Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Materia e inmaterialidad en el arte medieval. Palabras preliminares Esta suma de estudios plantea una reflexión sobre la dimensión material, sensorial e intangible de la obra de arte medieval. Al escoger un tema tan amplio como hilo conductor de las contribuciones que la integran, pretendemos entrar en diálogo con aspectos relevantes de los estudios de arte medieval de las últimas décadas, sensibles a los giros disciplinares que han ido dirigiendo la atención a cuestiones tan fundamentales como en ocasiones soslayadas.1 El significado de la materia y de lo material en relación con la obra de arte no es solo una preocupación proyectada hacia el objeto de estudio por los especialistas. Constituyó una condición primordial de la creación artística en el Medievo, de su conceptualización y de su reglamentación, y sobre ella nos hablan las propias obras. El antiguo tópico de Ovidio de que la obra del artífice supera el valor del material («materiam superabat opus») se filtra en la producción de distinguidos autores medievales, desde Suger a Matthew Paris, y se encarnó en inscripciones que alaban al autor y su labor. La placa esmaltada con la efigie de Enrique de Blois del British Museum (fig. 1) es elocuente al respecto: «el arte es superior al oro y las gemas, pero el autor es lo primero».2 Establece así una jerarquía que parte de la 1 La última convocatoria del CIHA, anunciada para junio de 2024 en Lyon bajo el título Matière, matter, matérialité, materiality evidencia la actualidad de esta temática. 2 + ars avro gemmisq (ue) prior, prior omnibvs avtor. Fig. 1. Placa de esmalte de Enrique de Blois, anterior a 1171. Londres, British Museum, inv. 1852,0327.1. Foto: British Museum. 10 | (IN)MATERIALIDAD EN EL ARTE MEDIEVAL cúspide del creador, desciende a la habilidad con la que este desempeña su oficio y finaliza con la materia misma.3 Situar el ingenio y la maestría como cualidades privilegiadas en nuestro acercamiento a las obras supone una visión particular del hecho artístico; una posición asumida por el devenir de la historia del arte como disciplina, que tradicionalmente ha ensalzado la invención y la genialidad creativa a costa de otros componentes.4 No debe obviarse cuánto de retórico tienen estas sentencias basadas en estereo- tipos clásicos y su papel como intencionales fórmulas de prestigio. Sin embargo, de ellas se desprende también un aprecio implícito por el valor de los materiales. Las propias obras de arte se encargaron de enunciarlo cuando dejaron constancia del coste que su materia prima había entrañado, de las cantidades de dicha materia empleadas en la confección del objeto, o del proceso de obtención de aquella, como ejemplifican los letreros del retablo de Stavelot, enraizado en la misma tradición 3 Aden Kumler: «Materials, Materia, “Materiality”», en Conrad Rudolph (ed.): A Companion to Medieval Art. Romanesque and Gothic in Northern Europe. Second Edition, Hoboken: John Wiley & Sons, 2019, pp. 106-107. 4 Véase Erik Inglis: «Técnicas perdidas y halladas: la concepción medieval de la historia de las técnicas ar- tísticas», Quintana, núm. 16 (2017), pp. 15-50, para una reflexión acerca de cómo la consideración medieval de las técnicas y de los materiales alentó un discurso histórico sobre el arte distinto al vasariano. Fig. 2. Vigila entrega el marfil en el monasterio de San Millán. Placa desaparecida del arca de San Millán de la Cogolla, ca. 1067-1076. Berlín, Kaiser- Friedrich-Museum, inv. 3008. Foto: Bango Torviso: Emiliano, p. 153. Materia e inmaterialidad en el arte medieval. Palabras preliminares | 11 artística que la placa antes mencionada.5 Tal valor mereció, por ejemplo, que en el arca de San Millán de la Cogolla se dedicase una escena a relatar la adquisición y transporte del marfil con el que se realizó el relicario (fig. 2) y que este relieve compareciese junto a la imagen de los orfebres ejecutores del arca según las recons- trucciones que se han hecho de la pieza.6 Pese a la alabanza a la obra a costa de la materia que formularon inscripciones como las de las puertas de la basílica de Saint-Denis, en las que también