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pulmones son capaces de acumular una cantidad considerable de carbón sin verse afectados negativamente. La linfa de los pulmones transporta fagocitos, células especiales con la capacidad de extraer de las superficies donde se produce el intercambio gaseoso las partículas de carbón del aire inspirado y depositarlas en el tejido conectivo «inactivo» que sirve de sostén al pulmón o en nódulos linfáticos que reciben linfa de los pulmones. Auscultación y percusión de los pulmones La auscultación de los pulmones (escuchar sus sonidos con un fonendoscopio) y la percusión de los pulmones (golpear el tórax por encima de los pulmones con los dedos para detectar sonidos en los pulmones) (fig. C4-13 A) son técnicas muy importantes que se utilizan en la exploración física. La auscultación evalúa el flujo de aire a través de la tráquea y el árbol bronquial en los lóbulos del pulmón. La percusión ayuda a establecer si los tejidos subyacentes están llenos de aire (ruido claro), llenos de líquido (ruido submate) o son sólidos (ruido mate). El conocimiento de la anatomía normal, sobre todo de la proyección de los pulmones y de los lugares cubiertos por hueso (p. ej., la escápula) y los músculos asociados permitirá al examinador saber dónde debería encontrar sonidos claros o mates (fig. C4-13 B). La auscultación y la percusión de los pulmones siempre deben incluir la raíz del cuello, donde se localizan los vértices de los pulmones (v. fig. 4-41 A). Cuando los médicos aluden a «auscultar la base de un pulmón», normalmente no se refieren a su cara diafragmática (base anatómica) sino a la parte inferoposterior del lóbulo inferior. Para auscultar esta área, los médicos colocan el fonendoscopio en la cara posterior de la pared torácica al nivel de la vértebra T10. 659 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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