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Vientos de Apostasia - Jose A Holowaty

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VIENTOS DE 
APOSTASÍA 
 
radioiglesia.com |2014 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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Vientos de 
ApostasIa 
 
 
J. A. Holowaty 
 
 
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Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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Vientos de Apostasía 
 
 
 
 
PRÓLOGO 
VIENTOS DE APOSTASÍA es una obra para los cristianos confundidos a raíz de tantas manifestaciones extrañas en 
muchas iglesias en estos últimos años. El cristiano bíblico quiere saber a qué se deben acontecimientos tales 
como “soplar” con poder y tirar a multitudes, recibir una “segunda unción” realizar milagros, especialmente “sanidades” 
‟hablar en “lenguas‟; saltar, tirarse al suelo, retorcerse, recibir el “espíritu de las carcajadas” y muchas otras 
manifestaciones. 
Lo más difícil para el cristiano promedio, es explicar cómo es posible, que si estas manifestaciones no provienen de Dios 
ni del Espíritu Santo, quienes las practican tengan tantos seguidores. Sus iglesias florecen, son miles los que concurren 
a cada servicio. 
VIENTOS DE APOSTASÍA encara estos fenómenos desde el punto de vista bíblico, incluyendo “La Estafa de las 
Lenguas” Esta obra no pretende agotar los temas que incluye, pues existen muchas otros libros muy buenos, aunque 
algunos solamente en el idioma inglés. 
Es mi oración que cada Hermano o Hermana que lea este libro, antes de tildarlo de herejía, examine cuidadosamente las 
citas bíblicas, casi todas incluidas en su lugar correspondiente. No tengo el menor deseo de ofender a ningún Hermano 
que está sinceramente equivocado y que tal vez milita en alguna congregación que practica algunas de estas cosas. 
Dios conoce mi corazón y sabe cuál es mi intención. 
Agradezco mucho a la Hermana Judith Rojas, quien se encargó de ordenar este libro, además de corregirlo - leyéndolo 
una y otra vez - preparándolo para la imprenta. Era un trabajo enorme y tuvo que realizarlo en muy corto tiempo. 
También agradezco a mi esposa Esperanza, por todo su apoyo y paciencia, a mi familia y a los hermanos que estuvieron 
orando para que mi Dios me diera las fuerzas y la capacidad para poner ordenadamente estas enseñanzas en un 
volumen que sin duda será de mucha bendición, aunque ciertamente también de controversia. 
J. A. Holowaty 
 
 
 
 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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Capítulo I 
 
¿Qué señal habrá de tu venida? 
 
Faltando ya muy poco para que el Señor cumpliera su 
misión de llevar nuestros pecados en el Calvario, una 
triple pregunta de sus discípulos motivó esta solemne 
respuesta del Salvador. 
El diálogo es breve, pero muy significativo: “Cuando 
Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus 
discípulos para mostrarle los edificios del templo. 
Respondiendo él les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto 
os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, 
que no sea derribada. Y estando él sentado en el 
monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron 
aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas 
y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 
Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os 
engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, 
diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos 
engañarán (Mat. 24:1-5). 
No me cabe la menor duda de que en estas pocas 
palabras, “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas y qué 
señal habrá de tu venida; y del fin del siglo?” (Mat. 
24: 3b), tenemos un bosquejo completo de los 
principales acontecimientos proféticos en un correcto 
orden cronológico. Después de que les mostró la 
singular construcción del templo y demás edificios en 
sus proximidades, Jesús les dijo que vendría el día 
cuando el templo sería destruido hasta no quedar de él 
piedra sobre piedra. El Señor no les dijo cuándo 
sucedería esto, pero hoy sabemos que ocurrió en el año 
70 de nuestra era, cuando los ejércitos del general 
romano Tito, quien en el año 79 se convirtiera en 
emperador de Roma, sitiaron la ciudad y la tomaron. 
Hay descripciones escalofriantes de lo que ocurrió 
entonces. Flavio Josefo, el historiador judío, ofrece 
muchos detalles sobre el sitio de la ciudad y cómo cayó 
finalmente en manos de los romanos. Algunos 
historiadores dicen que cerca de un millón trescientos 
mil judíos murieron en manos de los romanos. 
Ese mismo día, momentos antes, Jesús, previendo todo 
cuanto les esperaba, les dijo: “¡Jerusalén, ¡Jerusalén, 
que matas a los profetas, y apedreas a los que a ti 
son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus 
hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de 
las alas y no quisiste! He aquí vuestra casa os es 
dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no 
me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en 
el nombre del Señor” (Mat. 23:37.39). 
Esta declaración de Jesús se cumplió con exactitud. No 
solamente Jerusalén y el templo judío fueron destruidos, 
sino que a diferencia de las otras diásporas, cuando los 
judíos fueron dispersados, expulsados de su territorio, 
esta vez tuvieron que huir por todo el mundo. 
En relación a esto mismo, Jesús también les dijo: “Pero 
cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, 
sabed entonces que su destrucción ha llegado. 
Entonces los que estén en Judea huyan a los 
montes; y los que en medio de ella; váyanse; y los 
que estén en los campos, no entren en ella. Porque 
estos son días de retribución, para que se cumplan 
todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las 
que estén encinta, y de las que críen en aquellos 
días! porque habrá gran calamidad en la tierra; e ira 
sobre este pueblo. Y caerán afilo de espada; y serán 
llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén 
será hollada por los gentiles hasta que los tiempos 
de los gentiles se cumplan” 
Es admirable la exactitud con que se cumplieron estas 
palabras, pues todo cuanto Jesús dijo aquí ya es 
historia. Jerusalén fue rodeada por los ejércitos 
extranjeros - los romanos. Israel fue dispersado por todo 
el mundo y los judíos vivieron sin patria, sin nación 
propia, hasta hace menos de medio siglo, pues recién en 
el año 1948 se restablecieron en la tierra de sus 
antepasados. Sin embargo, les tomó algún tiempo para 
recuperar toda la ciudad de Jerusalén, la cual cayó bajo 
su dominio en la guerra de los seis días, en junio de 
1967. Pero... ¿Podemos asegurar que Jerusalén ya no 
está más “hollada por los gentiles”? 
Muchas cosas más sucederán en esa diminuta nación, 
pero lo que ahora nos interesa es lo que Jesús le dijo a 
sus discípulos a modo de respuesta a su triple pregunta. 
Ellos querían saber cuándo serían destruidos Jerusalén 
y su templo y cuándo serían dispersados los judíos por 
todo el mundo. El Señor, sin embargo, no les dio fecha 
exacta. 
Hoy, mirando retrospectivamente, notamos que cuando 
Jesús estuvo ante Pilato, y cuando éste le presentó al 
pueblo, manifestando que era inocente, esa multitud sin 
saberlo, “profetizó en coro” diciendo: “Su sangre sea 
sobre nosotros, y sobre nuestros hijos”(Mat. 27:25). 
Efectivamente, sin que se percataran de esta trágica 
profecía colectiva, unos 37 años después, cuando 
muchos de ellos todavía vivían y sus pequeñuelos de 
brazos estaban en sus 37 a 40 años de edad, llegó el 
derramamiento de la sangre de ellos y de sus hijos. 
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Pero lo que más nos llama la atención es la segunda 
parte de la triple pregunta de los discípulos: “¿Y qué 
señal habrá de tu venida?”. Esta “venida” abarca el 
rapto de la Iglesia, lo mismo que su venida con la Iglesia 
para establecer el Reino Milenial. Ambos eventos están 
incluidos aquí, ya que en la parte final de lapregunta 
ellos le interrogan sobre “el fin del siglo”, que 
corresponde el juicio de los impíos ante el trono blanco. 
Nuestro análisis se concentra ahora en la respuesta de 
Jesús a la “Señal” (singular) que ellos le plantean. Es 
como si lo discípulos no quisieran saber de 
las “señales”, sino de una señal específica. 
En el mismo capítulo Jesús menciona 
otras “señales” que anunciarían la proximidad de su 
venida, como por ejemplo, “guerras y rumores de 
guerra... se levantará nación contra nación, y reino 
contra reino; y habrá pestes, y hambres, y 
terremotos en diferentes lugares” (Mat. 24:6,7). Sin 
embargo, Jesús primero les dio “la señal”, para que 
ellos, que en ese momento representaban a los 
cristianos, a la iglesia, pudieran reconocer fácilmente 
cuándo estaría ante las puertas el día de su regreso, 
que comenzaría con el rapto. Ésta es la solemne 
advertencia del Señor: “Mirad que nadie os engañe. 
Porque vendrán muchos en mi nombre; diciendo: Yo 
soy el Cristo; y a muchos engañarán”. 
Jesús les hizo ver que la característica principal de que 
el tiempo de su gracia estaba llegando a su fin, sería la 
invasión de falsos predicadores, falsos maestros de la 
Biblia, falsas iglesias, falsos mesías y falsos cristianos. 
También Jesús destacó que muchos serían desviados y 
seguirían a estos falsos “cristos”. Aunque la cuestión 
hambre, guerras, terremotos y pestes, todo es horrible, 
estas experiencias, sin embargo por lo general purifican 
la iglesia. Cuando hay serios aprietos, ya sean sociales, 
políticos, económicos, problemas de salud física, 
enfermedades y todo cuanto nos conduce a un callejón 
incierto, lo que ocurre con los cristianos es que en tales 
circunstancias se acercan más al Señor. Pero cuando 
hay salud, cuando disfrutamos de paz en el país, cuando 
la economía sigue creciendo, cuando nuestro trabajo no 
está en peligro, por lo general se debilita la vida 
espiritual. Pero cuando nos vemos rodeados de 
inseguridad, amenaza de guerra, alguna enfermedad 
incurable o la muerte inesperada de algún ser querido, 
entonces sí, buscamos refugio en Dios. 
Los discípulos querían que el Señor les diera una sola 
señal, porque seguramente esperaban simplificar el 
trabajo al reconocer el verdadero peligro, justo antes del 
regreso del Salvador. Jesús les dijo que tuvieran 
cuidado con las falsas doctrinas, falsos predicadores, 
falsos teólogos, falsos maestros, falsos evangelistas y 
falsas iglesias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Capítulo II 
 
