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VERDUZCO,_M_,_Reflexionar_Orar_con_el_evangelio_del_domingo,_ciclo

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Max Verduzco, SJ
REFLEXIONAR ORAR CON EL
EVANGELIO DEL DOMINGO CICLO A
3
Titulo: Reflexionar orar con el Evangelio del Domingo Ciclo A
Para entrar y permanecer en contacto con el Señor
Autor: Max Verduzco, SJ
 
ISBN versión electrónica: 978-607-8492-30-5
 
Primera edic ión impresa: abril de 2015
Edic ión electrónica: enero de 2017
 
© 2016, Obra Nacional de la Buena Prensa, A.C.
México
www.buenaprensa.com
 
Derechos reservados.
 
Ninguna parte de esta publ icac ión puede ser reproducida total o
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parcialmente sin permiso de los ti tulares.
 
ISBN: 9786078492305
Este l ibro se ha creado con StreetLib Write (http ://write.streetl ib.com).
5
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Índice
6
Presentación
7
Introducción
8
Índice cronológico
9
Índice evangélico
ADVIENTO
10
I Domingo de Adviento
11
​II Domingo de Adviento
12
​III Domingo de Adviento
13
​IV Domingo de Adviento
NAVIDAD
14
​Natividad de Nuestro Señor
15
La Sagrada Familia
16
​Santa María, Madre de Dios
17
​Epifanía del Señor
18
​Bautismo del Señor
CUARESMA
19
I Domingo de Cuaresma
20
​II Domingo de Cuaresma
21
III Domingo de Cuaresma
22
IV Domingo de Cuaresma
23
V Domingo de Cuaresma
24
Domingo de Ramos
PASCUA
25
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor
26
II Domingo de Pascua o “de la Divina Misericordia”
27
III Domingo de Pascua
28
IV Domingo de Pascua
29
V Domingo de Pascua
30
VI Domingo de Pascua
31
La Ascensión del Señor
32
Domingo de Pentecostés
TIEMPO ORDINARIO
33
La Santísima Trinidad
34
El Cuerpo y la Sangre de Cristo
35
El Sagrado Corazón de Jesús
36
II Domingo Ordinario
37
III Domingo Ordinario
38
IV Domingo Ordinario
39
V Domingo Ordinario
40
VI Domingo Ordinario
41
VII Domingo Ordinario
42
VIII Domingo Ordinario
43
IX Domingo Ordinario
44
X Domingo Ordinario
45
XI Domingo Ordinario
46
XII Domingo Ordinario
47
XIII Domingo Ordinario
48
XIV Domingo Ordinario
49
XV Domingo Ordinario
50
XVI Domingo Ordinario
51
XVII Domingo Ordinario
52
XVIII Domingo Ordinario
53
XIX Domingo Ordinario
54
XX Domingo Ordinario
55
XXI Domingo Ordinario
56
XXII Domingo Ordinario
57
XXIII Domingo Ordinario
58
XXIV Domingo Ordinario
59
XXV Domingo Ordinario
60
XXVI Domingo Ordinario
61
XXVII Domingo Ordinario
62
XXVIII Domingo Ordinario
63
XXIX Domingo Ordinario
64
XXX Domingo Ordinario
65
XXXI Domingo Ordinario
66
XXXII Domingo Ordinario
67
XXXIII Domingo Ordinario
68
Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo
OTRAS CELEBRACIONES
69
Anunciación del Señor
70
Asunción de la Santísima Virgen María
71
Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María
72
Nuestra Señora de Guadalupe
73
San José, esposo de la Santísima Virgen María
74
Natividad de san Juan Bautista
75
San Pedro y san Pablo, apóstoles
76
Domingo mundial de las misiones
77
Todos los Santos
78
Todos los fieles difuntos
79
Dedicación de la Basílica de Letrán
Agradecimientos
80
81
Presentación
Fiel y constante el padre Max Verduzco SJ, escribe cada semana su
reflexión-oración sobre el evangelio de cada domingo.
 
El año pasado nos entregó las reflexiones correspondientes al Ciclo
litúrgico C. Este año nos ofrece el Ciclo A; y nos promete, para el año
próximo, darnos el Ciclo B a fin de tener completos los ciclos
litúrgicos.
 
Personalmente está convencido que lo esencial de la vida cristiana
está en el conocimiento interno de Jesús. Esto se logra, con la gracia de
Dios, por medio de la lectura, reflexión y oración, muy especialmente
de los Evangelios.
 
Nos propone que cada domingo, dediquemos un tiempo al
conocimiento interno de Jesús por medio de la lectura, reflexión y
oración. El método que nos sugiere es que nos formulemos preguntas
sobre el texto del evangelio de cada domingo y que, ayudados por los
discípulos o personajes cercanos a Jesús, nos las vayamos
respondiendo.
 
Su trabajo dominical es ejemplo o modelo de lo que cada uno puede
hacer.
 
Espero que la edición del Ciclo A, les ayude a obtener un mejor
conocimiento interno de Jesús que transforme los corazones de
nuestros lectores.
Miguel Romero Pérez SJ.
82
Director de Obra Nacional de la Buena Prensa A. C.
83
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Introducción
El evangelio de cada domingo nos presenta un pasaje diferente de la
vida de Jesús, una nueva oportunidad para comprender mejor su vida y
enseñanza, para entrar y permanecer en contacto con él.
 
Cada domingo podemos avanzar en su conocimiento, preguntarnos
sobre su persona, su estilo de vida y la imagen que nos trasmite de su
Padre por medio de sus enseñanzas.
 
En la reflexión-oración dominical que les presento, me apoyo en los
discípulos de Jesús así como en otras personas que lo escucharon y con
las cuales Jesús interactuó. A ellos me dirijo y les hago preguntas
directas.
La lectura atenta del texto me suscita preguntas. Surgen aspectos
que no he comprendido y que, de alguna manera me inquietan, ya
sea por lo leído y escuchado o por la problemática especial que se
vive en estos días.
Oigo lo que ellos me responden, lo que han comprendido y
oído de Jesús. Con sus respuestas, lentamente voy aclarando y
puntualizando mis puntos de vista.
Luego dedico unos párrafos a la reflexión y hago algunas
relaciones con los problemas o dificultades que conozco o en los
que me encuentro.
Finalmente termino con una oración-petición sobre lo que veo
que me hace falta o como acción de gracias por lo conocido,
recibido, imaginado o contemplado.
 
Con este método y estructura sigo los pasos clásicos de la Lectio
85
Divina: lectura, meditación, oración y contemplación.
Otros escritores, a estos pasos graduales, los denominan “la escalera
de los monjes”. Observan que estos escalones producen curiosidad,
búsqueda, reflexión, claridad, deseos, alegría y acción de gracias.
 
Según los directores espirituales, esta metodología actúa, como “gotas
de colirio”, nos permiten ver con claridad lo que tenemos enfrente, o
como el proceso curativo de “quitar las vendas” de la ceguera o
ignorancia para dar claridad al entendimiento, además fomenta los
sentimientos para despertar los afectos dormidos e impulsa la voluntad
para remover la apatía y decidirse.
 
Espero que estas reflexiones les permitan, como me ha sucedido a
mí, acercarse más a Jesús, conocerlo, amarlo, contemplarlo y servirlo
mejor.
 
Ojalá y cada uno de los lectores pueda formular sus propias
preguntas sobre la lectura del evangelio que cada domingo se nos
presenta.
 
Con paciencia y constancia las propias preguntas se van
respondiendo con la ayuda de Jesús y sus discípulos. Una visión más
clara nos ayuda a enfrentar de mejor manera los problemas y
dificultades; una mayor sensibilidad nos permite estar más atentos y
“darnos cuenta” de lo que sucede y un impulso en la voluntad nos
apoya para poner en práctica lo comprendido y deseado.
 
En “la escalera de la vida” cada semana podemos subir un escalón,
aunque sea pequeño para conocer más, amar y servir a Jesús.
Que así sea.
Max Verduzco SJ
 
