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! ! ! Universidad Autónoma del Estado de Morelos Facultad de Estudios Superiores de Cuautla Doctorado en Ciencias Sociales Seminario de Epistemología “Epistemología y conocimiento científico, una aproximación en el campo de las ciencias sociales” Presenta: Mtro. Daniel Domínguez Hernández Docente: Dr. Alejandro García Garnica H.H. Cuautla, Mor. ! 2! Epistemología-y-conocimiento-científico,-una-aproximación-en-el-campo-de-las- ciencias-sociales Daniel Domínguez Hernández Resumen En el presente ensayo se contempla a la epistemología como la disciplina filosófica que se encarga de dictaminar el carácter científico del conocimiento. Considerando que ha sido objeto de análisis en mayor medida en el campo de las ciencias duras, se plantea la existencia de un gran esfuerzo por trasladar sus ejes normativos al campo de las ciencias sociales, además de realizar un análisis de diversas aproximaciones teóricas que dictaminan la manera en que se genera dicho conocimiento, atribuyéndole al mismo la particularidad de ser producido mediante un método especifico, un marco teórico previo y una concepción de la realidad. Aterrizando dichos principios y bajo la premisa de que en la ciencias sociales existen múltiples enfoques epistemológicos, se analizan de manera general las tres principales tradiciones en la producción de conocimiento científico social; la escuela positivista, la interpretativa y el marxismo. Palabras clave: Epistemología, conocimiento científico, paradigma Introducción Desde el surgimiento de la ciencia, ha existido una gran preocupación por determinar y diferenciar lo que es científico y lo que no lo es. Lo anterior en gran medida, se ha orientado en las valoraciones y consideraciones sobre el proceso mediante el cual se genera el conocimiento, es decir, el método utilizado para producirlo. Ante la amenaza latente de diversas corrientes teóricas que pretender pasar lo común o cotidiano como riguroso o científico, se han duplicado los esfuerzos por considerar a la epistemología como esa rama de la filosofía, de carácter normativo, que dictamina y vigila el proceso de investigación y, específicamente, su producto; el conocimiento científico. Es de esta manera que partimos de la noción de que la epistemología procura la presencia y consistencia de diversos principios para mantener la cientificidad y validez del ! 3! conocimiento, por ello, su producción requiere el mantenimiento de ciertos requisitos indispensables para que la frontera con otros tipos de conocimiento sea notoria y precisa. Ante este vinculo incuestionable que mantienen la epistemología y el conocimiento científico, el propósito del presente ensayo será esclarecer las dimensiones en que dicha unión se presenta, así como las normas que exigen la transformación del conocimiento común en científico, además de contextualizar dichas consideraciones en el campo de las ciencias sociales. Debemos destacar, que si bien las diversas propuestas epistemológicas se han abordado en mayor medida desde las ciencias duras, siempre será significativo e importante intentar trasladar sus principios normativos a diferentes áreas del conocimiento. Para lograr lo anterior, a lo largo del trabajo se desarrollan dos apartados. En un primer momento, se analizan algunas conceptualizaciones de la epistemología que permiten identificar ese consenso que la determina como una disciplina reguladora y dictaminadora del proceso de producción del conocimiento científico, además de realizar una diferenciación entre diversos tipos de conocimientos y las acepciones generalmente aceptadas para considerar a éste bajo un carácter científico. En segundo lugar, con el esclarecimiento de dicho vinculo innegable, se analizan tres de los más sobresalientes enfoques epistemológicos que prevalecen en las ciencias sociales; el positivismo, la escuela interpretativa y el marxismo. Lo anterior, con la intención de dejar claro la multiplicidad de maneras para comprender y generar conocimiento científico desde dicha área. Para finalizar, se desarrollan unas breves consideraciones finales producto del análisis realizado. Epistemología y generación de conocimiento científico Cuando hablamos de epistemología, nos sumergimos en un mundo en el que prevalecen diversos puntos de vista, sobre todo si queremos contextualizarla en el área de las ciencias sociales, por ello debemos comenzar a partir de plantearnos la pregunta con la que Bunge (2004) titula el primer apartado de su introducción “¿Qué es y para qué sirve la epistemología?”. Para proceder a responder la interrogante anterior, debemos considerar que la mayoría de los estudios que enfocan su análisis en la epistemología, lo hacen desde ! 