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iv
Geobotánica
(Formaciones y asociaciones vegetales)
RESEÑA GEOBOTANICA
El objeto de este apartado de la Memoria será el estudio de las relaciones entre el suelo (con• obi•to
siderado geológica y edafológicamente) y la vegetación, dentro del clima de la zona y en euan-
to r.ste estudio contribuye a darnos idea del medio natural. Clima, suelo y vegetación, aon fac-
tores cuya relación estudia la Mesología, Ecología Vegetal o Fitografía, también llamada Geo-
botánica, y ésta es ciencia básica para todo estudio agronómico.
Por lo tanto, no debe ser propósito al redactar este eapítulo hacer un estudio botánico o ea-
tálogo de la flora local, impropio de lugar, y ya en parte realizado por autores meritisimos
dentro de la $otánica, como son, entre otros, Cutanda, Planellas, Pérez-Lara, Loacos, Ceba-
llos, etc., cuyoa trabajoa monográficos sobre la flora de distintas provincias españulas aon bien
conocidos y elogiados. Tampoco ae debe preten der hacer un estudio original sobre la compoai-
ción Geológica del suelo que sostiene tal flora, en gran parte realizado también y de modo ma-
gistral por el Instituto Geológico. Se ha de redactar un estudio de conjunto que sirva de intro-
ducción al del medio económico-agrícola y sin perder de vista que se trata de confeccionar un
Mapa Agronómico y iio uno Geobotánico.
De conformidad eon lo expuesto, se pasará revísta por orden cronológieo a las distintaa Fermaclon••
formaciones geológicas, describiendo las transformaciones habidas en las mismas para llegar des-
saolásl^os
de las rocas madres o subestratoa correspondientes a las diversas clasea de suelos actualea
que en capítulo aparte ae estudian y clasifican tipológicamente.
Seguidamente se describirá la vegétación co^•respondiente a cada suelo, enumerando lea „Po^iániá
especies típicas de la zona y sus agrupaciones o sinecias, asi como las variacionea de esta ve-
getación, delatoras de las que el suelo experimente. Las especies xerófilas, hidrófilas, haíó&-
las, psamófilas, etc., son manifestaciones o datos tan importantes para la caracterizacián del
medio como lo puedan ser los que proporaionan la Climatología o la Agrología, especial-
mente si se trata de plantas homalóicas.
Deberá también considerarse si la vegetación descrita constituye la climax propia del me-
dio que se estudia o si se trata de forinas priaeriales o subseriales y si corresponde a suelos
maduros, prematuros o póstumos, esqueléticos o esqueletizados, decapitados, etc., ya que no
siempre caminan paralelamente en au evolución, vegetación y suelo.
68
Fermas
originalss
Phylum o
sarf^ ^VOtY„YQ
De un mod^ análono yue en el aspecto eeol•^+^icn debe procederse por lo que se refiere
a la ve^etacir^n, es decir, se l^asará revista a las f++rnias ori^inalcs de la ve^etación u óptimos
naturales, de los cuales proceden por de<^enerací^'^n o por símple transformacíón los actuales
aspactos del tapiz ve^^etal, describiéndose las m^dificaciones sufridas por aquel óptimo hasta
llenar a las sinecias que hoy encontramus, de las que en este capítulo debe hacerse un es-
tudio especial y una clasificación por tip+,,^.
El conocimicnto de lós aspectos actuales de la ve^etación, ya sea por el inventario cua-
litativo y cuantitativo de las especies o por una simple descripción dc; eonjunto con cita de
los elementos característicos, es de un indudable valor e interés; pero no tendrá la elocuen-
cia ni Ia utilidad que a todo trabajo comv el que ahora se proyecta debe exigírsele, si no
nos informa respecto a su procedencia y a susposibles transformaciones en el futuro.
Si del trabajo que se va a realizar han de sacarse consecuencias prácticas, es indispen-
sable basarse en el estudio dinámico de las agrupaciones vegetales, realizándose el an3lisis de
los aspectos actuales o estudio estático de cada una con el fin de lleyar, con la mayor pre-
cisión posible, a situarla sobre la escala del proceso evolutivo a que está sometida, fijandu al
mismo tiempo el sentido que dicha evolución si^ue en cl momento presente.
