Logo Studenta

TESORO DEVOCIONAL PARA 30 DIAS I (1)

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

1
 
INTRODUCCIÓN Rubén Archey Torrey (1856-1928) fue tanto un 
evangelista como un erudito bíblico. Estuvo asociado por 
largo tiempo con D.L. Moody y alcanzó la mayor 
prominencia durante los viajes internacionales de 
predicación que realizó al Reino Unido, China, Japón, 
Australia, Nueva Zelandia, India y Alemania en 1902 y 1921. 
Se ha dicho que su predicación en Gales en 1902, fue una de 
las causas del avivamiento que ocurrió allí a partir de ese 
año. Fue el primer superintendente del Instituto Bíblico 
Moody, y escribió numerosos devocionales y libros de 
teología. 
La carrera de evangelista del Dr. Torrey produjo un 
despertar espiritual. En reuniones de avivamiento en las que 
lo acompañaba el popular cantante de música cristiana 
Charles W. Alexander, Torrey llenaba los auditorios con su 
magnetismo personal, su pasión y su seriedad. 
Hablando de su propio ministerio dijo el Dr. Torrey: “Un 
momento crucial y que produjo un gran cambio en mi vida 
fue cuando, tras mucha reflexión, estudio y meditación, llegué 
a la conclusión de el bautismo en el Espíritu Santo es para mí 
en el día de hoy, y tomé la determinación de tenerla. 
Se habla mucho en estos días sobre el bautismo en el Espíritu 
Santo, pero me temo que muchos lo piden en oración y hablan 
de él sin tener una idea clara y definida de lo que es si 
estudiamos la Biblia cuidadosamente encontraremos, un 
panorama perfectamente claro y notablemente definido de lo 
que es esta maravillosa bendición.” 
 
 
2
DÍA 1 
 La personalidad del Espíritu Santo 
Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la 
comunión del Espíritu Santo, sean con todos ustedes. 
2 CORINTIOS 13:14 
 Es imposible comprender la obra del Espíritu Santo, o 
establecer una correcta relación con Él, sin llegar a conocerlo 
primero como una persona. Una de las causas o razones más 
comunes de conceptos erróneos, de entusiasmo dañino, falso 
fuego y fanatismo en la discusión de este tema, es el hecho de 
tratar de conocer la obra del Espíritu Santo antes de 
conocerlo a Él mismo. 
Desde el punto de vista de la adoración la doctrina de la 
personalidad del Espíritu Santo es de suprema importancia. 
Si se le considera tan solo una influencia o un poder 
impersonal, como es el caso de muchos, le robamos la 
adoración y el amor que le debemos. Somos culpables de 
robar también la fe, la confianza, la sumisión y la obediencia 
que Él merece y que nosotros debemos darle. Hago aquí una 
pausa para preguntarle: “¿Adora usted al Espíritu Santo”? 
una cosa es conocerlo teóricamente en la “Doxología”: “A 
Dios el Padre Celestial, al Hijo nuestro Salvador, y al Eternal 
Consolador, unidos todos alabad” pero es otra muy diferente 
darse cuenta del significado y la fuerza de estas palabras. 
 
Si se considera al Espíritu Santo tan solo como una 
influencia o un poder impersonal, como es el caso de 
muchos, le robamos la adoración que le debemos. 
3
 
Desde un punto de vista práctico es de suprema importancia 
que conozcamos al Espíritu Santo como persona. Si piensa 
que el Espíritu es meramente una influencia o un poder, 
entonces su actitud será: “¿Cómo puedo obtener más de Él? 
Pero si lo considera bíblica, como una persona de majestad y 
gloria divina, su pensamiento será: “¿Cómo puede tenerme el 
Espíritu Santo y utilizarme? ¿Cómo puede tener Él más de 
mí?” 
Si piensa en Él como una influencia que debe tener, y cree que 
lo ha recibido, el resultado inevitable será que irá por ahí 
presumiendo y fanfarroneando como si perteneciera a una 
clase superior de cristianos, hoy en día vemos muchos de 
ellos. Si considera al Espíritu como una persona divina, de 
infinita majestad quien viene a habitar en nuestros 
corazones, tomar posesión de nosotros y utilizarnos según su 
voluntad; ello lo llevará a ser humilde. Ninguna otra de las 
grandes verdades bíblicas lo pone a uno en el polvo y lo 
mantiene allí, como lo hace esta gran verdad. 
Padre Celestial, abre mis ojos para ver al Espíritu Santo 
como una persona tan real como tu Hijo Jesús. 
Muéstrame lo que haya malentendido con respeto a tu 
Espíritu Santo. No hay nada que desee más que 
conocerlo tal como Él es. Amén. 
 
