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VICTORIA EN EL DESIERTO -John Bevere

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VICTORIA EN EL DESIERTO 
 
John Bevere 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Prefácio 
John Bevere es un siervo de Dios que tiene una mensage profético para nuestros días, y todo lo que habla 
está sacado de las Escrituras. Después de pasar siete años en el "desierto", recogiendo Dios y estudiando su 
Palabra, me preocupa, en estos días en que la enseñanza de la filosofía de la prosperidad se mueve en el medio 
evangélico, si las personas creerán cuando yo hablarles lo que Dios me dijo, pues lo que él habló contrasta 
totalmente con la teología de la prosperidad que afirma que "tenemos que ser ricos a cualquier costo". Durante 
ese tiempo de desierto, llegó a las mis manos el libro Victoria en el Desierto, de John Bevere. Al leerlo, en la celda 
de la penitenciaria donde estoy preso, mi corazón vibró. Es que encontré en el libro el mismo asunto que Espíritu 
Santo viene hablando conmigo en los últimos tiempos. John proclama que es hora de que tomemos a Dios por lo 
que Él es; conocerlo íntimamente, y no sólo tomar sus promesas. 
Algún tiempo después de haber leído Victoria en el Desierto, recibi otro de sus libros, La Unción 
Profética. Después de leer este libro de aspecto profético, creí que era hora de hablar con el autor. Quería 
conferir, al lado de él, todo lo que escribió. Hubo urgencia de parte de Dios en entregar este mensaje preparatorio 
del fin de los tiempos a su siervo? Sé cuáles son las convicciones teológicas de John Bevere y, por eso, quería 
conferir de cerca si él creía en lo que habia escrito. (Ya entrevisté miles de autores, muchos de las cuáles escriben 
sin convicción, otros ni saben lo que escribieron... sólo lo hicieron porque son escritores y esta es la profesión de 
ellos: escribir). Lo invité a visitarme en la prisión. Al entrar en mi celda, vi en él un hombre envíado de Dios, "la 
voz del que clama" de los tiempos modernos. Juntos, lloramos. Puedo afirmar: él cree en lo que escribe! 
Victoria en el Desierto es uno de los más importantes libros para estos días, pues contiene las llaves para 
la supervivencia de la Iglesia. Envié los dos libros a centenares de amigos que son líderes de iglesias. Ellos son 
lectura obligatoria para los que desean servir y obedecer Cristo, y de aquellos que quieren ser participantes de la 
gran cosecha del final de los tiempos. He ahí la respuesta a las indagaciones del porqué de tantos creyentes y 
líderes estan comiendo las migajas de los cerdos como en la parábola del hijo pródigo. El hijo pródigo dijo al 
padre: "Dame", y acabó teniendo que vivir lejos de casa, en el desierto, dentro de un chiquero. John Bevere nos 
lleva a encontrar el camino de retorno a la Casa del Padre! 
 
Jim Bakker 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Introduccion 
Este libro trata de la vida en el desierto que, en la realidad, es un periodo o lugar que todo creyente tiene que 
pasar y vivir en íntima comunión con Dios. El desierto no es un lugar donde debemos tomar señales y maravillas, 
y sí, una íntima comunión con Dios que inculcará en nosotros el carácter y la fuerza del Señor. Es un tiempo de 
aprendizaje que podriamos cansarnos si no tuviéramos una visión de las promesas de Dios. Espero que este libro 
traiga el esfuerzo necesário en su jornada de búsqueda de aquel que a todo y a todos satisface: Dios! 
Sé que el asunto no se agota en este libro, y que mucho más podría ser escrito acerca del tema, pero lo que aquí 
presento emana de lo más profundo de mi corazón. Quiero que usted conozca el asunto a fin de permitir que 
Espíritu Santo hable personalmente a su corazón. En la medida del posible, evito contar mis experiencias 
personales para que usted no aplique una experiencia particular que aconteció conmigo a su propia vida. Cada 
persona tiene un desierto diferente, bajo circunstâncias también diferentes. 
Inmediatamente que llegué al desierto, fui tomado de confusión, frustración, miedo, sospecha, soledad, falta de 
ánimo y rabia. Como vine a parar aquí? Este no era el lugar de mi destino! En ese momento, yo vivía clamando a 
Dios, rasgando delante de él mi corazon, pidiéndole que me purificara de los pecados ocultos, removiendo todo 
lo que impidiera su gloria en mi vida. Desconocía, sin embargo, el proceso que Dios usaría para que todo eso 
aconteciera conmigo. Este libro describe mi jornada, pero también retrata a de muchos otros en el desierto. Aún 
no alcancé todo lo que Dios piensa, sin embargo, en estas páginas, usted encontrará la fuerza y el coraje 
necesarios a fin de avanzar para el blanco, que es Dios! Esta es mi oración. 
Cuando usted tiene la comprensión del lugar en que está, su vida pasa a ser vista bajo otra perspectiva. Usted verá 
la mano de Dios, aunque no sienta su toque. El desierto es un periodo de maduración en lo cuál no nos 
preocupamos con lo que Dios nos dará, y sí en hacer sólo su voluntad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CAPITULO 1 
TEMPORADA EN EL DESIERTO 
Usted se acuerda de cuando, en completa frustración, sólo balbuceaba su nombre, y su presencia 
inmediatamente se manifestaba. Pero ahora, en el desierto, usted quiere gritar: "Dios! Donde estás?" 
"He ahí que, si me adelanto, allí no está; si torno para tras, no lo percibo. Si opera a la izquierda, no lo veo; se esconde a la 
derecha, y no lo diviso" (Job 23:8, 9). 
No es así que usted llora? Usted anhela oír Dios y todo lo que consigue es oír sólo un gran silencio! Usted 
ora, y su oración no pasa del techo. Completamente falla, usted se acuerda de cuando, en completa frustración, 
sólo balbuceaba el nombre de Dios, y su presencia inmediatamente se manifestaba. Pero, ahora, en el desierto 
usted grita: "Dios! Donde estás?" Y, como Job, mira para todos los lados buscando Dios y no lo percibe. Usted ni 
entrevé lo que Dios ha hecho a su favor. Bienvenido al desierto! Quédese sabiendo, sin embargo, que usted no 
está solo, pero en buena compañía.Usted anda por donde anduvo Moisés... el mismo Moisés criado como 
príncipe en el palacio de Faraón. Moisés que tenía una visión de liberación de su pueblo de la esclavitud del 
Egipto. Aquel Moisés que pastoreo unas pocas ovejas en un canto aislado del desierto durante cuarenta años. 
Usted tiene la compañía de José... José, el preferido del papá... José, con sueños de liderazgo y conquistas. 
José, aún joven, hechado en una cisterna y después vendido como esclavo por sus hermanos. José, hechado en la 
fétida prisión de Faraón...Usted está sentado al lado de Job... el hombre descrito por las Escrituras como "el mayor 
de todos los del Oriente" (Job 1:3). Job, que perdió todo: bienes, hijos, salud y el apoyo de la esposa. Pero, el más 
importante es que usted estará acompañado del Hijo de Dios, Jesus, que después de recibir del Padre el 
testimonio de que era su Hijo, después de recibir el Espíritu Santo, fue para el desierto enfrentar las fuerzas de las 
tinieblas.La lista de viajantes del desierto es extensa, pues el desierto es el lugar por donde pasa todo hijo de Dios. 
Nos gustaría evitarlo; buscamos un atajo o desvío, pero ellos no existen. La ruta de la tierra prometida pasa, 
ineludiblemente, por el desierto, y la tierra no podrá ser conquistada si no el atravesaramos. Si quisiéramos entrar 
en la tierra prometida, necesitamos entender el tiempo en que vivimos. 
Conociendo los tiempos 
"De los hijos de Isacar, conocedores de la época, para que sepan lo que Israel debía hacer..." (1 Cr 12:32). 
Por que conozcan el tiempo de Dios, los hijos de Issacar sabían lo que debían hacer, el paso a continuación. 
Aquellos que entienden los tiempos y las épocas del Espíritu de Dios por descontado conocerán lo que Dios 
quiere hacer, y le obedecerán. Por otro lado, aquellos que desconocen los tiempos y las épocas de Dios, no sabrán 
lo que Dios está intentando realizar en la vida de ellos y, consecuentemente, no actuarán correctamente. Jesus 
habla de ese tema en Lucas 12:54-56: 
"Dijo también a las multitudes: Cuando vedes aparecer una nube enel poniente, inmediatamente decís que viene lluvia, y así acontece; 
y, cuando vedes soplar el viento sur, decís que habrá calor, y así acontece. Hipócritas, sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo 
y, sin embargo, no sabéis discernir esta época?" (Lucas 12:54-56). 
Usted sabe que el agricultor no cosecha en la época del plantío. Es obvio que él tiene que sembrar en la época del 
cultivo para poder cuchara en la época de la sega. El cultivo en la época correcta es crucial para obtenerse una 
buena cosecha. Si el agricultor plantar antes o después del tiempo, no tendrá una buena cosecha, pues las semillas 
lanzadas en la tierra necesitan adecuarse al suelo y al clima para que se desarrollen. La humedad y el calor, la 
helada y el frío vendrán antes de la época de la cosecha. Para usufructuar todo lo que el Creador coloca a su 
disponer, el agricultor necesita entender los tiempos y las épocas. Él sabe la hora de sembrar, cuando arar y el 
momento correcto de cuchara. El aún acontece con La Iglesia: estamos preparándonos para una gran cosecha, y 
para que recibamos los beneficios de los cuidados de nuestro Supremo Agricultor, Jesus, tenemos que conocer los 
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tiempos y las épocas. Queremos cosechar, pero la época de la siega no llegó; el agricultor aún está limpiando la 
tierra y podando los ramos. 
Jesus reprendio los judíos por que buscaban las cosas erradas en la hora errada. La Escritura dice: "Todo tiene su 
tiempo determinado, y hay tiempo para todo propósito bajo el cielo" (Ec 3:1). Nuestro objetivo con este libro es compartir la 
comprensión de que existe un tiempo especial, con un propósito crucial... en que vivimos en tiempos de desierto, 
en que trabajamos duro y podemos las plantas, para que los frutos se puedan dar. El propósito del desierto en la 
vida del creyente es el de prepararlo para algo importante que vendrá. 