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Índice cronológico
I Domingo de Adviento: Mt 24, 37-44.
II Domingo de Adviento: Mt 3, 1-12.
III Domingo de Adviento: Mt 11, 2-11.
IV Domingo de Adviento: Mt 1, 18-24.
Natividad de Nuestro Señor: Lc 2, 1-14.
La Sagrada Familia: Mt 2, 13-15. 19-23.
Santa María, Madre de Dios: Lc 2, 16-21.
Epifanía del Señor: Mt 2, 1-12.
Bautismo del Señor: Mt 3, 13-17.
I Domingo de Cuaresma: Mt 4, 1-11.
II Domingo de Cuaresma: Mt 17, 1-9.
III Domingo de Cuaresma: Jn 4, 5-42.
IV Domingo de Cuaresma (Forma breve): Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34-
38.
V Domingo de Cuaresma (Forma breve): Jn 11, 3-7. 17. 20-27. 33-
45.
Domingo de Ramos (Forma breve): Mt 27, 11-54.
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor: Lc 24, 13-35.II Domingo de Pascua o “de la Divina Misericordia”: Jn 20, 19-31.
III Domingo de Pascua: Lc 24, 13-35.
IV Domingo de Pascua: Jn 10, 1-10.
V Domingo de Pascua: Jn 14, 1-12.
VI Domingo de Pascua: Jn 14, 15-21.
La Ascensión del Señor: Mt 28, 16-20.
Domingo de Pentecostés: Jn 20, 19-23.
La Santísima Trinidad: Jn 3, 16-18.
El Cuerpo y la Sangre de Cristo: Jn 6, 51-58.
El Sagrado Corazón de Jesús: Mt 11, 25-30.
89
II Domingo Ordinario: Jn 1, 29-34.
III Domingo Ordinario: Mt 4, 12-23.
IV Domingo Ordinario: Mt 5, 1-12.
V Domingo Ordinario: Mt 5, 13-16.
VI Domingo Ordinario: Mt 5, 17-37.
VII Domingo Ordinario: Mt 5, 38-48.
VIII Domingo Ordinario: Mt 6, 24-34.
IX Domingo Ordinario: Mt 7, 21-27.
X Domingo Ordinario: Mt 9, 9-13.
XI Domingo Ordinario: Mt 9, 36–10, 8.
XII Domingo Ordinario: Mt 10, 26-33.
XIII Domingo Ordinario: Mt 10, 37-42.
XIV Domingo Ordinario: Mt 11, 25-30.
XV Domingo Ordinario (Forma breve): Mt 13, 1-9.
XVI Domingo Ordinario: Mt 13, 24-43.
XVII Domingo Ordinario: Mt 13, 44-52.
XVIII Domingo Ordinario: Mt 14, 13-21.
XIX Domingo Ordinario: Mt 14, 22-33.
XX Domingo Ordinario: Mt 15, 21-28.
XXI Domingo Ordinario: Mt 16, 13-20.
XXII Domingo Ordinario: Mt 16, 21-27.
XXIII Domingo Ordinario: Mt 18, 15-20.
XXIV Domingo Ordinario: Mt 18, 21-35.
XXV Domingo Ordinario: Mt 20, 1-16.
XXVI Domingo Ordinario: Mt 21, 28-32.
XXVII Domingo Ordinario: Mt 21, 33-43.
XXVIII Domingo Ordinario (Forma breve): Mt 22, 1-10.
XXIX Domingo Ordinario: Mt 22, 15-21.
XXX Domingo Ordinario: Mt 22, 34-40.
XXXI Domingo Ordinario: Mt 23, 1-12.
XXXII Domingo Ordinario: Mt 25, 1-13.
XXXIII Domingo Ordinario (Forma breve): Mt 25, 14-15. 19-21.
90
Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo: Mt 25, 31-46.
Anunciación del Señor: Lc 1, 26-38.
Asunción de la Santísima Virgen María: Lc 1, 39-56.
Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María: Lc 1, 26-
38.
Nuestra Señora de Guadalupe: Lc 1, 39-48.
San José, esposo de la Santísima Virgen María: Mt 1, 16. 18. 21.
24.
Natividad de san Juan Bautista: Lc 1, 57-66. 80.
San Pedro y san Pablo, apóstoles: Mt 16, 13-19.
Domingo mundial de las misiones: Mt 28, 16-20.
Todos los Santos: Mt 5, 1-12.
Todos los fieles difuntos: Mt 25, 31-46.
Dedicación de la Basílica de Letrán: Jn 2, 13-22.
 
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92
Índice evangélico
MATEO:
Mt 1, 16. 18. 21. 24: San José, esposo de la Santísima Virgen
María.
Mt 1, 18-24: IV Domingo de Adviento.
Mt 2, 1-12: Epifanía del Señor.
Mt 2, 13-15. 19-23: La Sagrada Familia.
Mt 3, 1-12: II Domingo de Adviento.
Mt 3, 13-17: Bautismo del Señor.
Mt 4, 1-11: I Domingo de Cuaresma.
Mt 4, 12-23: III Domingo Ordinario.
Mt 5, 1-12: IV Domingo Ordinario.
Mt 5, 1-12: Todos los Santos.
Mt 5, 13-16: V Domingo Ordinario.
Mt 5, 17-37: VI Domingo Ordinario.
Mt 5, 38-48: VII Domingo Ordinario.
Mt 6, 24-34: VIII Domingo Ordinario.
Mt 7, 21-27: IX Domingo Ordinario.
Mt 9, 9-13: X Domingo Ordinario.
Mt 9, 36–10. 8: XI Domingo Ordinario.
Mt 10, 26-33: XII Domingo Ordinario.
Mt 10, 37-42: XIII Domingo Ordinario.
Mt 11, 2-11: III Domingo de Adviento.
Mt 11, 25-30: XIV Domingo Ordinario.
Mt 11, 25-30: El Sagrado Corazón de Jesús.
Mt 13, 1-9: XV Domingo Ordinario (Forma breve).
Mt 13, 24-43: XVI Domingo Ordinario.
Mt 13, 44-52: XVII Domingo Ordinario.
93
Mt 14, 13-21: XVIII Domingo Ordinario.
Mt 14, 22-33: XIX Domingo Ordinario.
Mt 15, 21-28: XX Domingo Ordinario.
Mt 16, 13-19: San Pedro y san Pablo, apóstoles.
Mt 16, 13-20: XXI Domingo Ordinario.
Mt 16, 21-27: XXII Domingo Ordinario.
Mt 17, 1-9: II Domingo de Cuaresma.
Mt 18, 15-20: XXIII Domingo Ordinario.
Mt 18, 21-35: XXIV Domingo Ordinario.
Mt 20, 1-16: XXV Domingo Ordinario.
Mt 21, 28-32: XXVI Domingo Ordinario.
Mt 21, 33-43: XXVII Domingo Ordinario.
Mt 22, 1-10: XXVIII Domingo Ordinario (Forma breve).
Mt 22 15-21: XXIX Domingo Ordinario.
Mt 22, 34-40: XXX Domingo Ordinario.
Mt 23, 1-12: XXXI Domingo Ordinario.
Mt 24, 37-44: I Domingo de Adviento.
Mt 25, 1-13: XXXII Domingo Ordinario.
Mt 25, 14-15. 19-21: XXXIII Domingo Ordinario (Forma breve).
Mt 25, 31-46: Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo.
Mt 25, 31-46: Todos los fieles difuntos.
Mt 27, 11-54: Domingo de Ramos (Forma breve).
Mt 28, 16-20: La Ascensión del Señor.
Mt 28, 16-20: Domingo mundial de las misiones.
 
LUCAS: 
Lc 1, 26-38: Anunciación del Señor.
Lc 1, 26-38: Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María.
Lc 1, 39-48: Nuestra Señora de Guadalupe.
94
Lc 1, 39-56: Asunción de la Santísima Virgen María.
Lc 1, 57-66. 80: Natividad de san Juan Bautista.
Lc 2, 1-14: Natividad de Nuestro Señor.
Lc 2, 16-21: Santa María, Madre de Dios.
Lc 24, 13-35: Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor.
Lc 24, 13-35: III Domingo de Pascua.
 
JUAN: 
Jn 1, 29-34: II Domingo Ordinario.
Jn 2, 13-22: Dedicación de la Basílica de Letrán.
Jn 3, 16-18: La Santísima Trinidad.
Jn 4, 5-42: III Domingo de Cuaresma.
Jn 6, 51-58: El Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38: IV Domingo de Cuaresma.
Jn 10, 1-10: IV Domingo de Pascua.
Jn 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45: V Domingo de Cuaresma (Forma
breve).
Jn 14, 1-12: V Domingo de Pascua.
Jn 14, 15-21: VI Domingo de Pascua.
Jn 20, 19-23: Domingo de Pentecostés.
Jn 20, 19-31: II Domingo de Pascua o “de la Divina Misericordia”.
 
95
96
ADVIENTO
 
97
98
“También ustedes estén
preparados, porque a la hora
que menos lo piensen, vendrá
el Hijo del hombre”.
EVANGELIO
Velen y estén preparados.
+ Del santo Evangelio según san
I Domingo de Adviento
 
99
Mateo: 24, 37-44
En aquel tiempo, Jesús dijo a
sus discípulos: “Así como
sucedió en tiempos de Noé, así
también sucederá cuando venga
el Hijo del hombre. Antes del
diluvio, la gente comía, bebía y
se casaba, hasta el día en que
Noé entró en el arca. Y cuando
menos lo esperaban, sobrevino
el diluvio y se llevó a todos. Lo
mismo sucederá cuando venga
el Hijo del hombre. Entonces,
de dos hombres que estén en el
campo, uno será llevado y el
otro será dejado; de dos mujeres
que estén juntas moliendo trigo,
una será tomada y la otra
dejada.
 
Velen, pues y estén preparados,
porque no saben qué día va
venir su Señor. Tengan por
cierto que si un padre de
familia supiera a qué hora va
venir el ladrón, estaría
vigilando y no dejaría que se le
metiera por un boquete en su
casa. También ustedes estén
preparados, porque a la hora
que menos lo piensen, vendrá
el Hijo del hombre”.
100
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS
PREGUNTAS (En
documento aparte).
Conversación imaginativa
con los discípulos de Jesús
¿A qué se refería Jesús
cuando les dijo?: “Velen,
pues, y estén preparados
porque no saben qué día va a
venir su Señor”. 
Siempre nos costaba trabajo
entenderlo porque sus palabras
tenían varios sentidos. En esta
ocasión estaba hablando de su
segunda venida, del fin del
mundo, pero también se refería
al momento en que él entró en
este mundo e igualmente,
algunos compañeros
comentaban que se relacionaba
con
 
¿Cómo está eso?
Mira, primero Jesús nos habló
de su segunda venida. Varias
veces dijo que el mundo en que
vivimos, un día se va a terminar
y nos invitaba a que
101
estuviéramos preparados.
Varias veces le preguntamos
sobre la fecha o los
acontecimientos que lo
precederían pero nunca quiso
contestar de manera precisa,
contundente.
 
Segundo, se refirió a su primera
venida y aparición en este
mundo. Al principio casi nadie
se dio cuenta. El ángel habló
con María y luego con José.
Ellos lo comentarían con sus
padres y María, además con
Isabel y Zacarías. Realmente
cuando nadie lo pensaba
apareció el Hijo del hombre.
Los que estaban preparados lo
recibieron.
 
Tercero, Jesús se presentó en
muchos lugares e invitaba a
integrarse a su Reino. Lo hizo
en el Sermón de la montaña y
también invitó a otros de
manera personal: a unos les
dijo: “Sígueme” y a otro: “hoy
tengo que hospedarme en tu
casa”…
 
La indicación de “estén
102
preparados”,¿es sólo para los
que lo oyeron?
No, es para toda la humanidad.
Los que primero lo oímos
fuimos sus contemporáneos y
nos dio el encargo de
transmitirlo, difundirlo. Eso lo
hicimos de palabra y por
escrito. Ahora todos lo saben o
tienen la posibilidad de saberlo.
 
