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Vision 20-20 Dale E Galloway

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Contenido
Decían que no podía hacerse: Rompiendo el cajón
PARTE I 
El poder para el crecimiento 
de la iglesia
( Capítulo l/: El poder de la visión
Capítulo 2: El poder del Espíritu Santo
Capítulo 3: El poder de la oración
Capítulo 4: El poder del amor
PARTE II 
Principios para el crecimiento 
de iglesia
|Capítulo7 ) Principios de liderazgo dinámico 
Capítulo 2: Principios de crecimiento dinámico 
Capítulo 3: Principios dinámicos de grupo célula
PARTE III 
Planes para el crecimiento 
de la iglesia
Capítulo 1: Nuestro plan y organización maestros 
para el crecimiento ilimitado
Capítulo 2: ¿Qué es y qué hace un pastor laico?
Capítulo 3: ¿Qué son los grupos de Atención
Afectuosa y Tierna después de todo?
Capítulo 4: La estructura organizacional del grupo 
de Atención Afectuosa y Tierna, y cómo 
empezar un nuevo grupo
Capítulo 5 : Qué considerar para la supervisión
Capítulo 6: Preguntas y respuestas sobre los
pastores laicos y el sistema de células
Introducción
Decían que no 
podía hacerse
¡No puedes empezar una iglesia denominacional donde han 
fallado en tres intentos anteriores!
Con la ayuda de Cristo lo hice.
No puedes tener pequeños grupos de confraternización en 
una vieja iglesia tradicional.
Con la ayuda de Cristo lo hice.
No puedes empezar una iglesia no denominacional sin 
gente y sin algún respaldo financiero, en un autocine en la 
lluviosa Portland, Oregón, y tener éxito.
Con la ayuda de Cristo lo hice.
No puedes traspasar la barrera de los 100 miembros, 200 
miembros, 500 miembros, 1.000 miembros, 3.000 miembros,
10.000 miembros, 25.000 miembros, en los Estados Unidos 
de Norteamérica.
Con la ayuda de Cristo lo hice 
y con la ayuda de Cristo voy a hacerlo.
No puedes edificar una red de Atención Afectuosa y Tierna 
con miles de personas que se reúnen cada semana, dirigidas 
por laicos preparados, equipados y supervisados.
Lo estamos haciendo.
Fue Charles Duell, Director de la Oficina de Patentes de los 
Estados Unidos de Norteamérica, que dijo en 1898: «Todo lo
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Visión 20/20
que puede ser inventado ha sido inventado». Qué necio y 
limitante concepto tenía este hombre que estaba en el cargo 
de Director de la Oficina de Patentes de los Estados Unidos 
de Norteamérica. Si la gente le hubiera creído, el mundo se 
hubiera detenido justo ahí.
Visión 20/20 es escrito para los pastores y los líderes de 
iglesias que no quieren detenerse; para los que quieren mar­
char adelante edificando la iglesia de Dios en esta tierra. Creo 
en la iglesia local y he escrito este libro para todos los que 
tienen el deseo de ver que su iglesia local crezca.
El crecimiento de la iglesia ha sido un deseo ardiente de mi 
corazón durante todo el tiempo que puedo recordar. Muchas 
de las cosas que compartiré contigo las he aprendido en la 
escuela de los duros golpes de los últimos veinticinco años. 
Estoy en deuda con hombres como mi padre, el doctor Harvey
S. Galloway, quien fue administrador de iglesia durante trein­
ta años. Al doctor Robert Schuller, que ha sido una fuente de 
inspiración y motivación, y amigo personal mío durante los 
últimos catorce años en que he perseguido el gran sueño. Al 
doctor Paul Cho, cuya visión y ministerio me ha retado a 
expandir mis horizontes más allá de lo que siempre pensé 
posible.
Dedico este libro a mi compañera y ayuda idónea en la 
creación de la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperan­
za, mi esposa Margi Galloway, y a mi distinguido personal, 
amigos y pastores, y a los más de 525 pastores laicos que 
trabajan tan de cerca con nosotros en el equipo de ministerio 
de la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza.
Con este libro va mi oración de que mientras lo leas tu 
visión sea ampliada, que te sientas desafiado a concretarla en 
una forma más grandiosa de lo que hayas hecho antes. Es 
verdad: tienes una cita con el destino.
Dale Galloway
Rompiendo el cajón
¡Se acabaron las cosas hechas como siempre! ¡La gente 
necesita al Señor! Dios quiere que uses tu vida para hacer 
cosas extraordinarias.
He tenido el privilegio de conocer a personas sumamente 
exitosas. He descubierto que la gente importante no es tan 
diferente de ti y de mí. Sencillamente habían soñado sueños 
más grandes, decidieron concretarlos y diariamente anduvie­
ron con la guía de Dios al dar los pasos al éxito. Las gentes 
importantes son personas comunes y corrientes que se dejan 
poseer por una causa mayor que ellos: «Porque Dios es el que 
en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena 
voluntad» (Filipenses 2:13). La voluntad y el propósito de 
Dios es que tu iglesia sea una iglesia que crece, y que tú, 
personalmente, junto con tu prójimo cristiano, aprendan cómo 
cooperar con el Espíritu Santo para que esto sea realidad.
Se supone que las iglesias crecen
¿Por qué vino Jesús? Si has leído mucho la Biblia, sabes la 
respuesta: «Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a 
salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:10). Él no vino sin 
una misión. La suya fue la más elevada de las misiones. Lo 
que hizo no fue accidental ni temporal. Él puso en marcha una
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Visión 20/20
obra de Dios que sería continuada por medio de su iglesia, y 
que marcharía triunfante a la eternidad.
Si quieres conocer la intención y el modelo de Dios para su 
iglesia, lee el libro de los Hechos. Aquellos primeros miem­
bros de la Iglesia eran personas comunes y corrientes, pero lo 
que hicieron, poniendo al mundo de cabeza para Dios en 
cooperación con el Espíritu Santo, fue extraordinario. Sus 
labios estaban encendidos con la buena noticia de Jesús. Por 
medio de sus vidas Dios no sólo agregó a la Iglesia, no sólo 
multiplicó la Iglesia sino que creó un crecimiento explosivo 
de la Iglesia con curva exponencial. ¿Cómo lo hicieron? Eso 
es lo que vamos a descubrir de nuevo en este libro.
¿Cómo fluyes con el Espíritu para que puedas participar de 
una iglesia dinámica que explota con crecimiento exponen­
cial?
¿No anhelas que Dios use tu vida en la misma forma en que 
lo hizo con esos primeros discípulos? Jesús dijo que tenemos 
que hacer que nuestras vidas cuenten haciendo obras «aun 
mayores» (Juan 14:12). Sí, la obra que tenemos que hacer en 
nuestra vida por la causa de Cristo tiene que ser aun más 
grande que la obra que hizo Jesús cuando estuvo aquí en la 
tierra. ¿Cómo es posible? Responderemos esta pregunta en 
las páginas siguientes.
Perturba la cantidad de buenos pastores que han estado 
dejando el ministerio pastoral para ir a empleos seculares. 
Recientemente un pastor con treinta años de servicio vino a 
pedirme ayuda para el crecimiento de su iglesia. Dijo con el 
corazón roto: «Estoy cansado de pastorear una iglesia muerta. 
Pasan las semanas y nada valioso sucede. Hacemos los mo­
vimientos. Nos estamos engañando, no estamos haciendo 
nada para alcanzar al mundo para Cristo”. Luego añadió: «Si 
esto no puede cambiar, entonces voy a dejar el ministerio 
pastoral y me conseguiré un trabajo secular».
Entendí qué le pasaba a mi amigo. Yo también pastoreé una 
iglesia muerta una vez. Casi me sofocó la vida. En las páginas 
que siguen voy a compartir contigo cómo puedes dar nueva 
vida a una iglesia muerta.
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Introducción
Mi amigo especial Harry Vawter fue un gran visionario, 
aunque se pasó la mayor parte de su vida adulta dando 
ministerio como laico en una iglesita diminuta. Sabes de qué 
hablo. Un pastor nuevo llega y se va cada dos o tres años. 
Nadie espera que pase gran cosa y nada pasa. A veces mi 
amigo Harry se metía en problemas porque su visión sobre­
pasaba a la de los líderes. Pero su amor por Cristo y su 
fidelidad a la iglesia lo mantenían ahí a pesar de ciertos 
malentendidos y malos tratos. Harry me recordó del discípulo 
Andrés; aunque era, por naturaleza, una persona tímida y 
callada, él quería a la gente. Estaba siempre encontrando a 
alguien necesitado y llevando a esa persona a Jesús.
Fue grandioso para mí y para Harry cuando él y su familia 
se incorporaron a la iglesia Nueva Esperanza. Por primera vez 
secumplió su visión de una iglesia que realmente llegara a 
los que no pertenecen a una iglesia. En los últimos años de su 
vida él encontró rica realización en el servicio significativo 
como uno de nuestros pastores laicos. ¿Qué es un pastor 
laico? Te contaré de este emocionante ministerio de nuestra 
iglesia, el cual está abierto a todo aquel que quiera hacer algo 
grande para Dios. El reclutamiento, el entrenamiento, la mo­
tivación, la organización y la supervisión del pastor laico 
serán, todos, compartidos en la Parte III: Plan para el creci­
miento de la iglesia.
La semana pasada tuve el privilegio de almorzar con un 
pastor, recién entrado en los treinta, cuya iglesita está en la 
misma zona que la mía. Tocó mi corazón oír que su visión es 
ver que su iglesia se duplica cada año. Vino a conversar 
conmigo porque quería compartir principios que hicieran de 
su iglesia una iglesia dinámica, creciente, que estalla. En la 
Parte II: Principios para el crecimiento de la iglesia, com­
partiré contigo los principios clave del crecimiento que harán 
estallar exponencialmente a cualquier iglesia.
Creo que éste es un anhelo dentro de todos nuestros cora­
zones: estar en una iglesia que crece. El crecimiento de la 
iglesia no es sólo para Seúl, Corea, o para el sur de California, 
o para la ola de avivamiento que recorre el tercer mundo. Es
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Visión 20/20
para toda iglesia donde el pastor y la gente paguen el precio 
y cooperen con el Espíritu Santo para hacer que suceda.
¿Por qué las iglesias no crecen?
Si se espera que las iglesias crezcan, entonces, ¿por qué no 
crecen? La Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza 
que mi esposa Margi y yo lanzamos el 14 de octubre de 1972 
en Portland, Oregón, la ciudad más incrédula de los Estados 
Unidos de Norteamérica, ha crecido desde cero a más de
6.000 personas. Cuando escribo esto estamos aumentando a 
razón de 1.000 miembros por año. Unas 5.500 personas por 
semana asisten a nuestros más de 500 Grupos de Atención 
Afectuosa y Tierna, cada uno dirigido por uno de nuestros 525 
pastores laicos; pero, ¿por qué esta clase de crecimiento es la 
excepción y no la regla?
