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Investigación Económica 170, octubre-diciembre de 1984, pp. 129-159 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL 
Y COMPLEJOS AGROINDUSTRIALES: IMPACTOS 
SOBRE LA AGRICULTURA LATINOAMERICANA 
MIGUEL TEUBAL 
INTRODUCCIÓN 
Mucho se ha escrito s.obre las profundas transformaciones operadas 
en el agro latinoamericano en años recientes. Si bien fueron múltiples 
las formas de la penetración capitalista en la agricultura de la región, 
una de sus características más notables fue el haberse realizado en 
el marco de una intensa transnacionalizaci6n de los sistemas agrícolas 
y agroindustriales. 
Los cambios en la estructura del comercio exterior de productos 
agrícolas, el surgimiento de nuevos productos de exportación y la cre-
ciente dependencia alimentaria respecto del exterior -el "fin de la 
autosuficiencia alimentaria" (Barkin y Suárez, 1982)- definen sólo 
un aspecto de esta transnacionalización y nueva inserción de la agri-
cultura latinoamericana en la economía mundial. El otro tiene que 
ver con el creciente dominio del complejo agroindustrial 1 sobre los 
procesos agrícolas del continente. 
En efecto, tanto la modernización de la agricultura, con la provi-
sión de insumos agroquímicos, maquinaria agrícola y la utilización de 
1 "En términos formales, el complejo agroindustrial, o sistema agroindustrial, se define 
como un conjunto compuesto por la sucesión de actividades principales y accesorias vincu-
ladas a la producción y la transformación · de uno o más productos agrícolas. Dentro de 
las actividades principales se incluyen la generación de estos productos, su beneficio y 
transformación y la producción de bienes de capital y de insumos industriales para las acti-
vidades agrícolas. Dentro de las actividades accesorias se incluyen la cosecha, el almacena-
miento, el transporte, la distribución de productos industriales y agrícolas, y el financia-
miento". (Muller, 1982: 921). 
129 
130 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA 
paquetes tecnológicos que este proceso conlleva, como la creciente 
importancia del procesamiento agroindustrial de la producción, son 
factores que han transformado profundamente las relaciones de pro-
ducción al interior del sector, coadyuvando a la articulación de la 
agricultura y a la subordinación del campesinado a los requerimien-
tos de expansión de las grandes empresas transnacionales (ET) agro-
industriales. 
Asimismo, al redefinirse las relaciones entre industria y agricultura, 
estructurándose ésta a partir de su inclusión inmediata en el circuito 
de producción industrial, sea como consumidora de insumos y maqui-
naria, o bien como proveedora de materia prima para su transforma-
ción industrial, aparece en toda su esencia el complejo agroindustrial. 
De este modo, la integración de los procesos de trabajo agrícola a 
los complejos agroindustriales adecuándose a las estrategias que adop-
tan las ET, así como la internacionalización del capital agroindustrial, 
constituyen el otro mecanismo mediante el cual la agricultura latino-
americana se inserta en la división internacional del trabajo. Éste y 
otros factores habrían de incidir sobre los cambios en las estructuras 
productivas, y en las corrientes del comercio exterior de productos 
agrícolas y agroindustriales, que se manifiestan en la economía mun-
dial en años recientes. 
Son numerosos los trabajos que analizan la incidencia de estos pro-
cesos de transnacionalización, integración agroindustrial y moderniza-
ción sobre las estructuras productivas, la reestructuración de las clases 
sociales y el carácter de la lucha social en el campo latinoamericano. 
En este trabajo nos proponemos ubicar estas transformaciones en 
un contexto más amplio. Nos interesa analizar los procesos de trans-
nacionalización en función de las fuerzas que han operado en la eco-
nomía mundial y en el contexto político internacional. En esencia, se 
trata de analizar la internacionalización de la producción agrícola y 
del capital agroindustrial como manifestaciones de políticas y tenden-
cias que se observaron en las economías capitalistas centrales en años 
recientes, así como su impacto sobre el panorama agrícola y agroin-
dustrial de América Latina. 
El enfoque que adoptamos es el de la internacionalización del capi-
tal. Si bien son diversos los planteamientos en torno a este enfoque, 
el punto de partida de nuestro análisis es la observación de que 
en los años de la posguerra, pero en particular a partir de la crisis 
de los 60 y 70, se intensificó la penetración y expansión de las em-
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 131 
presas y bancos transnacionales a lo largo y ancho del globo terráqueo, 
produciéndose -con una intensidad netamente mayor a la de periodos 
anteriores- la internacionalización de los procesos productivos y del 
capital productivo a escala mundial. Es así como el elemento distin-
tivo de esa etapa del desarrollo del capitalismo, lo constituyó la inter-
nacionalización del capital productivo (Palloix, 1975). 
Por otra parte, el enfoque que gira en tomo a la internacionaliza-
ción de1 capital permite analizar los procesos de desarrollo del Tercer 
Mundo en función de un único proceso global de acumulación a es-
cala mundial, que a su vez es uno de los determinantes del "subdesa-
rrollo" ( Marcussen y Torp, 1982; Barkin, 1982) . 
La teoría de la internacionalización del capital presenta concep-
tualizaciones diferentes. Para algunos "no es más que el proceso inex-
orable de la expansión del capital, tanto en su dimensión social 
como geográfica, para la conformación del modo de producción capi-
talista a nivel mundial" (Barkin y Rozo, 1981: 724/725). Dentro de 
esta tónica Frobel, Heinrichs y Kreye ( 1981) destacan los cambios 
tecnológicos que posibilitaron esta mundialización del capital y el con-
siguiente "redespliegue" o "relocalización" industrial ( Frobel et al., 
1981: 50/51). En cambio otros autores enfatizan que el proceso de 
internacionalización del capital debe ser asociado íntimamente a la 
crisis generalizada del sistema capitalista que se manifiesta desde fines 
de los años 60, y a las políticas que impulsaron la reestructuración de 
la economía mundial a partir de entonces (Arrighi, 1978; de Jan-
vry, 1982) . Dentro de este marco podríamos ubicar a aquellos que 
destacan la creciente rivalidad intercapitalista y lucha social que, en 
el marco de la crisis, constituyen determinantes del proceso ( Parboni, 
1981). 
Si bien son múltiples los enfoques y planteamientos que se han 
hecho en torno al proceso de internacionalización del capital produc-
tivo, la mayor parte de ellos se remite fundamentalmente a la reloca-
lización industrial que se produjo en el plano internacional. En cam-
bio, muchos menos han sido los estudios que consideran la internacio-
nalización de la agricultura y de los sistemas agroindustriales en el 
plano mundial como otra de las tantas manifestaciones del proceso de 
internacionalización del capital. Precisamente es éste el aspecto que 
analizamos en este trabajo. 
En definitiva, nos proponemos señalar factores que incidieron sobre 
estas tendencias. Nuestro análisis tiene como trasfondo la crisis global 
132 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA 
del sistema que se manifestó desde fines de los años 60. Al inten-
sificarse las rivalidades intercapitalistas ante la pérdida de hegemo-
nía de los Estados Unidos en el concierto mundial, y cobrar mayor 
impulso la lucha social en los países capitalistas centrales, los gobier-
nos de estos países adoptaron una serie de medidas que, conjuntamen-
te con la dinámica social y económica del momento, ejercieron una 
influencia significativa sobre la división internacional del trabajo agrí-
cola y la expansión del capital agroindustrial a escala mundial. A 
partir de entonces, tanto la producción agropecuaria como la agroin-
dustrial adquirieron una significación estratégica que antes no habían 
tenido. 
En la primera parte analizaremos cómo a partir de la crisis capita-
lista de fines de los 60 y del consiguiente acrecentamientode las riva-
lidades intercapitalistas y de los conflictos sociales que se manifesta-
ron en los países capitalistas centrales, se reestructuró el comercio in-
ternacional de productos agrícolas y agroindustriales y se intensificó la 
expansión del capital agroindustrial ( el agribusiness) a escala mun-
dial. En la segunda parte, estudiaremos algunas de las consecuencias 
de estos procesos sobre la agricultura latinoamericana, su nueva in-
serción en la economía mundial, y el impacto sobre la creciente desar-
ticulación social y sectorial de las economías de la región. 
l. FACTORES QUE IMPULSARON LOS CAMBIOS EN EL PANORAMA 
AGRÍCOLA Y AGROINDUSTRIAL A ESCALA MUNDIAL 
Nos interesa explicar los determinantes de tendencias que se observa-
ron en el panorama agrario mundial como consecuencia de los pro-
cesos de internacionalización del capital. Éstos cobraron gran impul-
so, a raíz de la crisis generalizada del sistema en los 60 y 70. La agri-
cultura adquirió una significación estratégica a partir de entonces. En 
primer lugar, porque para hacer frente a la creciente rivalidad entre 
países capitalistas centrales, Estados Unidos reafirmó su superioridad 
económica y tecnológica en esta materia incrementando masivamente 
sus exportaciones de productos agrícolas y agroindustriales, como para 
contrabalancear su pérdida de competitividad en el campo industrial. 
