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EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DEL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO PAULA SALIDO SANTANA IDEA – CENTRO DE PSICOLOGÍA Bloque I: Introducción sobre el Trastorno Obsesivo Compulsivo - Marco teórico - Criterios diagnósticos - Diagnostico diferencial - Curso, mantenimiento, prevalencia, comorbilidad Bloque II: Evaluación del Trastorno Obsesivo Compulsivo - Entrevista - Cuestionarios y autoinformes – Autorregistros - Observación Bloque III: Tratamiento Obsesivo Compulsivo - Eficacia de los tratamientos - Tratamiento Cognitivo-Conductual - Exposición en vivo vs. Exposición en imaginación - Programa de mantenimiento Bloque IV: Caso Práctico Bloque V: Evaluación objetiva Bloque I: Introducción sobre el Trastorno Obsesivo Compulsivo 1. Marco teórico Las preocupaciones y obsesiones, así como las costumbres o rituales, forman parte de nuestra vida cotidiana. Muchas personas pasan horas y horas pensando en ciertos temas que les preocupa o les causa ansiedad, buscando modos de actuar o alcanzar mejor sus metas. (Olivares y Rosa, 2010). Según Orgilés, Espada y Méndez Carrillo (2016), a la mayoría de los niños les asaltan ideas fijas o hábitos mentales automáticos, como una música que no se les va de la cabeza o sumar los números de las matrículas de los coches, sin embargo, muy pocos desarrollan obsesiones patológicas. Para que esto suceda se debe interpretar catastróficamente los pensamientos intrusos y otorgarles credibilidad, aun sin pruebas sobre su certeza. Para escapar de la ansiedad causada por las obsesiones el niño realiza las compulsiones, por ejemplo, después de la orina se lava las manos para aliviar el malestar provocado por la creencia de que la orina está contaminada. La exposición es tan breve que impide la habituación o extinción de la ansiedad y de este modo cae en la trampa del reforzamiento negativo, es decir, las compulsiones, que solo suprimen la ansiedad temporalmente, tienden a repetirse una y otra vez. Progresivamente al ir al aseo anticipa el contagio, siente ansiedad más intensa, se lava las manos más y más, con productor más fuertes. Puesto que no lleva a cabo la prueba de realidad, o sea, no deja de lavarse las manos deliberadamente para comprar que no se contrae una enfermedad grave, su creencia de que la orina es peligrosa se reafirma, cerrándose el circulo vicioso: estimulo: orina->obsesión: es sucia, contaminante->miedo a contraer una enfermedad ->compulsión: lavado de manos->alivio de la ansiedad->...- >estimulo: nueva micción y vuelta a empezar, de forma que el proceso se automatiza y generaliza. La vulnerabilidad biológica, por ejemplo, el déficit de serotonina, características psicológicas como la indecisión, la responsabilidad excesiva o la rigidez moral, y la historia de aprendizaje, por ejemplo, modelos obsesivo-compulsivos en la infancia, contribuyen a la aparición del trastorno. Acontecimientos negativos como que se le escape la orina al niño y pase tiempo hasta que pueda lavarse o que tenga un mal día y la idea de que la orina es asquerosa, que hasta entonces había rechazado sin problema, de pronto empiece a preocuparse seriamente, precipitan el trastorno obsesivo- compulsivo. Una hipótesis sugestiva es la que atribuye el trastorno a la bacteria estreptococos grupo A beta hemolíticos, muy habitual en las infecciones de garganta en los niños pequeños. La lesión del tejido neuronal del ganglio basal, causada por los anticuerpos generados por el sistema inmunológico para combatir la agresión bacteriana, sería responsable del trastorno (Sevilla y Pastor, 2015). Indican Olivares y Rosa (2010) que el trastorno se ubica dentro de los trastornos de ansiedad. Sus características principales son las respuestas en el sistema cognitivo conocidas como obsesiones, las cuales causan ansiedad y malestar clínicamente significativo, y las respuestas de escape/evitación llamadas compulsiones, cuyo propósito fundamental será reducir o eliminar el malestar que conlleva la ansiedad desadaptativa. El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones y/o compulsiones recurrentes, que repercuten negativamente al niño, la familia, la escuela y/o las relaciones sociales, por ejemplo, consumen varias horas al día desatendiendo las tareas escolares o exigen a los padres que participen. El término obsesión proviene del latín obbsesio-onis que significa “asedio” y según la enciclopedia Espasa-Calpe se define como: a) preocupación que influye en una persona coartándole la libertad. b) idea que persigue o molesta a uno. c) obstinación, obcecación. d) apoderamiento del espíritu personal por otro espíritu que no le deja actuar. Las obsesiones son ideas o pensamientos, impulsos o imágenes, recurrentes, persistentes, intrusos, inquietantes e