Debemos, pues, esforzarnos por establecer para cada parcela sometida a estudio el lla-
mado phyCum, o sea la serie evolutiva a la que su vegetacián corresponde, procurando después
fijar sobre la serie la situación en que nuestro caso se encuentre. '
Ejemplo: Encinar sobre calizas en la zona baja de la regián mediterránea; clima fran-
camente seco.
i Bosque denso de encina con )
sotobosque de tal . . . . . . . . . . . j,
^
Optimo, natural o clímax
Phylum o serie evolutiva.
Bosque aclarado, sotobosque
de tal......
Matorral de encina y coscoja,
con 3a1 I y. . .
W
69
Phylum o serie evolutiva.
(continuación)
Pinar de P hale^,ensis.
^
Matorral espinoso de aulagas,
romeral, etc.
^
Tomillar.
Espartiza^.
^
Desierso . . .... . ..... . ... ... . .. Regresión máxima.
Supongamos que en un inventario correspondiente al aspecto actual no se encuentra ya
arbolado y aparecen como especies dominantes Thynius vulgaris y Lavandula vera acompa-
ñadas por Rosmarinus, Ulex, matorral de encina y ejemplares sueltos de esparto y otras gra-
míneas xerófilas; ello nos indivará que estamos en la etapa del tomillar, conservándose aŭn
elementos de las etapas anteriores (encina y Rosmarinus), pero estando ya presentes los de
otras y auu más avanzada degeneración (esparto); la cuantía de unos y otros y la documen-
tación que podamos recoger respecto al tratamietrto y aprovechamiento que se hacen en el
predio, nos perrr^itirá fácilmente fijar, junto con la situación de nuestro caso, el probable
sentido de la marcha.
El establecimiento de las series es relativamenta fácil de hacer cuando se trata de Co- Condieionss
marcas pequeñas, como las que van a tomarse como unidad para los trabajoa del Mapa; re-
del «habitar»
quiere, como es lógico, una documentación suficiente respecto a los factores del medio que
constituyen las condiciones del habitat; suelo, clima y actuación de agentes extraños al me-
dio geofísico, y después un poco de espíritu de observación, que puede suplir en gran par-
te a una gran cultura botánica, para llegar a fijar las plantas que son características de cada
etapa de la evolución.
A1 ocuparse ya de un caso concreto, debe tenerse en cuenta no sólo la vegetación Orlgl- rClfmaxr as^qulól•
nal que constituyó el óptimo natural, del cual procede la presente agrupación, sino también
cuál es actualmente el óptimo o climax asequible, pues muy bien puede suceder, y el caso es
muy írecuente, que con motivo de las alteraciones producidas en las condiciones de la habi-
tación botánica, por la acción del hombre u otras cau^as de regresión, no sea ya factible en
modo alguno recuperar el óptimo oriáinal y la marcha progresiva tenga impuesto como tope
un escalón más bajo, es decir, que lo que fué una etapa transitoria para el descenso, quede
convertido en etapa final y estable para el ascenso. Tal es el caso de muchos de nuestros
matorrales, sin duda alguna procedentes de antieu^s enc^nares o rcbollares, en los que, si
hoy intentamos la reconstrucción del bosque, no eerá posible pasar de Ia etapa correspon-
diente a los pinares, que por ello deben conside:arse eu ^a^^s casos como climax asequible.
)itebollar denso (óptimo naiural)
marcha-I ^e
scan^en^e
Tomillar
' Pseudoestepa
I de gramíneas
y
t•.um.^ d. dofos En resumen, y suponiendo que ya tenemos recogida y anotada toda la documentacióno lavsfigar
referente a las condiciones de la habitación botánica (topografía, altitud, exposición, natura-
leza y condiciones del suelo, clima y actuaciones extrañas al medio geofísico que deban to-
marse en consideración) debemos preocupurnos de investigar con respecto a la vegetaciún los
siguientes datos;
I Rebollar aclarado
mata de rcble
Matorral
de leguminasa (ópiimo, asequible aciualmente)
^leloh I Pinar T
e^ _ .
71
a) Vea^etación original u óptimo natural que sirvió de punto de partida.
b) Serie evolutiva o Phylum.
c) Optimo o climax asequible.
d1 Etapa en que nos encontramos y sentido dc la marcha.