4! una perspectiva general de la ciencia, otorgándole mayor consideración a las disciplinas que pertenecen a las ciencias duras (naturales y físicas), mientras que las ciencias blandas (sociales y humanas) son relegadas y en ocasiones, no consideradas como científicas. Bajo este contexto, la epistemología se ha desarrollado e interpretado de distintas formas a lo largo de la historia de la ciencia, pues siempre es de vital preocupación determinar qué es científico y qué no lo es. Para Bunge (2004a: 21) la epistemología representa “[…] la rama de la filosofía que estudia la investigación científica y su producto, el conocimiento científico”. Dentro de las ideas de este destacado epistemólogo argentino podemos contextualizar el desarrollo histórico de la epistemología bajo diferentes periodos; un periodo clásico, uno de profesionalización y un escolástico. La periodización realizada por este autor obedece a demostrar la necesidad de un renacimiento epistemológico en el que se procuren y focalicen los esfuerzos en la resolución especifica de problemas de carácter lógico, semántico, gnoseológicos, metodológicos, ontológicos, estéticos y estéticos en el ámbito científico. En este sentido, la propuesta de este autor otorga preponderancia en los estudios epistemológicos al conocimiento científico como producto de la investigación. En uno de sus textos adicionales, Bunge nos proporciona los elementos a considerar para lograr identificar la diferencia entre conocimiento ordinario y conocimiento científico. Parte del conocimiento previo de que arranca toda investigación es conocimiento ordinario, esto es, conocimiento no especializado, y parte de él es el conocimiento científico , o sea, se ha obtenido mediante el método de la ciencia y puede volver a someterse a prueba, enriquecerse y, llegado el caso, superarse mediante el mismo método (Bunge, 2004b: 3). Como vemos, el uso del método científico es primordial para adjudicarle a determinado conocimiento el carácter de científico, entendiendo que el método es una serie de reglas y formas explícitas utilizadas en el proceso de búsqueda de respuestas. En el ámbito científico, prevalece la importante necesidad de distinguir entre lo que es científico y lo que no es, pues de ello depende la validez y pertinencia de los resultados de la ciencia. ! 5! . Además de lo cotidianamente aceptado como parte de dicho proceso, una de las características que Bunge propone como ineludible al método científico y que otorgará al conocimiento dicha condición, será el principio de contrastabilidad “Los avances de la ciencia nos obligan a revisar […] el concepto mismo de contrastabilidad (testability). En efecto, éste es el núcleo de la cientificidad […] ya que una idea puede considerarse científica sólo si es objetivamente contrastable con datos empíricos” (Bunge, 2004a: 37). Por otro lado, las ideas del psicólogo argentino Pablo Cazau resultan relevantes al intentar comprender a la epistemología y su razón de ser. Cazau advierte que han proliferado diversas nociones sobre el término epistemología,sin embargo, el más aceptado y adecuado es aquel que se refiere a ella como “[…] la disciplina que estudia la ciencia, entendida en su doble aspecto de actividad (típicamente la investigación) y el producto de esta actividad (el conocimiento científico)” (Cazau, 2011: 111). Como vemos, es una noción similar a la planteada por Bunge, lo sobresaliente de la propuesta de Cazau es que nos ayuda a entender, bajo su diferenciación de tres dimensiones, la esencia propia de la epistemología. Debe entonces distinguirse tres niveles: la realidad, la ciencia y la epistemología. Mientras la realidad (un trozo de materia) es estudiada por el científico (un físico), la actividad del científico es estudiada por el epistemólogo ( en el ejemplo, la epistemología de la física) (Cazau, 2011: 111). Al contemplar su definición de epistemología, se entiende implícitamente la distinción entre el conocimiento común y el científico, donde la diferencia representa la brecha que otorga la utilización del método para su generación. Prueba de ello es el recorrido histórico que realiza el autor en busca de comprender la relación entre la epistemología y la metodología, con la finalidad de demostrar que el método es un apartado relevante y distintivo de la ciencia y, por ende, del conocimiento científico. De acuerdo con Cazau, la importancia de la epistemología, consiste en que integra la rama normativa del quehacer científico que cuestiona la validez del conocimiento, así como de la formas como se produce. ! 