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Hidrokinesiterapia(1)

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página 1
Introducción
El agua, fuente de vida y fecundidad, purificadora, consti-
tuye un símbolo: símbolo de nacimiento, de renacimiento,
maternal. Nuestra cultura y nuestra historia afectiva se
imbrican íntimamente con las sensaciones que percibimos
durante la inmersión para producir una especie de libera-
ción tanto motriz como verbal.
La utilización del baño con finalidades terapéuticas se
remonta a la antigüedad. En el siglo XIX la hidroterapia
volvió a recobrar interés, pero fue a partir de la segunda
guerra mundial cuando la balneoterapia se racionalizó y
pasó a ocupar un lugar importante dentro del arsenal de
técnicas de rehabilitación con el tratamiento de las grandes
deficiencias neurológicas como por ejemplo la poliomieli-
tis. La inmersión total en una piscina se considera un medio
útil de rehabilitación en campos muy diferentes: rehabilita-
ción ortopédica, reumatología, neurología, etc.
Las actividades de kinebalneoterapia están bien codificadas
en la actualidad pero para comprenderlas es necesario
conocer bien la biofísica del agua y los efectos fisiológicos
de la inmersión. Por otra parte, esta actividad requiere una
infraestructura y reglas de funcionamiento específicas. Por
último, aparte de los principios generales que se aplican a
las sesiones de rehabilitación en el agua, existen algunas
particularidades en función de los grupos principales de
patologías.
Biofísica del agua
Efectos de la inmersión [8, 10, 13, 14, 22, 24, 25, 26, 28, 31, 41, 46, 62, 74, 78]
Hidrostática
Presión hidrostática
La presión que ejerce un líquido sobre un cuerpo sumergi-
do es igual al peso de la columna de líquido situada por
encima de este cuerpo. Por lo tanto, esta presión es direc-
tamente proporcional a la profundidad del agua y a la den-
sidad del líquido.
La presión hidrostática que ejerce el agua sobre el cuerpo
sumergido es perpendicular a la superficie cutánea, igual
en todas las direcciones del plano horizontal y aumenta con
la profundidad.
Principio de Arquímedes
«Todo cuerpo sumergido total o parcialmente en un líqui-
do en reposo experimenta por parte de este líquido una
fuerza vertical de abajo hacia arriba igual al peso del volu-
men de líquido desplazado». 
FA = d x V
con FA:
empuje de Arquímedes (N)
d: peso en volumen del líquido
V: volumen del líquido desplazado (L)
El empuje de Arquímedes se aplica en el centro de gravedad del
volumen de líquido desplazado o centro de empuje (A).
Relación entre el empuje de Arquímedes y la gravedad: el
cuerpo sumergido está sometido a dos fuerzas verticales de
direcciones opuestas (fig. 1): la gravedad (P), aplicada en el
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Hidrokinesiterapia
Resumen.– El agua es un elemento muy importante en rehabilitación. El terapeuta
debe conocer todos los parámetros referentes a la hidroterapia y a la natación tera-
péutica, ya sea la mecánica de fluidos, las instalaciones de las piscinas, los efectos
fisiológicos de la inmersión o las técnicas que se emplean.
Hoy en día la rehabilitación en el medio acuático se aplica a muchas patologías en reu-
matología, pediatría, ortopedia, cardiología, etc. Además, este medio es muy útil para
la prevención y el mantenimiento de las condiciones físicas.
G. Kemoun
V. Durlent
T. Vezirian
C. Talman
Gilles KEMOUN: Médecin-chef.
Catherine TALMAN: Masseur-kinésithérapeute.
Thierry VEZIRIAN: Moniteur cadre, masseur-kinésithérapeute.
Vincent DURLENT: Médecin.
Centre ELAN: service de rééducation fonctionnelle et de réentraînement à
l’effort, centre hospitalier de Wattrelos, BP 105, 59393 Wattrelos cedex,
France.
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centro de gravedad del cuerpo sumergido (G) y el empuje
de Arquímedes, aplicado en el centro de empuje de la parte
sumergida.
Para que exista equilibrio los dos centros deben coincidir o
estar alineados verticalmente.
Como el tronco es más voluminoso que las piernas, el cen-
tro de empuje está por encima del centro de gravedad del
cuerpo (en posición de pie). Por ello, el cuerpo totalmente
sumergido tiende a quedar de pie en el fondo. En determi-
nadas personas con una distribución diferente de los volú-
menes y de las masas este equilibrio puede modificarse.
Esto ocurrirá tanto más cuanto más se aligeren los miem-
bros inferiores mediante la utilización de material volumi-
noso (boyas, tablas). En este caso, el centro de empuje está
por debajo del centro de gravedad del cuerpo producién-
dose un reajuste del equilibrio (tendencia a bascular hacia
delante o hacia atrás) (fig. 2).
De este modo y a partir de la posición horizontal, si el indi-
viduo está pasivo, un par de enderezamiento lo colocará
progresivamente en situación de equilibrio casi vertical. En
la piscina, al hombre no le resulta difícil mantenerse de pie
pero aún debe encontrar el equilibrio horizontal (necesa-
rio para el nadador) (fig. 3).
Efectos del empuje de Arquímedes sobre el desplazamiento
de los segmentos: el empuje no sólo se ejerce sobre el cuer-
po en su conjunto, sino también sobre un segmento del
cuerpo que se desplaza. El movimiento de una fuerza alre-
dedor de un punto fijo se traduce por el desplazamiento del
brazo de palanca alrededor de este punto. 
Por ejemplo, en un individuo en inmersión esternal, el
brazo de palanca aumenta a medida que el segmento se
acerca a la horizontal, es decir, a la superficie del agua. Así,
el momento de la fuerza, que representa el empuje de
Arquímedes, aumenta, facilitándose el movimiento de
abducción del hombro (fig. 4).
En la posición vertical, en la que d = 0, el momento es nulo.
Aún es posible hacer variar el momento de esta fuerza modi-
ficando la longitud del segmento (mediante una flexión o la
adición de aletas). En inmersión esternal, si el codo está fle-
xionado, el momento del empuje de Arquímedes es débil y
la abducción se ve poco facilitada. En un codo en extensión,
el momento aumenta y se facilita la abducción.
Al añadir un flotador se aumentará no sólo la fuerza de
empuje en proporción al volumen de agua desplazado sino
también el brazo de palanca. El momento del empuje de
Arquímedes se verá muy aumentado y la abducción muy
facilitada.
En el ámbito del tratamiento estos efectos facilitan un movi-
miento o la resistencia al desplazamiento de un segmento
del cuerpo. 
Concepto de peso aparente
El efecto más evidente de la inmersión es la disminución
aparente del peso del cuerpo. El peso aparente (Pa) de un
cuerpo sumergido es igual a la diferencia algebraica entre
el peso real y el empuje de Arquímedes que experimenta
(Pa = P - FA) (fig. 5).
Sea como sea, existen variaciones individuales considera-
bles de este peso aparente para un mismo nivel de inmer-
sión, variaciones según la morfología, la fase respiratoria y
en ocasiones incluso según la patología de cada uno de
estos enfermos.
Tensión superficial
Es una propiedad de los fluidos que se explica por la resul-
tante de las fuerzas de cohesión entre las moléculas. Un
cuerpo parcialmente sumergido también depende de la
tensión superficial. Esta última es la resultante de las fuer-
zas de cohesión entre las moléculas del líquido (en la super-
ficie del agua se forma una especie de «piel» que opone
resistencia al desplazamiento).
Aplicación: es más fácil movilizar horizontalmente un
miembro totalmente sumergido que si sólo lo está parcial-
mente puesto que en este caso se deberá «romper» esta
película de resistencia.
Viscosidad
Son las fuerzas de fricción que existen entre las moléculas de
un fluido. Estos rozamientos generan una resistencia, un
freno a la circulación de este fluido. El agua posee una escasa
viscosidad que disminuye cuando la temperatura del fluido
incrementa y aumenta en el agua salada debido a la salinidad.
Efectos mecánicos: aplicaciones de los principios 
de la hidrostática
Gracias a la disminución aparente del peso del cuerpo se
puede recuperar el apoyo de forma progresiva al descender
el nivel de inmersión. Asimismo, el medio acuático facilita
la movilización activa:sumergido hasta los hombros, el peso
aparente del cuerpo es de 15 a 20 kg. Para desplazarse,
basta con algunas unidades motrices activas para que el
movimiento sea posible. Otra ventaja es nadar en descarga.
En cambio, si se pesa poco, los apoyos en el fondo de la pis-
cina son menos eficaces.
Se vuelve a cuestionar el equilibrio del cuerpo. En un medio
líquido, cualquier movimiento requiere la búsqueda de apo-
1 Empuje de Arquímedes y gravedad. 2 Reajuste del equilibrio sobre una tabla.
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
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yos particulares, más aún cuando las referencias habituales
han cambiado completamente. Se puede modificar la super-
ficie y el número de puntos de apoyo para aumentar la difi-
cultad de un ejercicio. La mayor o menor flotabilidad de un
soporte creará un factor de desequilibrio suplementario y se
comportará como un factor de progresión. 
La presión hidrostática, junto a la viscosidad del medio, es
responsable de estímulos sensoriales exteroceptivos. Esta
envoltura permanente permite probablemente que se
tenga una mejor percepción de la posición de los miem-
bros. Asimismo, la resistencia al desplazamiento analiza las
informaciones exteroceptivas e incluso las propioceptivas y
permite de este modo una mejor toma de conciencia del
conjunto del esquema corporal durante el movimiento. 
La presión hidrostática estimula intensamente los recepto-
res barestésicos del individuo; a través de un fenómeno aún
poco conocido esta estimulación produce una analgesia a
nivel articular (teoría del gate control system).
La presión hidrostática también interviene en la respira-
ción. En un individuo de pie en el agua la presión hidros-
tática se ejerce especialmente sobre el abdomen presentan-
do resistencia al diafragma y al hinchamiento del abdomen.
El drenaje circulatorio también está influido directamente
por la presión hidrostática.
Se puede actuar asimismo sobre el peso específico utilizan-
do flotadores que permiten sostener todo el cuerpo o un
segmento durante el ejercicio facilitando así el movimiento.