Esto requiere un análisis, inventario o descripción,cuanto más detallado mejor, del aspec-
to y^ composición específica de la actual cubierta vegetal; tales análisis o descripciones deben
referirse a predios o parcelas en donde las condiciones de habitación botánica se mantengan
con cierta constancia; en cuarato un factor varíc en grado tal y altere las condiciones del me-
dio de un modo apreciable en el conjunto de la vegetación, el análisis debe repetirse. Supo-
niendo que actuamos ya en una parcela concreta, con variada topografía y suelos, haremos
anotaciones completas para cada tipo de éstos, en la zona baja, alta y media, barrancos, 1a-
deras de solana y de umbría, mesetas de cumbre, riberas y márgenes de arroyos, etc , etc.
El criterio en trabajos de esta índole, respecto a las anotaciones sabre la vegetación, es
el de consignar en una lista o ligero inventario las especies dom.inarrtes, f recuentes y escasas
para cada estrato de las que constituyen la aarupación objeto del análisis, señalando con un
asterisco las que consideremos como caracteris ticas del caso, que en muchas ocasiones son por
completo independientes de la ma}'or o menor abundancia.
NOMBRE DEL LUGAR O PARCELA
^
Estraio arbóreo ....••... ^
f
Estrato arbustivo . . . . . ..
Dominantes Frecucrttes
............. _.... _......._....._
......................__.. ..... ....
Escasas
Esp^ci^s
dominantoc, fn-
cv^nMS y •^casa^
DisHncldn
de •I^mentos
signiflcofivos
1
Estrato frutescente . . . . . . ^
Estrato herbáceo........ !
^
Do^ninantes Frecaentes Escasas
En el reverso o en cabeza de esta anotación u q resumen dc datos respecto a altitud, ex-
posición, naturaleza del suelo, etc.; indicando también el tratamiento o aprovechamientos que
se hacen en el monte, a qué especie se refiere, etc.
Muchas veces no es necesario distinguir los estratos superiores, por haber desaparecido
por completo; otras, en cambio, hay que subdividir, por ejemplo, en el matorral, estrato
frutescente y el sufrutescente, o en el inferior, estrato herbáceo y estrato rasante o muscinal.
Como fácihnente sc comprende, el principal interés debe estar en distinguir cuáles son los
elementos significativos y cuáles carecen de esta significación, figurando accidentalmente o
como simples componenies del cortejo de aquéllos. La comparación entre inventarios referen-
tes a la misma serie o tomados en las condiciones más diversas, dentro de una región natural
o comarca poco extensa, nos permitirá en seguida establecer las principales etapas de la se-
rie y fijar las especies que deben figurar como características principales de cada una; estas
características variarán de una región a otra, pero como las etapas suelen ser las mismas, la
cuestión queda reducida a buscar las equivalencias en la significación de las especies. Por
ejemplo: matorrales regresivos, sucesión de la desaparición del bosque de coníferas de alta
montaña están representados por
Genista horrida L. en el Pirineo.
Por Genista Barnadesii Grlls en Gredos.
Por Genista Boissieri Lpach en Sierra Nevada.
especies equivalcntes en cuanto a su significación y características de una misma etapa de
la serie cn distintas regiones naturales.
Las anotaciones sobre la vegetación, que hemos dicho, nos dejan implícitamente defini-
das las formaciorres; pues cualquiera de esas listas debe dejarnos informados de que el es-
tudio se ha referido a un bosque (Arboretum), a una formacióu arbustiva (Arbusculetum), a
un matorral (Fruticetum o sufruticetum), a una pradera o herbazar (herbetuml, etc., etc.
La clasificación fundada en la fisonomía es esencial para un trabajo de esta clase, en el
que, desde luego, debe quedar patente y clara la delimitación entre monfies altus (formacio-
nes arbóreas), matorrales, praderas, etc., pudiendo luego distínguirse, con carácter secundario,
si es perennifolio o caducifolio, si el herbazal está formado por especies perennes, bienales o
anuales, etc.
Los tipos fisiognómicos, por ser los que resaltan más y dan los principales rasgos al pai-
saje, deben traducirse sobre el Mapa de una manera neta, pues al mismo tiempo dan una
idea de las existencias y de las posibilidades de la actual cubierta vegetal.