 
A la luz de la Biblia 
 
Pero... ¿Cómo puedo saber yo si lo que una persona 
predica y enseña es falso? Él usa la Biblia, menciona a 
Jesús, da gloria a Dios, nombra mucho el Espíritu Santo, 
ora como corresponde, tiene miles de seguidores. Es 
probable que parezca difícil desenmascarar el fraude de 
estos días, pero tenemos a nuestro alcance un medio 
que no falla. Todo cuanto alguien enseña, predica o 
hace, debe examinarse siempre a la luz de la Palabra de 
Dios, la Biblia. Si resiste este examen, es bíblico, pero si 
no lo resiste, entonces es anti bíblico y debe ser 
rechazado inmediatamente. El cristiano debe cuidarse 
hoy como nunca antes. 
Hay actualmente una larga lista de reverendos y 
reverendas que aparecieron como hongos por todas 
partes. No podrían haber escogido un mejor momento, 
ya que el hombre común de hoy realmente busca un 
líder. No necesariamente un líder político, sino un líder 
espiritual, porque el vacío que siente el pecador sin 
Cristo es aterrador, y éstos “líderes “vienen con un 
paquete de soluciones mágicas. ¿Quiere salud? Hay 
curanderos “en el nombre de Jesús” ¿Quiere riquezas 
materiales? Hay visualizadores “en el nombre de 
Jesús” ¿Quiere fama? Hay oportunidades y sólo 
necesita comenzar a insistir que oye la voz de Dios o de 
Jesús y dispóngase a elaborar una historia más o menos 
aceptable, así tendrá seguidores. Además, si quiere 
ejercitar sus poderes de sanidad, sólo tiene que crear 
sus propios endemoniados y sus enfermos y luego 
comience a... “expulsar demonios”, siempre “en el 
nombre de Jesús y para su gloria” y también ordene a 
los demonios que dejen a sus “víctimas”. No olvide 
mencionar de cuando en cuando, que... “Jesucristo es 
el mismo ayer, y hoy y por los siglos”. No importa si 
lo hace fuera de contexto, porque la gente de todos 
modos no cuestionará sus afirmaciones. Lo importante 
es que los enfermos se sanen y los endemoniados sean 
curados, así tendrá muchos seguidores y le darán 
mucho dinero. 
Si alguien le sugiere que “citar un texto fuera de contexto 
es quedar con el pretexto”, no le haga caso, dígale que 
es sólo un juego de palabras. Pregúntele si no cree que 
ciertamente “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y 
por los siglos” (Heb. 13:8). 
Pero cuidado, porque es probable que él le haga la 
siguiente pregunta: “¿Significa esto que puesto que 
Jesucristo „ayer‟ era un bebé que nació en Belén, lo hará 
de nuevo ahora; sólo porque él es el mismo? Puesto que 
él también murió en el Calvario, y esto sucedió „ayer‟ - 
en el pasado - vuelve a morir cuantas veces se nos 
ocurra; porque... „Jesucristo es el mismo?‟: Es 
probable también que su interlocutor le cite a Pablo 
cuando dice: “Porque en cuanto murió, al pecado 
murió una vez por todas; mas en cuanto vive para 
Dios vive” (Rom. 6:10). “Sabiendo que Cristo, 
habiendo resucitado de los muertos ya no muere; la 
muerte no se enseñorea más de él” (Rom. 6:9). 
Es fácil ver que aun siendo Jesucristo el mismo “ayer y 
hoy y por los siglos”, esto no quiere decir que todo lo 
que él hizo y dijo “ayer” - en el pasado - se volverá a 
repetir al entero antojo de un mago con título de 
sacerdote, pastor, reverendo o ministro. La Biblia no es 
un horóscopo, no se la puede leer como aquella dama 
que tanto dependía del “cómo me irá hoy”, que cuando 
se convirtió, al enterarse de que no debía recurrir más al 
horóscopo, pensó que la Biblia podría ser usada en su 
lugar, como si se tratara del horóscopo diario. Su 
costumbre era abrir la Biblia por la mañana, pero con los 
ojos cerrados. Luego colocaba a ciegas el dedo en la 
página abierta y abría los ojos para leer el texto que 
había señalado. „De esta manera” - decía ella - „Dios me 
está dando mi texto del día; indicándome exactamente 
qué debo hacer y cómo”. 
Un día se encontró con un serio dilema, porque al 
colocar su dedo, leyó donde decía: “Y Judas fue y se 
ahorcó” (Mat. 25:5). Esta hija del horóscopo quedó 
espantada, y pensó que lo correcto era repetir el 
procedimiento, por si la segunda vez tenía mejor suerte. 
Así que volvió a cerrar sus ojos y abrió la Biblia en otro 
pasaje y cuando abrió los ojos leyó estas palabras: “Ve, 
y haz tú lo mismo” (Luc. 10:37). Esta dama quedó 
aterrada, pero pensando que era simple mala suerte 
dijo: “Bueno, la tercera es la vencida. Intentaré una vez 
más, porque no puede ser que Dios quiera que yo vaya 
y me ahorque como Judas Iscariote” Volvió a repetir por 
tercera vez su procedimiento de cerrar los ojos y así, a 
ciegas, encontrar su bendición del día. Cuando los abrió, 
leyó espantada estas palabras en la Biblia: “Lo que vas 
a hacer, hazlo más pronto” (Jn. 13:27b). Poniendo 
estos textos completamente fuera de sus respectivos 
contextos, tenemos el siguiente imperativo 
bíblico: “Judas fue y se ahorcó, vé, y haz tú lo mismo. 
Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”. Aunque 
parezca exagerado, este “método” de manipular las 
Escrituras es muy común hoy en día. Es muy raro que 
alguien se pregunte qué tiene que ver determinado 
pasaje bíblico con lo que el orador dice. 
Cuando Lucas escribió el libro de los Hechos de los 
Apóstoles, incluyó este interesante incidente ocurrido en 
Berea. “Inmediatamente, los hermanos enviaron de 
noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, 
habiendollegado, entraron en la sinagoga de los 
judíos Y éstos eran más nobles que los que estaban 
en 
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Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda 
solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para 
ver si estas cosas eran así” (Hec. 17:10,11). 
Las palabras de Pablo y Silas eran convincentes. El 
mensaje era claro, la demostración de que Jesús era el 
Cristo predicho por los profetas, parecía irrefutable. Los 
bereanos decidieron someter las enseñanzas de estos 
dos siervos de Dios a una prueba que siempre resulta 
infalible. Simplemente compararon lo que los siervos de 
Dios decían, con aquello que para entonces era la 
Palabra de Dios. ¿El resultado? “Así que creyeron 
muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción y 
no pocos hombres” (Hec. 17: 12). 
Usted escucha muchos programas de radio, ve en la 
pantalla de televisión a comunicadores muy capaces y 
con gran carisma que verdaderamente atraen su 
atención. Lee un libro sobre alguna doctrina bíblica. Es 
probable que en el fondo de su mente sienta como 
que “algo no está bien” Pero usted desconoce la Biblia y 
francamente quisiera que todo lo que dice su predicador 
favorito fuese verdad. Así que decide escucharlo, 
apoyarlo y aceptar sus enseñanzas. ¡Esto puede ser 
trágico! Su alma está en juego. No se trata de adherirse 
a una religión, iglesia, o filosofía tal o cual. Aquí está en 
juego su alma la eternidad. Así que lo que debe hacer es 
someter a un examen muy severo, todo cuanto escucha, 
lee o ve, respectivamente, 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Capítulo III 
 
¿Gran cruzada de milagros? 
 