 
Me quedé pensando… 
En las diferentes venidas de
Jesús:
La primera ya pasó. Nació
en Belén de Judá, convivió
en Palestina, murió en
Jerusalén y subió al cielo
en Galilea.
De la segunda sabemos que
vendrá pero no sabemos ni
el día ni la hora.
Suponemos que no está
cercana. Pero nos invita a
tomar medidas preventivas
sobre lo que sucederá, a
estar despiertos porque
vendrá a la hora que menos
pensemos.
La tercera no es pública
103
sino privada. Jesús sigue
hablando e invitando, no lo
hace de manera drástica e
impositiva sino suave,
sugestiva, con pequeños y
sutiles movimientos en el
alma que invitan y
fortalecen en su
seguimiento.
Las fiestas de Navidad, con las
que los cristianos recordamos su
ingreso en el mundo, es una
nueva y pequeña invitación.
Pido al Señor…
Varias cosas:
Que al recordar en estos
días que Jesús se hizo
hombre, que asumió
plenamente la naturaleza
humana, sea un aliciente
para dejarnos transformar
por la acción divina y ser,
cada día, mejores seres
humanos.
Que mantengamos vivo, de
una manera serena, el
recuerdo de la segunda y
definitiva venida del Señor.
104
En algo se parece a la
cultura de prevención que
se ha desarrollado ante los
sismos. Sucederá y hay que
estar preparados.
Que captemos las ilusiones
y esperanzas que suscitan
en cada uno el deseo de
mejorar. No es algo que se
pueda hacer sólo con las
fuerzas y energías humanas
sino como un pequeño
impulso que viene de
arriba; nos indica la
dirección y nos da la fuerza
y confianza para realizarlo.
Que sepamos oír y
discernir las constantes
voces interiores.
Esto nos preparará a celebrar el
nacimiento de Jesús, a recordar
su segunda venida y a captar sus
incesantes invitaciones que nos
hace por medio de los
movimientos que aparecen en
nuestra alma.
Que así sea.
105
106
107
 II Domingo de Adviento
"En aquel tiempo, comenzó
Juan el Bautista, a predicar en el
desierto de Judea”.
EVANGELIO
Conviértanse, porque ya está
cerca el Reino de los cielos.
+ Del santo Evangelio según
san Mateo: 3, 1-12
En aquel tiempo, comenzó
Juan el Bautista, a predicar en el
desierto de Judea, diciendo:
“Conviértanse, porque ya está
cerca el Reino de los cielos”. Juan
es aquél de quien el profeta Isaías
hablaba, cuando dijo: Una voz
clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.
 
Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de
cuero, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Acudía a oírlo
los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al
Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.
 
Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les
dijo: “Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo
que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se hagan
ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les
108
aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham.
Ya el hacha esta puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé
fruto, será cortado y arrojado al fuego.
 
Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han convertido;
pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera
soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo
y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la
paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que
no se extingue”.
Palabra del Señor.
 
– Formula tus propias preguntas (En documento aparte).
 
Conversación imaginativa con Juan el Bautista
¿Por qué empezaste a predicar en ese tiempo?
Durante toda mi vida el Espíritu del Señor me impulsó y mostró el
camino.
 
Me quedé huérfano de madre, cuando tenía como doce años. Mi madre
me concibió siendo de edad avanzada. Por mis padres supe que fui un
regalo de Dios para ellos y que se me confirió una misión para con el pueblo.
Mi padre lo escribió así: “y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su
pueblo la salvación, el perdón de sus pecados”. Mi padre me enseñó a estar
atento y a bendecir al Señor, “Dios de Israel, porque ha visitado y redimido
a su pueblo suscitándonos una fuerza de salvación, en la casa de David su
siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos
profetas”. Cuando mi padre murió fui conducido por el Señor al desierto.
La fuerza del Señor me mostró el momento oportuno y lo que tenía que
hacer. Salí a decir: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”.
109
 
El Señor los atraía, el pueblo confesaba sus pecados y yo los bautizaba en
el Jordán. Nuevo signo de limpieza, purificación y reconciliación.
 
¿Te enfadaste con fariseos y saduceos cuando deseaban ser bautizados?
Sí, hipócritas y leguleyos. No les importaba la conversión. Querían
enredarme en palabras y términos sofisticados para confirmar que ellos
estaban bien en lo que hacían y me querían utilizar como una confirmación
más a su aparente rectitud y conducta intachable. Les dije: “Ya el hacha
está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será
cortado y arrojado al fuego”.
 
Luego añadí: “Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han
convertido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo… Él los
bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano
para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará
la paja en un fuego que no se extingue”.
 
Me quede pensando…
… que el mensaje del Bautista tiene varios aspectos:
Sigue siendo actual: el Señor conduce la vida de cada uno y hay que
dejarse conducir.
Es importante realizar lo que el Señor pide, en el tiempo en que lo
pida.
Que la conversión es un proceso constante, al que muchas veces nos
resistimos, aduciendo argumentos de herencia y pertenencia.
Intentamos marear al Espíritu al afirmar que estamos bien y que no
necesitamos ninguna conversión o modificación.
El cambio de mentalidad y de actitud es indispensable, para recibir el
bautismo que Juan predica y para recibir la Palabra y la persona de
Jesús, quién nos bautizará a todos con el fuego del Espíritu Santo.
110
La conversión no es sólo fruto del esfuerzo humano sino de la acción
misma de Dios, que mueve los corazones y las voluntades pero que
necesita de nuestra aceptación y conversión.
 
PIdo al Señor…
…nos conceda, como a Juan el Bautista, dejarnos conducir por Dios.
También a aceptar que la conversión es un proceso continuo que
supone abandonar nuestras antiguas prácticas y seguridades para ser
guiados por los planes de Dios.
Que pidamos al Señor que mueva nuestros corazones; solos no lo
podemos hacer.
Así nos encontrará el Señor, como trigo en medio de la paja, para ser
guardado en sus graneros en lugar de ser quemado en el fuego que no
se apaga. Ven, Señor Jesús, ven pronto a este mundo tan necesitado de
ti y de tu fuerza transformadora. Fortalece nuestra inteligencia y
voluntad para corresponder a tu invitación de conversión y ser
guardados finalmente, en tus graneros.
Que así sea.
111
112
 III Domingo de Adviento
“Juan se encontraba en la
cárcel, y habiendo oído hablar de
las obras de Cristo, le mandó
preguntar por medio de dos
discípulos: ‘¿Eres tú el que ha de
venir o tenemos que esperar a
otro?’ ”.
 
EVANGELIO
¿Eres tú el que ha de venir o
tenemos que esperar a otro?
+ Del santo Evangelio según
san Mateo: 11, 2-11
En aquel tiempo, Juan se
encontraba en la cárcel, y
habiendo oído hablar de las obras
de Cristo, le mandó preguntar
por medio de dos discípulos: “¿Eres tú elque ha de venir o tenemos
que esperar a otro?”.
 
Jesús les respondió: “Vayan a contar a Juan lo que están viendo y
oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de
la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les
anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por
mí”.
 
Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente
113
acerca de Juan: “¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña
sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un
hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan
en los palacios. ¿A que fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo se los
aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está
escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y
te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una
mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más
pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él”.
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento
aparte).
 
Conversación imaginativa con los discípulos de Jesús
¿Por qué el Bautista mandó preguntar: “Eres tú el que ha de
venir”?
Mira, varios de nosotros fuimos primero discípulos de Juan. Nos
entusiasmó su visión profética, su austeridad y la fuerza con que
invitaba a todos a la conversión, para prepararle al Señor un pueblo
bien dispuesto. Él fue el que nos indicó que Jesús era el Cordero de
Dios y nos animó a que lo siguiéramos.
 
En esos momentos ya estaba en la cárcel y veía que Jesús no
continuaba con la voz fuerte y terrible que él usó para hacer que el
pueblo volviera al buen camino. La falta de popularidad y su lenguaje
más suave lo desconcertó y por eso mandó preguntar: “¿Eres tú el que
ha de venir o tenemos que esperar a otro?”
 
¿Qué le respondió Jesús?
Le contestó de una manera clara y velada, utilizando un texto del
114
profeta Isaías: “los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan
limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los
pobres se les anuncia el Evangelio”.
 
Jesús le confirma a Juan, que él es el que tenía que venir y que la
misión de prepararle un pueblo dispuesto estuvo bien cumplida.
Además le anuncia que la forma de restablecer el Reino, va a ser de
manera diferente. No va sólo por la línea de la condenación sino de la
restauración: que los ciegos vean, los cojos anden y los leprosos queden
limpios. De otra forma retoma al profeta Ezequiel: “No me complazco
en la muerte del pecador sino en que se convierta y viva”.
 
Y añadió con sentido profético: dichoso aquel para quién yo no sea
motivo de escándalo y no sólo se refería al Bautista, sino a gran
cantidad del pueblo, con sacerdotes, escribas y fariseos, que no lo
aceptarían porque actuó de una forma diferente a la que ellos habían
pensado. Imaginaron que el Mesías tenía que actuar como ellos lo
habían entendido.
 
Y, ¿el testimonio que dio del Bautista?
Fue hermoso y formidable. No sólo lo identificó con el texto de la
Escritura que dice: “He aquí yo envío a mi mensajero para que vaya
delante de ti y te prepare el camino”, sino que dijo: “Yo les aseguro que
no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que
Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los
cielos, es todavía más grande que él”.
 