 
 
 
 
 
 
4
 
DÍA 2 
Más que una influencia 
No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cuál fueron 
sellados para el día de la redención. 
EFESIOS 4:30 
 La primera prueba de la personalidad del Espíritu 
Santo, es que se le atribuyen todas las características que 
una persona posee. Ellas son: conocimiento, sensibilidad, y 
voluntad. Cualquier ser que tiene la capacidad de conocer, 
sentir y decidir, es una persona. “¿Quién conoce los 
pensamientos del ser humano sino su propio Espíritu que 
está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de 
Dios sino el Espíritu de Dios.” (1 Corintios 2:11) Aquí se le 
atribuye al Espíritu Santo la capacidad de conocer. El 
Espíritu Santo no es mera luz que ilumina y capacita 
nuestras mentes para ver la verdad que de otro modo no 
descubriríamos. No; Él es una persona que conoce las cosas 
de Dios y nos revela lo que Él mismo sabe y conoce. 
“Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte 
a cada uno según Él lo determina” 
(1 Corintios 12:11). Se nos presenta aquí al Espíritu Santo 
como una divina Persona que nos tiene y nos utiliza según su 
voluntad. Sin embargo, incontables creyentes sinceros pero 
desviados se esfuerzan por tener algo de poder divino que 
puedan usar a su propia voluntad. ¡Qué perverso 
pensamiento ese de poder agarrar el poder divino y utilizarlo 
según mi propia necedad e ignorancia! Esa no es la manera. 
5
Pero me regocijo de saber que existe una Persona Divina que 
puede conquistar mi corazón y utilizarme según Su Voluntad 
infinitamente sabia y amorosa. 
El Espíritu Santo es una Persona que conoce las cosas 
de Dios y nos revela lo que Él mismo sabe y conoce. 
“Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención 
del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes 
conforme a la voluntad de Dios” (Romanos 8:27). Note que la 
palabra Griega traducida como mente incluye los tres 
conceptos de conocimiento, sentimiento y voluntad. Es la 
misma palabra utilizada en Romanos 8:7 cuando dice “La 
mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios”, en donde la 
idea incluye toda la vida moral e intelectual de la carne, en 
hostilidad contra Dios. 
Cada referencia bíblica al Espíritu Santo habla de una 
persona divina que tiene la capacidad de pensar, sentir y 
decidir. ¡Ojalá que valoremos de tal manera Su Presencia, que 
jamás agraviemos Su infinito Corazón! 
Espíritu Santo, confieso que a menudo he fallado en 
reconocerte y honrarte, y sé que con frecuencia he 
pasado por alto la obra que Tú deseas realizar en y a 
través de mi vida. Ayúdame a tratarte de la manera tan 
real como trataría a Jesús si estuviera físicamente a mi 
lado. Amén. 
 
 
 
 
 
