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Países de Asia - Japón

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Japón
Bandera
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	INTRODUCCIÓN
Japón (nombre oficial, Nihon o Nippon Koku, Japón), monarquía constitucional situada en el este de Asia, que comprende cuatro grandes islas, así como las islas Ryūkyū y más de 1.000 islas menores adyacentes. Limita al norte con el mar de Ojotsk, al este con el océano Pacífico, al sur con el océano Pacífico y el mar de la China Oriental, y al oeste con el estrecho de Corea y el mar del Japón (mar Oriental). Las islas japonesas se extienden en un arco irregular desde la isla de Sajalín (perteneciente a Rusia) a la isla de Formosa (Taiwan). El propio Japón consta de las grandes islas de Hokkaidō, la más septentrional, Honshū, la isla principal, Shikoku, y Kyūshū, la más meridional. En conjunto, estas islas tienen una superficie total de unos 362.000 km²; añadiendo las numerosas pequeñas islas cercanas, la extensión de Japón es de 377.837 km². Tokio es la capital y mayor ciudad del país.
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) ocupó las islas Kuriles, situadas al norte de Hokkaidō y conocidas con el nombre de Chishimaretto durante la hegemonía japonesa, al finalizar la II Guerra Mundial según el acuerdo alcanzado en la Conferencia de Yalta en 1945. Hasta la rendición incondicional de Japón a los aliados el 2 de septiembre de 1945, el imperio nipón controlaba, además de lo que es actualmente Japón y las islas Kuriles, un área de aproximadamente 1.651.100 km2, que englobaba Corea, Formosa, Dongbei Pingyuan (Manchuria), el territorio arrendado de Guangdong (Kwangtung), las islas Pescadores, Karafuto (la mitad meridional de Sajalín), así como las islas Marshall, las islas Marianas (excepto Guam, posesión de Estados Unidos) y las islas Carolinas, territorios bajo mandato japonés desde el Tratado de Versalles de 1919, después de la I Guerra Mundial.
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	TERRITORIO Y RECURSOS
Las islas de Japón son las cimas de una enorme cadena de montañas que en su origen formó parte del continente asiático, del cual se separó durante el cenozoico. La isla principal, Honshū, con una forma alargada y estrecha, tiene una anchura máxima de 241 km y una longitud de unos 1.000 km; ningún punto de Japón está a más de 161 km del mar. La costa de Japón es muy grande en proporción a la superficie de las islas y totaliza, con sus múltiples bahías y accidentes, unos 29.751 km. La costa del Pacífico es muy accidentada, debido a la acción erosiva de las mareas y de las fuertes tormentas costeras. La costa occidental de Kyūshū, en el mar de la China Oriental, es el sector más irregular de la costa japonesa. En la costa oriental, al norte de Tokio, hay algunas ensenadas navegables, pero las mejores bahías y puertos de Japón se encuentran al sur. Entre Honshū, Shikoku y Kyūshū está Seto-Naikai o mar Interior, salpicado de islas y conectado con el océano Pacífico y el mar del Japón (mar Oriental) por tres estrechos angostos a través de los que raramente pasan las tormentas oceánicas. La costa occidental de las islas de Japón, en el mar del Japón (mar Oriental), donde casi no se producen mareas, es relativamente recta y mide menos de 4.830 km; los únicos accidentes destacados en esta zona costera son las bahías de Wakasa y Toyama en Honshū.
Japón tiene un paisaje de montañas altas y valles profundos, con muchas llanuras pequeñas. Debido a la secuencia alternante de montaña y valle y a que la mayoría del suelo es rocoso, se estima que sólo el 12,9% del territorio japonés está cultivado.
	2.1
	
	Ríos y lagos
Aunque Japón tiene abundantes cursos de agua —prácticamente cada valle tiene una corriente de agua— no hay grandes ríos navegables; los existentes varían en tamaño desde los arroyos esporádicos durante el deshielo de primavera o la estación lluviosa de verano a las pequeñas corrientes que se mantienen incluso durante la estación seca. La sucesiones de rápidos y caídas son tan comunes que sólo los barcos con un calado muy somero pueden navegar por los ríos. El río más largo de Japón es el Shinano, en Honshū, con 367 km; otros ríos destacados de esta isla son el Tone, el Kitakami, el Tenryu y el Mogami. Entre los ríos más importantes de Hokkaidō se encuentran el Ishikari (el segundo río más largo de Japón), el Teshio y el Tokachi. El Yoshino es el río más largo de Shikoku. Los abundantes lagos japoneses son notables por su belleza; algunos se localizan en los valles fluviales, pero la mayoría son lagos de montaña y muchos son áreas turísticas durante el verano. El mayor lago de Japón, que cubre unos 685 km2, es el Biwa, en Honshū.
	2.2
	
	Regiones fisiográficas
Las llanuras japonesas se extienden a lo largo de los cursos bajos de los ríos más importantes, en mesetas a lo largo de las laderas inferiores de las cadenas montañosas y en las tierras bajas junto a la costa. Las llanuras más extensas se localizan en Hokkaidō: a lo largo del río Ishikari, en el sector occidental de la isla, siguiendo al río Tokachi en el sureste y rodeando las ciudades de Nemuro y Kushiro en el centro de la costa este. Honshū tiene varias llanuras importantes; en la llanura de Osaka se hallan las ciudades de Kōbe, Kioto y Osaka, en la llanura de Kanto se asienta Tokio, y Nagoya es la ciudad principal de la llanura de Nobi. La llanura de Tsukushi es la más destacada de Kyūshū.
Las montañas de Japón son el rasgo más notable de su topografía. Las cordilleras montañosas se extienden por las islas de norte a sur. Las principales cadenas radian otras más pequeñas que se extienden lateralmente o corren paralelas a la cordillera principal y a menudo descienden a la costa, donde forman bahías y puertos. En el norte, la isla de Hokkaidō se caracteriza por una cordillera volcánica que desciende desde las Kuriles y aparece en la parte suroccidental de la isla. Estas montañas se bifurcan en dos líneas cerca de la bahía de Uchiura, en la costa suroccidental, y reaparecen en la isla de Honshū en dos cordilleras paralelas; la menor, situada por completo en el noreste, separa el valle del río Kitakami del océano Pacífico. La cordillera principal continúa a través del suroeste hasta que encuentra una masa de sierras que la cruzan, cierran la meseta del río Shinano y forman un cinturón montañoso, el más elevado de Japón, que atraviesa la parte más ancha de la isla. El pico más elevado, con 3.776 m, es el Fuji Yama, un volcán inactivo que se encuentra cerca de Yokohama, y que es uno de los temas favoritos del arte nipón, por su excepcional belleza y por ser único en altura y forma. Una de las cadenas subsidiarias de la cordillera central recibe el nombre de Alpes Japoneses por la grandiosidad de su paisaje; el punto más alto de la cadena es el Yariga (3.180 m). Más al sur, se encuentra otra cadena con elevaciones destacadas, cuya altura máxima es el monte Shirane (3.192 m). Las islas de Shikoku y Kyūshū tienen también cadenas montañosas, aunque ninguna tiene ningún pico superior al Ishizuchi (1.982 m) en la isla de Shikoku. Los volcanes son bastante frecuentes; se conocen unos 200, de los que unos 50 están activos. Las fuentes termales y las áreas volcánicas emiten abundantes gases.
	2.3
	
	Seísmos
Los terremotos son frecuentes en Japón. Un estudio mostró que las perturbaciones sísmicas, sobre todo de naturaleza menor, ocurrían más de tres veces al día. Las investigaciones geológicas han demostrado que bajo el impacto continuo de estas perturbaciones la costa occidental de las islas niponas se está asentando, mientras que la del Pacífico está en ascenso. Las costas orientales están expuestas a terremotos de gran intensidad que afectan a grandes áreas y normalmente están acompañados por grandes maremotos; parece que estas ondas comienzan cerca de la costa nororiental de Honshū, donde se cree que existe un gigantesco cráter marino a más de 8.000 m de profundidad. El terremoto más catastrófico de la historia nipona tuvo lugar en 1923; su epicentro se localizó en la bahía de Sagami y afectó a Tokio y Yokohama provocando 150.000 víctimas. En 1995 la ciudad portuaria de Kōbe se vio afectada por un seísmo que causó 5.000 víctimas.2.4
	
	Clima
Las islas japonesas ocupan una franja de 17º de latitud, y sus condiciones climáticas varían mucho. Las temperaturas tienen un promedio que oscila desde unos 5 ºC en Nemuro (Hokkaidō) hasta unos 16 ºC en Okinawa. Hokkaidō y el sector meridional de Honshū se caracterizan por veranos cortos e inviernos largos y fríos debido en gran parte a los vientos noroccidentales procedentes de Siberia y la corriente fría de Ojotsk (u Oya Shivo), que fluye hacia el sur en el mar del Japón (mar Oriental). Hacia el sur y el este de esta región la influencia de la corriente cálida de Kuro-Shivo modera los inviernos. En Shikoku, Kyūshū y en el sur de Honshū los veranos son cálidos y húmedos, casi subtropicales, y los inviernos son templados con pocas nevadas. Japón se encuentra en el camino de los monzones surorientales, que aportan bastante de la humedad en verano. Las precipitaciones anuales varían desde unos 1.015 mm en Hokkaidō hasta 3.810 mm en las montañas del centro de Honshū. Desde junio hasta octubre tienen lugar ciclones tropicales, también llamados tifones: pueden causar graves daños, sobre todo a los barcos.
	2.5
	
	Recursos naturales
Los recursos naturales más importantes de Japón son principalmente los agrícolas. Aunque la tierra cultivable es limitada, Japón tiene una de las mayores producciones mundiales por área sembrada y el país produce el 71% de sus alimentos. El gran potencial de energía hidroeléctrica de Japón se ha desarrollado en buena medida, pero los recursos minerales son limitados; el país importa la mayor parte de los minerales que necesita.
	2.6
	