6! Es de suma importancia también, considerar la propuesta de Esther Díaz, quien se preocupa por esclarecer ese vinculo que prevalece entre epistemología, ciencia y conocimiento. En primer lugar, Díaz (2010) se ocupa, al igual que Bunge, de realizar una pronta distinción entre el conocimiento común y el científico, para ello parte de una concepción de conocimiento generalizada. El conocimiento es una manera de relacionarse con la realidad, un modo de interpretarla, de dar cuenta de ella,[…] el conocimiento describe, explica y predice[…] Describir es enunciar las características de un objeto u estado de cosas, explicar es relacionar los motivos que producen o permiten un hecho, predecir es anticipar un hecho antes de que se produzca[…] (Díaz, 2010: 13). La distinción entre conocimiento común y científico, llevará a comprender la naturaleza de la ciencia, pues para Díaz, ésta última está integrada por el conocimiento científico y los organismos legitimadores del mismo (instituciones públicas y privadas, universidades, comunidades científicas). De hecho, es ese proceso legitimador el que otorga la distinción de científico al conocimiento, además claro, de que éste se caracteriza por ser metódico y sistemático. “El método científico[…] se trata de un sistema de relaciones entre hipótesis y derivaciones empíricas organizadas y clasificadas sobre la base de principios explicativos” (Díaz, 2010: 16). Así, volvemos a encontrar las ideas de Bunge y su principio de contrastabilidad como aspecto riguroso de la ciencia. La epistemología será entonces aquella disciplina incorporada en los primero años del siglo XX al campo de la filosofía, que reflexiona sobre la ciencia en general, incluyendo sus métodos “Desde su origen, epistemología remite a teoría del conocimiento o reflexión sobre la ciencia […] siempre a representado una preocupación filosófica. Sin embargo […] se ha consolidado como disciplina con peso propio” (Díaz, 2010: 21). A largo del análisis de las propuestas de estos tres autores hemos encontrado mayor cantidad de convergencias sobre qué es la epistemología y qué es lo que estudia, para efectos de que quede más claro, dichas argumentaciones se integran en un cuadro comparativo. ! 7! Adicional a lo anterior, hemos revisado que existe un vinculo innegable entre la epistemología y la naturaleza del conocimiento científico, pues la primera es un tipo de vigilante obsesivo que centra su mirada exigente y dictamina las características del segundo, lo anterior mediante lo que Bachelard (2000) nombró rupturas epistemológicas, es decir, superando las prenociones subjetivas de los individuos. Para profundizar en está relación veremos a continuación algunos planteamientos teóricos sobre la generación del conocimiento científico y su distinción con el conocimiento común. Para comenzar el análisis, debemos partir de la ideas que nos expresa Michael Polanyi (1996) y su diferenciación entre dos tipos de conocimiento propio de todos los hombres. Para éste filosofo húngaro, el conocimiento humano se puede dividir de dos formas distintas; por un lado, el conocimiento tácito y, por otro, el conocimiento explícito. El primero, tiene la particularidad de ser personal, es decir, pertenece a cada uno de los actores individuales, ya que se genera y localiza únicamente en nuestras cabezas; al segundo, se le otorga la característica de ser público, pues representa a todo el conocimiento que está escrito y transmisible mediante la representación gráfica a otras personas. Dicha diferenciación entre conocimientos, recae en la capacidad que tiene el conocimiento explicito sobre el tácito para ser objeto de critica y debate, dada su cualidad de ser notorio, lo que Polanyi determina como una diferencia de carácter lógico. El conocimiento tácito tiene la apariencia de una actividad propia particular, a la que le falta el carácter público, objetivo, del conocimiento explícito. Por lo tanto, puede parecer que le falta la cualidad esencial del conocimiento[…] La diferencia lógica esencial entre los dos tipos de conocimiento estriba en el hecho de que podemos reflexionar críticamente sobre algo que está formulado de manera explicita, mientras que no podemos hacerlo sobre nuestra captación tácita de una experiencia (Polanyi, 1996: 10-11). Como podemos percibir, las ideas de Polanyi resultan significativas si deseamos comprender el proceso de generación de conocimiento, pues su distinción entre el tácito, de origen subjetivo; y el explícito, de naturaleza objetiva, nos es de gran ayuda; en primer ! 