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TFM_Prostitucion_masculina

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UNIVERSIDAD DE BARCELONA Y CAMPUS DOCENTE SAN JUAN DE DIOS 
 
 
TRABAJO DE FIN DE MÁSTER 
 
 
El estigma de la prostitución masculina en 
estudiantes de trabajo social y enfermería 
 
Trabajo de fin de máster presentado por 
 
Mónica Prada Blanco 
 
 
Tutor del trabajo 
 
Almudena Arroyo Rodríguez 
 
 
Septiembre, 2020 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“Elije tu presentación personal con cuidado, ya que lo que comienza como una máscara 
puede convertirse en tú rostro”- Erving Goffman. 
Agradecimientos 
 
Quiero dedicar este trabajo en primera instancia a Almudena, que me ha acompañado a lo 
largo de este proceso, siendo mi guía y mostrando una gran dedicación por su trabajo. 
También quiero agradecérselo a mi padre y a mis amigos Manel, Marta y Carla por ser esa 
fuente de energía que me alimenta día a día y por último a todos aquellos que a pesar de la 
distancia y de las circunstancias han participado de manera altruista en esta investigación. 
Índice 
Resumen ................................................................................................................................. 1 
Abstract ................................................................................................................................... 2 
I. Introducción .......................................................................................................................... 3 
1.1 Marco teórico y conceptual ............................................................................... 3 
1.2 Antecedentes y estado de la cuestión ............................................................. 18 
1.3 Justificación .................................................................................................... 22 
1.4 Pregunta de investigación ............................................................................... 25 
II. Objetivos generales y específicos de la investigación ....................................................... 26 
2.1 Objetivo general .............................................................................................. 26 
2.2 Objetivos específicos ...................................................................................... 26 
III. Metodología ..................................................................................................................... 27 
3.1 Diseño ............................................................................................................. 27 
3.2 Ámbito o lugar de estudio ............................................................................... 28 
3.3 Participantes en la investigación .................................................................... 29 
3.4 Técnicas para la recolección de datos ............................................................ 31 
3.5 Procedimiento de recogida de datos ............................................................... 32 
3.6 Análisis de los datos ....................................................................................... 32 
3.7. Rigor científico ............................................................................................... 35 
IV. Consideraciones éticas .................................................................................................... 36 
V. Cronograma ...................................................................................................................... 37 
VI. Presupuestos ................................................................................................................... 38 
VII. Resultados ...................................................................................................................... 39 
VIII. Discusión ....................................................................................................................... 53 
IX. Conclusiones ................................................................................................................... 58 
X. Limitaciones de la investigación........................................................................................ 60 
XI. Impacto social y proyección de los resultados de la investigación ................................... 62 
XII. Bibliografía ...................................................................................................................... 63 
XIII. Anexos ........................................................................................................................... 67 
13.1 Consentimiento informado para los participantes en el grupo focal .............. 67 
13.2 Guion grupo focal .......................................................................................... 68 
13.3 Transcripción de los grupos focales .............................................................. 70 
Índice de tablas 
 
Tabla 1. Participantes del estudio ............................................................................................... 30 
Tabla 2. Categorías y subcategorías principales del estudio ...................................................... 34 
Tabla 3. Concepto inicial sobre la prostitución masculina........................................................... 40 
Tabla 4. Percepción física del prostituto ..................................................................................... 42 
Tabla 5. Imaginario de los estudiantes sobre el entorno social del prostituto ............................. 43 
Tabla 6. De dónde procede la imagen que tienen los estudiantes a cerca de la prostitución 
masculina .................................................................................................................................... 44 
Tabla 7. Qué motivos consideran los estudiantes que conducen a los hombres a ejercer la 
prostitución ................................................................................................................................. 45 
Tabla 8. Consideración de los estudiantes acerca de si la prostitución masculina debería ser 
legal o no .................................................................................................................................... 47 
Tabla 9. Trato del tema de la prostitución masculina en la carrera ............................................. 49 
Tabla 10. Percepción acerca de la implementación de una enseñanza con perspectiva de 
género a lo largo de la carrera .................................................................................................... 51 
Tabla 11. Propuestas de mejora de la formación ....................................................................... 52 
Tabla 12. Guion de preguntas grupo focal .................................................................................. 69 
Tabla 13. Transcripción grupo focal Trabajo Social .................................................................... 70 
Tabla 14. Transcripción grupo focal enfermería ......................................................................... 76 
 
1 
Resumen 
 
 
Este estudio se basa en investigar cual es el estigma que tienen los estudiantes de 
cuarto de trabajo social y de enfermería acerca de la prostitución masculina, un tipo 
de prostitución que consideramos está invisibilizada. 
El objetivo general que nos hemos planteado es conocer la percepción que tienen 
dichos estudiantes para así poder llevar a cabo una comparación entre los prejuicios 
que tienen los futuros profesionales y las aportaciones de diferentes investigadores 
de la materia. Esto nos ha servido también para analizar la existencia o no de una 
formación con perspectiva de género a lo largo de ambos grados académicos y que 
pudieran llevar a cabo una evaluación de dicha formación. De manera que hemos 
investigado si tienen una formación centrada en la persona sin estigmatización y con 
una atención sin prejuicios,lo cual consideramos es del todo relevante en ambas 
disciplinas, ya que se trabaja con la persona de manera directa. 
Se ha utilizado una metodología cualitativa, utilizando el diseño fenomenológico. 
Esto nos ha permitido tener en cuenta las experiencias individuales subjetivas de los 
estudiantes, poder describir y entender los fenómenos desde el punto de vista de 
cada participante y desde la perspectiva construida colectivamente. Se han llevado a 
cabo dos grupos focales con un total de catorce estudiantes de cuarto curso de 
trabajo social y enfermería. 
Los resultados principales que se han obtenido a partir de los grupos focales 
llevados a cabo muestran que el imaginario de los estudiantes está basado en su 
mayoría en películas y series, lo cual provoca que exista un estereotipo que no 
concuerda con las realidades existentes en la prostitución masculina. 
Concluimos que la prostitución masculina es un tema que no se ha tratado a lo largo 
de la formación académica, provocando una falta que información verídica. Además 
de no existir una formación con perspectiva de género de manera general en todas 
la universidades, sino que depende del centro de estudio. 
Palabras clave: Prostitución masculina, estigma, estudiantes de trabajo social, 
estudiantes de enfermería 
2 
Abstract 
 
 
This study is based on investigating the stigma that nursing and social work students 
have about male prostitution, a type of prostitution that we consider to be invisible. 
The general objective that we have set ourselves is to know the perception that these 
students have in order to be able to carry out a comparison between the prejudices 
that future professionals have and the contributions of different researchers in the 
field. This has also served us to analyze the existence or not of a training with a 
gender perspective throughout both academic degrees and that could carry out an 
evaluation of said training. So we have investigated whether they have a person- 
centered training without stigmatization and with care without prejudices, which we 
consider to be completely relevant in both disciplines, since they work with the 
person directly. 
A qualitative methodology has been used, using phenomenological design. This has 
allowed us to take into account the subjective individual experiences of the students, 
to be able to describe and understand the phenomena from the point of view of each 
participant and from the collectively constructed perspective. 
Two focus groups have been carried out with a total of fourteen fourth year students 
of social work and nursing. 
The main results that have been obtained from the focus groups carried out show 
that the imaginary of the students is mostly based on movies and series, which 
causes a stereotype to exist that does not agree with the existing realities in male 
prostitution. 
We conclude that male prostitution is a topic that has not been addressed throughout 
academic training, causing a lack of true information. In addition to not having training 
with a gender perspective in general in all universities, it depends on the study 
center. 
3 
I. Introducción 
 
 
La elección del tema a investigar ha sido planteada a raíz de la falta de información 
que consideramos que existe en la sociedad acerca de la prostitución masculina. 
Esto se debe a que la prostitución femenina prevalece con un porcentaje mucho 
mayor que la masculina, pero el hecho de que no sea la práctica más común, no 
significa que no exista. Por esto mismo consideramos que se debe preparar a los 
futuros profesionales con algunas nociones básicas sobre la materia o bien que 
exista una formación en cuanto a perspectiva de género. 
Con esta investigación pretendemos analizar cuál es el estigma que tienen los 
futuros profesionales y conocer su opinión acerca de la formación adquirida. Para 
dar forma a la investigación la hemos estructurado en diferentes apartados. Para 
comenzar hemos planteado la visión de diferentes autores, tanto a nivel nacional 
como internacional acerca del estigma y de la prostitución masculina, llevando a 
cabo también un apartado en el cual hemos expuesto los antecedentes y el estado 
de la cuestión actualmente, lo cual nos ha servido para justificar el motivo de esta 
investigación y plantear la pregunta de investigación que ha dirigido el trabajo. 
Una vez expuestas las aportaciones de los autores que abordan la cuestión del 
estigma y de la prostitución masculina, hemos elaborado unos objetivos, los cuales 
hemos abordado mediante una metodología cualitativa, llevando a cabo dos grupos 
focales que nos han permitido analizar lo que los participantes han planteado y 
poder compararlo con el marco teórico. 
 