Un ejemplo del descarado engaño de estos días lo 
tenemos en algunos titulares donde se invita al público a 
participar de una reunión donde se anticipan los 
milagros. Puesto que los milagros escapan del dominio 
humano, pueden provenir de Dios o de Satanás, ningún 
cristiano puede afirmar que habrá milagros en tal o cual 
lugar, a tal día o determinada hora, porque todo cristiano 
verdadero se sujeta a la voluntad divina. Cuando los 
milagros ocurren por voluntad del orador de turno, del 
milagrero con “poderes sobrenaturales”, puede usted 
estar seguro que Dios nada tiene que ver con esa 
persona y con todo cuanto él o ella predican o enseñan. 
No importa cuán bíblico suene. Jesús mismo dijo: “No 
todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el 
reino de los cielo, sino el que hace la voluntad de mi 
Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en 
aquel días Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu 
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y 
en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces 
les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí 
hacedores de maldad” (Mat. 7:21-23). 
Es probable que usted haya visto o que llegue a ver 
alguno de los muchos videos que se distribuyen ahora, 
donde se pueden ver a individuos moviéndose en la 
plataforma de un extremo a otro y ofreciendo salud, 
bienestar y plenitud del Espíritu Santo como si fuera un 
producto a disposición de todos, sin ser convertidos ni 
regenerados, y donde el que decide la cuantía del 
Espíritu Santo para cada caso es el gurú de turno. Basta 
con que tumbe a la gente, con que pruebe 
haber “sanado” a alguien, con que reúna una gran 
multitud, con que sepa elaborar una historia interesante 
de su encuentro a solas, en su habitación, con el 
Espíritu Santo. 
El gurú moderno no es el antiguo de la India que venía 
con ropa sucia, barba larga y que se sentaba en 
posición yoga, encantando serpientes. No, esto no 
ocurre hoy. El gurú moderno viste traje hecho a la 
medida, corbata de seda, reloj de oro, y está rodeado 
de “ayudantes” muy probablemente con su esposa al 
frente en la plataforma, asegurando que Dios le habló 
privadamente por medio del Espíritu Santo. 
Examinemos a continuación la forma cómo trabajan 
estos señores en nuestros días. Usted podrá darse 
cuenta cómo se hace el trabajo y examinar como los de 
Berea a los predicadores de nuestros días. 
“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la 
bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus 
inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de 
demonios, que hacen señales… (Apoc. 16:13,14a). 
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, 
como habrá entre vosotros falsos maestros, que 
introducirán encubiertamente herejías destructoras, y 
aun negarán al Señor que los rescaté, atrayendo sobre 
si mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus 
disoluciones, por causa de los cuales el camino de la 
verdad será blasfemado” (II Ped. 2:1,2). 
“Porque ya está en acción el misterio de la 
iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, 
hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y 
entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el 
Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá 
con el resplandor de su venida, inicuo cuyo 
advenimiento es por obra de Satanás, con gran 
poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo 
engaño de iniquidad para los que se pierden, por 
cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser 
salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, 
para que crean la mentira, a fin de que sean 
condenados todos los que no creyeron a la verdad 
sino que se complacieron en la injusticia” (II Tes. 2:7-
12). 
Estas cuatro citas corresponden a cuatro autores: Juan, 
Pedro, Pablo y el Señor Jesucristo. La Iglesia ya está en 
su cuenta regresiva, muy pronto partirá para estar con el 
Salvador. Por tal razón la actividad del maligno nunca 
había prosperado tanto como ahora, especialmente en 
esas cruzadas de “tumbadores”, 
“sopladores”, “curanderos”, “soñadores”, 
“manipuladores” e “hipnotizadores de multitudes” Es 
verdaderamente alarmante lo que está sucediendo, pero 
mi mayor temor es que todo pueda desembocar en un 
escándalo tan grave en el que mueran tal vez miles de 
personas y que debido a esto el Evangelio sea 
virtualmente prohibido. La humanidad y los gobernantes 
son incapaces de distinguir el evangelio de los gurúes 
modernos, quienes se disfrazan con vestidos 
de “ministros”, “predicadores” y a veces 
de “evangelistas”. 
El “tráfico de almas” a cargo de estos individuos sin 
escrúpulos es en extremo peligroso. En el libro de 
Apocalipsis se habla de esto, cuando dice: “Y los 
mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre 
ella [sobre Babilonia la Grande la prostituta religiosa], 
porque ninguno compra más sus mercaderías trigo, 
bestias ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de 
hombres” (Apoc. 18:11,13). 
Hace muchos, años se oía hablar de la “trata de 
blancas”, del tráfico de mujeres, cuando estaba de moda 
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robarse a las mujeres para dedicarías a la prostitución. 
Luego vino el tráfico de drogas y con esto se han 
destruido casi dos generaciones. Por último tenemos 
algo mucho más sofisticado, sin que la ley persiga a 
estos traficantes - el tráfico de almas. Hombres y 
mujeres, cual mansos corderitos acuden en tropeles a 
las citas que el gurú de turno organiza, y se mueven al 
mandato del que se pasea por la plataforma con miradas 
astutas de autosuficiencia y dominio del “espíritu”, el 
cual también se le sujeta, actuando ante cualquier antojo 
suyo. 
Hay cristianos bíblicos y fieles a la Palabra que se 
alarman, pero esto no debe ser así, la Biblia predice 
estos días y habla de esos que se disfrazarían como 
ministros de Cristo, siendo en realidad ministros de 
Satanás. Pablo le dijo a los corintios: “Porque éstos 
son falsos apóstoles obreros fraudulento, que se 
disfrazan como apóstolesde Cristo. Y no es 
maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza 
como ángel de luz. Así que, no es extraño si también 
sus ministros se disfrazan como ministros de 
justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (II Cor. 
11:13-15). 
A aquellos cristianos que han visto o verán estos videos 
de “milagros” vamos a ofrecerles un consejo sano y 
constructivo a la luz de la Palabra de Dios, ya que 
creemos que es necesario que cada cristiano, al verse 
rodeado de algo que le parece novedoso y extraño, lo 
examine cuidadosamente a la luz de la Palabra de Dios. 
Eso mismo fue lo que hicieron los hermanos de Berea, 
aunque quien les hablaba era el apóstol Pablo. “Y éstos 
eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, 
pues recibieron la palabra con toda solicitud 
escudriñando cada día las Escrituras para ver si 
estas cosas eran así” (Hec. 17:11). 
Ellos no se sintieron impresionados por un Pablo que 
soplaba saturado de un “poder” que le había derivado 
algún otro... tal vez Pedro. Tampoco Pablo les 
ofreció “una doble porción”. Ni soplaba, ni tiraba a nadie 
al suelo, ni ofrecía sanidad, ni los obligaba a repetir 
algunas palabras a modo de canciones 
para “blanquearles la mente” y prepararlos para recibir 
ese “espíritu que les permitía cantar y hablar en 
lenguas”. No, no había nada de eso. Pablo les predicó a 
Jesús como el Cristo, el Mesías prometido por los 
profetas. Ese Jesús que había muerto y resucitado 
ofreciéndoles salvación y perdón completo. El mensaje 
para ellos era claro, nadie temblaba, ni sentía que le pa-
saba como fuego por el cuerpo. 
El Espíritu Santo se valió de este mensaje sencillo y 
cambió sus vidas. Se produjo en ellos el nuevo 
nacimiento, especialmente después de comprobar que 
Pablo no era un embaucador y que todo cuanto 
enseñaba respecto a lo que los profetas habían dicho 
sobre el Salvador, armonizaba perfectamente con las 
Escrituras. Por eso el resultado fue maravilloso: Así que 
creyeron muchos de ellos; y mujeres griegas de 
distinción, y no pocos hombres” (Hec. 17:12). 
Es verdaderamente sutil la forma como actúan los 
milagreros de hoy, y cómo tratan de probar 
sus “verdades” - saltando de un texto a otro de la Biblia - 
y muy de cuando en cuando citándolos fuera de su 
contexto a fin de darle a su hipnotismo colectivo un 
toque de mensaje bíblico. A continuación examinaremos 
el peligro involucrado en todo esto. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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Capítulo IV 
Se juega con los demonios 
 