Me quedé pensando…
…en la lealtad y fidelidad de Juan el Bautista para cumplir la
misión que le fue encomendada: prepararle un pueblo bien dispuesto y
señalarlo entre los hombres. En la necesidad de tener apertura de
115
mente y de corazón para aceptar a Jesús tal cual se nos presenta, sin
intentar que haga lo que cada uno piensa que debe hacer.
En aceptar que el Reino de Dios consiste en la liberación de las
personas del poder del maligno y no por el poder político, religioso o de
dominación que un pueblo tenga sobre los demás, como muchos de ellos
lo imaginaban.
Pido al Señor…
…que con la gracia de Dios, nuestras acciones vayan encaminadas a
todas las personas a las que los espíritus del mal mantienen oprimidas,
esclavas de sus pasiones-ambiciones de cualquier índole.
Que si aceptamos pertenecer y mantenernos en el Reino que Jesús
nos propone, seremos más grandes que Juan el Bautista, pues él
perteneció al Antiguo Testamento y nosotros a la Nueva Alianza que
es mejor que la antigua.
Que nos esforcemos en pertenecer al Reino de los cielos y aunque
seamos de los más pequeños, seamos más grandes que el Bautista.
Que así sea.
 
116
117
 IV Domingo de Adviento
“Cristo vino al mundo de la
siguiente manera: Estando María,
su madre, desposada con José, y
antes de que vivieran juntos,
sucedió que ella, por obra del
Espíritu Santo, estaba esperando
un hijo. José, su esposo, que era
hombre justo, no queriendo
ponerla en evidencia,
pensó dejarla en secreto”.
EVANGELIO
Jesús nació de María, desposada
con José, hijo de David.
+ Del santo Evangelio según
san Mateo: 1, 18-24
Cristo vino al mundo de la
siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y
antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu
Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo,
no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
 
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu
esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a
luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su
pueblo de sus pecados”.
118
 
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor
por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz
un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-
con-nosotros.
 
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado
el ángel del Señor y recibió a su esposa.
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento
aparte).
 
Conversación imaginativa con José, esposo de la virgen Maria
José, ¿cómo te encontrabas en esos días?
En realidad muy confundido. María y yo nos queríamos mucho y
ella me platicó lo del ángel Gabriel. Yo no sabía qué pensar, ni mucho
menos qué hacer. Nunca dudé de lo que ella me comentó, pero lo que
ella me comentaba también me implicaba a mí. Intuí que yo también
tendría que participar.
 
Por eso pensé dejarla en secreto; yo no me consideraba ni preparado,
ni digno de participar en el cumplimiento de las promesas de nuestro
Dios de darnos un Salvador, que librara a su pueblo de todos sus
pecados.
 
Y, ¿el anuncio del ángel en sueños?
Eso cambió todo. El Señor me invitó a participar en los planes de
salvación para su pueblo. Me pidió apoyo, protección a María y al
niño. Apoyarnos mutuamente y formar una familia; como lo habíamos
pensado y planeado. Sentí una fuerte invitación a confiar en nuestro
119
Dios.
 
Comprendí que así hace las cosas Dios. Te manda indicaciones,
inspiraciones, algo no muy claro, como invitaciones y sugerencias a las
que uno debe responder libremente.
 
Así me sucedió a mí, con lo que el ángel me dijo en sueños. Al
despertar tome la decisión de colaborar. En mi corazón sentí una
fuerza e ilusión nuevas. Desaparecieron mis dudas y una gran
confianza en el amor que Dios nos tiene me invadió.
 
 
Y, ¿después?
Apresuramos las cosas, hablamos con nuestras familias y
adelantamos el casamiento. Luego la recibí en mi casa, fue maravilloso
porque los dos nos ayudábamos y cooperábamos con los planes de
Dios. Los dos siempre quisimos cumplir su voluntad, así todo es más
fácil.
 
Platicamos de nuestros miedos e incertidumbres, de las
comunicaciones con los ángeles y de nuestras respuestas. María habla
más bonito que yo. Ella respondió: “He aquí la esclava del Señor,
hágase en mí según tu Palabra”.
 
Yo sólo hice lo que el ángel delSeñor me había mandado, soy más
reservado y de pocas palabras. Eso lo aprendí desde chico. En mi casa,
mi abbá, papá, constantemente nos repetía dos cosas:
Que teníamos que obedecer a Dios, como los profetas.
Y que se debía responder, no sólo con palabras, sino con
acciones, realizando lo que se nos pedía.
120
Y, ¿la ida a Belén a empadronarse?
La Divina Providencia lo arregló todo muy bien. Mis padres y los de
María son personas buenas, piadosas, justas… Ya teníamos todo
arreglado para que el niño naciera en Nazaret, con nuestros cuidados,
los de los abuelos y parientes pero los planes de Dios son imprevistos.
Aprendimos a aceptarlos y a adaptarnos a ellos. Con tranquilidad
empacamos lo indispensable y partimos. Sabíamos que el Señor nos
protegería como lo había hecho hasta ahora.
 
Me quedé pensando…
…en la conversación con José, admiré la comunicación y
confianza que se tenían él y María, y lo importante que es poner
el amor más en obras que en palabras.
Pido al Señor…
… nos conceda tenerlo siempre presente en nuestras
decisiones. Que primero obedezcamos a Dios antes que a los
hombres. Que confiemos en los planes de Dios, pues nos apoyará
como lo hizo con María y José para que el niño naciera en Belén.
Que confiemos en la acción de Dios, en los momentos difíciles.
Que así sea .
121
122
NAVIDAD
123
124
 Natividad de Nuestro Señor
“Hoy les ha nacido, en la
ciudad de David, un Salvador,
que es el Mesías, el Señor. Esto
les servirá de señal: encontrarán
al niño envuelto en pañales y
recostado en un pesebre”.
EVANGELIO
Hoy nos ha nacido el Salvador.
+ Del santo Evangelio según
san Lucas: 2, 1-14
Por aquellos días, se promulgó
un edicto de César Augusto, que
ordenaba un censo de todo el
imperio. Este primer censo se
hizo cuando Quirino era
gobernador de Siria. Todos iban
a empadronarse, cada uno en su
propia ciudad; así es que también
José, perteneciente a la casa y
familia de David, se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la
ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, junto con María,
su esposa, que estaba encinta.
 
Mientras estaban ahí, le llego a María el tiempo de dar a luz y tuvo a
su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre,
porque no hubo lugar para ellos en la posada.
125
 
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en el
campo, vigilando por turno sus rebaños. Un ángel del Señor se les
apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y se llenaron de
temor. El ángel les dijo: “No teman. Les traigo una buena noticia, que
causará gran alegría a todo el pueblo: hoy les ha nacido, en la ciudad de
David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal:
encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”.
De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército celestial, que
alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
los hombres de buena voluntad!”.
 
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento
aparte).
 
 
Conversación imaginativa con María, José y los pastores
¿Les tomó de sorpresa el censo para empadronarse en su propia
ciudad?
Sí, nosotros teníamos pensado que el niño naciera en nuestra ciudad
de Nazaret. Ya teníamos algunas cosas preparadas, contábamos con la
ayuda de nuestros padres y familiares; pero las cosas de Dios, con
frecuencia se presentan de manera diferente. En nuestros oídos
resonaban las palabras pronunciadas por el ángel: no temas, María y no
temas, José.
 
¿Qué hicieron?
Tomamos lo indispensable y partimos, junto con unos vecinos que
tenían que empadronarse en poblaciones cercanas. Calculamos tres o
126
cuatro jornadas de camino.
 
¿Cómo iba María?
Alegre, contenta, despacio, cuidadosa, ilusionada en que pronto
nacería el niño. Conversaba, admiraba el paisaje y contaba historias de
los acontecimientos sucedidos en los caminos o en las poblaciones por
las que pasábamos y que sólo se veían a lo lejos.
 
¿Qué pasó cuando llegaron a Belén?
Ella sintió fuertes y frecuentes los dolores del parto. No había lugar
en las posadas, pero las mujeres se las ingenian muy bien.
Encontramos una cueva cercana, prendimos fuego, al rato ellas me
llamaron para que viniera a ver y conocer al niño: lo vi muy pequeño,
hinchado, dormido, envuelto en pañales, cobijado y recostado en el
pesebre.
 
María, sonriente, fatigada, empezaba a descansar. Me acerqué y la
abracé sin decirle nada. A los dos se nos salieron las lágrimas.
 
Y, ¿los pastores?
Llegaron al día siguiente en la mañana, venían buscando al Salvador,
al Mesías, al Señor. Nos contaron la aparición de los ángeles. A ellos
también les dijeron: “No teman”, ellos, como nosotros se admiraban de
que el Mesías, el Salvador prometido, estuviera tan pequeño, indefenso
y carente de todos los medios necesarios para liberar al pueblo.
 
Me quedé pensando…
…que los planes de Dios se realizan de manera casi incomprensible
para los humanos. Dios se encarna en Jesús; inicia su vida mortal con
las carencias de todos los humanos. Empezará recibiéndolo todo de los
demás y lentamente empezará a pensar y hacer las cosas por sí mismo.
127
Dios cuida de Jesús y de sus padres, de la misma manera que cuidó
nuestro nacimiento y de nuestros padres.
María representa a la humanidad, estaba alegre, llena de gracia, el
Señor estaba con ella y con todos; nos creó a su imagen y semejanza.
Jesús es primogénito, modelo.
Pido al Señor…
…nos conceda agradecer el nacimiento de Jesús, tan humano como el
de todos nosotros y que nos conceda como a María, José y los pastores
“no temer, sino confiar en la Palabra de Dios”. Se nos manifiesta de
muy diversas maneras, pero de una manera especial en Jesús. Él es
verdadero Dios y verdadero hombre. Nos muestra en su vida, las
potencialidades de la naturaleza humana cuando se deja guiar por
Dios. Sus efectos no son sólo para nuestra estancia temporal, sino que
nos indica que estamos destinados a estar eternamente en su presencia.
San Ireneo lo expresó de forma lapidaria: Dios se hizo hombre para
que los humanos seamos como Dios. Que el Señor, por su nacimiento,
nos conceda dejarnos conducir por Dios y enfrentar todas las
circunstancias que se nos presenten en la vida con la confianza de la
Sagrada Familia.
Que así sea.
Feliz Navidad a todos.
128
129
La Sagrada Familia
“Después de que los magos
partieron de Belén, el ángel del
Señor se le apareció en sueños a
José y le dijo: ‘Levántate, toma al
niño y a su madre, y huye a Egipto.
Quédate allá hasta que yo te avise,
porque Herodes va a buscar al niño
para matarlo’ ”.
 