reverberan las palabras de Ovidio, eran las propias cualidades materiales aquellas que permi- tían trascender los límites físicos en un ascenso anagógico.7 Así, lo matérico y lo inmaterial se presentan como una dualidad más que como una dicotomía, conci- liación presente en el pensamiento de Suger según nos recordará desde estas pági- nas Marianne Blanchard. La materia era capaz de remitir a lo intangible e incluso encarnarlo y hacerlo presente mediante dispositivos que permitían capturar algo tan inasible como el tiempo —como hacen las datationes epigráficas—8 o actuar como soporte contemplativo de los misterios sagrados, siguiendo las reflexiones de Mecthilde Airiau en este volumen acerca de los mármoles polícromos fingidos. El propio material, no ya representado por el pincel, sino manifiestamente exhibido incorporando en la obra todos sus atributos físicos, podía constituir un agente discursivo en sí mismo.9 Así nos lo recuerdan los numerosos trabajos que en los últimos tiempos ahondan en el potencial semántico y comunicativo de los materia- les en la creación artística medieval10 y nos lo precisa Ruggero Longo volviendo al 5 Heidi C. Gearhart: «Memory, Making, and Duty in the Remaclus Retable of Stavelot», Gesta, vol. 58, núm. 2 (2019), pp. 137-155. 6 Isidro Bango Torviso: Emiliano, un santo de la España visigoda, y el arca románica de sus reliquias, s.l.: Fundación San Millán de la Cogolla, 2007, p. 69. 7 «Quienquiera que seas, si deseas ensalzar la gloria de las puertas, / Que no te deslumbre el oro ni el gasto, sino la labor de la obra. / La obra noble brilla, pero que esta obra que brilla con nobleza / Ilumine las mentes para que siguiendo verdaderas luces / lleguen a la luz verdadera, donde Cristo es la Verdadera Puerta. / La puerta dorada define de esta manera esta luz interior: / La mente aletargada se eleva hacia la verdad pasando por lo material / Y primero sumida en el abismo, resurge a la vista de esta luz». Erwin Panofsky (ed.): El abad Suger. Sobre la abadía de Saint-Denis y sus tesoros artísticos, Madrid: Cátedra, 2004, p. 65. Precisiones a la traducción de Panofsky y su fortuna en Søren Kaspersen: «“Quale sit intu in his” — A Note about Abbot Suger’s Bronze Doors in Saint Denis», Iconographisk Post, núms. 3-4 (2020), pp. 9-26. 8 Morgane Uberti: «Un temps nu. Dater comme acte (épi)graphique per se ?», Polygraphe(s) — approches métissées des actes graphiques, núm. 2 (2020), pp. 47-55. 9 La casuística es muy amplia, pero vale la pena recordar las observaciones de Gerardo Boto Varela: «Me- taphora, mirar la materia para ver lo etéreo. La puerta claustral de la catedral de Tarragona», Románico, núm. 20 (2015), pp. 31-33. 10 Res et significatio. The Material Sense of Things in the Middle Ages, número monográfico de Gesta, vol. 51, núm. 1 (2012) (véase la introducción al número, bajo el mismo título, de Aden Kumler y Christopher R. Lakey, pp. 1-17); Ann-Sophie Lehmann: «How materials make meaning», en Ann-Sophie Lehmann, Frits Scholten y H. Perry Chapman (eds.): Meaning in materials, 1400-1800, Leiden-Boston: Brill, 2013, pp. 7-23; Ittai Weinryb: «Living Matter: Materiality, Maker, and Ornament in the Middle Ages», Gesta, vol. 52, núm. 2 (2013), pp. 113-115. 12 | (IN)MATERIALIDAD EN EL ARTE MEDIEVAL mármol como mediador entre lo sensible y lo inteligible gracias a sus propiedades y a los procedimientos técnicos que lo transformaron. Esta capacidad significante dependía de cualidades de diversa naturaleza, en- tre ellas las cromáticas,11 de cuya incidencia en la producción textil se ocupa aquí Laura Rodríguez Peinado. Pero la materia y su forma transfigurada por la acción del artífice eran aprehendidas en un entorno que no solo —o no necesariamente— comportaba un registro visual. La encrucijada de los sentidos en la experiencia artística seha visto reivindicada en estudios que han abordado, entre otros aspec- tos, la dimensión multisensorial de ritos y espacios.12 Bajo estas premisas, a lo largo de los capítulos que siguen, se exponen ejemplos que abordan la confluencia de la naturaleza y la acción humana dentro de la práctica ascética, según analizan Jorge López Quiroga y Natalia Figueiras Pimentel en el enclave rupestre de San Pedro de 11 Kaja Kollandsrud y Bente Kiilerich: «“Perceiving Matter. Visual, Material and Sensual Communication” — an Introduction», CLARA, núm. especial 1 (2020), pp. 1-12. 