Logo Studenta

cg_V_17

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

ASTROLOGIA Y SUEÑO EN EL PERSILES1 
Valentín Corees Pando 2 
Universidad Autónoma de Madrid 
L-INTRODUCCIÓN 
Este trabajo se enmarca en un programa de investigación que 
tiene como finalidad establecer los nexos entre la cultura españo­
la y el psicoanálisis. En el conjunto de las diferentes vertientes 
que presenta esta tarea, una de ellas aparece como importante y 
sugestiva: la relación de Freud con la obra Cervantina. Es sobra­
damente conocido, aunque rara vez se transciende la mera anéc­
dota, que Freud, durante su adolescencia, se carteó con un com­
pañero de Instituto, Silberstein, utilizando ambos los seudónimos 
de Cipión y Berganza, protagonistas del "Coloquio de los Perros". 
Al parecer, y así suele presentarse en los mitos históricos de la 
disciplina psicoanalítica, Freud poseía algo más que elementales 
conocimientos de la lengua castellana -Cervantina como alguna 
vez escribió- que le permitía adentrarse en la obra del autor del 
Quijote. No es mi propósito, en esta ocasión, fundamentar y de­
tallar lo ajustado de esta afirmación; por el contrario, me confor­
mo con sostener que el texto cervantino es -y así hubiera sido 
para Freud- una fuente inagotable para los estudios psicoana-
líticos, ya que en todos ellos pueden encontrarse temas -delirios, 
celos, incestos, etc- que permiten ilustrar las hipótesis freudianas. 
El discurso de Cervantes, si consideramos como tal el conjun­
to de su obra, presenta unas características que le hacen propicio 
a diversos tipos de interpretación. Remitir a Cervantes a un 
simple papel de narrador naturalista, como pretende en cierta 
medida la crítica de fines del Siglo XLX, es mutilar severamente 
la riqueza de su aportación literaria. Es verdad que la obra de 
Cervantes se encuentra repleta de situaciones que reflejan fiel­
mente las Españas del Siglo de Oro; pero también lo es, que estos 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
fragmentos se engloban en un conjunto, de sorprendente densidad 
y de gran riqueza simbólica, que permite a este plano primero de 
lectora, denotativo, poder ser connotado, en busca de signifi­
caciones. En este sentido, como señala algún crítico (MARÍAS J, 
1975, 9-24), es difícil situar generacionalmente a Cervantes, no 
solo por su azarosa vida, sino también por la insaciable curio­
sidad, que le coloca de lleno en el perfil de un intelectual rena­
centista. Este aspecto cervantino, le sirve de base, -y su libro 
postumo "Los trabajos de Persiles y Sigismunda", es un ejemplo-
para un complemento barroco que enriquece notablemente su 
texto literario.(CASALDUERO, J.,1975). 
Por todo ello, no debe extrañar que podamos encontrar en la 
obra de Cervantes multitud de aspectos culturales y sociales, tra­
tados de singular manera, que aluden directamente a los temas y 
preocupaciones de nuestro días, y probablemente sea el "Persiles" 
el libro más adecuado para realizar una investigación como la que 
proponemos. Esta afirmación no excluye -ya lo hemos señalado 
al considerar el texto cervantino como un todo- la capacidad de 
enriquecimiento de nuestra mirada, al dirigirla a otras obras. 
Simplemente sostenemos la afirmación que el "Persiles" -fre­
cuentemente visualizado a la sombra del Quijote-, es algo más, 
que la obra de un autor envejecido, como sostiene Menéndez 
Pelayo, en alguna ocasión. Por el contrario, en nuestra opinión, 
este libro postumo de Cervantes, -elaborado al parecer en dos 
épocas cercanas de su vida-, es un texto privilegiado para analizar 
el ideario cervantino, y los aspectos esenciales de su saber rena­
centista. 
Los sueños, su interpretación, -esa posibilidad de vía regia 
hacia el inconsciente, como señala Freud-, son un componente 
determinante de nuestra cultora. Desde los griegos a la Ilustra­
ción, la actividad onírica está presente como indicador privile­
giado de ese trasfondo oscuro de nuestra existencia. Remitido a la 
metafísica, a la fisiología o al inconsciente, el sueño es parte 
integrante del quehacer cultural, y presente en cualquier obra que 
se pretenda de un carácter universal, y Cervantes, en este caso, no 
es una excepción sino un ejemplo. Es necesario sin embargo, 
hacer la salvedad que el sueño cervantino, no podía ser de otra 
manera, está ligado a la astrología, sometido a ella, es decir al 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
curso y avatares de los cielos, y no alcanza a manumitirse y 
situarse como instancia propia. Esta tarea, revolucionaria, desde 
el punto de vista de la ciencia, la cumple Freud, al establecer al 
sujeto de la nueva disciplina como sujeto del inconsciente. 
En esta ponencia, vamos a abordar la Astrologia y el Sueño 
en el Persiles; la relación y desarrollo entre estos dos elementos, 
las opiniones de Cervantes sobre diversos aspectos que configu­
ran estas cuestiones, y más allá de las opiniones teóricas, la for­
ma de actuar de un astrólogo privilegiado, el Príncipe Mauricio. 
Sin embargo, para entender con cierta profundidad estas cuestio­
nes, es obligado remitirse a algunos elementos previos, que bási­
camente se articulan en torno a las características del Renaci­
miento y al estado de la astrologia española, en este período. 
2.- EL SUJETO EN EL RENACIMIENTO. 
Transcendiendo los datos convencionales -por ejemplo, fijar 
su inicio en la caída de Constantinopla-, es obligado destacar 
algunas líneas de fuerza que configuran el escenario renacentista; 
de tal manera, que nos ayuden a entender el lugar que la astro-
logia tiene en este período. No se trata, es un tanto ocioso 
advertirlo, de definir todos y cada uno de los elementos que dibu­
jan esta época; simplemente nos proponemos rescatar aquellos 
que inciden directamente sobre la cuestión que nos ocupa. 
En primer lugar, el Renacimiento debe entenderse como una 
etapa fundamental, pero ensamblada a otros períodos, de un largo 
camino que conduce a la actual modernidad. Así, Renacimiento, 
Barroco, Ilustración y Positivismo, son antesalas obligadas de 
nuestra época, y si bien tienen aspectos diferenciales propios, que 
les confieren contornos definidos, presentan elementos en estado 
embrionario de etapas sucesivas. Es precisamente este último as­
pecto el que nos interesa destacar; de tal manera, que una lectura 
con perspectiva histórica, realizada desde la altura de nuestro 
tiempo, puede ayudarnos a reconocer el camino recorrido, vis­
lumbrar las dificultades y limitaciones y, sobre todo, identificar 
aquellos aspectos que anuncian posteriores desarrollos. En la obra 
cervantina vamos a encontrar numerosos pasajes, en mayor o 
menor grado de evolución, que precisan ser rescatados, y a buen 
seguro lo habrían sido si la mirada analítica de Freud se hubiera 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
posado sobre ellos. Piénsese, simplemente a modo de ejemplo, en 
las aperturas simbólicas al inconsciente, a los infiernos de la 
condición humana, que están presentes a lo largo del Persiles. El 
texto se inicia con el rotundo simbolismo que tienen estas pala­
bras: "Voces daba el bárbaro Corsicurvo a la estrecha boca de 
una profunda mazmorra, antes sepultura que prisión de muchos 
cuerpos vivos que en ella estaban sepultados. Y aunque su 
temblé y espantoso estruendo cerca y lejos se escuchaba..." 
