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Mitos_del_turismo_Miguel_Ledhesma

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MITOS DEL 
TURISMO
Miguel Ledhesma
Mitos del turismo
Miguel Ledhesma
Miguel Ledhesma
Mitos del turismo / Miguel Ledhesma. - 1a ed mejorada. - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires : Organización Mundial de Periodismo
Turístico, 2021.
Libro digital, PDF
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-88-2868-8
1. Turismo. 2. Mitos. I. Título.
CDD 790.18
“Antes de curar a alguien, pregúntale si está
dispuesto a renunciar a las cosas que le enferman”.
Anónimo
RESUMEN
A nivel general se percibe una percepción
incompleta y reducida del turismo. Mitos, errores,
confusiones, verdades a medias, en fin, mitomanías
que tanto teóricos como universidades, gobiernos,
empresas y medios de comunicación profundizan y
reproducen ¿Es el turismo una actividad
económica? ¿Es correcto decir que es una industria
sin chimeneas? ¿Realmente lleva paz y prosperidad
a los pueblos? ¿Empieza y termina el turismo en los
destinos turísticos? Esta obra propone un recorrido
crítico y reflexivo en torno a lo que sabemos y
creemos saber del turismo.
RESUMO
A nível geral, há uma percepção de turismo
incompleta e reduzida. Mitos, erros, confusões,
meias-verdades, finalmente, mitomanias que os
teóricos e universidades, governos, empresas e
meios de comunicação aprofundam e reproduzem.
É o turismo uma atividade econômica? É correto
dizer que é uma indústria sem chaminés? Será que
realmente traz paz e prosperidade para o povo? É o
turismo começa e termina em destinos turísticos?
Este trabalho propõe um caminho crítico e reflexivo
sobre o que sabemos e podemos saber do turismo.
ABSTRACT
At the general level, there is an incomplete and
reduced perception about tourism. Myths, mistakes,
confusions, half truths, in short, mythomanias that
thinkersl and universities, governments, companies
and media deepen and reproduce. Is tourism an
economic activity? Is it correct to say that it is an
industry without chimneys? Does it really bring
peace and prosperity to the people? Does tourism
start and end in tourist destinations? This book
proposes a critical and reflective journey around
what we know and believe to know about tourism.
Índice
La industria turística y los destinos sin aura ....... 01
Mitos del turismo ............................................. 18
Turismo y capitalismo ........................... 18
Turismo, tiempo y espacio ..................... 29
Turismo y comunidad ............................ 38
Los turistas .......................................... 47
Los tipos de turismo ............................. 53
Los estudiantes y los profesionales del
turismo …………………………………………..... 61
El periodismo turístico ........................... 67
¿Qué es el turismo? ......................................... 77
Tipos de turismo según el objetivo del turista .... 80
Prefacio
Han pasado ya casi cinco años de la publicación de
Mitomanías del turismo, un libro que me ha
permitido recorrer el mundo, física y virtualmente.
Un libro que me ha permitido encender debates,
favorecer aprendizajes y trascender fronteras. Por
eso hoy, pandemia mediante, quiero celebrar esta
media década y reeditar este libro.
Quiero celebrar los 10 años de trabajo de la
Organización Mundial de Periodismo Turístico y
quiero honrar a Edwin Zevallos Bazan y Eberth
Guillén Fuentes, colegas, alumnos e integrantes de
esta gran familia. El virus se los llevó, pero el
turismo y el periodismo turístico nos mantendrán
siempre unidos, siempre cerca.
Quiero celebrar 40 años de vida y 25 años de
docencia. Quiero celebrar a los más de 10 mil
estudiantes con los que tuve el honor de compartir
lo que más amo hacer en la vida: provocar
aprendizajes. Gracias, gracias, gracias.
He decidido cambiarle el nombre solo por una
cuestión de SEO, quiero que más gente pueda
googlear y encontrarlo. He decidido también
agregar un apartado (La industria turística y los
destinos sin aura) y me he permitido ajustar y
expandir algunos textos.
Espero sigan disfrutando, tanto como yo, de este
libro que ya se ha vuelto de consulta obligatoria
para todos los profesionales y estudiantes de
turismo.
Introducción
Todos tenemos pensamientos en relación al
turismo. Todos hemos viajado alguna vez o hemos
soñado con hacerlo ¿Quién no ha pensado en el
turismo como una forma de escape a las
obligaciones laborales? ¿Quién no se ha cruzado
con turistas alguna vez? ¿Quién no ha escuchado
hablar de turismo en la televisión o en las redes
sociales? Todos solemos tener ideas, expectativas,
recuerdos, prejuicios, emociones, creencias,
valores,... sobre el turismo, que a su vez se
traducen en mitomanías, es decir, en suposiciones
que tienen un poco de leyenda, un poco de ficción.
Son mitos que se vuelven tradición y obsesión, que
parecen verdades pero están más cercanos a las
mentiras.
Es lo que Gramsci define como sentido común,
construcciones históricas y colectivas que se
naturalizan, que se convierten en verdades
absolutas y reducen y simplifican la realidad ¿Es el
turismo lo que creemos que es? Antes de leer este
libro, escriba su propia definición de turismo, no
busque ayuda, escriba con sus palabras lo primero
que le viene a la cabeza. Si ya leyó este libro antes,
recuerde esa definición ¿Le cambiaría algo?
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Son 45 manías, 45 mitos que he visto en los
medios masivos de comunicación, que he
escuchado en boca de muchos políticos, que he
encontrado en cientos de libros y clases en las
universidades, 45 mitomanías que he percibido
en el público de mis conferencias y en mis
estudiantes del Diplomado en Periodismo Turístico
de todo el mundo. Mitomanías que a veces, yo
mismo digo y escribo inconscientemente.
Este libro se divide en siete grandes títulos que
agrupan a las diferentes mitomanías: Turismo y
capitalismo; Turismo, tiempo y espacio;
Turismo y comunidad; Los turistas; Los tipos
de turismo; Los estudiantes y los
profesionales del turismo; y El periodismo
turístico. Al final, a modo de conclusión, se
propone un apartado teórico acerca de lo que es el
turismo y una clasificación sobre los tipos de
turismo.
El objetivo principal es que podamos empezar a
discutir y criticar lo que puede ser una creencia
errónea o una verdad a medias sobre el turismo;
que observemos la realidad en su complejidad y no
permitamos que el árbol nos tape el bosque ni que
nadie pretenda tapar el sol con un dedo. Los mitos
son naturales en cualquier sociedad, pero
reproducirlos de manera irreflexiva y maquinaria,
nos convierte en esclavos del sistema y de nuestras
palabras.
La industria turística y los destinos sin aura
En la década del 20 se crea la Escuela de Frankfurt,
o Fráncfort, en la ciudad homónima. Este grupo de
intelectuales, dependientes del Instituto de
Investigación Social, estuvo representado en su
primera generación por tres autores que son
referenciados en este capítulo: Theodor W. Adorno
(1903-1969), Max Horkheimer (1895-1973) y
Walter Benjamin (1893-1940). Se citará Dialéctica
de la Ilustración (Adorno y Horkheimer, 1944) y La
obra de arte en la época de su reproductibilidad
técnica (Benjamin, 1935) con el objetivo de
analizar la situación actual del turismo a la luz de
su teoría crítica, que si bien estuvo centrada en lo
cultural (específicamente en los medios de
comunicación y en las obras de arte) aplica al
turismo.
Los viajes existieron desde que el hombre es
hombre, ya que su vida nómade estuvo ligada a
razones de supervivencia y conquista, pero el
turismo, que implica viajar a un lugar para alojarse
allí y luego regresar, nace por motivos religiosos:
1
peregrinaciones a Roma, Santiago y Jerusalén,
entre otras. Sin embargo, es recién después de la
Revolución Industrial (segunda mitad del siglo
XVIII) que empiezaa darse el turismo como lo
conocemos hoy, motivado principalmente por
razones de descanso y diversión, y no es hasta la
década del 60 que se vuelve un fenómeno masivo,
coincidiendo justamente con la explosión de los
medios masivos de comunicación y de transporte.
La industria del turismo, también conocida como la
industria de los viajes, la industria del ocio o del
placer, la industria de la hospitalidad o la industria
sin chimeneas no solo no escapa al proceso de
deshumanización y a la manipulación de los
individuos en las sociedades contemporáneas
planteadas por Adorno, Horkheimer y Benjamin,
sino que lo retroalimenta. El turismo supone ser un
espacio ligado a la diversión y al descanso,
contrario al tiempo laboral, pero que termina
siendo tan opresor como este:
Su poder sobre los consumidores está mediatizado
por la diversión, que al fin es disuelto y anulado no
2
por un mero dictado, sino mediante la hostilidad
inherente al principio mismo de la diversión… Pero, al
mismo tiempo, la mecanización ha adquirido tal poder
sobre el hombre que disfruta del tiempo libre y sobre
su felicidad, determina tan íntegramente la
fabricación de los productos para la diversión, que ese
sujeto ya no puede experimentar otra cosa que las
copias o reproducciones del mismo proceso de
trabajo. El supuesto contenido no es más que una
pálida fachada; lo que deja huella realmente es la
sucesión automática de operaciones reguladas. Del
proceso de trabajo en la fábrica y en la oficina sólo es
posible escapar adaptándose a él en el ocio. De este
vicio adolece, incurablemente, toda diversión. El
placer se petrifica en aburrimiento, pues para seguir
siendo tal no debe costar esfuerzos y debe por tanto
moverse estrictamente en los raíles de las
asociaciones habituales. El espectador no debe
necesitar de ningún pensamiento propio... (Adorno y
Horkheimer, p. 181).
