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UNIVERSIDAD DE BARCELONA Y CAMPUS DOCENTE SAN JUAN DE DIOS TRABAJO DE FIN DE MÁSTER El estigma de la prostitución masculina en estudiantes de trabajo social y enfermería Trabajo de fin de máster presentado por Mónica Prada Blanco Tutor del trabajo Almudena Arroyo Rodríguez Septiembre, 2020 “Elije tu presentación personal con cuidado, ya que lo que comienza como una máscara puede convertirse en tú rostro”- Erving Goffman. Agradecimientos Quiero dedicar este trabajo en primera instancia a Almudena, que me ha acompañado a lo largo de este proceso, siendo mi guía y mostrando una gran dedicación por su trabajo. También quiero agradecérselo a mi padre y a mis amigos Manel, Marta y Carla por ser esa fuente de energía que me alimenta día a día y por último a todos aquellos que a pesar de la distancia y de las circunstancias han participado de manera altruista en esta investigación. Índice Resumen ................................................................................................................................. 1 Abstract ................................................................................................................................... 2 I. Introducción .......................................................................................................................... 3 1.1 Marco teórico y conceptual ............................................................................... 3 1.2 Antecedentes y estado de la cuestión ............................................................. 18 1.3 Justificación .................................................................................................... 22 1.4 Pregunta de investigación ............................................................................... 25 II. Objetivos generales y específicos de la investigación ....................................................... 26 2.1 Objetivo general .............................................................................................. 26 2.2 Objetivos específicos ...................................................................................... 26 III. Metodología ..................................................................................................................... 27 3.1 Diseño ............................................................................................................. 27 3.2 Ámbito o lugar de estudio ............................................................................... 28 3.3 Participantes en la investigación .................................................................... 29 3.4 Técnicas para la recolección de datos ............................................................ 31 3.5 Procedimiento de recogida de datos ............................................................... 32 3.6 Análisis de los datos ....................................................................................... 32 3.7. Rigor científico ............................................................................................... 35 IV. Consideraciones éticas .................................................................................................... 36 V. Cronograma ...................................................................................................................... 37 VI. Presupuestos ................................................................................................................... 38 VII. Resultados ...................................................................................................................... 39 VIII. Discusión ....................................................................................................................... 53 IX. Conclusiones ................................................................................................................... 58 X. Limitaciones de la investigación........................................................................................ 60 XI. Impacto social y proyección de los resultados de la investigación ................................... 62 XII. Bibliografía ...................................................................................................................... 63 XIII. Anexos ........................................................................................................................... 67 13.1 Consentimiento informado para los participantes en el grupo focal .............. 67 13.2 Guion grupo focal .......................................................................................... 68 13.3 Transcripción de los grupos focales .............................................................. 70 Índice de tablas Tabla 1. Participantes del estudio ............................................................................................... 30 Tabla 2. Categorías y subcategorías principales del estudio ...................................................... 34 Tabla 3. Concepto inicial sobre la prostitución masculina........................................................... 40 Tabla 4. Percepción física del prostituto ..................................................................................... 42 Tabla 5. Imaginario de los estudiantes sobre el entorno social del prostituto ............................. 43 Tabla 6. De dónde procede la imagen que tienen los estudiantes a cerca de la prostitución masculina .................................................................................................................................... 44 Tabla 7. Qué motivos consideran los estudiantes que conducen a los hombres a ejercer la prostitución ................................................................................................................................. 45 Tabla 8. Consideración de los estudiantes acerca de si la prostitución masculina debería ser legal o no .................................................................................................................................... 47 Tabla 9. Trato del tema de la prostitución masculina en la carrera ............................................. 49 Tabla 10. Percepción acerca de la implementación de una enseñanza con perspectiva de género a lo largo de la carrera .................................................................................................... 51 Tabla 11. Propuestas de mejora de la formación ....................................................................... 52 Tabla 12. Guion de preguntas grupo focal .................................................................................. 69 Tabla 13. Transcripción grupo focal Trabajo Social .................................................................... 70 Tabla 14. Transcripción grupo focal enfermería ......................................................................... 76 1 Resumen Este estudio se basa en investigar cual es el estigma que tienen los estudiantes de cuarto de trabajo social y de enfermería acerca de la prostitución masculina, un tipo de prostitución que consideramos está invisibilizada. El objetivo general que nos hemos planteado es conocer la percepción que tienen dichos estudiantes para así poder llevar a cabo una comparación entre los prejuicios que tienen los futuros profesionales y las aportaciones de diferentes investigadores de la materia. Esto nos ha servido también para analizar la existencia o no de una formación con perspectiva de género a lo largo de ambos grados académicos y que pudieran llevar a cabo una evaluación de dicha formación. De manera que hemos investigado si tienen una formación centrada en la persona sin estigmatización y con una atención sin prejuicios,lo cual consideramos es del todo relevante en ambas disciplinas, ya que se trabaja con la persona de manera directa. Se ha utilizado una metodología cualitativa, utilizando el diseño fenomenológico. Esto nos ha permitido tener en cuenta las experiencias individuales subjetivas de los estudiantes, poder describir y entender los fenómenos desde el punto de vista de cada participante y desde la perspectiva construida colectivamente. Se han llevado a cabo dos grupos focales con un total de catorce estudiantes de cuarto curso de trabajo social y enfermería. Los resultados principales que se han obtenido a partir de los grupos focales llevados a cabo muestran que el imaginario de los estudiantes está basado en su mayoría en películas y series, lo cual provoca que exista un estereotipo que no concuerda con las realidades existentes en la prostitución masculina. Concluimos que la prostitución masculina es un tema que no se ha tratado a lo largo de la formación académica, provocando una falta que información verídica. Además de no existir una formación con perspectiva de género de manera general en todas la universidades, sino que depende del centro de estudio. Palabras clave: Prostitución masculina, estigma, estudiantes de trabajo social, estudiantes de enfermería 2 Abstract This study is based on investigating the stigma that nursing and social work students have about male prostitution, a type of prostitution that we consider to be invisible. The general objective that we have set ourselves is to know the perception that these students have in order to be able to carry out a comparison between the prejudices that future professionals have and the contributions of different researchers in the field. This has also served us to analyze the existence or not of a training with a gender perspective throughout both academic degrees and that could carry out an evaluation of said training. So we have investigated whether they have a person- centered training without stigmatization and with care without prejudices, which we consider to be completely relevant in both disciplines, since they work with the person directly. A qualitative methodology has been used, using phenomenological design. This has allowed us to take into account the subjective individual experiences of the students, to be able to describe and understand the phenomena from the point of view of each participant and from the collectively constructed perspective. Two focus groups have been carried out with a total of fourteen fourth year students of social work and nursing. The main results that have been obtained from the focus groups carried out show that the imaginary of the students is mostly based on movies and series, which causes a stereotype to exist that does not agree with the existing realities in male prostitution. We conclude that male prostitution is a topic that has not been addressed throughout academic training, causing a lack of true information. In addition to not having training with a gender perspective in general in all universities, it depends on the study center. 