¿Por qué 90% de todas las iglesias tienen menos de 300 
miembros? ¿Por qué 70% de todas las iglesias tienen menos 
de 100 miembros? Estos datos estadísticos no serían tan 
alarmantes si no fuera por el hecho de que la mayoría de ellas 
no son iglesias nuevas, son iglesias que han estado haciendo 
las cosas como siempre durante años.
Primero me empecé a preocupar por la falta de crecimiento 
de la iglesia en mis años de adolescente, hace más de 30 años. 
Mi padre, a quien honré y amé, era el administrador de más 
de 140 iglesias en la zona central de Ohio. Mientras yo crecí, 
vi y viví muchas clases diferentes de iglesias. Recuerdo que 
mi papá recibía trimestralmente los informes de cada uno de 
sus pastores. Yo no podía captar y entender por qué, trimestre 
tras trimestre, año tras año, la gran mayoría de esas iglesias 
no mostraban aumento de sus miembros. Algo dentro de mí 
me decía: «Esto no está bien, la voluntad de Dios para las 
iglesias es que crezcan. Así que, ¿qué anda mal?»
Al graduarme del seminario en 1963 e ingresar al ministe­
rio pastoral, hice el asombroso descubrimiento de que el 
crecimiento de la iglesia era algo de lo cual es mucho más 
fácil hablar que producir. Pero ahora, habiendo empezado dos
12
Introducción
iglesias que disfrutaron de un espectacular crecimiento, y 
habiendo pastoreado dos iglesias tradicionales donde luché 
por llevar vida nueva, estoy listo para compartir conceptos 
contigo que, creo, podrán usarse para hacer de toda iglesia 
una que crece.
¿Por qué en nuestra época, en que las multitudes perecen 
por falta del amor de Dios, 90% de las iglesias experimentan 
poco o ningún crecimiento? Creo que se debe a que las 
iglesias se han encerrado en sí mismas. A medida que he 
analizado esto, y he orado el Señor me ha mostrado doce 
cajones que mantienen confinadas a las iglesias. Por medio 
de la oración de intercesión y el poder del Espíritu Santo, las 
iglesias pueden salir de estos cajones.
DOCE CAJONES QUE ESTANCAN 
A LA IGLESIA Y DETIENEN 
EL POTENTE FLUJO DE LO QUE 
DIOS QUIERE HACER
CAJÓN 1: LAQEGUERA.
En la zona metropolitana de Portland, Oregon, donde pasto­
reo, viven más de un millón de personas. Menos de 10% de 
éstas son miembros activos de una iglesia local. Esto hace que 
Portland sea una de las ciudades con más gente desconectada 
de la iglesia de los Estados Unidos de Norteamérica. La 
necesidad allí es sobrecogedora.
Un cristiano que repara artefactos, de nombre Bob, estaba 
trabajando en la casa de uno de nuestros miembros. En el 
curso de su conversación, los dos cristianos empezaron a 
hablar de sus respectivas iglesias. Nuestro miembro, muy 
entusiasmado con la suya, dijo que participaba en una iglesia 
de miles de personas, con muchos ministerios maravillosos 
que satisfacen necesidades, y que Dios estaba usando para dar 
ese aumento. Bob, sin empezar a captar lo que le contaba 
nuestro miembro, expresó su estrecho punto de vista de que
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Visión 20/20
estaba contento de estar en una «iglesita de campo», donde 
todos se conocían.
Mi amigo le preguntó a Bob dónde estaba su iglesita de 
campo. Su respuesta fue increíble. Esa iglesita está ubicada 
en una calle principal del centro de una de las zonas más 
densamente pobladas y creciente de nuestra ciudad.
A quince minutos de esa «iglesita de campo» viven más de
100.000 personas, y 90.000 de ellos no pertenecen a ninguna 
iglesia.
La gente nunca crece o va más allá de su visión. Ninguna 
iglesia será más grande que su visión. Cuéntame tu visión y 
te diré cuál es tu futuro. Si la visión de una iglesia es ser una 
iglesita de campo en medio de cientos de miles de personas, 
eso es exactamente lo que será. Por el otro lado, si la visión 
de una iglesia es ser una iglesia creciente, entonces, aunque 
esté ubicada en una comunidad pequeña, será una iglesia que 
no se limita a sobrevivir sino que florece. Como dijo alguien: 
«Serás tan pequeño como el deseo que te domine; tan grande 
como tu aspiración dominante». El p r im e rjaso del creci- 
m ientoji^iglejia es la visión. E iTeTcapíQ o^r^restelibro 
Hablaremos del poder transcendente de una visión clara.
Hace un par de veranos fui al encuentro anual de la Asociación 
Nacional de Vendedores de Libros Cristianos, en el Centro de 
Convenciones de Anaheim, California. Andaba dando vueltas 
mirando lo que exhibían las diferentes editoriales y conversando 
con los amigos que encontraba en el camino. En una exhi­
bición de una denominación me encontré con un viejo amigo, 
a quien no veía desde hacía unos veinte años. En el curso de 
nuestra conversación me preguntó el tamaño de la iglesia que 
yo pastoreaba. Con cierto orgullo y entusiasmo le dije cuán 
rápido estaba multiplicándose nuestra iglesia y que tenía­
mos miles de personas. Su respuesta inmediata fue: «No 
pienso que una iglesia deba ser de más de doscientos».
No quiero culpar a mi amigo; él sencillamente reflejaba un 
concepto limitador que ha sido como una plaga para esa 
denominación en particular durante los últimos treinta años o 
más. Si tú piensas que una iglesia no debe pasar de los
14
Introducción
doscientos, puedes estar bien seguro de algo: tus iglesias no 
serán de más de doscientos. Pienso que es hora de levantar 
las persianas. Es hora de ver más allá y salir del cajón.
CAJÓN 2: LA INCREDULIDAD.
Jesús, el Hijo de Dios, el Hacedor de milagros, no pudo hacer 
milagros en su ciudad natal. ¿Por qué? ¿Has pensado en esto 
alguna vez? Las Escrituras nos dicen que fue por su creencia. 
La incredulidad detiene a las poderosas obras de Dios.
Las «señales y prodigios» no eran nada extraordinario en 
el libro de los Hechos; eran un suceso cotidiano. Jesucristo 
no está muerto. Él está vivo. Y Él es el mismo ayer, hoy y 
siempre. Tal como Él hizo milagros entonces, hace milagros 
aun mayores hoy, por medio del poder de Aquel que vive 
dentronuestro, el Espíritu Santo. Sí, con el Espíritu Santo 
podemos cumplir la promesa de Jesús de hacer obras «aun 
mayores» (Juan 14:12). En la Parte I vamos a adentramos en 
el: «Poder para el crecimiento de la Iglesia».
Confieso que personalmente me ha costado casi veinte 
años, desde que terminé el seminario, desplazarme desde el 
operar por la razón y mis propios recursos al mundo espiritual 
de la fe y cooperación con el Espíritu Santo, para hacer la obra 
del ministerio de la iglesia. Desde que este cambio ha estado 
pasando en mi vida, el crecimiento de la iglesia ha estado 
ocurriendo más allá aún de mis más queridos sueños de niño.
Cada vez que nos reunimos en la Iglesia de la Comunidad 
de la Nueva Esperanza, la salvación fluye, ocurren milagros, 
la gente es renovada en mente y espíritu, las relaciones son 
restauradas. Parece que no importa de qué predico cuando se 
tiene la unción del Espíritu de Dios y fluyo con su Espíritu, 
la gente es llevada a Cristo y sus vidas son transformadas 
desde adentro hacia afuera.
Tú también puedes aprender a cooperar con el Espíritu 
Santo para «señales y prodigios» en tu iglesia. Pero prime­
ro debes salir del cajón de la incredulidad y aprender a ganar 
la batalla del mundo espiritual en el nombre de Jesús. «Jesús
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Visión 20/20
le dijo. Si puedes creer, al que cree todo le es posible» 
(Marcos 9:23).
CAJÓN 3: LA FALTA DE LIDERAZGO.
Acostumbrábamos a servir la comunión haciendo que la 
gente pasara al frente en forma ordenada para recibir los 
elementos y volviera a sus asientos haciendo un círculo 
completo. Para que el servicio funcionara bien, dependía de 
que cada persona siguiera a quien tenía adelante. La clave del 
éxito era conseguir que la primera persona empezara correc­
tamente.
Un domingo, mientras la gente desfilaba para recibir los 
elementos, una persona al final de una fila daba señales 
evidentes de tener que ir al baño, así que fue al fondo y salió 
por la puerta. Toda una fila de adoradores siguieron al líder 
equivocado saliendo por la puerta trasera. ¿Te puedes imagi­
nar la sorpresa de ellos cuando descubrieron que, en lugar de 
ser conducidos a la mesa de comunión, habían sido dirigidos 
al baño?
Este es un buen ejemplo de lo que pasa cuando no hay un 
líder dinámico.
Cuando no hay un líder fuerte, se forma un vacío y todo 
— salvo lo bueno— se mete en ese vacío.
Buena parte de la confusión de las iglesias de hoy se debe 
al vacío creado porque no hay un hombre o mujer, dirigido 
por Dios, que conduzca a la gente.
A medida que estudias la Biblia y la Historia de la Iglesia, 
se vuelve patente que cuando pasaron cosas grandes siempre 
fue cuando un hombre o una mujer fue usado por Dios para 
dirigir a su pueblo hacia donde Él quería que fueran. Las 
ovejas no pueden dirigir a nada sino a la confusión. Se 
necesitan pastores que sean líderes.
En la Parte II, Capítulo 1, compartiré contigo los Principios 
del liderazgo dinámico.
CAJÓN 4: LOS PASTORES SUPERESTRELLAS.
16
Introducción
En esta era de la electrónica, del espectáculo y de la televisión 
de mucha acción, ninguna iglesia estadounidense atraerá a 
mucha gente sin algo de «espectáculo». La gente no irá a 
escuchar a un predicador por bien que conozca la Biblia si él 
no llega a ser un comunicador diestro y efectivo. Antes de que 
la gente oiga, debes primero atraer su atención. Por eso debe 
haber mucha preparación para la prédica y la música, a fin de 
que el servicio de celebración atraiga gente.
Pero en este clima del muéstrame y entretiéneme, algo pasa 
que daña a los pastores y a la gente ¡Es tan sutil! Es una de 
las formas más astutas y engañosas de Satanás para encajonar 
a la iglesia en poco —o nulo— crecimiento. ¿De qué hablo? 
