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Universidad de Zaragoza Facultad de Ciencias Trabajo de Fin de Grado Escapar de un agujero negro Director: Dr. Javier Redondo Mart́ın Autor: Iván Fernández Fernández 10 de septiembre de 2021 Abstract Una de las caracteŕısticas más notables de los agujeros negros está relacionada con la absorción de materia y radiación por parte de estos. En los sistemas más simples, una vez la materia cruza una cierta región, esta deja de ser visible para un observador externo y jamás saldrá del agujero negro. En este trabajo se profundizará en el análisis de este suceso para sistemas de agujeros negros más complejos. Esta complejidad nos obligará a tratar de simplificar el problema a través de la termodinámica, proporcionando una relación para la entroṕıa de agujeros negros acelerados que podrá servir como punto de partida para futuros estudios. I Índice general 1. Introducción y objetivos 1 2. Agujeros negros estacionarios 4 2.1. Agujero negro de Kerr . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 2.1.1. Proceso de Penrose . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 2.1.2. Identificación de part́ıculas dentro de la ergosfera . . . . . . . . . . 7 3. Sistemas de agujeros negros 9 3.1. Termodinámica de agujeros negros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 3.1.1. Ejemplos simples de fusión de agujeros negros . . . . . . . . . . . . 11 3.2. Planteamiento del sistema de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 4. Agujeros negros acelerados 15 4.1. Métrica acelerada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 4.1.1. Sistema de coordenadas aceleradas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 4.1.2. Métrica original . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 4.1.3. Transformación de la métrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 4.1.4. Caracteŕısticas de la métrica resultante . . . . . . . . . . . . . . . . 18 4.2. Entroṕıa del agujero negro acelerado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 4.3. Análisis de la entroṕıa del agujero negro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 5. Conclusión 23 Anexo I A.1. Cálculo de trayectorias en agujeros negros estacionarios . . . . . . . . . . . i A.2. Proceso de Penrose original . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . iv II Caṕıtulo 1 Introducción y objetivos El desarrollo de la teoŕıa de la Relatividad General permitió predecir uno de los ele- mentos relativistas por excelencia: los agujeros negros. Un agujero negro es una región finita del espacio que encierra una masa con densidad extremadamente grande, deforman- do la curvatura del espacio-tiempo de manera que ni siquiera la luz es capaz de escapar de dicha región. Estos vienen enteramente caracterizados por cargas locales conservadas, como su masa M, su momento angular J y su carga eléctrica Q. Debido a que la estructura interna del agujero negro no afecta (a priori) a las trayecto- rias que siguen las part́ıculas externas a este, generalmente se modelizan como una masa puntual [1]. Como consecuencia de esta descripción encontramos una singularidad central en la que diverge la curvatura del espacio-tiempo. Esta singularidad está encerrada en el interior de distintos tipos de horizontes, que son regiones del espacio-tiempo en las que se cumplen unas condiciones preestablecidas debidas a la presencia de la masa central. En este trabajo distinguiremos: Horizonte de sucesos: frontera dentro de la cual los eventos no afectan a un obser- vador externo. Horizonte aparente: frontera dentro de la cual las trayectorias se dirigen inevitable- mente hacia su interior; su interior es una región de atrapamiento. Dentro de estos horizontes siempre hay agujeros negros. Superficie de ĺımite estacionario: frontera a partir de la cual el vector de Killing ∂/∂t pasa a ser de tipo espacio [2]. La diferencia entre estos horizontes es sutil. Los horizontes de sucesos están definidos de manera global como la frontera entre las geodésicas nulas (trayectorias seguidas por los fotones) que son capaces de “escapar” al infinito y aquellas que irremediablemente acaban cayendo al agujero negro, por lo que es evidente que debemos conocer todas las trayectorias 1 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS posibles en el espacio-tiempo para poder identificar el horizonte de sucesos. Los horizontes aparentes se definen localmente como la superficie sobre la cual el desplazamiento de las geodésicas nulas salientes es nulo. A partir de aqúı vemos que la principal diferencia entre ambos horizontes es que ninguna geodésica es capaz de salir del horizonte aparente, mientras que las geodésicas pueden alejarse del horizonte de eventos antes de caer dentro del agujero negro [3, 4]. Por otro lado, la superficie de ĺımite estacionario es una superficie en cuyo interior una part́ıcula es incapaz de mantenerse en reposo respecto a un observador externo. Cuando una part́ıcula atraviesa esta superficie, esta es arrastrada por el espacio-tiempo debido a la influencia de la masa central del agujero negro. Sin embargo, esta superficie no impide que las part́ıculas salgan de la misma [3]. Todos estos horizontes coinciden en las métricas estáticas y estacionarias, como es el caso de los agujeros negros de Schwazschild (sin rotación ni carga eléctrica). Además, en el caso de métricas estacionarias los horizontes de sucesos y aparente coinciden. Por este motivo generalmente son confundidos [2, 3]. Por motivos evidentes, la única forma experimental de estudiar los agujeros negros es analizando los objetos que caen o se acercan mucho al agujero negro. Por ello, en este trabajo analizaremos las situaciones en las que un observador externo (nosotros) podŕıa ver cómo una part́ıcula entra y sale de un agujero negro. En este estudio supondremos el observador situado en el infinito. A todos los efectos prácticos, nos encontramos lo suficientemente lejos del agujero negro más relevante como para que esta aproximación sea válida. Este agujero negro en cuestión es Sagitario A*, situado en el centro de la Vı́a Láctea; tiene una masa de unos 4 millones de masas solares, un radio de Schwarzschild de unos 12 millones de kilómetros y se encuentra a unos 26 millones de años luz de la Tierra, lo que equivale a decir que nos encontramos a unos 3, 4 · 108 radios de Schwarzschild del agujero negro. Bajo esta condición y atendiendo a las definiciones de los distintos horizontes, con- clúımos que no podremos observar ninguna part́ıcula