	Flora y fauna
Los veranos húmedos y cálidos son la causa de la gran variedad y exuberancia de la flora japonesa. Se pueden encontrar más de 17.000 especies de plantas con o sin flores, muchas de ellas muy cultivadas y muy populares, como los ciruelos blancos y rojos, los cerezos, azaleas, peonías, lotos y, en especial, los crisantemos, la flor nacional de Japón. Otras especies importantes son la pimpinela, la campánula, el gladiolo y muchas variedades de lilas. Hay pocas flores silvestres.
La variedad de árboles predominante en Japón es la conífera; una especie común es el sugi, o cedro japonés, que puede alcanzar los 46 m de altura. Otras perennifolias notables son el alerce, la pícea y muchas variedades de abetos. En Kyūshū, Shikoku y el sur de Honshū crecen árboles subtropicales como el bambú, el árbol del alcanfor y el árbol de la cera, y se cultiva la planta del té. Los árboles del centro y del norte de Honshū son los típicos de la zona templada, como hayas, sauces, castaños y coníferas; el árbol de la laca y la morera se cultivan extensivamente y el ciprés, el tejo, el boj, el acebo y el mirto son abundantes. En Hokkaidō la vegetación es subártica y similar a la del sur de Siberia; la pícea, el alerce y el abeto meridional son los árboles más comunes, aunque hay ejemplares de alisos, álamos y hayas. Los frutales más comunes en Japón son los melocotoneros (durazneros), los perales y los naranjos.
Los japoneses practican un tipo único de jardinería paisajística, en el que reproducen en miniatura los paisajes naturales de forma estilizada. También cultivan árboles enanos, como el cerezo y el ciruelo que, mediante podas cuidadosas, mantienen una altura de unos 30 cm. Especialmente famosos son los bonsáis, plantas ornamentales sometidas a técnicas de cultivo que impiden su crecimiento mediante corte de raíces y poda de ramas.
En comparación con su flora exuberante, la fauna de Japón es más escasa aunque cuenta con al menos 140 especies de mamíferos, 450 especies de aves y una amplia variedad de reptiles, batracios y peces. El único primate mamífero es el mono de cara roja, el macaco japonés, que se encuentra en todo Honshū. Entre los carnívoros destacan el oso rojo, el oso negro y el oso pardo. Son frecuentes los zorros y tejones y otros animales con pelo, como el jabalí, la marta, el visón japonés, la nutria, la comadreja y distintas variedades de focas. Las liebres y los conejos y otros roedores como las ardillas, las ardillas voladoras, las ratas y los ratones son numerosos, aunque no hay ratones caseros. Hay muchas variedades de murciélagos; entre los insectívoros destacan el topo japonés y la musaraña. De las dos especies de ciervos la más común es el pequeño ciervo japonés, que tiene el pelo blanco moteado en el verano y pardo en invierno.
El gorrión, la golondrina casera y el tordo son las aves más comunes de Japón. Las aves acuáticas constituyen casi el 25% de las especies conocidas y aparecen especies como la grulla, la garza, el cisne, el pato, el cormorán, la cigüeña y el albatros. Las aves canoras son numerosas; el camachuelo y dos variedades de ruiseñores son los más conocidos. Otras aves comunes son el petirrojo, el cuco, el pájaro carpintero, el faisán y la paloma.
En las aguas costeras de Japón abundan los peces, que se capturan en enormes cantidades y son consumidos como pescado fresco o en conserva o utilizados para la fabricación de fertilizantes. También son comestibles diversas especies de algas.
	2.7
	
	Temas medioambientales
Japón tiene fuentes limitadas de energía natural tradicional pero igualmente posee un sector industrial en crecimiento y una gran población con uno de los niveles de vida más elevados del planeta. Para lograrlo ha seguido una agresiva política de energía nuclear y actualmente obtiene cerca del 31,94% de su energía a partir de plantas nucleares, con expectativas de llegar hasta el 60% hacia el año 2030. Hay 53 plantas nucleares en funcionamiento. La ubicación de estas plantas, en lo que respecta a los riesgos de terremotos, almacenamiento de desechos nucleares, importación de combustible nuclear, y exportación del combustible consumido para su reprocesamiento, plantea importantes riesgos medioambientales y de seguridad. Japón tenía una gran reserva de plutonio a principios de los años noventa. Otras fuentes de energía son la hidroelectricidad, el carbón y el petróleo. Aún con el desarrollo de la energía nuclear, Japón produce casi el 5% del total de las emisiones de gases con efecto invernadero. El Gobierno ha diseñado estrategias de carácter nacional para enfrentarse a éste y a otros problemas. 
La activa economía de Japón ha generado muchos problemas, también habituales en otros países industrializados. Alguno, como la contaminación del aire, es mucho más severo debido a la elevada concentración de zonas urbanas; el 66% (2005) de la población es urbana y ocupa sólo un 3% de la tierra. Las concentraciones de dióxido de azufre han caído significativamente en respuesta a las regulaciones medioambientales, pero los óxidos de nitrógeno, que contribuyen a la lluvia ácida y provocan enfermedades, aún son un problema. La calidad del agua ha ido mejorando desde 1970, pero muchas superficies de agua todavía exceden los niveles relacionados con las sustancias orgánicas. Los aumentos de desechos domésticos en los años ochenta se encontraban entre los más altos del mundo, y Japón se enfrenta a severas reducciones, en cuanto a espacio, para ubicar vertederos. 
La ética de la conservación de la naturaleza en Japón ha sido muy fuerte desde la aparición del budismo en el siglo VI. Los bosques protegidos y reservas especiales para caza ya tenían mucha tradición cuando Japón ingresó en la era moderna de influencia occidental a mediados del siglo XIX. Los bosques actuales cubren el 65,8% (2005) de Japón, aunque la mayoría son plantaciones comerciales. A pesar de sus propios bosques, Japón se encuentra entre los mayores importadores de madera del mundo.
Actualmente hay 28 parques nacionales importantes y más de 350 de menor tamaño, que cubren más del 14% del país. Entre las numerosas reservas de vida silvestre y los santuarios especiales se cubre más del 8,7% de su superficie. También hay al menos 28 parques marinos. La Ley para la Conservación de la Naturaleza de 1972 establece que todos los sistemas naturales sean inventariados cada cinco años, tarea que se puede cumplir gracias a la participaciónde voluntarios y organizaciones no gubernamentales. Los japoneses son personas apasionadas por su patrimonio natural. El porcentaje de visitas de los residentes a los parques nacionales está entre los más altos del mundo, y desde la década de 1980 hay un fuerte movimiento medioambiental.
Los desastres naturales forman parte de los riesgos de vivir en Japón. Debido a que este país se encuentra en el Anillo de Fuego, el círculo sísmico de la cuenca del Pacífico, está sujeto a numerosos terremotos. El más reciente de los más graves ocurridos se desarrolló en Kobe en enero de 1995 y provocó la muerte a más de 5.000 personas. Los terremotos más distantes de las islas generalmente llegan a la costa con tsunamis, y algunas ciudades están protegidas con enormes muros artificiales en el mar. En Japón también se encuentra el 20% de los volcanes activos del planeta. Por último, los tifones a veces afectan a las islas meridionales. 
Japón se encuentra entre los pocos países asiáticos que ha ratificado el Convenio de Ramsar sobre zonas húmedas. En 1980 ya había declarado cuatro reservas de biosfera bajo el programa El Hombre y la Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Otros acuerdos medioambientales internacionales son los relativos al Tratado del Antártico, biodiversidad, cambios climáticos, especies en peligro de extinción, cambios medioambientales, residuos peligrosos, vertido de residuos al mar, prohibición de realizar ensayos nucleares, capa de ozono, contaminación naval y madera tropical (1983 y 1994). 
	3
	
	POBLACIÓN
Los actuales japoneses son esencialmente mongoloides, al igual que los chinos y coreanos, aunque algo más bajos. Los ainus, individuos de un pueblo caucásico que en la actualidad reside en Hokkaidō, suponen el único grupo foráneo significativo, pero en la actualidad sus miembros están mezclados con japoneses. Japón es una sociedad urbana industrializada y más de las tres cuartas partes de la población viven en áreas metropolitanas. El japonés es el idioma oficial, pero además muchos japoneses utilizan el inglés.
	3.1
	
	Características de la población
Japón tiene una población de 127.288.420 habitantes (según estimaciones para 2008). Tiene 340 hab/km² de densidad de población.
	3.2
	
	Divisiones administrativas
Japón está dividido en 47 prefecturas, entre las que se encuentra Okinawa, ocupada por Estados Unidos después de la II Guerra Mundial y devuelta en 1972 a Japón.
	3.3
	
	Ciudades principales
Tokio, el centro comercial y financiero del país, tenía una población (según estimaciones para 2007) de 8.339.695 habitantes. Otras ciudades importantes son Yokohama (3.562.983 habitantes), destacado puerto marítimo y centro industrial; Osaka (2.510.459 habitantes), importante puerto marítimo, terminal aérea y uno de los mayores centros financieros de Japón; Nagoya (2.154.287 habitantes), destacado centro industrial; Kioto (1.389.595 habitantes), la capital histórica, famosa por su artesanía y por ser centro industrial; y Kōbe (1.502.772 habitantes), destacado puerto marítimo y núcleo de transportes. Otras 75 ciudades tienen poblaciones superiores a los 250.000 habitantes.
	3.4
	
	Religión
Las principales religiones de Japón son el sintoísmo, una religión basada en la veneración a los antepasados y a la naturaleza, con unas 200 sectas y denominaciones, y el budismo, con unas 207 tendencias y escuelas. Algo menos del 4% de la población profesa el cristianismo, representado en Japón por el protestantismo, el catolicismo y la Iglesia ortodoxa griega. En la segunda mitad del siglo XIX se declaró el sintoísmo como religión del Estado, haciendo hincapié en la divinidad del emperador, al que estaban obligados a reverenciar todos los japoneses, con independencia de su afiliación religiosa. En 1946, las autoridades aliadas de ocupación acabaron con la oficialidad del sintoísmo. El 1 de enero de 1946, el emperador Hiro-Hito renunció a todas las pretensiones a la divinidad. La Constitución promulgada en 1947 restableció la absoluta libertad de culto.
	4
	