Hablo de hacer de los pastores unas estrellas profesionales de 
la gente, espectadores. Cada uno tiene su propio ego con sus 
necesidades. No cuesta mucho que las necesidades del ego de 
un pastor lo lleven por el fútil camino de llegar a ser la 
superestrella de la congregación. La misma trampa puede 
atrapar a otros líderes de las iglesias de personal múltiple.
Donde los pastores se permiten ponerse en el papel de 
superestrellas, las iglesias siguen pasando por los pastores así 
como un automóvil pasa por los neumáticos. ¿Por qué? Por­
que el pastor se ha dejado poner en un rol con expectativas 
imposibles. Y cuando no satisface los caprichos y deseos de 
los espectadores, entonces el héroe se transforma rápidamen­
te en el villano. ¿Cuántas iglesias conoces en que el pastor es 
el héroe durante los primeros dos años y luego anda de capa 
caída? Desde entonces hasta que se va, él es el villano. La 
verdad es que la gente necesita alguien con quién ventilar sus 
frustraciones.
La participación es la clave del éxito. Los laicos a quienes 
sencillamente se les da el rol de espectadores no usan sus 
dones espirituales y no pueden sentirse realizados. Nada hay 
que edifique más la autoestima propia que la realidad de que 
Dios está usando la vida de uno. Y nada hay que dé más 
sentido a la vida diaria que saber que lo que uno hace es parte 
del plan de Dios para alcanzar a este mundo.
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Visión 20/20
Dios quiere usar a cada persona para que ministre en su 
Nombre, sea que esa persona sea un ministro profesional o 
trabaje en un puesto secular. Ha llegado la hora de que las 
iglesias salgan del cajón del espectáculo y liberen a los laicos 
para el ministerio. A través de este libro te diré cómo hacerlo.
Los estudios del crecimiento de iglesia nos ha dado este 
valioso concepto: no importa cuán buena sea la prédica, 
la enseñanza o la música de una iglesia en particular, si la 
gente no es llevada a alguna clase de pequeño grupo de 
confraternización, dejarán la iglesia local en dos o tres 
años para luego irse a la próxima.
CAJÓN 5: EL ENFOQUE EN LA DOCTRINA.
Un amigo vendedor me dijo recientemente: «Pastor, todos 
saben que uno no vende automóviles hablando del tamaño de 
los pistones». Esto estaba en el contexto de nuestra conversa­
ción sobre una iglesia particular que ambos sabíamos era 
doctrinalmente correcta y apropiada, pero que se estaba mu­
riendo. La poca gente que aún iba allí estaba aburriéndose 
mortalmente.
A la gente de nuestro mundo que perece debido a una gama 
de enfermedades de mente, cuerpo y alma, resultados de estar 
apartados del amor de Dios, no le importa un comino la fría 
doctrina. No me malentiendan, es importante tener la sana 
doctrina, pero en la Nueva Esperanza no andamos mostrando 
nuestra estructura ósea para herir a la gente. Nuestra llamada 
es primero a sanar heridas y edificar sueños, y en el momento 
y lugar apropiados, instruiremos a la gente en las doctrinas 
básicas de la iglesia.
CAJÓN 6: LAS RUTINAS.
La tradición de la iglesia en que fui criado dictaba que toda 
iglesia local sostuviera dos reuniones de avivamiento por año. 
Esa era la ley no escrita. Todo pastor que se saliera de esta 
tradición se hacía sospechoso de liberal.
No habiendo visto nunca otro método evangelizador, creía 
erróneamente que la única vez en que una persona podía ser
18
Introducción
salva era al final de un sermón de salvación, con la congrega­
ción de pie cantando un himno de invitación como «Tal como 
soy». En mi primer pastorado, anhelando alcanzar a gente que 
no pertenecía a la iglesia, empecé a buscar otros métodos para 
evangelizar. Todo un mundo nuevo se me abrió cuando fui 
dirigido por Dios para volverme en un ganador de almas 
personal. Debido a que me salí del molde, yendo donde estaba 
la gente y llevándola a Cristo, la nueva iglesia que empecé en 
Grove City, Ohio, comenzó a marcar el ritmo para el Distrito 
Central de Ohio, con un crecimiento de 25 miembros nuevos 
por año. Sobresalía entre la majada de iglesias de esa deno­
minación.
Hoy, debido a que he aprendido muchos otros métodos para 
alcanzar a la gente, la iglesia que pastoreo ve más gente 
llevada a Cristo en una semana que los que hacíamos en un 
año entero en mi primera iglesia. Me entusiasma compartir 
contigoen las páginas siguientes estos secretos del evange- 
lismo que estalla.
Mi amigo Robert Schuller dice que «se necesita valor para 
salir del cajón». Las iglesias se atascan en el lodazal de hacer 
lo que hacen, ¡simplemente porque siempre lo han hecho así! 
Cuán importante es detenerse y plantearse estas preguntas: 
¿Está cumpliendo el programa o actividad aquello para lo 
cual fue creado? ¿Es efectivo o no?
Una joven pareja se casó, y en su primer domingo juntos la 
señora horneó un jamón. La curiosidad del esposo se despertó 
cuando vio a su esposa cortar una punta del jamón antes de 
meterlo al horno. Entonces le preguntó: «Querida, ¿por qué 
cortaste la punta del jamón?»
Ella contestó: «Mi madre siempre lo hizo así».
En la próxima ocasión en que se reunió la familia, el nuevo 
marido preguntó a su suegra: «¿Por qué cortas la punta del 
jamón antes de hornearlo?»
Su respuesta fue: «Porque mi madre siempre lo hizo». No 
habiendo nunca antes pensado realmente sobre el porqué, se 
volvió a su madre y le preguntó: «Mamá, ¿por qué siempre 
cortabas la punta del jamón?» La abuela se rió y dijo: «Oh,
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Visión 20/20
querida, porque mi homo no era muy grande. Tenía que cortar 
la punta para meterlo».
Es hora que destapemos el cajón y dejemos de limitar la 
obra de Dios con tradiciones carentes de significado.
Esto no quiere decir que toda tradición del ministerio sea 
inútil. Un pastor fue a una iglesia grande más bien tradicional 
y pensó que su misión era terminar con toda la tradición que 
tuvieran. Lo primero en irse fue la escuela dominical. Luego 
terminó con el ministerio a los ciudadanos de mayor edad. 
Enseguida canceló la celebración del mes de julio que la 
iglesia había hecho por años. Todos esos habían sido buenos 
ministerios. En un par de años dejó a la iglesia peor de lo que 
estaba cuando él llegó. Todo lo que hizo fue mover el bote, y 
casi hundió el barco.
Nunca canceles algo hasta que tengas algo mejor con qué 
reemplazarlo. En las páginas que siguen voy a compartir 
contigo muchos ministerios creativos que satisfacen necesi­
dades de la gente, los cuales hemos establecido como puntos 
de entrada para traer a la gente a la Iglesia de la Comunidad 
de la Nueva Esperanza. En el poder del Espíritu de Dios, 
tú puedes entonces crear tus propios ministerios que sa­
tisfagan las necesidades que traerán las multitudes de 
gente nueva.
CAJÓN 7: LA ACTITUD EXCLUSIVISTA.
Uno de mis amigos, miembro de nuestro equipo pastoral, me 
habló de una iglesia que no quería nuevos miembros. Queda­
ban solamente cuatro de ellos, mientras que afuera, en el 
cementerio de la iglesia, solamente quedaban cuatro espacios. 
Por lo tanto, no se atrevían a recibir nuevos miembros. Nos 
reímos de este pensamiento miope, pero el ser exclusivista no 
es cosa risible. Tengo en mi archivo una foto tomada a un 
letrero que está en el frente de una iglesia metodista de la parte 
sur de Oregón. Dice: «Estacionamiento sólo para los miem­
bros metodistas - Los demás serán sacados a remolque a su 
propio costo». No muy acogedor, diría.
20
Introducción
Algunas personas de iglesia son tan exclusivas, de criterio 
tan estrecho que sus orejas se tocan entre sí. El amor de Dios 
es de la clase que nunca excluye: siempre alcanza e incluye. 
Alguien lo ha dicho muy bien en este pequeño poema:
«Él trazó un círculo que me dejó afuera, 
hereje, rebelde, algo de qué reírse, 
pero el amor y yo tuvimos el coraje de ganar; 
trazamos un círculo que lo incluyó.»
En la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza 
seguimos alcanzando y agrandando el círculo por medio de 
nuestros grupos de Atención Afectuosa y Tierna. Tenemos 
más de 500 de estos grupos que alcanzan, incluyen y traen a 
otras personas. Así es como seguimos saliendo del cajón para 
agrandar los círculos del amor, para siempre incluir a uno 
más.
¿Qué es un grupo de Atención Afectuosa y Tierna? En la 
Parte III, Capítulo 3, responderé esta pregunta en detalle para 
que tú también puedas salir del cajón y ampliar tus límites.
CAJÓN 8: EL AISLAMIENTO.
Le pregunté a un pastor vecino: «¿Cuántas visitas vienen cada 
domingo a su iglesia?» Él dobló su cabeza y confesó que 
pasaban meses sin tener visitas. ¿Cómo puede crecer una 
iglesia sin visitas? La respuesta es obvia.
Uno de los cajones que está encerrando a tantas iglesias en 
un crecimiento pequeño o nulo es un problema social. Son 
demasiados los cristianos que se han aislado de la gente que 
no es cristiana. No tienen nada que ver con ellos, para ni 
pensar en relacionarse con ellos en forma tal que los lleve a 
Cristo. La mayoría de la gente que es llevada a una iglesia 
creciente es traída por un amigo. No hay evangelización 
como la que se hace por amistad. No depende de la habilidad 
ni de un superprograma. Sencillamente se da en el flujo 
natural de un cristiano que se relaciona por amor y afecto con 
uno que no lo es.
Visión 20/20
Tuve un conversación ayer con uno de nuestros cristianos 
nuevos y supe que él ya había traído varias familias nuevas a 
la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza. Con una 
gran sonrisa me dijo que iba a traer a docenas de otras 
personas nuevas. Emocionado por lo que Jesús había hecho 
en su vida, él estaba sirviendo al Señor con entusiasmo.
En el consultorio de un médico, en la parte de abajo de un 
cuadro sobre la exploración espacial, leí estas palabras: «La 
ciencia está en la vanguardia de lo que está sucediendo». 
Pensé para mis adentros: Una iglesia que está realmente 
preocupada por cumplir la «Gran Comisión» es aquella que 
está en la vanguardia de lo que está pasando en la vida de la 
gente. Tenemos que ser las manos del Maestro extendidas con 
amor. No puedes ganar gente si no te involucras en sus vidas. 
En las páginas que siguen voy a contarte muchas maneras 
diferentes en que tu iglesia puede vivir en la vanguardia de lo 
que está pasando, y cuando lo haga llegará a ser una iglesia 
creciente.
