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Investigación Económica 170, octubre-diciembre de 1984, pp. 129-159 INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL Y COMPLEJOS AGROINDUSTRIALES: IMPACTOS SOBRE LA AGRICULTURA LATINOAMERICANA MIGUEL TEUBAL INTRODUCCIÓN Mucho se ha escrito s.obre las profundas transformaciones operadas en el agro latinoamericano en años recientes. Si bien fueron múltiples las formas de la penetración capitalista en la agricultura de la región, una de sus características más notables fue el haberse realizado en el marco de una intensa transnacionalizaci6n de los sistemas agrícolas y agroindustriales. Los cambios en la estructura del comercio exterior de productos agrícolas, el surgimiento de nuevos productos de exportación y la cre- ciente dependencia alimentaria respecto del exterior -el "fin de la autosuficiencia alimentaria" (Barkin y Suárez, 1982)- definen sólo un aspecto de esta transnacionalización y nueva inserción de la agri- cultura latinoamericana en la economía mundial. El otro tiene que ver con el creciente dominio del complejo agroindustrial 1 sobre los procesos agrícolas del continente. En efecto, tanto la modernización de la agricultura, con la provi- sión de insumos agroquímicos, maquinaria agrícola y la utilización de 1 "En términos formales, el complejo agroindustrial, o sistema agroindustrial, se define como un conjunto compuesto por la sucesión de actividades principales y accesorias vincu- ladas a la producción y la transformación · de uno o más productos agrícolas. Dentro de las actividades principales se incluyen la generación de estos productos, su beneficio y transformación y la producción de bienes de capital y de insumos industriales para las acti- vidades agrícolas. Dentro de las actividades accesorias se incluyen la cosecha, el almacena- miento, el transporte, la distribución de productos industriales y agrícolas, y el financia- miento". (Muller, 1982: 921). 129 130 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA paquetes tecnológicos que este proceso conlleva, como la creciente importancia del procesamiento agroindustrial de la producción, son factores que han transformado profundamente las relaciones de pro- ducción al interior del sector, coadyuvando a la articulación de la agricultura y a la subordinación del campesinado a los requerimien- tos de expansión de las grandes empresas transnacionales (ET) agro- industriales. Asimismo, al redefinirse las relaciones entre industria y agricultura, estructurándose ésta a partir de su inclusión inmediata en el circuito de producción industrial, sea como consumidora de insumos y maqui- naria, o bien como proveedora de materia prima para su transforma- ción industrial, aparece en toda su esencia el complejo agroindustrial. De este modo, la integración de los procesos de trabajo agrícola a los complejos agroindustriales adecuándose a las estrategias que adop- tan las ET, así como la internacionalización del capital agroindustrial, constituyen el otro mecanismo mediante el cual la agricultura latino- americana se inserta en la división internacional del trabajo. Éste y otros factores habrían de incidir sobre los cambios en las estructuras productivas, y en las corrientes del comercio exterior de productos agrícolas y agroindustriales, que se manifiestan en la economía mun- dial en años recientes. Son numerosos los trabajos que analizan la incidencia de estos pro- cesos de transnacionalización, integración agroindustrial y moderniza- ción sobre las estructuras productivas, la reestructuración de las clases sociales y el carácter de la lucha social en el campo latinoamericano. En este trabajo nos proponemos ubicar estas transformaciones en un contexto más amplio. Nos interesa analizar los procesos de trans- nacionalización en función de las fuerzas que han operado en la eco- nomía mundial y en el contexto político internacional. En esencia, se trata de analizar la internacionalización de la producción agrícola y del capital agroindustrial como manifestaciones de políticas y tenden- cias que se observaron en las economías capitalistas centrales en años recientes, así como su impacto sobre el panorama agrícola y agroin- dustrial de América Latina. El enfoque que adoptamos es el de la internacionalización del capi- tal. Si bien son diversos los planteamientos en torno a este enfoque, el punto de partida de nuestro análisis es la observación de que en los años de la posguerra, pero en particular a partir de la crisis de los 60 y 70, se intensificó la penetración y expansión de las em- INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 131 presas y bancos transnacionales a lo largo y ancho del globo terráqueo, produciéndose -con una intensidad netamente mayor a la de periodos anteriores- la internacionalización de los procesos productivos y del capital productivo a escala mundial. Es así como el elemento distin- tivo de esa etapa del desarrollo del capitalismo, lo constituyó la inter- nacionalización del capital productivo (Palloix, 1975). Por otra parte, el enfoque que gira en tomo a la internacionaliza- ción de1 capital permite analizar los procesos de desarrollo del Tercer Mundo en función de un único proceso global de acumulación a es- cala mundial, que a su vez es uno de los determinantes del "subdesa- rrollo" ( Marcussen y Torp, 1982; Barkin, 1982) . La teoría de la internacionalización del capital presenta concep- tualizaciones diferentes. Para algunos "no es más que el proceso inex- orable de la expansión del capital, tanto en su dimensión social como geográfica, para la conformación del modo de producción capi- talista a nivel mundial" (Barkin y Rozo, 1981: 724/725). Dentro de esta tónica Frobel, Heinrichs y Kreye ( 1981) destacan los cambios tecnológicos que posibilitaron esta mundialización del capital y el con- siguiente "redespliegue" o "relocalización" industrial ( Frobel et al., 1981: 50/51). En cambio otros autores enfatizan que el proceso de internacionalización del capital debe ser asociado íntimamente a la crisis generalizada del sistema capitalista que se manifiesta desde fines de los años 60, y a las políticas que impulsaron la reestructuración de la economía mundial a partir de entonces (Arrighi, 1978; de Jan- vry, 1982) . Dentro de este marco podríamos ubicar a aquellos que destacan la creciente rivalidad intercapitalista y lucha social que, en el marco de la crisis, constituyen determinantes del proceso ( Parboni, 1981). Si bien son múltiples los enfoques y planteamientos que se han hecho en torno al proceso de internacionalización del capital produc- tivo, la mayor parte de ellos se remite fundamentalmente a la reloca- lización industrial que se produjo en el plano internacional. En cam- bio, muchos menos han sido los estudios que consideran la internacio- nalización de la agricultura y de los sistemas agroindustriales en el plano mundial como otra de las tantas manifestaciones del proceso de internacionalización del capital. Precisamente es éste el aspecto que analizamos en este trabajo. En definitiva, nos proponemos señalar factores que incidieron sobre estas tendencias. Nuestro análisis tiene como trasfondo la crisis global 132 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA del sistema que se manifestó desde fines de los años 60. Al inten- sificarse las rivalidades intercapitalistas ante la pérdida de hegemo- nía de los Estados Unidos en el concierto mundial, y cobrar mayor impulso la lucha social en los países capitalistas centrales, los gobier- nos de estos países adoptaron una serie de medidas que, conjuntamen- te con la dinámica social y económica del momento, ejercieron una influencia significativa sobre la división internacional del trabajo agrí- cola y la expansión del capital agroindustrial a escala mundial. A partir de entonces, tanto la producción agropecuaria como la agroin- dustrial adquirieron una significación estratégica que antes no habían tenido. En la primera parte analizaremos cómo a partir de la crisis capita- lista de fines de los 60 y del consiguiente acrecentamientode las riva- lidades intercapitalistas y de los conflictos sociales que se manifesta- ron en los países capitalistas centrales, se reestructuró el comercio in- ternacional de