(PERSILES,I, 1,51). Parece que al dar a la vida literaria, al 
peregrinaje vital y psicológico, a Periandro y a Auristela, el autor 
los extrae del fondo de un inconsciente, de un tiempo inmemorial, 
que late vivo en toda la novela; proyectándose en significativos 
pasajes, que algún día convendrá estudiar desde la perspectiva 
psicoanalítica. Por el momento basta señalar, que la cosmología 
renacentista, por decirlo así, la articulación del cielo y la tierra, se 
complementan en la obra cervantina con incipientes y fragmen­
tarias incursiones en el inconsciente; connotadas fácilmente de la 
literalidad textual, y que nos introducenal subsuelo del individuo 
del Siglo de Oro. 
La segunda característica, se apoya en la noción de Rena­
cimiento; rompiéndose la creencia, a mi juicio un tanto ingenua, 
que se renace al saber pagano del mundo griego y romano. Por el 
contrario, el Renacimiento, como señalan algunos autores (ABE-
LLAN J. L. 1982), tiene una significación cristiana; es por lo 
tanto un renacer que quiere decir también ordenar teorías y creen­
cias. Ordenamiento difícil, en la medida que exige una cierta 
holgura en el momento de articulación de los saberes, pero que no 
puede permitir una independencia absoluta del pensar, una secu­
larización total de la vida, incluso de la ciencia. El saber rena­
centista es cosmológico, global y universal; después del principio 
de la creación, la naturaleza se ordena en una armonía, que, si 
bien en forma de naturaleza segunda, permite una cierta auto­
nomía de la ciencia; pero esta remite al horizonte divino. Esta 
independencia relativa de las disciplinas científicas, las condena, 
en su objeto y lenguaje formal, a un destino de unificación. Esto 
supone, que el lenguaje del cielo, la sintaxis astrológica, se inter­
cambia con el lenguaje de la metafísica, la filosofía y por su­
puesto de la medicina. (RICO, F.1986). En términos más con-
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
cretos, es difícil pensar un destino propio del sueño, una ciencia 
particular de lo onírico, liberada de categorías procedentes de 
otras disciplinas. En consecuencia existe un nexo profundo entre 
el sueño, su significación y la configuración de las estrellas. 
Es fácil comprender el tercer elemento que configura este 
escenario renacentista: la categoría de sujeto unificado. Al pensa­
miento occidental le resulta difícil entender la significación y 
consecuencias que tiene para la ciencia la etapa de la Ilustración. 
La consolidación y robustecimiento de los saberes en el período 
de las Luces, obliga a detallar, como parte de su desarrollo 
científico, su propio objeto de conocimiento; es decir cada disci­
plina particular, a partir de este momento, muestra límites 
precisos y constituye su propio sujeto. Por lo tanto hoy se puede 
hablar, es obligado, de un sujeto de la antropología, de un sujeto 
de la sociología, y por supuesto, por ejemplo, de un sujeto del 
inconsciente, que es precisamente el campo que inaugura Freud 
con el Psicoanálisis. Se debe a la epistemología francesa de la 
década de los años sesenta, del Siglo XX, el haber rescatado esta 
categoría de fragmentación del saber moderno -"El hombre y sus 
dobles"-; imprescindible para simamos frente al conocimiento 
pretérito (FOUCAULT, M. 1968, 295-333). Este saber de la 
Ilustración, contrasta, con absoluta nitidez, con la unidad del 
conocimiento renacentista. El sujeto del saber del Renacimiento, 
el "Hombre", concentra, de una u otra manera, todas las disci­
plinas y es posiblemente el momento cenital de un pensamiento 
unificado que hace del intelectual un auténtico sabio. El saber del 
Renacimiento es un saber total, articulado y no yuxtapuesto, al 
cual no escapan los personajes que marcan las líneas de fractura 
de este propio período como Vesalio o Copémico. 
3.- LA ASTROLOGÍA EN LA ÉPOCA CERVANTINA 
La publicación en 1543 del libro "De revolutionibus orbium 
celestium", marca un punto decisivo en el desarrollo de las 
ciencias. Sin embargo, esta convención histórica requiere una 
profunda aclaración, capaz de explicar, no solo los avatares de la 
obra de Copémico, sino las dificultades del proceso de recepción 
y desarrollo de su sistema. Como es sabido, el modelo coper-
niquiano, de carácter heliocéntrico, supone un cambio radical al 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
geocentrismo que había impulsado desde el Siglo II de nuestra 
era, la obra de Ptolomeo. El texto de Copérnico, intrínsecamente 
ligado al uso de las mediciones matemáticas, que tienen como 
instrumento las Tablas Alfonsinas por él modificadas, significa 
el comienzo de la astronomía moderna y es, junto con las 
observaciones de Galileo, un revulsivo al pensamiento tradi­
cional. Es precisamente este carácter de radicalidad, el funda­
mento de la exigencia de complementar el análisis histórico con 
el epistemológico, en la medida que muchos años después de la 
publicación de la obra del astrónomo polaco, persiste en la 
astrología y la astronomía occidental el modelo de Ptolomeo. Las 
razones de esta situación -la vigencia de la astrología simbólica 
(sciencia iudiciorum stellarum) y el modelo de Ptolomeo- son 
complejas; pero, a nuestro juicio, dos aspectos son ineludibles 
para comprenderlas: los avatares de la publicación del libro de 
Copérnico y los problemas teológicos que plantea la propia 
astrología. En relación al primer aspecto, es decisivo recordar que 
Copérnico, después de sus estudios en la Universidad de Craco­
via, amplia sus conocimientos en la Italia Renacentista, principal­
mente en Bolonia, donde aparte de sus estudios de medicina y 
teología, se interesa activamente por la astronomía matemática. 
No obstante esta formación intelectual y esta dedicación, la obra 
coperniquiana no es abundante; incluso el decidirse a publicar su 
modelo y observaciones prácticas, se deben en gran medida, a la 
iniciativa y al impulso de su discípulo Rheticus. No sorprende 
que Copérnico, experto en Leyes Canónicas y en Teología, cali­
bre con exactitud la significación de su obra y crea conveniente 
enviársela, previamente a su publicación, a Osiander, teólogo 
protestante. Este es autor del famoso prólogo, origen de una 
notable y persistente confusión. Las teorías de Osiander, en el 
proemio del libro -trascendentales para entender el destino del 
pensamiento coperniquiano- se reducen a considerar disociados 
el modelo astronómico y las mediciones de los fenómenos 
celestes; en otras palabras, el modelo de Copérnico pasa a ser, 
según Osiander, uno más de los existentes en la época. Estos 
quiebros teóricos explican -distorsionando el conjunto del siste­
ma de Copérnico-, la tímida difusión de sus ideas, que son acep­
tadas solo en pequeños círculos, rechazándose en general su 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
hipótesis celeste, heliocéntrica, de forma frontal. Esta oposición, 
inicialmente muy fuerte en el mundo protestante, -sirva de 
ejemplo las críticas de Cal vino y Lutero-, no se consolida como 
doctrina oficial en el mundo católico hasta el proceso de Galileo; 
de tal forma, que es en el año 1516 cuando se prohibe su estudio 
en las Universidades. 
