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2 Max Verduzco, SJ REFLEXIONAR ORAR CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO CICLO A 3 Titulo: Reflexionar orar con el Evangelio del Domingo Ciclo A Para entrar y permanecer en contacto con el Señor Autor: Max Verduzco, SJ ISBN versión electrónica: 978-607-8492-30-5 Primera edic ión impresa: abril de 2015 Edic ión electrónica: enero de 2017 © 2016, Obra Nacional de la Buena Prensa, A.C. México www.buenaprensa.com Derechos reservados. Ninguna parte de esta publ icac ión puede ser reproducida total o 4 http://www.buenaprensa.com parcialmente sin permiso de los ti tulares. ISBN: 9786078492305 Este l ibro se ha creado con StreetLib Write (http ://write.streetl ib.com). 5 http://write.streetlib.com Índice 6 Presentación 7 Introducción 8 Índice cronológico 9 Índice evangélico ADVIENTO 10 I Domingo de Adviento 11 II Domingo de Adviento 12 III Domingo de Adviento 13 IV Domingo de Adviento NAVIDAD 14 Natividad de Nuestro Señor 15 La Sagrada Familia 16 Santa María, Madre de Dios 17 Epifanía del Señor 18 Bautismo del Señor CUARESMA 19 I Domingo de Cuaresma 20 II Domingo de Cuaresma 21 III Domingo de Cuaresma 22 IV Domingo de Cuaresma 23 V Domingo de Cuaresma 24 Domingo de Ramos PASCUA 25 Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor 26 II Domingo de Pascua o “de la Divina Misericordia” 27 III Domingo de Pascua 28 IV Domingo de Pascua 29 V Domingo de Pascua 30 VI Domingo de Pascua 31 La Ascensión del Señor 32 Domingo de Pentecostés TIEMPO ORDINARIO 33 La Santísima Trinidad 34 El Cuerpo y la Sangre de Cristo 35 El Sagrado Corazón de Jesús 36 II Domingo Ordinario 37 III Domingo Ordinario 38 IV Domingo Ordinario 39 V Domingo Ordinario 40 VI Domingo Ordinario 41 VII Domingo Ordinario 42 VIII Domingo Ordinario 43 IX Domingo Ordinario 44 X Domingo Ordinario 45 XI Domingo Ordinario 46 XII Domingo Ordinario 47 XIII Domingo Ordinario 48 XIV Domingo Ordinario 49 XV Domingo Ordinario 50 XVI Domingo Ordinario 51 XVII Domingo Ordinario 52 XVIII Domingo Ordinario 53 XIX Domingo Ordinario 54 XX Domingo Ordinario 55 XXI Domingo Ordinario 56 XXII Domingo Ordinario 57 XXIII Domingo Ordinario 58 XXIV Domingo Ordinario 59 XXV Domingo Ordinario 60 XXVI Domingo Ordinario 61 XXVII Domingo Ordinario 62 XXVIII Domingo Ordinario 63 XXIX Domingo Ordinario 64 XXX Domingo Ordinario 65 XXXI Domingo Ordinario 66 XXXII Domingo Ordinario 67 XXXIII Domingo Ordinario 68 Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo OTRAS CELEBRACIONES 69 Anunciación del Señor 70 Asunción de la Santísima Virgen María 71 Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María 72 Nuestra Señora de Guadalupe 73 San José, esposo de la Santísima Virgen María 74 Natividad de san Juan Bautista 75 San Pedro y san Pablo, apóstoles 76 Domingo mundial de las misiones 77 Todos los Santos 78 Todos los fieles difuntos 79 Dedicación de la Basílica de Letrán Agradecimientos 80 81 Presentación Fiel y constante el padre Max Verduzco SJ, escribe cada semana su reflexión-oración sobre el evangelio de cada domingo. El año pasado nos entregó las reflexiones correspondientes al Ciclo litúrgico C. Este año nos ofrece el Ciclo A; y nos promete, para el año próximo, darnos el Ciclo B a fin de tener completos los ciclos litúrgicos. Personalmente está convencido que lo esencial de la vida cristiana está en el conocimiento interno de Jesús. Esto se logra, con la gracia de Dios, por medio de la lectura, reflexión y oración, muy especialmente de los Evangelios. Nos propone que cada domingo, dediquemos un tiempo al conocimiento interno de Jesús por medio de la lectura, reflexión y oración. El método que nos sugiere es que nos formulemos preguntas sobre el texto del evangelio de cada domingo y que, ayudados por los discípulos o personajes cercanos a Jesús, nos las vayamos respondiendo. Su trabajo dominical es ejemplo o modelo de lo que cada uno puede hacer. Espero que la edición del Ciclo A, les ayude a obtener un mejor conocimiento interno de Jesús que transforme los corazones de nuestros lectores. Miguel Romero Pérez SJ. 82 Director de Obra Nacional de la Buena Prensa A. C. 83 84 Introducción El evangelio de cada domingo nos presenta un pasaje diferente de la vida de Jesús, una nueva oportunidad para comprender mejor su vida y enseñanza, para entrar y permanecer en contacto con él. Cada domingo podemos avanzar en su conocimiento, preguntarnos sobre su persona, su estilo de vida y la imagen que nos trasmite de su Padre por medio de sus enseñanzas. En la reflexión-oración dominical que les presento, me apoyo en los discípulos de Jesús así como en otras personas que lo escucharon y con las cuales Jesús interactuó. A ellos me dirijo y les hago preguntas directas. La lectura atenta del texto me suscita preguntas. Surgen aspectos que no he comprendido y que, de alguna manera me inquietan, ya sea por lo leído y escuchado o por la problemática especial que se vive en estos días. Oigo lo que ellos me responden, lo que han comprendido y oído de Jesús. Con sus respuestas, lentamente voy aclarando y puntualizando mis puntos de vista. Luego dedico unos párrafos a la reflexión y hago algunas relaciones con los problemas o dificultades que conozco o en los que me encuentro. Finalmente termino con una oración-petición sobre lo que veo que me hace falta o como acción de gracias por lo conocido, recibido, imaginado o contemplado. Con este método y estructura sigo los pasos clásicos de la Lectio 85 Divina: lectura, meditación, oración y contemplación. Otros escritores, a estos pasos graduales, los denominan “la escalera de los monjes”. Observan que estos escalones producen curiosidad, búsqueda, reflexión, claridad, deseos, alegría y acción de gracias. Según los directores espirituales, esta metodología actúa, como “gotas de colirio”, nos permiten ver con claridad lo que tenemos enfrente, o como el proceso curativo de “quitar las vendas” de la ceguera o ignorancia para dar claridad al entendimiento, además fomenta los sentimientos para despertar los afectos dormidos e impulsa la voluntad para remover la apatía y decidirse. Espero que estas reflexiones les permitan, como me ha sucedido a mí, acercarse más a Jesús, conocerlo, amarlo, contemplarlo y servirlo mejor. Ojalá y cada uno de los lectores pueda formular sus propias preguntas sobre la lectura del evangelio que cada domingo se nos presenta. Con paciencia y constancia las propias preguntas se van respondiendo con la ayuda de Jesús y sus discípulos. Una visión más clara nos ayuda a enfrentar de mejor manera los problemas y dificultades; una mayor sensibilidad nos permite estar más atentos y “darnos cuenta” de lo que sucede y un impulso en la voluntad nos apoya para poner en práctica lo comprendido y deseado. En “la escalera de la vida” cada semana podemos subir un escalón, aunque sea pequeño para conocer más, amar y servir a Jesús. Que así sea. Max Verduzco SJ 86 87 88 Índice cronológico I Domingo de Adviento: Mt 24, 37-44. II Domingo de Adviento: Mt 3, 1-12. III Domingo de Adviento: Mt 11, 2-11. IV Domingo de Adviento: Mt 1, 18-24. Natividad de Nuestro Señor: Lc 2, 1-14. La Sagrada Familia: Mt 2, 13-15. 19-23. Santa María, Madre de Dios: Lc 2, 16-21. Epifanía del Señor: Mt 2, 1-12. Bautismo del Señor: Mt 3, 13-17. I Domingo de Cuaresma: Mt 4, 1-11. II Domingo de Cuaresma: Mt 17, 1-9. III Domingo de Cuaresma: Jn 4, 5-42. IV Domingo de Cuaresma (Forma breve): Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34- 38. V Domingo de Cuaresma (Forma breve): Jn 11, 3-7. 17. 20-27. 33- 45. Domingo de Ramos (Forma breve): Mt 27, 11-54. Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor: Lc 24, 13-35.II Domingo de Pascua o “de la Divina Misericordia”: Jn 20, 19-31. III Domingo de Pascua: Lc 24, 13-35. IV Domingo de Pascua: Jn 10, 1-10. V Domingo de Pascua: Jn 14, 1-12. VI Domingo de Pascua: Jn 14, 15-21. La Ascensión del Señor: Mt 28, 16-20. Domingo de Pentecostés: Jn 20, 19-23. La Santísima Trinidad: Jn 3, 16-18. El Cuerpo y la Sangre de Cristo: Jn 6, 51-58. El Sagrado Corazón de Jesús: Mt 11, 25-30. 