 
1.1 Marco teórico y conceptual 
 
 
A partir de la construcción del marco teórico tenemos como intención exponer las 
diferentes aportaciones de autores tales como Goffman, Becker, Zarro etc. 
acerca de cómo se construye, reproduce y transforma el estigma sobre una 
determinada práctica. También pretendemos establecer una conexión entre estas 
aportaciones y el objeto de estudio, que es la prostitución masculina. 
4 
En primera instancia es importante saber qué es el estigma y de dónde proviene 
esta palabra y para ello vamos a seguir la explicación que hace de ello Goffman 
(2001: 11) en su libro “Estigma; la identidad deteriorada”. La palabra estigma 
proviene del griego y se utilizaba para designar a aquellas personas que tenían 
una marca física como quemaduras o cortes los cuales los identificaba como algo 
negativo, bien fuera un esclavo, un traidor, un asesino etc. Con el tiempo el 
concepto ha evolucionado pasando de referirse a las marcas físicas que designan 
algo negativo, a designar “al mal en sí mismo”. 
Por otro lado, consideramos de gran importancia exponer algo muy básico y es el 
hecho de que en las sociedades modernas existen grupos sociales específicos, los 
cuales tienen sus propias reglas, de tal manera que nos encontramos ante multitud 
de maneras de mirar y de afrontar un mismo hecho. Tal y como expone Becker 
(1971: 24) las reglas están “altamente diferenciadas según los límites entre clases 
sociales, grupos étnicos, ocupacionales y culturales. Estos grupos no comparten 
necesariamente- y, efectivamente, a menudo no comparten- las mismas reglas. 
Los problemas que los mismos enfrentan al tratar con su medio, la historia y las 
tradiciones que traen consigo, todas llevan al desarrollo de diferentes conjuntos de 
reglas". 
Intentando resolver la incógnita de cómo se construye el estigma sobre una 
determinada práctica consideramos que es imprescindible nombrar a Goffman 
(2001: 47), el cual expone el ingreso en el colegio como un medio claramente 
estigmatizante, en el cual se llevan a cabo burlas, insultos, peleas etc. El estigma 
que el niño reciba puede llevarlo a sentir que pertenece a otro mundo, por ejemplo, 
si a un niño con trastorno de déficit de atención lo llevan a una escuela especial, 
este niño sentirá que “lo que consideraba su mundo no es tal, y que en cambio, lo 
realmente suyo es ese universo más pequeño”. 
5 
Este niño puede que sienta que puede romper con la barrera que lo separa de lo 
puramente normal1, que sienta ilusión por tener un empleo o por tener una relación 
sentimental, pero será entonces cuando se dé cuenta de la marca que ese 
estigma le ha dejado. Tales afirmaciones las sustenta Goffman (2001) añadiendo 
ejemplos como el de Domenica, una chica ciega a la cual un chico no la quería 
como pareja por ser ciega. 
El estigma puede venir de nacimiento como por ejemplo ser negro o nacer ciego o 
puede venir dado posteriormente como por ejemplo una parálisis cerebral o una 
amputación. En el primer caso las personas ya han asumido su calidad de 
estigmatizadas en todo momento, pero en el segundo caso estas personas tienen 
que pasar por un procesode redefinición de su propio ser y es posible que tiendan 
a la autocensura (Goffman, 2001). 
Goffman (2001: 49) expone que aquel individuo que “adquiere tardíamente un yo 
nuevo, estigmatizado, las dificultades que experimenta para entablar nuevas 
relaciones pueden extenderse en forma lenta a sus vínculos anteriores. Aquellos 
con los que vincula después de adquirir el estigma pueden verlo simplemente 
como una persona que tiene un defecto”. Si traspasamos lo dicho por el autor a 
nuestro campo de investigación nos encontramos con que los prostitutos no sólo 
tienen que pasar por un proceso de redefinición de su propio ser, sino que además 
sufren el posible repudio por parte de quienes conocían a su antiguo “yo” y no 
aceptan su nuevo “yo”. 
Es muy interesante la aportación que lleva a cabo este mismo autor el cual nos 
plantea una situación que nos ocurre con mucha frecuencia, y es que “cuando 
estamos frente a un sujeto concebimos sin cesar diversos supuestos acerca del 
 
 
 