En segundo lugar, porque a raíz de la creciente lucha social que se 
manifestó en los países capitalistas centrales, éstos se vieron impulsa-
dos a internacionalizar los costos de reproducción de su fuerza de tra-
bajo mediante la obtención de alimentos baratos en el exterior. Y en 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 133 
tercero, porque como consecuencia de una nueva oleada de fusiones 
empresariales y adquisiciones de empresas y de la creciente competen-
cia que en el marco de la crisis debió enfrentar el agribusiness, éste 
vio la posibilidad de proyectarse internacionalmente. Veremos segui-
damente cómo cada uno de estos factores influyó sobre la reestructu-
ración de la agricultura mundial y la expansión del proceso de agro-
industrialización. 
a) Agricultura y rivalidades intercapitalistas 
Tradicionalmente Estado Unidos fue un productor de excedentes de 
productos alimenticios básicos y de otros productos agrícolas. Como 
consecuencia, el problema crónico que por muchas décadas debió en-
frentar su gobierno fue la continua producción de excedentes -en 
particular cerealeros- difícilmente colocables tanto en el mercado in-
terno como en el exterior. 
Fueron múltiples los factores que coadyuvaron a que se produjera 
esta situación. La serie de políticas y apoyos institucionales que favore-
cieron al farrner estadounidense desde los años 30, indujeron el con-
tinuo aumento de la productividad del trabajo en el sector, a una tasa 
incluso más rápida que la de la industria ( de J anvry, 1982). Estos 
aumentos de productividad que resultaron del uso creciente de ferti-
lizantes, pesticidas y mejores semillas, entre otras mejoras tecnológicas, 
y de una política de sostén y de grandes subsidios a los agricultores, 
incidieron en la acumulación de los enormes excedentes del país, au-
mentándose significativamente sus costos financieros sólo por concepto 
de almacenaje. 
Fueron diversas las contradicciones generadas por estos excedentes. 
Los principales grupos de presión que representaban a los productores 
agrícolas no permitían su colocación en el mercado interno porque 
querían evitar que se deprimieran los precios y por consiguiente sus 
ingresos. Por otra parte, las corporaciones cerealeras también se opo-
nían a que se hiciera con ellos dumping en el mercado cerealero mun-
dial por razones semejantes. Como consecuencia, el problema que se 
enfrentaba en el país era ¿ cómo disponer, o hacer desaparecer, esos 
excedentes, sin perjudicar a los diversos grupos de interés involu-
crados? 
Si bien una parte de esos excedentes se transformó en insumos para 
la agroindustria -se multiplicaron los usos industriales del maíz y del 
134 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA 
trigo, fundamentalmente su transformación en alimentos balanceados 
para la industria avícola y ganadera, entre otras-, fue el programa 
de ayuda denominado "Alimentos para la Paz" (P. L. 480), el princi-
pal instrumento utilizado por el gobierno para la colocación de estos 
excedentes alimenticios en el exterior. Se creó un mercado externo se-
cundario en los países "en vías de desarrollo" -ampliamente deficita-
rios en materia alimentaria- al permitirles comprar el grano esta-
dounidense y otros productos agrícolas (por ejemplo, el tabaco) a 
precios preferenciales, con el aditamento de que podían pagar con mo-
neda local (Malay, A., 1979). 
De este modo Estados Unidos comenzó a conquistar nuevos mer-
cados en los países del Tercer Mundo, disociados de los mercados de 
las naciones industrializadas en donde el precio dólar de estos produc-
tos se mantuvo más alto. Durante las décadas de los años 50 y 60, una 
cuarta parte de las exportaciones agrícolas de los Estados Unidos fue 
enviada al exterior en el marco de este programa. 
El programa contribuyó, sin duda, a la expansión internacional del 
agribusiness estadounidense. Los pagos en moneda local que realizaban 
los gobiernos receptores de la ayuda alimentaria fueron destinados, en 
parte, al financiamiento de proyectos agroindustriales de las ET esta-
dounidenses en el exterior. En efecto, esta expansión agtoindustrial fue 
complementaria a la política de colocación de excedentes dado que 
prometía su absorción por la agroindustria en el exterior . 
. . . la expansión de las ventas a países en vías de desarrollo defi-
citarios en la producción de trigo representó una importante op-
ción para los líderes de la industria establecida. En particular 
para las firmas de los Estados Unidos. Estas nuevas oportunida-
des para su expansión coincidieron con los programas ... que pro-
movieron las ventas cerealeras y que facilitaron la inversión ex-
tranjera en áreas relacionadas con ellas (uN-CTC, 1981, p. 35). 
La industria de los alimentos balanceados creció rápidamente desde 
de los años 60, en gran medida debido a su complementariedad con 
la expansión sostenida por la industrial avícola y ganadera. En par-
ticular, en los países con mercados medianos y pequeños, la presencia 
de las ET en este campo llegó a ser predominante. Cabe destacar 
que las industrias procesadoras del trigo también se difundieron ·rá-
pidamente, por ejemplo, la producción de pastelería,. la. molienda . y 
l:-.-TERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 135 
la panadería, que impuso el consumo de pan sustituyendo otros ali-
mentos básicos consumidos tradicionalmente. 
Demás es decir que esta política estadounidense comenzó a rendir 
frutos en los años 70 cuando se hizo manifiesta la creciente dependen-
cia alimentaria de los países del Tercer :Mundo, incluyendo la gene-
ralidad de los de América Latina. 
Diversas circunstancias habrían de modificar el panorama agrícola 
estadunidense y mundial en esos años. La pérdida de hegemonía de 
los Estados Unidos, en la economía mundial frente a Europa y al 
Japón, en particular en materia industrial, y el consiguiente deterioro 
de su balance de pagos, profundizado asimismo por la guerra de 
Vietnam, fueron factores que impusieron cambios en su política agrí-
cola y de comercio exterior. A partir de entonces se comenzó a reva-
lorar el papel asignado al sector agropecuario, para poder utilizarlo 
como arma frente a la creciente rivalidad intercapitalista. 
Tras las sucesivas devaluaciones del dólar que se produjeron en los 
primeros años de los 70, tendientes a hacer más competitivas las ex-
portaciones estadounidenses en la economía mundial, y tras los acuer-
dos sustentados con la URss en el marco de la política del entente 
de Kissinger, comenzó una reestructuración del agro y de la política 
agraria norteamericana que habría de incidir significativamente sobre 
el panorama agrícolamundial. 
Estados Unidos reafirmó su poderío agrícola en el contexto inter-
nacional y comenzó un periodo de exportaciones masivas de produc-
tos agrícolas y agroindustriales al mercado mundial. Este proceso de 
internacionalización de la producción agrícola y agroindustrial nor-
teamericana contribuyó a que se lograran superávits crecientes en 
la balanza comercial agrícola, contrarrestando el deterioro del ba-
lance de productos industriales y energéticos. En definitiva, pronto 
el programa de ayuda alimentaria habría de ser eclipsado por la po-
lítica de promoción a las exportaciones masivas, las que comenzaron 
a crecer significativamente, coadyuvando a afianzar la posición com-
petitiva de los Estados Unidos en la economía mundial.2 
Las exportaciones estadounidenses de productos agrícolas ( inclu-
2 "La ayuda alimentaria abrió el camino para las exportaciones comerciales de los Es-
tados Unidos. En 1956-1958 la ayuda alimentaria de los Estados Unidos a 17 mercados ex-
ternos ascendía a 3.1 mil millones de dólares mientras que las exportaciones comerciales 
apenas superaban los 3.6 mil millones. Dos décadas después la ayuda alimentaria a esos 
mismos 17 países era de sólo 756 millones de dólares mientras que las ventas comerciales 
alcanzaban los 43 mil millones de dólares", ( usoA)-Foreign Agriculture, junio 1983). 