productos agrícolas y agroindustriales y se intensificó la expansión del capital agroindustrial ( el agribusiness) a escala mun- dial. En la segunda parte, estudiaremos algunas de las consecuencias de estos procesos sobre la agricultura latinoamericana, su nueva in- serción en la economía mundial, y el impacto sobre la creciente desar- ticulación social y sectorial de las economías de la región. l. FACTORES QUE IMPULSARON LOS CAMBIOS EN EL PANORAMA AGRÍCOLA Y AGROINDUSTRIAL A ESCALA MUNDIAL Nos interesa explicar los determinantes de tendencias que se observa- ron en el panorama agrario mundial como consecuencia de los pro- cesos de internacionalización del capital. Éstos cobraron gran impul- so, a raíz de la crisis generalizada del sistema en los 60 y 70. La agri- cultura adquirió una significación estratégica a partir de entonces. En primer lugar, porque para hacer frente a la creciente rivalidad entre países capitalistas centrales, Estados Unidos reafirmó su superioridad económica y tecnológica en esta materia incrementando masivamente sus exportaciones de productos agrícolas y agroindustriales, como para contrabalancear su pérdida de competitividad en el campo industrial. En segundo lugar, porque a raíz de la creciente lucha social que se manifestó en los países capitalistas centrales, éstos se vieron impulsa- dos a internacionalizar los costos de reproducción de su fuerza de tra- bajo mediante la obtención de alimentos baratos en el exterior. Y en INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 133 tercero, porque como consecuencia de una nueva oleada de fusiones empresariales y adquisiciones de empresas y de la creciente competen- cia que en el marco de la crisis debió enfrentar el agribusiness, éste vio la posibilidad de proyectarse internacionalmente. Veremos segui- damente cómo cada uno de estos factores influyó sobre la reestructu- ración de la agricultura mundial y la expansión del proceso de agro- industrialización. a) Agricultura y rivalidades intercapitalistas Tradicionalmente Estado Unidos fue un productor de excedentes de productos alimenticios básicos y de otros productos agrícolas. Como consecuencia, el problema crónico que por muchas décadas debió en- frentar su gobierno fue la continua producción de excedentes -en particular cerealeros- difícilmente colocables tanto en el mercado in- terno como en el exterior. Fueron múltiples los factores que coadyuvaron a que se produjera esta situación. La serie de políticas y apoyos institucionales que favore- cieron al farrner estadounidense desde los años 30, indujeron el con- tinuo aumento de la productividad del trabajo en el sector, a una tasa incluso más rápida que la de la industria ( de J anvry, 1982). Estos aumentos de productividad que resultaron del uso creciente de ferti- lizantes, pesticidas y mejores semillas, entre otras mejoras tecnológicas, y de una política de sostén y de grandes subsidios a los agricultores, incidieron en la acumulación de los enormes excedentes del país, au- mentándose significativamente sus costos financieros sólo por concepto de almacenaje. Fueron diversas las contradicciones generadas por estos excedentes. Los principales grupos de presión que representaban a los productores agrícolas no permitían su colocación en el mercado interno porque querían evitar que se deprimieran los precios y por consiguiente sus ingresos. Por otra parte, las corporaciones cerealeras también se opo- nían a que se hiciera con ellos dumping en el mercado cerealero mun- dial por razones semejantes. Como consecuencia, el problema que se enfrentaba en el país era ¿ cómo disponer, o hacer desaparecer, esos excedentes, sin perjudicar a los diversos grupos de interés involu- crados? Si bien una parte de esos excedentes se transformó en insumos para la agroindustria -se multiplicaron los usos industriales del maíz y del 134 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA trigo, fundamentalmente su transformación en alimentos balanceados para la industria avícola y ganadera, entre otras-, fue el programa de ayuda denominado "Alimentos para la Paz" (P. L. 480), el princi- pal instrumento utilizado por el gobierno para la colocación de estos excedentes alimenticios en el exterior. Se creó un mercado externo se- cundario en los países "en vías de desarrollo" -ampliamente deficita- rios en materia alimentaria- al permitirles comprar el grano esta- dounidense y otros productos agrícolas (por ejemplo, el tabaco) a precios preferenciales, con el aditamento de que podían pagar con mo- neda local (Malay, A., 1979). De este modo Estados Unidos comenzó a conquistar nuevos mer- cados en los países del Tercer Mundo, disociados de los mercados de las naciones industrializadas en donde el precio dólar de estos produc- tos se mantuvo más alto. Durante las décadas de los años 50 y 60, una cuarta parte de las exportaciones agrícolas de los Estados Unidos fue enviada al exterior en el marco de este programa. El programa contribuyó, sin duda, a la expansión internacional del agribusiness estadounidense. Los pagos en moneda local que realizaban los gobiernos receptores de la ayuda alimentaria fueron destinados, en parte, al financiamiento de proyectos agroindustriales de las ET esta- dounidenses en el exterior. En efecto, esta expansión agtoindustrial fue complementaria a la política de colocación de excedentes dado que prometía su absorción por la agroindustria en el exterior . . . . la expansión de las ventas a países en vías de desarrollo defi- citarios en la producción de trigo representó una importante op- ción para los líderes de la industria establecida. En particular para las firmas de los Estados Unidos. Estas nuevas oportunida- des para su expansión coincidieron con los programas ... que pro- movieron las ventas cerealeras y que facilitaron la inversión ex- tranjera en áreas relacionadas con ellas (uN-CTC, 1981, p. 35). La industria de los alimentos balanceados creció rápidamente desde de los años 60, en gran medida debido a su complementariedad con la expansión sostenida por la industrial avícola y ganadera. En par- ticular, en los países con mercados medianos y pequeños, la presencia de las ET en este campo llegó a ser predominante. Cabe destacar que las industrias procesadoras del trigo también se difundieron ·rá- pidamente, por ejemplo, la producción de pastelería,. la. molienda . y l:-.-TERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 135 la panadería, que impuso el consumo de pan sustituyendo otros ali- mentos básicos consumidos tradicionalmente. Demás es decir que esta política estadounidense comenzó a rendir frutos en los años 70 cuando se hizo manifiesta la creciente dependen- cia alimentaria de los países del Tercer :Mundo, incluyendo la gene- ralidad de los de América Latina. Diversas circunstancias habrían de modificar el panorama agrícola estadunidense y mundial en esos años. La pérdida de hegemonía de los Estados Unidos, en la economía mundial frente a Europa y al Japón, en particular en materia industrial, y el consiguiente deterioro de su balance de pagos, profundizado asimismo por la guerra de Vietnam, fueron factores que impusieron cambios en su política agrí- cola y de comercio exterior. A partir de entonces se comenzó a reva- lorar el papel asignado al sector agropecuario, para poder utilizarlo como arma frente a la creciente rivalidad intercapitalista. Tras las sucesivas devaluaciones del dólar que se produjeron en los primeros años de los 70, tendientes a hacer más competitivas las ex- portaciones estadounidenses en la economía mundial, y tras los acuer- dos sustentados con la URss en el marco de la política del entente de Kissinger, comenzó una reestructuración del agro y de la política agraria norteamericana que habría de incidir significativamente sobre el panorama agrícolamundial. Estados Unidos reafirmó su poderío agrícola en el contexto inter- nacional y comenzó un periodo de exportaciones masivas de produc- tos agrícolas y agroindustriales al mercado mundial. Este proceso de internacionalización de la producción agrícola y agroindustrial nor- teamericana contribuyó a que se lograran superávits crecientes en la balanza comercial agrícola, contrarrestando el deterioro del ba- lance de productos industriales