 
6
DÍA 3 
El amoroso Espíritu Santo 
Y dijo el Señor: no contenderá mi Espíritu con el hombre 
para siempre. 
GÉNESIS 6:3-RVR 
(Reina Valera Revisada) 
 Les ruego, hermanos, por el Señor Jesucristo y por el 
amor del Espíritu, que se una conmigo en esta lucha, y que 
oren a Dios por mí.” (Romanos 15:30). El Espíritu Santo no 
es solamente un poder ciego, que viene a nuestros corazones 
y a nuestras vidas sin importar si es benéfico o no, sino una 
persona divina que nos ama con tierno amor. ¡Qué 
pensamiento más maravilloso! 
¿Alguna vez en su vida se ha arrodillado y le ha dicho al 
Espíritu Santo: “Espíritu Divino, te doy gracias por tu gran 
amor por mí?” Ciertamente le debemos nuestra salvación 
tanto al amor del Espíritu, como al amor del Padre y al amor 
de Su Hijo. Si no hubiera sido por el amor de Dios el Padre, 
quien miró hacia abajo y me vio en mi estado de perdición, y 
anticipándose a mi caída y mi ruina envió a su propio Hijo a 
este mundo para morir en la cruz en mi lugar, todavía sería 
un perdido. 
Si no hubiera sido por el amor de Jesucristo que vino a este 
mundoen obediencia al Padre y entregando su vida en la cruz 
del calvario, hizo un perfecto sacrificio expiatorio en mi 
favor, yo sería un perdido. 
7
Ciertamente le debemos nuestra Salvación tanto al amor 
del Espíritu, como al amor del Padre y al amor de su 
Hijo. 
Pero si no hubiera sido por el amor del Espíritu Santo para 
mí, que en obediencia al Padre y al Hijo lo impulsó a venir a 
este mundo, para buscarme en mi condición de perdido, Él no 
hubiera venido. 
Es ese amor que me tiene, lo que lo impulsa a seguirme día 
tras día, semana tras semana y mes tras mes, aun cuando yo, 
deliberadamente, le he dado la espalda y lo he insultado; que 
me ha seguido a lugares en donde seguirme debe haber sido 
una agonía para Él, hasta que al fin tuvo éxito en hacerme 
volver a mis cabales dándome cuenta de mi perdida 
condición, y en revelarme al Señor Jesús justamente como el 
Salvador que yo necesitaba. Impulsado por ese amor fue que 
el Espíritu Santo me indujo y me capacitó para recibir al 
Señor Jesús como mi Salvador y Señor. Si no hubiera sido por 
este benigno, paciente e incansable amor del Espíritu de Dios 
para mí, yo seguiría siendo hoy un perdido. 
Sí, gustosamente vengo a darte gracias, querido Espíritu 
de Dios, por contender conmigo y por no darte por 
vencido cuando yo no escuchaba la voz de Dios ni 
doblaba mi rodilla ante el amor de mi Salvador. ¡Cuán 
profundamente debo haberte agraviado y enojado! Pero 
tu amor me abrumó cuando me mostraste el sacrificio 
de Jesús. Alabado sea tu nombre. Amén. 
 
 
 
 
 
 
8
DÍA 4 
El que mora en nosotros 
Con tu buen Espíritu les diste entendimiento. No les 
quitaste tu maná de la boca; les diste agua para calmar 
su sed. 
NEHEMIAS 9:20 
 En este pasaje de Nehemías se le atribuyen dos 
características al Espíritu Santo: inteligencia y bondad. Hay 
quienes dicen que la persona del Espíritu se manifiesta en el 
Nuevo Testamento pero no en el Antiguo, es difícil aceptar 
esta afirmación. Este versículo también sustenta con claridad 
la doctrina de la trinidad, la cual, según algunos, no se 
encuentran en el Antiguo Testamento. Pero el hecho es que se 
encuentran centenares de referencias a dicha doctrina. En el 
Antiguo Testamento. 
“No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron 
sellados para el día de la redención (Efesios 4:30). En este 
pasaje se le atribuye al Espíritu Santo la capacidad de sentir 
agravio. En otras palabras, el Espíritu Santo no es solo una 
influencia o poder impersonal que mora en su corazón y en el 
mío. No; Él es una persona, y una persona que nos ama, que 
es santa y que es intensamente sensible al pecado; una 
persona que retrocede ante el pecado, aún en lo que nosotros 
podríamos llamar sus formas más livianas, como jamás la 
persona más santa sobre la tierra retrocedió ante las más 
grotescas y repulsivas formas de pecado. 
 