8! lugar, para ir diferenciando entre tipos de conocimiento; y, en segundo lugar, para ir construyendo los componentes fundamentales del conocimiento científico. Por otro lado, quien nos aporta una primera noción respecto a la generación del conocimiento científico es el destacado filosofo de la ciencia británico Alan F. Chalmers. Él ve en el conocimiento que produce la ciencia, la principal característica de ser un conocimiento demostrado y/o verificado, lo que nos obliga a pensar nuevamente en el principio de contrastabilidad de Mario Bunge. El conocimiento científico es conocimiento probado. Las teorías científicas se derivan, de algún modo riguroso, de los hechos de la experiencia adquiridos mediante la observación y la experimentación […] Las opiniones y preferencias personales y las imaginaciones especulativas no tienen cabida en la ciencia. La ciencia es objetiva. El conocimiento científico es conocimiento fiable porque es conocimiento objetivamente probado (Chalmers, 1990: 11). Desde esta perspectiva se entiende, en un principio, que el conocimiento científico representa la conjunción de los hechos derivados de la experiencia, específicamente, de los sentidos del ser humano y del alejamiento de las prenociones e imaginaciones especulativas que sustentan la subjetividad. Apoyándose en la lógica del método inductivo, el argumento central del texto de Chalmers, gira en torno a dejar claro que el conocimiento científico no puede ser creado a partir de la elaboración de enunciados generados por la observación, adjudicándoles la categoría de ingenuo ese tipo de inductivismo. Es por ello que para este autor, la aplicación de éste inductivismo ingenuo representa un tipo de atasco en el proceder científico,pues demuestra bajo ejemplos muy precisos que la ciencia no comienza con la observación, sino que toda observación de algún fenómeno en particular, está precedido por la experiencia, el conocimiento y las expectativas de quien realiza la observación, lo que constituye un marco teórico básico desde el cual el observador sistematiza sus observaciones. ! 9! Los enunciados observacionales se hacen siempre en el lenguaje de alguna teoría y serán tan precisos como lo sea el marco conceptual o teórico que utilicen […] Las teorías precisas, claramente formuladas, constituyen un requisito previo de unos enunciado observacionales precisos. En este sentido, las teorías preceden a la observación (Chalmers: 1990: 48). De está manera es como Chalmers plantea sus ideas respecto a la generación del conocimiento científico, en la que encontramos no únicamente la particularidad de emplear un método riguroso que le permita ser verificado cuantas veces sea necesario, sino la necesidad de partir de determinado planteamiento teórico. En este sentido y acorde al tema que nos ocupa, debemos considerar los planteamientos de León Olivé y Ruy Pérez Tamayo (2011) en su “álgida” discusión sobre la naturalización de la epistemología y el proceso del conocimiento científico, al que añaden un ingrediente más: la concepción de la realidad. Resulta por demás interesante retomar ambas propuestas, ya que los dos autores, además de ser mexicanos, han sido formados en áreas distintas del conocimiento; mientras Olivé se ha desarrollado en el campo de la filosofía, Pérez Tamayo es un medico e investigador perteneciente al área de la patología. El argumento de Pérez inicia bajo el criterio de que el conocimiento de la realidad presupone dos premisas básicas: por un lado, la existencia innegable de la realidad; y, por otro, la capacidad del ser humano para poder entenderla y conocerla. Lo anterior fundamenta la bases para que Olivé atribuya al área del conocimiento científico cuatro cuestiones centrales. En primer lugar, se asume que “”El conocimiento es de la realidad, y si no, no es conocimiento”(Olivé y Pérez, 2011: 31), es decir, no se puede ir más allá con intenciones de generar conocimiento , si no es de algo que se pueda ser inteligible por el hombre- en este aspecto la comprensión de los aspectos metafísicos quedan excluidos y marginados para interpretarse como conocimiento- ; en segundo lugar, éstas afirmaciones de Pérez, contribuyen a fortalecer la hipótesis de que el conocimiento asume la existencia de la realidad, así sea mínima la idea de que conocimientos algo, se acepta a la realidad como ! 