3 I. Introducción La elección del tema a investigar ha sido planteada a raíz de la falta de información que consideramos que existe en la sociedad acerca de la prostitución masculina. Esto se debe a que la prostitución femenina prevalece con un porcentaje mucho mayor que la masculina, pero el hecho de que no sea la práctica más común, no significa que no exista. Por esto mismo consideramos que se debe preparar a los futuros profesionales con algunas nociones básicas sobre la materia o bien que exista una formación en cuanto a perspectiva de género. Con esta investigación pretendemos analizar cuál es el estigma que tienen los futuros profesionales y conocer su opinión acerca de la formación adquirida. Para dar forma a la investigación la hemos estructurado en diferentes apartados. Para comenzar hemos planteado la visión de diferentes autores, tanto a nivel nacional como internacional acerca del estigma y de la prostitución masculina, llevando a cabo también un apartado en el cual hemos expuesto los antecedentes y el estado de la cuestión actualmente, lo cual nos ha servido para justificar el motivo de esta investigación y plantear la pregunta de investigación que ha dirigido el trabajo. Una vez expuestas las aportaciones de los autores que abordan la cuestión del estigma y de la prostitución masculina, hemos elaborado unos objetivos, los cuales hemos abordado mediante una metodología cualitativa, llevando a cabo dos grupos focales que nos han permitido analizar lo que los participantes han planteado y poder compararlo con el marco teórico. 1.1 Marco teórico y conceptual A partir de la construcción del marco teórico tenemos como intención exponer las diferentes aportaciones de autores tales como Goffman, Becker, Zarro etc. acerca de cómo se construye, reproduce y transforma el estigma sobre una determinada práctica. También pretendemos establecer una conexión entre estas aportaciones y el objeto de estudio, que es la prostitución masculina. 4 En primera instancia es importante saber qué es el estigma y de dónde proviene esta palabra y para ello vamos a seguir la explicación que hace de ello Goffman (2001: 11) en su libro “Estigma; la identidad deteriorada”. La palabra estigma proviene del griego y se utilizaba para designar a aquellas personas que tenían una marca física como quemaduras o cortes los cuales los identificaba como algo negativo, bien fuera un esclavo, un traidor, un asesino etc. Con el tiempo el concepto ha evolucionado pasando de referirse a las marcas físicas que designan algo negativo, a designar “al mal en sí mismo”. Por otro lado, consideramos de gran importancia exponer algo muy básico y es el hecho de que en las sociedades modernas existen grupos sociales específicos, los cuales tienen sus propias reglas, de tal manera que nos encontramos ante multitud de maneras de mirar y de afrontar un mismo hecho. Tal y como expone Becker (1971: 24) las reglas están “altamente diferenciadas según los límites entre clases sociales, grupos étnicos, ocupacionales y culturales. Estos grupos no comparten necesariamente- y, efectivamente, a menudo no comparten- las mismas reglas. Los problemas que los mismos enfrentan al tratar con su medio, la historia y las tradiciones que traen consigo, todas llevan al desarrollo de diferentes conjuntos de reglas". Intentando resolver la incógnita de cómo se construye el estigma sobre una determinada práctica consideramos que es imprescindible nombrar a Goffman (2001: 47), el cual expone el ingreso en el colegio como un medio claramente estigmatizante, en el cual se llevan a cabo burlas, insultos, peleas etc. El estigma que el niño reciba puede llevarlo a sentir que pertenece a otro mundo, por ejemplo, si a un niño con trastorno de déficit de atención lo llevan a una escuela especial, este niño sentirá que “lo que consideraba su mundo no es tal, y que en cambio, lo realmente suyo es ese universo más pequeño”. 5 Este niño puede que sienta que puede romper con la barrera que lo separa de lo puramente normal1, que sienta ilusión por tener un empleo o por tener una relación sentimental, pero será entonces cuando se dé cuenta de la marca que ese estigma le ha dejado. Tales afirmaciones las sustenta Goffman (2001) añadiendo ejemplos como el de Domenica, una chica ciega a la cual un chico no la quería como pareja por ser ciega. El estigma puede venir de nacimiento como por ejemplo ser negro o nacer ciego o puede venir dado posteriormente como por ejemplo una parálisis cerebral o una amputación. En el primer caso las personas ya han asumido su calidad de estigmatizadas en todo momento, pero en el segundo caso estas personas tienen que pasar por un procesode redefinición de su propio ser y es posible que tiendan a la autocensura (Goffman, 2001). Goffman (2001: 49) expone que aquel individuo que “adquiere tardíamente un yo nuevo, estigmatizado, las dificultades que experimenta para entablar nuevas relaciones pueden extenderse en forma lenta a sus vínculos anteriores. Aquellos con los que vincula después de adquirir el estigma pueden verlo simplemente como una persona que tiene un defecto”. Si traspasamos lo dicho por el autor a nuestro campo de investigación nos encontramos con que los prostitutos no sólo tienen que pasar por un proceso de redefinición de su propio ser, sino que además sufren el posible repudio por parte de quienes conocían a su antiguo “yo” y no aceptan su nuevo “yo”. Es muy interesante la aportación que lleva a cabo este mismo autor el cual nos plantea una situación que nos ocurre con mucha frecuencia, y es que “cuando estamos frente a un sujeto concebimos sin cesar diversos supuestos acerca del 1 Goffman (2001) utiliza la palabra “normales” para designar a todas aquellas personas que no se apartan de las expectativas que la sociedad tiene establecidas. Aquellas personas poseedoras de características o atributos considerados anormales son menospreciadas y estigmatizados. En cuanto a Becker (1971) establece la normalidad/anormalidad a partir del conjunto de reglas establecidas por un grupo social, en un determinado momento y lugar y que tienen como consecuencia que aquél que las infringe sea “etiquetado” como desviado, situación que lo llevará a enfrentar una serie de castigos y cargas sociales por haberse comportado de esa manera. 6 individuo” (Goffman, 2001: 12). Antes de conocer a la persona ya elaboramos unos supuestos acerca de dicha persona. A los atributos que le pertenecen a cada persona y provoca que sea clasificada de una manera determinada, Goffman lo denomina “identidad social real”. Los atributos que este extraño muestra ante nosotros provocan que los categoricemos y estas categorías que establecemos pueden provocarnos rechazo, miedo, que veamos a la persona como un ser peligroso etc. Estas categorías que atribuimos a las personas son lo que Goffman denomina “estigmas”. Por otro lado, Becker (1971: 121) nos ofrece la siguiente aportación acerca de la construcción del estigma aludiendo a los valores como "las principales premisas a partir de las cuales se deducen las reglas específicas. Los individuos transforman los valores en reglas específicas cuando se producen situaciones problemáticas". "Cuando se impone una regla, la persona de quién se cree que la haya quebrantado puede ser vista por los demás como un tipo especial de individuo, alguien de quién no se puede esperar que viva de acuerdo con las reglas acordadas por el resto del grupo. Se lo considera un marginal" (Becker, 1971: 13). A pesar de esto es posible que la persona categorizada como marginal no acepte esta categoría y considere que el otro no es un ser competente para juzgarlo. A partir de esto el autor se cuestiona hasta qué punto la gente puede imponer a otros las reglas que no comparten, lo cual suscita grandes interrogantes y reflexiones. Becker (1971: 41) lleva a cabo una afirmación muy interesante, y es que "el tratar a una persona como si fuera desviada en una forma general y no específica tiene el efecto de una profecía autoconfirmatoria. Pone en movimiento una serie de mecanismos que conspiran para conformar a la persona a la imagen que la gente tiene de ella", de esta forma una persona puede acabar asumiendo la posición en la que los demás le han encasillado. Un ejemplo que no tiene que ver con el objeto de estudio pero que resulta claramente ilustrador sería el caso del niño al que constantemente le dicen que es tonto y acaba dejando de esforzarse porque ya asume dicha categoría. 