 
9
Él es una Persona, y una Persona que nos ama, que es 
santa y que es intensamente sensible al pecado. 
Y Él ve cualquier cosa que hacemos, oye cualquier cosa que 
decimos, conoce cada uno de nuestros pensamientos, y si hay 
algo impuro, no santo, inmodesto, sin amor, falso censurador, 
amargado o que no es como Cristo de alguna manera, en 
palabra, pensamiento o acción, entonces es Él agraviado más 
de lo que podemos expresar. 
Este es un pensamiento maravilloso, es el incentivo más 
poderoso que conozco para vivir y andar con cuidado; para 
un caminar que agrade y complazca al que mora en nosotros, 
tanto en pensamiento como en palabra y obra. 
Tener este pensamiento del Espíritu Santo en nuestra mente 
nos ayudará a resolver todas las preguntas y a aclarar todas 
las áreas oscuras que nos causen perplejidad en nuestros 
días. Si existe alguna duda en cuanto a si es correcto o no 
realizar una acción determinada, tan solo debemos 
considerar que si nosotros vamos, el Espíritu Santo irá 
también, porque Él mora en nuestro corazón. ¿Vamos a un 
lugar, o tenemos un pensamiento que es agradable al Espíritu 
Santo? Si no lo es, detengámonos de inmediato. 
Padre Dios, me maravillo ante las infinitas personas de 
tu Hijo y de Tú Espíritu Santo. Pero si estas palabras 
que comprendo con mi mente han de hacer una 
diferencia en mi vida, entonces deben penetrar lo 
profundo de mi corazón. Sopla el aliento de tu vida 
dentro de mí, y cámbiame Señor. Amén. 
 
 
 
 
10
 
DÍA 5 
El Espíritu de Verdad 
Ahora bien, Dios nos revelado esto por medio de su 
Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las 
profundidades de Dios. 
1 CORINTIOS 2:10 
 La segunda prueba de la personalidad del Espíritu Santo 
es que muchas de las acciones que se le atribuyen en las 
Escrituras sólo las puede realizar una persona. Pablo les dice 
a los Corintios que el Espíritu Santo es mucho más que una 
mera iluminación de la verdad en nuestras mentes. Es una 
persona que examina las profundidades de DIOS y nos revela 
lo que descubre. “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu 
acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu 
mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden 
expresarse con palabras” (Romanos 8:26). Aquí se presentan 
al Espíritu Santo haciendo lo que sólo una persona puede 
hacer; orar. 
No es únicamente una influencia que bien sobre nosotros y 
nos mueve a orar, ni es solamente una guía cuando oramos. 
No; el Espíritu Santo ora por nosotros y a través de nosotros 
aquí en la tierra. 
Cada vez que estudiamos nuestra Biblia es posible tener 
a esta Divina Persona, el autor del libro, para 
interpretárnoslo y enseñarnos su más real y profundo 
significado. 
11
“Pero el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre 
enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará 
recordar todo lo que les he dicho” (Juan 14:26). Otra vez se 
presenta aquí al Espíritu Santo haciendo lo que solamente 
una persona puede hacer: enseñar. Encontramos la misma 
idea en Juan 16:12-14: “Muchas cosas me quedan aún por 
decirles, que por ahora no podrían soportar. Pero cuando 
venga el Espíritu de la verdad, Él los guiará a toda la verdad, 
porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo 
que oiga y les anunciará las cosas por venir. Él me glorificará 
porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.” De 
nuevo el Espíritu Santo se nos presenta como un Maestro vivo 
y personal para nosotros. 
Cada vez que estudiamos nuestra Biblia es posible tener a 
esta Divina Persona, el autor del libro, para interpretárnoslo 
y enseñarnos su más real y profundo significado. Esta es una 
idea maravillosa. Cuántas veces hemos pensado que si tan 
solo pudiéramos oír a un gran maestro es persona, 
podríamos hacer algún progreso en nuestra vida espiritual. 
Pero escúcheme: podemos tener, todos los días, a uno 
muchísimo más competente que el más grande maestro que 
haya hablado sobre la tierra, y ese Maestro sin par es el 
Espíritu Santo. 
Espíritu Santo, jamás imaginé hasta qué punto quieres 
tú estar involucrado en mi vida. Me postro ante Ti y te 
pido que seas el maestro de mi corazón y mi mente. 
Toma la Palabra de Dios y hazla real en mi vida. Amén. 
 
