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El interés en los efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre la salud es considera- ble y creciente. Así lo revelan el extraordi- nario incremento de (a) inversiones en me- dios para llevar a cabo actividades gimnás- ticas y deportivas, y de (b) revistas de di- vulgación, y de investigación científica. No obstante, a pesar de las grandes expectativas generadas, las conclusiones de la investiga- ción rigurosa son más cautas, tanto acerca de los efectos comprobables del ejercicio sobre la salud psicológica, como acerca de sus posibles explicaciones. Así, ni la Ofici- na de Prevención de las Enfermedades y Promoción de la Salud en Estados Unidos, ni la Asociación Americana de Psiquiatría han incluido al ejercicio físico como méto- do de mejora de la salud mental en su con- junto. Su eficacia no está suficientemente demostrada, ni que ésta sea atribuible a los Psicothema, 1997. Vol. 9, nº 3, pp. 499-508 ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG 499 EJERCICIO FÍSICO REGULAR Y REDUCCIÓN DE LA ANSIEDAD EN JÓVENES Manuel Gutiérrez Calvo*, Orlando Espino*, David L. Palenzuela** y Alejandro Jiménez Sosa* * Universidad de La Laguna y ** Universidad de Salamanca En el presente estudio se investigan los efectos del ejercicio físico sobre cuatro medidas complementarias de ansiedad. Jóvenes universitarios de ambos sexos fueron asignados aleatoriamente a un grupo de entrenamiento físico programado o a un grupo de control sin ejercicio. El tratamiento duró 12 semanas, con tres sesiones semanales de una hora de duración cada una. En el grupo de entrenamiento se observó un descenso, desde el inicio al final del período, en tres de las cuatro medidas de ansiedad (rasgo de ansiedad general, trastornos psicosomáticos y tensión), en comparación con el grupo de control. No se produjeron efectos sobre una medida específica, el rasgo de ansiedad de evaluación. Esto permite concluir que los efectos beneficiosos del ejercicio físico regu- lar no se limitan a muestras clínicas, o de adultos, sino que también se extienden a jóve- nes normales. Exercise training and reduction of anxiety in a young population. The effects of regular physical exercise on four measures of self-reported anxiety were examined. Fe- male and male undergraduates were randomly assigned to a physical training (3-one hour sessions for 12 weeks) or a waiting list control condition. The two groups were comparable in objective measures of physical capacity and skills, cardio-respiratory fit- ness and biochemical parameters at the beginning of the study. There was a reduction in three of the four anxiety measures (trait anxiety, psychosomatic symptoms and tension) in the training group, in comparison with the control group. No effects were observed on test anxiety. Correspondencia: Manuel Gutiérrez Calvo Departamento de Psicología Cognitiva Social y Organizacional Universidad de La Laguna. Campus de Guajara 38205 Tenerife (Spain) Correo electrónico: MGUTIERREZ@ULL.ES componentes específicos del ejercicio físico per se (véase Dishman, 1995, p. 379). Dentro del área general de la salud psico- lógica, la influencia del ejercicio físico ha sido especialmente investigada en los fenó- menos de ansiedad. Se han publicado al me- nos 159 estudios empíricos, 24 revisiones y 6 meta-análisis sobre este tema (Landers, 1994; Long y van Stavel, 1995). Ahora bien, para centrar el objetivo de la presente investigación, es preciso hacer varias deli- mitaciones. Primero, gran parte de los estu- dios han examinado los efectos de una se- sión de ejercicio físico sobre el estado tran- sitorio de ansiedad (v.g., Tuson y Synior, 1993). En contraste, en nuestro caso preten- demos conocer los efectos de la práctica re- gular de ejercicio físico sobre el rasgo de ansiedad, como característica relativamente estable de personalidad. Segundo, muchos de los estudios previos han utilizado mues- tras de pacientes con problemas graves de ansiedad, internados o necesitados de trata- miento psicológico y/o farmacológico (v.g., Plante, 1993). En contraste, queremos com- probar si el