89 II Domingo Ordinario: Jn 1, 29-34. III Domingo Ordinario: Mt 4, 12-23. IV Domingo Ordinario: Mt 5, 1-12. V Domingo Ordinario: Mt 5, 13-16. VI Domingo Ordinario: Mt 5, 17-37. VII Domingo Ordinario: Mt 5, 38-48. VIII Domingo Ordinario: Mt 6, 24-34. IX Domingo Ordinario: Mt 7, 21-27. X Domingo Ordinario: Mt 9, 9-13. XI Domingo Ordinario: Mt 9, 36–10, 8. XII Domingo Ordinario: Mt 10, 26-33. XIII Domingo Ordinario: Mt 10, 37-42. XIV Domingo Ordinario: Mt 11, 25-30. XV Domingo Ordinario (Forma breve): Mt 13, 1-9. XVI Domingo Ordinario: Mt 13, 24-43. XVII Domingo Ordinario: Mt 13, 44-52. XVIII Domingo Ordinario: Mt 14, 13-21. XIX Domingo Ordinario: Mt 14, 22-33. XX Domingo Ordinario: Mt 15, 21-28. XXI Domingo Ordinario: Mt 16, 13-20. XXII Domingo Ordinario: Mt 16, 21-27. XXIII Domingo Ordinario: Mt 18, 15-20. XXIV Domingo Ordinario: Mt 18, 21-35. XXV Domingo Ordinario: Mt 20, 1-16. XXVI Domingo Ordinario: Mt 21, 28-32. XXVII Domingo Ordinario: Mt 21, 33-43. XXVIII Domingo Ordinario (Forma breve): Mt 22, 1-10. XXIX Domingo Ordinario: Mt 22, 15-21. XXX Domingo Ordinario: Mt 22, 34-40. XXXI Domingo Ordinario: Mt 23, 1-12. XXXII Domingo Ordinario: Mt 25, 1-13. XXXIII Domingo Ordinario (Forma breve): Mt 25, 14-15. 19-21. 90 Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo: Mt 25, 31-46. Anunciación del Señor: Lc 1, 26-38. Asunción de la Santísima Virgen María: Lc 1, 39-56. Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María: Lc 1, 26- 38. Nuestra Señora de Guadalupe: Lc 1, 39-48. San José, esposo de la Santísima Virgen María: Mt 1, 16. 18. 21. 24. Natividad de san Juan Bautista: Lc 1, 57-66. 80. San Pedro y san Pablo, apóstoles: Mt 16, 13-19. Domingo mundial de las misiones: Mt 28, 16-20. Todos los Santos: Mt 5, 1-12. Todos los fieles difuntos: Mt 25, 31-46. Dedicación de la Basílica de Letrán: Jn 2, 13-22. 91 92 Índice evangélico MATEO: Mt 1, 16. 18. 21. 24: San José, esposo de la Santísima Virgen María. Mt 1, 18-24: IV Domingo de Adviento. Mt 2, 1-12: Epifanía del Señor. Mt 2, 13-15. 19-23: La Sagrada Familia. Mt 3, 1-12: II Domingo de Adviento. Mt 3, 13-17: Bautismo del Señor. Mt 4, 1-11: I Domingo de Cuaresma. Mt 4, 12-23: III Domingo Ordinario. Mt 5, 1-12: IV Domingo Ordinario. Mt 5, 1-12: Todos los Santos. Mt 5, 13-16: V Domingo Ordinario. Mt 5, 17-37: VI Domingo Ordinario. Mt 5, 38-48: VII Domingo Ordinario. Mt 6, 24-34: VIII Domingo Ordinario. Mt 7, 21-27: IX Domingo Ordinario. Mt 9, 9-13: X Domingo Ordinario. Mt 9, 36–10. 8: XI Domingo Ordinario. Mt 10, 26-33: XII Domingo Ordinario. Mt 10, 37-42: XIII Domingo Ordinario. Mt 11, 2-11: III Domingo de Adviento. Mt 11, 25-30: XIV Domingo Ordinario. Mt 11, 25-30: El Sagrado Corazón de Jesús. Mt 13, 1-9: XV Domingo Ordinario (Forma breve). Mt 13, 24-43: XVI Domingo Ordinario. Mt 13, 44-52: XVII Domingo Ordinario. 93 Mt 14, 13-21: XVIII Domingo Ordinario. Mt 14, 22-33: XIX Domingo Ordinario. Mt 15, 21-28: XX Domingo Ordinario. Mt 16, 13-19: San Pedro y san Pablo, apóstoles. Mt 16, 13-20: XXI Domingo Ordinario. Mt 16, 21-27: XXII Domingo Ordinario. Mt 17, 1-9: II Domingo de Cuaresma. Mt 18, 15-20: XXIII Domingo Ordinario. Mt 18, 21-35: XXIV Domingo Ordinario. Mt 20, 1-16: XXV Domingo Ordinario. Mt 21, 28-32: XXVI Domingo Ordinario. Mt 21, 33-43: XXVII Domingo Ordinario. Mt 22, 1-10: XXVIII Domingo Ordinario (Forma breve). Mt 22 15-21: XXIX Domingo Ordinario. Mt 22, 34-40: XXX Domingo Ordinario. Mt 23, 1-12: XXXI Domingo Ordinario. Mt 24, 37-44: I Domingo de Adviento. Mt 25, 1-13: XXXII Domingo Ordinario. Mt 25, 14-15. 19-21: XXXIII Domingo Ordinario (Forma breve). Mt 25, 31-46: Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo. Mt 25, 31-46: Todos los fieles difuntos. Mt 27, 11-54: Domingo de Ramos (Forma breve). Mt 28, 16-20: La Ascensión del Señor. Mt 28, 16-20: Domingo mundial de las misiones. LUCAS: Lc 1, 26-38: Anunciación del Señor. Lc 1, 26-38: Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Lc 1, 39-48: Nuestra Señora de Guadalupe. 94 Lc 1, 39-56: Asunción de la Santísima Virgen María. Lc 1, 57-66. 80: Natividad de san Juan Bautista. Lc 2, 1-14: Natividad de Nuestro Señor. Lc 2, 16-21: Santa María, Madre de Dios. Lc 24, 13-35: Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor. Lc 24, 13-35: III Domingo de Pascua. JUAN: Jn 1, 29-34: II Domingo Ordinario. Jn 2, 13-22: Dedicación de la Basílica de Letrán. Jn 3, 16-18: La Santísima Trinidad. Jn 4, 5-42: III Domingo de Cuaresma. Jn 6, 51-58: El Cuerpo y la Sangre de Cristo. Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38: IV Domingo de Cuaresma. Jn 10, 1-10: IV Domingo de Pascua. Jn 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45: V Domingo de Cuaresma (Forma breve). Jn 14, 1-12: V Domingo de Pascua. Jn 14, 15-21: VI Domingo de Pascua. Jn 20, 19-23: Domingo de Pentecostés. Jn 20, 19-31: II Domingo de Pascua o “de la Divina Misericordia”. 95 96 ADVIENTO 97 98 “También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”. EVANGELIO Velen y estén preparados. + Del santo Evangelio según san I Domingo de Adviento 99 Mateo: 24, 37-44 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Así como sucedió en tiempos de Noé, así también sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada. Velen, pues y estén preparados, porque no saben qué día va venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”. 100 Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con los discípulos de Jesús ¿A qué se refería Jesús cuando les dijo?: “Velen, pues, y estén preparados porque no saben qué día va a venir su Señor”. Siempre nos costaba trabajo entenderlo porque sus palabras tenían varios sentidos. En esta ocasión estaba hablando de su segunda venida, del fin del mundo, pero también se refería al momento en que él entró en este mundo e igualmente, algunos compañeros comentaban que se relacionaba con ¿Cómo está eso? Mira, primero Jesús nos habló de su segunda venida. Varias veces dijo que el mundo en que vivimos, un día se va a terminar y nos invitaba a que 101 estuviéramos preparados. Varias veces le preguntamos sobre la fecha o los acontecimientos que lo precederían pero nunca quiso contestar de manera precisa, contundente. Segundo, se refirió a su primera venida y aparición en este mundo. Al principio casi nadie se dio cuenta. El ángel habló con María y luego con José. Ellos lo comentarían con sus padres y María, además con Isabel y Zacarías. Realmente cuando nadie lo pensaba apareció el Hijo del hombre. Los que estaban preparados lo recibieron. Tercero, Jesús se presentó en muchos lugares e invitaba a integrarse a su Reino. Lo hizo en el Sermón de la montaña y también invitó a otros de manera personal: a unos les dijo: “Sígueme” y a otro: “hoy tengo que hospedarme en tu casa”… La indicación de “estén 102 preparados”,¿es sólo para los que lo oyeron? No, es para toda la humanidad. Los que primero lo oímos fuimos sus contemporáneos y nos dio el encargo de transmitirlo, difundirlo. Eso lo hicimos de palabra y por escrito. Ahora todos lo saben o tienen la posibilidad de saberlo. Me quedé pensando… En las diferentes venidas de Jesús: La primera ya pasó. Nació en Belén de Judá, convivió en Palestina, murió en Jerusalén y subió al cielo en Galilea. De la segunda sabemos que vendrá pero no sabemos ni el día ni la hora. Suponemos que no está cercana. Pero nos invita a tomar medidas preventivas sobre lo que sucederá, a estar despiertos porque vendrá a la hora que menos pensemos. La tercera no es pública 103 sino privada. Jesús sigue hablando e invitando, no lo hace de manera drástica e impositiva sino suave, sugestiva, con pequeños y sutiles movimientos en el alma que invitan y fortalecen en su seguimiento. Las fiestas de Navidad, con las que los cristianos recordamos su ingreso en el mundo, es una nueva y pequeña invitación. Pido al Señor… Varias cosas: Que al recordar en estos días que Jesús se hizo hombre, que asumió plenamente la naturaleza humana, sea un aliciente para dejarnos transformar por la acción divina y ser, cada día, mejores seres humanos. Que mantengamos vivo, de una manera serena, el recuerdo de la segunda y definitiva venida del Señor. 104 En algo se parece a la cultura de prevención que se ha desarrollado ante los sismos. Sucederá y hay que estar preparados. Que captemos las ilusiones y esperanzas que suscitan en cada uno el deseo de mejorar. No es algo que se pueda hacer sólo con las fuerzas y energías humanas sino como un pequeño impulso que viene de arriba; nos indica la dirección y nos da la fuerza y confianza para realizarlo. Que sepamos oír y discernir las constantes voces interiores. Esto nos preparará a celebrar el nacimiento de Jesús, a recordar su segunda venida y a captar sus incesantes invitaciones que nos hace por medio de los movimientos que aparecen en nuestra alma. Que así sea. 105 106 107 II Domingo de Adviento "En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista, a predicar en el desierto de Judea”. EVANGELIO Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos. + Del santo Evangelio según san Mateo: 3, 1-12 En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista, a predicar en el desierto de Judea, diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”. Juan es aquél de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos. Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Acudía a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río. Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: “Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les 108 aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha esta puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han convertido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”. Palabra del Señor. – Formula tus propias preguntas (En documento aparte). Conversación imaginativa con Juan el Bautista ¿Por qué empezaste a predicar en ese tiempo? Durante toda mi vida el Espíritu del Señor me impulsó y mostró el camino. Me quedé huérfano de madre, cuando tenía como doce años. Mi madre me concibió siendo de edad avanzada. Por mis padres supe que fui un regalo de Dios para ellos y que se me confirió una misión para con el pueblo. Mi padre lo escribió así: “y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados”. Mi padre me enseñó a estar atento y a bendecir al Señor, “Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo suscitándonos una fuerza de salvación, en la casa de David su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas”. Cuando mi padre murió fui conducido por el Señor al desierto. La fuerza del Señor me mostró el momento oportuno y lo que tenía que hacer. Salí a decir: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”. 109 El Señor los atraía, el pueblo confesaba sus pecados y yo los bautizaba en el Jordán. Nuevo signo de limpieza, purificación y reconciliación. ¿Te enfadaste con fariseos y saduceos cuando deseaban ser bautizados? Sí, hipócritas y leguleyos. No les importaba la conversión. Querían enredarme en palabras y términos sofisticados para confirmar que ellos estaban bien en lo que hacían y me querían utilizar como una confirmación más a su aparente rectitud y conducta intachable. Les dije: “Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego”. Luego añadí: “Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han convertido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo… Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”. Me quede pensando… … que el mensaje del Bautista tiene varios aspectos: Sigue siendo actual: el Señor conduce la vida de cada uno y hay que dejarse conducir. Es importante realizar lo que el Señor pide, en el tiempo en que lo pida. Que la conversión es un proceso constante, al que muchas veces nos resistimos, aduciendo argumentos de herencia y pertenencia. Intentamos marear al Espíritu al afirmar que estamos bien y que no necesitamos ninguna conversión o modificación. El cambio de mentalidad y de actitud es indispensable, para recibir el bautismo que Juan predica y para recibir la Palabra y la persona de Jesús, quién nos bautizará a todos con el fuego del Espíritu Santo. 110 La conversión no es sólo fruto del esfuerzo humano sino de la acción misma de Dios, que mueve los corazones y las voluntades pero que necesita de nuestra aceptación y conversión. PIdo al Señor… …nos conceda, como a Juan el Bautista, dejarnos conducir por Dios. También a aceptar que la conversión es un proceso continuo que supone abandonar nuestras antiguas prácticas y seguridades para ser guiados por los planes de Dios. Que pidamos al Señor que mueva nuestros corazones; solos no lo podemos hacer. Así nos encontrará el Señor, como trigo en medio de la paja, para ser guardado en sus graneros en lugar de ser quemado en el fuego que no se apaga. Ven, Señor Jesús, ven pronto a este mundo tan necesitado de ti y de tu fuerza transformadora. Fortalece nuestra inteligencia y voluntad para corresponder a tu invitación de conversión y ser guardados finalmente, en tus graneros. Que así sea. 111 112 III Domingo de Adviento “Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos: ‘¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?’ ”. EVANGELIO ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? + Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 2-11 En aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos: “¿Eres tú elque ha de venir o tenemos que esperar a otro?”. Jesús les respondió: “Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí”. Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente 113 acerca de Juan: “¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A que fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo se los aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él”. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con los discípulos de Jesús ¿Por qué el Bautista mandó preguntar: “Eres tú el que ha de venir”? Mira, varios de nosotros fuimos primero discípulos de Juan. Nos entusiasmó su visión profética, su austeridad y la fuerza con que invitaba a todos a la conversión, para prepararle al Señor un pueblo bien dispuesto. Él fue el que nos indicó que Jesús era el Cordero de Dios y nos animó a que lo siguiéramos. En esos momentos ya estaba en la cárcel y veía que Jesús no continuaba con la voz fuerte y terrible que él usó para hacer que el pueblo volviera al buen camino. La falta de popularidad y su lenguaje más suave lo desconcertó y por eso mandó preguntar: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” ¿Qué le respondió Jesús? Le contestó de una manera clara y velada, utilizando un texto del 114 profeta Isaías: “los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio”. Jesús le confirma a Juan, que él es el que tenía que venir y que la misión de prepararle un pueblo dispuesto estuvo bien cumplida. Además le anuncia que la forma de restablecer el Reino, va a ser de manera diferente. No va sólo por la línea de la condenación sino de la restauración: que los ciegos vean, los cojos anden y los leprosos queden limpios. De otra forma retoma al profeta Ezequiel: “No me complazco en la muerte del pecador sino en que se convierta y viva”. Y añadió con sentido profético: dichoso aquel para quién yo no sea motivo de escándalo y no sólo se refería al Bautista, sino a gran cantidad del pueblo, con sacerdotes, escribas y fariseos, que no lo aceptarían porque actuó de una forma diferente a la que ellos habían pensado. Imaginaron que el Mesías tenía que actuar como ellos lo habían entendido. Y, ¿el testimonio que dio del Bautista? Fue hermoso y formidable. No sólo lo identificó con el texto de la Escritura que dice: “He aquí yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino”, sino que dijo: “Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él”. Me quedé pensando… …en la lealtad y fidelidad de Juan el Bautista para cumplir la misión que le fue encomendada: prepararle un pueblo bien dispuesto y señalarlo entre los hombres. En la necesidad de tener apertura de 115 mente y de corazón para aceptar a Jesús tal cual se nos presenta, sin intentar que haga lo que cada uno piensa que debe hacer. En aceptar que el Reino de Dios consiste en la liberación de las personas del poder del maligno y no por el poder político, religioso o de dominación que un pueblo tenga sobre los demás, como muchos de ellos lo imaginaban. Pido al Señor… …que con la gracia de Dios, nuestras acciones vayan encaminadas a todas las personas a las que los espíritus del mal mantienen oprimidas, esclavas de sus pasiones-ambiciones de cualquier índole. Que si aceptamos pertenecer y mantenernos en el Reino que Jesús nos propone, seremos más grandes que Juan el Bautista, pues él perteneció al Antiguo Testamento y nosotros a la Nueva Alianza que es mejor que la antigua. Que nos esforcemos en pertenecer al Reino de los cielos y aunque seamos de los más pequeños, seamos más grandes que el Bautista. Que así sea. 116 117 IV Domingo de Adviento “Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto”. EVANGELIO Jesús nació de María, desposada con José, hijo de David. + Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-24 Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. 