7 Tal y como exponen Guasch y Lizarde (2017: 177) la prostitución masculina está asociada a la desviación, está considerada como una actividad marginal y que “bordea la delincuencia”. Este estigma se ve agravado por el hecho de que en gran parte es una práctica homosexual, lo cual aún no está bien visto por gran parte de la sociedad. De esta misma manera, siguiendo las aportaciones de Becker (1971: 22) no todos los actos considerados desviados son tratados de la misma manera, ya que "el grado en el cual un acto será tratado como desviado depende también de quién lo comete y quién se ha sentido ofendido por el mismo". De tal manera que es diferente ser por ejemplo un homosexual de clase baja que un homosexual de clase alta. Tal y como explica Becker existen estudios que avalan la existencia de esta diferencia de aceptación dependiendo de otros factores tales como el económico. En cuanto a los tipos de estigmas existentes nos encontramos con la diferenciación entre tres tipos diferentes que Goffman (2001) ha elaborado. El primero de ellos son los referentes a las abominaciones del cuerpo, en segundo lugar, los defectos del carácter del individuo, dentro del cual encontraríamos por ejemplo la homosexualidad, las perturbaciones mentales, el desempleo o el intento de suicidio. Por último, encontramos los estigmas de raza, nacionalidad y religión. Estos son susceptibles de ser transmitidos por herencia, de manera que todos los miembros de una familia se pueden ver contaminados por este estigma. Las tres categorías de estigmas diferenciadas por Goffman (2001: 15) comparten que “un individuo que podría haber sido fácilmente aceptado en un intercambio social corriente posee un rasgo que puede imponerse por la fuerza a nuestra atención y que nos lleva a alejarnos de él cuando nos lo encontramos, anulando el llamado que nos hacen sus restantes atributos”. Pero dado que no existe un motivo en el que la población pueda sustentar la discriminación hacia las personas estigmatizadas, se construye una “teoría del estigma, una ideología para explicar su inferioridad y dar cuenta del peligro que representa esa persona”. Este estigma puede acabar provocando en la otra 8 persona un sentimiento de vergüenza al terminar considerando que ese atributo que le estigmatiza es impuro (Goffman, 2001: 15). Este argumento de Goffman (2001) nos remite a relacionar los dos conceptos claves de esta investigación: el estigma y la prostitución masculina. Si seguimos la aportación de Goffman, la vergüenza que sufren aquellos hombres que ejercen la prostitución es debida al estigma negativo, impuro acerca de su práctica, lo cual provoca que se convierta en una profesión tabú. Esta vergüenza que sufren las personas estigmatizadas puede provocarles tal dolor a nivel emocional que les conduce a extremos, tales como buscar la solución en milagrosas máquinas para adelgazar o bálsamos que devuelven la juventud. La prostitución es una actividad que socialmente es impensable ponerla al mismo nivel que otras profesiones como bien podría ser un administrativo/a, un profesor/a o un dependiente/a y esto es debido a que “se trata de una actividad que implica al cuerpo y a las emociones en contextos de intensa intimidad personal”. En el contexto en el que nos hayamos encontramos que existe una creencia popular acerca de que la intimidad personal no se puede alquilar. Este hecho provoca que se lleve a cabo la profesión intentando no ser descubierto tanto por la sociedad como por la familia o aquellas personas más allegadas, lo cual tal y como relatan algunos prostitutos esto genera un gran malestar emocional (Guasch, Lizarde, 2017: 175). El estigma existente acerca de esta práctica repercute en la necesidad de los hombres que la ejercen de tener una doble identidad. Podemos ver reflejado en el testimonio de un prostituto que expone: “yo creo que esto afecta a toda mi vida; Tom no existe, es un personaje creado por mí que existe solo en los anuncios, en la habitación donde trabajo, en este mundo[...] a veces voy al médico y cuando me llaman por mi nombre de verdad no me entero de que soy yo; estoy tan acostumbrado a ser esa persona” (De Souza, 2009 Citado en Guasch, Lizarde, 2017: 184). Según el trabajador social e investigador sobre prostitución masculina Zaro (2008: 11) “el grado de vivencia del estigma de la homosexualidad difiere en función del trabajador sexual, su cultura de origen y su proceso de socialización, pero sin 9 duda el de la prostitución es vivido en algunos momentos como algo angustioso por parte de la mayoría de los trabajadores sexuales”. A pesar de esto, no todas las personas que tienen un estigma se sienten compungidas por ello, sino que se sienten sustentadas en base a sus propias creencias, un ejemplo de ello serían los gitanos, los cuales son fuertemente estigmatizados pero a pesar de ello no se sienten avergonzados como sucede normalmente con los estigmas (Goffman, 2001). De la mano del mismo autor encontramos la diferenciación entre el desacreditado y el desacreditable, siendo el primero aquella persona que es consciente de su cualidad que lo convierte en una persona estigmatizada como por ejemplo el ciego y siendo el segundo aquella persona que no es consciente de ello pero a la cual las demás personas desacreditan. Este podría ser el caso de una persona con actitudes feminizadas que los demás pueden categorizarlo como homosexual pero que él no es consciente del estigma que le están atribuyendo. El desacreditado, puesto que su estigma es reconocible en un primer contacto, las personas más cercanas a él acabarán asimilando dicho estigma, se llevará a cabo una normalización, una rutina, en cambio los extraños lo mirarán siempre desde su estigma. Por otro lado, los desacreditables intentarán esconder aquello que puede provocar un rechazo por parte del otro, sobre todo ante su círculo más cercano, por ejemplo, el homosexual intentará disimularlo y quizás utilice actitudes propias de lo que se considera masculino. De esta manera encontramos que “aún aquel cuya conducta en público es abiertamente homosexual evita con cuidado provocar sospechas dentro de su familia” (Goffman, 2001: 70). Siguiendo el hilo de lo dicho por Goffman a continuación exponemos las aportaciones de Zaro (2008: 11), el cual afirma que “la invisibilidad es una de las estrategias que utilizan para protegerse del rechazo social, ya que el no exponer ante la opinión general la actividad que desarrollan evita la desaprobación. Asumen que existe una parcela de sí mismos que no pueden mostrar, esta invisibilidad es asumida y mantenida. Este es el modo en el que gestionan el estigma de cara a la sociedad, sobre todo con los seres queridos, la familia o la pareja sentimental”. 10 Por otro lado, "la persona normal cuando descubre un impulso desviado en sí misma, consigue controlar ese impulso pensando en las múltiples consecuencias que tendría para él el actuario" (Becker, 1971: 35). Dado esto el autor se cuestiona cómo se las arreglan las personas que rompen con estas normas socialmente establecidas para que esto no suponga un impacto de los compromisos sociales. De esto extrae dos hipótesis, en la primera se plantea que la persona ha evitado crear alianzas con la sociedad desde pequeño, si trasladamos esto al caso de la prostitución masculina esto podría ser un niño que se ha criado en un burdel y no tiene que mantener una imagen falsa frente al exterior. La segunda hipótesis que Becker se plantea es el desarrollo de motivos e intereses desviados, dado que "muchos tipos de actividad desviada surgen de motivos que se aprenden socialmente [...] el individuo aprende a participar en una cultura organizada alrededor de una actividad desviada en particular" (Becker, 1971: 138). En cuanto a la reproducción del estigma encontramos que cuando la persona estigmatizada es consciente de su condición, entonces puede ser que busque a sus semejantes, que busque la aprobación por parte de personas que comparten su mismo estigma (Goffman, 2001). Este planteamiento que Goffman nos muestra nos lleva a cuestionarnos si este mecanismo, totalmente natural que tenemos las personas de buscar a nuestros semejantes para sentirnos acogidos es a la vez un mecanismo de reproducción del propio estigma, puesto que en lugar de diversificarnos, nos clasificamos por estigmas. Por ejemplo, en el caso de las personas ciegas, éstas se pueden juntar dado que comparten una misma característica y pueden brindarse un apoyo mutuo y ser aceptados dentro del colectivo de estigmatizados, pero nuestra cuestión viene dada de preguntarnos si esta unión puede provocar una segregación de “los normales”, lo cual puede provocar que el estigma sea más fuerte debido a la separación del “mundo normal”. En esta línea Becker (1971: 45) explica que "el desviado que entra en un grupo desviado organizado e institucionalizado tiene muchas más posibilidades que nunca de continuar con sus costumbres", por otro lado, "los sistemas de racionalización de los grupos desviados tienden a incluir un repudio general de las 11 reglas morales convencionales, de las instituciones convencionales y de todo el mundo convencional". Volviendo a Goffman (2001) encontramos que es posible que se utilice la identidad social de las personas que están con un individuo como fuente de información sobre la identidad social de un sujeto en particular, basándose en la lógica de que este individuo es lo que los otros son. Un ejemplo de esto sería la consideración de asesinos hacia aquellas personas que se mueven con personas asesinas, aunque no conozcamos ningún aspecto de su vida. Si traspasamos esto al objeto de estudio de nuestra investigación, la prostitución masculina, encontramos