ejercicio físico regular produce reducciones relativamente permanentes en la ansiedad de personas “normales”; es de- cir, que son capaces de desenvolverse efi- cazmente en las condiciones normales de la vida cotidiana. Tercero, la mayoría de los estudios anteriores se han realizado con muestras de adultos (más de treinta años) (véase Petruzzello, Landers, Hatfield, Ku- bitz y Salazar, 1991), bastantes con ancia- nos (v.g., Fillingim y Blumenthal, 1993), y varias con niños y adolescentes (v.g., Horn y Claytor, 1993). En contraste, deseamos centrarnos en una edad en la que, supuesta- mente, se alcanza la máxima vitalidad y sa- lud, los jóvenes de 18 a 30 años. Precisa- mente, en las muestras de esta edad es don- de menores efectos del ejercicio físico se han observado en estudios previos. Para poder manejar el cúmulo de infor- mación tan enorme procedente de las inves- tigaciones previas en el área del ejercicio fí- sico y la ansiedad, es preciso recurrir a revi- siones “narrativas” (v.g., Byrne y Byrne, 1993; Dishman, 1995; Kerr y Vlaswinkel, 1990; Landers, 1994) y, mejor aún, a meta- análisis (Long y van Stavel, 1995; McDo- nald y Hodgdon, 1991; Petruzzello et al., 1991; Slicht, 1994). Estos últimos utilizan técnicas matemáticas para combinar y su- mar los efectos estadísticos de todos los es- tudios particulares, obteniendo así un efecto conjunto, y averiguar la existencia de mode- radores en la relación de las variables inves- tigadas (v.g., ejercicio y ansiedad) (Salazar, Petruzello, Landers, Etnier y Kubitz, 1993). En general, la mayoría de las revisiones sobre estudios previos concluyen que se han observado efectos moderados, aunque sig- nificativos, del ejercicio físico en la reduc- ción de la ansiedad. Más aún, que estos efectos no sólo tienen lugar sobre el estado transitorio de ansiedad, sino que pueden al- canzar al rasgo de ansiedad; es decir, a la tendencia relativamente estable a percibir amenazas en situaciones variadas, y a reac- cionar con preocupación y alteraciones psi- cosomáticas. Ahora bien, dos de los meta- análisis más recientes y citados (Petruzzello et al., 1991; Slicht, 1994) difieren sobre el efecto general en el conjunto de la pobla- ción, aunque coinciden en relación con el efecto en jóvenes. Para Petruzzello et al. (1991), en un exhaustivo análisis, el ejer- cicio físico regular reduce el rasgo de ansie- dad cuando el ejercicio tiene naturaleza ae- róbica (entrenamiento de la capacidad car- dio-respiratoria; v.g., correr, montar en bici- cleta, nadar), cuando es practicado en sesio- nes con una duración superior a 20 minutos, cuando el programa de entrenamiento se ex- tiende al menos durante 10 semanas conse- cutivas (3 sesiones a la semana), tanto en sujetos normales como en afectados por ni- veles elevados de ansiedad, y en muestras de sujetos de más de 30 años. En cambio, para Slicht (1994), con un rango menor de EJERCICIO FÍSICO REGULAR Y REDUCCIÓN DE LA ANSIEDAD EN JÓVENES 500 Psicothema, 1997 estudios incluidos en el meta-análisis, las conclusiones son menos optimistas: sólo en los adultos de más de 30 años existen indi- cios de que el ejercicio regular puede dismi- nuir el rasgo de ansiedad. Por tanto, según los meta-análisis, los jó- venes no resultarían beneficiados por el ejercicio físico en este importante indicador de salud como es el rasgo de ansiedad. No obstante, existen diversos estudios en los que sí se han encontrado efectos reductores de la ansiedad en jóvenes (véanse revisiones en Byrne y Byrne, 1993; Kerr y Vlaswinkel, 1990). Ahora bien, existe la duda de si los efectos positivos encontrados en tales estu- dios particulares son genuinos y fiables, o si obedecen a deficiencias metodológicas. Al- gunos de esos estudios han empleado una metodología no experimental: bien correla- cional, o transversal, bien con medidas pre/post-tratamiento en un grupo experi- mental, pero sin grupo de control. Otros han empleado una metodología quasi-experi- mental, congrupo de control y experimental equiparados en algunas variables, pero sin asignación aleatoria de los sujetos a cada uno de ellos (véase, por ej., Byrne y Byrne, 1993; Kerr