CUADRO l. Estados Unidos: balanza comercial agrícola y no agrícola, 1961-1982 
( en miles de millones de dólares) 
1961- 1966- 1971-
1965 1970 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 
Exportaciones agrícolas 5.5 6.5 14.9 22.8 24.0 27.3 34.7 41.3 43.3 36.6 
Exportaciones no agrícolas 17.4 27.1 54.3 88.5 94.9 103.9 143.7 175.2 185.6 170.5 
Total exportaciones 22.9 33.6 69.2 111.3 118.9 131.2 178.4 216.4 229.0 207.2 
Importaciones agrícolas 3.9 4.9 7.9 10.5 13.4 13.9 16.7 17.4 16.7 15.2 
Importaciones no agrícolas 12.9 25.5 62.9 104.0 129.3 150.9 190.4 223.8 242.2 227.1 
Total importaciones 16.8 30.3 70.7 114.5 1-1-2.7 164.8 207.1 241.2 259.0 242.3 
Balanza comercial agrícola 1.6 1.6 7.1 12.3 10.6 13.4 18.0 23.9 26.6 21.4 
Balanza comercial no agrícola 4.6 1.7 -8.6 -15.5 -35.0 -47.0 -46.7 -48.7 -56.6 -56.6 
Balanza comercial total 6.2 3.3 -1.5 -3.2 -24.4 -33.6 -28.7 -24.8 -30.1 -35.2 
FUENTE: USDA. 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 137 
yendo los procesados) pasó de 6.5 mil millones de dólares en 1966-
1970 a 34.7 mil millones en 1979 y a un máximo histórico de 43.8 
mil millones en 1981. (En 1982 y 1983, al retraerse la demanda mun-
dial, hubo una consiguiente reducción de las exportaciones estadouni-
denses) ( Cuadros 1 y 3 ) . 
Cu ADRO 2. Cambios en las corrientes del comercio e.ere alero mundial* 
América del Norte 
Estados Unidos 
América Latina 
Europa Occidental 
Europa Oriental y la uass 
África 
Asia 
Australia y Nueva Zelanda 
1934/ 1948/ 
a 
1938 
5 
9 
-24 
5 
1 
2 
3 
a 
1952 
23 
1 
-22 
o 
o 
-6 
3 
1960 1970 1980 
39 56 131 
o 4 -10 
-25 -30 -16 
o O -46 
-2 -5 -15 
-17 -37 -63 
6 12 19 
* Millones de toneladas netas exportadas ( +) o importadas ( - ), de cada regi6n. 
FUENTE: Lester Brown, "World Population Growth, Soil Erosion, and Food Security", 
Science, vol. 214, noviembre 27, 1981, p. 998. 
Las exportaciones agrícolas estadounidenses crecieron más rápida-
mente que el comercio mundial de esos productos; como consecuen-
cia, aumentó la participación de este país en las exportaciones mun-
diales de productos agrícolas pasando de 14.3% en 1970 a 18.2% en 
1978. 
Más importante aún fue su participación en el comercio cerealero 
mundial. En el periodo 1970-1971 exportó 41 millones de toneladas 
de granos, lo cual representó aproximadamente 37% del comercio 
mundial de estos productos. En cambio en el periodo 1980-1981, las 
exportaciones cerealeras de los Estados Unidos ascendieron a 118 mi-
llones de toneladas representando 56% de los cereales comercializa-
dos internacionalmente. Así, cubrió tres cuartas partes del aumento 
de las exportaciones cerealeras mundiales entre 1970-1972 y 1977-
1979, aproximadamente la mitad del incremento en las exportaciones 
de trigo y 85% del aumento de las exportaciones de granos forra-
138 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA 
jeros. Sólo Canadá, Nueva Zelanda y Argentina aumentaron sus ex-
portaciones cerealeras frente a la creciente dependencia cerealera del 
resto del mundo en la década de los 70. (Véase cuadro 2) . 
A fines de esa decada las exportaciones agrícolas de los Estados 
Unidos representaban 20% de las exportaciones globales de ese país. 
Asimismo, en 1982, Estados Unidos proveyó 45% de las exportaciones 
de trigo a nivel mundial y 55!% de las de otros granos, incluyendo 
90% de la soja y 22% del arroz. 
CUADRO 3. Estados Unidos: valor de las exportaciones agropecuarias 
por tipos de productos seleccionados 1970-1983 
(en miles de millones de dólares) 
Cereales Frutas nue-
y sus Oleagino- Taba- ces, hortali-
prepa- sas y sus co en zas y prepa-
raciones productos Algodón bruto raciones Piensos Otros Total 
1970 2.6 1.9 .4 .5 .6 .1 .3 7.2 
1971 2.4 2.2 .6 .5 .6 .1 .2 7.7 
1972 3.5 2.4 .5 .7 .8 .2 .3 9.4 
1973 8.5 4.3 .9 .7 1.0 .3 .4 17. 7 
1974 10.3 5.7 1.3 .9 1.2 .3 .5 22.0 
1975 11.6 4.5 1.0 .9 1.4 .3 .6 21.9 
1976 10.9 5.1 1.0 .9 1.6 .4 .6 23.6 
1977 10.l 6.6 1.5 1.0 1.7 .6 .7 24.0 
1978 11.7 7.5 1.7 1.1 1.9 .6 .8 27.3 
1979 13.6 8.7 1.9 1.3 2.1 32.0 
1980 17.2 9.8 3.0 1.3 3.0 1.1 1.3 40.5 
1981 20.3 9.3 2.2 1.3 3.6 1.1 1.9 43.8 
1982 16.1 9.5 2.2 1.5 3.4 1.0 1.3 39.1 
1983 * 14.0 8.6 1.7 1.4 2.8 1.1 1.1 34.5 
* Preliminares. 
FUENTE: USDA. 
Un resultado de esta política fue el creciente superávit de la ba-
lanza comercial de productos agrícolas que alcanzó 26.4 mil millones 
de dólares en 1981. La importancia de esta magnitud se vio reflejada 
en el hecho de que en ese mismo año la balanza comercial no agrícola 
fue deficitaria en 5 7 mil millones de dólares. Se ha señalado que los 
crcientes superávit de la balanza agrícola. estadounidense fueron fac-
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 139 
tares de fundamental importancia que limitaron el deterioro de la 
balanza comercial global de ese país. Si a esto agregamos las crecien-
tes exportaciones de insumos y maquinaria agrícola, así como bienes 
de capital para la agroindustrialización operada en el exterior, la pro-
yección mundial del sistema agrícola y agroindustrial norteamericano 
adquiere una gran significación. . 
En la actualidad, aproximadamente 30% de la tierra agrícola de 
los Estados Unidos se utiliza para producir productos primarios de 
exportación. Entre los productos de mayor importancia están los gra-
nos, oleaginosas, productos animales y otros sin procesar. Crece, sin 
embargo, la proporción de productos agrícolas procesados en las ex-
portaciones, por ejemplo, la harina, la carne procesada, las frutas y 
hortalizas procesadas, etc. ( Cuadro 3 ) . Han comenzado a destacarse 
las· exportaciones de frutas y legumbres ( incluyendo las frescas) al 
Asia, en los últimos años. (vsDA-Foreign Agriculture, julio, 1983). 
Para los agricultores, el alza de las exportaciones les reportó im-
portantes aumentos en sus ingresos, en particular, en algunos años de 
la década del 70. Se estima que más de un cuarto del ingreso agrícola 
de los productores estadounidenses lo provee las exportaciones en la 
actualidad, una proporción que es superior en más del doble a la de 
hace una: década. 
En 1978 Estados Unidos exportó 60% de su producción triguera, la 
mitad de su producción de soya y arroz, y 30% de su maíz y algodón. 
Se estima que más de un millón de personas trabaja en ese país en 
empleos vinculados con las exportaciones agropecuarias, la mitad de 
e11as en actividades no agrícolas tales como el transporte, el comercio 
y las agroindustrias. 
Señalamos anteriormente que las principales exportaciones agríco-
las de los Estados Unidos fueron cerealeras. En los últimos 20 años 
fueron particularmente significativas las exportaciones de cereales fo-
rrajeros, trigo y arroz. 
Elaumento de las exportaciones de cereales para el consumo ani-
mal, atendiendo a una creciente demanda de productos ganaderos por 
parte de Europa, Japón, la URss y los países semindustrializados del 
Tercer Mundo, tales como Corea del Sur, Taiwán, Brasil y 1\1:éxico, 
fue una de las características distintivas de estos procesos. 