que aquellas personas que se relacionan con prostitutos pueden ser consideradas como tal, al igual que aquellas que se mueven con personas consumidoras de prostitución masculina, también se las identificará como consumidor de prostitución. Goffman (2001: 37) también explica que dentro de un mismo grupo de acción que trabaja al servicio de personas estigmatizadas pueden existir discrepancias en ciertos aspectos con otro grupo, lo cual ocurre normalmente cuando la dirección del grupo está a cargo de personas que no tienen dicho estigma o a cargo de personas “normales”. Para que una persona estigmatizada aprenda a vivir con su estigma existe lo que Goffman (2001: 46) llama “carrera moral”, la cual está compuesta por diversas fases, una de las fases consiste en que la persona estigmatizada asuma lo que las personas “normales” piensan de ella, el estigmatizado debe incorporar esas creencias como válidas. Otra de las fases consiste en que esta persona “aprenda que posee un estigma en particular y las consecuencias de poseerlo”. En el caso de la prostitución masculina nos encontramos que “culturalmente se asocia una determinada práctica sexual con una orientación sexual determinada como por ejemplo el sexo anal con la homosexualidad. [...] En la realidad existe una amplia diversidad afectivo-sexual, algunos se definen como heterosexuales, un 30,7 %, otros como bisexuales un 46,5% y por último como homosexuales un 22,8%” (Zaro, 2007 y Zaro, 2008: 7). Es importante tener en cuenta que los prostitutos en su mayoría llevan a cabo esta práctica por motivos económicos y no 12 por disfrute, de tal manera que lo importante no es su orientación sexual, sino la práctica que llevan a cabo. Un estudio realizado en Nueva Orleans de la mano de Morse (1991) plasmó unos datos similares a los de Zaro, y es que en cuanto a la orientación sexual de los prostitutos el 20% se declararon homosexuales, el 41% bisexuales y el 39% heterosexuales (Bimbi, 2007). En cuanto a la transformación de un estigma, Goffman (2001: 41) expone que una persona poseedora de un estigma determinado alcanza notoriedad, porejemplo, porque gana un premio, todo el colectivo poseedor de dicho estigma “se vuelven repentinamente accesibles para los normales que los rodean en forma más inmediata y son objeto de una ligera transformación de crédito o descrédito”. Cuando esto sucede es posible que a dicha persona se le atribuya la tarea de representar a su categoría de estigmatizados. En el caso de la prostitución masculina un ejemplo de esto sería Denham Fouts, un miembro de la alta sociedad que rompía con los estereotipos existentes sobre el prostituto. Fruto de su historia Arthur Vanderbilt (2014) escribió su libro “Best-kept Boy in the World” que cuenta la historia de Denham Fouts, un joven proveniente de una familia acomodada y con una gran educación. Las personas que poseen un estigma con el cual no se sienten a gusto pueden intentar transformarlo. La explicación que Goffman (2001) hace de esto nos remite a pensar en algo que siempre nos ha suscitado un gran interés, y son aquellas personas de clase baja que visten con ropa de imitación de grandes marcas. Nos hemos cuestionado si esto lo hacen porque les gusta la prenda en sí o por intentar cambiar su imagen de clase baja a clase alta. A estos signos portadores de información Goffman los denomina “símbolos” y en el caso mencionado serían “símbolos desidentificadores”. Por otro lado, Goffman (2001: 31) lleva a cabo una diferenciación entre la identidad real y la identidad virtual y la posibilidad de que exista una discrepancia entre ellas. Dicha discrepancia si es sabida por otras personas puede dañar su identidad y provocar un aislamiento social, de esta manera se convierte en “una persona desacreditada frente a un mundo que no lo acepta”. 13 Volviendo a Becker (1971: 39) encontramos que este autor distingue entre dos tipos de personas poseedoras de una desviación al ser descubiertas, las primeras serían aquellas que se autocastigan por ello, que se arrepienten. Las segundas serían aquellas que se sienten liberadas al ser conocida su desviación, incluso es posible que estuvieran buscando ser descubiertas. En este segundo caso "la consecuencia más importante es un cambio drástico en la identidad pública del individuo. El haber cometido un acto prohibido y el haber sido públicamente descubierto implica un cambio de estatus". Si trasladamos esto al objeto de estudio, es decir a la prostitución masculina encontramos que podemos diferenciar entre aquellos hombres que se avergüenzan al ser descubiertos y aquellos que se sienten liberados y es a partir de ese momento que construyen una nueva identidad pública. En cuanto a cómo se puede transformar un estigma es inevitable pensar en el concepto “queer”, el cual se emplea para designar a personas que no se identifican con el modelo de género binario hombre-mujer. Anteriormente “queer” era un insulto, una palabra que se utilizaba para menospreciar a aquellas personas “extrañas”, pero tal y como dice Butler (1993: 319) “los términos a través de los cuales insistimos en politizar la identidad y el deseo, a menudo exigen que uno se vuelva contra esta historicidad constitutiva”. Esta reconceptualización del término supone la victoria del colectivo “queer”, el cual ha conseguido definirse con una palabra llena de historia. Lo “queer” surgió como una teoría postmoderna en Estados Unidos. Tiene como máximos exponentes a las escritoras Judith Butler, Eve Sedgwick Kosofsky, Donna Haraway y Teresa de Lauretis, quienes tomaron los conceptos de sexo, sexualidad y género de las teorías feministas, del movimiento de liberación gay, de Monique Wittig y Michel Foucault, los cuales llevaron a cabo una des-ontologización de las políticas y de las identidades y emprendieron un camino de discusión y debate acerca de las operaciones discursivas que construyen la normalidad sexual (Sierra, 2009). Para ir concluyendo con el marco teórico queremos presentar las tres formas más comunes de prostitución masculina que plantean Guasch y Lizardo, las cuales son los modelos “outdoor”, “indoor” y “online”. El modelo “outdoor” se refiere a la 14 prostitución llevada en espacios públicos, como por ejemplo en un parque o en un parking y los autores relacionan esta práctica con lo que Goffman (2009) llama teoría del interaccionismo estratégico, según la cual a pesar de que exista un caos, dentro de él existe un orden ya que hay normas tanto implícitas como explícitas que regulan las actuaciones de las personas (Guasch, Lizarde, 2017). Guasch y Lizarde (2017) exponen que una de las diferencias de género existentes entre hombres y mujeres es que la mujer siempre ha estado reservada al mundo de lo privado, mientras que el hombre ha pertenecido al espacio de lo público, de ahí que se estigmatice en mayor grado a la mujer. Por otro lado, una diferencia importante es el hecho de que el porcentaje de hombres que están bajo el mandato de un proxeneta es mucho menor, apenas existe proxenetismo en la prostitución masculina. Un dato importante acerca de la prostitución callejera es que “con frecuencia los jóvenes que se inician en el trabajo sexual callejero cuentan con otros, con más experiencia que les ofrecen consejo y protección durante un tiempo (además de seguridad emocional y afecto)” (Azaola, Estés, 2003 y Guasch, Lizarde, 2017: 39). Por otro lado, encontramos que los prostitutos suelen ubicarse en sitios muy concurridos como por ejemplo centros comerciales, grandes avenidas etc. donde las personas que pasean no sospechen de lo que está sucediendo (Guasch, Lizarde, 2017). Los prostitutos callejeros suelen ser “jóvenes vulnerables y en proceso de exclusión social”. El motivo por el cual deciden llevar a cabo esta práctica es “para escapar de la homofobia y del estricto control social” y para así “ganar dinero de una forma rápida”. Por otro lado, suelen ser personas con un bajo nivel de formación y con problemas de drogas, lo cual se ha comprobado en España pero también en investigaciones realizadas en otros lugares como Canadá o Estados Unidos (Guasch, Lizarde, 2017: 41). En esta misma línea una investigación realizada en Colombia muestra afirmaciones del mismo carácter que Guasch y Lizarde, afirmando que “el ejercicio de la prostitución de hombres en sitios públicos –plaza o parque-, instituyen una de las 15 prácticas de mayor ocultamiento, represión y discriminación, cuyo conocimiento desde las ciencias sociales es escaso”. Por otro lado, “los varones que hacen uso de estos espacios han sido identificados como un grupo que tiene necesidades específicas en materia de vivienda, salud sexual, gestión de abuso de sustancias y situaciones ilícitas” (Mendieta, Ramírez, Pérez, 2015: 1383). El modelo “indoor” comenzó a implementarse en España “tras la muerte del dictador Francisco Franco, en un contexto de contracción de la economía global posterior a la crisis del petróleo de 1973” . Este nuevo modelo provoca que se lleven a cabo unas dinámicas diferentes, en las cuales ya no se ve el regateo, sino que existen unas normas explícitas y unos precios estipulados. Del precio que el cliente paga a lo que el prostituto recibe la media es del 50% (Guasch, Lizarde, 2017: 66). Este modelo no sólo enmarca a los pisos de prostitutos, sino que también otros espacios como por ejemplo las saunas. Para atraer a los clientes en espacios como las saunas gais, los prostitutos “empiezan a reproducir las formas comunes de corporalidad, masculinidad e imaginería gay como estrategia de construcción social del deseo erótico en su trabajo”. Lo característico de este modelo es que la mayor parte de la clientela es gay, por lo cual los sitios en los cuales se ofrece en gran medida están orientados a clientes gais. Por último, y tal y como Zaro (2008) expone, la mayoría de prostitutos de este modelo son inmigrantes de países pobres como Brasil (Guasch, Lizarde,2017: 72). Una investigación realizada por Salmerón en Valencia y Castellón sobre una muestra de 100 prostitutos, los cuales todos practicaban la prostitución en pisos, desveló que un 95% de los prostitutos eran inmigrantes, mayoritariamente de Latinoamérica y sólo un 17% procedía de países europeos (Salmerón, 2011). Salmerón llevó a cabo un estudio en Canadá en el que exploró las circunstancias asociadas a la realidad psicosocial de los prostitutos a partir del cual descubrió que al igual que en España, también existía un gran componente migratorio y de movilidad. De esta investigación Salmerón encuentra que la motivación es básicamente económica y que lo consideran como algo temporal (Salmerón, 2009 citado en Mendieta, Ramírez, Pérez, 2015: 1375). 