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Grado en Enfermería 
TRABAJO DE FIN DE GRADO 
 
 
BENEFICIOS Y RIESGOS ASOCIADOS AL 
MÉTODO DE ALIMENTACIÓN 
COMPLEMENTARIA BABY-LED WEANING 
 
 BENEFITS AND RISKS ASSOCIATED WITH THE BABY-
LED WEANING METHOD OF COMPLEMENTARY 
FEEDING 
Revisión Narrativa 
 
 
 
 
Autora: Lucía Ruiz Herranz 
Tutora: Pilar Palazuelos 
Curso 2021/2022 
ÍNDICE 
1. RESUMEN ................................................................................................................ 1 
2. ABSTRACT .............................................................................................................. 2 
3. INTRODUCCIÓN..................................................................................................... 3 
3.1. Qué es la alimentación complementaria ................................................................ 4 
3.2. Cuándo y cómo introducir la alimentación complementaria ................................. 5 
3.3. Métodos de alimentación complementaria ............................................................ 7 
3.4. Justificación ......................................................................................................... 10 
3.5. Objetivos .............................................................................................................. 11 
4. MÉTODO ................................................................................................................ 12 
5. RESULTADOS Y DISCUSIÓN ............................................................................. 18 
5.1. Beneficios y riesgos del Baby-Led Weaning ....................................................... 18 
5.2. Relación del BLW con el sobrepeso/obesidad del bebé ...................................... 26 
5.3. Relación del BLW con el comportamiento alimentario del niño ........................ 28 
5.4. Experiencia y sentimientos de las madres y padres que llevan a cabo el BLW .. 30 
6. CONCLUSIONES................................................................................................... 33 
7. AGRADECIMIENTOS........................................................................................... 33 
8. BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 34 
ANEXO .......................................................................................................................... 39 
Artículos seleccionados............................................................................................... 40 
 
 
 
 
 
1 
 
1. RESUMEN 
El inicio de la alimentación complementaria supone una etapa clave para el crecimiento 
y desarrollo físico y psicosocial del lactante ya que se adquieren hábitos alimentarios 
importantes que determinarán su salud futura. 
Tradicionalmente estos primeros alimentos se proporcionaban en forma de puré, en 
cambio, en los últimos años han tomado relevancia métodos alternativos como el Baby-
Led Weaning, caracterizados por ofrecer una mayor autonomía al bebé, siendo este el 
responsable de su alimentación. El objetivo de esta revisión es determinar los beneficios 
y riesgos que presenta seguir un estilo de alimentación complementaria dirigida por el 
bebé (método Baby-Led Weaning) frente a otros más tradicionales. Para ello se ha 
realizado una búsqueda bibliográfica en seis bases de datos diferentes, de las cuales se 
han analizado 23 artículos. 
Los hallazgos muestran que el uso de BLW se relaciona con beneficios como prevención 
de la obesidad y el sobrepeso infantil, mayor autonomía del bebé, desarrollo de 
habilidades cognitivas y motoras, mejora de las relaciones familiares y menor ansiedad 
materna. Entre las desventajas se encuentran su relación con cierto riesgo de 
atragantamiento y deficiencia de nutrientes como el hierro. Son aspectos clave que el 
personal de enfermería debe tener en cuenta a la hora de ofrecer recomendaciones en las 
consultas. 
 
Palabras clave: alimentación complementaria liderada por el bebé, beneficios, riesgos, 
conducta alimentaria, obesidad, sobrepeso, enfermería, padres, experiencia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
2 
 
2. ABSTRACT 
 
The beginning of complementary feeding is a key stage for the development and the 
physical and psychosocial growth of the infant since important eating habits are acquired 
that will determine his future health. 
Traditionally these first foods were provided in the form of puree, in contrast, in recent 
years alternative methods such as Baby-Led Weaning have become relevant, 
characterized by offering greater autonomy to the baby, being responsible for its feeding. 
The objective of this review is to determine the benefits and risks of following a 
complementary feeding style directed by the baby (Baby-Led Weaning method) 
compared to more traditional ones. For this purpose, a bibliographic search has been 
carried out in six different databases, of which 23 original articles have been analyzed. 
The findings show that the use of BLW is related to benefits such as prevention of 
childhood obesity and overweight, greater autonomy of the baby, development of 
cognitive and motor skills, improvement of family relationships and less maternal 
anxiety. Disadvantages include its relationship with some choking risk and nutrient 
deficiency such as iron. These are key aspects that nursing staff should take into account 
when offering recommendations in consultations. 
 
Keywords: baby-led weaning, BLW, benefits, risks, feeding behavior, obesity, 
overweight, nursing, parents, experience. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
3. INTRODUCCIÓN 
El ser humano requiere ingerir los nutrientes que se encuentran en los alimentos para 
poder cumplir sus funciones metabólicas, crecer y desarrollarse. La nutrición es el 
proceso biológico y fisiológico por el cual el organismo toma los nutrientes y los 
transforma en energía para cubrir las funciones vitales (1). 
Los primeros meses de vida son un periodo clave para el crecimiento y desarrollo del 
bebé, debido a que es la etapa en la que se producen cambios transcendentales en el 
organismo: antropométricos, de composición corporal y de maduración de órganos y 
sistemas, lo cual supone una gran demanda nutricional. Es fundamental establecer formas 
correctas de alimentación que permitan un crecimiento y desarrollo óptimo, además de 
mantener la salud y prevenir enfermedades a largo plazo (2). 
El alimento de referencia para la nutrición en el primer semestre de vida del infante es la 
lactancia materna (LM) exclusiva, ya que suministra todos los nutrientes necesarios para 
un desarrollo adecuado. Posee numerosos beneficios en la salud a corto y largo plazo 
tanto para el bebé como para la madre: es una extensión del sistema inmune de la madre, 
por lo que proporciona protección frente a enfermedades infecciosas y no infecciosas 
(infecciones gastrointestinales y respiratorias, síndrome de muerte súbita del lactante, 
leucemia…), existe menor riesgo de desarrollar a largo plazo enfermedades 
cardiovasculares, diabetes, sobrepeso, obesidad…, se da una menor exposición a 
proteínas y alérgenos aún desconocidas para el bebé, además de que recibe estímulos 
sensoriales de la madre que mejoran su desarrollo cognitivo, psicomotor y su conexión 
afectiva con ella (3). 
El lactante dispone de órganos y sistemas que intervienen en el metabolismo endógeno 
(hepático y renal) y en los procesos de alimentación (neurológico y digestivo) que se 
encuentran aún inmaduros, aunque adaptados a la leche materna (2). A partir del primer 
semestre de vida, en función de la maduración de estos y de las habilidades motoras del 
bebé, se deberán ir introduciendo otros alimentos más complejos que aporten el nivel 
energético y nutricional necesarios para al aumento de la actividad orgánica. 
 
 
 
 
4 
 
3.1. Qué es la alimentación complementaria 
La alimentación complementaria (AC),también conocida como alimentos de transición 
o alimentos de destete, hace referencia a la introducción en la dieta de los niños de 
alimentos líquidos o sólidos distintos a la leche a partir del segundo semestre de vida (4). 
La Asociación Española de Pediatría (AEP) indica introducirlos de manera progresiva y 
adaptada, complementando a la lactancia materna, la cual se recomienda mantener como 
mínimo los 12-24 primeros meses, y posteriormente todo el tiempo que la madre e hijo 
deseen (5). Es por ello que el término hace referencia a la función que tienen estos 
alimentos de complementar al sustento principal que nutría hasta los 6 meses y seguirá 
nutriendo al bebé hasta, al menos, el primer año de vida. El objetivo principal de la 
alimentación complementaria es aportar los nutrientes necesarios para el bebé que, a partir 
de esta edad, debido al incremento de los requerimientos energéticos y nutricionales, ya 
no son cubiertos de forma suficiente por la lactancia materna exclusiva. Por consiguiente, 
se debe llevar a cabo una dieta equilibrada con un aporte suficiente de calorías y 
nutrientes, provenientes tanto de proteínas, carbohidratos y grasas, evitando la sal y los 
azúcares (6, 7). 
En cuanto a los objetivos secundarios de la alimentación complementaria, se trata de una 
oportunidad para la introducción de nuevos colores, sabores, olores, texturas y 
temperaturas para el bebé, que favorecerán su desarrollo y autonomía, además de una 
oportunidad para crear hábitos alimentarios adecuados (2). Encuestas nacionales de salud 
muestran que enfermedades especialmente prevalentes en la infancia actualmente, como 
son el sobrepeso y la obesidad, siendo España el país líder mundial en obesidad infantil, 
son debidas a la adquisición de malas prácticas de alimentación (8). 
Por tanto, se trata de un periodo clave de la infancia, en el cual se comienzan a moldear 
las conductas alimentarias que posteriormente influirán en la salud del niño (9). Las 
prácticas de alimentación que se den en este periodo influirán en los hábitos que el niño 
tendrá en el futuro, definiendo que este prefiera algunos alimentos o le desagraden otros. 
Por consiguiente, en la introducción de los alimentos también se debe atender el tipo de 
leche recibida en el primer semestre de vida, el tipo de textura del alimento, el sabor de 
este y el método de introducción llevado a cabo (1). 
 
