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49_AVLS_Escala_de_Ajuste_a_la_Prdida_Visual_Relacionada_con_la

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49. AVLS Escala de Ajuste a la Pérdida Visual Relacionada con la Edad/Manual Escala de Ajuste a la Pérdida Visual Relacionada con la Edad.pdf
Escala de ajuste a la pérdida visual
relacionada con la edad
Escala de ajuste a la pérdida visual 
relacionada con la edad 
A. Horowitz, DSW 
J. P. Reinhardt, Ph. D. 
IInnssttrruummeennttooss ddee eevvaalluuaacciióónn ppssiiccoollóóggiiccaa
ddeell aajjuussttee aa llaa ddiissccaappaacciiddaadd vviissuuaall
ONCE 
OOrrggaanniizzaacciióónn NNaacciioonnaall ddee CCiieeggooss EEssppaaññoolleess
Madrid, 2006 
EEssccaallaa ddee aajjuussttee aa llaa ppéérrddiiddaa vviissuuaall rreellaacciioonnaaddaa ccoonn llaa eeddaad
d
Título original: The adaptation to Age-related Vision Loss (AVL) Scale
Amy Horowitz, DSW y Joann P. Reinhardt, Ph.D., 1998
Arlene R. Gordon Research Institute. Lighthouse International. Nueva York
IInnssttrruummeennttooss ddee eevvaalluuaacciióónn ppssiiccoollóóggiiccaa ddeell aajjuussttee aa llaa ddiissccaappaacciiddaadd vviissuuaal
l
Primera edición, Madrid 2006
Adaptación española de:
ONCE: Rafael Pallero González, Dirección Administrativa de Tarragona (rpgo@once.es),
y Miguel Díaz Salabert, Delegación Territorial de Cataluña
Universidad Rovira i Virgili (Departamento de Psicología): Pere Joan Ferrando Piera,
Urbano Lorenzo Seva y Delian Marsal Guardiola
© de esta edición: Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE). Dirección
General. Dirección General Adjunta de Servicios Sociales. Calle del Prado, 24, 28014
Madrid
© las autoras 
Diseño de la cubierta: Idearium Creación, S. L. 
Coordinación de la edición: Departamento de Recursos Culturales. Dirección de Cul­
tura y Deporte. ONCE. Dirección General 
La presente edición ha estado al cuidado de Francisco Javier Martínez Calvo 
Obra completa: 
ISBN-13: 978-84-484-0163-4 
ISBN-10: 84-484-0163-8 
Este tomo: 
ISBN-13: 978-84-484-0164-1 
ISBN-10: 84-484-0164-6 
D.L.: M. 40.505-2006 
Realización gráfica: IRC, S.L. 
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro, su inclusión en un sistema 
informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, 
mecánico, por fotocopia, registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de 
los titulares de los derechos de autor. 
IImmpprreessoo eenn EEssppaaññaa -- PPrriinntteedd iinn SSppaaiinn
Índice
Nota de las autoras para la adaptación española. 7
Presentación ....................................................... 11
Agradecimientos .................................................. 13
Ficha técnica ....................................................... 15
Justificación ........................................................ 17
Aplicaciones ........................................................ 19
Descripción de las variables que mide la escala ori­
ginal ................................................................ 21
Base teórica y diseño de la escala original .......... 23
Una concepción general sobre el ajuste a la dis­
capacidad visual sobrevenida con la edad .... 23
Algunas cuestiones sobre el desarrollo de la ver­
sión original de la escala .............................. 23
Formato de la escala en su versión original ....... 26
Fases del proceso de adaptación a la población
española y características psicométricas ......... 27
Equivalencia contextual, traducción y estudio
piloto previo ................................................. 27
Estudio de la dimensionalidad y estructura de la 
escala mediante análisis factorial de los ítems. 29
Fidelidad, fiabilidad y capacidad discriminadora. 30
Distribución de las puntuaciones ...................... 34
Estudio de validación ....................................... 35
Normas para la administración y corrección de las
subescalas ...................................................... 41
Material ........................................................... 41
Instrucciones para el administrador .................. 41
Puntuación y corrección .................................. 43
Uso de la tabla de baremación y conversión de 
puntuaciones ............................................... 43
Interpretación .................................................. 44
Referencias bibliográficas .................................... 45
6 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
Apéndices ........................................................... 49
Apéndice 1. Tabla de baremación y conversión 
de puntuaciones .......................................... 49
Apéndice 2. Escala de adaptación a la pérdida 
visual relacionada con la edad (AVL) (The 
Adaptation to Age-related Vision Loss Scale). 51
RReellaacciióónn ddee ffiigguurraass yy ttaabbllaass
Figura 1. Distribución de las puntuaciones .......... 36
Tabla 1. Evaluación de la dimensionalidad .......... 30
Tabla 2. Solución factorial: modelo de un factor
común ............................................................. 31
Tabla 3. Estadísticos descriptivos ........................ 36
Tabla 4. Coeficientes de validez convergente ...... 38
Nota de las autoras para la adaptación 
española 
Dada la prevalencia de patologías oculares asociadas a 
la edad —tales como degeneración macular, glaucoma, 
cataratas y retinopatía diabética—, muchas personas mayo­
res sufren una deficiencia visual crónica degenerativa. Ade­
más, esto suele ocurrir en el contexto de otros problemas 
de salud comórbidos, como la artritis, las enfermedades 
cardiacas o la diabetes. Sin embargo, es importante des­
tacar que la pérdida de visión asociada a la edad no forma 
parte del proceso de envejecimiento normal, por lo que no 
debería ser aceptada como tal. 
La adaptación a la pérdida de visión asociada a la edad 
puede ser muy difícil para muchas personas mayores, en 
parte porque han vivido con visión durante toda su vida. 
La experiencia previa de problemas de visión, causada por 
alteraciones como la presbicia, se corrige habitualmente 
con gafas, por lo que no suele provocar un gran impacto. 
Pero la pérdida visual por una patología ocular degenera­
tiva asociada a la edad no se puede corregir con fárma­
cos, cirugía o gafas. Existe la esperanza de que no será 
siempre así y de que en un futuro se desarrollarán nuevas 
terapias. 
La persona que experimenta la pérdida de visión en edad 
avanzada ha vivido muchos años sin las experiencias que 
surgen al tener una deficiencia visual grave. Por ello, puede 
tener ideas muy específicas y, a menudo, incorrectas, así 
como miedos sobre ser «ciego» que incluyen el concepto 
de dependencia. Es destacable que la mayoría de las per­
sonas con pérdida de visión causada por patologías visua­
les relacionadas con la edad no llegan a ser totalmente cie­
gas, sino que conservan algún resto visual. 
En la actualidad existen servicios de rehabilitación para 
el ajuste a la deficiencia visual, e incluyen diversas áreas, 
como la clínica de baja visión, el consejo psicológico para 
8 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
el ajuste a la pérdida visual y la orientación y movilidad, 
llevando a cabo el proceso rehabilitatorio en el contexto 
propio de la persona. Sin embargo, estos servicios suelen 
estar infrautilizados. Esto puede ser debido, en parte, al 
desconocimiento de su existencia, pero también a que una 
persona mayor con pérdida de visión puede no estar pre­
parada para beneficiarse de tales servicios si no ha acep­
tado la realidad de su pérdida de visión. Además de expe­
rimentar una deficiencia funcional por la pérdida visual, 
existen otros aspectos psicosociales interrelacionados en 
el ajuste psicológico. Es importante la percepción de uno 
mismo como persona deficiente visual en su relación con 
los demás para alcanzar los objetivos planeados. 
¿Cuáles son los objetivos de la rehabilitación? Es decir, 
¿qué es lo que las personas mayores quieren hacer y no 
pueden realizar a causa de su pérdida visual? Seguramente 
contestaremos
a esta pregunta de forma diferente teniendo 
en cuenta la edad de la persona deficiente visual. Por ejem­
plo, en el caso de los niños con pérdida de visión, la reha­
bilitación se centrará en los aspectos educativos, mientras 
que en el caso de los jóvenes adultos que experimentan la 
pérdida de visión, el interés reside en la aceptación por parte 
de los compañeros y en los buenos resultados académicos. 
Los adultos de mediana edad con pérdida de visión necesi­
tarán probablemente aprender a usar nuevas tecnologías 
para mantener sus puestos de trabajo. Con alguna excep­
ción, estos criterios no son tan relevantes para las personas 
mayores con pérdida de visión. Las personas mayores nece­
sitan mantener su autonomía en las actividades funcionales 
de la vida diaria, tanto en términos de tareas instrumentales 
como personales, y también es importante para ellos man­
tener el contacto con otros miembros de su red social. 