ni fotón que traspase el horizonte de sucesos o el horizonte aparente en cáıda libre. Comenzaremos con un análisis de agujeros negros estacionarios. En esta parte estudia- remos los agujeros negros de Schwarzschild y de Kerr (con momento angular), haciendo hincapié en el proceso de Penrose, que permite que las part́ıculas aprovechen la rotación de los agujeros negros de Kerr para alejarse de la región más cercana al horizonte de su- cesos. Durante este proceso la part́ıcula gana enerǵıa cinética extrayéndola de la enerǵıa de rotación del agujero negro. En esta primera parte estudiaremos las trayectorias de part́ıculas en sistemas con un solo agujero negro, con el objetivo de encontrar situaciones en las que una part́ıcula se 2 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS vuelve indetectable por un observador externo lejano al aproximarse al agujero negro para posteriormente ser capaz de observarla alejándose de este. Para una mejor comprensión de los argumentos expuestos en esta parte, se recomienda al lector familiarizarse con las trayectorias resumidas en el Anexo A.1. A continuación se trató de realizar cálculos de trayectorias en sistemas más complejos mediante relatividad numérica. Sin embargo, no se contaba con la potencia computacional requerida para poder llevar a cabo estas simulaciones de forma satisfactoria, por lo que se han tenido que utilizar argumentostermodinámicos para poder hacer análisis simplificados de sistemas complejos de agujeros negros. Estos argumentos termodinámicos no son capaces de proporcionarnos resultados tan precisos como los que nos proporciona el estudio de trayectorias. Por lo tanto el primer paso que daremos en esta segunda parte será comprobar que estos argumentos son capaces de predecir los resultados obtenidos en la primera parte. A continuación aplicaremos este procedimiento a un agujero negro acelerado como primera aproximación a un sistema de dos o más agujeros negros, y veremos qué efecto tiene la aceleración sobre el agujero negro buscando situaciones similares a las buscadas en la primera parte. 3 Caṕıtulo 2 Agujeros negros estacionarios En este apartado analizamos las trayectorias en la métrica de Kerr, obteniendo las de la métrica de Schwarzschild haciendo tender el momento angular del agujero negro a 0. En todo el trabajo utilizaremos la signatura (−,+,+,+) y trabajaremos en unidades geométricas (c = G = 1). La métrica de un agujero negro de Kerr en las coordenadas de Boyer-Lindquist es [3]: ds2 =gµνdx µdxν = =− ( 1− 2Mr Σ ) dt2 − 4Mra sin 2 θ Σ dtdφ+ Σ ∆ dr2 + Σ dθ2+ + ( r2 + a2 + 2Mra2 Σ sin2 θ ) sin2 θ dφ2 Σ = r2 + a2 cos2 θ ∆ = r2 − 2Mr + a2 (2.1) Las coordenadas espaciales hacen el papel de coordenadas esféricas con origen en la singularidad del agujero negro, donde r ∈ [0,∞) es el radio, φ ∈ [0, 2π) y θ ∈ [0, π). El parámetro a es el parámetro de momento angular, definido como a = J/M , con M la masa del agujero negro; este parámetro debe cumplir a2 < M2 para evitar tener una singularidad desnuda. En el caso de tener que a2 > M2, los horizontes del agujero negro desaparecen y la singularidad central del agujero negro seŕıa observable desde el exterior, violando la hipótesis de censura cósmica. Los agujeros negros de Schwarzschild han sido extensamente estudiados debido a su simplicidad. En esta situación tenemos que todos los horizontes definidos anteriormente coinciden, de manera que, sin excepción, veremos cómo la imagen de las part́ıculas que caigan al agujero negro se va desvaneciendo sin llegar a ver cómo ésta cruza el horizonte de sucesos; esto se debe a que el factor de redshift (cociente entre frecuencia de emisión 4 CAPÍTULO 2. AGUJEROS NEGROS ESTACIONARIOS y detección) es proporcional a g −1/2 tt . A pesar de que la part́ıcula cruza el horizonte en un tiempo propio finito, desde nuestro sistema de referencia mediremos que ésta tarda un tiempo infinito. Utilizando los resultados del Apéndice 1 A.1 y suponiendo que la part́ıcula se desplaza desde una distancia R hasta r = 0, encontramos que efectivamente la part́ıcula tarda un tiempo propio finito en llegar a la singularidad τ = π 2 R √ R 2M . Sin embargo, podemos comprobar que el intervalo temporal que medimos desde nuestro sistema de referencia diverge en el horizonte y su velocidad se anula (A.7), por lo que para un observador externo las trayectorias nunca llegan a cruzar el horizonte. Obtenemos unos resultados similares si aplicamos el mismo procedimiento a un fotón (A.9). Por tanto, podemos concluir que en esta situación será imposible observar que una part́ıcula entre y salga del agujero negro. 2.1. Agujero negro de Kerr La métrica de Kerr está definida sobre un sistema de coordenadas esferoidales oblatas, por lo que la singularidad central es una singularidad en forma de anillo en θ = π/2 con un radio |a|. Los horizontes de sucesos y aparente coinciden en el radio para el que se anula ∆: rH = M ± √ M2 − a2, donde el signo + corresponden al horizonte externo y el signo − al horizonte interno (también denominado horizonte de Cauchy). Por otro lado, y como anticipamos, la superficie de ĺımite estático se encuentra fuera del horizonte de sucesos en el radio para el que se anula el componente puramente temporal de la métrica: rE = M± √ M2 − a2 cos2 θ , donde de nuevo aparece un horizonte interior y otro exterior. Como veremos más adelante, estos dos últimos horizontes se corresponden también con los horizontes de blueshift y de redshift infinito, respectivamente. Una región de interés, cuya importancia se hará patente más adelante, es la ergosfera. Esta es la región comprendida entre el horizonte de sucesos externo y el horizonte de redshift infinito. La caracteŕıstica más relevante de esta región es la incapacidad de que un observador para permanecer en reposo dentro de la misma; la rotación del agujero negro arrastra consigo el espacio-tiempo, provocando que dentro de la ergosfera rote con una velocidad superior a la de la luz. Al analizar las ecuaciones del movimiento (A.13) vemos que el comportamiento en- contrado para el agujero negro de Schwarzschild (la part́ıcula cruza la superficie en un tiempo propio finito, pero para un observador externo esta tarda un tiempo infinito) se repite en el horizonte de sucesos, por lo que a priori concluiŕıamos que la superficie de ĺımite estacionario no es un horizonte de redshift infinito. Sin embargo, podemos encon- 5 CAPÍTULO 2. AGUJEROS NEGROS ESTACIONARIOS trar de nuevo una divergencia del factor de redshift en la superficie de ĺımite estacionario [6], de modo que a partir de esta superficie no seremos capaces de observar la trayectoria de la part́ıcula que la ha cruzado. A diferencia del caso del agujero negro de Schwarzschild, en general en este caso śı que seŕıamos capaces de observar cómo la part́ıcula cruza esta superficie en un tiempo finito, aunque debido al redshift no podŕıamos precisar cuándo lo cruza. Además, al situar al observador tan lejos del agujero negro veremos que la part́ıcula se introduce en la sombra de este antes de desaparecer. En este contexto, se entiende por sombra de un agujero negro la silueta que percibe un observador externo cuando un agujero negro se interpone entre este y una fuente de luz. Cuando esta fuente de luz se supone de un tamaño angular grande desde el punto de vista del observador (como la producida por un fondo de estrellas) y se sitúa al observador en el infinito, el contorno de la sombra, denominado anillo de fotones, viene determinado por las órbitas esféricas inestables para fotones. En un agujero negro de Kerr estas órbitas dependen del sentido de propagación de los fotones en relación con el sentido de rotación del agujero negro, permitiéndonos distinguir dos tipos de órbitas: las órbitas progradas (o directas), en las que el fotón se propaga en el mismo sentido de rotación que el agujero negro, y las órbitas retrógradas, en las que se propaga en el sentido opuesto. Cuando el fotón del fondo se aproxima al observador en el infinito siguiendo una órbita directa sigue una trayectoria más cercana a la singularidad central que cuando lo hace a través de una órbita retrógrada, de modo que la rotación del agujero negro deforma la sombra circular que tendŕıa un agujero negro de Schwarzschild. Para profundizar, véase [5]. Recopilando, en un agujero negro de Kerr tenemos un horizonte a partir del cual no somos capaces de observar a las part́ıculas que lo cruzan pero que, a su vez, no impide la salida de las mismas. Por lo tanto, es lógico plantear las siguientes dos preguntas: ¿Puede una part́ıcula cualquiera salir de esta región del espacio-tiempo? ¿Somos capaces de identificar la existencia de part́ıculas dentro de la ergosfera? 2.1.1. Proceso de Penrose Para contestar a la primera cuestión podemos acudir al llamado proceso de Penrose [3]. Este proceso f́ısico se basa en las caracteŕısticas especiales de la ergosfera. En esta región el momento generalizado pt del lagrangiano que define las trayectorias, que viene dado por 2L = gµν dx µ dτ dxν dτ , puede pasar a ser de tipo espacio. Este momento generalizado es una cantidad conservada que se identifica con la enerǵıa de la part́ıcula, lo que indica que la part́ıcula seŕıa percibida por un observadorexterno como una part́ıcula con enerǵıa 6 CAPÍTULO 2. AGUJEROS NEGROS ESTACIONARIOS negativa; para ello, es necesario que el momento angular de la part́ıcula Lz tenga un signo opuesto a a. Bajo esta condición, es posible extraer enerǵıa y momento angular del agujero negro. Originalmente, Penrose planteó una situación en la que una part́ıcula se adentra en la ergosfera sobre el plano ecuatorial con las condiciones adecuadas para que se detenga (ṙ) en un punto del interior de esta región. Una vez alcanzase este punto, esta part́ıcula se desintegraŕıa en dos fotones, uno de los cuales caeŕıa dentro del agujero negro (con enerǵıa negativa) y el otro escapaŕıa del agujero negro (con enerǵıa positiva) con una enerǵıa superior a la de la part́ıcula inicial. Se muestran los cálculos resumidos en A.2. Siguiendo procedimiento similar, podemos obtener resultados similares para cualquier tipo de desintegración. Por tanto, podemos concluir que podemos observar part́ıculas que salen de la ergosfera. Pero, ¿podemos ver salir a la misma part́ıcula que vimos entrar? Efectivamente, este proceso puede darse por colisión entre part́ıculas [7]. Aśı que, siempre que los valores de a y M sean lo suficientemente grandes como para que la part́ıcula en cuestión sea capaz de entrar por completo en la ergosfera sin desintegrarse por las fuerzas de marea del agujero negro, podŕıamos ver cómo esta part́ıcula entra y sale del agujero negro. Podemos concluir que, aunque las condiciones que deben darse para que se dé el proceso de Penrose son muy restrictivas, śı que es posible ver cómo un objeto desaparece dentro de un agujero negro de Kerr y posteriormente sale de él pasado un cierto tiempo finito. 2.1.2. Identificación de part́ıculas dentro de la ergosfera Es evidente que si imponemos que el agujero negro sea muy masivo (lo que es necesario para que las fuerzas de marea no afecten a la estructura de la part́ıcula entrante) y que la part́ıcula a la que hacemos referencia tiene una masa y momento angular muy pequeños en relación con las del agujero negro, podemos minimizar los efectos que tiene la part́ıcula sobre la métrica. El efecto más notable de la presencia de la part́ıcula en la ergosfera es la distorsión de la sombra del agujero negro, ya que esta vendŕıa dada por la deformación de las trayectorias de los fotones observables por el observador externo lejano que pasan más próximas a la part́ıcula. Si la part́ıcula está lo suficientemente alejada del anillo de fotones, no se apreciará una deformación de la sombra. Dado que la part́ıcula se encontraŕıa dentro de la ergosfera, podemos estimar la po- sición de la part́ıcula respecto del anillo de fotones calculando la distancia mı́nima entre el anillo de fotones y la superficie externa de la ergosfera. El radio mı́nimo al que un observador externo lejano observa el anillo de fotones viene dado por la órbita esférica 7 CAPÍTULO 2. AGUJEROS NEGROS ESTACIONARIOS inestable para fotones en órbitas directas. La diferencia de radios d entre este radio ĺımite y la superficie externa de la ergosfera viene dado por (véase [5]): d = 2M cos [ 2 3 arc cos ( −|a| M )] (2.2) Esta distancia se anula para |a| M = √ 2 2 ≈ 0,71. Podemos asumir entonces que si el valor de a no es grande y la masa de la part́ıcula suficientemente pequeña, esta distancia mı́nima será lo suficientemente grande como para que la métrica perturbada sea equivalente a un agujero negro de masas y momentos angulares suma. Entonces podemos concluir que existe la posibilidad de que no podamos identificar la existencia de part́ıculas dentro de la ergosfera si la masa y el momento angular de la part́ıcula entrante son pequeñas. A la vista de lo expuesto, se puede afirmar que en agujeros negros de Kerr el proceso de Penrose permite a observadores externos lejanos ver cómo part́ıculas desaparecen dentro del agujero negro y posteriormente salir de este sin ser capaces de seguir su trayectoria. 