y Vlaswinkel, 1990). En el pre- sente estudio hemos pretendido corregir ta- les errores, para mejorar la validez interna de la investigación y la fiabilidad de los re- sultados. En cualquier caso, dada la impor- tancia de la ansiedad en la edad juvenil co- mo un factor de vulnerabilidad que puede actuar como germen para el desarrollo de trastornos más graves en la edad madura, merece la pena explorar su susceptibilidad de modificación con el ejercicio físico. En el presente estudio, jóvenes universi- tarios de ambos sexos fueron asignados ale- atoriamente, bien a un grupo de entrena- miento durante 12 semanas consecutivas, bien a un grupo de control en lista de espe- ra. Al inicio del tratamiento y al final se mi- dió el rasgo de ansiedad con cuatro medi- das complementarias de autoinforme. Ade- más, para poder atribuir los posibles cam- bios pre/post al entrenamiento, al inicio del tratamiento se comprobó la comparabilidad de los dos grupos en variables objetivas que pudieran incidir sobre la relación ejercicio- ansiedad (véase Método y Resultados). En conjunto, el estudio actual es una prolonga- ción del de Gutiérrez Calvo, Szabo y Capa- fons (1996). En éste último se comprobó que el ejercicio físico regular reduce la re- actividad en los estados de ansiedad subje- tiva, conductual (motriz) y fisiológica (re- cuperación del ritmo cardíaco) en una si- tuación de estrés. Ahora se pretende com- probar si los efectos transitorios observados en condiciones de estrés tienen una corres- pondencia en características de ansiedad (rasgo) relativamente permanentes de per- sonalidad. Método Sujetos Participaron 104 estudiantes universita- rios matriculados en segundo curso de Psi- cología, 79 mujeres y 25 varones, cuya me- dia de edad era de 21.3 años (d.t. = 2.5). La participación de los sujetos en la investiga- ción era voluntaria, pero se consideraba co- mo una actividad práctica de una de las asignaturas anuales del curso. Esta recom- pensa se ofreció antes de iniciarse el estudio con el fin de evitar una posible auto-selec- ción de los propios sujetos: se trataba de conseguir que no sólo participaran los estu- diantes motivados por el ejercicio físico, si- no también quienes en condiciones norma- les rehusarían hacerlo. Al ofrecer la recom- pensa extrínseca al propio ejercicio se pre- tendía motivar a todos los sujetos. Los participantes fueron asignados alea- toriamente al grupo experimental o al de control. Varios de ellos (8 del grupo experi- mental y 6 del de control) que no aceptaron la asignación que les había correspondido MANUEL GUTIÉRREZ CALVO, ORLANDO ESPINO, DAVID L. PALENZUELA Y ALEJANDRO JIMÉNEZ SOSA Psicothema, 1997 501 fueron excluidos, ofreciéndoseles otra acti- vidad práctica de tipo académico. Este ajus- te dio lugar a un ligero desequilibrio en la proporción de mujeres/varones por grupo (varones: 11, experimental; 14, control; mu- jeres: 38 y 41, respectivamente). Véanse Resultados, para controlar el posible efecto de este desequilibrio. Medidas preliminares Al inicio del estudio se tomaron varios grupos de medidas de los sujetos de ambos grupos, aparte de las que constituyen las va- riables dependientes. Se pretendía con ello confirmar la bondad de la asignación alea- toria y la comparabilidad real de los grupos en variables relevantes, a la vez que detec- tar posibles anomalías incompatibles con el ejercicio físico (4 sujetos del grupo experi- mental y 2 del de control fueron excluidos por alguna disfunción cardiovascular o bio- química). Los grupos de variables relevantes fue- ron: (a) peso, altura, historia de ejercicio previo (número de horas de ejercicio físico a la semana y participación en competicio- nes deportivas en el último año); (b) des- trezas motrices y capacidad física: carrera de 60 metros lisos, y de 1200 (mujeres) o 1600 (hombres), flexibilidad, abdominales, salto, lanzamiento de balón medicinal, equilibrio dinámico, habilidad en carrera con obstáculos fijos, y con móviles; (c) ca- pacidad aeróbica (VO2 máximo estimado), presión arterial sistólica y diastólica en re- poso y en esfuerzo máximo, ritmo cardíaco en reposo y esfuerzo