Inicialmente desarrollamos la Escala de ajuste a la pér­
dida de visión relacionada con la edad, AVL (The Adaptation 
to Age-related Vision Loss Scale), debido a la importancia 
de los factores psicosociales en las personas mayores que 
se enfrentan a la pérdida de visión crónica y a la ausencia 
de instrumentos de medición dirigidos hacia esta área. Exis­
tían escalas centradas en evaluar las habilidades funcio­
9 NOTA DE LAS AUTORAS PARA LA ADAPTACIÓN ESPAÑOLA 
nales de las personas mayores con pérdida de visión, siendo 
incluso más numerosas en la actualidad. No cabe duda de 
que estas escalas ocupan un importante lugar a la hora de 
comprender la eficacia de los servicios de rehabilitación, es 
decir, si la capacidad para realizar las tareas cambia des­
pués de recibir tales servicios. Tenemos la opinión de que 
también es importante evaluar lo que la persona con pér­
dida visual siente respecto a sí misma y en relación con ser 
deficiente visual, su actitud hacia el aprendizaje de estra­
tegias compensatorias para continuar funcionando en áreas 
importantes para ella y la forma de interactuar con su fami­
lia, amigos y otras personas de su entorno. 
Creemos que este proceso de ajuste es universal y nos 
sentimos muy satisfechas de que la escala haya sido tradu­
cida y utilizada en otros países, especialmente en España, y 
que se presente en este manual. La posibilidad de realizar 
comparaciones transculturales sobre el proceso de adapta­
ción a la pérdida visual y sus resultados es muy importante. 
Ante todo, hay que destacar que las personas mayores 
viven su pérdida de visión a través del filtro de la expe­
riencia de toda una vida. Es muy probable que aparezca 
la depresión en personas mayores con deficiencia visual, 
pero no es inevitable. Disponen de una historia vital llena 
de recursos personales y sociales con los que pueden con­
tar y con la oportunidad de recibir distintos servicios de 
rehabilitación visual a través de los cuales pueden seguir 
realizando actividades relevantes. 
Continuamos trabajando en la escala AVL en sus res­
pectivas aplicaciones para la investigación y la clínica. Pró­
ximamente presentaremos una forma abreviada. Se agra­
decerá cualquier comentario o pregunta desde la 
experiencia de las personas que utilicen esta escala. 
AAmmyy HHoorroowwiittzz,, DDSSWW
(ahorowitz@lighthouse.org) 
JJooaannnn PP.. RReeiinnhhaarrddtt,, PPhh..DD..
(jreinhardt@lighthouse.org) 
Presentación
La necesidad de la adaptación española de la Escala de 
ajuste a la pérdida visual relacionada con la edad se pone 
de manifiesto cuando se analizan los datos demográficos 
de afiliación a la Organización Nacional de Ciegos Espa­
ñoles (ONCE). Así, se constata que es cada vez mayor el 
número de nuevas afiliaciones de personas mayores de 60 
años con pérdida visual reciente, es decir, de personas que 
han perdido la vista de mayores. En diciembre de 2004, los 
registros de afiliación de la ONCE indican que hay 26364 
personas afiliadas de más de 65 años, lo que equivale al 
39,97% del total de los miembros de la organización, de 
los cuales el 22% presenta ceguera total (Organización 
Nacional de Ciegos Españoles, 2004). El proceso de ajuste 
al déficit visual en estas edades y las características de 
esta población aconsejan el uso de instrumentos diseña­
dos y validados para personas mayores. Entre las carac­
terísticas de esta población destacan: la dependencia de 
las redes de apoyo informal, en especial la familia; la nece­
sidad de recibir atención en servicios especializados; el 
tópico sobre las dificultades para desempeñar tareas nove­
dosas o complejas, así como una motivación hacia los 
aprendizajes distinta de la de edades más jóvenes. Aun­
que estas características no sean necesariamente gene­
ralizables a toda la población de más de 60 años, hacen 
aconsejable una evaluación diferenciada del ajuste al défi­
cit visual para estas personas. Es necesario, por tanto, 
avanzar en la adecuación y precisión de la evaluación en 
las personas mayores, sin excluir el empleo de otros ins­
trumentos de evaluación del ajuste y del estado de ánimo 
usados en otros tramos de edad (Pallero et al., 1999, 2002). 
Entre los instrumentos conocidos para evaluar el ajuste 
solo hay uno que esté diseñado para la población mayor y 
validado en ella: la escala de ajuste a la pérdida visual rela­
cionada con la edad, AVL (The Adaptation to Age-related 
Vision Loss Scale), de A. Horowitz y J. P. Reinhardt, perte­
necientes a la Lighthouse International de Nueva York, ins­
12 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
titución especializada en la atención a la discapacidad 
visual. La AVLS se basa más en unas líneas generales sobre 
el proceso de ajuste (Horowitz y Reinhardt, 1998) que en
un modelo estructurado, y su desarrollo responde a unos 
patrones metodológicos rigurosos que garantizan la bon­
dad psicométrica de la escala. Se trata de un instrumento 
bien conocido en Estados Unidos y del que se están reali­
zando diversas adaptaciones (al alemán y al francés). Para 
la adaptación al español y a la población española, al igual 
que se hizo con la adaptación de la escala NAS de Dodds, 
se han aplicado las directrices de la Comisión Internacio­
nal de Tests (Muñiz y Hambleton, 1996, 2000), con el fin de
garantizar, como mínimo, la misma calidad psicométrica de 
la versión original. 
Agradecimientos
El desarrollo de la adaptación española de la escala 
AVL ha sido financiado por la Organización Nacional de 
Ciegos Españoles (ONCE) dentro de su programa de 
apoyo a la investigación, dirigida a mejorar la calidad de 
vida de las personas con ceguera. En consecuencia, nues­
tro primer agradecimiento debe ser para esta institución, 
por su decidido apoyo a la investigación sobre ceguera y 
deficiencia visual. 
También queremos dar las gracias a la Universidad 
Rovira i Virgili, a la Dirección Administrativa de la ONCE 
en Tarragona, a la Delegación de la ONCE en Cataluña y, 
sobre todo, a todos aquellos que nos facilitaron la tarea de 
recogida de datos: 
A los jefes de los Servicios Sociales para Afiliados 
y a los directores de centros y unidades de la ONCE, 
que, en su momento, consideraron que sus centros 
podían colaborar con nosotros. 
A los profesionales de la Psicología que incorpora­
ron a su labor cotidiana el protocolo de recogida de 
datos o nos brindaron su asesoramiento: 
Almudena Cacho, Félix Dorado, Francisco 
Ceña, Francisco J. Checa, Javier Nespral, José 
Luis González, Luis González, Juan José Martí­
nez, M.ª del Rosario Martínez, M.ª José Losada, 
M.ª Victoria Quílez, Mar Mínguez, Núria Yanguas, 
Purificación Díaz, Cristina Pérez, Rubén Elías 
Alesanco y la trabajadora social Raquel de Godos 
del Prado. 
A los restantes psicólogos, psicólogas y otros profe­
sionales de la ONCE que nos prestaron su inestimable 
colaboración, en especial a los de las delegaciones terri­
toriales de la ONCE en Cataluña, Madrid, Sevilla y Valen­
14 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
cia, quienes, junto a
sus compañeros de equipo y res­
ponsables de los Servicios Sociales para Afiliados, orga­
nizaron la recogida de datos por parte de una persona 
del equipo investigador. 
Así mismo, queremos mostrar nuestro agradecimiento 
al Servicio Bibliográfico de la ONCE por las facilidades 
dadas por su dirección, y al Servicio de Documentación 
sobre discapacidad visual de la ONCE por los consejos 
recibidos de sus documentalistas. 
Por otra parte, queremos agradecer a las doctoras 
A. Horowitz y J. P. Reinhardt el permiso dado para la adap­
tación de su escala y su total disponibilidad a resolver cual­
quier cuestión relacionada con ella. 
Por último, es de recibo dar la gracias a la pieza clave 
en la recogida de datos, cuyo entusiasmo, escrupulosa pro­
fesionalidad y exquisito trato con las personas mayores con 
ceguera nos permitió disponer de una amplia muestra: la 
psicóloga Silvia Cruz Maturana. 
Ficha técnica
Nombre: Escala de ajuste a la pérdida visual relacionada 
con la edad, AVL (The Adaptation to Age-related Vision Loss 
Scale). 
Autor: A. Horowitz y J. P. Reinhardt, de Lighthouse Inter­
national de Nueva York. 
Adaptación española: ONCE y Universidad Rovira i Virgili. 
Administración: individual, leída al usuario por el psicó­
logo. 
Variables evaluadas: indicador único de ajuste a la dis­
capacidad visual aparecida en la vejez. 
Tiempo estimado de administración: 30 minutos. 
Población de destino: personas mayores de 65 años con 
agudeza visual igual o inferior a 1/10, según la escala de 
Wecker, o campo visual reducido a diez grados o menos en 
el mejor de los ojos y con el uso de correcciones ópticas, 
cuya pérdida visual se haya producido con posterioridad a 
los 60 años. También es administrable en personas mayo­
res cuya pérdida visual se haya producido con anterioridad. 
Tipificación: baremos en centiles y en escala T referi­
dos a la población con discapacidad visual en la situación 
descrita. 
Versión informatizada1 que permite la anotación de las 
respuestas y ofrece la corrección automática, la obtención 
de un perfil gráfico y la comparación entre el tratamiento 
previo y el postratamiento. Las instrucciones de uso se 
incluyen en el propio programa. 
1 Realizada por Francisco Ceña Coro, psicólogo de la Delegación Territo­
rial de la ONCE en Asturias. 