8 Caṕıtulo 3 Sistemas de agujeros negros Hemos podido comprobar que existe la posibilidad de observar cómo un pequeño objeto desaparece dentro de un agujero negro estacionario en rotación y posteriormente salir de éste si se dan una ciertas condiciones. Ahora trataremos de encontrar resultados similares en sistemas que involucren más de un objeto con una masa relevante; en otras palabras, más de un agujero negro. Para este propósito plantearemos el siguiente sistema. Supondremos un agujero negro súpermasivo y un objeto adicional con una masa no despreciable, que llamaremos “masa distorsionante” y modelizaremos como un agujero negro de masa pequeña. Cuando la masa distorsionante se acerque lo suficiente al horizonte de eventos del agujero negro súpermasivo se producirá un desplazamiento de los diferentes horizontes respecto de la situación estacionaria. A priori podemos esperar que la superficie de redshift infinito se aleje del agujero negro súpermasivo. Esta superficie está relacionada con el potencial gravitatorio a través de la componente puramente temporal de la métrica. Al acercarse la masa distorsionante al agujero negro el potencial aumentará en magnitud en la región comprendida entre ambas masas, provocando el efecto mencionado. Respecto a los horizontes de sucesos y aparente, pensaŕıamos que ambos se retraeŕıan por el efecto gravitatorio de la masa distorsionante. Si bien esta intuición es correcta en el caso del horizonte aparente (siempre que la masa distorsionante no esté demasiado cerca), es errónea para el comportamiento del horizonte de sucesos. Como podemos comprobar en [8] es la distribución de las masas de nuestro sistema la que determina la localiza- ción del horizonte de sucesos, provocando que este se expanda ligeramente hacia la masa distorsionante. La principal diferencia entre ambos horizontes viene dada por las definiciones. El ho- rizonte aparente se define localmente, de manera que al acercarse la masa distorsionante disminuye la intensidad gravitatoria que siente la part́ıcula de prueba en la región com- prendida entre ambas masas. La definición del horizonte de sucesos es global y se basa 9 CAPÍTULO 3. SISTEMAS DE AGUJEROS NEGROS en las trayectorias que siguen las part́ıculas de prueba; de esta manera, las part́ıculas que pasan entre ambas masas sienten el tirón gravitatorio generado por ambas masas, modificando su trayectoria y pudiendo provocar que acaben cayendo en alguna de los dos agujeros negros. Si bien se puede tratar estos sistemas de masas como una perturbación de la métrica del agujero negro súpermasivo [9] [10], este método no proporciona expresiones manejables salvo para casos concretos. Por lo tanto, si queremos tratar sistemas complejos estaremos forzados a utilizar relatividad numérica. Tras estudiar varios softwares de simulación (Einstein Toolkit [11], GR Chombo [12] y FANTASY [13]) se llegó a la conclusión de que no se contaba con la potencia compu- tacional necesaria para poder llevar a cabo las simulaciones requeridas en un periodo de tiempo aceptable, por lo que fue necesario reenfocar el trabajo con la finalidad de ser capaces de obtener un resultado en el caso de sistemas más complejos. 3.1. Termodinámica de agujeros negros Como alternativa a la relatividad numérica realizaremos un tratamiento termodinámi- co. Este tratamiento no será capaz de darnos resultados precisos, pero śı que nos propor- cionará ĺımites para los que el sistema propuesto inicialmente no será válido y que serán un punto de partida para futuros estudios. Obtendremos este ĺımite aplicando la segunda ley de la termodinámica, que estipula que un sistema completo sólo puede conservar o aumentar su entroṕıa (jamás puede disminuir). En el caso de que encontrásemos este ĺımite en un sistema que únicamente involucrase masas grandes existiŕıa la posibilidad de que nos estuviese indicando que el sistemano está descrito por completo; esto podŕıa ocurrir al estudiar la fusión de dos agujeros negros mediante argumentos termodinámicos, indicándonos (por ejemplo) que la generación de ondas gravitacionales es relevante en el sistema planteado. Si este ĺımite aparece al intro- ducir una part́ıcula de prueba en el sistema (puede tener una masa tan pequeña como queramos, pudiendo despreciar las posibles correcciones) con constantes de movimiento pequeñas (por ejemplo un momento angular pequeño), podremos concluir que la situación planteada simplemente no podrá ocurrir. Nos centraremos en buscar estos ĺımites en este último tipo de situaciones. A pesar de no ser una teoŕıa completamente formada ya que siguen existiendo proble- mas de compatibilidad con la teoŕıa cuántica, numerosos estudios relacionan la entroṕıa de los agujeros negros con el área de su horizonte de sucesos (véase [14, 15]). Posterior- mente se introdujeron correcciones a esta relación definiendo un “área generalizada” en términos del escalar de Ricci, y que entran en juego en sistemas dinámicos o perturbados. 10 CAPÍTULO 3. SISTEMAS DE AGUJEROS NEGROS Por el momento nos olvidaremos tanto de la corrección al área generalizada como de las constantes que acompañan al área del horizonte de sucesos en la expresión de la entroṕıa. De esta manera, podremos calcular la entroṕıa según S ∝ AH = ∫ 2π 0 ∫ π 0 √ gθθ gφφ − g2θφ ∣∣∣ rH dθ dφ (3.1) Aqúı, rH es el radio del horizonte de sucesos y g hace referencia a las distintas com- ponentes de la métrica del sistema en cuestión. Es sencillo comprobar que este área para los agujeros negros de Schwarzschild (masa M ) y de Kerr (masa M y parámetro de momento angular a) viene dada por: Schwarzschild : AH = 16πM 2 Kerr : AH = 8πM ( M + √ M2 − a2 ) (3.2) Una propiedad importante es que la entroṕıa del agujero negro se mantiene invariante bajo transformaciones de Lorentz. Por tanto, tendremos que esta será la misma indepen- dientemente de si el agujero negro se encuentra estático o se desplaza con una velocidad constante. Por otro lado, la relación entre los cambios en la masa, la entroṕıa y el momento angular del agujero negro viene dada por la primera ley de la termodinámica para agujeros negros sin carga: dM = T dS + Ω dJ (3.3) donde T es la temperatura del sistema, J su momento angular y Ω su frecuencia angular. 