En España, teniendo en cuenta este horizonte general, la 
situación no es muy diferente. La astrología y astronomía espa­
ñolas de gran riqueza conceptual -basta pensar en los autores 
árabes, en el hebreo Abrahan Zacuto y en la familia Salaya- se 
incorpora progresivamente a las corrientes europeas; contribu­
yendo a ello los estadios en las Universidades Francesas e Italia­
nas de algunas figuras significativas. Este avance se apoya decisi­
vamente en la potenciación, cada vez con mayor intensidad, de 
las cátedras de astrología en algunas Universidades como Valen­
cia y Salamanca. Es precisamente la Universidad de Salamanca, 
el centro principal desde el que se imparten los estadios astro­
lógicos que tienen un fuerte carácter matemático y geográfico, 
pero sin renunciar al aspecto judicatario. Hay que recordar, como 
lo hace Cervantes en el Quijote, que es de Salamanca de donde 
llega a los riscos manchegos el pastor poeta Crisóstomo, ducho 
en la ciencia astrológica, y que tan trágico final tiene: el suicidio 
por el amor de la rica Marcela. 
Hoy, gracias a la investigación de historiadores como Bustos 
Tovar y Fernández Alvarez, tenemos un conocimiento adecuado 
a la realidad de los estadios salmantinos en la época cervantina. 
En la reforma de 1581 -iniciada por Diego de Covarrubias, a 
petición de Felipe II, y que se plasmaen nuevos estatutos y 
planes de estadios- la astrología, gracias a los esfuerzos de Juan y 
Hernando de Aguilera, tiene un papel predominante. Es evidente 
que esta importancia de la astrología en la vida universitaria 
salmantina, no alcanza la de las cátedras de Cánones y Teología, 
pero su presencia es pujante en la vida Universitaria. De tal ma­
nera esto es así, que en el estatuto de 1582, la enseñanza de la 
astrología se resuelve en un Plan de Estadios de tres años lecti­
vos, que queda expresado de la manera siguiente: 
"1. En la Cátedra de Astrología, el primer año se lea en los 
ocho meses Esphera y Theóricas de planetas, y unas Tablas; en 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
la sustitución, Astrolabio. 2. El segundo año, seys libros de 
Euclides y Arithmética, hasta las raizes cuadradas y cúbicas, y el 
Almagesto de Ptolomeo, o su Epítome de Monte Regio, o Geber, 
o Copernico, al voto de los oyentes; en la sustitución, la Esphera. 
3. El tercer año, Cosmographia, o Geografía, vn introductorio de 
Iudiciaria y Perspectiua, o un instrumento al voto de los oyentes; 
en la sustitución lo que paresciere al cathedrático comunicado 
con el Rector". (BUSTOS TOVAR, E. DE, 1973; 243-244). 
Esta presencia de Copernico en la enseñanza universitaria, no 
debe inducirnos a confusión. El astrónomo polaco, sus teorías 
heliocéntricas y sus mediciones, comparten interés expositivo con 
la obra Ptolomeica y con autores de rancio sabor geocentrista 
como Sacrobosco. 
En cualquier caso, y más allá de las ideas coperniquianas, la 
astrologia judiciaria goza en el Siglo de Oro de una extraordinaria 
salud. Su aplicación práctica en la agricultura, la medicina y la 
navegación implica un robusto substrato teórico y el manejo de 
unos conceptos -que como veremos Cervantes explícita en el 
Quijote- basados en realidades pretendidamente científicas, pero 
puestas al servicio de una comprensión global de la realidad. La 
Inquisición es vigilante, en la medida que se afecta a la totalidad 
del sistema de conocimiento, y en sus archivos se encuentran 
numerosas causas que aluden a los llamados "lunarios", o a las 
"natividades". Los primeros son una especie de almanaques, en 
los que figuran los días del año, fiestas, fenómenos celestes y 
aspectos prácticos de la influencia de los astros en las labores del 
campo y en el desarrollo de las enfermedades. La actuación de la 
Inquisición se orienta a evitar predicciones sociales o históricas, 
que se sustentan en un implícito mecanicismo determinista, en un 
fundamento filosófico de tipo "necesitarista" y que choca frontal-
mente contra la libertad. Igual ocurre en la "natividades", pare­
cidas a nuestros horóscopos, cuando albergan, y casi todas lo 
hacen, pronósticos deterministas opuestos al libre albedrío. La 
escasa cuantía de las penas, la profesión de los autores -médicos, 
boticarios, etc.- sugieren la existencia de un precario equilibrio 
entre la necesidad social de la práctica astrológica y el peligro, 
como agente perturbador, de los fundamentos teológicos. 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
Cervantes, siempre atento a la realidad y saber popular, fun­
damenta sus conocimientos astrológicos en lecturas, discusiones 
con compañeros, en su viaje a Italia y en su rica experiencia en 
navegación. No es muy abundante la bibliografía sobre las lectu­
ras cervantinas; si bien existen algunos trabajos notables, desde 
acercamientos diversos al tema (COTARELO VALLEDOR, A. 
1943; FERNÁNDEZ, ALVAREZ, M. 1974), no dejan de ser 
generales y basados en identificar los principales autores de la 
época. Puede considerarse a Juan de Sacrobosco -con su com­
pendio "La Esfera Mundi", traducido por varios autores al caste­
llano-, como el autor de mayor influencia durante el período de la 
vida cervantina; no solo en el ámbito de la Universidad, donde es 
lectura obligada en Salamanca, sino también presente en los me­
dios culturales de la época. Debemos recordar que Sacrobosco 
basa su modelo en un radical geocentrismo. Sin embargo, son 
probablemente Pedro Apiano y Jerónimo Cortés, los autores más 
cercanos, tanto a las capas cultas como a las populares, al 
presentar los temas astrológicos de forma más acorde con las 
aplicaciones prácticas. El primero de ellos, Pedro Apiano, astró­
logo de Carlos V, autor de la "Cosmographía", es traducido en 
varias ocasiones; destacando, en relación a la posible influencia 
en Cervantes, la edición de 1575. La difusión de la obra de 
Apiano, es importante; sabemos que la Universidad de Salamanca 
poseía seis volúmenes en su pequeña biblioteca. En concreto, la 
edición citada de 1575 viene precedida de un prólogo del tra­
ductor; en él se resalta su utilidad del libro, para aquellos que "se 
rigen por las estrellas". La obra estudia, aparte de los hechos 
astronómicos propiamente dichos, los paralelos, los meridianos y 
las diferencias de longitud y latitud (FERNÁNDEZ ALVAREZ, 
M. 1974, 24). Recuérdese que estos temas están presentes, en 
forma de catálogo, en el fragmento astrológico del Quijote al que 
nos referimos más adelante y son nociones fundamentales de la 
práctica de esos años. El otro personaje es el valenciano Jerónimo 
Cortés, autor de diversos libros de divulgación, entre ellos un 
"Lunario y pronóstico perpetuo", que presenta los fenómenos 
celestes y su proyección en años futuros de forma sencilla y con 
aplicaciones a la agricultura, medicina y navegación. Este trabajo 
de Cortés, es libro de faltriquera de muchos españoles durante el 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
Siglo de Oro y tan enraizado está en la práctica y el saber 
popular, que continúa editándose hasta el Siglo XIX. 