EVANGELIO
Toma al niño y a su madre y
huye a Egipto.
Del santo Evangelio según san
Mateo: 2, 13-15. 19-23
Después de que los magos
partieron de Belén, el ángel del
Señor se le apareció en sueños a
José y le dijo: “Levántate, toma al
niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise,
porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
 
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió
para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se
cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a
mi hijo.
 
Después de muerto Herodes, el ángel del Señor se le apareció en
130
sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y regresa
a la tierra de Israel, porque ya murieron los que intentaban quitarle la
vida al niño”.
 
Se levantó José, tomó al niño y a su madre y regresó a tierra de Israel.
Pero, habiendo oído decir que Arquelao reinaba en Judea en lugar se su
padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá, y advertido en sueños, se retiró a
Galilea y se fue a vivir en una población llamada Nazaret. Así se
cumplió lo que habían dicho los profetas: Se le llamará nazareno.
Palabra del Señor.
 
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento
aparte).
 
Conversación imaginativa con José y María
 
José, ¿cómotomaste la indicación del ángel?
Bien, fui aprendiendo que la vida de una familia y la de un niño está
llena de sorpresas Así nos llegó la noticia de la amenaza de Herodes. En
unos casos es la enfermedad, en otras la falta de trabajo o las guerras las
que producen las migraciones. Actuamos como lo hacen las familias
amenazadas. El Señor nos conduce, unas puertas se cierran y otras se
abren.
 
Le comenté a María el peligro en que estaban el niño y ella y sin
ninguna dificultad, se puso a preparar todas las cosas. Ella misma me
sugirió que nos uniéramos a la caravana que salía en la noche.
 
Todo fue rápido pero no precipitado, sin nervios. En el grupo iban
otras mujeres. Ellas se apoyaban para hacer la comida y cuidar a los
niños mientras nosotros atendíamos y alimentábamos a los camellos.
 
131
¿Tenías confianza?
La verdad sí. La historia de mi pueblo ha estado llena de amenazas y
peligros, pero la mano protectora de Dios siempre lo hizo salir
adelante. Nuestra familia no era todo el pueblo, pero pertenecía a él y
sentíamos la protección de Dios.
 
¿Cómo te acomodaste en Egipto?
Bien, somos un pueblo bastante nómada. En todas las grandes
ciudades hay por lo menos una colonia de judíos. Siempre nos
recibimos y apoyamos. Por naturaleza somos comerciantes. La sangre
nos une como “hermanos”; yo trabajé como “artesano”, carpintero y en
todas las tareas necesarias para reparar y dar mantenimiento a las casa,
carretas e instrumentos de labranza.
 
Y, ¿María?
Al principio casi no tenía tiempo para nada. El niño pequeño y la
adaptación en condiciones tan precarias la mantenían muy ocupada,
pero pronto empezó a hacer amistades. Era muy cariñosa, apoyaba a
quien lo necesitaba; las mujeres se juntaban para platicar sus penas y
alegrías, entre todas se oían y consolaban. Se aconsejaban mutuamente.
 
¿Cuándo volverás?
No lo sé; volveré cuando se me indique.
 
Y, ¿el niño?
Estaba bien, seguía creciendo, aprendía, convivía con gente distinta a
la de su pueblo natal, jugaba con todos los niños y maduraba
lentamente.
 
Me quedé pensando…
…admirado de la naturalidad con que José y María hacían todas
132
las cosas. Verdaderos seres humanos; hacían todas las cosas que
tenían que hacer y se adaptaban a las circunstancias que se les
presentaban, sencillos, trabajadores, devotos y confiados en Dios.
Pido al Señor…
…que nos conceda aprender, como lo hizo Jesús, que aprendió
de lo que veía hacer a los mayores. Su núcleo familiar fue básico
para su crecimiento.
Que los mayores apoyemos a los niños festejando sus primeras
palabras y pasos.
Por el núcleo familiar, que se apoyen y complementen entre
ellos, que sean el sostén y modelo para sus hijos. Que sean el
centro de referencia básico donde se aprenden los valores
fundamentales de amor y respeto; aceptación de los límites y las
consecuencias proporcionales a las transgresiones.
Pido especialmente por los migrantes del mundo. Que el Señor
los apoye.
 
Que así sea.
 
133
134
 Santa María, Madre de Dios
“Los pastores se volvieron a sus
campos, alabando y glorificando a
Dios por todo cuanto habían visto y
oído”.
EVANGELIO
Encontraron a María, a José y al
niño. Al cumplirse los ocho días, le
pusieron por nombre Jesús.
+ Del santo Evangelio según
san Lucas: 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores
fueron a toda prisa hacia Belén y
encontraron a María, a José y al
niño, recostado en el pesebre.
Después de verlo, contaron lo
que se les había dicho de aquel
niño, y cuantos los oían,
quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas
y las meditaba en su corazón.
 
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a
Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había
anunciado.
 
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el
nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que
135
el niño fuera concebido.
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento
aparte).
Conversación imaginativa con los pastores en el nacimiento de Jesús
¿Por qué se fueron a toda prisa a Belén?
En el campo, a los pastores, nos llegan pocas noticias importantes.
Entre sueños captamos el anuncio del ángel: no teman, les anuncio una
gran alegría… Hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador…
 
Como judíos esperamos al Salvador y de repente nos anuncian que
ya nació en la ciudad que tenemos enfrente… Claro que nos alegramos;
repetimos para ese día los turnos de vigilancia de la noche y varios
salimos a buscarlo.
 
 
¿Fue fácil localizarlo?
Sí, los pastores conocemos bien todos los lugares y con algunas
preguntas llegamos pronto. Encontramos, como nos dijeron, a María, a
José y al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre.
 
El nacimiento de un niño siempre da esperanza e ilusión… Al ver a
un recién nacido siempre se piensa en lo que realizará y en los
beneficios que podrá traer para sí, su familia y su pueblo.
 
Además, como nos dijeron que sería el Salvador del pueblo, nos
pusimos a imaginar cómo sería dentro de 20 años: un príncipe
importante que nos empezaría a comunicar sus planes y a
organizarnos…
136
 
Igualmente nos dio mucho gusto ver que era gente de nuestro
pueblo, que desde recién nacido ya se estaba dando cuenta de la
pobreza y las dificultades que la mayoría tenemos para sobrevivir.
 
 
Y, ¿sus papás?
Estaban muy contentos, el nacimiento del primogénito alegra a toda
la familia, continuará con el apellido y el núcleo familiar… Les
contamos el mensaje del ángel y ellos se admiraron de la difusión que
se estaba dando a su nacimiento. Su madre se veía contenta, serena y
atareada; sin duda empezaba a guardar en su memoria y corazón todo
lo relacionado con su hijo. Su padre se veía más nervioso, preocupado
por lo inmediato. A todas luces se veía que habían venido a
empadronarse, que aunque tenían familiares y parientes en la ciudad
todavía no los habían contactado. El nacimiento del niño fue como esa
mezcla especial que se da entre lo previsto e imprevisto.
 
Me quedé pensando…
…en el gusto que expresaron los pastores al ver que el Salvador era
gente de su pueblo. El Salvador es humano, Dios y hombre verdadero.
Nos conoce íntimamente y nos hablará en lenguaje humano,
comprensible; con su manera de vivir y actuar nos ofrece pautas
accesibles de conducta.
También pensé que María, por su parte, agradecería a Dios el haber
sido cubierta por el manto del Espíritu y le resonarían las palabras del
ángel: lo llamarán Hijo de Dios. Desde su aceptación es portadora de
Jesús. Así lo hizo cuando fue a visitar a su prima Isabel y el niño de
ella saltó de alegría en su vientre; ahora lo repite con los pastores
quienes al ver a María, José y al recién nacido recostado en el pesebre,
regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto
137
y oído.
Pido al Señor…
…que aprendamos de Jesús la forma de ser simultáneamente
humanos y divinos. Que su persona sea un modelo para nuestras vidas.
Nuestro crecimiento físico y espiritual será lento y constante como el de
todos los humanos.
También pido que tengamos la capacidad de agradecer a María su
aceptación a los planes de Dios. Lentamente en la historia y después de
la resurrección de Jesús, la empezaríamos a reconocer y venerar como
Madre de Dios.
Finalmente pido al Señor, que nos llenemos del Espíritu Santo al
contemplar a Jesús, como Juan el Bautista y los pastores. Que
salgamos de Belén agradecidos con María, alabando y glorificando a
Dios por todo cuanto hemos visto y oído.
Que así sea.
138
139
 Epifanía del Señor
 
“Unos magos de oriente llegaron
entonces a Jerusalén y
preguntaron: ¿Dónde está el rey de
los judíos que acaba de nacer?
Porque vimos surgir su estrella y
hemos venido a adorarlo”.
 
EVANGELIO
Hemos venido de oriente para
adorar al rey de los judíos.
+ Del santo Evangelio según
san Mateo: 2, 1-12
Jesús nació en Belén deJudá,
en tiempos del rey Herodes.
Unos magos de oriente llegaron
entonces a Jerusalén y
preguntaron: “¿Dónde está el rey
de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y
hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén
con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del
pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le
contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú,
Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las
ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi
pueblo, Israel”.
140
 
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le
precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los
mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué
hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo
también vaya a adorarlo”.
 
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto
la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se
detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se
llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con
María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus
cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante
el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro
camino.
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte).
Conversación imaginativa con los reyes Magos
¿Por qué vinieron de tan lejos?
Venimos de oriente. Allá cultivamos la meditación, la vida interior y
estudiamos otras religiones. En los libros santos de los judíos leímos
que nacerá el Rey de los judíos, luz que alumbrará a todas las naciones.
 