Justificación
Las razones que se exponen a continuación justifican la 
adaptación de la que es objeto este manual: 
�	 Según el Instituto Nacional de Estadística de España 
(INE) (2005), la proyección de la esperanza de vida al 
nacimiento es cada vez mayor —la proyección total es 
de 78,71 años: 75,25 para los hombres y 82,16 para 
las mujeres (datos de 2004 referidos a 1998)—, de 
manera que cada vez habrá mayor cantidad de perso­
nas en el segmento de población de mayores de 60 
años. La estimación del INE para 2005 indica que en 
España hay 9457468 personas mayores de 60 años; 
en la proyección para el año 2050, mientras tanto, esa 
cifra se sitúa ligeramente por encima de los 19 millo­
nes y medio. El notable aumento de la esperanza de 
vida y, en consecuencia, del número de personas mayo­
res, unido a la presencia de patologías oculares por el 
momento incurables, permiten afirmar que cada vez va 
a ser mayor el número de personas con una discapa­
cidad visual grave. En España, las principales causas 
de deficiencia visual en personas mayores de 65 años 
son la degeneración macular asociada a la edad, la 
miopía magna, la retinopatía diabética, el glaucoma y 
las cataratas. 
�	 Esta discapacidad es fruto de la conjunción del défi­
cit y sus consecuentes limitaciones y restricciones, 
que están moduladas por la red de apoyo, del con­
texto socioambiental y de las variables personales, 
entre las que se incluyen las estrategias de afronta­
miento de la situación generadora de estrés. Por lo 
tanto, tendrá una dimensión variable y podrá repre­
sentar un cambio importante en la vida de quien la 
padece. En palabras de las autoras, «la aparición de 
una pérdida de visión en la vejez puede ser una pro­
funda experiencia y, a veces, requerirá un considera­
18 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
ble ajuste psicosocial y funcional» (Horowitz y Rein­
hardt, 1998).
�	 Las variables que conforman este ajuste y la forma 
como este se produce han sido poco investigadas, 
entre otras razones, por la falta de instrumentos fia­
bles que permitan la evaluación y el seguimiento de 
las personas que pierden la vista. 
�	 Los servicios de atención a las personas mayores, 
tanto los genéricos como los especializados, son recur­
sos de apoyo muy importantes en ese proceso de 
ajuste. La intervención profesional requiere de instru­
mentos que permitan evaluar su eficacia. 
La escala AVL «se desarrolló para conocer e identificar 
necesidades en el campo de la rehabilitación de la visión 
y para evaluar el ajuste psicosocial a la pérdida de visión 
en las personas mayores» (Horowitz y Reinhardt, 1998), de
manera que su objetivo es cubrir la carencia, ya indicada, 
de instrumentos fiables tanto en la investigación como en 
las intervenciones profesionales, y será de gran utilidad en 
la atención del colectivo, cada vez más numeroso, de per­
sonas afectadas por problemas de visión. 
Aplicaciones
Los ámbitos de aplicación de la escala de ajuste a la 
pérdida visual relacionada con la edad, tal y como indican 
las autoras, son los siguientes: 
�	 La investigación dirigida a la comprensión de los pro­
cesos por los que pasan las personas mayores que 
pierden la visión. En este campo puede utilizarse para 
conocer las variables del ajuste psicosocial a la pér­
dida. 
�	 La evaluación clínica de la situación psicosocial de las 
personas mayores con deficiencia visual. Las res­
puestas de las personas mayores a la escala propor­
cionan información sobre temores, ideas distorsiona­
das y actitudes. Esta información permite diseñar 
mejor el programa de rehabilitación y detectar nece­
sidades concretas de consejo psicológico. 
�	 La evaluación de las intervenciones de rehabilitación 
visual. Los procesos de aprendizaje de habilidades 
adaptativas deberían mejorar la adaptación y la cali­
dad de vida de las personas que han perdido la visión. 
La escala AVL, usada como elemento de evaluación 
global de bienestar, permite medir esa mejora e, indi­
rectamente, evaluar la eficacia de los aprendizajes. 
La población de destino de la escala la integran perso­
nas mayores de 60 años, con agudeza visual igual o infe­
rior a 0,1 (escala de Wecker) o campo visual reducido a 
diez grados o menos. Preferentemente, se aplica a perso­
nas que han perdido la visión de mayores, aunque la 
prueba ha demostrado su sensibilidad también en perso­
nas que habían sufrido la pérdida de visión en plena edad 
laboral. 
Descripción de las variables que mide 
la escala original 
En el artículo de referencia de la escala (1998) las auto­
ras ofrecen una definición conceptual del ajuste psicoso­
cial a la pérdida visual relacionada con la edad, esto es, a 
la pérdida que viene dada por las enfermedades ligadas 
al envejecimiento o por el deterioro propio de los tejidos al 
pasar los años. 
En primer lugar, consideran que, en relación con el ajuste 
psicosocial, se pueden distinguir tres áreas generales: 
�	 Aceptación de la pérdida de visión. La persona mayor 
acepta la pérdida de una manera real, ni magnificando 
sus efectos limitadores ni minimizándolos. 
�	 Actitud hacia el aprendizaje de habilidades adaptati­
vas. La persona mayor muestra una disposición favo­
rable hacia los aprendizajes destinados a compensar 
la pérdida de eficacia de las estrategias habituales. 
�	 Actitud hacia la interrelación con los miembros de la 
familia y los amigos. La persona mayor que ha per­
dido la visión considera que las relaciones con la fami­
lia y con los amigos no han variado demasiado; en 
consecuencia, no rechaza su ayuda, pero tampoco 
cae en una dependencia innecesaria. 
Estas tres áreas generales nos muestran las
variables 
que va a medir la escala. Aunque las autoras presentan 
una escala única y la factorización de sus puntuaciones no 
evidencia que se puedan separar sus componentes en dife­
rentes subescalas, sus ítems corresponderían unos a la 
aceptación del déficit, otros a la actitud hacia la rehabili­
tación y otros a la actitud hacia la interrelación con la fami­
lia o con los amigos. 
Base teórica y diseño de la escala original 
UUnnaa ccoonncceeppcciióónn ggeenneerraall ssoobbrree eell aajjuussttee
aa llaa ddiissccaappaacciiddaadd vviissuuaall ssoobbrreevveenniiddaa ccoonn llaa eeddaadd
En el desarrollo de la escala, las autoras parten de la 
idea de que el ajuste es un continuo más que un punto 
final: el grado de adaptación varía en función de los recur­
sos personales, de las características del déficit y del uso 
de los servicios de rehabilitación. Sus principales referen­
tes teóricos son las teorías del afrontamiento y del estrés 
de Lazarus y Folkman (1986). 
El ajuste a la discapacidad visual es un componente del 
bienestar general, pero no tiene por qué ser sinónimo de 
adaptación a la vejez. El que una persona haya llevado un 
adecuado proceso de ajuste a su discapacidad visual no 
conlleva, necesariamente, una mejora del bienestar, si bien, 
con frecuencia, esto suele ir asociado. 
AAllgguunnaass ccuueessttiioonneess ssoobbrree eell ddeessaarrrroolllloo
ddee llaa vveerrssiióónn oorriiggiinnaall ddee llaa eessccaallaa
La versión original de la escala se desarrolló a partir de 
un conjunto inicial de 33 ítems. A cada uno de los domi­
nios citados en el apartado anterior se adscribieron 11 
ítems. De ellos, 19 fueron redactados por las autoras y los 
14 restantes los seleccionaron de otros instrumentos ya 
existentes que se citan a continuación: 
�	 Attitude to blindness scale (ABS) de Cowen, Under-
berg y Verillo (1958) —citada por las autoras en una 
publicación de 1961—. Escala de 30 ítems, con cua­
tro opciones de respuesta, que manifiestan diverso 
grado de acuerdo o desacuerdo. 
24 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
�	 Escala de evaluación del ajuste de Fitting (1954).
Estructurada en seis áreas, consta de 42 ítems con 
los que mostrar acuerdo o desacuerdo. 
�	 Escala de creencias sobre la ceguera (BABS) de 
Ehmer y Needham (1979). De 40 ítems, se responde 
del mismo modo que en la ABS, aunque incluye una 
opción intermedia. 
Dado que entre las personas mayores hay muchas más 
con resto visual que con ceguera total, en los ítems que 
hacían referencia a la discapacidad con el término ciego, 
este se sustituyó por el de deficiente visual o expresiones 
parecidas. Por otra parte, para evitar efectos de aquies­
cencia, se contrabalancearon los ítems: ocho tenían forma 
positiva y 25 forma negativa. 
El formato de 33 ítems de la escala se administró en dos 
muestras. Todos los integrantes eran mayores de 65 años 
con deficiencia visual, y casi la mitad de ellos (48% en la 
primera muestra y 39,2 % en la segunda) eran legalmente 
ciegos (en Estados Unidos, se consideran legalmente cie­
gas a aquellas personas con agudeza visual igual o infe­
rior a 20/200). Las muestras formaban parte de estudios 
más amplios en los que la escala AVL se administraba den­
tro de un protocolo que incluía una amplia entrevista, así 
como la versión de 18 ítems del LSI-A —Inventario de satis­
facción con la vida de Neugarten, Havighurst y Tobin (1961);
la versión reducida es de Adams (1969)— y la escala del
Centro de Estudios Epidemiológicos de la Depresión (CES­
D; Radloff, 1977).