3.1.1. Ejemplos simples de fusión de agujeros negros Para comprobar la utilidad de los argumentos termodinámicos aproximaremos las situaciones estudiadas en el Caṕıtulo 2 a la fusión de dos agujeros negros haciendo que la masa de uno de los dos agujeros negros sea much́ısimo menor que la del otro, pudiendo despreciar correcciones al sistema. El primer sistema que analizaremos es la fusión de dos agujeros negros de Schwarzs- child. Supondremos el agujero negro de mayor masa M estático y será el agujero negro de menor masa m el que caerá en su interior rotando alrededor de este con un momento angular L. 11 CAPÍTULO 3. SISTEMAS DE AGUJEROS NEGROS La diferencia de entroṕıa entre el estado final (un agujero negro de Kerr de masa M ′ = M + m parámetro angular a = L/M ′ ) y el inicial (dos agujeros negros de Schwarzschild de masas M y m) vendrá dado por: ∆S = Sfinal − Sinicial ∝ 8πM ′ ( M ′ + √ (M ′)2 − a2 ) − 16π ( M2 +m2 ) (3.4) Esta diferencia se anula para el siguiente valor del momento angular L: a2 = 8mM (M2 +m2) (M ′)2 → L2 = 8mM ( M2 +m2 ) (3.5) Para el caso que nos ocupa, m�M , vemos que el momento angular L crece con M3/2, haciendo patente que seŕıan necesarios momentos angulares muy grandes para que el cam- bio de entroṕıa sea negativo. Esta condición no proporciona ningún resultado concluyente: al requerir un momento angular muy grande existe la posibilidad de que el resultado nos indique que se emiten ondas gravitacionales. Ahora repetimos el proceso suponiendo que ahora el agujero negro de masa M tiene un momento angular intŕınseco, con parámetro angular a. En este caso, el agujero negro resul- tante de la fusión, de masa M ′ = M+m, tendrá un parámetro angular a ′ = ∣∣∣M~a+ ~L∣∣∣ /M ′ . Siguiendo el mismo procedimiento, llegamos a la siguiente relación para la anulación de la entroṕıa: L2 + 2M |~a| ∣∣∣~L∣∣∣ cosα = 2mM (2M2 + 4m2 +mM + (2M −m)√M2 − a2) (3.6) Lo primero que observamos es la dependencia del valor de L con el ángulo α formado por este vector y el que indica el eje de giro del agujero negro ~a. Este es el comportamiento observado en las órbitas directas y retrógradas en la métrica de Kerr, que indica que una part́ıcula requiere de un momento angular menor para escapar de la influencia del agujero negro si el sentido de rotación de la part́ıcula es el mismo que el del agujero negro. Sin necesidad de hacer cálculos, se puede concluir que es posible aproximarse más a un agujero negro de Kerr antes de llegar a un punto de no retorno si nuestra trayectoria está contenida en el plano ecuatorial y rotamos en la misma dirección que el agujero negro. Finalmente, podemos aproximar la expresión a primer orden en m para observar gráfi- camente este comportamiento. Resolviendo la ecuación cuadrática, mostramos los valores (a, α) para los que se cumple (3.6) en la figura 3.1 para distintos valores de L. Se muestran todos los valores por unidad de M para un valor de m = 10−10M . Podemos ver cómo para ángulos α pequeños (órbitas directas) y valores grandes de a el momento angular ∣∣∣~L∣∣∣ requerido para que se anule la diferencia de entroṕıa disminuye. 12 CAPÍTULO 3. SISTEMAS DE AGUJEROS NEGROS Figura 3.1: Valores de (a, α) para los que se anula la entroṕıa con un momento angular L de 10−9 M2 (azul), 10−8 M2 (morado), 10−7 M2 (verde), 0, 05 M2 (naranja), 0, 5 M2 (rojo) y 1, 5 M2 (negro). Esta situación cumple las condiciones necesarias para poder despreciar la generación de ondas gravitacionales (masa y momento angular pequeños), por lo que podemos asumir que en agujeros negros de Kerr con parámetro angular a grande existirá un cierto valor de ∣∣∣~L∣∣∣ para el que la part́ıcula podrá escapar de la influencia del agujero negro. Estos resultados también nos permiten entrever el proceso de Penrose colisional. Su- ponemos que la part́ıcula se introduce en la ergosfera con un momento angular pequeño, del orden del momento angular requerido para que el argumento termodinámico indique que la entroṕıa disminuye para órbitas directas, siguiendo una trayectoria entrante. Una vez en la ergosfera, la part́ıcula sufre una colisión que modifica su momento angular li- geramente en dirección y módulo; si el momento angular final se orienta en la dirección adecuada y con el módulo adecuado, el argumento termodinámico nos indicará que la entroṕıa disminuye y, por tanto, la part́ıcula no caerá dentro del agujero negro. Aśı, hemos sido capaces de acotar los aspectos a tener en cuenta en nuestro problema con unos pocos cálculos previos sencillos. 13 CAPÍTULO 3. SISTEMAS DE AGUJEROS NEGROS 3.2. Planteamiento del sistema de estudio Hemos podido comprobar que a través de un análisis termodinámico podemos intuir la existencia de procesos con comportamientos especiales en referencia a la posibilidad de que un objeto escape del agujero negro desde trayectorias que se dirigen a su interior. Siguiendo la misma filosof́ıa, trataremos de modelizar un sistema compuesto con interacción entre las masas relevantes de la forma más simple posible. Si queremos describir un sistema realista debeŕıamos calcular la métrica compuesta de dos agujeros negros, pero en general requiere de cálculo numérico para poder obtenerla. Para simplificar al máximo el sistema nos centraremos en el efecto más caracteŕıstico de la interacción gravitatoria entre dos masas: las masas sufrirán una aceleración. Por tanto, estudiaremos la métrica resultante de acelerar un agujero negro. Respecto a “cómoaceleramos” la métrica, podŕıamos estar tentados de aplicar una aceleración que fuese realista, con origen en algún punto y que se anulase en el infinito. Si aplicásemos una aceleración con esta forma la transformación se diferenciaŕıa muy poco de la composición de dos métricas de agujeros negros, por lo que no estaŕıamos simplificando realmente los cálculos. La forma más sencilla de abordar el problema es la de aplicar una aceleración constante en todos los puntos del espacio. De esta forma simplificaremos enormemente los cálculos, aunque tendremos que analizar cuidadosamente la métrica resultante para poder identi- ficar qué condiciones serán necesarias para que el cambio de coordenadas sea válido y los resultados obtenidos sean correctos. 14 Caṕıtulo 4 Agujeros negros acelerados En este caṕıtulo analizaremos los aspectos básicos que tendremos que considerar en la métrica acelerada del agujero negro. Después procederemos al cálculo y análisis de la entroṕıa del mismo. 4.1. Métrica acelerada Antes de realizar cálculos en una métrica transformada debemos comprender la trans- formación y las caracteŕısticas de la métrica engendrada. En esta sección analizaremos: El sistema de coordenadas aceleradas. La selección de la métrica original que transformaremos posteriormente. La transformación de la métrica. Las caracteŕısticas de la métrica resultante. 