¿Por qué se pusieron en camino en esos días?
Mis compañeros y yo buscábamos desde hace tiempo, al guía, al gurú
de la humanidad. Poco a poco se consolidó entre nosotros la
convicción que correspondía al anunciado “Rey de los judíos”. Esa fue
nuestra estrella, nuestro ideal, o como muchos años después diría
Martin Luther King: “Mi sueño”.
141
 
Además nuestros astrólogos comentaban el nacimiento de una
“nueva estrella”… Por eso nos pusimos en camino; sin dudar.
 
¿Por qué llegaron con el rey Herodes?
Nos pareció lógico que el “Rey de los judíos”, naciera de una de las
familias reales o de las familias gobernantes. Nos extrañó que Herodes
se sobresaltara tanto; convocó a los sacerdotes y escribas del pueblo.
Ellos indicaron que nacería en Belén, pequeña población a 11
kilometros de Jerusalén.
 
¿Se desconcertaron porque no nacía en Jerusalén?
Sí, pero a poco de caminar volvió a brillar la “estrella” que vimos
surgir. Comprendimos que sería un Rey diferente, universal, no sólo
para los judíos; por eso no podía nacer de las familias gobernantes.
 
¿En Belén, les fue difícil encontrarlo?
No, cuando dejas las ideas preestablecidas, como las que teníamos y
te abres con frescura a la realidad que se te presenta, preguntamos y
llegamos.
 
¿Qué sintieron cuando lo encontraron?
Un conjunto de sentimientos encontrados, aunque prevalecieron los
de alegría. Nos desconcertó que el Rey de los judíos y Salvador de la
humanidad naciera pobre, humilde, indefenso, como todos los
humanos. En reconocimiento le entregamos oro, incienso y mirra. Así
adoramos nosotros a nuestros dioses y nos postramos ante ellos.
 
Me quedé pensando…
…en el Rey que se encarna y empieza desde abajo; así conoce a fondo
las debilidades y las aspiraciones humanas. También en la lealtad de
142
los magos, que se dejaron guiar por la estrella que brilló en su interior.
Del mismo modo imaginé la plática que sostuvieron, unos días, con
María y José. Sin duda pasaron mucho tiempo contemplando y
admirando al niño. Su corazón estaba lleno de alegría y
agradecimiento. El gozo interior es un buen indicador de ir por los
caminos de Dios, que se aplica a los hombres de todas las épocas y
regiones sin importar su origen o nacionalidad.
Pido al Señor…
…que nos conceda ponernos en movimiento, dejar a un lado los
esquemas mentales prefabricados y abrirnos a la realidad que se
presenta ante nuestros ojos. Que nos dejemos guiar por la estrella
interior que está en nuestro corazón y que brilla con paz, alegría,
seguridad y confianza…
Que podamos dedicar tiempo a la contemplación y admiración del
recién nacido en Belén. La nueva y definitiva presencia de Dios en
medio de nosotros, completamente humano y divino es buen modelo y
ejemplo para toda la humanidad.
Que nos podamos regresar como los magos agradecidos con Dios por
la presencia de Jesús en medio de la humanidad, también por todas las
estrellas-personas que nos han conducido a conocerlo.
Que llenos de alegría volvamos a nuestros lugares de origen, que les
contemos todo lo que hemos visto, oído y contemplado en Belén.
Que así sea.
143
144
 Bautismo del Señor
“En aquel tiempo, Jesús llegó de
Galilea al río Jordán y le pidió a
Juan que lo bautizara. Pero Juan
se resistía, diciendo: ‘Yo soy quién
debe ser bautizado por ti’”.
EVANGELIO
Apenas se bautizó Jesús, vio que
el Espíritu Santo descendía sobre
él.
+ Del santo Evangelio según
san Mateo: 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús llegó de
Galilea al río Jordán y le pidió a
Juan que lo bautizara. Pero Juan
se resistía, diciendo: “Yo soy
quien debe ser bautizado por ti,
¿y tú vienes a que yo te bautice?”
Jesús le respondió: “Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que
así cumplamos todo lo que Dios quiere”. Entonces Juan accedió a
bautizarlo.
 
Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se le abrieron los cielos y
vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre él en forma de paloma, y
se oyó una voz que decía desde el cielo: “Éste es mi Hijo muy amado,
en quien tengo mis complacencias”.
Palabra del Señor.
145
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte).
Conversación imaginativa con Jesús y Juan el Bautista.
Señor, ¿por qué decidiste, en ese tiempo, ir a bautizarte por
Juan?
Los tiempos de Dios no coinciden ni con los calendarios, ni con los
relojes de los humanos. Al llegar “la plenitud de los tiempos” Dios me
envió al mundo. Estuve con mis padres, aprendí y crecí como todos los
niños de mi tiempo. Con ellos pasé cerca de 30 años en lo que ustedes
llaman, vida oculta. Hace unos días el Espíritu me impulsó al Jordán.
 
Juan, ¿por qué te resistías a bautizar a Jesús?
Yo sabía muy bien que mi misión era: “Preparar el camino del
Señor”. Que el pueblo, o al menos una parte, se encontrara bien
dispuesto a recibirlo. Mi vida estaba en ello, el Espíritu de Dios me
preparó, junto con las enseñanzas de mis padres. Él me condujo al
desierto y de allí me impulsó al Jordán para predicar un bautismo de
penitencia, diferente a los ritos de purificación que se realizan en el
templo. Aunque no había visto antes a Jesús lo reconocí en seguida.
 
Les dije a los que estaban a mi alrededor: yo los bautizo con agua, que
es camino de conversión. Pero, él los bautizará en el Espíritu Santo y su
fuego. Por eso le dije a Jesús: “Yo soy quien debe ser bautizado por ti”.
 
Pero él me respondió: “Haz ahora lo que te digo, porque es necesario
que así cumplamos todo lo que Dios quiere”. 
Y accedí.
 
Durante toda mi vida siempre quise e hice “lo que Dios quiere”. Mi
esfuerzo en la predicación fue que se volvieran al Señor. ¡Que hicieran
146
lo que Dios quiere! Con frecuencia sus caminos parecen
incomprensibles.
 
Juan, ¿qué te impresionó más después de haberlo bautizado?
La voz del cielo que dijo: “´Éste es mi Hijo muy amado, en quien
tengo mis complacencias”. Se me vino a la mente la narración del
Génesis: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. Adán
desobedeció, no salió el hombre perfecto a imagen y semejanza de
Dios. Tenía, por así decirlo, un defecto en la vista. No podía ver a lo
lejos, sino que su visión era muycorta. Sólo lo que le daba satisfacción
inmediata. Nunca pudo ver que siguiendo los mandatos de Dios, todo
saldría muy bien, aunque no obtuviera los satisfactores inmediatos que
deseaba.
 
Me quedé pensando…
…e impresionado por la coherencia de Juan el Bautista. Siempre
dispuesto a cumplir la voluntad de Dios, aunque desde su punto de
vista, le parecía que debería hacer lo contrario. Él sí veía a lo lejos y no
sólo lo inmediato.
También agradecí profundamente el regalo del Padre en su Hijo
Jesús. Verdadero Dios y verdadero hombre. Él sí cumple a la
perfección ser “imagen y semejanza de Dios”. En él puedo aprender la
manera de enfrentar y de resolver las dificultades. Siguiendo su
ejemplo cumpliré la voluntad de Dios en la tierra.
Pido al Señor…
…que nos conceda aprender a distinguir los tiempos de Dios de los
tiempos humanos, también a tener claridad en lo que debe mos hacer,
que nos dé la fuerza y la flexibilidad para dejarnos conducir por el
Espíritu de Dios para cumplir efectivamente su voluntad, aunque a
147
nuestros ojos aparezca incomprensible.
Le pido visión de largo alcance, contra la miopía que sólo nos
permite ver lo que está inmediatamente al alcance de nuestros ojos y
manos. Que siempre tengamos presente la voz que se escuchó en el
Jordán: “Éste es mi Hijo muy amado en quién tengo mis
complacencias”, que actuemos siguiendo el ejemplo de Juan el
Bautista, quien obedeció a Jesús, cuando le dijo: “Haz ahora lo que te
digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere”.
Que así sea.
148
149
CUARESMA
150
151
I Domingo de Cuaresma
“Jesús en el desierto… Pasó
cuarenta días y cuarenta noches sin
comer, y al final, tuvo hambre.
Entonces se le acercó el tentador”.
EVANGELIO
El ayuno y las tentaciones de
Jesús.
+ Del santo Evangelio según
san Mateo: 4, 1-11
En aquel tiempo, Jesús fue
conducido por el Espíritu al
desierto, para ser tentado por el
demonio. Pasó cuarenta días y
cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le
acercó el tentador y le dijo: “Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas
piedras se conviertan en panes”. Jesús le respondió: “Está escrito: No
sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la
boca de Dios”.
 
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más
alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo,
porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te
tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna”. Jesús
le contestó: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
 
Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver
152
la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré todo esto,
si te postras y me adoras”. Pero Jesús le replicó: “Retírate, Satanás,
porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.
 
Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento
aparte).
Conversación imaginativa con los discípulos de Jesús.
¿Por qué Jesús pasó cuarenta días en el desierto?
Es un tiempo simbólico. Así como el pueblo de Israel pasó 40 años
en el desierto antes de entrar en la tierra prometida, así Jesús pasó 40
días en el desierto antes de iniciar su predicación en la tierra, para
entrar después definitivamente en la tierra prometida, la Jerusalén
celestial.
 
¿Cómo es que fue tentado por el diablo?
Todos los seres humanos estamos expuestos a esto. En el diario
caminar salen las tentaciones e inclinaciones naturales para el bien y el
mal, se obedece o desobedece a las indicaciones divinas. Se tiene una
visión corta o una visión más amplia. Imponer mi punto de vista o
ponderar el de los demás.
 