El análisis inicial de ítems se llevó a cabo desde la teo­
ría clásica del test. Cada ítem se evaluó de acuerdo con 
los índices de dificultad y de discriminación. Respecto al 
primer índice, se tomó como criterio que la relación entre 
p y q no fuese más extrema de 20/80. Respecto al segundo 
índice, el criterio fue que la correlación ítem-total fuese al 
menos de 0,30. Sin embargo, para tener cierto control sobre 
el efecto de aquiescencia, el 20% del total final de ítems 
debía tener un redactado positivo, lo que obligó a una 
25 BASE TEÓRICA Y DISEÑO DE LA ESCALA ORIGINAL 
mayor flexibilidad en el análisis de estos ítems. En con­
junto, se eliminaron seis de los ítems redactados en nega­
tivo (se retuvieron 19) y tres de los redactados en positivo 
(se retuvieron cinco). 
La dimensionalidad y la estructura de la escala se eva­
luaron mediante análisis factorial basado en el criterio de 
máxima verosimilitud. Se probaron modelos tridimensio­
nales no restrictos y restrictos en ambas muestras, de 
acuerdo con los tres dominios de ítems descritos anterior­
mente. Aunque el modelo de tres factores mostraba un 
ajuste excelente en todos los casos, la estructura variaba 
en las dos muestras; por esta razón, finalmente se optó por 
una solución unidimensional, que se ajustó de forma acep­
table en ambas muestras. 
Análisis de la validez convergente 
En la evaluación convergente se utilizaron algunos de 
los cuestionarios que se habían administrado junto a la 
escala AVL: la medida de satisfacción con la vida (LSI-A) y 
el cuestionario de sintomatología depresiva (CES-D). Tam­
bién se empleó una medida de un solo ítem puntuable en 
cuatro puntos, que preguntaba sobre la medida en que la 
persona consideraba que se estaba adaptando a su déficit: 
En general, ¿cómo siente que se está adaptando a su 
pérdida de visión? 
Muy bien 
Moderadamente bien 
Poco 
No del todo 
Las puntuaciones mostraron una correlación de r= 0,63 
y 0,49 para cada una de las muestras con la escala de 
satisfacción con la vida, y una correlación de r= –0,74 y 
–0,55 con la escala de sintomatología depresiva. Final­
mente, con la escala de un solo ítem, la correlación fue de 
r= –0,37 y –0,45. 
26 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
FFoorrmmaattoo ddee llaa eessccaallaa eenn ssuu vveerrssiióónn oorriiggiinnaall
Los ítems se presentan en un listado único de 24 afir­
maciones, cinco con sentido positivo (ítems 4, 8, 12, 16 y 
21) y 19 con sentido negativo (ítems 1, 2, 3, 5, 6, 7, 9, 10, 
11, 13, 14, 15, 17, 18, 19, 20, 22, 23 y 24). Quien responde 
debe mostrarse de acuerdo o en desacuerdo con la afir­
mación. Todos los ítems puntúan en la misma dirección, 
por lo que el acuerdo con los ítems de sentido positivo y el 
desacuerdo con los negativos se puntúa con 1. 
El listado de ítems se inicia con la siguiente consigna: 
A continuación le leeré algunas afirmaciones sobre la defi­
ciencia visual. Algunas personas pueden estar de acuerdo 
con estas afirmaciones y otras puede mostrarse en des­
acuerdo. Cuando le lea cada afirmación, por favor, dígame 
si está de acuerdo o en desacuerdo. 
Fases del proceso de adaptación 
a la población española y características 
psicométricas 
Antes de empezar el proceso de adaptación de la escala, 
se solicitó a las autoras su permiso para llevarla a cabo, 
autorización que fue concedida. La adaptación se realizó 
en una serie de etapas que se describen seguidamente. 
EEqquuiivvaalleenncciiaa ccoonntteexxttuuaall,, ttrraadduucccciióónn
yy eessttuuddiioo ppiilloottoo pprreevviioo
Se siguieron las instrucciones recogidas por la Comi­
sión Internacional de Tests (Muñiz y Hambleton, 1996, 2000)
con el fin de evitar los errores que se pueden dar al adap­
tar un cuestionario psicológico de un idioma y una cultura 
a otro idioma y otra cultura. Los pasos dados fueron los 
siguientes: 
�	 EEqquuiivvaalleenncciiaa ccoonntteexxttuuaall. La revisión previa de los 
ítems por parte de dos psicólogos de la ONCE per­
mitió constatar que el contenido al que se refieren los 
ítems y el modo de respuesta eran aplicables a nues­
tra población, de manera que, salvo en uno de ellos 
(el segundo), se podía considerar, provisionalmente 
y a la espera de administrar la prueba piloto, que se 
daba la equivalencia entre el contexto de Estados Uni­
dos y el español. 
El ítem que generaba mayores dudas se refiere a la 
capacidad de los servicios sociales para resolver
los 
problemas de las personas con deficiencia visual: 
el hecho de que en España la ONCE sea la única 
prestadora de servicios especializados y de que, 
además, lo haga de manera distinta a como los pres­
tan las diversas agencias de Estados Unidos, podía 
28 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
hacer pensar que no pudiera aplicarse a nuestra 
población. 
La mayoría de los servicios sociales para personas con 
deficiencia visual no son útiles para ayudarles eficaz­
mente con sus problemas. 
Finalmente se optó por incluirlo, a la espera de ver su 
comportamiento. 
�	 TTrraadduucccciióónn. Se realizaron tres traducciones inde­
pendientes. Dos de ellas corrieron a cargo de psicó­
logos expertos en la materia y la tercera a cargo de 
un lingüista inglés con muchos años de residencia en 
nuestro país —los tres habían participado ya en la 
adaptación de la NAS (o.c.)—. Posteriormente se inter­
cambiaron las traducciones y se discutieron sus con­
tenidos. Las cuestiones que eran motivo de des­
acuerdo se consultaron personalmente con las 
autoras. En este sentido, se precisó la traducción de 
cuatro ítems. 
�	 PPrruueebbaa ppiilloottoo. La versión provisional obtenida se 
administró a una muestra de 59 sujetos (rango de 
edad: 60-99 años; con resto visual inferior a 10 en la 
escala de Wecker, y cuyo principal déficit era la pér­
dida de visión). En este grupo las puntuaciones mos­
traban una fiabilidad aceptable (alfa 0,81) e índices 
de discriminación superiores a 0,20, excepto en los 
ítems 2 (v. arriba) y 9. Se optó por mantener el ítem 
2 y redactar de nuevo el ítem 9, por considerar que 
podía prestarse a una interpretación ambigua, debido 
a un sesgo cultural (para más detalles, v. Pallero, Díaz, 
Ferrando, Lorenzo y Marsal, 2001).
�	 Tras el estudio piloto, el cuestionario obtenido (24 
ítems) se administró, junto con el protocolo que se 
utilizaría para el estudio de validación, a una mues­
tra de calibración de 335 participantes —202 muje­
res y 133 hombres, con rango de edad entre 60 y 92 
años (media de 73,3 años) y d. t. de 6,88—; 41 de 
29 FASES DEL PROCESO DE ADAPTACIÓN A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA... 
ellos padecían ceguera total, 97 ceguera parcial, 169 
baja visión y 25 visión límite —en tres casos no se 
disponía del dato—; todos ellos presentaban una agu­
deza visual inferior a 10 en la escala de Wecker o un 
campo visual reducido a menos de 10º. La pérdida 
visual se había producido progresivamente en 266 
casos y bruscamente en 68. 
EEssttuuddiioo ddee llaa ddiimmeennssiioonnaalliiddaadd yy eessttrruuccttuurraa
ddee llaa eessccaallaa mmeeddiiaannttee aannáálliissiiss ffaaccttoorriiaall ddee llooss íítteemmss
La AVLS está formada por ítems binarios. McDonald y
Ahlawat (1974) demostraron que el uso del análisis facto­
rial (AF) lineal con este tipo de ítems podía dar lugar a fac­
tores artefactuales si las relaciones ítem-factor no eran li­
neales. Más concretamente, el AF lineal sobre conjuntos 
de ítems binarios puede conducir a una falsa evidencia de 
multidimensionalidad, es decir, que para conseguir un buen 
ajuste sea necesario extraer más factores de los que son 
propiamente de contenido. 
Para minimizar este problema se utilizó el modelo de AF 
no lineal de McDonald (1967). El principio básico de este
modelo es el mismo que el del AF lineal: las covarianzas 
residuales se anulan tras extraer el número apropiado de 
factores. Sin embargo, este modelo ajusta las regresiones 
ítem-factor mediante un polinomio cúbico, por lo que es de 
esperar que en la evaluación dimensional no aparecerán 
factores espurios, debidos a la no linealidad. El programa 
utilizado para ajustar el modelo fue NOHARM (Fraser y 
McDonald, 1988), que utiliza análisis armónico y se basa 
en el criterio de mínimos cuadrados. 