12 Aunque remita a un ámbito distinto al explorado en este volumen, centrado esencialmente en el Occidente medieval, resulta esclarecedor el libro de Bissera V. Pentcheva: Hagia Sophia. Sound, Space and Spirit in Byzantium, University Park: Penn State University Press, 2017. Fig. 3. Jalaf, Píxide, ca. 966. Nueva York, The Hispanic Society of America, inv. D752. Foto: The Hispanic Society of America. Materia e inmaterialidad en el arte medieval. Palabras preliminares | 13 Rocas, o cómo el marco ritual concita, junto a lo sensorial, una determinada ges- tualidad que precisa de escenarios para su desarrollo y expresión, conforme apunta M.ª Jesús López Montilla. De la incidencia de la liturgia en la definición topográfica de las instituciones monásticas, prestando marcos perennes a lo pasajero, da cuenta M.ª Teresa López de Guereño Sanz. La aludida activación de los sentidos discurre por la delgada línea que lleva de lo matérico a lo intangible, y así una superficie que invita al tacto como la del marfil puede acoger textos que hablan de sustancias aromáticas, experimentadas por el olfato mientras la vista se recrea en los vericuetos del ornamento (fig. 3). Esta percepción múltiple y mutuamente enriquecida que posibilitaron las piezas que examina Noelia Silva Santa Cruz en los entornos cortesanos andalusíes no fue ajena a los ámbitos sagrados. Mediante recursos similares, también los lumínicos y sonoros, lo divino se hacía presente. En este recorrido pendular, que nos lleva de lo físico a lo intangible y viceversa, cabe reconocer que la Encarnación suponía para el cristianismo un paradigma ineludible,13 capaz de articular procesos artísticos como la integración de la imagen y la palabra o de explotar las cualidades del material. Si el misterio de la Encarnación posibilitaba la revelación de lo trascendente mediante la materia —y así el Verbo se encarnaba en el pergamino del códice14 o en la carnal sustancia del alabastro15 (fig. 4)— no ha de extrañar que la idea de Cristo como piedra angular fuese un tópico recurrente en la construcción alegórica del edificio de culto para el cristianismo.16 La aptitud metafórica de la arquitectura convierte los edificios y sus componentes materiales en estimulantes desencadenantes de asocia- ciones que trascienden los límites físicos para evocar significados que animan los espacios. En la cultura artística del islam otras metáforas arquitectónicas tomaron como argumento lo femenino, lo paradisíaco o lo astral,17 símiles también presentes en los objetos suntuarios. El valor sinestésico de las obras de arte y su capacidad para aunar lo auditivo, lo táctil y lo olfativo nos sitúa en un horizonte interpretativo al que los estudios sobre 13 Jessica A. Boon: «The Incarnate Body and Blood in Christianity», en Vasudha Narayanan (ed.): The Wiley Blackwell Companion to Religion and Materiality, Hoboken: John Wiley & Sons, 2020, pp. 45-60. 14 Jean Leclercq: «Aspects spirituels de la symbolique du livre au XIIe siècle», en L’homme devant Dieu. Mélanges offerts au Père Henri de Lubac. II. Du Moyen Âge au siècle des lumières, París: Aubier, 1964, pp. 63-72. 15 Aleksandra Lipinska: «Alabastrum, id est, corpus hominis. Alabaster in the Low Countries sculpture. A cultural history», en Ann-Sophie Lehmann, Frits Scholten y H. Perry Chapman (eds.): Meaning in materials, 1400- 1800, Leiden-Boston: Brill, 2013, pp. 84-115. 16 Dominique Iogna-Prat: La Maison Dieu. Une histoire monumentale de l’Église au Moyen Âge (v. 800-v. 1200), París: Éditions du Seuil, 2006, pp. 33, 275-277 y 561-563. 17 María Jesús Rubiera Mata: La arquitectura en la literatura árabe. Datos para una estética del placer, Madrid: Hiperión, 1981; José Miguel Puerta Vílchez: «La construcción poética de la Alhambra», Revista de poética medieval, núm. 27 (2013), pp. 263-285. 