El “predicador” luce muy suficiente, soberbio, como si 
tuviera a Satanás y a los demonios bajo su completo 
control. Manipula a la audiencia y luego llama a quienes 
desea para “hacerlos caer” públicamente sin darles la 
mayor importancia, porque... “toda la gloria es para 
Jesús” - aunque no aclara a qué Jesús se refiere. No 
enfatiza la salvación del pecador, sino su sanidad física. 
A cada momento reclama que los demonios y Satanás 
ya están derrotados. 
Sus sanidades no son como las que ocurrían en los días 
de Jesús, cuando el Señor se acercaba y sólo tocaba al 
enfermo o como lo hacían los apóstoles. 
Este “milagrero” cuenta con un poder virtualmente 
ilimitado, y es él mismo, no Dios, quien decide que la 
noche será de milagros. Entonces el espíritu con quien 
trabaja le obedece, a juzgar por los testimonios de 
los “enfermos” y especialmente al notar cómo 
logra “tumbar” a quien quiera. Por supuesto que también 
cura por televisión, pues basta con que disponga algo, 
para que suceda lo que ordena. 
En algunos casos, tal como lo que viera en un video, la 
víctima suplica: “No me tires... no me tires… porque 
quiero dar mi testimonio A esta súplica, el predicador 
sonríe como diciendo: “Fíjense cómo me teme”. Y es 
cierto. Los poseídos por demonios en los días de Jesús, 
también se estremecían porque los demonios los 
tiraban: “Estaba en la sinagoga un hombre que tenía 
un espíritu de demonio inmundo, el cual clamó a 
gran voz; diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con 
nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para 
destruirnos? Yo te conozco quién eres; el Santo de 
Dios Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de 
él Entonces el demonio, derribándole en medio de 
ellos salió de él y no le hizo daño alguno” (Luc. 4:33-
35). “Y mientras se acercaba el muchacho, el 
demonio lo derribó y le sacudió con violencia, pero 
Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al 
muchacho, y se lo devolvió a su padre” (Luc. 9:42). 
Vemos por la Escritura, que el demonio es quien derriba. 
Jesús y los apóstoles siempre levantaban, fortalecían y 
ayudaban a los endemoniados. Pero 
los “tumbadores” modernos, quieren hacerle creer a sus 
seguidores que ellos en realidad están bajo la acción del 
Espíritu Santo. En ninguna otra circunstancia hemos 
visto más claro el pecado que no tiene perdón la 
blasfemia contra el Espíritu Santo, como en estos 
encuentros en donde el Espíritu Santo es claramente 
blasfemado. 
Aquí está atribuyéndosele al Espíritu Santo, lo que en 
los Evangelios parece ser especialidad de los demonios. 
El Señor Jesucristo advirtió de este pecado cuando 
dijo: “De cierto os digo que todos los pecados serán 
perdonados a los hijos de los hombres, y las 
blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera 
que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene 
jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. 
Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu 
inmundo” (Mar. 3:28-30). 
La “estrella” del video, ora al Espíritu Santo, dándole 
incluso la bienvenida al lugar y agradeciéndole por estar 
allí. Le dice entre otras cosas: “Quiero conocerte quiero 
que me lleves, ayúdame a orar, a cantar, quiero recibir la 
unción” Esto contradice lo que el mismo Jesús enseñó 
sobre la oración en Mateo 6: 9-13. 
La Biblia no enseña en ningún lugar que debemos darle 
la bienvenida al Espíritu Santo, alabarlo o pedirle algo. El 
Señor dice que debemos orar siempre al Padre en el 
nombre de Jesús. Los apóstoles y la iglesia primitiva 
siempre lo hicieron así: “Y ellos, habiéndolo oído, 
alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano 
Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, 
el mar y todo lo que en ellos hay... Y ahora Señor, 
mira sus amenazas...“(Hec. 4:24,29). 
A lo largo del “festival”, el predicador no está 
subordinado al Espíritu, como le corresponde a un 
auténtico siervo de Dios, sino que él mismo le ordenaba 
a su “espíritu” para que le diera “doble porción” a uno, y 
a veces “triple” a otro. En ocasiones decía que el tal 
espíritu lo hiciera con los que estaban a su derecha, a su 
izquierda, atrás o adelante... Pero, ¿es esto lo que 
enseña la Biblia? Llegó el momento cuando “el 
mensajero “el humilde “canal” se atrevió a decir que 
ahora exigía espíritu “por toneladas”. 
La Biblia declara lo contrario, dice que Dios da todo el 
Espíritu Santo al momento de la conversión. “Porque el 
que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues 
Dios no da el Espíritu por medida” (Jn. 3:34). “El que 
cree en mí como dice la Escritura; de su interior 
correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que 
habían de recibir los que creyesen en él; pues aún 
no habla venido el Espíritu Santo, porque Jesús no 
había sido aún glorificado” (Jn. 7:38,39). 
El único requisito que presenta la Escritura para que una 
persona pueda recibir el Espíritu Santo es creer en 
Jesús. “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios 
nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros 
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el 
lavamiento de la regeneración y por la renovación en 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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10 
el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros 
abundantemente por Jesucristo nuestro 
Salvador” (Ti. 3:4-6). 
La salvaciónes un don de Dios, un regalo que el 
pecador obtiene al oír la Palabra, arrepentirse de sus 
pecados y depositar su fe en Cristo. En ese instante 
Dios sella esa salvación, dándole también como don 
pecador obtiene al oír la Palabra, arrepentirse de sus 
pecados y depositar su fe en Cristo. En ese instante 
Dios sella esa salvación, dándole también como don el 
Espíritu Santo. “En él también vosotros, habiendo 
oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra 
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados 
con el Espíritu santo de la promesa, que es las arras 
de nuestra herencia hasta la redención de la 
posesión adquirida, para alabanza de su gloria” (Efe. 
1:13,14). 
Pablo le manifiesta a los efesios que ellos recibieron el 
Espíritu Santo al oír el Evangelio y creer, aceptando a 
Jesús por Salvador, Pero... ¿Por cuánto tiempo 
recibieron ellos el Espíritu Santo? “Hasta la redención 
de la posesión adquirida” El apóstol no dice que será 
hasta que reciban una segunda unción, “fresca y 
poderosa” suministrada por cualquier milagrero. Pablo 
afirma que es “hasta la redención” naturalmente la 
redención física, total, en el momento del arrebatamiento 
de los redimidos. 
En el mismo video, usted podrá escuchar al orador que 
dice: “Hoy muchos van a conocer al Espíritu 
Santo”. Pero usted sabe que el Espíritu Santo es un don 
de Dios para aquellos, que habiendo oído la Palabra de 
Dios se arrepienten de todo corazón, confiesan sus 
pecados y reciben a Cristo como Señor y Salvador. Este 
orador no habla de la necesidad del arrepentimiento, ni 
de la fe en Cristo Jesús. Durante dos horas mantuvo a la 
gente saltando, brincando, mostrándoles su poder para 
tumbar gente, soplar y habló con él. Pero lea lo que dijo 
el Señor Jesucristo: “Porque os digo que desde ahora 
no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene 
en el nombre del Señor” (Mat. 23:39). Esta declaración 
solemne del Señor se refiere a la hora de mayor crisis 
en el planeta, cuando los ejércitos del mundo rodearán a 
Jerusalén, en el filo de la gran tribulación y los judíos 
clamarán buscando socorro divino. Será entonces 
cuando lo verán llegando con “poder y gran 
gloria” (Mat. 24:30). 
Obviamente cualquier predicador que dice que ve a 
Jesús, debe ser otro “Jesús” que nada tiene que ver con 
nuestro Salvador, porque si el Señor dijo “Desde ahora 
no me veréis” y estipulé un tiempo que todavía no se ha 
cumplido, cualquiera que pretenda ser Jesús, en visión o 
real, siempre será falso. 
Pero hay más contradicciones: Estos oradores 
acostumbran decirle a su audiencia que saldrán de ese 
lugar “borracha en el espíritu”. Pero el día de 
Pentecostés, Pedro contradijo a quienes sugirieron que 
los 120 hermanos estaban borrachos cuando descendió 
el Espíritu Santo. “Porque éstos no están ebrios, 
como vosotros suponéis, puesto que es la hora 
tercera del día Mas esto es lo dicho por el profeta 
Joel” (Hec. 2: 15,16). 
Pedro no sólo refuta a quienes pensaban que ellos 
estaban ebrios, sino que también agregó que en ese día 
se había cumplido la profecía de Joel sobre el 
derramamiento del Espíritu Santo. Este derrama miento 
jamás volverá a tener lugar, ya que cuando una profecía 
se cumple no se vuelve a repetir. 
La cita de Joel mencionada por Pedro en Hechos 2:17-
19 tuvo cumplimiento el día de Pentecostés: “Mas esto 
es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros 
días, dice Dios, derramaré de Espíritu sobre toda 
carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; 
vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos 
soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y 
sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi 
Espíritu y profetizarán” Mientras que los versículos 19 
al 21, son todavía cosa del futuro. 
Como si las contradicciones fueran pocas, estos 
flamantes “mensajeros”, también hablan de...“Cantar en 
lenguas, de comenzar a recibir la diversidad de 
dones...” Pero la Biblia dice: “Pero todas estas cosas 
las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada 
uno en particular como él quiere” (I Cor. 12:11). 
Es Dios mismo quien se reserva el derecho de repartir a 
cada uno como él quiere, de tal manera que usted no 
recibe un don porque lo demande, lo desea o lo pida, ya 
que por ser don, es Dios mismo quien lo da. Si 
pudiéramos recibir algo a pedido, por orar, gemir, llorar o 
anhelar, ya no sería un don, un regalo, sino algo que 
adquirimos o tal vez compramos 
Si quiere saber algo acerca de determinado predicador, 
evangelista, conferencista, milagrero, sanador o lo que 
fuera, mida siempre sus enseñanzas con la regla de la 
Palabra inspirada - la Biblia. Cuando las contradicciones 
son muchas, esto indica que alguien está equivocado. 
Obviamente, usted ya sabe quién está en error. Jesús 
dijo en su oración: “Santifícalos en tu verdad; tu 
palabra es verdad” (Jn.17:17). 
 