16 El modelo online comenzó según Guasch y Lizarde (2017: 100) en el año 2000 pero fue a raíz de la crisis de 2008 que esta práctica entró en auge, “la crisis económica en combinación con el desarrollo y despliegue de las nuevas tecnologías, confirman la pujanza de un nuevo modelo homogay en el que la conexión intensa de las subculturas gais con ciertos espacios públicos entra en crisis”. Internet provoca que la organización de diferentes eventos se publique en páginas web y redes sociales, por otro lado, el hecho de mostrarse pública y abiertamente en internet como prostituto o simplemente como homosexual es algo que sucede sobre todo entre los “milenials” y les es más complicado dar este paso de pérdida del anonimato a los prostitutos de mayor edad. Desde este modelo se utiliza la publicidad en internet lo cual permite “tener una agenda de reservas, por ejemplo, de los hombres de negocios y de los turistas de viaje en una ciudad”). Algunos ejemplos de páginas online serían “Rentboy.com”, en la cual puede inscribirse cualquier persona y publicitarse como prostituto y te dan algunos consejos como el tipo de fotografía que sería mejor para tu perfil o como escribir el texto de presentación (Guasch, Lizarde, 2017: 125). Tras un estudio de Morrison en Canadá acerca de la prostitución online se descubrió “que la percepción de estos hombres sobre el comercio sexual antes y durante su participación se da en dos vías: los que perciben su ejercicio desde la mitificación de ‘prostituto’ [...], y otro que no tiene claramente definida su labor, la percibe como positiva” (Mendieta et al, 2015: 1382). Por último, en este modelo se requiere que la persona tenga un nivel educativo medio o alto, ya que será necesario que hable varios idiomas y tenga disponibilidad para viajar. Por otro lado, deben llevar a cabo una gran organización a nivel de álbumes fotográficos, gestión financiera (cuestiones de tributación y de impuestos). En definitiva, “trabajen o no en casa, el modelo online es una actividad “freelance” en la que los trabajadores sexuales controlan todo el proceso de producción del servicio que ofrecen” (Guasch, Lizarde, 2017: 119). Es evidente que frente a las diferentes formas de ejercer la prostitución deben existir unas intervenciones preventivas y una organización comunitaria que tenga en cuenta la cultura, identidad y política de los grupos sociales. No se puede intervenir de igual 17 manera con todos los prostitutos, no se pueden hacer generalizaciones ya que distan mucho las características de los hombres que ejercen la prostitución por internet, los que buscan a sus clientes en la calle, o los que lo hacen en locales, fiestas etc. De tal manera que los riesgos específicos de estas poblaciones requieren políticas de prevención específicas y de intervenciones tanto desde el trabajo social como desde enfermería que no presenten una estigmatización. Debe existir una mirada amplia en la que se tenga en cuenta a la persona como sujeto, con todas sus características (Guasch, Lizarde, 2017). Por otro lado, Becker (1971) lleva a cabo una diferenciación entre aquellas conductas que el sujeto percibe como desviadas y aquellas que no percibe como desviadas. De esta reflexión de Becker nos cuestionamos hasta qué punto el hecho de vivir en una sociedad moderna con unas leyes morales que conciben la prostitución como una conducta desviada, cambiaría esto si viviéramos en una sociedad en la cual no se considerara como un acto desviado. ¿Podríamos ejercer la prostitución sin sentirnos desviados? Si seguimos las aportaciones de Becker encontramos que sí, ya que las reglas son construcciones que varían dependiendo el momento histórico y el lugar. En el caso de la prostitución, esta práctica no estaba mal vista hasta la aparición de la religión católica, la cual condenó esta actividad (Perlongher, 1993). Nos suscita grandes interrogantes la afirmación que lleva a cabo Beatriz Gimeno (2008), según la cual el estigma es necesario para el mantenimiento de la prostitución, puesto que los clientes buscan la prostitución precisamente para transgredir las normas sobre los cuerpos. Autores como Guasch y Lizarde (2017) exponen que en la prostitución masculina no se establece el rol de dominación que prevalece en la prostitución femenina. Por otro lado, es importante resaltar como diferencia que las mujeres que ejercen la prostitución normalmente ésta es su única vía de ingresos, en cambio en los hombres suele ser un sobresueldo. Los hombres además experimentan menos violencia y persecución policial, además de abandonar la práctica antes que ellas. Otro dato comparativo entre la prostitución masculina y la femenina es que, en la prostitución masculina, quien consume esta prostitución recibe un gran estigma de desviado, cosa que no ocurre con los consumidores de prostitución femenina. 18 Por último, Guasch y Lizardo (2017) exponen también que una de las diferencias de género existentes entre hombres y mujeres a la hora de ejercer la prostitución y es que el porcentaje de hombres que están bajo el mandato de un proxeneta es mucho menor, apenas existe proxenetismo en la prostitución masculina. 1.2 Antecedentes y estado de la cuestión En la actualidad existen grandes tabúes al hablar de prostitución masculina, ya que hace referencia a una serie de “transgresiones respecto a cómo se concibe socialmente el género, la sexualidad y el deseo” (Córdova, 2002 citado en Mendieta, Ramírez, Pérez, 2015: 1379). Dentro del concepto “prostituto” existen diferentes identidades como la de “los travestis, los prostitutos viriles, gigolós, personas que ejercen prácticas de prostitución ocasionalmente, y diferentes denominaciones que pueden expresar características únicas que varían de un lugar a otro” (Perlongher, 1993 citado en Mendieta, Ramírez, Pérez, 2015: 1379). Por otro lado, tal y como expone Zaro (2008), los prostitutos se encuentran doblemente estigmatizados, ya que “la prostitución es considerada por la sociedad como algo ilegítimo y por otro, por tratarse de hombres que tienen sexo entre hombres cuando la norma imperante es la heterosexualidad”. Estamos en un momento histórico en el que la homosexualidad ya no está penada y poco a poco se está aceptando dentro de la sociedad, pero aún existe una gran homofobia (Villamil, 2006 citado en Zaro 2008 p: 11). En la actualidad si se habla de prostitución por lo general pensamos en la prostitución femenina, ya que tenemos el imaginario de que la mujer es la que comercializa con el cuerpo y el hombre es aquel que paga en busca de placer, pero existen autores como Benjamin y Masters (1964) que defienden que la prostitución masculina es más antigua que la femenina. Las primeras referencias que encontramos son de la antigua Grecia y de Roma. En Grecia encontramos que las relaciones sexuales entre hombres estaban bien vistas pero dependiendo de a qué clase social se pertenecía. Los guerreros y los filósofos por ejemplo mantenían relaciones sexuales con sus discípulos a cambio de 19 instruirlos. Por otrolado, en Grecia los prostitutos se ofertaban a cambio de dinero u objetos y estos bien acudían al domicilio del cliente o se ofertaban en la calle. Un dato interesante que contrasta con el actual es el hecho de que estos hombres no pretendían pasar desapercibidos, incluso llevaban una vestimenta específica para ser reconocidos (Salmerón, 2011). En la antigua Grecia también existían los burdeles y aquellos hombres que practicaban la prostitución debían pagar unos impuestos, de tal manera que estaba aceptado legalmente. Pero a pesar de ser legal, existían leyes en su contra como por ejemplo la prohibición de hablar en Asamblea (Salmerón, 2011). Por otro lado, en Roma la posición de la sociedad frente a la prostitución masculina fue cambiante. Hasta el S.III A.C. la prostitución era legal, pero a partir de ese entonces con la aplicación de la ley de Escatinia el trabajo sexual masculino se castigó. Los prostitutos en Roma no sólo eran utilizados con fines sexuales, sino que también cantaban en los banquetes, bailaban, lavaban los pies etc. (Salmerón, 2011). Tal y como expone Salmerón (2011: 58) en el año 342 tener relaciones sexuales con una persona del mismo sexo podía ser castigado con la hoguera. Hecho parecido a lo que defendía la Santa Inquisición en la Edad Media que castigaba todos aquellos actos que denominaban de “perversión”. A esto se le añadió que los misioneros y colonizadores que viajaban a otros territorios predicaban la homofobia, lo cual conllevaba que se tuviera que ejercer de manera clandestina. La situación de homofobia que se vive en la actualidad se debe a que lleva tras de sí un gran recorrido histórico. Hasta