Logo Studenta

WAKEFIELD, Norm (2008) Capacitados para Amar

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Publicado	por:	Spirit	of	Elijah	Ministries	P.O.	Box	377
Bulverde,	TX	78163
	
Capacitados	para	amar	©	2008	por	Norm	Wakefield.	Todos	los	derechos	reservados.	Prohibida	la
reproducción,	copia	o	el	utilizarlo	de	cualquier	manera	en	sistemas	de	computación	o	transmisión	o
cualquier	otra	forma,	ya	sea	electrónica,	fotocopia,	grabación	o	de	ninguna	otra	manera	sin	el	permiso
escrito	de	Norm	Wakefield,	Spirit	of	Elijah	Ministries,	como	provisto	conforme	las	leyes	de	producción	los
de	Estados	Unidos,	Norteamérica.
	
A	menos	que	se	indique	lo	contrario,	las	citas	bíblicas	se	tomaron	de	la	Santa	Biblia	Versión	Reina	Valera
1960	©	Sociedades	Bíblicas	Unidas
Originalmente	publicado	en	inglés	con	el	título:	Equipped	to	Love	y	es	propiedad	literaria:	Copyright	©
1999	por	Norm	Wakefield,	producción	por	Spirit	of	Elijah	Ministries.
ISBN:	1-892754-21-5
	
Fecha	de	Publicación	de	la	Versión	Digital:	Abril	2014
ISBN:	1-892754-48-7	(Apple	y	Nook	|	ePub)	ISBN:	1-892754-49-5	(Kindle	|	mobi)
Traducción	por:	David	Araya—costarica_46@yahoo.com	Ronald	Araya:	http://www.global-
linguistics.com;	glc-info@global-linguistics.com	Editado	por:	Dulce	Sancho—dmsancho@hotmail.com
Edición	y	revisión	de	la	Versión	Digital:	Américo	López	—	jesusamerico@gmail.com	Diseño	de	Portada:
Josh	Goforth,	Goforth	Graphics
Contenido
Portada
Dedicatoria
Prefacio
Introducción
Parte	Uno	-	Lecciones	Sobre	el	Amor
Capítulo	1	-	¿Qué	Tipo	de	Amor?
Capítulo	2	-	Relaciones	Libres	de	Idolatría
Parte	Dos	-	Las	Siete	Características	de	la	Idolatría
Capítulo	3	-	Más	Que	Un	Dios
Capítulo	4	-	Controla	y	Esculpe
Capítulo	5	-	Más	Sobre	el	Esculpir
Capítulo	6	-	Egoísmo
Capítulo	7	-	Se	Fija	en	La	Creación
Capítulo	8	-	Adora	a	Muchos	Ídolos
Capítulo	9	-	Se	Reproduce	a	Sí	Mismo
Capítulo	10	-	El	Odio/El	Amor
Parte	Tres	-	Capacitados	Para	Amar
Capítulo	11	-	Arrepentimiento	y	Fe
Capítulo	12	-	Vístanse	de	Cristo	Jesús
Capítulo	13	-	El	Amor	Emana	de	Dios
Capítulo	14	-	Generaciones	Capacitadas	Para	Amar
Notas
Otros	Recursos
CAPACITADOS
PARA	AMAR
Relaciones	Libres	de	Idolatría
Norm	Wakefield
	
Una	organización	sin	fines	de	lucro
Bulverde,	Texas
	
	
	
	
A	mi	fiel	y	amada	esposa,	Alma—mi	amiga,	y	mi	alma
gemela.
	
Prefacio
Indiscutiblemente	se	puede	asegurar	que	el	amor	es	una	cualidad	del	carácter
que	más	 se	 debe	manifestar	 en	 la	 iglesia.	El	 pastor	muchas	veces	 se	 relaciona
con	personas	que	desean	amar	pero	no	saben	cómo	o	no	entienden	el	por	qué	son
incapaces	de	amar.	Esa	necesidad	me	inspiró	a	escribir	este	libro.	Sé	que	hay	una
gran	cantidad	de	 libros	disponibles	para	el	cristiano	diciéndole	que	debe	amar,
pero	 he	 encontrado	 que	 pocos	 escudriñan	 las	 razones	 por	 las	 cuales	 no	 somos
capaces	de	amar	o	los	que	nos	digan	cómo	podemos	amar.	No	obstante,	el	amor
no	se	puede	reducir	a	la	simple	aplicación	de	conocimientos	o	a	la	práctica	de	un
conjunto	de	reglamentos,	me	he	sentido	fortalecido	por	las	respuestas	al	mensaje
de	este	libro.	Sé	que	Dios	usará	el	entendimiento	de	Su	Escritura	para	capacitarle
para	amar.
Indudablemente	 existen	 muchos	 recursos	 que	 hubiera	 recomendado	 en	 esta
tentativa,	 pero	 a	 propósito	 los	 he	 limitado	 a	 unos	 pocos	 (me	 disculpo	 por	 la
brevedad	 de	 las	 notas	 ubicadas	 al	 final	 de	 este	 libro).	 Concretamente,	 he
confiado	en	la	sabiduría	de	Las	Sagradas	Escrituras,	en	su	discernimiento	y	en	su
confiabilidad	de	ésta	como	el	recurso	de	estudio	para	capacitarle	para	amar.
Otra	 razón	 para	 escribir	 el	 libro,	 Capacitados	 Para	 Amar	 es	 ¡porque	 lo
necesitaba!	Me	han	dicho	que	 los	pastores	predican	conforme	 lo	que	necesitan
aplicar	en	sus	propias	vidas.	¡Este	es	mi	caso!	Estimo	mucho	a	mi	esposa,	Alma,
y	a	mis	hijos:	Abby,	Alyssa,	Micah	y	Amanda,	quienes	me	han	apoyado	durante
mi	 tiempo	 de	 aprendizaje.	Hubiera	 deseado	 estar	mejor	 capacitado	 para	 amar,
antes	de	 llegar	a	ser	esposo	y	padre	pero,	 la	realidad	es	que	no	lo	estuve,	y	 tal
vez,	con	usted	sucedió	lo	mismo.
Escribí	 este	 libro	 para	 esposos	 que	 quieren	 saber	 cómo	 amar	 a	 sus	 esposas;
para	esposas	que	desean	amar	a	sus	esposos;	para	padres	que	anhelan	amar	a	sus
hijos	con	el	amor	de	Cristo;	para	hijos	y	adolescentes	que	se	esfuerzan	para	amar
a	sus	hermanos,	a	sus	hermanas	y	a	sus	padres	y	para	las	personas	de	Dios	que
desean	amarle	cada	vez,	más.
Las	amenazas	contra	el	matrimonio	y	contra	las	familias	de	nuestra	sociedad
humanista	y	hedonista	(concupiscente)	también	me	han	inspirado	a	escribir.	Los
matrimonios	 sufren	 tremendamente	porque	muchas	de	 las	 relaciones,	 antes	del
matrimonio	 y	 durante	 el	 matrimonio,	 se	 fundamentan	 en	 la	 idolatría.
Consecuentemente,	 hoy	 en	 día	 esos	 matrimonios	 están	 en	 desequilibrio.	 El
porcentaje	 de	 divorcio	 en	 la	 iglesia	 es	 tan	 predominante	 como	 en	 la	 sociedad
secular.	Si	usted	es	uno	cuyo	matrimonio	está	en	peligro,	y	siente	que	el	amor	ha
desaparecido	 en	 su	 relación,	 entonces	 le	 doy	 gracias	 a	Dios	 por	 haber	 llevado
este	 libro	 a	 sus	manos.	 ¡Usted	 es	una	de	 las	 razones	por	 la	 cual	 este	 libro	 fue
escrito!	Nunca	es	demasiado	tarde	para	ser	capacitados	para	amar.
En	los	últimos	dos	años,	dos	de	mis	hijas	se	han	casado.	Que	gran	bendición
es	 ver	 el	 comienzo	 de	 sus	 matrimonios	 cimentados	 en	 el	 amor	 de	 Jesucristo.
Estoy	 seguro	 que	 usted	 valora	 el	 preparar	 a	 sus	 hijos	 para	 que	 establezcan	 un
matrimonio	capacitado	para	amar.	Espero	que	uno	de	los	fines	más	importantes
de	este	libro	sea	para	concretar	firmemente	la	fundación	de	matrimonios	nuevos.
Sin	 tomar	en	cuenta	su	edad,	sexo	o	estado	civil,	no	creo	que	se	desilusione
sobre	 la	 lectura	 de	 este	 libro,	 Capacitados	 Para	 Amar.	 Estas	 verdades	 y
conocimientos	han	sido	utilizados	por	Dios	para	salvar	matrimonios,	transformar
relaciones	e	inspirar	un	amor	más	abundante	hacia	Dios.
Doy	gracias	a	Dios	por	 lo	que	Él	nos	ha	dado	a	 través	de	Su	Palabra,	de	 su
Hijo,	 Cristo	 Jesús	 y	 por	 su	 Espíritu	 Santo.	 También,	 quiero	 aprovechar	 esta
oportunidad	para	agradecerles	a	varias	personas	quienes	han	contribuido	directa
o	indirectamente	en	la	escritura	de	este	libro.
Primero,	 quiero	 expresar	mi	 profundo	 agradecimiento	 a	 los	miembros	 de	 la
iglesia	 Coast	 Community	 en	 Fountain	 Valley,	 California,	 por	 su	 formidable
sacrificio,	apoyo	y	estímulo.	Por	su	buena	voluntad	en	proveerme	del	tiempo,	del
apoyo	económico	 para	mi	 familia	 y	 la	 inspiración	 para	 escribir	 este	 libro	 sólo
puede	ser	atribuido	al	trabajo	misericordioso	de	Dios	en	sus	corazones	lo	cual	es
una	demostración	de	Su	amor	para	mí.
En	segundo	lugar,	aprecio	la	labor	de	Jerry	White	Jr.,	por	su	crítica	y	valiosa
claridad	centrada	en	Cristo.	Él	no	sólo	ha	influido	en	el	contenido	de	este	libro
con	sus	comentarios,	pero	su	ejemplo	de	amor	a	 través	de	los	años	ha	causado
una	impresión	imborrable	en	mi	vida.
Finalmente,	Dios	ha	constituido	a	mi	familia	en	una	gran	inspiración	para	mí.
Junto	a	Cristo,	ha	sido	esencialmente	a	través	de	ellos	y	con	ellos	que	Dios	me
está	enseñando	y	me	está	capacitando	para	amar.
	