También se puede tener en cuenta en el marco de un for-
talecimiento muscular (el trabajo muscular se opone a los
efectos del flotador) o con el objetivo de ganar amplitud (la
boya se utiliza en el contexto de una postura). 
Existe también la resistencia debida a la fricción, a la visco-
sidad y al movimiento en la interfaz agua-piel, pero se con-
sidera poco importante comparada con la resistencia total.
Hidrodinámica
Resistencia
El agua opone resistencia al desplazamiento del cuerpo
sumergido. Esta resistencia se expresa mediante la fórmula
siguiente:
R = K.S.sin α.(v-v’)2
Con R: resistencia del agua (N)
K: coeficiente relativo al agua
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3 Posición de desequilibrio (A), posición de equilibrio (B).
4 Incidencia de la posición de un segmento sobre el momento del
empuje de Arquímedes. A’B: segmento sumergido; FA: empuje de
Arquímedes; A: centro de empuje; d: brazo de palanca.
5 Variaciones del peso aparente en porcentaje del peso real según
el nivel de inmersión. 1: inmersión esternal; 2: inmersión xifoidea;
3: inmersión umbilical; 4: inmersión púbica; 5: inmersión femoral;
6: inmersión tibial.
Nivel
del agua
Agua
del mar
Agua
dulce
Del peso real
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S: superficie del cuerpo en desplazamiento (m2)
α: ángulo de ataque
v: velocidad de desplazamiento (m/s)
v’: velocidad del fluido (m/s)
K está relacionado con la naturaleza del medio (este coefi-
ciente de proporcionalidad depende de la viscosidad, de la
densidad, de la fuerza de cohesión y de la fuerza de adhe-
rencia) y es constante para un mismo medio a temperatura
constante. La resistencia del agua es 900 veces mayor que la
que opone el aire.
El producto S.sin α representa la «superficie de ataque» del
cuerpo que varía en función de la superficie S pero también
de la dirección de esta superficie durante el desplazamien-
to (fig. 6).
La velocidad v es la velocidad de desplazamiento del cuer-
po; v’, la del líquido que le rodea (la corriente).
Este factor es muy importante puesto que la resistencia del
agua es proporcional al cuadrado de la velocidad del des-
plazamiento, es decir, para desplazarse dos veces más depri-
sa se necesitará cuatro veces más fuerza porque la resisten-
cia se multiplica por cuatro.
Por ejemplo, durante una carrera en el agua, cuanto más
deprisa se vaya, mayor será la resistencia y más difícil será
avanzar.
Así, excepto el factor relacionado con el agua y sobre el que
no se puede actuar, el rehabilitador en la piscina utilizará la
resistencia del agua haciendo variar los factores superficie y
velocidad.
Aplicaciones de la resistencia en kinebalneoterapia
Cuanto más grande sea la superficie que se opone al des-
plazamiento, más fuerte será la resistencia.
Por consiguiente, aumentando la superficie de ataque (arti-
culaciones y miembros colocados perpendicularmente al
agua, adición de aletas, utilización de una plataforma) se
aumenta el trabajo muscular. Según la intensidad del
esfuerzo deseado, se ofrecerá más o menos superficie
durante el desplazamiento modificando la forma cada vez
menos hidrodinámica del segmento móvil.
Cuanto más rápido es el movimiento, más aumenta la resis-
tencia frente al mismo. Si los demás parámetros permane-
cen constantes, la progresión de un ejercicio y la fuerza
muscular en juego aumentarán gradualmente sólo con una
ejecución más rápida.
En rehabilitación en piscina, la resistencia del agua se
emplea a menudo para la musculación. Los factores super-
ficie y velocidad se utilizan en general de forma simultánea
y en grados diversos.
Turbulencia
Los fenómenos de turbulencia aparecen a partir de un
umbral de velocidad que varía según la viscosidad del fluido.
Con el desplazamiento de un objeto en el agua se crea una
diferencia de presión entre la parte delantera del cuerpo y la
parte trasera: la presión es máxima por delante y más baja por
detrás. Como consecuencia, se produce un movimiento de
agua hacia atrás con un fenómeno de depresión y de aspira-
ción con turbulencias. Los remolinos se forman en la aspira-
ción en parte en los bordes y en parte por detrás del objeto.
Se observan con facilidad dos fenómenos bien conocidos
como la ola de estrave y la estela:
— la ola de estrave es responsable de una presión positiva
por delante del objeto en movimiento, se debe al flujo de
agua desplazada y dificulta la progresión del objeto hacia
delante;
— la estela, que se forma detrás del objeto en movimiento,
se origina por el paso del agua y crea turbulencias de pre-
sión negativa, tirando de este objeto hacia atrás.
Se ha estimado que la ola de estrave es responsable del 10 %
de la resistencia y que el resto se debe a la turbulencia.
Si la dirección del desplazamiento se cambia de forma brus-
ca, se tendrá que vencer una resistencia importante debida
a la fuerza de inercia de la aspiración y a los fenómenos de
turbulencias (además de la resistencia hidrodinámica).
Además, debe tomarse en consideración la morfología del
cuerpo. Los «objetos hidrodinámicos» se pueden movilizar
fácilmente. Por el contrario, los objetos no hidrodinámicos
oponen una gran resistencia al desplazamiento. Esta resis-
tencia es debida a la forma, a la superficie y a la orientación
del objeto o del segmento desplazado.
En rehabilitación se pueden utilizar estos diferentes facto-
res de resistencia en ejercicios de ida o de ida y vuelta.
Efectos de la turbulencia y sus aplicaciones 
Cuando un objeto flotante es propulsado a la superficie del
agua, el movimiento encuentra una resistencia cuyo valor
depende al mismo tiempo de su tamaño, de su forma y de
la velocidad de propulsión.
La turbulencia puede utilizarse como una forma de resis-
tencia a los ejercicios que se realizan en el agua. Cuanto
más rápido es el movimiento, mayor es la turbulencia. Así,
la velocidad de ejecución será un factor de progresión. Los
flotadores o las «raquetas» pueden tener una forma más o
menos hidrodinámica y de este modo presentar mayor o
menor resistencia al movimiento. 
La estela es una zona de presiónreducida situada detrás del
objeto en movimiento. Si se coloca otro objeto en la estela,
se facilitará el movimiento. Así, es más fácil ir detrás de una
persona, en su estela, que delante de ella.
Los ejercicios de vaivén utilizarán la resistencia debida a las
turbulencias. A cada cambio de dirección, el paciente debe-
rá luchar contra la corriente creada por el movimiento pre-
cedente. Cuanto mayor sea la velocidad, más se amplifica-
rán las turbulencias.
El movimiento origina turbulencias que junto a la presión
hidrostática producen un efecto de hidromasaje tanto más
eficaz si se practica en profundidad. Éste facilita la irriga-
ción hística, lucha contra la fatiga y relaja las contracturas.
Efectos térmicos
Los efectos térmicos de la balneoterapia son bien conocidos
y muy utilizados en rehabilitación. Todos los autores están de
acuerdo en que los baños calientes (por encima de 35 °C)
provocan:
— una vasodilatación periférica responsable de un descen-
so de la tensión arterial, de una ligera taquicardia y de un
pequeño aumento del trabajo cardíaco (véase más abajo);
— una disminución generalizada del tono muscular que
facilita la movilización;
6 Incidencia del ángulo de ataque sobre la resistencia. Si α = 90°,
sin α = 1. La resistencia al avance es máxima; si el plano de ata-
que es inclinado, el valor de sin α disminuye y en consecuencia
el de la resistencia.
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
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— un aumento del umbral de dolor, circunstancia que per-
mite la realización de ejercicios que serían demasiado agre-
sivos si se efectuaran en seco. 
El agua de las piscinas de rehabilitación se mantiene en
general entre 34 y 36 °C. A esta temperatura el baño es mio-
rrelajante y antálgico. Los efectos cardiovasculares son
moderados y poco peligrosos si se cumplen las siguientes
condiciones:
— practicar un examen cardiológico previo a los pacientes
de riesgo;
— limitar la duración del baño (10 minutos al inicio y des-
pués aumentar de forma progresiva) puesto que si se pro-
longa de forma excesiva a la sensación de descontracción y
de relajación puede seguirle una sensación de fatiga que
conviene evitar. Sin embargo, la temperatura varía según
los efectos que se buscan, según la patología y las activida-
des que se practican.
Efectos psicológicos
Al entrar en la piscina el paciente se ve obligado a mostrar
su cuerpo a los demás. Su pudor es muy comprensible en
algunos casos (minusvalía visible, edad, obesidad). Una vez
se supera este obstáculo, se observa que el baño posee un
efecto notable de euforia.
Esta euforia responde en general a varias causas:
— el ejercicio en el agua es para algunas personas una acti-
vidad muy inhabitual que adquiere el valor de una hazaña;
— la sensación de seguridad que se percibe se debe según
algunos autores a las similitudes que presenta el baño
caliente con la cavidad uterina materna de la cual nuestro
subconsciente conservaría un recuerdo tranquilizador;
— la mejora de las posibilidades funcionales durante la
inmersión: el paciente se mueve, se desplaza más fácilmen-
te y sufre menos. La sensación de estar momentáneamente
liberado de su minusvalía da lugar a un deseo de movi-
miento por parte del paciente. Este deseo constituye el ini-
cio de la recuperación de la función.
Por esta razón, el comportamiento social habitual se modi-
fica frecuentemente durante las sesiones de balneoterapia.
Un paciente que ha pasado solo la fase de establecimiento
de la minusvalía o de la enfermedad y que aborda la reha-
bilitación encerrado en sí mismo, acepta fácilmente en la
piscina relacionarse, bromear y confrontarse con los demás
miembros del grupo durante los ejercicios o el juego.
Agua y equilibrio [8, 13, 14, 15, 17, 18, 22]
La flotabilidad y el equilibrio de un individuo en el agua se
definen en situación de reposo.
El equilibrio dinámico se considera un eterno reequilibrio
y se denomina «equilibración».
Flotación y equilibrio acuático
La flotación puede definirse como una forma de equilibrio
estático en el medio acuático. Este equilibrio específico es
en el hombre de eje vertical y depende de su capacidad ins-
piratoria y de su densidad corporal. 
