Logo Studenta

No hay victoria para el sepulcro

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

2/11/23, 23:29 No hay victoria para el sepulcro
https://w w w.churchof jesuschrist.org/study/general-conference/2021/04/42aburto?lang=spa 1/4
No hay victoria para el sepulcro
Por Reyna I. Aburto
Segunda Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro
Mediante la redentora expiación y la gloriosa resurrección de Jesucristo, los corazones quebrantados
pueden ser sanados, la angustia puede convertirse en paz y la a�icción puede convertirse en
esperanza.
En este glorioso domingo de Pascua de Resurrección, nuestros niños cantan con alegría: “En la
primavera despertó Jesús. Venció la muerte y revivió rodeado de gran luz”1.
Sentimos gratitud por el conocimiento que tenemos de la resurrección de Jesucristo. Sin embargo,
en algún momento de la vida, a todos se nos habrá quebrantado el corazón tras perder a alguien a
quien queremos. Durante la pandemia global actual, muchos hemos perdido a seres queridos, ya
sean familiares o amigos2 . Oramos por quienes sienten congoja debido a esa pérdida.
El presidente Russell M. Nelson dijo:
“Sea cual sea la edad, lloramos por los seres amados que se van. Ese llanto es una de las más
profundas expresiones de amor puro […].
“Más aún, no podríamos apreciar plenamente el gozo de reunirnos después sin estas tristes
separaciones de ahora. La única manera de evitar el dolor de la muerte es evitar amar en la vida”3.
Podemos imaginarnos cómo se sintieron los amigos de Jesús, que lo habían seguido y servido4, tras
presenciar Su muerte5. Sabemos que ellos “estaban tristes y llorando”6. El día de la cruci�xión, sin
saber lo que pasaría el domingo, seguramente les abrumaba la a�icción, preguntándose cómo
seguirían adelante sin el Señor. Sin embargo, continuaron ministrándole a Él aun en la muerte.
José de Arimatea le pidió a Pilato que le diera el cuerpo de Jesús; lo envolvió en una sábana, lo
puso en el sepulcro nuevo e hizo rodar una gran piedra a la entrada de este7.
Nicodemo trajo mirra y áloes, y le ayudó a José a llevar el cuerpo y a envolverlo en lienzos con las
especias8.
María Magdalena y otras mujeres siguieron a José y Nicodemo, vieron dónde pusieron el cuerpo de
Jesús y prepararon especias aromáticas y perfumes para ungirlo9. De conformidad con las estrictas
leyes de la época, esperaron para seguir preparando y ungiendo el cuerpo porque el sábado era el
día de reposo10. Entonces, muy de mañana el domingo, fueron al sepulcro. Al darse cuenta de que
el cuerpo del Salvador no estaba, fueron a decirles a los discípulos, quienes eran los apóstoles de
Jesús. Estos fueron con ellas a la tumba y vieron que estaba vacía. Salvo María Magdalena, todos
se fueron preguntándose qué habría sucedido con el cuerpo del Salvador11.
https://twitter.com/intent/tweet?text=No%20hay%20victoria%20para%20el%20sepulcro&url=https%3A%2F%2Fwww.churchofjesuschrist.org%2Fstudy%2Fgeneral-conference%2F2021%2F04%2F42aburto%3Flang%3Dspa
https://www.facebook.com/sharer/sharer.php?u=https%3A%2F%2Fwww.churchofjesuschrist.org%2Fstudy%2Fgeneral-conference%2F2021%2F04%2F42aburto%3Flang%3Dspa
https://wa.me/?text=No%20hay%20victoria%20para%20el%20sepulcro%20-%20https%3A%2F%2Fwww.churchofjesuschrist.org%2Fstudy%2Fgeneral-conference%2F2021%2F04%2F42aburto%3Flang%3Dspa
mailto:?body=https%3A%2F%2Fwww.churchofjesuschrist.org%2Fstudy%2Fgeneral-conference%2F2021%2F04%2F42aburto%3Flang%3Dspa&subject=No%20hay%20victoria%20para%20el%20sepulcro
2/11/23, 23:29 No hay victoria para el sepulcro
https://w w w.churchof jesuschrist.org/study/general-conference/2021/04/42aburto?lang=spa 2/4
María Magdalena se quedó a solas en la tumba. Solamente unos pocos días antes, había visto la
trágica muerte de su amigo y Maestro. Ahora la tumba estaba vacía y ella no sabía dónde se
encontraba Él. Era demasiado para ella y lloró. En ese momento, el Salvador resucitado vino a ella
y le preguntó por qué lloraba y a quién buscaba. Pensando que quien le hablaba era el hortelano,
ella le pidió que, si él se había llevado el cuerpo de su Señor, se lo dijera para que ella se lo
llevara12 .