 
 
5 
 
3.2. Cuándo y cómo introducir la alimentación complementaria 
En lactantes sanos, se recomienda mantener la lactancia materna de forma exclusiva 
durante los 6 primeros meses de vida, ya que esta cubre las necesidades energéticas 
plenamente. A partir de este momento, comienzan a producirse en el niño cambios físicos 
que aumentan sus necesidades energéticas y nutricionales, por lo que se hace necesario el 
aporte de nutrientes a través de otros alimentos, introduciéndolos de manera progresiva y 
manteniendo la lactancia materna a demanda por el bebé. 
En el caso de lactantes no amamantados que se alimentan con leche de fórmula, no existen 
recomendaciones claras acerca de cuál es el mejor momento de introducción de los 
alimentos complementarios a la leche, aunque la Asociación Española de Pediatría apunta 
que se puede comenzar con estos alimentos entre el cuarto y sexto mes de vida (4). 
Estas pautas de introducción de la alimentación complementaria van dirigidas en todo 
momento a lactantes sanos; siendo no aplicables de igual manera para los recién nacidos 
prematuros, debido a que tienen necesidades nutricionales especiales. 
En cualquier caso, es de gran importancia conocer el momento adecuado de comienzo, 
ya que la introducción tardía de los alimentos complementarios puede suponer una 
afectación en el crecimiento y desarrollo del bebé debido a carencias nutricionales; y del 
mismo modo, una introducción precoz de estos puede desembocar en un aumento de la 
prevalencia de afecciones gastrointestinales y de infecciones, y como consecuencia, 
ingresos hospitalarios (4). 
A pesar de que la edad de referencia establecida por la Organización Mundial de la Salud 
(OMS) para el inicio de la alimentación complementaria sea a los 6 meses de edad, se 
trata de un proceso individualizado en el que también se deben tener en cuenta otros 
factores, ya que no todos los bebés adquieren estas capacidades al mismo tiempo. Por 
tanto, el momento idóneo de comienzo no solo va a depender de la edad del lactante, sino 
de la maduración intestinal y capacidad de digestión y absorción de los nutrientes, así 
como de las habilidades neurológicas y motoras del bebé y del medio social en el que 
convive. Estas características no solo marcarán el cuándo empezar a introducir los 
alimentos complementarios, sino también el cómo introducirlos (10). 
Destacando el desarrollo neurológico del bebé como factor determinante que marcará el 
tipo de consistencia en los alimentos a introducir, hay que considerar que: 
 
6 
 
 Durante los primeros tres meses un lactante sano continúa con reflejos primarios 
como el reflejo de extrusión o los reflejos de búsqueda, succión y deglución, 
además de carecer aún de control cefálico. El reflejo de extrusión de la lengua es 
aquel por el cual el bebé expulsa fuera de la boca cualquier alimento sólido u 
objeto que sea introducido. Debido a este, el bebé evita que el alimento sólido 
permanezca dentro de la boca y que sea digerido. Es por ello que la forma de 
alimentación más adecuada para su nivel de desarrollo es la lactancia materna, o 
en su defecto la leche de fórmula infantil. 
 A los cuatro meses, el lactante sano empieza a manipular los objetos de su 
alrededor, comienza a tener buen control cefálico y desaparece el reflejo de 
extrusión. 
 A los seis meses es capaz de mantenerse en sedestación con apoyo, y de coger los 
objetos y transferirlos de una mano a otra, o de llevárselos a la boca para explorar 
su tamaño, textura, forma, sabor… Así mismo, tiene capacidad de realizar 
movimientos laterales de la mandíbula, comienza la deglución voluntaria y 
aumenta la fuerza de succión. Por consiguiente, se trata del momento clave de 
comenzar con la introducción de la alimentación complementaria, siendo de 4-7 
meses el periodo idóneo para nutrirse con alimentos semisólidos como papillas o 
purés. 
 A los nueve meses, comienza a ser capaz de mantenerse en bipedestación sin 
apoyo, y aprende a utilizar la pinza gruesa o inmadura, por lo que tiene posibilidad 
de coger los alimentos u objetos con mayor precisión y de explorar con objetos 
pequeños. 
 A los 12 meses comienza a tener mayor control muscular, por lo que es capaz de 
manipular libremente los objetos, realizando la pinza índice-pulgar de forma más 
precisa. Así mismo, comienza a realizar movimientos laterales con la lengua, lo 
que le permite mover la comida hacia los lados dentro de la boca, y realizar 
movimientos rotatorios masticatorios. Por estos hitos del desarrollo alcanzados en 
la etapa de 8-12 meses, se trata del momento adecuado para introducir alimentos 
más sólidos como alimentos picados finos, machacados o desmenuzados (10,11). 
 
 
 
7 
 
3.3. Métodos de alimentación complementaria 
La adecuación del bebé a la alimentación complementaria no solo dependerá de la 
disponibilidad y diversidad de los alimentos en el hogar, sino también de las prácticas de 
alimentación llevadas a cabo por los cuidadores principales. 
Actualmente coexisten diversos métodos para la implementación de la alimentación 
complementaria, los cuales presentan diferentes enfoques en cuanto a la forma de 
introducción de los alimentos en los niños: 
 
 Alimentación complementaria tradicional 
La alimentación complementaria tradicional, también llamada alimentación con cuchara, 
se trata de la manera clásica de introducir en el lactante los alimentos distintos a la leche. 
Los cuidadores principales ofrecen con cuchara los alimentos,con textura de puré o 
papilla en el comienzo, incrementando paulatinamente la consistencia de estos en función 
del desarrollo neurológico del bebé, adaptándose a sus requisitos y habilidades. 
Se inicia por tanto con texturas grumosas y semisólidas a los 6 meses de edad, nunca más 
tarde de los 8-9 meses, y se progresa gradualmente a alimentos sólidos machacados y 
desmenuzados hasta los 12 meses, momento en el que el niño será capaz de consumir el 
mismo tipo de alimentos que el resto de miembros familiares. Se deben evitar alimentos 
cuya forma o consistencia pueda causar atragantamiento en los niños, como son los 
caramelos y chicles, los frutos secos, las uvas, las zanahorias crudas, etc (4). 
 
 Alimentación perceptiva 
La alimentación perceptiva consiste en un método de alimentación basado en aspectos 
psicosociales del niño. Se establece una relación de interacción y reciprocidad entre el 
niño y los cuidadores principales, basada en los siguientes pilares: 
× El niño comunica sus necesidades alimentarias de forma verbal y no verbal 
mediante verbalizaciones, acciones motoras, gesticulaciones, sonidos… 
× Los cuidadores atienden las señales de hambre y de saciedad del niño, 
respondiendo de manera rápida de acuerdo con su etapa de desarrollo. 
× Se trata de una relación de confianza, en la que el niño siente calma ya que percibe 
que sus necesidades son cubiertas por los cuidadores. 
 
8 
 
En esta se tienen en cuenta también aspectos psicosociales como el patrón del sueño, la 
actividad física, el tiempo de descanso y las técnicas para calmar al niño; los cuales 
afectan indirectamente al establecimiento de patrones alimentarios en la familia, 
repercutiendo finalmente en la ingesta calórica, peso y salud del niño. 
La alimentación perceptiva se basa en la idea de que una alimentación complementaria 
adecuada no sólo está relacionada con los alimentos que el niño come, sino también con 
el cómo, cuándo, dónde y quién es la figura que lo alimenta (12). 
 