los siglos XVIII-XIX la homosexualidad se consideraba una perversión moral, para posteriormente atribuirse a factores genéticos, es decir a una enfermedad. Por otro lado, existieron autores que resonaron con sus aportaciones dentro de la sociedad como por ejemplo la afirmación de Sigmund Freud en el siglo XX acerca de que todas las personas tenemos una predisposición bisexual (Salmerón, 2011). A nivel internacional en los años 60 debido al movimiento hippy la sociedad lleva a cabo una transformación de los valores que tenía hacia un pensamiento de defensa 20 de la libertad de expresión y una mayor tolerancia hacia la homosexualidad. España, en cambio la dictadura de Francisco Franco frenó todos los movimientos relacionados con la libertad de expresión y la homosexualidad estaba considerada como una enfermedad. Pero tras la muerte del dictador la homosexualidad pasa a considerarse una opción más y las luchas del colectivo gay pasan a tener cada vez más peso y esto repercute en la aprobación de ciertas leyes y el empoderamiento de ciertas organizaciones que defienden a los prostitutos y pretenden mejorar su realidad (Salmerón, 2011). En cuanto al estado de la cuestión en España encontramos que apenas existen investigaciones acerca de la prostitución masculina. Como uno de los investigadores referentes acerca de esta práctica encontramos al trabajador social, activista LGTB y escritor Iván Zaro, el cual ha llevado a cabo un estudio mediante el relato de personas que practican la prostitución masculina tanto en la calle, como en espacios cerrados como a través de internet. Esta investigación se basa en conocer el perfil de los prostitutos, incluye la problemática del VIH, relaciona la inmigración con la prostitución masculina, examina los tipos de prostitución existentes y las historias detrás de cada hombre. El trabajo llevado a cabo tiene como fruto su libro publicado en 2006 llamado “La difícil vida fácil: Doce testimonios sobre prostitución masculina”. Oscar Guasch y Eduardo Lizardo (2017) también son investigadores a nivel nacional, además de autores del libro "Chaperos: precariado y prostitución homosexual", los cuales llevaron a cabo una revisión de la literatura existente, realizaron una observación participante, además de entrevistas en profundidad, grupos de discusión de tipo informal y una revisión de las páginas web que ofrecen servicios de sexo a través de internet. A nivel nacional también encontramos a Rafael Ballester y a María Dolores Gil (1996), los cuales escribieron un libro llamado "Prostitución masculina, estudio psicosocial en nuestro contexto" y posteriormente dirigieron una investigación realizada por Pedro Salmerón, fruto de la cual publicó su tesis doctoral. El estudio realizado sobre la realidad psicosocial de los prostitutos se llevó a cabo mediante 100 entrevistas, 96 de ellas a prostitutos que fueron entrevistados "haciendo plaza" en Valencia y 4 de ellas en Castellón. Se llevaban a cabo entrevistas 21 semiestructuradas y posteriormente se les entregaba un cuestionario para medir la "Escala de Compulsividad Sexual y la Escala de Búsqueda de Sensaciones Sexuales" (Kalichman, Rompa, 1995 citado en Salmerón, 2011: 168). A escala internacional, las investigaciones acerca de la prostitución masculina se desarrollaron desde una perspectiva centrada en la conducta desviada de la figura del prostituto (Zaro, 2008). En Estados Unidos se prestó atención a espacios virtuales, utilizando metodología cualitativa mediante entrevistas. Por otro lado existe una gran cantidad de investigaciones realizadas en Sudamérica, un ejemplo de ellos es la investigación realizada desde “Investigaciones Andina” de la mano de Giovane Mendieta, Juan Carlos Ramírez y Elizabeth Pérez (2015) los cuales realizaron una revisión narrativa de libros, artículos empíricos y capítulos de libros sobre prostitución masculina. Posteriormente llevaron a cabo un procedimiento basado en la formulación de la pregunta, la búsqueda bibliográfica y una identificación de los estudios existentes para posteriormente sistematizar los datos y realizar una evaluación y análisis de los artículos. Otro ejemplo es la investigación realizada por Néstor Perlongher en la ciudad de San Pablo, a partir de observaciones de campo realizadas entre 1982 y 1985. Dicha investigación puede definirse como exploratoria, descriptiva y cualitativa. Se llevó a cabo la obtención de datos mediante observaciones libres, "que consistían en la realización de itinerarios de “draga”, recogiendo impresiones, descripciones, situaciones y escenas de la manera más minuciosa posible", entrevistas itinerantes y entrevistas profundas (Perlongher, 1993: 23). De todos los estudios que hemos hallado no hemos encontrado ninguno similar al que presentamos, es decir, sobre la opinión de estudiantes de titulaciones de ciencias de la salud y sociales sobre este colectivo. Algunos autores abordan la cuestión del estigma pero, pero desde una visión general de la población y no poniendo el foco en un tipo de población especifico. 22 1.3 Justificación El motivo por el cual hemos decidido enfocar el estudio hacia la prostitución masculina es porque se trata de una temática desconocida para la sociedad, por lo que se crean prejuicios acerca de las personas que lo practican. Esto es habitual porque cuando no se sabe la realidad de un fenómeno se tiende a imaginarlo, a presuponerlo con la información que adquirimos por la televisión o por lo que se escucha en la calle. Nuestro propósito era investigar sobre alguna temática que estuviera poco investigada, para así llevar a cabo una investigación innovadora. Nos hubiese gustado plantear cuál es el estigma sobre esta práctica a nivel de Barcelona, pero debido a que se requiere de un proyecto mayor para obtener unos datos fiables, decidimos enfocarlo hacia los estudiantes de cuarto curso de trabajo social y de enfermería. Esta decisión se debe a que tanto desde trabajo social como desde enfermería se está en contacto con personas pertenecientes a colectivos vulnerables, de tal manera que a lo largo de la trayectoria profesional de dichos estudiantes decuarto es posible que se encuentren ante una intervención con un hombre que ejerza la prostitución masculina. Consideramos de gran importancia que estos futuros profesionales tengan las herramientas necesarias para abordar la problemática con una adecuada perspectiva de género y evitando caer en los estigmas y prejuicios existentes en la sociedad. Es importante para los profesionales de trabajo social y enfermería, ya que se lleva a cabo una interacción directa con la persona, la formación que tengan estos profesionales sobre cómo llevar a cabo una buena praxis, cómo intervenir desde una perspectiva de género, cómo trabajar nuestros prejuicios etc. son fundamentales para que la persona atendida se sienta cómoda y se pueda llevar a cabo una intervención correcta. Algunos autores resaltan, en referencia a la disciplina de Trabajo Social la importancia de que exista una formación con perspectiva de género, ya que es "una pieza vital para contrarrestar la creencia de que la intervención social es 23 neutra. Aplicar las gafas de género nos lleva a considerar estándares alternativos para el Trabajo Social, capacitando a los y las trabajadoras sociales para responder a las realidades y situaciones actuales de un mundo globalizado, donde las personas deben volver a resituarse en el centro" (Alcázar, Campos, 2014 citada en Tobías, 2018: 151). Según Tobías (2018) la existencia de una formación en igualdad de género constituye como una fortaleza, lo cual contribuye a terminar con las debilidades existentes. De esta manera, Eva Tobías (2018: 149) resalta que la perspectiva de género está estrechamente enlazada a un cambio estructural y social, de tal manera que precisa de “una continua revisión y cuestionamiento de lo que hacemos, para detectar y corregir las desigualdades existentes. Se requiere de una nueva forma de aproximarse a la realidad, y para ello hacen falta competencias y capacitación sobre qué significa el enfoque de género y cómo se lleva a la práctica”. Si buscamos aportaciones en referencia a la importancia de que la perspectiva de género esté integrada en la formación de enfermería la perspectiva de género, encontramos la visión de Arroyo y Chillón (2015: 5) , las cuales aportan que “el alumnado de Enfermería debe incorporar una nueva forma de mirar a las personas usuarias, tomando en cuenta todos los factores sociales que las acompañan, incluyendo el género como determinante de la salud y de la enfermedad, sin olvidar la morbilidad diferencial en el diagnóstico, en los tratamientos y en la población”. A nivel internacional es imprescindible nombrar a Butler, la filósofa y feminista que planteó las teorías “queer”, las cuales han provocado un gran cambio en la conceptualización del género. Siguiendo con los autores internacionales que abordan el tema de la prostitución masculina encontramos entre otros a Bimbi (2007) el cual aborda en profundidad el género y la identidad sexual de las personas que practican la prostitución masculina y extrae resultados muy parecidos a los extraídos en investigaciones a nivel nacional. Por otro lado nos encontramos con Perlongher (1993) el cual realizó una investigación en la ciudad de San Pablo y que nos plantea los antecedentes de la prostitución masculina. 