4.1.1. Sistema de coordenadas aceleradas Inspirados en [2] utilizaremos las llamadas coordenadas de Kottler-Moller. Este siste- mas de coordenadas describe la aceleración de un sistema de coordenadas cartesianas en la dirección de uno de los ejes coordenados según: t̂ = ( x+ g−1 ) sinh (gt) x̂ = ( x+ g−1 ) cosh (gt)− g−1 ŷ =y ẑ =z (4.1) 15 CAPÍTULO 4. AGUJEROS NEGROS ACELERADOS Aqúı las variables con “ ˆ ” hacen referencia al sistema de coordenadas original y g es la aceleración, que en nuestros sistema de unidades tiene unidades de M−1. Se puede comprobar que una traslación temporal equivale a un boost en la dirección x. Es importante hacer notar que esta transformación se comporta mal si la aceleración g y/o el tiempo t son muy grandes. Este problema se puede explicar por un lado porque esta transformación no impide velocidades mayores que las de la luz, y por otro porque la aceleración provoca la aparición de un horizonte de sucesos ligado a esta. Por tanto, si queremos tener resultados aceptables, tendremos que restringirnos a tiempos y aceleraciones pequeñas. Con las restricciones que implica este cambio de sistema de coordenadas estaremos sacrificando la posibilidad de obtener soluciones que describan más fielmente la realidad en favor de la simplicidad a la hora de realizar los cálculos. 4.1.2. Métrica original Llegados a este punto tendremos que elegir entre simplicidad y utilidad. Por un lado tenemos los agujeros negros de Schwarzschild. Esta métrica es muy sencilla y las coordenadas admiten una transformación directa desde un sistema cartesiano. Sin embargo, si partimos de esta métrica el resultado tendrá pocas aplicaciones; ya hemos comprobado que el caso de un agujero negro de Schwarzschild estático no tiene ningún interés en el caso que nos ocupa, y además sólo podŕıamos considerar trayectorias de part́ıculas de prueba radiales, es decir, sin momento angular. Por otro lado, los agujeros negros de Kerr son de mayor interés pero las coordenadas del sistema son esferoidales oblatas, por lo que la aplicación de la transformación es más complicada. La elección más inteligente en este caso será aquella que preserve su simplicidad a la vez que nos permita manejar el mayor número de parámetros posible. Por esta razón selec- cionaremos la métrica de Kerr con parámetro de momento angular pequeño, aproximando a primer orden en a la métrica de Kerr. De esta manera, el sistema de coordenadas se aproximará a coordenadas esféricas y mantendremos el efecto de la rotación en la métrica. Esta métrica será: ds2 = − ( 1− 2M r ) dt2 − 4Ma sin 2 θ r dtdφ+ r r − 2M dr2 + r2 dθ2 + r2 sin2 θ dφ2 (4.2) 4.1.3. Transformación de la métrica Antes de aplicar la transformación de la métrica a un sistema de coordenadas ace- leradas es importante notar que ahora tendremos dos direcciones especiales: la definida 16 CAPÍTULO 4. AGUJEROS NEGROS ACELERADOS por la aceleración g y la definida por la rotación del agujero negro a. Dado que existe la posibilidad de que haya una interacción entre ambas magnitudes es conveniente aplicar una rotación previa a la aceleración, de manera que podamos observar esta interacción en relación al ángulo que formen estas dos magnitudes. Por tanto, en primer lugar aplicaremos una rotación de la métrica en torno al eje y, que es la dirección perpendicular tanto al eje de rotación del agujero negro como a la dirección en la que este es acelerado. Esta transformación viene descrita por: t̂ =t x̂ =x cosα + z sinα ŷ =y ẑ =− x sinα + z cosα (4.3) Aqúı, α es el ángulo de rotación. Para α = 0 las dos direcciones mencionadas será perpendiculares, y para α = π/2 estas serán coincidentes e irán en la misma dirección. Tras este preámbulo, aplicamos consecutivamente esta transformación seguida de (4.1) y finalmente cambiamos a coordenadas esféricas, lo que facilitará el cálculo de la entroṕıa del agujero negro. Una vez hechos los cálculos, llegamos al siguiente sistema de ecuaciones que nos permite llevar a cabo el cambio de coordenadas: t̂ = ( r sin θ cosφ+ g−1 ) sinh (gt) r̂2 =r2 + r2 sin2 θ cos2 φ sinh2 (gt) + 2r sin θ cosφ cosh (gt) cosh (gt)− 1 g + + ( cosh (gt)− 1 g )2 r̂2 sin2 θ̂ =r2 sin2 θ sinφ+ ( r cos θ sinα + (( r sin θ cosφ+ g−1 ) cosh (gt)− g−1 ) cosα )2 tan θ̂ = √ r2 sin2 θ sinφ+ (r cos θ sinα + ((r sin θ cosφ+ g−1) cosh (gt)− g−1) cosα)2 r cos θ cosα− ((r sin θ cosφ+ g−1) cosh (gt)− g−1) sinα tan φ̂ = r sin θ sinφ r cos θ sinα + ((r sin θ cosφ+ g−1) cosh (gt)− g−1) cosα (4.4) Por último debemos tener en cuenta que la masa del agujero negro cambiará con la transformación. Denotamos como M la masa del agujero negro en el sistema de referen- cia original, en el que supondremos estático, y M ′ la masa en el sistema de referencia 17 CAPÍTULO 4. AGUJEROS NEGROS ACELERADOS transformado. Dado que nos estamos restringiendo a tiempos y aceleraciones pequeñas (de modo que gt es pequeño), podemos aproximar la relación entre ambas masas a la obtenida en las transformaciones de Lorentz, esto es: M ′ ≈ M√ 1− (gt)2 (4.5) Siempre que la velocidad que alcance el agujero negro sea pequeña respecto a la velo- cidad de la luz en nuestra aproximación, esta relación será válida. Por último obtendremos las componentes de la métrica final gµν aplicando la relación entre esta y la métrica original ĝab: gµν = ĝab dx̂a dxµ dx̂b dxν (4.6) 4.1.4. Caracteŕısticas de la métrica resultante El primer aspecto relevante de esta métrica es que no limita la velocidad que puede alcanzar el agujero negro. Como hemos apuntado anteriormente, este hecho nos limita a la hora de seleccionar la aceleración que sufre el agujero negro y el tiempo máximo que podemos considerar, obligándonos a imponer que tanto la aceleración como el tiempo que transcurre sean pequeños. La siguiente caracteŕıstica que debemos tener en cuenta también hace referencia a la aceleración y acota el rango de validez de la transformación. Se trata del hecho de que, al aplicar la transformación, el espacio-tiempo en su totalidad está acelerado en la misma dirección y con la misma magnitud. Esta situación es irreal, por lo que tendremos que relacionar la situación que queremos representar con la métrica que hemos obtenido para poder realizar cálculos válidos. La razón por la que introdujimos la aceleración fue para modelizar la interacción de un agujero negro sobre otro. Idealmente, esta aceleración disminuiŕıaen un factor r−2 desde el punto en el que situaramos al otro agujero negro, pero incluir este comportamiento complicaŕıa la obtención y manipulación de la métrica final. Dado que tenemos impuesto que la aceleración debe ser pequeña y que la aceleración es constante en las inmediaciones del agujero negro, la situación que más se ajusta es la siguiente: los dos agujeros negros están lo suficientemente alejados como para que la interacción gravitatoria sea pequeña y casi constante. A pesar de que esta situación se aleja un poco del sistema que se planteó al comienzo del caṕıtulo 3, nos servirá como una primera aproximación al problema. Adicionalmente, sólo podremos considerar la región cercana al agujero negro. De esta manera evitaremos los problemas que acarrea la aceleración del espacio-tiempo completo. 