El turista
El sujeto pasa de ser trabajador a turista (una
categoría que tiene buena prensa en nuestras
sociedades occidentales), pero no advierte que
3
inconscientemente sigue anclado en el ciclo del
aburrimiento y de la diversión estupidizante,
porque además, para que el ciudadano sea
considerado turista por la Organización Mundial de
Turismo debe estar aislado de su entorno habitual,
lo cual sigue siendo una excelente estrategia de
manipulación:
Divertirse significa estar de acuerdo. Es posible sólo
en cuanto se aísla y separa de la totalidad del proceso
social, en cuanto se hace estúpida... Divertirse
significa siempre que no hay que pensar, que hay que
olvidar el dolor, incluso allí donde se muestra. La
impotencia está en su base. Es, en verdad, huida,
pero no, como se afirma, huida de la mala realidad,
sino del último pensamiento de resistencia que esa
realidad haya podido dejar aún. La liberación que
promete la diversión es liberación del pensamiento en
cuanto negación. La insolencia de la exclamación
retórica: «¡Ay que ver, lo que la gente quiere!»,
consiste en que se remite, como a sujetos pensantes,
a las mismas personas a las que la industria cultural
(y turística) tiene como tarea alienarlas de la
subjetividad (Adorno y Horkheimer, p. 189).
4
Trabajamos todo el año ansiando y juntando dinero
para las vacaciones soñadas. Las agencias de viajes
nos prometen el mejor servicio, los hoteles nos
auguran la mejor estadía, los ministerios de turismo
invierten mucho dinero en captar nuestra atención,
y por supuesto todos solemos caer en la trampa de
la falsa elección, de la falsa libertad, de la falsa
diversión, de la falsa subjetividad:
La industria ***** está interesada en los hombres
sólo en cuanto clientes y empleados suyos y, en
efecto, ha reducido a la humanidad en general y a
cada uno de sus elementos en particular a esta
fórmula que todo lo agota. Según qué aspecto es
determinante en cada caso, en la ideología se subraya
la planificación o el azar, la técnica y la vida, la
civilización o la naturaleza. En cuanto empleados, se
les llama la atención sobre la organización racional y
se les exhorta a incorporarse a ella con sano sentido
común. Como clientes, en cambio, se les presenta a
través de episodios humanos privados, en la pantalla
o en la prensa, la libertad de elección y la atracción
de lo que no ha sido aún clasificado. En cualquiera de
los casos, ellos no dejan de ser objetos (Adorno y
Horkheimer, p. 191).
5
¿Regresamos del viaje habiendo obtenido lo que
buscábamos o creíamos buscar? ¿Volvemos más
cansados que antes? ¿Retornamos con más
deudas? Regresamos seguramente más funcionales
al sistema que antes:
Los productos de la industria cultural pueden contar
con ser consumidos alegremente incluso en un estado
de dispersión. Pero cada uno de ellos es un modelo
de la gigantesca maquinaria económica * * que
mantiene a todos desde el principio en vilo: en el
trabajo y en el descanso que se le asemeja (Adorno y
Horkheimer, p. 172).
De esta forma los turistas son “Reducidos a
material estadístico, los consumidores son
distribuidos sobre el mapa geográfico de las
oficinas de investigación de mercado, que ya no se
diferencian prácticamente de las de propaganda, en
grupos según ingresos, en campos rojos, verdes y
azules” (Adorno y Horkheimer, p. 168), ya que “Es
el carácter coactivo de la sociedad alienada de sí
misma. Los automóviles, las bombas y el cine (el
turismo también) mantienen unido el todo social,
hasta que su elemento nivelador muestra su fuerza
6
en la injusticia misma a la que servía” (Adorno y
Horkheimer, p. 166), porque el turismo no solo
perjudica al turista, sino que también a quienes lo
reciben, causando una multiplicidad de problemas
como gentrificación, inseguridad, segregación,
cambio de hábitos, sobreconsumo de energía y
agua, entre otros.
Benjamin (P.96) confirma que “Las masas tienen un
derecho* a la transformación de las relaciones de
propiedad”, ya que el proceso de enajenación en el
turismo es mucho más profundo de lo que se
podría creer: no solo sucede que el turista y el
residente son esclavos del sistema, sino que el
residente se convierte también en esclavo del
turista, lo que le otorga a este último la falsa
sensación de tener el poder, el poder de hacer lo
que quiera y el poder de comprar lo que quiera. El
otro y lo otro son mercancías y objetos que deben
estar al servicio del rey turista.
Y viajar no solamente nos hace creer que
descansamos, que nos divertimos y que también
7
tenemos el poder, sino que además somos exitosos
por hacerlo:
Los consumidores son los obreros y empleados,
agricultores y pequeños burgueses. La producción
capitalista los encadena de tal modo en cuerpo y
alma que se someten sin resistencia a todo lo que se
les ofrece. Pero lo mismo que los dominados se han
tomado la moral que les venía de los señores más en
serio que estos últimos, así hoy las masas engañadas
sucumben, más aún que los afortunados, al mito del
éxito. Las masas tienen lo que desean y se aferran
obstinadamente a la ideología mediante la cual se les
esclaviza (Adorno y Horkheimer, p. 178).
Y visitar una isla paradisiaca o alojarse en un hotel
lujoso y compartir la foto en la red social de moda
parece ser el fin último en la carrera por el éxito:
Bello es todo lo que la cámara reproduce. A la
esperanza frustrada de poder ser la empleada a quien
toca en suerte el viaje alrededor del mundo
corresponde la visión frustrante de los lugares
fielmente fotografiados a través de los cuales podría
haber conducido el viaje. Lo que se ofrece no es
8
Italia, sino la prueba visible de que existe (Adorno y
Horkheimer, p. 193).
Y parte de ese éxito se logra si “enriquecemos”
nuestro lenguaje con las palabras de moda que el
turismo impone, y que la mayoría de las veces son
extranjeras (Check in, all inclusive, escape pass...)
o son neologismos (Glamping, staycations,
flexcation, vaxications, bleisure, airbnbización,...):
Innumerables personas utilizan palabras y
expresionesque, o no entienden ya, o las utilizan sólo
por su valor conductista de posición, como símbolos
protectores, que al fin se adhieren a sus objetos con
tanta mayor tenacidad cuanto menos se está en
condiciones de comprender su significado lingüístico
(Adorno y Horkheimer, p. 211).
El destino turístico
Walter Benjamin apela a la idea de “aura” para
referirse a aquello que tiene de único y mágico la
obra de arte, pero que pierde cuando se reproduce
y se vuelve un objeto masivo o una mercancía: “la
9
autenticidad de una cosa es la quintaesencia de
todo lo que en ella, a partir de su origen, puede ser
transmitido como tradición, desde su permanencia
material hasta su carácter de testimonio histórico”
(P. 44). Y lo mismo sucede con aquellos sitios que
se convierten en destinos turísticos, en gran parte
porque los medios masivos de comunicación
tradicionales y las redes sociales nos dan acceso a
cualquier rincón del mundo, lo que aniquila el
momento especial e íntimo que se podía vivir de
primera mano tiempo atrás cuando alguien visitaba
un sitio sin tener más que comentarios o algún
folleto sobre el mismo. En tal sentido Adorno y
Horkheimer agregarán:
La tarea que el esquematismo kantiano esperaba aún
de los sujetos, a saber, la de referir por anticipado la
multiplicidad sensible a los conceptos fundamentales,
le es quitada al sujeto por la industria. Ésta lleva a
cabo el esquematismo como primer servicio al cliente
(P. 169).
De esta forma las ciudades y pueblos son
profanados en nombre del turismo y se convierten
10
en grandes escenarios en los que se levanta el
telón cuando llega el turista. El turismo aliena las
tradiciones y a quienes habitan en el lugar que
deben pasar de ser ciudadanos a anfitriones. La
regla es ser hospitalarios, no importa si se roza la
sumisión, para que el turista se sienta bienvenido y
deje la mayor cantidad de dólares posibles, ya que
desde la propaganda política se alimenta el mito de
que a más cantidad de turistas más cantidad de
dinero queda en el destino, lo cual esconde dos
verdades: 1- a mayor cantidad de turistas mayor
cantidad de problemas y 2- el dinero que dejan los
turistas no suele repartirse de forma equitativa
entre quienes habitan en el destino, sino que queda
en manos de unos pocos, de los dueños de las
empresas que suelen ser extranjeros o en manos
de los mismo políticos que suelen ser los
propietarios del sistema turístico local.
Al igual que la obra de arte, el turismo también
pierde su origen religioso y su dinámica que
implicaba el regresar al lugar de partida, del latin
tornus que quiere decir vuelta. Todo lo que se le
agrega luego, sobre todo a partir de la década del
11
60, no solo atentó contra el aura de los núcleos
urbanos y rurales convirtiéndolos en destinos
turísticos, sino que enajenó al turismo en general
convirtiéndolo en otra cosa: hoy se hace referencia
al turismo, además de como industria, como
actividad económica; que debe durar más de 24
horas y menos de 365 días; que promueve la paz,
reduce la pobreza y genera empleo; y que te
permite liberarte del sistema laboral.
En poco más de medio siglo el turismo se convierte
en otra cosa a lo que era originalmente y los
destinos turísticos, ya sin aura, se empiezan a
volver muy parecidos unos con otros: “La unidad
visible de macrocosmos y microcosmos muestra a
los hombres el modelo de su cultura: la falsa
identidad de universal y particular. Toda cultura de
masas bajo el monopolio es idéntica, y su
esqueleto —el armazón conceptual fabricado por
aquél— comienza a dibujarse” (Adorno y
Horkheimer, p. 166).