118 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios- con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con José, esposo de la virgen Maria José, ¿cómo te encontrabas en esos días? En realidad muy confundido. María y yo nos queríamos mucho y ella me platicó lo del ángel Gabriel. Yo no sabía qué pensar, ni mucho menos qué hacer. Nunca dudé de lo que ella me comentó, pero lo que ella me comentaba también me implicaba a mí. Intuí que yo también tendría que participar. Por eso pensé dejarla en secreto; yo no me consideraba ni preparado, ni digno de participar en el cumplimiento de las promesas de nuestro Dios de darnos un Salvador, que librara a su pueblo de todos sus pecados. Y, ¿el anuncio del ángel en sueños? Eso cambió todo. El Señor me invitó a participar en los planes de salvación para su pueblo. Me pidió apoyo, protección a María y al niño. Apoyarnos mutuamente y formar una familia; como lo habíamos pensado y planeado. Sentí una fuerte invitación a confiar en nuestro 119 Dios. Comprendí que así hace las cosas Dios. Te manda indicaciones, inspiraciones, algo no muy claro, como invitaciones y sugerencias a las que uno debe responder libremente. Así me sucedió a mí, con lo que el ángel me dijo en sueños. Al despertar tome la decisión de colaborar. En mi corazón sentí una fuerza e ilusión nuevas. Desaparecieron mis dudas y una gran confianza en el amor que Dios nos tiene me invadió. Y, ¿después? Apresuramos las cosas, hablamos con nuestras familias y adelantamos el casamiento. Luego la recibí en mi casa, fue maravilloso porque los dos nos ayudábamos y cooperábamos con los planes de Dios. Los dos siempre quisimos cumplir su voluntad, así todo es más fácil. Platicamos de nuestros miedos e incertidumbres, de las comunicaciones con los ángeles y de nuestras respuestas. María habla más bonito que yo. Ella respondió: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra”. Yo sólo hice lo que el ángel delSeñor me había mandado, soy más reservado y de pocas palabras. Eso lo aprendí desde chico. En mi casa, mi abbá, papá, constantemente nos repetía dos cosas: Que teníamos que obedecer a Dios, como los profetas. Y que se debía responder, no sólo con palabras, sino con acciones, realizando lo que se nos pedía. 120 Y, ¿la ida a Belén a empadronarse? La Divina Providencia lo arregló todo muy bien. Mis padres y los de María son personas buenas, piadosas, justas… Ya teníamos todo arreglado para que el niño naciera en Nazaret, con nuestros cuidados, los de los abuelos y parientes pero los planes de Dios son imprevistos. Aprendimos a aceptarlos y a adaptarnos a ellos. Con tranquilidad empacamos lo indispensable y partimos. Sabíamos que el Señor nos protegería como lo había hecho hasta ahora. Me quedé pensando… …en la conversación con José, admiré la comunicación y confianza que se tenían él y María, y lo importante que es poner el amor más en obras que en palabras. Pido al Señor… … nos conceda tenerlo siempre presente en nuestras decisiones. Que primero obedezcamos a Dios antes que a los hombres. Que confiemos en los planes de Dios, pues nos apoyará como lo hizo con María y José para que el niño naciera en Belén. Que confiemos en la acción de Dios, en los momentos difíciles. Que así sea . 121 122 NAVIDAD 123 124 Natividad de Nuestro Señor “Hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”. EVANGELIO Hoy nos ha nacido el Salvador. + Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 1-14 Por aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo de todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad; así es que también José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, junto con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban ahí, le llego a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada. 125 En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, vigilando por turno sus rebaños. Un ángel del Señor se les apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: “No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo: hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”. De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!”. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con María, José y los pastores ¿Les tomó de sorpresa el censo para empadronarse en su propia ciudad? Sí, nosotros teníamos pensado que el niño naciera en nuestra ciudad de Nazaret. Ya teníamos algunas cosas preparadas, contábamos con la ayuda de nuestros padres y familiares; pero las cosas de Dios, con frecuencia se presentan de manera diferente. En nuestros oídos resonaban las palabras pronunciadas por el ángel: no temas, María y no temas, José. ¿Qué hicieron? Tomamos lo indispensable y partimos, junto con unos vecinos que tenían que empadronarse en poblaciones cercanas. Calculamos tres o 126 cuatro jornadas de camino. ¿Cómo iba María? Alegre, contenta, despacio, cuidadosa, ilusionada en que pronto nacería el niño. Conversaba, admiraba el paisaje y contaba historias de los acontecimientos sucedidos en los caminos o en las poblaciones por las que pasábamos y que sólo se veían a lo lejos. ¿Qué pasó cuando llegaron a Belén? Ella sintió fuertes y frecuentes los dolores del parto. No había lugar en las posadas, pero las mujeres se las ingenian muy bien. Encontramos una cueva cercana, prendimos fuego, al rato ellas me llamaron para que viniera a ver y conocer al niño: lo vi muy pequeño, hinchado, dormido, envuelto en pañales, cobijado y recostado en el pesebre. María, sonriente, fatigada, empezaba a descansar. Me acerqué y la abracé sin decirle nada. A los dos se nos salieron las lágrimas. Y, ¿los pastores? Llegaron al día siguiente en la mañana, venían buscando al Salvador, al Mesías, al Señor. Nos contaron la aparición de los ángeles. A ellos también les dijeron: “No teman”, ellos, como nosotros se admiraban de que el Mesías, el Salvador prometido, estuviera tan pequeño, indefenso y carente de todos los medios necesarios para liberar al pueblo. Me quedé pensando… …que los planes de Dios se realizan de manera casi incomprensible para los humanos. Dios se encarna en Jesús; inicia su vida mortal con las carencias de todos los humanos. Empezará recibiéndolo todo de los demás y lentamente empezará a pensar y hacer las cosas por sí mismo. 127 Dios cuida de Jesús y de sus padres, de la misma manera que cuidó nuestro nacimiento y de nuestros padres. María representa a la humanidad, estaba alegre, llena de gracia, el Señor estaba con ella y con todos; nos creó a su imagen y semejanza. Jesús es primogénito, modelo. Pido al Señor… …nos conceda agradecer el nacimiento de Jesús, tan humano como el de todos nosotros y que nos conceda como a María, José y los pastores “no temer, sino confiar en la Palabra de Dios”. Se nos manifiesta de muy diversas maneras, pero de una manera especial en Jesús. Él es verdadero Dios y verdadero hombre. Nos muestra en su vida, las potencialidades de la naturaleza humana cuando se deja guiar por Dios. Sus efectos no son sólo para nuestra estancia temporal, sino que nos indica que estamos destinados a estar eternamente en su presencia. San Ireneo lo expresó de forma lapidaria: Dios se hizo hombre para que los humanos seamos como Dios. Que el Señor, por su nacimiento, nos conceda dejarnos conducir por Dios y enfrentar todas las circunstancias que se nos presenten en la vida con la confianza de la Sagrada Familia. Que así sea. Feliz Navidad a todos. 128 129 La Sagrada Familia “Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo’ ”. EVANGELIO Toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 13-15. 19-23 Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Después de muerto Herodes, el ángel del Señor se le apareció en 130 sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya murieron los que intentaban quitarle la vida al niño”. Se levantó José, tomó al niño y a su madre y regresó a tierra de Israel. Pero, habiendo oído decir que Arquelao reinaba en Judea en lugar se su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá, y advertido en sueños, se retiró a Galilea y se fue a vivir en una población llamada Nazaret. Así se cumplió lo que habían dicho los profetas: Se le llamará nazareno. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con José y María José, ¿cómotomaste la indicación del ángel? Bien, fui aprendiendo que la vida de una familia y la de un niño está llena de sorpresas Así nos llegó la noticia de la amenaza de Herodes. En unos casos es la enfermedad, en otras la falta de trabajo o las guerras las que producen las migraciones. Actuamos como lo hacen las familias amenazadas. El Señor nos conduce, unas puertas se cierran y otras se abren. Le comenté a María el peligro en que estaban el niño y ella y sin ninguna dificultad, se puso a preparar todas las cosas. Ella misma me sugirió que nos uniéramos a la caravana que salía en la noche. Todo fue rápido pero no precipitado, sin nervios. En el grupo iban otras mujeres. Ellas se apoyaban para hacer la comida y cuidar a los niños mientras nosotros atendíamos y alimentábamos a los camellos. 