	EDUCACIÓN Y CULTURA
El sistema educativo japonés está muy desarrollado; la tasa de alfabetización es del 99 por ciento. El inglés, como principal idioma para los contactos extranjeros, es obligatorio en el plan de estudios de las escuelas secundarias.
	4.1
	
	Historia
La influencia china en el desarrollo cultural de Japón fue muy destacada, manifestada en la adopción de un sistema de escritura chino. La adquisición de la escritura no puede ser datada con precisión, pero alrededor del 400 d.C., los escribas coreanos usaban la ideografía china en los informes oficiales de la corte imperial japonesa. Sin embargo, la educación del antiguo Japón era más aristocrática que en el sistema chino y las familias nobles mantenían sus propios centros escolares. Durante el periodo medieval, los templos budistas asumieron muchas de las responsabilidades educativas. Bajo el sogunado Tokugawa (que dominó el país desde 1600 hasta mediados del siglo XIX) las instituciones educativas se extendieron para crear una sociedad muy desarrollada en el ámbito cultural.
Con el comienzo del gobierno del emperador Meiji Tenno (reinó desde 1867 hasta 1912) y el inicio de la denominada época Meiji, Japón experimentó una transformación radical en todos los aspectos que también afectó a la educación. El Ministerio de Educación se creó en 1872 y, en ese mismo año, una ley estableció la educación primaria universal. El gobierno envió delegados a Europa y a América para aprender nuevos enfoques educativos, e invitó a educadores extranjeros a que aportaran sus programas educativos e iniciaran cambios en las escuelas japonesas. En 1877, se fundó la Universidad de Tokio. Como resultado de estas reformas, Japón surgió como una nación moderna con un completo sistema educativo nacional, en línea con el de la mayoría de los países occidentales.
La derrota de Japón en la II Guerra Mundial dio como resultado una serie de cambios educativos, muchos de los cuales fueron impuestos en 1946 por los estadounidenses aunque algunos no se mantuvieron después de que Japón recobrara la soberanía en 1952. Se prohibió la enseñanza desde postulados nacionalistas, se puso un gran énfasis en los estudios sociales y los procedimientos del aula se orientaron de nuevo a fomentar la autoexpresión de los alumnos.
El Ministerio de Educación centraliza la educación nipona. La base del sistema escolar radica en la Ley Fundamental de Educación de 1947 y otra legislación posterior y permite a todos los estudiantes alcanzar las instituciones de educación superior. Uno de los continuos problemas que tienen que afrontar los educadores japoneses es el complejo lenguaje japonés, que combina varias escrituras.
	4.2
	
	Escuelas elementales y secundarias
La educación es gratuita y obligatoria durante 10 años, entre los 6 y los 15 años; los seis primeros son de escuela elemental, los siguientes corresponden a la escuela secundaria o superior elemental. Después de este nivel, la educación es opcional en instituciones de enseñanza superior privadas o públicas. La enseñanza secundaria concluye a los 17 años. En 1997–1998 Japón tenía 24.376 escuelas primarias a las que asistían anualmente alrededor de 7,39 millones de alumnos con una plantilla de 362.605 profesores. Las escuelas de secundaria contaban con 622.207 profesores. Hay también escuelas de formación profesional, así como colegios para disminuidos físicos. Los colegios universitarios privados están muy difundidos y son muy competitivos.
	4.3
	
	Universidades y colegios universitarios
Japón tiene unas 60 universidades nacionales (denominadas oficialmente imperiales) y muchas universidades privadas. Entre las universidades nacionales más importantes se encuentran la Universidad de Chiba (1949), la Universidad de Hiroshima (1949), la Universidad de Hokkaidō (1876) en Sapporo, la Universidad de Kōbe (1949), la Universidad de Kioto (1897), la Universidad de Kyūshū (1911) en Fukuoka, la Universidad de Nagoya(1939), la Universidad de Okayama (1949), la Universidad de Osaka (1931), la Universidad de Tohoku (1907) en Sendai, la Universidad de Tokio (1877), y la Universidad de Tsukuba (1973). Las instituciones privadas más destacadas son la Universidad de Hosei (1880), la Universidad de Nihon (1889) y la Universidad de Waseda (1882), en Tokio; la Universidad de Dushisha (1875) en Kioto, la Universidad de Fukuoka (1934), y la Universidad de Kansai (1886) en Osaka. En 2002–2003 la tasa de escolarización en educación superior era del 51 por ciento.
	4.4
	
	Instituciones culturales
La cultura nipona deriva de los primeros contactos de las islas con las civilizaciones de China y Corea. Las influencias de la antigua China se encuentran en el idioma japonés, que supone el uso de caracteres y préstamos chinos, y también en la literatura, en la música y en el arte nipón. La religión, sobre todo el budismo, ha desempeñado un papel importante en la vida cultural de Japón, en especial en el primer teatro japonés. Las influencias occidentales, que comenzaron formalmente durante el siglo XIX, conviven al lado y a menudo entremezcladas con las tradiciones y las formas estilizadas de la cultura japonesa.
	4.4.1
	
	Bibliotecas
Tokio tiene una categoría superior a otras ciudades niponas en cuanto al número de bibliotecas importantes. Entre las más notables destaca la Biblioteca Nacional de la Dieta, con siete departamentos y unos 9,4 millones de volúmenes, y la Biblioteca del Gabinete, en Tokio, con unos 549.000 volúmenes. Entre las colecciones universitarias importantes de la capital se encuentran la Biblioteca de la Universidad de Tokio, con más de 6 millones de volúmenes, la Biblioteca de la Universidad Meiji, con alrededor de 1,1 millones de volúmenes, y la Biblioteca de la Universidad de Nihon, con aproximadamente 4,2 millones de volúmenes.
	4.4.2
	
	Museos
Los museos de Japón, a excepción de varias galerías modernas en las grandes ciudades, representan salas del tesoro, en templos y santuarios, o colecciones privadas de familias y grandes empresas. Entre los más famosos está el Templo Myohoin en Kioto. En Tokio destaca el Museo Nacional de Tokio, el mayor museo de arte japonés. Las principales colecciones especializadas de Tokio se encuentran en el Museo Caligráfico, en el Museo Nacional de Arte Occidental, en el Museo del Tesoro del Santuario Meiji y en el Museo de Arte Popular Japonés. Prácticamente, en los museos de todas las grandes ciudades se pueden encontrar colecciones importantes.
	5
	
	ECONOMÍA
En las últimas décadas, la economía japonesa se ha expandido rápidamente. La base industrial del país, que antes se basaba en las industrias ligeras, recae ahora en las industrias pesadas, químicas y electrónicas, que juntas constituyen al menos los dos tercios del valor total de las exportaciones anuales. En 2006 el producto interior bruto (PIB) fue de 4.368.435 millones de dólares, uno de los mayores del mundo. La renta per cápita es de 34.193,60 dólares. El presupuesto nacional estimado para 1993 establecía unos ingresos de 892.795 millones de dólares y 896.052 millones de dólares de gastos.
Antes y durante la II Guerra Mundial, la mayor parte de la economía japonesa estaba controlada por una docena de familias acaudaladas, denominadas colectivamente como zaibatsu (‘camarillas ricas’). Las familias más importantes fueron Mitsui, Iwasaki (operando bajo el nombre de la compañía Mitsubishi), Sumitomo y Yasuda; controlaron la mayoría de las industrias de carbón, hierro, pulpa y aluminio. En 1945 y 1946, las autoridades aliadas de ocupación disolvieron la propiedad familiar de estos inmensos consorcios industriales, aunque las empresas permanecieron intactas y aumentaron incluso en poder económico al englobar otras actividades, como los transportes por vía marítima, la banca y otras industrias.
	5.1
	
	Agricultura
La población agraria ha descendido en los últimos años y la agricultura contribuye al PIB con sólo un 1,7%; sin embargo la importancia de este sector sigue siendo grande. Más del 40% de la tierra cultivada se dedica a la producción de arroz, que, a mediados de la década de 1990, representó aproximadamente un tercio del total de los ingresos producidos por los cultivos agrícolas. El arroz sigue siendo la base de la dieta japonesa; a pesar de esto, las alteraciones en la dieta nacional y el desarrollo de mejores tipos de arroz cultivado han ocasionado una superproducción importante. Otros cultivos importantes en Japón son los cereales, como el trigo y la cebada.
Según datos para 2006, la producción anual en toneladas era: arroz, 10,7 millones; patatas o papas, 2,60 millones; caña de azúcar, 1,25 millones; y fruta, 5,12 millones, con una importante cosecha de mandarinas, melones y manzanas. También es destacable la producción de remolacha azucarera, rábanos, coles, batatas, coles chinas, cebollas y pepinos. Otros cultivos relevantes son los tomates, el trigo, las habas de soja, el té y el tabaco.
Debido a la escasez de la tierra cultivable y su consecuente valor, se dedica poco terreno al ganado estabulado. No obstante, en 2006, Japón tenía 9,62 millones de cabezas de ganado porcino, 4,39 millones de ganado vacuno y 281 millones de aves de corral. La tierra cultivada (4.692.000 ha en 2005) está dividida en pequeñas granjas y casi el 70% de estas tierras consisten en granjas de 1 ha o menos. Muchos granjeros también trabajan a tiempo parcial en la industria. La tierra se labra intensivamente; casi todas las granjas tienen electricidad y muchas utilizan maquinaria moderna. Los agricultores japoneses obtienen dos o más cosechas en un año; aunque la mayor parte de los suelos están exhaustos, el elevado uso de los fertilizantes químicos, especies mejoradas y avances técnicos han hecho que las granjas japonesas estén entre las más productivas del mundo.
	5.2
	