El desierto tiene su lado bueno, especialmente para aquellos que obedecen Dios! Hay un propósito con el 
desierto: entrenarnos y prepararnos para un nuevo mover de Espírito Santo. Si esa verdad no estuviere 
impregnada en nosotros, cuando entremos en el desierto, podremos comportarnos indebidamente. Sin percibir, 
las personas comienzan a hacer cosas erradas. Si usted es tentado en hallar una ruta de escape antes de percibir la 
razón de Dios el haber colocado en aquella situación, es decir, el porqué del desierto en su vida, usted podrá 
quedarse durante largo tiempo en los lugares yermos. El resultado es que usted pasará a enfrentar dificultades, 
frustraciones y derrotas, a menos que entienda que fue Dios quién lo llevó al desierto y que él es quien está 
cuidando de usted. Fue esto lo que aconteció con el pueblo de Israel. Por que no entendian la razón de que sean 
llevados hacia el desierto, toda una generación murió antes de entrar en la tierra prometida. Dios quería probarlos, 
prepararlos y entrenarlos en el desierto, pero el pueblo no entendió de esa manera, creyendo que Dios los estaba 
probando. Por eso el pueblo murmuró, reclamó y constantemente pecó. 
Cuando llegó el momento de que dejaran el desierto, entrando definitivamente en la tierra prometida, dieron 
oídos al informe de los espias miedosos. Llevados a escoger entre las promesas de Dios a su favor, acompañadas 
de la capacitación divina, y la visión humana, acompañada de la incapacidad humana, escogieron la última, 
despreciando al propio Dios. Creían que no podrían heredar la tierra que manaba leche y miel, como Dios habia 
prometido, por eso Dios les dijo: "Voy a dar lo que vosotros merecen". "Estas cosas les sobrevinieron como ejemplos y 
fueron escritas para advertencia nuestra, de nosotros a otros sobre quienes los fines de los siglos han llegado" (1 Co 10:11). 
Actuaron erróneamente por que desconocian la naturaleza y el carácter de Dios. Y lo que parecía ser una jornada 
corta en el desierto, se prolongó por "toda la vida". Aquellos que saben que para entrar en la tierra prometida 
necesitan atravesar el desierto, enfrentan las dificultades con alegría, sabiendo que, más además de ese lugar seco e 
inhóspito, la "tierra prometída" los aguarda. Esa visión de la gloria futura los capacita a terminar la jornada, les da 
coraje para enfrentar los obstáculos, a fin de que sean "perfectos y íntegros, en nada deficientes" (Santiago 1:4). Dios está 
preparando vasos útiles para su servicio, aptos que reciban el nuevo mover de Espíritu Santo. 
El desierto no es lugar de reprobación 
En este libro, trataremos de lo que es y lo que no es el desierto. Hablaremos del propósito, beneficios y 
juicios que de ahí advienen. Oro Dios a fin de que los ejemplos, ilustraciones y las palabras instructivas que el 
Espíritu Santo me llevó a compartir con usted lo ayuden a caminar sabiamente en esta tierra, durante el tiempo de 
desierto por el cual usted tendrá que pasar. 
Tomemos como ejemplo a nuestro Señor Jesus, que enfrentó con éxito los días de su entrenamiento en el 
desierto. En Lucas 3:22, Espíritu Santo desciende sobre Jesus en la forma visible de una paloma, y se oye el Padre 
proclamando: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco". Él no sólo proclamó para que todos supieran que Jesus era 
su Hijo; Dios insistió en anunciar que tenía placer en él. Aún así, en Lucas 4:1, "Jesus, lleno del Espíritu Santo, volvió 
del Jordan y fue guiado por el mismo Espíritu, en el desierto". Sólo ese hecho debería acordarnos que la razón de que 
seamos llevados hacia el desierto no es porque fuimos desaprobados o porque estamos siendo probados por 
Dios. Jesus fue aprobado por Dios y llevado al desierto! Necesitamos dejar eso bien claro inmediatamente en el 
inicio de este libro. Ese es un asunto que necesita ser comprendido antes de que prosigamos adelante! 
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Otro punto que tiene que ser entendido es que Dios no trajo usted para el desierto dejándolo solo y 
haciéndolo blanco fácil para la acción de Satanás. La segunda generación de los hijos de Israel que vivió en el 
desierto recibió de Dios la siguiente promesa: "acuerdate de todo el camino por lo cuál el Señor, tu Dios, te guió en el desierto 
estos cuarenta años..." (Dt 8:2). Entienda bien: el Señor no para de actuar en nuestra vida sólo porque estamos en el 
desierto. Él nos conduce por él, y sin él nunca llegaríamos al otro lado! Además, el desierto no es un lugar donde 
somos dejados, "como en una estantería", hasta que él vuelva usar. No es así que Dios actúa con nosotros. Al 
contrario, el desierto es un periodo de tiempo en el cual él actúa en nosotros constantemente. Usted conoce la 
expresión "no se ve la flor a través de los árboles"? De la misma forma se da con el desierto: es difícil ver la mano 
de Dios actuar en nosotros cuando estamos en él. 
El Tercer punto que debe quedarse bien claro es este: el desierto no es lugar de derrota, por lo menos para 
aquellos que obedecen Dios! Jesus, débil y hambriento, sin nadie a quién recurrir y sin nadie que lo animara; sin 
ningún consuelo o manifestación sobrenatural, durante cuarenta días, fue atacado por el Diablo en el desierto. 
Jesus derrotó el Diablo usando la Palabra de Dios. El desierto no es el lugar de donde los hijos de Dios salen 
derrotados; es lugar de victoria. Como dice la Escritura: "Gracias, sin embargo, Dios, que, en Cristo, siempre nos conduce 
en triunfo..." (2 Co 2:14). Mientras peregrinaba en el desierto, el pueblo de Israel era constantemente hostilizado por 
las naciones alrededor. La orden era: luchen! Los israelitas derrotaron los amorreos (Nm 21:21-25), los madianitas 
(Nm 31:1-11) y el pueblo de Basa (Nm 21:33-35). 
Si el propósito de Dios para con ellos fuera la derrota, no ordenaría que defendieran su posición. Sin 
embargo, muchos no consiguieron entrar en la tierra prometida, murieron antes. No era eso lo que Dios 
pretendía; las muertes ocurrieron a causa de la desobediencia del pueblo.. Espero Que esta breve disertación sirva 
para dejar bien claro que la razón del desierto en nuestra vida no es porque fuimos desaprobados, o porque 
estamossiendo punidos por Dios. El desierto tampoco es el local donde Dios nos lleva y nos deja vagando solos. 
Es un lugar de victoria, si sólo obedecemos y que creamos en Dios! 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CAPITULO 2 
DEFINIENDO QUE ES EL DESIERTO 
Llegó el momento de perfeccionar el carácter, y el desierto es el mejor lugar para que eso sea hecho. 
En el capítulo anterior, definimos lo que no es desierto. Ahora esclareceremos de lo que se trata. Existen personas 
que se culpan al llegar al desierto, creyendo que Dios las despreció o que no está satisfecho con ellas. Aún no 
comprendieron el sentido o propósito del desierto en la vida de ellas. En la Biblia y en toda la historia, hombres y 
mujeres pasaron por el desierto como forma de que sean capacitados por Dios, para cumplir su propósito. Por lo 
tanto, el desierto no significa rechazo, pero si preparacion divina. 
Quiero recordarle, desde ya, que los eventos del Antiguo Testamento son sombra de la alianza hecha por 
Jesucristo en el Nuevo Testamento. Usaré los eventos y las profecías del Antiguo testamento para ilustrar lo que 
es el desierto. Incorporando algunos los aspectos de la ley y de los profetas en nuestro estudio, podremos 
entender ampliamente la manera de Dios actuar y tratar con La Iglesia. Jesus dijo en Mateo 5:17: "No penséis que vine 
a revocar la Ley o los Profetas: no vine para revocar, vine para cumplir". Espíritu Santo lanza luz sobre las Escrituras 
revelando los misterios del Antiguo Testamento, ocultos en Cristo. Al leer el Antiguo Testamento, usted verá 
ejemplificadas las verdades del Nuevo Testamento. 1 Coríntios 10:11 dice: "Estas cosas les sobrevieram como ejemplos y 
fueron escritas para advertencia nuestra, de nosotros sobre quienes los fines de los siglos han llegado". 
En otras palabras, Dios quiere que nos beneficiemos de las experiencias de los patriarcas y profetas. Muchas 
profecías del Antiguo Testamento se cumplieron al largo de la historia, pero eso no quita de ellas el mérito de que 
nos sirvan de ejemplo el día de hoy. Una cosa no invalida la otra. 
Percibiendo el desierto 
"He ahí que, si me adelanto, allí no está; si torno para tras, no lo percibo. Si opera a la izquierda, no lo veo; se esconde a la derecha, 
y no lo diviso. Pero él sabe mi camino; si él me probara, saldría yo como el oro" (Job 23:8-10). 
He ahí una descripción clásica del desierto. Job busca por la presencia y el mover de Dios en su vida, pero 
mientras más lo búsqueda, menos lo siente. Dios, sin embargo, está trabajando a su favor y sabe todo lo que está 
aconteciendo con él. El hecho de la presencia de Dios es no ser perceptible no quiere decir que él no esté allí, 
operando en nuestra vida.Cuando usted aceptó el Señor Jesus, y Él lo llenó de su Espíritu, la presencia de Dios 
era maravillosa y real. Usted sólo susurraba su nombre y Él se manifestaba. Semejante a un niño recién nacido, 
usted recibía de él toda atención. 
Podemos ver a los niños recién nacidos. Ellos necesitan de constantes cuidados. Necesitan ser alimentados, 
cambiados, bañados y dependen de la ayuda de los mayores para sobrevivir. En la medida que crecen, sin 
embargo, aprenden las actividades necesarias a cada paso de su desarrollo. Cuando nuestro hijo más grande 
comenzó a alimentarse solo, se sentía frustrado por no tener la misma agilidad de la madre en llevar la cuchara a la 
boca. Él luchaba, buscando hacer lo que la madre antes hacía por él. Sería mucho más fácil para él que 
continuáramos en alimentarlo; eso le ahorraría trabajo. Pero, si así procediéramos, quitaríamos de él la 
oportunidad de aprender y de crecer. El nivel de asistencia y cuidado que un bebé recibe tiene que ser cambiado a 
medida que él crece. Eso lo anima a crecer y a madurar. 
Es así que Dios hace con nosotros a fin de que maduremos espiritualmente. Cuando nos convertimos y 
somos llenos del Espíritu Santo, al menor gemido nuestro, Dios se manifiesta, viniendo a nuestro socorro. Sin 
embargo, para que podamos madurar, él permite que pasemos por periodos en los que ya no responde a cualquier 
instante. Llegó la hora del perfeccionamiento del carácter, y es en el desierto que eso ocurre... En el desierto, 
parece que Dios está la miles de kilómetros de nosotros y que sus promesas son intangíbles. En realidad él está 
allí, junto a nosotros, pues prometió que jamás nos abandonaría (Heb 13:5). 