El equilibrio acuático corresponde a la situación de reposo
de un individuo sometido a las fuerzas de gravedad equili-
bradas por las del empuje de Arquímedes. Un cuerpo
humano situado en posición horizontal sin ninguna acción
particular sufrirá un par de enderezamiento en la medida
en que el centro de empuje y el centro de gravedad no coin-
ciden y se colocará en equilibrio vertical (fig. 7).
Equilibración acuática
La equilibración acuática es un concepto dinámico asocia-
do a las diferentes formas de desequilibrio.
En el caso de la gimnasia acuática en inmersión esternal, el
individuo tiene siempre un apoyo sólido. El desequilibrio
provocado por el ciclo respiratorio es poco perturbador.
La equilibración vertical resulta difícil si el individuo está
sumergido dos tercios de su estatura, es decir, cuando el
nivel del agua alcanza aproximadamente la parte inferior
del esternón (apéndice xifoides).
Para poder realizar un trabajo óptimo, Campion, Skinner y
Thomson preconizan una inmersión hasta el hombro para
permitir al mismo tiempo un apoyo fijo y la práctica de ejer-
cicios en flotación total (posición del «cubo» y del «colum-
pio» sobre las tablas).
La toma de informaciones visuales provocará un desequili-
brio. El individuo deberá basarse en señales indirectas por-
que la visión del fondo de la piscina es borrosa.
La velocidad de desplazamiento del cuerpo en el medio
acuático ejercerá una función sobre el equilibrio que se
considera. La experiencia muestra que una bandera que
cae sin viento, se mantiene cuando el viento sopla. Lo
mismo ocurre cuando sin viento esta bandera se moviliza a
gran velocidad. 
Como se ha visto anteriormente, los pies de un nadador,
cuando éste se detiene, tenderán a irse al fondo. En cam-
bio, cuando un nadador va hacia delante, sufre las diferen-
tes resistencias del agua y con ello la tendencia a enderezar
sus miembros inferiores. Esta propulsión hacia delante
puede estar provocada por acciones propulsivas de los
miembros anteriores. El individuo estará en este caso en
equilibrio horizontal, el que se busca con la tracción. El
mecanismo se considera entonces reequilibrante (fig. 8).
En cambio, si esta propulsión hacia delante se ejerce
mediante una tracción exterior hacia un individuo que
desea mantener una posición vertical, el mecanismo será
desequilibrante; el individuo deberá luchar y «reaccionar»
contra la horizontalización. El individuo se adaptará a la
tendencia natural de su cuerpo tomando una posición más
estable, en «cubo», por ejemplo.
Un cuerpo equilibrado que utiliza apoyos en el agua se des-
plaza en dirección opuesta a la de sus apoyos: la acción hori-
zontal comporta la propulsión (en relación con la fuerza
ejercida teniendo en cuenta la resistencia del agua); la
acción vertical comporta la sustentación en el agua.
Equilibrio y coordinación
El equilibrio en el agua es tanto mejor cuanto mayor es la
inmersión. La presión hidrostática aumenta con la profun-
didad y de ello resulta un aligeramiento del peso del cuer-
po, una elevación del centro de gravedad y una facilitación
del mantenimiento del equilibrio estático y dinámico. Los
esfuerzos necesarios a los movimientos disminuyen lenta-
mente. La resistencia del agua frena los movimientos que
carecen de coordinación y facilita su control. 
El movimiento en la piscina incluye por supuesto un traba-
jo de coordinación, especialmente de los miembros inferio-
res. Es necesario coordinar el balanceo de los miembros
superiores. 
Posiciones y equilibrio
Todos los seres humanos son asimétricos en mayor o menor
grado, lo que creará un problema de equilibrio más o
menos relevante. Por otra parte, con la edad o ciertas pato-
logías aparecen deformaciones.
26-140-A-10
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Algunas posiciones son menos estables que otras en el agua
(cuadro I):
— el «bastón»: esta posición recta con los brazos a lo largo
del cuerpoes inestable tanto vertical como horizontalmen-
te (fig. 9 A, B); 
— el «triángulo»: si los pies están ligeramente separados, se
obtiene una cierta estabilidad lateral pero en el plano ante-
rosuperior el cuerpo permanece inestable (fig. 10);
— el «cubo»: si el cuerpo se pone en esta posición con las
caderas y las rodillas flexionadas a 90° y los brazos extendi-
dos horizontalmente hacia delante, la estabilidad es mayor.
La cabeza y los brazos pueden utilizarse como ayuda para
conservar esta posición de equilibrio (fig. 11);
— el «balón»: se obtiene esta posición si el cuerpo se fle-
xiona hacia delante y los brazos flexionados se colocan alre-
dedor de las rodillas. Aunque esta posición se altera fácil-
mente, es la más estable en el agua puesto que el individuo
«gira» alrededor de su centro de flotación (fig. 12).
Algunas patologías dan lugar a diversas alteraciones de la
forma del cuerpo. Éste es el caso de una alteración fre-
cuente en la osteoporosis: la cifosis dorsal, en la que se
habla de esquema de posición en triángulo (fig. 13).
Un triángulo flotará en el agua con el vértice dirigido hacia
abajo por lo que resultará todavía más difícil mantener el
equilibrio vertical y será preciso realizar una extensión a
nivel cervical y torácico. El control de las rotaciones será
también importante dado que los individuos tienden al
desequilibrio de una parte del cuerpo.
Estabilización y equilibrio vertical
La libertad de movimiento que ofrece el medio acuático es
prácticamente la única diferencia técnica fundamental
entre la tierra y el agua. Esta última se utiliza para producir
cocontracciones alrededor de una articulación implicada
en el movimiento con vistas a asegurar el equilibrio, la coor-
dinación y además aumentar la fuerza muscular y la circu-
lación en las zonas dolorosas.
La repetición de las contracciones con el objetivo de man-
tener una posición o un segmento provoca un trabajo iso-
métrico e isotónico de los músculos ya que con el movi-
miento la parte «fija» del cuerpo tendrá que luchar contra
las turbulencias e incluso con la flotabilidad.
Agua y sentido cinestésico
La inmersión origina nuevas condiciones de equilibrio y
de equilibración que se aprovechan para estimular el cir-
7 Acción del par de enderezamiento a partir de la posición horizontal.
8 Vuelta a la posición horizontal del cuerpo debido a una fuerza que tira del cuerpo hacia delante y horizontalmente.
Cuadro I.– Posiciones estables y posiciones inestables.
Posiciones estables — el «cubo»
— el «balón»
Posiciones inestables — el «bastón» (vertical y horizontal)
— el «triángulo» (inestabilidad en el plano 
sagital, relativa inestabilidad en el plano 
frontal).
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
página 7
cuito propioceptivo creando situaciones de desequilibrio
que el paciente deberá controlar poco a poco. Por ejem-
plo, en apoyo unipodal, se coloca una tabla debajo del
pie obteniéndose una facilitación neuromuscular para la
rodilla. Esta tabla ejerce una resistencia al desplaza-
miento y el esfuerzo de los empujes se percibe muy bien
por parte de toda la planta del pie y el tobillo. Como la
tabla tiende siempre a subir a la superficie, el ejercicio
tiene que estar bien coordinado para sostenerla, refuer-
za la vigilancia neuromuscular y permite el trabajo del
equilibrio.
Siguiendo el mismo principio, también puede obtenerse un
refuerzo de la vigilancia del miembro superior (hombro)
utilizando una pelota que el paciente debe mantener
sumergida con la mano lo más profundamente posible.
El equilibrio vertical estático o dinámico se debe al traba-
jo de los grupos musculares de mantenimiento de la está-
tica. Este equilibrio se adquiere gracias a las contracciones
musculares que impiden que el cuerpo vaya hacia delante,
hacia atrás o hacia los lados. El trabajo del equilibrio en el
agua permite tonificar todos los músculos del manteni-
miento en sinergia. La pérdida de este equilibrio puede
deberse a un desequilibrio muscular, a una deformación
de la estructura de la vértebra (artrosis, osteoporosis o
espondilartritis anquilosante) o bien a una enfermedad
articular evolutiva congénita (escoliosis verdadera, por
ejemplo).
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9 «Bastón» vertical (A): puede desequilibrarse fácilmente en todas
las direcciones del espacio. «Bastón» horizontal (B): girará fácil-
mente alrededor de un eje longitudinal.
12 «Balón».
13 Esquema de posición de la cifosis dorsal.
10 «Triángulo».
11 «Cubo».
A
B
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Infraestructura [1, 3, 6, 14, 26, 28, 29, 31, 62, 79, 81]
Locales
Se debe:
— evitar los cambios térmicos entre el sector de balneote-
rapia y el exterior: compartimiento con una puerta sufi-
cientemente ancha para permitir el paso de una silla de
ruedas;
— prever un lugar para guardar las sillas de ruedas y las
camillas;
— prever vestuarios suficientemente espaciosos que permi-
tan el desplazamiento en silla de ruedas y con taquillas auto-
máticas a una altura adaptada. Se dará preferencia a las
cabinas individuales equipadas si es posible con un sistema
de secado rápido;
— prever duchas individuales (para sillas de ruedas y cami-
llas) y colectivas;
— prever un sistema de lavado de pies situado a la entrada
de la piscina con salida de agua a nivel de las ruedas de las
sillas de ruedas (fig. 14).
Para los desplazamientos se utilizan las sillas de ruedas ino-
xidables del servicio de balneoterapia. Se desaconseja la uti-
lización de muletas en los sectores en que el suelo está
húmedo.
El suelo es antideslizante. Se colocan barras de apoyo en los
vestuarios, en las duchas y en las zonas de circulación a una
altura de 90 cm aproximadamente.
La iluminación es abundante y preferentemente indirecta
para evitar los reflejos en la superficie del agua. Se prefiere
la iluminación natural mediante ventanales de vidrio esme-
rilado, teniéndose en cuenta la orientación de la habitación
para que el sol no deslumbre a los pacientes.
La balneoterapia está provista de un sistema que mide la
temperatura ambiente y la higrometría:
— la temperatura ambiente podrá ser ligeramente inferior
a la del agua para permitir que el cuerpo se enfríe lenta-
mente. La temperatura es de 28 °C;
— el grado higrométrico es aproximadamente del 50 al 60 %.