4.- ASTROLOGÍA Y SUEÑO EN CERVANTES. 
Al volver la mirada sobre la astrología y el sueño en la obra 
de Cenantes , es obligado comenzar determinando su posición 
explícita ante estas materias. En relación a la astrología, son 
ilustrativas dos escenas: la que describe el entierro de Crisóstomo 
y aquella otra en que Don Quijote y Sancho llegan a la ribera del 
Ebro. Crisóstomo hijo de padres ricos, y oficiando de pastor, le 
presenta Cervantes de la siguiente manera: "Estudiante durante 
muchos años en Salamanca, al cabo de los cuales había vuelto a 
su lugar, con opinión de muy sabio y muy leído" (QUIJOTE, I, 
XII, 120). Los conocimientos de Crisóstomo, que le hacen sabio 
en el imaginario popular de su entorno, los desgrana Cervantes a 
lo largo del texto, siendo un momento privilegiado el diálogo 
entre el cabrero Pedro y Don Quijote. Señala Pedro: 
"Principalmente, decían que sabía la ciencia de las estrellas, 
y de lo que pasan allá en el cielo, el sol y la luna, porque pun-
tualmente nos decía el cris del sol y de la luna. 
-Eclipse se llama, amigo, que no cris, el oscurecer esos dos 
luminares mayores -dijo don Quijote". Prosigue Pedro:"-Asi 
mesmo adevinaba cuando había de ser el año abundante o estil. 
-Estéril queréis decir, amigo -dijo don Quijote. 
-Estéril o éstil -respondió Pedro-, todo se sale allá. (...) Esa 
ciencia se llama astrología, dijo don Quijote" (QUIJOTE I, XII, 
120,121). 
Crisóstomo, pues, es astrónomo y astrólogo, útil a la socie­
dad, a una clase determinada, que obtiene pingües beneficios, 
según el texto cervantino, con la aplicación técnica de la astro­
logía a la agricultura. Esta aplicación y sus frutos le bastan a 
Pedro, mientras D. Quijote, con más altos vuelos intelectuales, 
introduce o deja entrever, los aspectos teóricos del problema y el 
vocabulario científico que lo sustenta. 
En el otro pasaje -cuanto D. Quijote y Sancho llegan a la 
ribera del Ebro y se suben al "barco encantado"- vuelve a 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
referirse Cervantes a este tipo de temas y de nuevo se plantea la 
disociación entre lo culto y lo popular. Sostiene D. Quijote, apesar de las evidencias, que ya han recorrido un largo camino en 
la pequeña embarcación, y se lamenta de su frustración científica 
con estas palabras: "...si yo tuviera aquí un astrolabio con que 
tomar la altura del polo, yo te dijera las que hemos caminado; 
aunque, o yo se poco, o ya hemos pasado, o pasaremos presto, 
por la línea equinocial, que divide y corta los dos contrapuestos 
polos en igual distancia". Ante la insistencia y dudas de Sancho, 
sobre el camino recorrido, nuevamente don Quijote profundiza en 
su saber "-Mucho -replicó don Quijote-; porque de trescientos y 
sesenta grados que contiene el globo, de agua y de la tierra, 
segítn el cómputo de Ptolomeo, que fue el mayor cosmógrafo que 
se sabe, la mitad habremos caminado, llegando a ¡a línea que he 
dicho". Continua Sancho dudando de las formulaciones de su 
amo y éste, receloso a su vez de la facultades comprensivas del 
escudero, le remite a una prueba empírica: averiguar si tiene 
piojos en las manos, ya que éstos mueren al pasar la línea equi­
nocial. Este es el único saber práctico que el caballero deja a 
Sancho, porque detrás de la aplicación astrológica se encuentra 
un conjunto de conceptos geográficos y astronómicos de difícil 
adquisición: "... coluros, líneas, paralelos, zodiacos, cliticas, 
polos, solsticios, equinocios, planetas, signos, puntos , medidas, 
de que se compone ¡a esfera celeste y terrestre..." (QUIJOTE II, 
1982, 802-803) que constituyen materia de estudio en el aula 
universitaria. 
En relación al sueño -que tiene, en el mundo renacentista, 
una estrecha vinculación con la astrología- la opinión cervantina 
queda suficientemente explícita en el "Viaje del Parnaso" y en el 
propio "Persiles". Es, en el primero de estos textos, donde, en 
forma de verso, le dedica Cervantes un largo espacio a los "en­
sueños" o a los "sueños; que este nombre les dan los que del ha-
blar son dueños." Comienza por buscar las razones profundas del 
hecho onírico y establece una sencilla una clasificación: "De una 
de tres causas los ensueños Se causa,.../ Primera, de las cosas de 
que el hombre Trata más de ordinario;/ la segunda. Quiere la 
Medicina que se nombre Del humor que en nosotros más 
abunda;/ Toca en revelaciones la tercera..." La frecuencia de 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
estas tres causas, no se reparte por igual, y el autor nos advierte, 
en relación a la tercera: "Que en nuestro bien más que las dos 
redunda". Esta parte adivinatoria del sueño, es la que vincula su 
destino a la gramática celeste y, como veremos, constituye una 
pieza fundamental en la actuación del astrólogo Mauricio. 
En cuanto al "Persiles", en el capítulo XVIII, el propio Mau­
ricio explica a los concurrentes, los tipos y causas del soñar; en 
resumen, estas se limitan a "...que cuando no son revelaciones 
divinas o ilusiones del demonio, proceden, o de los muchos 
manjares que suben vapores al cerebro, con que turban el 
sentido común, o ya de aquello que el hombre trata más de día" 
(PERSILES,I,XVIII,136). Pero no todos los sueños, se ajustan, en 
Cervantes, al canon propuesto. Al igual que otros escritores 
-recuérdese a Quevedo en el episodio del "Alguacil Alguacilado"-
Cervantes recurre, con cierta ambigüedad, al llamado "sueño 
ficticio". Este es una técnica narrativa de cierta divulgación en el 
Siglo de Oro (AVILES, M, 1981,33-103) que permite emitir 
opiniones -elevando o desfigurando su nivel de realidad- sobre 
diversos aspectos de la vida social, incluidas las costumbres. De 
esta modalidad narrativa, nos ofrece Cervantes un ejemplo en el 
Capítulo XV del Libro II, en el que un sueño de Periandro alude a 
las relaciones y destino de las virtudes teológicas. 