Introducción
AMOR—una	palabra	a	la	que,	frecuentemente,	se	le	despoja	de	su	poder.
Nosotros	 amamos	 nuestros	 carros,	 nuestras	 casas,	 trabajos,	 deportes,
pasatiempos	y	un	montón	de	cosas	más.	Pero,	¿Qué	es	 lo	que	 la	mayoría	de	 la
gente	 da	 a	 entender	 cuando	 dicen	 que	 aman	 sus	 carros?	 ¿Aman	 de	 la	 misma
manera	como	aman	a	las	personas?	Por	lo	general,	la	respuesta	es	«Sí.»	Cuando
confundimos	la	forma	en	como	amamos	a	las	cosas	con	la	forma	en	que	amamos
a	Dios	y	a	las	personas,	nos	hayamos	frustrados	y	derrotados.
¿Te	 esfuerzas	 por	 amar	 a	 Dios?	 Si	 has	 crecido	 asistiendo	 a	 la	 iglesia,	 bien
sabes	que	debes	amar	a	Dios.	El	Apóstol	Pablo	escribió:	«Si	alguno	no	ama	al
Señor,	quede	bajo	maldición»	 (1	Corintios	16:22).	Este	versículo	 ha	 tenido	 un
impacto	muy	fuerte	en	mi	vida.	El	temor	de	no	amar	a	Dios	lo	suficiente	me	ha
atormentado	más	veces	de	las	que	recuerdo.	Sé	que	no	amo	a	Dios	como	debería.
Sus	misericordias,Su	Palabra,	Su	perdón,	Su	atención	cuidadosa	sobre	mí,	Sus
dones,	Su	intercesión	a	mi	favor,	Su	muerte	y	resurrección	deben	avivar	un	amor
consistente	 y	 profundo	 pero	 algunas	 veces,	 mi	 amor	 para	 Él,	 es	 frío.
Frecuentemente	en	mí,	siento	que	mis	actitudes	hacia	Dios	no	son	las	correctas.
Por	ejemplo,	poco	después	de	mi	nuevo	nacimiento	espiritual	a	la	edad	de	29
años,	descubrí	un	resentimiento	hacia	Dios	que	estaba	perturbando	mi	relación
con	 Él.	 Era	 un	 resentimiento	 proveniente	 de	 mi	 frustración	 por	 no	 recibir
prontamente	la	revelación,	de	su	Persona,	hacia	mí.	No	me	gustó	que	Dios	me
dejara	batallar,	 fatigosa	 e	 infructuosamente	por	17	 años;	 de	 hacerme	 aceptable
para	Dios	y	a	mi	propia	conciencia.	Yo	no	entendía	el	amor	de	Dios	ni	tenía	el
conocimiento	de	cómo	amar.	Sin	embargo,	ahora	estoy	en	paz	con	el	hecho	de
que	todo	se	da	en	el	tiempo	de	Dios,	¡cómo	hubiera	deseado	que,	un	libro	como
éste,	hubiera	llegado	a	mis	manos	en	aquel	entonces!
¿Hay	personas,	que	agotan	el	límite	de	su	capacidad	de	amar?	Con	frecuencia,
las	personas	quienes	deseamos	amar	más,	son	aquellas	con	las	que	tenemos	las
mayores	dificultades.	Quizás	puedas	identificarte	con	la	pareja	a	la	que	aconsejé,
que	oponía	 resistencia	para	perseverar	en	un	matrimonio	caracterizado	por	una
relación	de	amor	y	odio.	Decían	que	se	amaban,	sin	embargo,	no	se	toleraban	el
uno	al	otro.	Se	manipulaban	y	se	molestaba	el	uno	al	otro	por	la	menor	cosa.	¿No
te	 interesaría	saber	por	qué	 tienes	dificultad	en	amar	a	 tu	 esposa,	 esposo,	hijo,
hermano,	 hermana,	 o	 colega?	 Aún	 más,	 ¿No	 es	 tu	 deseo	 honrar	 a	 Dios,
amándoles	con	Su	amor?
Si	piensas	que	no	puedes	amar,	y	sufres	severamente	de	un	caso	incurable	de
egocentrismo,	 de	 tal	 forma	 que	 debes	 recibir	 suficiente	 motivación	 para	 que
intentes	amar	más,	descubrirás	el	placer	de	que	la	respuesta	no	consiste	en	más
esfuerzo	 de	 tu	 parte.	 Si	 deseas	 aumentar	 tu	 amor	 por	 Dios	 y	 los	 demás,	 te
alentará	aprender	cual	es	el	propósito	de	Dios	para	las	relaciones	interpersonales.
Adquiriendo	una	nueva	perspectiva	con	respecto	a	lo	que	Dios	está	haciendo	en
tu	vida,	cuando	Él	trae	a	tu	vida	personas	y	circunstancias	difíciles,	te	permitirá
adquirir	sabiduría	y	esperanza.	De	igual	manera,	descubrirás	como	Dios	trabaja	a
través	de	 las	personas	y	circunstancias	para	 conducirte	hacia	Él	mismo	y	a	un
conocimiento	más	profundo	de	Su	amor	manifestado	a	través	tuyo.
El	propósito	de	este	libro	es	capacitarte	para	que	puedas	reconocer	actitudes	y
acciones	engañosas	de	la	falta	de	amor,	entonces	guiarte	al	Manantial	de	amor.
Aprenderás	a:
•	Diferenciar	entre	el	amor	conforme	a	Dios	y	el	amor	conforme	al	mundo.
•	Suprimir	 la	 postura	 y	 la	 actitud	 de	 idolatría	 conforme	 a	Dios,	 a	 otros,	 y	 a
circunstancias.
•	Reconocer	las	características	del	espíritu	de	idolatría.
•	Amar	como	Dios	ama.
Escribiré	sobre	el	tipo	de	amor	representado	por	la	palabra	griega,	ágape.	Este
amor	 sobrepasa	 todo	 tipo	de	amor	y	provee	el	 fundamento,	 tanto	para	el	 amor
fraternal	 (fileo)	 como	 para	 el	 amor	 físico	 (eros).	Deseamos	 llegar	 al	 grado	 de
madurez	 en	 el	 cual,	 el	 amor	 sea	 la	 motivación	 de	 todas	 nuestras	 relaciones.
Leemos	en	las	Escrituras	que	la	Palabra	de	Dios	escudriña	y	expone	los	motivos
destructivos	y	ocultos,	de	nuestros	corazones.
Porque	 la	 palabra	 de	 Dios	 es	 viva	 y	 eficaz,	 y	 más	 cortante	 que	 toda
espada	 de	 dos	 filos;	 y	 penetra	 hasta	 partir	 el	 alma	 y	 el	 espíritu,	 las
coyunturas	y	los	tuétanos,	y	discierne	los	pensamientos	y	las	intenciones	del
corazón.	Y	no	hay	cosa	creada	que	no	sea	manifiesta	en	su	presencia;	antes
bien	todas	las	cosas	están	desnudas	y	abiertas	a	los	ojos	de	aquel	a	quien
tenemos	que	dar	cuenta	(Hebreos	4:12-13).
Esto	es	indispensable	si	nuestro	amor	ha	de	ser	refinado	y	maduro.	Creo	que	el
discernimiento	de	la	Palabra	de	Dios	será	poderoso	y	cambiará	vidas.
El	deseo	y	anhelo	de	mi	corazón	es	ver	que	Dios	forme,	a	través	de	familias
cristianas,	niños	que	no	sólo	sean	educados,	habilidosos,	y	equipados,	sino	que
también	sean	niños	que	sepan	amar.	También	deseo	implantar	una	visión	clara	y
amplia	 en	 la	 mente	 de	 los	 padres.	 Reflexiona	 en	 el	 impacto	 que	 tendría	 una
generación	de	adultos	jóvenes	 inspirada	por	el	poder	del	amor,	en	sus	hogares,
hasta	un	punto	que	llega	a	influir	a	la	siguiente	generación.
Criar	 niños	 instruyéndolos	 satisfactoriamente	 a	 amar	 a	 Dios,	 a	 ser
responsables	y	hábiles	y	que	contribuyan	al	reino	de	Dios,	depende	de	muchos
elementos.	Nos	preocupamos	por	el	elemento	educativo,	el	elemento	de	salud,	el
elemento	de	habilidades	prácticas,	el	elemento	espiritual,	el	elemento	social,	y	el
elemento	de	carácter.
De	 todos	 estos	 elementos	 en	 la	 fórmula	 de	 ser	 padre,	 el	 más	 importante,
conforme	a	la	Palabra	de	Dios,	es	el	amor.	El	Apóstol	Pablo	lo	resume	cuando	él
determina	un	bajo	valor	a	la	educación	sin	amor.	Él	escribió	a	los	Corintios,	«Y
si	tuviese	profecía,	y	entendiese	 todos	 los	misterios	y	 toda	ciencia,	y	si	 tuviese
toda	la	fe,	de	tal	manera	que	trasladase	los	montes,	y	no	tengo	amor,	nada	soy»
(1	Corintios	13:2).
¿Cuál	 es	 el	 elemento	 de	 amor	 en	 tu	 vida?	 ¿En	 tu	 hogar?	 ¿No	 te	 gustaría
aumentar	este	aspecto	de	 tu	vida	en	 tu	hogar	y	 relaciones?	Espero	que	sí.	Que
maravillosa	libertad	te	espera.	Que	Dios	te	capacite	para	amar.
«Padre	 celestial,	 Manantial	 de	 Amor,	 capacítame	 para	 simple	 y	 claramente
compartir	 aquellos	 obstáculos	 para	 poder	 amar	 que	 haz	 manifestado	 en	 Tu
Palabra.	Que	Tu	Espíritu	repose	en	mí	mientras	escribo	y	en	mis	lectores	cuando
lean.	 Úngenos	 con	 el	 poder	 para	 amar.	 Concédenos	 Tu	 gracia	 divina	 para
entender	 las	 verdades	 otorgadas	 y	 aplícalas	 en	 nuestras	 relaciones.	 Te
agradecemos	y	te	damos	toda	la	gloria.	Amén
	
Parte	Uno
	
Lecciones	Sobre	el	Amor
	
Capítulo	1
¿Qué	Tipo	de	Amor?
Diferencia	entre	el	Amor	conforme	a	Dios	Y	el	Amor
Mundano.
Ya	que	 la	palabra—amor—se	utiliza	 con	mucha	 frecuencia,	 encuentro	útil
establecer	la	diferencia	entre	el	amor	mundano	y	el	amor	conforme	a	Dios.	Son
polos	opuestos.
El	Amor	Mundano
El	amor	conforme	al	mundo	se	orienta	en	el	obtener	y	en	el	usar.	El	Apóstol
Juan	lo	describe	en	su	primera	carta:
No	améis	al	mundo,	ni	las	cosas	que	están	en	el	mundo.	Si	alguno	ama	al
mundo,	 el	 amor	 del	 Padre	 no	 está	 en	 él.	 Porque	 todo	 lo	 que	 hay	 en	 el
mundo,	los	deseos	de	la	carne,	los	deseos	de	los	ojos,	y	la	vanagloria	de	la
vida,	no	proviene	del	Padre,	sino	del	mundo	(I	Juan	2:15-16).
Cuando	 el	 Apóstol	 Juan	 habló	 del	 mundo,	 se	 refería	 a	 aquellos	 que	 no
pertenecen	 a	 Jesús.	 Cuando	 Él	 les	 hablaba	 a	 sus	 discípulos	 sobre	 el	 don	 del
Espíritu	Santo,	Jesús	diferenciaba	los	Suyos	con	los	del	mundo.
Y	 yo	 rogaré	 al	 Padre,	 y	 os	 dará	 otro	 Consolador,	 para	 que	 esté	 con
vosotros	 para	 siempre:	 el	 Espíritu	 de	 verdad,	 al	 cual	 el	mundo	 no	 puede
recibir,	 porque	 no	 le	 ve,	 ni	 le	 conoce;	 pero	 vosotros	 le	 conocéis,	 porque
mora	con	vosotros,	y	estará	en	vosotros	(Juan	14:16-17).
Ya	que	el	mundo	no	puede	recibir	al	Espíritu	Santo,	no	hay	manera	en	que	el
amor	mundano	pueda	estar	de	acuerdo	con	el	amor	de	Dios.	Por	consiguiente,	en
la	 misma	 epístola,	 Jesús	 se	 refiere	 a	 una	 diferencia	 entre	 el	 pensamiento	 del
mundo	y	la	manera	de	pensar	de	aquellos	que	son	de	Él.	Contemplamos	que	el
mundo	se	ama	a	sí	mismo	y	aborrece	a	Jesús	y	a	los	Suyos.
Si	el	mundo	os	aborrece,	sabed	que	a	mí	me	ha	aborrecido	antes	que	a
vosotros.	 Si	 fuerais	del	mundo,	 el	mundo	amaría	 lo	 suyo;	pero	porque	no
sois	del	mundo,	antes	yo	os	elegí	del	mundo,	por	eso	el	mundo	os	aborrece
(Juan	15:18-19).
Probablemente,	 el	 amor	 mundano	 puede	 ser	 definido	 por	 la	 escritura	 del