Se aconseja un sistema de ventilación para evitar una con-
densación excesiva.
En una habitación de la zona seca, los pacientes podrán
beber para compensar la pérdida hídrica debida al ejercicio
y al calor. 
Piscinas
Se distinguen dos tipos de piscinas.
Piscina dinámica (fig. 15)
Se produce una corriente laminar horizontal a una altura
de 60 cm por medio de una rueda de álabes colocada en la
estructura de la piscina. La velocidad de la corriente varía
de 0 a 2,9 m/s. Se proponen dos longitudes de piscina: 2 y
3 m para una anchura de 2 m. La profundidad es variable:
de 0 a 1,2 m en la primera piscina y de 0 a 1,6 m en la
segunda con rampa de acceso a las mismas.
Un sistema informático permite planificar las sesiones
variando automáticamente la velocidad de la corriente.
El pasamano central puede replegarse.
Gracias a las ventanillas laterales el médico puede observar
los desplazamientos del paciente, pudiéndose colocar
cámaras delante de las mismas para grabar la progresión de
la deambulación del paciente en el medio acuático.
Piscina estática (fig. 16)
La piscina puede situarse a nivel del suelo o estar sobreele-
vada.
— En la piscina a nivel del suelo los traslados son más fáci-
les. Es obligatoria la presencia de un terapeuta en el agua.
El reciclaje del agua se obtiene al desbordarse la misma en
los canalillos de recuperación.
— En la piscina sobreelevada puede practicarse la rehabilita-
ción con el terapeuta fuera del agua. Sin embargo, es prefe-
rible que el terapeuta esté en el agua porque la maniobra téc-
nica será más precisa y la posición menos perjudicial para la
espalda del mismo. En este tipo de piscina se debe contem-
14 Lavado de pies con sistema de riego a la altura de las ruedas
de las sillas de ruedas.
15 Piscina dinámica con corriente laminar.
16 Piscina estáticaa nivel del suelo.
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
página 9
plar la existencia de un refuerzo en la base de las paredes
para que el terapeuta pueda poner sus pies cuando se inclina
por encima de la pared para ocuparse del paciente. La altu-
ra de las paredes es de 80 cm por una anchura de 20 a 30 cm.
Las dimensiones de las piscinas estáticas rectangulares varían
de 6 a 72 m2. Se debe contar con 4 m2/persona; una piscina
de 72 m2 puede por lo tanto albergar un grupo de 18 perso-
nas. Si esta piscina dispone de pasillo para la marcha, esta
zona deberá considerarse un «espacio muerto» y no podrá
utilizarse cuando se realicen ejercicios en grupo (fig. 17). 
Profundidad de inmersión 
Puede conseguirse según tres procedimientos diferentes:
— las piscinas con suelo nivelado permiten libertad de acción
en toda la piscina. Una profundidad de 1,30 m confiere
suficiente flotabilidad a los pacientes y permite asimismo un
desplazamiento sin pérdida de equilibrio. Será necesaria
una plataforma de inmersión variable (recorrido de 0 a
1,70 m) para el trabajo de la marcha o la recuperación pro-
gresiva del apoyo. Se alcanzará el nivel idóneo de inmersión
mediante un dispositivo neumático;
— en las piscinas con suelo inclinado la pendiente es del orden
de 6 a 8°;
— en las piscinas con escalones las barras de apoyo de acero
inoxidable delimitan los diferentes sectores de altura decre-
ciente. Por razones de seguridad la separación entre dos
niveles de profundidad puede indicarse utilizando embal-
dosados de diferentes colores en el ángulo de cada pelda-
ño. La entrada en la piscina se hace siempre por el sector
más profundo. Generalmente se distinguen tres niveles de
profundidad. 
Este tipo de piscina permite el trabajo simultáneo con
pacientes de diferente talla. Una única zona para un pacien-
te dado proporciona un máximo efecto de flotación por lo
que la deambulación de este paciente se ve limitada.
Sea cual sea la piscina, los contornos deben estar bien des-
pejados para facilitar el acceso, especialmente el de las sillas
de ruedas. Las superficies del suelo y las piscinas son anti-
deslizantes. Existen barras de apoyo de acero inoxidable
sumergidas alrededor de todo el perímetro de la piscina.
También se colocan barandillas en las paredes de la sala.
Acceso
Se puede acceder al agua de diferentes modos mediante:
— un plano inclinado: permite el desplazamiento en silla de
ruedas o en un plano de verticalización. Por razones de
seguridad es indispensable una escasa inclinación;
— una escalera con barandilla de apoyo: los peldaños deben
tener una altura de 150 mm y una profundidad de 300 mm.
Además se indicará claramente el borde de cada peldaño; 
— un polipasto fijado al techo: el desplazamiento se hace en el
sentido de la longitud de la piscina;
— una plataforma de inmersión variable;
— un «levantaenfermos» que se acciona mediante un disposi-
tivo neumático: antes de levantar al paciente, se debe verifi-
car su estabilidad en el sillón.
Cada piscina, en función de su estructura arquitectónica,
puede convertirse en una piscina de movilización, de mar-
cha o incluso de natación.
Accesorios
— Silla de ruedas: montantes de acero inoxidable, asiento y
respaldo de plástico. El asiento debe tener agujeros para
permitir la evacuación del agua.
— Asiento fijo sumergible: se coloca una escalera de barrotes
cilíndricos en una de las barras de apoyo laterales de la pis-
cina. La regulación de la altura de inmersión del asiento se
hace en función del barrote sobre el que se coloca el asien-
to (fig. 18). 
— Camilla verticalizadora sumergible: se coloca sobre una pla-
taforma sumergible. El descenso de la plataforma en el
agua provoca una inclinación progresiva de la camilla por
medio de grandes flotadores situados bajo una de las extre-
midades de la misma (fig. 19).
— Barandilla fijada al perímetro de la piscina: la barandilla está
lo suficientemente alejada de su soporte de fijación para
que sea posible cogerse mediante un agarradero cilíndrico. 
— Sistema de colocación en tracción del raquis dentro del agua.
— Mono impermeable: permite que los pacientes con sistemas
de fijación externos, yesos, prótesis, heridas, etc. puedan
meterse en el agua. Llega hasta el pecho. No acarrea moles-
tias al paciente en su deambulación.
Accesorios de flotación
— Flotadores o pull buoys: pequeños bloques de poliestireno
cuya característica principal es la ligereza. Al ajustar el pull
buoy a la pierna del nadador, éste gozará de libertad de
movimiento sin temor a perderlo. 
— Cinturones de plastazote: se pueden suprimir o añadir flo-
tadores de goma espuma semirrígida para disminuir o
aumentar la flotación.
— Soportes de los miembros o del tronco en forma de «U»: crea-
dos para utilizarse como soporte lumbar o cervical e ideales
para la relajación en balneoterapia (fig. 20).
— Alfombra flotante: se emplea en relajación, en el trabajo
propioceptivo en diferentes posiciones de enderezamiento
y en pediatría.
— Varios: tablas para movimientos de los pies, boyas, chale-
cos de plástico, cinturones acuáticos ligeros, etc.
Accesorios de estabilización 
— pulseras de estabilización: permiten, gracias a una banda de
ajuste, la estabilización de las muñecas y de las piernas. De
este modo, el miembro es más estable cuando está sumergido.
— cinturón de plomo: estabiliza el cuerpo en sentido vertical.
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17 Pasillo para la marcha en una piscina estática.
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Accesorios que aumentan la resistencia al movimiento
— Aletas: trabajo contra resistencia de los miembros infe-
riores.
— Paddles, guantes-aletas de silicona: trabajo contra resis-
tencia de los miembros superiores (fig. 21).
— Minipesas: compuestas de flotadores que permiten un tra-
bajo contra resistencia cuando los movimientos se realizan
verticalmente de la superficie a la profundidad (fig. 22).
Otros
Gorro de baño, gafas, tubos y máscaras respiratorios, trajes
de baño, etc.
Seguridad
Las medidas de seguridad empiezan fuera del agua evitan-
do las caídas mediante revestimientos antideslizantes y
barras de apoyo. El riesgo de caída aumenta cuando los
pacientes salen del agua. Los ahogamientos y otros inci-
dentes son excepcionales en balneoterapia porque la pro-
fundidad media de las piscinas es de 1,30 m. Se aconseja la
presencia de un terapeuta en el agua y de una segunda per-
sona en el borde de la piscina, sobre todo cuando se lleva a
cabo una actividad de grupo.
Se instala un teléfono en un lugar de fácil y rápido acceso
con el número de los servicios de urgencia a mano.
Puede acondicionarse una habitación cerca de las piscinas
equiparándola con todo lo necesario para los primeros
auxilios, sin olvidar la formación del personal de vigilancia,
el cual debe estar preparado para los procedimientos de
urgencia que se efectuarán en caso de caída, accidente o
indisposición.
Agua e higiene
Agua
Debe realizarse una inspección fisicoquímica dos veces al día.
18 Asiento fijo sumergible de acero inoxidable.
21 Paddles: permiten un trabajo dinámico de los miembros supe-
riores contra la resistencia al agua.
22 Accesorios de base utilizados en balneoterapia.
19 Camilla verticalizadora sumergible.
20 Soporte para los miembros o el tronco.
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
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Temperatura
Se observa una divergencia de opiniones: Campion reco-
mienda una temperatura comprendida entre 30 y 34 °C,
Debergue entre 28 y 30 °C y Esnault entre 30 y 33 °C.
La temperatura del agua de las duchas es de 34 a 35 °C.
Acidez
El pH se halla comprendido entre 7,2 y 7,4.
Título hidrotimétrico (TH)
El TH debe estar entre 5 y 15 °F. El TH tiende a aumentar
a medida que se va utilizando la balneoterapia por evapo-
ración del agua y concentración de las sales minerales.
Cloro
El cloro libre debe situarse entre 0,8 y 2,1 mg/l.
El cloro total no debe sobrepasar en 0,6 mg/l al cloro libre.
Para que resulte práctico, el personal del servicio técnico lleva
a cabo las mediciones a primera hora de la mañana, antes del
baño y a las 14 h. Estas mediciones deben efectuarseen un
agua en reposo y siempre en el mismo lugar. La toma de la
muestra se hace a 50 cm de profundidad. Los resultados se
anotan en una libreta sanitaria. Si uno de los resultados obte-
nidos está fuera de las normas, se prohíbe el baño. 