 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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11 
OBLIGAN A LA BIBLIA A MENTIR 
A voz en cuello, estos hombres, micrófono en mano, 
gritan a todo pulmón: “La misma gloria que estaba en el 
monte Sinaí se encuentra aquí hoy...” Mientras que dice 
la Escritura: “Entonces Moisés subió al monte, y una 
nube cubrió el monte. Y la gloria de Jehová reposó 
sobre el monte Sinaí y la nube lo cubrió por seis 
días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de 
la nube. Y la apariencia de la gloria de Jehová era 
como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a 
los ojos de los hijos de Israel” (Exo. 24:15-17). 
 No se sabe exactamente cómo era esa gloria, porque 
aquello era un espectáculo que los israelitas no podían 
mirar y que les inspiraba un gran temor. Tal vez estos 
milagreros se refieren a algo que ven y que tienen que 
comunicarle a sus seguidores, aunque los demás nada 
vean. 
Ahora bien: ¿Qué es lo que el cristiano recibe? Recibe a 
Cristo Jesús como su Salvador personal. Y la Biblia dice 
sobre él: “Porque en él habita corporalmente toda la 
plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos 
en él que es la cabeza de todo principado y 
potestad” (Col. 2: 9,10). 
Cuando nuestros primeros padres estaban en el Edén, 
Dios los rodeó de todo. No les faltaba nada, 
absolutamente nada. Pero vino la serpiente y le sugirió a 
Eva que “había más, mucho más” y que ella debía 
poseerlo. Eva cedió a la tentación, tal como hoy 
sucumben muchos ante la serpiente que ahora se 
presenta vestida de traje, corbata, reloj y alhajas 
relucientes, con un vocabulario impecable y música 
subliminal, para lograr lo que Lucifer obtuvo en el huerto 
del Edén. 
Estos gurúes de turno, no necesitan más que una 
audiencia ávida de algo... de más poder, más salud, más 
riqueza, más fama... Satanás, el seductor por 
excelencia, ha persuadido a muchos hombres para que 
busquen algo más, nadie ignora el éxito que ha tenido. 
Ha hecho sucumbir a muchos hombres que por años 
parecían disfrutar del perdón de Dios. Después de años 
de ministerio, repentinamente descubrieron esa nueva 
fuente de poderes, de nuevas verdades, mayor luz para 
comprender lo que antes no entendían. No se dieron 
cuenta que era la vieja fuente de la cual bebieron 
también Adán, Eva y el tercio de los ángeles que son 
hoy los demonios. Es la misma fuente del engaño de 
Satanás. 
Pablo nos dice: “Mas si aún nosotros, o un ángel del 
cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que 
os hemos anunciado, sea anatema. Como antes 
hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os 
predica diferente evangelio del que habéis recibido, 
sea anatema” (Gal. 1:8,9). “Pero a cada uno le es 
dada la manifestación del Espíritu para provecho... 
Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados 
en cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o 
libres; y a todos nos dio a beber de un mismo 
Espíritu” (1 Cor. 12:7, 13). 
Pero estas palabras y estas enseñanzas estrictamente 
bíblicas, son pasadas por alto, por “querer más y más, 
una doble porción de la unción o tal vezuna 
triple”, dependiendo de lo que el gurú de turno decida. 
Como si todo esto fuera poco, estos oradores siempre 
están hablando de las nuevas revelaciones que reciben. 
Éste es otro pecado condenado severamente en la 
Biblia, ya que el Señor dice que aquellos que alteren el 
Canon Sagrado serán castigados con el infierno. “Y si 
alguno quitare de las palabras del libro de esta 
profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y 
de la santa ciudad y de las cosas que están escritas 
en este libro” (Apoc. 22:19). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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12 
Capítulo V 
Disparates lamentables 
Si usted ha tenido la oportunidad de asistir a alguna de 
estas reuniones o ver alguno de estos videos, tal vez 
habrá notado que se trata de servicios en los que reina 
el desorden total. El “predicador o evangelista” al frente 
es quien decide los milagros. En otras palabras, tienen 
un dios que se sujeta a su voluntad, por eso pueden 
anunciar los milagros por adelantado con toda 
confianza, porque no es necesario pedir que se haga la 
voluntad de Dios. El mismo gurú hace el papel de Dios, 
¡y cómo lo hace! ¡Es increíble cómo se le sujeta el 
espíritu tumbador! 
Durante todo el servicio casi no se usa la Biblia, excepto 
una que otra vez como pretexto, se lee un pasaje que no 
tiene ninguna aplicación con lo que el animador está 
diciendo. Su interés es llegar a los bolsillos de los 
presentes, en ellos está lo que busca. Las almas no 
importan para nada, tan pronto los “emborracha” de 
espíritu, es el momento de ajustar cuentas. 
No sé cuánto dinero recogen, pero lo cierto es que 
después de las ofrendas, comienzan los testimonios “de 
sanidad” y las “alabanzas”. El líder sigue ordenando más 
y más para cada sector del público. Todos caen como 
manojos de paja movidos por el viento. El líder se 
divierte y se confunde con la audiencia. Muchas mujeres 
danzan abrazándose, riendo a carcajadas con una 
mirada que luce verdaderamente extraña. 
Algunas muchachas jóvenes tiemblan como epilépticas, 
moviendo la cabeza de la misma forma como lo hacía el 
hindú que tenía varios rehenes en Oregón, saltan, caen 
y se retuercen dando voces y alaridos extraños. Allí los 
alaridos se confunden con las “alabanzas”, y es claro 
que si estas reuniones se prolongaran, la multitud podría 
perder los estribos, quedando sin ningún control. 
Algunos jóvenes saltan, otros gimen se revuelcan en el 
suelo, abren la boca desmesuradamente, se desmayan, 
o tal parece que se desmayan, tiemblan y al mismo 
tiempo ríen. 
Los pastores (al menos dicen serlo) que están allí, 
verdaderamente idolatran a estos líderes y buscan de 
ellos esa „doble unción “. Cuando Simón el mago solicitó 
exactamente lo mismo, como Pedro el apóstol no era un 
“televangelista, ni un milagrero” no le sopló, ni le tocó, ni 
le ordenó al Espíritu que tomara posesión de él. 
“Cuando vio Simón que por la imposición de las 
manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, 
les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí 
este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere 
las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro 
le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has 
pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 
No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu 
Corazón no es recto delante de Dios Arrepiéntete, 
pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios si quizá te 
sea perdonado el pensamiento de tu corazón, 
porque en hiel de amargura y en prisión de maldad 
veo que estás” (Hec. 8:18-23). 
Cada vez se nota más y más el desorden y confusión en 
estas reuniones, no obstante, el espíritu que reina allí 
siempre obra con mucha cautela, no quiere destruir su 
misión antes de obtener los frutos esperados. No 
obstante, es probable que no pase mucho tiempo antes 
de que esto se salga de su cauce. No me extrañaría que 
en un futuro comenzaran a desvestirse y a andar 
desnudos en el lugar de reunión. Cualquier cosa es 
posible cuando se juega con el espíritu de confusión, 
pretextando que es el Espíritu Santo. Las mismas 
palabras que le dijera Pedro a Simón, aplican en este 
caso particular de la doble unción: “No tienes tú parte 
ni suerte en este asunto” 
RECODEMOS LA HISTORIA 
 Quiero compartir ahora con mis lectores, algo que 
ocurrió hace muchos años, antes de que yo naciera, mis 
padres solían contarnos lo sucedido. He tenido la 
oportunidad de conocer personalmente a varios 
hermanos que presenciaron lo acaecido, aunque nunca 
le di mucha importancia, hasta hace poco que hablé con 
mi padre quien me recordó todas estas cosas. 
Él me contó de los casos que ocurrieron entre 1930 a 
1933, cuando un espíritu extraño se apoderó de las 
iglesias Pentecostales extremistas. En la vecindad 
donde vivían mis padres, habían varias familias que 
pertenecían a esa iglesia, pero como en ese tiempo, ni 
los Bautistas ni los Pentecostales tenían templo, 
decidieron congregarse juntos. El problema surgió 
cuando los Pentecostales recibieron este “soplo” del 
espíritu, porque hicieron cosas tan vergonzosas que voy 
a limitarme a relatarles sólo unas pocas. 
En un comienzo se pensaba que esto había acontecido 
solamente en esa pequeña localidad, pero luego 
supimos que exactamente en esos mismos días 
ocurrieron hechos similares en las iglesias Pentecostales 
en todo el mundo. 
En primer lugar surgieron algunos “profetas”, quienes 
profetizaron que el rapto de la iglesia tendría lugar en 
una fecha que ellos mismos señalaron. Conforme se 
aproximaba el plazo fijado, se prepararon reuniéndose 
con otras familias de la misma iglesia, llevaron consigo 
enseres domésticos, animales y todo lo que 
consideraron necesario. 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
. 
 
