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dietoterapia (837)

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caPíTulO 37 | Tratamiento nutricional médico en la prevención, el tratamiento y la recuperación del cáncer 839
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con ingestas significativas de productos lácteos o suplementos 
de calcio (Chung et al., 2009; Huncharek et al, 2009). Es ne-
cesario investigar más sobre estas relaciones antes de decidir 
recomendaciones claras.
En todos los grupos de edad se están detectando deficiencias 
de vitamina D, impulsando estudios sobre la función de la 
vitamina D en la prevención del cáncer. Durante años, los 
mensajes de salud pública han recomendado el uso de protector 
solar y reducir la exposición directa al sol. Por este motivo hay 
menos conversión de la vitamina D en la superficie cutánea 
y esto podría ser responsable del aumento de las deficiencias. 
Los estudios han descrito que concentraciones séricas más 
altas de 25-hidroxivitamina D (25-(OH)-D) se asocian con 
menor tasa de incidencia de cáncer de colon, mama, ovario, 
riñón, páncreas, cáncer de próstata agresivo y otros. Hasta 
que conozcamos más acerca de la relación entre vitamina D3 
y prevención del cáncer, se considera seguro tomar 2.000 UI 
de vitamina D al día para conseguir concentraciones séri-
cas de 25-(OH)-D de 40-60 ng/ml (Garland, 2009; Garland 
et al., 2011).
café y té
El café contiene varios compuestos antioxidantes y fenoles, 
algunos de los cuales han demostrado poseer propiedades an-
ticancerosas. El café también tiene cafeína, un compuesto de la 
familia de sustancias fitoquímicas alcalinas. El café, como fuente 
principal de antioxidantes en la dieta estadounidense, podría 
tener un efecto protector frente al cáncer.
El té también es una buena fuente de fenoles y antioxidantes. 
El té verde proviene de hojas cocinadas, prensadas y secadas 
sin tostarse, y por estas razones el té verde contiene mayores 
cantidades que el té negro de catequinas, sustancias con actividad 
biológica y propiedades antioxidantes, antiangiogenia y anti-
proliferativas relevantes para la prevención del cáncer (Kuzuhara, 
2008).
Folato y ácido fólico
El folato, presente en los alimentos, afecta a la metilación, 
síntesis y reparación del ADN. El metabolismo de unidades 
de carbono asociado al folato podría ser importante en la 
carcinogenia colorrectal por variaciones genéticas (Levine 
et al., 2010). Varios estudios epidemiológicos indican que un 
alto consumo de folato también se asocia a menor riesgo de 
cáncer de páncreas (Oaks et al., 2010). Sin embargo, el folato en 
exceso quizás tenga también efectos perjudiciales para ciertos 
cánceres (Bailey et al., 2010). Son precisas más investigaciones 
para evaluar variables tales como polimorfismos genéticos y 
folato procedente de alimentos, comparado con suplementos 
de ácido fólico.
Frutas, verduras y hortalizas
La ingesta de fruta protege frente a cánceres de boca, faringe, 
laringe, esófago, cuello uterino, pulmón y estómago (WCRF y 
AICR, 2007). Es más complicado cuantificar los beneficios para 
la salud de verduras y hortalizas. Aquellas que no contienen 
fécula, como espinacas, tomates y pimientos, probablemente 
protegen frente al cáncer de boca, faringe, laringe y esófago; 
todas las verduras y hortalizas, pero especialmente las verdes y las 
amarillas, probablemente protegen frente al cáncer de estómago 
(WCRF y AICR, 2007). La mayoría de los países tienen reco-
mendaciones variables acerca del consumo de frutas, verduras 
y hortalizas, pero, por lo general, incluyen tres o más raciones 
de verduras y hortalizas y dos o más raciones de fruta cada día, 
siendo una ración aproximadamente 80 g o ½ taza (WCRF y 
AICR, 2007).
Los agentes anticarcinógenos presentes en frutas, verduras 
y hortalizas comprenden antioxidantes como las vitaminas C y 
E, selenio y sustancias fitoquímicas. Las sustancias fitoquímicas 
son carotenoides, flavonoides, isoflavonas, lignanos, organosul-
furados, compuestos fenólicos y monoterpenos. Aún no está 
claro qué sustancias concretas de frutas, verduras y hortalizas 
confieren la máxima protección frente al cáncer (Russo, 2007). 
Estas sustancias tienen mecanismos complementarios y que se 
solapan, como la inducción de enzimas de la desintoxicación, 
inhibición de la formación de nitrosaminas, aporte de sus-
tratos para la génesis de sustancias quimioterápicas, dilución 
y fijación de carcinógenos en el tubo digestivo, alteración del 
metabolismo hormonal y efectos antioxidantes. Parece alta-
mente improbable que sea una única sustancia la responsable 
de todas las asociaciones observadas. Las tablas 12-5 y 37-1 
detallan las sustancias quimioprotectoras presentes en frutas, 
verduras y hortalizas.
soja y fitoestrógenos
La soja es una proteína de origen vegetal y contiene fitoestró-
genos (estrógenos vegetales muy débiles) e isoflavonas, como 
genisteína y daidceína. Las dietas con cantidades moderadas de 
soja protegen frente al cáncer de mama (Lee et al., 2010), sobre 
todo si los alimentos con soja han sido consumidos antes de 
alcanzar la edad adulta, aparentemente debido a la exposición a 
los débiles efectos estrogénicos de las isoflavonas en las primeras 
etapas de la vida (Lee et al., 2010). No obstante, el uso de la 
soja sigue siendo controvertido en mujeres ya diagnosticadas de 
cánceres sensibles a hormonas (p. ej., mama, endometrio) y en 
mujeres posmenopaúsicas.
Los suplementos comerciales de soja en polvo y los ali-
mentos fabricados a base de soja pueden contener isoflavonas, 
aunque no siempre, en concentraciones mucho mayores que 
los productos tradicionales con soja completa, como edama-
me (soja verde), tofu o leche de soja (Gardner et al., 2008; 
U.S. Department of Agriculture [USDA], 2010). La ACS 
recomienda a aquellas mujeres supervivientes de un cáncer de 
mama que limiten el consumo de alimentos de soja a tres ra-
ciones al día como máximo, y que eviten consumir productos 
y suplementos en polvo de soja preparada (Doyle et al., 2006). 
Al contrario que las recomendaciones para mujeres, los hom-
bres con cánceres sensibles a hormonas, como el de próstata, 
podrían beneficiarse del consumo regular de alimentos a 
base de soja. El cáncer de próstata está mediado por testos-
terona, y los estrógenos (y fitoestrógenos) son antagonistas 
de esta.
dIagNósTIcO MédIcO 
y deTerMINacIóN del 
esTadIO eN el cáNcer
Valorar los síntomas del cáncer en el estadio más precoz posible 
es esencial para la eficacia terapéutica y la supervivencia. La tabla 
37-2 resume los síntomas constitucionales o sistémicos del cáncer 
y la enfermedad metastásica. Muchos síntomas del cáncer precoz 
o metastásico afectan a la capacidad de la persona para comer, 
digerir o absorber nutrientes. La ACS describe los siguientes 
	Parte 5 - Tratamiento nutricional médico
	Capítulo 37 - Tratamiento nutricional médico en la prevención, el tratamiento y la recuperación del cáncer
	Nutrientes para la prevención del cáncer
	Café y té
	Folato y ácido fólico
	Frutas, verduras y hortalizas
	Soja y fitoestrógenos
	Diagnóstico médico y determinación del estadio en el cáncer

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