 Alimentación complementaria a demanda 
El término “alimentación complementaria a demanda”, conocido también como 
“alimentación complementaria dirigida por el bebé”, “alimentación autorregulada por el 
bebé”, o más bien como su denominación en inglés “Baby Led Weaning” (BLW), consiste 
en un método alternativo de alimentación complementaria en el cual el lactante es el que 
guía el proceso de introducción de los alimentos desde el comienzo, eligiendo qué comer 
y en qué cantidad; mientras que la figura de los cuidadores principales será la de elegir 
qué alimentos ofrecer, poniéndolos al alcance del niño (4). 
Al ser el bebé el guía de su alimentación, se deben ofrecer alimentos sólidos enteros, 
sanos y seguros, con un tamaño y forma adecuados para que este sea capaz de cogerlos y 
dirigirlos a la boca cuando esté preparado (se recomiendan formas alargadas y estrechas); 
sustituyendo a los alimentos en forma de papilla o puré, administrados por los padres en 
el método de alimentación complementaria tradicional. 
Con este método se concede al lactante un papel más activo, ya que adquiere la autonomía 
de elegir qué, cómo, cuánto y cuándo comer, en lugar de adoptar un rol pasivo, esperando 
ser alimentando por el cuidador principal, el cual introduce el alimento triturado en la 
boca con ayuda de una cuchara (13). 
Estos métodos de alimentación complementaria surgen a partir del año 2002, momento 
en el que la OMS estableció un cambio en las recomendaciones de alimentación del 
lactante. Anteriormente, recomendaba la lactancia materna exclusiva hasta los 4 meses 
de edad, instante en el que se debían introducir los alimentos complementarios. Sin 
embargo, estas recomendaciones quedaron obsoletas y se retrasó la edad de introducción 
de la alimentación complementaria a los 6 meses, ya que los estudios afirmaron que con 
 
9 
 
la LM exclusiva se aportan los nutrientes necesarios para un óptimo desarrollo, además 
de estar asociada a una mayor protección frente a enfermedades (6). 
A partir de este cambio, tanto padres como sanitarios pusieron el foco en la introducción 
de estos alimentos complementarios, proponiendo nuevos cambios y sentidos. Desde 
entonces, en países como Reino Unido o Nueva Zelanda, comenzaron a surgir métodos 
alternativos de alimentación complementaria (14), otorgando al bebé un papel más 
independiente en su proceso de alimentación, como es el Baby Led Weaning. 
Esta tendencia fue promovida en Reino Unido por Gill Rapley, enfermera pediátrica y 
matrona. En sus estudios sobre la alimentación y desarrollo infantil pudo observar el 
rechazo del bebé a la alimentación con papillas y purés mediante cuchara, lo que le hizo 
elaborar las bases de este nuevo método alternativo de alimentación complementaria, 
basándose en la idea de que, si el lactante disponía de la capacidad para alimentarse a 
demanda con la leche materna en el primer semestre de vida, este debía ser capaz de 
realizarlo del mismo modo en la introducción de nuevos alimentos (15). 
Tras la publicación de su libro: “Baby-Led Weaning: Helping your baby to love good 
food” en el año 2008, en el cual define el método y cómo ponerlo en práctica (16), este 
adquirió gran popularidad, especialmente entre los países anglosajones del norte de 
Europa. Posteriormente, comenzó a extenderse a través de redes sociales, foros y blogs 
en internet, llegando países como España, donde ha tomado gran repercusión, 
principalmente a través de foros de opinión y de plataformas virtuales como YouTube, 
donde padres cuentan sus experiencias con el método. 
 
 Baby Led Introduction to Solids (BLISS) 
Posterior al método BLW, surge el “Baby Introduction to Solids” (BLISS), que consiste 
en una versión modificada del primero, creado en base a ciertas limitaciones de este 
último. Tanto padres como profesionales de salud percibieron que con el método BLW 
podría existir riesgo potencial de atragantamiento en el lactante, así como deficiencias de 
nutrientes como el hierro, y por tanto, repercusiones en el crecimiento del niño. 
El método BLISS alienta a padres a continuar con el enfoque de introducción de alimentos 
complementarios dirigido por el bebé, pero con ciertas modificaciones para tratar estas 
preocupaciones. Así, este método resalta la importancia de ofrecer al bebé una mayor 
 
10 
 
oferta y variedad de alimentos con alto contenido en hierro y energía, al igual que reducir 
la cantidad de alimentos con alto riesgo de asfixia, como son: alimentos duros, pequeños, 
secos, con forma de moneda o alimentos que se deshagan en la boca (17). 
 
3.4. Justificación 
Dada la importancia que tiene una adecuada alimentación del lactante para obtener un 
desarrollo y crecimiento óptimo, ligado al aumento de la prevalencia de problemas 
alimenticios en la infancia como el sobrepeso y la obesidad, se hace necesario reforzar la 
promoción y prevención de estos problemas de salud. 
La Organización Mundial de la Salud cataloga la obesidad infantil como la mayor crisis 
mundial de salud pública (18), declarándose en 2004 como la epidemia del siglo XXI. En 
el año 2014, 41 millones de niños de 0 a 5 años presentaban sobrepeso u obesidad, cifras 
que van en aumento en todos los países, estimándose que para el año 2025 se alcancen 
los 70 millones de casos de obesidad infantil en todo el mundo (19). Se trata de un 
problema importante de salud pública debido a su alta prevalencia y asociación a otras 
enfermedades, que debe ser tratado y prevenido desde la infancia temprana. Su origen 
parte de una interacción genética con el ambiente y conducta del niño (19), por lo que los 
estilos de vida y hábitos de alimentación que se adquieran en la infancia son claves para 
evitar este problema. 
Una de las funciones de la Enfermería en las consultas pediátricas de Atención Primaria 
es la de promover hábitos alimenticios saludables en la infancia, constando asíen la 
cartera de servicios estandarizados de la comunidad de Madrid, la cual indica que se debe 
ofrecer consejo a padres acerca de la promoción de la lactancia materna y la introducción 
progresiva de los alimentos (20). 
En vista de la relevancia que tiene el papel de enfermería en el asentamiento de pautas 
correctas de alimentación en el niño, asociada a la diversidad de recomendaciones acerca 
de cuál es la forma más adecuada de introducción de la alimentación complementaria en 
el bebé y al aumento de la popularidad de este nuevo método alternativo al tradicional, el 
Baby-Led Weaning, se hace necesario recoger información basada en evidencia científica 
acerca de cuál es su funcionamiento, conociendo qué beneficios e inconvenientes 
comprende y la repercusión que estos tienen en la salud de los lactantes, con el objetivo 
final de ofrecer a los padres información segura y eficaz. 
 
11 
 
3.5. Objetivos 
El objetivo general de este trabajo es: 
- Determinar los beneficios y los riesgos de la alimentación complementaria 
dirigida por el bebé (método Baby-Led Weaning). 
En cuanto a los objetivos específicos, se encuentran: 
- Identificar los efectos del uso del método BLW sobre el comportamiento 
alimentario del bebé y el desarrollo de sobrepeso y obesidad. 
- Conocer cuál es la experiencia y los sentimientos de las madres y padres que han 
utilizado el método BLW. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
12 
 
4. MÉTODO 
Se realiza una revisión narrativa de la literatura científica acerca del método de 
alimentación complementaria a demanda por el bebé (Baby-Led Weaning). 
Para desarrollar la revisión y dar respuesta a los objetivos planteados se ha llevado a cabo 
una búsqueda bibliográfica en diferentes bases de datos científicas, tales como: PubMed, 
Cochrane Library, Cinahl, Web Of Science (WOS), Cuiden y PsicoInfo. 
Las palabras clave utilizadas en las respectivas bases de datos, reflejadas en las tablas 1 
y 2, corresponden tanto a lenguaje libre como lenguaje controlado, haciendo uso de los 
descriptores de ciencias de la salud (DesCS) y de los tesauros de lenguaje controlado 
(MESH). 
Tabla 1. Términos en lenguaje controlado, DesCS y MESH 
Término DesCS MESH 
Comportamiento alimentario Conducta Alimentaria Feeding Behavior 
Obesidad Obesidad Obesity 
Sobrepeso Sobrepeso Overweight 
Enfermería Enfermería Nursing 
Padres Padres Parents 
 Fuente: elaboración propia 
Tabla 2. Términos en lenguaje libre 
Lenguaje libre Inglés 
Alimentación complementaria liderada por el 
bebé 
Baby-Led Weaning BLW 
Beneficios Benefits 
Riesgos Risks 
Experiencia Experience 
Fuente: elaboración propia 
 