Pero ya se comprende que el valor práetico de esta clasificación es inferior al que tiene
eI estudio de las series, puesto que dentro de éstas es donde debe orieniarse toda actuación
futura.
Tales simorfias serán denominadas en la forma siguiente:
PRINCIPALES BIOTIPOS VEGETALES O TIPOS FISIOGNOMICOS
( Monte alta
{ Arbustal.Formas leñosas. - Lignetum . . . . . .. . . . . . . . . . .. . .. . ... . (
Matorral.
Con ^rotección epidérmica De especies anuales.
stlicea. - (Graminetum o a bisanuales .
Formas herbáceas (her- ^ Graminoidetum)......... z p8rennes.
bazales) ..............
• f diasc a as.S i n protección silícea. -
(Herbetum)• ............. • cespitosas.
Formas crasas. - Crassicauletum . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ^ De especies herbáceas.^ leñosas.
Clasffleac7ón
seg ún aspscfo
flsiogndmtco
Se prescinde de las formas vegetales saprofitas y parásitas (saprophytetum y bioph.ytetum).
Por lo que se refiere al biotipo ]eñoso: de mayor importancia, cabe establecer los subti-
pos siguientes:
' Planifolio o frondoso (castaño).
^ Esclerofilo (encinaj
Lignetum. . . . . - • . . . . . • • • . . . Aciculifolio ( inosj.
^ Perennifolio ^acebuchej.
Caducifolio (olmoj.
También se anotará la persistencia mayor o menor en la asociación de las mismas espe-
eies } en determinados suelos (fidelidad social y ecológica, según la moderna Fitosociología),
teniendo eri cuenta la siguiente nomenclatura por lo que a la fidelidad ecológica se refiere:
ADAPTACION ECOLOGICA DE LA VEGETACION TERRESTRE O EMERGIDA
( Conatante - Plantas hi grólilas.
En medios armónicos ... { Subconstante ^ subhigrófilas.
Discontinuas • iropófilas.
- Planiss psamófilas.
Por Is conatitución física Secos - a chersófilas.
del suelo ...... ...... . Húmedoa -- ^
hidrófilas.
Rocosos lisos - ^ litófilas.
Rocosohendidos - r chasmófilas.
Por Ia composícíón quí- y Caliaos - Plaptas calcófflas.En medios desar• ' mica y reacción del J Yes°sos - Gi sófilas.mónicos. . . . . .. . suelo. . . . . ... . . . ) Acidos - Oxítilas.' ' ' ' ' ' ( Básicos - Halófilas.
Por la temperatura y la ^ Bajn - Plantas psicrdfilas.
luz ............. Alta • subxerófilas.' ' ' ' ' Luz escasa ^ umbrófilas.
Por la humedad atmosfé: ^ Extremada - Plantes hiperxerófilas.
, ríca . . . . . . . . . . . . . . . . . Falta relativa s xerófilas.
Según que la adaptación que supone cada uno de los casos del anterior cuadro sea ma-
73
,
}'or o menor, positiva o negatíva, con releción al medio correspondiente, así se ormaran
voces diversas con prefijos o terminaciones para designar la vegeiación en la forma siguiente:
Madio salino básico
' Halófilas - Plantas propins de este medio.
1 Sub-halófiles - Plnnias que lo prefieren.
' 1 Hnloedea - Plantas indiferentss.
^ Sub-halófobna - Plantas que vegetan, aunque mnl.
Halófobna - Plantas que no pueden vivir.
Según su amplitud eeológica, se clasifiearán también las plantas en homaloicas, aloicas
y heteroicas o poloícas y análogamente por la falta de fidelidad social en homalocóricas, alo-
cdricas y heterocóricas o ubiquistas.