Muchos cereales que se utilizaban para el consumo humano, en 
forma· creciente fueron destinados al consumo animal; el caso del maíz 
fue quizás uno de los. más notables. 
14-0 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA 
En el sistema maicero mundial, Estados Unidos reina de manera 
casi suprema. Produce la mitad de la producción mundial, utilizando 
para ello 25'% de su tierra agrícola. En los años 70 triplicó sus ex-
portaciones en gran medida debido a la creciente demanda de pro-
ductos por parte de 'las economías de ingresos medios y del bloque so-
cialista. 
Tanto en el plano interno· como en forma creciente en el plano 
internacional. el maíz orientó fundamentalmente a la producción de 
alimentos balanceados para el consumo animal. En los Estados Unidos 
80% de los alimentos balanceados destinados al consumo animal están 
elaborados con maíz. La industria porcina es la principal consumido-
ra, absorbe 40% de la producción maicera destinada a los alimentos 
balanceados; en cambio la producción de carne de res absorbe apro-
ximadamente el 25 % . En el plano internacional, la expansión agro-
industrial asociada a la ganadería y el creciente consumo de produc-
tos ganaderos fueron factores que influyeron sobre la notable expan-
sión de las exportaciones de cereales forrajeros de los Estados Unidos 
(vsDA-Agricultural Outlook, marzo, 1983). 
Estos cambios en la posición relativa de las exportaciones agrícolas 
norteamericanas en el contexto mundial fueron acompañados por im-
portantes transformaciones en la agricultura estadounidense: fueron 
desplazados los f armers más chicos; aumentó la integración del agro 
a cadenas agroindustriales: fue introducida masivamente nueva tec-
nología; y se utilizó más plenamente la tierra disponible. En definiti-
va, la internacionalización de la agricultura norteamericana trajo con-
sigo una importante reestructuración de su estructura productiva en 
el plano interno. 
Frente al embate ele la agricultura norteamericana, Europa y Japón 
adoptaron diversas medidas tendientes a la defensa de sus propias 
agriculturas y autosuficiencia alimentaria. En el caso europeo también 
fueron impulsadas transformaciones en la estructura productiva in-
terna: creció el tamaño promedio de la explotación agrícola, crecie-
ron rápidamente las inversiones en insumos y equipos, y se concentró 
cada vez más la producción. Las resultantes alzas de productividad sig-
nificaron la autosuficiencia alimentaria en muchos rubros, e incluso la 
aparición de excedentes exportables.3 
3 La autosuficiencia alimentaria de la CEE fue de 108% para el trigo (principalmente 
blando), 112% para la cebada, 60% para el maíz y sólo 41% en grasas, proteínas y olea-
ginosas (principalmente soja). La CEE se ha transformado en un importante exportador neto 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 141 
Para los países miembros de la CEE todo ello se produjo al amparo 
de la Política Agrícola Común ( PAC). Ésta coadyuvó a que se estimu-
lara la producción de aves y cerdos mediante subsidios directos y otros 
mecanismos de apoyo a los productores. La producción de aves aumen-
tó de aproximadamente 1.5 millones de toneladas, en promedio, en el 
periodo 1961-1965, a 3.8 millones en el periodo 1978-1980. La pro-
ducción de carne de cerdo aumentó de 5.7 millones de toneladas a 
9.2 millones en el mismo periodo. Asimismo, entre 1960 y 1980 aumen-
tó en 74% la producción cerealera total. Como consecuencia, a fines 
de los 70, Europa Occidental había logrado la plena autosuficiencia 
en la producción de alimentos para el consumo humano, no así en lo 
que concierne a determinados alimentos para el consumo animal. 
(Agricultura[ Outlook, mayo, 1982). Y en este sentido procuró diver-
sificar sus fuentes de abastecimiento para productos tales como la soya 
y el sorgo. 
Fue así que Europa Occidental, y en particular la CEE, desarrolló 
una política de autosuficiencia alimentaria, o de sustitución de impor-
taciones agrícolas, que fue objeto de múltiples negociaciones y conflic-
tos con los Estados Unidos ( véase Leclercq y Tubiana, 1983). 
Japón no tuvo igual capacidad para lograr su autosuficiencia 
alimentaria, aunque también desarrolló una política tendiente a di-
versificar sus importaciones, principalmente de cereales forrajeros, re-
duciendo, de este modo, su dependencia alimentaria respecto de los 
Estados Unidos. 
Estos factores incidieron sobre el panorama agropecuario y agroin-
dustrial mundial, y sobre la situación 'latinoamericana. 
Entre las regiones del Tercer Mundo, América Latina se constituyó 
en un importante mercado para las exportaciones agrícolas y agroin-
dustriales de los Estados Unidos ( cuadro 4). 
En 1981 las exportaciones agrícolas de Estados Unidos hacia Amé-
rica Latina superaron los 6.5 mil millones de dólares, representando 
el 14.7% de las exportaciones agrícolas totales de ese país. El princi-
pal mercado de la región lo constituyó México que realizó compras 
por 2.4 mil millones de dólares. Sudamérica en conjunto absorbió el 
equivalente a 2. 7 mil millones de dólares, mientras que Centroamérica 
de productos agrícolas y agroindustriales. Los subsidios a sus exportaciones aumentaron de 
1.4 mil millones de dólares en 1973 a 7.8 mil millones en 1980. En particular las expor-
taciones de aves han aumentado sustancialmente debido a los subsidios de la comunidad, 
y las ayudas de los estados nacionales a la producción. (usoA-Agricultural Outlook, mayo 
1982). 
142 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA 
CUADRO 4. Estados Unidos: exportaciones agropecuarias. 
Valor por regiones 1975-1980 ( en miles de millones de dólares) 
1975 1976 1977 1978 1979 1980 
Europa Occidental 7.5 7.2 8.6 8.6 9.7 10.3 
CEE 5.8 5.7 6.9 6.1 7.4 7.7 
Otros países de Europa 
Occidental 1.7 1.5 1.7 2.5 2.3 2.6 
Europa Oriental .8 1.3 1.0 1.2 1.5 2.2 
URSS .6 2.0 1.1 1.9 2.2 4.0 
Asia 8.0 7.4 8.1 9.5 11.7 14.0 
Japón 3.2 3.4 3.8 4.2 5.1 5.3 
Canadá 1.3 1.4 1.6 1.6 1.7 1.7 
África 1.2 1.1 1.3 1.6 1.5 2.1 
América Latina 2.3 2.1 2.1 2.8 3 . .4 3.5 
Oceanía .1 .1 .1 .2 .2 .2 
Total 21.9 22.8 24.0 27.3 32.0 38.0 
FUENTE: USDA. 
y el Caribe en conjunto compraron 1.1 mil millones de dólares en pro-
ductos agrícolas ( cuadro 5) . 
CUADRO 5. Estados Unidos: comercio exterior de productos agrícolas. 
Totales y con América Latina 
% deexpor- % impor-
taciones taciones 
aA.Lati- de A.La-
Impor- na en las tina en las 
Exp·ortaciones taciones exportacio- importacio-
Exportaciones Importaciones aA. Latina de A. Latina nes totales nes totales 
(millones de dólares) 
1974 22 026 10 247 2 565 4045 11.6 39.5 
1975 21884 9 310 2 280 3 611 10.4 38.8 
1976 22 997 10990 1 942 4 329 8.4 39.4 
1977 23 636 13 438 2 217 5 668 9.3 42.2 
1978 29 384 14804 3 158 6098 10.7 41.2 
1979 34 745 16 725 3 684 6962 10.6 41.6 
1980 41 233 17 366 6150 7 255 14.9 42.0 
1981 43 339 16 772 6367 6544 14.7 39.0 
1982 36 622 15 232 4438 5 571 12.1 36.6 
b:TERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 143 
En 1982 esas exportaciones declinaron sustancialmente : ascendie-
ron sólo a 4.4 mil millones de dólares; el 12.1 % de las exportaciones 
agrícolas totales de los Estados Unidos. En ese año los principales 
productos de exportación fueron los cereales y sus preparaciones 
( 43 % ) , las oleaginosas y sus productos ( 21:%), frutas, nueces, horta-
lizas y sus preparaciones (10%), animales y sus productos ( 15:o/o) y 
"otros" ( lüo/o). Mientras que Latinoamérica en su conjunto es bási-
camente un exportador neto de productos agropecuarios, si se consi-
deran sólo los granos y oleaginosas, y si se excluye a la Argentina, la 
región es un creciente importador de estos productos. El trigo fue 
el principal producto exportadopor los Estados Unidos a la región, 
representando el 25'% de sus exportaciones cerealeras totales. Sin em-
bargo, también tendieron a aumentar las exportaciones de cereales 
forrajeros, siendo México el principal comprador de estos productos, 
absorbiendo 3/4 partes del total (véase también el cuadro 6). 