CAJÓN 9: EL PENSAR QUE ES IMPOSIBLE.
El pensar que es imposible no sólo perturba la mente sino que 
«empequeñece» a las iglesias. Jesús presentó a Felipe una 
tremenda oportunidad. El le preguntó: «¿De dónde compra­
remos pan para que coman éstos?» (Juan 6:5). La pregunta 
que El te plantea es casi la misma: «¿Cómo vamos a alimentar 
a toda esta gente espiritualmente hambrienta que está alrede­
dor de tu iglesia? ¿Cómo los alcanzamos?»
Felipe vio inmediatamente todos los porqué no podía ha­
cerse. Él dijo: «No tenemos suficiente dinero. No hay alma­
cenes en kilómetros a la redonda. Mejor tengamos una reu- 
ión de comité para ver si no podemos hallar algo más por 
qué no puede hacerse».
Aquellos que operan por la negativa pueden detectar inme­
diatamente los porqué no puede haber nunca crecimiento en 
su iglesia. Siempre hay disculpas si es lo que estás buscando. 
El milagro de alimentar a los 5.000 nunca hubiera ocurrido si 
todo hubiera dependido de Felipe. Y el milagro de vidas
22
Introducción
transformadas y cambiadas por el poder de Dios no sucederá 
donde la gente prefiere pensar que es imposible.
Gracias a Dios por Andrés, que no sólo vio la oportunidad 
sino que buscó las posibilidades de lo que él podía hacer para 
poner en marcha el milagro. «Algunos hombres ven las cosas 
como son y dicen: «¿Por qué?» Yo sueño cosas que nunca 
fueron y digo «¿Por qué no?» (George Bemard Shaw).
Andrés creyó que con Dios nada era imposible, así que 
empezó a buscar la posibilidad y encontró a un niñito con 
unos pocos panes y pescados. Cuando creemos en el Dios de 
lo imposible, empezamos a buscar la respuesta al cómo quiere 
usarnos Dios para alimentar a la multitud.
Yo creo que es posible que tu iglesia salga del cajón y viva 
un glorioso crecimiento.
CAJÓN 10: EL ACTIVISMO.
Conozco a un pastor que está ocupado todo el tiempo, aunque 
su iglesia no muestra crecimiento. Es más, la verdad es que 
su iglesia está disminuyendo. ¿Qué está mal? El problema es 
que él y su gente están ocupados haciendo muchas cosas que 
realmente no cuentan. No piensanen aprender lo que es 
esencial, en vez de desperdiciar sus vidas en cosas no esen­
ciales.
Toda iglesia necesita tener objetivos y metas claramente 
delineados para mantener la mira en el blanco. En los prime­
ros días de nuestro ministerio establecimos estos objetivos y 
propósitos para la Iglesia de la Comunidad de la Nueva 
Esperanza:
1. Alcanzar a los miles que no pertenecen 
a una iglesia.
2. Ser un centro de sanidad.
3. Ser un centro de edificación.
4. Ser un centro de equipamiento.
5. Edificar familias cristianas fuertes.
6. Ofrecer una inspiración positiva 
centrada en Cristo.
23
Visión 20/20
7. Ser un centro que se despliega.
8. Ser un centro de adoración.
Junto con esto tenemos metas muy claras que nos mantie­
nen enfocados al blanco, con nuestros objetivos y propósitos. 
En las páginas que siguen te ayudaré a descubrir y trabajar 
hacia la meta de tu iglesia con un propósito único.
CAJÓN 11: LA FALTA DE DIRECCIÓN.
Apunta a la nada y triunfarás. Como lo ha dicho miles de 
veces mi amigo Robert Schuller: «Si falla en planificar, 
entonces estás planificando fallar». Mientras más tiempo 
llevo en el ministerio, más reconozco la importancia de 
tomarse el tiempo para planificar bien. Nada pasa, a menos 
que los líderes de una iglesia hayan planificado para que 
suceda. No esperes que tu barco venga a ti; ve nadando hasta 
encontrarlo.
He pasado mi vida planificando el crecimiento de la iglesia. 
No es por accidente que la iglesia que pastoreo esté estallando 
en forma exponencial. Las iglesias crecientes esperan antici­
padamente el crecer. La vida es una profecía autocumplida. 
Compartiré contigo nuestro plan en detalle para un crecimien­
to explosivo aun mayor, junto con darte ayuda real para 
formular tu propio plan y ponerlo en acción. Esto pasará en 
la Parte III - Planifica para el crecimiento de iglesia. Recuer­
da esto: «Los detalles determinan el destino».
CAJÓN 12: EL ORGULLO.
Cada vez que hablo en las conferencias sobre crecimiento de 
la iglesia, o que tengo la oportunidad de hablar con un líder 
eclesiástico, me gusta preguntar esto: «¿Qué está haciendo en 
su iglesia, en su ministerio, que no hay forma en que pueda 
realizarlo sin la ayuda y el poder de Dios?»
Nuestro peor enemigo es el orgullo. Por eso la Escritura nos 
advierte que «antes del quebrantamiento es la soberbia». La 
Escritura también nos enseña que «Dios resiste a los sober­
bios y da gracia a los humildes» (Ia Pedro 5:5).
24
Introducción
Gran cantidad de gente de nuestro equipo ministerial y de 
nuestros pastores laicos han sido quebrantados. Pero Dios 
ahora los usa para bendecir. Dios puede usar sus vidas porque 
ellos saben quién es su fuente y de dónde viene su ayuda. 
Como ellos tienen comunión con el Espíritu Santo, viven 
dependiendo del Señor y muy agradecidos de que Dios esté 
usando sus vidas en ministerios significativos.
No hay lección más grande para nosotros que aprender a 
«depender del Señor». Yo ruego por ti, mientras te comparto 
mi propio camino personal con Jesús, y las luchas y victorias 
del ministerio, que se cree dentro de ti una profunda hambre 
por conocer mejor a Dios. Y un apremiante deseo de depender 
del Señor para que de tu quebranto venga gran bendición.
Solamente hay 
dos clases de iglesias
Solamente hay dos clases de iglesias, y con esto no me 
refiero a la católica y a la protestante. Efectivamente, hay 
muchos nombres diferentes que aparecen en las puertas de las 
iglesias, pero no es el nombre lo que realmente distingue qué 
clase de iglesia es. Algunas iglesias son formales y algunas 
informales, algunas son iglesias denominacionales mientras 
que otras son independientes. Pero todas las iglesias son: 
muertas o vivas. Tu congregación, ¿está viva o muerta? Este 
libro está dedicado a vivificar iglesias.
Un planificador de renombre internacional, Edmond Ba- 
con, dice: «Una ciudad llega a ser grande cuando su gente 
empieza aspirar a la grandeza». Lo que me gustaría decirte es 
esto: «Una iglesia llega a ser grande cuando su gente empieza 
a aspirar a la grandeza». Y la grandeza a ojos de Dios, creo, 
significa crecimiento de la iglesia (Ver Mateo 28:18-20).
Antes del lanzamiento de la Iglesia de la Comunidad de la 
Nueva Esperanza el 14 de octubre de 1972, mi querida esposa 
Margi y yo nos sentamos en la Capilla de Oración, en el piso 
14 de la Torre de la Esperanza del doctor Schuller. Estábamos
25
Visión 20/20
asistiendo al seminario para el exitoso crecimiento de la 
iglesia.
En el último mensaje, el doctor Schuller dijo estas palabras: 
«Las iglesias más grandes que se hayan construido en los 
Estados Unidos aún no han sido empezadas. ¡Alguien aquí 
construirá una iglesia aún más grande con actividades los 
siete días de la semana! Será una sensación para Cristo». Creo 
que la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza está 
en camino de llegar a ser una de esas iglesias que profetizó el 
doctor Schuller. Mientras escribo estas palabras ya estamos 
estallando exponencialmente, pero creo que precisamente 
tenemos los cimientos bien puestos.
El verano pasado en Seúl, Corea, el doctor Paul Yongi Cho 
retó a los líderes de iglesia allá presentes con su visión: que 
habrá en cada ciudad grande de los Estados Unidos una 
iglesia con 100.000 miembros.
Creo que Dios ha dado su visión al doctor Cho y que esa 
visión llegará a ser la clara visión de otros. En las páginas que 
siguen te detallaré lo que creo es el plan maestro de Dios para 
crear iglesias que estallan.
26
PARTE 1
El poder para 
el crecimiento 
de la iglesia
Visión 20/20
asistiendo al seminario para el exitoso crecimiento de la 
iglesia.
En el último mensaje, el doctor Schuller dijo estas palabras: 
«Las iglesias más grandes que se hayan construido en los 
Estados Unidos aún no han sido empezadas. ¡Alguien aquí 
construirá una iglesia aún más grande con actividades los 
siete días de la semana! Será una sensación para Cristo». Creo 
que la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza está 
en camino de llegar a ser una de esas iglesias que profetizó el 
doctor Schuller. Mientras escribo estas palabras ya estamos 
estallando exponencialmente, pero creo que precisamente 
tenemos los cimientos bien puestos.
El verano pasado en Seúl, Corea, el doctor Paul Yongi Cho 
retó a los líderes de iglesia allá presentes con su visión: que 
habrá en cada ciudad grande de los Estados Unidos una 
iglesia con 100.000 miembros.
Creo que Dios ha dado su visión al doctor Cho y que esa 
visión llegará a ser la clara visión de otros. En las páginas que 
siguen te detallaré lo que creo es el plan maestro de Dios para 
crear iglesias que estallan.
26
PARTE 1
El poder para 
el crecimiento 
de la iglesia
PARTE 1: PODER 
Capítulo I
El poder de la visión
Margi y yo tuvimos el privilegio de pasar cuatro días con 
los pastores de 15 de las superiglesias de los Estados Unidos 
de Norteamérica y sus esposas. El escenario era el fabuloso 
centro de retiros del doctor Robert Schuller en el Rancho 
Capistrano, al sur de California. Para ser invitado a este 
creativo retiro, uno tenía que ser pastor titular de una iglesia 
que tuviera una asistencia dominical superior a las 2.500 
personas. Respondiendo a la invitación para asistir y estar con 
el doctor Schuller durante cuatro días, hubo pastores titulares 
de iglesias presbiterianas, metodistas, bautistas del sur, asam­
bleas de Dios, luteranas, reformadas, así como pastores de 
varias congregaciones independientes.
Pasamos cuatro días juntos compartiendo el amor y el 
ministerio cristianos. Me impactó la singularidad de la perso­
nalidad de cada líder. Además de tener un profundo amor por 
Dios y por la gente, estos líderes tan distintos tenían una cosa 
en común. ¿Sabes qué era? Todos ellos eran personas de 
i visiones y sueños.
