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Universidad de los Andes Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Psicología GUÍA PARA FACILITAR LA REFLEXIÓN ÉTICA DE ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA CON OPCIÓN DE GRADO EN INVESTIGACIÓN Trabajo de grado para optar al título de PSICÓLOGA Francesca Mazzanti Bajo la dirección de Elvia Vargas–Trujillo, Ph. D. Bogotá, D.C., 2019 Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 2 TABLA DE CONTENIDOS 1. Resumen .................................................................................................................... 4 2. Introducción .............................................................................................................. 5 3. Antecedentes ............................................................................................................. 6 Reflexión ética de estudiantes de pregrado de Psicología de la Universidad de los Andes frente a sus proyectos de grado ....................................................................... 6 Estudios de las actitudes hacia la ética de estudiantes de Psicología ......................... 9 4. Planteamiento del problema ..................................................................................... 11 5. Pregunta de investigación ........................................................................................ 12 6. Objetivo ................................................................................................................... 12 7. Marco de referencia teórico ..................................................................................... 12 Concepto de ética y moral ....................................................................................... 12 Aproximaciones teóricas al comportamiento ético ................................................... 12 Modelos explicativos del proceso de toma de decisiones y juicios morales ............... 14 Identidad moral ....................................................................................................... 17 Desarrollo de la identidad moral ............................................................................. 17 Integración de la moralidad y el self ........................................................................ 20 Códigos éticos ......................................................................................................... 21 Principios generales ................................................................................................ 22 a. Respeto ................................................................................................................ 22 b. Beneficencia ........................................................................................................ 24 c. Justicia ................................................................................................................ 29 d. Fidelidad y responsabilidad ................................................................................. 30 e. Integridad ............................................................................................................ 31 f. Totalidad ............................................................................................................. 32 g. Doble efecto......................................................................................................... 32 h. Conflicto de deberes o de valores ........................................................................ 32 i. Solidaridad .......................................................................................................... 33 8. Metodología ............................................................................................................ 33 Diseño ..................................................................................................................... 33 Participantes ........................................................................................................... 33 Instrumento ............................................................................................................. 34 Análisis de datos ...................................................................................................... 34 9. Consideraciones éticas ............................................................................................. 34 Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 3 10. Resultados ............................................................................................................... 36 11. Discusión ................................................................................................................. 37 Referencias ......................................................................................................................... 41 Anexos ................................................................................................................................ 46 Anexo 1. Consentimiento informado para miembros del Comité de Ética del Departamento de Psicología .................................................................................... 46 Anexo 2. Consentimiento informado para estudiantes de psicología con opción de grado en investigación ............................................................................................ 48 Anexo 3. Guía para facilitar la reflexión ética de estudiantes de psicología con opción de grado en investigación ............................................................................ 50 Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 4 1. Resumen Este estudio buscó examinar si a través de una intervención que facilite la reflexión ética de los estudiantes frente a los riesgos que implican sus proyectos de trabajo de grado y las acciones que deben llevar a cabo para evitarlos, contrarrestarlos o mitigarlos se logra incrementar el porcentaje de informes de opción de grado en investigación que reciben Aval directo por parte del Comité de Ética del Departamento de Psicología. Para el cumplimiento de este objetivo, los estudiantes inscritos en Trabajo de Grado I en el segundo semestre de 2019 realizaron la Guía para facilitar la reflexión ética de estudiantes de psicología con opción de grado en investigación. Cabe señalar que esta guía es un recurso complementario a la ya existente Guía para el Proceso de Aplicación del Comité de Ética de la Facultad de Ciencias Sociales que busca orientar el proceso para solicitar el aval del Comité de Ética para el desarrollo de sus respectivos proyectos de trabajo de grado. La guía que se utilizó en el marco de este estudio consiste en una lista de chequeo para ser diligenciada por los estudiantes a través de la plataforma Qualtrics. De esta manera se buscó responder la pregunta de investigación: ¿es posible reducir los errores en los informes éticos de los estudiantes de pregrado a través de una intervención que facilite la reflexión ética? Para responder a la pregunta de investigación se usó una metodología cuantitativa, que permite conocer y medir la relación entre una variable independiente (intervención – Guía para la reflexión ética) y una variable dependiente o de resultado (Aval directo por parte del Comité de Ética) (Hopkins, 2000). Para tal fin, se compararon los datos sobre el concepto del Comité de Ética frente a los informes presentados por los estudiantes en los periodos 2019-1 y 2019-2. Por ende, se utilizó un diseño cuasiexperimental antes –después, sin grupo control. De este modo, en el marco del presente estudio, la muestra estuvo constituidapor catorce conceptos del Comité de Ética del Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes frente a los informes presentados por estudiantes inscritos en Trabajo de Grado I en el periodo 2019-1 y por los once conceptos del Comité presentados por los estudiantes inscritos en el periodo 2019-2. El análisis de datos se realizó utilizando el programa JASP, el cual está diseñado para realizar análisis estadísticos utilizando una interfaz sencilla. Los resultados se describieron de acuerdo con el objetivo y la pregunta de investigación. De acuerdo con el mencionado objetivo y la naturaleza de los datos, el análisis se realizó usando una prueba estadística inferencial no paramétrica, Chi cuadrado (𝜒2). Esta técnica estadística se utiliza cuando los datos corresponden a variables nominales (valores que son categorías) (Aron, Coups y Aron, 2013). Para tal fin se construyeron tablas de contingencia, las cuales muestran la frecuencia en cada combinación de categorías de las dos variables nominales (Aron et al., 2013). Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 5 2. Introducción La ética en la práctica de la Psicología es pertinente para velar por el bienestar de aquellas personas que son parte o pueden verse afectadas por una intervención o por un procedimiento en una investigación llevada a cabo por una persona que ejerce dicha práctica. Es por lo anterior que la persona que estudia Psicología debe conocer el contexto moral, ético y legal de su práctica profesional. Así, encontrando las herramientas y recursos para actuar, en lo posible, de manera correcta de acuerdo con las diferentes circunstancias particulares que se pueden presentar. Siguiendo este orden de ideas, el ejercicio profesional de la Psicología se caracteriza por una toma de decisiones constante en relación con el pronóstico, el diagnóstico, el plan de tratamiento, entre otros. Por consiguiente, dichas decisiones deben ser en relación con la ética y la moral. Es por lo mencionado que para resolver las disyuntivas que se pueden generar en estas circunstancias “los Colegios Oficiales de Psicólogos han establecido normas deontológicas de comportamiento profesional, como por ejemplo las responsabilidades derivadas del rol” (Páramo, Torecilla, García y Straniero, 2018, p. 66). Estas normas deben ser conocidas y comprendidas por las personas durante el transcurso de su carrera profesional para que cuenten con los recursos necesarios para realizar una reflexión ética adecuada y, así, responder de forma asertiva a las diferentes demandas que se puedan presentar. En otras palabras, los códigos éticos y deontológicos son “un intento de aclarar y garantizar el compromiso de la profesión hacia la sociedad y favorecer la confianza mutua entre los psicólogos y las personas o instituciones a las cuales se presta el servicio” (Páramo et al., 2018, p. 66). La Psicología, entendida como el estudio de la mente y el comportamiento, tiene diferentes campos de implementación entre los cuales se incluye la investigación (Lindsay, 2009). Sin embargo, el contexto de cada investigación es diferente y presenta circunstancias particulares que deben ser consideradas para minimizar el daño y maximizar el beneficio. Estas circunstancias, asimismo, plantean cuestiones éticas diferentes que el estudiante que lleva a cabo su trabajo de grado debe estar preparado para responder de forma adecuada. Es por lo anterior que el presente estudio buscó, a través de la implementación de la Guía para facilitar la reflexión ética de estudiantes de psicología con opción de grado en investigación, posibilitar una reflexión ética que responda de forma adecuada a las dificultades evidenciadas en los informes presentados por los estudiantes inscritos en Trabajo de Grado I en el periodo 2019-1. Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 6 3. Antecedentes Reflexión ética de estudiantes de pregrado de Psicología de la Universidad de los Andes frente a sus proyectos de grado La práctica de la Psicología se basa en dos fundamentos principales. Por un lado, en una serie de habilidades y conocimientos que se adquieren por medio de la práctica y la investigación y, por el otro, en la ética en el desarrollo de éstas últimas. En cuanto a la investigación, su contexto puede variar y las implicaciones éticas pueden diferir dependiendo del método que se utilice para responder a una pregunta de investigación. Es así como se puede realizar desde procedimientos quirúrgicos invasivos hasta técnicas experimentales interpersonales, tales como cuestionarios (Lindsay, 2009). Es por lo anterior que los estudiantes y los profesionales en Psicología deben desarrollar la competencia para la reflexión ética que les permite proteger el bienestar y los derechos de aquellas personas y animales con las cuales trabajan o hacen parte de una investigación. De este modo, el Departamento de Psicología en su proceso de formación de profesionales, a través del Comité de Ética del Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes, evalúa la calidad y la rigurosidad de los proyectos de investigación desde un enfoque ético. Además, se verifica el desarrollo y el planteamiento de dichos proyectos para que prevalezca la dignidad, el respeto y la protección de los derechos y el bienestar de las personas participantes y otros seres involucrados. Para lograr lo mencionado, el formato que se entrega ante el Comité de Ética consiste en un resumen de máximo dos páginas del proyecto de grado. En éste se debe incluir la descripción general del proyecto, la justificación y la metodología del estudio. Del mismo modo, se debe incluir una sección de Consideraciones Éticas en las que se incluye un análisis de los beneficios potenciales del estudio, un análisis de los riesgos para los participantes y la persona que va a realizar la investigación, y la identificación y descripción de las medidas concretas para evitar, contrarrestar o mitigar los riesgos. De acuerdo con la revisión del Comité de Ética del Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes, de los catorce (14) informes con consideraciones éticas entregados al Comité en el semestre 2019-1, sólo a un informe le fue otorgado Aval directo (7.1%); a nueve (9) informes les fue otorgado Aval sujeto a Cambios (64.3%) y a cuatro (4) no les fue otorgado el aval (28.6%). Lo mencionado se puede evidenciar en la Figura 1. Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 7 Figura 1. Primer Aval otorgado por el Comité de Ética del Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes a los trabajos de grado del periodo 2019-1. En general, los estudiantes que recibieron el Aval sujeto a cambios tenían que corregir, en sus informes, el nivel de riesgo de acuerdo con la Resolución nº 8430 de 1993 del Ministerio de Salud, por la cual se establecen las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud. Lo anterior teniendo en cuenta que el nivel de riesgo identificado no corresponde con las características del estudio. Además, debían realizar correcciones a los riesgos identificados y a la forma en la cual debían ser mitigados. Por otra parte, se identificaron confusiones en cuanto a los principios éticos propuestos por la Asociación Americana de Psicología (APA). En especial, en relación al anonimato y la confidencialidad. Por otra parte, a los estudiantes que no obtuvieron el Aval por parte del Comité se les indicó que se debía corregir los riesgos que se identificaron en la investigación. Lo anterior ya que al no identificarlos correctamente y la forma en la cual se pueden mitigar, demostraban un mayor riesgoy un posible malestar que un beneficio para la población. Adicionalmente, se identificó que algunos no recibieron el Aval, puesto que la investigación involucraba menores de edad y en las Consideraciones Éticas no contemplaban aspectos específicos que se deben tener en cuenta al momento de trabajar con esta población particularmente vulnerable. Por último, la mayoría de los estudiantes debían corregir errores de redacción y ortografía y especificar elementos pertinentes en el Consentimiento Informado, tales como el espacio para incluir la firma de las personas que realizarán la investigación y la fecha de 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Aval directo Aval sujeto a cambios No Aval Aval otorgado Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 8 presentación del Consentimiento Informado; diferenciar la confidencialidad del anonimato; incluir la manera en la se entregarán los resultados de la investigación; especificar el procedimiento y los instrumentos que se utilizarán en el estudio. Tabla 1. Resumen de los comentarios y correcciones de los informes presentados por parte de los estudiantes de Psicología que estaban realizando el Trabajo de Grado I ante el Comité de Ética del Departamento de Psicología la Universidad de los Andes en el periodo 2019-1. Nivel de riesgo De acuerdo con la revisión de los informes presentados ante el Comité de Ética del Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes, la Resolución nº 8430 de 1993 del Ministerio de Salud no es una guía suficiente para proteger a los individuos de riesgos que pueden surgir durante una investigación psicológica. Por ende, los estudiantes en general consideraban que su investigación tenía un riesgo menor al que realmente se presentaba. Es así como se afirma que la descripción del nivel de riesgo que se define en esta Resolución puede ser insuficiente para la práctica psicológica. Lo anterior en tanto se centra, principalmente, en salud física y no psicológica. Riesgos A partir de la revisión de los informes presentados ante el Comité de Ética, en general se evidenció una falta de reconocimiento de los riesgos que se pueden presentar en el momento de realizar una investigación. La mayoría de los comentarios del Comité estaban dirigidos a aquellos estudios que contemplaban una población vulnerable. Dichos comentarios, además, sugerían especificar las medidas correspondientes para cumplir los principios de confidencialidad y anonimato. Diferenciar estos conceptos es pertinente en cuanto se debe hacer un manejo responsable de la información adquirida a lo largo del estudio y, así, mitigar los riesgos que se pueden exponer las personas participantes al conocer su identidad. Consentimiento Informado Según la revisión de los informes presentados ante el Comité de Ética, se identificó que, a grandes rasgos, los estudiantes de Psicología de la Universidad de los Andes debían corregir aspectos relacionados con la redacción. Lo anterior, en cuanto se utilizaba en ocasiones un lenguaje Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 9 técnico que podía confundir a las personas participantes de la investigación. Adicionalmente, se debía corregir elementos relacionados con la forma como, por ejemplo, incluir un espacio para que la persona que realiza la investigación y el participante firmen. Adicionalmente, se sugería especificar el procedimiento que se iba a llevar a cabo. Estudios de las actitudes hacia la ética de estudiantes de Psicología En cuanto a la reflexión ética de estudiantes de pregrado y posgrado en diferentes universidades, la revisión de literatura permitió identificar un estudio en el que se utilizó la Escala sobre Actitudes hacia la Ética Profesional de Hirsch Alder (2005) adaptada por Ormart, Esteva y Navés (2012) para valorar cuáles son las competencias de mayor importancia en el ejercicio