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El desierto es un periodo en el que usted tiene la impresión de que está andando en la dirección contraria 
a todo lo que soñó, distanciándose cada vez más de la promesa divina. Es una fase en la que usted percibe que no 
crece ni madura. De hecho, parece que usted está retrocediendo. La presencia de Dios parece disminuir. Siente 
que no es amado y cree que nadie le mira. Pero no es así. 
El pan nuestro de cada dia 
En el desierto, usted recibe el "pan de cada día", y no la "abundancia de riquezas". Es un tiempo en que nada le 
falta para el suprimento físico y material, pero usted no gana todo lo que quiere. Dios sabe de lo que usted 
necesita para el suprimento espiritual, y no siempre él le da lo que usted cree que precisa! En América, cuando 
tenemos falta de alguna cosa, decimos: "el diablo atravesó mi camino". El problema es que nuestra definición de 
necesidades y deseos difiere de la realidad. Creemos que lo que queremos es una "necesidad", cuando la realidad 
es otra! La Iglesia americana tiene que aprender el sentido de las palabras de Pablo en Filipenses 4:11-13: 
"Digo esto, no a causa de la pobreza, porque aprendí a vivir contenta en toda y cualquier situación. Tanto sé estar humillado 
como también ser honrado; de todo y en todas las circunstancias, ya tengo experiencia, tanto de abundancia como de hambre; así de 
abundancia como de escasez; todo lo puedo en aquel que me fortalece " 
Pablo aprendió que, en la fuerza de Cristo, podría vivir alegre en la pobreza y en la abundancia. Sin 
embargo, aquí en América, los creyentes piensan diferente! Los que viven en la abundancia se sienten más 
infelices que aquellos que sufren necesidades diarias. Si no poseemos algo de lo cual podemos tomar lo que es 
nuestro, creemos que alguna cosa nos "falta". Juzgamos la fe de una persona y mensuramos su espiritualidad por 
aquello que ella posee, cuando deberíamos atentar hacia el carácter de ella, y no para sus posesiones. Los israelitas 
huyeron del Egipto con mucha riqueza; oro, plata y tejidos finísimos. Pero, usaron el precioso metal para hacer 
ídolos en el desierto, y los tejidos y joyas, como adorno, para bailar delante de ellos. 
En la realidad, el bien que poseían no era señal de santidad! Solamente dos personas, de entre los miles 
que salieron del Egipto con edad por encima de 20 años, tenían el carácter necesário para entrar en la tierra 
prometida. Josué y Caleb entraron en la tierra porque tenían "espíritu diferente". Seguían a Dios de verdad 
(Nm 14:24) !Erramos en nuestros sistemas de valores cuando juzgamos las personas por las riquezas y posesiones, 
y no por aquello que son. 
Por otro lado, cuando un creyente tiene abundancia de recursos o una posición de influencia y de 
liderazgo, él cree que Dios le dio todo eso para usar como quiera! Compra y vende lo que quiere, gasta el dinero 
en lo que bien entiende y en lo que le satisface, o usa su posición de influencia para beneficio propio. En la 
realidad, la abundancia de recursos y la posición de autoridad deberían llevar la persona a depender cada vez más 
de Dios y a hacer su voluntad. 
Tiene gente que ocupa la posición de autoridad que Dios le concede sólo para realizar sus sueños 
personales. Pablo, aún tiendo autoridad para recibir ayuda financiera de las iglesias que él habia comenzado, dijo: 
"Si nosotros os sembramos las cosas espirituales, será que muy recogiéramos de vosotros bienes materiales? Si otros participan de ese 
derecho sobre vosotros, no lo tenemos nosotros en mayor medida? Sin embargo, no usamos de ese derecho; antes, soportamos todo, para 
que nocreáramos cualquier obstáculo al evangelio de Cristo" (1 Co 9:11, 12). Para Pablo, era más importante no crear 
obstáculo a la predicacion del evangelio que recibir bienes materiales que por derecho eran de él! 
Escribiendo acerca de la ayuda financiera que los filipenses le dieron, Pablo dijo: "No que yo busque el 
donativo, pero lo que realmente me interesa es el fruto que aumente vuestro crédito" (Fil 4:17). Él se preocupaba con el 
bienestar de los que le ofrecian, y no con los beneficios personales que podría obtener con la oferta, tampoco con 
el éxito ministerial. Existen personas que no aprendieron a vivir con la uncion; la usan para juntar multitudes y 
para tener fama. La motivacion de algunos predicadores es que sean conocidos en todo el país y levantar grandes 
sumas de dinero. Toda motivación cuyo foco sea otra cosa, que no es el carácter de Dios, redundará en 
destrucción. Dios desea el bienestar de su pueblo, y no apoya los motivos personales de sus obreros. 
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Esta es la amonestacion que se encuentra en Filipenses 2:3-5: "Nada hagais por partidarismo o vanglória, pero por 
humildad, considerando cada uno los otros superiores a sí aún. No tenga cada uno en vista lo que es propiamente suyo, sino también 
cada cual lo que es de los otros. Tiende en vosotros el mismo sentimiento que hubo también en Cristo Jesus". Jesus actuaba en su 
ministerio despojado de toda motivacion personal. Él tomó sobre sí nuestros pecados, y la pena de muerte que 
nos estaba reservada (por lo tanto, llevando en cuenta que nuestro bienestar era más importante que lo de él), 
mismo siendo inocente. Su blanco en la vida era servir y dar la vida en nuestro favor. Negándose a sí mismo, nos 
dio el mayor de todos los dones: la vida eterna! 
Es ese tipo de carácter que Dios perfecciona en nosotros en el desierto. Es en el desierto que el fruto del 
Espíritu es cultivado. El intenso deseo de conocer al Señor nos lleva a caminar siguiendo sus pasos. Pablo no 
tenía como objetivo de vida edificar un gran ministerio; todo lo que anhelaba era conocer Jesus de forma más 
íntima y, por encima de todo, agradarle! El desierto es un lugar de sequedad. Puede ser sequedad espiritual, 
financiera, social o física. Es en el desierto que recibimos de Dios el "pan de cada día", no la "abundancia de riquezas". 
Él suple nuestras necesidades, sin embargo no nos da aquello que deseamos. Finalmente, el objetivo del desierto 
es nuestro perfeccionamiento. Nuestro blanco debe ser conocer mejor al Señor, y no vivir en búsqueda de sus 
provisiones. Así, cuando estuviéramos en abundancia, reconoceremos que fue el Señor quien nos dio. Él nos 
concede abundancia de su gracia, para confirmar su alianza (Dt 8:12-18) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CAPITULO 3 
TEMPO DE PRIVACIONES 
Frecuentemente, sin darnos cuenta, búscamos a Jesus por motivos equivocados. 
Sin querer, lo usamos como la "lampara de Aladino". 
Nosotros lo reducimos a una fuente de ayuda para los momentos de crisis. 
El Señor, tu Dios, te guió en el desierto estos cuarenta años, para humillarte, para probarte, 
para saber lo que estaba en tu corazón... " (Dt 8:2). 
Imagínese en una situación así: usted es un judío recién liberado de la esclavitud y acaba de tener una 
experiencia terrible e impresionante, pasando por en medio del mar, en medio la dos enormes paredes de agua. 
Usted corrió con todas sus fuerzas intentando alcanzar el otro lado, salvo y libre. Mirando hacia atras, usted vio el 
momento en que aquellas enormes paredes de agua cayeron sobre los enemigos, ahogándolos en las 
profundidades del mar. Salvo y seguro en el otro margen, usted se juntó al bloque de los que bailaron y se 
alegraron por tan grande liberación delante del Señor. Con Dios a su lado, usted se imaginó invencible! Un 
pensamiento le ocurre: nunca, jamás, abandonaré al Señor ni dudaré de su Palabra! 
Pero ahora el escenario cambió. Varios días se pasaron desde el gran milagro del mar abriéndose, y usted 
ya está cansado, con sed, hambriento y enfrentando un calor insoportable. Aún ni llegó a los límites de la tierra 
"prometida"; al contrárío, anda errante por el desierto en medio la serpientes y escorpiones. Usted ahora no está 
bailando, cantando y regocijandose delante del Señor, proclamando que Él "lanzó en el mar el caballo y sus jinetes". 
Vea bien, usted está insultando su líder y gritando a todo pulmón: "Por qué nos trajiste del Egipto para este desierto? 
Quieres matarnos a nosotros y a nuestros hijos de sed y hambre?" Reflexione conmigo. Usted cree que Dios lo quitaría 
poderosamente de Egipto para dejarlo a usted errante, confuso, sediento, hambriento y sujeto a morir en el 
desierto? Que propósito Dios tenía en mente? 
Así como el Señor condujo el pueblo de Israel, del Egipto para el desierto, de la misma forma él lo guía. 
Fue Dios quién lo condujo, y no el Diablo. Y existe un propósito para este tiempo de sequedad. Dios quiere 
humillarlo y probarlo para ver si su corazon es perfecto delante de él. Él quiere conocerlo mejor. Lo que Dios 
hace para en los humillar? "Él te humilló, y te dejó tener hambre, y te sostuvo con el maná... " (Dt 8:3). Dios humilló el 
pueblo, dejándolo pasar hambre. Sin embargo, la declaración siguiente parece sin sentido: Dios sostuvo aquel 
pueblo con el maná. Como hizo el pueblo pasar hambre, si este mismo pueblo era alimentado con el maná? 
Analice conmigo. El maná es el mejor de los alimentos; es la comida de los ángeles. Elias recibió fuerzas 
para caminar cuarenta días y cuarenta noches, después de comer dos tortas hechas por los ángeles. Y había maná 
en abundancia en el desierto. Un cargamento llegaba del cielo todas las mañanas. Nunca nadie perdio la hora del 
almuerzo...y eso, durante cuarenta años, comenzando con la jornada en el desierto hasta la divisa de la tierra 
prometida. Entonces, 'por qué Dios dijo que dejó el pueblo "pasar hambre"? De que tipo de hambre Dios está 
hablando? Necesitamos entender el asunto, examinando la manera como el pueblo vivía en el desierto. Hagamos 
una comparación con nuestro día-a-día. Supongamos que todos los días en el desayuno usted tenga sólo un 
pedazo de pan. En el almuerzo, pan, y pan de nuevo para la cena. Sin mantequilla, mermelada, mortadela, jamón, 
queso, maionese, sardina... sólo pan. 