y energéticos. En definitiva, pronto el programa de ayuda alimentaria habría de ser eclipsado por la po- lítica de promoción a las exportaciones masivas, las que comenzaron a crecer significativamente, coadyuvando a afianzar la posición com- petitiva de los Estados Unidos en la economía mundial.2 Las exportaciones estadounidenses de productos agrícolas ( inclu- 2 "La ayuda alimentaria abrió el camino para las exportaciones comerciales de los Es- tados Unidos. En 1956-1958 la ayuda alimentaria de los Estados Unidos a 17 mercados ex- ternos ascendía a 3.1 mil millones de dólares mientras que las exportaciones comerciales apenas superaban los 3.6 mil millones. Dos décadas después la ayuda alimentaria a esos mismos 17 países era de sólo 756 millones de dólares mientras que las ventas comerciales alcanzaban los 43 mil millones de dólares", ( usoA)-Foreign Agriculture, junio 1983). CUADRO l. Estados Unidos: balanza comercial agrícola y no agrícola, 1961-1982 ( en miles de millones de dólares) 1961- 1966- 1971- 1965 1970 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 Exportaciones agrícolas 5.5 6.5 14.9 22.8 24.0 27.3 34.7 41.3 43.3 36.6 Exportaciones no agrícolas 17.4 27.1 54.3 88.5 94.9 103.9 143.7 175.2 185.6 170.5 Total exportaciones 22.9 33.6 69.2 111.3 118.9 131.2 178.4 216.4 229.0 207.2 Importaciones agrícolas 3.9 4.9 7.9 10.5 13.4 13.9 16.7 17.4 16.7 15.2 Importaciones no agrícolas 12.9 25.5 62.9 104.0 129.3 150.9 190.4 223.8 242.2 227.1 Total importaciones 16.8 30.3 70.7 114.5 1-1-2.7 164.8 207.1 241.2 259.0 242.3 Balanza comercial agrícola 1.6 1.6 7.1 12.3 10.6 13.4 18.0 23.9 26.6 21.4 Balanza comercial no agrícola 4.6 1.7 -8.6 -15.5 -35.0 -47.0 -46.7 -48.7 -56.6 -56.6 Balanza comercial total 6.2 3.3 -1.5 -3.2 -24.4 -33.6 -28.7 -24.8 -30.1 -35.2 FUENTE: USDA. INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 137 yendo los procesados) pasó de 6.5 mil millones de dólares en 1966- 1970 a 34.7 mil millones en 1979 y a un máximo histórico de 43.8 mil millones en 1981. (En 1982 y 1983, al retraerse la demanda mun- dial, hubo una consiguiente reducción de las exportaciones estadouni- denses) ( Cuadros 1 y 3 ) . Cu ADRO 2. Cambios en las corrientes del comercio e.ere alero mundial* América del Norte Estados Unidos América Latina Europa Occidental Europa Oriental y la uass África Asia Australia y Nueva Zelanda 1934/ 1948/ a 1938 5 9 -24 5 1 2 3 a 1952 23 1 -22 o o -6 3 1960 1970 1980 39 56 131 o 4 -10 -25 -30 -16 o O -46 -2 -5 -15 -17 -37 -63 6 12 19 * Millones de toneladas netas exportadas ( +) o importadas ( - ), de cada regi6n. FUENTE: Lester Brown, "World Population Growth, Soil Erosion, and Food Security", Science, vol. 214, noviembre 27, 1981, p. 998. Las exportaciones agrícolas estadounidenses crecieron más rápida- mente que el comercio mundial de esos productos; como consecuen- cia, aumentó la participación de este país en las exportaciones mun- diales de productos agrícolas pasando de 14.3% en 1970 a 18.2% en 1978. Más importante aún fue su participación en el comercio cerealero mundial. En el periodo 1970-1971 exportó 41 millones de toneladas de granos, lo cual representó aproximadamente 37% del comercio mundial de estos productos. En cambio en el periodo 1980-1981, las exportaciones cerealeras de los Estados Unidos ascendieron a 118 mi- llones de toneladas representando 56% de los cereales comercializa- dos internacionalmente. Así, cubrió tres cuartas partes del aumento de las exportaciones cerealeras mundiales entre 1970-1972 y 1977- 1979, aproximadamente la mitad del incremento en las exportaciones de trigo y 85% del aumento de las exportaciones de granos forra- 138 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA jeros. Sólo Canadá, Nueva Zelanda y Argentina aumentaron sus ex- portaciones cerealeras frente a la creciente dependencia cerealera del resto del mundo en la década de los 70. (Véase cuadro 2) . A fines de esa decada las exportaciones agrícolas de los Estados Unidos representaban 20% de las exportaciones globales de ese país. Asimismo, en 1982, Estados Unidos proveyó 45% de las exportaciones de trigo a nivel mundial y 55!% de las de otros granos, incluyendo 90% de la soja y 22% del arroz. CUADRO 3. Estados Unidos: valor de las exportaciones agropecuarias por tipos de productos seleccionados 1970-1983 (en miles de millones de dólares) Cereales Frutas nue- y sus Oleagino- Taba- ces, hortali- prepa- sas y sus co en zas y prepa- raciones productos Algodón bruto raciones Piensos Otros Total 1970 2.6 1.9 .4 .5 .6 .1 .3 7.2 1971 2.4 2.2 .6 .5 .6 .1 .2 7.7 1972 3.5 2.4 .5 .7 .8 .2 .3 9.4 1973 8.5 4.3 .9 .7 1.0 .3 .4 17. 7 1974 10.3 5.7 1.3 .9 1.2 .3 .5 22.0 1975 11.6 4.5 1.0 .9 1.4 .3 .6 21.9 1976 10.9 5.1 1.0 .9 1.6 .4 .6 23.6 1977 10.l 6.6 1.5 1.0 1.7 .6 .7 24.0 1978 11.7 7.5 1.7 1.1 1.9 .6 .8 27.3 1979 13.6 8.7 1.9 1.3 2.1 32.0 1980 17.2 9.8 3.0 1.3 3.0 1.1 1.3 40.5 1981 20.3 9.3 2.2 1.3 3.6 1.1 1.9 43.8 1982 16.1 9.5 2.2 1.5 3.4 1.0 1.3 39.1 1983 * 14.0 8.6 1.7 1.4 2.8 1.1 1.1 34.5 * Preliminares. FUENTE: USDA. Un resultado de esta política fue el creciente superávit de la ba- lanza comercial de productos agrícolas que alcanzó 26.4 mil millones de dólares en 1981. La importancia de esta magnitud se vio reflejada en el hecho de que en ese mismo año la balanza comercial no agrícola fue deficitaria en 5 7 mil millones de dólares. Se ha señalado que los crcientes superávit de la balanza agrícola. estadounidense fueron fac- INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 139 tares de fundamental importancia que limitaron el deterioro de la balanza comercial global de ese país. Si a esto agregamos las crecien- tes exportaciones de insumos y maquinaria agrícola, así como bienes de capital para la agroindustrialización operada en el exterior, la pro- yección mundial del sistema agrícola y agroindustrial norteamericano adquiere una gran significación. . En la actualidad, aproximadamente 30% de la tierra agrícola de los Estados Unidos se utiliza para producir productos primarios de exportación. Entre los productos de mayor importancia están los gra- nos, oleaginosas, productos animales y otros sin procesar. Crece, sin embargo, la proporción de productos agrícolas procesados en las ex- portaciones, por ejemplo, la harina, la carne procesada, las frutas y hortalizas procesadas, etc. ( Cuadro 3 ) . Han comenzado a destacarse las· exportaciones de frutas y legumbres ( incluyendo las frescas) al Asia, en los últimos años. (vsDA-Foreign Agriculture, julio, 1983). Para los agricultores, el alza de las exportaciones les reportó im- portantes aumentos en sus ingresos, en particular, en algunos años de la década del 70. Se estima que más de un cuarto del ingreso agrícola de los productores estadounidenses lo provee las exportaciones en la actualidad, una proporción que es superior en más del doble a la de hace una: década. En 1978 Estados Unidos exportó 60% de su producción triguera, la mitad de su producción de soya y arroz, y 30% de su maíz y algodón. Se estima que más de un millón de personas trabaja en ese país en empleos vinculados con las exportaciones agropecuarias, la mitad de e11as en actividades no agrícolas tales como el transporte, el comercio y las agroindustrias. Señalamos anteriormente que las principales exportaciones agríco- las de los Estados Unidos fueron cerealeras. En los últimos 20 años fueron particularmente significativas las exportaciones de cereales fo- rrajeros, trigo y arroz. Elaumento de las exportaciones de cereales para el consumo ani- mal, atendiendo a una creciente demanda de productos ganaderos por parte de Europa, Japón, la URss y los países semindustrializados del Tercer Mundo, tales como Corea del Sur, Taiwán, Brasil y 1\1:éxico, fue una de las características distintivas de estos procesos. Muchos cereales que se utilizaban para el consumo humano, en forma· creciente fueron destinados al consumo animal; el caso del maíz fue quizás uno de los. más notables. 