La crítica no es muy generosa a la hora de investigar las in­
fluencias oníricas en la obra del autor del "Persiles". De hecho, si 
exceptuamos algún autor, (ROMERO MUÑOZ, C.2002, 249) no 
se suele trascender más allá de la constatación de los postalados 
platónicos y su presencia a la hora de explicar la naturaleza del 
sueño. Sin embargo, con todas las reservas posibles, creemos que 
de alguna manera Cervantes refleja la influencia de dos impor­
tantes autores en las ciencia oníricas: Artemidoro y Cardano que 
tuvieron una amplia difusión en el Siglo de Oro; articulando 
complejas teorías sobre los sueños y sentando las bases de la 
técnica adivinatoria de esta época. 
El primero es natural de Delfos, y recoge, en el Siglo II d .C , 
todo el saber sobre el sueño. De tal forma que confiere a su tra­
tado: "La interpretación de los sueños", un carácter enciclopédico 
y a sus contenidos una modernidad, que es ampliamente reco­
nocida por Freud. Es precisamente en el Renacimiento cuando 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
esta obra alcanza su proyección más universal; al tiempo que se 
recoge y consolida, su visión en torno a la naturaleza de los 
sueños. El Veneciano Cardenal Besarión y el florentino Lorenzo 
de Médicis, son las figuras que cumplen esta tarea de rescate; el 
primero lo hace en torno al año 1467 y el príncipe florentino, en 
1492. Así pues, en el contexto cultural del Renacimiento, se 
expande con rapidez la obra de Artemidoro: en 1518 se imprime 
por primera vez; traduciéndose al latín en 1539 y al italiano 1542. 
No se conoce una traducción española de esta época, si bien hay 
que señalar, como un dato importante, que la traducción italiana, 
realizada por Petro Lauro Modenese, está dedicada a Diego Hur­
tado de Mendoza, Embajador de España en Roma. (RUIZ GAR­
CÍA, E. 1989, 113*, 55). Conviene recordar que la obra poética 
de Hurtado de Mendoza contiene numerosas alusiones oníricas y 
que, en opinión de algún crítico (HERRERO GARCÍA, M. 1983, 
739-745), el pensamiento y léxico cervantino, concretamente los 
mencionados versos del "Viage del Parnaso", se acerca a dicho 
poeta . En mi opinión, algunos conceptos y características de la 
obra de Artemidoro, ayudan a comprender la forma y sentido que 
Cervantes da a los sueños. En principio debe quedar clara la 
división que hace el autor entre el "ensueño" y la "visión onírica". 
Utilizando sus propias palabras "La visión onírica se distingue 
del ensueño en que la primera, cuando se produce, es un indicio 
de lo que acontecerá, y el segundo de lo que existe en el 
presente" (ARTEMIDORO, 1989, I, 73). Por otra parte, una 
segunda división, establece la diferencia entre sueños directos y 
simbólicos. "Los directos son aquellos cuyos efectos se corres-
ponden con la imagen,..." (ARTEMIDORO 1989, I 75). Los 
simbólicos son los "... que indican unas cosas por medio de otras, 
ya que en ellos el alma expresa algo enigmático, en virtud de su 
propia naturaleza" (ARTEMIDORO, 1989,1 76). 
En relación a Cardano, conviene llamar la atención sobre 
algunos aspectos de su vida y obra, que le acercan notablemente, 
en el tiempo y en la sensibilidad, al espíritu cervantino. La vida 
de este médico renacentista italiano está llena de tragedia, que él 
reflejó en un libro, donde cuenta algunos episodios que le con­
movieron profundamente. Gerolano Cardano es, en cierta medida, 
una figura paradigmática del sabio renacentista: abierto a todos 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
los saberes, conceptualizándolos en un encuadre cosmológico, 
moviéndose incesantemente en busca de conocimientos y siempre 
en posición fronteriza con la ortodoxia eclesiástica. Nacido en 
1501 en Pavía, si bien su infancia tiene el sello milanés, y en esta 
ciudad y sus cercanías conoció las campañas de Carlos V. 
Matemático, geómetra y también médico y por supuesto astró­
logo, está en pleno ejercicio profesional en 1529 y tiene una 
incesante actividad, ampliando paulatinamente los círculos de su 
influencia: no solo las Universidades italianas, sino también París 
y Escocia. Esta pasión viajera y de estudio acompaña a su activi­
dad de escritor. En la décadade 1560 se establece en Italia, 
primero en Milán y luego en Bolonia, donde ejerce su profesión 
hacia 1570. Los problemas ideológicos y políticos le impulsan a 
marchar a Roma, donde fallece en 1576. Estos últimos años de su 
vida están en franca oposición al "Santo Oficio" que le abre 
diligencias y le prohibe escribir y publicar, sin que esta 
prohibición merme la popularidad de sus ideas. 
La clasificación de los sueños, como fundamento de demar­
cación de su capacidad predictiva, se organiza, según Cardano, 
alrededor de dos binomios: causas corpóreas e incorpóreas y cau­
sas nuevas y previamente existentes. Su combinación produce 
"cuatro géneros de sueños". Son causas nuevas y corpóreas, por 
ejemplo, las debidas a alimentos y bebidas. Corpóreas y existen­
tes con anterioridad son los humores como la bilis, negra y ama­
rilla y la sangre. Como causas incorpóreas ya presentes, señala 
Cardano, las preocupaciones, los pensamientos etc. A estos tres 
grupos debe añadirse un cuarto más problemático: debido a cau­
sas nuevas e incorpóreas, que "... están insinuadas en el alma 
por una causa superior. Pero deben aportarse pruebas de que 
existe este cuarto género" (CARDANO.G. 1999, 29). 
