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superficie brillante y lubricada permite al corazón (unido únicamente por sus vasos aferentes y eferentes y las reflexiones relacionadas de la membrana serosa) la libertad de movimientos que precisa para sus movimientos de «exprimido» durante la contracción. ● La capa parietal del pericardio seroso es sensible. Los impulsos dolorosos que provienen de ella son conducidos por los nervios frénicos somáticos y producen sensaciones de dolor referido. La inervación del pericardio por los nervios frénicos, y el recorrido de estos nervios somáticos entre el corazón y los pulmones, no se comprenden bien sin considerar el desarrollo embrionario del pericardio fibroso. Una membrana (membrana pleuropericárdica) que incluye el nervio frénico es separada de la pared corporal en formación por las cavidades pleurales en desarrollo, que se extienden para alojar los pulmones en rápido crecimiento (fig. 4-48). Los pulmones se desarrollan dentro de los conductos pericardioperitoneales que discurren a ambos lados del intestino anterior, que conectan las cavidades torácica y abdominal a cada lado del septo transverso. Los conductos (cavidades pleurales primitivas) son demasiado pequeños para alojar a los pulmones en su rápido crecimiento, y comienzan a invadir el mesénquima de la pared corporal posterior, lateral y anteriormente, separándolo en dos capas: una capa exterior que se convertirá en la pared torácica definitiva (costillas y músculos intercostales) y una capa interior o profunda (las membranas pleuropericárdicas) que contiene los nervios frénicos y forma el pericardio fibroso (Moore, et al., 2016). Así, el saco pericárdico puede ser fuente de dolor en la misma medida que lo son la parrilla costal o la pleura parietal, aunque el dolor tiende a referirse a los dermatomas de la pared corporal —áreas desde las que más a menudo se reciben sensaciones. 682 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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