Pero vea bien. No estamos hablando de días, semanas o meses. Estamos hablando de cuarenta años 
tiendo, como dieta alimentar, el pan.Cierta ocasión llevé un grupo de cincuenta y seis jovenes, miembros de la 
iglesia, en una misión de ocho días a Trinidad, en Caribe. La iglesia que nos hospedó en Trinidad suministró las 
comidas. Nos trataron como a príncipes, a pesar de danos pollo para comer todos los días. Lo preparaban de 
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diversas maneras - empapado, con arroz, a la salsa, frito, a la milanesa, churrasco, relleno - pero era siempre pollo! 
Después de comer pollo durante ocho días, no conseguíamos ni oír más nada sobre la gallina. Queríamos comer 
alguna cosa diferente. Teníamos hambre de otro tipo de comída la. Uno de los jóvenes, inmediatamente que llegó 
en casa, preguntó a la madre lo que ella había preparado para el almuerzo. "Pollo", respondió la madre. Él prefirió 
comprar una hamburguesa del vendedor de la esquina. 
Después de ocho días comiendo dos comidas diarias a base de pollo, estábamos desfalleciendo. Imaginese 
comer la misma cosa durante cuarenta años! No fueron cuatro años; fueron cuarenta años! Fue así que Dios los 
hizo tener hambre. Dios no dio lo que el pueblo deseaba, le dio, sin embargo, lo que necesitaba. Tuvieron hambre 
de otras cosas. Cuáles? Nos cautivamos al saber que sus ropas y calzados nunca se gastaron. Pero, imagínese 
usando la misma ropa durante cuarenta años! Usted estaría siempre fuera de moda! Sin ropas nuevas, sin tiendas, 
sin centro comercial... las mismas ropas y calzados todos los días... Nada nuevo en cuarenta años! Tenían lo que 
necesitaban: casa y comida, protección contra el frío y el calor, pero no lo que deseaban!Tenían hambre de ver 
nuevos paisajes. Durante cuarenta años, veían todos los días el mismo escenario - arena, piedras, cactos, tierra 
seca. Ninguna palmera, arroyos de aguas transparentes, florestas, árboles, lagos adornados de pinos y flores... sólo 
desierto! 
A la luz de lo que hablé, veamos nuevamente el texto: "Él te humilló, y te dejó tener hambre, y te sostuvo con el 
maná, que tú no conocías, ni tus padres el conoecian, para dejarte que no sólo de pan vivirá el hombre, pero de todo lo que procede de 
la boca del Señor vivira el hombre" (Dt 8:3). que hizo Dios? Los dejó hambrientos de todo lo que pudiera satisfacer los 
antojos de la carne, y jamás privó el pueblo del "arroz con judía", del sostén fundamental. Su objetivo? Probarlos. 
En que consistía la prueba? Dios quería probarlos para saber se lo amaban más que todo que dejaron atras; si lo 
deseaban más que a las cosas del mundo; si tendrían hambre y sed de su presencia, y no de los placeres y confort 
del mundo! 
Vea lo que dijeron:Y el populacho que estaba en medio de ellos vino a tener gran deseo de las comidas de 
los egipcios; pero lo que los hijos de Israel hicieron fue llorar y también dijeron: "Quién nos dará carne a comer? 
Acordamos de los peces que, en el Egipto, comíamos de gracia; de los pepinos, de los melones, de los ajos silvestres, de las cebollas y de 
los ajos. Ahora, sin embargo, se seca nuestra alma, y ninguna cosa vemos sino este maná " (Nm 11:4-6). 
Tenían añoranzas del Egipto y de las cosas que allí poseían (el Egipto representa el sistema mundano). 
La esclavitud del Egipto, con todo el sufrimiento, era les preferible a esa sitúacion que vivían en el desierto. 
Comenzaron a reclamar y a murmurar, pidiendo carne. Dios los oyó: "Les concedió lo que pidieron (carne, 
codornices)...comieron y se hartaron a valer; pues les hizo. lo que deseaban. Sin embargo no reprimieron el apetito. Tenían aún en 
la boca el alimento..." (Sal. 106:15; 78:29, 30). 
Recibieron lo que querían, pero pagaron un precio muy alto! Con la carne, les vino el deseo del alma. Ese 
"deseo" los dejó incapacitados. No pasaron en la prueba de Dios; consecuentemente, nunca entraron en la tierra 
prometida! No había problema ni pecado en pedir carne. El problema era la motivación del pedido que revelaba 
la insatisfaccion del pueblo para con Dios; su pedido traía átona el intenso antojo por las cosas antiguas. Siempre 
que se acordaban de las comidas del Egipto, sentían agua en la boca! Creo que, estos días, Dios llevó su Iglesia 
hacia el desierto. Espiritualmente, América es una tierra árida y sedienta. Llegó el momento de que seamos 
probados. Una vez más Dios quiere ver si su pueblo quiere recoger su faz o su mano. La faz representa la 
naturaleza de Dios y su carácter; corresponde a la relación. Su mano representa provisión y poder. Si usted 
recoger sólo su mano, ciertamente no verá su cara. Si busca su rostro, por descontado conocerá su mano! 
Los fariseos no reconocieron el rotro de Dios en la persona de Jesus. Anhelaban el sueño de que sean 
liberados del dominio romano y esperaban eso de Jesus. Para ellos, en las manos de Jesus estaba la liberación del 
yugo político. Tenemos que ser diferentes de ellos. Si tuviéramos el corazón en Dios, si lo amáramos, si lo 
obedeciéramos, y que buscaramos su rostro, en medio del desierto él levantará los precursores que, como Josué, 
llevarán el pueblo para la tierra prometida, participando de la cosecha de las naciones.Dios está irguiendo la 
 12
"generación Josué" y, como aquellos días, el lugar del entrenamiento es el desierto. El desierto, con toda su aridez, 
elimina los murmuradores, los rebeldes y los contendores; la purificación es hecha de la misma forma como se 
separa la paja del grano. 
Aquellos que recogen sólo los beneficios de la promesa, y no recogen el "dueño de las promesas", por 
descontado morirán en el desierto. Una cosa es recoger el Señor por aquello que Él puede en los dar; otra bien 
diferente es recogerlo por aquello que Él es! En el primer caso, se recoge el beneficio, y el motivo es el egoísmo. 
Una relación débil e inmadura es todo lo que se espera como fruto de esa motivación. Ahora, cuando se recoge el 
Señor por aquello que Él es, se construye una relación sólida, fuerte, durable! La motivación de la Búsqueda 
"Cuando, pues, vio la multitud que Jesus no estaba allí ni sus discípulos, tomaron los barcos y partieron para Cafarnaum a la suya 
busca. Y, habiéndolo encontrado en el otro lado del mar, le preguntaron: Mestre, cuando llegaste aquí? Les respondió Jesus... vosotros 
me buscáis, no porque visteis señales, pero porque comisteis de los panes y os hartasteis" (Juan 6:24-26). 
Las multitudes salieron a la busca de Jesus y lo encontraron en el otro lado del mar de Galilea. Jesus, 
mirando la multitudes que habia rodeado el lago para encontrarlo, reprendio el pueblo porque este lo recogía no a 
causa de las señales que habia hecho, y sí porque había si hartado de pan y pez. Tenemos que preguntar: "Para 
que sirven las señales?" Ellos dan la orientación del rumbo a ser seguido. Una señal nunca apunta para sí mismo, 
pero indica algún lugar o cosa. Jesus sabía que el pueblo lo bucaba, no porque había visto señales y milagros, que 
indicaban la presencia del Mesías, pero si porque quería llenar el estómago. En nuestros días, acontece la misma 
cosa: las personas buscan a Jesus por motivos errados. buscamos a Dios a causa de las bendiciones, y no porque 
lo amamos. A los ojos del pueblo, Jesus es sólo un producto con "mil y una utilidades". Nosotros lo reducimos a 
un producto de mercado! 
Usted debe haber tenido amigos que lo buscaron sólo cuando lo necesitaban de alguna cosa, no es asi? 
Peor aún; usted conoce alguien que buscó su amistad sólo por intereses personales? Quien sabe él quería vivir 
bajo el techo de su influência, dinero, bienes materiales o posición? No había amor verdadero o cariño especial 
por usted, era sólo por interés. Si usted ya experimentó una amistad así, sabe lo que es sentirse usado! Y esa 
actitud egoísta permea la sociedad y la propia Iglesia. El egoísmo está por detrás de la gran cantidad de divorcios 
en todo el mundo. Incluso en la iglesia los jóvenes se casan con fines egoístas. Fallan por que no reconocieron 
que la boda es una alianza de amor, y no un contrato. Se casan pensando en los benefícios que el cónyuge podrá 
traer a la su vida. Si el cónyuge no corresponder la esa expectativa, se casan nuevamente con otra persona, 
ignorando que, a los ojos de Dios, la alianza es muy más importante y mucho más fuerte que un contrato. 
Existen muchas personas descontentas en la iglesia; son personas que perdieron el primer amor. Muchos 
miembros de las iglesias están desviándose y abandonando la fe. Quieren al Señor sólo por aquello que Él puede 
hacer por ellos y no por lo que Él es. Mientras Dios les da lo que quieren, se sienten felices y animados, pero en la 
hora de la prueba, los motivos de su corazón vienen aflorando. Siempre que que el foco principal sea el individuo, 
viene la murmuracion. Eso fue lo que aconteció con el pueblo de Israel. En el momento en que fue liberado de 
las zarpas de Faraón, el pueblo se riegocijo sobremanera y hizo una gran celebración! "La profetisa Miriam, hermana 
de Aaron, tomó un tamborim, y todas las mujeres salieron atrás de ella con tamborines y con danzas. Y Miriiam les respondía: 
Cantad al Señor, porque gloriosamente triunfó y precipitó en el mar el caballo y su caballero" (Êx 15:20, 21). 