Una vez al mes se efectúa un control microbiológico bus-
cándose los siguientes gérmenes: Pseudomonas aeruginosa,
Staphilococcus aureus, coliformes totales, coliformes fecales y
coliformes termotolerantes.
También se realiza una medición de los cloruros.
Debe llevarse a cabo un control trimestral de las duchas
para investigar la existencia de Legionella pneumophila.
Higiene
No existe ningún texto legislativo en vigor sobre la regla-
mentación de las normas de higiene en las piscinas de reha-
bilitación. Sin embargo, es inconcebible no desarrollar una
política de higiene en los establecimientos que disponen de
balneoterapia.
Medidas preventivas
Las medidas preventivas contra el desarrollo de gérmenes
son de dos tipos.
• Higiene general
Entrada de los visitantes y del personal de mantenimiento: se
prevé la utilización obligatoria de fundas desechables para
los zapatos con suela plastificada y antideslizante. A la sali-
da del sector de balneoterapia se tiran a la basura. Es pre-
ferible restringir la entrada de visitantes.
Entrada del personal de balneoterapia: el cambio de zapatos es
obligatorio. Se utilizan especiales para piscina en el recinto
de la misma. Se limpian y desinfectan una vez por semana.
Entrada de los pacientes: las sillas de ruedas y los aparatos de
ayuda a la marcha que proceden de sectores externos a los
de balneoterapia se guardan en la entrada. Se dispone de
sillas de ruedas sólo para el recinto de la piscina. 
Duchas: cualquier persona que utilice la piscina debe
ducharse y utilizar jabón líquido cuyos distribuidores se ins-
talan en las duchas. El jabón líquido está contenido en una
bolsa desechable provista de una bomba.
Sistema de lavado de pies: situado entre las duchas y la piscina,
es obligatorio pasar por él. Un sistema de riego limpia por
última vez las ruedas de las sillas de ruedas antes de entrar
en el sector de la piscina.
Circuito de la ropa: cada bañista dispone de una toalla limpia
que al finalizar la sesión se coloca en una bolsa de ropa
sucia preparada con este fin.
• Limpieza
La limpieza del sector de balneoterapia se efectúa cinco
veces por semana y consta de limpieza de los suelos, de las
duchas y de aspiración del fondo de las piscinas.
El material de rehabilitación en balneoterapia se limpia y
desinfecta una vez por semana. Se toman muestras del
material para hacer un análisis bacteriológico y poder vali-
dar los resultados de esta desinfección.
Cambio del agua
La toma de agua se efectúa en la capa superficial de las pis-
cinas. El tiempo de reciclaje del agua debe ser inferior a 
1 hora 30 minutos. La cantidad diaria se establece en 30 l
por bañista y por 24 horas de agua renovada. El agua de las
piscinas se renueva, filtra y desinfecta. 
Las piscinas se vacían tres a cuatro veces al año en función
de los análisis bacteriológicos.
Efectos fisiológicos de la inmersión
Indicaciones de la kinebalneoterapia [5, 15, 16, 28, 32, 34, 39, 42,
54, 55, 85]
La kinebalneoterapia tiene muchas indicaciones. Algunos
equipos la utilizan en los programas de preparación al
esfuerzo.
La decisión terapéutica depende más de los efectos físicos,
fisiológicos y psicológicos buscados que de la etiología de la
enfermedad. Se debe recordar que las reacciones del orga-
nismo a la actividad física en una piscina de rehabilitación
serán las mismas que las que se observan durante cualquier
otro trabajo físico, aunque modificadas por las reacciones
específicas del organismo frente al aumento de temperatu-
ra y de presión (regulación térmica, reacción de los siste-
mas cardiovascular y respiratorio y respuesta renal).
Efectos buscados
Se trata principalmente del apoyo en carga parcial y pro-
gresivo, una mayor movilidad articular, la facilitación de los
movimientos y una percepción afinada de las maniobras, la
relajación muscular, la sedación de los dolores, la vasodila-
tación secundaria a la inmersión en los baños calientes, la
resistencia a los desplazamientos, el trabajo propioceptivo,
la tranquilidad y la relajación.
A nivel cardiovascular: aumento de la circulación de retorno
con aumento de la presión ventricular derecha, del volu-
men de eyección, del rendimiento, mejora del gasto cardía-
co de más del 30 % y descenso relativo de la frecuencia car-
díaca. Los efectos persisten tras haber salido de la piscina.
A nivel renal: disminución de la producción de ADH (hor-
mona antidiurética) y de aldosterona que se acompaña de
un aumento de la liberación de sodio y de potasio. Ello favo-
rece la diuresis, provoca una disminución de la presión san-
guínea y mejora la eliminación de los productos de desecho
metabólicos. Estos efectos continúan después del período
de inmersión.
A nivel respiratorio: la acción de la presión hidrostática sobre
el tórax combinada con el aumento del volumen sanguíneo
intratorácico aumenta el trabajo de ventilación y disminuye
el volumen de reserva espiratoria. El efecto térmico sobre el
aparato respiratorio parece limitado a una disminución de
la evaporación destinada a la termólisis.
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página 12
A nivel musculoesquelético: efecto circulatorio musculoliga-
mentoso por aumento del aporte de oxígeno y mejora de la
evacuación de los productos de desecho metabólicos, dis-
minución del edema, tonificación muscular modulable, dis-
minución de las tensiones articulares mediante un trabajo
en descarga e inmersión gradual a través del apoyo en carga
parcial progresivo.
A nivel del sistema nervioso periférico y central: efecto relajante
y analgésico de la inmersión, especialmente sobre los dolo-
res crónicos, estimulación sensorial, por ejemplo en el caso
de un déficit postural importante, estimulación de las fibras
aferentes en los pacientes cuya sensibilidad está disminuida,
aprendizaje del cuerpo y mejora de la percepción del
esquema corporal, mejora de la coordinación motriz y del
equilibrio utilizando la inercia del agua a raíz de una dis-
función del sistema nervioso central.
A nivel del metabolismo óseo: algunos autores han reconocido
la acción preventiva y curativa del aumento de la densidad
mineral ósea y del nivel de calcio, pero todavía no existe
unanimidad sobre el tema.
Contraindicaciones de la kinebalneoterapia [8, 10, 14, 15,
28, 46, 59, 64, 66, 71, 79]
Contraindicaciones absolutas
Contraindicaciones generales
Las complicaciones infecciosas comportan un riesgo de conta-
minación del agua y por lo tanto de transmisión a los demás
pacientes o de superinfección: fístula cutánea, herida abier-
ta, escara infectada, micosis cutánea, conjuntivitis vírica,
infecciones urinarias, infecciones de la esfera ORL del tipo
otitis, anginas, sinusitis y bronquitis.
La incontinencia fecal o urinaria, que para algunos autores no
constituye una contraindicación sino más bien una molestia
de tipo psicológico.
Contraindicaciones cardiovasculares y respiratorias
— Insuficiencia respiratoria grave.
— Úlceras varicosas.
— Coronariopatías inestables que dan lugar a crisis angi-
nosas de repetición.
— Insuficiencias cardíacas importantes no tratadas medici-
nalmente.
— Hipertensiones arteriales graves e inestables.
— Hipotensiones arteriales.
Contraindicaciones relacionadas con el estado del paciente
— Las afecciones agudas con fiebre, astenia e hiperalgia
(gripe, enterocolopatía, bronquitis, brotes de reumatismos
inflamatorios, etc.) deben interrumpir el programa de
rehabilitación tanto si se trata de balneoterapia como de
otras técnicas.
— Lesiones cutáneas no infectadas (herida mal cicatrizada,
escara o eccema).
— Enfermedades neurológicas evolucionadas (miopatía,
etc.), si existe incontinencia o astenia pronunciada.
— Cánceres, cuando tienen una localización abierta en la
piel o en las mucosas (pueden agravarse con la maceración
o la propia infección puede contaminar el agua). 
— Tuberculosis.
— Infestaciónpor sarna o piojos.
— Vómitos.
— Quemaduras graves.
— Menstruaciones sin protección interna.
— Rotura precoz de la membrana placentaria en un emba-
razo.
— Presencia de un catéter suprapúbico o intravenoso.
— Estado general muy deficiente.
— Astenia importante.
— La senilidad puede ser una contraindicación, pero no la
edad.
Contraindicaciones relativas
Deben considerarse caso por caso determinadas precaucio-
nes y dejar que sea el terapeuta quien las valore:
— hipersensibilidad a los productos de mantenimiento y a
los agentes desinfectantes;
— alergia al yodo en las piscinas con agua de mar;
— algunos hipertiroidismos;
— alteraciones de la termorregulación (intolerancia al ca-
lor) debidas a la toma de oxibutinina;
— estados febriles;
— patologías vasculares periféricas: la insuficiencia circula-
toria de retorno y las varices de los miembros inferiores se
han considerado a menudo como una contraindicación
debido a que se tolera mal el calor. Parece ser que la pre-
sión hidrostática, así como el trabajo muscular que se efec-
túa durante la sesión tienen no obstante un efecto benefi-
cioso sobre la circulación de retorno;
— epilepsia;
— disfagia (trastornos de la deglución);
— perforación timpánica;
— alteraciones cardíacas no catalogadas;
— aumento del riesgo de infección en un paciente con
inmunodeficiencia;
— presencia de una bolsa de colostomía que puede resultar
incómoda por el olor y la decoloración (vaciar el contenido
antes de la sesión);
— hidrofobia, un rechazo rotundo de la balneoterapia:
algunos pacientes experimentan verdadero pánico ante la
inmersión, evidentemente porque no saben nadar, o excep-
cionalmente un pudor excesivo les impide mostrarse en
bañador ante otras personas. Mediante la práctica de un tra-
bajo progresivo y la presencia tranquilizante (!) del kinesi-
terapeuta en el agua, la experiencia demuestra que estos
rechazos raramente son definitivos; 
— talla: puede ser una contraindicación si la sesión se basa
en la realización de ejercicios de pie en el suelo. Se deberá
contar aproximadamente 20 cm más que la profundidad de
la piscina1.