	Silvicultura y pesca
El 65,8% de la superficie total de Japón está cubierta por bosques, de los que el 40% son de maderas blandas; alrededor de dos tercios del área forestal son de propiedad privada. Aunque Japón ocupa una posición destacada en la producción mundial de madera, el incremento repentino de la demanda interior de madera obliga al país a importar la mayor parte de su consumo. La tala anual de madera fue de 16,7 millones de m³ en 2006.
El pescado ocupa el segundo lugar en importancia en la dieta alimenticia japonesa, por lo que la producción pesquera es una de las más importantes, tanto para el mercado interior como para el exterior. La flota pesquera japonesa es una de las mayores del mundo. La pesca se puede dividir en tres categorías principales: costera, de bajura y de altura. La costera se realiza en barcos de tamaño medio y consigue una cantidad sustancial de las capturas totales, pero sólo un 25% del valor de la producción total. La pesca de altura, realizada con grandes buques que faenan en aguas internacionales, consigue una captura similar a la de la pesca costera, mientras que la pesca de bajura, en barcos pequeños, con redes o técnicas poco modernizadas, representa casi la mitad de la producción industrial total. En 5,43 millones de toneladas, principalmente sardinas, bonito, cangrejos, lucios, gambas, salmón, caballa, calamares, almejas, besugo, vieiras y atún entre otras. Además, Japón está entre los pocos países balleneros que quedan y recogen gran cantidad de algas y otras plantas marinas.
	5.3
	
	Minería
Los recursos minerales de Japón son variados pero limitados en cantidad. La caliza es la roca más explotada. También se extraen otros minerales como carbón, cobre, plomo, cinc y otras rocas como la cuarcita, pero en cantidades insuficientes para cubrir la demanda interior.
	5.4
	
	Industria
Las industrias japonesas sufrieron graves daños en la II Guerra Mundial. Después, el país acometió una reconstrucción que dio como resultado la completa modernización de las instalaciones industriales, poniendo el énfasis en las industrias químicas y petroquímicas y en la industria de maquinaria pesada. A mediados de la décadade 1950, la producción industrial había superado los niveles anteriores a la guerra; el crecimiento industrial alcanzó el 9,4% anual durante el periodo comprendido entre 1965 y 1980 y el 6,7% al año durante el periodo de 1980 a 1988. A mediados de la década de 1990, Japón era el principal país constructor de barcos del mundo y se encontraba entre los productores más destacados del mundo de productos eléctricos y electrónicos, acero y vehículos de motor. La producción de acero crudo en el mismo periodo era de unos 109,7 millones de toneladas; y la producción de hierro en lingotes, de 80 millones de toneladas. La industria nipona también producía 9,8 millones de turismos, 7,6 millones de camiones y grúas, 47,7 millones de relojes, 28,2 millones de vídeos, 14,3 millones de televisores en color, 18 millones de cámaras de 35 mm, 6,1 millones de hornos microondas, 5,2 millones de refrigeradores, 4,3 millones de faxes, 2,6 millones de ordenadores, 2,3 millones de copiadoras y otros muchos aparatos eléctricos y electrónicos para el hogar y para el trabajo. Gracias a la fuerza del yen, las compañías japonesas han invertido de forma creciente en plantas industriales fuera de Japón.
A mediados de la década de 1990 Japón se encontraba también entre los principales productores mundiales de materias primas químicas básicas, de industrias textiles y de fibra sintética. Sin embargo, durante este periodo, la producción de seda y algodón disminuyó.
	5.5
	
	Energía
Japón se encuentra entre los principales países en la producción anual de electricidad (1.017.498 millones de KWh en 2003). Las centrales térmicas, mediante el uso de carbón o productos del petróleo, generan el 63,72% de la electricidad, las instalaciones hidroeléctricas el 10,23% y las plantas nucleares el 23,31 por ciento.
La carencia de unos recursos de energía nacionales adecuados hace que Japón dependa de las importaciones de combustible para hacer frente a sus necesidades energéticas. Debido a las mejoras de la eficiencia y conservación energética, el crecimiento anual del consumo energético en Japón descendió desde el 6,1% durante el periodo comprendido entre 1965 y 1980 hasta el 1,9% entre 1980 a 1988. El porcentaje de los combustibles en las importaciones cayó desde el 50% en 1980 al 21,2% en 2003.
	5.6
	
	Moneda y banca
El Banco de Japón, establecido en 1882, es el banco central, actúa como agente fiscal del gobierno y es el único emisor de moneda. Más de 85 bancos comerciales constituyen el núcleo del sistema financiero japonés. La Bolsa de Tokio es uno de los principales mercados bursátiles del mundo. La unidad monetaria de Japón es el yen dividido en 100 sen (116,30 yenes equivalían a 1 dólar estadounidense en 2006).
	5.7
	
	Comercio exterior
Antes de la II Guerra Mundial, Japón ocupaba el quinto puesto en el comercio mundial con una balanza comercial favorable; la mayor parte de las exportaciones japonesas se dirigían a territorios que formaban parte del Imperio, como Dongbei Pingyuan (Manchuria) y la China ocupada; sin embargo, las relaciones comerciales con algunos países desarrollados como Estados Unidos y Gran Bretaña eran desfavorables. Las autoridades aliadas de ocupación permitieron a las empresas privadas que continuaran con el comercio exterior en 1946. En 2003, las importaciones anuales totalizaron 383.452 millones de dólares y las exportaciones 471.996 millones, lo que hace de Japón el tercer país exportador del mundo. Los bienes manufacturados aportaron el 92,9% del total de las exportaciones; respecto a las importaciones, la partida de combustible fue la mayor y supuso el 21,2%. Otras importaciones son alimentos, animales vivos, manufacturas básicas (como tejidos, hierro y acero) y materias primas como madera o minerales metálicos. Hasta 1993 se prohibieron las importaciones de arroz, pero las escasas cosechas de 1993-1994 obligaron a realizar una importación de emergencia de 1 millón de t procedentes de Tailandia, Australia y Estados Unidos; la conclusión de la ronda de negociaciones del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), celebrada en 1993 en Uruguay, impuso una relajación gradual de las restricciones al libre comercio.
El comercio exterior es esencial para la economía japonesa, pues el mercado interior es capaz de absorber por completo los bienes manufacturados que produce la industria nipona. Por otro lado, como Japón tiene que importar la mayoría de las materias primas de las que depende su industria, el país también debe exportar una buena proporción de su producción anual, con el fin de mantener una balanza comercial favorable. Japón ha invertido los grandes excedentes comerciales acumulados durante las décadas de 1970 y 1980 en el exterior, de manera que se ha convertido en la principal nación acreedora del mundo.
A principios de la década de 1990, el comercio con los países asiáticos suponía cerca del 42% de las importaciones japonesas y el 33% de sus exportaciones. Los principales socios comerciales asiáticos de Japón eran Corea del Sur, China, Taiwan, Hong Kong, Indonesia, Arabia Saudí y Singapur. Durante el mismo periodo, los países de la Unión Europea —en especial Alemania, Francia y Gran Bretaña— aportaban el 13% de las importaciones japonesas y compraban el 17% de sus exportaciones. Estados Unidos absorbe el 28% de las exportaciones japonesas y aporta el 22% de sus importaciones. Otros socios comerciales destacados de Japón son Australia, Canadá y los países de la antigua Unión Soviética.
	5.8
	
	Transporte
Las principales líneas ferroviarias se nacionalizaron en 1907; en 1987, se reorganizaron y transfirieron al sector privado. Japón tiene 20.052 km de vías, de los que alrededor del 55% están electrificados. La construcción de una nueva red de ferrocarril de alta velocidad, con una longitud de 7.000 km destinada a unir las ciudades principales, comenzó a principios de la década de los setenta.
La red de carreteras es de 1.177.278 km de los cuales el 78% está asfaltado. En 2004 había 586 vehículos por cada mil habitantes.
Japón se encuentra entre los principales países del mundo por el tamaño de su flota mercante, con 6.519 buques y una capacidad total de 12.787.968 toneladas brutas registradas. La compañía Japan Air Lines, establecida en 1951, ofrece servicios de Tokio a Europa, Estados Unidos, Canadá, México, Oriente Próximo y los países del Sureste. Todas las líneas aéreas niponas, en principio de servicio interno, han incrementado sus operaciones internacionales en los últimos años.
	5.9
	
	Comunicaciones
En 2005, había 460 teléfonos y 542 equipos informáticos en uso por cada mil habitantes. Se utilizaban alrededor de 121 millones de aparatos de radio y 92 millones de receptores de televisión. Se publican 108 periódicos diarios; su circulación combinada excede los 73 millones de ejemplares. Los diarios japoneses tienen una de las mayores tiradas totales del mundo. Los periódicos con mayor difusión son el Tokyo’s Asahi Shimbun y el Yomiuri Shimbun.
	5.10
	
	Trabajo
Después de la II Guerra Mundial, el número de afiliados a los sindicatos japoneses experimentó un enorme incremento. En 1946, más de 12.000 sindicatos tenían en total 3,7 millones de afiliados. A finales de la década de 1970, el número de sindicatos había aumentado a más de 70.000. A principios de la década de 1990 tenían una afiliación de 12,5 millones. En 1987 las principales federaciones sindicales de la nación acordaron unirse en un único cuerpo, la Federación Nacional de Sindicatos del Sector Privado, conocida como Rengo. La población activa en 2006 era de 66,2 millones de trabajadores; la agricultura ocupa al 4%, la industria al 28% y los servicios al 66 por ciento.
	5.11
	
	Turismo
Unos 7,33 millones de extranjeros visitan Japón anualmente, mientras que se estima que 12 millones de japoneses viajan fuera de sus fronteras. Los ingresos turísticos anuales de Japón son de 26.875 millones de dólares.
	6
	
	GOBIERNO
Japón está gobernado de acuerdo con los principios de la Constitución que entró en vigor en 1947 bajola supervisión de las autoridades aliadas de ocupación después de la II Guerra Mundial; según sus términos, el emperador es el símbolo de la nación.
	6.1
	