El pueblo se quedó impresionado con la grandeza del poder de Dios. El corazón de ellos vibraba de 
alegría por que hayan sido libertados del Egipto. Sin embargo, sólo tres días después, en el desierto de Sur, 
encontraron aguas amargas y comenzaron a murmurar. "Y el pueblo murmuró contra Moisés, diciendo: Que hemos de 
beber?" (Êx 15:24). El pueblo inmediatamente se olvidó de que Dios, que dividió el mar Rojo, podría hacer las 
aguas amargas en agua potable! Se olvidó también de que Moisésera el mismo líder de tres días atrás. No 
obstante, Dios purifico aquellas aguas y el pueblo sació su sed. Algunos días despues, murmuraron por que no 
tuvieran lo que comer y lamentaron: "En el Egipto era bien mejor"! "Toda la congregación de los hijos de Israel murmuró 
contra Moisés y Aaron en el desierto; les dijeron los hijos de Israel: Quién nos hube dado hubiéramos muerto por la mano del Señor, 
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en la tierra del Egipto, cuando estábamos sentados junto a las ollas de carne y comíamos pan a hartar! Pues nos trajisteis a este 
desierto, para que matéis de hambre toda esta multitud" (Êx 16:2, 3). 
Ahora murmuraban contra Moisés y Aaron. En el versículo ocho, Moisés muestra el error del pueblo: 
"Vuestras murmuraciones no están contra nosotros, y sí contra el Señor". Y la historia es siempre la misma: en la hora en 
que enfrentamos las dificultades del desierto, hallamos alguien en quien colocar la culpa. Generalmente se acusa el 
liderazgo, la familia y los amigos. Muchos de nosotros, por temor, nunca hablaríamos contra Dios directamente. 
Por qué entonces murmuraron contra Aaron y Moisés (y, por lo tanto, al Señor)? En el modo de pensar de ellos, 
Dios los había desapontado.Dios está colocando el prumo y midiendo con su corazón del el corazón de la Iglesia 
en América. Es tiempo de que buscamos al Señor para que seamos encontrados fieles! 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CAPÍTULO 4 
NUESTRO EJEMPLO 
Sufrimos bajo el yugo de promesas no cumplidas, hasta que el peso se queda tan pesado que 
apenas conseguimos elevar la voz en oración. 
"Ora, hermanos, no quiero que ignoréis que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, y todos pasaron por el mar, 
habiendo sido todos bautizados, así en la nube como en el mar, con respecto a Moisés. Todos ellos comieron de un sólo manjar 
espiritual y bebieron de la misma fuente espiritual; porque bebian de una piedra espiritual que los seguía. Y la piedra era Cristo" 
(1 Co 10:1-4). 
Pablo afirma que todos los israelitas eran hijos de la alianza, descendientes de Abraham. Todos 
peregrinaron bajo la protección de la nube de Dios, fueron balizados en Moisés, un tipo de Cristo, nuestro 
Redentor, y todos participaron del alimento y de el agua que era Cristo. Claro está, por lo tanto, que la nación de 
Israel era un tipo de la iglesia del Nuevo Testamento. Varias veces Pablo utiliza la palabra "todos", como a decir: 
"No estamos hablando de los ímpios, hermanos, estamos hablando del pueblo de Dios". Y él a continuación 
afirma: "Sin embargo, Dios no se agradó de la mayoría de ellos, razón por qué se quedaron prostrados en el desierto. Ora, estas cosas 
se hicieron ejemplos." (1 Co 10:5, 6). 
He ahí las cinco principales razones que llevaron el pueblo a desagradar Dios: 1. El pueblo era ambicioso 
e inclinado al mal. 2. El pueblo también era inclinado a la idolatría. 3. Pueblo inmoral que se prostituía 
constantemente. 4. Vivían tentando el Señor y, 5. Murmuraban contra el Señor. Después, Pablo continúa 
diciendo: "Estas cosas les sobrevinieron como ejemplos y fueron escritas para advertencia nuestra, de nosotros otros sobre quienes los 
fines de los siglos han llegado" (1 Cor 10:11). 
Si tales ejemplos fueron dejados en la Biblia como forma de instrucción para nosotros, necesitamos entenderlos. 
Esas cinco áreas de pecado muestran que había un problema, o una raíz profunda a ser tratada en la vida del 
pueblo. El autor del libro de Hebreos describe las mismas cosas, apuntando hacia la causa del pecado del pueblo. 
"Por eso, me indigné contra esa generación y dijo: Estos siempre yerran en el corazón; ellos tampoco conocieron mis caminos" (Heb 
3:10). La fuente del error estaba en el corazón de ellos, razón por qué sus obras eran malas! Si la persona tiene el 
corazón recto delante de Dios, todo lo que haga se alineará con la voluntad de él. Si el corazón no fuere recto, la 
persona se queda de este lado del llamamiento divino. Su blanco debe ser alcanzar el premio de la soberana 
vocacion de Dios, conociéndolo mejor. Con un punto errado, acertaremos el blanco errado. 
Pablo dijo en Filipenses 3:13, 14: "Hermanos, cuanto a mí, no juzgo haberlo alcanzado; pero una cosa hago: olvidándome de las 
cosas que para tras se quedan y avanzando para las que delante de mí están, prosigo para el blanco, para el premio de la soberana 
vocación de Dios en Cristo Jesus". 
Para que alcancemos la soberana vocación de Dios en la vida, de entrada necesitamos conscientizar de que aún no 
lo alcanzamos; que no llegamos á perfección y que necesitamos continuar esforzándonos, transformándonos y 
creciendo en Dios. Es común que personas que alcancen una posición cómoda en la cual se acomodan, y no 
hacen el menor esfuerzo para "proseguir". Firman sus patrones personales comparándose a los demás o se 
acomodan en una posición de confort. Es aquí que dejan de buscar Dios por lo que Él es, buscandolo sólo para 
conseguir ayuda y favor. Pierden el objetivo, el blanco se queda "fuera de foco" y comienzan a errar en el corazón. 
A veces, esas personas buscan escalar posiciones en la Iglesia, pensando en la fama y en la popularidad. Pierden el 
énfasis en Dios y la colocan en sí mismas. 
El pueblo de Israel no recogía Dios, por eso no conocio sus caminos. Me quedaba cautivado viendo a Dios 
operar maravillas - y quienes no se cautivarían? Vibraba cada milagro realizado, porque los milagros le traían 
beneficios personales. El blanco para las personas eran ellas mismas, y no Dios! Y si Dios no se manifestara con 
poder, se desviaban. Si Moisés estaba en lo cumbre del monte, hacían fiesta; se quedaban contentos con los 
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beneficios de la salvación. El pueblo no tenía deseo ardiente de conocer más de Dios. No había interés en 
"proseguir" y fortalecer una relacion más íntimo con Él. 
Cierta ocasión, Dios ordenó que Moisés descendiera del monte y consagrara el pueblo, porque Él habría de 
manifestarse en el Sinai delante de todo el pueblo, y hablaría con ellos como habia hablado con Moisés. El día 
cuando Dios se manifesto en medio de truenos y relámpagos, el pueblo huyó. “Todo el pueblo presenció los truenos, y 
los relámpagos, y el sonido de la trompeta, y el monte humeante; y el pueblo, observando, se estremeció y se quedó de lejos. Dijeron a 
Moisés: hablanos tú, y te oiremos; sin embargo no hable Dios con nosotros, para que no muramos" (Êx 20:18, 19). Intercedieron 
delante de Moisés: "Por favor, hable usted con Dios y nosotros obedeceremos a todo lo que Que Él le diga" (paráfrasis). Eso 
indica que querían sólo recibir Dios, dejando de lado cualquier relación con él. El pueblo no era apenas 
intencionado, sin embargo, optó por querer obedecer a los mandamientos de Dios, sin relacionarse con Él. 
Como mantenerse fiel a alguien que usted no conoce, con quien nunca se encontró? Las personas 
recogían una fórmula y no una relación, razón por qué Dios les dio los diez mandamientos. Sin embargo, año tras 
año, y siglo después, fueron incapaces de guardar los mandamientos de Dios. Dios avisó de antemano que ellas 
no obedecerían sus leyes grabadas en tabla de piedra, y por eso planeó escribirlas en el corazón de ellas.Con eso 
en mente, necesitamos analizar la Iglesia en nuestro días. Cuantos, por mejor intencionados que sean, buscan 
obedecer a los mandamientos de Dios? Sufrimos bajo el yugo de promesas no cumplidas, hasta que el peso se 
queda tan pesado que apenas conseguimos erguir la voz en oración. Corremos atrás de nuestros pastores, de 
amigos, de compañeros de trabajo, esperando que intercedan a Dios en nuestro favor, trayendo una palabra de 
Dios para nosotros. Somos como el pueblo de Israel que quiere obedecer a las leyes sin una buena relación con El 
Señor. Erramos en nuestro corazón! Jesus dijo en Juan 14:21: 
"Aquel que tiene mis mandamientos y los guardia, ese es lo que me ama; y aquel que me ama será amado por mi Padre, y yo 
también lo amaré y me manifestaré a él". 
Yo siempre leía ese textobíblico creyendo que el Señor estaba diciendo: "John, si usted obedecer a mis 
mandamentos, estará probando que me ama". Entonces, cierto día, sentí de Dios que debería leer el texto 
nuevamente. A lo leerlo, el Señor me dijo: "Usted no entendió el sentido del texto. Léalo de nuevo". Leí otra vez 
el texto. Leí el mismo texto unas diez veces y tuve que confesar al Señor, diciendo: "Me perdona, Señor, me 
perdona la ignorancia y me muestra el sentido del texto". Dios me dijo: "John, no estoy afirmando que guardando 
los mandamentos usted estará probando que me ama. Sé cuando una persona me ama o no. Lo que yo quiero 
decir es que, si una persona me ama de todo corazón, estará capacitada a cumplir mis mandamientos". Obedecer 
a los mandamientos es fruto de una relación, y no del cumplimiento de la ley! Yo veía los mandamientos como 
una ley y Dios me mostró la importancia de la relación. La relación viene antes de la ley! 
Dios no se revela a través de leyes y mandamientos. No se encuentra Dios en métodos; el Dios 
Todopoderoso no puede ser hallado en una fórmula! Y, pero, esa es la percepción que muchos tienen del Señor. 
Sustituyen la relación con Dios creando fórmulas, como los siete pasos para la sanidad, los cuatro pasos de la 
salvación o los cinco pasos para la prosperidad y para el bautismo en el Espíritu Santo. La imagen que las 
personas tienen que Dios es aquella adquirida en base a promesas, donde se quita una promesa siempre que se 
necesita de una respuesta divina. No es de admirar que los miembros de nuestras iglesias hayan tantos problemas 
con el pecado! Por qué los mandamientos son tan difíciles de que sean obedecidos? Porque el error está en los 
corazones! 