En este primer capítulo quiero compartir contigo sobre el 
«Transcendente poder de una visión».
Hace varios años me encontraba en Columbus, Ohio, en 
una mañana de domingo. Columbus, la patria de los Buckeyes
29Visión 20/20
del Estado de Ohio, es donde fui criado. Esa mañana me 
levanté temprano, desayuné y luego conduje hacia el sudoeste 
al suburbio de Grove City, donde asistía al servicio matutino 
del domingo de la Iglesia Nazarena.
De todas las iglesias de Columbus, ¿por qué escogí asistir 
a este servicio? Porque veinte años antes, en 1963, al graduar­
me del seminario acepté la visión de crear una nueva Iglesia 
del Nazareno en Grove City, Ohio. Ir allá y empezar una 
iglesia nueva fue el cumplimiento de una visión y de un sueño 
que había concebido a los quince años de edad, y que había 
llevado conmigo durante la universidad y el seminario.
Mientras lanzaba esta nueva obra, mi clara visión fue la de 
una iglesia que algún día tendría 400 miembros y sería la 
Iglesia Nazarena más grande del centro de Ohio. Cuando me 
fui de ahí, cuatro años después, la iglesia tenía unos 100 
miembros y marcaba el ritmo del crecimiento de la denomi­
nación. Mientras estuve ahí dirigí a la iglesia en la compra de 
tres acres en el centro de la ciudad, a construir el primer 
edificio, luego agregar un ala para salas de clase, y plantar en 
sus corazones y mentes la visión del santuario definitivo con 
capacidad para unas 400 personas.
Ahora ahí estaba yo, dieciséis años después de haber dejado 
de ser el pastor, sentado en la tercera fila, contando desde 
adelante, en el mismo santuario cuya visión había tenido años 
antes. Conté la gente presente. ¿Sabes cuántas personas esta­
ban esa mañana dominical? Había 400 personas.
De súbito esta conciencia me golpeó como si fuera una 
tonelada de ladrillos. Esta iglesia local, después de veinte 
años, era del tamaño exacto de mi visión que tuve para ella 
antes que fuera. Ni más pequeña ni más grande.
Ese día Jesús habló a mi corazón por medio de su Espíritu 
y dijo: «Conforme a tu fe te sea hecho».
Antes de lanzar la Iglesia de la Comunidad de la Nueva 
Esperanza de Portland, Oregón, el 14 de octubre de 1972, yo 
tenía la clara visión de que la iglesia sería una iglesia para los 
miles que no pertenecen a una iglesia. Mi visión fue que 
tendríamos 1.000 miembros al cabo de diez años. El tamaño
30
El poder de la visión
de mi visión estaba limitado por el marco de la denominación 
en que fui criado. Cuando yo era un niño creciendo en la casa 
del administrador de la iglesia, la más grande de nuestra 
denominación era una de 1.000 miembros. Así que eso fue mi 
techo para el tamaño mayor que pensaba podría tener una 
iglesia. Después de nueve años y medio llegamos a la meta 
de tener nuestros primeros 1.000 miembros. Habiendo tras­
pasado esa barrera, llevó menos de dos años para llegar al 
segundo millar de miembros. Y ahora, el tercer millar ha 
llegado en menos tiempo que eso. Mientras más grande es la 
visión, más grande llegará a ser la iglesia. Las cosas más 
milagrosas pasan cuando alguien tiene una visión clara.
¿Qué es una visión?
La visión es la habilidad o el don dado por Dios para ver 
esas cosas que no son propiamente una realidad. La visión es 
presentada en la Palabra de Dios en esta definición de fe de 
Hebreos 11:1: «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, 
la convicción de lo que no se ve». Parafraseando, «La fe es 
visión, y la visión es verlo mucho antes que sea».
¿Cuán importante es la visión?
Oí una anécdota de un grupo de trabajadores que cavaban 
un hoyo de poco más de tres metros de profundidad. Luego 
de agotadoras horas de duro trabajo, finalmente terminaron 
de cavarlo. El jefe no se había molestado en decirles cuál era 
el propósito de cavar el hoyo. Efectivamente, después de 
hacerlo, él los miró y les dijo: «Rellénenlo».
Los hombres dejaron el trabajo de inmediato diciendo: 
«Nos vamos. ¡Queremos que nos pague ahora!
Cuando el jefe les preguntó por qué, contestaron: «Cavar 
y rellenar hoyos solamente nos hace lucir como tontos».
Entonces el jefe se dio el tiempo para explicarles el propó­
sito de hacer el hoyo. Era para ubicar una fuga de gas que
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Visión 20/20
estaba poniendo en peligro la salud de la gente que vivía en 
esa zona. Una vez que ellos encontraron que excavar tenía 
propósito, quedaron satisfechos y permanecieron en el trabajo.
Muy dentro de cada uno de nosotros está la necesidad de 
hacer que nuestras vidas cuenten. Nada hay como una visión 
que lo consume todo para dar a nuestras vidas el significado 
y el propósito que anhelamos.
Sin una visión la vida es monótona y rutinaria. La Biblia 
dice: «Sin profecía el pueblo se desenfrena». (Proverbios 29:18).
¡Qué verdad! Pero con una visión la vida se vuelve emo­
cionante; cada día es una nueva aventura.
Con una visión, la gente no sólo ataca lo imposible sino que 
lo cumple. Sin una visión se intenta poco de valor. Las cosas 
buenas no pasan por accidente.
La iglesia sin visión 
es una iglesia aburrida
La gente sin visión tal vez sólo pueda sobrevivir, y ni 
pensar en prosperar. Es la visión lo que agrega entusiasmo y 
emoción a la vida de la gente. Me duele el corazón por las 
cantidades de iglesias donde todo es aburrido, como siempre. 
Ayer almorcé con un nuevo miembro de nuestro equipo. Con 
lágrimas en los ojos me dijo lo mal que se sentía por algunos 
amigos suyos que tenían poco o ningún gozo en sus vidas 
cristianas, debido a los años que llevaban siendo miembros 
de una iglesia sin visión. Sí, ellos aman a Jesús, pero asisten 
a la iglesia y no sirven por entusiasmo sino por deber.
¿De dónde vienen 
las visiones y los sueños?
Dios quiere obrar por medio de aquella función de nuestra 
mente que llamamos visualización, a fin de cumplir su obra 
en esta tierra. Las grandes bendiciones vienen a nosotros 
primero por verlas. Considera cómo obró Dios con Abraham.
«Y lo llevó afuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta
32
El poder de la visión
las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo; Así será tu 
descendencia» (Génesis 15:5).
Dios dijo a Abraham que mirara al cielo y contara las 
estrellas, pero esas estrellas se volvieron incontables, y Dios 
dijo: «Abraham, tu simiente, tus descendientes, serán tan 
numerosos como esas estrellas».
En ese momento los ojos de Abraham se llenaron de lágri­
mas de gozo, cuando se vio él mismo llegando a ser el padre 
de una gran nación.
Tú tienes que entender que, hasta ese momento, Abraham 
y su esposa Sara habían sido estériles. Habían sido incapaces 
de tener un hijo y ahora estaban bastante pasados de la edad 
de tenerlos. Efectivamente, cuando Sara oyó por primera vez 
la visión de Abraham se rió fuerte. Era ridículo, imposible. 
Abraham debe estar loco.
No es raro que hombres y mujeres que tienen la visión de 
Dios sean considerados locos. Espera hasta que oigas la 
visión que Dios ha dado al autor de este libro.
La cosa que debemos ver es que el poderoso milagro 
—Dios dando a Abraham su hijo Isaac, y haciéndolo padre 
de la nación de Israel— empezó con la visión de Abraham. 
La visión llegó a ser el instrumento creativo por medio del 
cual Dios hizo su poderosa obra.
La verdad es que estoy viendo claramente que el ser usado 
por Dios, poderosamente usado por Él, empieza a ocurrir por 
obtener la visión de Dios para tu vida.
El Espíritu Santo es el portador 
de visiones y sueños
En Hechos 2:17 aprendemos que cuando el Espíritu Santo 
viene sobre nosotros nos dará visiones y sueños. «Y en los 
postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre 
toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; 
vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán 
sueños.»
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Visión 20/20
A medida que aprendemos a confraternizar con el Espíritu 
Santo, Él actúa como el mensajero de Dios plantando en 
nuestras mentes y corazones las semillas de pensamientos de 
sueños y visiones. Quiero decirte que cuando vives en la tierra 
de las visiones y los sueños con Dios, lavida es cambiada 
desde lo ordinario a lo extraordinario. Un día no es sólo un 
día, se vuelve un día especial.
Los hombres y las mujeres de visión y sueños no tienen 
problema en orar, porque tienen algo por lo cual orar.
Los hombres y las mujeres de visión y de sueños no tienen 
problema en diezmar porque creen en ello, de todo corazón.
Los hombres y las mujeres de visión y sueños no tienen 
problema en creerle a Dios para las grandes cosas, porque 
saben que Dios puede hacer lo imposible.
Los hombres y las mujeres de visión y sueños no tienen 
problema con ir a la deriva y con la ociosidad, porque saben 
dónde van y son puestos en marcha por Jesús.
Los hombres y las mujeres de visión y sueños se encuentran 
estableciéndose metas medibles, realistas, motivadoras y al- 
canzables, aunque no son metas fáciles sin un reto a la fe.
Nuestro llamamiento de Dios es aprender la vida del Espí­
ritu y ser hombres y mujeres de visiones y sueños.
¿Cuán grande puede llegar 
a ser una iglesia?
Hn el retiro di* pastores de superiglesias pregunté cuán grande 
puede llegar ¡i ser una iglesia. Nadie tenía una respuesta. Las 
Escrituras nos dicen que «Nada es imposible con Dios». Lo 
trágico es que la mayoría de los líderes de iglesia se interesan 
más por cuán grande no puede llegar a ser una iglesia que por 
cuán grande sí puede llegar a ser.
Lo que se necesita en la sociedad de hoy son hombres y 
mujeres de visión, que vean a la iglesia no como una iglesita 
de campo sino como el supermercado grande que satisface la 
complejidad de necesidades que la gente tiene en nuestra
34
El poder de la visión
actual sociedad. Se necesita una iglesia grande para tener los 
ministerios que satisfacen las necesidades reales, que servirá 
adecuadamente a la gente de hoy. Mientras más grande la 
iglesia, más ministerios puede tener para encontrar a la gente 
donde ésta la necesita. Mientras más fuerte se vuelve la 
iglesia, mayor es su impacto en la comunidad. Mientras más 
grande la iglesia, más grande la red. Y como sabes, mientras 
más grande la red, más pescados vas a capturar.