¿Qué diferencia a Buenos Aires de Bogotá, de Lima
o de la Ciudad de México? Sus tradiciones. Sin
12
embargo, estas se van perdiendo cuando avanza el
capitalismo con sus servicios y productos
globalizados ¿Cuál es entonces la solución a la que
se acude en todos los destinos para lograr
diferenciarse? Trabajan para exaltar lo propio, lo
local, pero se cae en la gran escenificación teatral y
mediática y lo tradicional termina compitiendo con
los masivo y se vuelve parte de la masa. Y la
brecha con el aura se hace más profunda:
La técnica de reproducción, se puede formular en
general, separa a lo reproducido del ámbito de la
tradición. Al multiplicar sus reproducciones, pone, en
lugar de su aparición única, su aparición masiva. Y al
permitir que la reproducción se aproxime al receptor
en su situación singular actualiza lo reproducido.
Estos dos procesos conducen a un enorme trastorno
del contenido de la tradición —un trastorno de la
tradición que es la otra cara de la crisis y renovación
contemporáneas de la humanidad—. Son procesos
que están en conexión estrecha con los movimientos
de masas de nuestros días (Benjamin, p. 44).
Es así como el turismo no solo se atrofia a sí mismo
sino que atrofia al arte, las tradiciones y a la cultura
13
en general al separar el hecho artístico de su
sentido tradicional; cada vez que se escenifica y
repite un baile, un canto o un ritual simplemente
para disfrute del turista, quien lo vivirá como un
hecho exótico y lo reproducirá en sus fotos y
videos.
A tal punto llega la mercantilización de lo propio al
servicio del turista, que ni la historia ni las tragedias
escapan a ello. En las últimas dos décadas hemos
sido testigos de la aparición del turismo del dolor,
que es el turismo que se lleva a cabo en lugares
donde ha habido muertes, destrucción y
sufrimiento, ya sea por catástrofes naturales o por
causa de tragedias sociales. La Zona Cero del 9/11,
los campos de concentración de Auschwitz,
Pompeya y Chernobyl son tan solo algunos
ejemplos de cómo hasta la memoria y el respeto
por el dolor se han convertido en atractivos
turísticos. Hoy en día el turista tiene derecho a todo
y todo es, puede ser, atractivo turístico.
Otro caso particular, que se vincula de forma
directa y ayuda a profundizar y complejizar el
14
proceso de alienación causado por las industrias
culturales, es el turismo cinematográfico. Esta
propuesta busca convertir en destinos turísticos
aquellos lugares donde fueron filmadas películas y
series para que los turistas conozcan los escenarios
“reales” donde actuaron sus estrellas favoritas:
La vieja experiencia del espectador de cine, que
percibe el exterior, la calle, como continuación del
espectáculo que acaba de dejar, porque este último
quiere precisamente reproducir fielmente el mundo
perceptivo de la vida cotidiana, se ha convertido en el
hilo conductor de la producción. Cuanto más
completa e integralmente las técnicas
cinematográficas dupliquen los objetos empíricos,
tanto más fácil se logra hoy la ilusión de creer que el
mundo exterior es la simple prolongación del que se
conoce en el cine (Adorno y Horkheimer, p. 171).
Por último, es importante mencionar cómo el
turismo se ve afectado por la publicidad que en
apariencia cumple con el fin positivo de dar a
conocer para aumentar el consumo. Por un lado, la
publicidad se vuelve parasitaria de los espacios
turísticos:
15
...las casas que han sobrevivido del siglo pasado, en
cuya arquitectura se lee aún con rubor la utilidad
como bien de consumo, es decir, el fin de la vivienda,
son tapiadas desde la planta baja hasta por encima
del techo con anuncios y carteles luminosos; el
paisaje queda reducido a trasfondo de carteles y
símbolos publicitarios (Adorno y Horkheimer, p. 208).
Por otro lado, se convierte en la exhibicionista por
excelencia. El turismo encuentra en la publicidad
una forma de pagar para mostrar “la vida color de
rosa” que cada destino cree poder ofrecerle al
turista. Este doble proceso de parasitismo y
exhibicionismo deforma al turismo hasta el punto
que cuando el turista llega a destino nunca
encuentra lo que la publicidad le prometió: mares
que no tienen el mismo color, habitaciones que no
tienen la misma vista, ciudades colmadas de
turistas…
16
El turismo
El turismo no hace más humana la vida delos
hombres, sino que por el contrario, la transforma
en una mercancía como toda industria cultural. El
turismo se ha convertido en uno de los tantos
inventos que en la actualidad siguen oprimiendo al
sujeto haciéndole creer que allí encuentra
libremente todo lo que no tiene en su espacio
laboral.
Se le ofrece al potencial turista descanso y
diversión, pero lo que obtiene no es más que una
ilusión, porque sin comprenderlo bien, está
atentando contra sus pares, contra el planeta y
contra sí mismo. Ciudades y pueblos perdieron su
aura, pero también han perdido mucho de verdad.
¿Existe alguna alternativa o solución? Despertar,
tomar conciencia y preguntarnos a cada paso por
qué hacemos lo que hacemos como turistas. Lo
que sigue es romper los lazos que nos vuelven
funcionales a la industria.
17
Mitos del turismo
Turismo y capitalismo
Mito 1: El turismo es una industria
“Hablar de industria implica pensar en producto, en
procesos, en maquinaria y el turismo es una
actividad puramente social vinculada a la
interacción entre los sujetos. Y si se quisiera poner
el énfasis en el plano comercial del turismo, se
tendría que hablar principalmente de servicios”
(Ledesma, 2016, p. 19) Claramente, si pensáramos
en el turismo como un mero ámbito económico lo
posicionaríamos en el sector terciario (servicios) y
no en el primario (materias primas) ni el secundario
(industria). Por ello, es un doble error hablar del
turismo como industria.
Esta es una concepción mecanicista del siglo
pasado que favoreció el mal uso de esta palabra. Si
hoy colocamos en Google el término Industria del
Turismo nos encontraremos con más de 100
millones de resultados. Y si le sumamos a esto la
18
cantidad de veces que aparece esta frase en las
aulas y en los libros de las universidades, más la
cantidad de veces que se replica en los diferentes
medios de comunicación, la cuenta es
probablemente infinita.
Pero insisto, el principal motivo por el que no se
puede hablar de industria en el caso del turismo, es
porque el turismo está conformado por sujetos, y la
industria responde principalmente a máquinas,
procesos automáticos y piezas. “El amor hacia el
dinero que profesa el hombre moderno, en
detrimento de otras pasiones, nutre la estabilidad
de un orden colectivo en el que la actuación de los
individuos es previsible, constante y transparente”
(Sánchez, 2003:39).
Mito 2: El turismo es una industria sin
chimeneas
“Se incurre en un doble error cuando se hace
referencia al turismo como industria y además, se
lo pretende “sin chimeneas”. Esta apreciación surge
19
para denotar que, a diferencia de muchos otros
sistemas con componentes económicos, el turismo
no contamina, y eso es una gran falsedad. El
turismo puede ser perjudicial no únicamente para
el medioambiente sino que para el patrimonio, las
comunidades locales, etc. Además, no se puede
imaginar al turismo sin pensar que donde sea que
se practique no pueda haber una mínima influencia
sobre el entorno” (Ledhesma, 2016, p. 20).
Para llevar a adelante la práctica turística, por lo
general el hombre utiliza un medio de transporte y
también construye rutas y aeropuertos. Para que
ese hombre pueda descansar en el nuevo destino,
otros hombres edifican hoteles. Luego se trazan
caminos para que el turista visite los atractivos
naturales y culturales. Y se ofrecen servicios
gastronómicos, de compras y entretenimiento
varios. Y mientras más turistas lleguen al nuevo
destino, más medios de transporte, rutas, hoteles,
caminos y servicios habrá. En todo ese circuito
suele darse la tala de árboles, liberación de dióxido
de carbono, arrojo de desechos, alteración de la
20
fauna y flora del lugar, cambio en la temperatura de
las aguas, etc.
No se trata de tener una visión apocalíptica del
turismo, pero sí de ser más conscientes a la hora
de intervenir en el medio en pos del turismo y de
tener más precaución con la forma en la que lo
comunicamos. El turismo mal planificado es malo,
el turismo no planificado también es malo y el
turismo planificado puede ser menos malo, pero
pensar en industria sin chimeneas es tener una
visión del turismo mecanicista y además ingenua.
Mito 3: El turismo es una actividad
económica
“Nadie pondría en tela de juicio que lo económico
es parte de la actividad turística, pero es tan solo
un elemento más. Turismo es tecnología, es
educación, es política, es naturaleza, es deporte, es
filosofía, es comunicación, es psicología, es arte, es
historia... y además, es economía. El primero de los
errores que profesores, estudiantes y periodistas
21
cometen con el turismo, es reducir el todo a una de
sus partes” (Ledhesma, 2016, p. 17). Creer que el
turismo es una actividad económica, es
seguramente el mito más arraigado e instalado en
la población en general.
Sin embargo, esta mercantilización no solo la ha
padecido el turismo. La educación, la cultura, la
política, el conocimiento, la información, la
naturaleza, la salud, la vida se han convertido en
mercancía debido al avance del neoliberalismo.
Mercantilizar el turismo implica mercantilizar el
espacio, el tiempo, el entretenimiento, el descanso,
la identidad local, la historia, el folclore, las
interrelaciones, a los mismos sujetos; implica
pensar que todo puede ser comprado y que todo
debe estar al servicio del turista.
Lamentablemente la Organización Mundial del
Turismo (OMT) también confunde dando prioridad
al valor económico del turismo en sus informes:
PBI, tendencias de empleos, billones de
exportación, comercio internacional, aumento del
gasto por turista, etc.
22
Mito 4: El turismo es una actividad
El turismo no solo no es una actividad económica
sino que tampoco es una actividad. El turismo es
cierto que está conformado por muchas actividades
pero también está conformado por sujetos, por
eventos, por interacciones, por expectativas, por
crisis, etc. Nuevamente es un error reducir el todo
a una de sus partes: el turismo está conformado
por muchas actividades pero no por ello es una
actividad.
El turismo puede ser definido como un área del
conocimiento, como esfera de la vida, como
fenómeno, como sistema, como campo, pero no
debería reducirse a mera actividad.