indeseados, que causan ansiedad intensa y que el niño intenta ignorar, suprimir o neutralizar con otro pensamiento o acción, por ejemplo, realizando una compulsión. La palabra compulsión deriva del latín compellere, que significa “obligar a hacer”. Esta denominación tiene origen en alemana, donde Krafft-Ebing (1879) utilizó el término Zwangsvorstellung para designar pensamientos a los que no podía resistirse. Se refería tanto a pensamientos como acciones, por lo que en Gran Bretaña se tradujo por obsesión y en Estados Unidos por compulsión, término que constituyó la denominación final del trastorno. Las compulsiones son acciones manifiestas como lavarse las manos para evitar contagiarse, revisar una y otra vez los deberes del colegio para asegurarse de que están bien u ordenar la mesa de estudio, o encubiertas como rezar, contar o repetir mentalmente palabras, que el niño se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o siguiendo normas rígidas con el fin de reducir la ansiedad o alguna situación espantosa, aunque la relación entre las acciones y los acontecimientos horribles que pretenden prevenir sea poco realista o claramente excesiva. Algunos niños, sobre todo los más pequeños, no saben explicar las razones por las que llevan a cabo las compulsiones. Según Olivares y Rosa, el TOC es uno de los desórdenes más antiguos, por lo que recorrer su historia conllevaría adentrarse en la propia evolución del estudio del comportamiento. Desde el inicio de la especie humana, algunas personas han llamado la atención de los demás debido a su comportamiento extraño, irracional o desadaptado, ya que este resultaba perturbador para quienes lo padecían y para los que se encontraban en su entorno. Se han atribuido diferentes causas o explicaciones a la conducta problemática, que han influido enormemente en la manera de considerar y tratar a estas personas. Siguiendo a Frankl (1971), existen dos corrientes tradicionales en las que se basan los tratamientos actuales, la corriente mágico-religiosa (modelo demonológico) y la corriente naturalista (modelo biomédico). En definitiva, los modelos explicativos del TOC se peden resumir en: • Factores genéticos y familiares: Los estudios en gemelos sugieren que los factores genéticos están implicados en la transmisión y expresión del TOC. Estos estudios revelan que entre el 27% y el 47% de la varianza del TOC se debe a la herencia, el resto de la varianza se atribuye a factores ambientales: 53-73% • Autoinmunidad: Cuando tienen inicio infantil puede ser consecuencia de una infección por estreptococos, que causan los llamados trastornos neuropsiquiatricos pediátricos autoinmunes asociados a infecciones por estreptococos. No es más del 10% • Neuroquímica y neuroanatomia del TOC: El neurotransmisor que de forma más especifica se ha asociado al TOC es la serotonina, en concreto se invoca que en el TOC se da un déficit o disminución de la serotonina o alteración en sus receptores.- Modelo conductual - Modelo cognitivo - Modelo metacognitivo 2. Criterios diagnósticos Según Castelló Pons, uno de los cambios diagnósticos más pronunciados con respecto a anteriores Manuales Diagnósticos y Estadísticos de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-IV y IV-R) de cara al nuevo DSM-V, consiste en la extracción del Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) de los Trastornos de ansiedad y la creación de un grupo nuevo de trastornos (un espectro obsesivo), agrupado todos bajo un epígrafe de TOC y trastornos relacionados. Dentro de esta agrupación se ubica: - Trastorno obsesivo compulsivo: se caracteriza por la presencia de obsesiones y/o compulsiones. - Trastorno dismórfico corporal: se caracteriza por la preocupación por uno o más defectos percibidos en la apariencia física que no son observables o solo se aprecian ligeramente y por conductas repetitivas. - Tricotilomanía: se caracteriza por tirones recurrentes del pelo que dan lugar a una pérdida de cabellos y a repetidos intentos para disminuir o cesar dichos tirones. - Trastorno por excoriación: se caracteriza por el rascado recurrente de la piel, lo que origina lesiones en la piel, y por repetidos intentos para disminuir o cesar el rascado de la piel. - Trastorno por acumulación: se caracteriza por la persistente dificultad de renunciar o separarse de posesiones, independientemente de su valor real, como consecuencia de una fuerte necesidad percibida para conservar los objetos y evitar el malestar asociado a desecharlos. - Trastorno obsesivo compulsivo y trastornos relacionados inducidos por otra enfermedad medica - Trastorno obsesivo compulsivo relacionados inducidos por otra sustancia - Otros trastornos obsesivos compulsivos y trastornos relacionados especificados - Otros trastornos obsesivos compulsivos y trastornos relacionados no especificados Los criterios diagnósticos del trastorno obsesivo-compulsivo según DSM-V, son los siguientes: A. Presencia de obsesiones, compulsiones o ambas: Las obsesiones se definen por (1) y (2): 1. Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimenta, en algún momento durante el trastorno, como intrusas o no deseadas, y que en la mayoría de los sujetos causan ansiedad o malestar importante. 2. El sujeto intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o neutralizarlos con algún otro pensamiento o acto (es decir, realizando una compulsión). Las compulsiones se definen por (1) y (2): 1. Comportamientos (p.ej., lavarse las manos, comprobar las cosas) o actos mentales (p.ej., rezar, contar, repetir palabras en silencio). Repetitivos que el sujeto realiza como respuesta a una obsesión o de acuerdo con reglas que ha de aplicar de manera rígida. El objetivo de los comportamientos o actos mentales es prevenir o disminuir la ansiedad o el malestar, o evitar algún suceso o situación temida; sin embargo, estos comportamientos o actos mentales no están conectados de una manera realista con los destinados a neutralizar o prevenir, o ben resultan claramente excesivos. Nota: los niños de corta edad pueden no ser capaces de articular los objetivos de estos comportamientos o actos mentales. B. Las obsesiones o compulsiones requieren mucho tiempo (p.ej., ocupan más de una hora diaria) o causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento. C. Los síntomas obsesivo-compulsivos no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p.ej., una droga, un medicamento) u otra afección médica. D. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental (p.ej., preocupaciones excesivas, como en el trastorno de ansiedad generalizada; preocupación por el aspecto, como en el trastorno dismórfico corporal; dificultad para deshacerse o renunciar a las posesiones, como en el trastorno de acumulación; arrancarse el pelo, como en la tricotilomanía [trastorno de arrancarse el pelo]; rascarse la piel, como en el trastorno de excoriación [rascarse la piel]; estereotipias, como en el trastorno de movimientos estereotipados; comportamiento alimentario ritualizado, como en los trastornos de la conducta alimentaria; problemas con sustancias o con el juego, como en los trastornos relaciones con sustancias y trastornos adictivos; preocupación por padecer una enfermedad, como en el trastorno de ansiedad por enfermedad; impulsos o fantasías sexuales, como en los trastornos parafílicos; impulsos, como en los trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta; rumiaciones de culpa, como en el trastorno de depresión mayor; inserción de pensamientos o delirios, como en la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos; o patrones de comportamiento repetitivo, como en los trastornos del espectro autista). Especificar si: Con introspección buena o aceptable: el sujeto reconoce que las creencias del trastorno obsesivo-compulsivo son claramente o probablemente no ciertas, o que pueden ser ciertas o no. Con poca introspección: el sujeto piensa que las creencias del trastorno obsesivo- compulsivo son probablemente ciertas. Con ausencia de introspección/con creencias delirantes: el sujeto está completamente convencido de que las creencias del trastorno obsesivo- compulsivo son ciertas. Especificar si: El sujeto tiene una historia reciente o antigua de un trastorno de tics. Según la clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud en su décima revisión (CIE-10), los criterios para especificar el trastorno obsesivo compulsivo son los siguientes: La característica esencial de este trastorno es la presencia de pensamientos obsesivos o actos compulsivos recurrentes. Los pensamientos obsesivos son ideas, imágenes o impulsos mentales que irrumpen una y otra vez en la actividad mental del individuo, de una forma estereotipada. Suelen ser siempre desagradables (por su contenido violento u obsceno, o simplemente porque son percibidos como carentes de sentido) y el que los padece suele intentar, por lo general sin éxito, resistirse a ellos. Son, sin embargo, percibidos como pensamientos propios, a pesar de que son involuntarios y a menudo repulsivos. Los actos o rituales compulsivos son formas de conducta estereotipadas que se repiten una y otra vez. No son por sí mismos placenteros, ni dan lugar a actividades útiles por sí mismas. Para el enfermo tienen la función de prevenir que tenga lugar algún hecho objetivamente improbable. Suele tratarse de rituales para conjurar el que uno mismo reciba daño de alguien o se lo pueda producir a otros. A menudo, aunque no siempre, este comportamiento es reconocido por el enfermo como carente de sentido o de eficacia, y hace reiterados intentos para resistirse a él. En casos de larga evolución, la resistencia puede haber quedado reducida a un nivel mínimo. Casi siempre está presente un cierto grado de ansiedad. Existe una íntima relación entre los síntomas obsesivos, en especial pensamientos obsesivos, y la depresión. Los enfermos con trastornos obsesivo- compulsivos tienen a menudo síntomas depresivos y en enfermos que sufren un trastorno depresivo recurrente (F33.