Me imagino que quizá el Señor le estaba permitiendo a María Magdalena que se acongojara y
expresara su dolor13. Entonces, Él la llamó por su nombre y ella se volvió hacia Él y lo reconoció.
Ella vio al Cristo resucitado y fue testigo de Su gloriosa resurrección14.
Al igual que ustedes, de algún modo me identi�co con la angustia que María Magdalena y sus
amigos sintieron al llorar la muerte del Señor. Cuando tenía nueve años, perdí a mi hermano en un
devastador terremoto. Debido a que pasó de manera inesperada, me tomó tiempo asimilar la
realidad de lo que había ocurrido. Tenía el corazón quebrantado por el pesar, y me preguntaba:
“¿Qué sucedió con mi hermano? ¿Dónde está? ¿Adónde fue? ¿Volveré a verlo?”.
En ese entonces, aún no sabía del plan de salvación de Dios y tenía el deseo de saber de dónde
venimos, cuál es la �nalidad de la vida y qué sucede con nosotros después de que morimos. ¿Acaso
no todos sentimos ese anhelo cuando perdemos a un ser querido o atravesamos por di�cultades?
Unos años después, empecé a pensar en mi hermano de cierta manera. Imaginaba que él tocaba a
nuestra puerta. Yo abría y él estaba ahí, y me decía: “No estoy muerto, estoy vivo. No podía venir,
pero ahora me quedaré contigo y nunca más me iré”. Esa imagen, que era casi como un sueño, me
ayudó a sobrellevar el dolor que sentía por haberlo perdido. La idea de que él estaría conmigo
acudía a mi mente una y otra vez. A veces hasta miraba �jamente hacia la puerta, con la esperanza
de que él llegara y lo volviera a ver.
Cerca de 40 años después, durante la Semana Santa, estaba meditando sobre la resurrección de
Jesucristo y pensé en mi hermano. En ese momento, �nalmente comprendí y recordé que imaginaba
que él venía a verme.
Ese día, me di cuenta de que el Espíritu me había consolado en esa difícil época. Yo había recibido
un testimonio de que el espíritu de mi hermano no está muerto, sino que vive. Él aún sigue
progresando en su existencia eterna. Ahora sé que “[mi] hermano resucitará”15 en ese magní�co
momento en el que, gracias a la resurrección de Jesucristo, todos seremos resucitados. Además, Él ha
hecho posible que todos nos reunamos en familias y tengamos gozo eterno en la presencia de Dios,
si escogemos hacer y guardar convenios sagrados con Él.
El presidente Nelson enseñó:
“La muerte es un componente necesario de nuestra existencia eterna. Nadie sabe cuándo va a venir,
pero es esencial en el gran plan de felicidad de Dios. Gracias a la expiación del Señor, la futura
resurrección es una realidad y la vida eterna es una posibilidad para toda la humanidad […].
“[P]ara los apesadumbrados seres queridos que quedan atrás […], el aguijón de la muerte es
mitigado por una fe �rme en Cristo, por un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por
todos los hombres y un profundo deseo de servirles. Esa fe, esa esperanza, ese amor nos permitirán
entrar en la sagrada presencia de Dios y, con nuestros cónyuges y familias eternas, morar con Él
para siempre”16.
2/11/23, 23:29 No hay victoria para el sepulcro
https://w w w.churchof jesuschrist.org/study/general-conference/2021/04/42aburto?lang=spa 3/4
Testi�co que “si Cristo no hubiese resucitado de los muertos, o si no hubiese roto las ligaduras de la
muerte, para que el sepulcro no tuviera victoria, ni la muerte aguijón, no habría habido
resurrección.
“Mas hay una resurrección; por tanto, no hay victoria para el sepulcro, y el aguijón de la muerte es
consumido en Cristo.
“Él es la luz y la vida del mundo; sí, una luz que es in�nita, que nunca se puede extinguir; sí, y
también una vida que es in�nita, para que no haya más muerte”17.
Jesucristo mismo declaró: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto,
vivirá”18.