1 Goffman (2001) utiliza la palabra “normales” para designar a todas aquellas personas que no se apartan de las 
expectativas que la sociedad tiene establecidas. Aquellas personas poseedoras de características o atributos 
considerados anormales son menospreciadas y estigmatizados. En cuanto a Becker (1971) establece la 
normalidad/anormalidad a partir del conjunto de reglas establecidas por un grupo social, en un determinado 
momento y lugar y que tienen como consecuencia que aquél que las infringe sea “etiquetado” como desviado, 
situación que lo llevará a enfrentar una serie de castigos y cargas sociales por haberse comportado de esa 
manera. 
6 
individuo” (Goffman, 2001: 12). Antes de conocer a la persona ya elaboramos 
unos supuestos acerca de dicha persona. A los atributos que le pertenecen a cada 
persona y provoca que sea clasificada de una manera determinada, Goffman lo 
denomina “identidad social real”. Los atributos que este extraño muestra ante 
nosotros provocan que los categoricemos y estas categorías que establecemos 
pueden provocarnos rechazo, miedo, que veamos a la persona como un ser 
peligroso etc. Estas categorías que atribuimos a las personas son lo que Goffman 
denomina “estigmas”. 
Por otro lado, Becker (1971: 121) nos ofrece la siguiente aportación acerca de la 
construcción del estigma aludiendo a los valores como "las principales premisas a 
partir de las cuales se deducen las reglas específicas. Los individuos transforman 
los valores en reglas específicas cuando se producen situaciones problemáticas". 
"Cuando se impone una regla, la persona de quién se cree que la haya 
quebrantado puede ser vista por los demás como un tipo especial de individuo, 
alguien de quién no se puede esperar que viva de acuerdo con las reglas 
acordadas por el resto del grupo. Se lo considera un marginal" (Becker, 1971: 13). 
A pesar de esto es posible que la persona categorizada como marginal no acepte 
esta categoría y considere que el otro no es un ser competente para juzgarlo. A 
partir de esto el autor se cuestiona hasta qué punto la gente puede imponer a 
otros las reglas que no comparten, lo cual suscita grandes interrogantes y 
reflexiones. 
Becker (1971: 41) lleva a cabo una afirmación muy interesante, y es que "el tratar 
a una persona como si fuera desviada en una forma general y no específica tiene 
el efecto de una profecía autoconfirmatoria. Pone en movimiento una serie de 
mecanismos que conspiran para conformar a la persona a la imagen que la gente 
tiene de ella", de esta forma una persona puede acabar asumiendo la posición en 
la que los demás le han encasillado. Un ejemplo que no tiene que ver con el objeto 
de estudio pero que resulta claramente ilustrador sería el caso del niño al que 
constantemente le dicen que es tonto y acaba dejando de esforzarse porque ya 
asume dicha categoría. 
7 
Tal y como exponen Guasch y Lizarde (2017: 177) la prostitución masculina está 
asociada a la desviación, está considerada como una actividad marginal y que 
“bordea la delincuencia”. Este estigma se ve agravado por el hecho de que en 
gran parte es una práctica homosexual, lo cual aún no está bien visto por gran 
parte de la sociedad. 
De esta misma manera, siguiendo las aportaciones de Becker (1971: 22) no todos 
los actos considerados desviados son tratados de la misma manera, ya que "el 
grado en el cual un acto será tratado como desviado depende también de quién lo 
comete y quién se ha sentido ofendido por el mismo". De tal manera que es 
diferente ser por ejemplo un homosexual de clase baja que un homosexual de 
clase alta. Tal y como explica Becker existen estudios que avalan la existencia de 
esta diferencia de aceptación dependiendo de otros factores tales como el 
económico. 
En cuanto a los tipos de estigmas existentes nos encontramos con la 
diferenciación entre tres tipos diferentes que Goffman (2001) ha elaborado. El 
primero de ellos son los referentes a las abominaciones del cuerpo, en segundo 
lugar, los defectos del carácter del individuo, dentro del cual encontraríamos por 
ejemplo la homosexualidad, las perturbaciones mentales, el desempleo o el intento 
de suicidio. Por último, encontramos los estigmas de raza, nacionalidad y religión. 
Estos son susceptibles de ser transmitidos por herencia, de manera que todos los 
miembros de una familia se pueden ver contaminados por este estigma. 
Las tres categorías de estigmas diferenciadas por Goffman (2001: 15) comparten 
que “un individuo que podría haber sido fácilmente aceptado en un intercambio 
social corriente posee un rasgo que puede imponerse por la fuerza a nuestra 
atención y que nos lleva a alejarnos de él cuando nos lo encontramos, anulando el 
llamado que nos hacen sus restantes atributos”. 
Pero dado que no existe un motivo en el que la población pueda sustentar la 
discriminación hacia las personas estigmatizadas, se construye una “teoría del 
estigma, una ideología para explicar su inferioridad y dar cuenta del peligro que 
representa esa persona”. Este estigma puede acabar provocando en la otra 
8 
persona un sentimiento de vergüenza al terminar considerando que ese atributo 
que le estigmatiza es impuro (Goffman, 2001: 15). 
Este argumento de Goffman (2001) nos remite a relacionar los dos conceptos 
claves de esta investigación: el estigma y la prostitución masculina. Si seguimos la 
aportación de Goffman, la vergüenza que sufren aquellos hombres que ejercen la 
prostitución es debida al estigma negativo, impuro acerca de su práctica, lo cual 
provoca que se convierta en una profesión tabú. Esta vergüenza que sufren las 
personas estigmatizadas puede provocarles tal dolor a nivel emocional que les 
conduce a extremos, tales como buscar la solución en milagrosas máquinas para 
adelgazar o bálsamos que devuelven la juventud. 
La prostitución es una actividad que socialmente es impensable ponerla al mismo 
nivel que otras profesiones como bien podría ser un administrativo/a, un profesor/a 
o un dependiente/a y esto es debido a que “se trata de una actividad que implica al 
cuerpo y a las emociones en contextos de intensa intimidad personal”. En el 
contexto en el que nos hayamos encontramos que existe una creencia popular 
acerca de que la intimidad personal no se puede alquilar. Este hecho provoca que 
se lleve a cabo la profesión intentando no ser descubierto tanto por la sociedad 
como por la familia o aquellas personas más allegadas, lo cual tal y como relatan 
algunos prostitutos esto genera un gran malestar emocional (Guasch, Lizarde, 
2017: 175). 
El estigma existente acerca de esta práctica repercute en la necesidad de los 
hombres que la ejercen de tener una doble identidad. Podemos ver reflejado en el 
testimonio de un prostituto que expone: “yo creo que esto afecta a toda mi vida; 
Tom no existe, es un personaje creado por mí que existe solo en los anuncios, en 
la habitación donde trabajo, en este mundo[...] a veces voy al médico y cuando 
me llaman por mi nombre de verdad no me entero de que soy yo; estoy tan 
acostumbrado a ser esa persona” (De Souza, 2009 Citado en Guasch, Lizarde, 
2017: 184). 
Según el trabajador social e investigador sobre prostitución masculina Zaro (2008: 
11) “el grado de vivencia del estigma de la homosexualidad difiere en función del 
trabajador sexual, su cultura de origen y su proceso de socialización, pero sin 
9 
duda el de la prostitución es vivido en algunos momentos como algo angustioso 
por parte de la mayoría de los trabajadores sexuales”. 
A pesar de esto, no todas las personas que tienen un estigma se sienten 
compungidas por ello, sino que se sienten sustentadas en base a sus propias 
creencias, un ejemplo de ello serían los gitanos, los cuales son fuertemente 
estigmatizados pero a pesar de ello no se sienten avergonzados como sucede 
normalmente con los estigmas (Goffman, 2001). 
De la mano del mismo autor encontramos la diferenciación entre el desacreditado 
y el desacreditable, siendo el primero aquella persona que es consciente de su 
cualidad que lo convierte en una persona estigmatizada como por ejemplo el ciego 
y siendo el segundo aquella persona que no es consciente de ello pero a la cual 
las demás personas desacreditan. Este podría ser el caso de una persona con 
actitudes feminizadas que los demás pueden categorizarlo como homosexual pero 
que él no es consciente del estigma que le están atribuyendo. 
El desacreditado, puesto que su estigma es reconocible en un primer contacto, las 
personas más cercanas a él acabarán asimilando dicho estigma, se llevará a cabo 
una normalización, una rutina, en cambio los extraños lo mirarán siempre desde su 
estigma. Por otro lado, los desacreditables intentarán esconder aquello que puede 
provocar un rechazo por parte del otro, sobre todo ante su círculo más cercano, 
por ejemplo, el homosexual intentará disimularlo y quizás utilice actitudes propias 
de lo que se considera masculino. De esta manera encontramos que “aún aquel 
cuya conducta en público es abiertamente homosexual evita con cuidado provocar 
sospechas dentro de su familia” (Goffman, 2001: 70). 
Siguiendo el hilo de lo dicho por Goffman a continuación exponemos las 
aportaciones de Zaro (2008: 11), el cual afirma que “la invisibilidad es una de las 
estrategias que utilizan para protegerse del rechazo social, ya que el no exponer 
ante la opinión general la actividad que desarrollan evita la desaprobación. 
Asumen que existe una parcela de sí mismos que no pueden mostrar, esta 
invisibilidad es asumida y mantenida. Este es el modo en el que gestionan el 
estigma de cara a la sociedad, sobre todo con los seres queridos, la familia o la 
pareja sentimental”. 
10 
Por otro lado, "la persona normal cuando descubre un impulso desviado en sí 
misma, consigue controlar ese impulso pensando en las múltiples consecuencias 
que tendría para él el actuario" (Becker, 1971: 35). Dado esto el autor se cuestiona 
cómo se las arreglan las personas que rompen con estas normas socialmente 
establecidas para que esto no suponga un impacto de los compromisos sociales. 
De esto extrae dos hipótesis, en la primera se plantea que la persona ha evitado 
crear alianzas con la sociedad desde pequeño, si trasladamos esto al caso de la 
prostitución masculina esto podría ser un niño que se ha criado en un burdel y no 
tiene que mantener una imagen falsa frente al exterior. La segunda hipótesis que 
Becker se plantea es el desarrollo de motivos e intereses desviados, dado que 
"muchos tipos de actividad desviada surgen de motivos que se aprenden 
socialmente [...] el individuo aprende a participar en una cultura organizada 
alrededor de una actividad desviada en particular" (Becker, 1971: 138). 
En cuanto a la reproducción del estigma encontramos que cuando la persona 
estigmatizada es consciente de su condición, entonces puede ser que busque a 
sus semejantes, que busque la aprobación por parte de personas que comparten 
su mismo estigma (Goffman, 2001). Este planteamiento que Goffman nos muestra 
nos lleva a cuestionarnos si este mecanismo, totalmente natural que tenemos las 
personas de buscar a nuestros semejantes para sentirnos acogidos es a la vez un 
mecanismo de reproducción del propio estigma, puesto que en lugar de 
diversificarnos, nos clasificamos por estigmas. Por ejemplo, en el caso de las 
personas ciegas, éstas se pueden juntar dado que comparten una misma 
característica y pueden brindarse un apoyo mutuo y ser aceptados dentro del 
colectivo de estigmatizados, pero nuestra cuestión viene dada de preguntarnos si 
esta unión puede provocar una segregación de “los normales”, lo cual puede 
provocar que el estigma sea más fuerte debido a la separación del “mundo 
normal”. 
En esta línea Becker (1971: 45) explica que "el desviado que entra en un grupo 
desviado organizado e institucionalizado tiene muchas más posibilidades que 
nunca de continuar con sus costumbres", por otro lado, "los sistemas de 
racionalización de los grupos desviados tienden a incluir un repudio general de las 
11 
reglas morales convencionales, de las instituciones convencionales y de todo el 
mundo convencional". 
Volviendo a Goffman (2001) encontramos que es posible que se utilice la identidad 
social de las personas que están con un individuo como fuente de información 
sobre la identidad social de un sujeto en particular, basándose en la lógica de que 
este individuo es lo que los otros son. Un ejemplo de esto sería la consideración 
de asesinos hacia aquellas personas que se mueven con personas asesinas, 
aunque no conozcamos ningún aspecto de su vida. Si traspasamos esto al objeto 
de estudio de nuestra investigación, la prostitución masculina, encontramos que 
aquellas personas que se relacionan con prostitutos pueden ser consideradas 
como tal, al igual que aquellas que se mueven con personas consumidoras de 
prostitución masculina, también se las identificará como consumidor de 
prostitución. 
Goffman (2001: 37) también explica que dentro de un mismo grupo de acción que 
trabaja al servicio de personas estigmatizadas pueden existir discrepancias en 
ciertos aspectos con otro grupo, lo cual ocurre normalmente cuando la dirección 
del grupo está a cargo de personas que no tienen dicho estigma o a cargo de 
personas “normales”. 
Para que una persona estigmatizada aprenda a vivir con su estigma existe lo que 
Goffman (2001: 46) llama “carrera moral”, la cual está compuesta por diversas 
fases, una de las fases consiste en que la persona estigmatizada asuma lo que las 
personas “normales” piensan de ella, el estigmatizado debe incorporar esas 
creencias como válidas. Otra de las fases consiste en que esta persona “aprenda 
que posee un estigma en particular y las consecuencias de poseerlo”. 
En el caso de la prostitución masculina nos encontramos que “culturalmente se 
asocia una determinada práctica sexual con una orientación sexual determinada 
como por ejemplo el sexo anal con la homosexualidad. [...] En la realidad existe una 
amplia diversidad afectivo-sexual, algunos se definen como heterosexuales, un 
30,7 %, otros como bisexuales un 46,5% y por último como homosexuales un 
22,8%” (Zaro, 2007 y Zaro, 2008: 7). Es importante tener en cuenta que los 
prostitutos en su mayoría llevan a cabo esta práctica por motivos económicos y no 
12 
por disfrute, de tal manera que lo importante no es su orientación sexual, sino la 
práctica que llevan a cabo. 
 