10! algo presente aunque se dificulte su demostración. “[…] nunca podremos ofrecer un argumento correcto que parta de premisas aceptables para todos y cuya conclusión sea que la realidad existe independientemente de las representaciones de los seres humanos (o que no existe)” (Ibíd:31). Olivé atribuye a la segunda premisa de Pérez la tercer cuestión central, referente a que los seres humanos tienen la capacidad de conocer la realidad otorgándole a la epistemología dos dimensiones; una empírica y otra normativa. La cuarta y última cuestión, consiste en que la hombres necesitan reconocer la realidad. De ésta manera, nos aproximamos a descifrar cómo es que se genera el conocimiento científico. Como hemos visto a lo largo de las propuestas revisadas, existe una imperiosa necesidad de que éste tipo de conocimiento debe ser explícito, público y capaz de der objeto de una reflexión, además de requerir un mínimo de acepciones teóricas por parte de los actores individuales, ya sea por las experiencias de su socialización o por su conocimiento previo, que les permita encuadrar el aspecto de la realidad, capaz de ser entendida y comprendida, mediante la utilización de un método riguroso donde prevalezca el principio de contrastabilidad. Para que las ideas queden expuestas con mayor claridad, se presenta un mapa conceptual. (Véase mapa 1) Epistemología y conocimiento científico en las ciencias sociales Como lo hemos señalado, la epistemología es una disciplina que analiza y evalúa la producción de conocimiento científico, para las ciencias sociales no es la excepción. Desde las ideas de Tarrés (2008), dentro del área de dichas ciencias ha prevalecido una multiplicidad de tradiciones reflexivas que dictan los lineamientos en la producción de conocimiento científico, lo que podría comprenderse de un modo clásico como lo que Kuhn (1962) llamó paradigma, es decir, coexisten diversos modelos legitimados para hacer ciencia, lo que para Ruiz y Ayala (2004) representa una competencia que al final es determinada por el consenso de la comunidad científica en la definición de cuál será el paradigma que se acepte como modelo científico. ! 11! Como lo hemos mencionado y revisado anteriormente, la mayoría de los análisis de la epistemología y de la generación de conocimiento, se centran en la ciencia en general, específicamente en las ciencias duras apartándose del área de las ciencias sociales. Ejemplo de ello es lo que plantean Juan Manuel Juárez y Sonia Camboni (2010: 102-103) “La epistemología no es una reflexión propia de las ciencias sociales, de ninguna manera; es un proceso de reflexión que deben realizar todas las ciencias, so pena de caer en lo banal y en el conocimiento común”. Para analizar los diversos “paradigmas” que dictan la generación de conocimiento desde las ciencias sociales, retomaremos la sistematización que plantea Hans Carrillo (2011) desde la perspectiva sociológica. Bajo éste tenor, retomaremos las tres escuelas sociológicas más sobresalientes en la producción de conocimiento científico, de las que resumiremos sus principales características a continuación. Escuela positivista Antes de describir las características generales del positivismo en las ciencias sociales, debemos reconocer y tener presente que dicha tradición epistemológica surge y se ha desarrollado en el seno de las ciencias duras. De acuerdo con Carrillo (2011), esta escuela en el ámbito estrictamente sociológico existen diversas ramificaciones como la naturalista, la psicologista y la europea. Está tradición sociológica ve a la realidad como externa al individuo, capaz de ser medida y evaluada, buscando el estableciendo criterios universales para su conocimiento. Para dicho paradigma, el concepto de ciencia obedece a realizar una tarea racional y objetiva para explicar fenómenos sociales mediante la deducción lógica de una hipótesis de trabajo, con el propósito de someterla a una contrastabilidad empírica, utilizando como herramienta el método científico con un corte comparativo y experimental basado en principios cuantitativos y estadísticos. De acuerdo con Moritz Schlick citado por Herbert Feigl (1979: 326) nos dice que “El significado fáctico de los enunciados consiste en el método de su contrastabilidad”. ! 12! El máximo representante de está corriente fue el destacado sociólogo francés Emilie Durkheim, quien parte del principio de que la realidad es observable y objetiva. En unos de sus principales textos publicado en 1985, dicho autor, expone que el conocimiento científico que produce la sociología debe enfocarse y estudiar los hechos sociales como objetos, con el propósito de ser comparados a través del análisis estadístico. Como lo hemos señalado, el positivismo desde las ciencias sociales pone especial énfasis en la incorporación de los criterios del método científico, específicamente, el principio de contrastabilidad, por lo que podemos deducir, que en el marco de ésta tradición, la verificación y comprobación de los hechos es de vital importancia para considerar al conocimiento como científico. Escuela interpretativa De acuerdo con éste paradigma, el objeto de estudio de la sociología escaptar, interpretar y comprender el sentido que motiva las relaciones sociales y la acción social de los actores