-) a menudo se presentan pensamientos obsesivos durante sus episodios de depresión. En ambas situaciones el incremento o la disminución en la gravedad de los síntomas depresivos se acompaña por lo general por cambios paralelos en la gravedad de los síntomas obsesivos. El trastorno obsesivo-compulsivo es tan frecuente en varones como en mujeres y la personalidad básica suele tener rasgos anancásticos destacados. El comienzo se sitúa habitualmenteen la infancia o al principio de la vida adulta. El curso es variable y, en ausencia de síntomas depresivos significativos, tiende más a la evolución crónica. 3. Diagnostico diferencial El TOC se caracteriza por la presencia de otras patologías comorbidas del Eje I, la mayoría de los pacientes de TOC sufre algún otro trastorno de salud mental (los más habituales están descritos a continuación). Así se ha encontrado que la prevalencia vital de otros trastornos psicopatologías va del 62% al 90%. La más común es la depresión que afecta entre el 30 y el 70% de los pacientes con TOC, como media a lo largo de la vida puede afectar a dos tercios de los pacientes con TOC. Tras ella las patologías más comorbidas son los trastornos de ansiedad: ansiedad generalizada, fobia social, agorafobia y ataques de pánico, y fobias especificas. Otras patologías asociadas importantes son la dependencia del alcohol y drogas. El síndrome de Tourette afecta al 5-7% de los pacientes de TOC y los tics al 20-30%. Ruscio y cols (2010) informan de un 55% de prevalencia de trastornos de control de impulso en TOC. Asimismo, se ha encontrad que los pacientes de TOC presentan prevalencia vital de anorexia nerviosa y bulimia. El 25% ha llevado a cabo intentos suicidas, el 63% presenta pensamientos suicidas y el 9% acaba suicidándose. La probabilidad de presentar un trastornos psicótico es de 1,7%, la misma en la población general que en la de TOC. Por ultimo, los pacientes de TOC pueden cumplir criterios para los trastornos del Eje II, trastornos de personalidad en grado variable. Un importante aspecto al que conviene referirse es al estilo o funcionamiento cognitivo en los obsesivos, si bien no todos los pacientes con este trastorno tienen características similares, ni constituyen un elemento esencial en muchos casos, se encuentra con frecuencia que son personas que dirigen su atención a áreas de interés muy focalizadas y de forma rígida, con escasa capacidad para pensar de forma relajada, flexible y creativa. Motivacionalmente están orientados directamente al cumplimiento de objetivos, el trabajo en su área favorita, en actividades de ocio no estructuradas estas personas no saben muy bien que hacer. Una característica muy señalada por distintos autores es la duda y la indecisión que tienen estas personas, que temen cometer errores o no tomar la decisión correcta, lo que les lleva a centrarse y sobrevalorar detalles innecesarios o transferir la responsabilidad en otros. Este comportamiento en muchas ocasiones la llevan al programa de tratamiento preguntado detalles del programa o si lo están haciendo bien o mal. El contestar estas preguntas conduce a una progresión geométrica de interrogaciones, dejando más indeciso al paciente. Como señala Avila (1992) la falta de certeza y percepción baja de autoeficacia producen una activación del sistema adreno-cortical, lo que explica parcialmente el alto nivel de actividad autonómica de estos pacientes. A continuación os describimos, según el DSMV, los trastornos con los que el TOC puede tener similitudes: - Trastorno de ansiedad. - Trastorno depresivo mayor. - Otros trastornos obsesivo-compulsivos y trastornos relacionados. - Trastornos de la alimentación. - Tics (en el trastorno de tics) y movimientos estereotipados. - Trastorno psicótico. - Otros comportamientos de tipo compulsivo. - Trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo. 4. Curso, mantenimiento, prevalencia. Una prevalencia anual del TOC en EEUU es de 1,2% y la observada a nivel internacional es similar. Las mujeres se ven afectadas con una tasa ligeramente más alta que los varones en la edad adulta, aunque los varones se ven más frecuentemente afectados durante la infancia. En EEUU la edad media de inicio del TOC es de 19,5 años y el 25% de los casos se inicia a la edad de 14 años. Su comienzo después de los 35 años es inusual, pero ocurre. Los varones tienen una edad más temprana de inicio de los síntomas que las mujeres.
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