máximo, y demás in- dicadores típicos de una prueba cardio-res- piratoria de esfuerzo, utilizando una cinta eléctrica móvil Quinton 65 y un electrocar- diógrafo Fukuda Cardimax 66; (d) diversas medidas bioquímicas a partir de muestras de sangre y orina (v.g., colesterol, transa- minasas, leucocitos, glucosa, creatinina, triglicéridos, etc.). Diseño experimental, variables dependientes y procedimiento Se utilizó un diseño de 2 (condición: gru- po experimental vs. control) x 2 (tiempo: medida de las variables dependientes pre- vs. post-tratamiento), siendo el primer fac- tor inter-sujetos y el segundo intra-sujetos. Las variables dependientes estaban cons- tituidas por cuatro medidas complementa- rias de ansiedad, establecidas a partir de las siguientes escalas de autoinforme: (a) Se midió el rasgo de ansiedad general, o el grado en que las personas perciben amena- za y se sienten nerviosas generalmente, me- diante el cuestionario IDARE-R (Spielber- ger y Díaz-Guerrero, 1975); (b) se utilizó el cuestionario IDASE (Spielberger et al., 1980) para medir el rasgo de ansiedad de evaluación, o la tendencia a ponerse nervio- so y preocuparse por el posible fracaso y consecuencias aversivas derivables en situa- ciones de evaluación aptitudinal, tales como los exámenes; (c) se recogieron las respues- tas de los sujetos a los factores de tensión y de trastornos psicosomáticos del cuestiona- rio GHQ de Goldberg (1978), de acuerdo con la factorización de Elton, Patton, Weye- rer, Diallina y Fichter (1988). Todas estas escalas de autoinforme fueron administra- das a los participantes al inicio y al final del tratamiento (es decir, del entrenamiento físi- co, para el grupo experimental, y de la es- pera sin ejercicio, para el de control), con 12 semanas de diferencia entre las dos admi- nistraciones. El grupo experimental recibió el entrena- miento físico durante 12 semanas, a tres se- siones semanales de 60 minutos de duración cada una. El programa de ejercicio fue ela- borado por un experto en educación física, de acuerdo con los objetivos de mejora inte- gral de la forma física, incluyendo el desa- rrollo de fuerza-rapidez, flexibilidad-habili- dad, y resistencia (American College of Sports Medicine, 1991)1. Las sesiones fue- EJERCICIO FÍSICO REGULAR Y REDUCCIÓN DE LA ANSIEDAD EN JÓVENES 502 Psicothema, 1997 ron realizadas en el Polideportivo Universi- tario de la Universidad de La Laguna, diri- gidas por un monitor titulado, en dos grupos de unos 23-30 participantes cada uno. El programa se componía de seis tipos de se- siones diferentes, que se iban repitiendo pe- riódicamente. Cada sesión se desarrollaba en tres partes consecutivas: calentamiento (10-15 minutos), núcleo (35-40 minutos), y vuelta a la calma (10 minutos), con unos 60 ejercicios en total. Los ejercicios estaban calculados para ser realizados aproximada- mente a 120-140 pulsaciones por minuto durante el calentamiento, a 140-180 en el núcleo, y a 100-120 en la vuelta a la calma. Se requirió un mínimo de asistencia a las se- siones del 80% para incluir los datos de un sujeto en los análisis estadísticos. A los participantes en el grupo de control (“en lista de espera”) se les pidió que hi- cieran las pruebas preliminares, que respon- dieran a los cuestionarios relativos a las me- didas de ansiedad, y se les informó que unos tres meses más tarde podrían participar en sesiones del entrenamiento físico aplicado al grupo experimental. Resultados Consistencia, fiabilidad, e intercorrelaciones de las medidas de ansiedad En la Tabla 1 se presentan los estadísti- cos correspondientes a las medidas de las variables dependientes. En general, los índi- ces de consistencia interna (alpha de Cron-bach) son altos en todas las escalas. La fia- bilidad test-retest, con aproximadamente 85-91 días de diferencia, se hizo sólo con las puntuaciones de los sujetos del grupo de control, a fin de conocer la estabilidad de las puntuaciones en ausencia de intervenciones (entrenamiento) que alterasen la normalidad de la vida cotidiana de los sujetos. Como se observa en la Tabla 1, la estabilidad de las medidas de rasgo de ansiedad general y