El gran interés de Cardano, al que dedica diversos razona­
mientos, radica en afirmar la llamada "causa eficiente de los 
sueños", una especie de patogenia, que actúa mediante un "movi-
miento moderado de los espíritus", que a su vez alteran y traen a 
la conciencia las ideas, más o menos deformadas. El tipo, 
intensidad de los sueños y otras características, se relacionan con 
los grados de este movimiento. Es importante destacar -por el 
relieve que cobra este tema en el "Persiles"- la relación entre los 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
"sueños de causa superior" y los movimientos celestes. En un 
párrafo sumamente ilustrativo conjuga el autor la armonía de la 
naturaleza, mostrándonos la identidad de los diversos espacios, 
interior y exterior al hombre, y la interrelación de las causas y 
efectos en ambos: "Esta alteración está de tal modo dispuesta 
que mueve en el alma, según este mismo orden, las especies 
adecuadas al efecto que se quiere crear, produciendo así una 
especie parecida a aquel efecto" (CARDANO 1999, 34). Las 
causas que favorecen un determinado sueño serán pues: La 
disposición, "propicia" o "diferente", de los astros, el carácter 
raro o común de las cosas a representar y las imágenes, en su 
cantidad y adecuación, que posee el soñador. El humanista ita­
liano nos advierte que cuando estas condiciones tengan una buena 
concordancia, surge en el soñante el "ídolo". En teoría el "ídolo", 
es el sueño perfecto, el ideal onírico; si bien el autor se ve 
obligado a realizar una serie de precisiones en las que conviene 
detenernos, en la medida que nos pueden ayudar a comprender 
algún sueño del "Persiles". En el Libro II dedica Cardano un 
capítulo entero a reflexionar sobre diversos aspectos de los "ído­
los", que "... muestran las cosas tal como son" (CARDANO, 
1999, 279). La primera cuestión radica en el origen de estos 
sueños, y más concretamente en dilucidar si son de naturaleza 
divina o diabólica. Basándose en consideraciones teológicas 
constata, Cardano, que este tipo de sueño se produce raramente y 
sin su perfección. Estos aspectos obligan a considerarlos entre­
mezclados con la visión onírica, y por lo tanto, a introducir el 
valor profético de esta última. De esto se deduce la necesidad de 
una técnica y una pericia interpretadora, que el autor reseña con 
detalle, comenzando por descomponer los sueños en elementos, y 
vinculándolos a la realidad o a la profecía. 
Dos historias en el libro primero del Persiles, nos introducen 
directamente en la problemática del sueño y su relación con otros 
fenómenos fantásticos, como la trasformación lúpica. La primera 
historia es la de Antonio Villaseñor -Antonio el Bárbaro en el 
resto de la novela-; la segunda, la del italiano Rutilio, que termina 
siendo ermitaño. No es este el momento de abordar importantes 
aspectos de estos problemas, como las influencias de Huarte de 
San Juan y Plinio. Nos limitaremos al análisis de la primera 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
historia, en la medida que ofrece elementos para visualizar, en lo 
concreto, la teoría del sueño en Cervantes. 
Antonio Villaseñor, natural de Quintanar de la Orden y de 
condición hijosdalgo, narra su historia. De famil ia medianamente 
acomodada y después de sentar plaza en los tercios de Italia, 
vuelve a su pueblo donde en "una rueda de caballeros", es 
ofendido, a su ju ic io, por uno de ellos que no se dirige a él con el 
debido respeto, y que señala dudas sobre su condición social. 
Para reparar su honor y aliviar su humil lación, acuchilla a su 
oponente. Marcha, huido de la justicia y de la vergüenza social, 
de nuevo, fuera de España. Después de diversos avatares, es 
arrojado al mar, en una pequeña embarcación. Aquí empieza la 
verdadera odisea de Antonio, su evolución interior, la búsqueda 
de sus fundamentos como persona. La culpa es el elemento que 
desencadena la tempestad interna, que modif ica al naufrago. En 
medio del mar, sometido a los elementos de la naturaleza, Anto-
nio nos cuenta: "Reiteré plegarias, añadí promesas, aumenté las 
aguas del mar con las que derramaba de mis ojos, no de temor 
de la muerte, que tan cercana se me mostraba, sino por el de la 
pena, que mis malas obras merecían". (PERSILES, 1970, 76). 
Precisamente la escena cumbre de este arrepentimiento, viene 
precedida por un período de calma, en el que Antonio se tiende 
en la barca, que le acoge protectoramente, y "... sobrevino un 
sueño tan pesado, que, bollándome de los sentidos el senti-
miento, me quedé dormido -tales son las fuerzas de lo que pide y 
ha menester nuestra naturaleza-; pero allá en el sueño me 
representaba la imaginación mil géneros de muertes espantosas, 
pero todas en el agua, y en algunas dellas me parecía que me 
comían lobos y despedazaban fieras, de modo que, dormido y 
despierto, era una muerte dilatada mi vida" (PERSILES, 1970, 
76) . Esta tempestad interna, que emerge de la vida desgarrada, es 
el preludio del arrepentimiento, y de las producciones de su in-
consciente. En definitiva, el naufrago vive una noche oscura del 
alma, torturado por la culpa; paso previo a un reino de la gracia, 
en el que alcanza la verdadera humanidad y que tardará todavía 
por venir. Así es, en la medida que Antonio busca refugio al pie 
de una peña, en una isla habitada por lobos, que al anochecer 
coronando su cima, amenazan la frágil estabilidad del naufrago. 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
En un momento dado, "...uno de ellos -como es la verdad- me 
dijo en voz clara y distinta, y en mi propia lengua: Español, hazte 
a lo largo, y busca en otra parte tu ventura, sino quieres en esta 
morir hecho pedazos por nuestras uñas y dientes; y no preguntes 
quien es el que esto te dice, sino da gracias al cielo de que has 
hallado piedad entre las mismas /?eras ".(PERSILES, 1970, 77). 
El sueño y la visión de Antonio Villaseñor evocan aquella 
pieza onírica del llamado "Hombre de los Lobos", que tantos 
años ocupó a Freud para su desciframiento. (FREUD, S. 1918). 
El paciente del fundador del Psicoanálisis, sueña que se abre la 
ventana de la habitación, con un golpe seco, y contempla con 
horror, a seis o siete lobos, estáticos, sobre las ramas de un árbol. 
Al detallar la interpretación del sueño, Freud remite a la escena 
primaria y a la identificación del paciente con los progenitores. 
No se trata aquí de interpretar el sueño de Villaseñor, pero no es 
ocioso recordar, a modo de apunte, algunos elementos de las 
ciencias oníricas de la época. Artemidoro y Cardano estudian este 
tipo de sueños. Para el primero, y retomado también por el sabio 
italiano (CARDANO, G,1999, 126), la imagen del loboremite a 
lo numérico, por ejemplo al paso del tiempo; pero también a la 
hostilidad y a la identificación con figuras socialmente signi­
ficativas, como el caso del principe. Asimismo, alude este tipo de 
sueños a la simbología femenina de la loba, que tanto trata Cer­
vantes en otros capítulos del Persiles, fundamentalmente en el 
caso de Rutilio, y que extiende su simbolismo a la protección. 
Otro extremo sobre el cual conviene llamar la atención (CARDA-
NO, G. 1999,127-132), es la dialéctica que se establece en este 
tipo de estructuras oníricas, entre "naturaleza" y "comporta­
miento". Para la época, un elemento a destacar en la posible 
interpretación, es que la naturaleza salvaje del lobo contrasta con 
el comportamiento protector; este tipo de discordancias se pone 
de manifiesto al advertir a Villaseñor, en lengua materna, que se 
aleje del peligro. 