 
13 
 
Con el fin de seleccionar artículos con información pertinente, se utilizaron los siguientes 
límites: artículos publicados en los últimos 5 años y literatura en inglés, español y 
portugués. 
Como criterios de inclusión se tuvieron en cuenta: estudios cualitativos y cuantitativos 
que tengan una estructura de texto científico (IMR y D), revisiones sistemáticas y 
revisiones narrativas que aborden el método de alimentación complementaria Baby-Led 
Weaning. En cuanto a los criterios de exclusión se consideraron: artículos que no tengan 
estructura de texto científico y artículos que no aborden el tema en cuestión. 
Para la realización de las búsquedas en las bases de datos se utilizó la combinación de los 
operadores booleanos “AND” Y “OR”. 
Se obtuvo un total de 383 artículos en todas las bases de datos. Tras una primera lectura 
del título y resumen se seleccionaron 48 que cumplían los criterios de inclusión. 
Finalmente, tras la lectura del texto completo y utilizando el método de lectura crítica 
CASPE se seleccionaron 23 artículos desestimando los artículos repetidos (ver Tabla 3). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
14 
 
Tabla 3. Cadenas de búsqueda y resultados 
Base de 
datos 
Sentencia de búsqueda Nª de 
artículos 
obtenidos 
Nº artículos 
seleccionados 
PubMed (( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Benefit*"[All Fields] OR “Risk*”[All 
Fields])) 
39 6 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Overweight"[MeSH Terms] OR 
"Obesity"[MeSH Terms])) 
9 2 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND "Feeding behavior"[MeSH Terms]) 35 4 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Experience"[All Fields] OR 
"Parents"[MeSH Terms])) 
37 5 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND “Nursing"[MeSH Terms]) 23 0 
Cochrane (( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Benefit*"[All Fields] OR “Risk*”[All 
Fields])) 
12 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Overweight"[MeSH Terms] OR 
"Obesity"[MeSH Terms])) 
1 0 
 
15 
 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND "Feeding behavior"[MeSH Terms]) 8 0 
 (( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Experience"[All Fields] OR 
"Parents"[MeSH Terms])) 
8 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND “Nursing"[MeSH Terms]) 0 0 
Cinahl (( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Benefit*"[All Fields] OR “Risk*”[All 
Fields])) 
14 3 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Overweight"[MeSH Terms] OR 
"Obesity"[MeSH Terms])) 
8 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND "Feeding behavior"[MeSH Terms]) 6 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Experience"[All Fields] OR 
"Parents"[MeSH Terms])) 
20 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND “Nursing"[MeSH Terms]) 16 0 
WOS (( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Benefit*"[All Fields] OR “Risk*”[All 
Fields])) 
40 1 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Overweight"[MeSH Terms] OR 
"Obesity"[MeSH Terms])) 
16 0 
 
16 
 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND "Feeding behavior"[MeSH Terms]) 20 0 
 (( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Experience"[All Fields] OR 
"Parents"[MeSH Terms])) 
41 1 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND “Nursing"[MeSH Terms]) 6 0 
Cuiden (( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Benefit*"[All Fields] OR “Risk*”[All 
Fields])) 
2 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Overweight"[MeSH Terms] OR 
"Obesity"[MeSH Terms])) 
0 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND "Feeding behavior"[MeSH Terms]) 0 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Experience"[All Fields] OR 
"Parents"[MeSH Terms])) 
1 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND “Nursing"[MeSH Terms]) 0 0 
PsycInfo (( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Benefit*"[All Fields] OR “Risk*”[All 
Fields])) 
3 1 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Overweight"[MeSH Terms] OR 
"Obesity"[MeSH Terms])) 
3 0 
 
17 
 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND "Feeding behavior"[MeSH Terms]) 5 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND ("Experience"[All Fields] OR 
"Parents"[MeSH Terms])) 
7 0 
(( “Baby-Led Weaning”[All Fields] OR "BLW"[All Fields]) AND “Nursing"[MeSH Terms]) 3 0 
TOTAL 23 
Fuente: elaboración propia 
 
 
 
 
 
 
 
18 
 
5. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 
Tras la búsqueda realizada en las diferentes bases de datos se obtuvo un total de 23 
artículos (Anexo I). 
Según su tipología, el 61% son trabajos de investigación, correspondientes a estudios 
descriptivos longitudinales y transversales. El 39% restante corresponde a revisiones 
sistemáticas de la literatura. Se establecieron las siguientes categorías de análisis (ver 
gráfico1): 
- Beneficios y riesgos del método Baby-Led Weaning. 
- Relación del método BLW con el sobrepeso/obesidadinfantil. 
- Relación del método BLW con el comportamiento alimentario del niño. 
- Experiencias y sentimientos de los padres que llevan a cabo el método BLW de 
alimentación complementaria. 
Gráfico 1. Categorías de análisis 
Fuente: elaboración propia 
 
5.1. Beneficios y riesgos del Baby-Led Weaning 
Riesgo de asfixia 
D'Auria E et al. (21), encontraron que no existen diferencias significativas en la incidencia 
de asfixia en los bebés entre el método BLW y el método de destete tradicional. Gómez 
MS et al. (22) y Utami AF et al. (23) concuerdan con estos, sin embargo, apuntan que la 
práctica del BLW está expuesta a posible asfixia y que, en comparación con esta, el 
50%
8%
21%
21%
Beneficios y riesgos del BLW
BLW y obesidad/sobrepeso
BLW y comportamiento
alimentario
Experiencia de los padres con
BLW
 
19 
 
método BLW modificado (BLISS) es menos propenso a ofrecer alimentos que pongan en 
riesgo de atragantamiento al bebé, ya que enseña a los padres a distinguir y evitar los 
alimentos relacionados con el riesgo de asfixia, por lo que sería más efectivo que el BLW 
clásico. Debido a esto los padres que tienen una mayor seguridad en cuanto al control del 
atragantamiento en su bebé optan por el método BLW, y aquellos que se sienten más 
inseguros se asignaban al método BLISS. 
Calabuig I et al. (24) refieren que con el BLW existe un menor riesgo de asfixia que con 
el método tradicional debido a que al ofrecer exclusivamente alimentos en forma de puré 
se le enseña al bebé a tragar sin masticar primero. Argumento apoyado por Pesch MH et 
al (25), que mencionan que con el método BLW se estimula al bebé mediante los 
alimentos sólidos y se desarrollan mejores habilidades de masticación. 
Brown A (26) concuerda con los autores anteriores, refiriendo que en todos los grupos 
existen episodios aislados de atragantamiento y que el mayor número de estos ocurrió 
entre aquellos que siguen un enfoque tradicional, ya que cuanto mayor es el uso de 
cucharas y purés mayores son los episodios de atragantamiento. Explican que esto es 
debido a que, además de tener menos práctica con alimentos sólidos y por ello menos 
habilidades de masticación, su dieta contiene una mayor cantidad de alimentos ofrecidos 
en forma de puré con grumos, los cuales suponen un peligro potencial: los bebés están 
acostumbrados a purés suaves y cuando encuentran un grumo no saben si es algo que se 
puede tragar o que se debe masticar, por lo que deducen que simplemente deben tragarlos, 
causando episodios de asfixia. 
No obstante, no se trata de una muestra aleatoria sino no autoseleccionada por los autores 
sobre aquellos bebés que seguían un enfoque BLW estricto “ideal”, dejando de lado otros 
niños que tuviesen problemas de salud o de alimentación, los cuales tienen mayor 
probabilidad de atragantarse. Así mismo, al no incluir otras variaciones de BLW en el 
estudio se descartó involuntariamente a bebés con un temperamento más complejo o 
aquellos cuyas madres son más ansiosas y se preocupan más por el riesgo de 
atragantamiento, ya que estas suelen optar por otros métodos más seguros, como el BLW 
flexible. También cabe destacar que se trata de una muestra de madres proactivas con alto 
nivel educacional que accedieron al estudio a través de internet, disponen de mayores 
conocimientos o acceso a información que otras sin este recurso. Igualmente, al tratarse 
de un estudio retrospectivo puede existir un posible sesgo de recuerdo, viéndose afectados 
 