Vamos a comparar de la siguiente manera. Usted alguna vez sintió que estaba apasionado? Cuando me 
enamoré por Lisa, mi esposa, pensaba en ella noche y día. Ella nunca salía de mis pensamientos. Hacía de las 
tripas corazón para poder verla todos los días. Ella daba un suspiro y yo imaginaba que ella quería alguna cosa. Yo 
paraba el coche, y entraba en la primera tienda pensando en agradarle con lo que ella deseara. Yo no necesitaba 
esforzarme para hablar a mis amigos sobre ella... yo a elogiaba en todos los lugares. Todo el mundo sabía que yo 
estaba apasionado por ella! 
 16
El intenso amor que sentía por ella me animaba a hacer lo que ella deseara. Yo no hacía aquellas cosas 
para probar que a amaba; hacía porque estaba apasionado por ella. Algunos años después de casado, comencé a 
dar mayor atención a otras cosas, como el ministerio, y me era difícil hacer cualquier cosa por ella. Confieso que 
ya no pensaba en ella como antes. Comencé a dar presentes para ella sólo en Navidad, en el aniversario de bodas 
y el día de su aniversario... y necesitaba hacer un esfuerzo tremendo! Nuestra boda entró en crisis. Nuestro primer 
amor estaba muriendo! Y, debido al hecho de que la intensidad del primer amor ya no existía, todo se hacía más 
difícil para mí. Dios, en su misericordia, me permitió ver la que punto había llegado y graciosamente reencendi la 
llama de nuestro amor, salvando nuestro matrimonio. A la luz de ese hecho podemos entender lo que dijo Jesus: 
"Tengo, sin embargo, contra ti que abandonaste tu primeir amor. recuerda, pues, de donde te caiste, y arrepientete y vuelve a 
la práctica de las primeras obras; y, si no, vengo a ti y moveré de su lugar tu candelero, en caso de que no te arrepientas" (Ap 2:4, 5). 
El comportamiento de Moisés era bien diferente del pueblo de Israel. Él no se contentaba solo en adorar a Dios. 
Al ver la manifestación de la presencia de Dios, se aproximó aún más. "El pueblo estaba de lejos, en pie; Moisés, sin 
embargo, se llegó a la nube oscura donde Dios estaba" (Êx 20:21). 
Moisés ejercía un gran liderazgo entre el pueblo y conseguía mantener su autoridad sobre una 
congregación de casi tres millones de personas. A pesar de haber visto tantos milagros, Moisés no se daba por 
satisfecho sólo con los milagros, él quería conocer mejor al Señor. Preste atención al tipo de oración de Moisés 
después de haber presenciado tantos milagros: "Ahora, pues, se hallé gracia a tus ojos, te ruego que me hagas saber en este 
momento tu camino, para que yo te conozca... si tu presencia no va conmigo, no nos hagas subir de este lugar... Entonces, él dijo: Te 
ruego que me muestres tu gloria" (Êx 33:13-18). 
He ahí el clamor de Moisés! Él está diciendo: "Señor, no me quedaré satisfecho hasta que te conozca mejor!" Para 
conocerlo íntimamente necesitamos conocer sus caminos. A aquellos que lo buscan, Dios revela sus caminos, no 
sólo su poder. Obviamente, aquellas personas que conocen el corazón de Dios, caminarán bajo el manto del 
poder. "... Pero el pueblo que conoce a su Dios se hará fuerte y activo" (Dn 11:32). 
Inmediatamente en el inicio de mi ministerio, yo solía tomar una o dos horas en oración todas las 
mañanas. Oraba más o menos así: "Dios, usame para la salvación de almas, que pueda para sanar a los enfermos, 
expulsar los demónios..." Día después de día repetía la misma oración, sólo con palabras diferentes. Me sentía 
impotente y clamaba Dios, diciéndole que quería tener un gran ministerio. Cierto día, sin embargo, Dios habló 
conmigo, diciendo: "hijo, sus oraciones son egoístas". Me llevé un susto. "Por qué usted quiere hacer todo eso?", 
me preguntó. "Siempre oigo la misma oración repetitiva: usa me, usa me; usted es el centro de sus propias 
oraciones". Y él continuó: "No creé usted que para sanar enfermos y expulsar demónios. Mi propósito es tener 
comunión con usted". Al seguir, me mostró cosas que jamás olvidaré... Judas expulso demónios y sano enfermos! 
Es eso asi! Cuando Jesus envió sus discípulos, Judas estaba en medio de ellos; en el entanto, traicionó a Jesus. Mis 
objetivos estaban fuera de foco, errado. “El blanco de la soberana vocación de Dios es conocer el Señor Jesus Cristo" 
(Filipenses 3:10). 
Algunos años atrás, mi esposa tuvo la misma experiência mientras oraba, preparándose para una reunión. 
el Señor le dijo: "Lisa, Yo no uso las personas; Yo derramo sobre ellas mi unción, Yo las sano, las transformo y 
las llevo a ser mi imagen, pero nunca las uso". Dios le preguntó: "Lisa, usted ya se sintió usada por alguien?" Ella 
respondió: "Sí". El Señor continuó: "Y como se sintió?" Ella le respondio: "me senti traicionada!" 
El Señor continuó a hablar con ella: "Muchos obreros lloran delante de mí, pidiendo que yo los use; usa 
me para sanar; usame para salvar las personas...' y yo hago lo que me piden, pero después ellos se hacen tan 
ocupados con el ministério, que me olvidan, me quitan del corazón. Nunca se esfuerzan en conocer mis caminos, 
y edifican reinos para sí mismos. Cuando comienzan a enfrentar problemas, claman a mí, pero se siénten 
ofendidos cuando no respondo suyas oraciones. Acontece, Lisa, que tales personas jamás mostraron interes en 
conocerme. Después de algún tiempo, notan que estaban sólo siendo usadas por mí, se quedan enfurruñadas 
conmigo y me abandonan, por que no me conocian". 
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Imagine una mujer cuyo único interés es lo de producir hijos para su marido, sin ningún interés de 
conocerlo íntimamente. Los únicos momentos de intimidad acontecerían en la hora de hacer hijos. Parece 
absurdo, pero en nada difiere del tipo de relación que tenemos con Dios, clamando "usame, usame" cuando ni 
relación con Él tenemos. Cuando tenemos intimidad con Dios, los hijos vienen de forma natural, tal cual en la 
relación hombre y mujer. Y por eso que Dios dice en Daniel 11:32: "... pero el pueblo que conoce a su Dios se hará fuerte y 
activo". El pueblo judío tenía un corazón vuelto para el mal, era inclinado para la idolatría, vivía una vida de 
inmoralidad sexual, murmuraba y provocaba Dios. Esa era la raíz de sus pecados. El pueblo no buscaba ni 
anhelaba lo que era correcto. bucaba la criatura, en vez del Creador. 
Un buen ejemplo de alguien que, en pleno desierto tenia el corazón para con Dios, era Josué. Cuando 
Moisés subió el monte Sinai,Josué se quedó al pie del monte, pues quería quedarse el más cerca posible de la 
presencia del Señor. Cuando Dios se encontraba con Moisés en el tabernáculo, Josué se quedaba en las 
proximidades para poder ver la presencia del Señor, y aún despues de Moisés dejar el lugar, Josué permanecía 
junto al puesto. "Hablaba el Señor Moisés cara a cara, como cualquier habla a su amigo; entonces, volvía Moisés para el 
campamento, sin embargo el joven Josué, su servidor, hijo de Nun, no se apartaba del puesto " (Êx 33:11). 
Observe atentamente las palabras de Pablo: "Sin embargo, Dios no se agradó de la mayoría de ellos, razón por la 
que se quedaron prostrados en el desierto" (1 Co 10:5). Por qué los israelitas murieron en el desierto? Porque tenían a sí 
mismos como blanco, y no Dios. Examinando el libro de Josué (la historia de la segunda generacion, la que entró 
en la tierra prometida), observamos que las cinco áreas de pecado, tan fuertemente manifestadas en la generación 
anterior, ya no aparecían con frecuencia entre ellos. Acontecio una única vez con Acan, y el liderazgo de Israel 
inmediatamente actuó, eliminando el mal de entre el pueblo. La segunda generacion fue diferente, pues sus padres 
murieron en el desierto poco antes de que llegueran a la tierra prometida. Los hijos de aquellos que murieron en el 
desierto actuaron diferente: ellos querían la presencia de Dios! 
El desierto sirve para manifestar los motivos de nuestro corazón, separando el egoísmo de la generosidad. 
Pida al Espíritu que separe y pese los motivos de su corazón, separando las cosas que entorpecen su comunión 
con Dios de aquellas que lo impelen a proseguir. Hágase un siervo prudente, recogiendo las cosas que beneficien 
la relación, sabiendo que todas las demasiadas cosas vendrán como resultado de esa relación con Dios. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CAPITULO 5 
LOS CAMINOS DE DEUS 
Dios no está buscando una forma exterior de santidad; Él quiere ver un cambio de corazón… 
"Voz de lo que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad vereda a nuestro Dios " (Is 40:3). 
El camino de Dios pasa por el medio del desierto y es en el yermo que su camino es preparado. Es la 
carretera o carretera que lleva a la vida de exaltación; por ese camino, descubrimos como Dios vive y piensa. 
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos, mis caminos, dice el Señor, porque, así como 
los cielos son más altos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos, más altos que vuestros 
pensamientos" (Is 55:8, 9). Pocos anduvieron por esa carretera, sin embargo, muchos están siendo preparados por 
Dios para que anden en ella. Es eso lo que dice Isaías 35:6, 8: "... pues aguas reventarán en el desierto, y arroyos en el yermo. 
Y allí habrá buen camino, camino que se llamará el Camino Santo... ". Y en el desierto que el camino del Señor es 
preparado. Su nombre: Camino Santo! 
Una de las definiciones de santidad es "pureza de vida". Jesus dijo: "Bienaventurados los limpios de corazón..." 
(Mt 5:8). El camino o método para una vida de santidad llena es el corazón puro. El Señor no retornará por una 
Iglesia impura y sin santidad. Él vendrá al encuentro de una Iglesia sin manchas, arrugas o cualquier otra 
impureza. Muchos quieren santificar observándo reglas y costumbres y fracasan en la vida cristiana. Son como los 
judíos de los días de Jesus que querían recibir la salvacion guardando la ley y las costumbres. Muchas personas 
creen que tener santidad es vivir según reglas tangíbles, tales como: no usar maquillaje ni este o aquel tipo de 
vestimenta, no ver televisión, etc. Son tentativas hechas en el sentido de obtener santidad interior. Pero Dios no 
está a la busqueda de formas exteriores de santidad; Él quiere un corazón recto y justo delante de él. Jesus dijo en 
Mateo 23:26: "... limpia primero el interior del vaso (el corazón), para que también su exterior me quede limpio". 