profesional de la Psicología. En esta escala se incluyen cincuenta y cinco proposiciones en relación con cuatro dimensiones (ética, social, afectivo-emocional y cognitivo-técnica). La competencia ética hace referencia a la honestidad, la responsabilidad, la ética personal y profesional, el respeto y “actuar con la idea de prestar un servicio a la sociedad […] y actuar con sujeción a principios morales y valores profesionales” (Páramo et al., 2018, p. 68). La social, por otra parte, hace alusión a las relaciones, al compañerismo, la comunicación y al trabajo en equipo. Así, la competencia afectivo-emocional hace referencia a la capacidad emocional del estudiante y a la identificación con la profesión. Por último, la competencia cognitivo-técnica incluye habilidades técnicas y conocimiento; preparación, formación y competencia profesional e innovación y superación (Omart et al., 2012). Es así como en la Universidad del Acongua (Argentina), Páramo et al. (2018) encontraron que los estudiantes de Psicología de pregrado y posgrado valoraron en primer lugar la competencia ética. Es decir que los alumnos valoran la honestidad, la responsabilidad, la ética personal y profesional, el respeto y “actuar con la idea de prestar un servicio a la sociedad […] y actuar con sujeción a principios morales y valores profesionales” (p. 68) como la competencia más importante del profesional en Psicología. Asimismo, el hecho de que los estudiantes realizaran esta valoración significa que éstos reconocen la importancia de la labor de la persona que ejerce Psicología y la búsqueda de beneficio y bienestar de la comunidad con la cual trabajan. Del mismo modo, dichas personas reconocen la pertinencia de promover el bienestar en los diferentes sistemas humanos al minimizar los Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 10 perjuicios potenciales que se pueden presentar y maximizar los beneficios (Páramo et al., 2018). Al igual que Páramo et al (2018), Salazar y Prado-Calderón (2012) en su estudio evidenciaron que tanto los estudiantes de pregrado (cuarto y quinto grado) y posgrado como los docentes y graduados de Psicología de la Universidad de Costa Rica, valoraron la competencia ética en primer lugar. Esta competencia incluye el respeto a la diversidad y el compromiso ético. Del mismo modo, las personas participantes del estudio destacaron la capacidad para aplicar la teoría en acciones particulares y “las habilidades para comprender e intervenir al tomar en cuenta el contexto de las personas y su realidad bio-psico-social” (Salazar y Prado-Calderón, 2012, p. 58). A diferencia de los estudios presentados, la investigación de Omart, Esteva y Navés (2012) en la Universidad de Buenos Aires evidenció que los estudiantes valoraron en primer lugar la competencia cognitiva-técnica y, después, la competencia ética. Aunque esta última no se encuentra en primer lugar, las personas estudiantes reconocen su importancia y valoran esta competencia como fundamental para el quehacer de la Psicología. Por el contrario, la investigación llevada a cabo por Hirsch (2010) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mostró que la competencia de ética fue menos valorada en comparación con las demás competencias. Es decir que la ética personal y profesional, la honestidad, actuar para prestar un mejor servicio para la comunidad y la sociedad y actuar con sujeción a unos valores y principios, no se considera que tiene la misma importancia para el quehacer de la Psicología como otras competencias (Hirsch, 2010). De la misma manera, la investigación cualitativa de Salazar y Rodríguez (2016) en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) evidenció la dificultad de los alumnos para definir de temas relacionados con la ética. Esto último en cuantoen la UAS no se encuentran “indicaciones didácticas o de intervención pedagógica donde se fundamente curricularmente una perspectiva transversal de los aprendizajes explícitos de valores, valores éticos o deontológicos en la formación del psicólogo” (Salazar y Rodríguez, 2016, p. 14). Por otra parte, González, Gómez, Espinosa, Cárdenas, Garzón, Montoya, Núñez, Solano y Tarquino (2007) llevaron a cabo una evaluación de competencias éticas de las personas que estudian Psicología de cinco Facultades en Bogotá, Colombia. Para tal fin se creó un instrumento que evaluaba cinco competencias: sentido moral, recto obrar, respeto por la dignidad humana, responsabilidad moral y discernimiento ético. Las personas que realizaron el estudio evidenciaron que el 80% de los estudiantes tienden a estar en un nivel Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 11 aceptable de las competencias éticas, mientras que el 20% restante son estudiantes de último año de Psicología que se encuentran en un nivel satisfactorio. 4. Planteamiento del problema De acuerdo con los antecedentes expuestos, el comportamiento ético del profesional de la Psicología en el ámbito de la investigación se evidencia en su capacidad para “actuar con la idea de prestar un servicio a la sociedad […] y actuar con sujeción a principios morales y valores profesionales” (Páramo et al., 2018, p. 68). Asimismo, se caracteriza por ser una persona honesta, responsable, respetuosa y que reconoce y valora la ética personal y profesional (Páramo et al., 2018) De acuerdo con lo expuesto, las competencias éticas son pertinentes para llevar a cabo una valoración apropiada de los riesgos que se pueden presentar en una investigación particular y en diferentes ámbitos del quehacer de la Psicología. Del mismo modo, se reconoce en los estudios previos la importancia de la formación de las diferentes Universidades con respecto a la ética. Esto último influye directamente en los resultados de la valoración de las competencias éticas y su nivel moral y ético (Salazar y Rodríguez, 2016). Concretamente, en los estudiantes de Psicología de la Universidad de los Andes se observan dificultades para llevar a cabo esta reflexión, particularmente concerniente a la identificación correcta del nivel de riesgo de acuerdo con la Resolución nº 8430 de 1993 del Ministerio de Salud. Lo anterior en parte, ya que dicha resolución no define aquellos riesgos que pueden surgir durante una investigación psicológica. Lo mencionado en tanto se centra, principalmente, en salud física y no psicológica. Asimismo, en el momento de describir los riesgos y la forma en la cual se deben evitar, contrarrestar o mitigar, los estudiantes evidencian una dificultad para identificar dichos riesgos, en especial cuando se pretende realizar un estudio en el que participa población en condición de vulnerabilidad. Por último, en cuanto al Consentimiento Informado, se identificaron problemas de forma, es decir, qué debe incluir y la forma en la cual debe estar escrito. Adicionalmente, se evidenció una confusión entre los criterios de confidencialidad y anonimato. Cabe señalar que el contexto de la investigación puede variar y las implicaciones éticas pueden diferir dependiendo del método que se utilice para responder a una pregunta de investigación. Es así como se puede realizar desde procedimientos quirúrgicos invasivos hasta técnicas experimentales interpersonales, tales como cuestionarios (Lindsay, 2009). Es por lo anterior que los estudiantes y los profesionales en Psicología deben desarrollar una Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 12 competencia de reflexión ética que les permita proteger el bienestar y los derechos de aquellas personas o animales con las cuales trabajan o hacen parte de una investigación. 5. Pregunta de investigación Por lo anterior, se propone este estudio con el fin de responder la siguiente pregunta: ¿Es posible reducir los errores en los informes éticos de los estudiantes de pregrado a través de una intervención que facilite la reflexión ética? 6. Objetivo Examinar si a través de una intervención que facilite la reflexión ética de los estudiantes frente a los riesgos que implican sus proyectos de trabajo de grado y las acciones que deben llevar a cabo para evitarlos, contrarrestarlos o mitigarlos se logra incrementar el porcentaje de informes de opción de grado en investigación que reciben Aval directo por parte del Comité de Ética del Departamento de Psicología. 