14 | (IN)MATERIALIDAD EN EL ARTE MEDIEVAL las materialidades han contribuido de manera notable.18 Entre sus consecuencias cabe señalar la descentralización de la visión como sentido privilegiado de la ex- periencia estética —el desplazamiento del ‘ocularcentrismo’ del que nos habla la crítica contemporánea de los estudios visuales— y la reconsideración de la relación que contrae la visión con otros sentidos (fig. 5).19 En esta encrucijada sensorial, la materia y el lenguaje visual que la codifica no quedan atenuados, sino que expanden sus posibilidades y sus significados. El cuestionamiento jerárquico de los sentidos nos habla también de la revisión de cánones en los que la disciplina de la historia del arte se halla inmersa y a la que 18 Martina Bagnoli: «The Materiality of Sensation in the Art of the Late Middle Ages», en Susan Ashbrook Harvey y Margaret Mullet (eds.): Knowing Bodies, Passionate Souls. Sense Perceptions in Byzantium, Washington: Dumbarton Oaks Research Library and Collection, 2016, pp. 31-63; Heather Hunter-Crawley y Erica O’Brien (eds.): The Multi-Sensory Image from Antiquity to the Renaissance, Londres: Routledge, 2019. 19 En la concepción medieval de la mirada, el acto de ver implicaba una dimensión física comparable al tacto. Véase Suzannah Biernoff: Sight and embodiment in the Middle Ages, Nueva York: Palgrave Macmillan, 2002; Jacqueline E. Jung: «The Tactile and the Visionary: Notes on the Place of Sculpture in the Medieval Religious Imagination», en Colum P. Hourihane (ed.): Looking Beyond. Visions, Dreams, and Insights in Medieval Art and History, Princeton, Index of Christian Art, Princeton University-University Park, Penn State University Press, 2010, pp. 203-240. Fig. 4. Piedad procedente del monasterio de Santa María del Parral de Segovia, finales del siglo xv, detalle. Museo de Segovia. Foto: Ángel Fuentes Ortiz. Materia e inmaterialidad en el arte medieval. Palabras preliminares | 15 el giro material ha prestado argumentos con la reivindicación de prácticas solo en apariencia marginales. También ha resituado en coordenadas más justas materiales cuya fragilidad o mutabilidad los habían relegado dentro del discurso dominante. El vidrio, que centra la contribución de Miquel Àngel Capellà Galmés, ejemplifica como pocos el potencial semántico de la materia; la emulación en otros medios artísticos de sus propiedades, como la claridad o el lustre, señala su distinguido estatus. La cera o las plumas, de las que nos habla Corinna Tania Gallori, han te- nido si cabe una menor fortuna, víctimas de su efímera naturaleza y de fronteras impuestas por la historiografía que han velado su protagonismo en la creación artística medieval. La atención a las fuentes también hace emerger otros contrastes. Los textos explicitan los valores sensoriales que determinadas técnicas eran capaces de des- pertar y cómo desde su condición material perseguían capturar lo intangible. La pictura translucida en la que se adentra Elisabeth Sobieczky siguiendo a Teófilo es un ejemplo palmario. Todo aquello comprendido por el concepto de opus (desde la habilidad y la pericia al dominio de la materia) ocupó a los tratadistas y también presidió la transmisión de conocimientos en el seno de la práctica artística. Los Fig. 5. Detalle de placa de marfil con el Noli me tangere, ca. 1115-1120. Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, inv. 17.190.47. 16 | (IN)MATERIALIDAD EN EL ARTE MEDIEVAL eslabones de dicha cadena no siempre son perceptibles y se enfrentan a lagunas agravadas por las parcelasdisciplinares que solo las perspectivas de larga duración pueden acortar, como la relativa a la transferencia de la tecnología artística entre la Antigüedad y el Medievo (fig. 6).20 La relectura de las fuentes permite también calibrar el valor monetario alcanzado por los materiales —aquí abordado por Mi- quel Àngel Herrero-Cortell en el contexto pictórico del tardogótico valenciano—. Una estimación, la económica, que nos sitúa en una jerarquía de distinto orden, no siempre coincidente con la de las propiedades visuales. Otro ángulo de análisis nos lo proporcionan las dinámicas de emulación, a las que ya se ha aludido, y que en el marco que nos ocupa van más allá del eco visual para adentrarse en el concepto de ‘transmedialidad’ al