prevenga el estrés entre el personal. Este caso es un llamado de atención sobre la importancia en el ejercicio médico, de realizar una adecuada anamnesis y examenfísico, primordial para el buen manejo y diagnóstico acertado. En la revisión del caso, se observa un enfoque netamente neurológico, con escasez de antecedentes y poca descripción de un examen físico completo; no hubo determinación del de línea alba, útero aumentado de tamaño, palpable suprapúbico, ocupando la mitad de la cavidad abdominal. Examen interno. Cráneo con línea de cicatriza- ción y fibrosis en región frontal y en meninges; encéfalo con abundante material purulento que recubre toda la superficie cerebral y cerebelosa con acúmulo de colección en fosa media. El cerebro presenta las áreas de encefalomalacia descritas clínicamente, encontrándose edema- toso y congestivo (Figura 1). En la tráquea se evidenció gran edema, áreas de hemorragia peritraqueal. Corazón con aurícula derecha ligeramente aumentada de tamaño con presencia de edema de la pared con hemorragia puntiforme y difusa. Estómago con contenido pardo oscuro sin evidencia de úlceras. Útero y anexos se encuentran aumentado de tamaño; al abrirlo en su interior se encuentra feto de sexo masculino con las siguientes características mor- fométricas: peso de 709 g, longitud cefalo-talar de 32 cm, longitud vértex-coxis de 21 cm, longitud del pie derecho, 4.7 cm, pie izquierdo 4.5 cm, perímetro cefálico de 23 cm, perímetro torácico, 20 cm, perímetro abdominal 17 cm, longitud intercántica interna 1 cm y externa de 4,3 cm. Longitud del cordón umbilical de 35 cm, anudado en una sola vuelta. No se observaron malforma- ciones externas evidentes. Revisión de placenta: normoinserta de 178 g y medidas 17x19 cm. Figura 1. Cerebro congestivo y edematoso. Meninges con abundante material purulento. r e v i s t a c o l o m b i a n a salud libre 36 Volumen 10 • Número 1 • enero - junio de 2015 embarazo, hallazgo incidental en la autopsia, haciendo que esta mujer sea parte de las es- tadísticas de morbilidad materna extrema de causas no obstetricias que representa aproxi- madamente 43% de todas las causas de muerte durante la gestación. Siempre se debe tener en cuenta en una pa- ciente en edad reproductiva la posibilidad de embarazo y esta se puede descartar en la anamnesis con preguntas tales como fecha de última menstruación y métodos de planifica- ción familiar; sin embargo, ante estados de conciencia comprometidos y sin otras fuentes de información o simplemente ante descono- cimiento de la misma paciente de su estado, existen signos en el examen físico que ayudan a sospechar la probabilidad de embarazo, entre los cuales se cuenta el aumento y crecimiento uterino, hiperpigmentación de la línea media o alba, cambios en la consistencia y el color del cérvix (signos de noble-budin, singo de Godell) y cambios de la conformación del segmento uterino el cual se vuelve más elástico asimétrico en el área de implantación (signo de Hegar y signo de piskacek)10. En cuanto a la meningitis, causa del falleci- miento de la paciente revelado en la autopsia, se conoce que la patogénesis de la meningitis bacteriana comienza con la colonización de la mucosa de la nasofaringe o una infección bac- teriana sistémica. Existen diferentes rutas por las que las bacterias pueden diseminarse ya sea por vía hematógena, abriéndose paso por la barrera hemato-encefálica y así infectando las meninges o por extensión directa, a través de las venas emisarias por una infección que se encuentre cerca al espacio subaracnoideo, sinusitis, otitis media y mastoiditis; por úl- timo, la bacteria puede introducirse a través de una infección nosocomial después de un procedimiento neuroquirúrgico o una heri- da penetrante en la cabeza. Una vez pasada la barrera hemato-encefálica las bacterias proliferan porque el líquido cefalorraquídeo contiene bajos niveles de inmunoglobulinas y complemento que son fundamentales para combatir una invasión, lo que desencadena una mala opsonización y fagocitosis6. Todo esto resulta en una cascada inflamatoria que aumenta la permeabilidad capilar causando edema vasogénico; la descomposición de los productos bacterianos puede conducir a le- siones neuronales que producen hidrocefalia, vasculitis, formación de abscesos y/o