Apóstol	Juan	en	su	primera	epístola.	Él	escribió	que	el	amor	mundano	puede	ser
simplificado	con	las	siguientes	palabras:
«Porque	todo	lo	que	hay	en	el	mundo,	los	deseos	de	la	carne,	los	deseosde	 los	 ojos,	 y	 la	 vanagloria	 de	 la	 vida,	 no	 proviene	 del	 Padre,	 sino	 del
mundo»	(I	Juan	2:16).
El	mundo	valora	las	cosas	y	las	personas	de	acuerdo	con	el	beneficio	que	den.
Probablemente,	 has	 observado	 que	 cuando	 utilizan	 la	 palabra	 «amor»,	 como
verbo,	 se	 refieren	 a	 que	 el	 objeto	 de	 su	 amor	 les	 da	 algo	 que	 desean.	 Por
ejemplo,	cuando	alguien	del	mundo	declara,	«yo	amo	mi	carro»,	 posiblemente
tiene	 en	mente	 los	 beneficios	 que	 el	 carro	 produce	 en	 su	 vida,	 ya	 sea	 porque
satisface	su	propia	vanagloria	o	porque	le	da	un	servicio	sin	presentar	problemas
mecánicos.	Si	alguien	en	el	mundo,	 tuviera	un	carro	destartalado	como	el	mío,
probablemente	no	se	referiría	a	su	auto,	en	forma	tan	afectiva.	¡Simplemente	nos
da	una	oportunidad	para	confiar	en	Dios!
Cuando	una	persona	mundana	declara	que	ama	a	su	esposa,	probablemente	se
refiere	la	mayor	parte	del	tiempo	a	que	su	esposa	realiza	lo	que	él	desea	que	ella
haga	y	cuando	él	desea	que	lo	haga.	Con	tal	que	le	complazca	con	felicidad	y	lo
satisfaga,	ella	tiene	el	valor	que	él	le	expresa,	con	la	palabra	«Amor.»
En	 la	 otra	 cara	 de	 la	 moneda,	 a	 lo	 mejor	 alguien	 podría	 usar	 el	 término
opuesto,	 correspondiente	 al	 odio	 para	 aplicarlo	 a	 aquellas	 cosas	 que	no	 logran
hacer	 que	 su	 vida	 sea	más	 fácil.	 Es	 posible	 que	 una	 esposa	 diga	 que	 odia	 su
esposo	o	a	sus	hijos	porque	no	cumplen	con	sus	deberes	a	la	hora	determinada	y
como	ella	lo	desea.	Usualmente	este	odio	se	desarrolla	a	través	de	un	período	de
tiempo,	pero	el	concepto	es	claro:	El	amor	mundano	se	concentra	en	el	obtener	y
en	el	uso	que	se	le	pueda	dar.
El	Amor	Conforme	a	Dios
En	evidente	contraste,	El	amor	conforme	a	Dios	se	enfoca	en	los	conceptos	de
dar	y	servir.	Dios	está	enseñándonos	esta	lección,	a	mi	esposa	y	a	mí,	a	través	de
nuestra	 hija	 Amanda	 quien	 tiene	 Síndrome	 de	 down.	 Estuvimos	 totalmente
sorprendidos	 por	 su	 condición	 cuando	 ella	 nació.	 Esto	 fue	 un	 cambio	 de	 vida
inmediato	por	muchas	razones,	pero	la	primera	fue	el	descubrir	lo	que	significa
el	amor	mundano	con	respecto	a	nuestro	pensamiento	para	con	ella	y	a	nuestros
otros	 hijos.	 ¡Teníamos	 peticiones	 específicas	 anotadas	 en	 nuestro	 libro	 de
oraciones	y	Amanda	no	era	la	respuesta	a	ninguna	de	esas	oraciones!
A	 su	 llegada,	 los	 motivos	 egoístas	 detrás	 de	 nuestras	 oraciones	 fueron
exhibidos	 libremente	 en	 la	 cruz.	 Enfrentados	 con	 nuestro	 desencanto	 e
incapacidad	de	encontrar	algún	uso	o	beneficio	egoísta	de	su	existencia,	fuimos
sacudidos	hasta	 lo	más	profundo	de	nuestro	corazón.	Deseábamos	un	niño	que
nos	 proporcionara	 algo—una	 niñita	 que	 pudiéramos	 utilizar	 para	 nuestra
vanagloria	y	que	no	fuera	una	molestia.	Por	supuesto,	deseábamos	que	ella	fuera
el	tipo	de	persona	que	otros	«amaran»,	también—alguien	quien	pudiera	llamar	la
atención	de	los	demás	por	lo	que	pudiera	ofrecerles.
Me	 avergüenzo	 en	 admitirlo,	 pero	 antes	 que	 naciera	 Amanda,	 esperábamos
que	 su	 valor	 consistiera	 en	 su	 capacidad	 de	 contribuir	 en	 beneficio	 a	 nuestras
vidas.	 Ahora	 puedo	 entender	 cuanto	 nos	 amó	Dios,	 demostrándonos	 con	 ello,
cuan	equivocados	estábamos	en	cuanto	a	nuestro	concepto	de	Su	amor,	y	¡estoy
alegre	que	lo	hizo!	Descubrimos	un	nuevo	aprecio	y	entendimiento	del	amor	de
Dios.	De	esta	manera,	Dios	me	reveló	como	yo	estaba	en	una	condición	similar
con	 respecto	 a	 Amanda,	 en	 mi	 relación	 con	 Él—siendo	 yo	 inútil,	 pero	 con
necesidad	de	amor.
Lo	Que	Valemos	Para	Dios
Como	 pecador,	 Cristo	 Jesús	 no	 tenía	 ningún	 uso	 para	 mí,	 excepto	 como
objeto,	 en	 el	 cual,	 el	 amor	 de	 Su	 Padre	 es	manifestado	 por	medio	 de	 Él.	 Los
versículos	en	Romanos	3:10-12	tomaron	un	nuevo	significado:	«No	hay	un	solo
justo,	 ni	 siquiera	 uno;	 no	 hay	 nadie	 que	 entienda,	 nadie	 que	 busque	 a	 Dios.
Todos	se	han	extraviado;	por	igual	se	han	corrompido.	No	hay	nadie	que	haga	lo
bueno,	 no	 hay	 ni	 siquiera	 uno.»	 Esos	 somos	 nosotros	 los	 seres	 humanos.
¡Estamos	deformados	drásticamente	y	peor	que	retardados	espiritualmente!
Mi	pecaminosidad	 facilita	 la	oportunidad	a	Dios,	 el	Padre,	de	manifestar	Su
muestra	de	amor—un	amor	dadivoso.	Cuando	Jesús	dice,	«te	amo»,	Él	expresa
que	 soy	valioso	por	 lo	que	adquiero	de	Él—el	 amor	 de	Su	Padre.	 Igualmente,
observé	que	el	amar	a	Amanda,	tenía	que	establecer	una	diferencia	entre	el	amor
mundano	y	 el	 amor	 conforme	 a	Dios.	Del	 punto	 de	 vista	 del	mundo,	 no	 tenía
razón	de	amar	a	Amanda.	Pero	por	la	gracia	divina	manifestada	en	la	Palabra,	el
amor	tomó	un	nuevo	significado.	¿Alguna	vez	has	considerado	que	el	gran	valor
de	aquellos	a	los	cuales	tienes	dificultad	en	amar	es	porque	te	hacen	ir	al	Padre
celestial?	El	valor	de	 todos	y	de	Amanda	proviene	de	su	capacidad	en	percibir
—ese	tipo	de	amor	que	el	Padre	concede—y	así	glorificando	a	Dios.
Dios	 da	 gran	 libertad	 cuando	 nos	 damos	 cuenta	 que	 las	 personas	 y
circunstancias	presentan	oportunidades	para	que	Dios	demuestre	la	realidad	de
nuestra	 relación	 con	 Él.	 Él	 las	 concede	 con	 el	 propósito	 de	 probar	 y	 de
demostrar	quienes	son	sus	hijos.	Conforme	Él	ama	a	través	de	nosotros,	sentimos
que	somos	amados	por	Dios.	Las	personas	y	circunstancias	son	concedidas	por
Dios—con	el	propósito	de	probar	y	demostrar	a	los	hijos	de	Dios,	el	objeto	del
amor	de	Dios.	Consecuentemente,	las	personas	de	la	vida	como	«Amanda»	nos
hacen	darnos	cuenta	del	poder	del	pecado	y	el	poder	del	amor.	Si	sólo	tenemos
en	 nosotros	 el	 amor	 mundano,	 la	 opresión	 egoísta	 poderosa	 del	 pecado	 en
nuestro	 corazón	 será	 evidente	 en	 nuestra	 incapacidad	 de	 amar.	 Pero	 si	 Jesús
mora	en	nosotros,	descubriremos	la	fortaleza	de	Su	amor	fluyendo	fácilmente	a
través	de	nosotros.	En	ambos	casos	ellos	son	instrumentos	de	Dios	enseñando	de
lo	que	está	lleno	nuestro	corazón.
Nunca	me	olvido	lo	que	mi	buen	amigo	y	consejero,	Jerry	White,	dijo:	«Cada
relación	es	una	oportunidad	para	amar,	y	cada	situación	es	una	oportunidad	para
demostrar	 confianza.»	 Oswald	 Chambers	 escribió,	 «El	 temperamento	 de	 un
hombre	 por	 dentro,	 i.e.,	 lo	 que	 posee	 en	 su	 personalidad,	 determina	 lo	 que	 le
provoca	en	lo	externo.	La	tentación	se	ajusta	a	la	naturaleza	del	que	es	tentado,	y
revela	 las	 facultades	 de	 la	 naturaleza.	 Cada	 hombre	 tiene	 la	 naturaleza	 de	 su
propia	tentación,	y	la	tentación	provendrá	de	esa	propensión	dominante»1...	Dios
conoce,	justo	lo	que	necesitamos	para	revelar	la	propensión	del	amor	mundano	y
nos	guía	al	arrepentimiento,	rebosamiento	y	derramamiento	de	Su	amor.
La	gráfica	siguiente	compara	los	dos	tipos	de	amor.	Si	únicamente	conocemos
el	 amor	mundano,	 sólo	 estaremos	 felices	 con	 lo	 «más	 agradable»	 en	 nuestras
vidas.	 Nuestras	 relaciones	 lo	 demostrarán.	 Nos	 encontramos	 tratando
celosamente	de	controlar	todo	y	a	todos	aquellos	que	consideremos	de	provecho.
Frecuentemente	 lidiamos	 con	 el	 enojo	 y	 la	 envidia	 y	 posiblemente	 nos
ofendemos	fácilmente.
Pero	 si	 conocemos	 el	 amor	 de	 Cristo,	 un	 amor	 dadivoso	 fluye	 de	 nosotros
conforme	vivimos	nuestra	vida	en	la	plenitud	de	Cristo.	Es	el	tipo	de	amor	que
provee	la	base	para	la	unidad.	Deseando	lo	mejor	para	todos	y	difiriendo	el	yo
por	otros,	estamos	dispuestos	a	servir	a	otros	sin	envidia	ni	ofensa.	Puesto	que
fluye	 de	 una	 unión	 vital	 con	 Cristo	 Jesús,	 toda	 la	 gloria	 es	 de	 Dios.	 Como
escribió	Juan,
Amados,	amémonos	unos	a	otros;	porque	el	amor	es	de	Dios.	Todo	aquel
que	 ama,	 es	 nacido	 de	 Dios,	 y	 conoce	 a	 Dios.	 El	 que	 no	 ama,	 no	 ha
conocido	a	Dios;	porque	Dios	es	amor	(I	Juan	4:7-8).
Considere	estas	características:
El	Amor	Mundano Versus El	Amor	Conforme	a	Dios
Origen:	Amor-propio 	 Origen:	Dios	en	Cristo	Jesús
Motivación:	Obtener 	 Motivación:	Dar
Objetivo:	Sacar	provecho 	 Objetivo:	Ser	de	provecho
Exalta	al	hombre 	 Exalta	a	Dios
No	requiere	fe;	natural 	 Requiere	fe;	espiritual
El	valor	es	determinado	por	el
aprovechamiento	de	la	persona	uobjeto
	 El	valor	es	determinado	por	la	oportunidad
provista	para	demostrar	el	amor	de	Jesús
Egoísta	por	naturaleza 	 Se	concentra	en	otros
Dominio;	manipulador 	 Someterse;	servir
Envidioso 	 Sin	envidia
Fracasa 	 Sin	fracaso
Odia	el	sufrimiento 	 Soporta	el	sufrimiento
Se	funda	en	valores	temporales 	 Se	fundamenta	en	valores	eternos
Sin	poder	de	unificar 	 Vínculo	perfecto	de	unidad
Se	funda	en	sentimientos 	 Se	fundamenta	en	la	verdad
Puede	enojarse	u	ofenderse 	 No	puede	enfurecerse	u	ofenderse
Impulsado	por	lo	vano/presuntuoso 	 Impulsado	por	plenitud/perfecto
Sensación	de	vacío	interior 	 Sensación	de	reboso
	