14-0 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA En el sistema maicero mundial, Estados Unidos reina de manera casi suprema. Produce la mitad de la producción mundial, utilizando para ello 25'% de su tierra agrícola. En los años 70 triplicó sus ex- portaciones en gran medida debido a la creciente demanda de pro- ductos por parte de 'las economías de ingresos medios y del bloque so- cialista. Tanto en el plano interno· como en forma creciente en el plano internacional. el maíz orientó fundamentalmente a la producción de alimentos balanceados para el consumo animal. En los Estados Unidos 80% de los alimentos balanceados destinados al consumo animal están elaborados con maíz. La industria porcina es la principal consumido- ra, absorbe 40% de la producción maicera destinada a los alimentos balanceados; en cambio la producción de carne de res absorbe apro- ximadamente el 25 % . En el plano internacional, la expansión agro- industrial asociada a la ganadería y el creciente consumo de produc- tos ganaderos fueron factores que influyeron sobre la notable expan- sión de las exportaciones de cereales forrajeros de los Estados Unidos (vsDA-Agricultural Outlook, marzo, 1983). Estos cambios en la posición relativa de las exportaciones agrícolas norteamericanas en el contexto mundial fueron acompañados por im- portantes transformaciones en la agricultura estadounidense: fueron desplazados los f armers más chicos; aumentó la integración del agro a cadenas agroindustriales: fue introducida masivamente nueva tec- nología; y se utilizó más plenamente la tierra disponible. En definiti- va, la internacionalización de la agricultura norteamericana trajo con- sigo una importante reestructuración de su estructura productiva en el plano interno. Frente al embate ele la agricultura norteamericana, Europa y Japón adoptaron diversas medidas tendientes a la defensa de sus propias agriculturas y autosuficiencia alimentaria. En el caso europeo también fueron impulsadas transformaciones en la estructura productiva in- terna: creció el tamaño promedio de la explotación agrícola, crecie- ron rápidamente las inversiones en insumos y equipos, y se concentró cada vez más la producción. Las resultantes alzas de productividad sig- nificaron la autosuficiencia alimentaria en muchos rubros, e incluso la aparición de excedentes exportables.3 3 La autosuficiencia alimentaria de la CEE fue de 108% para el trigo (principalmente blando), 112% para la cebada, 60% para el maíz y sólo 41% en grasas, proteínas y olea- ginosas (principalmente soja). La CEE se ha transformado en un importante exportador neto INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 141 Para los países miembros de la CEE todo ello se produjo al amparo de la Política Agrícola Común ( PAC). Ésta coadyuvó a que se estimu- lara la producción de aves y cerdos mediante subsidios directos y otros mecanismos de apoyo a los productores. La producción de aves aumen- tó de aproximadamente 1.5 millones de toneladas, en promedio, en el periodo 1961-1965, a 3.8 millones en el periodo 1978-1980. La pro- ducción de carne de cerdo aumentó de 5.7 millones de toneladas a 9.2 millones en el mismo periodo. Asimismo, entre 1960 y 1980 aumen- tó en 74% la producción cerealera total. Como consecuencia, a fines de los 70, Europa Occidental había logrado la plena autosuficiencia en la producción de alimentos para el consumo humano, no así en lo que concierne a determinados alimentos para el consumo animal. (Agricultura[ Outlook, mayo, 1982). Y en este sentido procuró diver- sificar sus fuentes de abastecimiento para productos tales como la soya y el sorgo. Fue así que Europa Occidental, y en particular la CEE, desarrolló una política de autosuficiencia alimentaria, o de sustitución de impor- taciones agrícolas, que fue objeto de múltiples negociaciones y conflic- tos con los Estados Unidos ( véase Leclercq y Tubiana, 1983). Japón no tuvo igual capacidad para lograr su autosuficiencia alimentaria, aunque también desarrolló una política tendiente a di- versificar sus importaciones, principalmente de cereales forrajeros, re- duciendo, de este modo, su dependencia alimentaria respecto de los Estados Unidos. Estos factores incidieron sobre el panorama agropecuario y agroin- dustrial mundial, y sobre la situación 'latinoamericana. Entre las regiones del Tercer Mundo, América Latina se constituyó en un importante mercado para las exportaciones agrícolas y agroin- dustriales de los Estados Unidos ( cuadro 4). En 1981 las exportaciones agrícolas de Estados Unidos hacia Amé- rica Latina superaron los 6.5 mil millones de dólares, representando el 14.7% de las exportaciones agrícolas totales de ese país. El princi- pal mercado de la región lo constituyó México que realizó compras por 2.4 mil millones de dólares. Sudamérica en conjunto absorbió el equivalente a 2. 7 mil millones de dólares, mientras que Centroamérica de productos agrícolas y agroindustriales. Los subsidios a sus exportaciones aumentaron de 1.4 mil millones de dólares en 1973 a 7.8 mil millones en 1980. En particular las expor- taciones de aves han aumentado sustancialmente debido a los subsidios de la comunidad, y las ayudas de los estados nacionales a la producción. (usoA-Agricultural Outlook, mayo 1982). 142 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA CUADRO 4. Estados Unidos: exportaciones agropecuarias. Valor por regiones 1975-1980 ( en miles de millones de dólares) 1975 1976 1977 1978 1979 1980 Europa Occidental 7.5 7.2 8.6 8.6 9.7 10.3 CEE 5.8 5.7 6.9 6.1 7.4 7.7 Otros países de Europa Occidental 1.7 1.5 1.7 2.5 2.3 2.6 Europa Oriental .8 1.3 1.0 1.2 1.5 2.2 URSS .6 2.0 1.1 1.9 2.2 4.0 Asia 8.0 7.4 8.1 9.5 11.7 14.0 Japón 3.2 3.4 3.8 4.2 5.1 5.3 Canadá 1.3 1.4 1.6 1.6 1.7 1.7 África 1.2 1.1 1.3 1.6 1.5 2.1 América Latina 2.3 2.1 2.1 2.8 3 . .4 3.5 Oceanía .1 .1 .1 .2 .2 .2 Total 21.9 22.8 24.0 27.3 32.0 38.0 FUENTE: USDA. y el Caribe en conjunto compraron 1.1 mil millones de dólares en pro- ductos agrícolas ( cuadro 5) . CUADRO 5. Estados Unidos: comercio exterior de productos agrícolas. Totales y con América Latina % deexpor- % impor- taciones taciones aA.Lati- de A.La- Impor- na en las tina en las Exp·ortaciones taciones exportacio- importacio- Exportaciones Importaciones aA. Latina de A. Latina nes totales nes totales (millones de dólares) 1974 22 026 10 247 2 565 4045 11.6 39.5 1975 21884 9 310 2 280 3 611 10.4 38.8 1976 22 997 10990 1 942 4 329 8.4 39.4 1977 23 636 13 438 2 217 5 668 9.3 42.2 1978 29 384 14804 3 158 6098 10.7 41.2 1979 34 745 16 725 3 684 6962 10.6 41.6 1980 41 233 17 366 6150 7 255 14.9 42.0 1981 43 339 16 772 6367 6544 14.7 39.0 1982 36 622 15 232 4438 5 571 12.1 36.6 b:TERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 143 En 1982 esas exportaciones declinaron sustancialmente : ascendie- ron sólo a 4.4 mil millones de dólares; el 12.1 % de las exportaciones agrícolas totales de los Estados Unidos. En ese año los principales productos de exportación fueron los cereales y sus preparaciones ( 43 % ) , las oleaginosas y sus productos ( 21:%), frutas, nueces, horta- lizas y sus preparaciones (10%), animales y sus productos ( 15:o/o) y "otros" ( lüo/o). Mientras que Latinoamérica en su conjunto es bási- camente un exportador neto de productos agropecuarios, si se consi- deran sólo los granos y oleaginosas, y si se excluye a la Argentina, la región es un creciente importador de estos productos. El trigo fue el principal producto exportadopor los Estados Unidos a la región, representando el 25'% de sus exportaciones cerealeras totales. Sin em- bargo, también tendieron a aumentar las exportaciones de cereales forrajeros, siendo México el principal comprador de estos productos, absorbiendo 3/4 partes del total (véase también el cuadro 6). CUADRO 6. Estados Unidos: exportaciones a América Latina. 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 * Totales y por categorías de productos seleccionados ( millones de dólares) Frutas y Cereales y Oleaginosas hortalizas y Totales sus preparaciones y sus productos sus preparaciones 2 280 1 488.0 50.2 134.1 1 942 1 098.1 95.1 111.0 2 217 1 128.8 152.3 127.4 3 158 1 708.6 666.5 172.7 3 684 1 990.9 684.2 236.8 6150 6 367 3 503 1 102 630 4438 2 030 999 650 4620 2 450 944 290 * Estimaciones. Por último, cabe destacar que América Latina es también un impor- tante mercado para las exportaciones de insumos, maquinaria agríco- la y bienes de capital para la agroindustria de los países industrializa- dos, en razón del intenso proceso de modernización y desarrollo agro- industrial que se ha dado en la región. 