24 Revisando el plan de estudios de ambos grados en la Universidad de Barcelona encontramos que en trabajo social existe una asignatura de carácter optativo llamada “género, diversidad sexual y trabajo social”, a partir de la cual los alumnos deben adquirir entre otros aspectos, la capacidad crítica sobre las relaciones sociales, la construcción de la diferencia y la desigualdad, aprender a reconocer y visibilizar las desigualdades y la discriminación y ser capaz de identificar los procesos sociales y culturales que promueven y perpetúan la desigualdad en función del sexo y el género. Por otro lado tras consultar el “libro blanco” de trabajo social de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación y realizamos la búsqueda de los tres conceptos que consideramos claves; “género”, “estigma” y “prejuicio”. El resultado fue que el concepto “género” se nombra en trece ocasiones, el concepto “estigma” se aborda en una ocasión y el concepto “prejuicio” no se aborda en ninguna ocasión. En cuanto al grado de enfermería no encontramos ninguna materia que plantee la cuestión de intervención mediante una perspectiva de género, ni tampoco ninguna materia optativa en las universidades públicas de Cataluña. Al igual que con el grado de trabajo social, en este caso también hemos realizado una búsqueda en el “libro blanco” de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación de los tres conceptos clave; “género”, “estigma” y “prejuicio” y ninguno de ellos aparece en ningún momento a lo largo de todo el documento. Esta formación en género se ha incluido en algunas universidades españolas como asignaturas de formación básica, por ejemplo, en la Universidad de Sevilla2, la asignatura “Género y salud” y en la Universidad de Valencia3, la asignatura “Sociología, género y salud”. A pesar de que sólo en algunas universidades se haya implementado el género como materia académica, si revisamos el orden CIN/2134/2008, de 3 de julio, en el cual se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Enfermero encontramos que uno de los objetivos establecidos es “comprender el comportamiento interactivo 2 Plan de estudios de la Universidad de Sevilla: http://webapps.us.es/fichape/Doc/HIM/HIMat_157.pdf 3 Plan de estudios de la Universidad de Valencia: https://www.uv.es/uvweb/universidad/es/estudios- grado/oferta-grados/oferta-grados/grado-enfermeria- 1285846094474/Titulacio.html?id=1285847387010&plantilla=UV/Page/TPGDetaill&p2=2 http://webapps.us.es/fichape/Doc/HIM/HIMat_157.pdf http://www.uv.es/uvweb/universidad/es/estudios- 25 de la persona en función del género, grupo o comunidad, dentro de su contexto social y multicultural” (Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado, 2008). A partir esta investigación se ha analizado cuál es el estigma que tanto estudiantes de trabajo social como de enfermería tienen acerca de la prostitución masculina, para así explorar preliminarmente si ambas carreras trabajan sobre el estigma, de dónde nacen las ideas preconcebidas que se tienen sobre esta práctica y saber si estos futuros profesionales finalizan los estudios con una base de intervención con perspectiva de género y libre de prejuicios. Es importante determinar si para el presente estudio hemos tenido en cuenta el sexo o el género de las personas que se prostituyen, ya que dentro de la prostitución encontramos a las personas travestidas, que son personas del sexo masculino que se sienten mujer, de tal manera que siguiendo las aportaciones de Butler (1993) estas personas no han sido incluidas dentro de la investigación, ya que se ha tenido en cuenta el género de la persona por encima del sexo, es decir ha prevalecido lo que la persona se considera. Por otro lado, encontramos que los estudios acerca de la prostitución están en su mayoría claramente enfocados a la prostitución femenina, lo cual tiene sentido si tenemos en cuenta que el 90% de las personas que ejercen la prostitución son mujeres, el 3% son hombres y el 7% son transexuales. Dado este hecho, las investigaciones realizadas acerca de la prostitución masculina son escasas, frente al gran número de investigaciones acerca de la prostitución femenina (Díez, 2012). 1.4 Pregunta de investigación Por todo lo anterior, nos planteamos la siguiente cuestión: ¿Cuál es la percepción que tienen los estudiantes de trabajo social y enfermería acerca de la prostitución masculina? 26II. Objetivos generales y específicos de la investigación 2.1 Objetivo general - Conocer la percepción acerca de la prostitución masculina de los estudiantes de cuarto curso de trabajo social y enfermería. 2.2 Objetivos específicos - Comparar los prejuicios de los estudiantes de cuarto de trabajo social y enfermería y los datos verificados acerca de la prostitución masculina. - Descubrir si existe una formación con perspectiva de género y en caso de existir, conocer la opinión que tienen los estudiantes. - Explorar si los estudiantes de trabajo social y enfermería tienen una formación centrada en la persona sin estigmatización y con una atención sin prejuicios. 27 III. Metodología 3.1 Diseño Se ha llevado a cabo una investigación de tipo cualitativa ya que se pretendía que el proceso de investigación fuera flexible y abierto. En esta línea el curso de las acciones se ha regido por los participantes y la evolución de los acontecimientos, de este modo, el diseño se ha ajustado a las condiciones del escenario. Se ha utilizado el diseño fenomenológico, lo cual nos ha permitido tener en cuenta las experiencias individuales subjetivas de los participantes, describir y entender los fenómenos desde el punto de vista de cada participante y desde la perspectiva construida colectivamente (Salgado, 2007). Se ha utilizado esta técnica debido a que lo que nos planteamos es conocer los significados que los individuos dan a su experiencia para así ver las cosas desde el punto de vista de otras personas, describiendo, comprendiendo e interpretando. Lo que pretendemos es entender los fenómenos desde el punto de vista de cada participante y desde la perspectiva construida colectivamente. Se han analizado los discursos de los participantes y se ha realizado una búsqueda de sus posibles significados. Tal y como expone Salgado (2007: 73) desde el diseño fenomenológico se responden a la pregunta “¿Cuál es el significado, estructura y esencia de una experiencia vivida por una persona (individual), grupo (grupal) o comunidad (colectiva) respecto de un fenómeno?” Por otro lado Neubauer, Witkop y Varpio (2019: 95) exponen que “la investigación fenomenológica puede ampliar nuestra comprensión de los fenómenos complejos involucrado en el aprendizaje, el comportamiento y la comunicación que son pertinentes a nuestro campo”. Entre los grandes nombres referentes al método fenomenológico encontramos a Schütz (1962), el cual en su libro “the problema of the social reality” lleva a cabo una explicación que nos ha parecido muy interesante en la cual ejemplifica el método explicando que el mundo de la naturaleza, tal como lo explora el científico natural, no significa nada para las moléculas, átomos y electrones. Pero en el campo de 28 observación del científico social, la realidad social, tiene un significado y estructura de referencia para los seres humanos que viven, actúan y piensan en él . Consideramos que el diseño fenomenológico es el diseño de investigación que más concuerda con nuestra pregunta de investigación, la cual se centra en descubrir cuál es la percepción que tienen los estudiantes de trabajo social y enfermería acerca de la prostitución masculina. Así como también se ajusta a nuestros objetivos, los cuales se centran en conocer, comprar, descubrir y explorar. 3.2 Ámbito o lugar de estudio En un primero momento se planteó solicitar un aula en la Universidad de Barcelona para llevar a cabo el estudio. La disposición de los participantes y de la moderadora del grupo pretendía ser sentados en círculo para así propiciar un ambiente agradable, que todos se pudieran ver y estuvieran en igualdad de posición. Desafortunadamente la pandemia del Covid-19 provocó que esto no se pudiera llevar a cabo. Ante esta situación, realizamos los dos grupos focales a través de una plataforma digital llamada Zoom, en la cual nos conectábamos todos los participantes desde sus respectivas viviendas. Los estudiantes pertenecían a tres universidades diferentes pero todos ellos cursaban cuarto curso. Por un lado, todos los participantes del grupo focal de Trabajo Social pertenecían a la Universidad de Barcelona. Por otro lado, cinco miembros del grupo focal de enfermería pertenecían al Centro Universitario de Enfermería “San Juan de Dios” de la Universidad de Sevilla, mientras que los dos restantes pertenecían a la Universidad Autónoma de Barcelona. 29 3.3 Participantes en la investigación Los grupos de discusión han estado compuestos uno de ellos por alumnos de trabajo social y otro con alumnos de enfermería, en ambos intentando que participaran personas de ambos sexos. La muestra se ha seleccionado por bola de nieve, ya que teníamos contacto con estudiantes de cuarto de ambas disciplinas que se han ofrecido a participar en el estudio. A partir de estos contactos han surgido nuevos contactos que nos han facilitado estos. Como criterio de inclusión se estableció que fueran estudiantes de cuarto de trabajo social o de enfermería, de cualquier universidad de España. Todas aquellas personas que no cumplieran con estos criterios no podían participar en este estudio. El muestreo ha sido de tipo teórico, ya que se ha seleccionado, codificado y analizado el perfil de los participantes y a partir de la información recogida (tipo de estudios, edad y género) se ha decidido quiénes eran los participantes. Las decisiones iniciales para la recolección teórica de información han estado basadas en un tema general o en el área del problema. Para llevar a cabo la elección de la muestra nos hemos basado en tres ejes discursivos: disciplina, edad y sexo. Por otro lado cabe resaltar que a pesar de que los grupos se han intentado hacer lo más heterogéneos posibles, en ambas disciplinas encontramos una feminización de la profesión, sobretodo en trabajo social, lo cual ha dificultado la existencia de un número igual de hombres y mujeres. De esta manera, en el grupo de estudiantes de cuarto de trabajo social han participado seis personas, de las cuales cinco han sido mujeres y un hombre. En cuanto al grupo realizado con estudiantes de cuarto de enfermería, han participado ocho personas, de las cuales cinco han sido mujeres y tres hombres. 