Tal	 vez	 esto	 sea	 un	 nuevo	 pensamiento.	 Entre	mayor	 sea	 nuestra	 inutilidad,
incapacidad	u	obstinación,	existe	mayor	potencial	para	que	experimentes	el	amor
de	 Dios.	 ¿Hay	 alguien	 a	 quien	 conoces	 que	 debes	 amar,	 pero	 te	 es	 difícil
hacerlo?	 ¿Tal	 vez	 la	 filosofía	 del	 amor	 mundano	 ha	 encontrado	 nido	 en	 tu
pensamiento?	Si	lo	has	percibido,	a	lo	mejor	estás	en	el	umbral	de	experimentar
el	amor	de	Dios	de	una	manera	poderosa.
Cuando	Dios	me	reveló	este	pensamiento,	le	pedí	al	Señor	que	me	indicara	las
relaciones	que	esa	manera	de	pensar	habían	destruido	o	dañado	para	pedirle	un
arrepentimiento	 minucioso	 y	 demostrar	 Su	 amor	 para	 Su	 gloria.	 Gocé	 más
libertad	 que	 nunca	 antes	 y	 percibí	 que	 mi	 capacidad	 de	 amar	 aumentaba
conforme,	tuve	un	cambio	de	idea	y	pensamiento	sobre	esas	relaciones.
Muchos	otros	han	expresado	el	mismo	testimonio.	Una	mujer	me	indicó	que	al
entender	 su	 amor	mundano	por	 su	 esposo	 rescató	 su	matrimonio.	 Las	madres,
fastidiadas	con	sus	niños	porque	no	son	«de	su	agrado»,	han	expresado	la	alegría
de	 relaciones	 sanadas	 y	 renovadas.	Los	 esposos	 han	 logrado	 una	 nueva	 visión
para	amar	a	sus	esposas	mientras	ven	la	diferencia	entre	el	amor	mundano	y	el
amor	conforme	a	Dios.
¿Puedes	pensar	en	una	relación	con	la	cuál	estás	batallando	en	este	momento?
¿Estás	frustrado	con	algo	que	no	estás	recibiendo	de	esa	persona	y	que	sientes
que	lo	mereces?	¿Te	incomodan?	Si	hicieran	las	cosas	a	tu	manera	y	a	tu	tiempo,
¿sentirías	que	los	amas	más?
¡Por	favor!	Toma	un	momento	y	deja	que	Dios	examine	tu	corazón	a	través	de
esta	 primera	 percepción	 sobre	 el	 amor.	 Él	 podría	 hacerte	 recordar	 diferentes
relaciones	 las	 cuales	 se	basaban	completamente	en	 tu	aprovechamiento...	Si	 es
así,	no	es	necesario	sentirse	abrumado	o	desalentado	con	 lo	que	observas	en	 ti
mismo.	Al	contrario,	aliéntate:	¡Dios	trabaja	en	formas	misteriosas,	y	en	potentes
maravillas!	Tu	manera	pecaminosa	y	tu	falta	de	amor	le	provee	la	oportunidad	a
Jesucristo	para	demostrar	el	amor	de	Su	Padre	hacia	ti.
Pero	 Dios	 demuestra	 su	 amor	 por	 nosotros	 en	 esto:	 en	 que	 cuando
todavía	éramos	pecadores,	Cristo	murió	por	nosotros	(Romanos	5:8).
Le	 animo	 a	 que	 reciba	 Su	 amor	 y	 perdón	 mientras	 confiesa	 a	 Dios	 cada
relación	que	fue	estropeada	por	el	amor	mundano.	Estás	sintiendo	los	beneficios
al	entender	el	camino	de	Dios	en	relaciones	amorosas.	Pídele	que	te	revele	más,
mientras	continuamos	escudriñando	el	amor	de	Dios.
	