7. Marco de referencia teórico Concepto de ética y moral La reflexión en cuanto a los dilemas entre el bien y el mal tiene relación con los términos de “moral” (del romano moris) y de “ética” (del griego éthos). Aunque su etimología es distinta, son dos términos que se complementan (Sampson, 1998). Cabe señalar que, en ocasiones y en especial en la Psicología, estos tienden a ser intercambiables. Si bien estos términos “son usados prácticamente como sinónimos perfectos” (Sampson, 1998, p. 81), la ética concierne a la obligación y a los fundamentos de actuar de forma correcta, la moral, por otra parte, concierne a la acción humana, en cuanto aplica en la práctica lo que se considera como ético (Sampson, 1998). Es decir, la ética es la reflexión teórica sobre los criterios, principios o normas que dirigen el comportamiento (la moral). Es por lo anterior que el autor afirma que la ética desempeña un papel en la reflexión y la moral en la evaluación de “las acciones humanas concretas, en el aquí y ahora” (Sampson, 1998, p. 82). Aproximaciones teóricas al comportamiento ético Desde la Psicología, se han propuesto diversas teorías para describir y explicar el comportamiento moral. Este estudio comenzó con las teorías psicoanalíticas y del desarrollo que estudian, principalmente, la adquisición de conceptos morales y el razonamiento. Posteriormente, alrededor de la década de 1990, se desarrollaron otras teorías con la Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 13 introducción de nuevas líneas de investigación evolutiva, neurológica, social, entre otras, en las que los fenómenos se centran en las emociones morales y las intuiciones. A partir de lo mencionado, se presenta a continuación la gráfica planteada por Haidt (2008) para resumir la historia del estudio psicológico de la moral que posibilitó el desarrollo de nuevas teorías en cuanto lo moral y ético. Figura 2. Resumen de la historia de la Psicología moral (Haidt, 2008, p. 68). De acuerdo con lo anterior, el estudio psicológico de la moral tiene como base los planteamientos de Freud (Haidt, 2008). En estos se incluyen: el modelo topográfico de la mente (consciente, preconsciente e inconsciente) y el modelo estructural posterior de la mente (yo, ello, superyó) (Freud, Riviere y Strachey 1989). De esta manera se intenta explicar cómo las personas tienen conocimiento de lo que es correcto e igualmente piensan o actúan de forma tal que obran de manera incorrecta y pueden llegar a sentir vergüenza. Kohlberg (1969), por su parte, realiza una crítica al trabajo de Freud, puesto que este último no logra demostrar empíricamente la relación de los ambientes familiares de los niños con su personalidad, incluyendo la moralidad. Cabe resaltar que ambos autores concuerdan que los niños pasan por una secuencia de etapas (Haidt, 2008). No obstante, Kohlberg (1969) hace referencia a las etapas de Piaget (1972) del desarrollo cognitivo, las cuales permiten nuevas formas de representar y transformar el conocimiento social. Es por lo anterior que en los años sesenta y setentas, el enfoque cognitivo reemplaza los enfoques conductuales y psicoanalíticos con unnuevo énfasis en el procesamiento de la información (Haidt, 2008). Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 14 Posteriormente, los enfoques de la teoría del aprendizaje de la psicología moral fueron sustituidos por la teoría del desarrollo cognitivo en la década de los setentas. De este modo, Bandura (1991) propone la teoría sociocognitiva, en la cual las personas son consideradas como sistemas complejos que reflexionan, sienten, creen y ejercen autocontrol. Este autor, al enfocarse en la acción, estudió diversas situaciones de desmoralización, tales como el genocidio y las ejecuciones legales (Bandura, 1999). De acuerdo con Haidt (2008), la historia de la Psicología en relación con la ética conduce a un nuevo estudio, el cual se centra en las estructuras del cerebro que permiten la experimentación de emociones morales, la intuición y el juicio moral (Haidt, 2008). Es por lo mencionado que el estudio sobre la moral se debe centrar, no sólo en el razonamiento moral, sino en otros factores que predicen y justifican la acción moral (Blasi, 1980). En este sentido, también se debe tener en consideración que la moral está guiada por objetivos perdurables y extensos que permiten que la conducta tenga un fin y se pueda llevar a cabo una reflexión de ésta. Así, “no puede haber cosa tal como moralidad reflexiva cuando no hay interés por los fines a que se encamina la acción” (Dewey, 1960, p. 51). Modelos explicativos del proceso de toma de decisiones y juicios morales De acuerdo con Haidt (2007) en el proceso de toma de decisiones morales y de evocación de juicios, las emociones y la intuición cumplen un papel fundamental. Cabe señalar que un juicio moral “consiste en ofrecer una apreciación de aprobación o censura de una acción” y una decisión moral, a grandes rasgos, “implica optar por una opción de respuesta que incide en el bienestar de otras personas, en un contexto moral específico” (Echeverri, 2016, p. 451). De este modo, el modelo de Haidt (2007) sostiene que, en el momento en el cual enfrentamos una situación que implica una decisión moral, inicialmente experimentamos una intuición o emoción moral (proceso automático). Posteriormente, se hace uso de la razón para justificar dicha decisión (proceso deliberado) y, finalmente, se busca persuadir a otras personas para que asuman una decisión o juicio similar. En este sentido, la intuición cumple un papel principal y la razón se considera como un instrumento secundario para persuadir y justificar la acción. Adicionalmente, Haidt (2001) afirma que la intuición que motiva la acción se experimenta por una sensación indescriptible (un pensamiento que no se puede verbalizar o explicar) o una emoción moral (reciprocidad, compasión, amor, odio, deseo de venganza o empatía). Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 15 En este orden de ideas, Haidt, Graham y Joseph (2009) proponen seis sistemas psicológicos que consideran como la base la intuición. Es pertinente aclarar que cada cultura construye sus narrativas, virtudes e instituciones sobre estos pilares y, así, se crea la moralidad. Estos sistemas son: Daño/Cuidado, Equidad/Reciprocidad, Endogrupo/Lealtad, Autoridad/Respeto y Pureza/Santidad. El primero tiene relación con las neuronas espejo y se fundamenta en la preocupación por el sufrimiento de los demás. Asimismo, se experimenta en este sistema la compasión y el cuidado. Cabe resaltar que esta compasión se experimenta con mayor facilidad por aquellas personas con las que se tiene una relación cercana (Batson y Shaw, 1991). En segundo lugar, el sistema de Equidad/Reciprocidad consiste en la preocupación de evitar el engaño y por tener un trato justo. Del mismo modo, está relacionado con las nociones de derecho y justicia. La Autoridad/Respeto, por otro lado, está vinculado con las obligaciones en las relaciones jerárquicas y el orden social como, por ejemplo, el respeto, la obediencia, entre otros. Siguiendo este orden de ideas, el Endogrupo/Lealtad hace referencia al grupo social en el cual la persona se desenvuelve y tiene la mayor parte de los intercambios sociales. Así, las principales virtudes que se experimentan en el endogrupo son: la cooperación, el heroísmo, la lealtad, el sacrificio, el patriotismo y la confianza (Haidt et al., 2009). Por último, el sistema de Pureza/Santidad consiste en la preocupación en relación con el contagio físico y espiritual. Es por esto que se relaciona con la salubridad, la castidad y el control del deseo (Echeverri, 2016). No obstante, Narváez (2008) considera que el modelo de Haidt es pertinente para dar una explicación sobre el juicio moral, pero no para justificar la decisión moral. Para este autor, el juicio moral es un juicio estético sobre una circunstancia o situación y, por ende, se considera como una reacción inicial. La decisión moral, por otra parte, es parcialmente estética. En otras palabras, esta decisión implica una valoración intuitiva y una reflexión evaluativa, es decir, deliberada y consciente, de las consecuencias posibles en el bienestar de los demás (Echeverri, 2016). De este modo, la intuición es la base para hacer un juicio moral; sin embargo, la decisión moral, parte de una intuición, pero se debe deliberar. Para resolver esta disyuntiva, Gigerenzer (2008) se opone al modelo clásico de racionalidad y afirma que la racionalidad es limitada y, por lo tanto, la persona utiliza atajos mentales para tomar decisiones. A diferencia del modelo de racionalidad de Kahneman (2012) que sostiene que al hacer uso de la razón se evalúa con detenimiento todas las opciones y se escoge la que conlleva un mayor beneficio, Gigerenzer (2008) propone la cognición heurística. Esta última es una cognición basada en atajos como respuesta a la alta Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 16 demanda de tiempo, energía y esfuerzo para evaluar todas las opciones. En este modelo, la intuición hace parte de esos “atajos” para escoger la opción más llamativa sin tener que hacer una evaluación detallada de las alternativas. Para Gigerenzer (2008) los heurísticos son utilizados en tanto podemos considerar a las personas como “parcialmente ignorantes, con el tiempo limitado y el futuro incierto” (p. 10). Cabe especificar que una intuición es una evaluación que aparece en la consciencia de forma rápida, es suficientemente fuerte para tomar una decisión en base a ésta y no somos conscientes de las razones por la cuales tenemos esa intuición. Asimismo, está compuesta por reglas generales, heurísticos, que hacen uso de la información pertinente para la toma de decisiones y, como consecuencia, se ignora fuentes de información u otros datos (Gigerenzer, 2008). En cuanto a los juicios y decisiones morales, Gigerenzer (2008) afirma que esta elección está basada en lo que es razonablemente bueno y satisfactorio. Así, el autor propone tres principios que explican las intuiciones morales. El primero, no ser consciente, hace referencia a las intuiciones que se experimentan como presentimiento, ocurrencia o sentimiento moral. Por otro lado, las raíces y reglas implican tres fuentes morales (la ética comunitaria, familiar e individual). La ética comunitaria está relacionada con el respeto a la autoridad y la lealtad al grupo; la ética familiar hace énfasis en la responsabilidad con la familia por toda la vida y, por último, la ética individual prima las libertades y derechos individuales. Siguiendo este orden de ideas, Hauser (2006) analiza si el juicio de las acciones morales es aprendido o innato. En este sentido, el autor afirma que las personas desarrollan un instinto moral universal que las motiva a llevar acabo juicios sobre el mal y el bien, lo incorrecto y lo correcto. Cabe señalar que la cultura y la educación pueden llegar a moldear las acciones morales y orientarlas hacia un fin diferente al que sería la tendencia original (Hauser, 2006). Asimismo, Hauser (2006) afirma que las personas nacen con principios o reglas abstractas que establecen parámetros y una guía para adquirir un sistema moral en particular. Es por lo anterior que el autor afirma que la facultad moral es un mecanismo innato e inconsciente y con el cual realizamos juicios de situaciones susceptibles de ser catalogadas como morales. Adicionalmente, desde edades muy tempranas, los bebés son capaces de distinguir entre situaciones en las que una persona hace algo malo intencionalmente y aquellas en las que la persona no es consciente de que es perjudicial para otra. Pueden, asimismo, comprender la actitud de terceros imparciales que valoran estas acciones (Hauser, 2006). Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 17 Identidad moral La identidad moral hace referencia al grado en el cual ser una persona moral es importante para la identidad de un individuo (Hardy y Carlo, 2011). De acuerdo con el modelo de Blasi (2004), antes de conducir a la acción o decisión moral, se realiza un juicio moral que puede ser incitado, también, por un juicio de responsabilidad. Lo anterior puesto que una acción no sólo se ve como moral, sino también como algo que la persona es responsable de llevar a cabo. Cabe resaltar que los criterios para realizar los mencionados juicios se derivan de diferencias individuales en tanto ser moral es esencial o central para el sentido de la persona, es decir, la identidad moral (Hardy y Carlo, 2011). Es por lo mencionado que cuando la identidad de una persona se centra en la moralidad, el deseo de vivir de una manera consistente con el sentido de uno mismo puede servir como motivación moral indispensable. Blasi (2004), en suma, postula que los juicios morales pueden predecir el comportamiento moral cuando se analiza los de juicios de responsabilidad basados en la propia identidad y la tendencia hacia la autoconciencia. Por otra parte, el modelo de Colby y Damon (1992) hace énfasis en la identidad moral como la unidad de los sistemas morales y de la identidad. Señalan, además, que las personas que son altamente morales experimentan una unión entre los objetivos personales y su sentido de moralidad. En otras palabras, lo que se considera como un ejemplar moral, es lo que se piensa como moralmente correcto y concuerda con su identidad. Siguiendo este orden de ideas, el modelo de reconciliación propuesto por Frimer y Walker (2009), afirma que la identidad moral implica motivos relevantes para el interés propio y los de la comunidad. Es decir que la moralidad está orientada, tanto hacia los demás como a uno mismo. Esta integración de objetivos personales y morales no interfiere entre sí, en cuanto hacen parte de la identidad personal y sirven como fuente de motivación para la acción o decisión moral y el compromiso (Frimer y Walker, 2009). Desarrollo de la identidad moral De acuerdo con Monin y Jordan (2009), los esquemas son pertinentes para poder construir la identidad moral. Los esquemas hacen referencia a estructuras cognitivas de conocimiento sobre un concepto o tipo de estímulo, incluyendo sus atributos y las relaciones entre éstos. En otras palabras, los esquemas son teorías subjetivas y cotidianas de cómo funciona el mundo. Son, además, estructuras que representan aspectos de la identidad, tales como nuestras relaciones y experiencias (Fiske, 2000). Es pertinente resaltar que, de acuerdo con las teorías Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 18 del desarrollo, los esquemas son estructuras indispensables que reflejan el cambio en el entendimiento (Narvaez y Lapsley, 2009). En este orden de ideas, los esquemas se desarrollan primero por una experiencia sensoriomotora, lo cual forma un conocimiento que subyace en el pensamiento y el lenguaje (Lakoff y Johnson, 1999). Asimismo, el individuo interpreta la experiencia de acuerdo con los esquemas existentes (asimilación) y los modifica en clase y número en respuesta a la nueva información (acomodación) en un proceso continuo de crecimiento, cambio y equilibrio (Piaget, 1972). Los esquemas morales pueden ser transformados por la experiencia, lo cual genera nuevos juicios morales. El desarrollo de estos juicios involucra la transformación de la comprensión de la obligación de una persona hacia otros. Lo anterior se logra al reorganizar los esquemas morales relacionados con la cooperación (Rest, Narvaez, Thoma, Bebeau, 2000). De este modo, al tener una mayor experiencia social (especialmente experiencias que aumentan la toma de perspectiva), el sentido de obligación moral de un individuo se expande, pasando de la preocupación por uno mismo, a la preocupación por otras personas conocidas, a la preocupación por el bienestar de extraños (Narvaez y Lapsley, 2009). Así, el desarrollo del juicio moral se estimula a partir de experiencias particulares, como las discusiones de dilemas morales (Rest y Narvaez, 1994). Teniendo en cuenta lo mencionado, la identidad moral se desarrolla, en cuanto la persona tiene esquemas morales que le permiten procesar información moral (Lapsley y Lasky, 2001). Asimismo, los ideales morales y las características que son pertinentes para el sentido de la identidad de una persona se construyen a partir de una red de esquemas morales que son accesibles para esta (Lapsley y Narváez, 2009). Es pertinente resaltar que hay diferencias individuales cuando se percibe la importancia de los esquemas morales para el sentido de identidad, así como la variabilidad para acceder a estos y procesar la información social para llevar a cabo una acción moral (Hardy y Carlo, 2011). Adicionalmente, según Blasi (2004), la identidad moral se desarrolla a través del tiempo. Esta identidad, también, se considera deliberativa (Blasi, 2004). Sin embargo, no es claro si los procesos deliberativos, como vivir de manera consistente con la identidad, son los mecanismos primarios de la identidad moral. Es por esto que parte de la motivación de los enfoques cognitivos sociales actuales de la identidad moral, es la necesidad de entender mejor el papel de los esquemas y otros procesos automáticos en dicha identidad (Lapsley y Narváez, 2009). Llegando a este punto, es pertinente resaltar cómo se desarrolla la identidad moral. Para comenzar, la identidad hace referencia a una variedad de experiencias relacionadas con el Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 19 self. Entre éstas se incluyen la autoconciencia, la continuidad en tiempo y espacio, el self en relación con otros y el self como la base de evaluación. Asimismo, la identidad está compuesta de planes, objetivos y valores pertinentes para la persona (Hart, 2005). De acuerdo con Hart (2005), la identidad y el desarrollo moral no son sistemas de desarrollo únicos. Por el contrario, la moralidad y la identidad hacen parte del mismo sistema de desarrollo (Davidson y Youniss, 1991). Asimismo, se considera que la identidad moral es el objetivo del desarrollo moral y de la identidad (Moshman, 2011). Es por esto que Moshman (2011) afirma que, durante la infancia y la adolescencia, el desarrollo en el entendimiento de lo moral y la identidad facilitan el camino para una mayor interacción de la moralidad y la identidad. La comprensión moral se vuelve más interpersonal e ideológica (Moshman, 2011). Así pues, los adolescentes son más sensibles que los niños a las expectativas, actitudes y necesidades de los demás(Carlo, 2006). Además, los adolescentes tienen más principios y se centran menos en factores externos como el castigo y la reciprocidad (Damon y Hart, 1992). En términos de identidad, la madurez implica que el self se comprenda en términos de interacciones sociales e ideologías. Adicionalmente, muchas facetas de la interacción social que pueden constituir la autocomprensión en esta etapa son moralmente relevantes (por ejemplo, ser amable), y las ideologías pueden incluir ideales morales (Damon y Hart, 1992). La integración de la moralidad y del self durante la adolescencia y la edad adulta también se ve facilitada por el creciente sentido de agencia y responsabilidad. Aunque los niños tienen una comprensión rudimentaria del bien y del mal, se sienten menos responsables de hacer lo que es correcto que los adolescentes (Nunner-Winkler, 2007). Esta desconexión de la moralidad del self puede reflejar una comprensión limitada de agencia y de responsabilidad (Hardy y Carlo, 2011). En este sentido, cuando las personas tienen menos propiedad o preeminencia sobre los propios pensamientos, emociones y comportamientos, tienen menos conciencia de las elecciones que toman. Estas elecciones pueden ser pertinentes para la construcción de su sentido de identidad (por ejemplo, principios morales). Asimismo, no se pueden distanciar de otros que son menos deseables (por ejemplo, malos hábitos) (Hardy y Carlo, 2011). De este modo, los niños, en comparación con los adolescentes, se sienten menos responsables. Es decir, no sienten una mayor responsabilidad por sus acciones e identidad y no les preocupa, al igual que a los adolescentes, la integridad o la autoconfianza. Lo mencionado es una de las razones por las que los niños están principalmente regulados externamente, impulsados por consecuencias externas, la percepción de otros y los impulsos, en vez de estar motivados por estándares morales internos (Grolnick, Deci, y Ryan, 1997). Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 20 Integración de la moralidad y el self En cuanto a los predictores de la integración de la moralidad y el self, la formación de la identidad moral se relaciona con contextos de desarrollo, ciertas características individuales y oportunidades para la acción moral (Hart, 2005). En términos de características individuales, un estudio realizado por Hart, Atkins y Ford (1999) evidenció que el logro académico era un predictor positivo de la identidad moral (según lo evaluado por la participación en el servicio comunitario), mientras que internalizar (por ejemplo, retirarse y sentirse inútil) fue un predictor negativo. En este orden de ideas, el razonamiento moral prosocial y la empatía en la adolescencia son también predictores de los índices de disposición prosocial en la adultez (Eisenberg, Guthrie, Cumberland, Murphy, Shepard, Zhou y Carlo, 2002). Además, en un estudio de líderes jóvenes que actúan moralmente en las organizaciones sociales, éstos puntuaron más alto que sus pares de comparación en cuanto amabilidad y fueron más avanzados en razonamiento moral, desarrollo de fe, apego en adultez y en la formación de identidad (Matsuba y Walker, 2004). En términos de contextos de desarrollo, la participación religiosa y la crianza efectiva de los hijos pueden ser predictores de la identidad moral. Hart y Atkins (2004) encontraron que los jóvenes que participaban en el servicio comunitario (su apoderado de identidad moral) tendían a ser más religiosos que los jóvenes que no lo eran. Longitudinalmente, varios factores relacionados con la paternidad efectiva, incluyendo la participación parental (Hart et al., 1999), la exigencia de los padres (Pratt, Hunsberger, Pancer, y Alisat, 2003), y el apoyo familiar general (Hart, Atkins, y Ford, 1998), se ha encontrado que son predictores de la identidad moral. Además, el uso de la disciplina inductiva por parte de los padres, la cual ayuda a los niños a reflexionar sobre las consecuencias de sus actos para sí mismos y para otros, parece estar relacionado con la internalización de los valores morales (Hoffman, 2000). Por otra parte, la calidez de los padres se ha correlacionado positivamente a una mayor internalización de valores morales en el self (Hardy, Padilla-Walker y Carlo, 2008). Cabe señalar que la integración de la moralidad y la identidad también pueden ser fomentados, al proporcionar oportunidades para actuar sobre la base de principios morales, tales como el servicio comunitario y acciones prosociales. Así, la promulgación de principios morales es una forma en que los individuos aprenden a valorar esos principios y se ven a sí mismos capaces de marcar una diferencia en el mundo (Hart, 2005). Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 21 Como se mencionó, los esquemas son una parte crítica de la identidad moral, es por lo anterior que la formación de la identidad moral también debe implicar la construcción de ricas redes de esquemas morales (Lapsley y Narvaez, 2004). Estos últimos incluyen prototipos, como la imagen mental que uno tiene de lo que significa ser una persona moral, y guiones de acción o representaciones de eventos para comportamientos moralmente relevantes y específicos. En comparación con los adolescentes, los niños probablemente tienen menos esquemas morales, y los que tienen pueden ser menos elaborados y menos accesibles para el procesamiento de la información. Así pues, los niños son menos capaces de responder rápida y adecuadamente a las situaciones morales. En otras palabras, si la madurez moral es vista como una forma de experiencia (Narvaez y Lapsley, 2005), la mayoría de los niños son principiantes. Así que, en cualquier fase del desarrollo, la imagen mental de una persona de lo que significa ser una persona moral parece depender de la madurez cognitiva (por ejemplo, el lenguaje y el pensamiento abstracto) y el aprendizaje social (Hardy y Carlo, 2011). Llegando a este punto, la relación entre la identidad y acción moral no es clara. Lo anterior puesto que hay estudios que encuentran una correlación entre estas dos variables (Aquino y Reed, 2002), así como entre la identidad moral con las emociones morales (Stetes y Carter, 2006) y con la preocupación por personas pertenecientes al exogrupo (Aquino y Reed, 2002). Sin embargo, no es claro si la identidad moral motiva a la acción moral o si la acción moral lleva a la gente a verse a sí misma en términos morales. En este sentido, los estudios presentados y la revisión bibliográfica señalan la forma en la cual una persona llega a la acción moral y cuáles son aquellos factores que llevan a que una persona realice un comportamiento moral o inmoral. A partir de lo mencionado es posible identificar los códigos éticos y principios generales a tener en consideración al diseñar la intervención dirigida a facilitar que los estudiantes realicen una reflexión ética en torno a su investigación. Códigos éticos Los códigos éticos de acuerdo con Lindsay (2009) se caracterizan por dos elementos, ya sea de forma implícita o explícita. Estos elementos son una serie de principios éticos y declaraciones que rige la práctica de Psicología, los cuales están formulados, en general, como normas de obligado cumplimiento. Es decir que los códigos éticos, “son medios para traducir las creencias acerca del comportamiento adecuado en declaraciones que especifican Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 22 cómo los profesionales pueden actuar apropiadamente” (Lindsay, 2009, p. 189). Estos últimos se derivan de posiciones morales generales. En este sentido, en la formulación e implementación de una investigación para generar una comprensiónmayor de las personas y la sociedad y así mejorar la condición humana depende de la voluntad de las personas de participar en diferentes investigaciones. Por lo anterior, es obligación ética de la persona que realiza la investigación de respetar su autonomía, minimizar los riesgos, maximizar los beneficios y tratarlos de manera justa (Citro, National Research Council, Ilgen y Marrett, 2003). Así, en los siguientes apartados se definirá los principios éticos pertinentes para la investigación en Psicología. Principios generales a. Respeto El respeto es la obligación de reconocer a las personas como agentes autónomos cuyas decisiones sobre la participación en la investigación deben ser respetadas y no anuladas por la persona que lleva a cabo el estudio. A partir de este principio, surge el requisito de que las personas investigadoras obtengan el Consentimiento Informado voluntario de las personas participantes. Cabe señalar que se debe tener en consideración las necesidades de cada persona y las implicaciones de realizar un estudio con una población vulnerable. Es así como aquellas personas con capacidades limitadas deben estar protegidas contra los riesgos que se identifican mediante el consentimiento de los apoderados autorizados. En este principio es pertinente reducir al mínimo dichos riesgos en la investigación y, si es necesario, impedir la participación en la investigación (Citro et al., 2003). De acuerdo con la Asociación Americana de Psicología (APA) (2017), el principio ético de Respeto por los derechos y la dignidad de otras personas consiste en que los psicólogos respetan la dignidad y el valor de todas las personas, así como el derecho de las personas a la intimidad, la confidencialidad y la libre determinación. Los psicólogos son conscientes de que pueden ser necesarias salvaguardias especiales para proteger los derechos y el bienestar de las personas o comunidades cuyas vulnerabilidades dificultan la adopción de decisiones autónomas. Asimismo, los psicólogos conocen y respetan las diferencias culturales, individuales y de funciones, incluidas las basadas en la edad, el género, la identidad de género, la raza, el origen étnico, la cultura, el origen nacional, la religión, la orientación sexual, la discapacidad, el idioma y la situación socioeconómica. Lo mencionado se debe tener en cuenta al trabajar con miembros de diferentes comunidades. Además, estos Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 23 profesionales tratan de eliminar el efecto de los prejuicios basados en dichos factores en su trabajo, y no participan ni aprueban a sabiendas en actividades ajenas basadas en esos prejuicios. Consentimiento informado El Consentimiento Informado consiste en proporcionar a la persona información comprensible sobre los riesgos identificados, posibles beneficios y otros detalles del estudio antes de que la persona elija libremente participar. Al proporcionar información completa a las posibles personas participantes, las personas investigadoras aseguran que cada una de éstas pueda decidir si está dispuesto a participar dada su situación y su tolerancia personal al riesgo (Citro et al., 2003). De acuerdo con Citro et al. (2003), independientemente de la creencia de un experimentador de los beneficios potenciales para la persona participante o los beneficios a largo plazo de la investigación, no sería ético que la persona experimentadora sometiera a dicho individuo a este tipo de riesgos sin consentimiento. Cabe aclara que el derecho a decidir sobre la participación sobre la base de la información completa no se limita a los estudios que plantean riesgos significativos de daño. Según la Asociación Americana de Psicología (APA) (2017), cuando las personas que ejercen Psicología realicen investigaciones o presten servicios de evaluación, terapia, asesoramiento o consultoría en persona o mediante transmisión electrónica u otras formas de comunicación, se debe obtener el Consentimiento Informado de la persona o personas. Éste debe utilizar un idioma que sea comprensible para dicha persona o personas, salvo cuando la realización de esas actividades sin Consentimiento esté prescrita por la ley o la reglamentación gubernamental. Adicionalmente, de acuerdo con la APA (2017), en caso de las personas legalmente incapaces de dar su consentimiento informado, la persona profesional en Psicología debe: a) ofrecer una explicación adecuada; b) pedir el asentimiento de la persona participante; c) considerar las preferencias e intereses de dicha persona; d) obtener el permiso apropiado de una persona legalmente autorizada, si la ley lo permite o requiere dicho consentimiento. En este orden de ideas, cuando la legislación no permite ni exige el Consentimiento de una persona legalmente autorizada, los psicólogos deben adoptar medidas razonables para proteger los derechos y el bienestar de la persona. Por último, las personas que ejercen Psicología deben documentar debidamente el consentimiento escrito u oral, el permiso y el asentimiento. Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 24 Confidencialidad La confidencialidad según Citro et al. (2003) consiste en mantener la identidad del participante de forma segura. En este orden de ideas, una persona tiene derecho a esperar que, si participa en la investigación en condiciones de confidencialidad, el investigador respete y asegure este acuerdo. Cabe señalar que en algunos casos hacer pública la información del estudio puede poner en riesgo al participante. b. Beneficencia La beneficencia es la obligación de garantizar el bienestar de los participantes al protegerlos de riesgos y daños en la medida de lo posible y maximizar los beneficios que se esperan como resultado de la investigación. Por ende, se debe realizar una evaluación de riesgos y beneficios de manera sistemática. Cabe aclarar que, tanto los beneficios como los riesgos pueden ser difíciles de identificar y cuantificar. En particular en aquellos casos que se identifican beneficios indirectos para aquellas personas que participan en el estudio o para la sociedad (Citro et al., 2003). De acuerdo con la APA (2017), el principio de beneficencia y no maleficencia, los profesionales en Psicología se esfuerzan por beneficiar a aquellos con quienes trabajan y se ocupan de no hacer daño. En sus actividades profesionales, los psicólogos tratan de salvaguardar el bienestar y los derechos de las personas con las que interactúan y otras personas afectadas, así como el bienestar de los animales objeto de investigación. Cuando los conflictos ocurren entre las obligaciones o preocupaciones de los psicólogos, se debe resolver estos conflictos de manera responsable, evitando o minimizando el daño. Debido a que las opiniones y acciones científicas y profesionales de los psicólogos pueden afectar la vida de otros, los profesionales deben estar alerta contra factores personales, financieros, sociales, organizacionales o políticos que puedan llevar a un uso indebido de su influencia. Además, los psicólogos se esfuerzan por ser conscientes de los posibles efectos de su salud física y mental en su capacidad para ayudar a las personas con las que trabajan. Por otra parte, el principio de no-maleficencia propuesto por el Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPSIC) en el Manual Deontológico y Bioético de Psicología (2019), se afirma que la persona que ejerce Psicología tiene la obligación moral de no lesionar la integridad de otra persona. Es por lo anterior que el profesional en Psicología debe llevar a cabo buenas prácticas, tanto para la persona participante como para la sociedad. Asimismo, se afirma que en este principio se considera que “la acción o el proceder correcto no sólo esFrancesca Mazzanti Ética y Moralidad 25 aquel que provoca el mayor bienestar posible, sino el que evita o disminuye el riesgo de daño” (COLPSIC, 2019, p. 11). En este sentido, la persona que realiza la investigación o atiende a otra persona debe proteger al otro de potenciales efectos nocivos, evitando situaciones o intervenciones que pongan en riesgo a la persona participante. Evaluación de daños, riesgos y beneficios La evaluación de daños, riesgos y beneficios consiste en sopesar y balancear adecuadamente los riesgos y los beneficios potenciales de la participación en el estudio propuesto (Citro et al., 2003). De acuerdo con Citro et al. (2003), esta evaluación depende de determinadas metodologías y el estudio que se llevará a cabo y, por lo tanto, puede resultar inexacta y obtener resultados que no se habían esperado. Es por lo anterior que se afirma que dichas evaluaciones son subjetivas y a menudo implican cuestiones en la que otras personas pueden no estar de acuerdo (Citro et al., 2003). En este orden de ideas, las investigaciones pueden presentar diferentes tipos de daños tales como: Daño físico Los daños físicos incluyen la muerte, lesiones, dolor, sufrimiento, o malestar. Estos daños pueden ser resultado de una violación de la confidencialidad que revele información sensible (Citro et al., 2003). Daño psicológico Como resultado de la investigación se puede generar una percepción negativa de sí mismo, sufrimiento emocional (por ejemplo, ansiedad o vergüenza), o aberraciones en el pensamiento o comportamiento (por ejemplo, aceptar una declaración de odio bajo presión del entorno de investigación). Cabe señalar que el daño psicológico del procedimiento de investigación puede ir desde ansiedad momentánea o vergüenza hasta angustia y miedo psicológicos intensos y de larga duración, que en casos extremos podrían resultar en suicidio. Adicionalmente, el daño psicológico, como angustia, enojo o culpa, también puede resultar de la revelación de información sensible o embarazosa recogida en la investigación (Citro et al., 2003). Daño social De acuerdo con Citro et al. (2003), este daño puede implicar efectos negativos en las relaciones o interacciones con otras personas. En la mayoría de los casos, este daño se genera por una violación de la confidencialidad, en la que las respuestas de una persona participante son conocidas por otros. Los ejemplos de daño social incluyen comportamientos Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 26 discriminatorios que resultan en la pérdida de seguro o empleo por el conocimiento de los resultados del estudio. Adicionalmente, la estigmatización es otro daño social que puede resultar del conocimiento acerca de la participación de una persona en un estudio o conclusiones particulares. Daño económico El daño económico generalmente implica una pérdida financiera, que puede resultar de la participación en el estudio (por ejemplo, la necesidad de pagar por el transporte o cuidado de niños para participar), de la divulgación de los resultados del estudio o la participación (por ejemplo, pérdida de seguro médico o empleo), o como efecto secundario de otros daños (por ejemplo, tener que pagar los costos judiciales en una demanda que resulta de una violación de la confidencialidad) (Citro et al., 2003). Daño legal El daño legal puede incluir arresto, condena, encarcelamiento y demandas civiles. Tal daño puede resultar, por ejemplo, de una violación de la confidencialidad en estudios de posesión o uso de drogas ilegales, abuso sexual, o comportamiento de hurto, o en situaciones en las que la ley estatal exige que ciertos tipos de investigadores informen de actividades particulares, como el abuso infantil (Citro et al., 2003). Daño a la dignidad El daño a la dignidad puede ser resultado de la manera en la cual la persona que realiza el estudio. Lo anterior en cuanto puede tratar a la persona participante como un medio para conseguir un fin y no como una persona que merece respeto. Este daño, así, puede ocurrir en la investigación cuando las personas que harán parte del estudio no obtienen adecuadamente el consentimiento informado (Citro et al., 2003). Valoración del nivel de riesgo De acuerdo a la Resolución nº 8430 de 1993 del Ministerio de Salud, por la cual se establecen las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud, se establecen los siguientes niveles de riesgo en investigación: Investigación sin riesgo “Estudios que emplean técnicas y métodos de investigación documental retrospectivos y aquellos en los que no se realiza ninguna intervención o modificación intencionada de las variables biológicas, fisiológicas, sicológicas o sociales de los individuos que participan en el estudio, entre los que se consideran: revisión de historias clínicas, entrevistas, cuestionarios y otros en los que no se le identifique ni se traten aspectos sensitivos de su conducta” (p. 3). Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 27 Investigación con riesgo mínimo “Estudios prospectivos que emplean el registro de datos a través de procedimientos comunes consistentes en: exámenes físicos o sicológicos de diagnóstico o tratamientos rutinarios, entre los que se consideran: pesar al sujeto, electrocardiogramas, pruebas de agudeza auditiva, termografías, colección de excretas y secreciones externas, obtención de placenta durante el parto, recolección de líquido amniótico al romperse las membranas, obtención de saliva, dientes deciduales y dientes permanentes extraidos por indicación terapéutica, placa dental y cálculos removidos por procedimientos profilácticos no invasores, corte de pelo y uñas sin causar desfiguración, extracción de sangre por punción venosa en adultos en buen estado de salud, con frecuencia máxima de dos veces a la semana y volúmen máximo de 450 ml en dos meses excepto durante el embarazo, ejercicio moderado en voluntarios sanos, pruebas sicológicas a grupos o individuos en los que no se manipulará la conducta del sujeto, investigación con medicamentos de uso común, amplio márgen terapéutico y registrados en este Ministerio o su autoridad delegada, empleando las indicaciones, dósis y vías de administración establecidas y que no sean los medicamentos que se definen en el artículo 55 de esta resolución” (p. 3). Investigación con riesgo mayor al mínimo “Son aquellas en que las probabilidades de afectar al sujeto son significativas, entre las que se consideran: estudios radiológicos y con microondas, estudios con los medicamentos y modalidades que se definen en los títulos III y IV de esta resolución, ensayos con nuevos dispositivos, estudios que incluyen procedimientos quirúrgicos, extracción de sangre mayor al 2% del volumen circulante en neonatos, amniocentesis y otras técnicas invasoras o procedimientos mayores, los que empleen métodos aleatorios de asignación a esquemas terapéuticos y los que tengan control con placebos, entre otros” (p. 3). Adicionalmente, en Psicología las investigaciones que son consideradas con riesgo mayor al mínimo son aquellas en las cuales los sujetos que participarán en el estudio hacen parte de una población vulnerable. Se define que una población es vulnerable a partir del “grado por el cual un individuo, una población o una organización es incapaz de anticiparse, enfrentarse y recuperarse de los impactos que le puedan ocasionar (…) la investigación propuesta” (Garzón, 2009, p. 12). En otras palabras, las personas o grupos sociales que son consideradas como vulnerables son aquellos que tienen un nivel de exposición superior al abuso o al daño, en cuanto su autonomía seencuentra disminuida o menoscabada (Garzón, 2009). Así, entre los factores que aumentan la vulnerabilidad del grupo social o la persona que hará parte de la investigación se consideran las siguientes vulnerabilidades. Vulnerabilidad cognitiva Esta vulnerabilidad está relacionada con la capacidad cognitiva de la persona, con la vivencia de situaciones de alto estrés (que afectan el proceso de toma de decisiones) o con Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 28 dificultades de comunicación. Estas personas son más vulnerables al control, la manipulación, la coerción y la influencia inapropiada. A partir de lo mencionado, se considera como una población vulnerable a niños y niñas, personas con un desorden o trastorno, personas bajo los efectos de sustancias Psicoactivas, personas en una situación de emergencia o personas que tienen dificultades para entender la lengua o para leer. Vulnerabilidad institucional La vulnerabilidad institucional hace referencia a la autonomía limitada en cuanto la subordinación de las personas participantes potenciales. De acuerdo con lo anterior, se pueden considerar como una población vulnerable, por ejemplo, miembros de la policía o las Fuerzas Militares (FF. MM), personas privadas de la libertas, personas hospitalizadas y personas institucionalizadas en centros psiquiátricos. Vulnerabilidad por relaciones de poder informal Esta vulnerabilidad está relacionada con aquella población que pueden llegar a sentirse presionados a participar en una investigación, en cuanto pertenecen a una institución y sienten que tienen que responder ante ésta. Es por lo mencionado que se considera población vulnerable, por ejemplo, a pacientes, estudiantes, colegas o personas con las que se tiene una relación previa. Vulnerabilidad médica Son aquellas personas con enfermedades terminales o graves que pueden llegar a sobreestimar los beneficios esperados o potenciales como resultado del estudio. Por ejemplo, personas con cáncer en fase terminal. Vulnerabilidad económica Esta vulneración se puede dar cuando la investigación ofrece una distribución de bienes no disponibles para la población. Como consecuencia, las personas participantes pueden tener una percepción que minimice la preocupación por los riesgos. Del mismo modo, también puede haber una mayor expectativa de recibir compensación. Vulnerabilidad social La vulnerabilidad social se evidencia cuando la investigación busca trabajar con poblaciones que han sido intervenidas en repetidas ocasiones y de las cuales muchas personas que realizan investigación buscan obtener información. En ésta se evidencian poblaciones como, minorías sexuales o étnicas y víctimas de ciertos tipos de violencia. Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 29 Poblaciones que han vivido situaciones de violencia o discriminación Las poblaciones que han vivido situaciones de violencia o discriminación son consideradas vulnerables, en tanto son personas que han vivido amenazas o han sido objeto de acciones que afecta su integridad física o psicológica. En esta población se consideran, por ejemplo, víctimas del conflicto armado, víctimas de delitos o población LGBT+. c. Justicia La justicia es la obligación de mostrar equidad en la selección de las personas participantes en la investigación en relación con la distribución de las cargas y beneficios. A partir de este principio, la persona que realiza el estudio debe seleccionar a las personas participantes de manera equitativa para determinados estudios. Además, aquella persona debe garantizar que los organismos de financiación consideren la distribución de las cargas y los beneficios en toda la sociedad como, por ejemplo, garantizar que determinados grupos no sean sistemáticamente excluidos de la investigación o incluidos en ella (Citro et al., 2003). De acuerdo con la APA (2017), los psicólogos reconocen que la equidad y la justicia dan derecho a todas las personas a acceder a las contribuciones de la psicología y a beneficiarse de ellas, así como a la misma calidad en los procesos, procedimientos y servicios que llevan a cabo los psicólogos. Asimismo, los psicólogos ejercen un juicio razonable y toman precauciones para asegurar que sus posibles sesgos, los límites de su competencia y las limitaciones de su experiencia no conduzcan a prácticas injustas ni las aprueben. Selección de una muestra justa y responsable La persona que realiza la investigación debe asegurar que los procedimientos y resultados sean justos en la selección. Para lograr dicho principio es necesario tener en cuenta a quienes están incluidos en la investigación y a quienes están excluidos. En este sentido, si se considera que la participación es beneficiosa, tanto para los participantes como para las poblaciones representadas por ellos, entonces excluir a algunas personas plantea una cuestión de justicia. Por ejemplo, los estudios tempranos de enfermedades cardiovasculares raramente incluyeron a mujeres, lo que condujo a conocimientos con posibles limitaciones para entender las enfermedades cardiovasculares en las mujeres. Si se considera que la participación conlleva riesgos significativos de daño, entonces restringir la investigación a determinados grupos de población es también una cuestión de equidad, en particular si esos grupos son objeto de coacción (por ejemplo, a los presos a los que se deniegan privilegios o se les ofrecen privilegios adicionales para participar) (Citro et al., 2003). Francesca Mazzanti Ética y Moralidad 30 Por otra parte, según el Manual Deontológico y Bioético de Psicología, el principio de justicia consiste en brindar a las personas participantes las mismas condiciones en el momento de ser atendidos. Del mismo modo, la deontología afirma el deber de la persona profesional en Psicología de garantizar a las personas participantes el acceso equitativo a los beneficios de su saber mediante la vigilancia a las posibles relaciones confusas o duales y la prevención de situaciones de conflictos de intereses (COLPSIC, 2019). En este sentido, este principio abarca relaciones específicas en cuestiones compensatorias, distributivas y retributivas: Criterio compensatorio Este criterio hace referencia a la compensación que una persona recibe por el daño sufrido a causa del profesional. Para que esta compensación sea justa, debe ser proporcional al daño sufrido o a la pérdida. Así, para no cometer un acto negligente o incorrecto, la persona que ejerce la Psicología debe conocer los criterios profesionales y legales en el momento que realizan una investigación o atienden una persona (COLPSIC, 2019). Criterio distributivo El criterio distributivo consiste en la distribución equitativa de las cargas y los beneficios como resultado de una acción llevada a cabo por un Psicólogo. De este modo, este criterio vela por la igualdad, en cuanto las personas reciben los mismos beneficios. Además, protege el derecho a poder acceder a los servicios profesionales, recursos o atención pertinente de acuerdo a las necesidades que se pueden presentar. Así, se debe velar también por la equidad para determinar las exigencias de cada persona y responder de manera efectiva a sus necesidades. Lo mencionado permite alcanzar el objetivo propuesto y procurar que no se vean afectados las personas participantes (COLPSIC, 2019). Criterio retributivo Este criterio hace referencia a la imposición de multas o sanciones a las personas que ejercen la Psicología que actúan de forma incorrecta o negligente. Cabe resaltar que el Psicólogo tiene una responsabilidad frente al sujeto y en el momento de sancionar la acción se
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