de evaluación es muy elevada; la de los facto- res de trastornos psicosomáticos y tensión, aunque menor, también es significativa. Con respecto a las intercorrelaciones, tanto en la medida previa al tratamiento co- mo en la posterior, se confirma empírica- mente la relación conceptual entre las cua- tro variables: todas comparten varianza co- mún de modo significativo, aunque no mi- den exactamente lo mismo, sino probable- mente aspectos complementarios de un mis- mo constructo. No obstante, la ansiedad de evaluación manifiesta mayor independen- cia, lo cual es consistente con su carácter más específico (ligado a situaciones especí- ficas). Comparabilidad inicial de los grupos en variables relevantes Para conocer si el grupo experimental y el de control eran comparables al inicio del tratamiento en variables de capacidad, sa- MANUEL GUTIÉRREZ CALVO, ORLANDO ESPINO, DAVID L. PALENZUELA Y ALEJANDRO JIMÉNEZ SOSA Psicothema, 1997 503 Tabla 1 Estadísticos (consistencia interna –alpha de Cronbach–, fiabilidad test-retest –3 meses de intervalo–, e intercorrelaciones) relativos a las medidas de ansiedad IDARE R IDASE GHQ-TP GHQ-T Consistencia .87 .89 .86 .85 Fiabilidad .86 .85 .47 .52 Correlaciones: IDARE-R – .53 .46 .56 IDASE .64 – .34 .47 GHQ-TP .46 .33 – .63 GHQ-T .51 .40 .56 – NOTA: IDARE-R: rasgo de ansiedad general. IDASE: rasgo de ansiedad de evaluación. GHQ-TP: trastornos psicosomá- ticos. GHQ-T: tensión. Todas las correlaciones p<0.001. N= 104 (excepto en fiabilidad = 55). El triángulo superior (derecha) del bloque de correlaciones refleja los datos de la medida previa (pre) al tratamiento; el triángulo inferior (izquierda), los de la medida posterior (post). lud, o historia de ejercicio previo (véase Método, Medidas preliminares), se llevaron a cabo ANOVAS de 2 (grupo) x 2 (sexo) en cada una de esas variables. No se observa- ron diferencias estadísticamente significati- vas entre los dos grupos en ninguna de las variables preliminares. Esta equivalencia inicial permite descartar que las diferencias entre el grupo experimental y el de control en las variables dependientes de ansiedad puedan atribuirse a factores de salud, capa- cidad, o historia previa de ejercicio, ajenas al tratamiento. Efectos del entrenamiento físico sobre el rasgo de ansiedad Sobre las variables dependientes se apli- có un ANOVA de 2 (grupo) x 2 (tiempo) x 2 (sexo). Se incluyó el factor sexo (mujeres vs. hombres) para controlar sus posibles efectos interactivos con el entrenamiento o el tiempo de medida (pre/post), dado que la proporción hombres/mujeres difería ligera- mente entre el grupo experimental y el de control. Sobre la medida de rasgo de ansiedad general se produjo un efecto principal del sexo, F(1, 100) = 5.30, p<0.025, teniendo las mujeres mayor puntuación que los hombres, y una interacción de grupo x tiempo, F(1, 100) = 5.84, p<0.025. Este segundo efecto tiene especial interés por- que indica que el entrenamiento tuvo una influencia reductora sobre la ansiedad tanto en hombres como en mujeres: en el grupo experimental se produjo una dismi- nución en la ansiedad desde el inicio al fi- nal del tratamiento, mientras que en los del de control se observó un ligero incre- mento (Tabla 2). En cambio, sobre la me- dida de ansiedad de evaluación única- mente tuvo lugar un efecto del sexo, F(1, 100) = 20.89, p<0.0001, con mayor pun- tuación en las mujeres que en los hombres (Tabla 2). Las medidas de tensión y trastornos psicosomáticos fueron incluidas simultáne- amente en el análisis, dado que son factores psicométricos complementarios de una mis- ma medida (véase Variables dependientes). De este modo, se utilizó un ANOVA de 2 (grupo) x 2 (tiempo) x 2 (sexo) x 2 (tipo de ansiedad: tensión vs. trastornos psicosomá- ticos). Aparecieron efectos principales del tiempo, F(1, 100) = 8.70, p<0.01, sexo, F(1, 100) = 3.95, p<0.05, y tipo de ansiedad, F(1, 100) = 5.95, p<0.025, revelando pun- tuaciones superiores después que antes del tratamiento en mujeres que en varones, y en trastornos psicosomáticos que en tensión. Ahora bien, los anteriores efectos fueron cualificados por la interacción entre grupo