131 ¿Tenías confianza? La verdad sí. La historia de mi pueblo ha estado llena de amenazas y peligros, pero la mano protectora de Dios siempre lo hizo salir adelante. Nuestra familia no era todo el pueblo, pero pertenecía a él y sentíamos la protección de Dios. ¿Cómo te acomodaste en Egipto? Bien, somos un pueblo bastante nómada. En todas las grandes ciudades hay por lo menos una colonia de judíos. Siempre nos recibimos y apoyamos. Por naturaleza somos comerciantes. La sangre nos une como “hermanos”; yo trabajé como “artesano”, carpintero y en todas las tareas necesarias para reparar y dar mantenimiento a las casa, carretas e instrumentos de labranza. Y, ¿María? Al principio casi no tenía tiempo para nada. El niño pequeño y la adaptación en condiciones tan precarias la mantenían muy ocupada, pero pronto empezó a hacer amistades. Era muy cariñosa, apoyaba a quien lo necesitaba; las mujeres se juntaban para platicar sus penas y alegrías, entre todas se oían y consolaban. Se aconsejaban mutuamente. ¿Cuándo volverás? No lo sé; volveré cuando se me indique. Y, ¿el niño? Estaba bien, seguía creciendo, aprendía, convivía con gente distinta a la de su pueblo natal, jugaba con todos los niños y maduraba lentamente. Me quedé pensando… …admirado de la naturalidad con que José y María hacían todas 132 las cosas. Verdaderos seres humanos; hacían todas las cosas que tenían que hacer y se adaptaban a las circunstancias que se les presentaban, sencillos, trabajadores, devotos y confiados en Dios. Pido al Señor… …que nos conceda aprender, como lo hizo Jesús, que aprendió de lo que veía hacer a los mayores. Su núcleo familiar fue básico para su crecimiento. Que los mayores apoyemos a los niños festejando sus primeras palabras y pasos. Por el núcleo familiar, que se apoyen y complementen entre ellos, que sean el sostén y modelo para sus hijos. Que sean el centro de referencia básico donde se aprenden los valores fundamentales de amor y respeto; aceptación de los límites y las consecuencias proporcionales a las transgresiones. Pido especialmente por los migrantes del mundo. Que el Señor los apoye. Que así sea. 133 134 Santa María, Madre de Dios “Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído”. EVANGELIO Encontraron a María, a José y al niño. Al cumplirse los ocho días, le pusieron por nombre Jesús. + Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 16-21 En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían, quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado. Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que 135 el niño fuera concebido. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con los pastores en el nacimiento de Jesús ¿Por qué se fueron a toda prisa a Belén? En el campo, a los pastores, nos llegan pocas noticias importantes. Entre sueños captamos el anuncio del ángel: no teman, les anuncio una gran alegría… Hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador… Como judíos esperamos al Salvador y de repente nos anuncian que ya nació en la ciudad que tenemos enfrente… Claro que nos alegramos; repetimos para ese día los turnos de vigilancia de la noche y varios salimos a buscarlo. ¿Fue fácil localizarlo? Sí, los pastores conocemos bien todos los lugares y con algunas preguntas llegamos pronto. Encontramos, como nos dijeron, a María, a José y al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre. El nacimiento de un niño siempre da esperanza e ilusión… Al ver a un recién nacido siempre se piensa en lo que realizará y en los beneficios que podrá traer para sí, su familia y su pueblo. Además, como nos dijeron que sería el Salvador del pueblo, nos pusimos a imaginar cómo sería dentro de 20 años: un príncipe importante que nos empezaría a comunicar sus planes y a organizarnos… 136 Igualmente nos dio mucho gusto ver que era gente de nuestro pueblo, que desde recién nacido ya se estaba dando cuenta de la pobreza y las dificultades que la mayoría tenemos para sobrevivir. Y, ¿sus papás? Estaban muy contentos, el nacimiento del primogénito alegra a toda la familia, continuará con el apellido y el núcleo familiar… Les contamos el mensaje del ángel y ellos se admiraron de la difusión que se estaba dando a su nacimiento. Su madre se veía contenta, serena y atareada; sin duda empezaba a guardar en su memoria y corazón todo lo relacionado con su hijo. Su padre se veía más nervioso, preocupado por lo inmediato. A todas luces se veía que habían venido a empadronarse, que aunque tenían familiares y parientes en la ciudad todavía no los habían contactado. El nacimiento del niño fue como esa mezcla especial que se da entre lo previsto e imprevisto. Me quedé pensando… …en el gusto que expresaron los pastores al ver que el Salvador era gente de su pueblo. El Salvador es humano, Dios y hombre verdadero. Nos conoce íntimamente y nos hablará en lenguaje humano, comprensible; con su manera de vivir y actuar nos ofrece pautas accesibles de conducta. También pensé que María, por su parte, agradecería a Dios el haber sido cubierta por el manto del Espíritu y le resonarían las palabras del ángel: lo llamarán Hijo de Dios. Desde su aceptación es portadora de Jesús. Así lo hizo cuando fue a visitar a su prima Isabel y el niño de ella saltó de alegría en su vientre; ahora lo repite con los pastores quienes al ver a María, José y al recién nacido recostado en el pesebre, regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto 137 y oído. Pido al Señor… …que aprendamos de Jesús la forma de ser simultáneamente humanos y divinos. Que su persona sea un modelo para nuestras vidas. Nuestro crecimiento físico y espiritual será lento y constante como el de todos los humanos. También pido que tengamos la capacidad de agradecer a María su aceptación a los planes de Dios. Lentamente en la historia y después de la resurrección de Jesús, la empezaríamos a reconocer y venerar como Madre de Dios. Finalmente pido al Señor, que nos llenemos del Espíritu Santo al contemplar a Jesús, como Juan el Bautista y los pastores. Que salgamos de Belén agradecidos con María, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto hemos visto y oído. Que así sea. 138 139 Epifanía del Señor “Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”. EVANGELIO Hemos venido de oriente para adorar al rey de los judíos. + Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12 Jesús nació en Belén deJudá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”. Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”. 140 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”. Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con los reyes Magos ¿Por qué vinieron de tan lejos? Venimos de oriente. Allá cultivamos la meditación, la vida interior y estudiamos otras religiones. En los libros santos de los judíos leímos que nacerá el Rey de los judíos, luz que alumbrará a todas las naciones. ¿Por qué se pusieron en camino en esos días? Mis compañeros y yo buscábamos desde hace tiempo, al guía, al gurú de la humanidad. Poco a poco se consolidó entre nosotros la convicción que correspondía al anunciado “Rey de los judíos”. Esa fue nuestra estrella, nuestro ideal, o como muchos años después diría Martin Luther King: “Mi sueño”. 