Mito 5: El turismo es un instrumento
La modernidad nos ha cosificado. Nosotros hemos
decidido cosificar a la vida. No solo que todo tiene
un precio sino que todo se puede manipular,
intercambiar, usar, tirar, reciclar… El amor puede
23
estar dentro de una caja de zapatos, la felicidad en
la pantalla de un Iphone y el turismo en la sala VIP
de un aeropuerto.
Esta omnipresencia de los medios y de los
instrumentos funcionales, auténticos soportes de la
acción del nuevo hombre, supone, sin embargo, una
paulatina de-simbolización del mundo natural, el
silenciamiento del lenguaje incorporado en los
procesos naturales, el ocultamiento de las formas
arquetípicas presentes en la materia. La relación
hombre-entorno natural se modifica, ya que la
sobrevaloración del yo en sus aspectos cognitivos
deriva, de suyo, en una visión cosificadora de un
entorno a su entera disposición” (Sánchez, 2003, p.
40).
A diario, por lo general de manera inconsciente,
usamos términos que se refieren al turismo más
como un objeto que como un fenómeno social.
Esto además, se refuerza en el discurso de muchos
académicos, medios masivos de comunicación y
supuestos expertos del turismo que reproducen y
refuerzan esta alienación. Ejemplos reales
encontrados en medios de comunicación:
24
● El turismo debe convertirse en
instrumento de oportunidades.
● Presidente de la Cámara de Comercio de ...
considera que el turismo es el petróleo
de...
● El turismo es una vidriera para el
desarrollo.
● El turismo es el motor de la “Expo ...
2015”.
● El turismo como arma en la nueva guerra
fría de ...
● El turismo, una herramienta para
conservar el patrimonio cultural en ...
● El turismo es el salvavidas de la economía.● El turismo debería ser una aspiradora de
dólares.
Mito 6: El éxito del turismo se mide en cifras
Otra característica de la modernidad ¿o
postmodernidad? es que todo puede ser medido
cuantitativamente: el rendimiento de un trabajador,
la felicidad de las personas, la popularidad y parece
25
que también, el éxito. Y en turismo, si tuvimos
muchos turistas, muchas camas ocupadas, muchas
ventas en los restaurantes, parece que ¡Nos ha ido
de maravillas!
¿Realmente nos ha ido tan bien porque nos
visitaron 1.000.000 de turistas? ¿Todo se resume a
cantidades? ¿Todo es posible de ser medido?
¿Queremos vivir nuestras vidas midiendo? ¿Es el
éxito el objetivo de nuestras acciones? ¿Es el dinero
a recibir lo que guía nuestras acciones? Siempre
pregunto en las conferencias de las que participo:
¿Es la cantidad de dinero que recibimos como
salario la que define nuestra felicidad? ¿Podemos
reducir todo a una cifra mensual? ¿Entonces por
qué reducimos el turismo a variables numéricas?
Además, debemos ser conscientes de que los
números pueden mentirnos: “Según recientes
estadísticas, de cada tres niños que nacen en el
mundo, dos son chinos” (excepto en China donde
los tres son chinos).
26
Ejemplos que publican organismos de gobierno y
que los medios de comunicación replican:
● La ocupación hotelera fue del 90%.
● Los turistas gastaron $1.317 millones
durante el fin de semana largo.
● Turismo receptivo se duplica en 10 años, 6
son los destinos preferidos.
● El PIB turístico crece un 2,9%.
● El alquiler vacacional genera 4.300 millones
desde el verano de 2014.
● El verano dejó un aumento del 9% en el
empleo del sector turístico.
● Baja en 17,7% turismo receptivo y se eleva
14,4% el interno.
● El turismo se ha reducido en un 96%
debido a la pandemia.
¿Es necesario medir el éxito de todo lo que
hacemos? ¿Todo lo que hacemos es buscando el
éxito? ¿El éxito es solo medible en cifras?
27
Mito 7: El detonante turístico
“No está explotado turísticamente”, “Debemos
explotar más este destino”, “Esta ciudad no está
siendo explotada lo suficiente”... son algunos
ejemplos que suelo leer en tesis de grado y que
suelo escuchar en conversaciones cotidianas, pero
¿Explotar no es algo negativo? ¿No es esto lo que
se hace en minería para obtener minerales
destruyendo así la tierra? Claro que sí están
quienes pretenden arrasar con el planeta para
llenarse los bolsillos y explotar económicamente lo
que encuentran a su paso ¿Pero esas son las
intenciones de quienes se dedican o pretenden
dedicarse al turismo? ¿Por qué seguimos
reproduciendo esta lógica si estamos pensando en
hacerle bien al turismo y en hacer el bien con el
turismo?
Impartiendo el Diplomado en Periodismo Turístico
en México era muy común escuchar entre los
estudiantes hablar de “el detonante turístico”. Otra
vez la bomba ¿El objetivo de quienes se dedican al
turismo es explotar y detonar? En realidad, el
28
común de la gente utiliza estos términos como
sinónimos de “sacar provecho”, pero ello tampoco
es pertinente si buscamos algo más que un
beneficio económico del turismo.
El detonar o explotar da cuenta de un mito y de
una contradicción cuando en realidad lo que se
pretende es la sostenibilidad. Muchos estudiantes
plantean en los objetivos de sus tesis de grado que
desean beneficiar a determinado destino llevando
adelante diferentes propuestas y colocan las
palabras explotar o detonante.
Turismo, tiempo y espacio
Mito 8: La culpa es del turismo
“¿Es el turismo como el mercado, una fuerza
inanimada que actúa sobre nosotros y nos impulsa
hacia “adelante”? No. El turismo es un fenómeno
social que nace de los sujetos y se dirige a otros
sujetos. Posee tanta vida como los actores sociales
que lo ponen en práctica: gobiernos, empresas,
29
instituciones, organizaciones sin fines de lucro,
comunidades locales, estudiantes, trabajadores,
profesionales, idóneos y turistas” (Ledhesma, 2016,
p. 17). Considerar que el turismo está por fuera de
nosotros, nos pone en papel de víctimas e impide
que nos hagamos cargo de las decisiones que
tomamos en pos del turismo, e imposibilita también
que le pongamos nombre a los verdaderos
responsables.
“Tras la sociedad no se adivina el trato humano y
tras las instituciones no existen otros protagonistas
que los automatismos y las inercias reformulados
como leyes y lógicas (de la historia, de la sociedad,
de los códigos, de los sistemas)” (Sánchez
Capdequí, 2003:34). ¿Quiénes son responsables de
lo que sucede en el turismo? ¿dónde está el
turismo? ¿quién es la cara del turismo? ¿tiene el
turismo vida propia? La respuesta es una sola:
sujetos. Sin nosotros, los sujetos, no existiría el
turismo. No basta con un bello atractivo o un par
de servicios para que el turismo como si fuera un
manantial, brote desde el fondo de la tierra.
30
Mito 9: El turismo es autosuficiente y
autónomo
Muchas políticas gubernamentales pecan de aislar a
la planificación y gestión turística de su contexto, y
desarrollan proyectos con cero resultado o con un
alto impacto negativo. Ello también se observa en
el proceder de pseudo marquetineros que ofrecen
revelar las tendencias del turismo para el próximo
año, pero que cometen el error de no incluir en su
bola de cristal al entorno social, político, y
económico:
El turismo no puede ser considerado como un objeto
de indagación en sí y aislado del contexto, cuyas
características se explican en sí mismas sino que
requiere, para su acabada interpretación, ser
analizado a la luz de las funciones y sentidos que
adquiere en el marco social en el que se lleva a cabo
(Bertoncello, 2010, p. 18).
El turismo influye en su contexto y es influenciado
por este. No existe turismo sin contexto, siempre
habrá un entorno local, regional, nacional y
mundial que estará en constante dialéctica con él.
31
Mito 10: El turismo nace y termina en los
destinos turísticos
Quizás nadie le puso el título de turístico a un sitio
que de pronto es visitado por cientos de turistas.
También puede suceder que una ciudad ponga en
juego todos sus recursos para convertirse en
destino turístico y que nadie la visite. Puede darse
el caso de que alguien se mude de ciudad, obtenga
la nueva residencia, pero siga practicando el
turismo o se siga sintiendo un turista más. Miles de
personas pueden ingresar a un país pero no
hacerlo con sentido turístico.
El turismo sucede traspasando los límites de cualquier
destino turístico, se encuentra antes y después, fuera
y dentro; en entornos donde existen interacciones no
turísticas que lo contextualizan, que lo
complementan, que lo influyen y se ven influenciadas
por él. Donde hay un sujeto pensando en turismo,
hay turismo (Ledhesma, 2016, p. 18).
No existe una fórmula, no es suficiente con viajar,
no alcanza con políticas gubernamentales. El
32
turismo es una decisión sumamente personal, no lo
define la OMT y no lo define el Estado.
Mito 11: La OMT define lo que es el turismo
La Organización Mundial del Turismo (OMT) cuenta
con una definición propia de turismo que es
funcional a sus estadísticas y que solo cumple esta
función. Para la OMT el turismo se realiza fuera del
lugar de residencia, pero ya sabemos todos, más
aún en este contexto de pandemia, que podemos
hacer turismo en nuestras propias ciudades.
Muchos de nosotros vive en un destino turístico, sin
embargo ¿Ese destino es solo para los extranjeros?
De todos modos, sin importar cuál sea la definición
que este organismo decida redactar, siempre
tendríamos que tratar de tener una visión crítica y
no replicar en nuestros trabajos de grado o medios
de comunicación, una definición que es impuesta y
seguramente no refleje al turismo de forma
compleja.