Capítulo	2
Relaciones	Libres	de	Idolatría
Aprenda	el	Fundamento	del	Amor:	No	puedes	amar
a	alguien	a	quien	idolatras.
De	 acuerdo	 con	 las	Escrituras,	 el	 espíritu	 de	 idolatría	 yace	 en	 el	 fondo	 de
todo	 pecado.	 El	 primer	 mandamiento	 de	 Dios	 en	 los	 Diez	 Mandamientos
menciona	la	iniquidad	de	la	idolatría.	Él	profeta	Samuel	informó	al	Rey	Saúl	que
la	insubordinación	y	la	rebeldía	son	como	idolatría	(I	Samuel	15:23).	El	Apóstol
Pablo	animó	a	los	Colosenses	a	que	se	consideraran	muertos	a	la	inmoralidad,	la
impureza,	la	pasión,	los	deseos	malévolos,	y	la	avaricia,	los	cuales	vienen	a	ser
lo	 mismo	 que	 la	 idolatría	 (Colosenses	 3:5).	 Podemos	 decir	 que	 la	 idolatría
encarna	todo	lo	que	es	contra	Cristo.
Cuando	 alguien	 se	 fija	 en	 cualquier	 cosa	 o	 en	 otra	 persona,	 fuera	 de	 Dios
como	la	fuente	de	todas	las	cosas,	comete	el	pecado	de	la	idolatría.	Esto	parece
medio	extraño,	pero	es	 la	verdad.	Esta	es	una	buena	definición	de	 la	 idolatría:
fijándose	en	cualquier	persona,	objeto,	o	idea	para	suplir	lo	que	sólo	Dios	puede
proveer.	 Por	 ejemplo,	 cuando	 un	 esposo	 busca	 su	 felicidad	 fijándose	 en	 su
esposa,	él	la	idolatra.	Si	un	niño	se	fija	en	sí	mismo	para	 tener	 la	capacidad	de
complacer	a	sus	padres,	él	se	idolatra.	Es	posible	que	una	esposa	idolatre	a	sus
hijos	esperando	que	ellos	le	den	importancia.	Esto	puede	compararse	con	la	idea
de	«poner	los	ojos	en»	Dios	como	el	proveedor	de	nuestras	necesidades.	Quizás
te	 ayude	 a	 darte	 cuenta	 que	 cuando	 ponemos	 los	 ojos	 en	Dios	 para	 todas	 las
cosas,	estamos	adorando	a	Dios.
Fácilmente	podemos	observar	como	los	pecados	mencionados	en	Colosenses
3	constituyen	la	idolatría,	pero	cuando	el	espíritu	de	la	idolatría	se	disfraza	como
luz	 o	 como	 gentileza,	 exhibe	 sus	 características	 sumamente	 diabólicas.
Precisamente	como	Satanás	suele	representarse	como	ángel	o	mensajero	de	luz,
este	 espíritu	 diabólico	 con	 frecuencia	 se	 trueca	 como	 el	 amor,	 en	 una	manera
mundana.	De	esta	manera,	si	alguien	no	diferencia	entre	el	amor	mundano	y	el
amor	 conforme	 a	 Dios,	 puede	 ser	 inducido	 en	 el	 sentido	 de	 que	 es	 amoroso
cuando	de	hecho	se	está	aprovechando	de	alguien	para	su	propio	interés	egoísta.
Por	 eso	 es	 tan	 importante	 aprender	 a	 reconocer	 el	 espíritu	 de	 idolatría.	 Se
desplaza	 abriendo	 camino	 dentro	 de	 relaciones,	 desde	 la	 simiente	 de	 nuestra
naturaleza	humana.	En	el	centro	de	la	tentación	de	Satanás	de	Adán	y	Eva	yace
la	 idolatría	 y	 el	 egoísmo.	 Él	 nos	 tienta	 a	 ignorar	 la	 Palabra	 de	 Dios	 y	 Su
voluntad,	 a	 escucharle	 y	 entronizar	 nuestra	 propia	 voluntad.	 Con	 tal	 señuelo,
sedujo	a	 los	padres	de	 la	humanidad	a	alejar	su	mirada	de	Dios	como	la	única
fuente	de	autoridad,	sabiduría	y	 felicidad.	Desde	que	 la	 semilla	de	Satanás	 fue
sembrada	y	dio	fruto	en	Adán	y	Eva,	la	idolatría	ha	obstruido	las	relaciones.
Generalmente,	cuando	oímos	la	palabra	«idolatría»,	nuestra	mente	infiere	a	un
hombre	 prehistórico	 tallando	 un	 bloque	 de	 piedra.	Muchos	 piensan	 que	 es	 un
pecado	del	Antiguo	Testamento	el	cual	el	hombre	moderno	ha	superado.	Pero,
¿de	 verdad	 lo	 hemos	 superado	 con	 el	 tiempo,	 o	 simplemente	 lo	 hemos
sofisticado?
Mientras	meditaba	en	Gálatas	5:14,	me	sorprendió	el	hecho	de	que	toda	la	Ley
se	cumple	en	una	palabra:	Amor.	Dice,	«Porque	toda	la	Ley	en	esta	sola	palabra
se	cumple:	“Amarás	a	tu	prójimo	como	a	ti	mismo”.»	Esto	me	indujo	a	meditar
en	los	Diez	Mandamientos	y	ver	como	cada	uno	se	relaciona	con	el	amor.	Lo	que
descubrí	 en	 el	 primer	mandamiento	 es	 indispensable	 para	 ser	 capacitado	 para
amar—viéndolo	 dentro	 de	 una	 nueva	 percepción	 de	 las	 características	 del
espíritu	de	idolatría.
El	amor	sólo	puede	manifestarse	donde	una	relación	está	libre	de	idolatría	y
la	persona	reconoce	a	Dios	como	la	fuente	de	todo.	Al	momento	que	nos	fijamos
en	alguien	como	el	proveedor	que	proporciona	nuestra	felicidad	o	tranquilidad,
lo	sustituimos	en	lugar	de	Dios.	En	aquel	momento,	el	amar	a	esa	persona	con	el
amor	de	Dios	llega	a	ser	una	imposibilidad.
Tu	 fundamento	 teológico	 es	 crítico	 para	 tu	 crecimiento	 en	 amor.	 Tu
convicción	de	Dios	impone	su	perspectiva	y	actitud	a	personas	y	a	circunstancias
en	la	vida.	Si	tienes	mala	información	sobre	Dios,	tu	perspectiva	de	las	personas
y	situaciones	en	 la	vida	estarán	 sesgadas.	Por	ejemplo,	 si	 te	han	enseñado	que
Dios	es	misericordioso,	y	su	definición	de	bondad	es	aquello	que	te	hace	sentir
feliz	y	cómodo,	entonces	tu	percepción	de	las	personas	fastidiosas	y	de	eventos
trágicos	serán	erróneos.	Por	lo	tanto,	reaccionarás	negativamente.
Por	muchos	años	de	mi	vida	luché	en	mi	relación	con	Dios	así	como	con	otras,
debido	al	punto	de	vista	egocéntrico	humano	que	tenía	de	Dios	y	que	formó	mi
marco	de	referencia	de	la	vida.	Había	aceptado	un	punto	de	vista	deun	dios	que
tenía	cualidades	humanas,	que	tenía	pensamientos	y	maneras	semejantes,	y	tenía
el	mismo	 sistema	de	valores	 como	 la	mayoría	de	 los	 estadounidenses	de	 clase
media	del	 siglo	veinte.	Tenía	un	concepto	erróneo	 de	 la	misericordia	 de	Dios:
aquello	que	me	hace	sentir	 feliz	y	cómodo.	Si	ocurrían	 cosas	 buenas,	 entonces
sentía	 que	Dios	 era	bueno.	Pero	hay	problemas	graves	 con	 ese	 concepto	de	 la
bondad	 de	 Dios.	 ¿Quién	 es	 Dios	 cuando	 ocurren	 tragedias?	 Cuando	 personas
malas	hacen	cosas	malas,	¿Qué	vamos	a	pensar	de	Dios?	Analizaremos	esto	en
capítulos	más	adelante,	por	ahora	consideremos	en	tus	doctrinas	fundamentales
de	Dios.
Doctrina	Fundamental
Tu	 fundamento	 teológico,	 por	 consiguiente,	 es	 crucial	 para	 que	 seas
capacitado	 para	 amar.	 ¿Cómo	 contestas	 las	 siguientes	 preguntas?	 ¿Cuántos
dioses	crees	que	existen?	¿Quién	es	Dios?	¿Qué	significa	ser	Dios?	¿Cuál	es	la
importancia	de	nosotros	al	ser	criaturas	de	Dios	en	Su	creación?
En	 respuesta	 a	 lo	 mencionado,	 posiblemente	 crees	 que	 hay	 un	 Dios.	 La
mayoría	de	los	individuos	que	asisten	a	la	iglesia	conocen	las	manifestaciones	de
la	Escritura,	«Oye,	Israel:	Jehová	nuestro	Dios,	Jehová	uno	es»,	 (Deuteronomio
6:4)	 y	 «Yo	 soy	 Jehová	 tu	 Dios...	 No	 tendrás	 dioses	 ajenos	 delante	 de	 mí»	 y
«porque	yo	soy	Dios,	y	no	hay	otro	Dios...»	(Isaías	46:9).
Cuando	 te	 preguntan	 respecto	 a	 quién	 es	 Dios,	 es	 posible	 que	 respondas
manifestando	 que	 Cristo	 Jesús	 era	 Dios	 encarnado	 y	 Dios	 entronizado.	 La
mayoría	 creen	que	 Jesucristo	 es	Dios	y	 tal	 vez	 reciten	 estos	versos	 conocidos:
«En	el	principio	era	el	Verbo,	y	el	Verbo	era	con	Dios,	y	el	Verbo	era	Dios...	y
aquel	Verbo	fue	hecho	carne,	y	habitó	entre	nosotros	(y	vimos	su	gloria,	gloria
como	del	unigénito	del	Padre),	lleno	de	gracia	y	de	verdad»	(Juan	1:1,	14).	«Yo	y
el	Padre	uno	somos»	(Juan	10:30),	el	cual,	siendo	el	resplandor	de	su	gloria,	y	la
imagen	misma	de	su	sustancia,	y	quien	sustenta	todas	las	cosas	con	la	palabra	de
su	poder,	habiendo	efectuado	la	purificación	de	nuestros	pecados	por	medio	de	sí
mismo,	se	sentó	a	la	diestra	de	la	Majestad	en	las	alturas...»	(Hebreos	1:3).
Puedes	afirmar	 junto	con	 la	mayoría	de	cristianos	ortodoxos	que	 la	 cualidad
primordial	o	característica	de	ser	Dios	yace	en	el	hecho	de	que	 todas	 las	cosas
proceden	de	Él	y	están	completamente	dentro	su	jurisdicción	y	control.	Leemos
en	I	Corintios	8:4-6,	«...sabemos	que	un	ídolo	nada	es	en	el	mundo,	y	que	no	hay
más	que	un	Dios...pues	para	nosotros,	sin	embargo,	sólo	hay	un	Dios,	el	Padre,
del	 cual	 proceden	 todas	 las	 cosas,	 y	 nosotros	 somos	 para	 él;	 y	 un	 Señor,
Jesucristo,	por	medio	del	cual	son	todas	las	cosas,	y	nosotros	por	medio	de	Él.»
Y	en	Colosenses	1:16-17,	«Porque	en	Él	[Jesús]	fueron	creadas	todas	las	cosas,
las	 que	 hay	 en	 los	 cielos	 y	 las	 que	 hay	 en	 la	 tierra,	 visibles	 e	 invisibles;	 sean
tronos,	 sean	 dominios,	 sean	 principados,	 sean	 potestades;	 todo	 fue	 creado	 por
medio	de	Él	y	para	Él.	Y	Él	es	antes	de	todas	las	cosas,	y	todas	las	cosas	en	Él
subsisten.»
El	propósito	de	Dios	es	glorificarse	a	Sí	mismo	y	darse	a	conocer	a	través	de
la	revelación	de	Su	Hijo,	Jesucristo.	Por	lo	tanto,	como	Sus	criaturas,	estamos	en
la	 humilde	 situación	 de	 existir	 completamente	 para	 Su	 beneficio	 y	 Su	 gloria.
Todas	las	criaturas	esperan	en	Dios	para	recibir	sus	vidas	físicas	y	espirituales.
No	hay	otras	 fuentes	de	existencia.	Esto	está	claro	en	 los	versos	mencionados,
pero	 también	 Salmos	 104:24,	 27-30	 afirma	 nuestra	 dependencia	 en	 Dios	 para
todas	 las	cosas.	«Cuán	 innumerables	son	 tus	obras...	Todos	ellos	esperan	en	 ti,
Para	 que	 les	 de	 su	 comida	 a	 su	 tiempo.	 Les	 das,	 recogen;	 Abres	 tu	mano,	 se
sacian	de	bien.	Escondes	tu	rostro,	se	turban;	Les	quitas	el	hálito,	dejan	de	ser,	Y
vuelven	al	polvo.	Envías	tu	Espíritu,	son	creados,	Y	renuevas	la	faz	de	la	tierra.»
Sin	 embargo,	 la	 siguiente	 lista	 no	 es	 una	 descripción	 completa	 de	 todas
nuestras	creencias	de	Dios,	expresa	algunas	que	son	primordiales	y	pertinentes	a
nuestra	vida	diaria.
Doctrina	Fundamental	Respecto	a	Dios
Dios	 es	 soberano:	 Él	 es	 la	 primera	 razón	 de	 todas	 las	 acciones	 y	 nunca
reprocha	su	creación.
•	Dios	es	santo,	misericordioso,	luz,	y	amor.
•	Dios	cumple	todo	conforme	Su	voluntad...
»	Para	Su	gloria.
»	Para	Su	bienestar.
»	Para	manifestar	a	Cristo,	Su	Hijo.
»	Para	formar	a	Sus	hijos	más	como	Cristo:	humildes	y	obedientes.
•	Dios	les	provee	de	todo	lo	necesario	a	sus	hijos	para	que	cumplan	Su	voluntad.
•	Dios	no	desaprovecha	nada.
•	Todas	las	acciones	de	Dios	son	llevadas	a	cabo	con	perfecta	sabiduría.
Dado	que	 éstas	 son	 tan	 esenciales	 para	 nuestras	 vidas	 podemos	 esperar	 que
Satanás	 continuamente	 nos	 pruebe	 en	 estos	 puntos	 tan	 fundamentales.	 En
ocasiones	un	abismo	se	encuentra	entre	 lo	que	profesan	 los	creyentes	y	 lo	que
sus	vidas	demuestran	de	acuerdo	a	lo	que	verdaderamente	creen.	Recuerdo	una
expresión	 que	 se	 escuchaba	 en	 una	 iglesia	 que	 asistía	 que	 lo	 expresa	 muy
claramente.	«Practica	 lo	 que	 crees;	 lo	 demás	 es	 pura	 palabrería	 religiosa.»	No
estoy	seguro	quien	lo	acuño,	pero	lleva	a	una	observación	muy	importante.
Cuando	de	amar	se	trata,	las	acciones	de	las	personas	o	las	reacciones	a	las
respuestas	 a	 las	 acciones	 de	 otros,	 declaran	 su	 verdadero	 fundamento	 y
motivación	doctrinal...	Me	he	dado	cuenta	con	mucha	frecuencia,	que	cuando	las
personas	tienen	dificultad	en	amar,	es	porque	un	espíritu	idólatra	los	obstaculiza.
Aunque	dirían	 que	 creen	 en	Dios,	 están	 esperando	 que	 otros	 les	 proporcionen
algo	a	su	propia	manera	o	en	su	 tiempo.	No	creen	que	 lo	que	 reciben	de	otras
personas	o	circunstancias	proviene	de	la	mano	de	Dios	para	un	buen	propósito.
Por	consiguiente,	comienzan	a	tratar	de	usar	a	 la	otra	persona	o	persuadir	a	 la
otra	persona	para	que	cambie	o	proporcione	cosas	a	su	propia	manera	y	tiempo.
Al	final,	la	desilusión	y	el	resentimiento	son	el	resultado	de	tales	relaciones.	Esto
afirma	que	la	idolatría	y	el	amor	son	hostiles	entre	si	y	mutuamente	exclusivos.
En	Salmos	33:13-15,	leemos	estas	palabras	asombrosas	y	que	humillan	al
hombre:	«Desde	los	cielos	miró	Jehová;	vio	a	todos	los	hijos	de	los	hombres;
desde	el	lugar	de	su	morada	miró	sobre	todos	los	habitantes	de	la	tierra.	Él	formó
el	corazón	de	todos	ellos;	atento	está	a	todas	sus	obras.»	Es	tan	tentador	criticar
y	quejarnos	de	las	personas	como	si	ellas	fueran	el	final	determinante	de	sus
condiciones	y	de	nuestra	felicidad.	Recordemos:	Si	Dios	decidiera	quitar	su
abundante	mano	misericordiosa	de	nosotros	y	de	tal	manera	desencadenar	lo
malévolo	en	nosotros,	que	tanto	aborrecemos	en	los	demás,	podríamos	ser
peores	que	ellos.
Estos	 versos	 nos	 aseguran	 que	 Dios	 ha	 formado	 los	 corazones	 de	 todos
aquellos	con	que	nos	relacionamos.	Sabemos	que	en	un	momento	dado	Él	puede