CUADRO 6. Estados Unidos: exportaciones a América Latina. 
1975 
1976 
1977 
1978 
1979 
1980 
1981 
1982 
1983 * 
Totales y por categorías de productos seleccionados 
( millones de dólares) 
Frutas y 
Cereales y Oleaginosas hortalizas y 
Totales sus preparaciones y sus productos sus preparaciones 
2 280 1 488.0 50.2 134.1 
1 942 1 098.1 95.1 111.0 
2 217 1 128.8 152.3 127.4 
3 158 1 708.6 666.5 172.7 
3 684 1 990.9 684.2 236.8 
6150 
6 367 3 503 1 102 630 
4438 2 030 999 650 
4620 2 450 944 290 
* Estimaciones. 
Por último, cabe destacar que América Latina es también un impor-
tante mercado para las exportaciones de insumos, maquinaria agríco-
la y bienes de capital para la agroindustria de los países industrializa-
dos, en razón del intenso proceso de modernización y desarrollo agro-
industrial que se ha dado en la región. 
144 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA 
b) Internacionalización de los costos de reproducción 
de la fuerza de traba jo 
La creación de políticas destinadas a producir una oferta abundante 
de alimentos baratos manteniendo bajo el costo de reproducción de la 
fuerza de trabajo y dentro de límites manejables la tasa inflacionaria, 
constituyó históricamente uno de los objetivos primordiales de la po-
lítica económica de los países industrializados. En los Estados Unidos, 
en el periodo 1938-1952, las políticas de apoyo a los productores agro-
pecuarios conjuntamente con la rápida adopción de innovaciones tec-
nológicas, significaron que los rendimentos por hectárea y la produc-
tividad del trabajo agrícola aumentaran sostenidamente. No sólo se 
produjo una tendencia a la sobreproducción de alimentos básicos, sino 
también presiones a la baja en el precio de los mismos. En los años 
50 y 60 éstos fueron lo suficientemente importantes como para con-
trabalancear el alza de los costos del procesamiento y la comerciali-
zación de los alimentos, manteniéndose su índice de aumento incluso 
a tasas más bajas que la tasa inflacionaria en general ( de Janvry, 
1981:176). 
Señala de Janvry que después de 1965 Estados Unidos tomó con-
ciencia de la importancia de mantener los costos agrícolas a niveles 
capaces de competir en el mercado internacional. Sin embargo, des-
pués de 1968 surgieron presiones al alza en los precios agropecuarios. 
Asimismo, en el último quinquenio de los 60 se produjeron aumentos 
en los costos salariales en general, siendo este factor, según algunos 
autores, uno de los determinantes de la crisis generalizada del siste-
ma (Itoh, 1980). 
La situación fue agravada al internacionalizarse la producción agrí-
cola estadounidense en los primeros años del 70. Conjuntamente con 
la política de producción a las exportaciones a que hemos aludido en 
el punto anterior, apareció una nueva problemática en el tablero agro-
pecuario nacional: la del alza de los precios agropecuarios que, en 
particular en el periodo 1972-1979, aumentaron sostenidamente tras 
las sustanciales exportaciones cerealeras a la URSS. 
Si bien el aumento de las exportaciones agropecuarias y agroindus-
triales contribuyó a que no se deteriorara aún más el déficit de la ba-
lanza de pagos en los Estados Unidos, puso en peligro el otro objetivo 
importante de la política económica: el de mantener el alza de los 
precios alimentarios -y, por ende, los costos de reproducción de la 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 145 
fuerza de trabajo en el mercado interno- dentro de márgenes ma-
nejables. Esta contradicción entre los requerimientos de una política 
de expansión de las exportaciones y la necesidad de mantener, den-
tro de márgenes políticamente aceptables, los costos de reproduc-
ción de la fuerza de trabajo y las presiones inflacionarias, hizo eclosión 
en los años 70. 
Como consecuencia, una parte adicional y creciente de las fuentes 
de abastecimiento de los alimentos básicos fue internacionalizada. Au-
mentó la provisión de alimentos básicos y materias primas de fuentes 
externas como para hacer frente a la nueva situación. La internacio-
nalización de la producción agrícola estadounidense significó, por con-
siguiente, que no sólo se aumentaran las exportaciones al mercado 
mundial, sino también que se procuraran nuevas fuentes de alimentos 
baratos y materias primas en el exterior ( cuadro 7) . Esta necesidad 
CUADRO 7. Estados U nidos: importaciones de productos agropecuarios 
tot.ales y tipos de productos s.eleccionados 1973-1982 
( en miles de millones de dólares) 
Frutas, 
nueces, 
Pro- horta- Oleati- Azú-
No duetos lizas y nosas car 'Y Café 
CQffl- de ori- sus pre- 'Y sus Taba- sus pre- cacao 
Compe- pe- gen pe- para- pro- co en para- té 'Y es- Cau-
Total titi:·us * titivos cuario ciones duetos bruto ciones pecias cho 
1973 8.4 5.5 2.9 2.2 .6 .3 .2 .9 1.9 .3 
1974 10.2 7.0 3.2 1.9 .6 .6 .2 .2 2.0 .5 
1975 9.3 6.2 3.1 1.5 .6 .6 .2 1.9 2.0 ,4 
1976 11.0 6.3 4.7 1.9 .7 .5 .3 1.1 3.1 .5 
1977 13.4 6.6 6.8 2.3 1.2 .6 .3 1.0 4.7 .6 
1978 14.8 7.3 7.6 2.8 1.4 .5 .4 .7 4.6 .7 
1979 16.7 9.1 7.1 3.8 1.7 .7 .4 1.2 5.6 .9 
1980 17,4 10.0 7.5 3.9 2.0 .6 .5 .2 5.4 .8 
1981 16.8 3.2 2.5 .9 .4 2.4 4.1 .8 
1982 15.2 2.4 2.9 .5 .3 1.0 3.9 .5 
* Corresponden a productos de origen pecuario, frutas y legwnbres, oleaginosas, tabaco, 
azúcar y cereales y sus preparaciones. Los demás, son productos no competitivos: café, 
cacao, caucho, etc. 
FUENTE: USDA, 
146 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA 
de, abastecerse con fuentes alternativas en el exterior también se plan-
teo en Europa, Japón y el bloque socialista.4 
. En este. conte~to, Amé~ica Latina cumplió una función de relativa 
1mportanc1a. En la act~ahdad P:?vee 40 % de las importaciones agrí-
col~s de los Estados Umdos, hab1endose producido importantes modifi-
caci_on~s e~ la e~truct~ra de esas importaciones. 
Si bien sigue. siendo importante el abastecimiento de los tradicionales 
pro~uctos t_ropicales ~e América Latina hacia los Estados Unidos, han 
crecido en 1m¡~ortancia las importaciones de carnes y sus derivados, de 
frutas y hort~hzas. En la actualidad ( 1982), el 36% de las importacio-
~es estadoum':1;ns,es de !ª región lo constituyó el café; 10% el azúcar; 
igu:11 proporc1on los platanos; 4J% el cacao; mientras que las impor-
t:1c10nes de carne y_sus productos ascendieron al 5% y las frutas, horta-
liza~ Y. sus preparac10nes al 20%. ( USDA-ERS_. Latín America, suplemen-
to, 3ulio, 1983). 
La creciente integración de México y Centroamérica a los mercados 
estadounidenses mediante el aumento de sus exportaciones de carnes, 
frutas y legumbres, en el marco de una creciente integración vertical 
con comercializadoras y procesadoras de los Estados Unidos es una 
de las manifestaciones más concretas de 1a internacionalización de 
los costos de reproducción de la fuerza de trabajo en el país del norte 
( véase Sanderson, 1982) . 
La situación de Europa y el Japón es un tanto diferente. En el caso 
del Mercado Común Europeo, la política de autosuficiencia alimen-
taria en alimentos básicos, principalmente cereales y carne, desplazó 
al Cono Sur de Sudamérica como abastecedor de estos productos. 