La curva exponencial
La mayoría de las iglesias crecen poco o nada. Algunas 
muestran un lento agregado. Unas pocas tienen multiplica­
ción. Mi oración ruega que muchas iglesias lleguen a la curva 
exponencial. Esta curva es como una bola de nieve que cae 
montaña abajo. Mientras cae, va tomando impulso hasta que 
tienes multiplicación por multiplicación por multiplicación, 
lo que es igual a la explosión.
En nuestra iglesia local estamos al comienzo de la curva 
exponencial. En nuestros doce años de historia hemos tenido 
más del 28% de aumento por año. Durante los últimos tres 
años hemos estado creciendo en más de 500 miembros nue­
vos por año. Mi visión es que esta tasa continuará y el número 
de miembros nuevos por año se acelerará.
Todo empieza con una visión
Cuéntame tu visión y te diré tu futuro. ¿Cuál es tu visión 
para tu iglesia? ¿^uániSs miembros esperas tener en cinco 
años, diez años, veinte años, contando desde ahora?
Antes que puedas recibir la visión que Dios ha puesto en tu 
mente, debes sacar los límites de tu mente.
Permíteme contarte una pequeña experiencia que tuve cuando 
estaba visitando la iglesia del doctor Cho en Seúl, Corea. Fui 
ahí con otros ministros, asistiendo a su Conferencia Mundial
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Visión 20/20
sobre Crecimiento Internacional. Ellos nos instalaron en el 
Hotel Lotte, de primera clase, en el centro de Seúl.
Mi dormitorio estaba en el piso 17. Los primeros cinco días 
pensaba que estaba cerca del techo del hotel, porque el 
ascensor que usaba diariamente tenía un panel que señalaba 
que llegaba hasta el piso 22. Quiero decir que yo pensaba que 
estaba justo en la parte más alta.
Entonces, en la sexta mañana, justo el día antes de volver 
a casa, nos dijeron que íbamos a tomar desayuno en el piso 
36. Ni siquiera me había imaginado que había pisos más 
arriba, porque tenía una limitación restrictiva en mi mente.
Muchas personas tienen limitaciones autoimpuestas, estruc­
turadas en sus mentes. «Dios puede hacer esto, pero Él no 
puede hacer más». Lo que quiero hacer es sacar todos los 
límites. Lo que deseo es que saques los límites de tu mente. 
Abrete a la gran visión de Dios. Abrete al hermoso sueño 
consumidor.
SIETE COSAS QUE HACER PARA 
REALIZAR TU VISIÓN
I. CUADRO:
UN CUADRO MUY CLARO DE 
LA VISIÓN EN TU MENTE
Tu mente tiene dentro de sí una capacidad de hacerse cuadros 
que no tienen las mejores cámaras fotográficas que se fabri­
can hoy. Una cámara fotográfica solamente puede tomar una 
fotografía de lo que ya es visible físicamente. Dentro de tu 
imaginación creadora está la maravillosa habilidad de retratar 
lo que aún no ha sucedido. Cuando esto pasa, la creatividad 
es liberada y empieza a trabajar.
Bill Glass, el ex jugador profesional de fútbol americano 
—y ahora evangelista nacional— cuenta su historia. Una 
joven mujer dio a luz a un bebé prematuro. El bebé tuvo que 
ser mantenido en un sistema artificial en la sala de incubación,
36
El poder de la visión
lejos de la madre. Separada de su bebé, la madre se dio cuenta 
de que no le bajaba la leche. Entonces una enfermera tuvo la 
brillante idea de tomar un fotografía del bebé con una cámara 
Polaroid, y luego poner la fotografía donde la madre pudiera 
disfrutar la vista de su nueva hija. Mientras la madre miraba 
la fotografía, adivina qué pasaba. Su leche bajaba.
Hace muchos años, aun antes de lanzar el ministerio de la 
Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza, Dios me dio 
una clara visión sobre la clase de propiedad en que íbamos a 
edificar. Compartí esta visión con nuestros primeros líderes y 
se volvió la visión fija de la iglesia. Veíamos que nuestro 
edificio, para dar ministerio a miles de personas, iba a estar 
ubicado en una importante calle de tránsito rápido, en la 
ladera de una hermosa colina verde. Iba a tener visibilidad y 
buen acceso. Iba a ser un lugar de belleza que corta la 
respiración y que inspiraría a la gente. Esto describe exacta­
mente dónde está ubicada hoy la Iglesia de la Comunidad de 
la Nueva Esperanza, con la ventaja agregada de que estamos 
directamente al frente de uno de los más grandes centros 
comerciales del Estado de Oregón, cruzando la autopista. 
Todo empezó con un claro cuadro en la mente.
Muchos de los ministerios que buscan satisfacer las nece­
sidades de la gente en la Iglesia de la Comunidad de la Nueva 
Esperanza fueron primeramente retratados en la mente de 
algún miembro. Acabábamos de terminar nuestro 12° Cam­
pamento Familiar Anual, realizado en el Campamento 
Friends Twin Rocks, en la costa de Oregon. Fue un tiempo 
delicioso y entretenido para todas las edades al celebrar la 
vida cristiana con toda la familia reunida. Cientos de personas 
estaban presentes y sacaron provecho de esta experiencia de 
campamento familiar.
¿Cómo empezamos a tener estos campamentos familiares? 
Uno de nuestros láicos puso en su mente el cuadro de un 
campamento donde gentes de todas las edades disfrutaban 
mutuamente. Vino a verme y compartió su visión conmigo y yo 
la acepté como urja bella idea de Dios. En el paso de los años ese 
cuadro ha crecido hasta ser una maravillosa experiencia de
37
Visión 20/20
campamento, donde cientos de personas de nuestra gente 
disfruta y saca provecho. Todo empezó cuando uno de nues­
tros laicos tuvo este cuadro en su mente.
¿Qué cuadro te ha puesto Dios en tu mente? ¿Cuál es la 
visión de ministerio que Dios te ha dado? El primer paso para 
ver algo bello volverse realidad es tener un cuadro muy claro 
de la visión en tu mente.
II. CORAZÓN:
COMPROMÉTETE AL CUMPLIMIENTO 
DE LA VISIÓN
Antes que estés listo para moverte a cumplir tu visión, ésta 
debe llegar a tu corazón. Recuerdo haber visto a un equipo 
estudiantil de fútbol americano, de limitado talento,derrotar 
a un equipo campeón de destrezas superiores. El equipo que 
tenía menos habilidad ganó porque esa noche tuvieron más 
corazón. Ellos se metieron por completo en el juego y jugaron 
más allá de su habilidad. Su ardiente deseo les dio el triunfo.
Si vas a hacer algo grande para Dios, entonces puedes 
contar con que te enfrentarás a obstáculos. Mientras más 
grande sea tu visión, más grandes y más frecuentes serán los 
obstáculos que vas a enfrentar. Cuando la cosa se pone difícil, 
aquellos que no han puesto sus corazones en ella, se rinden.
Cuando nuestro hijo menor, Scott, tenía seis años, aprendió a 
andar en bicicleta sin las ruedas de ayuda, durante las vacaciones 
de verano de la familia. Él había estado andando antes con el 
auxilio de esas pequeñas ruedas de entrenamiento, pero en 
esta mañana particular, mi esposa Margi y yo decidimos que 
era hora de sacar esas ayudas y que Scott aprendiera a andar 
en bicicleta solo.
Primero, convencimos a Scott que no podría hacerlo si no 
ponía todo su empeño. Sin embargo, me puse a caminar al 
lado suyo mientras él trataba de andar. Yo seguía diciéndole: 
«Puedes hacerlo, Scott. Va a ser mucho más divertido 
andar sin esas ruedas. ¡Puedes hacerlo! Tan sólo pedalea más 
rápido.»
38
El poder de la visión
De repente, antes de darme cuenta, él empezó a andar en 
bicicleta. Entonces me hallé gritando: «¡Más despacio, más 
despacio!», mientras corría sin aliento tratando de mantener­
me al lado de un ciclista que huía.
No va a pasar hasta que pongas tu corazón en ello. Jesús 
dijo: «Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también 
vuestro corazón» (Mateo 6:21). Aquello que tengas en alta 
estima es lo que tendrá el dominio de tu corazón. La palabra 
«corazón» en la Biblia significa el centro de tus afectos. Para 
cumplir una gran visión tienes que quererla con todo tu 
corazón.
El salmista lo dijo de esta manera: «Pon tu delicia en el 
Señor, y él te dará las peticiones de tu corazón» (Salmo 37:4, 
BLA). Al graduarme del seminario en 1963 —hace más años 
de lo que me gustaría recordar— tuve una visión de que 
llegaría a ser un ganador personal de almas. Esto se volvió un 
ardiente deseo dentro de mí. Aunque había sido criado en una 
iglesia, había ido a una universidad cristiana y me había 
recibido en uno de los mejores seminario de este país, ni 
siquiera sabía cómo conducir a alguien personalmente a Je­
sucristo. Pero tenía el deseo ferviente.
Cuando me levanté en la mañana empecé mi día pidiendo 
a Dios que me hiciera un ganador de almas. Varias veces al 
día suplicaba a Dios que me ayudara a llevar a alguien a El. 
Era una llama ardiente dentro de mí. El cuadro de ser un 
ganador de almas y mi deseo de serlo me hicieron leer todo 
libro que pude encontrar sobre el tema de ganar almas perso­
nalmente. Esta búsqueda ferviente para cumplir la visión 
siguió por días y meses.
Entonces Dios trajo a un joven a mi vida, respondiendo a 
mi oración, el cual me mostró en cinco minutos cómo usar la 
Escritura para conducir personalmente a alguien a Jesucristo. 
Esa misma tarde fui a visitar la casa de una de las personas 
con que estaba trabajando y lo conduje a Jesucristo. Estaba 
muy entusiasmado. Cuando me fui de ahí me dirigí a otra casa 
y conduje a toda la familia a Cristo. Ese fue el comienzo de 
una vida personal de ganar almas. Nunca hubiera pasado sin
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el ardiente deseo de mi corazón. Para cumplir tu visión tienes 
que adentraría en tu corazón.
III. ALMA:
ORA HASTA QUE SEPAS QUE 
TU VISIÓN ES LA VOLUNTAD 
DE DIOS PARA TU VIDA
Dos de los líderes de iglesia que Margi y yo disfrutamos al 
confraternizar con ellos en la reunión de las superiglesias 
fueron el Obispo John y Mary Lee Meares, pastores del 
Templo Evangel de Washington D.C. Su iglesia ha sido 
recientemente destacada como una de las que sobresalen en 
los Estados Unidos de Norteamérica por la revista Charisma. 
John y Mary Lee son blancos, y tienen el honor y la distinción 
de pastorear una congregación de negros en el centro de 
nuestra ciudad capital.