cambiarles—si	 le	 complaciera	 y	 sirviera	 Sus	 propósitos.	 A	 pesar	 de	 que	 no
comprendamos	todos	Sus	propósitos,	podemos	con	confianza	agradecerle	a	Dios
por	 las	 actitudes	 y	 acciones	 de	 todos	 aquellos	 alrededor	 de	 nosotros,	 porque
creemos	 que	 Dios	 está	 en	 control	 y	 todas	 las	 cosas	 están	 de	 acuerdo	 con	 Su
grande	y	maravilloso	propósito—para	glorificarse	a	través	de	Su	Hijo.	Si	somos
cristianos	en	Cristo,	sabemos	que	Dios	está	trabajando	para	glorificar	a	Su	Hijo
en	nosotros.
En	 la	 Confesión	 de	 Fe	 de	 Filadelfia,	 que	 es	 un	 libro	 de	 los	 fundamentos
básicos	 de	 las	 creencias	 Cristianas	 adoptado	 por	 la	 Asociación	 Bautista	 de
Filadelfia	en	1742,	se	define	el	orden	de	asuntos	de	Su	Creación.
Dios	 ha	 decretado	 en	 sí	mismo,	 desde	 la	 eternidad,	 por	medio	 del	más
sabio	y	santo	concilio	de	Su	propio	dominio,	libremente	e	inmutablemente,
todas	las	cosas	pasarán;	y	aun	así	Dios	no	es	ni	el	autor	del	pecado,	ni	tiene
complicidad	con	nadie	en	tal	asunto,	ni	la	violencia	es	ofrecida	a	la	voluntad
de	la	criatura,ni	es	la	libertad,	o	motivos	ulteriores	eliminados,	mejor	dicho
establecidos....1
Para	los	suyos,	todas	las	cosa	ayudan	a	bien	(circunstancias	y	relaciones)	para
el	propósito	de	hacer	a	los	suyos	más	como	Su	Hijo,	Cristo	Jesús.	En	Romanos
8:28-29,	el	Apóstol	San	Pablo	escribió,	«Sabemos,	además,	que	a	los	que	aman	a
Dios,	 todas	 las	 cosas	 los	 ayudan	 a	 bien,	 esto	 es,	 a	 los	 que	 conforme	 a	 su
propósito	son	llamados.	A	los	que	antes	conoció,	también	los	predestinó	para	que
fueran	hechos	conformes	a	la	imagen	de	su	Hijo,	para	que	él	sea	el	primogénito
entre	 muchos	 hermanos.»	 Los	 creyentes	 en	 el	 Señor	 Jesucristo	 tienen	 la
confianza	de	que	su	Dios,	el	único	Dios,	hace	Su	voluntad	en	todas	las	cosas	de
la	vida	de	ellos,	y	no	necesitan	 idolatrar	o	 fijarse	 en	alguien	más	en	 sus	vidas
para	suplir	sus	necesidades.	¡Cualquier	cosa	que	tenga	en	cualquier	momento	en
particular,	 eso	 es	 exactamente	 lo	 que	necesitan!	Es	 posible	 que	 no	sea	 lo	 que
desean,	pero	es	exactamente	lo	que	necesitan	para	estar	formados	a	la	imagen	de
Cristo	Jesús.
Seamos	prácticos	por	el	momento	con	una	situación	hipotética.	Juanito	 tiene
gran	 dificultad	 entendiendo	 su	 lección	 de	 matemáticas.	 Su	 mamá	 intenta	 de
varias	maneras	de	que	«la	entienda»	y	en	cada	intento	no	logra	su	meta.	¿Cuánto
debe	amar	mamá	a	Juanito?
Si	 esta	 mamá	 por	 la	 intervención	 del	 Espíritu	 Santo	 aplica	 las	 doctrinas
fundamentales	 de	 Dios	 mencionadas,	 a	 lo	 mejor	 piensa	 lo	 siguiente:	 «La
incapacidad	de	Juanito	de	entender	ha	provenido	a	nosotros	de	Dios	y	es	lo	que
necesitamos	como	una	demostración	del	amor	de	Cristo.	La	necesidad	de	Juanito
nos	ha	establecido	nuestra	necesidad	de	Cristo.	Gracias	Padre	por	la	ceguera	de
Juanito	en	este	momento.	Señor	Cristo,	lléname	de	Tu	paciencia	y	amor	para	que
de	 tal	 manera	 pueda	 glorificarte	 en	 esta	 circunstancia.	 ¿Qué	 sabiduría	 puedes
darme	para	poder	disciplinar	o	estimular	a	Juanito	hacia	Ti?»
Esta	misma	respuesta	puede	ser	aplicada	a	cada	 relación	o	circunstancia.	Ya
sea	una	esposa	agotada	(o	energética),	un	esposo	impertinente	(o	comprensivo),
un	adolescente	rebelde	(u	obediente),	un	empresario	egoísta	(o	generoso):	todas
las	 cosas	 manan	 de	 Dios	 para	 conducirnos	 a	 la	 semejanza	 de	 Cristo.	 En	 el
momento	que	nos	fijemos	en	una	persona	para	nuestra	felicidad	o	comodidad,	en
ese	instante	le	entregamos	el	poder	para	que	nos	hagan	sentir	desventurados.	La
única	manera	que	alguien	puede	causarnos	desventura,	frustración,	o	disgusto	es
si	 nos	 fijamos	 en	 él/ella	 para	 que	 proporcionen	 algo	 que	 queremos	 (esto	 es
idolatría).	Por	consiguiente,	no	podemos	amarle.
Precaución	con	la	Incredulidad
¡Qué	 tan	 fácilmente	 caemos	 en	 las	 garras	 de	 la	 idolatría	 a	 través	 de	 la
incredulidad!	El	escritor	de	los	Hebreos	mencionó	la	incredulidad	en	el	manejo
soberano	de	Dios	sobre	todas	las	cosas	a	través	de	Cristo	Jesús	como	el	pecado
que	 tan	 fácilmente	 nos	 enmaraña	 (Hebreos	 1:3;	 3:12;	 8:1;	 12:1).	Nos	 tropieza
mientras	corremos	nuestra	carrera	trazada	ante	nosotros.	Solamente	cuando	uno
fija	sus	ojos	en	Cristo	es	cuando	uno	dispone	de	la	misericordia	para	«Fortaleced
las	manos	cansadas,	afirmad	las	rodillas	endebles.»	¿Has	estado	enredado	en	la
telaraña	de	la	incredulidad	del	manejo	amoroso,	sabio	de	Dios	de	tu	vida—desde
lo	más	insignificante	en	tu	día,	las	personas	con	quienes	entras	en	contacto,	hasta
al	gobierno	nacional	y	políticas	que	afectan	al	mundo	entero?
Nadie	más	que	Dios	sabe	cuáles	circunstancias	y	personas	exponen	mejor	 tu
egoísmo,	 lascivia,	 y	 orgullo.	 Ha	 habido	 numerosas	 veces	 cuando	 esposos	 han
esperado	 su	 turno	 para	 relatarme	 de	 la	 condición	 de	 su	 relación.	 Pocas	 veces
están	 de	 acuerdo	 a	 quien	 culpar	 por	 los	 problemas.	 Después	 de	 expresar	 sus
quejas,	esperan	para	ver	a	quien	le	doy	la	razón.	Normalmente,	para	su	sorpresa,
insinúo	que	es	perfecto	el	uno	para	el	otro	y	que	cumplen	la	voluntad	de	Dios	en
sus	 vidas.	 El	 egoísmo	 de	 ella	 sé	 manifestó	 perfectamente	 para	 poner	 al
descubierto	el	egoísmo	de	él	y	los	efectos	del	espíritu	de	idolatría,	y	el	egoísmo
de	él	sé	manifestó	perfectamente	de	 la	misma	manera	en	 la	vida	de	ella.	 ¡Dios
supo	que	eran	lo	mejor	el	uno	para	el	otro!	Aunque	no	estamos	acostumbrados	a
pensar	de	esta	manera,	ellos	se	necesitaban	y	se	merecían	el	uno	al	otro.	Cuando
dos	personas	se	dan	cuenta	de	su	idolatría,	confrontan	su	manera	manipuladora	y
crucifican	su	vieja	relación,	Dios	hace	renacer	una	nueva	relación.	Consideran	a
Dios	como	el	sabio	proveedor	de	todas	las	cosas	y	Le	agradecen,	descubren	un
amor	nuevo	y	saludable	fluyendo	entre	ellos.
El	caso	es	el	mismo	con	la	relación	entre	padre	e	hijo.	¡Qué	día	glorioso	fue
cuando	Alma	y	yo	confesamos	nuestra	idolatría	a	nuestros	hijos!	Ellos	pudieron
discernir	que	la	vara	de	disciplina	y	amonestación	fueron	sólo	 las	herramientas
usadas	para	esculpir	y	obligarlos	a	complacernos.	(La	vara	no	se	debe	de	utilizar
para	 esculpir,	 pero	 para	 obedecer	 la	 palabra	 de	 Dios.	 Los	 padres	 deben	 de
disciplinar	a	sus	hijos	con	la	vara,	no	para	que	obedezcan	o	para	quebrantarles	su
obstinada	 voluntad,	 sino	 porque	Dios	 dice	 que	 lo	 hagan.	 Debemos	 confiar	 en
Dios	para	que	cambie	 sus	 corazones.	Tal	vez,	Dios	nos	da	un	niño	 caprichoso
para	 ver	 si	 obedecemos	 Su	 Palabra	 y	 confiamos	 en	 Él.	 ¿Amaremos	 al	 niño	 y
obedeceremos	Su	Palabra,	o	impondremos	nuestra	voluntad?
Conforme	 los	 liberamos	 de	 nuestras	 exigencias	 egocéntricas	 y	 soberbia,
podíamos	 ver	 las	 barreras	 entre	 nosotros	 desaparecer.	 La	 dureza	 dio	 paso	 a	 la
suavidad.	La	distancia	entre	nosotros	desapareció.	Por	primera	vez,	distinguieron
que	 los	 aceptábamos	 como	 un	 obsequio	 de	Dios—sin	 cometidos.	 ¡Qué	 pronto
son	los	niños	para	perdonar!
He	 escuchado	muchos	 testimonios	 de	 padres	 quienes	 se	 arrepintieron	 de	 la
idolatría	y	aceptaron	sus	hijos	como	obsequios	perfectos	de	Dios	para	guiarles	a
ser	 como	Cristo.	Así	 como	Dios	 vuelve	 los	 corazones	 de	 los	 padres	 hacia	 los
niños	en	amor,	de	tal	manera	vuelve	los	corazones	de	los	niños	hacia	los	padres
justo	 como	 Su	 promesa	 en	Malaquías	 4:	 6	 «Él	 hará	 volver	 el	 corazón	 de	 los
padres	hacia	los	hijos,	y	el	corazón	de	los	hijos	hacia	los	padres,	no	sea	que	yo
venga	y	hiera	la	tierra	con	maldición.»
¿Estás	Idolatrando	a	Alguien?
No	puedes	amar	a	alguien	a	quien	idolatras.	El	conocimiento	y	la	aplicación
de	este	principio	a	las	relaciones	nos	dan	gran	libertad	de	amar.	Espero	puedas
determinar	él	por	qué	muchas	relaciones	sufren.	¿Cómo	recordaremos	de	tomar
esto	 en	 cuenta?	Me	 doy	 cuenta	 que	 necesito	 el	 Espíritu	 Santo	 proponiendo	 y
llenando.	Si	pudiéramos	amar	sin	el	Espíritu	de	Dios,	que	personas	tan	soberbias
seríamos,	 y	 Jesucristo	 no	 recibiría	 la	 gloria.	 Dios	 perfecciona	 su	 amor	 en
nosotros	 mientras	 Su	 Espíritu	 prueba	 los	 motivos	 de	 nuestros	 corazones,	 nos
guía	a	diferenciar	entre	el	amor	conforme	a	Él	y	el	amor	mundano,	y	expone	el
engañoso	 espíritu	 de	 idolatría	 frecuentemente	 oculto	 influenciando	 nuestras
palabras	y	acciones.
¿Te	ha	revelado	Dios	los	motivos	de	tu	corazón	mientras	leías	este	capítulo?
Dios	con	gentileza	a	provisto	el	perdón	por	 el	 pecado	de	 idolatría	 a	 través	del
sufrimiento	 y	 muerte	 de	 Cristo	 Jesús.	 A	 través	 de	 Su	 muerte,	 puedes	 recibir
perdón	por	 tus	pecados.	Por	consiguiente,	en	 la	resurrección	de	vida	en	Cristo,
diariamente	 puedes	 tener	 comunión	 con	 Él.	 Además,	 Dios	 promete	 dar	 Su
Espíritu	Santo	a	aquellos	que	lo	pidan.	Si	Dios	se	te	está	revelando	y	aceptas	tu
necesidad	 de	 Él,	 entonces,	 ¡es	 posible	 que	 Dios	 te	 esté	 llamando	 a	 Él!	 Dios
puede	 utilizar	 este	 libro	 para	 guiarte	 a	 una	 relación	 más	 profunda	 con	 Él.
Conforme	 las	verdades	e	 ideas	 llegan	a	 tu	alma	e	 iluminen	 tu	espíritu	sobre	 tu
relación	con	Dios,	te	animo	a	que	abras	tu	corazón	a	Él.	En	cualquier	punto	de
este	 libro	 el	 Señor	 Jesucristopuede	 llamarte,	 «Vengan	 a	mí	 todos	 ustedes	 que
están	 cansados	 y	 agobiados,	 y	 yo	 les	 daré	 descanso.	 Carguen	 con	 mi	 yugo	 y
aprendan	 de	 mí,	 pues	 yo	 soy	 apacible	 y	 humilde	 de	 corazón,	 y	 encontrarán
descanso	para	su	alma.	Porque	mi	yugo	es	suave	y	mi	carga	es	liviana»	(Mateo
11:28-30).	 Cuándo	 y	 si	 Él	 te	 llama—	 ve	 a	 Él.	 Tu	 relación	 con	 Dios	 es
fundamental	para	que	estés	capacitado	para	amar.
Porque	 Cristo	 vive,	 Él	 da	 Su	 Espíritu	 a	 Sus	 Hijos	 para	 que	 su	 amor	 sea
perfeccionado	en	ellos.	El	Espíritu	Santo	reconoce	que	 todas	 las	cosas	emanan
de	 Dios.	 El	 Espíritu	 Santo	 manifiesta	 el	 propósito	 de	 Dios	 detrás	 de	 las
relaciones	y	circunstancias.	Jesús,	quien	 fue	y	es	 la	antítesis	 a	 la	 idolatría,	 nos
capacita	 a	 amar.	 Él	 te	 hará	 recordar	 que:	No	 puedes	 amar	 a	 alguien	 a	 quien
idolatras.
El	 conocimiento	 de	 estas	 primeras	 dos	 lecciones	 pertenecientes	 a	 relaciones
amorosas	te	pondrán	en	libertad	de	crecer	en	tu	amor	por	Dios.	Constantemente
pide	en	oración	por	la	misericordia	de	aceptar	todas	las	cosas	y	personas	como
expresiones	 del	 amor	 de	 Dios	 para	 contigo	 porque	 Dios	 expresamente	 te	 las
concede,	 facilitándote	 las	 oportunidades	 para	 que	 rechaces	 el	 espíritu	 de	 la
idolatría	y	mires	hacia	Él	para	obtener	el	poder	de	amar.	Cuando	dudamos	del
amor	de	Dios	hacia	nosotros	conforme	Él	ordena	los	asuntos	de	nuestras	vidas,
nos	 separamos	 de	 la	 gracia	 de	 Dios	 para	 poder	 amar	 y	 de	 la	 capacidad	 para
responder	a	 la	vida	de	una	manera	en	que	honremos	a	Dios.	Lamentarse	sobre
las	circunstancias	o	rehusar	dar	gracias	a	Dios	por	las	personas	y	sus	debilidades,
a	 pesar	 de	 lo	 inoportuno	 o	 doloroso,	 manifiestan	 nuestra	 incredulidad	 en	 la
señoría	de	Jesús	y	nos	coloca	en	oposición	a	Su	soberana	Palabra.
Si	 vamos	 a	 conservar	 nuestras	 relaciones	 libres	 del	 espíritu	 de	 idolatría,	 sin
duda	 sería	 positivo	 conocer	 más	 sobre	 como	 diferenciar	 ese	 espíritu	 falso	 y
destructivo.	¿Qué	 son	 las	 características	 del	 espíritu	 de	 idolatría?	 Conforme	 el
Espíritu	 Santo	 inspiraba	 la	 palabra	 en	 la	 Escritura,	 un	 pasaje	 en	 particular
propone	 una	 perspectiva	 de	 las	 características	 diabólicas	 de	 la	 idolatría—los
Diez	Mandamientos.
Si	 escudriñamos	 Deuteronomio	 5:6-9	 y	 tomamos	 en	 cuenta	 cuales
características	 son	 diametralmente	 opuestas	 a	 lo	 que	 es	 un	 mandamiento,
tendremos	 una	 descripción	 del	 espíritu	 de	 idolatría.	 En	 la	 segunda	 parte,
examinaremos	 estos	 versículos	 y	 aprenderemos	 a	 reconocer	 las	 siete
características	de	este	espíritu	en	nuestra	relación	con	otros	y	hacia	Dios.
	