y tiempo, F(1, 100) = 6.43, p<0.025. Este efecto interactivo, y la ausencia de interac- ción con tipo de ansiedad indican que el en- trenamiento fue beneficioso en la reducción tanto de la tensión como de los trastornos psicosomáticos, en comparación con la con- dición de control, y de modo similar para hombres y mujeres (véanse Figuras 1 y 2). Discusión Los resultados descritos confirman el efecto beneficioso del ejercicio físico regu- EJERCICIO FÍSICO REGULAR Y REDUCCIÓN DE LA ANSIEDAD EN JÓVENES 504 Psicothema, 1997 Tabla 2 Puntuaciones medias (d. t. en paréntesis) en rasgo de ansiedad general (IDARE-R) y rasgo de ansiedad de evaluación (IDASE) en función de la condición experimental –entrenamiento físico versus control– y del momento de medida –previa versus posterior al tratamiento– Condición experimental Entrenamiento Control Pre- Post- Pre- Post Ansiedad general 43.4 (9.6) 41.6 (9.8) 42.8 (10.3) 43.9 (10.5) Ansiedad de evaluación 44.1 (10.4) 43.9 (11.3) 42.8 (12.3) 42.7 (11.5) lar en la reducción del rasgo de ansiedad, como característica relativamente estable de personalidad, en jóvenes de ambos sexos con niveles normales (no patogénicos o clí- nicos) de ansiedad. El efecto se produce de modo consistente en las tres medidas gene- rales de ansiedad, pero no en la específica de ansiedad de evaluación. Estos resultados aportan varias contribuciones sobre los ha- llazgos de investigaciones previas. Primero, contrastan con la ausencia de efectos sobre el rasgo de ansiedad en jóve- nes (aunque eficaz en adultos), tal como se recoge en los meta-análisis de Petruzzello et al. (1991) y Slicht (1994), y la ocurrencia sólo en varones, pero no en mujeres (meta- análisis de McDonald y Hodgdon, 1991). La razón aducida para que los efectos bene- ficiosos se limiten a los adultos (Slicht, 1994) es que es después de los 30 años cuando se inicia la disminución en capaci- dad y salud física, con la pérdida de percep- ción de control sobre el entorno que eso conlleva, al sentirse las personas menos ac- tivas y eficientes físicamente. Así, los adul- tos en la madurez y vejez podrían compen- sar esas pérdidas con la capacitación que proporciona el ejercicio físico, y eso dismi- nuir su ansiedad. En cambio, los jóvenes se encuentran en la cima de su capacidad físi- ca y salud, éstas no son fuentes de ansiedad y, por tanto, el ejercicio tendría un papel compensatorio muy inferior al caso de los adultos. En consecuencia, no cabría esperar importantes efectos del ejercicio físico so- bre la ansiedad. Ahora bien, este plantea- miento parece enfatizar la ansiedad directa- mente relacionada con la salud física, el ren- dimiento motor, y el control físico del am- biente. Sin embargo, olvida importantes factores ansiógenos relativos al control psicológico de uno mismo y del propio am- biente, que afectan a los jóvenes con sufi- ciente intensidad. Así, en su afrontamiento adaptativo a la realidad social, los jóvenes se ven sometidos a importantes fuentes de ansiedad. Entre todas ellas, probablemente destaca la constante preparación y someti- miento a evaluación para poder promocio- narse profesionalmente, con las incertidum- bres que eso conlleva. Esto lleva a pensar que la ansiedad es un importante ingredien- te en la salud psicológica de los jóvenes; y que su reducción y control, para un encau- zamiento adaptativo, puede ser susceptible de influencia por el ejercicio físico regular. MANUELGUTIÉRREZ CALVO, ORLANDO ESPINO, DAVID L. PALENZUELA Y ALEJANDRO JIMÉNEZ SOSA Psicothema, 1997 505 Figura 1. Puntuación diferencial (incremento o dismi- nución respecto a la línea base: puntuación directa en la condición de control previa al tratamiento) en Ten- sión en los grupos de control y entrenamiento. Figura 2. Puntuación diferencial (incremento o disminu- ción respecto a la línea base: puntuación directa en la con- dición de control previa al tratamiento) en Trastornos Psicosomáticos en los grupos de control y entrenamiento. Segundo, en la investigación previa se ha comprobado que el ejercicio físico sí afecta al estado de ansiedad, reduciéndolo transito- riamente durante e inmediatamente después