33
Mito 12: El turismo está en todos lados (o
todo es turístico)
Si bien el turismo no es exclusivo de los destinos
turísticos tampoco se debería caer en el extremo
relativista de creer que el turismo está en todos
lados o quetodo es turístico. Todo podría ser
turístico y el turismo podría estar en todos lados,
siempre que haya al menos un sujeto dispuesto a
vivenciar la práctica turística. Como suelo decir:
una playa de por sí sola no es turística, somos
nosotros, los sujetos, los que determinamos que
algo sea o no turístico.
El turismo está donde hay un sujeto pensando en
turismo o llevándolo a la práctica. El turismo no
está solo fuera del sujeto, también está dentro y en
las interacciones con los demás sujetos.
Por ello, es evidente que la psicología y la filosofía
todavía tienen una cuenta pendiente con el
turismo. Son necesarios nuevos enfoques de
investigación que puedan superar al económico, al
administrativo, al instrumental y al del impacto
34
negativo; el turismo es mucho más y debe
estudiarse desde un enfoque holístico y
multidisciplinar.
Mito 13: El turismo responde a límites
temporales
Que la OMT necesite debido a sus estadísticas,
limitar temporalmente la práctica turística, no
significa que el turismo sea un fenómeno que se
enclaustre entre 24 horas y doce meses. Luego se
ven a cientos de profesores explicar a sus
estudiantes que turistas son aquellos que están 24
horas y menos de un año en el destino. Lo mismo
se observa en cuanto libro sobre turismo se
encuentra: la mayoría toma muy en serio esta
definición de la OMT.
¿Depende el turismo de límites temporales? La
necesidad de cuantificar, medir y hacer estadísticas de
las prácticas e interacciones turísticas, nos impone la
creencia de que para hacer turismo no solo es
necesario salir de nuestros espacios cotidianos sino
35
que además se debe pernoctar al menos una noche
en el nuevo destino. Y por supuesto, según esta
mentalidad tradicionalista, si un turista se queda a
vivir en el destino de viaje, pierde la calidad de tal
¿Se puede ejercer turismo por una hora o durante
diez años? (Ledhesma, 2016, p. 19).
Por otra parte, el turismo comienza mucho antes de
que el turista llegue a destino y continúa cuando ha
regresado. Hay un antes (planificación,
expectativas, prejuicios, dudas, ...) y un después
(depresión post viaje, deudas, más posteos en
redes sociales, ...) que siguen siendo turísticos. Por
ende, el turismo no puede reducirse ni definirse por
parámetros temporales.
Mito 14: Hay “No lugares” en el turismo
El “no lugar” es un concepto creado por el
antropólogo francés Marc Augé para dar cuenta de
aquellos lugares que son de transitoriedad y no
aportan a la identidad y a la historia de los sujetos.
Estos no lugares pueden ser un aeropuerto, la
36
habitación de un hotel, una autopista… sitios que
son supuestamente circunstanciales para las
personas.
Este término luego es erróneamente tomado por el
turismo. En cualquier práctica turística que se
realice, desde la más simple hasta la más compleja,
siempre se establece un vínculo significativo con el
espacio y así se trate de la terminal de ómnibus
más inhóspita, siempre habrá interacción y un
posicionamiento ontológico e ideológico, por ende
construcción y reconstrucción de identidad y de
historia.
Por otro lado, hay personas que pueden pasar más
tiempo en un hotel que en sus hogares, o que se
sienten más identificados con las personas que
encuentran en un aeropuerto que con su propia
familia. Pensar en “no lugares” sería pensar en “no
personas”.
37
Turismo y comunidad
Mito 15: El turismo promueve la paz
Todas las áreas de la vida suponen crisis, la vida es
crisis, y el turismo que agrupa a muchas áreas
(política, economía, educación, tecnología, etc.) es
un foco crítico de crecimiento exponencial. Además,
sumemos el hecho de que el turismo se gesta por,
en y para las personas (los sujetos vivimos
generando crisis) y encima, por lo general estas
personas habitan lugares diferentes, profesan
religiones muy distintas y hablan otro idioma. Y a
esto le podemos agregar el hecho de que muchas
veces las políticas de los diferentes estados limitan
la libre circulación de ciertos países por su
territorio, frustrando más de un viaje (ni hablar en
pandemia).
El turismo es conflicto permanente y reconocerlo es
lo que nos permitirá estar mejor preparados.
Esconder los problemas debajo de la alfombra solo
nos volverá más vulnerables, necios y crédulos.
38
Quien reconoce la crisis, la atraviesa, aprende,
madura, se vuelve mejor persona.
Este mito es similar a la creencia de que en el
turismo todo es ocio y recreación. Y el turismo
como cualquier otra arena política es un espacio de
conflicto social permanente. Los sujetos están de
manera permanente en competencia y desacuerdo.
El conflicto de intereses es constante.
Mito 16: El turismo reduce la pobreza
Cuando el turismo empieza a darse en algún sitio,
por lo general estamos hablando de lugares ya
habitados. Entonces, la población local de pronto
debe empezar a compartir su recursos (suelo,
agua, energía) con desconocidos que llegan desde
otras latitudes para practicar turismo. Esto no solo
genera crisis sino que además limita a los
habitantes de un destino en cuanto al uso de los
recursos.
39
El segundo fenómeno que suele darse es el del
proceso especulativo de la tierra. El turismo suele
incrementar el valor del suelo y esto perjudica a la
población local que luego debe comprar o rentar
una casa a un precio más elevado.
Además, los principales ingresos económicos que
recibe el destino suelen quedar en manos de unos
pocos o en manos de empresas extranjeras. Esta
distribución inequitativa de las riquezas llena los
bolsillos de quienes más tienen y aumenta la
pobreza en los que menos tienen. El turismo no
reduce la pobreza, pero sí aumenta las riquezas (de
algunos).
Otro factor que aumenta la desigualdad es que aún
no está garantizado para todos el derecho a viajar.
Se trata de una actividad elitista, en la que es
frecuente ver a “anfitriones laboriosos que
hospedan a huéspedes ociosos que se lo pueden
permitir porque pertenecen a los “Nortes globales”
donde se acumula el máximo beneficio del negocio”
(Buades, 2012:94). Por todas estas razones, en
40
este sistema, el turismo no solo no reduce la
pobreza sino que la promueve.
Mito 17: Se puede vivir solo del turismo
La pandemia vino a demostrarnos que no es
posible, aunque lo vengo diciendo desde 2017 y
muchos otros desde hace mucho más tiempo.
Si nos enfocamos en el componente económico del
turismo, diremos que no se puede vivir solo del
turismo, porque tampoco se puede vivir solo del
campo o de las industrias. Si se pretende ser un
destino independiente, no subordinado a las
decisiones que toman las naciones más
aventajadas, se debe diversificar en cuanto a las
actividades económicas, ya que apostar todo a una
sola carta puede hacernos correr el riesgo de que
la mayoría de las divisas se las lleven los de afuera
y que los recursos se agoten o pierdan valor.
Meter todos los huevos en la misma canasta nos
puede volver menos adaptables a los vaivenes de la
41
economía mundial y también hacernos caer en una
monotonía laboral de la que luego pueda ser difícil
salir. Venezuela no puede vivir solo del petróleo,
Bolivia no puede vivir solo del gas, Argentina no
puede vivir solo del campo y República Dominicana
no puede vivir solo del turismo, ya que esto
además genera procesos de desigualdad, exclusión
y marginalidad entre quienes forman parte del
monopolio y entre quienes no.
Mito 18: El turismo genera oportunidades
para todos
Este es un gran mito sobredimensionado por los
políticos de turno. Y no solo porque vivimos en un
sistema que se alimenta justamente de lo contrario
(mucho para pocos y poco para muchos) sino
porque ya vimos que el turismo es competencia, es
conflicto, es elitismo. Además, en muchas ciudades
suelen darse procesos que bastante se alejan de la
igualdad de oportunidades: “crecimiento urbano
explosivo, la inmigración masiva, la depredación de
los ecosistemas, la segregación espacial y social,
42
así comola producción de contrastes entre zonas
turísticas de la opulencia y barrios pobres o
marginales, sin servicios básicos y donde impera la
pobreza” (López Santillán, 2010:14), todo ello
aunado a la trivialización de la cultura.
Y también suele darse por parte del Estado que se
llevan a cabo políticas públicas que buscan reforzar
la competitividad del destino en el ámbito
internacional, relegando muchas veces las
problemáticas sociales, económicas y ambientales
de la población local.
Mito 19: El turismo solo trae caos a la
comunidades
Tampoco es cierto este mito. Ni el turismo es tan
bueno ni el turismo es tan malo. Para quienes
estén de acuerdo con él, el turismo puede generar
fuentes de trabajo y beneficiar a otros sectores de
la economía, puede ayudar a revalorizar la memoria
y la identidad local, puede propiciar el aprendizaje
colectivo e internacional, puede mejorar la
43
infraestructura de la ciudad, y hasta puede actuar
como terapia psicológica al permitirnos tomar
distancia de nuestra realidad y conocer otras
experiencias de vida.
El turismo será bueno o malo dependiendo de los
sujetos que lo lleven a la práctica y siempre que no
sea una imposición. Caer en los extremos nunca es
recomendable y es algo muy común en los medios
de comunicación que publican sobre turismo
cuando ocurre alguna tragedia, mientras que el
resto del tiempo informan sobre hechos banales.
En turismo hay muchos grises y hay mucho
desconocimiento sobre ellos.
Mito 20: Se deben evitar o vencer las crisis
turísticas
Las crisis son naturales e inevitables. Ya sea que
seamos parte del mundo del turismo o de cualquier
otro ambiente en el que tengamos vínculos con
otras personas, siempre estaremos propensos a
generar o ser afectados por crisis. Además, las
44
crisis son necesarias para madurar como personas
y como organizaciones.
Vida es sinónimo de crisis, con todo lo bueno y lo
malo que ello implica; por ende, las crisis se
previenen y se atraviesan, no se evitan ni se
vencen. Por ello, se debe desconfiar de las
campañas y maniobras que pregonan soluciones
para dominar y aniquilar crisis.