20 
 
los resultados por la culpa y preocupación materna ante los posibles atragantamientos del 
bebé o el deseo de que el método BLW elegido sea el más seguro. Además, al tratarse de 
un estudio descriptivo no es posible establecer relaciones causales con los resultados 
obtenidos. 
En cuanto al BLW y su método modificado, el BLISS, Boswell N (27) apunta que no 
existen diferencias significativas entre ambos, aunque expresan que se producen mayores 
casos de asfixia en el BLW. Sin embargo, el autor no lo relaciona con el método elegido, 
sino con el nivel de conocimientos de los padres. Al igual que D'Auria E et al. (21), 
Boswell N refiere que padres con mayor nivel educativo optan por el método BLW, para 
el cual la “confianza” y el conocimiento de los alimentos más peligrosos es un factor 
clave, y que el riesgo aumentaría si los padres no cuentan con la suficiente información y 
no siguen las pautas recomendadas. Brunner O et al. (28) citando a los autores Fangupo 
LJ et al. refieren que (29): 
“Los bebés que siguen un enfoque de alimentación autodirigido (BLW, BLISS) y 
que incluyen consejos para minimizar el riesgo de asfixia no parecen ahogarse 
más que los bebés que siguen prácticas de alimentación más tradicionales. Sin 
embargo, la gran cantidad de niños en ambos grupos a los que se les ofrecen 
alimentos que representan un riesgo de asfixia es preocupante.” 
Todos los artículos coinciden en que existe cierto riesgo de atragantamiento en el bebé a 
la hora de introducir alimentos sólidos independientemente del método de alimentación 
complementaria que se lleve a cabo. Es cierto que el método BLISS se relaciona con 
menos casos de asfixia debido a que se ofrecen pautas sobre qué alimentos son los más 
recomendados. Se puede apreciar por tanto que la importancia reside en que los padres 
reciban una adecuada información y lleven a cabo las pautas de recomendación de los 
profesionales. Aquellos que deseen introducir alimentos sólidos a su bebé necesitan una 
mejor y más profunda educación nutricional, precisando consejos sobre qué alimentos 
son más óptimos y vigilar aquellos que tienen más riesgo de aspiración y asfixia, además 
de conocer métodos adecuados de preparación de los alimentos para que estos sean 
seguros y de este modo evitar los posibles riesgos para el bebé. 
Según Brunner O et al. (28), se deben enseñar a los padres técnicas de primeros auxilios 
como la maniobra de Heimlich y en etapas más tempranas se deben evitar todos aquellos 
alimentos que estén relacionados con un mayor riesgo de asfixia: aquellos con forma 
 
21 
 
redondeada u ovalada, pequeña y dura que puedan causar obstrucción de la vía aérea 
como salchichas, manzana, zanahoria, cerezas, uvas, lechuga, tomates cherry enteros, 
guisantes, frutos secos enteros, patatas fritas, palomitas, caramelos, golosinas… 
 
Déficit de hierro 
D'Auria E et al. (21) refieren que el BLW podría suponer un método no seguro en cuanto 
al consumo de hierro en comparación con otros métodos de alimentación 
complementaria. Boswell N (27) afirma que no existen diferencias en el nivel total de 
hierro en el organismo de los bebés que siguen un método u otro, en cambio, en el BLW 
los alimentos ofrecidos tienen menos cantidad de hierro, por lo que la ingesta es 
sustancialmente menor y no se consiguen alcanzar las recomendaciones de la OMS (21, 
27). Refiere, al igual que D'Auria E et al. (21), Fu X et al. (30) y Hanindita MH et al. (31) 
que esto es debido a que los primeros alimentos ofrecidos en el BLW son aquellos más 
fáciles de agarrar y tragar como las frutas y las verduras al vapor, las cuales tienen menos 
niveles de hierro, dejando de lado alimentos más duros como las carnes rojas. En 
comparación, el método tradicional opta por introducir alimentos con mayores cantidades 
como purés de carne, fórmulas o cereales fortificados con hierro. 
Gómez MS et al. (22) y Alpers B et al (32) apoyan del mismo modo esta idea, añadiendo 
que otra de las causas de la deficiencia de hierro en los lactantes que siguen el método 
BLW es que este se asocia a una mayor duración de la LM e incorporación más tardía o 
lenta de los alimentos complementarios, por lo que proporcionan a sus bebés una menor 
e insuficiente cantidad de hierro. 
Ya se mencionó en estudios anteriores (6) que a partir de los 6 meses de vida la lactancia 
materna exclusiva comienza a ser insuficiente para cubrir los requerimientosdel lactante, 
especialmente la cantidad de hierro, ya que sus reservas se agotan entorno a los 4-6 meses 
de edad precisando de otros alimentos ricos en este micronutriente como carnes o 
legumbres. Por tanto, padres que optan por una mayor duración de la LM, ofreciendo 
menor importancia a la alimentación complementaria, estarán aportando una cantidad 
menor a la recomendada por la OMS, pudiendo ocasionar uno de los problemas de salud 
más comunes en la infancia: la anemia ferropénica, la cual puede provocar daños 
irreparables en la función cognitiva del bebé (32). 
 
22 
 
Rowan H et al. (33) refuerzan la idea de que con el método BLW, en comparación con el 
destete tradicional, existe un menor consumo de hierro, aunque añade que estas 
diferencias están presentes únicamente al principio del destete y que desaparecen a 
medida que los bebés aumentan la variedad y cantidad de alimentos de su dieta. 
No obstante, el cuestionario que utilizan los autores sobre la ingesta de alimentos para 
valorar el nivel de hierro consiste en un diario de alimentos consumidos en las últimas 
24h, lo que no permite su generalización, debiéndose realizar cuestionarios más duraderos 
en el tiempo. 
Por otro lado, D'Auria E et al. (21) y Utami AF et al. (23) refieren que el BLISS es un 
método más seguro a la hora de prevenir la deficiencia de micronutrientes, ya que ofrece 
sus propias pautas de alimentación en las que se exponen y recomiendan aquellos 
alimentos más ricos en hierro. 
Se puede apreciar que todos los artículos concuerdan que el método BLW podría no ser 
seguro en cuanto al consumo de hierro, ya que se ofrecen cantidades menores a las 
recomendadas. Las diferencias que existen en los niveles de hierro de los lactantes entre 
un método u otro son debidas a las variedades en la dieta de estos, en especial en términos 
de primeros alimentos ofrecidos. Por tanto, si los padres no reciben la información 
necesaria sobre qué alimentos tienen mayor o menor cantidad de hierro, desconocerán si 
están aportando las cantidades necesarias de este nutriente para el adecuado desarrollo 
inmunitario y cognitivo de su bebé. Es por ello que el método más adecuado es el BLISS, 
ya que permite llevar a cabo un destete autodirigido por el bebé asegurándonos de que le 
estamos ofreciendo los micronutrientes necesarios al haber informado a los padres sobre 
cuáles son los alimentos adecuados para ello. Otra opción es llevar a cabo un método 
BLW flexible, el cual consiste en combinar el método BLW con algunas comidas con 
cuchara, asegurándonos de que el bebé toma las cantidades necesarias de hierro a través 
de purés, cereales o fórmulas fortificadas con hierro. Calabuig I et al. (24) refieren que 
numerosas familias flexibilizan el método BLW y lo combinan con la alimentación con 
cuchara con el fin de asegurar en su bebé una ingesta óptima de hierro, permitiendo que 
estos alimentos con mayores cantidades de hierro entren dentro de la dieta del lactante. 
En general, los estudios consultados muestran que los niveles de hierro son insuficientes 
en la mayoría de lactantes que están llevando a cabo la introducción de alimentación 
 
23 
 
complementaria, por lo cual se trata de un micronutriente al que se debe prestar especial 
atención. 
 