Parte	Dos
	
Las	Siete	Características	de	la	Idolatría
	
Capítulo	3
Más	de	Un	Dios
Característica	#	1
El	espíritu	de	la	idolatría	propone	que	hay	más	de	un	Dios	o	fuente	de
existencia	para	nuestras	necesidades.
Deuteronomio	5:6	Yo	soy	el	Señor	tu	Dios.	Yo	te	saqué	de	Egipto,	país
donde	eras	esclavo.	No	tengas	otros	dioses	además	de	mí.
La	Mentira
Si	sólo	hay	un	Dios,	una	Fuente	de	existencia	para	todas	las	cosas,	entonces
la	 mentira	 principal	 de	 Satanás	 persuade	 a	 los	 hombres	 a	 que	 busquen	 en
cualquier	otra	fuente	de	existencia	fuera	de	Dios,	como	una	deshonra	a	Dios	y	a
Su	Verdad.	 El	 padre	 de	 las	mentiras	 ha	 utilizado	 la	misma	 estrategia	 desde	 el
principio	 del	 mundo.	 En	 el	 jardín	 de	 Edén	 había	 dos	 árboles	 los	 cuales
representaban	la	vida	y	la	muerte.	El	árbol	de	la	vida,	representaba	a	Jesucristo,
produjo	fruto	el	cual	hubiera	dado	vida	eterna.
Luego	 dijo	 Jehová	 Dios:	 «El	 hombre	 ha	 venido	 a	 ser	 como	 uno	 de
nosotros,	conocedor	del	bien	y	el	mal;	ahora,	pues,	que	no	alargue	su	mano,
tome	 también	del	árbol	de	 la	 vida,	 coma	y	 viva	para	 siempre...»	 (Génesis
3:22).
El	segundo	árbol,	el	árbol	de	la	ciencia	del	bien	y	del	mal,	ofrecía	un	fruto	que
producía	 la	 muerte.	 Dios	 misericordioso	 advirtió	 a	 Adán,	 «De	 todo	 árbol	 del
huerto	podrás	comer;	mas	del	árbol	de	la	ciencia	del	bien	y	del	mal	no	comerás;
porque	el	día	que	de	él	comieres,	ciertamente	morirás»	(Génesis	2:17).	Dios	no
dijo	que	mataría	a	Adán	si	comiera	de	él,	pero	que	comer	del	árbol	lo	mataría	a
él.	¿Por	qué?	Una	de	las	razones	que	yo	creo	es	porque	lo	alienaría	del	árbol	de
vida.
¿Quién	mejor	que	Lucifer	sabe	que	fijarse	en	algo	aparte	de	Dios,	indiferente
de	lo	bueno	que	esto	sea,	conduce	a	la	muerte?	Con	éxito,	Él	ha	comercializado
la	mercancía	mundana	con	el	mismo	engaño	de	la	publicidad	de	hoy	en	día.
Entonces	la	serpiente	dijo	a	la	mujer:	«No	moriréis;	sino	que	sabe	Dios
que	 el	 día	 que	 comáis	 de	 él,	 serán	 abiertos	 vuestros	 ojos,	 y	 seréis	 como
Dios,	sabiendo	el	bien	y	el	mal»	(Génesis	3:	4-5).
El	espíritu	de	idolatría	es	una	influencia	engañosa.	Promueve	aquello	que	es
falso.	 Promete	 satisfacción	 y	 facilidad	 de	 aquello	 que	 no	 es	 de	 Dios	 (sin
considerar	 de	 que	 tan	 bueno	 aparece	 o	 que	 tan	 maravillosa	 la	 experiencia).
Leemos	 en	 2ª	 Tesalonicenses	 que	 Dios	 manda	 tal	 influencia	 engañosa	 para
revelar	quienes	son	de	Él	y	aquellos	que	no	lo	son.
Y	entonces	se	manifestará	aquel	inicuo,	a	quien	el	Señor	matará	con	el	espíritu
de	su	boca,	y	destruirá	con	el	resplandor	de	su	venida,	inicuo	cuyo	advenimiento
es	por	obra	de	Satanás,	con	gran	poder	y	señales	y	prodigios	mentirosos,	y	con
todo	engaño	de	 iniquidad	 para	 los	 que	 se	 pierden,	 por	 cuanto	 no	 recibieron	 el
amor	de	 la	verdad	para	ser	salvos.	Por	esto	Dios	 les	envía	un	poder	 engañoso,
para	 que	 crean	 la	 mentira,	 a	 fin	 de	 que	 sean	 condenados	 todos	 los	 que	 no
creyeron	a	la	verdad,	sino	que	se	complacieron	en	la	injusticia	(2ª	Tesalonicenses
2:8-12).
El	espíritu	de	idolatría	no	reconoce	que	todas	las	cosas	emanan	de	un	Dios.
Pero	en	vez	sugiere	que	hay	más	de	una	fuente	de	existencia.	Nuestro	problema
se	empeora	por	nuestra	incapacidad	de	divisar	motivos	egoístas.	Proverbios	16:2
dice,	 «Todos	 los	 caminos	 del	 hombre	 son	 limpios	 en	 su	 propia	 opinión,	 pero
Jehová	 es	 quien	 pesa	 (juzga)	 los	 espíritus.»	 Nosotros	 los	 hombres	 nos
preocupamos	 por	 el	 asunto	 de	 realizar	 una	 vida	 de	 felicidad	 personal,
prosperidad	y	riqueza.	Por	consiguiente,	no	sabemos	cómo	orar,	o	peor	aún,	no
nos	 importa	 aprender.	 Santiago,	 el	 apóstol,	 escribió	 que	 muchos	 no	 reciben
porque	 no	 piden.	 Y	 cuando	 piden,	 no	 reciben	 porque	 piden	 con	 malas
intenciones,	para	satisfacer	sus	propias	pasiones	(Santiago	4:2-3).	Algunos	casi
no	oran,	lo	cual	revela	el	problema	subyacente	que	no	se	necesita	mucho	a	Dios.
Otros	 oran	 bastante,	 pero	 con	 frecuencia	 no	 para	 que	 Dios	 sea	 revelado,
exaltado,	y	glorificado	en	una	situación,	o	que	ellos	sean	el	vaso	de	Su	amor	y
misericordia.	El	espíritu	de	idolatría	atrae	los	motivos	egoístas	del	corazón.
Nuestros	deseos	de	ser	felices,	estar	en	buena	apariencia,	y	tener	experiencias
maravillosas	son	reforzados	por	 la	 idea	errónea	sobre	Dios	y	Su	voluntad.	Una
perspectiva	 sobre	 el	 engaño	 de	 Satanás	 involucra	 pensamientos	 falsos	 sobre
Dios.	Si	afectó	a	Eva	en	su	estado	sin	caída,	imagínense	que	susceptibles	somos
nosotros	a	la	idea	de	un	dios	que	tiene	la	misma	visión	de	la	vida	que	tenemos
para	nosotros	mismos—de	hacernos	felices	y	prósperos.	El	espíritu	de	 idolatría
inherente	desvía	nuestro	pensamiento	referente	al	propósito	de	nuestra	vida	y	el
propósito	 de	Dios	 en	 la	 creación.	Esto	 nos	 ha	 causado	 fijarnos	 en	 otras	 cosas
aparte	de	lo	que	Dios	ha	revelado	en	la	Biblia	cuando	estamos	en	necesidad	o	en
sufrimiento.	 Nuestras	 intenciones	 surgen	 cuando	 los	 propósitos	 de	 Dios
proponen	angustia,	sufrimiento,	y	necesidad.
La	Verdad
Con	 estas	 cosas	 en	mente,	 comparemos	 como	Dios	 es	 glorificado	 en	Cristo
Jesús	diariamente,	cuando	su	pueblo	se	fije	en	Él	como	la	Fuente	de	vida,	evento
por	evento	y	relación	por	 relación.	Solamente	Él	 tiene	 la	 sabiduría	 de	 saber	 lo
que	necesitamos	para	ser	como	Cristo	y	paraque	sus	propósitos	sean	realizados
en	nuestras	vidas.	Claramente	Él	ve	nuestros	motivos	pecaminosos	y	por	lo	tanto
puede	revelarlos	a	través	de	pruebas	y	de	personas	adversas,	que	efectivamente
saca	 a	 la	 luz	 nuestro	 egoísmo	 oculto.	 Podemos	 emplear	 lo	 que	 Jesucristo	 nos
dice	en	el	Sermón	de	la	Montaña,	porque	tu	Padre	sabe	lo	que	necesitas	antes	de
que	Se	lo	pidas	(Mateo	6:8).	Pero	lo	que	necesitamos	no	es	lo	que	creemos	que
necesitamos.
El	Apóstol	Pablo	comentó	en	la	respuesta	del	creyente	al	sufrimiento,	cuando
escribió,	«De	igual	manera,	el	Espíritu	nos	ayuda	en	nuestra	debilidad,	pues	qué
hemos	 de	 pedir	 como	 conviene,	 no	 lo	 sabemos...»	 (Romanos	 8:26).	 ¿Qué	 es
nuestra	debilidad?	Nuestro	propio	egocentrismo	e	inherente	espíritu	idolatra	que
conduce	a	suplicar	a	Dios	que	nos	saque	del	sufrimiento	o	cambie	a	esos	que	nos
causan	molestia	 o	 inconveniencia.	A	menos	 que	 sepamos	 la	 voluntad	 de	Dios
para	nosotros	y	podamos	reconocer	el	espíritu	de	idolatría,	no	comprenderemos
que	esas	personas	o	circunstancias	son	las	provisiones	de	Dios	para	nosotros.
Es	un	consuelo	reconocer	que	Dios	no	nos	condena	por	nuestras	debilidades
pero	 en	 lugar	nos	manda	 a	Su	Colaborador.	Pablo	 continúa	 en	Romanos	 8:26,
«pero	el	Espíritu	mismo	intercede	por	nosotros	con	gemidos	indecibles...»
¡Alabanza	a	Dios	por	el	ministerio	de	Su	Espíritu!	Él	ora	por	nosotros	cuando
oramos	ignorantemente	o	bajo	la	influencia	del	espíritu	de	 idolatría.	Si	bien	no
sabemos	 cómo	 orar,	 el	 Espíritu	 Santo	 sabe	 exactamente	 que	 orar	 para	 que
podamos	llegar	a	ser	como	Cristo.
Pero	el	Espíritu	Santo	no	está	 solo	en	 su	 intercesión.	Versículo	 27	 continúa,
«...Pero	el	que	escudriña	 los	corazones	 (Cristo	 Jesús)	sabe	cuál	 es	 la	 intención
del	Espíritu,	porque	conforme	a	la	voluntad	de	Dios	intercede	por	los	santos.»	El
ministerio	 de	 intercesión	 de	 Cristo	 Jesús,	 también	 marcha	 efectivamente	 aun
cuando	oramos	incorrectamente.	Cuando	oramos,	el	Espíritu	Santo	ora,	y	Jesús
entiende	 Su	 petición	 y	 entra	 en	 intercesión	 ante	 el	 Padre.	 Él	 siempre	 ora	 de
acuerdo	 con	 la	 voluntad	 de	Dios,	 la	 cual	 es	 que	 podamos	 ser	 sometidos	 a	 Su
imagen	a	través	de	la	situación	o	relación	que	nos	causa	molestia	y	sufrimiento.
Todo	Emana	de	Dios
¿Alguna	 vez	 has	 considerado	 que	 todo	 lo	 que	 te	 ocurre,	 como	hijo	 de	Dios
procede	 de	 Dios?	 Seamos	 meticulosos	 en	 nuestra	 teología	 y	 apliquémosla	 a
nuestras	vidas.	Sólo	hay	un	Dios	de	quien	emanan	todas	las	cosas.
De	 Acuerdo	 a	 Hebreos	 7:25,	 Jesús,	 «viviendo	 siempre	 para	 interceder	 por
nosotros.»	Ese	 es	Su	 trabajo,	 veinticuatro	 horas	 al	 día,	 siete	 días	 a	 la	 semana,
cincuenta	y	dos	 semanas	del	 año	por	 toda	 su	vida.	 ¡Nunca	 descansa!	 También
sabemos	 que	 cuando	 Él	 ora,	 todas	 Sus	 oraciones	 son	 contestadas	 un	 cien	 por
ciento	 del	 tiempo	 porque	 siempre	 «intercede	 por	 los	 santos	 conforme	 a	 la
voluntad	 de	 Dios»	 (Romanos	 8:27).	 De	 tal	 manera,	 podemos	 con	 regocijo	 y
certeza	 saber	 que	 transcurra	 lo	 que	 transcurra	 en	 nuestras	 vidas	 es	 respuesta
directa	de	Jesús	intercediendo,	porque	Pablo	dijo,	«Sabemos,	además,	que	a	los
que	aman	a	Dios,	todas	las	cosas	los	ayudan	a	bien,	esto	es,	a	los	que	conforme	a
su	propósito	son	llamados»	(Romanos	8:28).
¿Qué	 expresó	 Pablo	 en	 Romanos	 8:26-29?	 En	 resumen,	 él	 dijo	 que	 no
sabemos	cómo	orar,	pero	que	el	Espíritu	Santo	ora	cuando	nosotros	oramos.	Y
Jesús	ora	conforme	a	la	intercesión	del	Espíritu	Santo	y	conforme	a	la	voluntad
de	 Dios.	 Entonces,	 Dios	 ayuda	 a	 que	 todas	 las	 cosas	 sean	 conforme	 a	 la
intercesión	de	ellos	con	el	pensamiento	de	que	 lleguen	a	ser	como	Su	Hijo.	El
espíritu	de	idolatría	no	cree	esa	verdad	y	sugiere	que	existe	más	de	un	dios.
Simplemente	 el	 saber	 y	 el	 reconocer	 esta	 primera	 característica	 de	 idolatría
nos	ayuda	a	ver	como	sólo	Jesucristo	puede	capacitarnos	para	amar.	Él	nunca	fue
engañado	 por	 las	 estrategias	 lanzadas	 por	 Satanás.	 Con	 certeza	 y	 paz	 caminó
diariamente	en	la	verdad	que	Su	Padre	era	Dios	y	la	Fuente	de	todas	las	cosas.
Ya	sea	una	sanación	milagrosa	o	el	dolor	insoportable	de	la	crucifixión,	el	Señor
Jesucristo	mantuvo	Su	mirada	hacia	arriba.
El	 Apóstol	 Pablo	 anhelaba	 que	 los	 Colosenses	 llegaran	 al	 verdadero
conocimiento	de	los	misterios	de	Dios,	y	que	el	amor	y	el	entendimiento	emanan
de	Cristo,	de	Sí	mismo,	«Lucho	para	que	sean	consolados	sus	corazones	y	para
que,	unidos	en	amor,	alcancen	todas	las	riquezas	de	pleno	entendimiento,	a	fin	de
conocer	el	misterio	de	Dios	el	Padre	y	de	Cristo,	en	quien	están	escondidos	todos
los	 tesoros	 de	 la	 sabiduría	 y	 del	 conocimiento»	 (Colosenses	 2:2-3).	 Si	 eres	 de
amar,	emanará	de	la	vida	de	Cristo	en	ti,	como	fruto	del	árbol	de	vida	de	Quien
tú	 tomas.	 En	 el	 último	 mensaje	 de	 Jesucristo	 a	 sus	 discípulos,	 escrito	 en	 el
evangelio	 de	 Juan,	 capítulos	 14-16,	 Jesús	 dijo	 palabras	 de	 esperanza	 para	 sus
corazones	estremecidos.	En	corto,	dijo:
•	Cree	en	Dios.
•	Cree	en	Mí.
•	Permanece	en	Mí	meditando	Mi	palabra.
•	Permanece	en	Mí	orando	sobre	todas	las	cosas.
•	Permanece	en	Mí	obedeciéndome—amando	al	prójimo.
•	No	te	abandonaré	para	que	lo	hagas	solo;	Yo	amaré	a	través	del	Espíritu	Santo
en	ti.
En	 contraste,	 el	 espíritu	 de	 idolatría	 no	 te	 conducirá	 a	 creer	 en	 Dios	 o	 que
Jesucristo	 es	 Dios.	 No	 te	 motiva	 a	 meditar	 en	 la	 Palabra	 de	 Dios,	 orar	 sobre
todas	 las	 cosas,	 o	 a	 amar.	 Pero	 clasificará	 el	 conocimiento	 de	 esta	 primera
característica	 en	 tu	memoria	y	 te	guiará	 a	 creer	 que	 teniendo	 el	 conocimiento,
has	comido	la	mejor	fruta.	Hay	una	gran	diferencia	entre	tener	el	conocimiento
de	 Dios	 que	 en	 vivir	 en	 Él.	 El	 espíritu	 de	 idolatría	 te	 llevará	 a	 creer	 que	 el
adquirir	 conocimiento,	 estarás	 comiendo	 del	 árbol	 de	 vida.	 Sin	 embargo,	 en
realidad,	habrás	comido	solamente	del	lado	bueno	del	árbol	de	la	ciencia	del	bien
y	del	mal.
El	árbol	de	vida	o	el	árbol	de	la	ciencia	del	bien	y	del	mal—¿de	cuál	comes?
¿Qué	tan	susceptible	eres	a	los	esquemas	de	estrategia	de	Satanás?	¿Reconoces
la	 influencia	de	este	espíritu	en	 tu	vida?	De	ser	así,	¿por	qué	no	 te	 inclinas	en
reverencia	en	la	presencia	de	Dios	y	confiesas	esta	característica	de	idolatría?
El	creer	que	solamente	hay	un	Dios	quien	maniobra	todas	las	cosas	juntas	para
bien	es	la	base	para	una	vida	de	acción	de	gracias.	Agradece	a	Dios	por	todos	los
acontecimientos	y	las	personas	en	tu	vida	expresa	tu	fe	en	Él	y	equivale	a	comer
del	 árbol	 de	 vida.	 También,	 pídele	 al	 Señor	 Jesucristo	 que	 ame	 a	 Tu	 Padre	 a
través	de	Ti.	y	que	te	convenza	cuando	hay	evidencia	de	la	influencia	del	espíritu
de	 idolatría,	 el	 cual	 se	 enfoca	 en	 todo	 menos	 Dios	 como	 la	 Fuente	 de	 Vida.
Recuerda:
•	Solamente	Él	es	la	Fuente	de	provisiones	para	todo	lo	que	necesitas	en	toda
situación	y	relación.
•	Fíjate	en	Él	como	la	Fuente	que	suple	cuando	estés	en	necesidad.
•	Comprende	que	lo	que	Dios	te	provee	es	exactamente	lo	que	necesitas	para
cumplir	Sus	planes	y	glorificarle	a	Él.
	