Natación [2, 7, 14, 15, 23, 27, 47, 50, 53]
En rehabilitación, la natación permite el control de las
rotaciones verticales y horizontales, de la respiración y de la
cabeza y requiere una buena coordinación. Sus indicacio-
nes son las patologías osteoarticulares, musculotendinosas y
raquídeas (el tronco tiene que ser lo suficientemente esta-
ble y fuerte para permitir un trabajo correcto de los miem-
bros inferiores y superiores), pero también las afecciones
pulmonares y cardiovasculares (si se disminuye el trabajo de
los brazos en la rehabilitación y en la prevención del infar-
to). Para los minusválidos físicos y psíquicos puede repre-
sentar no sólo una actividad lúdica, sino también una forma
de superar su minusvalía. 
La natación deportiva de competición puede dar lugar a
una patología específica según sus diferentes técnicas: las
zonas más expuestas son el hombro, el raquis (a nivel de las
charnelas dorsolumbar y lumbosacra), la rodilla y la rótula.
1. Existen monos impermeables y ligeros de plástico que llegan hasta las axi-
las y poseen una función protectora al mismo tiempo que se conserva la sen-
sación de los movimientos que se efectúan. Algunos fabricantes también pro-
ponen apósitos impermeables de eficacia aún relativa.
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
página 13
Puede ser que se desaconsejen la mariposa y la braza en
algunas patologías raquídeas y femoropatelares.
La natación suele recomendarse para mantener los efectos
obtenidos tras un determinado tratamiento.
Si se practica de forma regular, la natación puede ser bene-
ficiosa para el desarrollo y el modelo de la estatura y el peso
del niño, así como para el aprendizaje motor y la coordina-
ción motriz incluso en el adulto.
Desarrollo de las sesiones [26, 79]
Se practicará un interrogatorio y una exploración médica
previos para descubrir la existencia de eventuales patologías
(cardíaca, respiratoria, etc.) y determinar el estado físico y
muscular del paciente para de esta forma poder orientar lo
mejor posible el programa que se va a instaurar.
La sesión es con frecuencia diaria, dura una hora (corres-
pondiente a 40 minutos de trabajo en el agua) y puede
tener lugar tanto por la mañana como por la tarde.
Los pacientes describen habitualmente un período de «fati-
ga» que se prolonga alrededor de una hora después de la
sesión por lo que se aconseja no ser demasiado exigente
con los mismos después de una sesión de balneoterapia.
Inmersión
Cuando sea posible, la sesión comenzará con la marcha si
no con una inmersión progresiva pudiendo así los pacien-
tes establecer contacto con el medio a su propio ritmo.
Trabajo específico
Trabajo individual
Ciertas patologías (traumatismos raquídeos, etc.) o técnicas
específicas como por ejemplo los esquemas de Bad Ragaz
(utilización de las turbulencias para facilitar o frenar un
movimiento) no se prestan a un trabajo colectivo.
También se puede prever un período de habituación al
medio acuático antes de incorporarse a las sesiones colecti-
vas (hidrofobia, aprendizaje de los ejercicios, precisión del
tratamiento, etc.).
Trabajo de grupo
Los ejercicios colectivos suponen numerosas ventajas ya sea
en la piscina o en el suelo. La motivación, las relaciones
sociales y la posibilidad de trabajar durante más tiempo
concentrado son algunas de ellas, pero no se deben olvidar
por supuesto los objetivos terapéuticos: los pacientes
adquieren más confianza, son más extrovertidos, presentan
un sentimiento de camaradería, se manifiestan responsa-
bles frente al tratamiento y menos concentrados en su pro-
pio problema y se estimulan mutuamente.
Es obvio que ciertos tratamientos precisan un ambiente
tranquilo en una piscina con pocas turbulencias. Se debe
procurar formar un grupo homogéneo (por tipo de trata-
miento o por patologías) y evitar los grupos demasiado
grandes (conviene disponer de un número suficiente de
terapeutas).
Finalización de la sesión
Al finalizar la sesión pueden elegirse diferentes opciones: 
— clásico retorno al reposo: se pide a los pacientes que no
salgan en seguida del agua y que anden un poco por la pis-
cina, que se relajen y que realicen algunos movimientos res-
piratorios de gran amplitud;
— práctica de un ejercicio de relajación: se utiliza la fuerza
de sustentación del agua, de una tabla o de una alfombra
flotante;
— juego colectivo de «fuerza explosiva»: una carrera de
relevos o un juego de balón para liberar energía al máximo.
En función de los principales grupos 
de afecciones
Además de los efectos generales buscados, cada tipo de
patología presenta necesidades específicas y una sesión
adaptada. Cada grupo de afecciones merecería el estudio
profundizado de un protocolo de rehabilitación en piscina.
En este fascículo, sólo se citan algunos ejemplos de ejerci-
cios. La iniciativa del terapeuta, su capacidad de adaptación
frente a cada paciente así como su imaginación, desempe-
ñarán un papel importante a partir del momento en que
conozca bien el estado del paciente y los límites del trata-
miento impuestos por el sistema de trabajo, la condición
física e incluso la propia patología.
La morfología y la densidad corporal inducidas por la afec-
ción o la minusvalía proporcionarán detalles importantes
sobre el comportamiento del cuerpo en el agua; si se trata
de un problema adquirido, se deberá restablecer los nuevos
límites del cuerpo. Se distinguen tres tipos de comporta-
mientos corporales [14, 15]:
— flotadores naturales: densidad corporal inferior a la del
agua, exceso de peso, casos en que los miembros están atro-
fiados (espina bífida), paralizados (paraplejía) o presentan
escaso volumen (acondroplasia). El gran miedo de estos flo-
tadores naturales no es que se hundan, sino que no puedan
enderezarse;
— cargas naturales: individuos que presentan una parálisis
cerebral acompañada o no de hipotonía o de hipertonía y
que presentan movimientos incontrolados o bruscos, una
esclerosis en placas, unadisfunción cerebral debida a un
accidente, un traumatismo o un tumor o bien una muscu-
latura o un esqueleto muy desarrollados;
— ruedas naturales: individuos que tienen un cuerpo asimé-
trico o que tienen alterada la distribución natural de la den-
sidad (fig. 23): amputados, personas que presentan malfor-
maciones congénitas y hemipléjicos.
Reumatología [4, 14, 20, 21, 22, 24, 26, 28, 30, 31, 38, 44, 45, 47, 48, 56, 57, 60, 67, 68, 71, 72, 73,
77, 79, 82, 83, 84]
La mayoría de las afecciones reumatológicas depende en
algún momento de su evolución de la rehabilitación. La bal-
neoterapia es una técnica especialmente indicada en el caso
de las articulaciones patológicas que tienen que movilizarse
sin dolor evitando crear fuerzas de presión y de rozamiento.
• Rigideces articulares
Se efectúan, sobre todo, las movilizaciones activas:
— movilizaciones analíticas;
— ejercicios derivados del método Kabat (contracción-rela-
jación; estabilizaciones rítmicas);
— movilizaciones globales de una articulación en todos los
planos del espacio.
• Anquilosis postraumáticas, incluyendo su prevención
• Lesiones artrósicas
Acción sedante, miorrelajante y trófica del agua.
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página 14
• Reumatismos inflamatorios
Artritis reumatoidea fuera de las crisis: trabajo sin resisten-
cia y principalmente práctica de movilizaciones activas asis-
tidas.
• Espondiloartropatías
— Movilizaciones activas.
— Posturas.
— Trabajo respiratorio (respiración abdominal).
— Masajes mediante chorro.
Poco después de una crisis aguda se aprovecha la acción
antálgica y de relajación de las contracturas del agua calien-
te mediante masajes y movimientos sencillos. Las sesiones
son cortas (de 5 a 15 minutos). 
Tiempo después del episodio inflamatorio se realizan:
— ejercicios de control postural;
— posturas de estiramiento (fig. 24);
— ejercicios de flexibilización y de desarrollo de la muscu-
latura (fig. 25).
Cuando la anquilosis está evolucionada, se intenta mante-
ner la amplitud de los movimientos y la función a través de
movilizaciones activas y pasivas.
• Osteoporosis
El agua es un elemento muy útil y sobre todo no presenta
riesgo de caídas:
— ejercicios funcionales;
— trabajo del equilibrio;
— control postural (fig. 26).
• Algodistrofia, osteonecrosis
A nivel de los miembros inferiores trabajo en descarga y
después con apoyo progresivo intentando mantener la
movilidad articular y el esquema neuromotor de la marcha.
• Lumbalgias crónicas
Los fines que se persiguen son (figs. 27, 28, 29, 30):
— mantenimiento de la flexibilidad articular global;
— puesta en movimiento de una región que se mantiene
fija debido al dolor;
— fortalecimiento muscular.
Los medios que se emplean son preferentemente:
— duchas y chorros para la relajación de las contracturas;
— movimientos globales específicos (abdominales, estira-
mientos);
— ejercicios de estabilización vertebral.
Se recomienda la natación. Sin entrar en detalles, es nece-
sario el seguimiento del terapeuta para que los movimien-
tos se ejecuten sin riesgo de agravamiento.
Neurología [2, 9, 11, 12, 15, 24, 26, 49, 52, 58, 63, 75, 79]
Los pacientes afectados por trastornos neurológicos repre-
sentan un verdadero reto para el terapeuta: debilidad,
hipertonía, movimientos voluntarios deficientes, desplaza-
mientos limitados, sensibilidad alterada, falta de coordina-
ción e inestabilidad postural (cuadro II).
Se da prioridad a la recuperación funcional tratándose de
restaurar las funciones dañadas por la enfermedad e inten-
tar retrasar al máximo la evolución. En este caso el agua es
sólo un complemento y no se puede prescindir de las demás
técnicas.