Un estudio realizado en Nueva Orleans de la mano de Morse (1991) plasmó unos 
datos similares a los de Zaro, y es que en cuanto a la orientación sexual de los 
prostitutos el 20% se declararon homosexuales, el 41% bisexuales y el 39% 
heterosexuales (Bimbi, 2007). 
En cuanto a la transformación de un estigma, Goffman (2001: 41) expone que una 
persona poseedora de un estigma determinado alcanza notoriedad, porejemplo, 
porque gana un premio, todo el colectivo poseedor de dicho estigma “se vuelven 
repentinamente accesibles para los normales que los rodean en forma más 
inmediata y son objeto de una ligera transformación de crédito o descrédito”. 
Cuando esto sucede es posible que a dicha persona se le atribuya la tarea de 
representar a su categoría de estigmatizados. En el caso de la prostitución 
masculina un ejemplo de esto sería Denham Fouts, un miembro de la alta sociedad 
que rompía con los estereotipos existentes sobre el prostituto. Fruto de su historia 
Arthur Vanderbilt (2014) escribió su libro “Best-kept Boy in the World” que cuenta la 
historia de Denham Fouts, un joven proveniente de una familia acomodada y con 
una gran educación. 
Las personas que poseen un estigma con el cual no se sienten a gusto pueden 
intentar transformarlo. La explicación que Goffman (2001) hace de esto nos remite 
a pensar en algo que siempre nos ha suscitado un gran interés, y son aquellas 
personas de clase baja que visten con ropa de imitación de grandes marcas. Nos 
hemos cuestionado si esto lo hacen porque les gusta la prenda en sí o por intentar 
cambiar su imagen de clase baja a clase alta. A estos signos portadores de 
información Goffman los denomina “símbolos” y en el caso mencionado serían 
“símbolos desidentificadores”. 
Por otro lado, Goffman (2001: 31) lleva a cabo una diferenciación entre la 
identidad real y la identidad virtual y la posibilidad de que exista una discrepancia 
entre ellas. Dicha discrepancia si es sabida por otras personas puede dañar su 
identidad y provocar un aislamiento social, de esta manera se convierte en “una 
persona desacreditada frente a un mundo que no lo acepta”. 
13 
Volviendo a Becker (1971: 39) encontramos que este autor distingue entre dos 
tipos de personas poseedoras de una desviación al ser descubiertas, las primeras 
serían aquellas que se autocastigan por ello, que se arrepienten. Las segundas 
serían aquellas que se sienten liberadas al ser conocida su desviación, incluso es 
posible que estuvieran buscando ser descubiertas. En este segundo caso "la 
consecuencia más importante es un cambio drástico en la identidad pública del 
individuo. El haber cometido un acto prohibido y el haber sido públicamente 
descubierto implica un cambio de estatus". Si trasladamos esto al objeto de 
estudio, es decir a la prostitución masculina encontramos que podemos diferenciar 
entre aquellos hombres que se avergüenzan al ser descubiertos y aquellos que se 
sienten liberados y es a partir de ese momento que construyen una nueva 
identidad pública. 
En cuanto a cómo se puede transformar un estigma es inevitable pensar en el 
concepto “queer”, el cual se emplea para designar a personas que no se 
identifican con el modelo de género binario hombre-mujer. Anteriormente “queer” 
era un insulto, una palabra que se utilizaba para menospreciar a aquellas 
personas “extrañas”, pero tal y como dice Butler (1993: 319) “los términos a través 
de los cuales insistimos en politizar la identidad y el deseo, a menudo exigen que 
uno se vuelva contra esta historicidad constitutiva”. Esta reconceptualización del 
término supone la victoria del colectivo “queer”, el cual ha conseguido definirse con 
una palabra llena de historia. 
Lo “queer” surgió como una teoría postmoderna en Estados Unidos. Tiene como 
máximos exponentes a las escritoras Judith Butler, Eve Sedgwick Kosofsky, Donna 
Haraway y Teresa de Lauretis, quienes tomaron los conceptos de sexo, sexualidad y 
género de las teorías feministas, del movimiento de liberación gay, de Monique 
Wittig y Michel Foucault, los cuales llevaron a cabo una des-ontologización de las 
políticas y de las identidades y emprendieron un camino de discusión y debate 
acerca de las operaciones discursivas que construyen la normalidad sexual (Sierra, 
2009). 
 
Para ir concluyendo con el marco teórico queremos presentar las tres formas más 
comunes de prostitución masculina que plantean Guasch y Lizardo, las cuales son 
los modelos “outdoor”, “indoor” y “online”. El modelo “outdoor” se refiere a la 
14 
prostitución llevada en espacios públicos, como por ejemplo en un parque o en un 
parking y los autores relacionan esta práctica con lo que Goffman (2009) llama teoría 
del interaccionismo estratégico, según la cual a pesar de que exista un caos, dentro 
de él existe un orden ya que hay normas tanto implícitas como explícitas que regulan 
las actuaciones de las personas (Guasch, Lizarde, 2017). 
 
Guasch y Lizarde (2017) exponen que una de las diferencias de género existentes 
entre hombres y mujeres es que la mujer siempre ha estado reservada al mundo de 
lo privado, mientras que el hombre ha pertenecido al espacio de lo público, de ahí 
que se estigmatice en mayor grado a la mujer. Por otro lado, una diferencia 
importante es el hecho de que el porcentaje de hombres que están bajo el mandato 
de un proxeneta es mucho menor, apenas existe proxenetismo en la prostitución 
masculina. 
 
Un dato importante acerca de la prostitución callejera es que “con frecuencia los 
jóvenes que se inician en el trabajo sexual callejero cuentan con otros, con más 
experiencia que les ofrecen consejo y protección durante un tiempo (además de 
seguridad emocional y afecto)” (Azaola, Estés, 2003 y Guasch, Lizarde, 2017: 39). 
 
Por otro lado, encontramos que los prostitutos suelen ubicarse en sitios muy 
concurridos como por ejemplo centros comerciales, grandes avenidas etc. donde las 
personas que pasean no sospechen de lo que está sucediendo (Guasch, Lizarde, 
2017). 
 
Los prostitutos callejeros suelen ser “jóvenes vulnerables y en proceso de exclusión 
social”. El motivo por el cual deciden llevar a cabo esta práctica es “para escapar de 
la homofobia y del estricto control social” y para así “ganar dinero de una forma 
rápida”. Por otro lado, suelen ser personas con un bajo nivel de formación y con 
problemas de drogas, lo cual se ha comprobado en España pero también en 
investigaciones realizadas en otros lugares como Canadá o Estados Unidos 
(Guasch, Lizarde, 2017: 41). 
 
En esta misma línea una investigación realizada en Colombia muestra afirmaciones 
del mismo carácter que Guasch y Lizarde, afirmando que “el ejercicio de la 
prostitución de hombres en sitios públicos –plaza o parque-, instituyen una de las 
15 
prácticas de mayor ocultamiento, represión y discriminación, cuyo conocimiento 
desde las ciencias sociales es escaso”. Por otro lado, “los varones que hacen uso 
de estos espacios han sido identificados como un grupo que tiene necesidades 
específicas en materia de vivienda, salud sexual, gestión de abuso de sustancias y 
situaciones ilícitas” (Mendieta, Ramírez, Pérez, 2015: 1383). 
 
El modelo “indoor” comenzó a implementarse en España “tras la muerte del dictador 
Francisco Franco, en un contexto de contracción de la economía global posterior a la 
crisis del petróleo de 1973” . Este nuevo modelo provoca que se lleven a cabo unas 
dinámicas diferentes, en las cuales ya no se ve el regateo, sino que existen unas 
normas explícitas y unos precios estipulados. Del precio que el cliente paga a lo que 
el prostituto recibe la media es del 50% (Guasch, Lizarde, 2017: 66). 
 
Este modelo no sólo enmarca a los pisos de prostitutos, sino que también otros 
espacios como por ejemplo las saunas. Para atraer a los clientes en espacios como 
las saunas gais, los prostitutos “empiezan a reproducir las formas comunes de 
corporalidad, masculinidad e imaginería gay como estrategia de construcción social 
del deseo erótico en su trabajo”. Lo característico de este modelo es que la mayor 
parte de la clientela es gay, por lo cual los sitios en los cuales se ofrece en gran 
medida están orientados a clientes gais. Por último, y tal y como Zaro (2008) 
expone, la mayoría de prostitutos de este modelo son inmigrantes de países pobres 
como Brasil (Guasch, Lizarde,2017: 72). 
 
Una investigación realizada por Salmerón en Valencia y Castellón sobre una 
muestra de 100 prostitutos, los cuales todos practicaban la prostitución en pisos, 
desveló que un 95% de los prostitutos eran inmigrantes, mayoritariamente de 
Latinoamérica y sólo un 17% procedía de países europeos (Salmerón, 2011). 
 
Salmerón llevó a cabo un estudio en Canadá en el que exploró las circunstancias 
asociadas a la realidad psicosocial de los prostitutos a partir del cual descubrió que 
al igual que en España, también existía un gran componente migratorio y de 
movilidad. De esta investigación Salmerón encuentra que la motivación es 
básicamente económica y que lo consideran como algo temporal (Salmerón, 2009 
citado en Mendieta, Ramírez, Pérez, 2015: 1375). 
16 
El modelo online comenzó según Guasch y Lizarde (2017: 100) en el año 2000 pero 
fue a raíz de la crisis de 2008 que esta práctica entró en auge, “la crisis económica 
en combinación con el desarrollo y despliegue de las nuevas tecnologías, confirman 
la pujanza de un nuevo modelo homogay en el que la conexión intensa de las 
subculturas gais con ciertos espacios públicos entra en crisis”. Internet provoca que 
la organización de diferentes eventos se publique en páginas web y redes sociales, 
por otro lado, el hecho de mostrarse pública y abiertamente en internet como 
prostituto o simplemente como homosexual es algo que sucede sobre todo entre los 
“milenials” y les es más complicado dar este paso de pérdida del anonimato a los 
prostitutos de mayor edad. 
 