 
 
 
 
12
DÍA 6 
OTRO CONSOLADOR 
Pero les digo la verdad: les conviene que me vaya 
porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a 
ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes.” 
JUAN 16:7 
 La tercera prueba de que el Espíritu Santo es una persona 
es que se le atribuye un oficio que sólo puede desempeñar una 
persona. Miremos, por ejemplo, en Juan 14:16-17: “Y yo le 
pediré al Padre y les dará otro Consolador para que los 
acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo 
no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes 
sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará con ustedes.” 
Aquí se nos presenta al Espíritu Divino como otro Consolador 
que viene a tomar el lugar de nuestro Señor Jesús. Hasta este 
momento nuestro Señor ha sido el amigo siempre a mano 
para ayudar a los discípulos en cada emergencia que surgía. 
Pero ahorava a partir y les dice que aunque se va, otro va a 
tomar su lugar. ¿Puede usted, por acaso, imaginar al Señor 
Jesús diciendo esto, si quien va a tomar lugar Su lugar es solo 
un poder o una fuerza impersonal? ¡No! ¡De ningún modo! Lo 
que nuestro Señor dijo fue que Él, una Persona Divina, se iba, 
pero otra Persona exactamente tan Divina como Él, venia a 
tomar su lugar. 
Sí, que mora en mi corazón todo el tiempo para tener 
comunión conmigo y para ayudarme en cada emergencia 
que pueda surgir. La palabra griega que se traduce como 
“Consolador” es parakletos, la cual significa: “Una persona 
que es llamada para estar al lado de otra”; alguien que viene 
13
para hacer su parte y ayudar a la persona a la cual acompaña 
en cada situación crítica que se le presente. Al igual que Jesús, 
el Espíritu Santo está con nosotros dondequiera que estemos, 
siempre a nuestro lado cada hora del día o de la noche. 
Para mí esta es una de las promesas más preciosas de 
la Palabra de Dios: que otra persona, tan Divina como el 
mismo Jesús, tan amorosa y tierna, tan dispuesta a 
ayudar, está a mi lado siempre. 
¡Qué hecho más maravilloso! Si esta idea penetra en su 
corazón y permanece allí, jamás volverá a tener un momento 
de temor mientras usted viva. ¿Cómo podemos temer en 
alguna circunstancia si creemos realmente que el Espíritu 
Santo está de nuestro lado? ¿Cómo puede permanecer la 
soledad o el abatimiento de corazón? ¿Conoce usted a este 
amigo, el Espíritu Santo? 
Señor Jesús, ¿cómo puedo agradecer lo suficiente por 
haber enviado al Espíritu Santo para ser mi Consolador? 
Tomo este precioso pensamiento dentro de mi corazón 
y te pido que develes su significado. Te necesito 
realmente, Espíritu Santo, para que estés a mi lado cada 
hora del día y de la noche. Amén. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
14
DÍA 7 
El Espíritu Santo dé convicción 
“Y cuando Él venga, convencerá al mundo de su error 
en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio.” 
JUAN 16:8 
 Es tarea del Espíritu Santo convencer de pecado a la 
gente, y lo hace de tal manera que produce en ella un 
profundo sentido de pecaminosidad personal. Aquí es donde 
comienza la obra de la salvación en la mayoría de la gente. 
Les hace conscientes de son pecadores y que necesitan un 
Salvador; luego entonces están listos, sin necesidad de que los 
apresuren demasiado para aceptar a Cristo Jesús cuando les 
hablan de Él como el todo suficiente Salvador que tanto 
necesitan. 
Una de las grandes necesidades de nuestros días es la 
convicción de pecado. Los hombres y las mujeres no se dan 
cuenta de lo horripilante del pecado o que tienen que 
presentarse ante Dios. Tenemos un ojo muy perspicaz y 
agudo para mirar las faltas y los pecados de los demás, pero 
muy ciegos para los nuestros. “Nada hay tan engañoso como 
el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?” 
(Jeremías 17:9). Y el mundo es tan ciego a la pecaminosidad, 
que únicamente el Espíritu Santo, puede convencerlo de 
pecado, haciendo ver al ser humano cuan pecador es. 
Ni usted ni yo podemos convencer de pecado a ningún 
hombre o mujer… La convicción real de pecado sólo la 
puede producir el Espíritu Santo. 
15
Ni usted ni yo podemos convencer de pecado a ningún 
hombre o mujer ni aun con los razonamientos más 
persuasivos o con las historias más interesantes. Podemos 
hacer que los hombres lloren mirando una cinta 
cinematográfica, pero derramar lágrimas al ver u oír 
historias emotivas o al escuchar canciones conmovedoras, no 
es convicción de pecado. 
La convicción real de pecado sólo la puede producir el 
Espíritu Santo. 
Pero si para nosotros es imposible convencer de pecado a los 
seres humanos, no lo es para el Espíritu Santo. Si nos ponemos 
a disposición suya para que nos utilice según su voluntad, si 
procuramos que lo haga, y si somos más cuidadosos de estar 
en la correcta relación con Dios, de tal manera que el Espíritu 
pueda obrar por medio nuestro, podremos ver mayor 
convicción de pecado. 
El Santo Espíritu hoy convence de pecado a la gente con tanto 
poder como lo hizo en el día de pentecostés cuando tres mil 
hombres y mujeres fueron tocados en lo profundo de su 
corazón (Hechos 2:37). Si Pedro hubiera predicado el mismo 
sermón un día antes de la venida del Espíritu, no hubiera 
logrado tales resultados. ¡Oh, si! Necesitamos creer en el 
poder del Espíritu Divino para convencer de pecado a los 
hombres y mujeres, y necesitamos confiar en Él para que 
haga su obra gloriosa a través de nosotros. 
Santo Espíritu, vivimos en un mundo que está 
terriblemente insensible a lo horripilante del pecado. Te 
pido que comiences en mi propia vida; escudríñame y 
muéstrame mi corazón en relación con el pecado. 
Hazme una luz con la cual puedas alumbrar a otros. 
Amén. 
 