144 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA b) Internacionalización de los costos de reproducción de la fuerza de traba jo La creación de políticas destinadas a producir una oferta abundante de alimentos baratos manteniendo bajo el costo de reproducción de la fuerza de trabajo y dentro de límites manejables la tasa inflacionaria, constituyó históricamente uno de los objetivos primordiales de la po- lítica económica de los países industrializados. En los Estados Unidos, en el periodo 1938-1952, las políticas de apoyo a los productores agro- pecuarios conjuntamente con la rápida adopción de innovaciones tec- nológicas, significaron que los rendimentos por hectárea y la produc- tividad del trabajo agrícola aumentaran sostenidamente. No sólo se produjo una tendencia a la sobreproducción de alimentos básicos, sino también presiones a la baja en el precio de los mismos. En los años 50 y 60 éstos fueron lo suficientemente importantes como para con- trabalancear el alza de los costos del procesamiento y la comerciali- zación de los alimentos, manteniéndose su índice de aumento incluso a tasas más bajas que la tasa inflacionaria en general ( de Janvry, 1981:176). Señala de Janvry que después de 1965 Estados Unidos tomó con- ciencia de la importancia de mantener los costos agrícolas a niveles capaces de competir en el mercado internacional. Sin embargo, des- pués de 1968 surgieron presiones al alza en los precios agropecuarios. Asimismo, en el último quinquenio de los 60 se produjeron aumentos en los costos salariales en general, siendo este factor, según algunos autores, uno de los determinantes de la crisis generalizada del siste- ma (Itoh, 1980). La situación fue agravada al internacionalizarse la producción agrí- cola estadounidense en los primeros años del 70. Conjuntamente con la política de producción a las exportaciones a que hemos aludido en el punto anterior, apareció una nueva problemática en el tablero agro- pecuario nacional: la del alza de los precios agropecuarios que, en particular en el periodo 1972-1979, aumentaron sostenidamente tras las sustanciales exportaciones cerealeras a la URSS. Si bien el aumento de las exportaciones agropecuarias y agroindus- triales contribuyó a que no se deteriorara aún más el déficit de la ba- lanza de pagos en los Estados Unidos, puso en peligro el otro objetivo importante de la política económica: el de mantener el alza de los precios alimentarios -y, por ende, los costos de reproducción de la INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 145 fuerza de trabajo en el mercado interno- dentro de márgenes ma- nejables. Esta contradicción entre los requerimientos de una política de expansión de las exportaciones y la necesidad de mantener, den- tro de márgenes políticamente aceptables, los costos de reproduc- ción de la fuerza de trabajo y las presiones inflacionarias, hizo eclosión en los años 70. Como consecuencia, una parte adicional y creciente de las fuentes de abastecimiento de los alimentos básicos fue internacionalizada. Au- mentó la provisión de alimentos básicos y materias primas de fuentes externas como para hacer frente a la nueva situación. La internacio- nalización de la producción agrícola estadounidense significó, por con- siguiente, que no sólo se aumentaran las exportaciones al mercado mundial, sino también que se procuraran nuevas fuentes de alimentos baratos y materias primas en el exterior ( cuadro 7) . Esta necesidad CUADRO 7. Estados U nidos: importaciones de productos agropecuarios tot.ales y tipos de productos s.eleccionados 1973-1982 ( en miles de millones de dólares) Frutas, nueces, Pro- horta- Oleati- Azú- No duetos lizas y nosas car 'Y Café CQffl- de ori- sus pre- 'Y sus Taba- sus pre- cacao Compe- pe- gen pe- para- pro- co en para- té 'Y es- Cau- Total titi:·us * titivos cuario ciones duetos bruto ciones pecias cho 1973 8.4 5.5 2.9 2.2 .6 .3 .2 .9 1.9 .3 1974 10.2 7.0 3.2 1.9 .6 .6 .2 .2 2.0 .5 1975 9.3 6.2 3.1 1.5 .6 .6 .2 1.9 2.0 ,4 1976 11.0 6.3 4.7 1.9 .7 .5 .3 1.1 3.1 .5 1977 13.4 6.6 6.8 2.3 1.2 .6 .3 1.0 4.7 .6 1978 14.8 7.3 7.6 2.8 1.4 .5 .4 .7 4.6 .7 1979 16.7 9.1 7.1 3.8 1.7 .7 .4 1.2 5.6 .9 1980 17,4 10.0 7.5 3.9 2.0 .6 .5 .2 5.4 .8 1981 16.8 3.2 2.5 .9 .4 2.4 4.1 .8 1982 15.2 2.4 2.9 .5 .3 1.0 3.9 .5 * Corresponden a productos de origen pecuario, frutas y legwnbres, oleaginosas, tabaco, azúcar y cereales y sus preparaciones. Los demás, son productos no competitivos: café, cacao, caucho, etc. FUENTE: USDA, 146 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA de, abastecerse con fuentes alternativas en el exterior también se plan- teo en Europa, Japón y el bloque socialista.4 . En este. conte~to, Amé~ica Latina cumplió una función de relativa 1mportanc1a. En la act~ahdad P:?vee 40 % de las importaciones agrí- col~s de los Estados Umdos, hab1endose producido importantes modifi- caci_on~s e~ la e~truct~ra de esas importaciones. Si bien sigue. siendo importante el abastecimiento de los tradicionales pro~uctos t_ropicales ~e América Latina hacia los Estados Unidos, han crecido en 1m¡~ortancia las importaciones de carnes y sus derivados, de frutas y hort~hzas. En la actualidad ( 1982), el 36% de las importacio- ~es estadoum':1;ns,es de !ª región lo constituyó el café; 10% el azúcar; igu:11 proporc1on los platanos; 4J% el cacao; mientras que las impor- t:1c10nes de carne y_sus productos ascendieron al 5% y las frutas, horta- liza~ Y. sus preparac10nes al 20%. ( USDA-ERS_. Latín America, suplemen- to, 3ulio, 1983). La creciente integración de México y Centroamérica a los mercados estadounidenses mediante el aumento de sus exportaciones de carnes, frutas y legumbres, en el marco de una creciente integración vertical con comercializadoras y procesadoras de los Estados Unidos es una de las manifestaciones más concretas de 1a internacionalización de los costos de reproducción de la fuerza de trabajo en el país del norte ( véase Sanderson, 1982) . La situación de Europa y el Japón es un tanto diferente. En el caso del Mercado Común Europeo, la política de autosuficiencia alimen- taria en alimentos básicos, principalmente cereales y carne, desplazó al Cono Sur de Sudamérica como abastecedor de estos productos. Como consecuencia fue haciéndose notable la consolidación de la uRss como mercado sustituto para las exportaciones cerealeras y de carnes argentinas. Por otra parte, tanto la CEE como el Japón promo- vieron importaciones de granos forrajeros de esa región, principal- mente de Brasil, y en alguna medida también de Argentina. En la actualidad, el sorgo, la soya y el maíz que son importados de esos países, constituyen importantes "bienes intermedios" para la produc- ción de carnes tanto para Europa como para el Japón y el bloque so- cialista. 4 Para la reestructuración operada en la economía ganadera de los Estados Unidos quefacilitara las exportaciones cerealeras pero tarbién mayores importaciones de carne del ex- terior (véase Sanderson, 1982). Sin embargo, surgió una diferencia entre los típicos produc- tos de exportación en relación a los de importación, tanto en los Estados Unidos como en Europa, siendo estos últimos, en muchos casos competitivos con la producción nacional. INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 147 c) Expansión del agribusiness e internacionalización del capital Principalmente en los años 60, pero también en los 70, se produjo en la industria agroalimentaria y agroindustrial de los Estados Unidos un intenso proceso de fusión empresarial y adquisiciones de empresas que, conjuntamente con estrategias de diferenciación y diversificación de productos, resultó en un aumento sustancial de la concentración y centralización del capital en estas industrias. Las 50 procesadoras agroalimentarias más importantes del país que controlaban 47% de los activos de la industria en 1950, pasaron a controlar 56% en 1974. Debido a fusiones y adquisiciones el número total de empresas procesadoras de alimentos se redujo drásticamente: pasó de 41 000 en 1947 a 23 000 en 1974 (O'Connor, 1980). Debido a economías a escala en investigación y desarrollo y particularmente en publicidad, estas fusiones y adquisiciones de empresas fueron par- ticularmente importantes