Además de la rehabilitación locomotriz (el agua es auxiliar
de la verticalización y de la facilitación del movimiento) y
de la preparación al esfuerzo, el medio acuático permite un
tratamiento específico de los desórdenes neuropsíquicos:
— restauración de la memoria sensorial (biofeedback) y cines-
tésica;
— modulación de la intervención de los referentes neuro-
lógicos;
— localización espacial de un segmento en relación con el
cuerpo y de éste en relación con el espacio;
— estimulación propioceptiva modulada por el nivel de
inmersión, la resistencia a los desplazamientos, los chorros
y las tablas flotantes;
— participación de la piel al estar permanentemente cu-
bierta;
— estimulación del sistema vestibular (natación, giros);
— señales visuales, que cambian con la intervención de la
óptica y de la refracción;
— señales auditivas, anuladas con la inmersión cefálica;
— reconstrucción de la unidad somatopsíquica (dimensión
simbólica, nacimiento, renacimiento, purificación y muerte).
Este tipo de rehabilitación necesita un control permanente
y requiere un seguimiento individual como la kinesiterapia
en seco. Por otra parte, es importante la presencia del kine-
siterapeuta en la piscina, pues además el manejo del pacien-
te es más fácil dentro de ella.
Lesiones del sistema nervioso periférico
En las parálisis de origen nervioso periférico, la rehabilita-
ción locomotriz en el agua facilita las posturas (efecto antál-
gico y de relajación de las contracturas del agua caliente),
permite la práctica de un trabajo activo asistido de los gru-
pos musculares deficitarios y la verticalización.
• Polirradiculoneuritis (síndrome de Guillain-Barré)
Con frecuencia asociados al tratamiento de una para o
tetraplejía, los efectos antálgicos y de relajación de las con-
tracturas del agua caliente se combinan con el empuje
hidrostático para favorecer la verticalización cuando la mus-
culatura es insuficiente.
Las deformaciones se evitan con la movilización o bien se
corrigen mediante posturas en condiciones óptimas de
comodidad y de eficacia.
• Secuelas de poliomielitis
Se pretende mantener la tonicidad muscular y la movilidad
articular para favorecer la vuelta a la verticalización con un
máximo de comodidad (fig. 31).
23 Cuadrilátero no equilibrado (en posición horizontal rueda hacia
el lado afectado).
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
página 15
La hidrokinesiterapia es indispensable cuando se ha practi-
cado una intervención de carácter ortopédico (trasplante
muscular, osteotomía de corrección, cirugía del raquis, etc.).
• Paraplejía, tetraplejía
Utilizadas tiempo después de la fase inicial, tanto más
cuanto más bajo es el nivel lesional, las sesiones de balneo-
terapia permiten colocar los miembros inferiores, tonificar
los músculos, deambular en ingravidez si el déficit es
incompleto y prepararse para el esfuerzo mediante la nata-
ción (si las lesiones son inferiores a D5, tanto si son espás-
ticas como fláccidas). 
En este caso la mejora que se obtiene está en relación direc-
ta con la motivación.
Lesiones del sistema nervioso central
La legitimidad de la hidrokinesiterapia es más controverti-
da en caso de lesiones centrales con trastornos de la acción
voluntaria y del tono. En todos los casos debe perseguirse la
ausencia de nocividad del tratamiento.
Hemiplejía
La rehabilitación de las hemiplejías de origen vascular o
traumático en la piscina aún tiene sus detractores aunque
ciertos resultados parecen esperanzadores. Por supuesto, se
respetarán todas las precauciones en cuanto a las contrain-
dicaciones y las sesiones de balneoterapia comenzarán
26-140-A-10
24 Estiramientos activos (con toma de conciencia de la pelvis).
25 Fortalecimiento muscular (trabajo de la columna dorsal y de la pelvis).
26 Equilibrio y control postural.
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27 Estiramiento del psoas (el individuo tensa pro-
gresivamente la rodilla colocada hacia atrás).
28 Estiramiento axial.
29 Estabilización vertebral con la espalda en la pared (wall crunch); en progresión:
flexión de cadera primero unilateral y luego bilateral.
30 Marcha hacia delante y hacia atrás con estabilización paraespinal.
Cuadro II.– Temperatura del agua en neurología. 
Baños calientes — acción sedante general (tranquilidad, bienestar) — miopatías
34 a 36 °C — relajación muscular — secuelas de la poliomielitis
— aumento del umbral del dolor (acción antálgica) — polirradiculoneuritisBaños tibios — preparación al esfuerzo — paraplejía
28 a 30º C — trabajo de mantenimiento y de recuperación — enfermedad de Parkinson
Baños fríos — efectos antiespásticos — esclerosis en placas
Baños contrastados — efectos vasomotores — algoneurodistrofia
— miembro superior del hemipléjico
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
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cuando la fase aguda esté controlada (alrededor de 4 sema-
nas después del accidente).
El principal tema en discusión es el aumento de la espasti-
cidad que se origina dentro del agua caliente. Aparece en
uno de cada dos casos y constituye un criterio de cese del
tratamiento. Los movimientos lentos de balanceo y las rota-
ciones rítmicas favorecen la relajación y una rotación alre-
dedor del eje longitudinal del cuerpo reduce la espastici-
dad. El uso de flotadores puede servir de ayuda.
• Miembro superior
En la práctica, la kinebalneoterapia proporciona resultados
en las hemiplejías braquiofaciales. Las movilizaciones del
miembro superior en las amplitudes de abducción y de
rotación externa previenen la aparición del síndrome hom-
bro-mano. El empuje de Arquímedes participa en la lucha
contra la subluxación inferior de la cabeza humeral.
Las posturas de inhibición refleja efectuadas en el agua
mediante un estiramiento lento y prolongado de los grupos
musculares espásticos actúan contra las retracciones capsu-
loligamentosas y musculotendinosas presentes en los esque-
mas de limitación habituales.
La ingravidez facilita la prensión.
El trabajo activo lento permite realizar los dibujos cinéticos
de Bobath.
• Miembro inferior
La preparación para la deambulación puede iniciarse den-
tro del agua. La adquisición del equilibrio en sedestación
prepara la del equilibrio de pie estimulando los reflejos pos-
turales (figs. 32, 33). 
Sin embargo, andar sólo será posible, incluso dentro del
agua, si la hemiplejía se ha recuperado a nivel analítico. En
este estadio, la marcha en seco empieza a dar resultado,
mientras que el medio acuático puede provocar perturba-
ciones referenciales (el empuje de Arquímedes es diferente
de la gravedad) y sensoriales (estimulación diferente de los
barorreceptores). Además, la resistencia del fluido tiende a
globalizar el esquema motor y a favorecer las sinergias.
Comas traumáticos
En esta situación se proponen precozmente las sesiones de
balneoterapia para estimular el despertar. El agua se
emplea como canal de entrada de los estímulos. Se obser-
van reacciones de adaptación (agarramiento o defensa
adaptada); se pueden poner en práctica los reflejos tónicos
asimétricos del cuello y la movilización de los segmentos de
los miembros rígidos para prevenir actitudes viciosas.
El paciente se coloca en una bañera en trébol bajo extrema
vigilancia.
Secundariamente se emprenderá el tratamiento de la hemi-
plejía para o tetraplejía.
Enfermedad de Parkinson
En algunos centros se organizan sesiones colectivas o indi-
viduales que se basan en ejercicios funcionales, de coordi-
nación y de equilibrio (figs. 34, 35).
Los terapeutas deberán vigilar a estos pacientes continua-
mente porque se fatigan mucho.
Esclerosis en placas
Fuera de las crisis agudas y en función de las reacciones
individuales, se recomiendan dos técnicas:
— baños fríos con finalidad antiespástica: la temperatura
del agua desciende de 22 a en ocasiones 5 °C. El efecto reso-
lutivo perdura de 2 a 6 horas después del baño, a veces más,
al ritmo de uno a dos por día;
— balneoterapia de relajación y de natación (29 °C) para la
rehabilitación del déficit motor y de los trastornos de la
coordinación y del equilibrio.
Ortotraumatología [8, 14, 20, 19, 21, 22, 26, 28, 31, 37, 47, 48, 64, 65, 79]
El campo de la cirugía ortopédica y de la traumatología es
amplio y variado. Debido a esta diversidad, es imposible des-
cribir en este fascículo un programa de hidroterapia para
cada problema ortopédico. Las propiedades físicas del agua
serán muy importantes para la rehabilitación musculoes-
quelética funcional. Sólo se mencionarán algunos ejercicios
a título de ejemplo:
— kinebalneoterapia del raquis (figs. 36, 37);
— kinebalneoterapia de los miembros inferiores (figs. 38,
39, 40);
— kinebalneoterapia de los miembros superiores (figs. 41,
42, 43).
Pediatría [2, 15, 61, 63, 70]
La rehabilitación del niño en la piscina suma los objetivos
terapéuticos a las capacidades recreativas espontáneas del
mismo. Sea cual sea la minusvalía (motora o mental, congé-
26-140-A-10
31 Técnica de Bad Ragaz: facilitación de la triple flexión del miembro inferior realizada de forma activa o pasiva; la flotación queda garantizada
mediante flotadores.
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nita o adquirida) o la patología (afecciones ortopédicas, mio-
patías o artritis crónica juvenil), aparte de los objetivos habi-
tuales, se orientan las sesiones especialmente hacia el descu-
brimiento de la competencia corporal, la relación entre el
movimiento y el desarrollo tanto intelectual como físico, las
relaciones sociales y la comunicación verbal y no verbal y el
aprendizaje de la mayor capacidad de autonomía posible. 
El efecto «enlentecedor» del agua proporciona al niño el
tiempo suficiente para reaccionar y aprender o bien volver
a aprender a utilizar su cuerpo con un mayor grado de
libertad, si se considera que en este medio se pueden
suprimir un buen número de ayudas de carácter técnico.
Algunos ejercicios se dirigen al control de la cabeza («donde
va la cabeza, va el cuerpo») y otros al de la respiración
(aprender a soplar o a abrir la boca dentro del agua).
Los progresos efectuados así como la seguridad que se
experimenta dependen mucho de la forma como se tenga
al niño dentro del agua: lo suficientemente fuerte como
para que se sienta seguro pero sin anular las sensaciones
que provoca este medio (figs. 44, 45, 46, 47).
32 Maniobra de Watsu (water-shiatsu): aumento de la extensión del tronco y de la cadera mediante estiramiento de la columna. 
33 Método Halliwick desarrollado por Mac Millan: el terapeuta ayuda al paciente a mejorar el control de la rotación vertical primero disminuyen-
do el aguante y luego creando turbulencias.