141 Además nuestros astrólogos comentaban el nacimiento de una “nueva estrella”… Por eso nos pusimos en camino; sin dudar. ¿Por qué llegaron con el rey Herodes? Nos pareció lógico que el “Rey de los judíos”, naciera de una de las familias reales o de las familias gobernantes. Nos extrañó que Herodes se sobresaltara tanto; convocó a los sacerdotes y escribas del pueblo. Ellos indicaron que nacería en Belén, pequeña población a 11 kilometros de Jerusalén. ¿Se desconcertaron porque no nacía en Jerusalén? Sí, pero a poco de caminar volvió a brillar la “estrella” que vimos surgir. Comprendimos que sería un Rey diferente, universal, no sólo para los judíos; por eso no podía nacer de las familias gobernantes. ¿En Belén, les fue difícil encontrarlo? No, cuando dejas las ideas preestablecidas, como las que teníamos y te abres con frescura a la realidad que se te presenta, preguntamos y llegamos. ¿Qué sintieron cuando lo encontraron? Un conjunto de sentimientos encontrados, aunque prevalecieron los de alegría. Nos desconcertó que el Rey de los judíos y Salvador de la humanidad naciera pobre, humilde, indefenso, como todos los humanos. En reconocimiento le entregamos oro, incienso y mirra. Así adoramos nosotros a nuestros dioses y nos postramos ante ellos. Me quedé pensando… …en el Rey que se encarna y empieza desde abajo; así conoce a fondo las debilidades y las aspiraciones humanas. También en la lealtad de 142 los magos, que se dejaron guiar por la estrella que brilló en su interior. Del mismo modo imaginé la plática que sostuvieron, unos días, con María y José. Sin duda pasaron mucho tiempo contemplando y admirando al niño. Su corazón estaba lleno de alegría y agradecimiento. El gozo interior es un buen indicador de ir por los caminos de Dios, que se aplica a los hombres de todas las épocas y regiones sin importar su origen o nacionalidad. Pido al Señor… …que nos conceda ponernos en movimiento, dejar a un lado los esquemas mentales prefabricados y abrirnos a la realidad que se presenta ante nuestros ojos. Que nos dejemos guiar por la estrella interior que está en nuestro corazón y que brilla con paz, alegría, seguridad y confianza… Que podamos dedicar tiempo a la contemplación y admiración del recién nacido en Belén. La nueva y definitiva presencia de Dios en medio de nosotros, completamente humano y divino es buen modelo y ejemplo para toda la humanidad. Que nos podamos regresar como los magos agradecidos con Dios por la presencia de Jesús en medio de la humanidad, también por todas las estrellas-personas que nos han conducido a conocerlo. Que llenos de alegría volvamos a nuestros lugares de origen, que les contemos todo lo que hemos visto, oído y contemplado en Belén. Que así sea. 143 144 Bautismo del Señor “En aquel tiempo, Jesús llegó de Galilea al río Jordán y le pidió a Juan que lo bautizara. Pero Juan se resistía, diciendo: ‘Yo soy quién debe ser bautizado por ti’”. EVANGELIO Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu Santo descendía sobre él. + Del santo Evangelio según san Mateo: 3, 13-17 En aquel tiempo, Jesús llegó de Galilea al río Jordán y le pidió a Juan que lo bautizara. Pero Juan se resistía, diciendo: “Yo soy quien debe ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a que yo te bautice?” Jesús le respondió: “Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere”. Entonces Juan accedió a bautizarlo. Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre él en forma de paloma, y se oyó una voz que decía desde el cielo: “Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias”. Palabra del Señor. 145 – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con Jesús y Juan el Bautista. Señor, ¿por qué decidiste, en ese tiempo, ir a bautizarte por Juan? Los tiempos de Dios no coinciden ni con los calendarios, ni con los relojes de los humanos. Al llegar “la plenitud de los tiempos” Dios me envió al mundo. Estuve con mis padres, aprendí y crecí como todos los niños de mi tiempo. Con ellos pasé cerca de 30 años en lo que ustedes llaman, vida oculta. Hace unos días el Espíritu me impulsó al Jordán. Juan, ¿por qué te resistías a bautizar a Jesús? Yo sabía muy bien que mi misión era: “Preparar el camino del Señor”. Que el pueblo, o al menos una parte, se encontrara bien dispuesto a recibirlo. Mi vida estaba en ello, el Espíritu de Dios me preparó, junto con las enseñanzas de mis padres. Él me condujo al desierto y de allí me impulsó al Jordán para predicar un bautismo de penitencia, diferente a los ritos de purificación que se realizan en el templo. Aunque no había visto antes a Jesús lo reconocí en seguida. Les dije a los que estaban a mi alrededor: yo los bautizo con agua, que es camino de conversión. Pero, él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Por eso le dije a Jesús: “Yo soy quien debe ser bautizado por ti”. Pero él me respondió: “Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere”. Y accedí. Durante toda mi vida siempre quise e hice “lo que Dios quiere”. Mi esfuerzo en la predicación fue que se volvieran al Señor. ¡Que hicieran 146 lo que Dios quiere! Con frecuencia sus caminos parecen incomprensibles. Juan, ¿qué te impresionó más después de haberlo bautizado? La voz del cielo que dijo: “´Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias”. Se me vino a la mente la narración del Génesis: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. Adán desobedeció, no salió el hombre perfecto a imagen y semejanza de Dios. Tenía, por así decirlo, un defecto en la vista. No podía ver a lo lejos, sino que su visión era muycorta. Sólo lo que le daba satisfacción inmediata. Nunca pudo ver que siguiendo los mandatos de Dios, todo saldría muy bien, aunque no obtuviera los satisfactores inmediatos que deseaba. Me quedé pensando… …e impresionado por la coherencia de Juan el Bautista. Siempre dispuesto a cumplir la voluntad de Dios, aunque desde su punto de vista, le parecía que debería hacer lo contrario. Él sí veía a lo lejos y no sólo lo inmediato. También agradecí profundamente el regalo del Padre en su Hijo Jesús. Verdadero Dios y verdadero hombre. Él sí cumple a la perfección ser “imagen y semejanza de Dios”. En él puedo aprender la manera de enfrentar y de resolver las dificultades. Siguiendo su ejemplo cumpliré la voluntad de Dios en la tierra. Pido al Señor… …que nos conceda aprender a distinguir los tiempos de Dios de los tiempos humanos, también a tener claridad en lo que debe mos hacer, que nos dé la fuerza y la flexibilidad para dejarnos conducir por el Espíritu de Dios para cumplir efectivamente su voluntad, aunque a 147 nuestros ojos aparezca incomprensible. Le pido visión de largo alcance, contra la miopía que sólo nos permite ver lo que está inmediatamente al alcance de nuestros ojos y manos. Que siempre tengamos presente la voz que se escuchó en el Jordán: “Éste es mi Hijo muy amado en quién tengo mis complacencias”, que actuemos siguiendo el ejemplo de Juan el Bautista, quien obedeció a Jesús, cuando le dijo: “Haz ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere”. Que así sea. 148 149 CUARESMA 150 151 I Domingo de Cuaresma “Jesús en el desierto… Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador”. EVANGELIO El ayuno y las tentaciones de Jesús. + Del santo Evangelio según san Mateo: 4, 1-11 En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: “Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes”. Jesús le respondió: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna”. Jesús le contestó: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver 152 la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré todo esto, si te postras y me adoras”. Pero Jesús le replicó: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”. Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con los discípulos de Jesús. ¿Por qué Jesús pasó cuarenta días en el desierto? Es un tiempo simbólico. Así como el pueblo de Israel pasó 40 años en el desierto antes de entrar en la tierra prometida, así Jesús pasó 40 días en el desierto antes de iniciar su predicación en la tierra, para entrar después definitivamente en la tierra prometida, la Jerusalén celestial. ¿Cómo es que fue tentado por el diablo? Todos los seres humanos estamos expuestos a esto. En el diario caminar salen las tentaciones e inclinaciones naturales para el bien y el mal, se obedece o desobedece a las indicaciones divinas. Se tiene una visión corta o una visión más amplia. Imponer mi punto de vista o ponderar el de los demás. Entonces, ¿Jesús fue tentado? Si, sufrió el mismo tipo de tentaciones a las que estamos sometidos los humanos, pero él salió victorioso en todas. ¿Cómo? La primera tentación, también se le presentó a lo largo de su vida y 153 quedó sintetizada en “manda que estas piedras se conviertan en panes”. Es la tentación de querer inmediatamente resolver todos los problemas: hambre, guerra, corrupción, enfermedad… Que todo se arregle con la intervención de Dios, como por arte de magia sin que los seres humanos hagamos nada al respecto. Jesús respondió: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. No sólo hay que atender a todas las necesidades materiales sino también las del espíritu; a las orientaciones del Señor. La segunda tentación tiene que ver con la imprudencia. Desde lo alto del templo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden”… La causa puede ser muy buena y digna, pero también se necesita prudencia y la utilización de los medios naturales. Es tentación pasarle toda la responsabilidad a Dios, sobre nuestros actos y no querer asumir las consecuencias naturales de ellos. La tercera tentación tiene que ver con el poder: “Lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: ‘Te daré todo esto, si te postras y me adoras’ ”. El tentador, en el mejor de los casos, sólo puede ofrecer los bienes de este mundo, a un precio muy alto: Si te postras y me adoras. Te someterás a todas las exigencias que los poderes mundanos tienen… Jesús le contestó: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo servirás”. 