Beneficios 
Pesch MH et al (25) refieren que con el método BLW los bebés comienzan antes a adquirir 
una mayor autonomía en cuanto a su relación con la comida. Los padres que siguen este 
método no se preocupan ni presionan tanto a sus hijos con los alimentos que deben comer, 
por lo que son los bebés los que controlan y atienden sus señales internas de hambre y 
saciedad eligiendo cuándo y cuánto comer. 
D'Auria E et al. (21), Gómez MS et al. (22) y Boswell N (27), llegaron a las mismas 
conclusiones, afirmando que el método BLW se asocia a una mejor respuesta y 
autorregulación de la saciedad, además de una menor sensibilidad por la comida y una 
mayor autonomía en el control de los alimentos a ingerir en comparación con los bebes 
alimentados de forma tradicional. 
Por lo tanto, ambos artículos afirman que el método BLW podría ser el más adecuado 
para la introducción de los alimentos complementarios en cuestión de promoción de la 
autonomía del infante, ya que se relaciona con el desarrollo del control de la saciedad y 
el apetito. Mediante estas señales internas de hambre y saciedad los bebés autorregulan 
los alimentos y comen en función de sus propios requerimientos, lo que evita que coman 
más de lo que necesitan y ganen peso rápidamente a temprana edad. Ya durante la LM a 
demanda se crean estas condiciones en las que el bebé regula su propia ingesta, ya que 
esta contiene hormonas clave, la leptina y la grelina, que actúan regulando el sistema 
apetito-saciedad del niño (34). Sin embargo, esta facilidad de detección del hambre y la 
saciedad se va perdiendo y dificultando a medida que el niño crece, por lo que se debe 
seguir estimulando desde el comienzo de la alimentación con sólidos. Llevar a cabo estos 
comportamientos alimentarios durante la infancia está relacionado con prácticas de 
alimentación más saludables en la edad adulta, además de ser hábitos que se asocian con 
una menor predisposición a desarrollar sobrepeso y obesidad infantil (25). 
Otro de los beneficios que informan Pesch MH et al (25) es que el BLW mejora las 
relaciones familiares durante las comidas. Los lactantes comen los mismos alimentos que 
el resto de miembros de la familia, por lo que pueden participar y adaptarse a las comidas 
con mayor facilidad. Así mismo, hace que exista una mayor exposición a diferentes 
 
24 
 
comidas y gran variedad de alimentos desde el comienzo, influyendo en el desarrollo de 
las preferencias alimentarias: exploran nuevas texturas y se favorece una mayor 
interacción con la comida, lo que desembocará en una mejor aceptación de los alimentos 
en el futuro con preferencias por alimentos más saludables. 
Arantes ALAE et al. (35) concuerdan con los artículos anteriores, añadiendo que 
participar en las comidas con la familia supone un periodo clave de aprendizaje infantil y 
formación de conductas alimentarias, ya que la imitación de los otros es uno de sus 
aspectos clave, con la admisión de estímulos que pueden perdurar hasta la edad adulta. 
En cuanto a estas conclusiones, hay que seguir ciertas precauciones y controlar qué 
alimentos se ofrecen durante las comidas familiares, ya que en ocasiones pueden no ser 
los más adecuados para los niños, generalmente por su forma de cocinado o las cantidades 
de sal y azúcar. Si la familia consume alimentos poco saludables como comidas 
procesadas, productos con gran cantidad de sal, azúcares, o grasas; el bebé también los 
consumirá. 
Brunner O et al. (28) refieren que todos los miembros de la familia deben comer los 
mismos alimentos, siendo estos alimentos sanos y naturales en todo momento, aunque se 
requiere realizar ciertas adaptaciones para los bebés: modificar y evitar algunos aliños 
como las especias, el aceite y las salsas, así como regular la cantidad de sal. En cuanto a 
la consistencia, se deben ofrecer desde el principio alimentos sólidos, aunque puede que 
el lactante se canse de masticarlos ya que no dispone del mismo desarrollo de las 
habilidades de masticación que el resto de miembros, por lo que cuando esto ocurra se 
pueden cortar, triturar o desmenuzar para favorecer su masticación. 
Otro de los beneficios que genera que se incentive al bebé a participar activamente en las 
comidas, relacionándose con nuevos alimentos y conociendo diferentes con las que 
interactúa con sus propias manos y dirige a su boca, es que el bebé activa su sistema 
sensorial y desarrolla sus habilidades motoras finas (22). Según Brunner O et al. (28) para 
que el bebé fomente su aprendizaje y experimente con la comida se le deben ofrecer 
alimentos con diferentes olores, colores, formas, texturas, consistenciasy sabores, los 
cuales los chuparán, morderán y jugarán. 
De este modo, el BLW también promueve un desarrollo más rápido de las habilidades 
motoras orales de masticación y resistencia, ya que se alimenta de comida sólida para la 
cual es necesario saber masticar adecuadamente (27). Brunner O et al. (28) encontraron 
 
25 
 
que incentivar el desarrollo de una adecuada masticación durante este periodo de vida 
aportará numerosos beneficios, tanto en el presente momento como en el futuro, 
influyendo en el desarrollo de la saciedad, en una óptima absorción de nutrientes y en una 
adecuada formación de la cavidad oral del niño. 
Addessi E et al. (36) afirman que los bebés asignados a un método de alimentación 
complementaria autodirigida (BLW) se relacionaban con una mayor probabilidad de 
adquisición temprana de hitos importantes del desarrollo, asociándose las comidas 
familiares con la adquisición de habilidades como sentarse sin apoyo a una edad más 
temprana. Por otro lado, encontraron que el método de destete tradicional se relacionó 
con gatear a una edad más temprana. Adicionalmente, refieren que BLW podría estar 
relacionado con la promoción del desarrollo del lenguaje debido a que este método lleva 
a los bebés a desarrollar habilidades motoras finas y orales relacionadas con este, además 
de que comer junto a los miembros de la familia ofrece oportunidades para modelar el 
lenguaje y adquirir vocabulario. 
Sin embargo, no es posible establecer una relación causal entre el desarrollo motor y de 
habilidades del bebé con la dieta que consuman, ya que no se trata de un estudio 
experimental, se utilizaron instrumentos no validados para la valoración del desarrollo 
motor, además de que en el desarrollo cognitivo y motor del bebé participan otros factores 
además de la dieta y el comportamiento alimentario. Del mismo modo, el corto periodo 
de tiempo de análisis de los bebés implicado en el estudio (6-12 meses) no es suficiente 
para evaluar el desarrollo del habla y establecer relaciones causales entre ambos factores. 
Por otro lado, la muestra posee ciertas características culturales que la hacen no 
representativa: en la cultura italiana las madres suelen ser más propensas a alimentar 
activamente a sus bebés, con mayor preferencia por métodos de alimentación con 
cuchara, así como ser un país donde comer es considerado una actividad social, 
ofreciéndole gran importancia a las comidas en familia. 
Todos los artículos refieren que no existe una definición establecida de BLW por lo que 
cada autor tuvo que definir lo que consideraba BLW, pudiendo existir diferencias entre 
unas concepciones u otras y de este modo obtener resultados dispares y no concluyentes. 
Por lo tanto, se requiere de definiciones más claras y comunes tanto de BLW como de 
alimentación tradicional y todas sus variantes, así como de realización de más estudios 
 
26 
 
con muestras representativas de todas las culturas para investigar los beneficios y riesgos 
de ambos enfoques controlando la variabilidad y obteniendo resultados representativos. 
En general, los artículos concuerdan en que llevar a cabo un método de alimentación 
complementaria dirigido por el bebé podría ofrecer beneficios como una mayor 
autonomía en el proceso de alimentación, desarrollo de habilidades cognitivas y motoras, 
autorregulación de la saciedad, mejora de las relaciones familiares y adquisición de 
prácticas de alimentación más saludables. 
 
5.2. Relación del BLW con el sobrepeso/obesidad del bebé 
Jones SW et al. (37) encontraron que no existen diferencias significativas en el peso o 
IMC entre los lactantes que seguían el método BLW y los que optaban por la alimentación 
tradicional con cuchara, sin embargo, estos últimos evidenciaron tallas mayores que los 
que eran alimentados con BLW. Explican que esto es debido a las diferencias en la dieta 
de cada método: los bebés que siguen el método tradicional son más propensos a ser 
alimentados con leches de fórmula o cereales fortificados, los cuales están relacionados 
con una mayor longitud. Afirman que hay que tener cierta precaución con estos alimentos, 
ya que son preparados con altas cantidades de proteínas, las cuales promueven un 
crecimiento y aumento de peso rápido, siendo este un factor de riesgo de desarrollo de 
sobrepeso y obesidad a largo plazo debido a que el crecimiento rápido de la longitud en 
la infancia es un predictor de obesidad en la edad adulta. 
En cuanto a estos resultados, el corto periodo de tiempo en el que se analiza a los bebés 
(de 3 a 12 meses) puede no ser suficiente para evidenciar los efectos que tienen los 
diferentes métodos de alimentación complementaria en el peso y crecimiento del bebé. A 
pesar de esto, en el estudio se menciona a los autores Townsend E et al. (38), los cuales 
demostraron que con el tiempo los niños preescolares que llevaron a cabo un enfoque de 
destete dirigido por el bebé (BLW) son menos propensos a desarrollar sobrepeso en 
comparación con aquellos que siguieron el método tradicional, por lo que sí pueden existir 
diferencias significativas en el peso a lo largo de los años. 
En el desarrollo de sobrepeso u obesidad del lactante no solo influye el tipo de 
alimentación llevada a cabo en un método u otro, sino también el tipo de lactancia 
ofrecida, la duración de la misma y el momento de introducción de los alimentos 
complementarios. De este modo, tanto la LM exclusiva prolongada como una 
 
