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caPíTulO 37 | Tratamiento nutricional médico en la prevención, el tratamiento y la recuperación del cáncer 837 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. grasos w-3. Si se eligen carnes rojas, se recomienda seleccionar los cortes con menos grasa y raciones más pequeñas. Aves y legumbres son también alternativas preferibles a vaca, ternera, cerdo y cordero. Hidratos de carbono, índice glucémico y fibra Los alimentos ricos en fibra, como hidratos de carbono com- plejos y cereales integrales, son una parte importante de una dieta sana. La ingesta de fibra dietética es capaz de afectar a la ingesta de carne, hidratos de carbono simples y grasa dietética. Desgraciadamente, los estudios sobre fibra die- tética y cáncer no han sido concluyentes, de modo que la fibra dietética no se incluyó en la sección de oncología de la Evidence Analysis Library de la American Dietetic Association (American Dietetic Association [ADA], 2010a). Los estudios epidemiológicos que investigaron la posible relación entre fibra dietética y cáncer del intestino grueso hallaron que una dieta pobre en grasas, rica en fibra, frutas, verduras y hortalizas no reduce la recurrencia del adenocarcinoma años después de la aleatorización (ADA, 2008). La fibra dietética quizás participe en la prevención del cáncer de mama a través de vías no estrogénicas en mujeres posmenopaúsicas, pero se necesitan más investigaciones (Park et al., 2009). Sin embargo, frutas, verduras y hortalizas, ricas en fibra, son excelentes fuentes de vitaminas, minerales y sustancias fitoquímicas. Legumbres y lentejas tienen fibra y otros nutrientes cuyo consumo resulta muy beneficioso. edulcorantes nutritivos y no nutritivos La Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado el uso de cinco edulcorantes no nutritivos (acesulfamo K, as- partamo, neotamo, sacarina y sucralosa) en los alimentos, y los regula como aditivos alimentarios. Parecen ser seguros cuando se usan con moderación. Descritos como edulcorantes «de alta intensidad», los edulcorantes no nutritivos aportan muy pocas calorías (o ninguna), porque endulzan con can- tidades mínimas. Los edulcorantes no nutritivos han sido investigados básicamente en relación con su seguridad y sus posibles efectos adversos para la salud, como carcinogenia a largo plazo, pero múltiples estudios realizados en los últimos 20 años han indicado que son seguros cuando se consumen en cantidades razonables. Sustitutos del azúcar más modernos ya comercializados son stevia, azúcares polialcohólicos (p. ej., manitol, sorbitol, xilitol) y agave azul. Stevia, un edulcorante no nutritivo, se considera un suplemento dietético, pero ha sido aprobado por la FDA. Los azúcares polialcohólicos no se consideran edulcorantes no nutritivos, aunque se usen de una forma parecida. El agave azul es el zumo de la planta Agave tequiliana; aún no se ha tomado una decisión sobre este edulcorante. Proteínas La mayor parte de las dietas que contienen cantidades im- portantes de proteínas también incluyen notables cantidades de carne y grasas, y apenas nada de fibra. El efecto de las proteínas sobre la carcinogenia depende del tejido de origen y el tipo de tumor, así como del tipo de proteínas y el contenido en calorías de la dieta. En general, el desarrollo tumoral es suprimido por dietas que contienen cantidades de proteínas inferiores a las necesarias para un crecimiento y desarrollo óptimos, mientras que resulta favorecido por una cantidad de proteínas dos o tres veces superior a la necesaria. Los efectos podrían deberse a aminoácidos específicos, al efecto global de las proteínas, o, en caso de dietas hipoproteicas, a reducción de la ingesta de alimentos. Los estudios epidemiológicos han encontrado resultados limitados y contradictorios. Para reducir el riesgo de cáncer y mejorar la salud global se recomienda consumir alimentos vegetales y limitar alimentos de origen animal, como carne roja y carnes o aves procesadas (WCRF y AICR, 2007). alimentos ahumados, a la brasa y en conserva Los nitratos se añaden a las carnes procesadas como conservan- tes. Los nitratos se pueden reducir fácilmente a nitritos, que, a su vez, interaccionan con ciertos sustratos dietéticos como aminas y amidas para producir compuestos N-nitrosos (NOC): nitrosaminas y nitrosamidas, que son mutágenos y carcinógenos conocidos. Los nitratos y nitritos se usan en alimentos ahu- mados, salazones y encurtidos. Los nitratos de sodio y potasio están presentes en distintos alimentos y son los responsables del color rosado de perritos calientes y productos de charcutería procesados, pero las principales fuentes dietéticas son verduras, hortalizas y agua potable. Los NOC también se producen endógenamente, en el estó- mago y colon de personas que consumen grandes cantidades de carne roja. Los estudios que evaluaron los efectos perjudiciales de alimentos ahumados no han demostrado una asociación clara y constante entre estos alimentos y el cáncer de estómago (WCRF y AICR, 2007). Se deberían promover las dietas ricas en frutas, verduras y hortalizas que contienen vitamina C y sustancias fitoquímicas capaces de retrasar la conversión de nitritos en NOC (Kushi et al., 2006). Cocinar la carne a la parrilla en exceso o sobre el fuego con altas temperaturas (200 °C o más) puede causar la formación de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y aminas heterocí- clicas. Los HAP han demostrado claramente ser mutágenos y carcinógenos. Los alimentos a la brasa o fritos normalmente no producen grandes cantidades de HAP, comparado con la cantidad generada al cocinar directamente sobre el fuego. Las proteínas de origen animal que dejan caer más grasa sobre las llamas registran la máxima formación de HAP. Por ejemplo, la ternera a la parrilla produce mayores cantidades de HAP que el pollo a la parrilla, que, a su vez, genera más HAP que el pollo asado en el horno. La fuente de la llama también afecta a la producción de HAP; las parrillas de carbón consiguen el máximo, seguidas del gas y, por último, el horno (Farhadian et al., 2010). ambientes tóxicos La Environmental Protection Agency (EPA) se estableció en 1970 con el fin de supervisar los riesgos a corto y largo plazo de los sustratos ambientales sobre la salud. Como parte de esta protección, la Toxic Substances Control Act, aprobada en 1976, exigía a los fabricantes que remitieran información sobre salud y seguridad de todas las sustancias químicas nuevas. No obstante, muchas fueron excluidas por ser previas a la aprobación de la ley, y aún no se han estudiado. Las actividades cotidianas exponen a las personas a una pléyade de sustancias químicas del aire, agua, alimentos y bebidas. De hecho, se calcula que 740 cánceres por millón de personas están causados por estas exposiciones tan frecuentes (Chey, 2008). Los profesionales sanitarios luchan por valorar la exposición a tantas sustancias diferentes. En las consultas clínicas se puede recoger una buena historia ambiental y Parte 5 - Tratamiento nutricional médico Capítulo 37 - Tratamiento nutricional médico en la prevención, el tratamiento y la recuperación del cáncer Nutrición y carcinogenia Hidratos de carbono, índice glucémico y fibra Edulcorantes nutritivos y no nutritivos Proteínas Alimentos ahumados, a la brasa y en conserva Ambientes tóxicos
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