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GINECOLOGIA (66)

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45Estudios de imagen utilizados en ginecología
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Un útero unicorne sin un cuerno rudimentario se observa como 
un útero pequeño, elíptico y bien formado que se desvía a un lado 
(Salim, 2003). El fondo tiene un contorno cóncavo. En la ima-
gen tridimensional, tiene una confi guración típica de “plátano” 
(fig. 2-23). Sin embargo, en 65% de los casos se acompaña de 
un cuerno rudimentario difícil de reconocer en la ecografía (fi g. 
18-16) (Jayasinghe, 2005). A menudo, un cuerno rudimentario 
dilatado se diagnostica en forma errónea como una tumoración 
uterina o anexial (Hall, 1994). La evaluación completa de estos 
casos muchas veces requiere MRI. Ante la mayoría de las anomalías 
uterinas, sobre todo si son unilaterales, debe documentarse la posi-
ción normal de los riñones mediante imágenes transabdominales 
debido a la tasa elevada de trastornos genitourinarios relacionados. 
Por último, en mujeres con anomalías complejas que incluyen age-
nesia vaginal o himen imperforado es frecuente encontrar hema-
La ecografía puede demostrar con facilidad defectos anatómicos 
uterinos capaces de afectar el paso del gameto y la implantación del 
óvulo. Como se explicó, es posible utilizar la TVS convencional 
para visualizar leiomiomas submucosos y pólipos, pero las rela-
ciones de estas lesiones con la superfi cie endometrial se ve mejor 
con SIS (fi gs. 8-9 y 9-8). En mujeres con antecedente de aborto 
recurrente, la SIS se ha usado para demostrar no sólo anomalías 
paramesonéfricas, sino también otros defectos diversos de la cavi-
dad uterina hasta en la mitad de las pacientes (Keltz, 1997). Como 
herramienta para examinar la cavidad en estas circunstancias, 
parece ser dos veces más precisa que la histerosalpingografía (HSG) 
y la TVS (Soares, 2000). Las sinequias intrauterinas pueden verse 
como líneas hipoecoicas que alteran el endometrio ecógeno en la 
ecografía convencional. Estas lesiones se ven de manera más defi -
nida en la SIS como bandas ecógenas que se extienden de una 
superfi cie endometrial a la otra (fig. 2-20).
La ecografía transvaginal se usó inicialmente para detectar ano-
malías uterinas congénitas que causan esterilidad o aborto espontá-
neo. La adición de técnicas tridimensionales permite diagnosticar 
anomalías congénitas con rendimiento similar al de la HSG, la lapa-
roscopia y la MRI (Ekerhovd, 2004; Jurkovic, 1995; Salim, 2003). 
Más tarde, la MRI se usó para caracterizar y evaluar casos complica-
dos o dudosos, en especial antes de intervención quirúrgica.
Una anomalía por duplicación completa, como el útero didelfo, 
puede diagnosticarse mediante ecografía. En estas situaciones se 
ven dos cuernos uterinos separados y divergentes con una hendi-
dura profunda en el fondo entre ambos hemiúteros, con un ángulo 
amplio entre las dos cavidades endometriales (fig. 2-21). En con-
traste, el útero bicorne y las anomalías por útero tabicado se distin-
guen con menos claridad con las técnicas ecográfi cas transvaginales 
bidimensionales. Lo ideal es que el ángulo entre las dos cavidades 
endometriales sea ≥105° para el útero bicorne, pero ≤75° para el 
útero tabicado. Además, la forma del fondo muestra una muesca 
>1 cm en el útero bicorne, pero <1 cm en el tabicado (Reuter, 
1989). La combinación de los hallazgos de la TVS con la SIS pro-
porciona una exactitud de hasta 90% para distinguir las dos ano-
malías. Aunque a menudo se usa la MRI, muchos consideran que 
la ecografía tridimensional es el mejor método no invasivo para 
diferenciar entre estas dos condiciones (fig. 2-22) (Bermejo, 2010; 
Kupesic, 2001a; Salim, 2003).
FIGURA 2-21. Útero didelfo. La ecografía transvaginal en el plano 
transversal muestra los dos cuernos uterinos separados por completo. 
Se observa un saco gestacional en el útero derecho.
FIGURA 2-22. Útero tabicado. El plano coronal de la ecografía tri-
dimensional muestra el contorno seroso uterino normal y el ángulo 
estrecho entre las dos pequeñas cavidades endometriales caracterís-
ticos del útero tabicado. Como el tabique termina en el istmo uterino 
y no se extiende hasta el cuello uterino, se prefiere llamar a esta 
anomalía útero subtabicado.
FIGURA 2-20. Síndrome de Asherman. La ecografía transvaginal con 
infusión de solución salina muestra adherencias intrauterinas ecógenas.
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