evocar materialidades ajenas 20 Ricardo Córdoba (ed.): Craft Treatises and Handbooks. The Dissemination of Technical Knowledge in the Middle Ages, Turnhout, Brepols, 2014. Para el caso de la pintura mural véase Jorge Tomás García: «Textos, fuentes y testimonios teóricos sobre la técnica, pigmentos y morteros en la pintura mural romana», en Alicia Fernández Díaz y Gonzalo Castillo Alcántara (coords.): La pintura romana en Hispania. Del estudio de campo a su puesta en valor, Murcia: Universidad de Murcia, 2020, pp. 275-282. Fig. 6. Teófilo, Schedula diversarium artium a continuación de Vitruvio, De architectura en un manuscrito del siglo xii (¿Colonia?). Wolfenbüttel, Herzog-August Bibliothek, Cod. Guelf. 69 Gud. lat, fols. 85v-86. Foto: Herzog- August Bibliothek. Licencia cc by-sa 3.0. Materia e inmaterialidad en el arte medieval. Palabras preliminares | 17 a la propia condición del medio de expresión.21 Estos procesos nos revelan qué era considerado importante o singular, y por lo tanto digno de cita, al margen de que su repertorio constituyera un patrimonio común entre distintas manifestaciones artísticas y de que esta koiné facilitase el trasvase de motivos de un medio a otro. También la Valencia gótica supone un escenario propicio para caracterizar estos préstamos por la movilidad y desempeño plural de los artistas y sus modelos, como nos recuerda Nuria Ramón-Marqués. Comenzábamos estas líneas haciendo referencia a obras que nos hablan de su estatus y de sus condiciones de creación con la locuacidad que les presta la palabra inscrita. Nada hay más locuaz, a priori, que un manuscrito cuajado de textos, como el que interpela al lector en la famosa ilustración del Códice Albeldense (fig. 7). Sin embargo, también los libros enmudecen, como tantas otras obras medievales en las 21 Gerhard Wolf: «Vesting Walls, Displaying Structure, Crossing Cultures: Transmedial and Transmaterial Dynamics of Ornament», en Gülru Necipoğlu y Alina Payne (eds.): Histories of Ornament. From Global to Local, Princeton: Princeton University Press, 2016, pp. 96-105. Fig. 7. El lector y el códice. Códice Albeldense, 976. Patrimonio Nacional. Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, Ms. d-I-2, fol. 20v, detalle. Foto: Patrimonio Nacional. RBME Digital. 18 | (IN)MATERIALIDAD EN EL ARTE MEDIEVAL que el silencio conjugó la materia para significarse.22 Debe el investigador escuchar sus voces reparando en sus contenidos, grafías e imágenes y en lo que sus constitu- yentes materiales nos revelan, como demuestra Ana Suárez González. Este volumen es resultado de las XIV Jornadas Complutenses de Arte Medieval que, después de un indeseado silencio de dos años causado por la pandemia de la Covid-19, se celebraron en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid los días 11 y 12 de noviembre de 2021 bajo el mismo títu- lo con el que se publican ahora estas aportaciones,23 sometidas previamente a un riguroso proceso de revisión editorial. Desde la perspectiva de una decimocuarta edición, resulta inevitable mirar atrás y comprobar cómo algunas de las cuestiones que reunieron a sus participantes aquellos días —y que se recogen en este libro— atraviesan las reflexiones que durante los últimos años se han ido volcando en estos encuentros. Si la materialidad arquitectónica guio varias de las intervenciones de su primera convocatoria, allá por 2007, a la tecnología y a la materialidad de los artefactos se dedicó una sesión de las VII Jornadas sobre las artes suntuarias en la Edad Media hispánica; aspectos igualmente presentes dos años después, cuando se analizó la actividad de los talleres y mercados pictóricos de la España gótica.24 La revisión de los cánones a la que se ha aludido en esta introducción fue el lema que presidió las Jornadas de la edición anterior a esta decimocuarta convocatoria.25 Mediante esta publicación se presentan sus conclusiones a la comunidad científica con el propósito de seguir ahondando en el estudio del arte medieval desde otras atalayas. Esta mirada retrospectiva, resultado de un hiato forzado, no puede evitar sen- tir la ausencia del doctor Juan Carlos Ruiz Souza, profesor del Departamento de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, que nos dejó para siempre en vísperas de las XIV Jornadas; una convocatoria anual en la que su voz siempre llenaba los incómodos silencios. Su agudeza como historiador del arte se apoyaba en el encuentro directo con las obras, en su continuo cuestionamiento, 22 Francisco Prado-Vilar: «Silentium. El silencio cósmico como imagen en la Edad Media y en la moder- nidad», Revista de poética medieval, núm. 27 (2013), pp. 21-43; Vincent Debais: Le silence dans l’art. Liturgie et théologie du silence dans les images médiévales, París: Éditions du Cerf, 2019. 