Como consecuencia fue haciéndose notable la consolidación de la 
uRss como mercado sustituto para las exportaciones cerealeras y de 
carnes argentinas. Por otra parte, tanto la CEE como el Japón promo-
vieron importaciones de granos forrajeros de esa región, principal-
mente de Brasil, y en alguna medida también de Argentina. En la 
actualidad, el sorgo, la soya y el maíz que son importados de esos 
países, constituyen importantes "bienes intermedios" para la produc-
ción de carnes tanto para Europa como para el Japón y el bloque so-
cialista. 
4 Para la reestructuración operada en la economía ganadera de los Estados Unidos quefacilitara las exportaciones cerealeras pero tarbién mayores importaciones de carne del ex-
terior (véase Sanderson, 1982). Sin embargo, surgió una diferencia entre los típicos produc-
tos de exportación en relación a los de importación, tanto en los Estados Unidos como en 
Europa, siendo estos últimos, en muchos casos competitivos con la producción nacional. 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 147 
c) Expansión del agribusiness e internacionalización del capital 
Principalmente en los años 60, pero también en los 70, se produjo en 
la industria agroalimentaria y agroindustrial de los Estados Unidos un 
intenso proceso de fusión empresarial y adquisiciones de empresas que, 
conjuntamente con estrategias de diferenciación y diversificación de 
productos, resultó en un aumento sustancial de la concentración y 
centralización del capital en estas industrias. 
Las 50 procesadoras agroalimentarias más importantes del país que 
controlaban 47% de los activos de la industria en 1950, pasaron a 
controlar 56% en 1974. Debido a fusiones y adquisiciones el número 
total de empresas procesadoras de alimentos se redujo drásticamente: 
pasó de 41 000 en 1947 a 23 000 en 1974 (O'Connor, 1980). Debido 
a economías a escala en investigación y desarrollo y particularmente 
en publicidad, estas fusiones y adquisiciones de empresas fueron par-
ticularmente importantes en ramas tales como el tabaco, las bebidas 
y las drogas, y en algunas ramas alimentarias. 
Fueron varias las consecuencias de estos procesos de concentración 
y centralización del capital. En primer 'lugar, fueron acompañados 
por una mayor integración horizontal de la industria, a raíz de las 
mayores diversificaciones en los rubros de actividad de las grandes 
empresas agroindustriales. 
En segundo lugar, contribuyeron a que se intensificara el proceso 
de integración vertical, tanto en lo que respecta "río abajo" en la ca-
dena agroindustrial, integrándose más estrechamente la comercializa-
ción y distribución final -en particular una mayor coordinación con 
cadenas de restaurantes y supermercados-, como en lo que concierne 
a la integración "río arriba" con la producción agropecuaria propia-
mente dicha. 
Esta integración vertical "río arriba" se hizo particularmente ne-
cesaria cuando las que se integraban eran materias primas perecede-
ras. Las empresas agroindustriales incluso aumentaron la adquisición 
de predios agrícolas para asegurarse una oferta regular y de determi-
nada calidad de la materia prima a sus plantas. La agricultura de 
contrato fue el otro mecanismo utilizado para tal fin. 
En este periodo creció la transformación rural de Norteamérica 
bajo la égida del agribusiness. Entre las diversas partes de la cadena 
agroindustrial -firmas que ofrecen servicios e insumos, aquéllas que 
procesan y comercializan la producción y productores comerciales-
148 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA 
el sector dedicado al procesamiento y a la comercialización de la pro-
ducción agropecuaria fue el que creció más rápidamente. En segundo 
lugar lo hicieron las empresas proveedoras de insumos y servicios al 
sector. En 1967, 33% del valor total de los alimentos producidos y 
consumidos en el mercado interno fue absorbido por las proveedoras 
de insumos y servicios; 55% por la industria procesadora y la comer-
cialización, y sólo 12% fue a parar a manos de los productores agro-
pecuarios ( de Janvry, 1982). Todo ello refleja el creciente dominio 
de las grandes corporaciones sobre la agricultura del país (W alsh, 
1975). 
Un indicio del creciente dominio de las firmas agroindustriales sobre 
la agricultura norteamericana lo constituyó la difusión que tuvo tanto 
la integración vertical de la producción como la agricultura de con-
trato. Según la agricultura de contrato, el productor normalmente 
provee la tierra y su trabajo, mientras que los otros insumos y deter-
minadas funciones gerenciales son aportados por el contratista (gene-
ralmente la firma procesadora) . Esta modalidad se expandió enorme-
mente, significando la creciente pérdida del control del productor 
sobre las decisiones en materia de producción o comercialización. 
En esencia el típico f armer fue perdiendo su carácter como tal. 
En 1974, 8% de todos los predios y 28% del valor total de la pro-
ducción agrícola de los Estados Unidos estaban bajo contrato. En 
1970, 85% de los vegetales procesados y 9q% de los pollos para la 
industria avícola se producían bajo esta modalidad. La agricultura 
de contrato era común en la producción de caña de azúcar, hortalizas 
frescas, papas, huevos y pavos. Fue, creciente su importancia, redu-
ciendo la posición competitiva de la empresa agrícola familiar ( de 
J anvry y Vandemann, 1982) . 
El tercer aspecto que nos interesa destacar aquí, relacionado con 
las fusiones y adquisiciones y la consiguiente centralización del capital 
agroindustrial que se produjo en este periodo, es la transnacionaliza-
ción e internacionalización propiamente dicha de las actividades e 
inversiones del agribusiness. La creciente competitividad entre empre-
sas agroindustriales, el deterioro de su rentabilidad como consecuen-
cia de la crisis, aunque también debido a la "saturación" de la de-
manda ( o sea, que ésta se estanca aun con aumentos en los niveles 
de ingresos) (uN-CTC, 1981), y la creciente monopolización de los mer-
cados, fueron factores que impulsaron al agribusi,ness a proyectarse 
internacionalmente con una intensidad cada vez mayor. La adopción 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 149 
de estrategias que consideraban al mundo en su conjunto como objeto 
de su accionar se hizo cada vez más corriente. 
La mayor parte de la inversión extranjera de las grandes empresas 
agroindustriales se proyectó hacia Europa y Canadá, regiones en donde 
debido a niveles altos de ingresos persistían mercados potenciales muy 
atractivos. También ~e produjo la creciente interpenetración del mer-
cado norteamericano por parte de firmas europeas, debido a razones 
semejantes. 
Sin embargo, también creció significativamente la expansóin del 
agribusiness hacia el Tercer Mundo, en particular hacia América La-
tina. La actividad extranjera de las empresas transnacionales agro-
industriales adquirió una creciente importancia, en particular para 
las firmas alimentarias que producían artículos altamente diferencia-
bles, susceptibles de ser promovidos mediante importantes esfuerzos 
publicitarios. 
En los países "en vías de desarrollo" el agribusiness repitió las prác-
ticas que desarrolló en los países centrales: las adquisiciones de em-
presas locales, diferenciación y diversificación de su producción, cre-
ciente integración horizontal y vertical, etc. 
La necesidad de coordinar y planificar la actividad agrícola acorde 
a sus requerimientos de expansión, indujo a las ET agroindustriales a 
una creciente integración vertical y coordinación de los procesos pro-
ductivos. Se fueron trasladando pautas organizativas cuya finalidad 
era lograr una mayor planificación y coordinación de las diversas 
etapas del proceso de transformación de la materia prima agrícola. 
Esto fue necesario para garantizarle a las plantas procesadoras una 
oferta regular y de determinada calidad de la materia prima. Las 
condiciones para el establecimiento de verdaderos complejos agroin-
dustriales se fueron dando en este contexto. Surgió la tendencia a 
intervenir en todas las etapas de transformación y comercialización, 
e incluso en la etapa de la producción, muchas veces mediante la 
agricultura de contrato, o con la participación de los estados nacio-
nales. 
Como lo plantea Ortiz Mena: 
Los sistemas agroindustriales son mecanismos para planificar, or-
ganizar, coordinar, controlar y evaluar todas las operaciones que 
tienen que ver con la producción, transporte, almacenamiento, 
procesamiento y comercialización de productos agropecuarios, así 
150 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA 
como también de los insumos para la producción agraria. Tales 
sistemas puedenser orientados hacia áreas geográficas individua-
les, o regiones, grupos de productores o sectores de la economía. El 
agribusiness es una herramienta versátil y práctica que los admi-
nistradores técnicos y funcionarios estatales pueden utilizar para 
ayudar a los agricultores a elaborar productos de una calidad y 
cantidad requeridas, a precios que los consumidores puedan pagar 
y a un costo que le dé a los productores e intermediarios un re-
torno razonable a su inversión (Ortiz Mena, 1975, p. 139) (Tra-
ducción nuestra) . 