La evaluación de la dimensionalidad en NOHARM se 
basa en la inspección visual de las covarianzas residua­
les tras la extracción del número prescrito de factores; 
como índice suele utilizarse la raíz cuadrada media resi­
dual (RMCR). Tal como sugieren McDonald y Mok (1995),
se ha utilizado también la versión para mínimos cuadra­
dos del índice normado gamma (γ) de bondad de ajuste 
30 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
propuesto por Tanaka y Huba (1985). Sobre la base de la 
teoría discutida anteriormente, se decidió evaluar mode­
los de uno, dos y tres factores. 
Los resultados obtenidos se presentan en la tabla 1. 
TTaabbllaa 11.. EEvvaalluuaacciióónn ddee llaa ddiimmeennssiioonnaalliiddaadd
MMooddeelloo RRMMCCRR γγ
1 factor 0,010 0,87 
2 factores 0,009 0,91 
3 factores 0,008 0,93 
Los resultados son bastante claros y pueden sinteti­
zarse como sigue: a) el modelo de un solo factor mues­
tra un ajuste bastante bueno, y b) la mejora en el ajuste 
que se constata al pasar a modelos con mayor número 
de factores es bastante pequeña. A la vista de estos resul­
tados, lo más razonable es considerar las puntuaciones 
de la AVLS como esencialmente unidimensionales. Así 
pues, en la versión adaptada se llega a la misma conclu­
sión que en la escala original. En la tabla 2 se presenta 
la solución factorial unidimensional. 
En la tabla 2 se observa que todas las cargas son posi­
tivas, lo que refuerza la hipótesis de que la AVLS se com­
porta de forma esencialmente unidimensional. Las cargas 
factoriales pueden interpretarse como las correlaciones 
ítem-factor. En general, son aceptables, y algunas de ellas 
bastante altas. 
FFiiddeelliiddaadd,, ffiiaabbiilliiddaadd yy ccaappaacciiddaadd ddiissccrriimmiinnaaddoorraa
Coeficiente de fidelidad 
La forma más sencilla de puntuar una escala consiste 
en sumar las puntuaciones obtenidas en los ítems que defi­
31 FASES DEL PROCESO DE ADAPTACIÓN A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA... 
TTaabbllaa 22.. SSoolluucciióónn ffaaccttoorriiaall:: mmooddeelloo ddee uunn ffaaccttoorr ccoommúúnn
ÍÍtteemm CCaarrggaa ÍÍtteemm CCaarrggaa
1 0,586 13 0,524 
2 0,474 14 0,658 
3 0,600 15 0,507 
4 0,291 16 0,436 
5 0,486 17 0,472 
6 0,655 18 0,506 
7 0,576 19 0,773 
8 0,186 20 0,502 
9 0,702 21 0,362 
10 0,602 22 0,230 
11 0,605 23 0,454 
12 0,241 24 0,615 
nen dicha escala. La puntuación resultante se denomina 
puntuación directa, y hay que entenderla como una esti­
mación del nivel en la dimensión o factor que la escala pre­
tende medir. Desde una perspectiva aplicada, tiene mucha 
importancia determinar hasta qué punto dicha estimación 
es precisa, es decir, hasta qué punto la puntuación directa 
refleja fielmente el nivel en la dimensión que se pretende 
medir. Esto es más relevante aún en el presente estudio, 
donde la dimensionalidad se ha evaluado suponiendo que 
las relaciones entre las puntuaciones de los ítems y el fac­
tor son relaciones no lineales. 
Cuando se utilizan modelos lineales, este aspecto se 
evalúa mediante el denominado coeficiente de fidelidad, 
una estimación de la correlación que existe entre la pun­
32 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
tuación directa en la escala y la dimensión o factor que la 
escala pretende medir. En el caso del modelo no lineal uti­
lizado en el apartado anterior, el coeficiente de fidelidad se 
puede estimar también mediante un procedimiento des­
crito en Ferrando (2003). 
El coeficiente de fidelidad estimado en la muestra de 
tipificación de la AVLS fue de 0,99. Se trata de un valor 
muy elevado, e indica que la puntuación directa refleja sufi­
cientemente bien los niveles en el factor que se quiere 
medir, de manera que no hace falta buscar procedimien­
tos de puntuación más complejos. 
Fiabilidad y capacidad discriminadora 
En la teoría de los tests, el concepto de fiabilidad se 
refiere a la precisión con que miden las puntuaciones de 
un test; es decir, la fiabilidad indica hasta qué punto las pun­
tuaciones del test se encuentran libres de error de medida. 
El grado de precisión se indica mediante un coeficiente de 
fiabilidad, que puede tomar valores entre 0 y 1. Un coefi­
ciente de fiabilidad
de 1 indicaría que las puntuaciones se 
hallan totalmente libres de error de medida. 
El coeficiente de fiabilidad puede entenderse de dos 
maneras: como coeficiente de equivalencia o como coefi­
ciente de estabilidad temporal. Un coeficiente de equiva­
lencia indica hasta qué punto las puntuaciones del test 
reflejan diferencias individuales en una variable en un 
momento determinado. Un coeficiente de estabilidad, por 
su parte, indica hasta qué punto las puntuaciones del test 
permanecen estables a lo largo del tiempo. Ambos coefi­
cientes proporcionan información complementaria, por lo 
que conviene tener información sobre los dos. Sin embargo, 
la estimación de un coeficiente de estabilidad requiere 
administrar el cuestionario dos veces con un intervalo de 
tiempo razonable entre una y otra. 
En la muestra de calibración de la AVLS la fiabilidad de 
las puntuaciones se estimó mediante el coeficiente alfa de 
33 FASES DEL PROCESO DE ADAPTACIÓN A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA... 
Cronbach (α). Técnicamente, α es un estimador correcto 
de la fiabilidad cuando los ítems del test son esencialmente 
tau-equivalentes o paralelos. De no ser así, α es una cota 
inferior de la fiabilidad; es decir, un valor, por ejemplo, de 
0,8 debe interpretarse como que la fiabilidad de las pun­
tuaciones del test es, como mínimo, de 0,8. Esta es la inter­
pretación que debe hacerse en el presente caso, ya que la 
hipótesis de tau-equivalencia era inadmisible. La fiabilidad 
estimada en la escala AVL fue de 0,80 y el intervalo de con­
fianza al 95% fue de 0,76 y 0,83. Como referencia, se con­
sidera, en general, que valores de fiabilidad del orden de 
0,7 son suficientes cuando el test se usa en investigación 
teórica; para aplicaciones colectivas, en cambio, serían 
más apropiados valores de 0,8 a 0,9; y, finalmente, para la 
evaluación y el pronóstico individual serían deseables valo­
res cercanos a 0,9. Por otra parte, es bien sabido que 
muchos tests de personalidad tienen fiabilidades bajas, del 
orden de 0,7. Teniendo en cuenta todos estos elementos, 
los resultados obtenidos pueden considerarse aceptables. 
El valor del coeficiente α va en función del número de 
ítems de la escala y de los valores de correlación entre los 
ítems (consistencia interna). En la escala AVL los valores 
de correlación entre ítems se movían en un rango entre 
0,00 y 0,43, con una media de 0,14. Así pues, la consis­
tencia interna de la escala es relativamente baja, lo cual 
es característico de las medidas de personalidad. Sabiendo 
esto, en futuros estudios se debería tratar de incrementar 
la fiabilidad alargando la escala con ítems homogéneos. 
Para finalizar la descripción de la fiabilidad, conviene 
advertir que esta no es una propiedad fija del test, sino de 
sus puntuaciones, y que, por tanto, depende de las carac­
terísticas de la muestra en que se calculó el coeficiente. 
En nuestro caso, las características relevantes de la mues­
tra de calibración fueron las siguientes: 1) desviación típica 
de las puntuaciones: 4,26; 2) error típico de medida: 1,91. 
Si la escala se administrase a grupos muy distintos, sería 
conveniente calcular de nuevo la fiabilidad de las puntua­
ciones o, cuando menos, estimarla mediante el coeficiente 
de homogeneidad relativa. 
34 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
La capacidad discriminadora de un test alude a la capa­
cidad que tienen en promedio las puntuaciones de dicho 
test para diferenciar entre dos individuos cualesquiera que 
responden a él. La importancia de esta característica puede 
valorarse cuando uno se sitúa en el caso extremo de un 
test con nula capacidad discriminadora, donde todos los 
sujetos obtienen la misma puntuación. En el extremo 
opuesto, una elevada capacidad discriminadora significa 
que las puntuaciones se distribuyen de forma homogénea 
en todos los valores posibles. Al haber un gran número de 
puntuaciones diferentes, es posible evaluar la caracterís­
tica que interesa con mucho más detalle que cuando hay 
un gran número de puntuaciones similares. 
La capacidad discriminadora puede evaluarse mediante 
el coeficiente delta (δ) de Ferguson. Este indicador es el 
cociente entre el número de diferenciaciones efectivas que 
hace el test en el grupo de interés y el máximo número que 
podría realizar en este caso (que va en función del número 
de sujetos, de ítems y de respuestas posibles para cada 
ítem). Valores de δ cercanos a 1 indican que las puntua­
ciones del test se distribuyen de forma casi uniforme entre 
todos los valores teóricamente posibles. En la muestra de 
calibración de la AVLS, el valor estimado de δ fue de 0,97. 