No quisiéramos terminar sin referirnos a un aspecto singular, 
presente en el "Persiles": la actuación astrológica del Principe 
Mauricio. Es sabido que Cervantes, al hacer un boceto de su 
futura novela, nos habla de este personaje en el tomo II del 
Quijote, concretamente en el episodio del Canónigo toledano, que 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
juzga los libros de caballería. Sin embargo, la presentación, en el 
capítulo X I del Libro I del "Persiles", es más explícita y matizada 
en palabras del propio Mauricio: "...He sido aficionado a la 
ciencia de la astrología judiciaria, en la cual he alcanzado 
famoso nombre" (PERSILES X I , 111). Y también, como comple-
mento ideológico no baladí, "Soy cristiano católico y no de aque-
llos que andan mendigando la fe verdadera entre opiniones" 
(PERSILES, X I , 111). Puede afirmarse que al contrario que otros 
personajes del "Persiles", Mauricio no se presenta con una 
experiencia vital que se desarrolle y le cambie a lo largo del 
relato. Su circunstancia personal se ciñe a la pérdida y recupe-
ración de su hija Transita. Sin embargo, si Mauric io no está 
presente vitalmente, lo está en cambio profesionalmente, en su 
condición de astrólogo. Para Mauricio, los estudios astrológicos: 
"... cumplen el natural deseo que todos los hombres tienen, no 
solo de saber todo lo pasado y presente, sino lo porvenir". 
(PERSILES, X I , 115). La uti l idad de la astrología, su aplicación 
práctica, la verifica Mauricio en sí mismo, en la necesidad de 
recuperar a su hija: "Viéndote, pues, perdida, noté al punto, 
observé los astros, miré el aspecto de los planetas, señalé los 
sitios y casas necesarias para que respondiese mi trabajo a mi 
deseo..." (PERSILES X I , 116). Igualmente, es interesante señalar 
el estatuto que, en boca de Mauric io, confiere Cervantes a la 
astrología, y la diferencia que establece entre una disciplina y 
aplicación práctica: porque ninguna ciencia, en cuanto a 
ciencia, engaña: el engaño está en quien no la sabe, principal-
mente la del astrología, por la velocidad de los cielos, que se 
lleva tras sí todas las estrellas, las cuales no influyen en este 
lugar lo que en aquél, ni en aquél lo que en éste..." (PERSILES, 
X I , 116). 
A lo largo del Capítulo X V I I I , Cervantes nos muestra una 
actuación práctica de Mauric io, una forma de entender la 
astrología. Los peregrinos deciden abandonar la isla. Previa-
mente, el astrólogo levanta la consiguiente "figura judicataria"; 
es decir, interpreta la correlación entre planetas, estrellas y las 
correspondientes casas. Sin embargo algún riesgo se detecta, sin 
saber muy bien su origen y confundiendo a Mauricio. El peligro 
"...no había de suceder, si sucediese, por borrasca ni tormenta 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
del mar ni de tierra, sino por una traición mezclada y aún 
forjada del todo de deshonestos y lascivos deseos" (PERSILES, I, 
XVIII, 129). La confusión de Mauricio se contagia al resto de la 
tripulación. Angustiados, acuerdan "... pedir y rogar a Mauricio 
mirase muy bien de qué parte les podía venir el daño que les 
amenazaba" (PERSILES I, XVIII, 129). Sin embargo, el astró­
logo, sintiéndose incapaz de acudir de nuevo a la ciencia y per­
sistiendo en la certeza del peligro, pone su esperanza en los cielos 
y en la voluntad divina y se hacen a la mar. 
La profesionalidad de Mauricio le obliga a buscar con más 
ahínco la verdad, y de nuevo, ya en alta mar, se apoya en la 
ciencia astrológica, como confirma Cervantes en este párrafo: 
"Puso los ojos en el cielo Mauricio, y de nuevo tornó a mirar en 
su imaginación las señales de la figura que había levantado, y de 
nuevo confirmó el peligro que les amenazaba, pero nunca supo 
atinar de qué parte les vendría" (PERSILES, I, XVIII, 131). La 
confusión de Mauricio es evidente, al fallar la astrologia y al 
persistir el sentimiento del peligro, se queda desarmado ante lo 
desconocido. En su auxilio, aunque todavía no podrá ser utilizado 
para la explicación de lo que puede ocurrir, vendrá un nuevo 
elemento: lo que podríamos llamar un "sueño profético". No 
debemos olvidar que CARDANO relacionaba este tipo de sueños 
con la astrologia, al tiempo que señala que : "... no hay mejor 
intérprete que el soñador mismo, si domina el arte". (CARDA-
NO, 1999,35). El sueño que viene en auxilio de Mauricio es 
anticipado, por Cervantes, de la siguiente manera: "Con esta con-
fusión y sobresalto se quedó dormido encima de la cubierta de la 
nave, y de allí a poco, despertó despavorido diciendo a grandes 
voces: ¡Traición, traición, traición! ¡Despierta, principe Arnal-
do, que los tuyos nos matan!" (PERSILES I,XVIII, 131. Nueva­
mente la confusión se apodera de la tripulación y se dirigen a 
Mauricio, que detenta el saber de la ciencia, y le piden que de una 
solución. La perplejidad del astrólogo es evidente y como recurso 
solicita que se inspeccione la nave; aunque no se refleja anomalía 
alguna, todo está acorde con la bonanza del tiempo y queda 
flotando en el aire la preocupación del astrólogo. Este, despro­
visto de una explicación lógica a la visión onírica que provocó 
esos sentimientos de terror, recurre a la subjetividad y acepta la 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
disociación entre lo correcto, mostrado por la astrología, y lo 
sentido por él como consecuencia del sueño, en otras palabras, los 
astros, que indican ventura, y los sueños, que reflejan pavor, no 
coinciden. ¿Falla la astrología?, Cervantes nos advierte que no, y 
remite el problema al intérprete: "Así debe de ser-dijo Mauricio, 
sino que yo, como viejo, en quien el temor tiene su asiento de 
ordinario, hasta los sueños me espantan, y plega a Dios que este 
mi sueño lo sea, que yo me holgaría de parecer viejo temeroso 
antes que verdadero judiciario" (PERSILES I, XVIII,131,132). 
Si nos detenemos en el sueño -que se opone al pronóstico 
favorable de la astrología-, Mauricio lo relata de la siguiente 
manera: "...un gran palacio de madera, donde estábamos todos 
los que aquí vamos, llovían rayos del cielo que le abrían todo, y 
por las bocas que hacían, descargaban las nubes, no sólo el mar, 
sino mil mares de agua; de tal manera que creyendo que me iba 
anegando, comencé a dar voces y a hacer los mismos ademanes 
que suele hacer el que se anega;..." (PERSLLES I,XVIII,137). 
Queda, pues, por solventar, la relación lógica entre sueño y 
astrología, y Mauricio lo resuelve con estas palabras: "Y como se 
que no hay más cierta astrología que la prudencia, de quien 
nacen los acertados discursos, ¿qué, mucho que, yendo 
navegando en un navio de madera, tema rayos del cielo, nubes 
del aire y agua de la mar?. Pero lo que más me confunde y 
suspende es que, si algún daño nos amenaza, no ha de ser de 
ningún elemento que destinada y precisamente se disponga a 
ello, sino de una traición, forjada, como ya otra vez he dicho, en 
algunos lascivos pechos" (PERSLLES I,XVIII,137). Nuevamente 
la calma se restablece entre los tripulantes pero,nuevamente, 
vuelve Mauricio a angustiarse "¡Sin duda nos anegamos! 