16
DÍA 8 
Donde se necesita la convicción 
“En cuanto al pecado, por cuanto no creen en mí; en 
cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no 
podrán verme, y en cuanto al juicio, porque el príncipe 
de este mundo ya ha sido juzgado. 
JUAN 16:9-11 
 El pecado del cual el Espíritu Santo convencerá a la gente 
es el de su incredulidad en Jesucristo, no del incontable 
número de los demás pecados de la lista. Este fue el pecado 
del cual el Santo Espíritu convenció a las tres mil personas el 
día de pentecostés (Hechos 2:36-37). Cuando se dieron 
cuenta que habían rechazado a Cristo, sus corazones fueron 
“profundamente conmovidos”. Este es el terrible pecado del 
cual es más difícil convencer a los hombres orgullosos y 
arrogantes. Pero cuando el Espíritu de Dios llega a una 
persona, no mira su incredulidad en Jesucristo como una 
marca de su superioridad intelectual o una excusa para una 
inherente incapacidad de creer. Quizá rechace con amargura 
su deshonestidad, o su impureza, o cualquiera otro pecado 
del cual sea culpable, pero ahora siente que el más 
horripilante de todos es rechazar al glorioso Hijo de Dios. 
Cuando el Espíritu de Dios llega a una persona… siente 
que el más horripilante de todos los pecados es 
rechazar al Glorioso Hijo de Dios. 
El Espíritu Santo también convence al mundo de justicia; no 
de nuestra justicia, porque no tenemos ninguna, sino de la 
justicia de Cristo Jesús, de la cual es testigo su resurrección de 
entre los muertos y su ascensión al Padre. El pecador convicto 
17
necesita ver la justicia que Dios ha provisto para él en Cristo, 
y solo el Espíritu Santo puede traérsela. 
La tercera cosa de la cual el Espíritu Santo convence a la 
gente es de juicio, del cual es testigo el juicio del príncipe de 
este mundo, el diablo. Quizá no ha existido jamás un solo día 
en toda la historia de la iglesia en que el mundo haya estado 
más necesitado de convicción de juicio que el día de hoy. El 
hombre promedio casi no tiene conocimiento de un futuro 
juicio, y de un futuro horroroso infierno. Solo el Espíritu 
Santo puede proveer esta revelación de la infinita gloria y 
majestad de Jesucristo, y una adecuada revelación de lo 
horrible del pecado y del futuro y eterno destino de quienes 
no acepten a Jesucristo. 
Señor Jesús, si un derramamiento de tu Espíritu, este 
mundo permanecerá ciego al pecado, a la justicia y al 
juicio. En la mayoría de los lugares, nunca se reflexiona 
sobre estas tres cosas, o si se hace alguna vez, se les 
olvida con altivez. Brilla sobre tu iglesia con poder y 
verdad. Amén. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
18
DÍA 9 
Un verdadero conocimiento de Jesús 
“Cuando venga el Consolador que yo les enviaré de 
parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del 
Padre, Él testificara acerca de mí. Y también ustedes 
darán testimonio porque han estado conmigo desde el 
principio.” 
JUAN 15:26-27 
 Es tarea del Espíritu Santo dar testimonio de Jesucristo. 
Toda la obra del Santo Espíritu se centra en la persona de 
Jesucristo. Es tarea suya magnificar a Cristo en nosotros; 
glorificarlo tomando de las cosas de Cristo y declarándolas a 
nosotros. 
Sólo mediante el testimonio directodel Espíritu Santo en el 
corazón del individuo, éste llega a un verdadero 
conocimiento de Jesús para la salvación. “Nadie puede decir: 
“Jesús es el Señor” sino por el Espíritu Santo” (1 Corintios 
13:3). Ni escuchar extensos testimonios humanos de 
Jesucristo, ni profundos estudios de lo que dicen las Escrituras 
acerca de Jesús llevarán a alguien a conocerlo, a menos que 
el Espíritu Santo, el vivo Espíritu de Dios, tome el mensaje 
humano o el testimonio de la palabra de Dios escrita y los 
interprete directamente a su corazón. 
El Espíritu Santo debe tomar su propio testimonio tal como 
se encuentra en la Palabra de Dios e interpretarlo 
directamente al corazón del individuo…o éste no llegará a 
tener un conocimiento de Jesucristo para salvación. 
 