	Poder ejecutivo
Entre 1889, fecha en la que se promulgó la primera Constitución japonesa moderna y el fin de la II Guerra Mundial (1945), la persona sagrada e inviolable del emperador (denominado Dai Nippon Teikoku Tenno o ‘Emperador del Imperio del Gran Japón’), asumía el poder ejecutivo supremo. El trono es hereditario y sólo por descendencia masculina de la familia imperial; si no hubiera ningún heredero, el emperador se tendría que elegir entre las cuatro familias nobles iguales en rango a la casa imperial. Se considera que el emperador Aki-Hito, que accedió al trono en 1989, es el número 125 de su línea sucesoria. Según la Constitución de 1947, el emperador sólo tiene funciones ceremoniales.
Un gabinete, dirigido por el primer ministro, posee el poder ejecutivo. El primer ministro, dirigente del partido mayoritario en la asamblea legislativa, elige a su gabinete entre los miembros de la Dieta nacional, sujetos a la aprobación posterior. El primer ministro y el gabinete son responsables ante la Dieta.
	6.2
	
	Poder legislativo
Antes de la derrota japonesa en la II Guerra Mundial el poder legislativo residía en la Cámara de los Pares (de la que formaban parte miembros de la alta nobleza, ciudadanos distinguidos nombrados por el emperador y un número limitado de escaños electivos) y la Cámara de Representantes, elegida por los ciudadanos varones mayores de 25 años. El emperador elegía el gabinete de ministros que era responsable ante él.
Desde 1947 la Dieta (Kokkai) japonesa ha sido el órgano supremo de gobierno y sus miembros eligen al primer ministro. La Dieta, bicameral, está integrada por la Cámara de Representantes (Shugi-in, cámara baja) y la Cámara de Consejeros (Sangi-in, cámara alta). Los 480 miembros de la cámara baja se eligen para un periodo que no supera los cuatro años. Los 247 miembros de la cámara alta son elegidos para periodos de seis años; cada tres años se celebran elecciones parciales para cubrir la mitad de los escaños. La Cámara de Representantes es la más poderosa de las dos pues puede vetar las decisiones tomadas por la Cámara de Consejeros, además de controlar la gestión legislativa de los tratados y de los asuntos fiscales. El sistema de votación mayoritario en vigor desde la II Guerra Mundial fue sustituido en enero de 1994 por un sistema de representación proporcional. En ambas cámaras de la Dieta algunos escaños se ocupan ahora directamente, a través de elecciones de distrito, y otros se conceden a los diversos partidos políticos, según los resultados de las elecciones nacionales. En la cámara baja se ocupan directamente 300 escaños y los 180 restantes son asignados según listas de partidos; en la cámara alta, 149 se ocupan directamente y 98 se asignan según listas de partidos. Todos los ciudadanos japoneses mayores de 20 años tienen derecho a voto.
	6.3
	
	Poder judicial
El sistema judicial japonés es independiente de la autoridad ejecutiva. Excepto por razones de salud, el juez sólo puede ser cesado por denuncia popular. El máximo poder judicial recae en el Tribunal Supremo, establecido por la Constitución y formado por un presidente, nombrado por el emperador bajo la recomendación del gabinete, y catorce jueces asociados elegidos por el gabinete. La Constitución estipula cuatro tipos de tribunales: tribunales superiores, tribunales de distrito, tribunales familiares y tribunales sumarios. El Tribunal Supremo es el tribunal final de apelación en los casos civiles y criminales y tiene autoridad para decidir la constitucionalidad de cualquier ley o programa ejecutivo. Los tribunales superiores atienden las apelaciones de los casos civiles y criminales de los tribunales inferiores. Los tribunales de distrito también sirven como lugar de apelación. Los tribunales familiares y sumarios son exclusivamente tribunales de primera instancia.
	6.4
	
	Partidos políticos
De acuerdo con la representación legislativa, los principales partidos políticos de Japón a principios de la década de 1990 eran el Partido Liberal Democrático (Jiminto), el Partido Socialista de Japón (Shakaito; desde 1991, Partido Socialdemócrata de Japón, Shakai Minshu-to), el Partido del Gobierno Limpio (Komeito), el Partido Socialista Democrático (Minshato) y el Partido Comunista de Japón (Nihon Kyosan-to).
Tres partidos reformistas de reciente creación atrajeron a muchos votantes, cansados de los escándalos protagonizados por el Partido Liberal Democrático: el Nuevo Partido de Japón (encabezado por Hosokawa Morihiro), el Partido Renovador de Japón (Shinseito, dirigido por Ozawa Ichiro) y el Nuevo Partido Precursor (Shin-to Sakigake). Los reformistas se unieron en un nuevo bloque, el Partido de la Nueva Frontera (Shin Shinto), al que hay que añadir la aparición de un grupo reformista de centro-izquierda, el Partido Democrático.
Tras las elecciones legislativas de 2003, las formaciones más representadas eran el Partido Liberal Democrático, el Partido Democrático de Japón, Nuevo Komeito, y el Partido Comunista.
	6.5
	
	Gobierno local
El país está dividido en 47 prefecturas (en la isla de Honshū, las prefecturas están incluidas en siete regiones, divisiones administrativas de entidad mayor), entre las que se encuentra Okinawa, devuelta por Estados Unidos en 1972; cada una está administrada por un gobernador electo y una asamblea. Todos los municipios de las prefecturas tienen una asamblea legislativa compuesta por los representantes elegidos por el pueblo. Los municipios gozan de amplios poderes; controlan la educación pública y pueden exigir impuestos.
	6.6
	
	Salud y bienestar social
A finales de la década de 1980, el 18% de presupuesto nacional anual se destinaba a asuntos de Seguridad Social. Desde 1927, funciona en Japón un sistema de medicina nacional que engloba a trabajadores autónomos y del sector privado.
Los servicios de bienestar social han experimentado una gran expansión desde la II Guerra Mundial, estableciendo cobertura social para personas necesitadas y discapacitadas, tercera edad, pensionistas, infancia y maternidad. Varios sistemas de seguros cubren por completo a la población. La mayoría de los trabajadores se jubilan a los 55 años de edad y reciben pensiones de retiro que suponen el 40% de su salario. Las condiciones sanitarias son excelentes en general. Según datos para 2008, la esperanza de vida al nacer es de 78,7 años para los hombres y de 85,6 para la mujeres; la tasa de mortalidad infantil era muy baja, 3 fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos. Japón tiene un médico por cada 497 habitantes y una cama de hospital por cada 70 habitantes.
	6.7
	
	Defensa
La Reserva de Policía Nacional, creada bajo la dirección de las autoridades de ocupación en 1950 y organizada cuando los japoneses retomaron la soberanía nacional, forma el núcleo de las fuerzas defensivas. En 2004 las llamadas Fuerzas de Autodefensa japonesas contaban con 239.900 soldados en el conjunto de los tres ejércitos. Japón también tiene una guardia costera.
	7
	
	HISTORIA
Dos crónicas semimíticas, el Kojiki (Relación de cuestiones antiguas) y el Nihon shoki o Nihongi (Crónicas de Japón), el primero compilado en el 712 d.C. y el segundo en el 720 d.C., son los registros más antiguos de la historia japonesa que han llegado a nuestra época, además de los informes chinos. Estas crónicas hablan de sucesos acaecidos entre el siglo VII a.C. y el siglo VII d.C. Estas crónicas y otras colecciones de leyendas son las fuentes principales para conocer la historia antigua de Japón. El Nihon shoki relata que en el 660 a.C. Jimmu, descendiente de Amaterasu (diosa del sol en el sintoísmo) subió al trono y así fundó el Imperio Japonés.
	7.1
	
	Primeros asentamientos
Los primeros colonos del archipiélago japonés probablemente procedieran de la zona oriental de Siberia durante el paleolítico, alrededor del año 3000 a.C., pero la evidencia lingüística sugiere que tambiénllegaron algunos colonizadores de las islas polinesias. Puede también que los ainus hubieran llegado al archipiélago durante esta primera fase, pero en los primeros tiempos predominaron los protojaponeses de raza mongoloide, a pesar de que teorías actuales consideran que los ainus pueden haber sido los habitantes originales.
	7.1.1
	
	El periodo Jomon (c. 10000-300 a.C.)
Las culturas paleolíticas del Japón prehistórico dieron paso hacia el 10000 a.C. a la cultura neolítica denominada Jomon, caracterizada por sus cerámicas muy decoradas, modeladas a mano y cocidas a bajas temperaturas, cuyos restos se han encontrado por todo Japón, y viviendas sofisticadas o chozas. Su economía estaba basada aparentemente en la caza, en la pesca y en la recolección, quizás con técnicas muy primitivas. La sociedad del periodo Jomon parece que era bastante igualitaria, con pocas divisiones sociales.
	7.1.2
	
	El periodo Yayoi (c. 300 a.C.-300 d.C.)
Finalizado el periodo Jomon, una nueva cultura, que comenzó en Kyūshū, se fue extendiendo lentamente hacia el este e imponiéndose de forma gradual. La cultura Yayoi era más avanzada, introdujo el cultivo encharcado del arroz, el tejido, utilitarias cerámicas cocidas a altas temperaturas y herramientas de hierro. La mayoría de las innovaciones Yayoi, especialmente el hierro y el bronce, fueron introducidas probablemente desde China a través de Corea. Unas costumbres de enterramiento más diversas y sofisticadas indican que la sociedad Yayoi era más compleja y estratificada que la Jomon. El advenimiento de la cultura Yayoi no implicó cambios raciales, por lo que, probablemente, fue más un proceso de difusión cultural que una conquista étnica.
Las crónicas oficiales chinas de la dinastía Han contienen la primera mención registrada de Japón. Recogen que en el año 57 d.C. “el estado de Nu en Wo” envió emisarios a la corte imperial y recibió un sello de oro (después encontrado en Japón en 1748). Nu era en apariencia uno de los numerosos estados que ocupaban el archipiélago japonés (denominado Wo en las crónicas chinas). Las crónicas también muestran una sociedad bastante desarrollada con una organización jerárquica, marcada por un comercio de intercambio y unos escribas profesionales que escribían en chino. La mención de una reina llamada Himiko —también nombrada en las crónicas japonesas, que extendió su autoridad desde la capital (denominada Yamatai) sobre numerosos estados, alrededor del año 200 d.C.— hace suponer que el Japón de la cultura Yayoi podría haber tenido una sociedad matriarcal con reinas sacerdotisas que reunían un poder considerable.
	7.1.3
	