Desde este modelo se utiliza la publicidad en internet lo cual permite “tener una 
agenda de reservas, por ejemplo, de los hombres de negocios y de los turistas de 
viaje en una ciudad”). Algunos ejemplos de páginas online serían “Rentboy.com”, en 
la cual puede inscribirse cualquier persona y publicitarse como prostituto y te dan 
algunos consejos como el tipo de fotografía que sería mejor para tu perfil o como 
escribir el texto de presentación (Guasch, Lizarde, 2017: 125). 
 
Tras un estudio de Morrison en Canadá acerca de la prostitución online se descubrió 
“que la percepción de estos hombres sobre el comercio sexual antes y durante su 
participación se da en dos vías: los que perciben su ejercicio desde la mitificación de 
‘prostituto’ [...], y otro que no tiene claramente definida su labor, la percibe como 
positiva” (Mendieta et al, 2015: 1382). 
 
Por último, en este modelo se requiere que la persona tenga un nivel educativo 
medio o alto, ya que será necesario que hable varios idiomas y tenga disponibilidad 
para viajar. Por otro lado, deben llevar a cabo una gran organización a nivel de 
álbumes fotográficos, gestión financiera (cuestiones de tributación y de impuestos). 
En definitiva, “trabajen o no en casa, el modelo online es una actividad “freelance” en 
la que los trabajadores sexuales controlan todo el proceso de producción del servicio 
que ofrecen” (Guasch, Lizarde, 2017: 119). 
 
Es evidente que frente a las diferentes formas de ejercer la prostitución deben existir 
unas intervenciones preventivas y una organización comunitaria que tenga en cuenta 
la cultura, identidad y política de los grupos sociales. No se puede intervenir de igual 
17 
manera con todos los prostitutos, no se pueden hacer generalizaciones ya que 
distan mucho las características de los hombres que ejercen la prostitución por 
internet, los que buscan a sus clientes en la calle, o los que lo hacen en locales, 
fiestas etc. De tal manera que los riesgos específicos de estas poblaciones requieren 
políticas de prevención específicas y de intervenciones tanto desde el trabajo social 
como desde enfermería que no presenten una estigmatización. Debe existir una 
mirada amplia en la que se tenga en cuenta a la persona como sujeto, con todas sus 
características (Guasch, Lizarde, 2017). 
Por otro lado, Becker (1971) lleva a cabo una diferenciación entre aquellas 
conductas que el sujeto percibe como desviadas y aquellas que no percibe como 
desviadas. De esta reflexión de Becker nos cuestionamos hasta qué punto el hecho 
de vivir en una sociedad moderna con unas leyes morales que conciben la 
prostitución como una conducta desviada, cambiaría esto si viviéramos en una 
sociedad en la cual no se considerara como un acto desviado. ¿Podríamos ejercer 
la prostitución sin sentirnos desviados? Si seguimos las aportaciones de Becker 
encontramos que sí, ya que las reglas son construcciones que varían dependiendo 
el momento histórico y el lugar. En el caso de la prostitución, esta práctica no 
estaba mal vista hasta la aparición de la religión católica, la cual condenó esta 
actividad (Perlongher, 1993). 
Nos suscita grandes interrogantes la afirmación que lleva a cabo Beatriz Gimeno 
(2008), según la cual el estigma es necesario para el mantenimiento de la 
prostitución, puesto que los clientes buscan la prostitución precisamente para 
transgredir las normas sobre los cuerpos. Autores como Guasch y Lizarde (2017) 
exponen que en la prostitución masculina no se establece el rol de dominación que 
prevalece en la prostitución femenina. Por otro lado, es importante resaltar como 
diferencia que las mujeres que ejercen la prostitución normalmente ésta es su única 
vía de ingresos, en cambio en los hombres suele ser un sobresueldo. Los hombres 
además experimentan menos violencia y persecución policial, además de 
abandonar la práctica antes que ellas. Otro dato comparativo entre la prostitución 
masculina y la femenina es que, en la prostitución masculina, quien consume esta 
prostitución recibe un gran estigma de desviado, cosa que no ocurre con los 
consumidores de prostitución femenina. 
18 
Por último, Guasch y Lizardo (2017) exponen también que una de las diferencias de 
género existentes entre hombres y mujeres a la hora de ejercer la prostitución y es 
que el porcentaje de hombres que están bajo el mandato de un proxeneta es 
mucho menor, apenas existe proxenetismo en la prostitución masculina. 
 
 
 
1.2 Antecedentes y estado de la cuestión 
 
En la actualidad existen grandes tabúes al hablar de prostitución masculina, ya que 
hace referencia a una serie de “transgresiones respecto a cómo se concibe 
socialmente el género, la sexualidad y el deseo” (Córdova, 2002 citado en Mendieta, 
Ramírez, Pérez, 2015: 1379). Dentro del concepto “prostituto” existen diferentes 
identidades como la de “los travestis, los prostitutos viriles, gigolós, personas que 
ejercen prácticas de prostitución ocasionalmente, y diferentes denominaciones que 
pueden expresar características únicas que varían de un lugar a otro” (Perlongher, 
1993 citado en Mendieta, Ramírez, Pérez, 2015: 1379). 
 
Por otro lado, tal y como expone Zaro (2008), los prostitutos se encuentran 
doblemente estigmatizados, ya que “la prostitución es considerada por la sociedad 
como algo ilegítimo y por otro, por tratarse de hombres que tienen sexo entre 
hombres cuando la norma imperante es la heterosexualidad”. Estamos en un 
momento histórico en el que la homosexualidad ya no está penada y poco a poco se 
está aceptando dentro de la sociedad, pero aún existe una gran homofobia (Villamil, 
2006 citado en Zaro 2008 p: 11). 
 
En la actualidad si se habla de prostitución por lo general pensamos en la 
prostitución femenina, ya que tenemos el imaginario de que la mujer es la que 
comercializa con el cuerpo y el hombre es aquel que paga en busca de placer, pero 
existen autores como Benjamin y Masters (1964) que defienden que la prostitución 
masculina es más antigua que la femenina. 
 
Las primeras referencias que encontramos son de la antigua Grecia y de Roma. En 
Grecia encontramos que las relaciones sexuales entre hombres estaban bien vistas 
pero dependiendo de a qué clase social se pertenecía. Los guerreros y los filósofos 
por ejemplo mantenían relaciones sexuales con sus discípulos a cambio de 
19 
instruirlos. Por otrolado, en Grecia los prostitutos se ofertaban a cambio de dinero u 
objetos y estos bien acudían al domicilio del cliente o se ofertaban en la calle. Un 
dato interesante que contrasta con el actual es el hecho de que estos hombres no 
pretendían pasar desapercibidos, incluso llevaban una vestimenta específica para 
ser reconocidos (Salmerón, 2011). 
 
En la antigua Grecia también existían los burdeles y aquellos hombres que 
practicaban la prostitución debían pagar unos impuestos, de tal manera que estaba 
aceptado legalmente. Pero a pesar de ser legal, existían leyes en su contra como 
por ejemplo la prohibición de hablar en Asamblea (Salmerón, 2011). 
 
Por otro lado, en Roma la posición de la sociedad frente a la prostitución masculina 
fue cambiante. Hasta el S.III A.C. la prostitución era legal, pero a partir de ese 
entonces con la aplicación de la ley de Escatinia el trabajo sexual masculino se 
castigó. Los prostitutos en Roma no sólo eran utilizados con fines sexuales, sino que 
también cantaban en los banquetes, bailaban, lavaban los pies etc. (Salmerón, 
2011). 
 
Tal y como expone Salmerón (2011: 58) en el año 342 tener relaciones sexuales con 
una persona del mismo sexo podía ser castigado con la hoguera. Hecho parecido a 
lo que defendía la Santa Inquisición en la Edad Media que castigaba todos aquellos 
actos que denominaban de “perversión”. A esto se le añadió que los misioneros y 
colonizadores que viajaban a otros territorios predicaban la homofobia, lo cual 
conllevaba que se tuviera que ejercer de manera clandestina. 
 
La situación de homofobia que se vive en la actualidad se debe a que lleva tras de sí 
un gran recorrido histórico. Hasta los siglos XVIII-XIX la homosexualidad se 
consideraba una perversión moral, para posteriormente atribuirse a factores 
genéticos, es decir a una enfermedad. Por otro lado, existieron autores que 
resonaron con sus aportaciones dentro de la sociedad como por ejemplo la 
afirmación de Sigmund Freud en el siglo XX acerca de que todas las personas 
tenemos una predisposición bisexual (Salmerón, 2011). 
 
A nivel internacional en los años 60 debido al movimiento hippy la sociedad lleva a 
cabo una transformación de los valores que tenía hacia un pensamiento de defensa 
20 
de la libertad de expresión y una mayor tolerancia hacia la homosexualidad. España, 
en cambio la dictadura de Francisco Franco frenó todos los movimientos 
relacionados con la libertad de expresión y la homosexualidad estaba considerada 
como una enfermedad. Pero tras la muerte del dictador la homosexualidad pasa a 
considerarse una opción más y las luchas del colectivo gay pasan a tener cada vez 
más peso y esto repercute en la aprobación de ciertas leyes y el empoderamiento de 
ciertas organizaciones que defienden a los prostitutos y pretenden mejorar su 
realidad (Salmerón, 2011). 
 