de una sesión de ejercicio; y que este efecto se produce de modo general, tanto en los jó- venes como en los adultos (v.g., Petruzzello et al., 1991). En el presente estudio, se ha comprobado que el efecto transitorio sobre el estado puede extenderse al rasgo de an- siedad, es decir, convertirse en estable con la práctica regular de ejercicio. Ahora bien, es- te efecto sobre el rasgo de ansiedad no al- canza a la reactividad emocional ligada a si- tuaciones específicas, como las de evalua- ción. Doan, Plante, Digregorio y Manuel (1995) observaron una disminución del esta- do de ansiedad en condiciones de estrés de evaluación en función del ejercicio físico. En contraste, los resultados del presente es- tudio sugieren que ese efecto es sólo transi- torio; no repercutiría en un cambio estable en el rasgo de ansiedad de evaluación. Es posible, no obstante, que, dado que ésta es una característica de reactividad emocional ligada a situaciones importantes en la vida de los jóvenes estudiantes (v.g., exámenes), sí sea susceptible de influencia por el ejer- cicio físico en los sujetos con mayor nivel de ansiedad de evaluación. Ahora bien, esta hi- pótesis no ha podido ser sometida a prueba en el presente estudio, ya que, a fin de ganar en representatividad y validez externa, elegi- mos una muestra estadísticamente normal. En contraste, la comprobación de esa hipóte- sis habría exigido comparar sujetos extre- mos en rasgo de ansiedad de evaluación. El hecho de que se utilizaran variables de- pendientes de autoinforme puede suscitar dudas sobre la validez de los resultados. Hay, en cambio, varias razones para confiar en ellos. Primero, en los diseños pre-post los sujetos actúan como controles de sí mismos. Además, la subjetividad de las medidas afecta por igual al grupo de control y al ex- perimental, entre los que se hacen los con- trastes, con lo cual la posible varianza de error se compensa. Segundo, para investigar los efectos sobre el rasgo de ansiedad la in- vestigación previa ha utilizado típicamente medidas de autoinforme. En nuestro caso, la ventaja es que hemos usado varias comple- mentarias: algunas han sido susceptibles de influencia, las de ansiedad general, y otra no, la específica. Este efecto diferencial sugiere la existencia de sensibilidad en las medidas. Tercero, en el presente estudio se han utili- zado numerosas medidas objetivas con las que se ha probado la comparabilidad entre los grupos en factores que podrían haber contaminado diferencialmente el efecto del ejercicio físico sobre las variables depen- dientes. Cuarto, Gutiérrez Calvo et al. (1996), utilizando el mismo diseño experi- mental y parte de los sujetos del presente es- tudio, confirmaron los efectos del ejercicio físico con medidas objetivas de ansiedad: en una situación de estrés de evaluación, los su- jetos que habían recibido entrenamiento físi- co manifestaron menor estado de ansiedad motriz y menor reactividad fisiológica que los del grupo de control. Los datos de Gutié- rrez Calvo et al. (1996) son coherentes con los actuales, si bien éstos confirman que el efecto no se limita sólo a las situaciones de estrés, sino que afecta de modo relativamen- te estable a la percepción transituacional (rasgo) que los sujetos tienen de su propia reactividad emocional. Existen varias explicaciones posibles de los efectos beneficiosos del ejercicio físico, pero el estudio actual no permite identificar la más adecuada. Algunas proponen meca- nismos de naturaleza biológica, mientras que otras optan por mecanismos psicoló- gicos (véanse Dishman, 1995; Landers, 1994; Plante, 1993). Entre las biológicas, una atribuye los efectos a un incremento en la capacidad aeróbica como efecto del ejer- cicio. Esta, precisamente, es consistente con el hecho de que en los sujetos del grupo de entrenamiento mejorasen (cambio pre/post- EJERCICIO FÍSICO REGULAR Y REDUCCIÓN DE LA ANSIEDAD EN JÓVENES 506 Psicothema, 1997 tratamiento) su capacidad máxima de toma y uso de oxígeno (prueba de esfuerzo cardio- respiratorio), en comparación con los del grupo de control (Gutiérrez Calvo et al., 1996). No obstante, existen otras