La capacidad discriminadora de las puntuaciones de la 
AVLS puede considerarse buena. 
DDiissttrriibbuucciióónn ddee llaass ppuunnttuuaacciioonneess
Los estadísticos descriptivos de las puntuaciones en la 
escala y en el grupo de calibración, junto con el histograma, 
se presentan en la página siguiente. 
Las puntuaciones se distribuyen con asimetría nega­
tiva, siendo esta una característica bastante común en 
instrumentos que pretenden medir algún tipo de patolo­
gía o que pretenden utilizarse para la detección de casos 
extremos, como podría ocurrir con el presente instru­
mento. Las puntuaciones altas indican un ajuste ade­
cuado; en consecuencia, el hecho de que la mayor parte 
35 FASES DEL PROCESO DE ADAPTACIÓN A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA... 
del grupo normativo presente puntuaciones altas sugiere 
que la mayoría de esas personas percibe su discapaci­
dad de modo realista, tiene una actitud favorable hacia el 
aprendizaje o el uso de habilidades adaptativas y mues­
tra una interrelación adecuada con la familia y los ami­
gos, de manera que acepta la dependencia necesaria y 
no busca la innecesaria. Las puntuaciones bajas, por el 
contrario, sugieren falta de adaptación; es, por tanto, en 
esa cola izquierda donde se sitúan los participantes que 
interesa particularmente detectar. Por último, es preciso 
señalar que, desde la perspectiva psicométrica, este resul­
tado sugiere que es más conveniente utilizar percentiles 
directos en los baremos. 
EEssttuuddiioo ddee vvaalliiddaacciióónn
Para validar un cuestionario se suelen estudiar las rela­
ciones entre las puntuaciones de la prueba y las medidas 
de otras variables, que, de acuerdo con la teoría, deberían 
estar relacionadas con ella (validación convergente). En este 
sentido, las autoras de la AVLS asumieron, principalmente, 
que debía existir una relación positiva entre el bienestar 
general y el ajuste a la pérdida de visión. Por esta razón, 
en los estudios de validación originales se usaron medidas 
tales como una escala de satisfacción vital, una escala de 
depresión o una escala de un solo ítem que interrogaba 
sobre la percepción de ajuste (v. más arriba). Dado que en 
España disponemos de instrumentos validados en pobla­
ción con ceguera que podían considerarse buenas medi­
das del bienestar y del ajuste a la pérdida de visión, consi­
deramos que podían servirnos en esta fase de la adaptación. 
En concreto, se consideraron los siguientes elementos: 
a) Las puntuaciones en las subescalas NA1 (indicado-
res de ansiedad y depresión), NA2 (ideación suicida), 
NB (autoestima), NC (actitudes), NE (aceptación) y 
NF (autoeficacia) de la NAS de A. G. Dodds, en su 
adaptación española (o.c.), instrumento de uso muy 
extendido entre los profesionales de la Psicología de 
la ONCE. 
36 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
TTaabbllaa 33.. EEssttaaddííssttiiccooss ddeessccrriippttiivvooss
EEssccaallaa AAVVLL
nn == 333355 RRaannggoo == 2211 MMíínniimmoo == 33 MMááxxiimmoo == 2244 MMeeddiiaa == 1166,,9966
EErrrroorr ttííppiiccoo ddee llaa mmeeddiiaa == 00,,2244 dd.. tt.. == 44,,2266 MMeeddiiaannaa == 1188,,0000 VVaarriiaannzzaa == 1188,,1177
AAssiimmeettrrííaa == --00,,7744 EErrrroorr ttííppiiccoo ddee aassiimmeettrrííaa == 00,,1144 CCuurrttoossiiss == 00,,1177
EErrrroorr ttííppiiccoo ddee ccuurrttoossiiss == 00,,2277
ÍÍtteemm 1 2 3 4 5 6 7 8 
ÍÍ.. ddiiffiicc.. 0,74 0,81 0,43 0,67 0,87 0,67 0,42 0,81 
ÍÍtteemm 9 10 11 12 13 14 15 16 
ÍÍ.. ddiiffiicc.. 0,85 0,76 0,73 0,69 0,39 0,33 0,82 0,67 
ÍÍtteemm 17 18 19 20 21 22 23 24 
ÍÍ.. ddiiffiicc.. 0,80 0,80 0,78 0,61 0,71 0,82 0,86 0,80 
Í. dific.: Índices de dificultad.
FFiigguurraa 11.. DDiissttrriibbuucciióónn ddee llaass ppuunnttuuaacciioonnees
s
50 
40
FFrreeccuueenncciia
a
30
20 
10 
Media = 16,96 
Desv. típ. = 4,282 
N = 3350 
0 5 10 15 20 25 
ssuumm AAVVLL
HHiissttooggrraammaa
37 FASES DEL PROCESO DE ADAPTACIÓN A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA... 
b)	 Las puntuaciones en una escala de 9 ítems (BS) des­
arrollada para la validación del CTAC, que evalúa la 
percepción de bienestar considerando cuestiones 
específicas relacionadas con la aparición del déficit 
y otras cuestiones generales (Pallero y Ferrando; en 
Pallero y González, 2003).
c)	 El cuestionario de un solo ítem que se utilizó para vali­
dar la escala en su versión original: autoinforme (AI). 
¿Cómo valora Vd. que se ha adaptado a su pérdida 
visual? 
Muy bien 
Moderadamente bien 
Poco 
No del todo 
d)	 Una pregunta similar a la anterior, pero redactada de 
modo que debía ser contestada por el profesional de 
la Psicología que administraba la prueba (informe 
profesional, IP). 
e)	 Un cuestionario de depresión. Se optó por utilizar 
uno de los más usados en personas mayores en 
España: la escala de depresión geriátrica (GDS) de 
Brink (Brink et al., 1982; adaptación española de Izal 
y Montorio, 1993).
Las hipótesis para la validación pueden resumirse como 
sigue: 
a) Se esperaban correlaciones altas (en valor absoluto) 
con las puntuaciones de las subescalas NB (autoes­
tima), NC (actitudes) y NE (aceptación). 
b) Se esperaban correlaciones medias (en valor abso­
luto) con las subescalas NA1 (indicadores de ansie­
dad y depresión), NA2 (ideación suicida) y NF (auto­
eficacia). 
c)	 Se esperaban correlaciones altas con la escala de 
bienestar subjetivo. 
38 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
d)	 Se esperaban correlaciones altas con la escala GDS. 
e)	 Se esperaban correlaciones altas con AI (autoinforme) 
e IP (informe profesional), considerando que debería 
ser más alta con el primero que con el segundo. 
En la tabla 4 se presentan los resultados de la valida­
ción convergente. Cuando es posible, se muestran tanto 
los coeficientes de validez directos como los coeficientes 
corregidos por atenuación, indicados entre paréntesis. 
TTaabbllaa 44.. CCooeeffiicciieenntteess ddee vvaalliiddeezz ccoonnvveerrggeennttee
NNAA11 NNAA22 NNBB NNCC NNEE NNFF BBSS AAII IIPP GGDDSS
AAVV 0,65 0,47 0,59 0,61 0,75 0,42 0,55 0,63 0,67 0,61 
LL (0,78) (0,57) (0,74) (0,81) (0,90) (0,54) (0,81) — — (0,72) 
AVL: escala AVL. NA1: NAS, indicadores de ansiedad y depresión. NA2: NAS, ideación 
suicida. NB: NAS, autoestima. NC: NAS, actitudes. NE: NAS, aceptación. NF: NAS, 
autoeficacia. BS: bienestar subjetivo. AI: autoinforme de ajuste. IP: informe profesional. 
GDS: escala geriátrica de depresión. 
a) Se obtienen correlaciones elevadas, en la dirección 
esperada, con la llamada tríada de ajuste de la NAS 
(Pallero, 2001) —NB (autoestima), NC (actitudes) y 
NE (aceptación)—, como era de prever tras el análi­
sis de los ítems de la AVLS y los de las subescalas 
de la NAS. Hay que subrayar que los valores de corre­
lación, sobre todo los desatenuados, son muy eleva­
dos respecto a lo que es habitual en personalidad. 
b)	 La correlación con la subescala de indicadores de 
ansiedad y depresión NA1 es más alta de lo espe­
rado. Este resultado sugiere que la ausencia de sin­
tomatología depresiva y de ansiedad puede consi­
derarse un indicador de ajuste. La correlación con 
las subescalas NA2 y con NF es la esperada. 
c)	 La correlación con la escala de bienestar subjetivo 
BS muestra los valores esperados. 
39 FASES DEL PROCESO DE ADAPTACIÓN A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA... 
d)	 La correlación con la escala GDS es la esperada y 
es similar a la obtenida con la escala NA1. 
e) Las relaciones con las medidas de autoinforme son 
también las que cabía esperar. Nótese que, mientras 
que AI es una pregunta que se relaciona con la per­
cepción de cómo se siente el participante respecto a 
la situación a la que se enfrenta, la observación pro­
fesional responde a todas las cuestiones que se le 
han planteado previamente al sujeto; en consecuen­
cia, la observación profesional constituye un resu­
men de lo reflejado en la sesión de evaluación. Aun 
teniendo en cuenta estos aspectos, es de destacar 
que también estas correlaciones son muy elevadas 
en relación con lo que es habitual en la medición de 
la personalidad. 