En cuanto al estado de la cuestión en España encontramos que apenas existen 
investigaciones acerca de la prostitución masculina. Como uno de los investigadores 
referentes acerca de esta práctica encontramos al trabajador social, activista LGTB y 
escritor Iván Zaro, el cual ha llevado a cabo un estudio mediante el relato de 
personas que practican la prostitución masculina tanto en la calle, como en espacios 
cerrados como a través de internet. Esta investigación se basa en conocer el perfil 
de los prostitutos, incluye la problemática del VIH, relaciona la inmigración con la 
prostitución masculina, examina los tipos de prostitución existentes y las historias 
detrás de cada hombre. El trabajo llevado a cabo tiene como fruto su libro publicado 
en 2006 llamado “La difícil vida fácil: Doce testimonios sobre prostitución masculina”. 
 
Oscar Guasch y Eduardo Lizardo (2017) también son investigadores a nivel 
nacional, además de autores del libro "Chaperos: precariado y prostitución 
homosexual", los cuales llevaron a cabo una revisión de la literatura existente, 
realizaron una observación participante, además de entrevistas en profundidad, 
grupos de discusión de tipo informal y una revisión de las páginas web que ofrecen 
servicios de sexo a través de internet. 
 
A nivel nacional también encontramos a Rafael Ballester y a María Dolores Gil 
(1996), los cuales escribieron un libro llamado "Prostitución masculina, estudio 
psicosocial en nuestro contexto" y posteriormente dirigieron una investigación 
realizada por Pedro Salmerón, fruto de la cual publicó su tesis doctoral. El estudio 
realizado sobre la realidad psicosocial de los prostitutos se llevó a cabo mediante 
100 entrevistas, 96 de ellas a prostitutos que fueron entrevistados "haciendo plaza" 
en Valencia y 4 de ellas en Castellón. Se llevaban a cabo entrevistas 
21 
semiestructuradas y posteriormente se les entregaba un cuestionario para medir la 
"Escala de Compulsividad Sexual y la Escala de Búsqueda de Sensaciones 
Sexuales" (Kalichman, Rompa, 1995 citado en Salmerón, 2011: 168). 
 
A escala internacional, las investigaciones acerca de la prostitución masculina se 
desarrollaron desde una perspectiva centrada en la conducta desviada de la figura 
del prostituto (Zaro, 2008). En Estados Unidos se prestó atención a espacios 
virtuales, utilizando metodología cualitativa mediante entrevistas. 
 
Por otro lado existe una gran cantidad de investigaciones realizadas en Sudamérica, 
un ejemplo de ellos es la investigación realizada desde “Investigaciones Andina” de 
la mano de Giovane Mendieta, Juan Carlos Ramírez y Elizabeth Pérez (2015) los 
cuales realizaron una revisión narrativa de libros, artículos empíricos y capítulos de 
libros sobre prostitución masculina. Posteriormente llevaron a cabo un procedimiento 
basado en la formulación de la pregunta, la búsqueda bibliográfica y una 
identificación de los estudios existentes para posteriormente sistematizar los datos y 
realizar una evaluación y análisis de los artículos. 
 
Otro ejemplo es la investigación realizada por Néstor Perlongher en la ciudad de San 
Pablo, a partir de observaciones de campo realizadas entre 1982 y 1985. Dicha 
investigación puede definirse como exploratoria, descriptiva y cualitativa. Se llevó a 
cabo la obtención de datos mediante observaciones libres, "que consistían en la 
realización de itinerarios de “draga”, recogiendo impresiones, descripciones, 
situaciones y escenas de la manera más minuciosa posible", entrevistas itinerantes y 
entrevistas profundas (Perlongher, 1993: 23). 
 
De todos los estudios que hemos hallado no hemos encontrado ninguno similar al 
que presentamos, es decir, sobre la opinión de estudiantes de titulaciones de 
ciencias de la salud y sociales sobre este colectivo. Algunos autores abordan la 
cuestión del estigma pero, pero desde una visión general de la población y no 
poniendo el foco en un tipo de población especifico. 
22 
 
1.3 Justificación 
 
 
El motivo por el cual hemos decidido enfocar el estudio hacia la prostitución 
masculina es porque se trata de una temática desconocida para la sociedad, por lo 
que se crean prejuicios acerca de las personas que lo practican. Esto es habitual 
porque cuando no se sabe la realidad de un fenómeno se tiende a imaginarlo, a 
presuponerlo con la información que adquirimos por la televisión o por lo que se 
escucha en la calle. 
 
Nuestro propósito era investigar sobre alguna temática que estuviera poco 
investigada, para así llevar a cabo una investigación innovadora. Nos hubiese 
gustado plantear cuál es el estigma sobre esta práctica a nivel de Barcelona, pero 
debido a que se requiere de un proyecto mayor para obtener unos datos fiables, 
decidimos enfocarlo hacia los estudiantes de cuarto curso de trabajo social y de 
enfermería. Esta decisión se debe a que tanto desde trabajo social como desde 
enfermería se está en contacto con personas pertenecientes a colectivos 
vulnerables, de tal manera que a lo largo de la trayectoria profesional de dichos 
estudiantes decuarto es posible que se encuentren ante una intervención con un 
hombre que ejerza la prostitución masculina. Consideramos de gran importancia que 
estos futuros profesionales tengan las herramientas necesarias para abordar la 
problemática con una adecuada perspectiva de género y evitando caer en los 
estigmas y prejuicios existentes en la sociedad. 
 
Es importante para los profesionales de trabajo social y enfermería, ya que se lleva a 
cabo una interacción directa con la persona, la formación que tengan estos 
profesionales sobre cómo llevar a cabo una buena praxis, cómo intervenir desde una 
perspectiva de género, cómo trabajar nuestros prejuicios etc. son fundamentales 
para que la persona atendida se sienta cómoda y se pueda llevar a cabo una 
intervención correcta. 
 
Algunos autores resaltan, en referencia a la disciplina de Trabajo Social la 
importancia de que exista una formación con perspectiva de género, ya que es "una 
pieza vital para contrarrestar la creencia de que la intervención social es 
23 
neutra. Aplicar las gafas de género nos lleva a considerar estándares alternativos 
para el Trabajo Social, capacitando a los y las trabajadoras sociales para responder 
a las realidades y situaciones actuales de un mundo globalizado, donde las 
personas deben volver a resituarse en el centro" (Alcázar, Campos, 2014 
citada en Tobías, 2018: 151). Según Tobías (2018) la existencia de una formación 
en igualdad de género constituye como una fortaleza, lo cual contribuye a terminar 
con las debilidades existentes. 
 
De esta manera, Eva Tobías (2018: 149) resalta que la perspectiva de género 
está estrechamente enlazada a un cambio estructural y social, de tal manera que 
precisa de “una continua revisión y cuestionamiento de lo que hacemos, para 
detectar y corregir las desigualdades existentes. Se requiere de una nueva 
forma de aproximarse a la realidad, y para ello hacen falta 
competencias y capacitación sobre qué significa el enfoque de género y cómo 
se lleva a la práctica”. 
 
Si buscamos aportaciones en referencia a la importancia de que la perspectiva de 
género esté integrada en la formación de enfermería la perspectiva de género, 
encontramos la visión de Arroyo y Chillón (2015: 5) , las cuales aportan que “el 
alumnado de Enfermería debe incorporar una nueva forma de mirar a las personas 
usuarias, tomando en cuenta todos los factores sociales que las acompañan, 
incluyendo el género como determinante de la salud y de la enfermedad, sin olvidar 
la morbilidad diferencial en el diagnóstico, en los tratamientos y en la población”. 
 
A nivel internacional es imprescindible nombrar a Butler, la filósofa y feminista que 
planteó las teorías “queer”, las cuales han provocado un gran cambio en la 
conceptualización del género. Siguiendo con los autores internacionales que 
abordan el tema de la prostitución masculina encontramos entre otros a Bimbi (2007) 
el cual aborda en profundidad el género y la identidad sexual de las personas que 
practican la prostitución masculina y extrae resultados muy parecidos a los extraídos 
en investigaciones a nivel nacional. Por otro lado nos encontramos con Perlongher 
(1993) el cual realizó una investigación en la ciudad de San Pablo y que nos plantea 
los antecedentes de la prostitución masculina. 
24 
Revisando el plan de estudios de ambos grados en la Universidad de Barcelona 
encontramos que en trabajo social existe una asignatura de carácter optativo 
llamada “género, diversidad sexual y trabajo social”, a partir de la cual los alumnos 
deben adquirir entre otros aspectos, la capacidad crítica sobre las relaciones 
sociales, la construcción de la diferencia y la desigualdad, aprender a reconocer y 
visibilizar las desigualdades y la discriminación y ser capaz de identificar los 
procesos sociales y culturales que promueven y perpetúan la desigualdad en función 
del sexo y el género. Por otro lado tras consultar el “libro blanco” de trabajo social de 
la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación y realizamos la 
búsqueda de los tres conceptos que consideramos claves; “género”, “estigma” y 
“prejuicio”. El resultado fue que el concepto “género” se nombra en trece ocasiones, 
el concepto “estigma” se aborda en una ocasión y el concepto “prejuicio” no se 
aborda en ninguna ocasión. 
 