Mito 21: Todos debemos ser hospitalarios
“Debemos estar abiertos al turismo. Debemos
recibir a todos los turistas” pregonan miles de
discursos políticos y anuncios gubernamentales.
Pareciera ser que la hospitalidad es una actitud con
la que debe contar cualquiera que viva en un
destino y en realidad, no se comprende del todo
que el abuso de la hospitalidad implica sumisión.
Cientos de pueblos originarios fueron arrasados
durante la llegada de los conquistadores a América
y millones de africanos fueron explotados (aquí sí
aplica el término explotación) por los europeos y
45
sus prácticas colonialistas, y todo gracias a que a
pesar de ser dueños de sus tierras, fueron
hospitalarios.
Tampoco se trataría de no ser un buen anfitrión o
de difundir un mensaje que nos vuelva xenófobos,
pero sí deberíamos ser más considerados de
quienes no quieren ser parte del fenómeno del
turismo o de quienes quieren ser hospitalarios
moderadamente. En un congreso del que participé
en Bolivia, se me acercaron dos estudiantes a
consultarme sobre una comunidad de aborígenes
que viven en una reserva y que no quieren vivir del
turismo. Ellos no podían comprender cómo
teniendo tantos recursos y habitando ese lugar, se
negaran a vivir de los beneficios económicos que
les podía traer el turismo. Entonces me
preguntaban cómo podían convencerlos. Mi
respuesta fue: no todo el mundo quiere vivir del
turismo y hay que respetarlo.
46
Los turistas
Mito 22: Para hacer turismo hay que
trasladarse fuera del lugar de residencia
La OMT habla de turismo solo en los casos donde
hay un traslado efectivo desde un sitio a otro. No
considera en sus estadísticas como parte del
fenómeno turístico, por ejemplo las consultas que
las personas realizan sobre un destino, la cantidad
de personas que están estudiando hotelería o los
recorridos virtuales que se están realizando en este
momento en el museo del Louvre ¿Por qué?
¿Tradición, desconocimiento, intereses?
La presencia de lo virtual nos debe obligar a repensar
las prácticas y lógicas turísticas. Queda en claro que
el turismo inicia en la psiquis y eso puede implicar no
moverse de su hogar; o se puede hacer turismo
cuando se hace una consulta en la agencia de viajes
más cercana, pero también, se puede recorrer un
museo, visitar una isla o escalar una montaña gracias
a la tecnología, Internet y todas las posibilidades que
brinda el entorno de lo digital ¿Hacer turismo virtual
es hacer turismo o no?” (Ledhesma, 2016, p. 18).
47
Como ya vimos, que la OMT solo contemple en sus
estadísticas el traslado y gasto de los turistas, no
significa que el turismo se reduzca solo a ello.
Mito 23: Es turista quien pernocta en el lugar
y contrata sus servicios en una agencia de
viajes
Viajero, visitante, turista, excursionista, … términos
que cualquiera podrá encontrar en libros clásicos
del turismo o en clasificaciones llevadas adelante
por la OMT y por diferentes secretarías de turismo
del mundo para organizar sus estadísticas: “es
turista si pernoctó en el lugar, si no es
excursionista”, dirán. ¿Cuál es la diferencia real
entre ser turista o ser excursionista? ¿Entre
pernoctar y solo pasar el día? El supuesto gasto en
un hotel. Y seguimos entonces anclados en un
enfoque económico del turismo y en creer que el
éxito está logrado si hubo un alto porcentaje de
ocupación.
48
Otra línea, plantea que es turista quien ha
contratado un paquete ya armado para su viaje y
se limita a ese circuito; y en cambio, es viajero
quien se aventurera, planea su propio recorrido y
se adentra en lugares que escapan a los paseos
tradicionales.
En síntesis, es turista quien decide sentirse turista y
formar parte del fenómeno turístico, ya sea por
menos de 24 horas o más de un año, ya sea
contratando servicios en una agencia o viajando
por su cuenta.
Mito 24: Viaje es sinónimo de turismo
En primer lugar debe quedar en claro, una vez
más, que el turismo lo hacen los sujetos, no los
territorios ni los paisajes ni el dinero. Y en segundo
lugar, que el turismo lo hacen aquellos sujetos que
viajan buscando la diversión y/o el descanso y/o el
contacto con una nueva cultura; y/o aquellos que
no viajan pero favorecen ese contacto, esa
diversión y ese descanso.
49
Entonces, el viaje es necesario para la práctica
turística, pero no todos los que forman parte de
este fenómeno, viajan. Están quienes esperan en el
destino a quien viaja, están quienes planifican un
viaje y quizás no lo concreten, están quienes están
enseñando y estudiando turismo, están quienes
controlan el desarrollo turístico de una región, etc.
El viaje es el medio del turismo pero no el fin.
Viaje y turismo ¿son sinónimos? Existen quienes para
hacer referencia al periodismo turístico dicen:
periodismo de viajes. Algo similar sucede con idiomas
como el inglés en el que directamente la combinación
es travel journalism. Sin embargo, viajes y turismo no
son sinónimos. Es imprescindible el viaje (real o
virtual) para practicar turismo pero se puede viajar y
no hacer turismo. El viaje es un elemento constitutivo
necesario del turismo, pero el turismo no es requisito
del viaje: se puede viajar para hacer una visita al
médico, para poner a prueba el funcionamiento de
una motocicleta, para hacer las compras,... se puede
viajar por múltiples causas no turísticas” (Ledhesma,
2016:19).
50
Mito 25: Los turistas tienen más información
que antes
Más allá de que nos encontramos en un mundo
donde prima la superabundancia de información,
en el que muchas veces no solo los turistas, sino
que los ciudadanos en general se pierden entre
tanto, casi no existe información periodística,
equilibrada, que hable del turismo teniendo en
cuenta lo bueno, pero también lo malo y todos sus
matices.
Cuando se busca información sobre un destino lo
más probable seráencontrar información
promocional, completamente positiva, o artículos
ligados a la inseguridad y/o tragedias naturales. Por
ello, es completamente falso que el turista hoy
cuenta con más información que antes, sobre todo
entendiendo que la información es aquella que se
brinda para favorecer la democracia y para que la
gente pueda tomar más y mejores decisiones.
51
Mito 26: Los turistas son lo peor
Están los practicantes de la turismofilia y los
adeptos a la turismofobia. Los primeros defienden
al turismo a toda costa y solo ven beneficios en él,
lo sienten como un modo de vida y lo predican
enceguecidamente. Los segundos consideran que
el turismo es uno de los peores males que existen
sobre la faz de la tierra y se niegan a cualquier
hecho turístico, por ende, consideran que los
turistas son sus peores enemigos.
Aunque aquí cabe separar dos cosas bien distintas:
una cosa es denunciar la demonización injusta a
todas luces a la cual se somete a los turistas en
general, como los responsables de las mayores
catástrofes ambientales, desorden y ruido; y otra cosa
bien distinta denunciar la voracidad de los grupos de
poder y económicos que con la especulación y la
búsqueda a toda costa de utilidades trae como
resultado impactos ambientales, sociales y culturales
no deseados (Lagunas Arias, 2008:385).
Es cierto que el turismo tiene mucho de malo, pero
también es cierto que tiene mucho bueno. El turista
52
no es la solución a todos nuestros problemas ni
tampoco el culpable de nuestras tragedias.
Los tipos de turismo
Mito 27: El turismo de aventura es parte del
turismo de naturaleza
El turismo de aventura “Implica la práctica libre, y
muchas veces riesgosa, de actividades atléticas,
tanto en entornos naturales como artificiales”
(Ledhesma, 2016, p. 23). Hoy en día, es posible
realizar escalada en muros indoor, esquiar sobre
nieve artificial o surfear también en olas artificiales,
por ende son erróneas aquellas clasificaciones que
colocan al turismo de aventura como parte del
turismo de naturaleza.
En el siglo pasado, sí era cierto que para realizar
actividades de aventura la única posibilidad era el
entorno natural, sin embargo los avances
53
tecnológicos han demostrado que en casi todo el
mundo ya es posible poner el cuerpo en acción y
vivir la adrenalina en espacios artificiales y menos
riesgosos.
Mito 28: El turismo rural también es parte del
turismo de naturaleza
También es un mito creer que el turismo rural
puede ser clasificado dentro del turismo de
naturaleza. Se denomina turismo rural a “las
prácticas turísticas que se realizan en entornos
tradicionales donde se trabaja la tierra para
propiciar la producción de alimentos. El turista
busca entrar en contacto con la naturaleza y la
cultura tal como se hacía en el pasado” (Ledhesma,
2016, p. 28).
Nuevamente esta práctica no se limita al contacto
con la naturaleza sino que son justamente las
actividades del hombre sobre ella, las que atraen.
El turista busca despegarse de la vida en la urbe y
trasladarse a un sitio donde se trabaja la tierra de
54
manera tradicional. Se produce una transición entre
el futuro y el pasado de manera constante.
Mito 28: Visitar una iglesia implica hacer
turismo religioso
También es un error creer que se hace turismo
religioso porque se está visitando una iglesia:
turismo religioso “es el que realiza un turista con
motivo de efectuar prácticas espirituales. No tiene
que ver con la visita a iglesias o monumentos
religiosos, eso es turismo artístico/patrimonial”
(Ledhesma, 2016, p. 24).
El requisito para que se lleve a cabo el turismo
religioso es la fe. Se puede o no visitar un edificio o
un monumento, se puede profesar determinada
religión o ninguna, lo que motiva este tipo de
turismo es la creencia del turista.
55
Mito 29: El turista que come está haciendo
turismo gastronómico
Así como entrar a una iglesia no es suficiente para
practicar turismo religioso, tampoco lo es comer, el
turismo gastronómico: “es un tipo de turismo que
va más allá del acto de alimentarse, implica llevar a
su máximo exponente todos los sentidos gracias a
una práctica culinaria” (Ledhesma, 2016, p. 25).