La dicha clasificación de las series o phylums puede muy bien quedar encuadrada en
la de los aspectos fisio^^nómicos a en la puramente ecolb^ica, como la que se acompaña. Esta
clasificación ecológica debe servirnos también para establecer las principales divisiones geo-
fráficas: España Mesófila-Mesoxerófila y Yerófila, aludiendo principalmente a influencias de-
terminantes del clima, pues luego las que corresponden ya dentro de éstas a influencias de-
cisivas del factor suelo, como son: Psmophytia, Litophy^ia, Halophytia, etc., quedan claramen-
te desenmascaradas por la cornposición del tapiz vegetal. Insistimos, pues, en dar la mayor im-
portancia en este estudio al establecimiento de las series dentro cle cada tipo ecológico o fisiog-
nómico. Téngase en cuenta, finalmente, que en las anteriores clasificacionesno se pretende
abarcar la totalidad de las modalidades adaptativas que la vegetación puede presentar, y por
ello cuantas pudieran aparecer sin cabida en la mencionada nomenclatura serán designadas
con nombres adecuados análogos a los ya enumerados.
Por otra parte, y en todo caso, se anotarán cuantas especies puedan ser objeto de utili-
zación o explotación por sus propiedades medicinales, esenciales, industriales, etc.
También se enumerarán las especies vegetales que con más írecuencia invaden las tie-
rras de labor, o los cultivos y las que predominan en las praderas o pastizales cle que el ga-
nado se ulimenta, en relación como siempre con cada clase de terreno.
E^p•ci•s 6ril•^
Dafos F^nolBgitos
Flora micrabiana
ffeologta antmal
Se expresarán al reseñar la flora qué plantas son las que consumen 1os ganados y cuá•
les las que siendo perjudiciales deben ser extirpadas.
Las especies que no puedan ser clasificadas en el campo se rccogerán en forma de her-
bariu para ser estudiadas en el Gabinete.
Por último, los datos fenológicos, tales como la brotación, la floraeión, la maduración,
etcétera, indicadores del ritmo de la vida vegetal en cada zona serán registrados cuidadosa-
mente, refiriéndose tanto a las prineipales especies cultivadas como a las espontáneas.
Estos estudios Geobotánicos servirán de base al Agrónomo o al Forestal para tratar de
modificar la vegetación actual espontánea o cultivada, en cuanto sea posible, sustituyéndola
por otra que presente hermanados el óptimo biológico con el económico asequible, para tra-
tar, como hemos dicho, de sustituir la climax natuial posible por una climax agricola o por
una climax joreslal.
FLORA MICROBIANA.-Más bien que com o un estudio de orden puramente científico
nos interesa este tema por las especies microbianas que inílu}en en la fertilidad de la tie-
rra y cuya actuación aclara los ptoblemas que el análisis qui^nico puede plantear sobre la
misma, principalmente al considerar la mayor o menor riqueza de humus o de nitrógeno,
indicadores del grado de intensidad en el trabaju de las bacterias nitrificantes y de las fi-
jaduras del N atmosférico. Pudieran someterse algunas muestras de tierra, de las tomadas
para su análisis químico, también al bacteriológico, pero la enorme variabílídad de los re-
sultados que se obtuvieran scgún temperatura, aireación del suelo, humedad, etc., del momen-
to en que se toma la muestra, haría interminable^ nuestros trabajos aplicados a grandes zo-
nas de terreno corno han de ser forzosamente los del Mapa. Por tal razón, en ninguna Na-
ción se han realizado estudios de esta clase al confeccionar su carta agronómica nacional.
Esto, no obstante, quizás tuvieran cabida estos estudios microbiológicos en las Memorias pro-
vinciales de conjunto o en alguna de carácter especial.
LA EcoLOCíA ANIMAL, a lo que bien pudiéramos llamar Geozoología, no tiene ya el
interés de la Geubotánica por la consabida y máxima independencia de que disfruta el ani-
mal con relación al medio en que vive, si la comparamos con la del vegetal. Por tal razón,
la fauna espontánea lucal sólo puede merecer en este lu^^arr una muy breve referencia, des
cartada la parasitaria, de que se tratará al hablar de las pla^as de los cultivos de los mon-
tes o del ^anado. Las fechas de aparición o marcha de las aves emigrantes son ejemplo de
datos que deben registrarse.
Unicamente por el interés que puede tener para posihles explotaciones o aprovechamien-
tos futuros se enumerarán las especies animales importantes en la comarca, desde el puntu de
vista de la caza o de la pesca fluvial, así como una ligera idea sobre la constitución del
plancton, de las aguas dulces.
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