En cuanto al grado de enfermería no encontramos ninguna materia que plantee la 
cuestión de intervención mediante una perspectiva de género, ni tampoco ninguna 
materia optativa en las universidades públicas de Cataluña. Al igual que con el grado 
de trabajo social, en este caso también hemos realizado una búsqueda en el “libro 
blanco” de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación de los 
tres conceptos clave; “género”, “estigma” y “prejuicio” y ninguno de ellos aparece en 
ningún momento a lo largo de todo el documento. Esta formación en género se ha 
incluido en algunas universidades españolas como asignaturas de formación básica, 
por ejemplo, en la Universidad de Sevilla2, la asignatura “Género y salud” y en la 
Universidad de Valencia3, la asignatura “Sociología, género y salud”. 
A pesar de que sólo en algunas universidades se haya implementado el género 
como materia académica, si revisamos el orden CIN/2134/2008, de 3 de julio, en el 
cual se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios 
oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Enfermero encontramos 
que uno de los objetivos establecidos es “comprender el comportamiento interactivo 
 
2 Plan de estudios de la Universidad de Sevilla: http://webapps.us.es/fichape/Doc/HIM/HIMat_157.pdf 
 
3 Plan de estudios de la Universidad de Valencia: https://www.uv.es/uvweb/universidad/es/estudios- 
grado/oferta-grados/oferta-grados/grado-enfermeria- 
1285846094474/Titulacio.html?id=1285847387010&plantilla=UV/Page/TPGDetaill&p2=2 
http://webapps.us.es/fichape/Doc/HIM/HIMat_157.pdf
http://www.uv.es/uvweb/universidad/es/estudios-
25 
de la persona en función del género, grupo o comunidad, dentro de su contexto 
social y multicultural” (Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado, 2008). 
 
A partir esta investigación se ha analizado cuál es el estigma que tanto estudiantes 
de trabajo social como de enfermería tienen acerca de la prostitución masculina, 
para así explorar preliminarmente si ambas carreras trabajan sobre el estigma, de 
dónde nacen las ideas preconcebidas que se tienen sobre esta práctica y saber si 
estos futuros profesionales finalizan los estudios con una base de intervención con 
perspectiva de género y libre de prejuicios. 
 
Es importante determinar si para el presente estudio hemos tenido en cuenta el sexo 
o el género de las personas que se prostituyen, ya que dentro de la prostitución 
encontramos a las personas travestidas, que son personas del sexo masculino que 
se sienten mujer, de tal manera que siguiendo las aportaciones de Butler (1993) 
estas personas no han sido incluidas dentro de la investigación, ya que se ha tenido 
en cuenta el género de la persona por encima del sexo, es decir ha prevalecido lo 
que la persona se considera. 
 
Por otro lado, encontramos que los estudios acerca de la prostitución están en su 
mayoría claramente enfocados a la prostitución femenina, lo cual tiene sentido si 
tenemos en cuenta que el 90% de las personas que ejercen la prostitución son 
mujeres, el 3% son hombres y el 7% son transexuales. Dado este hecho, las 
investigaciones realizadas acerca de la prostitución masculina son escasas, frente al 
gran número de investigaciones acerca de la prostitución femenina (Díez, 2012). 
 
 
 
1.4 Pregunta de investigación 
 
 
Por todo lo anterior, nos planteamos la siguiente cuestión: 
 
¿Cuál es la percepción que tienen los estudiantes de trabajo social y enfermería 
acerca de la prostitución masculina? 
26II. Objetivos generales y específicos de la investigación 
 
2.1 Objetivo general 
 
- Conocer la percepción acerca de la prostitución masculina de los estudiantes de 
cuarto curso de trabajo social y enfermería. 
 
2.2 Objetivos específicos 
 
- Comparar los prejuicios de los estudiantes de cuarto de trabajo social y enfermería 
y los datos verificados acerca de la prostitución masculina. 
 
- Descubrir si existe una formación con perspectiva de género y en caso de existir, 
conocer la opinión que tienen los estudiantes. 
 
- Explorar si los estudiantes de trabajo social y enfermería tienen una formación 
centrada en la persona sin estigmatización y con una atención sin prejuicios. 
27 
III. Metodología 
 
3.1 Diseño 
 
Se ha llevado a cabo una investigación de tipo cualitativa ya que se pretendía que el 
proceso de investigación fuera flexible y abierto. En esta línea el curso de las 
acciones se ha regido por los participantes y la evolución de los acontecimientos, de 
este modo, el diseño se ha ajustado a las condiciones del escenario. 
 
Se ha utilizado el diseño fenomenológico, lo cual nos ha permitido tener en cuenta 
las experiencias individuales subjetivas de los participantes, describir y entender los 
fenómenos desde el punto de vista de cada participante y desde la perspectiva 
construida colectivamente (Salgado, 2007). 
 
Se ha utilizado esta técnica debido a que lo que nos planteamos es conocer los 
significados que los individuos dan a su experiencia para así ver las cosas desde el 
punto de vista de otras personas, describiendo, comprendiendo e interpretando. Lo 
que pretendemos es entender los fenómenos desde el punto de vista de cada 
participante y desde la perspectiva construida colectivamente. Se han analizado los 
discursos de los participantes y se ha realizado una búsqueda de sus posibles 
significados. 
 
Tal y como expone Salgado (2007: 73) desde el diseño fenomenológico se 
responden a la pregunta “¿Cuál es el significado, estructura y esencia de una 
experiencia vivida por una persona (individual), grupo (grupal) o comunidad 
(colectiva) respecto de un fenómeno?” 
 
Por otro lado Neubauer, Witkop y Varpio (2019: 95) exponen que “la investigación 
fenomenológica puede ampliar nuestra comprensión de los fenómenos complejos 
involucrado en el aprendizaje, el comportamiento y la comunicación que son 
pertinentes a nuestro campo”. 
 
Entre los grandes nombres referentes al método fenomenológico encontramos a 
Schütz (1962), el cual en su libro “the problema of the social reality” lleva a cabo una 
explicación que nos ha parecido muy interesante en la cual ejemplifica el método 
explicando que el mundo de la naturaleza, tal como lo explora el científico natural, no 
significa nada para las moléculas, átomos y electrones. Pero en el campo de 
28 
observación del científico social, la realidad social, tiene un significado y estructura 
de referencia para los seres humanos que viven, actúan y piensan en él . 
 
Consideramos que el diseño fenomenológico es el diseño de investigación que más 
concuerda con nuestra pregunta de investigación, la cual se centra en descubrir cuál 
es la percepción que tienen los estudiantes de trabajo social y enfermería acerca de 
la prostitución masculina. Así como también se ajusta a nuestros objetivos, los 
cuales se centran en conocer, comprar, descubrir y explorar. 
 
 
 
3.2 Ámbito o lugar de estudio 
 
En un primero momento se planteó solicitar un aula en la Universidad de Barcelona 
para llevar a cabo el estudio. La disposición de los participantes y de la moderadora 
del grupo pretendía ser sentados en círculo para así propiciar un ambiente 
agradable, que todos se pudieran ver y estuvieran en igualdad de posición. 
 
Desafortunadamente la pandemia del Covid-19 provocó que esto no se pudiera 
llevar a cabo. Ante esta situación, realizamos los dos grupos focales a través de una 
plataforma digital llamada Zoom, en la cual nos conectábamos todos los 
participantes desde sus respectivas viviendas. Los estudiantes pertenecían a tres 
universidades diferentes pero todos ellos cursaban cuarto curso. Por un lado, todos 
los participantes del grupo focal de Trabajo Social pertenecían a la Universidad de 
Barcelona. Por otro lado, cinco miembros del grupo focal de enfermería pertenecían 
al Centro Universitario de Enfermería “San Juan de Dios” de la Universidad de 
Sevilla, mientras que los dos restantes pertenecían a la Universidad Autónoma de 
Barcelona. 
29 
3.3 Participantes en la investigación 
 
Los grupos de discusión han estado compuestos uno de ellos por alumnos de 
trabajo social y otro con alumnos de enfermería, en ambos intentando que 
participaran personas de ambos sexos. La muestra se ha seleccionado por bola de 
nieve, ya que teníamos contacto con estudiantes de cuarto de ambas disciplinas que 
se han ofrecido a participar en el estudio. A partir de estos contactos han surgido 
nuevos contactos que nos han facilitado estos. 
 
Como criterio de inclusión se estableció que fueran estudiantes de cuarto de trabajo 
social o de enfermería, de cualquier universidad de España. Todas aquellas 
personas que no cumplieran con estos criterios no podían participar en este estudio. 
 
El muestreo ha sido de tipo teórico, ya que se ha seleccionado, codificado y 
analizado el perfil de los participantes y a partir de la información recogida (tipo de 
estudios, edad y género) se ha decidido quiénes eran los participantes. Las 
decisiones iniciales para la recolección teórica de información han estado basadas 
en un tema general o en el área del problema. 
 
Para llevar a cabo la elección de la muestra nos hemos basado en tres ejes 
discursivos: disciplina, edad y sexo. Por otro lado cabe resaltar que a pesar de que 
los grupos se han intentado hacer lo más heterogéneos posibles, en ambas 
disciplinas encontramos una feminización de la profesión, sobretodo en trabajo 
social, lo cual ha dificultado la existencia de un número igual de hombres y mujeres. 
 