Normas para la administración y corrección 
de las subescalas 
MMaatteerriiaall
La prueba, habitualmente, será leída por el administra­
dor. En aquellos casos en que el resto visual de la persona 
lo permita puede ser completada por esta. 
El cuestionario (apéndice 2) incluye el listado de 24 ítems 
y, después de cada uno de ellos, el registro de respuestas, 
indicado de la siguiente manera: 
Acuerdo 0 Acuerdo 1 
0 0 
Desacuerdo 1 Desacuerdo 0 
Las instrucciones se leerán después de recoger los datos 
personales que solicita el cuestionario. 
La tabla de corrección se incluye en el apéndice 1 de
este mismo manual. 
La prueba está editada también en braille, para su uso 
por psicólogos con ceguera que prefieran utilizar este 
código de lectoescritura. Existe una versión en catalán que 
responde, según la observación incidental realizada en la 
administración de una veintena de cuestionarios en ese 
idioma, a los mismos patrones que la española. 
IInnssttrruucccciioonneess ppaarraa eell aaddmmiinniissttrraaddoorr
Como en cualquier otro instrumento de los llamados de 
lápiz y papel que se aplican a personas con déficit visual, 
42 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
se deben seguir unas pautas concretas (Pelechano, Peñate 
y De Miguel, 1995; Checa, Díaz y Pallero, 2003) en lo que
a la discapacidad respecta. Así mismo, presenta las carac­
terísticas habituales de las evaluaciones psicológicas, aun­
que con la particularidad de la población de destino: las 
personas mayores pueden presentar un efecto de com­
placencia hacia el entrevistador que les lleve a intentar 
responder a lo que consideran que se espera de ellas (Mon-
torio, 1994). Dado que el formato de los ítems —afirmacio­
nes respecto a las que mostrar acuerdo o desacuerdo— 
podría acentuar ese efecto, es muy importante que, una vez 
establecido el rapport y antes de la lectura de los ítems, se 
lea la siguiente consigna: 
A continuación le leeré algunas frases relacionadas con la 
discapacidad visual. No son ni ciertas ni falsas: algunas 
personas pueden estar de acuerdo con ellas y otras no. Le 
pido que me diga si Vd. lo está o no. 
Además, y dado que se evalúa a personas mayores, se 
deberá tener en cuenta sus condiciones socioculturales y 
de salud (Fernández Ballesteros et al., 1992). Si la escala 
se administra junto con otros instrumentos de evaluación 
—algo que es razonable, dada su brevedad—, debe pres­
tarse atención a la fatiga (Montorio, 1994).
En ocasiones, la lectura de cada ítem puede suscitar 
comentarios más o menos relacionados con la cuestión. 
En este caso, se aconseja reconducir hacia la escala indi­
cando: 
Lo anoto y lo comentamos después, 
o bien 
Si le parece, acabamos la prueba y luego hablamos tran­
quilamente. 
Buena parte de esos comentarios pueden resultar de 
suma utilidad, pero interferirían en la ejecución de la 
prueba. 
43 NORMAS PARA LA ADMINISTRACIÓN Y CORRECCIÓN DE LAS SUBESCALAS 
PPuunnttuuaacciióónn yy ccoorrrreecccciióónn
La respuesta se anota sobre la opción escogida que 
figura después de cada ítem. La corrección se realiza 
sumando las respuestas. 
UUssoo ddee llaa ttaabbllaa ddee bbaarreemmaacciióónn yy ccoonnvveerrssiióónn
ddee ppuunnttuuaacciioonneess
En general, las puntuaciones directas obtenidas
no se 
pueden interpretar en sí mismas. Por esta razón, es pre­
ciso transformarlas en unas escalas cuantitativas de sig­
nificación uniforme elaboradas a partir de los resultados 
de un grupo normativo. En el presente caso, la tabla se ela­
boró a partir del grupo de 335 participantes anteriormente 
descrito. 
La tabla que se presenta en el apéndice 1 contiene dos 
tipos de transformaciones de las puntuaciones directas 
originales: puntuaciones en escala T (media 50 y des­
viación típica 10) y puntuaciones en centiles directos. 
Estas medidas son relativas y nos indican la situación de 
la persona que responde con respecto a un grupo de refe­
rencia. 
El uso de las tablas es sencillo. En primer lugar, se debe 
buscar la puntuación directa en el cuerpo de la tabla. El 
centil directo y la puntuación T correspondientes se pre­
sentan en la misma fila donde figura la puntuación directa. 
Supongamos que un sujeto ha obtenido una puntuación 
directa de 21. Tras localizar la fila que corresponde a esa 
cifra en la tabla, observamos que a esa puntuación le 
corresponde una nota T de 59 y un centil directo de 85. La 
nota T de 59 indica que el sujeto está situado aproxima­
damente en una desviación típica superior a la media del 
grupo de referencia (50 + 10). Mientras tanto, el centil 
directo de 85 nos indica que, en el grupo de referencia, un 
85% de los sujetos tenían puntuaciones inferiores a las de 
este individuo. 
44 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
IInntteerrpprreettaacciióónn
Las puntuaciones transformadas nos indican unos nive­
les o posiciones relativas que, junto a los datos obtenidos 
en la entrevista clínica, nos permitirán interpretar tanto los 
resultados de la escala, como la adaptación de la persona 
a su discapacidad visual en el momento de la evaluación 
y de acuerdo con sus condiciones sociofamiliares y de 
salud. El análisis cuantitativo nos permitirá conocer el ajuste 
respecto a su grupo normativo, y el cualitativo su ajuste en 
relación con las tres áreas indicadas por las autoras, si 
bien, al tratarse de una escala unidimensional, este análi­
sis debe hacerse con cautela. 
La inclusión en centiles altos, junto a la información reco­
gida en la entrevista clínica, nos hace suponer que no es 
necesario llevar a cabo exploraciones complementarias ni 
intervenciones específicas. Por el contrario, la pertenencia 
a otros centiles aconsejará la administración de otro tipo de 
instrumentos de evaluación que nos ayudarán a diseñar las 
intervenciones adecuadas para facilitar el proceso de ajuste. 
La información facilitada por la AVLS nos indicará si es 
preciso modificar cogniciones sobre la relación con la fami­
lia, sobre las propias capacidades de aprendizaje de las 
habilidades adaptativas o sobre la manera de mejorar la 
aceptación del déficit. 
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Apéndices
AAppéénnddiiccee 11
TTaabbllaa ddee bbaarreemmaacciióónn yy ccoonnvveerrssiióónn ddee ppuunnttuuaacciioonneess
BBaarreemmooss eessccaallaa AAVVLL
Centil directo Puntuación Centil directo 
Directa T 
9999 24 67 
95 23 64 95 
90 22 62 90 
85 21 59 85 
80 — — 80 
75 20 57 75 
70 — — 70 
65 19 55 65 
60 — — 60 
55 18 52 55 
50 — — 50 
45 17 50 45 
40 — — 40 
35 16 48 35 
30 15 45 30 
25 14 43 25 
20 14 43 20 
15 12 38 15 
10 11 36 10 
5 8 29 5 
1 5 21 1 
Media 16,96 50 Media 
Desviación típica 4,26 10 Desviación típica 
N 335 — N 
APÉNDICES 51 
AAppéénnddiiccee 22
EEssccaallaa ddee aaddaappttaacciióónn aa llaa ppéérrddiiddaa vviissuuaall rreellaacciioonnaaddaa
ccoonn llaa eeddaadd ((AAVVLL))
((TThhee AAddaappttaattiioonn ttoo AAggee--rreellaatteedd VViissiioonn LLoossss SSccaallee))
AAuuttoorreess:: AAmmyy HHoorroowwiittzz,, DDSSWW yy JJooaannnn PP.. RReeiinnhhaarrddtt,, PPhhDD..
The Lighthouse Inc., Research Institute, Nueva York 
AAddaappttaacciióónn eessppaaññoollaa ddee: Rafael Pallero González (rpgo@once.es), 
psicólogo de la ONCE en Tarragona; Miguel Díaz Salabert, psicólogo 
de la ONCE en Barcelona; Pere Joan Ferrando Piera y Urbano Lorenzo 
Seva, doctores en Psicología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarra­
gona, y Delian Marsal Guardiola, psicóloga. 
LLaa aaddaappttaacciióónn eessppaaññoollaa ddee eessttaa eessccaallaa hhaa ssiiddoo ffiinnaanncciiaaddaa
ppoorr llaa OOrrggaanniizzaacciióónn NNaacciioonnaall ddee CCiieeggooss EEssppaaññoolleess..
52 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
NNoommbbrree yy aappeelllliiddooss:: ……………………............................................…………………………………………………………
EEddaadd:: ……......…….. SSeexxoo:: ……....………….. EEssttaaddoo cciivviill:: ……......……………………………………..
FFeecchhaa ddee aaddmmiinniissttrraacciióónn:: ……………………........................………………………………………………………………
CCoonnssiiggnnaa::
A continuación le leeré algunas frases relacionadas con la discapaci­
dad visual. No son ni ciertas ni falsas, algunas personas pueden estar 
de acuerdo con ellas y otras no, le pido que me diga si Vd. lo está o no. 