27 
 
introducción tardía de la alimentación complementaria actúan como un factor protector 
ante el desarrollo del sobrepeso (39). Martinón-Torres N et al. (39) encontraron que los 
bebés del grupo de alimentación complementaria tradicional tenían valores de peso más 
altos que los alimentados con el método BLW, informando que en la mayoría de los 
estudios los bebés del grupo BLW eran amamantados exclusivamente durante más tiempo 
que los del grupo de alimentación complementaria tradicional. 
Watson S et al. (40) concuerdan con estos resultados, añadiendo que el momento de 
introducción de alimentos fue más temprano en el grupo de alimentación complementaria 
y más tardío en el BLW, acercándose en más ocasiones a la edad recomendada. Explican 
que esto se debe a que este método requiere que los bebés hayan adquirido las habilidades 
de sentarse por sí mismos, mantener la cabeza y tener coordinación eficaz en las manos, 
por lo que los padres lo demoran más para asegurarse de que sus bebés cumplan con estos 
criterios. 
Por consiguiente, se aprecia que en el método BLW se da tanto un mayor mantenimiento 
de la LM exclusiva como una introducción tardía de los alimentos complementarios, 
factores asociados con un menor riesgo de desarrollar problemas de peso en la infancia. 
A pesar de que prolongar la LM exclusiva y posponer la introducción de los alimentos 
complementarios pueda proteger frente al desarrollo del sobrepeso y la obesidad, las 
últimas recomendaciones, realizadas por el Comité de Nutrición de la Asociación 
Española de Pediatría (AEP) en 2006, refieren que el momento de introducción de la 
alimentación complementaria no se debe atrasar más allá de los 6 meses de vida debido 
a que puede ocasionar problemas de salud en el lactante como: retraso en el crecimiento 
y desnutrición por bajo aporte de energía y nutrientes, anemias por déficit de hierro y cinc 
y retraso en el desarrollo de habilidades orales como las de masticación (6). 
D'Auria E et al. (21), Gómez MS et al. (22) y Calabuig I et al. (24) llegaron a las mismas 
conclusiones que los autores anteriores. Este último añade que otra de las razones que 
justifican el menor peso en el grupo BLW es que con este método los niños tienen un 
menor control paterno sobre la cantidad de comida que ingieren, por lo que son capaces 
de autorregular su apetito y generar una mejor respuesta a la saciedad. Esto conlleva que 
los bebés coman según sus necesidadesy requerimientos, en comparación con el método 
tradicional, en el cual los bebés pierden la oportunidad de regular su ingesta ya que es el 
padre el que controla cuánto come el bebé. Esto afecta finalmente al peso, ya que prácticas 
 
28 
 
más restrictivas y de control de la alimentación por los padres se relacionan con mayores 
ganancias de peso e IMC más altos. 
Todos los estudios concuerdan con que el método BLW se relaciona con un menor riesgo 
de desarrollar sobrepeso tanto a corto como largo plazo en el bebé en comparación con 
otros métodos de alimentación complementaria más tradicionales. Sin embargo, se trata 
de un área poco investigada hasta el momento y sin apenas estudios experimentales que 
apoyen la relación entre ambos factores, por lo que hay que tener precaución a la hora de 
extrapolar dichos resultados, necesitándose más estudios para controlar los posibles 
factores de confusión. Además, hay que tener en cuenta que en el desarrollo de la 
obesidad/sobrepeso influyen otros factores más allá del tipo de alimentación llevada a 
cabo, los cuales no se incluyen en los estudios. 
 
5.3. Relación del BLW con el comportamiento alimentario del niño 
Komniou S at al. (41) llegaron a la conclusión de que los padres que optan el método 
BLW son menos exigentes con la alimentación de sus hijos, ofreciendo desde el principio 
los mismos alimentos que comen ellos y sin preocuparse tanto por aumentar el consumo 
de alimentos, lo que se relaciona con una alimentación menos instrumental y más 
emocional, ya que se alimenta en base a sus emociones. Sin embargo, en el destete 
tradicional existe una mayor preocupación por la alimentación del bebé, recurriendo con 
mayor frecuencia al asesoramiento de los profesionales de la salud para obtener pautas 
correctas de alimentación, además de ofrecer alimentos en forma de purés y no alimentos 
semejantes a los que consume la familia. Afirman que la etapa de la alimentación 
complementaria es un momento clave en el cual se establecen hábitos alimentarios que 
se mantienen en el futuro. Los bebés no tienen preferencia por ningún sabor en específico, 
por lo que aceptan por igual tanto el salado, como el dulce, agrio, amargo y umami; 
tratándose de una oportunidad para introducir todo tipo de alimentos. Mencionan que los 
bebés que consumen precozmente todos los sabores y texturas tienen una mayor 
aceptación de todo tipo de alimentos posteriormente, demostrando por ejemplo que la 
introducción de frutas y verduras en esta etapa da como consecuencia un mayor consumo 
de estas durante la niñez. Los padres del método de destete tradicional ofrecen a sus hijos 
alimentos y purés suaves, sin fuertes sabores, lo que hace que si se mantiene durante un 
largo periodo de tiempo se pierda el intervalo crítico de aprendizaje de nuevos sabores. 
 
29 
 
También refieren que se trata de una ventana de aprendizaje de texturas de los alimentos. 
La introducción temprana de todo tipo de texturas a los bebés promueve una mayor 
aceptación de estas en el futuro, reduciendo la irritabilidad y otros problemas relacionados 
con los alimentos en la niñez. Así mismo, esta introducción de variables texturas fomenta 
el desarrollo de las habilidades motoras orales y en consecuencia de habilidades del habla. 
El estudio cuenta con una muestra representativa ya que los padres fueron reclutados a 
través de distintos medios: foros de opinión, redes sociales, centros infantiles locales o 
del boca a boca, por lo que cuentan con las mismas oportunidades y nivel educacional, 
evitando así variabilidad en los resultados. Comprende ciertas limitaciones como las 
relacionadas con los estudios retrospectivos acerca del recuerdo, ser una muestra 
seleccionada por los autores y la imposibilidad de establecer relaciones claras y 
extrapolables por ser un estudio transversal. 
Watson S et al (40) encontraron que, en cuanto a la neofobia infantil o evitación de los 
alimentos, no existen diferencias entre los distintos métodos de alimentación 
complementaria, refiriendo que son dos factores que no se relacionan. Encontraron 
resultados concluyentes en cuanto a la saciedad y disfrute de la comida, mencionando que 
los bebés del grupo BLW respondieron menos a los alimentos, eran menos quisquillosos 
e irritables y tenían una mayor sensibilidad ante la saciedad que otros métodos de destete, 
resaltando que ocurría solo en aquellos en los que no había un control materno estricto. 
En cuanto a estos resultados, se aprecia que la mayor aceptación de los alimentos que se 
da en el grupo de bebés que siguen BLW podría estar atribuida a que estos infantes tienen 
un menor control materno, por lo que pueden elegir cuándo y cuánto comer y disfrutar en 
mayor medida del proceso de alimentación. Sin embargo, los resultados se deben 
interpretar con cautela ya que para analizar el comportamiento de los infantes los autores 
utilizaron cuestionarios no acordes a su edad, ya que están diseñados para bebés más 
mayores (2 años). 
Fu X et al. (30) concuerdan con los últimos autores, encontrando que existe una menor 
irritabilidad con la comida en aquellos bebés que siguieron un enfoque BLW estricto, e 
intermedia para los que seguían BLW flexible. Refieren además que esta asociación es 
debida a que una duración más prolongada la LM exclusiva se asocia a una reducción de 
la irritabilidad por los alimentos, hecho que ocurrió en el grupo de lactantes del método 
 
30 
 
BLW. Refieren también que el grupo de lactantes que siguieron BLW tenían más 
probabilidades de aceptar y consumir frutas y verduras entre sus primeros alimentos 
sólidos, los cuales son alimentos menos atractivos para los bebés, y es debido a que si 
familiarizas al niño a una gran variedad de verduras como primeros alimentos aumentará 
la probabilidad de que los acepten durante su niñez posterior. 
En comparación con los demás estudios, este último cuenta con una muestra obtenida de 
forma aleatoria, teniendo en cuenta todos los métodos de alimentación con la finalidad de 
reclutar al mayor número de padres, que se trabaje con una muestra variable sin 
exclusiones y que se minimice el sesgo del encuestado, lo que favorece la extrapolación 
de sus resultados. 
En general, los estudios muestran que el BLW podría tener un efecto beneficioso en 
cuanto a la respuesta a los alimentos en los niños y la prevención de la irritabilidad, 
mostrándose más predispuestos a aceptar nuevos alimentos y más tranquilos en relación 
a la comida. Aun así, son necesarios más estudios, especialmente longitudinales, para 
analizar los efectos de los diferentes métodos de AC el lactante en el desarrollo de hábitos 
más o menos saludables en etapas posteriores. 
 