Su historia es una de las más inspiradoras que he oído. John 
es un hombre de visión y sueños, y de tremenda compasión.
Más de 30 años atrás él fue a Washington con la visión de 
edificar una gran iglesia en el centro de esa ciudad. Él puso 
corazón y compromiso en esa visión.
John empezó con cruzadas evangelísticas de sanidad. Gran­
des cantidades de personas iban, pero a medida que pasaba el 
tiempo, John vio claramente que debía haber un ministerio de 
enseñanza. Estas personas que vivían en el centro de la ciudad 
necesitaban el Evangelio para hacer del cielo su hogar. Sin 
embargo, también necesitaban ayuda para llegar a ser aquello 
para lo cual Dios los había creado. Así John empezó el 
ministerio de enseñar a la gente cómo concretar sus potencia­
les y llegar a ser todo lo que Dios planificó para ellos.
En los primeros años su congregación estaba compuesta por 
blancos y negros. Era una congregación integrada. Luego, en los 
sesenta, cuando los disturbios se encendieron y la ciudad estuvo 
en un caos, los blancos huyeron de puro miedo. John y su esposa 
se quedaron. Un domingo llegaron los manifestantes a la 
congregación para atacar al pastor blanco y su esposa. Los
40
El poder de la visión
hombres de la congregación de John tomaron a los perturba­
dores y los arrojaron fuera por la puerta principal.
¿Por qué se quedó John cuando todos los demás se fueron? 
Porque años antes él había orado y tenía la seguridad en su 
corazón de que su visión era de Dios. Treinta y cuatro años 
después tiene una congregación negra de miles de personas.
Y él ha presenciado milagro tras milagro a medida que su 
gente fue pasando de vivir de la caridad pública a tener éxito 
en los negocios, las profesiones y las posiciones de liderazgo 
en Washington.
Recientemente su iglesia compró un sitio de 400 acres en 
el cual crear más aún la visión del ministerio que Dios ha 
puesto en sus corazones. La manera de probar un sueño es 
orar por completo hasta saber que sabes que esto es la visión 
y el sueño de Dios para tu vida.
IV. ENFOQUE: - % T
CONCÉNTRATE EN EL CUMPLIMIENTO 
DE LA VISIÓN
Mucha gente nunca triunfa en su vida porque se dispersan 
en todas direcciones. Para cumplir una gran visión se necesita 
un propósito único. Se ha dicho que lo que te llama la atención 
te llama a ti. Para cumplir una visión debes concentrarte en el 
cumplimiento de la visión.
Recuerdo que de niño tenía una lupa. Me iba al patio cuando 
el sol brillaba y enfocaba la lente de la lupa en una hoja. Al 
concentrarse los rayos del sol sobre la hoja, ésta se encendía. Un 
día, cuando empezaba a enfocar mi lupa sobre una hoja, pasó 
un perro corriendo y me olvidé de lo que estaba haciendo y 
me puse a correr tras el perro. Perdí la concentración y, por 
consecuencia, no pasó lo que yo me había puesto a hacer.
Si quieres lograr tu sueño, va a insumir mucha concentra­
ción. Va a significar negar cosas menores para ganar esta 
visión mayor.
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V. ORGANIZAR:
PARA CUMPLIR LA VISIÓN
Dios tiene un plan maestro para que nosotros ingresemos 
al crecimiento explosivo de iglesia. Este plan no es una idea 
nueva para mí pues fue usada en la primera explosión de 
crecimiento de la iglesia. Es lo que llamo visión 20/20, porque 
se encuentra en Hechos 20:20. «y cómo nada que fuese útil 
he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las 
casas» (Ver también Hechos 5:14 y Hechos 5:41).
La iglesia de los primeros tiempos se reunía para la cele­
bración gigantesca en el Día de la Resurrección, el primero 
de la semana. Y durante la semana se reunían de casa en casa 
en pequeños grupos célula.
El poder del plan de casa en casa puede verse en el moderno 
milagro que ha ocurrido en la China Roja, donde se estima 
que en la actualidad hay unoscincuenta millones de cristia­
nos. ¿Cómo puede ser? Pocos o ningún edificio de iglesia. 
Nada de servicios públicos. Por décadas nada de ministros 
profesionales. Ha sido ilegal, so pena de muerte, ser un 
cristiano practicante.
Nadie tenía idea cuántos millones de cristianos había en la 
China Roja, hasta hace poco. Evidentemente el gobierno pasó 
por un momento en que invitaron a todos los cristianos a 
pronunciarse. En el fondo de sus mentes pensaban que iban a 
lograr que el cristianismo saliera a la superficie y, entonces, 
podrían eliminarlo. Pero para su desmayo, fueron tantos los 
cristianos que se declararon como tales que el gobierno nada 
pudo hacer al respecto. No podían exterminar a 50.000.000 
de personas.
¿Cómo sucedió este fenómeno moderno? Aconteció por­
que descubrieron el Plan Maestro de Dios para evangelizar al 
mundo. Se reunieron en casas en pequeños grupos. A menudo 
se reunían pasada la medianoche en las primeras horas de la 
madrugada para no ser detectados por el gobierno. Leían 
juntos la Biblia. Oraban unos por otros por medio del poder
42
El poder de la visión
del Espíritu de Dios. Compartían juntos su fe. Y uno por uno 
sacaban a sus amigos de la tiniebla a la luz de Jesús.
Para cumplir nuestra visión dividimos actualmente la zona 
metropolitana en cuatro distritos, conducidos por cuatro pas­
tores de distrito. Ellos tienen la ayuda de pastores ayudantes 
para supervisar y motivar a 525 pastores laicos, que conducen 
a más de 500 grupos de Atención Afectuosa y Tierna, los que 
se reúnen semanalmente. Ya tenemos instalada una organiza­
ción sin límites en su capacidad de seguir expandiéndose. Al 
mantenernos al ritmo mismo del crecimiento hacemos posi­
ble un crecimiento exponencial aun mayor. En Nueva Espe­
ranza estamos liberando y equipando a los laicos para minis­
terios significativos. Compartiré contigo los detalles de esto 
en la PARTE III - Plan para el crecimiento de la iglesia.
VI. RIESGO:
CORRE EL RIESGO DE FRACASAR 
PARA GANAR 
EL ÉXITO DE TU VISIÓN
Justo después de la Segunda Guerra Mundial, los dos 
minoristas gigantes de los Estados Unidos de Norteamérica 
tomaron dos decisiones muy diferentes que afectaron sus 
destinos por separado. Uno era la Compañía Sears Roebuck 
y el otro era Montgomery Ward.
La dirección de Ward esperaba que hubiera una depresión 
económica después de la guerra, así que se frenaron y rehu­
saron correr el riesgo de ampliarse.
Mientras tanto, la dirección de Sears decidió que habría 
crecimiento económico en tal forma como los Estados Unidos de 
Norteamérica nunca había visto antes. Así que se arriesgaron 
y se ampliaron a nuevos mercados por todo el país. Como 
resultado, Sears subió mientras que Ward cayó mucho. Sears 
corrió el riesgo, se arriesgaron a fracasar y así ganaron un 
éxito mayor. Ward se refrenó y hoy sigue sufriendo las con­
secuencias de su falta de voluntad para correr riesgos.
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No hablo aquí de riesgo irresponsable e imprudente, sino 
del riesgo basado en la fe. Después de hacer toda la investi­
gación, después de buscar el mejor consejo posible, llega el 
momento en que tienes que lanzarte.
El éxito es un proceso. Si alguna vez dejas de lanzarte, 
entonces dejarás de ser exitoso. El éxito es como los escalo­
nes, un escalón se construye sobre el anterior, mientras que 
prepara al próximo.
En nuestro ministerio de la Iglesia de la Comunidad de la 
Nueva Esperanza nunca hemos llegado a una cima nueva sin 
estar dispuestos a arriesgarlo todo. Pero yo soy uno que 
prefiere intentar algo grande por Dios y fallar, a no hacer nada 
y triunfar.
VIL FE:
PON EN ACCIÓN TU FE EN LA VISIÓN 
QUE DIOS TE HA DADO
Antes que una visión se haga realidad debe empezar a 
ser dicha en palabras de fe pronunciadas. Las visiones 
verbalizadas en palabras de fe liberan los poderes creativos 
de Dios para obrar por medio de nuestras vidas para dar 
existencia a lo que no era.
A comienzo de los días iniciales de nuestro ministerio de la 
Nueva Esperanza, Dios me dio una carga por la gente sola. 
Visualicé que tendríamos un gran ministerio que satisface las 
necesidades de sus vidas. Compartí esta consumidora visión 
con mi amigo y colega pastor Rich Kraljev, y también se 
volvió su visión. Durante meses oramos juntos por el lanza­
miento de esta visión.
El Domingo de Pascua de 1977, sabiendo que el tiempo 
de Dios era ahora, lanzamos el ministerio a los «Solteros 
Positivos». Sin nadie, visualizamos y dijimos las palabras de 
fe al publicitar a los de Oregón lo siguiente: «Cien hombres 
cristianos en los Solteros Positivos de la Nueva Esperanza». 
Entonces les dimos el tiempo y el lugar. No sólo visualizamos 
que tendríamos hombres sino que pronunciamos aquellas
44
El poder de la visión
palabras de fe, basados en la seguridad de nuestros corazones 
de que esto era lo que Dios quería.
Una vez que comencé a captar esta verdad espiritual en 
cooperación con el Espíritu Santo, principié a decir las pala­
bras de salvación al concluir mi mensaje. Ahora, semana tras 
semana, no importa qué predique, siempre hay un flujo de 
salvación. Grandes cantidades de personas se paran, dicen la 
oración del pecador y entregan sus vidas a Jesucristo.
Este principio es demostrado aun más por la terminación 
de nuestro auditorio de 3.000 asientos, el que fue construido 
en menos de doce meses. En cooperación con el Espíritu 
Santo dijimos las palabras de fe y participamos en la creación 
de un milagro maravilloso. ¡Una visión que ahora ha llegado 
a ser una realidad de la Iglesia de la Comunidad de la Nueva 
Esperanza!
Quiero esclarecer este punto. No se trata solamente de que 
te pares y digas algo, y eso suceda automáticamente. Eso no 
es fe en acción, eso es necedad. Eso es sólo decir palabras.
Lo que debes entender es que hay un período de incuba­
ción, tal como el tiempo que debe pasar antes que nazca un 
bebé. Pasa tiempo con tu visión, confraternizando con el 
Espíritu Santo, esclareciendo, cristalizando esa visión. Puri­
fica tus motivos y deseos y asegúrate de que Dios quiere usar 
tu vida para hacer que esto pase. Ora por entero y obtiene la 
certeza de tu corazón de que esta es la voluntad de Dios para 
tu vida. Asegúrate de encontrar su tiempo perfecto.