individuales. “El objeto de las ciencias sociales, es el sujeto que crea significados sociales y culturales en su relación con los otros, el método debería orientarse a comprender los significados de la acción y las relación sociales en sociedad” (Tarrés, 2008: 47). Al diferencia del paradigma positivista, ésta corriente epistémica promueve la generación de conocimiento científico a partir de la compresión del aspecto subjetivo de la realidad, además de mantener que las teorías sociológicas no deben establecer leyes ni generalización sobre el comportamiento de determinados fenómenos sociales. Otra diferencia sobresaliente es que ésta tradición mantiene que para la generación de dicho conocimiento, se pueden emplear múltiples métodos, dejando de lado el principio de contrastabilidad, generando así un pluralismo metodológico integrado por diversas corrientes, entre las que destacan; el interaccionismo simbólico de Herbert Blumer (1969), la fenomenología de Alfred Schütz (1993) y la etnometodología de Harold Garfinkel (2006) e incluso, no se niega al uso de la estadística como herramienta para comprender lo social. ! 13! De esta manera, el principal exponente y fundador de dicha corriente sociológica es el prominente sociólogo alemán Max Weber, pues recordemos que desde sus definiciones básicas sobre la sociología atribuye gran importancia a la acción subjetiva como campo de estudio de la sociología. Debe entenderse por sociología[…] una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social para de esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos […] La “acción social”, por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientándose por ésta hacia su desarrollo (Weber, 2002: 5). Es así como podemos distinguir entre el paradigma interpretativo o comprensivo de la corriente positivista en la generación de conocimiento científico; mientras el segundo procura que la generación de dicho conocimiento sea con base en la aplicación de un método riguroso justificado en la verificación y comprobación de hipótesis, el segundo es más flexible y abierto a la utilización de diferentes técnicas para comprender los fenómenos sociales. Marxismo Por otro lado, a diferencia de las tradiciones revisadas con anterioridad ha prevalecido una tercera corriente en la generación de conocimiento científico desde el área de la ciencias sociales cuyo apogeo se vio fortalecido dado el contexto político, económico y social de la última mitad del siglo XX. La tradición marxista, como forma alternativa de comprender lo social, conceptualiza a la sociedad como “[…] un sistema de interacción social entre los sujetos en el proceso de producción objetiva de la realidad, cuyas estructuras materiales objetivas, instituciones y significados producidos condicionan, a su vez, la conciencia de los sujetos implicado en dicho proceso de producción y , por tanto, el propio sistema de interacción social”(Carrillo, 2011: 87). ! 14! Este paradigma tiene la particularidad de promover y utilizar un método en particular, el proceso de análisis bajo una perspectiva dialéctica entre lo objetivo y lo subjetivo, entre la estructura y la acción, entre lo propuesto por el positivismo y lo planteado por la escuela interpretativa. Dada la importancia que el marxismo adjudica a las relaciones materiales en los diversos modos de producción a lo largo de la civilización como formas de entender lo social, se concibe que dicho método adquiere la particularidad de ser materialista, asumiendo la importancia del análisis histórico en la producción de conocimiento científico. Como su nombre lo expresa, el principal exponente de éste paradigma es el filosofo e intelectual alemán Karl Marx, a quien se le atribuye ésta forma distinta de comprender lo social a partir de las estructuras objetivas, delimitadas al análisis histórico los modos de producción y, la influencia de éstas en la capacidad de agencia de los actores individuales, tal como lo expresa Federico Engels en el prólogo a la tercer edición del obra de Marx (2003) El 18 brumario de Luis Bonaparte: Fue precisamente Marx el primero que descubrió la gran ley que rige la marcha de la historia, la ley según la cual todas las luchas históricas , ya se desarrollen en el terreno político, en el religioso, en el filosófico o en otro terreno ideológico cualquiera, no son, en realidad, más que la expresión más o menos clara de luchas entre clases sociales, y por tanto también los choques de estas clases, están condicionados, a su vez, por el grado de desarrollo de su situación económica, por el carácter y el modo de sus producción y de su cambio, condicionado por ésta. Federico Engels en Marx (2003: 9). Hemos señalado que una de las bases para considerar al conocimiento como científico, es la utilización de un método, la necesidad de partir de un marco teórico y de una comprensión especifica de la realidad. Por lo tanto, es así como contextualizamos las diversas corrientes epistemológicas que procuran la producción de ducho conocimiento desde las ciencias sociales, específicamente, desde la sociología. En primer lugar, tenemos el paradigma positivista como defensor de un método riguroso basado en el principio de contrastabilidad de las teorías con los fenómenos empíricos como requisito fundamental para la producción de conocimiento; en segundo lugar, la tradición interpretativa o comprensiva que plantea ! 