Agrega más adelante que: 
... un incentivo adicional para las agroindustrias en América La-
tina reside en las grandes inversiones que realizan los gobiernos 
apoyados por las instituciones financieras internacionales, en la 
infraestructura requerida, tales como transportes, almacenamien-
to, facilidades de irrigación, educación, electricidad y financia-
miento de preinversión ( op. cit., p. 144). 
Fue así como se proyectó el agribusiness hacia América Latina y 
penetró su agricultura mediante la articulación de sus procesos pro-
ductivos. La creciente integración vertical de la agricultura latinoame-
ricana se manifestó en muchos campos. Se produjo la consolidación y 
el creciente control sobre los productos tradicionales de la región, como 
el algodón, banano, café y tabaco. En algunos casos las ET se retira-
ron del procesamiento agroindustrial remitiéndose a las etapas de la 
comercialización (azúcar). En otros, reforzaron su participación en el 
mercado interno, integrando la producción que anteriormente se 
orientaba casi exclusivamente hacia la exportación ( tabaco, cacao) . 
También extendieron y diversificaron sus actividades hacia otras ramas 
agrícolas y agroindustriales como, por ejemplo, la producción, prepa-
ración, conservación y elaboración de carne, básicamente para expor-
tación, en Brasil y Centroamérica; la producción/ comercialización de 
frutas y hortalizas para exportación en México y Centroamérica; la 
producción y comercialización de productos avícolas y piensos parti-
cularmente en Colombia, Brasil y México; la producción y comercia-
lización interna y externa de productos destinados a la alimentación 
animal -por ejemplo, sorgo y soya- en Brasil, Argentina, Colombia, 
Guatemala y El Salvador; el procesamiento e industrialización de la 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 151 
leche en México, Brasil y Panamá; y del trigo y otros cereales impor-
tados -fabricación de productos de pastelería, panadería, gallete-
ría, fidelería- para el mercado interno, en el Pero, etcétera. 
En definitiva, uno de los elementos distintivos de esta penetración 
transnacional fue la adopción de mecanismos que indujeron a una 
mayor integración vertical de los procesos productivos a la cadena 
agroindustrial permitiendo una mayor coordinación y planificación 
de la misma, adecuándola a los objetivos de acumulación de las ET. 
Esta penetración del agribusiness no se circunscribe únicamente a la 
producción para el merc~do interno; contribuyó también a que se 
abrieran nuevas líneas de producción orientados al mercado externo. 
Se insertó también en actividades en donde persistía una creciente 
dependencia agroalimentaria del exterior, o sea, cuya materia prima 
provenía principalmente del exterior. En esencia, nos enfrentamos a 
una auténtica internacionalización de los complejos agroindustriales, 
muchos de los cuales son complejos "abiertos" (Trajtenberg, 1977) 
con ramificaciones "hacia arriba" o "hacia abajo" en los países 
capitalistas centrales. 
2. INSERCIÓN DE LA AGRICULTURA LATINOAMERICANA 
EN LA ECONOMÍA MUNDIAL 
a) La agricultura latinoamericana en la división internacional 
del trabajo 
Tradicionalmente América Latina fue un importante proveedor de 
alimentos y materias primas para Estados Unidos y Europa. Éstos se 
circunscribían fundamentalmente a aquellos productos que eran "com-
plementarios" a los producidos por los países capitalistas centrales, que 
por lo general eran autosuficientes en la producción de la mayor parte 
de sus alimentos básicos. 
Por consiguiente, en la división internacional del trabajo que privó 
hasta la crisis de los años 30, América Latina producía productos 
agrícolas templados a Europa ( el Cono Sur) y productos tropicales 
tanto a Europa como a los Estados Unidos ( el resto de América Lati-
na) . Asimismo, las economías campesinas eran básicamente proveedo-
ras de los alimentos básicos consumidos en la región.6 
5 Sólo en el Cono Sur los alimento~ básicos cons1,1midos internamente son en gran me-
152 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA 
La inversión extranjera proveniente de Europa y los Estados Uni-
dos se orientaba al procesamiento, comercialización, transporte y fi-
nanciamiento de estos productos de exportación. En menor medida 
se insertaba en la industria agroalimentaria orientada al mercado in-
terno; sólo en los países con mercados más grandes y con cierta urba-
nización e15te tipo de inversión alcanzó cierta envergadura. 
La crisis de los años 30 provocó -al igual que en los países alta-
mente industrializados- una importante reestructuración de las agri-
culturas latinoamericanas. En particular en los países más grandes 
y urbanizados de la región comenzó un proceso de industrialización 
sustitutivo de importaciones (1s1) que después de la Segunda Guerra 
Mundial habría de extenderse a casi todo el continente. Las agricul-
turas latinoamericanas se reestructuraron adecuándose a la nueva 
situación. Se transformaron cada vez más en proveedoras de alimen-
tos, materia prima, exportaciones, mano de obra barata y capitales 
para el proceso de industrialización, siendo éste uno de los objetivos 
principales de la política económica. Para ello se impusó la "moder-
nización" de la agricultura tendiente a ampliar la productividad en 
el sector y el mercado interno para la colocación de productos indus-
triales. También se intensificó la agroindustrialización orientada al 
mercado interno al amparo de las políticas de 1s1: en sus inicios fue 
impulsada en gran medida con capitales locales; después de los 50, 
en forma creciente comenzó a estar comandada por el agribusiness 
internacional. Pero lo que en general se destaca es que fueron indus-
trias que - transnacionalizadas o no- se orientaron fundamental-
mente a los mercados internos. De este modo se fueron conformando 
los complejos agroindustriales "cerrados" a que hace referencia Vi-
gorito ( 1981). 
A partir de los años 60, pero en particular en los 70, el proceso de 
integración al desarrollo agroindustrial de la agricultura latinoameri-
cana se intensificó y se transnacionalizó cada vez más. Asimismo, fue 
modificándose la inserción de la agricultura latinoamericana en la 
economía mundial. Surgieron nuevos productos de exportación y creció 
la integración vertical de su producción con los procesos de agroin-
dustrialización comandados por las ET, tanto en los países centrales 
como en los países latinoamericanos. La producción de carne, lácteos, 
dida semejantes a las exportaciones ( carne y cereales). Allí tampoco imperan las típicas eco-
nomías campesinas a que hacemos referencia en el artículo, ni tampoco la extrema dicotomía 
entre agricultura campesina y agricultura capitalista. 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 153 
soya, sorgo, frutas y legumbres, tanto para exportación como para un 
mercado interno de altos ingresos, se intensificó. 
Los tradicionales productos de exportación también sufrieron trans-
formaciones en su orientación y estructura productiva: en algunos 
casos se orientaron mucho más hacia el mercado interno ( tabaco, 
cacao, azúcar) debido a la implantación de nuevas industrias que 
utilizaron su producción como insumos (la industria cigarrera, de 
refrescos, etc.) o al estancamiento de la demanda de los países indus-
trializados; en otros, fueron desplazados sus mercados: i.e. al cerrarse 
los principales mercados para las exportaciones de carnes y cereales 
de la Argentina debido a la política deautosuficiencia alimentaria de 
la CEE, la URss se transformó en uno de los principales mercados sus-
titutos para esta producción. 
Asimismo, creció la dependencia alimentaria del exterior, particu-
larmente en los rubros de cereales básicos, aunque también -en al-
gunos casos- forrajeros. El trigo y el maíz se transformaron en im-
portantes productos de importación para la mayor parte de los países 
del continente. Esto incidió sobre la producción interna de alimentos 
básicos, que tendió a ser desplazada, tanto por las importaciones de 
estos productos sustitutos como por los nuevos productos agroindus-
triales y de exportación que fueron promovidos. 
Finalmente en lo que respecta a la agroindustria orientada al mer-
cado interno y su impacto sobre la agricultura local de los países lati-
noamericanos, tanto la producción de lácteos, carne, frutas y hortalizas 
como los productos "de marca" ( refrescos, bebidas alcohólicas, lác-
teos y carnes procesadas y enlatadas de todo tipo) fueron promovidas 
intensamente debido al surgimiento de estratos sociales de altos in-
gresos como consecuencia de los procesos de industrialización y urba-
nización, y hacia los cuales se orientó esta producción. En los países 
con mercados grandes, fueron establecidas industrias de insumos agro-
pecuarios y maquinaria agrícola como parte de los procesos de mo-
dernización de 1a agricultura. 