en ramas tales como el tabaco, las bebidas y las drogas, y en algunas ramas alimentarias. Fueron varias las consecuencias de estos procesos de concentración y centralización del capital. En primer 'lugar, fueron acompañados por una mayor integración horizontal de la industria, a raíz de las mayores diversificaciones en los rubros de actividad de las grandes empresas agroindustriales. En segundo lugar, contribuyeron a que se intensificara el proceso de integración vertical, tanto en lo que respecta "río abajo" en la ca- dena agroindustrial, integrándose más estrechamente la comercializa- ción y distribución final -en particular una mayor coordinación con cadenas de restaurantes y supermercados-, como en lo que concierne a la integración "río arriba" con la producción agropecuaria propia- mente dicha. Esta integración vertical "río arriba" se hizo particularmente ne- cesaria cuando las que se integraban eran materias primas perecede- ras. Las empresas agroindustriales incluso aumentaron la adquisición de predios agrícolas para asegurarse una oferta regular y de determi- nada calidad de la materia prima a sus plantas. La agricultura de contrato fue el otro mecanismo utilizado para tal fin. En este periodo creció la transformación rural de Norteamérica bajo la égida del agribusiness. Entre las diversas partes de la cadena agroindustrial -firmas que ofrecen servicios e insumos, aquéllas que procesan y comercializan la producción y productores comerciales- 148 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA el sector dedicado al procesamiento y a la comercialización de la pro- ducción agropecuaria fue el que creció más rápidamente. En segundo lugar lo hicieron las empresas proveedoras de insumos y servicios al sector. En 1967, 33% del valor total de los alimentos producidos y consumidos en el mercado interno fue absorbido por las proveedoras de insumos y servicios; 55% por la industria procesadora y la comer- cialización, y sólo 12% fue a parar a manos de los productores agro- pecuarios ( de Janvry, 1982). Todo ello refleja el creciente dominio de las grandes corporaciones sobre la agricultura del país (W alsh, 1975). Un indicio del creciente dominio de las firmas agroindustriales sobre la agricultura norteamericana lo constituyó la difusión que tuvo tanto la integración vertical de la producción como la agricultura de con- trato. Según la agricultura de contrato, el productor normalmente provee la tierra y su trabajo, mientras que los otros insumos y deter- minadas funciones gerenciales son aportados por el contratista (gene- ralmente la firma procesadora) . Esta modalidad se expandió enorme- mente, significando la creciente pérdida del control del productor sobre las decisiones en materia de producción o comercialización. En esencia el típico f armer fue perdiendo su carácter como tal. En 1974, 8% de todos los predios y 28% del valor total de la pro- ducción agrícola de los Estados Unidos estaban bajo contrato. En 1970, 85% de los vegetales procesados y 9q% de los pollos para la industria avícola se producían bajo esta modalidad. La agricultura de contrato era común en la producción de caña de azúcar, hortalizas frescas, papas, huevos y pavos. Fue, creciente su importancia, redu- ciendo la posición competitiva de la empresa agrícola familiar ( de J anvry y Vandemann, 1982) . El tercer aspecto que nos interesa destacar aquí, relacionado con las fusiones y adquisiciones y la consiguiente centralización del capital agroindustrial que se produjo en este periodo, es la transnacionaliza- ción e internacionalización propiamente dicha de las actividades e inversiones del agribusiness. La creciente competitividad entre empre- sas agroindustriales, el deterioro de su rentabilidad como consecuen- cia de la crisis, aunque también debido a la "saturación" de la de- manda ( o sea, que ésta se estanca aun con aumentos en los niveles de ingresos) (uN-CTC, 1981), y la creciente monopolización de los mer- cados, fueron factores que impulsaron al agribusi,ness a proyectarse internacionalmente con una intensidad cada vez mayor. La adopción INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 149 de estrategias que consideraban al mundo en su conjunto como objeto de su accionar se hizo cada vez más corriente. La mayor parte de la inversión extranjera de las grandes empresas agroindustriales se proyectó hacia Europa y Canadá, regiones en donde debido a niveles altos de ingresos persistían mercados potenciales muy atractivos. También ~e produjo la creciente interpenetración del mer- cado norteamericano por parte de firmas europeas, debido a razones semejantes. Sin embargo, también creció significativamente la expansóin del agribusiness hacia el Tercer Mundo, en particular hacia América La- tina. La actividad extranjera de las empresas transnacionales agro- industriales adquirió una creciente importancia, en particular para las firmas alimentarias que producían artículos altamente diferencia- bles, susceptibles de ser promovidos mediante importantes esfuerzos publicitarios. En los países "en vías de desarrollo" el agribusiness repitió las prác- ticas que desarrolló en los países centrales: las adquisiciones de em- presas locales, diferenciación y diversificación de su producción, cre- ciente integración horizontal y vertical, etc. La necesidad de coordinar y planificar la actividad agrícola acorde a sus requerimientos de expansión, indujo a las ET agroindustriales a una creciente integración vertical y coordinación de los procesos pro- ductivos. Se fueron trasladando pautas organizativas cuya finalidad era lograr una mayor planificación y coordinación de las diversas etapas del proceso de transformación de la materia prima agrícola. Esto fue necesario para garantizarle a las plantas procesadoras una oferta regular y de determinada calidad de la materia prima. Las condiciones para el establecimiento de verdaderos complejos agroin- dustriales se fueron dando en este contexto. Surgió la tendencia a intervenir en todas las etapas de transformación y comercialización, e incluso en la etapa de la producción, muchas veces mediante la agricultura de contrato, o con la participación de los estados nacio- nales. Como lo plantea Ortiz Mena: Los sistemas agroindustriales son mecanismos para planificar, or- ganizar, coordinar, controlar y evaluar todas las operaciones que tienen que ver con la producción, transporte, almacenamiento, procesamiento y comercialización de productos agropecuarios, así 150 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA como también de los insumos para la producción agraria. Tales sistemas puedenser orientados hacia áreas geográficas individua- les, o regiones, grupos de productores o sectores de la economía. El agribusiness es una herramienta versátil y práctica que los admi- nistradores técnicos y funcionarios estatales pueden utilizar para ayudar a los agricultores a elaborar productos de una calidad y cantidad requeridas, a precios que los consumidores puedan pagar y a un costo que le dé a los productores e intermediarios un re- torno razonable a su inversión (Ortiz Mena, 1975, p. 139) (Tra- ducción nuestra) . Agrega más adelante que: ... un incentivo adicional para las agroindustrias en América La- tina reside en las grandes inversiones que realizan los gobiernos apoyados por las instituciones financieras internacionales, en la infraestructura requerida, tales como transportes, almacenamien- to, facilidades de irrigación, educación, electricidad y financia- miento de preinversión ( op. cit., p. 144). Fue así como se proyectó el agribusiness hacia América Latina y penetró su agricultura mediante la articulación de sus procesos pro- ductivos. La creciente integración vertical de la agricultura latinoame- ricana se manifestó en muchos campos. Se produjo la consolidación y el creciente control sobre los productos tradicionales de la región, como el algodón, banano, café y tabaco. En algunos casos las ET se retira- ron del procesamiento agroindustrial remitiéndose a las etapas de la comercialización (azúcar). En otros, reforzaron su participación en el mercado interno, integrando la producción que anteriormente se orientaba casi exclusivamente hacia la exportación ( tabaco, cacao) . También extendieron