5.4. Experiencia y sentimientos de las madres y padres que llevan a cabo el 
BLW 
Quintiliano-Scarpelli D et al. (42), encontraron que la gran mayoría de madres conocieron 
y se informaron acerca del BLW a través de las redes sociales, siendo mayoritariamente 
fuentes informales y no científicas. Una de las razones por las cuales los padres acuden a 
este tipo de fuentes en lugar de apelar a profesionales de la salud es debido a que muchos 
de ellos no tienen los conocimientos necesarios para orientar a los padres en cuanto al 
método. En contraposición, San Mauro I et al. (43) refieren que la mayoría de los 
profesionales encuestados sí conocían el BLW y los beneficios que conlleva su 
utilización, además de recomendarlo en numerosas ocasiones. Por otro lado, en cuanto a 
las experiencias de las madres entrevistadas, refieren que tuvieron experiencias positivas 
con el método BLW, y que lo recomendarían a otros familiares y que lo practicarían con 
futuros hijos. 
 
31 
 
Martí-Solsona E et al. (44) afirman que la gran mayoría de padres que entrevistaron 
estaban familiarizados con el BLW, aunque algunos expresaron cierto temor ante esta 
práctica, especialmente miedos en cuanto alatragantamiento de su bebé, la posible falta 
de energía o déficit de nutrientes como el hierro, así como deterioro del crecimiento. Los 
autores refieren que evidenciaron una falta de formación y asesoramiento a las familias 
por parte de los profesionales de la salud, mencionando que una mayor educación a los 
padres mejoraría las prácticas de alimentación llevadas a cabo. Utami AF et al. (45) 
concuerdan con las conclusiones de los autores anteriores, encontrando que las madres 
referían miedos porque identificaron riesgo de náuseas y asfixia en sus hijos en relación 
al BLW, aunque sintieron que recibieron una educación adecuada para ello y que fueron 
capaces de manejar la situación. 
Watson S et al. (40) refieren que las características maternas y el grado de ansiedad que 
estas experimenten están relacionados con el papel que juega el riesgo de asfixia en el 
bebé. Madres con niveles más altos de ansiedad podrían tener mayor riesgo de 
atragantamiento debido a llevar a cabo conductas de control como cortar los alimentos 
demasiado pequeños o forzar la ingesta por miedo a que su bebé no consuma lo suficiente. 
Por otro lado, al igual que Watson S et al. (40), Utami AF et al. (45), Arantes ALAE et 
al. (35) y McNally et al. (46) encontraron que las madres que siguen el método BLW 
tienen niveles menores de preocupación y ansiedad en relación a la alimentación de sus 
hijos. Resaltan que se da: menor control y presión sobre la cantidad de alimentos 
ingeridos, menos restricciones alimentarias, observan menos a sus hijos durante la 
comida, menor preocupación por el peso del bebé y niveles de confianza altos en su bebé 
con respecto a su capacidad de autorregular las comidas. Por tanto, concluyen que el BLW 
es un método más receptivo, en el que existe un menor control infantil por parte de las 
madres ya que son capaces de reconocer las señales de saciedad y hambre de sus bebés y 
responder en base a estas. 
McNally et al (46) añaden que las madres perciben a sus hijos como menos delicados con 
la comida ya que tienen una mayor disposición a probar y aceptar nuevos alimentos, lo 
que les lleva a experimentar un mayor disfrute del proceso de alimentación y una mayor 
tolerancia a la espera para comer. En contraposición, en el grupo de alimentación 
tradicional las madres experimentan niveles altos de estrés, lo que en ocasiones las lleva 
 
32 
 
a realizar conductas inadecuadas, como iniciar la alimentación complementaria 
precozmente y llevar a cabo comportamientos controladores y restrictivos. 
En cuanto a estos resultados, es posible que se produjesen posibles sesgos: sesgos de 
información ya que al tratarse de un estudio sobre la experiencia de padres y madres los 
datos del estudio se basan en información ofrecida por estos, y sesgo de recuerdo por 
preguntar por experiencias pasadas. El estudio de Quintiliano-Scarpelli D et al. (42) 
cuenta con la fortaleza de que se trató de minimizar lanzando preguntas con varias 
opciones de respuesta, ayudando a las familias a recordar. Así mismo, la extrapolación 
de los resultados se hace compleja ya que se trata de muestras de padres voluntarios y 
experimentados, los cuales tienen mayores conocimientos sobre el método. 
Los estudios concuerdan en que el método BLW aporta una mayor independencia ya que 
es capaz de controlar su propia alimentación, lo que hace que se encuentren mucho más 
felices y entusiasmados cuando llega la hora de comer. 
En general, los resultados obtenidos en esta revisión bibliográfica pueden ser útiles para 
comenzar a entender y distinguir la seguridad del método BLW con respecto a otros 
métodos de alimentación complementaria. Es cierto que, de todos los estudios analizados, 
un número escaso de ellos están realizados por profesionales de enfermería, y dada la 
importancia que estos tienen en la educación a padres sobre la alimentación del lactante, 
son necesarias más investigaciones por parte de este grupo. 
Esta revisión sistemática presenta ciertas limitaciones. En realización de la búsqueda 
bibliográfica se ha podido limitar el acceso a una parte de toda la literatura disponible 
acerca de BLW, restringiendo la posibilidad de analizar otros estudios que pudieran 
aportar información relevante sobre el tema. 
Como líneas futuras de investigación se requiere establecer una definición clara del 
término BLW y realizar más estudios longitudinales que analicen las variables a lo largo 
del tiempo para poder analizar su impacto en la salud del lactante. 
 
 
 
 
33 
 
6. CONCLUSIONES 
 
 Existe cierto riesgo de atragantamiento en el bebé a la hora de introducir la 
alimentación complementaria independientemente del método que se lleve a cabo, 
por lo que se deben evitar alimentos relacionados con riesgo de asfixia. 
 El BLW podría suponer un método no seguro en cuanto al consumo de hierro en 
comparación con otros métodos de alimentación complementaria debido a la falta 
de carnes rojas, fórmulas o cereales fortificados. 
 El método BLW modificado (BLISS) se asocia con menor riesgo de asfixia y 
mayores niveles de hierro en el bebé debido a que se ofrecen pautas de 
recomendación a los padres. 
 El método BLW se relaciona con un menor riesgo de desarrollar sobrepeso tanto 
a corto como largo plazo. 
 El método BLW aporta mayor autonomía al bebé en el proceso de alimentación, 
favorece el desarrollo de habilidades cognitivas y motoras, y la autorregulación 
de la saciedad. 
 BLW mejora las relaciones familiares, favorece la adquisición de prácticas de 
alimentación más saludables, además de que presentan menos irritabilidad con la 
comida y están más predispuestos a aceptar nuevos alimentos. 
 Las madres que siguen el método BLW tienen niveles menores de preocupación 
y ansiedad, por lo que se disminuyen las conductas de restricción y control sobre 
la alimentación del bebé. 
 Dada la importancia que el personal de enfermería tiene en la educación a padres 
sobre la alimentación del lactante, son necesarias más investigaciones por parte 
de este grupo. 
 
7. AGRADECIMIENTOS 
Me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento a mi tutora, Pilar Palazuelos, por su 
entrega, compromiso y dedicación en la consecución de este trabajo. 
A mi familia y amigos por su apoyo incondicional durante toda la carrera universitaria. 
Y a mi madre, por ser mi gran ejemplo a seguir y la estrella que me guía desde el cielo. 
 
34 
 
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