La penetración transnacional del agribusiness acompañó a todos 
estos procesos. En algunos casos, al establecerse completamente agro-
industriales orientados al mercado interno, pero también mediante 
una creciente integración vertical con mercados o fuentes de materias 
primas localizadas en el exterior. O sea, mediante la creación de nue-
vos complejos "abiertos". 
Algunos de estos complejos agroindustriales "abiertos" tienen sus 
154 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA 
orígenes en la producción de excedentes de los países centrales: por 
ejemplo, el complejo triguero. Otros, se originaron en la agricultura 
latinoamericana, concluyendo en los países centrales: se trata de los 
tradicionales complejos abiertos ( café, cacao, banana) a los cuales se 
les agregan los nuevos complejos articulados con diverso grado de in-
tegración vertical a comercializadores o procesadores localizados en 
los Estados Unidos, Europa y el Japón: frutas y legumbres con el 
primero, soya y sorgo, con los dos últimos. Finalmente, están los 
complejos cerrados a que ya hemos hecho referencia. Éstos también 
se hallan en gran medida transnacionalizados, sea en forma directa 
mediante el control transnacional de sus "núcleos" ,6 o bien mediante 
el control de la tecnología, de los insumos utilizados, o de las marcas 
de los productos finales. 
El dominio creciente de las ET sobre los complejos agroindustriales 
acompañado por la creciente integración vertical y coordinación de 
todas las etapas o cadenas que los conforman, incidió significativa-
mente sobre los procesos productivos del sector agropecuario, los in-
sumos y tecnologías utilizados, los patrones de cultivo, y las caracte-
rísticas del procesamiento industrial y agroindustrial de la produc-
ción. Además, a través de estos mecanismos se internacionalizaron los 
productos agropecuarios adecuadamente a los requerimientos y espe-
cificaciones que rigen en el mercado mundial. 
b )Algunas consecuencias de estos procesos 
para la agricultura latinoamericana 
Todos estos factores contribuyeron a la creciente desarticulación social 
y sectorial de las economías y agriculturas latinoamericanas. Por una 
parte, en vastos sectores del continente fue abandonada la agricultura 
de temporal dedicada a la producción de alimentos básicos. Influyó 
en esto la creciente dependencia externa respecto del maíz y del trigo, 
y de otros productos transnacionalizados que sustituyeron al consumo 
de alimentos campesinos tradicionales. Asimismo, se sustituyó la pro-
6 "Las actividades del complejo son interdependientes pero asimétricas, incluidas aquellas 
cuyas funciones poseen un mayor grado de importancia en la reproducción del complejo. 
Tales actividades se denominan núcleos del sistema agroindustiial y se refieren a la capa-
cidad de control que los intereses sociocconómicos que se localizan en él ejercen sobre re-
producción. Por lo tanto, aunque la agricultura es una actividad principal puede estar 
subordinada a sectores industriales o comerciales" (Müller, 1982: 922). 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 155 
ducción de alimentos básicos por bienes "de lujo" absorbidos por las 
agroindustrias, o por productos de exportación. El consumo de ali-
mentos básicos fue modificándose; tradicionalmente provista por la 
economía campesina, esta preocupación fue sustituida en forma cre-
ciente por producción importada o provista por empresas agroindus-
triales. De este modo el campesinado comenzó a perder su función 
como proveedor de los alimentos básicos consumidos masivamente por 
la población; éstos fueron reemplazados por productos transnaciona-
lizados ( refrescos, pan, etc. ) . 
Todo ello tuvo mucho que ver con las políticas tanto de exportación 
como de adquisición de alimentos básicos llevadas a cabo por los 
países capitalistas centrales. Sin embargo, aquellos alimentos que son 
básicos en los países centrales (por ejemplo, la carne) no lo son para 
los estratos populares de América Latina; allí constituyen en muchos 
casos bienes "de lujo" consumidos únicamente por los estratos de in-
gresos medios y altos, principalmente en las zonas urbanizadas. 
Por otra parte, estos procesos fueron acompañados por la desinte-
gración de las econoµiías campesinas. En muchas regiones del conti-
nente fueron eliminadas las relaciones de producción precapitalistas 
y surgieron nuevas formas de explotación y articulación del campesi-
nado a los complejos agroindustriales. Se intensificó la descampesi-
nización y proletarización del campesino -por efecto de su creciente 
pauperización-. la pérdida del control del campesinado sobre sus 
procesos productivos, el dominio creciente directo o indirecto del ca-
pital sobre la tierra, en fin, la expulsión masiva del campesinado del 
sector. El status del campesinado se fue transformando: en forma cre-
ciente cambió su función de ser un proveedor de alimentos baratos 
para el consumo masivo y la consolidación del mercado interno, a la 
de servir únicamente como reserva de mano de obra barata ( de Jan-
vry, 1982). 
Todo ello influyó sobre la desarticulación social y sectorial de las 
economías latinoamericanas. La marginación y pobreza crecientes, el 
desempleo abierto y encubierto en los medios rurales, y la regresividad 
creciente en la distribución del ingreso, fueron algunas de sus ma-
nifestaciones más concretas. Quizás el elemento crucial en esta mate-
I"ia lo constituyó la pérdida de control sobre la capacidad de repro-
ducción de la propia fuerza de trabajo. La marginación y pauperiza-
ción del campesinado conjuntamente con el estancamiento de su pro-
ducción, la falta de articulación de la producción de alimentos bá-
156 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA 
sicos para el consumo popular masivo, configuran un cuadro que 
refleja en forma patente esta pérdida del control sobre la capacidad 
de generación de alimentos básicos y por consiguiente sobre la capa-
cidad de reproducción de la propia fuerza de trabajo en la región. 
REFLEXIONES FINALES 
1) Se ha destacado con frecuencia que toda época de crisis capitalista 
conduce a una reestructuración profunda de las economías nacionales 
y de las relaciones económicas internacionales. En lo que atañe a la 
reciente crisis mundial cuyos comienzos ubicamos hacia fines de los 
años 60, la mayor parte de los trabajos que se han hecho se circuns-
criben al análisis de la reestructuración financiera e industrial que se 
ha operado a escala mundial. En este trabajo, destacamos que esta 
reestructuración económica también ha influido profundamente sobre 
los procesos agrícolas y agroindustriales tanto a nivel mundial comosobre la región latinoamericana. 
2) Al igual que durante otros periodos de crisis, los países capita-
listas centrales intensificaron sus proyecciones hacia la economía mun-
dial a la búsqueda de: nuevos mercados para su producción agrope-
cuaria, nuevas fuentes de alimentos y materias primas baratas en el 
exterior, y nuevos mercados para sus inversiones de capital agroin-
dustrial. 
3) Entre las características distintivas que marcan la etapa actual 
de desarrollo capitalista está la presencia omnipotente de las empre-
sas agroindustriales transnacionales, las cuales han determinado las 
pautas organizativas de la producción agropecuaria en América La-
tina, mediante la conformación de importantes complejos agroindus-
triales. No sólo se ha intensificado la integración vertical al interior 
de complejos agroindustriales "cerrados" sino que también se ha am-
pliado el margen para la formación de nuevos complejos "abiertos" 
ante el surgimiento de nuevos productos de exportación e importación. 
4) Todo ello ha sido determinante en la inserción de la agricul-
tura latinoamericana en la economía mundial, en la transnacionali-
zación de esta agricultura, y como consecuencia, en la naturaleza de 
la "cuestión agraria" en la región. La pérdida de la autosuficiencia 
alimentaria, la pauperización creciente, la desintegración de las eco-
nomías campesinas, y la creciente desarticulación social y sectorial 
INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 157 
de las economías latinoamericanas, son tan sólo algunas de las mani-
festaciones más dramáticas de estos procesos. 
5) Para contrabalancear estas tendencias muchos países de la re-
gión han adoptado políticas de autosuficiencias alimentarias, y de 
apoyo a las economías campesinas productoras de alimentos básicos. 
Hasta ahora las políticas de autosuficiencia alimentaria que se han 
aplicado en el continente no parecen haber contrarrestado en lo esen-
cial estas tendencias. Quizás esto se deba a que, para tener éxito, ten-
gan que ir acompañadas por transformaciones en las estructuras del 
poder que contrarresten la lógica del funcionamiento del sistema en 
su globalidad. 
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