y diversificaron sus actividades hacia otras ramas agrícolas y agroindustriales como, por ejemplo, la producción, prepa- ración, conservación y elaboración de carne, básicamente para expor- tación, en Brasil y Centroamérica; la producción/ comercialización de frutas y hortalizas para exportación en México y Centroamérica; la producción y comercialización de productos avícolas y piensos parti- cularmente en Colombia, Brasil y México; la producción y comercia- lización interna y externa de productos destinados a la alimentación animal -por ejemplo, sorgo y soya- en Brasil, Argentina, Colombia, Guatemala y El Salvador; el procesamiento e industrialización de la INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 151 leche en México, Brasil y Panamá; y del trigo y otros cereales impor- tados -fabricación de productos de pastelería, panadería, gallete- ría, fidelería- para el mercado interno, en el Pero, etcétera. En definitiva, uno de los elementos distintivos de esta penetración transnacional fue la adopción de mecanismos que indujeron a una mayor integración vertical de los procesos productivos a la cadena agroindustrial permitiendo una mayor coordinación y planificación de la misma, adecuándola a los objetivos de acumulación de las ET. Esta penetración del agribusiness no se circunscribe únicamente a la producción para el merc~do interno; contribuyó también a que se abrieran nuevas líneas de producción orientados al mercado externo. Se insertó también en actividades en donde persistía una creciente dependencia agroalimentaria del exterior, o sea, cuya materia prima provenía principalmente del exterior. En esencia, nos enfrentamos a una auténtica internacionalización de los complejos agroindustriales, muchos de los cuales son complejos "abiertos" (Trajtenberg, 1977) con ramificaciones "hacia arriba" o "hacia abajo" en los países capitalistas centrales. 2. INSERCIÓN DE LA AGRICULTURA LATINOAMERICANA EN LA ECONOMÍA MUNDIAL a) La agricultura latinoamericana en la división internacional del trabajo Tradicionalmente América Latina fue un importante proveedor de alimentos y materias primas para Estados Unidos y Europa. Éstos se circunscribían fundamentalmente a aquellos productos que eran "com- plementarios" a los producidos por los países capitalistas centrales, que por lo general eran autosuficientes en la producción de la mayor parte de sus alimentos básicos. Por consiguiente, en la división internacional del trabajo que privó hasta la crisis de los años 30, América Latina producía productos agrícolas templados a Europa ( el Cono Sur) y productos tropicales tanto a Europa como a los Estados Unidos ( el resto de América Lati- na) . Asimismo, las economías campesinas eran básicamente proveedo- ras de los alimentos básicos consumidos en la región.6 5 Sólo en el Cono Sur los alimento~ básicos cons1,1midos internamente son en gran me- 152 INVESTIGACIÓN ECONÓMICA La inversión extranjera proveniente de Europa y los Estados Uni- dos se orientaba al procesamiento, comercialización, transporte y fi- nanciamiento de estos productos de exportación. En menor medida se insertaba en la industria agroalimentaria orientada al mercado in- terno; sólo en los países con mercados más grandes y con cierta urba- nización e15te tipo de inversión alcanzó cierta envergadura. La crisis de los años 30 provocó -al igual que en los países alta- mente industrializados- una importante reestructuración de las agri- culturas latinoamericanas. En particular en los países más grandes y urbanizados de la región comenzó un proceso de industrialización sustitutivo de importaciones (1s1) que después de la Segunda Guerra Mundial habría de extenderse a casi todo el continente. Las agricul- turas latinoamericanas se reestructuraron adecuándose a la nueva situación. Se transformaron cada vez más en proveedoras de alimen- tos, materia prima, exportaciones, mano de obra barata y capitales para el proceso de industrialización, siendo éste uno de los objetivos principales de la política económica. Para ello se impusó la "moder- nización" de la agricultura tendiente a ampliar la productividad en el sector y el mercado interno para la colocación de productos indus- triales. También se intensificó la agroindustrialización orientada al mercado interno al amparo de las políticas de 1s1: en sus inicios fue impulsada en gran medida con capitales locales; después de los 50, en forma creciente comenzó a estar comandada por el agribusiness internacional. Pero lo que en general se destaca es que fueron indus- trias que - transnacionalizadas o no- se orientaron fundamental- mente a los mercados internos. De este modo se fueron conformando los complejos agroindustriales "cerrados" a que hace referencia Vi- gorito ( 1981). A partir de los años 60, pero en particular en los 70, el proceso de integración al desarrollo agroindustrial de la agricultura latinoameri- cana se intensificó y se transnacionalizó cada vez más. Asimismo, fue modificándose la inserción de la agricultura latinoamericana en la economía mundial. Surgieron nuevos productos de exportación y creció la integración vertical de su producción con los procesos de agroin- dustrialización comandados por las ET, tanto en los países centrales como en los países latinoamericanos. La producción de carne, lácteos, dida semejantes a las exportaciones ( carne y cereales). Allí tampoco imperan las típicas eco- nomías campesinas a que hacemos referencia en el artículo, ni tampoco la extrema dicotomía entre agricultura campesina y agricultura capitalista. INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 153 soya, sorgo, frutas y legumbres, tanto para exportación como para un mercado interno de altos ingresos, se intensificó. Los tradicionales productos de exportación también sufrieron trans- formaciones en su orientación y estructura productiva: en algunos casos se orientaron mucho más hacia el mercado interno ( tabaco, cacao, azúcar) debido a la implantación de nuevas industrias que utilizaron su producción como insumos (la industria cigarrera, de refrescos, etc.) o al estancamiento de la demanda de los países indus- trializados; en otros, fueron desplazados sus mercados: i.e. al cerrarse los principales mercados para las exportaciones de carnes y cereales de la Argentina debido a la política deautosuficiencia alimentaria de la CEE, la URss se transformó en uno de los principales mercados sus- titutos para esta producción. Asimismo, creció la dependencia alimentaria del exterior, particu- larmente en los rubros de cereales básicos, aunque también -en al- gunos casos- forrajeros. El trigo y el maíz se transformaron en im- portantes productos de importación para la mayor parte de los países del continente. Esto incidió sobre la producción interna de alimentos básicos, que tendió a ser desplazada, tanto por las importaciones de estos productos sustitutos como por los nuevos productos agroindus- triales y de exportación que fueron promovidos. Finalmente en lo que respecta a la agroindustria orientada al mer- cado interno y su impacto sobre la agricultura local de los países lati- noamericanos, tanto la producción de lácteos, carne, frutas y hortalizas como los productos "de marca" ( refrescos, bebidas alcohólicas, lác- teos y carnes procesadas y enlatadas de todo tipo) fueron promovidas intensamente debido al surgimiento de estratos sociales de altos in- gresos como consecuencia de los procesos de industrialización y urba- nización, y hacia los cuales se orientó esta producción. En los países con mercados grandes, fueron establecidas industrias de insumos agro- pecuarios y maquinaria agrícola como parte de los procesos de mo- dernización de 1a agricultura. La penetración transnacional del agribusiness acompañó a todos estos procesos. En algunos casos, al establecerse completamente agro- industriales orientados al mercado interno, pero también mediante una creciente integración vertical con mercados o fuentes de materias primas localizadas en el exterior. O sea, mediante la creación de nue- vos complejos "abiertos". Algunos de estos complejos agroindustriales "abiertos" tienen sus 154 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA orígenes en la producción de excedentes de los países centrales: por ejemplo, el