 
13 
Todos se reunieron en un campo abierto, propiedad de 
uno de los miembros de la iglesia, del líder principal. 
La convivencia en este campo abierto, duró sólo unas 
semanas, los profetas siempre estaban “profetizando”. 
Los hombres y las mujeres se subían al techo de los 
edificios, se quitaban la ropa y calculaban las medidas 
del templo celestial. El desorden era increíble, a pesar 
de que se trataba de personas trabajadoras, honradas y 
moralmente intachables. 
Con el paso de los días las autoridades se interesaron 
en el asunto. El Señor por cierto no vino. Entonces el 
“espíritu” les dijo “que debían cambiar de esposas, 
tomando una nueva para cada uno de ellos, 
especialmente los líderes. A uno de ellos, cuyo nombre 
omito deliberadamente, el “espíritu” le dijo que tomara 
una jovencita de sólo 16 años. Yo tuve la oportunidad de 
conocerla cuando ya era madre de varios hijos. Esta 
jovencita, como era hija de un hermano de la iglesia 
Bautista, tuvo que ser regresada a su casa a la fuerza, 
su padre la rescató a tiempo, y para evitar que volviera 
al lugar, la ató con una soga como si se tratara de una 
bestia. 
Ella mismo dijo que no tenía idea porqué actuaba así. 
No tenía fuerzas para resistir a ese “espíritu” Después 
que el Señor no vino en el rapto, algunos de ellos 
llevaron a sus casas a sus nuevas esposas, las que a su 
vez fueron echadas de allí por las esposas legítimas. 
Fue por esta causa que la iglesia Bautista en esa 
comarca que conozco, se separó para siempre de la 
iglesia Pentecostal. 
Verdaderamente era una “nueva unción”. Todo lo 
quedan “doble” “triple”, y cuanto quisieran. Hoy este 
espíritu extraño que va arrasando con todo, ha vuelto a 
invadir nuestras iglesias. Esto que sucedió en Argentina 
está manifestándose en Europa, Australia, en todo el 
continente americano y en la antigua Unión Soviética de 
una manera total. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Vientos de ApostasíaJ. A. Holowaty 
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14 
Capítulo VI 
Falsos Cristos 
Aunque los líderes de este movimiento no dicen ser ellos 
mismos el Cristo, una y otra vez afirman, que el mismo 
Señor dijo que sus seguidores harían mayores milagros 
que él. De manera, que según ellos, lo que Jesús quiso 
decir fue que habrían predicadores que lo superarían en 
milagros y prodigios. 
Jesús nunca implicó tal cosa cuando dijo: “El que cree 
en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y 
aún mayores hará... “ (Jn. 14:12). No olvidemos que 
sólo tuvo la oportunidad de realizar sus obras durante 
tres años y medio. Murió en plena flor de la vida, cuando 
la mayoría de ministros comienzan su ministerio - a los 
33 años de edad. Por lo tanto estaba refiriéndose a la 
brevedad de su labor. Hoy, muchos pastores, 
especialmente esos que tienen acceso a los medios 
masivos, le predican el Evangelio a millones, algo que el 
Señor Jesucristo nunca pudo hacer en 
persona. “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a 
vosotros Como me envió el Padre; así también yo os 
envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: 
Recibid el Espíritu Santo”(Jn. 20:21,22). 
Por supuesto que Jesús no afirmó que tenemos que 
andar por allí distribuyendo el Espíritu Santo, dando 
doble porción o algo así, sino que le dijo a los suyos que 
esperaran en Jerusalén hasta que recibieran la promesa 
del Consolador, el Espíritu Santo. Y luego, como prueba 
de que habían recibido el Espíritu Santo, no declaró que 
hablarían en lenguas, sino que añadió: “Pero recibiréis 
poder, cuando haya venido sobre vosotros el 
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en 
toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la 
tierra” (Hec. 1:8). 
El Señor Jesucristo nunca manifestó que recibirían 
poder para hablar en lenguas o para sanar o tumbar 
gente, sino para dar testimonio, para hablar 
valientemente del Cristo resucitado, el único Salvador. 
Pretender soplar para impartirle el Espíritu Santo a 
terceros, es procurar uno mismo ser el Señor Jesucristo. 
En el video puede verse claramente esta pretensión. 
También al orar dice: “Lo que tú has puesto en mi vida 
Señor, en este momento lo transfiero, lo que tú me has 
dado lo reciben ellos” Es casi una repetición literal de las 
palabras que expresara el Señor Jesucristo: “Ahora han 
conocido que todas las cosas proceden de ti; 
porque las palabras que me diste, les he dado...” (Jn. 
17:7,8). 
En otro momento él dice ser “el ungido de Dios como 
canal de bendición... “También declara: “Venga, reciba, 
beba todo lo que tiene que beber” Es bien sabido que 
los hombres no tenemos otra cosa que ofrecer más que 
un completo fracaso. Es en realidad el Señor Jesucristo 
quien dice: “Si alguno tiene sed venga a mí y 
beba” (Jn. 7:37b). Jesús nunca le dijo a los que le 
seguían que buscaran a un predicador, a algún “ungido” 
para beber. Él es el único que puede proporcionamos la 
Palabra de vida y su Espíritu Santo. Dirigiéndose a las 
multitudes este hombre atrevido dijo: “El Señor va a 
soplar sobre ustedes un viento de gloria”, pero luego el 
único que realmente sopló usando el micrófono fue él 
mismo. ¿Será acaso que se cree el Señor? 
El extremo del auto señorío de estos “profetas de los 
últimos días” se nota cuando toman la Biblia y leen un 
pasaje en Isaías 45:1-4, y abiertamente se refieren a sí 
mismos con los títulos que aparecen en este pasaje. 
Atribuyéndose expresiones tales como “su ungido”, 
“iré delante de ti” “te daré los tesoros escogidos”, 
“Los secretos más guardados”, “mi escogido te 
llamé”, etc. Pero... ¿Son ellos el ungido? ¿Son los 
poseedores de los tesoros y secretos escondidos y los 
enviados a las naciones? 
Ellos hablan mucho de visiones, de que el Señor les 
habla de que tienen una revelación aquí y allá. Desde 
luego que esto se opone a la todo-suficiencia de la 
Biblia, porque si se permite que el escucha coloque sus 
visiones y mensajes recibidos de Dios, a la par con la 
Biblia, Dios protestará advirtiéndonos que nos cuidemos 
de tales visionarios, de tales profetas, porque él no los 
ha enviado, somos nosotros los que debemos comparar 
sus enseñanzas a la luz de las Escrituras. 
La Biblia nos dice que la suprema revelación divina es 
nuestro Señor Jesucristo. “Así ha dicho Jehová de los 
ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas 
que os profetizan; os alimentan con vanas 
esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no 
de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que 
me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera 
que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: 
No vendrá mal sobre vosotros” (Jer. 23: 16,17). 
Este predicador y muchos otros predicen bonanza y paz 
para los hombres. Hablan de avivamiento porque 
arrastran a miles que casi pelean para entrar y escuchar 
sus charlas. No mencionan una sola palabra de 
arrepentimiento, ni del juicio venidero. 
Repiten…“¡Estupendo, esto es maravilloso, ésta es una 
fiesta de Dios, aquí está Dios, el poder de Dios se 
manifiesta!”. Pero lo que en realidad celebran son 
reuniones ocultistas salpicadas con algunas palabras de 
la Biblia para disfrazarlas como reuniones cristianas. Los 
artistas saben manipular a sus dóciles ovejitas, y éstos 
como si fueran llevados al matadero, cumplen con todos 
los requerimientos del gurú. 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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15 
“No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; 
yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos 
hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír 
mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver 
de su mal camino, y de la maldad de sus obras Dice 
Jehová.- He aquí que yo estoy contra los profetas 
que endulzan sus lenguas y dicen. Él ha dicho. He 
aquí dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan 
sueños mentirosos;, y los cuentan, y hacen errar a 
mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas;, y yo 
no los envié ni les mandé; y ningún provecho 
hicieron a este pueblo, dice Jehová” (Jer. 
23:21,22,31,32). 
La Biblia está saturada de advertencias para los 
cristianos, a fin de que no sucumbamos víctimas de los 
trucos de Satanás. “Muchos” - dijo Jesús, “vendrán 
diciendo que son el Cristo” Ciertamente no es necesario 
que la persona diga literalmente “Yo soy el Cristo “. Pero 
cuando se presenta atribuyéndose los atributos divinos, 
lo que pretende es usurpar el lugar de él. 
La Biblia no enseña nada respecto a la “segunda 
unción”, ni de un ministerio de la unción fresca y 
poderosa del Espíritu Santo. Ese “evangelio” es la 
mentira de la nueva religión llamada la Nueva Era, 
aunque es tan vieja como Lucifer. Esta oleada furiosa 
entró con una fuerza increíble y confundió a muchísimos 
cristianos, porque los sorprendió desprotegidos. Un 
cristiano carente de conocimiento de la Palabra de Dios, 
puede ceder fácilmente ante la fuerza de algo que le 
hace reír, saltar, brincar, sentirse bien, que le da deseos 
de abrazar a otros y de recibir una “tonelada de 
poder”, gracias a la generosidad y humildad del gurú de 
turno. 
Usted puede ver las manos de todos, extendidas hacia 
ellos, como solicitándoles algo que tienen, porque son 
escogidos por Dios, pero que nosotros también 
podremos tenerlo si cumplimos con ciertos requisitos y 
seguimos las instrucciones que nos dan. 
El espíritu de confusión y de perdición, por lo general es 
ruidoso. Hace que las personas se sientan atemorizadas 
y amenazadas. Eso fue exactamente lo que ocurrió 
cuando los israelitas edificaron el becerro de oro en el 
desierto y se entregaron al desenfreno. Así está 
registrado en el capítulo 32 del libro de Éxodo. 
Algo muy diferente ocurrió en el caso de Elías y los 
profetas de Baal, mencionado en el capítulo 1 del libro 
primero de Reyes, cuando verdaderamente se manifestó 
el Espíritu Santo, cuando era Dios mismo quien estaba 
presente. “Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte 
delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba,y 
un grande y poderoso viento que rompía los montes 
y quebraba las peñas delante de Jehová, pero 
Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un 
terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y 
tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en 
el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. 
Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su mano, 
y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí 
vino a él una vos diciendo: ¿Qué haces aquí 
Elías?”(1 Rey. 19:11-13). 
El Espíritu Santo no tiene que ser “invitado”, ni puede ser 
manipulado, ni aplaudido, ni tampoco puede haber 
hombre alguno que le “ordene” hacer esto o aquello, 
sanar a éste o llenar al otro. No todo lo sobrenatural 
procede del Espíritu Santo o de Dios. Aunque quien 
hable o haga algo, lo diga y lo haga “en el nombre y para 
la gloria de Dios”. El deber del cristiano no es escuchar 
con atención y limitarse a eso, su obligación es analizar 
lo escuchado a la luz de las Escrituras. La Biblia 
dice: “Amados, no creáis a todo espíritus, sino 
probad los espíritus si son de Dios; porque muchos 
