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844 ParTe 5 | Tratamiento nutricional médico intervenciones nutricionales (ADA, 2011). El Oncology Toolkit recomienda valorar cuidadosamente si la intervención nutricional prevista afectará negativamente a la seguridad del paciente o si es posible que interfiera con el tratamiento del cáncer (ADA, 2010b). El Toolkit también recomienda evaluar el resultado probable de la intervención nutricional respecto a la mejoría del estado nutricional, posibles cargas económicas y aceptación del paciente. Los objetivos de la intervención deben ser específicos, al- canzables e individualizados para favorecer la cooperación. Los objetivos deben estar dirigidos hacia una medida patente, como peso corporal, y otros índices significativos. Otro objetivo es minimizar los efectos de los «síntomas con impacto nutricional» y mejorar al máximo los parámetros nutricionales de la persona. Los síntomas con impacto nutricional pueden definirse como aquellos síntomas y efectos secundarios del cáncer y el tratamien- to del cáncer que afectan directamente al estado nutricional. Es importante hablar con la persona, sus cuidadores o familiares acerca de los problemas esperables y sus posibles soluciones al principio del tratamiento del cáncer, y seguir haciéndolo junto con la valoración y tratamiento nutricionales a lo largo del se- guimiento. Los efectos adversos nutricionales del cáncer pueden ser graves y, en ocasiones, están compuestos por los efectos del tratamiento y los efectos psicológicos del cáncer. A menudo, el resultado es una depleción notable de las reservas de nutrientes y el deterioro del estado nutricional. Malnutrición, anorexia (pérdida del apetito) y pérdida de peso son problemas impor- tantes en la atención al cáncer y con frecuencia están presentes en muchas personas en el momento del diagnóstico, incluso en niños (Goldman et al., 2006). Más de la mitad de las personas con cáncer pierden peso y más de la tercera parte pierden una cantidad superior al 5% de su peso habitual (Skipworth, 2007). Los estudios demuestran constantemente que incluso pequeñas pérdidas de peso (inferiores al 5% del peso corporal) antes del tratamiento se asocian con peor pronóstico y menor calidad de vida, reforzando así la importancia del TNM precoz (Fearon, 2008). estrategias de nutrición oral La vía ideal de alimentación es la oral, aunque las personas pue- den tener síntomas que la afecten. En ocasiones es necesario aplicar estrategias para modificar la ingesta dietética, y dependen del problema específico para comer y del estado nutricional de la persona. Puede ser necesario modificar los alimentos o su presentación. Es posible recomendar suplementos alimenticios médicos líquidos a aquellas personas incapaces de consumir las calorías y proteínas necesarias para mantener el peso y el estado nutricional (v. capítulo 14). Existen materiales educativos con indicaciones para mejorar la ingesta oral y tratar los efectos secundarios del tratamiento, como Eating Hints (NCI, 2010e), Chemotherapy and You (NCI, 2010f) y Radiation Therapy and You (NCI, 2010f). La tabla 37-5 muestra ejemplos de estrategias de intervención nutricional. Tratamiento de la anorexia y de las alteraciones del gusto y el olfato En ocasiones, incluso antes del diagnóstico y después durante todo el tratamiento del cáncer, las personas refieren anorexia, saciedad precoz y menor ingesta de alimentos. También son frecuentes las alteraciones del gusto y olfato. Las alteraciones del gusto pueden estar relacionadas con la propia enfermedad, ciertos fármacos quimioterápicos, la radioterapia, o cirugía de cabeza y cuello. Se han descrito aversiones a ciertos sabores provocadas por la quimioterapia en niños y adultos. Las personas también desarrollan, en ocasiones, un sentido exagerado del ol- fato que les sensibiliza a los olores procedentes de la preparación de alimentos y aversión a artículos no comestibles, como jabones o perfumes. Estas anomalías de la sensopercepción no se correla- cionan de forma constante con el lugar del tumor, su alcance, la respuesta tumoral al tratamiento, ni las preferencias o consumos de alimentos. Las intervenciones nutricionales dirigidas a reducir el olor de los alimentos, como servirlos fríos en vez de calientes, podrían ser útiles (NCI, 2010e). Tratamiento de las alteraciones del metabolismo energético El metabolismo energético está ligado estrechamente al meta- bolismo de los hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos, y todos ellos resultan alterados por el crecimiento tumoral. Los tumores ejercen una demanda continua de glucosa, muestran una tasa típicamente elevada de metabolismo anaerobio y producen lactato como sustancia final. Estas cantidades mayores de ácido láctico requieren un aumento de la neoglucogenia del huésped mediante la actividad del ciclo de Cori, que está aumentada en algunas personas con cáncer, pero no en otras. La degradación de proteínas y la lipólisis están aumentadas para mantener la alta tasa de síntesis de glucosa. Hay intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina, caracterizadas por un exceso de oxidación de los ácidos grasos, y menor captación y uso de la glucosa por parte del músculo. Las alteraciones del metabolismo proteico parecen estar dirigidas a proporcionar los aminoácidos necesarios para el cre- cimiento del tumor. Lo más notable es la pérdida de proteínas del músculo esquelético causada por el aumento de la degrada- ción de las proteínas, así como por una reducción de la síntesis proteica. Tratamiento de la caquexia cancerosa Un diagnóstico secundario frecuente en personas con cáncer avanzado es una variante de la desnutrición proteico-calórica. Este síndrome se denomina caquexia cancerosa y se caracteriza por pérdida de peso progresiva, anorexia, debilidad y consun- ción generalizadas, inmunosupresión, alteración de la tasa de metabolismo basal, y anomalías en los líquidos y el metabo- lismo energético. También se produce una mayor pérdida de tejido adiposo, relacionada con un aumento de la lipólisis, no con una reducción de la lipogenia. Las mayores cantidades de factor movilizador de los lípidos y factor inductor de proteólisis, secretados por las células tumorales, producirán un aumento de la pérdida de grasa y masa muscular. En el momento del diagnóstico, las personas con cáncer hematológico o de mama casi nunca presentan pérdida de peso significativa, mientras que aquellos con cáncer de pulmón, esófago o de cabeza y cuello a menudo muestran una notable pérdida de peso. La caquexia cancerosa está causada en parte por las citocinas (sustancias inmunomoduladoras) producidas por el propio cáncer o por el sistema inmunitario en respuesta al cáncer. Las citocinas son capaces de producir cambios metabólicos y debilitamiento, que son similares a los observados en la inflamación. Las citocinas proinflamatorias comprenden el factor de necrosis tumoral (TNF)-a (caquectina) y el TNF-b, la interleucina (IL)-1, IL-6 e interferón a. Estas citocinas tienen efectos fisiológicos super- puestos, lo que significa que probablemente ninguna de ellas Parte 5 - Tratamiento nutricional médico Capítulo 37 - Tratamiento nutricional médico en la prevención, el tratamiento y la recuperación del cáncer Tratamiento nutricional médico Intervención nutricional Estrategias de nutrición oral Tratamiento de la anorexia y de las alteraciones del gusto y el olfato Tratamiento de las alteraciones del metabolismo energético Tratamiento de la caquexia cancerosa
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