	El periodo Kofun (c. 300-710)
El periodo Kofun recibió este nombre por el gran kofun (en japonés, ‘túmulo’) que marcaba las tumbas de los emperadores y nobles japoneses, lo que demuestra que el principal rasgo de este periodo fue la unificación de Japón bajo la casa imperial. De acuerdo con las crónicas, el emperador Jimmu, con su poder establecido en Kyūshū, dirigió a sus ejércitos hacia el norte y extendió sus dominios hasta Yamato, una provincia en el centro de Honshū, que dio su nombre a la casa imperial y después a todo el antiguo Japón; sin embargo, los restos históricos y arqueológicos contradicen las fechas tradicionales que reciben estas hazañas.
	7.1.4
	
	El clan imperial
Hacia el año 200 la emperatriz Jingu —una gobernante legendaria que llegó a ser considerada diosa— mantuvo el gobierno a la muerte de su esposo, el emperador Chuai (reinó desde el 192 hasta el 200). Se dice que la emperatriz guerrera equipó una armada e invadió y conquistó una parte de Corea. Aunque hay pocas evidencias históricas de la existencia de Jingu, las inscripciones coreanas del siglo V d.C. registraron la existencia de una gran expedición desde Wo, alrededor del 391, fecha en la que la corte de Yamato presumiblemente tenía asegurada la unidad nacional como para sostener una expedición militar y establecer un dominio japonés en Minami, en la península de Corea. El reino de Paekche, en Corea suroccidental, era un aliado subordinado de la corte de Yamato. La cultura coreana, bajo la influencia china, se había desarrollado de forma considerable y, durante los siguientes siglos, las relaciones entre Japón y Corea (así como el movimiento de población) estimularon considerablemente el desarrollo de la civilización de las islas. La escritura, literatura y filosofía chinas se hicieron populares en la corte de Yamato, en donde a principios del siglo V, se empezó a utilizar la escritura china. Hacia el 430 la corte imperial nombró a sus primeros historiógrafos y se registraron los hechos de manera más formal.
El gobierno de los Yamato consolidó su poder con la creación de una forma primitiva de sintoísmo que también servía de instrumento político. Durante el final de la cultura Yayoi y principios del periodo Kofun, los caudillos Yamato ejercieron un control indirecto sobre varias tribus, conocidas con el nombre de uji; cada una de ellas tenía sus propios dioses y su propio dominio. Las más importantes de las uji fueron los muraji y los omi entre quienes los Yamato reclutaban a los oficiales de gobierno. Las grandes tumbas de los notables del clan se decoraban frecuentemente con figuras de cerámica de soldados, personas y objetos, denominadas haniwa. El gobierno del clan imperial, respetado como clan dirigente, era más nominal que real, aunque su principal deidad, la diosa sol, era venerada por todos.
En el siglo VI d.C. la corte de Yamato había perdido el poder, incapaz de imponer su voluntad sobre las uji y derrotada en Corea. El poderoso clan Soga asesinó entonces al emperador que ocupaba el trono en el 587. Sin embargo, anteriormente se produjo un acontecimiento muy significativo: la llegada del budismo, hecho que se suele datar en el año 552, fecha en la que el rey de Paekche envió predicadores budistas a Japón, junto a imágenes religiosas, textos budistas, calendarios y métodos para mantener la vigilia. La cultura importada pronto arraigó con fuerza en el archipiélago y, a pesar de que los contactos entre los dos países se debilitaron después de que Japón se marchara de Corea en el 562, a principios del siglo VII, el budismo se había convertido en la religión oficial de Japón.
	7.1.5
	
	El periodo Asuka (593-710)
El periodo Asuka comenzó cuando la emperatriz Suiko (reinó desde el 593 hasta el 628) subió al trono y estableció su palacio en el valle de Asuka, en la provincia de Yamato (actual prefectura de Nara). Su sobrino y regente, Shotoku Taishi, empezó un programa reformista marcado por la pérdida del dominio coreano de Minami y los problemas internos de Japón. En el 604, estableció la primera constitución japonesa, la Constitución de Diecisiete Artículos, que comprendía un conjunto de principios simples para el buen gobierno siguiendo el modelo centralista de China y estableciendo una jerarquización entre los cortesanos. Los intentos de Shotoku por promover el budismo en todo el país sirvieron para extender la civilización continental en todo Japón.
Las reformas de Shotoku fueron continuadas por el príncipe Naka no Oe, el posterior emperador Tenchi Tenno, y por Nakatomi Kamatari, fundador de la familia Fujiwara, que en el 645 derrocó al clan Soga e inauguró las denominadas reformas Taika, que fortalecieron la casa imperial y debilitaron las uji, cuyas tierras fueron ocupadas y luego redistribuidas a la gente. El gran consejo, el Dajokan, dirigió el reino a través de gobernadores locales enviados desde la capital, siguiendo el modelo chino. El fracaso del último intento japonés durante siglos de intervenir en Corea (663) incitó a Tenchi a realizar reformas más centralistas. Codificó estas nuevas medidas en el denominado sistema ritsu-ryo, dividido en ritsu (códigos criminales) y ryo (códigos civiles y administrativos), que impuso una estructura estatal elaborada sobre el país con poca atención a la antigua importancia de la nobleza.
	7.2
	
	El periodo Nara (710-794)
Tradicionalmente, las capitales imperiales niponas se trasladabandespués de la muerte del soberano siguiendo rituales sintoístas. En el 710, la capital cambió de Asuka a Heijo-kyo (actual Nara) y la costumbre desapareció. Bajo el emperador Shomu (reinó desde el 715 hasta el 756) y su consorte Fujiwara, Japón experimentó un gran florecimiento cultural. El Gran Buda (finalizado en el 752), construido en el que es todavía el mayor templo de madera del mundo, simbolizó la devoción al budismo del Japón Nara. Se establecieron conexiones extensivas con la dinastía Tang de China y Japón se convirtió en el extremo oriental de la Ruta de la Seda. Posteriormente, el sistema ritsu-ryo fue modificado en el 743 para alentar el desarrollo de las nuevas tierras de labor mediante la concesión de los derechos completos de propiedad a cualquiera que los explotara. Esta medida permitió que las grandes familias y templos vieran el camino abierto para asegurar su independencia y poder.
El periodo Nara fue prolífico en hitos de tradiciones nativas: la realización de dos historias nacionales, Kojiki y Nihon shoki, la compilación de la primera gran antología poética, el Man’yoshu (‘Antología de Innumerables Hojas’) y la proliferación del arte budista. Un devoto budista, Shomu, trabajó para unir el Estado y el clero y creó problemas a sus sucesores. El sistema ritsu-ryo funcionó bien, pero el poder secular de los grandes templos fue incrementándose de forma gravosa para la casa imperial. Por último, en el 784, el emperador Kammu (reinó desde el 781 hasta el 806) se separó de la influencia de los templos de Nara al trasladar la capital imperial primero a Nagaoka-kyo y tres años después a Heian-kyo (posteriormente Kioto), que hasta 1868 fue la capital titular.
	7.3
	
	El periodo Heian (794-1185)
Denominado así por la nueva capital, este periodo introdujo a Japón en 350 años de paz y prosperidad. Hacia el siglo IX, la corte de Yamato gobernaba todas las islas principales de Japón excepto Hokkaidō, aunque las campañas de pacificación prosiguieron para someter a los habitantes aborígenes del norte de Honshū. Sin embargo, durante el siglo IX, los emperadores comenzaron a retirarse del gobierno activo; delegando los asuntos de gobierno en sus subordinados, se retiraron de la vida pública y, a la vez, se les consideró más como abstracciones que directores de la vida nacional, en parte debido a los onerosos deberes rituales impuestos al emperador como cabeza del culto estatal sintoísta. El retiro de los emperadores estuvo acompañado por el aumento de poder de la familia Fujiwara cuyos miembros, en el año 858, se convirtieron en los amos virtuales de Japón y mantuvieron su poder durante los tres siglos siguientes monopolizando los altos cargos cortesanos y controlando a la familia imperial mediante el matrimonio de sus hijas con emperadores generación tras generación, a los que se les animaba a retirarse pronto en favor de los sucesores infantiles dominados por los regentes Fujiwara. En el 884, Fujiwara Mototsune pasó a ser el primer dictador civil oficial (kampaku). El más destacado de los dirigentes Fujiwara fue Fujiwara Michinaga, cuyas cinco hijas se casaron sucesivamente con emperadores y desde el 995 hasta 1028 dominó la corte.
El periodo de supremacía Fujiwara estuvo marcado por el gran florecimiento de la cultura japonesa y por el crecimiento de una civilización muy influida, pero no dominada, por la china, que fue su origen. El Kokinshu (‘Antología de poemas antiguos y modernos’), primera de las grandes antologías poéticas imperiales, fue compilado en el 905. Se considera que la dictadura de Michinaga fue la época de esplendor de la literatura japonesa en la que destacaron las cortesanas Murasaki Shikibu y Sei Shonagon, dos de las grandes escritoras de la época. Las principales sectas del budismo, el Tendai y el Shingon, consiguieron una inmensa riqueza y poder y se convirtieron en mecenas de las artes. El carácter del gobierno también cambió bajo los Fujiwara aumentando la centralización de la administración al tiempo que el país se dividió en grandes estados nobiliarios de carácter hereditario, libres de impuestos o unidos a los grandes templos budistas. La mayoría de los campesinos estaban dispuestos a unir sus tierras a estos estados para escapar de los impuestos excesivos de las tierras públicas que les habían repartido, por lo que los grandes dominios privados se extendieron por todo el país.
La hegemonía Fujiwara decayó después de la muerte de Michinaga en el 1028. A mediados del siglo XI, los Fujiwara perdieron el monopolio de las consortes imperiales y los emperadores retirados se convirtieron en el núcleo de un nuevo sistema de ‘gobierno de claustro’, por el que los emperadores abdicaban después de realizar votos budistas y dejaban la administración en favor de los emperadores reinantes. Mientras tanto, en las provincias surgieron grupos locales de guerreros o samurái que defendían a sus dueños aristocráticos favoreciendo la creación de un sistema profeudal. Los dirigentes de estos grupos solían ser miembros de los clanes Taira y Minamoto, ambos fundados por príncipes imperiales, o de grupos aristocráticos similares que habían buscado nuevas riquezas y oportunidades fuera de Kioto. Los guerreros Taira adquirieron su fama y poder en el suroeste; los Minamoto, en el este. En el siglo XII, los dos grandes clanes militares extendieron su poder a la corte, iniciando una lucha por el control de Japón.
En 1156, una guerra civil (el Disturbio Hogen), estalló entre los emperadores retirados y reinantes y las ramas asociadas de la familia Fujiwara, dando entrada a los clanes militares. Después de la segunda guerra, el Disturbio Heiji (1159-1160), los Taira aplastaron a los Minamoto y tomaron el control de Japón, antes en manos de los Fujiwara. El dirigente Taira, Taira Kiyomori, fue nombrado ministro jefe en 1167 y, modelando sus políticas en las de los Fujiwara, monopolizó los cargos de la corte con los miembros de su familia y casó a su hija con un príncipe imperial; su hijo pequeño Antoku se convirtió en emperador en 1180. En el mismo año, un dirigente superviviente Minamoto, Minamotono Yoritomo, erigió su cuartel en Kamakura, en el este de Japón, y comenzó un levantamiento que después de cinco años de guerra civil, en la batalla naval de Dannoura (1185), cerca de lo que hoy en día es Shimonoseki, en el mar Interior, derrotó y expulsó a los Taira. Yoritomo se convirtió en el dirigente de Japón, finalizando la era de administración imperial e inaugurando una dictadura militar que dirigió Japón los siete siglos siguientes.
	7.4
	