Entonces, ¿Jesús fue tentado?
Si, sufrió el mismo tipo de tentaciones a las que estamos sometidos
los humanos, pero él salió victorioso en todas.
 
¿Cómo?
La primera tentación, también se le presentó a lo largo de su vida y
153
quedó sintetizada en “manda que estas piedras se conviertan en panes”.
 
Es la tentación de querer inmediatamente resolver todos los
problemas: hambre, guerra, corrupción, enfermedad… Que todo se
arregle con la intervención de Dios, como por arte de magia sin que los
seres humanos hagamos nada al respecto.
 
Jesús respondió: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda
palabra que sale de la boca de Dios. No sólo hay que atender a todas las
necesidades materiales sino también las del espíritu; a las orientaciones
del Señor.
 
La segunda tentación tiene que ver con la imprudencia. Desde lo alto
del templo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque
está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden”…
 
La causa puede ser muy buena y digna, pero también se necesita
prudencia y la utilización de los medios naturales. Es tentación pasarle
toda la responsabilidad a Dios, sobre nuestros actos y no querer asumir
las consecuencias naturales de ellos.
 
La tercera tentación tiene que ver con el poder: “Lo llevó el diablo a
un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los
reinos del mundo y le dijo: ‘Te daré todo esto, si te postras y me adoras’
”.
 
El tentador, en el mejor de los casos, sólo puede ofrecer los bienes de
este mundo, a un precio muy alto: Si te postras y me adoras. Te
someterás a todas las exigencias que los poderes mundanos tienen…
 
Jesús le contestó: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al
Señor, tu Dios, y a él solo servirás”.
154
Me quedé pensando…
…que la verdadera liberación está en seguir las grandes directrices
del Señor, sus criterios y mandatos. Esto incluye la confianza en que
Dios cuida de nosotros y nos ayuda a salir adelante, con la
colaboración que a nosotros nos toca hacer. La adoración y sumisión
sólo es válida ante el Señor.
 
Pido al Señor…
…que nos conceda salir adelante en todas las tentaciones que
sufrimos diariamente, que tengamos la respuesta y actitud adecuada
como él la tuvo. Que no pidamos que todos los problemas los resuelva
el Señor sin nuestra colaboración; que no cometamos demasiadas
imprudencias y que no nos postremos ante la grandeza de los reinos del
mundo. Que nos conceda adorar y servir sólo a Dios como Jesús lo hizo
y nos enseñó a hacerlo.
Que así sea.
 
155
156
 II Domingo de Cuaresma
“Jesús tomó consigo a Pedro, a
Santiago y Juan… los hizo subir… a
un monte elevado. Ahí se
transfiguró en su presencia”.
EVANGELIO
Su rostro se puso resplandeciente
como el sol.
+ Del santo Evangelio según
san Mateo: 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús tomó
consigo a Pedro, a Santiago y a
Juan, el hermano de éste, y los
hizo subir a solas con él a un
monte elevado. Ahí se
transfiguró en su presencia: su
rostro se puso resplandeciente
como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De
pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.
 
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos
aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés
y otra para Elías”.
 
Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella
salió una voz que decía: “Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo
puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto, los discípulos
157
cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a
ellos, los tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces
los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús.
 
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie
lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre
los muertos”.
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento
aparte).
Conversación imaginativa con los discípulos de Jesús.
 
¿Qué es la transfiguración?
Es algo difícil de explicar y fácil de comprender. A diversos niveles
lo experimentamos constantemente,por ejemplo: si tienes un amigo
puedes pensar que lo conoces lo suficiente, pero un día te regala un
libro escrito por él y te sorprendes de sus dotes literarias. Él es el
mismo pero se transfiguró ante ti. Se te reveló un aspecto que él ya
tenía, pero era desconocido para ti.
 
Lo mismo si conoces a tu sobrina como adolescente traviesa e
inquieta… años más tarde se te revela como mamá empeñosa, atenta y
cariñosa.
 
¿Eso les pasó con Jesús?
Sí, sabíamos que era humano como nosotros y algo intuíamos
cuando lo oíamos hablar de su cercanía con Dios. Pero en ese
momento se nos reveló unido a la divinidad, “su rostro se puso
resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como
la nieve”.
158
 
Además aparecieron Moisés y Elías. En Jesús se unían y superaban la
Ley y los profetas.
 
¿Y la nube luminosa y la voz que salió de ella?
Fue una confirmación y una nueva revelación. Cuando oímos: “Éste
es mi Hijo muy amado, en quién tengo puestas mis complacencias;
escúchenlo”. Captamos que Jesús no sólo era el Hijo de Dios, sino que
representaba a toda la humanidad, la divinidad no sólo está unida a
Jesús, sino a todo el género humano.
 
Por unos momentos nos vimos transfigurados como Jesús y rodeados
de todos los antepasados que nos precedieron. Por todo esto caímos
rostro en tierra llenos de un gran temor. Luego Jesús nos tocó y nos
dijo: “Levántense y no teman”.
 
Y, ¿después?
Al bajar del monte Jesús nos ordenó: “No le cuenten a nadie lo que
han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los
muertos”.
 
Con el tiempo entendimos que la trasfiguración de cada uno de
nosotros se va a dar, como la de Jesús, hasta la resurrección. Cuando
aparezca y brille la divinidad que llevamos dentro, con todas las
potencialidades que tenemos y cuando aparezcan causaran mucha
admiración.
 
Me quedé pensando…
…en lo transfigurado que apareceremos en la resurrección.
También recordé la experiencia que tuve en Colombia en el Museo
del Oro, cuando al final del recorrido te introducen en una bóveda, en
159
grupos de 20 o 30 personas. Muestran las piezas más valiosas y
lentamente encienden las luces para que brille esplendoroso el oro con
el que está recubierto el recinto.
Todo resplandece como un gran retablo, cada uno de los asistentes
aparece dorado y brillante como sol, integrado en ese conjunto.
 
Pido al Señor… 
…que nos conceda alegría e inmenso agradecimiento por la
transfiguración que les mostró a sus discípulos en el monte. Que como
ellos, oigamos con claridad la voz del Padre que nos indica: “Éste es mi
Hijo muy amado, en quién tengo puestas mis complacencias;
escúchenlo”. Pido al Señor…
Que tengamos la capacidad de escucharlo y de poner en práctica lo
que nos indica. Así algún día estaremos como él, resucitados, entre los
muertos.
Que así sea.
160
161
III Domingo de Cuaresma
“Si conocieras el don de Dios y
quién es el que te pide de beber,
tú le pedirías a él, y él te daría
agua viva”.
 
EVANGELIO
Un manantial capaz de dar la
vida eterna.
+ Del santo Evangelio según
san Juan: 4, 5-42
En aquel tiempo, llegó Jesús a
un pueblo de Samaria, llamado
Sicar, cerca del campo que dio
Jacob a su hijo José. Ahí estaba el
pozo de Jacob. Jesús, que venía
cansado del camino, se sentó sin
más en el brocal del pozo. Era
cerca del mediodía.
 
Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dijo:
“Dame de beber”. (Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar
comida). La samaritana le contestó: “¿Cómo es que tú, siendo judío, me
pides de beber a mí, que soy samaritana?” (Porque los judíos no tratan a
los samaritanos). Jesús le dijo: “Si conocieras el don de Dios y quién es
el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva”.
 
La mujer le respondió: “Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua y
162
el pozo es profundo, ¿cómo vas a darme agua viva? ¿Acaso eres tú más
que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebieron él,
sus hijos y sus ganados?” Jesús le contestó: “El que bebe de esta agua
vuelve a tener sed. Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más
tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un
manantial capaz de dar la vida eterna”.
 
La mujer le dijo: “Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener
sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla”. Él le dijo: “Ve a llamar a tu
marido y vuelve”. La mujer le contestó: “No tengo marido”. Jesús le
dijo: “Tienes razón en decir: ‘No tengo marido’. Has tenido cinco, y el
de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad”.
 
La mujer le dijo: “Señor, ya veo que eres profeta. Nuestros padres
dieron culto en este monte y ustedes dicen que el sitio donde se debe
dar culto está en Jerusalén”. Jesús le dijo: “Créeme, mujer, que se acerca
la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre.
Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que
conocemos. Porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la
hora, y ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero
adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así es como el Padre
quiere que se le dé culto. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben
hacerlo en espíritu y en verdad”.
 
La mujer le dijo: “Ya sé que va a venir el Mesías (es decir, Cristo).
Cuando venga, él nos dará razón de todo”. Jesús le dijo: “Soy yo, el que
habla contigo”.
 
En esto llegaron los discípulos y se sorprendieron de que estuviera
conversando con una mujer; sin embargo, ninguno le dijo: ‘¿Qué le
preguntas o de qué hablas con ella?’ Entonces la mujer dejó su cántaro,
se fue al pueblo y comenzó a decir a la gente: “Vengan a ver a un
163
hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el
Mesías?” Salieron del pueblo y se pusieron en camino hacia donde él
estaba.
 
Mientras tanto, sus discípulos le insistían: “Maestro, come”. Él les
dijo: “Yo tengo por comida un alimento que ustedes no conocen”. Los
discípulos comentaban entre sí: “¿Le habrá traído alguien de comer?”
Jesús les dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y
llevar a término su obra. ¿Acaso no dicen ustedes que to-davía faltan
cuatro meses para la siega? Pues bien, yo les digo: Levanten los ojos y
contemplen los campos, que ya están dora-dos para la siega. Ya el
segador recibe su jornal y almacena frutos para la vida eterna. De este
modo se alegran por igual el sembrador y el segador. Aquí se cumple el
dicho: ‘Uno es el que siembra y otro el que cosecha’. Yo los envié a
cosechar lo que no habían trabajado. Otros trabajaron y ustedes
recogieron su fruto”.
 