explicacio- nes biológicas alternativas, tales como la del incremento en el riego sanguíneo del cerebro y la temperatura del cuerpo, con efectos tranquilizadores; o la del incremento en es- teroides antiestrés; o el aumento en los nive- les de los neurotransmisores norepinefrina, serotonina y dopamina, que elevan el estado de ánimo; o la estimulación de la glándula pituitaria para la producción de endorfinas, con un efecto euforizante. Complementa- riamente, existen varios mecanismos psico- lógicos, tales como los cambios en la auto- estima y autoeficacia, derivados de una me- jora en la imagen corporal y el sentimiento de mayor dominio en habilidades y capaci- dad física; asimismo, la práctica de ejercicio supone un tiempo de distracción de pensa- mientos y emociones de tensión, y una opor- tunidad de socialización (cuando se hace en grupo). En nuestro estudio, al igual que en la mayoría, no es posible atribuir los efectos del ejercicio físico al ejercicio per se, exclu- yendo efectos placebo debidos a la genera- ción de expectativas de mejora que se pro- ducen en los sujetos participantes (y el em- peño adicional que éstos ponen en mejorar a lo largo del período de entrenamiento, inclu- so cambiando algunos hábitos de vida —fu- mar, alimentación, etc.—). Para controlar es- tos efectos inespecíficos no basta con un grupo de control “en lista de espera”, sino que sería necesario una condición placebo que, con similar credibilidad a la de entrena- miento físico, indujera equivalentes expecta- tivas de mejora en los participantes. En conclusión, se ha comprobado el efecto del ejercicio físico regular en la re- ducción del rasgo de ansiedad. En cambio, no es posible decidir sobre si la explicación de ese efecto incluye inequívocamente in- gredientes específicos del ejercicio físico. En cualquier caso, estos resultados tienen implicaciones prácticas importantes en la mejora de la salud psicológica: también los jóvenes sanos pueden beneficiarse del ejer- cicio físico regular en el control de su an- siedad. Se ha demostrado en otros contextos de investigación (véase Eysenck y Gutiérrez Calvo, 1992; Gutiérrez Calvo, 1996) que el rasgo elevado de ansiedad tiene efectos per- judiciales sobre la eficiencia o gasto de re- cursos (v.g., tiempo, esfuerzo, etc.), aunque no necesariamente sobre la eficacia en el rendimiento; y que estos efectos negativos ocurren también en jóvenes. Por consi- guiente, es razonable enfatizar la conve- niencia del ejercicio físico regular en todas las edades, como un instrumento de higiene psicológica en relación con la ansiedad. Nota 1 Una descripción detallada del programa de entrenamiento físico, con cada uno de los seis grupos de sesiones, fases dentro de ca- da sesión, duración y número de repeticio- nes de cada ejercicio, y frecuencia cardía- ca recomendada, puede ser obtenido soli- citándolo al primer autor de este artículo. Agradecimientos La investigación presentada en este artículo ha sido financiada por la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias, proyecto nº 241-190/92. Estamos agradecidos a D. Luis Jesús Diez Rivera por la elaboración del programa de entrenamientofísico y las orienta- ciones a los monitores; a los responsables del Po- lideportivo Universitario de la Universidad de La Laguna, por facilitar los medios y las instalacio- nes necesarios; y a los doctores Horacio Pérez y Adela Martínez, del Servicio de Cardiología, y Javier García, del Servicio de Nefrología, del Hospital de la Candelaria (Tenerife), por su res- ponsabilidad en la recogida y valoración de las medidas cardiovasculares y bioquímicas. MANUEL GUTIÉRREZ CALVO, ORLANDO ESPINO, DAVID L. PALENZUELA Y ALEJANDRO JIMÉNEZ SOSA Psicothema, 1997 507 American College of Sports Medicine (1991). Guidelines for exercise testing and prescrip- tion. Philadelphia: Lea y Fibiger. Byrne, A. y Byrne, D.G. (1993). The effect of exercise on depression, anxiety and other mo- od states: A review. Journal of Psychosoma- tic Research, 37, 565-574. Dishman, R.K. (1995). Physical activity and pu- blic health: Mental health. 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