	El periodo Kamakura (1185-1333)
Enfatizando la casi completa ruptura entre las formas de gobierno civil y militar, Yoritomo permaneció en Kamakura, y utilizó su cuartel de campo, el bakufu (en japonés, ‘gobierno de tienda’), como núcleo de su nueva administración. En adelante, el feudalismo japonés se desarrolló hasta que fue más fuerte que la administración imperial. Yoritomo nombró guardias y administradores que dirigieran las provincias y los estados hacendados en paralelo con los gobernantes y propietarios oficiales. En 1192, creó el cargo del Seiitaisogún (‘gran general bárbaro dominado’), por lo general abreviado como sogún, el comandante militar en jefe, con autoridad para actuar contra los enemigos del emperador en cualquier momento. Mediante esta red militar, Yoritomo era ya el dirigente virtual de Japón, así como dirigente titular de su sogunado, ante el que el emperador y su corte carecían de poder. Kamakura se convirtió en sede del poder real, gobierno verdadero, mientras que Kioto permaneció como la corte titular sin ningún poder.
En 1219, la familia Hojo, mediante una serie de conspiraciones y asesinatos que eliminaron a los herederos Minamoto y a sus seguidores, pasaron a ser los dirigentes militares de Japón. Ningún Hojo fue sogún; en su lugar, la familia nombró sogunes figurados, a veces niños pequeños, mientras un dirigente Hojo gobernaba como shikken (regente), con poder real.
A pesar de la conclusión violenta de la larga paz Heian, elJapón Kamakura fue fértil culturalmente. La trágica caída de los Taira se inmortalizó en una epopeya bélica, el Heike monogatari (‘Los relatos del clan Taira’, c. 1220). La tradición poética clásica quizás alcanzó su punto más alto con la compilación realizada en 1205 del Shin kokinshu (‘Nueva antología de poemas antiguos y modernos’) por Fujiwara Teika bajo el emperador Go-Toba. Las nuevas formas de budismo, especialmente las escuelas de la Tierra Pura y Zen, se extendieron y alcanzaron mayor popularidad que las sectas más antiguas. Las sectas Zen y los dirigentes militares honrados estimularon la escultura vigorosa de Unkei y sus sucesores.
	7.4.1
	
	Tratados mongoles y restauración imperial
Durante más de 100 años los Hojo mantuvieron su poder. Sus oficiales y administradores de las provincias consiguieron el poder sobre las tierras y propiedades locales y se unieron para formar nuevos clanes militares, los daimio, que se convirtieron en el mayor desafío a la autoridad del sogunado. En 1274, y de nuevo en 1281, el Imperio mongol, que entonces tenía el control de China y Corea, intentó invadir Japón, ambas veces sin éxito. Las invasiones supusieron una disminución fuerte de los recursos económicos y los Hojo fueron incapaces de recompensar a los daimio por su apoyo durante las invasiones. El emperador Daigo II Tenno, dirigió una rebelión contra los Hojo apoyado en los desafectos daimio, especialmente Ashikaga Takauji, dirigente del clan Ashikaga. La revolución, denominada Restauración Kemmu, culminó en 1333 con la deserción de los principales vasallos del sogunado y con la caída de los Hojo.
	7.5
	
	Periodo Muromachi (1333-1568)
Desde 1333 hasta 1336, Daigo II Tenno intentó restaurar la administración imperial. Sus ideas reaccionarias predestinaron su fracaso y Ashikaga Takauji se sublevó, instaló su propio candidato a emperador y expulsó a Daigo de Kioto, que se refugió en Yoshino; sus seguidores se trasladaron a Yoshino, una región al sur de Nara, en Honshū, y establecieron una corte rival. En 1338, Takauji se convirtió en sogún y erigió su propio bakufu en Kioto. El distrito Muromachi de Kioto (que pasó a ser la sede del sogunado de Ashikaga), dio su nombre al periodo de su gobierno. La guerra civil entre Daigo y sus sucesores y los emperadores controlados por los Ashikaga continuó durante 56 años. Por fin, en 1392, un enviado Ashikaga persuadió al emperador verdadero en Yoshino para abdicar y renunciar a las insignias imperiales sagradas. Con sus candidatos reconocidos como emperadores de derecho, los sogunes Ashikaga fueron, en teoría, los dirigentes legítimos de todo Japón, aunque nunca pudieron ejercer el control absoluto sobre los poderosos daimio. El tercer sogún Ashikaga, Yoshimitsu, se distinguió por su enérgico gobierno y por patrocinar la obra Zeami de teatro nō. En general, el periodo Muromachi fue uno de los más refinados temas artísticos y literarios. Esta época también vio el desarrollo del budismo como fuerza política; durante algunos siglos, los monasterios budistas habían sido tan ricos y poderosos que fueron grandes fuerzas en el país, cambiando la tendencia de los enfrentamientos medievales con sus ejércitos fuertes y sus monasterios fortificados.
	7.5.1
	
	La guerra Onin y el periodo de los Estados Opuestos
El poder creciente de los daimio y la impotencia Ashikaga condujo al estallido de la guerra Onin (1467-1477), cuando las familias Hosokawa y Yamana intervinieron en frentes opuestos por la sucesión Ashikaga. La guerra finalizó sin ninguna victoria aparente, devastó Kioto, acabó con la autoridad de los Ashikaga y debilitó a las familias enfrentadas. Los sogunes de Ashikaga se convirtieron en instrumentos de una nueva era de enfrentamientos frecuentes, denominada el ‘Periodo del estado en guerra’ (sengoku jidai), en la que las antiguas familias propietarias de daimio fueron desplazadas y aniquiladas por usurpadores. La consecuente dispersión de la cultura de la corte enriqueció a las provincias, donde se desarrollaron ciudades comerciales amuralladas y puertos. Libre de la interferencia del sogunado, los nuevos daimio tuvieron mejores gobernantes que los que le precedieron. La fértil cultura de esta época está tipificada en el arte de Sesshu unido a los versos de Sogi. Otras influencias culturales entraron en el archipiélago gracias a los comerciantes portugueses, los primeros europeos que llegaron a Japón, que desembarcaron en una isla cercana a Kyūshū hacia el 1543: los artesanos locales copiaron rápidamente sus mosquetes que transformaron el arte militar nipón. San Francisco Javier, un misionero jesuita, llevó el cristianismo a Japón en 1549.
	7.6
	
	El periodo Azuchi-Momoyama (1568-1600)
El vibrante pero caótico Japón del periodo de los Estados Opuestos fue finalmente reunificado en el siglo XVI, en el periodo Azuchi-Momoyama, una época corta de intenso cambio, que recibió este nombre por los magníficos castillos (aunque pronto destruidos) de las dos figuras principales, Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Su esplendor, realzado por las brillantes pinturas de Kano Eitoku, representa el vigor de la época. Oda, un general descendiente de los Taira, inauguró el periodo sometiendo a otros daimio y entrando en Kioto en 1568 para nombrar un sogún afín, que fue expulsado de Kioto en 1573 cuando intentó adquirir mayor autonomía. Oda acabó con el poder de los monasterios entre 1570 y 1580 y anuló el budismo como fuerza política; combinó la sabia administración de las tierras sojuzgadas con la persecución implacable a sus oponentes. En 1582 Oda murió a manos de un vasallo agraviado y Toyotomi Hideyoshi —un campesino que se había convertido en uno de los comandantes de Oda— tomó el poder y hacia 1590 unió todo Japón bajo su mandato. El último sogún Ashikaga abdicó en 1588, e Hideyoshi aseguró su gobierno mediante una administración sistemática: las tierras se midieron y los impuestos se racionalizaron en función a la producción de arroz; los campesinos fueron confinados a sus poblaciones y desarmados. Convencido de que el cristianismo ponía en peligro su régimen, Hideyoshi comenzó a perseguir a los cristianos japoneses. Sin embargo, nunca estableció el control completo sobre los daimio y fracasó en sus intentos de ocupar Corea en 1592 y en 1597. Hideyoshi murió en 1598 y sus vasallos pronto rompieron su juramento de lealtad a su hijo menor y comenzaron a pelearse por la sucesión. Finalmente, en 1600, Tokugawa Ieyasu venció a sus rivales en la batalla de Sekigahara, y se convirtió en el dirigente indiscutible de todo el país.
	7.7
	