complejo triguero. Otros, se originaron en la agricultura latinoamericana, concluyendo en los países centrales: se trata de los tradicionales complejos abiertos ( café, cacao, banana) a los cuales se les agregan los nuevos complejos articulados con diverso grado de in- tegración vertical a comercializadores o procesadores localizados en los Estados Unidos, Europa y el Japón: frutas y legumbres con el primero, soya y sorgo, con los dos últimos. Finalmente, están los complejos cerrados a que ya hemos hecho referencia. Éstos también se hallan en gran medida transnacionalizados, sea en forma directa mediante el control transnacional de sus "núcleos" ,6 o bien mediante el control de la tecnología, de los insumos utilizados, o de las marcas de los productos finales. El dominio creciente de las ET sobre los complejos agroindustriales acompañado por la creciente integración vertical y coordinación de todas las etapas o cadenas que los conforman, incidió significativa- mente sobre los procesos productivos del sector agropecuario, los in- sumos y tecnologías utilizados, los patrones de cultivo, y las caracte- rísticas del procesamiento industrial y agroindustrial de la produc- ción. Además, a través de estos mecanismos se internacionalizaron los productos agropecuarios adecuadamente a los requerimientos y espe- cificaciones que rigen en el mercado mundial. b )Algunas consecuencias de estos procesos para la agricultura latinoamericana Todos estos factores contribuyeron a la creciente desarticulación social y sectorial de las economías y agriculturas latinoamericanas. Por una parte, en vastos sectores del continente fue abandonada la agricultura de temporal dedicada a la producción de alimentos básicos. Influyó en esto la creciente dependencia externa respecto del maíz y del trigo, y de otros productos transnacionalizados que sustituyeron al consumo de alimentos campesinos tradicionales. Asimismo, se sustituyó la pro- 6 "Las actividades del complejo son interdependientes pero asimétricas, incluidas aquellas cuyas funciones poseen un mayor grado de importancia en la reproducción del complejo. Tales actividades se denominan núcleos del sistema agroindustiial y se refieren a la capa- cidad de control que los intereses sociocconómicos que se localizan en él ejercen sobre re- producción. Por lo tanto, aunque la agricultura es una actividad principal puede estar subordinada a sectores industriales o comerciales" (Müller, 1982: 922). INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 155 ducción de alimentos básicos por bienes "de lujo" absorbidos por las agroindustrias, o por productos de exportación. El consumo de ali- mentos básicos fue modificándose; tradicionalmente provista por la economía campesina, esta preocupación fue sustituida en forma cre- ciente por producción importada o provista por empresas agroindus- triales. De este modo el campesinado comenzó a perder su función como proveedor de los alimentos básicos consumidos masivamente por la población; éstos fueron reemplazados por productos transnaciona- lizados ( refrescos, pan, etc. ) . Todo ello tuvo mucho que ver con las políticas tanto de exportación como de adquisición de alimentos básicos llevadas a cabo por los países capitalistas centrales. Sin embargo, aquellos alimentos que son básicos en los países centrales (por ejemplo, la carne) no lo son para los estratos populares de América Latina; allí constituyen en muchos casos bienes "de lujo" consumidos únicamente por los estratos de in- gresos medios y altos, principalmente en las zonas urbanizadas. Por otra parte, estos procesos fueron acompañados por la desinte- gración de las econoµiías campesinas. En muchas regiones del conti- nente fueron eliminadas las relaciones de producción precapitalistas y surgieron nuevas formas de explotación y articulación del campesi- nado a los complejos agroindustriales. Se intensificó la descampesi- nización y proletarización del campesino -por efecto de su creciente pauperización-. la pérdida del control del campesinado sobre sus procesos productivos, el dominio creciente directo o indirecto del ca- pital sobre la tierra, en fin, la expulsión masiva del campesinado del sector. El status del campesinado se fue transformando: en forma cre- ciente cambió su función de ser un proveedor de alimentos baratos para el consumo masivo y la consolidación del mercado interno, a la de servir únicamente como reserva de mano de obra barata ( de Jan- vry, 1982). Todo ello influyó sobre la desarticulación social y sectorial de las economías latinoamericanas. La marginación y pobreza crecientes, el desempleo abierto y encubierto en los medios rurales, y la regresividad creciente en la distribución del ingreso, fueron algunas de sus ma- nifestaciones más concretas. Quizás el elemento crucial en esta mate- I"ia lo constituyó la pérdida de control sobre la capacidad de repro- ducción de la propia fuerza de trabajo. La marginación y pauperiza- ción del campesinado conjuntamente con el estancamiento de su pro- ducción, la falta de articulación de la producción de alimentos bá- 156 INVESTIGACIÓN EcoNÓMICA sicos para el consumo popular masivo, configuran un cuadro que refleja en forma patente esta pérdida del control sobre la capacidad de generación de alimentos básicos y por consiguiente sobre la capa- cidad de reproducción de la propia fuerza de trabajo en la región. REFLEXIONES FINALES 1) Se ha destacado con frecuencia que toda época de crisis capitalista conduce a una reestructuración profunda de las economías nacionales y de las relaciones económicas internacionales. En lo que atañe a la reciente crisis mundial cuyos comienzos ubicamos hacia fines de los años 60, la mayor parte de los trabajos que se han hecho se circuns- criben al análisis de la reestructuración financiera e industrial que se ha operado a escala mundial. En este trabajo, destacamos que esta reestructuración económica también ha influido profundamente sobre los procesos agrícolas y agroindustriales tanto a nivel mundial comosobre la región latinoamericana. 2) Al igual que durante otros periodos de crisis, los países capita- listas centrales intensificaron sus proyecciones hacia la economía mun- dial a la búsqueda de: nuevos mercados para su producción agrope- cuaria, nuevas fuentes de alimentos y materias primas baratas en el exterior, y nuevos mercados para sus inversiones de capital agroin- dustrial. 3) Entre las características distintivas que marcan la etapa actual de desarrollo capitalista está la presencia omnipotente de las empre- sas agroindustriales transnacionales, las cuales han determinado las pautas organizativas de la producción agropecuaria en América La- tina, mediante la conformación de importantes complejos agroindus- triales. No sólo se ha intensificado la integración vertical al interior de complejos agroindustriales "cerrados" sino que también se ha am- pliado el margen para la formación de nuevos complejos "abiertos" ante el surgimiento de nuevos productos de exportación e importación. 4) Todo ello ha sido determinante en la inserción de la agricul- tura latinoamericana en la economía mundial, en la transnacionali- zación de esta agricultura, y como consecuencia, en la naturaleza de la "cuestión agraria" en la región. La pérdida de la autosuficiencia alimentaria, la pauperización creciente, la desintegración de las eco- nomías campesinas, y la creciente desarticulación social y sectorial INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL EN LA AGRICULTURA 157 de las economías latinoamericanas, son tan sólo algunas de las mani- festaciones más dramáticas de estos procesos. 5) Para contrabalancear estas tendencias muchos países de la re- gión han adoptado políticas de autosuficiencias alimentarias, y de apoyo a las economías campesinas productoras de alimentos básicos. Hasta ahora las políticas de autosuficiencia alimentaria que se han aplicado en el continente no parecen haber contrarrestado en lo esen- cial estas tendencias. Quizás esto se deba a que, para tener éxito, ten- gan que ir acompañadas por transformaciones en las estructuras del poder que contrarresten la lógica del funcionamiento del sistema en su globalidad. BIBLIOGRAFÍA Arrighi, G. 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