falsos profetas han salido por el mundo” (1 Jn. 4:1). 
Note el imperativo: se nos ordena “probar los 
espíritus”; y se nos informa que los “muchos” no están 
del lado de la verdad sino del engaño. No tenemos 
problema para reconocer a un gitano, un gurú declarado, 
o a un hechicero que no oculta su mensaje y su fe. 
Nuestro problema es descubrir la verdadera enseñanza 
de un “evangelista”, un “predicador o pastor”, uno de 
esos... “siervos de Dios”. Éste usa la Biblia, salpica sus 
retóricas con expresiones bíblicas, da “Gloria a 
Dios” dice “amén” y puede que cante algún himno 
cristiano, que ore fervorosamente, diga y haga otras 
cosas que parecen totalmente aceptables - cristianas. 
Es mi esperanza que este libro le permita abrirse camino 
y lograr captar la astucia de Satanás para no caer en sus 
garras, porque el desfile de los “profetas, sanadores, 
tumbadores, sopladores y distribuidores de poderes 
divinos”, va en aumento. Estas prácticas irán 
aumentando rápidamente y es probable que en un futuro 
no muy lejano ocurran cosas tan vergonzosas y trágicas 
en estos encuentros de “doble unción” que las 
autoridades tendrán que fijar ciertas pautas y decidir qué 
es y qué no es cristiano. 
Bien caben aquí las palabras del apóstol Pablo al joven 
pastor Timoteo: “También debes saber esto: que en 
los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, 
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, 
desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin 
afecto natural, implacables, calumniadores, 
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 
traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los 
deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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16 
piedad pero negarán la eficacia de ella; a éstos 
evita” (II Tim. 3:1-5). 
El deber del cristiano es seguir a Cristo y permanecer 
fiel a él. La atracción de estos “cristos” en su desfile tan 
apresurado es de hacernos ver que la partida de los 
redimidos está a la puerta, pero también el amo de este 
mundo y el falso cristianismo apresuran su marcha. 
Todo está profetizado en la Biblia y todo está tomando 
su lugar. Jesús dijo: “Cuando estas cosas comiencen 
a suceder, erguíos y levantad vuestra cabezas, 
porque vuestra redención está cerca” (Luc 21:28). 
ALGUNOS CONSEJOS 
1 Lea la Biblia y haga su propio estudio. 
2 Tenga cuidado con los libros de autores que están a 
favor de nuevas experiencias. 
3 Asegúrese de que su iglesia sea verdaderamente 
cristiana, bíblica. 
4 Nunca asista a esos centros espiritistas que son 
presentados hoy como concentraciones de muchos 
cristianos para escuchar a algún predicador doblemente 
ungido. Se trata de lugares muy peligrosos donde se 
practica la hipnosis colectiva y se trafica con las almas. 
5 Tenga mucho cuidado con los sanadores y las 
sanidades, hay mucho, pero realmente mucho fraude. 
6 Cuando esté enfermo, haga todo lo que pueda por 
aliviarse, pida a Dios que le ayude, y si es su voluntad 
que le sane. Pero no acuda a recibir ayuda de 
ningún “sanador”, porque si ese sanador es instrumento 
de Dios, usted también es cristiano y sanará de la 
misma manera. Usted puede clamar directamente a 
Dios, además si a eso vamos el propio Señor Jesucristo 
dijo en Marcos 16:17,18, que estas señales seguirán a 
todos “Los que creen”. 
7 Evite por todos los medios de caer en el pecado y 
blasfemar contra el Espíritu Santo. 
8 Busque cuanto antes una iglesia bíblica y concurra 
allí con toda su familia. 
9 No mande su dinero a los “sanadores” radiales, de 
televisión o dondequiera que estén, no participe “en 
pecados ajenos” (I Tim. 5:22). 
10 Pase más tiempo en oración, a solas con el Señor y 
en compañía de su familia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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17 
Capítulo VII 
Señales de los tiempos 
La mayoría de personas en Estados Unidos 
probablemente están enterradas que Diane Sawyer, en 
su programa de televisión PrimetimeLive que se trasmite 
en el territorio de la Unión Americana, recientemente 
expuso a tres de los evangelistas más populares: A W. 
V. Grant, Larry Lea y Robert Tilton. Este último recibe 
por lo menos $80 millones de dólares anuales, gracias a 
sus promesas de salud y riqueza a esos que le envían 
ofrendas. 
Vivimos en un día triste en que los medios noticiosos 
seculares acusan a los líderes evangélicos de engaño 
deliberado, apoyando aparentemente sus acusaciones 
con pruebas y documentos, acarreándole de este modo 
crítica al Evangelio y al nombre de Cristo. 
Pero... ¿Por qué hay tantos millones de cristianos 
crédulos dispuestos a apoyar económicamente a 
cualquiera que ofrece sanidad y prosperidad, a pesar de 
que estas promesas son obviamente anti bíblicas, 
extravagantes y casi siempre fallan? ¿En dónde están 
los líderes de la iglesia que deberían estar protegiendo 
al rebaño mediante advertencias específicas en contra 
de los falsos maestros y falsos "hacedores de milagros"? 
¿En dónde está Billy Graham, Chuck Swindoll, James 
Dobson y otros que serían escuchados si hablaran? 
¿Por qué los líderes evangélicos respetados no los 
corrigen? ¡Eso es lo que estos "evangelistas" necesitan 
en forma desesperada! 
W. V Grant, un "evangelista", menciona nombres, 
enfermedades y otros detalles pertinentes a individuos 
específicos, negando tener ningún conocimiento previo 
respecto a ellos, asegurando que recibe esta 
información de Dios. De hecho, él usa el viejo truco de 
recolectar la información disponible y memorizaría 
presentándola más tarde como "revelación". Grant fue 
desenmascarado hace 6 años por Randi Kurtz y su 
grupo. Pese a todos los líderes cristianos continúan 
honrándolo. Entre esos que se unieron a Grant como 
conferencistas durante la reciente conferencia que tuvo 
lugar en una iglesia en Dallas, estaban Mike Murdock, T. 
L Osborn, Ben Kinchlow, Jamie Buckingham, B. J. 
Hargis y Hilton Sutton. 
La evidencia irrefutable de que W. V. Grant opera un 
fraude deliberado, fue presentada por primera vez en 
dos ediciones de la revista humanista Free Inquiry de la 
primavera y verano de 1986. Ellos comenzaron a seguir 
a las personas que Grant aseguraba haber curado, sólo 
para descubrir que no había tenido lugar ninguna 
curación. Actores que habían sido colocados entre la 
audiencia, eran sanados de supuestas dolencias 
mientras Grant exponía la información fraudulenta que le 
había sido suministrada de antemano por sus 
informantes antes de que se iniciara la reunión y la cual 
según Grant "le había sido revelada por Dios" 
Grant incluso lleva consigo sillas de ruedas y sus 
acomodadores persuadena los ancianos que están 
cansados de caminar a que se sienten en ellas, con la 
promesa de ser empujados en las sillas hasta el frente. 
Son éstas las personas que se ponen de pie al ser 
llamadas dramáticamente para que abandonen sus sillas 
de medas, y son ellas las mismas que Grant asegura 
haber sanado, entretanto que esos que verdaderamente 
han llegado enfermos en sillas de ruedas se preguntan 
por qué no fueron sanados también mientras otros 
aparentemente si fueron. 
Esos que están en su lista de correo reciben las cartas 
más extravagantes en la que se les dice lo mucho que 
han orado por ellos, personalmente, aunque es un 
programa de computadora el que intercala los nombres 
en la carta para que luzca como una misiva personal. En 
las cartas se ofrecen los métodos más extravagantes 
para recibir bendiciones, involucrando en ellos rituales 
de hechicería que son un insulto a la inteligencia. 
Por ejemplo, la última de estas cartas traía un dibujo 
grande de 'Jesús" con sus manos extendidas, con éstas 
instrucciones: "TOQUE MIS MANOS - YO TOCARÉ LAS 
SUYAS, a través de una ventanas, tal como dice 
Malaquías 3:10, en donde Dios ha prometido, 
que 'ABRIR(Á) LAS VENTANAS DE LOS CIELOS, y de 
derramar(á) sobre vosotros bendición hasta que 
sobreabunde'..' Coloque cualquier cuenta no pagada y 
su cartera en estas manos de Jesús traspasadas por los 
clavos" Todo debe ser devuelto con la mayor ofrenda 
posible. Grant sigue diciendo: "Entonces tomo todo 
hasta esa ventana que Dios está mostrándome, mientras 
coloco mis manos en donde usted puso las suyas' La 
condición para recibir la "bendición", siempre es "la 
semilla de ofrenda de fe" Esta invención de Oral Roberts 
es ahora usada por muchos otros "evangelistas" para 
persuadir a los crédulos a fin de que sieguen a cien por 
uno. 
 Hay una nueva estrella que está surgiendo en medio 
de este movimiento carismático de sanidad. Benny Hinn 
ha atraído multitudes hasta de 30.000 personas. 
Pastorea el Centro Cristiano de Orlando, una de las 
iglesias de más rápido crecimiento. Cada domingo, su 
auditorio de 2.800 asientos está atiborrado tres veces su 
capacidad y los servicios son trasmitidos más tarde a 
través de la cadena de televisión TBN. 
Aunque ha predicado en la iglesia de Grant, los métodos 
de Hinn varían entre los de Popoff o Grant. Recauda $12 
millones de dólares anuales con la acostumbrada 
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18 
promesa falsa de sanidad y prosperidad a cambio de "la 
semilla de ofrenda de fe" - una condición imprescindible 
para que se lleve a cabo "el milagro". "No dé menos de 
$100 dólares" - exhorta a su audiencia, 
prometiendo "imponerle las manos a los sobres con las 
ofrendas y luego pedirle a Dios que otorgue milagros 
financieros a los ofrendantes" 
El secreto del poder de Hinn es su peculiar unción, la 
cual asocia con Kathryn Kuhlman y Aimee McPherson, 
fundador de la iglesia Foursquare Gospel. Cuenta que 
sintió por primera vez el "poder pleno del Espíritu 
Santo" sobre su persona durante un servicio de sanidad 
de la señora Kuhlman en el año 1973 - cuando el manto 
de ella presumiblemente cayó sobre él. Lleva a cabo sus 
reuniones exactamente de la misma forma como lo 
hacía ella, aunque necesita más tiempo para llevar a su 
audiencia hasta el estado de ánimo de expectativa que 
parecen generar los "milagros sicosomáticos". 
En un sermón pronunciado el .7 de abril de 1991, Hinin 
reveló que visitaba periódicamente la tumba de 
Kuhlman, y que es uno de los pocos que tiene acceso a 
ella. También visita la tumba de Aimee, y cuenta:"Sentí 
una unción extraordinaria... Estaba temblando de pies a 
cabeza... estremecido por el poder de Dios "Amado 
Señor" - dije - "Siento la unción"... Creo que la unción 
partió del cuerpo de Aimee". 
La unción o el poder juega un papel primordial en 
los "servicios milagrosos". Hinn lo usa para "golpear en 
el espíritu" tal como hacía la señora Kuhlman hace 30 
años. Desde entonces ella ha sido imitada por los 
evangelistas que sanan. Sin embargo, Hinn tiene un 
nuevo arrebato. Sí, al igual que la señora Kuhlman, él 
toca a las personas en la frente o en el cuello para hacer 
que caigan de espalda. Pero también sopla o arroja la 
"unción" y "golpea" a las personas desde la distancia. 
La oficina de Benny en la iglesia está colmada de sus 
propias fotografías con George Bush y Juan Pablo II. 
Esta fue la impresión de Mike Thomas durante una 
entrevista que sostuviera con Hinn: "Luce como un aviso 