34 Marcha con disociación de cinturas.
35 Juegos de balón.
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
página 19
Las actividades acuáticas para los niños pequeños (de 0 a 4
años), tanto si han nacido a término como si son prematu-
ros, se recomiendan ante la presencia de retraso del creci-
miento, lesiones neurológicas o afecciones ortopédicas
(secuelas traumáticas y rehabilitación postoperatoria). 
Los lactantes y los niños pequeños ya poseen la experiencia
del baño, pero el paso a una piscina o a cualquier otra gran
extensión de agua puede naturalmente crear ansiedad. Es
preferible, sobre todo los bebés, que estén acompañados de
uno de sus padres. Se sentirán más seguros sólo con el con-
tacto corporal (figs. 48, 49, 50).
Los ejercicios se basarán principalmente en el juego y en la
relajación. No se recomienda empezar el aprendizaje de la
natación antes de los 4 años. Se trata de un programa de
26-140-A-10
36 Tonificación abdominal. Sentado en el ángulo de la piscina y
con las piernas en escuadra, espirar y llevar las rodillas juntas
hacia el pecho; inspirar y estirar las piernas simultáneamente.
37 Equilibrio y trabajo estático de la espalda: sentado sobre la
barra, despegar suavemente los pies manteniendo el equilibrio.
38 Trabajo de abducción y de aducción de cadera sobre el vientre: pasivo,
activo-asistido y contra resistencia.
39 Musculación y propiocepción: hundir la tabla
colocada bajo el pie.
40 Ejercicios colectivos: musculación global, relaciones sociales y organización del espacio estando los pacientes dispersos dentro de la pisci-
na; al oír la señal, agruparse de dos en dos. 
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familiarización con el agua cuya temperatura se aproxima-
rá a los 35 °C.
Miopatía y balneoterapia
En el caso de las distrofias musculares evolutivas se sabe que
existe un déficit de la utilización de oxígeno con el esfuerzo
que se explica por una disminución del flujo arterial local.
La inmersión en aguacaliente, tan caliente como pueda
soportarse (38 °C), origina una vasodilatación y por lo tanto
una mejor oxigenación muscular. Este efecto persiste
durante varias horas después del baño.
En la lucha contra las retracciones, se aguantan mejor las
posturas en el agua (aumenta la relajación muscular y la
amplitud de los movimientos).
El aprendizaje respiratorio en el agua contribuye a una
mejor ventilación pulmonar. Por último, la ingravidez rela-
tiva salva en parte las consecuencias del déficit muscular: de
nuevo podrán realizarse movimientos funcionales.
Patologías cardiorrespiratorias [5, 16, 32, 33, 39, 53, 59, 69, 76, 80, 87, 88, 89, 90]
Se han tratado extensamente los efectos de la inmersión y
de la actividad física en el agua (véase más arriba).
Objetivos
Los objetivos de la rehabilitación cardíaca y pulmonar son
el aumento de las capacidades de esfuerzo, la mejora del
rendimiento cardíaco y de la circulación sanguínea, la dis-
minución de la sensación de disnea y la mejora de la calidad
de vida. 
La kinebalneoterapia es una herramienta suplementaria
dentro del arsenal terapéutico, sobre todo en pacientes que
han estado durante mucho tiempo en tratamiento con cor-
ticoides, hecho que comporta la aparición de amiotrofia y
fragilidad ósea.
La presión hidrostática desempeña un papel importante en
el ejercicio de los músculos respiratorios ya que la restric-
ción pulmonar creada por la presión del agua provoca en
algunos pacientes un aumento de la frecuencia respiratoria
y del volumen circulante. Se trataría de un mecanismo de
adaptación a la presión y de una amplificación del recorri-
do diafragmático debido a la disminución de la capacidad
residual funcional.
Asimismo, los ejercicios en la piscina provocan un aumento
en los pacientes que sufren de mucoviscidosis de la capaci-
dad vital, del volumen espiratorio máximo/segundo
(VEMS) y del flujo máximo. Probablemente estos resulta-
dos están relacionados con un mejor drenaje bronquial.
Actualmente se están llevando a cabo estudios que validan
la kinebalneoterapia en los ejercicios de preparación al
esfuerzo en los individuos que padecen insuficiencia respi-
ratoria (BNCO: bronconeumonía crónica obstructiva).
Técnicas
Se describen a continuación algunas de las técnicas que se
aplican con diferente intensidad a los ejercicios de prepa-
ración al esfuerzo en las patologías cardíacas, respiratorias
y en los deportistas.
41 Antepulsión del hombro: palma vuelta hacia el cuerpo, palma vuelta hacia
delante utilizando una pequeña tabla.
43 Estiramiento del pectoral mayor: con las manos cruzadas detrás de la espalda, descen-
der la cabeza para mantener fija la espalda y tirar de las manos hacia arriba.
42 Musculación global de los brazos y de los hom-
bros, coordinación: hacer pasar el balón alrede-
dor de uno mismo.
Kinesiterapia HIDROKINESITERAPIA
página 21
Aquarunning
Es un método de preparación física que se emplea tanto en
los atletas como en los individuos que necesitan un entre-
namiento aeróbico (fig. 51).
Se trata de una carrera simulada a gran profundidad. El
individuo se mantiene en posición vertical con ayuda de un
chaleco o de un cinturón. Puede estar atado al borde
mediante una correa para aumentar la resistencia y tam-
bién para facilitar el seguimiento del ejercicio. Si se aprecia
una mejora en los resultados cardíacos y pulmonares, la eli-
minación del peso y de la resistencia del agua modificará la
participación relativa de cada grupo muscular en relación
con la carrera sobre tierra firme.
26-140-A-10
44 Aprender a flotar.
46 Imitar el canguro.
45 «Deslizamiento»: el niño avanza gracias a las
turbulencias que provoca el nadador.
47 Ejercicio de grupo: la «serpiente»: en fila india, alternar una persona que ayuda y un
nadador; la «cabeza» no tiene que morder la «cola». 
48 Se sostienen la cabeza y el cuerpo. 49 Se coge al lactante con las manos para
facilitar los movimientos de los miem-
bros inferiores.
50 Se coge al niño pequeño con las manos
para facilitar los movimientos de los
miembros inferiores. 
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Para que el ejercicio sea eficaz debe practicarse de 3 a 5
veces/semana entre 15 y 60 minutos, entre 40 y 85 % del
consumo de oxígeno máximo y entre 55 y 90 % de la fre-
cuencia cardíaca máxima.
Aquadynamics
El aquadynamics es un programa de ejercicios aeróbicos en
el agua y constituye una forma de natación alternativa de
preparación (figs. 52, 53, 54, 55, 56).
Algunos centros también organizan sesiones de gimnasia en
la piscina en el marco de la rehabilitación cardiopulmonar.
Estas sesiones constan normalmente de un calentamiento,
un trabajo dinámico específico y un período de relajación y
de retorno a la calma. 
Asma y actividades acuáticas
La natación y las actividades físicas acuáticas (como el water-
polo) suelen aconsejarse a los pacientes con insuficiencia res-
piratoria y a los asmáticos de cualquier edad. Deben dife-
renciarse dos tipos de actividades: el entrenamiento regular
y duradero, preconizado como uno de los métodos tera-
péuticos utilizados y el ejercicio intenso y breve, generador
de crisis de asma.
Aproximadamente entre el 60 y el 100 % de los pacientes la
padecen. La causa es la hiperactividad del árbol traqueo-
bronquial y más en particular la deshidratación de la muco-
sa bronquial debido a la aceleración del ritmo respiratorio
junto a un fenómeno vagal parasimpático. Es lo que se deno-
mina reflejo del submarinista: la inmersión de la cara indu-
ce una estimulación vagal que provoca bradicardia (más
importante en el niño y en el adolescente). Este mecanismo
abogaría a favor de una actividad más pausada y progresiva.
Criterios favorables a la práctica de deportes acuáticos
— Volúmenes pulmonares aumentados.
— Aumento de la fuerza de los músculos respiratorios y res-
piración más eficaz.
— Inexistencia de polen en el agua.
— Presión hidrostática en el pecho.
— Hipoventilación.
— Vasoconstricción periférica (inducida en un agua a tem-
peratura inferior a la de la neutralidad térmica).
— Aire inspirado muy húmedo.
Protocolo preconizado
— Calentamiento moderado que comporta sprints cortos y
marcha en el agua mientras se alienta la respiración nasal.
— Pausas regulares de 1 a 3 minutos durante el entrena-
miento.
— Prever el cese de la actividad durante 1 semana después
del padecimiento de una infección respiratoria.
— Evitar exponerse a la contaminación y buscar una pisci-
na equipada con un buen sistema de aireación.
— Disponer de medicamentos apropiados cerca de la pisci-
na.
— Vigilar la frecuencia cardíaca.
Geriatría [10, 26, 68, 73, 79]
El anciano presenta minusvalías específicas que se pueden
clasificar en cuatro grandes categorías:
— biomecánicas: fragilidad del esqueleto y deterioros liga-
mentoarticulares;
— neurológicas y psicológicas: disminución de las percep-
ciones sensoriales;
— homeostáticas: trastornos de la termorregulación;
— metabólicas: disminución del potencial energético mus-
cular.
Las actividades en la piscina (natación, aquagym) se adaptan
muy bien a las necesidades de las personas de edad avanza-
da: movilización de las articulaciones en situación de ingra-
videz; las propiedades físicas del agua permiten una muscu-
lación suave y progresiva, la rehabilitación postural y el tra-
bajo del equilibrio.
El principal obstáculo a la rehabilitación en balneoterapia y
sobre todo en los ancianos ha sido durante mucho tiempo
el riesgo de isquemia aguda de miocardio debido a un
aumento de la carga de trabajo del músculo cardíaco con
aumento del volumen circulatorio por minuto. 
Durante una reciente investigación en la que se estudiaba la
incidencia del trabajo en la piscina sobre la frecuencia car-
díaca, se ha demostrado que ésta aumentaba menos en las
sesiones de balneoterapia (de 30 minutos) que en las acti-
vidades de la vida cotidiana, especialmente andar sobre
terreno plano. El estrés que origina la penetración en el
agua en los pacientes que no saben nadar y la carga que
imponen los mecanismos de termorregulación no parece
que constituyan una sobrecarga

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