154 Me quedé pensando… …que la verdadera liberación está en seguir las grandes directrices del Señor, sus criterios y mandatos. Esto incluye la confianza en que Dios cuida de nosotros y nos ayuda a salir adelante, con la colaboración que a nosotros nos toca hacer. La adoración y sumisión sólo es válida ante el Señor. Pido al Señor… …que nos conceda salir adelante en todas las tentaciones que sufrimos diariamente, que tengamos la respuesta y actitud adecuada como él la tuvo. Que no pidamos que todos los problemas los resuelva el Señor sin nuestra colaboración; que no cometamos demasiadas imprudencias y que no nos postremos ante la grandeza de los reinos del mundo. Que nos conceda adorar y servir sólo a Dios como Jesús lo hizo y nos enseñó a hacerlo. Que así sea. 155 156 II Domingo de Cuaresma “Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y Juan… los hizo subir… a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia”. EVANGELIO Su rostro se puso resplandeciente como el sol. + Del santo Evangelio según san Mateo: 17, 1-9 En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: “Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto, los discípulos 157 cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con los discípulos de Jesús. ¿Qué es la transfiguración? Es algo difícil de explicar y fácil de comprender. A diversos niveles lo experimentamos constantemente,por ejemplo: si tienes un amigo puedes pensar que lo conoces lo suficiente, pero un día te regala un libro escrito por él y te sorprendes de sus dotes literarias. Él es el mismo pero se transfiguró ante ti. Se te reveló un aspecto que él ya tenía, pero era desconocido para ti. Lo mismo si conoces a tu sobrina como adolescente traviesa e inquieta… años más tarde se te revela como mamá empeñosa, atenta y cariñosa. ¿Eso les pasó con Jesús? Sí, sabíamos que era humano como nosotros y algo intuíamos cuando lo oíamos hablar de su cercanía con Dios. Pero en ese momento se nos reveló unido a la divinidad, “su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve”. 158 Además aparecieron Moisés y Elías. En Jesús se unían y superaban la Ley y los profetas. ¿Y la nube luminosa y la voz que salió de ella? Fue una confirmación y una nueva revelación. Cuando oímos: “Éste es mi Hijo muy amado, en quién tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Captamos que Jesús no sólo era el Hijo de Dios, sino que representaba a toda la humanidad, la divinidad no sólo está unida a Jesús, sino a todo el género humano. Por unos momentos nos vimos transfigurados como Jesús y rodeados de todos los antepasados que nos precedieron. Por todo esto caímos rostro en tierra llenos de un gran temor. Luego Jesús nos tocó y nos dijo: “Levántense y no teman”. Y, ¿después? Al bajar del monte Jesús nos ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”. Con el tiempo entendimos que la trasfiguración de cada uno de nosotros se va a dar, como la de Jesús, hasta la resurrección. Cuando aparezca y brille la divinidad que llevamos dentro, con todas las potencialidades que tenemos y cuando aparezcan causaran mucha admiración. Me quedé pensando… …en lo transfigurado que apareceremos en la resurrección. También recordé la experiencia que tuve en Colombia en el Museo del Oro, cuando al final del recorrido te introducen en una bóveda, en 159 grupos de 20 o 30 personas. Muestran las piezas más valiosas y lentamente encienden las luces para que brille esplendoroso el oro con el que está recubierto el recinto. Todo resplandece como un gran retablo, cada uno de los asistentes aparece dorado y brillante como sol, integrado en ese conjunto. Pido al Señor… …que nos conceda alegría e inmenso agradecimiento por la transfiguración que les mostró a sus discípulos en el monte. Que como ellos, oigamos con claridad la voz del Padre que nos indica: “Éste es mi Hijo muy amado, en quién tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Pido al Señor… Que tengamos la capacidad de escucharlo y de poner en práctica lo que nos indica. Así algún día estaremos como él, resucitados, entre los muertos. Que así sea. 160 161 III Domingo de Cuaresma “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva”. EVANGELIO Un manantial capaz de dar la vida eterna. + Del santo Evangelio según san Juan: 4, 5-42 En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria, llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José. Ahí estaba el pozo de Jacob. Jesús, que venía cansado del camino, se sentó sin más en el brocal del pozo. Era cerca del mediodía. Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dijo: “Dame de beber”. (Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida). La samaritana le contestó: “¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?” (Porque los judíos no tratan a los samaritanos). Jesús le dijo: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva”. La mujer le respondió: “Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua y 162 el pozo es profundo, ¿cómo vas a darme agua viva? ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebieron él, sus hijos y sus ganados?” Jesús le contestó: “El que bebe de esta agua vuelve a tener sed. Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial capaz de dar la vida eterna”. La mujer le dijo: “Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla”. Él le dijo: “Ve a llamar a tu marido y vuelve”. La mujer le contestó: “No tengo marido”. Jesús le dijo: “Tienes razón en decir: ‘No tengo marido’. Has tenido cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad”. La mujer le dijo: “Señor, ya veo que eres profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte y ustedes dicen que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén”. Jesús le dijo: “Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos. Porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, y ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así es como el Padre quiere que se le dé culto. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”. La mujer le dijo: “Ya sé que va a venir el Mesías (es decir, Cristo). Cuando venga, él nos dará razón de todo”. Jesús le dijo: “Soy yo, el que habla contigo”. En esto llegaron los discípulos y se sorprendieron de que estuviera conversando con una mujer; sin embargo, ninguno le dijo: ‘¿Qué le preguntas o de qué hablas con ella?’ Entonces la mujer dejó su cántaro, se fue al pueblo y comenzó a decir a la gente: “Vengan a ver a un 163 hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Mesías?” Salieron del pueblo y se pusieron en camino hacia donde él estaba. Mientras tanto, sus discípulos le insistían: “Maestro, come”. Él les dijo: “Yo tengo por comida un alimento que ustedes no conocen”. Los discípulos comentaban entre sí: “¿Le habrá traído alguien de comer?” Jesús les dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. ¿Acaso no dicen ustedes que to-davía faltan cuatro meses para la siega? Pues bien, yo les digo: Levanten los ojos y contemplen los campos, que ya están dora-dos para la siega. Ya el segador recibe su jornal y almacena frutos para la vida eterna. De este modo se alegran por igual el sembrador y el segador. Aquí se cumple el dicho: ‘Uno es el que siembra y otro el que cosecha’. Yo los envié a cosechar lo que no habían trabajado. Otros trabajaron y ustedes recogieron su fruto”. Muchos samaritanos de aquel poblado creyeron en Jesús por el testimonio de la mujer: ‘Me dijo todo lo que he hecho’. Cuando los samaritanos llegaron a donde él estaba, le rogaban que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días. Muchos más creyeron en él al oír su palabra. Y decían a la mujer: “Ya no creemos por lo que tú nos has contado, pues nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es, de veras, el Salvador del mundo”. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con la Samaritana ¿Por qué le contestaste, al principio tan fuerte a Jesús? 164 Porque era un desconocido, nada sabía de él. La vida me enseñó a ser precavida, a defenderme. En mi tierra me llamaban Sabra, planta espinosa. Por contestona, agresiva; hoy me llamarían activista femenina. ¿Qué paso cuándo te pidió de beber? Le dije que él era judío y yo samaritana. Que los dos pueblos no se trataban. Pensé que podía ser una trampa; así pasa entre pueblos o etnias enemigas. Y, ¿cuándo te dijo que si conocieras el don de Dios, tú le pedirías agua? Primero lo vi como otra trampa. Él no tenía con que sacar agua del pozo y me pareció muy pretencioso el que me dijera: “El que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentrode él en un manantial capaz de dar la vida eterna”… “¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebieron él, sus hijos y sus ganados?”. ¿Respondiste de una forma muy convenenciera? Sí, le dije: “Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla”. ¿Qué te contestó? De una forma muy extraña: “Ve a llamar a tu marido y vuelve”. Le respondí lo de siempre: “No tengo marido”. Pero él fue más a fondo: “Tienes razón en decir: ‘No tengo marido’. Has tenido cinco, y el de ahora, no es tu marido”. Eso me desconcertó profundamente. Era el secreto que mejor quería guardar. Me cambié varias veces de ciudad. Aquí tenía poco tiempo y nadie lo sabía. ¿Qué le contestaste? 165 Lo que me dictó el corazón: “Señor, ya veo que eres profeta”. Reconocí que alguna fuerza sobrenatural estaba con él y seguí con ese tema religioso: ¿Dónde se debe dar culto a Dios: en estos montes, o en Jerusalén? Me dijo cosas sorprendentes: “Pero se acerca la hora, y ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad”. No entendí. Por eso le dije: “Ya sé que va a venir el Mesías, (es decir, Cristo). Cuando venga, él nos dará razón de todo”. Y él me contestó: “Soy yo, el que habla contigo”. Admirada, en un momento, todo cobró sentido. Él era más que nuestro padre Jacob, podía sacar aguas profundas y convertirlas en un manantial. Él conocía mi vida mejor que nadie y no se escandalizó. También dijo que el lugar para adorar a Dios no era tan importante, sino que había que hacerlo con actitudes nuevas, diferentes: “En espíritu y verdad”. Se me reveló que ese hombre cansado, sediento, que inicia conversación con todos, es el Mesías. Me quede pensando… …con admiración, en el Mesías como el sediento que pide de beber y suscita la petición: dame de esa agua para que se convierta, dentro de mí, en un manantial que me conduzca a la vida.Me quedé pensando… Pido al Señor… …que nos conceda lo mismo que a los habitantes de Samaria, creer en Jesús. Muchos lo hicieron por el testimonio de la mujer, pero la mayor parte lo hizo con este motivo: “Ya no creemos por lo que tú nos has contado, pues nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es, de veras, el Salvador del mundo”.Pido al Señor… Que así sea. 166 167 168 IV Domingo de Cuaresma “Y tú, ¿qué piensas del que te abrió los ojos? ‘Él les contestó: Que es un profeta’ ”. EVANGELIO (Forma breve) Fue, se lavó y volvió con vista. + Del santo Evangelio según san Juan: 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38 En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de nacimiento. Escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo: “Ve a lavarte en la piscina de Siloé” (que significa ‘Enviado’). Él fue, se lavó y volvió con vista. Entonces los vecinos y los que lo habían visto antes pidiendo limosna, preguntaban: “¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?” Unos decían: “Es el mismo”. Otros: “No es él, sino que se le parece”. Pero él decía: “Yo soy”. Llevaron entonces ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les contestó: “Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo”. Algunos de los fariseos comentaban: “Ese hombre no viene de Dios, porque no guarda el 169 sábado”. Otros replicaban: “¿Cómo puede un pecador hacer semejantes prodigios?” Y había división entre ellos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: “Y tú, ¿qué piensas del que te abrió los ojos?” Él les contestó: “Que es un profeta”. Le replicaron: “Tú eres puro pecado desde que naciste, ¿cómo pretendes darnos lecciones?” Y lo echaron fuera. Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?” Él contestó: “¿Y quién es, Señor, para que yo crea en él?”. Jesús le dijo: “Ya lo has visto; el que está hablando contigo, ése es”. Él dijo: “Creo, Señor”. Y postrándose, lo adoró. Palabra del Señor. – FORMULA TUS PROPIAS PREGUNTAS (En documento aparte). Conversación imaginativa con el ciego de nacimiento. ¿Cómo tú, tan receloso, dejaste que te untara lodo en los ojos? En primer lugar como tú ves, yo no vi lo que él hacía y como ciego tengo un grupo de amigos, que me guían y aconsejan. Recuerdo que veníamos caminando y otro grupo de personas se cruzó en el camino. Me comentaron que era Jesús, el profeta joven de Israel, que hacía curaciones y me animaron. Él me llamó, me untó algo en los ojos y me dijo: “Ve a lavarte en la piscina de Siloé”. Estaba cerca. Fui, me lavé, y al regresar empecé a ver con claridad. ¿Tú conocías a Jesús? No, sólo oía comentarios sobre él, cerca del templo donde yo pedía limosna. Lo conocí cuando me expulsaron los fariseos y él me 170 preguntó: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?”. Le contesté: “¿Y quién es, Señor, para que yo crea en él?”. Jesús me dijo: “Ya lo has visto, es el que está hablando contigo”. Yo le dije: “Creo, Señor”, y me arrodillé ante él. Fue maravilloso, a la primera persona que vi, y la primera que me vio plenamente, fue Jesús. ¿Y los fariseos? Muy enredosos. A fuerzas querían que les dijera lo que ellos querían oír. Me llevaron ante ellos porque unos decían que yo era el ciego que pedía limosna y otros, que no era, sino que sólo me parecía. Por más que les decía: “Yo soy”, no logré convencerlos. Luego vinieron más enredos, unos decían: El hombre que trabaja en sábado no puede venir de Dios y otros preguntaban: ¿Puede un pecador realizar tales milagros? Y me involucraron: ¿Qué piensas tú de él? Les contesté: Qué es un profeta. No les gustó nada mi respuesta. Mandaron traer a mis padres para preguntarles lo mismo. Ellos prudentemente respondieron: Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego y, ¿cómo es que ahora ve? Pregúntenselo a él que es adulto y puede responder de sí mismo. Contestaron así por miedo, pues los judíos habían decidido expulsar de sus comunidades a los que reconocieran a Jesús como el Mesías. Después hicieron más presión. Me mandaron llamar otra vez y me dijeron: confiesa, nosotros sabemos que el hombre que te sanó es un pecador. Como hombre práctico y desconfiado respondí: yo no sé si es un pecador; sí sé que yo era ciego y que ahora veo. Me volvieron a preguntar: ¿Qué te hizo? 171 Me enfadé y les dije: ya se los he dicho y no me escuchan, y añadí: ¿También ustedes quieren hacerse sus discípulos? Eso los puso de mal humor, comenzaron a insultarme y finalmente me expulsaron. Me quedé pensando… …en la apertura del ciego que se aventuró a creer en la palabra de Jesús. También captó que la cerrazón de los fariseos insta lados, sólo les permitía escuchar lo que estaban acostumbrados a oír. Pido al Señor… …para mí y para todos, apertura y flexibilidad ante los cambios y acontecimientos que se dan en el ámbito secular y religioso. Para ver lo que no vemos y no seguir ciegos, pensando que todo lo sabemos y que no hay nada nuevo bajo el sol. Que Jesús nos conceda empezar a ver con claridad. Pido al Señor… Que así sea. 172 173 V Domingo de Cuaresma “Jesús dijo a Marta: ‘Yo soy la resurrección y la vida… ¿Crees tú esto?’ ”. EVANGELIO (Forma breve) Yo soy la resurrección y la vida. + Del santo Evangelio según san Juan: 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45 En aquel tiempo, Marta y María, las dos hermanas de Lázaro, le mandaron decir a Jesús: “Señor, el amigo a quien tanto quieres está enfermo”. Al oír esto, Jesús dijo: “Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”. Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Sin embargo, cuando se enteró de que Lázaro estaba enfermo, se detuvo dos días más en el lugar en que se hallaba. Después dijo a sus discípulos: “Vayamos otra vez a
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