Testi�co que, mediante la redentora expiación y la gloriosa resurrección de Jesucristo, los corazones
quebrantados pueden ser sanados, la angustia puede convertirse en paz y la a�icción puede
convertirseen esperanza. Él puede acogernos en Sus brazos de misericordia para consolarnos,
facultarnos y sanarnos. En el nombre de Jesucristo. Amén.
Notas
1. “En la primavera”, Canciones para los niños, pág. 57
2. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 2,8 millones de personas han
perdido la vida hasta ahora a causa de complicaciones relacionadas con el COVID-19
(véase covid19.who.int).
3. Russell M. Nelson, “Las puertas de la muerte”, Liahona, julio de 1992, pág. 80.
4. Véanse Mateo 27:55; Marcos 15:41; Lucas 23:49.
5. Véanse Mateo 27:50–55; Marcos 15:37–41; Lucas 23:44–49; Juan 19:25–30.
6. Marcos 16:10.
7. Véanse Mateo 27:57–60; Marcos 15:43–46; Lucas 23:50–53; Juan 19:38.
8. Véase Juan 19:39-40.
9. Véanse Mateo 27:61; Marcos15:47; 16:1; Lucas 23:55–56; 24:10; Juan 19:25.
10. Véanse Lucas 23:54, 56; Juan 19:42.
11. Véanse Mateo 28:1–8; Marcos 16:2–8; Lucas 24:1–12; Juan 20:1–10.
12. Véase Juan 20:11–15.
13. Véanse “Rob Gardner: Portraying the Savior in Music”, 10 de abril de 2019,
ldsliving.com; Elena Aburto, “Naming Our Grief”, 26 de diciembre de 2019,
IWillHeal�ee.blogspot.com; véanse también Temas del Evangelio: “Pesar”,
https://www.churcho�esuschrist.org/topics/grief?lang=spa; Temas del Evangelio:
“Muerte física”, https://www.churcho�esuschrist.org/topics/physical-death?lang=spa;
“Gracia”, https://www.churcho�esuschrist.org/topics/grace?lang=spa.
14. Véanse Marcos 16:9–10; Juan 20:16–18.
https://www.churchofjesuschrist.org/study/general-conference/1992/04/doors-of-death?lang=spa
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/matt/27.55?lang=spa#p55
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/mark/15.41?lang=spa#p41
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/luke/23.49?lang=spa#p49
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/matt/27.50-55?lang=spa#p50
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/mark/15.37-41?lang=spa#p37
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/luke/23.44-49?lang=spa#p44
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/19.25-30?lang=spa#p25
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/mark/16.10?lang=spa#p10
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/matt/27.57-60?lang=spa#p57
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/mark/15.43-46?lang=spa#p43
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/luke/23.50-53?lang=spa#p50
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/19.38?lang=spa#p38
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/19.39-40?lang=spa#p39
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/matt/27.61?lang=spa#p61
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/mark/15.47?lang=spa#p47
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/mark/16.1?lang=spa#p1
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/luke/23.55-56?lang=spa#p55
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/luke/24.10?lang=spa#p10
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/19.25?lang=spa#p25
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/luke/23.54,56?lang=spa#p54
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/19.42?lang=spa#p42
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/matt/28.1-8?lang=spa#p1
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/mark/16.2-8?lang=spa#p2
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/luke/24.1-12?lang=spa#p1
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/20.1-10?lang=spa#p1
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/20.11-15?lang=spa#p11
https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/gospel-topics/grief?lang=spa
https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/gospel-topics/death-physical?lang=spa
https://www.churchofjesuschrist.org/media/collection/his-grace?
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/mark/16.9-10?lang=spa#p9
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/20.16-18?lang=spa#p16
2/11/23, 23:29 No hay victoria para el sepulcro
https://w w w.churchof jesuschrist.org/study/general-conference/2021/04/42aburto?lang=spa 4/4
15. Juan 11:23.
16. Russell M. Nelson, “Ahora es el tiempo de preparación”, Liahona, mayo de 2005,
pág. 18.
17. Mosíah 16:7–9.
18. Juan 11:25.
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/11.23?lang=spa#p23
https://www.churchofjesuschrist.org/study/general-conference/2005/04/now-is-the-time-to-prepare?lang=spa
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/bofm/mosiah/16.7-9?lang=spa#p7
https://www.churchofjesuschrist.org/study/scriptures/nt/john/11.25?lang=spa#p25

Continuar navegando