Todos comemos cuando nos vamos de vacaciones,
y no por ello estamos ejercitando el turismo
gastronómico. Este es un tipo de turista que viaja
con el motivo principal de conocer y experimentar
nuevos sabores, nuevos aromas, nuevas texturas,
nuevos ingredientes, nuevas recetas, historias y
rituales culinarios. Son sujetos que no se
conforman con saciar su hambre sino que intentan
descubrir un mundo detrás de la comida y de las
bebidas.
56
Mito 30: Hacer turismo virtual no es hacer
turismo
Aún no aparece en los libros y clases de las
universidades, no figura tampoco dentro de las
clasificaciones y estadísticas de la OMT, y los
medios masivos de comunicación no parecían
tomarlo en cuenta hasta que llegó el Covid. Por
supuesto, no es lo mismo poder tocar el agua del
mar o tener la obra de arte frente a frente que ver
el oleaje y la textura de una pintura desde un
monitor. No es lo mismo. Pero, ello no quita que no
sea una práctica turística. Virtual, pero turística al
fin.
Parece que el turismo ideal es el virtual… vivimos un
exceso o sobredimensión del espacio: el turista
intenta ver sólo los lugares “importantes”, definidos
en las guías por medio de metáforas y adjetivos
admirativos, y en el menor tiempo posible. Como si
pasara velozmente por un túnel, el desplazamiento se
produce de forma compulsiva de un punto a otro, sin
conocer los espacios intermedios, aquellos que las
guías explícita o implícitamente le recomiendan “no
visitar” (Lagunas Arias, 2008).
57
Además, este tipo de turismo nos permitirá recorrer
sitios del pasado o conocer atractivos que no son
accesibles de manera física. Puede ser una
alternativa económica, no invasiva y hasta útil para
realizar recorridos previos y decidirnos qué destino
visitar físicamente.
Mito 31: El entretenimiento siempre es
bueno
No siempre. Los turistas viajan y buscan pasarla
bien, pero puede suceder que lo hagan afectando a
otros sujetos, a la sociedad en general o así
mismos. Existe por ejemplo, el turismo suicida, el
único que realmente no tiene retorno al destino de
origen; los turistas viajan para encontrar la muerte
lejos de casa. Existe también el turismo pobrista, el
cual convierte a la pobreza ajena en atractivo
turístico.
El narcoturismo es el turismo motivado por el
consumo, la venta y la compra de drogas, por lo
general ilegales. Por otro lado, existe el turismo
58
sexual que muchas veces implica prácticas sexuales
con niños y menores, actividad repudiada en el
mundo occidental.
El peligro, la miseria, la evasión, la extravagancia,
la perversión… prácticas humanas que están
ligadas al entretenimiento y que también, lo
queramos o no, hacen al fenómeno del turismo,
pero que no siempre son positivas.
Mito 32: Turismo de naturaleza y ecoturismo
son sinónimos
Existen tres posibilidades a la hora de realizar
turismo en la naturaleza: 1- Destruirla (existe
mucha gente a la que le entretiene hacer daño), 2-
Disfrutarla tratando de no dañarla y 3- Ayudarla (el
goce consiste en poder mejorar el entorno, ya sea
recolectando residuos, plantando árboles, haciendo
campañas de concientización, etc.). Entonces,
turismo de naturaleza o en la naturaleza no
siempre implica compatibilidad o colaboración con
ese entorno.
59
El ecoturismo implica preservación, sostenibilidad y
equilibrio; y no solo disfrute o uso de la naturaleza.
El ecoturista es consciente y responsable, cuando
no todos los turistas lo son.
Mito 33: Hablar de turismo sexual es
fomentarlo
Al contrario: se debería hablar más de estas
prácticas para concientizar y prevenir sobre sus
peligros así como de sus aristas ilegales y abusivas.
Este tipo de turismo se define como “la práctica
sexual que realizan los turistas fuera de su lugar de
residencia porqueallí es ilegal, los sienten como
vergonzoso y/o es considerado deshonesto. Puede
tratarse de prostitución, zoofilia, sexo infantil y
adolescente, etc” (Ledhesma, 2016, p. 23).
Es un tipo de turismo practicado en mayor
porcentaje por hombres que buscan cumplir sus
fantasías sexuales en destinos alejados donde
saben que podrán encontrar lo que buscan.
60
Otro mito que existe es considerar al turismo
LGBTQ como parte del turismo sexual: lesbianas,
gays, bisexuales, trasnsexuales o queer pueden
viajar a cualquier parte del mundo y no con el
objetivo de tener sexo, pueden hacer turismo de
naturaleza, gastronómico, de negocios, etc. Por
ello, es un error encasillar a este tipo de turistas
como parte del turismo sexual.
Los estudiantes y los profesionales del
turismo
Mito 34: Estudiar turismo es más fácil que
otras carreras
Es cierto que estudiar turismo no cuenta con la
complejidad de una ingeniería o de un profesorado
o de la carrera de medicina, pero tampoco por ello,
es una carrera fácil. De seguro hay muchos
profesores que así lo creen y cientos de estudiantes
61
que también lo piensan cuando ingresan a la
carrera. Soy más que consciente de esto último
porque el primer día de clases con mis estudiantes
en la universidad, les pregunto: ¿por qué has
decidido estudiar turismo? Más del 50% responde
que en realidad no sabían qué estudiar y que
turismo les parecía fácil.
Aquí solo existe una verdad: cuando estudiamos lo
que nos apasiona, siempre es más fácil. Cuando
estudiamos lo que no nos gusta, todo se vuelve
difícil. Si bien a los 18 años saber lo que nos
apasiona puede ser aún tarea difícil, sí podemos ser
conscientes de qué expectativas y necesidades
tenemos, y con qué actitudes y aptitudes contamos
para desarrollar.
Mito 35: Si estudio turismo me la voy a pasar
viajando
Estuve cinco años y medio en la universidad
estudiando turismo, y ¿saben cuántas veces
viajamos? seis veces, un promedio de un viaje al
62
año. Fueron 4.000 horas de estar sentado en un
aula contra 150 horas de turismo en el campo.
Como si el turismo sucediera solo dentro de las
escuelas.
Esta es una gran contradicción que existe en
relación a la educación que reciben los estudiantes
de turismo: estudiarás turismo, pero no lo
practicarás. Sin embargo, en el consciente colectivo
existe esta idea de que estudiar turismo es
pasarsela de viaje en viaje. Por supuesto hay
excepciones y podemos encontrar universidades
que hacen un mejor trabajo en ese sentido, sin
embargo no conozco institución alguna que tenga
mayor carga horaria para prácticas en el exterior
que para cursar asignaturas dentro de un salón de
clase.
Mito 36: Las carreras de turismo son muy
completas
Les propongo la siguiente actividad: observen los
diferentes programas académicos de las carreras
63
de turismo de sus países e intenten clasificar las
diferentes materias que lo componen. Lo más
probable es que encuentre una gran cantidad de
materias ligadas a la económico y otro tanto
ligadas a la administración.
Por otro lado, habrá un porcentaje de materias
dedicadas al patrimonio pero muy pocas materias
de corte humanístico (educación, psicología,
sociología, filosofía, antropología, etc.). Por ello, las
carreras de turismo suelen tener muy poco de
completas y holísticas. Se prepara a los estudiantes
para ser técnicos con visión económica y poca
reflexión crítica y social.
Mito 37: El mercado laboral está saturado
para quienes estudian turismo
Es verdad que cada vez existe menos oferta laboral
para quienes estudiamos turismo porque la
demanda ha aumentado. Sin embargo, no importa
lo que hayamos estudiado, el mercado siempre
64
estará saturado, porque es una condición del
sistema capitalista en el que vivimos .
El mercado se alimenta de la competencia y de la
desigualdad, por ende, no es un problema
exclusivo para quienes decidieron laborar en este
sector. Si has estudiado turismo y realmente te
propones destacarte, diferenciarte y seguir otros
valores que no sean exclusivamente el lucro,
seguro encontrarás tu lugar. Hace unos años una
estudiante me dijo que si dejaba de pensar en el
turismo como actividad económica, se iba a quedar
sin trabajo. Y es totalmente al revés: cuando
comenzamos a entender que el turismo es mucho
más que una mercancía, es que logramos abrir
nuestra cabeza y por ende nuestro mundo, se abre
aún más nuestro abanico de oportunidades y
posibilidades.
65
Mito 38: Quien se dedica al turismo no
necesita vacaciones
“Ustedes sí que la pasan bien”, “Se la pasan
viajando”, “¿Eso es trabajar?” comenta la gente.
Hago en promedio un viaje internacional y tres
nacionales al mes. Me paso la mitad del mes entre
aviones, buses y hoteles. No me quejo, pero para
nada considero que sean vacaciones. La paso muy
bien porque hago lo que me gusta, pero en nada
se asemeja a un descanso porque sigue siendo
trabajo
¿Adivinen qué es lo que quiero hacer cuando llega
el periodo de vacaciones? Quedarme en casa.
Existe este mito de que viajar es sinónimo de
descanso, cuando en realidad viajar puede ser muy
estresante ¿A quién no le ha pasado de volver de
las vacaciones aún más cansado? Me animaría a
decir que viajar se acerca más al estado del estrés
que del relax.
66
El periodismo turístico
Mito 39: Si escribo de turismo me van a
invitar de todos lados
En el inconsciente de muchos periodistas y
seudoperiodistas existe la creencia de que si se
dedican a escribir sobre turismo, le lloverán
invitaciones de parte de cientos de hoteles,
agencias y destinos. Es así como se termina viendo
a muchos simpatizantes de la prensa turística
siguiendo los rastros de cuanto ministro o gerente
se le cruza para mendigar una invitación o un canje
publicitario.