Capítulo	4
Controla	y	Esculpe
Característica	#	2
El	espíritu	de	idolatría	intenta	manipular	o	controlar	las	personas	y
situaciones.
Deuteronomio	5:8a	No	hagas	ningún	ídolo....
Ted	 y	 Cindy	 asistían	 su	 primera	 sesión	 de	 orientación	 prematrimonial.	 El
consejero	 le	preguntó	a	Cindy,	«¿Qué	haces	 cuando	deseas	 que	Ted	haga	 algo
para	 ti?»	 Sin	 vacilar	 siguiera,	 respondió,	 «Sólo	 sonrío	 y	 pongo	 un	 aspecto	 de
guapa.»	Ted	quedó	boca-abierto.	Le	vino	una	mirada	a	su	cara	de	«he	sido	usado
y	manipulado.»	¡Y	sí	lo	había	sido!
Pero	Ted,	de	 cualquier	manera	no	estaba	 sin	 sus	propios	medios.	Cuando	 lo
interrogaron,	 también	 tenía	 planes	manipuladores	 en	 reserva.	Así	 es	 como	 los
idolatras	 hacen	 ídolos.	 El	 consejero	 procuró	 conducirles	 a	 descubrir	 el
fundamento	de	 su	 relación,	 para	que	de	 esta	manera	 ellos	pudieran	 aprender	 a
amar.	 La	 relaciónde	 Ted	 y	 Cindy	 comenzó	 bajo	 la	 influencia	 del	 espíritu	 de
idolatría.	 Si	 hubieran	 continuado	 al	 matrimonio	 sin	 el	 conocimiento	 de	 las
semillas	 destructivas	 dentro	 sí	 mismos,	 es	 muy	 posible	 que	 su	 matrimonio
hubiera	terminado	en	divorcio.	Estaban	haciéndose	ídolos	el	uno	del	otro.
Dios	le	advirtió	a	Israel	a	no	«hacer»	ídolos	para	sí	mismos.	Los	ídolos	tienen
que	ser	«hechos»	por	el	idólatra	porque	el	objeto	de	sus	adoraciones	no	es	Dios.
El	adorar	a	alguien	es	el	fijarse	en	ellos	para	que	suplan	lo	que	solamente	Dios
puede	suplir.	Por	ejemplo,	cuando	Satanás	tentó	a	Jesús	ofreciéndole	 los	 reinos
del	mundo	y	 su	 esplendor,	 Jesús	 respondió,	«Porque	 escrito	 está:	 `Adorarás	 al
Señor	tu	Dios,	y	a	Él	sólo	servirás.»	Para	que	Jesús	se	fijara	en	el	demonio	para
suplir	 todo	 hubiera	 sido	 equivalente	 a	 la	 adoración,	 y	 la	 Palabra	 de	 Dios
explícitamente	prohíbe	tal	pecado.
Cuando	nos	fijamos	en	una	criatura,	un	objeto,	o	una	idea	que	sea	la	fuente	de
provisión,	 consuelo,	 o	 poder,	 estamos	 adorando	 a	 un	 ídolo.	 Alguien	 bajo	 la
influencia	del	 espíritu	 de	 idolatría	 busca	moldear	 a	 la	 persona	 o	 la	 situación
para	 suplir	 los	deseos	y	el	 consuelo	egocéntrico.	Posteriormente,	 el	 esto,	 él,	 o
ella	 llegan	 a	 ser	 el	 objeto	 de	manejo	 y	 control.	 Así	 como	 en	 los	 tiempos	 del
Antiguo	Testamento,	cuando	un	idólatra	tomaba	un	cuchillo	en	mano	para	hacer
un	 ídolo	de	 adoración,	 de	 esta	manera	 tenemos	 instrumentos	 sofisticados	 para
esculpir	 y	 hacer	 nuestros	 ídolos.	 Estos	 instrumentos	 «Sofisticados»	 no	 son
nuevos	 inventos	del	hombre	moderno,	han	existido	desde	 la	Caída	en	el	Jardín
de	Edén.	Una	vez	que	aprendas	a	reconocerlos,	los	encontrarás	en	muchas	de	las
historias	Bíblicas.
El	 hombre	 tiene	 una	 vasta	 serie	 de	 instrumentos	 de	 donde	 escoger.	 Los
instrumentos	para	 esculpir	 son	palabras	o	acciones	 con	 el	 propósito	 de	hacer
que	 alguien	 haga	 lo	 que	 deseamos,	 y	 que	 lo	 haga	 cuando	 lo	 deseamos.	 He
identificado	dos	categorías	de	instrumentos	para	esculpir:	positivo	y	negativo.
Instrumentos	Positivos	Para	Esculpir
Cuando	 utilizamos	 algo	 que	 sabemos	 que	 otros	 desearían,	 utilizamos
instrumentos	positivos	para	esculpir.	El	instrumento,	«Sonreír	y	poner	un	aspecto
de	guapa»	de	Cindy	tuvo	un	impacto	fenomenal	en	Ted.	Cuando	lo	utilizó,	Ted
pensó	que	Cindy	lo	amaba.	En	la	superficie	de	la	relación,	todo	parecía	positivo,
pero	en	realidad,	 lo	único	que	Cindy	quería	era	que	Ted	 supliera	algo	que	ella
deseaba	cuando	pensaba	que	Dios	no	estaba	supliéndole.
Eso	 es	 lo	 que	 constituye	 el	 pecado	 de	 idolatría	 tan	 diabólico	 y	 traicionero.
Hace	 que	 la	 oscuridad	 se	 mire	 como	 luz	 y	 engaña	 a	 la	 persona	 sin	 criterio.
Cuando	 toma	 en	 mano	 un	 instrumento	 positivo	 de	 esculpir,	 el	 espíritu	 de
idolatría,	 también	 engaña	 al	 idólatra	 con	 respecto	 a	 su	 propio	 pecado.	 Por	 lo
general,	 la	 persona	 se	 enfoca	 en	 las	 faltas	 de	 otros	 como	 la	 causa	 para	 no	 ser
feliz.	Además,	 utilizando	un	 instrumento	positivo	para	 esculpir	 no	 se	«Siente»
como	otros	 pecados.	Cuando	 el	 espíritu	 de	 idolatría	 nos	 influye	 de	 tal	manera
«positiva»,	 la	 culpabilidad	 rara	 vez	 se	 registra	 en	 la	 conciencia.	 (Incluso,	 la
victima	tal	vez	no	la	reconoce.)
Aunque	 me	 avergüenzo	 en	 admitirlo,	 mi	 esposa,	 Alma	 y	 yo	 comenzamos
nuestra	relación	bajo	la	influencia	del	espíritu	de	idolatría.	No	creo	que	nuestra
historia	 sea	 fuera	de	 lo	común.	Tal	vez	puedas	 identificarte	mientras	 comparto
nuestra	experiencia.
Alma	 y	 yo	 nos	 conocimos	 cuando	 teníamos	dieciséis	 años,	 el	 tercer	 año	 de
colegio.	Cuando	miré	 a	 las	mujeres	 jóvenes	del	 grupo	de	nuestra	 iglesia	y	del
colegio,	me	convencí	(¡sin	mucho	esfuerzo!)	que	Alma	podía	hacerme	muy	feliz.
Desde	que	la	conocí,	comencé	a	esculpir-positivamente.	Si	ella	estaba	presente,
recibía	 toda	mi	atención.	Halagaba	 su	cabello,	 su	vestido	y	 sus	habilidades.	Si
alguna	vez	me	miraba,	siempre	recibía	una	sonrisa.	A	medidas	que	 llegamos	a
conocernos,	la	llevé	a	hacer	varias	cosas	que	yo	sabía	iba	a	disfrutar.	Quería	que
supiera	que	verdaderamente	estaba	interesado	en	ella.
Estaba	interesado	en	ella,	de	acuerdo.	¡Interesado	en	que	ella	fuera	la	que	me
hiciera	 feliz!	Me	 interesaba	 que	me	 vieran	 con	 ella.	 Pensé	 que	 confirmaba	mi
trasformación	 varonil,	 ya	 que	 era	 una	 porrista	 y	 la	 chica	más	 bella	 que	 había
visto.	En	mi	opinión	era	una	de	las	mejores	del	grupo	en	la	escuela	y	la	iglesia,	y
pensé	que	sería	una	gran	compañera.	Además,	su	padre	era	el	pastor	de	nuestra
iglesia.	 Si	me	 veían	 con	 ella,	 tal	 vez	 insinuaría	 que	 yo	 espiritualmente	 estaba
bien.	Había	muchas	razones	porque	pensaba	que	Alma	Hall	podría	satisfacer	mis
necesidades	y	hacerme	ver	digno.	Pero	todas	estaban	arraigadas	en	idolatría.	Yo
la	quería	 por	 lo	 que	me	 podía	 dar,	 no	 por	 como	 ella	 pudiera	 acercarme	 a	 una
relación	más	profunda	con	Cristo	Jesús.
Alma	no	 sabía	 (ni	 yo	 tampoco)	 qué	 estaba	motivando	 todas	 esas	 palabras	 y
acciones	 positivas.	 Ella	 pensó	 que	 le	 amaba.	 Yo	 estaba	 seguro	 que	 le	 amaba.
Mientras	ella	echaba	un	vistazo	en	la	iglesia,	en	la	secundaria,	y	en	el	panorama
colegial	de	hombres	buscando	a	su	príncipe	azul,	ascendí	al	punto	más	alto	de	su
pensamiento.	Después	de	mucho	esculpir	de	mi	parte,	comenzó	a	creer	que	era
posible	que	yo	era	capaz	de	hacerla	feliz.	Mi	esculpir	fue	recompensado	con	el
esculpir	 positivo	 de	 ella.	 Usaba	 su	 cabello	 como	 me	 gustaba.	 Vestía	 más
frecuente	 con	 la	 ropa	 cual	 yo	 le	 elogiaba.	 Sonreía	 y	 se	 miraba	 hermosa.	 Le
lanzaba	gomas	elásticas	con	notitas	durante	el	coro	mientras	ella	tocaba	el	piano.
Luego	 las	extendía	en	 la	banca	del	piano	para	 leerlas	y	compensarme	con	una
mirada	 de	 aprobación.	 ¡Algunas	 veces	 me	 las	 regresaba	 lanzándome	 sus
miradas!
Después	 de	 cuatro	 años	 de	 mutuo	 esculpir,	 estábamos	 convencidos	 de	 que
éramos	 perfectos	 el	 uno	 para	 el	 otro.	 Estaba	 absolutamente	 seguro	 que	 Alma
tenía	la	misma	visión	de	vida	que	yo:	¡haciéndome	feliz!	Ella	estaba	segura	que
yo	tenía	la	misma	visión	de	vida	que	ella:	¡haciéndola	feliz!
Nos	 esperaba	 una	 sorpresa	 muy	 desagradable.	 Me	 he	 preguntado	 si	 Dios
piensa	que	un	idólatra	se	merece	a	otro.	En	poco	 tiempo,	 fue	evidente	que	nos
habíamos	engañado	el	uno	al	otro.	Yo	Estaba	esperando	a	que	ella	supliera	mi
felicidad	 y	 consuelo,	 y	 ella	 estaba	 esperando	 que	 yo	 cumpliera	 lo	 mismo.	 El
espíritu	 de	 idolatría	 con	 su	 esculpir	 positivo	 había	 creado	 el	 marco	 para	 una
escala	 de	 completa	 destrucción	 de	 nuestro	 matrimonio.	 Habíamos
malinterpretado	el	esculpido	positivo	de	idolatría	como	amor.
Instrumentos	Negativos	Para	Esculpir
A	como	continuaba	nuestra	 relación	en	 el	matrimonio,	 no	 tomó	tiempo	para
que	cada	uno	de	nosotros	comenzara	a	ejercer	nuestro	instrumento	negativo	para
esculpir.	 Los	 instrumentos	 negativos	 para	 esculpir	 son	 palabras	 y	 acciones
también	diseñadas	para	que	otros	hagan	lo	que	queremos,	cuando	lo	queremos.
Son	percibidas	como	destructivas	y	dolorosas,	a	diferencia	de	 los	 instrumentos
positivos.
El	Apóstol	Pablo	enumeró	seis	de	esos	instrumentos	en	el	 tercer	capítulo	del
libro	de	Colosenses.	A	propósito,	este	capítulo	se	destaca	como	uno	de	los	más
penetrantes	con	respecto	al	pecado	de	la	idolatría.	Suponiendo	que	sus	 lectores
se	hayan	arrepentido	de	idolatría	(Colosenses	3:5-7),	Pablo	los	insta	que	hagan	a
un	lado	los	instrumentos	negativos	de	esculpir.
Colosenses	3:1	Ya	que	han	resucitado	con	Cristo,	busquen	las	cosas	de
arriba,	 donde	 está	 Cristo	 sentado	 a	 la	 derecha	 de	 Dios.[Dios	 es	 el	 que
suple	todas	las	cosas.]
Colosenses	3:2	Concentren	su	atención	en	las	cosas	de	arriba,	no	en	las
de	la	tierra,	[Los	ídolos	son	cosas	terrenales.	No	son	la	fuente	que	suple
vida.	¿Por	qué?]
Colosenses	3:3	Pues	ustedes	han	muerto	y	 su	vida	está	escondida	con
Cristo	en	Dios.[Jesús	suple	todo	lo	que	necesita	para	su	vida	y	devoción
con	Dios]
Colosenses	3:4	Cuando	Cristo,	que	es	la	vida	de	ustedes,	se	manifieste,
entonces	 también	 ustedes	 serán	 manifestados	 con	 él	 en	 gloria.	 [El
propósito	de	Dios	para	con	nosotros	no	es	nuestro	consuelo	o	bienestar,
pero	compartir	Su	gloria.]
Colosenses	3:5	Por	 lo	 tanto,	 hagan	morir	 todo	 lo	 que	 es	 propio	 de	 la
naturaleza	terrenal:	inmoralidad	sexual,	impureza,	bajas	pasiones,	malos
deseos	y	avaricia,	la	cual	es	idolatría.
Colosenses	3:6	Por	estas	cosas	viene	el	castigo	de	Dios.	[La	idolatría	es
un	pecado	serio]
Colosenses	3:7	Ustedes	 las	 practicaron	 en	 otro	 tiempo,	 cuando	 vivían
en	 ellas.	 [Antes	 de	 ser	 cristianos,	 el	 espíritu	 de	 idolatría	 dominaba
nuestras	vidas.]
Colosenses	3:8	Pero	ahora	[ahora	que	se	han	arrepentido	de	idolatría
y	buscan	a	Dios	solamente	como	su	proveedor]abandonen	también	todo
esto:	enojo,	ira,	malicia,	calumnia	y	lenguaje	obsceno.
Colosenses	 3:9	 Dejen	 de	 mentirse	 unos	 a	 otros,	 ahora	 que	 se	 han
quitado	el	ropaje	de	la	vieja	naturaleza	con	sus	vicios...
Seis	Instrumentos	Negativos	para	Esculpir
El	Enojo La	Malicia El	Lenguaje	Obsceno
El	Rencor La	Calumnia La	Mentira
La	Idolatría	es	la	Causa	(raíz)
¿Por	 qué	 es	 que	 las	 personas	 se	 enojan,	 muestran	 su	 temperamento,	 hacen
maldades	 a	 otros,	 arruinan	 la	 reputación	 de	 otros,	 maldicen	 y	 humillan	 con
palabras	 destructivas,	 y	 mienten?	 ¡Hacen	 estas	 cosas	 para	 adquirir!	 Estos
instrumentos	son	utilizados	cuando	los	instrumentos	positivos	no	resultan.	Ellos
piensan	 que	 pueden	 manipular	 a	 las	 personas	 para	 que	 hagan	 lo	 que	 desean
cuando	 lo	 desean.	 En	 realidad,	 usan	 los	 negativos	 porque	 funcionan—por	 un
rato.
Muchas	personas	batallan	contra	el	enojo	en	sus	relaciones.	Se	arrepienten	del
enojo	una	y	otra	vez.	La	razón	de	su	continua	esclavitud	radica	en	que	ellos	no
van	a	la	raíz	del	problema.	La	causa	del	problema	no	es	el	enojo,	es	la	idolatría
del	individuo	o	situación.
Phil	buscó	 consejo	 con	 relación	 a	 su	 enojo.	En	 busca	 de	 quién	 o	 en	 qué	 se
había	enfocado	el	espíritu	de	idolatría,	el	consejero	le	preguntó	a	Phil	acerca	de
su	niñez.	Phil	compartió	de	su	adopción	y	como	su	familia	adoptiva	se	reunía	y
no	 lo	 incluían.	 De	 niño,	 se	 iba	 a	 su	 recámara	 durante	 esos	 momentos	 y
organizaba	su	closet,	ponía	en	fila	sus	modelos	y	después	se	sentaba	y	adoraba	lo
que	había	hecho.
Su	ídolo	era	el	«orden»	porque	su	vida	estaba	fuera	de	orden.	Después	de	años
de	practicar	su	idolatría,	se	casó	y	se	encontró	con	cuatro	niños	menores	de	ocho
años.	Puede	imaginarse	el	desorden	que	procedía	de	los	pequeños.	Cuando	Phil
se	 fijaba	en	 las	cosas	desordenadas	en	 su	casa	o	 su	 familia,	 se	enojaba	y	 salía
como	un	huracán	a	su	garaje	donde	trabajaba.	Allí	él	había	creado	otro	ídolo	de
orden.	Todo	estaba	en	su	lugar.	Él	podía	controlarlo.
La	causa	del	enojo	de	Phil	consistía	en	la	idea	de	idolatría	y	el	sentimiento	de
orden.	 Su	 enojo	 era	 un	 instrumento	 negativo	 para	 esculpir	 utilizado	 para
manipular	a	su	esposa	e	hijos	para	que	se	condujeran	como	él	deseaba.	Cuando
se	 sometían	 a	 sus	 expectativas,	 su	 enojo	 disminuía,	 pero	 el	 remordimiento
permanecía.	Su	problema	principal	no	era	el	enojo,	sino	la	idolatría.	Para	sentir
libertad	 de	 amar	 a	 su	 esposa	 e	 hijos,	 él	 tenía	 que	 buscar	 el	 orden	 para
experimentar	paz	y	consuelo.	También	tenía	que	reconocer	que	su	esposa	e	hijos,
junto	con	 sus	 actitudes	y	desorden,	 a	veces	era	 justo	 lo	que	él	 necesitaba	para
demostrar	el	carácter	y	el	amor	de	Cristo	Jesús.	Su	esposa	lo	necesitaba	en	esos
momentos	cuando	los	niños	causaban	desorden.	Si	él	iba	a	amarla,	Phil	tenía	que
aprender	a	fijarse	en	Dios	para	que	Él	supliera	el	amor	y	le	proporcionara	a	su
esposa	 conforme	 sus	 necesidades.	 ¿Por	 qué	 el	 enojo	 de	 Phil	 se	 desbordaba
cuando	las	cosas	estaban	fuera	de	control?
La	Idolatría	Involucra	Control
El	asunto	de	la	idolatría	involucra	control.	El	hombre	en	pecado,	sin	confiar	en
Dios,	busca	controlar	su	ambiente	y	sus	relaciones	para	asegurar	su	felicidad	y
su	 comodidad.	 Pero	 lo	 que	 él	mismo	 desea	 controlar	 lo	 pierde.	 Jesús	 enseñó,
«Porque	el	que	quiera	salvar	su	vida,	la	perderá;	pero	el	que	pierda	su	vida	por
mi	causa,	la	salvará»	(Lucas	9:24).	El	momento	en	que	nos	fijamos	en	otra	cosa
que	 no	 sea	 Cristo	 para	 suplir	 nuestras	 necesidades,	 le	 damos	 a	 esa	 persona,
objeto,	 o	 circunstancia	 el	 poder	 para	 hacernos	 desdichados.	 ¿Por	 qué?	 Porque
sólo	 hay	 un	 Dios,	 y	 nada	 más	 tiene	 el	 poder	 o	 los	 recursos	 para	 satisfacer
nuestras	 necesidades.	 Si	 necesitamos	 tener	 algo,	 entonces	 eso	 nos	 controla.	 El
temor	de	no	adquirir	 lo	que	queremos	cuando	lo	deseamos	llega	a	ser	el	factor
que	otorga	el	poder,	da	autorización	en	la	relación.
En	este	punto	en	las	relaciones,	otro	factor	emerge:	el	esculpir	a	otras	personas
las	 aleja	 de	 nosotros.	 Con	 frecuencia,	 alejamos	 a	 las	 personas	 que	 más
necesitamos	 amar—los	miembros	más	 cercanos	 de	 la	 familia.	 ¿Has	 notado	 lo
susceptible	que	eres	a	las	intenciones	manipuladoras	de	otros?	Sabes	cuando	tu
esposo	o	esposa	intenta	obtener	algo	de	ti,	o	cuando	los	niños	se	comportan	 lo
mejor	 posible	 y	 respetuosamente.	 Detectas	 (percibes)	 los	 instrumentos	 de
esculpir	 como	 si	 estuvieras	 equipado	 con	 censores	 especiales	 de	 radar.
Reconocer	 esto	 es	 útil	 en	 el	 entendimiento	 del	 por	 qué	 unas	 relaciones	 han
sufrido	 separación	 y	 alejamiento.	 ¿Podrían	 aquellos	 que	 estaban	 siendo
«labrados»	 haber	 discernido	 la	 destrucción	 del	 espíritu	 de	 idolatría	 y	 haberse
retirado	en	autoprotección?	¿Qué	haces	cuando	sientes	que	te	están	esculpiendo?
Por	lo	general,	vemos	los	instrumentos	de	esculpir	en	las	manos	de	otros	pero
habitualmente	 estamos	 ciegos	 a	 los	 que	 están	 en	 las	 nuestras;	 a	 menos	 que
aprendamos	a	 reconocer	esta	característica	 del	 espíritu	 de	 idolatría	 en	nuestras
vidas	y	nos	arrepintamos.	Mi	oración	es	que	de	ahora	en	adelante,	nunca	serás	la
misma	 persona.	 Si	 has	 entendido	 esta	 característica	 del	 espíritu	 de	 idolatría,
estarás	 asombrado	 que	 tan	 rápido	 el	 Espíritu	 Santo	 dirigirá	 tus	 motivos.	 He
notado	que	yo	puedo	estar	a	medio-golpe	con	uno	de	los	instrumentos	positivos
de	esculpir	hacia	Alma	o	con	uno	de	mis	niños	y	el	Espíritu	Santo	me	pregunta,
¿Norm,	 qué	 es	 eso	 en	 tu	 mano?	 Estoy	 tan	 agradecido	 por	 Su	 ayuda.	 ¡Sin	 el
Espíritu	Santo,	 yo	hubiera	 esculpido	 a	mi	 familia	 a	pedazos	porque	 el	 espíritu
idólatra	es	tan	engañoso!
Jesús	Nunca	Esculpe
¿Cómo	te	ha	amado	Jesús?	El	amor	de	Cristo	no	implica	la	manipulación	de
recursos	dirigidos	a	motivarte	a	que	hagas	algo	para	Él.	El	no	usa	instrumentos
positivos	o	negativos	de	esculpir	para	que	Lo	complazcas.	Si	eres	cristiano,	¿no
te	 sorprendes	 como	 Él	 te	 ha	 cambiado	 sin	 que	 te	 sientas	 manipulado	 y
controlado?
Si	quieres	libertad	para	amar	a	Jesús,	debes	despojarte	de	los	instrumentos	de
esculpir.	El	Jesús	en	ti,	nunca	acudiría	a	tales	tácticas	en	las	relaciones.	Cuando
confías	en	que	Cristo	está	en	control	y	lo	que	tiene	es	lo	que	necesitas,	no	hay
necesidad	de	esculpir,	manipular	o	controlar.	Conforme	renuncias	a	tus	derechos
de	 tener	 las	cosas	a	 tu	manera	y	en	 tu	 lugar,	confiar	en	el	poder	de	Jesús	para
amar	a	través	tuyo,	crecerás	en	tu	amor	a	Dios	y	serás	animado	por	Su	presencia.
¿Cuáles	Son	tus	Instrumentos	de	Esculpir?
¿Con	cuáles	instrumentos	positivos	has	llegado	a	ser	un	experto:	el	halago,	el
elogio	insincero,	el	servicio,	o	el	don	de	regalar?	¿Cuáles	instrumentos	negativos
de	esculpir	se	encuentran	en	tus	manos:	el	enojo,	la	frialdad,	la	abstinencia,	las
palabras	 severas,	 la	 maldad,	 o	 la	 mentira?	 Entendiendo	 esta	 segunda
característica	del	espíritu	de	idolatría	me	ha	ayudado	a	detectar	su	presencia.	¡He
utilizado	 muchos	 instrumentos!	 Reconociendo	 esto	 he	 descubierto	 mucho	 mi
culpabilidad,	 confirmando

Continuar navegando