23 Véase la crónica de Vincent Debiais: «Le matériau au milieu du gué», De visu — cultures visuelles du Moyen Âge en perspective (17/11/2021), <https://devisu.hypotheses.org/1619> (Consulta: 23 de noviembre de 2022). 24 Javier Martínez de Aguirre y Daniel Ortiz Pradas (eds.): Cien años de investigación sobre arquitectura me- dieval española, volumen extraordinario de Anales de Historia del Arte (2009); Francisco de Asís García García, Laura Rodríguez Peinado y Pilar Martínez Taboada (eds.): Splendor. Artes suntuarias en la Edad Media hispánica, núm. especial (noviembre) de Anales de Historia del Arte, vol. 24 (2014); Matilde Miquel Juan, Olga Pérez Monzón y Miriam Bueso Manzanas (eds.): Ver y crear. Obradores y mercados pictóricos en la España gótica (1350-1500), Madrid: La Ergástula, 2016. 25 Javier Martínez de Aguirre, Ángel Fuentes Ortiz y Víctor Rabasco García (eds.): Repensando el canon. Modelos, categorías y prestigio en el arte medieval hispano, Madrid: Sílex, 2022. Materia e inmaterialidad en el arte medieval. Palabras preliminares | 19 y en el escrutinio de las superficies, honduras y recovecos de estas, tanto físicos como intelectuales. Al preguntarnos desde estas páginas por prácticas artísticas desatendidas recordamos sus trabajos sobre la yesería bajomedieval, cuyos usos y espesores nos ayudó a percibir mejor.26 Una inusitada capacidad para ver lo llevó a trascender las fronteras materiales para advertir la «permanencia de lo efímero» en las epidermis arquitectónicas, revestidas de joyas y tejidos mostrando sus mejores galas.27 Pero lo doméstico y lo cotidiano, y no solo lo más elevado, también lo de- finían. Devolvió vida a muchos espacios vacíos y silentes, revelando sus funciones y valores poéticos. Últimamente, sin olvidar la senda emprendida en sus primeros trabajos, nos recordaba cómo la materia informe, cuya esencia recrean las cúpulas de mocárabes, cobra vida gracias al discurrir del agua y se funde con la propia na- turaleza y el orden del ornamento en una bella metáfora del acto creador (fig. 8).28 26 Juan Carlos Ruiz Souza: «Arquitecturas o telares de yeso. De las Huelgas de Burgos a la Alhambra de Gra- nada. Ss. xiii-xiv», en René Jesús Payo Hernanz y otros (eds.): Vestir la arquitectura. XXII Congreso Nacional de Historia del Arte, Burgos: Universidad de Burgos, 2019, vol. 1, pp. 760-766. 27 Juan Carlos Ruiz Souza: «Las telas ricasen la arquitectura. La permanencia de lo efímero», Anales de Histo- ria del Arte, núm. especial noviembre, vol. 24 (2014), pp. 497-516; idem: «Cuando la arquitectura cambia de género ante el asalto de las artes suntuarias. Manera que por ese tiempo se usaba en Castilla», Lexicon. Storie e Architettura in Sicilia, núm. extra 2 (2021), pp. 119-128. 28 Juan Carlos Ruiz Souza: «El lenguaje artístico islámico internacional y la Corona de Castilla. Arquitectura y Virtud. Propuesta para el debate», Codex Aquilarensis, núm. 36 (2020), pp. 141-166. Fig. 8. Bóveda de mocárabes de la Sala de los Reyes de la Alhambra de Granada, segunda mitad del siglo xiv. Foto: Francisco de Asís García García. 20 | (IN)MATERIALIDAD EN EL ARTE MEDIEVAL El recuerdo de su magisterio y de su compromiso con la investigación ha de ser una invitación a seguir preguntándonos y a continuar explorando la obra de arte en todas sus dimensiones. A la naturaleza que la conforma, y a los lugares y sentidos a los que esta apela, se dedica este volumen. Francisco de Asís García García (uam) Noelia Silva Santa Cruz (ucm) Raúl Romero Medina (ucm) Laura Rodríguez Peinado (ucm)
Compartir