De esta manera, en el grupo de estudiantes de cuarto de trabajo social han 
participado seis personas, de las cuales cinco han sido mujeres y un hombre. En 
cuanto al grupo realizado con estudiantes de cuarto de enfermería, han participado 
ocho personas, de las cuales cinco han sido mujeres y tres hombres. 
30 
Tabla 1. Participantes del estudio 
 
 
Participantes 
 
Sexo 
 
Grado formativo 
 
Universidad 
 
Mayor o Menor de 25 
años 
 
Participante 1 
 
F 
 
Trabajo Social 
 
Universidad de Barcelona 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 2 
 
F 
 
Trabajo Social 
 
Universidad de Barcelona 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 3 
 
F 
 
Trabajo Social 
 
Universidad de Barcelona 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 4 
 
F 
 
Trabajo Social 
 
Universidad de Barcelona 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 5 
 
F 
 
Trabajo Social 
 
Universidad de Barcelona 
 
Mayor de 25 años 
 
Participante 6 
 
M 
 
Trabajo Social 
 
Universidad de Barcelona 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 7 
 
F 
 
Enfermería 
 
Universidad de Sevilla 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 8 
 
F 
 
Enfermería 
 
Universidad de Sevilla 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 9 
 
F 
 
Enfermería 
 
Universidad de Sevilla 
 
Mayor de 25 años 
 
Participante 10 
 
F 
 
Enfermería 
 
Universidad Autónoma de 
Barcelona 
 
Mayor de 25 años 
 
Participante 11 
 
F 
 
Enfermería 
 
Universidad de Sevilla 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 12 
 
M 
 
Enfermería 
 
Universidad de Sevilla 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 13 
 
M 
 
Enfermería 
 
Universidad de Sevilla 
 
Menor de 25 años 
 
Participante 14 
 
M 
 
Enfermería 
 
Universidad Autónoma de 
Barcelona 
 
Menor de 25 años 
Fuente de elaboración propia 
31 
3.4 Técnicas para la recolección de datos 
 
Se han llevado a cabo dos grupos focales compuestos por 6 y 8 miembros de cuarto 
curso de trabajosocial y de enfermería. Se ha realizado un único encuentro con 
cada grupo, de aproximadamente 90 minutos, aunque el tiempo de estas no estaba 
prefijado, ya que tal y como exponen García y Mateo (2000: 4) “aunque la duración 
de una reunión suele oscilar en 90-120 minutos, no existe un límite. La reunión 
termina cuando se agota la información que surge del grupo sobre los temas a 
tratar”. 
 
Debido a que queríamos conocer el estigma que tienen los estudiantes sin que nada 
interfiriera en ello decidimos convocarlos sabiendo el tema a tratar pero sin explicar 
que se analizaría el estigma y los prejuicios. 
 
En cuanto al desarrollo de la reunión, esta se ha llevado a cabo de manera digital a 
través de la plataforma Zoom. Se ha seguido el procedimiento que planteaban 
García y Mateo (2000), el cual comenzaba la reunión con una primera fase que es 
la introducción, la cual comenzó con una breve presentación del proyecto de 
investigación y del propósito del encuentro. Antes de comenzar solicitamos la 
autorización para grabar las voces, explicando que la finalidad de la grabación es 
para poder realizar un buen análisis de la información recabada y aclaramos que 
todos los datos son confidenciales y se han mantenido en el anonimato a la hora de 
redactar los resultados obtenidos, en ningún caso los nombres que se plasman en la 
transcripción (Anexo 13.3) son reales. 
 
La segunda fase del desarrollo del grupo focal fue la presentación del grupo, en la 
cual se invitó a cada miembro a presentarse para así tal y como exponen García y 
Mateo “romper el hielo”. Esta fase tenía como objetivo “transformar la reunión de 
varios individuos en un grupo que interactúa entre sí, de modo que el moderador 
procura intervenir lo menos posible para que se propicie verdaderamente un 
intercambio entre los participantes” (García, Mateo, 2000: 4). 
 
En la tercera fase se ha llevado a cabo el debate, comenzando por el planteamiento 
de preguntas generales y pasando a realizar preguntas más concretas. Siguiendo el 
planteamiento de García y Mateo (2000: 4) “aquí la moderación adquiere mayor 
32 
grado de complejidad, ya que se ha de mostrar una actitud de escucha activa y no 
enjuiciadora, a la vez que se conduce la discusión hacia los temas relevantes”. 
 
Por último, encontramos el cierre de la sesión en el cual se resumen los temas 
tratados, se vuelve a comentar la utilidad que se la dará a la información recogida y 
se agradeció la colaboración de los participantes. 
 
 
3.5 Procedimiento de recogida de datos 
 
Previo a la realización del grupo focal se ha preparado un guion abierto (Anexo 
13.2), con cuestiones que abordan el tema a tratar clasificadas en cuatro categorías 
temáticas y desde lo general hasta lo más particular. Una vez realizado el guion este 
fue contrastado con mi tutora para que lo aceptara o bien me propusiera mejoras. 
 
El grupo focal se ha llevado a cabo a través de la plataforma Zoom, mediante la cual 
hemos podido conectarnos a una hora acordada los participantes de un grupo un día 
y los participantes del segundo grupo otro día. Este grupo virtual sustituye al grupo 
focal presencial planteado previamente a la epidemia del coronavirus. 
 
Una vez realizados los grupos focales se ha llevado a cabo una transcripción de los 
verbatines de los participantes (Anexo 13.3) que respondían a alguna de las 
categorías planteadas y se han analizado y comparado las respuestas que han 
tenido los estudiantes de una disciplina y la otra para así reconocer si existía alguna 
diferencia entre las percepciones de una disciplina y la otra. Por otro lado, se ha 
llevado a cabo una comparación de lo que los participantes han afirmado con lo que 
diferentes investigadores sobre prostitución masculina afirman. 
 
 
3.6 Análisis de los datos 
 
Una vez llevada a cabo la hoja de vaciado de datos se ha realizado un proceso de 
comprensión e interpretación del contenido de los verbantines dentro de sus 
categorías, para poder responder a la pregunta de investigación. En este pre análisis 
se ha intentado captar el sentido de las frases que se han utilizado en la sesión, así 
33 
como se ha anotado todo lo que pensemos que haya podido influenciar en la 
reunión (González, Más: 2003). 
 
El primer paso para llevar a cabo el análisis de los grupos focales ha sido la hoja de 
vaciado de datos, para lo cual se ha llevado a cabo una selección de las 
afirmaciones emitidas por los participantes que consideramos relevantes para la 
investigación y se elaboró un listado de las mismas, para por consiguiente poder 
realizar una clasificación o categorización de las afirmaciones y poder agruparlas por 
temas. A priori se plantearon diferentes subcategorías en base a las preguntas 
realizadas y después tras el grupo han surgido nuevas subcategorías en base a lo 
expuesto por los participantes (González, Más: 2003). Por último, se llevó a cabo la 
interpretación de los datos obtenidos, lo cual conlleva plantear una explicación de los 
datos y analizar el contenido de las opiniones recogidas (González, Más: 2003). 
Para finalmente describir y resumir lo descubierto. 
 
Para llevar a cabo el estudio hemos planteado 4 categorías, las cuales se han 
dividido en diferentes subcategorías que han servido de base para estructurar el 
guion utilizado en los grupos focales. Las categorías y subcategorías del estudio 
quedan definidas de la siguiente manera: 
 
- Percepción física y subjetiva de la prostitución masculina. En esta categoría 
se han analizado 5 subcategorías que tienen que ver con: lo que piensan los 
participantes acerca de la prostitución masculina; cual es el perfil físico y el 
perfil a nivel social que imaginan; la interacción que creen que estas personas 
tienen con el entorno; y por último, de dónde procede este imaginario. 
 
- Motivos que llevan a esta práctica. En esta categoría se han analizado 2 
subcategorías: los motivos que piensan que conducen a ejercer la prostitución 
masculina y la comparación que llevan a cabo con la prostitución femenina. 
 
- Legalidad. En esta categoría solamente se ha analizado la percepción acerca 
de la legalidad o ilegalidad de la prostitución masculina. 
 
- Formación. En esta última categoría han surgido 6 subcategorías emergentes 
que hemos denominado: formación específica en prostitución masculina;
34 
formación en género; intervención con perspectiva de género; visión 
estigmatizante; grados formativos; y por último las posibles mejoras 
 
 
 
Tabla 2. Categorías y subcategorías principales del estudio 
 
 
Categoría 1: Percepción física y subjetiva de 
la prostitución masculina 
 
Qué es lo que piensan los participantes 
Perfil físico 
Perfil a nivel social 
Interacción con el entorno 
Procedencia del imaginario 
 
Categoría 2: Motivos que llevan a esta 
práctica 
Motivos que piensan que conducen a ejercer 
la prostitución masculina 
 
Comparación con la prostitución femenina 
 
Categoría 3: Legalidad 
 
Percepción acerca de la legalidad o ilegalidad 
de la prostitución masculina 
 
Categoría 4: Formación 
 
Formación específica en prostitución 
masculina 
 
Formación en género 
 
Intervención con perspectiva de género 
Visión estigmatizante 
Grados formativos 
 
Posibles mejoras 
Fuente de elaboración propia 
35 
3.7. Rigor científico 
 
En cuanto al rigor científico y de la mano de las aportaciones de Guba (1981) en 
este campo, se han planteado como criterios de rigor: el valor de la verdad, la 
aplicabilidad, la consistencia y la neutralidad. En cuanto al valor de la verdad o 
credibilidad se refiere a la validez interna, a la aproximación de los resultados de una 
investigación frente al fenómeno observado. Para garantizar que esto se cumpla se 
ha solicitado a los participantes que lean los resultados del trabajo para ver si 
sienten reflejados sus discursos. 
 
En segundo término, encontramos la aplicabilidad o transferencia, lo

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