18 CAPÍTULO 4. AGUJEROS NEGROS ACELERADOS Como consecuencia de esta acotación podremos suponer nula la curvatura escalar de Ricci, ya que situaremos el sistema en el vaćıo y por tanto el tensor enerǵıa-momento será nulo en todos los puntos del espacio-tiempo salvo en aquellos donde se encuentren las masas centrales de los agujeros negros [1]. Haciendo esto sortearemos las correcciones al área generalizada mencionadas anteriormente [15] y podremos calcularlo como se especifica en (3.1). Por último tenemos que estudiar el cálculo del horizonte de sucesos. Si bien podemos encontrar un método de cálculo en [4], tenemos que recordar que este horizonte se define globalmente y nuestro sistema está definido localmente. Aqúı encontramos el primer pro- blema: el hecho de que el espacio-tiempo completo esté acelerado nos imposibilita obtener un resultado válido del horizonte de sucesos. Sin embargo, como hemos hecho notar anteriormente, la localización de las masas dentro del sistema es uno de los factores clave para determinar la localización del horizonte. Las condiciones impuestas para validar los cálculos con esta métrica suponen que los agujeros negros están suficientemente alejados, por lo que el efecto de la configuración del sistema sobre el cálculo del horizonte de sucesos es mı́nimo. En este caso podemos suponer que el horizonte de sucesos y el horizonte aparente son casi coincidentes. De esta manera, podemos utilizar el horizonte aparente como aproximación al horizon- te de sucesos, aprovechando que este está definido localmente. Su cálculo es más simple si recordamos que es una región de atrapamiento, por lo que nos bastará con calcular la región en la que la componente puramente radial grr cambia de signo. Bajo esta defini- ción es fácil ver que todas las trayectorias radiales interiores a esta región se dirigirán irremediablemente hacia el interior del agujero negro. 4.2. Entroṕıa del agujero negro acelerado Una vez sentadas las bases, podemos proceder a calcular la entroṕıa del agujero negro a través del calculo del área del horizonte aparente de este. Para realizar los cálculos se ha utilizado el software libre “WxMaxima” [16], similar a Mathematica, y se proporcionará el código utilizado a petición. Antes de mostrar los resultados obtenidos se indica que para calcular el horizonte aparente se ha aproximado la componente puramente espacial grr a segundo orden en el tiempo e igualado a 0 para obtener el radio al que se encuentra el horizonte. Una vez ejecutado el programa, encontramos las siguientes expresiones para los térmi- nos de orden 0, 1 y 2 en t para √ gθθ gφφ − g2θφ ∣∣∣ rH : 19 CAPÍTULO 4. AGUJEROS NEGROS ACELERADOS Orden 0 : 4M2 |sin θ| Orden 1 : 2agM cos(α) sin(φ) sin(θ) |sin(θ)| t Orden 2 : − 1 2 [(( a2g2 sin2(α) sin4(φ) + ( a2g2 − 3a2g2 sin2(α) ) sin2(φ) + 2a2g2 sin2(α)− −a2g2 ) sin4(θ) + ( 2a2g2 cos(α) sin(α) cos(φ) sin2(φ)− −2a2g2 cos(α) sin(α) cos(φ) ) cos(θ) sin3(θ) + (( 2a2g2 sin2(α) + 4M2g2) sin2(φ)− −3a2g2 sin2(α) + ( a2 − 4M2 ) g2 ) sin2(θ) + (2a2g2 cos(α) sin(α) cos(φ) cos(θ)− −4Mg cos(φ)) sin(θ) + a2g2 sin2(α) + 4M2g2 ) |sin(θ)| ] t2 (4.7) Ahora analizaremos los distintos términos del área del horizonte: Orden 0 Si integramos la expresión correspondiente de (4.7) encontramos que el área a tiempo 0 del horizonte viene dado por AH,0 = 16πM 2 (4.8) Como se puede ver en (3.2), esta expresión es la misma que la del área de un agujero negro de Schwarzschild. Nuestra métrica transformada part́ıa de la métrica de un agujero negro de Kerr con a pequeño y, como se puede comprobar, el área de un agujero negro con estas caracteŕısticas es la misma que la de un agujero negro de Schwarzschild con la misma masa. Conclúımos entonces que el resultado obtenido nos indica que, a orden 0, la entroṕıa del agujero negro es la propia de ese agujero negro si se encontrase en reposo. Orden 1 En este caso, al integrar la expresión de (4.7) encontramos que el término de primer orden en t se anula. AH,1 = 0 (4.9) Este término de la entroṕıa está relacionado con la velocidad del agujero negro. Como hemos indicado anteriormente, un boost del agujero negro no modifica el área del hori- zonte de sucesos, por lo que su entroṕıa no cambia. El resultado obtenido muestra este comportamiento. Orden 2 Finalmente, la integral sobre el término de orden 2 de (4.7) nos proporciona: 20 CAPÍTULO 4. AGUJEROS NEGROS ACELERADOS AH,2 = − 4πa2g2 sin2 α + (12πa2 + 80πM2) g2 15 t2 (4.10) De este resultado podemos extraer tres conclusiones: La entroṕıa disminuye con el tiempo por efecto de la aceleración. La entroṕıa disminuye incluso cuando el agujero negro considerado es un agujero negro de Schwarzschild. Existe una interacción aceleración-momento angular que modifica la disminución de la entroṕıa. 4.3. Análisis de la entroṕıa del agujero negro Como hemos visto, la entroṕıa del agujero negro acelerado viene dada por: S ∝ 16πM2 − 4πa 2g2 sin2 α + (12πa2 + 80πM2) g2 15 t2 (4.11) El efecto más relevante de la aceleración es la disminución de la entroṕıa con el tiempo, independientemente de si el efecto de la aceleración es el de aumentar o disminuir la velocidad del agujero negro de estudio. Este efecto también ha sido observado en [8]. Volviendo a (3.3) vemos que este cambio en la entroṕıa también puede afectar a la masa y el momento angular del agujero negro. Dado que la disminución de entroṕıa también ocurre para agujeros negros de Schwarzschild, podemos concluir que provocará una disminución de la masa del agujero negro, emitiéndola al exterior en alguna forma de enerǵıa (ya sea térmica o mediante ondas gravitacionales). Dado que consideramos aceleraciones y tiempos pequeñas, esta emisión de enerǵıa será de una magnitud muy pequeña. También encontramos una relación con a: a mayor a mayor será la disminución de entroṕıa, por lo que el agujero negro tenderá a disminuir su momento angular