Si su corazón es puro, usted no querrá vestirse de forma indecente. Una mujer puede usar vestido largo y 
así mostrar una actitud sensual; mientras otra viste pantalones ajustados y tiene un corazón puro. Un hombre 
puede gloriarse de nunca haberse divorciado, pero tiene el corazón lleno de lascívia y antojos sexuales por otras 
mujeres. Eso es santidad? 
Si su corazón es puro, un aparato de Television en su casa no lo llevará a mirar programas de bajo nivel 
que no edifiquen su vida. Algunos afirman que es ser mundano tener un aparato de Television en casa. Un 
mueble o un aparato electrónico no puede determinar si una persona es creyente o mundana. Usted puede no 
tener aparato de Television en casa y continuar pecando en su corazon. Si usted es limpio de corazón, deseará 
sólo lo que Dios desea! El desierto es crucial en la vida de todo creyente, pues es allí que Dios purifica los 
motivos e intenciones del corazón. Dios está en este momento preparando nuestro corazón para el regreso de su 
Hijo. Los capítulos de esta tercera parte tratarán de la forma en como Dios purifica su Iglesia, preparándola para 
el su retorno. Usaremos el libro de Malaquias como texto principal, por haber sido el último profeta, antes de la 
llegada del señor. Él fue comisionado a profetizar sobre la preparación y sobre los eventos que antecederían la 
primera venida del Señor a su templo. 
Cuatrocientos años después, sus profecías comenzaron a cumplirse con la llegada de Juan Bautista 
clamando en el desierto: "Preparad el camino del Señor". Vivimos hoy los momentos que anteceden a la segunda 
venida del Señor a su templo. Veremos el paralelo entre la primera y la segunda venida, pues ambas comienzan 
con la purificacion de su pueblo en el desierto. 
 
 
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CAPÍTULO 6 
LA VERDADEIRA UNCIÓN PROFÉTICA 
La verdadera unción profética trata con los corazones... 
"He ahí que yo os enviaré el profeta Elias, antes que venga el grande y terrible Día del Señor" (Mal 4:5). 
El gran día del Señor fue su primera venida. Y Jesus dijo que Juan Bautista era "Elias, el profeta", enviado 
por Dios para preparar el camino del Señor. Su ministerio era la "voz de lo que clama en el desierto" (Is 40:3). Los 
profetas del Antiguo Testamento profetizaron acerca de Juan, y Jesus lo describe así: 
"Pero para que salisteis? Para ver un profeta? Sí, yo os digo, y mucho más que profeta. Este es de quien está escrito: He ahí 
ahí yo envío delante de tu faz mi mensagero, el cual preparará tu camino delante de ti. En verdad os digo: entre los nacidos de mujer, 
nadie hay mayor que Juan Batista... y, si lo queréis reconocer, él aún es Elias, que estaba para venir" (Mt 1l:9-14). Juan no era la 
reencarnación del profeta Elias mencionado en 1 y 2 Reyes, como suponen algunos. El texto no se limita a un 
hombre sólo, pero describe el verdadero sentido de "Elias". Expliquemos. La palabra Elias viene de dos palabras 
hebraicas El y Yahh. El significa "fuerza" y Yahh, "Jehová" o Señor. Juntas significan "fuerza del Señor". Lo que 
Jesus afirma sobre Juan Bautista es que él vino delante de Jesus, en la "fuerza del Señor". El ángel Gabriel 
describe Juan de la siguiente manera: 
“Y convertirá muchos de los hijos de Israel al Señor, su Dios. E irá delante del Señor en el espíritu y poder de Elias, para 
convertir el corazón de los padres a los hijos, convertir los desobedientes a la prudencia de los justos y habilitar para el Señor un pueblo 
preparado" (Lc 1:16, 17). La misión de Juan Bautista era convertir el corazón del pueblo de Israel Dios. Su mensaje 
era: "Arrepentíos, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt 3:2). Arrepentímiento significa cambio de corazón. El 
pueblo vivía sólo la forma de la religión, y su corazón estaba lejos de Dios. Millares de personas frecuentaban 
regularmente las reuniones de la sinagoga, desconociendo el verdadero estado del propio corazón. Por eso, Dios 
levantó el profeta Juan para exponer la verdadera condición del corazón del pueblo. Juan decía a las multitudes: 
"Razade víboras, quienes os indujo a huir de la ira venidera? hagan, pues, frutos dignos de arrepentimiento (cambio de corazón) 
y no comencéis a decir entre vosotros mismos: Tenemos por padre a Abraham... " (Lc 3:7, 8). 
 Juan expuso a los judíos de la época el engaño del corazón de ellos. Ellos creían que, por que sean hijos 
de Abraham, dando el diezmo y que frecuenten la sinagoga, eran justificados. Juan no fue enviado a los gentíles, 
pero si la casa perdida de Israel, a fin de llevar el pueblo a preparar el corazón para recibir Jesus. Malaquias 
profetizó que la "unción de Elias" vendría antes del grande (primera venida del Señor) y terrible día del Señor. 
El terrible y glorioso día del Señor es su segunda venida. Creo que estamos estos días. Confirmando las 
palabras de Malaquias, afirmó Jesus: "De hecho, Elias vendrá y restaurará todas las cosas. Yo, sin embargo, os declaro que 
Elias ya vino, y no lo reconocieron... Entonces, los discípulos entendieron que les habia hablado acerca de Juan Bautista" (Mt 17:11-
13). Jesus habló estas palabras después que Juan Bautista fuera decapitado. Vea los dos periodos diferentes la que 
se refiere la unción de Elias: el período futuro (vendrá) y el pasado (ya vino). Antes de la segunda venida de 
Cristo, una vez más, Dios derramará una unción profética y, en ese tiempo, el manto profético no estará solo 
sobre una persona, pero si corporativamente sobre muchos profetas. En el libro de hechos, Pedro cita al profeta 
Joel, diciendo: 
"... vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán... hasta sobre mis siervos y sobre mis siervas derrama rey de mi Espíritu 
aquellos días, y profetizarán... antes que venga el grande y glorioso Día del Señor" (Hechos 2:17-20). La palabra "profetizarán", 
en ese versículo, tiene el entido de de hablar bajo inspiración, ejercitando el oficio profético y haciendo previsión 
de acontecimientos futuros. Semejantes a Juan Bautista, los profetas de los últimos días irán a las ovejas perdidas y 
engañadas; personas que hacen de la Iglesia sólo un lugar de vida social, así como a aquellas que se desviaron a 
causa de los escándalos. Existen personas que creen que están listas para la vuelta de Jesus, e igual a los judios de 
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aquella época, tales personas creen que, por sus obras, por la frecuencia a los cultos, diezmos o la buena posición 
en la Iglesia, y por que hayan hecho la "oración de los pecadores", están llenamente justificadas. 
Pueden hasta creer que están justificadas, pero la verdad es que no están preparadas para la venida de 
Jesus. El corazón de ellas está dividido entre Dios y el mundo. Una vez más oíremos el sonido de la palabra 
profética aclamando: "Arrepentíos (cambien de actitud) porque el reino de Dios está cerca". Viviendo una vida de 
integridad y abandonando el engaño, tales profetas fructificarán en el reino. Ninguna nación del mundo gasta 
tanto con cintas de predicacion, literatura, programas misioneros y programas de Television como Estados 
Unidos. Son billones de dólares todos los años. Tenemos más escuelas bíblicas, centros de entrenamiento e 
iglesias que cualquiera otra nación. Examinando superficialmente, somos más entrenados en la doctrina bíblica y 
enseñanza de las Escrituras que cualquiera otro pueblo del mundo. Sin embargo, en toda a en la nacion 
americana, las iglesias están secas y áridas, careciendo de la verdadera presencia de Dios. Pecadores oyen nuestros 
sermones domingo después de domingo, sin que nunca se convirtiertan! El pecado rueda suelto en las iglesias, sin 
que el liderazgo haga algo para contener la entrada del mal. Por que? 
El pueblo desconoce el sentido del verdadero arrepentímiento. La palabra griega traducida como 
arrepentimiento en Mateo 3:8 es metanóia. Tiene el sentido de cambio de mentalidad y de actitud en relación al 
pecado y sus causas; y no sólo a las sus consecuencias. Aprendemos a quedarnos lastimando sobre las 
consecuencias del pecado, sin abandonar su naturaleza. En la realidad, no gustamos del pecado por el hecho de 
que entristece Dios, y sí porque sus consecuencias los dejan avergonzados ante las personas. No queremos 
exponerlos! 
La verdadera unción profética trata con las intenciones de los corazones, y no en dar "profecías 
individuales " que satisfagan el "yo " de las personas. El profeta ve el corazón de la persona dentro del plan de 
Dios. Él clama al cambio, alertando sobre el juicio inminente. Llegando a la congregación, él no necesitará usar el 
viejo dicho de "así dice el Señor" y, contodo, podrá profetizar durante todo el mensaje! La atmósfera de la Iglesia 
muda, pues el profeta trata con los motivos de los corazones, llevando las personas al verdadero arrepentimiento. 
Su mensaje anuncia una nueva y precisa dirección a las personas. El resumen de su mensaje, sea a la iglesia o la 
persona es: "Vuélvase para el Señor; hay un nuevo mover de Dios sobre la Tierra!" 
El oficio del profeta no está limitado a un culto en que las personas se quedan en pie y reciben una palabra 
profética; aunque eso muchas veces puede ocurrir. Él puede dar una palabra de Dios a una única persona, como 
Ágabo a Pablo en Hechos 21:10, 11. Naturalmente que esa no es el énfasis de su ministerio.Silas, compañero del 
apóstol Pablo, era un profeta, conforme vemos en Hechos 15:32. No lo vemos, andando de iglesia en iglesia, dando 
"palabra personal"; Silas aparece exhortando los hermanos a que permanezcan fieles a lo Señor. Algunos intitulan 
a sí mismos "profetas", y salen por ahí "entregando una palabra del Señor". Son personas que ni siempre tienen el 
corazón recto para con Dios y, en algunos casos, son "autoenviadas", dejando los hermanos tristes y confundidos. 
Las palabras que hablan vienen del propio corazón, y en algunos casos, de espíritus familiares. Pueden hasta 
hablar "buenas palabras", pero Dios no las envió a predicar ni colocó las palabras en la boca. 