aumento de la presión intracraneal e isquemia. Su presentación clínica puede variar de una progresión insidiosa que cursa de 3 a 5 días de malestar, fiebre, irritabilidad o vómito, a un curso fulminante. La tríada clásica de la meningitis bacteriana consiste en fiebre, rigidez de cuello y alteración del estado mental; la ce- falea es otro síntoma común. También pueden incluir afasia, letargo, malestar, vómitos, déficit neurológico focal, ataxia y convulsiones7. Solo mediante punción lumbar se puede confirmar el diagnóstico y el agente infeccioso; en este caso no se contó con tal examen. Como único hallazgo paraclínico relevante, el TAC de la paciente mostraba secreciones en cavidades paranasales por proceso inflama- torio crónico que junto con los hallazgos en la autopsia de absceso cerebral muestran que la vía de entrada de la infección fue respiratoria desde los senos paranasales. Un simple des- cuido en la realización y en llevar un orden de buena anamnesis y examen físico puede hacer la diferencia en la prevención de algo tan ca- tastrófico como una muerte materna. ¿Es posible no dejarse llevar por los sesgos del automatismo, mecanicismo y emotividad? La respuesta es sí, es difícil pero no imposible minimizarlos en la práctica cotidiana médica. Conclusiones La práctica médica debe considerar al pacien- te como un ser integral, es decir, no limitar el examen físico al síntoma primario. Con toda paciente en edad reproductiva siempre se debe r e v i s t a c o l o m b i a n a salud libre 37 El error médico como causa de mortalidad materna. Orjuela LF , et al. 2015; 10 (1): 32-7 indagar, sospechar y descartar la posibilidad de embarazo, sin importar el estado de conciencia o la pobre información. Entre las etiologías más comunes de síndrome convulsivo de causa infecciosa en edades entre 30 y 40 años, es la meningitis cuyo agente en 60% de los casos es el S. pneumoniae. Una de las vías más frecuentes para desarrollar meningitis bacteriana es la vía respiratoria; infecciones como sinusitis, otitis media o mastoiditis deben ser inda- gadas ante la sospecha diagnóstica de meningitis. La sociedad debe reconocer y aceptar que los médicos son humanos, que pueden ser presa de distracciones y descuidos y que la práctica mé- dica no se puede concebir como una actividad técnica. Se deben tener mecanismos individua- les y organizacionales para que la incidencia del error médico disminuya. Es importante rea- lizar una buena gestión del tiempo de consulta, el uso de protocolos, el acceso a información y la organización del trabajo de manera que se prevenga el estrés entre el personal. Agradecimientos A Alexandra Moreno, médica patóloga, Uni- versidad del Valle, quien aportó el caso clínico para su revisión y enfoque. Conflicto de interés Los autores no tienen conflictos de interés. Referencias 1. Lee TH. A broader concept of medical errors. N Engl J Med. 2002; 347: 1965-7. 2. Phua DH, Tan NC. Cognitive aspect of diagnostic errors. Ann Acad Med. (Singapore) 2013; 42 (1): 33-41. 3. Real Academia Nacional de Medicina. Diccionario de terminología médica. Madrid: Editorial Paname- ricana; 2012. 4. Shojania KG, Burton EC, McDonald KM, Goldman L. Change in rates of autopsy-detected diagnostic errors over time. JAMA. 2003; 289: 2894-96. 5. Instituto Nacional de Salud. Protocolo de vigilancia en salud pública. Meningitis bacteriana. versión 01 junio de 2014. Bogotá: Instituto Nacional de Salud; pp. 5. 6. Cho TA, Venna N. Management of acute, recurrent, and chronic meningitides in adults. Neurol Clin. 2010; 28: 1061-88. 7. VanDemark M. Acute bacterial meningitis current review and treatment update. Crit Care Nurs Clin Nort Am. 2013; 25: 351-61 8. Weingart SN, Wilsn RM, Gibberd RW, Harrison B.Epidemiology of medical error. BMJ. 2000; 320: 774-7. 9. Wachter RM, Shojania KG, Sanjaiy S, Marcowitz AJ, Smith M. Learning from our mistakes: Quality grand rounds, a new case based series on medical errors and patient safety. Ann Intern Med. 2002; 136: 850-2. 10. Londoño JG. Control prenatal de la gestante de alto riesgo. XX Curso de Actualización en Ginecología y Obstetricia, Medellín, Universidad de Antioquia, febrero 2012; p. 51. View publication stats https://www.researchgate.net/publication/282853029
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