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1 Control de la Corrupción Opción 1 – “Mayor rigor penal y castigos efectivos ejemplificadores” Consiste en disminuir la corrupción a través de la imposición de castigos ejemplificadores que previenen que los integrantes de una sociedad cometan actos de corrupción. El acento se encuentra en el efecto preventivo de aplicar un castigo a los culpables. Por ejemplo, en Italia, la existencia de jueces que se toman en serio su trabajo y encarcelan a los responsables, produce el principio para erradicar la corrupción. Otros por su parte, creen que el aumento de las penas no es algo necesario para combatir la corrupción Consideran, en cambio, que la justicia funciona mal, y por lo tanto es ineficiente en el tratamiento de grandes casos. Creen pues, que la ley no es la misma para todos, sino que existen algunos a los que la ley no alcanza. Críticas Los que critican esta opción sostienen que el principal responsable en la lucha contra la corrupción no es el Poder judicial. En una situación de corrupción generalizada, el responsable es aquel que se encuentra al frente de la organización. Por definición la justicia siempre llega tarde, lo hace luego de que los hechos han ocurrido. Si el sistema de justicia es el último mecanismo de control que se activa contra la corrupción, en lugar de buscar la solución en la última instancia de control, resulta mejor evitar que las cosas lleguen tan lejos y pensar en prevenir en lugar de castigar. Otra crítica, sostiene que en una situación de corrupción generalizada donde, el responsable de la organización donde se producen los ilícitos es corrupto, existe la dificultad de que la justicia se maneje independientemente. Opción 2 – “La solución al problema de la corrupción debe ser de carácter ético” La corrupción es un problema moral. La raíz del problema es una decisión individual en base a los principios de cada uno, y como existe confusión acerca de cuales son esos principios la corrupción se ha extendido a niveles elevados. La gente joven desarrolla esta capacidad de razonar sobre ética mientras permanece en el colegio o en la universidad, pero usualmente deja de hacerlo cuando termina su educación formal en esas instituciones. Críticas Para algunos es irrelevante enseñar ética. Los corruptos saben lo que se debe y lo que no se debe hacer; por tanto sería inútil explicar lo que parece ser obvio. Otros creen que la moral es algo que no se puede enseñar, que cada uno debe tener su propia idea acerca de lo que es correcto y lo que no lo es. Por otro lado, muchos políticos predican sobre la necesidad de comportarse éticamente, sin embargo, sus conductas demuestran que tienen muy poco en cuenta sus propias palabras. En esta circunstancia se predica con 2 la moral, pero se actúa inmoralmente, contribuyendo a la expansión de la hipocresía. No es posible confiar en que todos los miembros de la sociedad sean santos o ángeles. Siempre exístela posibilidad de que haya corruptos corrupción. Le problema no son aquellos que asimilan los valores, sino los que no lo hacen y contra eso la educación no alcanza, es necesario, buscar la forma de controlar o evitar que aquellos que quieran cometer actos de corrupción no puedan hacerlo. Opción 3 – “Controles externos y construcción de sistemas que disminuyen las posibilidades de corrupción” Para disminuir la corrupción en nuestro país, deben detectarse aquellos sitios donde la forma en que se encuentra diseñada la actividad, genere mayores posibilidades de que se produzcan actos de corrupción. La idea es que hay modelos de organización que producen corrupción. La ambición y la moral personal que conducen a un acto de corrupción son parte de una elección individual sobre la que resulta inválido interferir. La fórmula de la corrupción explica cómo se produce este fenómeno en una organización, pero también puede ser adaptada para explicar la corrupción en la gran organización que es el estado. La democracia, como medio para el control del poder, es el sistema político que mejor se adecua a esta fórmula. Es un sistema de control de la corrupción, dado a que el poder no se encuentra monopolizado, sino que se distribuye entre las diversas ramas del gobierno que se controlan mutuamente. La discrecionalidad de los que toman las decisiones es relativamente baja desde el momento que la ley regula la conducta de los funcionarios públicos y la transparencia se ve garantizada por la publicidad de los actos de gobierno y la libertad de expresión. En un sistema de poder hegemónico, que sería el opuesto al democrático, existe monopolio de poder, discrecionalidad de los funcionarios, censura y control de la información pública. Las probabilidades de que haya corrupción son altas. Críticas Por un lado sostienen que no existe la posibilidad de concebir un sistema que no produzca corrupción, dado a que “hecha la ley, hecha la trampa”. Por otro lado, ninguna iniciativa de este tipo que tenga como objetivo reformas en el funcionamiento práctico de una organización puede llevarse a cabo sin la decisión política de quien está a cargo de ella.
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