15! mayor flexividad en la metodología utilizada para producirlo, pues se fundamenta en la aprehensión de los significados que dan los sujetos a sus acciones; y, en tercer lugar, el marxismo como paradigma que intenta plantear un método dialectico entre lo que procuran las dos tradiciones previamente mencionadas, en el que se analicen los fenómenos a partir de la contextualización histórica de las relaciones de producción. Para efecto de que dicha distinción quede más clara, se presenta un cuadro comparativo entre las tres tradiciones, considerando sus características ontológicas, epistemológicas y metodológicas. (Véase cuadro 1) Conclusiones En el ámbito científico, prevalece la importante necesidad de distinguir entre lo que es científico y lo que no es, pues de ello depende la validez y pertinencia de los resultados de la ciencia. La epistemología es esa disciplina filosófica que reflexiona, procura, regula y atiende los procesos de producción del conocimiento científico, entiéndase como parte de éste; el conjunto de teorías y postulados metodológicos que se emplean para su generación. Por ello, los epistemólogos tienen como principal encomienda la valoración de las diversas herramientas empleadas por los científicos en su quehacer cotidiano. De acuerdo con los postulados epistemológicos analizados, al conocimiento científico lo constituyen aquellos saberes verificados de carácter público, explícito y capaces de ser sometidos a una reflexión critica que permita su constante renovación y revalorización, además de estar fundamentados bajo un enfoque teórico y, por supuesto, que sean resultado de la rigurosa implementación de un método, entendido éste último como una serie de reglas y formas explícitas utilizadas en el proceso de búsqueda de respuestas. En el campo de las ciencias sociales, específicamente, en la sociología, han coexistido una múltiple variedad de enfoques epistemológicos que dictaminan la producción del conocimiento científico en dicha área, los más destacados son el positivismo, la escuela interpretativa y el marxismo. Cada uno de los paradigmas anteriores se caracterizan por ! 16! tener principios teóricos y metodológicos particulares, ademásde una concepción de la realidad distinta. Para finalizar, considero que el principal reto para la epistemología y la generación del conocimiento científico en el área de las ciencias sociales es identificar y encuadrar ese gran número de concepciones del mundo característica propia de dichas ciencias, pues el conocimiento de la realidad está condicionado por los supuesto que sustentan los marcos conceptuales, experiencias y aspiraciones de los sujetos y las sociedades, lo que nos obliga a considerar la pertinencia que algunos autores plantean respecto a que en el campo de las ciencias sociales se debe reconocer la existencia innegable de un pluralismo epistemológico. Anexo Mapa 1.- El conocimiento científico Fuente: Elaboración propia a partir de las ideas de Polanyi (1996), Chalmers (1990) y Olivé y Pérez (2011). ! 17! Cuadro 1.- Las tres tradiciones epistemológicas en las ciencias sociales CARACTERISTICAS\ TRADICIÓN POSITIVISMO INTERPRETATIVO MARXISMO ONTOLÓGICA Hay una realidad objetiva capaz de ser medida Las realidades son múltiples y construidas por los sujetos La realidad es una valoración material entre lo objetivo y lo subjetivo EPISTEMOLÓGICA Sujeto y objeto son independientes Existe una interdependencia entre sujeto y objeto El objeto es determinado por el papel del sujeto en las relaciones de producción METODOLÓGICA Se prioriza la comparación entre fenómenos mediante el análisis cuantitativo Lo importante es comprender los significados que otorgan los sujetos a los fenómenos bajo un análisis cualitativo Materialismo dialectico entre lo objetivo y subjetivo asumiendo la importancia del análisis histórico concreto Fuente: Elaboración propia a partir de las ideas de Carrillo (2011), Tarrés (2008) y Cortés (2000). 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