de Ralph Laurent, un verdadero caballero galante. Su 
cabello, como siempre, está rociado sólidamente, cada 
hebra en su lugar. 'No sé si alguna vez ha visto a un 
reverendo sin calcetines' - dijo con orgullo (ya que no 
lleva puesto calcetines). 'Así es como soy. Soy un 
hombre más terrenal que la mayoría de personas". 
"Estas palabras provienen de un hombre que no hace 
mucho cambió su automóvil Mercedes por un Jaguar y 
que recientemente se mudó de una urbanización en 
Heathrow a una mucho más exclusiva en Alaquia, donde 
ahora vive en una mansión de $685.000 dólares. Sus 
trajes son confeccionados a la medida; sus zapatos son 
de cuero italiano y sus muñecas y dedos fulguran con el 
oro y los brillantes... él considera que su estilo de vida es 
modesto, como si todos vivieran en la misma forma" 
"Lleva puesto un reloj Rolex de diamantes, anillos de 
brillantes, brazaletes de oro y trajes confeccionados a la 
medida para que todos lo vean... '¿Qué gran cosa, por 
Dios?' - dice. '¿Qué es lo que se supone que debo 
hacer?, ¿conducir un Honda? ... Eso no está en la 
Biblia... Estoy enfermo y cansado de oír hablar de las 
calles de oro en el cielo. Yo no necesito oro en el cielo. 
Tengo que tenerlo aquí y ahora. 
Benny declara: 'He recibido un nuevo mandato celestial -
 ¡el llevar el mensaje milagroso del poder sanador de 
Dios de regreso a Norte América! "¡Invada nuestra 
nación con el poder milagroso de Dios en la década de 
los noventa!", declara. Asegurando además que cerca 
de mil personas son sanadas en cada uno de sus 
servicios de sanidad. Pero tal como el señor Thomas 
informó, 'A pesar de los miles de milagros que Hinn 
asegura llevar a cabo, tal parece que la iglesia es 
presionada para que presente uno que convenza a los 
más escépticos...Cuando Susan Smith, la vocera de la 
iglesia, se vio verdaderamente presionada para hablar 
de milagros convincentes y verdaderos, citó a una mujer 
en Orlando que fue curada de ceguera causada por 
diabetes. Pero no dio su nombre. Más tarde admitió que 
la visión de la mujer quizá estaba todavía borrosa. 
Añadiendo: 'Ella todavía tiene diabetes, y ha vuelto a ser 
hospitalizada': 
"Pueblo de Dios" - grita Benny, "nunca debemos 
expresar palabras de fe tan destructoras como estas: 'Si 
es tu voluntad, Señor'... ¡Yo soy Él, soy Jesús! ¡El Verbo 
se ha hecho carne en miií! ... ¡Usted es un dios en 
miniatura en la tierra...!': Sus otras herejías incluyen la 
enseñanza de que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, 
cada uno individualmente, tienen un cuerpo, un alma y 
un espíritu. "¡Hay nueve de ellos!", le dijo a su 
congregación "lo supe por revelación ". Sin embargo, es 
muy probable que tomara esta idea de la Biblia de 
Referencia Anotada por Dake, en donde se revive esta 
antigua herejía en la página 55. 
Hinn enseñó la misma herejía de Hagin y Copeland, que 
cuando Jesús murió en la cruz descendió al infierno y 
tomó sobre sí la naturaleza de Satanás y fue torturado 
por el diablo por nuestra redención. Luego, a principios 
de 1991 repudió esta enseñanza junto con otra "Palabra 
de Fe" de su peculiar doctrina. Pese a todo había 
enseñado que se trataba de "una revelación de 
Dios", pero el caso es que las revelaciones de Dios no 
cambian. 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
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19 
Asus críticos Hinn les dice: "¿Sabe usted?, he buscado 
algún versículo en la Biblia - pero tal parece que no 
puedo encontrarlo - un versículo que diga, 'Si no te 
gustan, mátalos'. ¡Verdaderamente quisiera poder 
encontrarlo! ... Algunas veces desearía que Dios me 
diera una ametralladora del Espíritu Santo. ¡Yo les 
volaría la cabeza!': La audiencia en el estudio del canal 
de televisión de la TBN grita y aplaude ruidosamente 
ante estas graciosas palabras del "hombre de Dios': 
Sin duda estamos viendo el cumplimiento de una de las 
señales principales dadas por el Señor Jesucristo para 
indicar la cercanía de su retorno: "Porque se 
levantarán falsos Cristo y falsos profeta, y harán 
grandes señales y prodigios de tal manera que 
engañarán si fuere posible, aun a los 
escogidos"(Mat. 24:24). Tratemos de conocer a Dios y 
a su Palabra y andemos en obediencia a él, 
contendiendo ardientemente por la fe que le fuera dada 
una vez a los santos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Capítulo VIII 
¿Alabanza o alapanza? 
Con frecuencia se dan casos de iglesias que dicen 
haber redescubierto las alabanzas. En México me 
contaron de un pastor que camina en la plataforma 
como un zorro, de repente salta sobre el púlpito con la 
rapidez de una ardilla y coloca las manos como si 
estuviera tocando una trompeta, señalándole a la 
congregación que así, así, exactamente sonará la 
trompeta del rapto. Hecha esta demostración, baja del 
púlpito para caminar por los pasillos del templo y le 
ordena al portero que apague las luces, porque ha 
llegado el momento para alabar con danzas a oscuras. 
El apóstol Pablo le escribió estas palabras hace muchos 
años a la iglesia más carnal de todos los tiempos: "De 
cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y 
tal fornicación cual ni aun se nombra entre los 
gentiles..." (1 Cor. 5:1). 
Cuando los mundanos celebran sus danzas, o tienen 
muy bien iluminado el salón o lo hacen a media luz. Pero 
nuestros "pastores" hoy en día reciben "inspiración del 
espíritu"... para apagar completamente las luces. No 
está lejano el día en que se lleven a cabo orgías y 
desvaríos en los propios templos "cristianos" Toda la 
culpa por cierto, siempre la tiene el espíritu. Y así es, en 
todos estos casos, lo que ocurre es que la persona que 
está al frente, el gurú que hace el papel de pastor, 
ciertamente tiene comunicación con el espíritu, oye 
voces, recibe órdenes, instrucciones precisas de un 
espíritu de confusión que finge ser el Espíritu Santo. 
Es verdaderamente triste ver lo que ocurre hoy en los 
templos y en los servicios que supuestamente son de 
adoración y alabanza. Lo que menos hay es esto. Los 
himnarios, con himnos que sirvieran de inspiración a 
muchas generaciones, tanto por su lírica, ritmo, como 
por su melodía y armonía, han sido retirados hoy de 
nuestros templos. Lo mismo ocurrió con el piano y el 
órgano. Estos fueron sustituidos por guitarras eléctricas, 
tambores, baterías, instrumentos de percusión y todo 
tipo de "traka-traka" con ruidos ensordecedores que más 
bien parecen fluir del fondo del infierno tratando de 
mitigar los tormentos de sus habitantes, que de 
alabanzas al Señor. 
Sin embargo, es muy poco lo que se puede decir al 
respecto, porque al tocar este tema el argumento 
inevitable siempre será que es... "para la gloria de 
Dios". Pero...¿Quiere decir esto que todos esos 
cristianos que por los siglos, desde la iglesia primitiva y 
pasando por la Reforma, adoraron al Señor "con himnos 
y cánticos espirituales" (Efe. 5:19), no lograron sus 
objetivos? Obviamente los cristianos hicieron esto 
durante siglos, pero ahora la iglesia de este siglo de las 
luces, ¡redescubrió la verdadera alabanza! Si usted me 
dice que no, que lo que hicieron los antepasados no 
estaba bien y que sí está correcto lo que hacen hoy 
muchas iglesias con sus ruidos, entonces tenemos aquí 
a un Dios mutable, un Dios que recibía antes un tipo de 
alabanza y que hoy recibe otro. 
Lo que ocurre realmente en la actualidad, es que 
los "alabadores" no son sino piratas que asaltaron los 
tesoros de Dios y en lugar de rendirle pleitesía a él, se 
alaban a sí mismos. Buscan encontrar su propia 
satisfacción emocional, por medio de saltos, aplausos, 
gritos, aleluyas, glorias a Dios, retorcidas, convulsiones y 
caídas hacia atrás. Estas experiencias los colocan en 
cierto nivel especial, donde habiéndose desahogado 
emocionalmente, sienten por un momento cierto alivio, 
cierta paz, como el borracho que olvida por un momento 
sus necesidades, penas y dolores, pero pasado este 
momento de éxtasis y "borrachera" en alabanzas 
(alapanzas), la situación vuelve a ser igual o peor que 
antes. 
En la Biblia tenemos un caso ilustrativo y muy 
interesante cuando el Señor Jesucristo alimentó 
milagrosamente a grandes multitudes en pleno desierto. 
El capítulo 6 del Evangelio de Juan nos relata que un 
muchacho tenía cinco panes de cebada y dos 
pececillos, "Y tomó Jesús aquellos panes y habiendo 
dado gracias los repartió entre los discípulos, y los 
discípulos entre los que estaban recostados; 
asimismo de los peces;, cuanto querían" (Jn. 6:11). Y 
Mateo 14: 21 dice: "Y los que comieron fueron como 
cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los 
niños" (Mat. 14: 21). 
Es casi seguro que si se hubiera contado el total de 
personas la cifra de comensales habrían sido de más de 
20.000. Imagino que la comida era muy sabrosa y que 
todos quedaron muy satisfechos, ya que comieron 
cuanto querían y aun sobró mucho. Jesús esperaba que 
al mostrarles un milagro tan elocuente, creyeran en él, 
pero no fue así. Cabe destacar que aunque el Señor 
Jesucristo hizo muchos milagros, como sanar enfermos, 
limpiar a los leprosos, dar vista a los ciegos, hacer 
caminar a los paralíticos, etc., su misión no era esa, 
como tampoco lo es ahora. Parece que los que comieron 
ese día lo que él les sirvió, interpretaron su milagro fuera 
del contexto. 
A ellos les convenía un Jesús que sana, que alimenta, 
que los hacía sentirse bien, que estaba siempre a la 
mano, que no quería que un hijo de ellos sufriera de 
hambre, depresión, enfermedad o colapso financiero. 
Cuando Jesús alimentó a esa multitud la Biblia dice: "Al 
anochecer, descendieron sus discípulos al mar, y 
entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia 
Vientos de Apostasía J. A. Holowaty 
. 
 
 
21 
Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había 
venido a ellos. Y se levantaba el mar con un gran 
viento que soplaba. Cuando habían remado como 
veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que 
andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y 
tuvieron miedo. Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. 
Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la 
cual llegó en seguida a la tierra donde iban. El día 
siguiente la gente que estaba al otro lado del mar vio 
que no había habido allí más que una sola barca, y 
que Jesús no había entrado en ella con sus 
discípulos, sino que éstos se habían ido solos. Pero 
otras barcas que habían arribado de Tiberios junto al 
lugar donde habían comido el pan después de haber 
dado gracias el Señor. Cuando vio, pues, la gente 
que Jesús no estaba al1í ni sus discípulos, entraron 
en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a 
Jesús" (Mat. 6:16-24). 
Uno se siente animado cuando lee este relato, porque 
dice: "¡Qué bueno que la gente buscara a Jesús tan 
ansiosamente! ¡Quiera Dios que más personas lo 
siguieran hoy de esa misma manera!". Pero la 
admiración por esta gente se desvanece cuando 
descubrimos lo que ocurrió después. "Y hallándole al 
otro lado del mar, le dijeron: Rabí: ¿cuándo llegaste 
acá? Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto 
os digo que

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