Muchos samaritanos de aquel poblado creyeron en Jesús por el
testimonio de la mujer: ‘Me dijo todo lo que he hecho’. Cuando los
samaritanos llegaron a donde él estaba, le rogaban que se quedara con
ellos, y se quedó allí dos días. Muchos más creyeron en él al oír su
palabra. Y decían a la mujer: “Ya no creemos por lo que tú nos has
contado, pues nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es, de
veras, el Salvador del mundo”.
 
Palabra del Señor.
 
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte).
Conversación imaginativa con la Samaritana 
 
¿Por qué le contestaste, al principio tan fuerte a Jesús?
164
Porque era un desconocido, nada sabía de él. La vida me enseñó a ser
precavida, a defenderme. En mi tierra me llamaban Sabra, planta
espinosa. Por contestona, agresiva; hoy me llamarían activista
femenina.
 
¿Qué paso cuándo te pidió de beber?
Le dije que él era judío y yo samaritana. Que los dos pueblos no se
trataban. Pensé que podía ser una trampa; así pasa entre pueblos o
etnias enemigas.
 
Y, ¿cuándo te dijo que si conocieras el don de Dios, tú le pedirías
agua?
Primero lo vi como otra trampa. Él no tenía con que sacar agua del
pozo y me pareció muy pretencioso el que me dijera: 
“El que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed; el agua que
yo le daré se convertirá dentrode él en un manantial capaz de dar la
vida eterna”… “¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio
este pozo, del que bebieron él, sus hijos y sus ganados?”.
 
¿Respondiste de una forma muy convenenciera?
Sí, le dije: “Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni
tenga que venir hasta aquí a sacarla”.
 
¿Qué te contestó?
De una forma muy extraña: “Ve a llamar a tu marido y vuelve”. Le
respondí lo de siempre: “No tengo marido”. Pero él fue más a fondo:
“Tienes razón en decir: ‘No tengo marido’. Has tenido cinco, y el de
ahora, no es tu marido”. Eso me desconcertó profundamente. Era el
secreto que mejor quería guardar. Me cambié varias veces de ciudad.
Aquí tenía poco tiempo y nadie lo sabía.
 
¿Qué le contestaste?
165
Lo que me dictó el corazón: “Señor, ya veo que eres profeta”.
Reconocí que alguna fuerza sobrenatural estaba con él y seguí con ese
tema religioso: ¿Dónde se debe dar culto a Dios: en estos montes, o en
Jerusalén? Me dijo cosas sorprendentes: “Pero se acerca la hora, y ya
está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre
en espíritu y en verdad”. No entendí.
 
Por eso le dije: “Ya sé que va a venir el Mesías, (es decir, Cristo).
Cuando venga, él nos dará razón de todo”. Y él me contestó: “Soy yo, el
que habla contigo”.
 
Admirada, en un momento, todo cobró sentido. Él era más que
nuestro padre Jacob, podía sacar aguas profundas y convertirlas en un
manantial. Él conocía mi vida mejor que nadie y no se escandalizó.
También dijo que el lugar para adorar a Dios no era tan importante,
sino que había que hacerlo con actitudes nuevas, diferentes: “En
espíritu y verdad”. Se me reveló que ese hombre cansado, sediento,
que inicia conversación con todos, es el Mesías.
Me quede pensando…
…con admiración, en el Mesías como el sediento que pide de beber y
suscita la petición: dame de esa agua para que se convierta, dentro de mí,
en un manantial que me conduzca a la vida.Me quedé pensando…
Pido al Señor…
…que nos conceda lo mismo que a los habitantes de Samaria, creer en
Jesús. Muchos lo hicieron por el testimonio de la mujer, pero la mayor parte
lo hizo con este motivo: “Ya no creemos por lo que tú nos has contado, pues
nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es, de veras, el Salvador del
mundo”.Pido al Señor…
Que así sea.
 
166
 
 
167
168
IV Domingo de Cuaresma
“Y tú, ¿qué piensas del que te
abrió los ojos? ‘Él les contestó: Que
es un profeta’ ”.
 
EVANGELIO (Forma breve)
Fue, se lavó y volvió con vista.
+ Del santo Evangelio según
san Juan: 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38
En aquel tiempo, Jesús vio al
pasar a un ciego de nacimiento.
Escupió en el suelo, hizo lodo
con la saliva, se lo puso en los
ojos al ciego y le dijo: “Ve a
lavarte en la piscina de Siloé”
(que significa ‘Enviado’). Él fue,
se lavó y volvió con vista.
 
Entonces los vecinos y los que
lo habían visto antes pidiendo limosna, preguntaban: “¿No es éste el
que se sentaba a pedir limosna?” Unos decían: “Es el mismo”. Otros:
“No es él, sino que se le parece”. Pero él decía: “Yo soy”.
 
Llevaron entonces ante los fariseos al que había sido ciego. Era
sábado el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También los
fariseos le preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les contestó:
“Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo”. Algunos de los fariseos
comentaban: “Ese hombre no viene de Dios, porque no guarda el
169
sábado”. Otros replicaban: “¿Cómo puede un pecador hacer semejantes
prodigios?” Y había división entre ellos. Entonces volvieron a
preguntarle al ciego: “Y tú, ¿qué piensas del que te abrió los ojos?” Él les
contestó: “Que es un profeta”. Le replicaron: “Tú eres puro pecado
desde que naciste, ¿cómo pretendes darnos lecciones?” Y lo echaron
fuera.
 
Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo:
“¿Crees tú en el Hijo del hombre?” Él contestó: “¿Y quién es, Señor,
para que yo crea en él?”. Jesús le dijo: “Ya lo has visto; el que está
hablando contigo, ése es”. Él dijo: “Creo, Señor”. Y postrándose, lo
adoró.
Palabra del Señor.
– FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento
aparte).
Conversación imaginativa con el ciego de nacimiento.
¿Cómo tú, tan receloso, dejaste que te untara lodo en los ojos?
En primer lugar como tú ves, yo no vi lo que él hacía y como ciego
tengo un grupo de amigos, que me guían y aconsejan. Recuerdo que
veníamos caminando y otro grupo de personas se cruzó en el camino.
Me comentaron que era Jesús, el profeta joven de Israel, que hacía
curaciones y me animaron. Él me llamó, me untó algo en los ojos y me
dijo: “Ve a lavarte en la piscina de Siloé”.
 
Estaba cerca. Fui, me lavé, y al regresar empecé a ver con claridad.
 
¿Tú conocías a Jesús?
No, sólo oía comentarios sobre él, cerca del templo donde yo pedía
limosna. Lo conocí cuando me expulsaron los fariseos y él me
170
preguntó: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?”. Le contesté: “¿Y quién es,
Señor, para que yo crea en él?”. Jesús me dijo: “Ya lo has visto, es el que
está hablando contigo”. Yo le dije: “Creo, Señor”, y me arrodillé ante él.
Fue maravilloso, a la primera persona que vi, y la primera que me vio
plenamente, fue Jesús.
 
¿Y los fariseos?
Muy enredosos. A fuerzas querían que les dijera lo que ellos querían
oír. Me llevaron ante ellos porque unos decían que yo era el ciego que
pedía limosna y otros, que no era, sino que sólo me parecía. Por más
que les decía: “Yo soy”, no logré convencerlos.
 
Luego vinieron más enredos, unos decían: El hombre que trabaja en
sábado no puede venir de Dios y otros preguntaban: ¿Puede un pecador
realizar tales milagros? Y me involucraron: ¿Qué piensas tú de él? Les
contesté: Qué es un profeta.
 
No les gustó nada mi respuesta. Mandaron traer a mis padres para
preguntarles lo mismo. Ellos prudentemente respondieron: Sabemos
que es nuestro hijo y que nació ciego y, ¿cómo es que ahora ve?
Pregúntenselo a él que es adulto y puede responder de sí mismo.
Contestaron así por miedo, pues los judíos habían decidido expulsar de
sus comunidades a los que reconocieran a Jesús como el Mesías.
 
Después hicieron más presión. Me mandaron llamar otra vez y me
dijeron: confiesa, nosotros sabemos que el hombre que te sanó es un
pecador.
 
Como hombre práctico y desconfiado respondí: yo no sé si es un
pecador; sí sé que yo era ciego y que ahora veo. Me volvieron a
preguntar: ¿Qué te hizo?
 
171
Me enfadé y les dije: ya se los he dicho y no me escuchan, y añadí:
¿También ustedes quieren hacerse sus discípulos? Eso los puso de mal
humor, comenzaron a insultarme y finalmente me expulsaron.
Me quedé pensando…
…en la apertura del ciego que se aventuró a creer en la palabra de
Jesús. También captó que la cerrazón de los fariseos insta lados, sólo
les permitía escuchar lo que estaban acostumbrados a oír.
 
Pido al Señor… 
…para mí y para todos, apertura y flexibilidad ante los cambios y
acontecimientos que se dan en el ámbito secular y religioso. Para ver lo
que no vemos y no seguir ciegos, pensando que todo lo sabemos y que
no hay nada nuevo bajo el sol. Que Jesús nos conceda empezar a ver
con claridad. Pido al Señor…
Que así sea.
 
 
172
173
V Domingo de Cuaresma
“Jesús dijo a Marta: ‘Yo soy la
resurrección y la vida… ¿Crees tú
esto?’ ”.
 
EVANGELIO (Forma breve)
Yo soy la resurrección y la vida.
+ Del santo Evangelio según
san Juan: 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45
En aquel tiempo, Marta y
María, las dos hermanas de
Lázaro, le mandaron decir a
Jesús: “Señor, el amigo a quien
tanto quieres está enfermo”.
 
Al oír esto, Jesús dijo: “Esta
enfermedad no acabará en la
muerte, sino que servirá para la
gloria de Dios, para que el Hijo
de Dios sea glorificado por ella”.
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Sin embargo, cuando
se enteró de que Lázaro estaba enfermo, se detuvo dos días más en el
lugar en que se hallaba. Después dijo a sus discípulos: “Vayamos otra
vez a

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