intŕınseco para que la disminución de entroṕıa, y por tanto de masa, sea lo menor posible en módulo. Por otro lado, vemos una dependencia con el ángulo entre ~a y ~g que indica que el agujero negro tenderá a alinear su eje de rotación con la dirección de aceleración (α = π/2). De esta manera vemos que el agujero negro modificará su orientación y disminuirá su momento angular intŕınseco para minimizar la cantidad de masa que emite en forma de enerǵıa debido a la disminución de entroṕıa. Estos cambios espontáneos modifican sustancialmente las trayectorias de las part́ıculas de prueba en la métrica: por un lado la reorientación del agujero negro (considerando que es un agujero negro de Kerr) modificará 21 CAPÍTULO 4. AGUJEROS NEGROS ACELERADOS las localizaciones de la ergosfera y del plano ecuatorial, y por otro lado el cambio en la magnitud a y la masa M del agujero negro modifican la localización de los horizontes de sucesos y aparente. A estos cambios en la orientación del agujero negro hay que añadir la emisión de enerǵıa. Esta emisión provoca que la región cercanaal agujero negro no pueda considerarse como “vaćıo”, por lo que modificará el tensor enerǵıa-momento y por tanto la métrica, y nos obligará a incluir las correcciones mencionadas anteriormente al cálculo del área del horizonte. El principio de equivalencia afirma que un sistema afectado por un campo gravitatorio es indistinguible de un sistema de referencia no inercial acelerado, por lo que el resultado obtenido es equivalente al que obtendŕıamos si nuestro agujero negro estuviese bajo la influencia de otro agujero negro (lo suficientemente alejado como para que la aceleración sea la misma en todo el espacio cercano al agujero negro). Puesto que en la fusión de dos agujeros negros se emiten ondas gravitacionales, es plausible afirmar que por lo menos parte de la enerǵıa emitida será mediante ondas gravitacionales. Este detalle modificará la forma en la que la radiación emitida modifica las trayectorias de las part́ıculas de prueba, ya que estas ondas distorsionan las direcciones perpendiculares a su dirección de propagación. Dado que sólo podemos afirmar que al menos parte de la enerǵıa emitida será en forma de ondas gravitacionales, existe la posibilidad de que otra parte de la enerǵıa emitida sea en forma de enerǵıa térmica, es decir, fotones. Esta densidad de enerǵıa que emitirá el agujero negro modificará las trayectorias cercanas a la región cercana a este, añadiendo una presión de radiación que podŕıa disminuir la atracción gravitatoria. A todo esto hay que añadir que, al haber un cambio de la métrica con el tiempo, existe la posibilidad de que la absorción de una part́ıcula por parte del agujero negro dependa del tiempo que le costaŕıa a la part́ıcula atravesar el horizonte de sucesos. Este fenómeno seŕıa observable con part́ıculas que caen al agujero negro con momentos angulares altos o con velocidades radiales pequeñas. A la vista de los comportamientos expuestos, existe la posibilidad de encontrar las situaciones que buscamos (que un observador externo lejano sea capaz de ver materia desaparecer en el agujero negro y posteriormente salir de la región) en agujeros negros de Kerr acelerados. 22 Caṕıtulo 5 Conclusión Tras un breve análisis de las métricas de agujeros negros estacionarios hemos en- contrado una situación satisfactoria en lo que respecta al resultado que esperabamos: el proceso de Penrose. Este proceso es ampliamente conocido y se ha utilizado para explicar (parcialmente) los jets que emiten los cuásares. Posteriormente hemos podido observar los efectos de una aceleración sobre un agujero negro. Esta situación abre la posibilidad de encontrar los efectos buscados, por lo que se propone para futuros trabajos: El estudio de la entroṕıa para un agujero negro de Kerr acelerado con a grande. Extender la aplicabilidad de la métrica obtenida a tiempos mayores para poder estudiar las trayectorias y compararlas con las del mismo agujero negro estacionario. Comprobar los efectos de esta aceleración cuando se introduce en el sistema del agujero negro un disco de acreción. La inclusión de los efectos de reorientación y emisión de enerǵıa de los agujeros negros acelerados en la fusión de dos agujeros negros, comparando las predicciones que realiza con las medidas realizadas. En definitiva, podemos afirmar que en nuestras observaciones desde la Tierra podemos llegar a ver cómo pequeñas cantidades de materia escapan de un agujero negro desde su interior. 23 Bibliograf́ıa [1] S. Weinberg, Gravitation and Cosmology. Principles and Applications of the General Theory of Relativity, John Wiley & Sons (1972). [2] C. W. Misner, K. S. Thorne, J. A. Wheeler, Gravitation, San Francisco: W. H. Freeman (1973). [3] S. Chandrasekhar, The Mathematical Theory of Black Holes, Oxford University Press (1983). [4] M. Alcubierre, Introduction to 3+1 Numerical Relativity, Oxford University Press (2008). [5] P. V. P. da Cunha, Black Hole Shadows, Master Thesis, University of Coimbra (2015). [6] A. Herrera-Aguilar, U. Nucamendi, Kerr black hole parameters in terms of red/blue shifts of photons emitted by geodesic particles, arXiv:1506.05182v1 [gr-qc] [7] J. D. Schnittman, The Collisional Penrose Process, arXiv:1910.02800v1 [astro- ph.HE] [8] R. Emparan, M. Mart́ınez, Exact Event Horizon of a Black Hole Merger, ar- Xiv:1603.00712v3 [gr-qc] [9] K. Martel, E. Poisson, Gravitational perturbations of the Schwarzschild spacetime: A practical covariant and gauge-invariant formalism, arXiv:gr-qc/0502028v1 [10] S. O’Sullivan, S. A. Hughes, Strong-field tidal distortions of rotating black holes: Formalism and results for circular, equatorial orbits, arXiv:1407.6983v3 [gr-qc] [11] M. Zilhão, F. Löffler, An Introduction to the Einstein Toolkit, ar- Xiv:1305.5299v2 [gr-qc] 24 https://arxiv.org/pdf/1506.05182v1.pdf https://arxiv.org/pdf/1910.02800.pdf https://arxiv.org/pdf/1910.02800.pdf https://arxiv.org/pdf/1603.00712 https://arxiv.org/pdf/1603.00712 https://arxiv.org/pdf/gr-qc/0502028 https://arxiv.org/pdf/1407.6983v3 https://arxiv.org/pdf/1305.5299v2 https://arxiv.org/pdf/1305.5299v2 BIBLIOGRAFÍA [12] K. Clough, P. Figueras, H. Finkel, M. Kunesch, E. A. Lim, S. Tunya- suvunakool, GRChombo: Numerical Relativity with Adaptative Mesh Refinement, arXiv:1503.03436v3 [gr-qc] [13] P. Christian, C. Chan, FANTASY: User-Friendly Symplectic Geodesic Integrator for Arbitrary Metrics with Automatic Differentiation, arXiv:2010.02237v4 [gr-qc] [14] R. M. 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