11.. AA ccaauussaa ddee mmii ppéérrddiiddaa vviissuuaall,, ssiieennttoo qquuee nnoo ppuueeddoo hhaacceerr
nnaaddaa ppoorr mmíí mmiissmmoo//aa..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
22.. LLaa mmaayyoorrííaa ddee llooss sseerrvviicciiooss ssoocciiaalleess ppaarraa ppeerrssoonnaass ccoonn
ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall nnoo ssoonn úúttiilleess ppaarraa aayyuuddaarrlleess eeffiiccaazzmmeennttee
ccoonn ssuuss pprroobblleemmaass..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
33.. LLaa ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall eess llaa ccaauussaa ddee ttooddooss mmiiss pprroobblleemmaass..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
44.. PPuueeddoo sseegguuiirr hhaacciieennddoo mmuucchhaass ddee llaass ttaarreeaass qquuee mmee
gguussttaann,, lloo úúnniiccoo qquuee ppaassaa eess qquuee ttaarrddoo mmááss aa ccaauussaa
ddee mmii ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall..
Acuerdo 1 Desacuerdo 0 
55.. AAllgguunnooss mmiieemmbbrrooss ddee mmii ffaammiilliiaa aaccttúúaann ccoommoo ssii llaass
ppeerrssoonnaass ccoonn ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall ffuueesseenn uunnaa ccaarrggaa ppaarraa eellllooss..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
66.. UUnnaa ppeerrssoonnaa ccoonn ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall nnuunnccaa ppuueeddee sseerr
rreeaallmmeennttee ffeelliizz..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
77.. LLaass ppeerrssoonnaass ccoonn ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall ttiieenneenn qquuee ddeeppeennddeerr
ddee llooss qquuee vveenn bbiieenn ppaarraa hhaacceerr llaa mmaayyoorrííaa ddee llaass ccoossaass qquuee
aanntteess hhaaccííaann ppoorr ssíí mmiissmmaass..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
APÉNDICES 53 
88.. AApprreennddiieennddoo nnuueevvaass mmaanneerraass ddee hhaacceerr llaass ccoossaass,, ppaarraa
ccoommppeennssaarr llaa ppéérrddiiddaa ddee vviissiióónn,, uunnaa ppeerrssoonnaa ccoonn
ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall ttiieennee llaa ooppoorrttuunniiddaadd ddee sseerr mmááss
iinnddeeppeennddiieennttee..
Acuerdo 1 Desacuerdo 0 
99.. LLaass ppeerrssoonnaass ccoonn ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall nnoo ppuueeddeenn
ppeerrmmiittiirrssee rreepplliiccaarr oo ddiissccuuttiirr ccoonn llaa ffaammiilliiaa oo llooss
aammiiggooss,, yyaa qquuee ddeeppeennddeenn ddee eellllaa ((llaa ffaammiilliiaa)) oo ddee eellllooss
((llooss aammiiggooss))..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
1100.. LLaa ggeennttee nnoo ddeebbeerrííaa eessppeerraarr ddeemmaassiiaaddoo ddee llaass ppeerrssoonnaass
ccoonn ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
1111.. EEss hhuummiillllaannttee ppaarraa llaass ppeerrssoonnaass ccoonn ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall
ddeeppeennddeerr ttaannttoo ddee llaa ffaammiilliiaa yy aammiiggooss..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
1122.. AAuunnqquuee llaass cciirrccuunnssttaanncciiaass ddee mmii vviiddaa hhaann ccaammbbiiaaddoo,, ssiiggoo
ssiieennddoo llaa mmiissmmaa ppeerrssoonnaa ddee aanntteess ddee llaa ppeerrddiiddaa vviissuuaall..
Acuerdo 1 Desacuerdo 0 
1133.. EEss ddeemmaassiiaaddoo ddiiffíícciill,, ppaarraa llaass ppeerrssoonnaass mmaayyoorreess qquuee hhaann
ppeerrddiiddoo vviissiióónn,, aapprreennddeerr nnuueevvaass mmaanneerraass ddee hhaacceerr llaass
ccoossaass ppaarraa ccoommppeennssaarr llaa ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
1144.. AA llaass ppeerrssoonnaass ddeeffiicciieenntteess vviissuuaalleess lleess ccoonnvveennddrrííaa aacceeppttaarr
qquuee eell ddééffiicciitt vviissuuaall llaass vvuueellvvee bbaassttaannttee iinnddeeffeennssaass..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
1155.. LLaass ppeerrssoonnaass qquuee eexxppeerriimmeennttaann llaa ppéérrddiiddaa vviissuuaall ddee
mmaayyoorreess nnuunnccaa sseerráánn ccaappaacceess ddee aapprreennddeerr aa mmoovveerrssee
ssiinn ttrrooppeezzaarr ccoonn llaass ccoossaass..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
1166.. MMee ssiieennttoo ccóómmooddoo//aa ppiiddiieennddoo aa mmii ffaammiilliiaa oo aa mmiiss aammiiggooss
aayyuuddaa eenn ccoossaass qquuee yyaa nnoo ppuueeddoo hhaacceerr aa ccaauussaa ddee mmii
ppéérrddiiddaa vviissuuaall..
Acuerdo 1 Desacuerdo 0 
54 ESCALA DE AJUSTE A LA PÉRDIDA VISUAL RELACIONADA CON LA EDAD 
1177.. GGeenneerraallmmeennttee aa llaa ggeennttee qquuee vvee bbiieenn nnoo llee gguussttaa eessttaarr
ccoonn ppeerrssoonnaass qquuee ttiieenneenn pprroobblleemmaass vviissuuaalleess ggrraavveess..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
1188.. CCuuaannddoo uunnaa ppeerrssoonnaa ppiieerrddee vviissiióónn,, ssuuss aammiiggooss qquuee vveenn
bbiieenn nnoo llaa eennttiieennddeenn ccoommoo aanntteess..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
1199.. PPeerrddeerr llaa vviissiióónn ssiiggnniiffiiccaa ppeerrddeerr llaa iiddeennttiiddaadd..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
2200.. LLaass ppeerrssoonnaass ccoonn pprroobblleemmaass ddee vviissiióónn eessttáánn iinnccóómmooddaass
hhaacciieennddoo nnuueevvaass aammiissttaaddeess ppoorrqquuee ssuueelleenn tteenneerr
pprroobblleemmaass ppaarraa vveerr llaass ccaarraass ddee llaa ggeennttee ccllaarraammeennttee..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
2211.. EExxiisstteenn ccoossaass ppeeoorreess,, qquuee ppuueeddeenn ooccuurrrriirrllee aa uunnaa ppeerrssoonnaa,,
qquuee ppeerrddeerr llaa vviissttaa
Acuerdo 1 Desacuerdo 0 
2222.. LLaass ppeerrssoonnaass ssiinn pprroobblleemmaass ddee vviissiióónn eessppeerraann qquuee llaass
ppeerrssoonnaass ccoonn ddeeffiicciieenncciiaa vviissuuaall hhaaggaann ccoossaass qquuee ssoonn
iimmppoossiibblleess..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
2233.. AA ccaauussaa ddee mmii pprroobblleemmaa vviissuuaall,, tteennggoo mmiieeddoo ddee qquuee llaa
ggeennttee ssee aapprroovveecchhee ddee mmíí..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
2244.. EEss mmeejjoorr ppaarraa llaass ppeerrssoonnaass ccoonn pprroobblleemmaass ddee vviissiióónn ddeejjaarr
qquuee
llooss ddeemmááss hhaaggaann llaass ccoossaass ppoorr eellllaass..
Acuerdo 0 Desacuerdo 1 
PPuunnttuuaacciioonneess
ddiirreeccttaass CCeennttiilleess
PPuunnttuuaacciioonneess
TT
Escala 
AVL 
	Cubierta
	Portada
	Créditos
	Índice
	Nota de las autoras para la adaptación española
	Presentación
	Agradecimientos
	Ficha técnica
	Justificación
	Aplicaciones
	Descripción de las variables que mide la escala original
	Base teórica y diseño de la escala original
	Una concepción general sobre el ajuste a la discapacidad visual sobrevenida con la edad
	Algunas cuestiones sobre el desarrollo de la versión original de la escala
	Formato de la escala en su versión original
	Fases del proceso de adaptación a la población española y características psicométricas
	Equivalencia contextual, traducción y estudio piloto previo
	Estudio de la dimensionalidad y estructura de la escala mediante análisis factorial de los ítems
	Tabla 1
	Fidelidad, fiabilidad y capacidad discriminadora
	Tabla 2
	Distribución de las puntuaciones
	Estudio de validación
	Tabla 3
	Figura 1
	Tabla 4
	Normas para la administración y corrección de las subescalas
	Material
	Instrucciones para el administrador
	Puntuación y corrección
	Uso de la tabla de baremación y conversión de puntuaciones
	Interpretación
	Referencias bibliográficas
	Apéndices
	Apéndice 1. Tabla de baremación y conversión de puntuaciones
	Apéndice 2. Escala de adaptación a la pérdida visual relacionada con la edad (AVL)
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