	El periodo Edo (1600-1868)
Ieyasu se nombró sogún en 1603, redujo al heredero de Hideyoshi a un humilde cargo provincial y estableció su capital en Edo (después Tokio) que se convirtió en un corto periodo de tiempo en la ciudad más grande de Japón y experimentó un desarrollo cultural, económico y político. Ieyasu se retiró como sogún titular en 1605 para concentrarse en consolidar el gobierno de su dinastía que culminó en 1615 cuando tomó el castillo de Osaka de la familia Toyotomi. En 1615, Ieyasu promulgó también nuevos códigos legales, que establecieron la organización feudal planeada por Hideyoshi y proporcionaron a Japón unos 250 años de paz.
Según los códigos de Ieyasu (el denominado sistema bakuhan), los feudos daimio (han) y sus administradores, así como el emperador y su corte, se pusieron bajo el estricto control Tokugawa. Cada daimio estaba dirigido por un gobernador supremo dentro de su feudo, que debía jurar fidelidad al sogún, dejar a su familia como rehenes en Edo y asistirle personalmente en años alternativos. Las confiscaciones de tierra realizadas después de la batalla de Sekigahara convirtieron a la familia Tokugawa en la más rica de Japón, ya que pasó a controlar la cuarta parte de la tierra del país, bien de forma directa o a través de sus vasallos inmediatos. Se estableció una jerarquización de los daimio de acuerdo con sus relaciones con los Tokugawa y los más sospechosos de estos, como los grandes feudos occidentalesde Satsuma y Choshu, fueron vigilados por feudos fieles estratégicamente localizados. El derecho de confirmar la propiedad de cada daimio en lo sucesivo fomentó el poder del sogunado. Las clases sociales se estratificaron de forma rígida en cuatro grupos principales: guerreros, campesinos, artesanos y mercaderes. Los samuráis componían la aristocracia guerrera y gozaban de varios privilegios mientras que los campesinos se organizaron en grupos y poco a poco quedaron fijados a la tierra, pagando impuestos en dinero o especie y otros servicios feudales. La forma de feudalismo establecida por Ieyasu y los sucesivos sogunes Tokugawa se mantuvo hasta el final del periodo feudal a mediados del siglo XIX.
Otro resultado de la dominación Tokugawa fue el aislamiento impuesto a Japón repecto a Occidente. Los comerciantes portugueses, españoles y holandeses habían visitado Japón cada vez más a menudo en el siglo XVI; los sogunes Tokugawa consideraron el cristianismo como potencialmente subversivo y, desde 1612, se persiguió a los cristianos. A los españoles se les denegó el permiso de desembarcar en Japón después de 1624 y, en la década siguiente, una serie de edictos prohibieron el comercio exterior, e incluso la construcción de grandes barcos. Solamente se permitió permanecer en Japón a un pequeño grupo de holandeses, restringidos a la isla artificial de Dejima en el puerto de Nagasaki y limitando sus actividades. Continuó el comercio con China, aunque con una regulación ajustada.
Durante los dos siglos siguientes las formas del feudalismo se mantuvieron estáticas. El bushido, el código de los guerreros feudales, se convirtió en el estandarte de la conducta para los grandes señores y la clase acomodada de los samuráis que actuaron como sus partidarios y administradores. La cultura de Edo, cerrada a la influencia exterior, fue muy activa y produjo el teatro kabuki, el arte de Honami Koetsu y la escuela Ukiyo-e, y la literatura de Ihara Saikaku y Matsuo Basho. El confucianismo pasó a ser la nueva ideología del gobierno, lo que provocó una fuerte reacción tradicionalista y una defensa del nacionalismo proimperial.
A pesar de esto, las nuevas condiciones sociales y económicas de las islas durante el siglo XVIII comenzaron a indicar el inevitable colapso del rígido feudalismo. La población creció rápidamente y agotó hasta el límite los recursos agrícolas. Las comunicaciones internas, el comercio y la economía monetaria aumentaron y se desarrollaron gracias al aumento de la riqueza de los daimio, mientras que los mercaderes ricos aumentaron su poder social y político, constituyendo el grupo más importante de la jerarquía social Tokugawa. Durante el siglo XVIII, Edo, con un millón de habitantes, era la mayor ciudad del mundo, centro de una de las economías más avanzadas y prósperas del mundo preindustrial. A la vez, los disturbios del campesinado se hicieron más frecuentes bajo la presión de la carencia de alimentos.
El nacimiento de la conciencia japonesa del mundo exterior se reconoció en 1720, cuando el sogún Yoshimune revocó la proscripción de los libros europeos. A principios del siglo XIX, las visitas de los europeos, en su mayoría comerciantes y exploradores, se hicieron cada vez más frecuentes, aunque la prohibición era todavía oficial. Los libros y las ideas extranjeros se empezaron a filtrar en Edo, como el pigmento azul de Prusia y el sistema de perspectiva utilizado por los artistas Ukiyo-e. Estados Unidos estaba ansioso por firmar un tratado de amistad y, si fuera posible, de comercio con Japón, con el fin de asegurar la liberación de los balleneros estadounidenses retenidos en la costa japonesa y abrir los mercados japoneses. En 1853, el gobierno estadounidense envió una misión formal a Japón, dirigida por el comodoro Matthew Calbraith Perry al mando de una escuadra de guerra. Después de extensas negociaciones, y ante la amenaza militar estadounidense, Perry y los representantes del emperador firmaron el Tratado de Kanagawa (1854), que abría varios puertos a Estados Unidos y admitía la presencia de un cónsul estable en la capital. En 1858, se alcanzó un acuerdo comercial al que siguieron otros con varias potencias occidentales bajo presión.
Los tratados daban considerables privilegios a los occidentales, como la extraterritorialidad, y la debilidad del sogunado al realizar esas concesiones fue causa de gran resentimiento entre la población. Los jefes militares japoneses comprobaron lo anticuado de su armamento en comparación con el occidental y no presentaron, en principio, ninguna resistencia. No obstante, inmediatamente se desarrolló un sentimiento contra los extranjeros y los ataques a los comerciantes foráneos empezaron a ser comunes en la década de 1860. Los dirigentes de este movimiento xenófobo y antioccidental eran jóvenes samuráis de Satsuma, Choshu y de otros grandes feudos occidentales, simpatizantes de la restauración del poder imperial bajo el lema sonno joi (‘venerad al emperador, expulsad a los bárbaros’). Con el apoyo del emperador que residía en Kioto, iniciaron ataques militares y navales a los barcos extranjeros fondeados en los puertos japoneses; los intentos del sogunado para contenerlos fueron inútiles, pero este movimiento fue sofocado por la propia reacción occidental, que en 1864 bombardeó Shimonoseki como represalia. La evidencia de la hegemonía militar occidental hizo que los señores de Choshu y Satsuma tomaran la iniciativa y propusieran nuevas estructuras gubernamentales para enfrentarse a la amenaza imperialista de Occidente. Según un plan de compromiso, el último sogún, Tokugawa Yoshinobu, dimitió en 1867 mientras que los radicales proimperiales decidieron forzar la situación, rodearon el palacio imperial de Kioto el 3 de enero de 1868 y proclamaron la restauración imperial.
	7.8
	
	La era Meiji (1868-1912)
Los ejércitos de los feudos de Satsuma, Choshu y Tosa, que ahora componían las fuerzas imperiales, sometieron a los seguidores de los Tokugawa, poco después aseguraron la Restauración Meiji. El joven emperador, Mutsuhito, recuperó la posición de verdadero dirigente del gobierno y adoptó el nombre de Meiji Tenno (‘gobierno ilustrado’) para designar su reinado, aunque su función principal consistió en actuar como talismán de la soberanía mientras varios dirigentes de Choshu y Satsuma monopolizaron las posiciones ministeriales alrededor del trono que legitimaba la transformación de Japón. La capital real fue transferida a Edo, denominada ahora Tokio (‘capital oriental’). En 1869, los señores de los grandes clanes de Choshu, Hizen, Satsuma y Tosa rindieron sus feudos al emperador y, después de varias entregas realizadas por otros clanes, un decreto imperial de 1971 abolió todos los feudos y en su lugar creó prefecturas administrativas centralizadas, con los antiguos señores como gobernadores.
Durante este periodo, Japón logró mantenerse al margen del imperialismo europeo que, en esa época, había engullido a otros países asiáticos. Mediante una imitación concertada de la civilización occidental en todos sus aspectos, se propusieron hacer de Japón una potencia mundial, bajo el lema fukoku kyohei (“enriqueced el país, fortaleced el Ejército”); oficiales franceses se encargaron de la remodelación del Ejército, los marinos británicos reorganizaron la Armada y los ingenieros holandeses supervisaron las nuevas construcciones en las islas. Se enviaron varios especialistas japoneses para analizar los gobiernos extranjeros y para seleccionar sus mejores características que se aplicarían en Japón; se redactó un nuevo código penal a imagen del francés, se estableció un Ministerio de Educación en 1871 para desarrollar un sistema educativo basado en el de Estados Unidos, que fomentaría una ideología nacionalista y la exaltación del emperador a partir del desarrollo del sintoísmo. El país experimentó un rápido crecimiento industrial bajo la supervisión del gobierno. En 1872, se decretó el servicio militar universal y, unos años después, en 1877, un decreto abolió la clase de los

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