Entonces, como el Moisés de antaño a quien Dios le dio la 
visión para liberar de Egipto a los hijos de Israel, toma la 
palabra que Dios te ha dado, párate y pronúncialas.
Moisés se preparó y se alistó durante años. En Exodo 14 
vemos que como resultado de las diez plagas, los hijos de 
Israel están en marcha saliendo de la esclavitud cuando llegan 
al Mar Rojo. Súbitamente todos están asustados. Ante ellos 
está esa imposible e inmensa masa de agua. Tras ellos está el 
ejército egipcio con muchas armas. Ellos caen presa del 
pánico y claman: «¿Qué haremos?»
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«Entonces dijo el Señor a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? 
Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Y tú levanta 
tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo; y los hijos 
de Israel pasarán por en medio del mar, sobre tierra seca» 
(Éxodo 14.15,16, BLA).
Y cuando Moisés dio la orden, dijo las palabras, Dios usó 
sus palabras para crear un milagro. El mar se abrió y los 
israelitas pasaron por el mar abierto a la seguridad del otro 
lado.
Te desafío a que te embaraces con la visión del crecimiento 
exponencial de tu iglesia local. Estoy convencido de que Dios 
quiere hacer no sólo grandes cosas por medio de nuestras 
vidas, sino «aun mayores» (Juan 14:12).
VE GRANDES COSAS PARA DIOS, 
INTENTA GRANDES COSAS PARA DIOS 
Y REALIZA GRANDES COSAS PARA DIOS
PARTE I: PODER
Capítulo 2
El poder del 
Espíritu Santo
No es por accidente que Jesús instruyó a sus discípulos con 
estas palabras: «Y estando juntos, les mandó que no se fueran 
de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la 
cual, les dijo, oísteisde mí. Porque Juan ciertamente bautizó 
con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu 
Santo dentro de no muchos días» (Hechos 1:4-5). Jesús sabía 
que sin el Espíritu Santo los discípulos caerían postrados 
de bruces. Nosotros no somos diferentes a ellos. Sin el 
Espíritu Santo somos como un globo sin aire; como un 
automóvil sin combustible. Nunca podemos empezar a cum­
plir exitosamente nuestra misión en este mundo si no cono­
cemos ni cooperamos con el Espíritu Santo.
No fue por accidente que el nacimiento de la iglesia y su 
lanzamiento al ministerio en este mundo ocurrieron simultá­
neamente al ser llenados los discípulos con el Espíritu Santo. 
La misma vida y crecimiento de la iglesia depende del Espí­
ritu Santo. Sin el Espíritu Santo no hay iglesia viva, sólo un
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cadáver, o el recuerdo de mejores días, o nostalgias de lo que 
pudo haber sido. El único poder que levanta de los muertos a 
las iglesias es el Espíritu Santo.
No fue por accidente que cuando Jesús dijo que nosotros 
haríamos cosas «aun mayores» eso se hallara en el contexto 
de enseñamos sobre el Poderoso, quien no sólo estaría con 
nosotros sino que vive en nosotros. ¿Cómo podemos hacer 
obras aun mayores que las de Jesús? Por medio del poder del 
Espíritu Santo (Juan 14:12).
Cuando Zorobabel, el gobernador de Judea, se enfrentaba 
con insuperables dificultades en el trabajo de construir la casa 
del Señor, Zacarías, el profeta, le dijo: «No por el poder ni 
por fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los ejérci­
tos» (Zacarías 4:6, BLA).
Recuerdo cuando mi hijo preguntón y dado al entreteni­
miento, quien entonces tenía ocho años, vino a mí con una 
preocupación muy seria. Dijo: «Papá, ¿el Espíritu Santo es un 
fantasma?» Entonces, como si hubiera pensado dos veces el 
asunto, siguió su pregunta con estas palabras: «¿O es el 
Espíritu Santo como una nube que flota alrededor?»
Justo ahí envié un rápido clamor de ayuda a mi Ayudador, 
el Espíritu Santo, para darlo a conocer mejor a mi hijo. Dije 
a Scott: «¿Te has sentido alguna vez realmente cerca de 
Dios?» El asintió con su cabeza, como si entendiera exacta­
mente lo que yo estaba diciendo. Entonces le señalé: «Eso fue 
el Espíritu Santo».
Sí, el Espíritu Santo es algo más que un fantasma. Algo 
más que una nube. El es una persona que puedes conocer 
personalmente.
El Espíritu Santo es algo más que una fría doctrina. Hay 
iglesias que tienen muchas doctrinas sobre el Espíritu Santo, 
pero desafortunadamente no mucha vida en el Espíritu. Esto 
es demostrado por la actividad «como siempre», semana tras 
semana, con poco o nada de crecimiento anual en la iglesia. 
La letra de la ley mata, mientras que el Espíritu del Señor 
libera.
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El poder del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es algo más que la experiencia de 
nacer de nuevo. Sí, es verdadero. Nacemos del Espíritu. Es 
la obra del Espíritu la que nos pone en relación con Jesucristo. 
Es el Espíritu Santo quien nos transforma y nos hace una 
persona nueva. Pero el Espíritu Santo es algo más que aquel 
que hace que pase la vida nueva dentro de nosotros. El es la 
vida. Sí, el Espíritu Santo es algo más, muchísimo más.
El Espíritu Santo es más que una, dos o tres experien­
cias de éxtasis. Del libro de los Hechos y de los testimonios 
personales de cristianos que son llenados con el Espíritu 
Santo, concluí que hay experiencias diferentes. Algunos tie­
nen una experiencia muy emocional, mientras que otros tie­
nen una experiencia muy tranquila. Algunos pueden señalar 
la hora y la fecha exactas en que fueron llenados con el 
Espíritu Santo. Otros han tenido una liberación progresiva al 
recibir al Espíritu Santo y no pueden decirte el momento 
exacto. Cuando la gente es llenada con el Espíritu Santo 
algunos hablan en lenguas, mientras que otros no. Mi conclu­
sión es que todo cristiano debe experimentar personalmente 
al Espíritu Santo. Pero toda experiencia, sin que importe cuán 
genuina o cuán maravillosa sea, está concebida para que no 
sea un fin sino un comienzo, no un monumento sino un 
impulso. Sí, el Espíritu Santo es algo más, muchísimo más.
¿Quién es el Espíritu Santo? Alguien más grande que tú.
No puedo tener éxito como pastor principal de la Iglesia de 
la Comunidad de la Nueva Esperanza sin un montón de ayuda 
de alguien más grande que yo. La verdad es que ni siquiera 
puedo vivir la vida cristiana con victoria y éxito sin un poder
más grande que yo.
Muchos cristianos descarriados no se dan cuenta del hecho 
de que estamos en un mundo espiritual, donde la batalla por 
las almas de hombres, mujeres y niños ruge (ver Efesios 
6:10-19).
En el mundo espiritual hay tres espíritus: el Espíritu de 
Dios, el espíritu de Satanás y el espíritu humano. Los tres 
espíritus tienen poder. Nunca subestimes el poder del enemi­
go de tu alma. Y tenemos que reconocer que pasan cosas
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Visión 20/20
maravillosas por medio de los esfuerzos y del poder de la gente 
que obra en conjunto en pro de logros comunes. Pero no hay 
poder mayor que el de Dios. Dios es el poder final. Gracias a 
Dios por esta realidad presente, «porque mayor es el que 
está en vosotros, que el que está en el mundo» (Ia Juan 4:4).
1. El Espíritu Santo
Ese Mayor es el Espíritu Santo.
He hallado que
la persona del Espíritu Santo es todo lo que sigue y muchísi­
mo más:
Maestro (Juan 14:26)
Guía ( Ia Tesalonicenses 5:19)
El que convencerá al mundo de pecado, de justicia y 
de juicio (Juan 16:8-12)
Consolador (Juan 16:7)
Limpiador (Hechos 15:8)
Intercesor (Romanos 8:26-27)
Ayudador (Romanos 8:26)
Hacedor de milagros (Hechos 2:4; 8:39)
Comandante (Hechos 8:29; 13:2; Hechos 5)
Caballero (Juan 1:32-33)
Capacitador (Efesios 3:16)
Dador de sabiduría (Santiago 1:5)
Creador (Hebreos 11:3)
Motivador (2a Timoteo 1:7)
En su maravilloso libro sobre el Espíritu Santo, titulado, El 
Ayudador (The Helper), Catherine Marshall narra la historia 
de una mujer que se jubiló luego de veinticinco años de 
enseñar a niños muy pequeños en la escuela dominical. En el 
banquete se dijeron muchas palabras de aprecio y elogio 
referidas a su enseñanza buena y dedicada.
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El poder del Espíritu Santo
Cuando le llegó el tumo de contestar, en tres minutos, tal 
como el Espíritu habló por ella, la maestra predicó uno de los 
sermones más elocuentes.
Ella dijo: «Todos estos años los niños me han estado 
enseñando de Jesús. Él es real para ellos y ellos lo 
hicieron más real para mí de lo que yo hubiera creído 
posible hace veinticinco años».
Sus ojos fulguraban: «Por ejemplo, recuerdo a un 
niñito que dijo esto: “Si Jesús entrara corriendo por 
esa puerta ahora, yo correría derecho a abrazarlo” .
«¡Debo tanto a los niños...!» Cuando se sentó, la gente 
presente no pensaba más en ella sino que sus ojos y 
su atención estaban puestos en Jesús.
Donde se permite que el Espíritu Santo haga su obra, 
Jesucristo será glorificado y habrá personas llevadas a El.
¡Oh, que podamos familiarizarnos más con el Espíritu 
Santo para que nuestras vidas puedan cumplir verdaderamen­
te su propósito divino y glorificar a Jesucristo! Esta es mi 
oración por ti.
2. El Espíritu Santo 
es un don
El Espíritu Santo es un don. Jesús dijo: «No os dejaré 
huérfanos; vendré a vosotros» (Juan 14:18). No hemos sido 
abandonados. Tal como los padres terrenales gustan de dar 
regalos a sus hijos, así Jesús dijo que el Padre Celestial se 
deleita dándonos buenos dones. Y conforme a Lucas 11:13, 
el don más especial que Dios tiene para cada uno de sus hijos 
es el Espíritu Santo. ¿Por qué es el Espíritu Santo el regalo 
más especial? Porque cuando tenemos al Espíritu Santo todos 
los recursos de Dios se nos ponen a disposición.
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Visión 20/20
3. EL Espíritu Santo 
es un poder
El Espíritu Santo no sólo es una persona. No sólo es el don - 
más especial, sino que es el poder de Dios que debemos 
tener en nuestras vidas.
Tú eres el templo del Dios viviente ( Ia Corintios 6:19-20). 
El Espíritu Santo vive

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