"No mandé esos profetas; sin embargo, ellos fueron; no les hablé a ellos; pero, profetizaron. Pero, si hubieran estado en mi 
consejo, entonces, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo y lo habrían hecho volver de su malo camino y de la maldad de sus 
acciones " (Jer 23:21, 22). He ahí lo que Dios dice acerca de las personas que envían a sí mismas: "... hablan las visiones 
de su corazón, no lo que viene de la boca del Señor" (Jer 23:16). En el mismo capítulo, Dios dice que esos profetas auto - 
enviados poblan la Tierra, y a causa de sus profecías, el pueblo de Dios es desvalorizado (versículos 15 y 16). 
Busque ver la motivación detrás del ministerio. El pueblo está volviéndose para Dios? O las personas 
están quedándose cada vez más dependientes de los "profetas" y de sus dones? Uno de los subprodutos de esa 
onda profética son personas corriendo de un lado para el otro, recogiendo una "palabra" de Dios. Ellas tienen 
como punto principal en sí mismas. Recogen engrandecer el yo. En vez de que se vuelvan para el Señor, 
abandonando sus malos caminos, ellas recogen los "profetas" para que tengan alguna respuesta de Dios. 
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Jesus nos enseña a reconocer entre el falso y el verdadero profeta. "Por sus frutos los conoceréis" (Mt 7:16). El 
verdadero fruto es cuando las personas se manifiestan publicamente que cambiaron de vida. Necesitamos 
desarrollar el don de discernir, a fin de percibir la diferencia entre la verdadera y la mala motivación... así como el 
verdadero y el falso profeta! Acuerdese de una cosa: el propósito de la restauración del oficio profético es 
preparar los corazones para recibir este ministério y los dones ministeriales en él contenidos. Esos profetas serán 
la "voz que clama en el desierto", anunciando que es hora de preparar el camino de santidad del Señor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CAPÍTULO 7 
El SEÑOR VIENE A SU TEMPLO 
Estamos en el umbral... y el Hijo de Dios expone la hipocresía de nuestro corazón inundándonos con su pasión... 
"He ahí que yo envío mi mensajero, que preparará el camino delantede mí; de pronto, vendrá a su templo el Señor, a quien 
vosotros recogéis" (Mal 3:1). 
Vimos, en el capítulo anterior, que ese mensajero no es sólo un hombre, pero si la unción profética que 
preparará el camino del Señor. Malaquias dijo que el Señor, a quien buscamos, de pronto vendrá a su templo. Su 
templo es la Iglesia. Él no dice que vendrá hacia su templo. Antes de venir hacia su templo en el arrebatamento, él 
vendrá a su templo, su Iglesia... para juicio, purificación y avivamiento. Oséas ilustra eso muy bien. "Venid, y 
hagamos para el Señor, porque él nos arrebato y nos sanará; no hirio y nos vendara" (Oseas 6:1). Esta será el mensaje que los 
profetas anunciarán, preparando el camino del Señor. Su mensaje será: "Iglesia, volvamos hacia el Señor". Cual es 
el sentido de "él nos arrebato, y nos vendara"? El texto tiene el sentido de juicio! 
"Porque la ocasión de comenzar el juicio por la casa de Dios (su templo) es llegada; ora, si primero viene por nosotros, cual 
será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y, si es con dificultad que el justo es salvo, donde va a comparecer el 
ímpio, sí, el pecador?" (1 Pedro 4:17, 18). Antes de juzgar las naciones, Dios habrá de juzgar su "nación santa" (1 Pedro 
2:9). Fue así que Dios hizo con su pueblo en el desierto, que fue "juzgado" por Dios en el desierto, antes de 
poseer la tierra prometida. Eso es profético. No basta apuntar con el dedo para el mundo, diciendo: 
"Arrepiéntanse y conviertanse"; la gran cosecha de los últimos días no acontecerá sin que primero Dios purifique 
la Iglesia de sus pecados. Jonas es una figura de la Iglesia. Estamos durmiendo en el barco, y nuestra 
desobediencia es la causa de toda calamidad. 
Dios está usando el mundo para decir: "Despierta, Iglesia, estás en pecado!" Él usó los marineros paganos 
del navío, donde estaba Jonas, para despertarlo de su inercia. los reporteros, la Reserva Federal y el mundo en 
general han visto la ganancia, la codicia, el orgullo y la inmoralidad de la Iglesia. Si usted quiere saber como la 
Iglesia debe proceder, pregunte a los pecadores. Lamento informarle que el mundo tiene una visión más aguzada 
de nuestra responsabilidad que nosotros mismos. Y son ellos que gritan contra nuestra hipocresía. Llegó el 
momento de que despertemo, como Pablo nos exhorta: "Haceos a la sobriedad, como es justo, y no pequéis; porque algunos 
aún no tienen conocimiento de Dios; esto digo para vergüenza vuestra" (1 Co 15:34). 
Dios trató con la desobediencia del profeta, purificandolo en el vientre del gran pez. Jonas clamó Dios 
arrepentido, diciendo: "desechado estoy de delante de tus ojos; mas aun, vere en tu santo templo' (Jonas 2:4) Después de 
alinear su corazón con lo de Dios, él fue nuevamente capacitado a cumplir su llamamiento, que era lo de predicar 
el arrepentimiento al pueblo de Nínive. La Iglesia americana anda en busca de señales. La palabra de Dios afirma 
que las señales deben ser la marca de los que creen, pero parece que entendemos de otra manera. Las personas 
andan a la caza de dones y de la unción del Espíritu, en vez de que buscar el corazón de Dios. 
Dios dice: "Seguíd el amor y buscad, con celo, los dones espirituales..." (1 Co 14:1). Como dijo, la Iglesia modificó el 
énfasis. Seguimos los dones (señales) espirituales y buscamos el amor! Las personas dirigen más de mil kilómetros 
para asistir a un culto de milagros. Sin embargo, no dan lugar para que Dios trate con su ira, amargura, falta de 
perdón y división en su corazón. En una reunión, vi como las personas corrían al frente para ser ministradas, y el 
Espíritu de Dios habló de tal forma a mi corazón, de coraje de vergüenza. Él me dijo: "Una generacion mala y 
adúltera pide una señal; y ninguna señal le será dada, sino la de Jonas" (Mateo 16:4). Veamos lo que significan estas dos 
condiciones: "mala" y "adúltera". 
La generación mala búsqueda señales que satisfagan sus necesidades personales y no tiene interés en se 
achegar para más cerca de Dios. En Hechos 8, tenemos el episodio de Simon, que quería recibir el poder de Dios 
con intenciones perversas. Vea lo que dice el texto: "Entonces, les imponían las manos, y recibían estos el Espíritu Santo. 
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Viendo, sin embargo, Simon que, por el hecho de imponer los apóstoles las manos, era concedido el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 
proponiendo: Concededme tambien a mí este poder, para que aquel sobre quien yo imponga las manos reciba Espíritu Santo. Pedro, 
sin embargo, le respondió: Tu dinero sea contigo para perdición, pues juzgaste adquirir, por medio de él, el don de Dios. No tienes 
parte ni suerte en este ministerio, porque tu corazón no es recto delante de Dios. arrepiente, pues, de tu maldad, y ruega al Señor; tal 
vez te sea perdonado la motivacion del corazon; pues veo que estás en hiel de amargura y lazo de iniquidad" (Hechos 8:17-23). 
Simon quería la unción, pero, no, el carácter de Dios. Su corazón era amargado, y él vivía prisionero de los 
lazos de la iniquidad. No había en él intención de tratar con las motivaciones de su corazón. Sin embargo, se 
cautivó con la posibilidad de recibir la unción de Dios en su vida. Era tanta su codicia que se dispuso a pagar lo 
que fuera necesario para poseerla. Él tenía buenas intenciones en cuanto al ejercicio del ministério, pero, en el 
fondo de su corazón, quería promoción y reconocimiento. No necesitamos salir a la caza de unción; es un don de 
Dios, gratuito, que no necesita ser conquistado o aprendido. Es un don es un presente! Y gratuito; de lo contrario, 
no sería don. No necesitamos sobornar Dios con los dones o con el desempeño de ellos. Él nos da por amor y 
compasión, en respuesta a las nuestras necesidades. Cuando usted se encuentra bajo la unción de Dios, percibe 
que ella le es dada para beneficio de las personas a su alrededor, y no en beneficio propio. 
El adúltero es alguien que tiene una alianza con una persona, pero se envuelve con otra. Así es la Iglesia: 
ella anda de amistad con el mundo, al mismo tiempo que se enorgullece de pertenecer Dios, y de tener sus 
pecados lavados en la preciosa sangre de Jesus Cristo. Ella es adúltera. "Pedís y no recibís, porque pedís apenas, para que 
derrochéis en vuestros placeres. Infieles (adúlteros), no comprendéis que la amistad del mundo es inemiga de Dios? Aquel, pues, que 
quisiera ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios" (santiago 4:3, 4). La amistad con el sistema que gobierna lo 
inundo es adulterio espiritual, que afecta nuestra fidelidad al Señor Jesus. Así como juzgó a Jonas, el Señor está 
juzgando la Iglesia, instándola al arrepentimiento y la una vida de mayor comunión con él: 
"Pues quien come y bebe sin discernir el cuerpo (a cena del Señor), come y bebe juicio para sí. He ahí la razón por qué hay 
entre vosotros muchos débiles y enfermos y no pocos que duermen (están muertos). Porque, si nos juzgáramos a nosotros mismos, no 
seríamos juzgados. Pero, cuando juzgados, somos disciplinados por el Señor, para que no fuéramos condenados con el mundo" 
(1Co 11:29-32). Necesitamos entender que ese asunto va además de lo que sólo beber un pequeño cáliz de vino, o 
comer un pedazo de pan, sin haber confesado los pecados. No hay poder en el vino y en el pan, y sí en lo que 
estos elementos representan. Jesus dijo en Juan 6:56, 57: 
"Quién comer mi carne y beber mi sangre permanece en mí, y yo, en él. Así como el Padre, que vive, me envió, e igualmente 
yo vivo por el Padre, también quien de mí se alimenta por mí vivirá" . Necesitamos entender que el pan y el vino son sólo 
señales externas de una alianza interna. Permanezca en Cristo y aliméntese de él, pues él es la fuente de vida. No 
viva alimentandose con los placeres del mundo, pero si con cada palabra que procede de la boca del Señor. La 
dieta alimentar del creyente es diferente de aquella que el mundo adopta. "No podéis beber el cáliz del Señor y el cáliz de 
los demónios; no podéis ser participantes de la mesa del Señor y de la mesa de

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