30 Tabla 1. Participantes del estudio Participantes Sexo Grado formativo Universidad Mayor o Menor de 25 años Participante 1 F Trabajo Social Universidad de Barcelona Menor de 25 años Participante 2 F Trabajo Social Universidad de Barcelona Menor de 25 años Participante 3 F Trabajo Social Universidad de Barcelona Menor de 25 años Participante 4 F Trabajo Social Universidad de Barcelona Menor de 25 años Participante 5 F Trabajo Social Universidad de Barcelona Mayor de 25 años Participante 6 M Trabajo Social Universidad de Barcelona Menor de 25 años Participante 7 F Enfermería Universidad de Sevilla Menor de 25 años Participante 8 F Enfermería Universidad de Sevilla Menor de 25 años Participante 9 F Enfermería Universidad de Sevilla Mayor de 25 años Participante 10 F Enfermería Universidad Autónoma de Barcelona Mayor de 25 años Participante 11 F Enfermería Universidad de Sevilla Menor de 25 años Participante 12 M Enfermería Universidad de Sevilla Menor de 25 años Participante 13 M Enfermería Universidad de Sevilla Menor de 25 años Participante 14 M Enfermería Universidad Autónoma de Barcelona Menor de 25 años Fuente de elaboración propia 31 3.4 Técnicas para la recolección de datos Se han llevado a cabo dos grupos focales compuestos por 6 y 8 miembros de cuarto curso de trabajosocial y de enfermería. Se ha realizado un único encuentro con cada grupo, de aproximadamente 90 minutos, aunque el tiempo de estas no estaba prefijado, ya que tal y como exponen García y Mateo (2000: 4) “aunque la duración de una reunión suele oscilar en 90-120 minutos, no existe un límite. La reunión termina cuando se agota la información que surge del grupo sobre los temas a tratar”. Debido a que queríamos conocer el estigma que tienen los estudiantes sin que nada interfiriera en ello decidimos convocarlos sabiendo el tema a tratar pero sin explicar que se analizaría el estigma y los prejuicios. En cuanto al desarrollo de la reunión, esta se ha llevado a cabo de manera digital a través de la plataforma Zoom. Se ha seguido el procedimiento que planteaban García y Mateo (2000), el cual comenzaba la reunión con una primera fase que es la introducción, la cual comenzó con una breve presentación del proyecto de investigación y del propósito del encuentro. Antes de comenzar solicitamos la autorización para grabar las voces, explicando que la finalidad de la grabación es para poder realizar un buen análisis de la información recabada y aclaramos que todos los datos son confidenciales y se han mantenido en el anonimato a la hora de redactar los resultados obtenidos, en ningún caso los nombres que se plasman en la transcripción (Anexo 13.3) son reales. La segunda fase del desarrollo del grupo focal fue la presentación del grupo, en la cual se invitó a cada miembro a presentarse para así tal y como exponen García y Mateo “romper el hielo”. Esta fase tenía como objetivo “transformar la reunión de varios individuos en un grupo que interactúa entre sí, de modo que el moderador procura intervenir lo menos posible para que se propicie verdaderamente un intercambio entre los participantes” (García, Mateo, 2000: 4). En la tercera fase se ha llevado a cabo el debate, comenzando por el planteamiento de preguntas generales y pasando a realizar preguntas más concretas. Siguiendo el planteamiento de García y Mateo (2000: 4) “aquí la moderación adquiere mayor 32 grado de complejidad, ya que se ha de mostrar una actitud de escucha activa y no enjuiciadora, a la vez que se conduce la discusión hacia los temas relevantes”. Por último, encontramos el cierre de la sesión en el cual se resumen los temas tratados, se vuelve a comentar la utilidad que se la dará a la información recogida y se agradeció la colaboración de los participantes. 3.5 Procedimiento de recogida de datos Previo a la realización del grupo focal se ha preparado un guion abierto (Anexo 13.2), con cuestiones que abordan el tema a tratar clasificadas en cuatro categorías temáticas y desde lo general hasta lo más particular. Una vez realizado el guion este fue contrastado con mi tutora para que lo aceptara o bien me propusiera mejoras. El grupo focal se ha llevado a cabo a través de la plataforma Zoom, mediante la cual hemos podido conectarnos a una hora acordada los participantes de un grupo un día y los participantes del segundo grupo otro día. Este grupo virtual sustituye al grupo focal presencial planteado previamente a la epidemia del coronavirus. Una vez realizados los grupos focales se ha llevado a cabo una transcripción de los verbatines de los participantes (Anexo 13.3) que respondían a alguna de las categorías planteadas y se han analizado y comparado las respuestas que han tenido los estudiantes de una disciplina y la otra para así reconocer si existía alguna diferencia entre las percepciones de una disciplina y la otra. Por otro lado, se ha llevado a cabo una comparación de lo que los participantes han afirmado con lo que diferentes investigadores sobre prostitución masculina afirman. 3.6 Análisis de los datos Una vez llevada a cabo la hoja de vaciado de datos se ha realizado un proceso de comprensión e interpretación del contenido de los verbantines dentro de sus categorías, para poder responder a la pregunta de investigación. En este pre análisis se ha intentado captar el sentido de las frases que se han utilizado en la sesión, así 33 como se ha anotado todo lo que pensemos que haya podido influenciar en la reunión (González, Más: 2003). El primer paso para llevar a cabo el análisis de los grupos focales ha sido la hoja de vaciado de datos, para lo cual se ha llevado a cabo una selección de las afirmaciones emitidas por los participantes que consideramos relevantes para la investigación y se elaboró un listado de las mismas, para por consiguiente poder realizar una clasificación o categorización de las afirmaciones y poder agruparlas por temas. A priori se plantearon diferentes subcategorías en base a las preguntas realizadas y después tras el grupo han surgido nuevas subcategorías en base a lo expuesto por los participantes (González, Más: 2003). Por último, se llevó a cabo la interpretación de los datos obtenidos, lo cual conlleva plantear una explicación de los datos y analizar el contenido de las opiniones recogidas (González, Más: 2003). Para finalmente describir y resumir lo descubierto. Para llevar a cabo el estudio hemos planteado 4 categorías, las cuales se han dividido en diferentes subcategorías que han servido de base para estructurar el guion utilizado en los grupos focales. Las categorías y subcategorías del estudio quedan definidas de la siguiente manera: - Percepción física y subjetiva de la prostitución masculina. En esta categoría se han analizado 5 subcategorías que tienen que ver con: lo que piensan los participantes acerca de la prostitución masculina; cual es el perfil físico y el perfil a nivel social que imaginan; la interacción que creen que estas personas tienen con el entorno; y por último, de dónde procede este imaginario. - Motivos que llevan a esta práctica. En esta categoría se han analizado 2 subcategorías: los motivos que piensan que conducen a ejercer la prostitución masculina y la comparación que llevan a cabo con la prostitución femenina. - Legalidad. En esta categoría solamente se ha analizado la percepción acerca de la legalidad o ilegalidad de la prostitución masculina. - Formación. En esta última categoría han surgido 6 subcategorías emergentes que hemos denominado: formación específica en prostitución masculina; 34 formación en género; intervención con perspectiva de género; visión estigmatizante; grados formativos; y por último las posibles mejoras Tabla 2. Categorías y subcategorías principales del estudio Categoría 1: Percepción física y subjetiva de la prostitución masculina Qué es lo que piensan los participantes Perfil físico Perfil a nivel social Interacción con el entorno Procedencia del imaginario Categoría 2: Motivos que llevan a esta práctica Motivos que piensan que conducen a ejercer la prostitución masculina Comparación con la prostitución femenina Categoría 3: Legalidad Percepción acerca de la legalidad o ilegalidad de la prostitución masculina Categoría 4: Formación Formación específica en prostitución masculina Formación en género Intervención con perspectiva de género Visión estigmatizante Grados formativos Posibles mejoras Fuente de elaboración propia 35 3.7. Rigor científico En cuanto al rigor científico y de la mano de las aportaciones de Guba (1981) en este campo, se han planteado como criterios de rigor: el valor de la verdad, la aplicabilidad, la consistencia y la neutralidad. En cuanto al valor de la verdad o credibilidad se refiere a la validez interna, a la aproximación de los resultados de una investigación frente al fenómeno observado. Para garantizar que esto se cumpla se ha solicitado a los participantes que lean los resultados del trabajo para ver si sienten reflejados sus discursos. En segundo término, encontramos la aplicabilidad o transferencia, lo
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