Es más, muchas personas se inician en el mundo
de la comunicación turística buscando estos
beneficios. Es cierto que se reciben invitaciones,
pero no las reciben principalmente quienes andan
pidiendo por ellas; las reciben quienes hacen bien
su trabajo y quienes tienen llegada al público. Hoy
se utiliza mucho el término “influencer”
(influenciador) y muchas personas se
67
autodenominan así para hacer creer que los lee
una gran cantidad de público; y cuando se analiza
de cerca a estos especímenes, se observa que no
tienen más de dos mil seguidores en Twitter y que
su blog no solo recibe pocas visitas sino que tiene
pocos artículos.
Mito 40: Cualquiera es periodista turístico
Con la masificación de Internet parece que hoy
todo el mundo puede ser periodista, y como viajar
es cada vez también más accesible, muchos
pretenden ser periodistas turísticos. Miles de
personas publican a diario sus historias de viajes en
Internet. Cientos de blogueros publican a diario sus
anécdotas turísticas. Y todo ello está muy bien,
pero no por eso son periodistas.
El periodismo es una actividad dedicada a la
búsqueda, jerarquización y publicación mediada,
regular y masiva, de información veraz que está
relacionada con la actualidad. Esa información tiene
siempre un precio e implica la labor de un periodista
que busca informar y entretener, así como también
interpretar o denunciar la realidad, para contribuir al
68
conocimiento que las sociedades tienen sobre el
entorno y de la vida en democracia” (Ledhesma,
2016, p. 34).
Ser periodista, turístico o no, implicará siempre
contar la realidad trascendiendo el mero punto de
vista personal.
Mito 41: Los periodistas turísticos
promocionan los destinos
Se cree que el periodista debe promocionar
destinos turísticos. Difundir los servicios brindados
por distintas empresas. Participar de fam press e
informar sobre todo lo bonito que un turista podrá
encontrar si realiza el mismo viaje. Algunos
ejemplos reales encontrados en Internet:
● Se realizó taller para que periodistas
turísticos aprendan sobre cómo promover el
turismo en ...
69
● Se promociona a ... a través de 16
periodistas turísticos nacionales que están
recorriendola ...
● Periodistas turísticos de ... difundirán
atractivos turísticos ...
● Operadores y periodistas.... visitarán en
verano ... para conocer y difundir sus
atractivos turísticos
● Luego de recorrer sitios turísticos de ...
periodistas promocionarán la zona como
destino vacacional
● Periodistas recorren provincia de ... para
difundir la oferta de paquetes turísticos de
...
● Periodistas de cadena internacional
promoverán productos turísticos de …
Y como ya sabemos, los periodistas informan,
investigan, opinan y denuncian si es necesario,
pero no promocionan ni publicitan nada. Ese es
trabajo de los publicistas, los relacionistas públicos,
los profesionales del marketing y nunca de los
periodistas turísticos ni de ningún otro tipo de
periodista.
70
Mito 42: Se debe publicar sobre turismo
cuando llega la temporada alta o cuando
sucede algo negativo
En los medios de comunicación generalistas, lo
común es que el turismo aparezca en tapa o como
nota principal en dos ocasiones: cuando sucede un
accidente o algún hecho delictivo, o cuando se
acerca la temporada alta.
Pareciera ser que los medios de comunicación
creen que se debe hablar de turismo cuando llegan
las vacaciones o el fin de semana largo, o peor aún
cuando sucedió alguna tragedia a turistas. Por ello
siempre insisto en que los periodistas y quienes
toman las decisiones en los medios de
comunicación deben capacitarse para entender que
el turismo es mucho más que lo que sucede en
temporada alta o que cuando se ve afectado.
71
Mito 43: No debemos publicar sobre
inseguridad porque afectaremos la imagen
del destino
Si bien los medios generalistas se acuerdan del
turismo cuando ocurre algo negativo, los medios
especializados prefieren no informar sobre hechos
de inseguridad por temor a perjudicar la imagen
del destino y a perder los beneficios que puedan
otorgarle el gobierno local. Y cuando barremos la
basura debajo de la alfombra, el efecto es contra
prudencial: los turistas viajan desprevenidos y se
encuentran con la sorpresa cuando están en el
destino, lo que hace que se vayan enojados y
hablen mal del sitio.
Lo ideal es que los periodistas puedan brindar
información equilibrada y dar cuenta de los grises,
de lo bueno y de lo no tan bueno, y sobre todo
tener en cuenta que los turistas deben viajar
informados, no engañados. Prevenir sin alarmar
siempre será la mejor solución.
72
Mito 44: Las fuentes legítimas de la
información turística son los funcionarios de
gobierno, los directores de las empresas y los
turistas
El turismo es un fenómenos social porque está
conformado por sujetos, sin embargo los medios
masivos de comunicación priorizan a unos sobre
otros:
Se consideran fuentes legítimas únicamente a los
gobiernos, a las instituciones académicas, a las
empresas, a las organizaciones que agrupan a
empresarios y a los turistas. Dejando de lado la
palabra de estudiantes, de trabajadores, de la
comunidad local y de otras organizaciones sin fines de
lucro (Ledhesma, 2016:68).
¿Los estudiantes no tienen nada que decir del
turismo? ¿los trabajadores y profesionales no
cuentan con información valiosa para dar? ¿y los
habitantes del destino? Se les da mayor
protagonismo en los medios de comunicación a los
gobernantes que a los gobernados y a las
empresas que a sus clientes. Sin embargo, todos
73
estos sujetos tienen voz, cuentan con información
valiosa y por ello, deberían tener un lugar
privilegiado en los medios de comunicación.
Mito 45: Si una empresa me invita con todo
pago, lo aclaro al final de mi nota
Muchos periodistas y blogueros creen que si un
destino o empresa los invita con todo pago, están
obligados a hablar bien y resaltar lo mejor que
tienen. Y para hacerlo sin culpa, consideran que al
aclarar al final de la nota que “la invitación y los
gastos corrieron por cuenta de …” se queda bien
con dios y con el diablo, se pone en evidencia la
situación al lector y no se pierden próximas
invitaciones.
Desde ya cualquier código de ética periodística
rechaza y sanciona estas prácticas. El código de
Ética de las y los Periodistas Turísticos (2016)
plantea en el artículo 47 que “...en el caso de
participar de viajes de prensa, fam press, press trip
o cualquier viaje al que es invitado por un ente
74
gubernamental o empresa, dejar siempre bien en
alto los valores periodísticos: el equilibrio
informativo, la crítica honesta y la búsqueda del
bienestar social y democrático por sobre todas las
cosas”. Y el artículo 48 aclara: “No aceptar
contratos de publicidad que impliquen la creación
de una noticia o la realización de una entrevista
con objeto de satisfacer intereses de una persona,
una empresa o cualquier otra entidad”.
Ahora te invito a retomar tu propia definición de
turismo escrita en la introducción ¿Sigues pensando
igual? ¿Cuántas mitomanías esconde? ¿Te animas a
reescribir tu definición de turismo?
_________________________________________
_________________________________________
_________________________________________
_________________________________________
_________________________________________
_________________________________________
75
¿Crees que haya alguna otra mitomanía que esté
faltando en este libro? Eres bienvenido a enviar tus
opiniones y sugerencias a
miguelledhesma@gmail.com
76
¿Qué es el turismo?
Turismo es todo el espectro que se genera a partir
de la idea y/o de la acción que implica el
desplazamiento de los seres humanos con
posibilidades recreativas, es decir, con intenciones
de descanso, diversión y/o contacto con el destino
receptor. El turismo se presenta entonces como un
fenómeno ubicuo, complejo y multidisciplinar que
comprende aristas económicas, sociales, políticas,
artísticas, antropológicas, medioambientales,
históricas, geográficas, educativas, psicológicas,
comunicativas ... que involucra simultáneamente al
sector empresarial, al estatal, al no gubernamental,
al sector profesional, a las poblaciones que habitan
cada destino turístico y a los turistas.
Además, el turismo implica conflicto, lucha de
poder, competencia. Los sujetos rivalizan por la
búsqueda de dinero, de reconocimiento, de títulos
académicos, de contactos, etc.
77
Citado por la Dirección General de Enseñanza de
Jóvenes y Adultos de la provincia de Córdoba
(2008, p. 210), Frangialli, F. considera que "la
actividad turística gira esencialmente en torno a
personas: encontramos viajeros, anfitriones y
empleados que establecen vínculos comunicativos,
intercambian valores culturales, se reconocen en la
diversidad y practican la tolerancia”.
78
Beni (2008, p. 03) define al sistema turístico como
al “conjunto de procedimientos, ideas y principios,
ordenados lógicamente y conexos con la intención
de ver el funcionamiento de la actividad turística
como un todo”. Los atractivos turísticos, los
servicios y la infraestructura son los elementos
básicos que posibilitan la práctica turística.
Tendremos los atractivos naturales (ríos, sierras,
etc.), los acontecimientos programados
(carnavales, exposiciones, eventos deportivos,
etc.), las realizaciones artísticas, científicas o
técnicas contemporáneas (minas, parques
79
astronómicos, etc.), los museos y manifestaciones
culturales históricas (museos, lugares históricos y
arqueológicos, etc.) y el folclore (danzas y música,
bebidas y comidas típicas, etc.)”... Entre los
servicios encontramos: “transporte, alojamiento,
restauración, compras, agencias de viajes,
entretenimiento; y habrá otros servicios que no son
específicamente turísticos pero sí complementarios:
bancos, clínicas médicas, cabinas telefónicas, etc.
La infraestructura está representada por el
conjunto de bienes y servicios con que cuenta una
población para vincular entre sí a los asentamientos
humanos y resolver las necesidades internas de los
mismos: educación, salud, vivienda, transportes,
comunicación y energía (Boullon, 2004).
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