¡Anegámonos sin duda!" (PERSILES I, XVIII,138). El pánico se 
apodera una vez mas de la embarcación, y ahora se comprueba, 
por fin, el mal augurio de Mauricio y se hace realidad el sueño 
profético: "... un marinero despavorido, echando agua por la bo-
ca y por los ojos, diciendo con palabras turbadas y mal com-
puestas:.-Todo este navio se ha abierto por muchas partes, el 
mar se ha entrado en él, tan a rienda suelta, que presto le veréis 
sobre esta cubierta. Cada uno atienda a su salud y a la con-
servación de la vida" (PERSILES I, XIX, 138). El sueño se ha 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
cumplido casi literalmente; solo falta averiguar la razón del 
suceso, que no estaba en el destino de los astros, sino en el 
pecado del hombre. La respuesta nos la da Cervantes, por boca de 
dos soldados que discuten y se hieren antes de subir a la barca. 
Uno apuñala a otro y el sobreviviente, al tiempo que se arroja al 
agua, proclama la razón del lamentable suceso. "... la verdad que 
te dice este traidor, que en tal punto es bien que la diga: yo y 
aquel a quien me viste pasar el pecho, por muchas partes 
abrimos y taladramos este navio, con intención de gozar de 
Auristelay de Transila". (PERSILES I, XIX, 139). Es decir, la 
lascibia de los soldados, uno de los pecados denunciados por 
Cervantes en el "Persiles", rompe el significado favorable de la 
gramática celeste. En otras palabras, desde el interior del hombre, 
desde la lógica de su deseo, se pretende atentar al orden general 
del Universo y la Astrología no puede cerrar este hiato que se 
establece entre micro y macro mundo. 
Pero Cervantes insiste en restituir el papel de la astrología 
como ciencia necesaria para la navegación y Mauricio es, una vez 
más, el encargado, con su actitud y palabras, de cumplir esta 
misión. El astrólogo, sin conocimientos náuticos, se queda al 
mando del esquife y suple sus insuficiencias en las artes de la 
navegación, dirigiendo la mirada a las estrellas "... algunas que 
por entre la escuridad se mostraban le daban indicio de venidera 
serenidad, pero no le mostraban en qué parte se hallaba" 
(PERSILES I, XIX, 140). Cuestión, esta última, que no intranqui­
liza al astrólogo, que confía en la bondad de su ciencia. Cervan­
tes, quiere dejar clara esta situación, la confianza en la astrología 
al afirmar: "Mauricio era el que mas confiaba de la salud de 
todos por haber hallado, como se ha dicho en la figura que como 
judiciario había levantado, que aquel suceso no amenazaba 
muerte, sino descomodidades casi mortales" (PERSILES I, XIX, 
140). Detrás quedan las dudas de algunos peregrinos, las refle­
xiones teóricas, y las vacilaciones de Mauricio; sin embargo, esto 
no impide que la astrología juegue un papel importante en el 
universo cultural cervantino. 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
5.-CONCLUSIONES. 
Se estudia la relación, en el "Persiles", entre la astrologia y el 
sueño, teniendo como marco de referencia algunas características 
del mundo renacentista y el desarrollo de la astrologia en el Siglo 
de Oro español. Se destacan como elementos del Renacimiento, 
condicionantes del desarrollo de la astronomía, los siguientes: 
Cosmovisión del mundo, unidad de la ciencia y presencia de un 
sujeto unificado. En relación a la astronomía, hay que señalar la 
vinculación entre astrologia y astronomía y la escasa influencia 
del modelo de Copernico, persistiendo en la sociedad española, la 
influencia de Ptolomeo y otros geocentristas. 
Cervantes, como intelectual renacentista, sigue estrechamente 
estos cánones de pensamiento y, en consecuencia, la actuación de 
Mauricio en el "Persiles" se estructura en torno de la vinculación 
entre la astrologia y el sueño; subordinando este último al impera­
tivo más general de la cosmovisión. Cervantes, no puede ser de 
otra manera, no logra independizar el sueño como objeto de 
conocimiento independiente -tarea que corresponde a Freud-, a 
pesar del interés indudable que ofrecen sus descripciones oníri­
cas, y la influencia que probablemente sobre él ejercieron, directa 
o indirectamente, autores como Artemidoro y Cardano. 
BIBLIOGRAFÍA 
ABELLÁN, J. L. (1982) "El Erasmismo Español". Espasa 
Calpe, S A . Madrid. 
ARTEMIDORO, (1989) "La interpretación de los Sueños". 
Editorial Gredos, Madrid. 
AVILES, M.(1981) "Sueños Ficticios y Lucha Ideológica en 
el Siglo de Oro". Editora Nacional. Madrid. 
CARDANO, G. (1999) "El Libro de los sueños" Edita 
"Asociación Española de Neuropsiquiatría". Historia/6-
CASALDUERO, J.(1975) "Sentido y forma de "Los trabajos 
de Persiles y Sigismunda"".Editorial. Gredos, S.A. Madrid. 
BUSTOS TOVAR, E.(1973) "Introducción de las Teorías de 
Copernico en la Universidad de Salamanca". En rv. R.A.C.E. F. 
N. 67. 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»
COTARELO VALLEDOR,A (1943) "Cervantes Lector". Ed. 
Inst. España. Madrid. 
FERNÁNDEZ ALVAREZ, M. (1974) "Copérnico y su huella 
en la Salamanca del Barroco". Acta Salmanticensia. F. y L, 81 
Universidad de Salamanca. 
FOUCAULT, M. (1968) "Las palabras y las cosas" Siglo 
XXI editores. España. 
FREUD, S. (1918) "From the history of an infantile 
neurosis". S.E. Vol. XVII. London (1955). 
HERRERO GARCÍA, M. (1983) "Edición y Comentarios" de 
"Viaje del Parnaso". C.S.I.C. Instituto Miguel de Cervantes. 
Madrid. 
MARÍAS, J. (1975) "Literatura y Generaciones". Espasa-
Calpe, S.A.Madrid. 
RICO, F. (1986) "El Pequeño Mundo del Hombre". Alianza 
Editorial. Madrid. 
ROMERO MUÑOZ, C.(2002) "Introducción" en, Miguel de 
Cervantes "Los trabajos de Persiles y Sigismunda". Ed. Cátedra 
Letras Hispánicas. Madrid. 
RUIZ GARCÍA,E.(1989) "Introducción a la obra de Arte-
midoro" ."La interpretación de los sueños". Ed. Gredos. Madrid. 
NOTAS 
1 Se utiliza la siguiente Versión: Miguel de Cervantes. "Los Trabajos 
de Persiles y Sigismunda". Avalle-Arce, J.B. Ed. Castalia, 1978. 
2 Psiquiatra. Psicoanalista. Profesor de la Universidad Autónoma de 
Madrid. Correspondencia: C/ Magallanes, 14-1" D. 28015 Madrid. 
ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Valentín COREES PANDO. Astrología y sueño en el «Persiles»

Continuar navegando