19
Es cierto que el propio testimonio del Espíritu Divino en 
relación con Jesucristo se encuentra en la Biblia. De hecho eso 
es lo que toda la Biblia es: el testimonio del Espíritu de Dios 
acerca de Jesucristo. 
Si usted quiere que los hombres y mujeres visualicen a 
Jesucristo de una manera en que puedan creer también en Él, 
debe buscar la forma de que tengan el testimonio del Espíritu 
Santo, y usted debe situarse en una adecuada relación con 
Dios para que el Espíritu Divino pueda dar ese testimonio a 
través de su vida. Sin importar lo extensas que sean las 
discusiones o persuasiones, éstas no llevarán a alguien a 
conocer a Jesús. 
El Espíritu Santo debe tomar Su propio testimonio tal 
como se encuentra en la Palabra de Dios e interpretarlo 
directamente al corazón del individuo… o éste no llegará 
a tener un conocimiento de Jesucristo para la Salvación. 
Y si usted mismo desea tener un verdadero conocimiento de 
Él, no es suficiente que estudie la Palabra escrita de Dios y lo 
que el Santo Espíritu ha dicho en ella acerca de Jesús. Debe 
buscar un testimonio personal del Espíritu para su vida, que 
vaya directamente a su corazón mediante la Palabra Divina, 
y establecer la correcta relación con Dios para que el Espíritu 
Santo pueda testificar directamente a su corazón. 
Precioso Jesús, todos los que me rodean son personas 
que me importan mucho, y que tienen una desesperada 
necesidad de llegar a conocerte, pero ellas ni siquiera se 
dan cuenta de ello. Obra poderosamente en mi vida 
para que ellas vean en mí algo de tu Espíritu, y sean 
atraídas hacia ti. Amén. 
 
 
20
DÍA 10 
Nueva vida 
De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no 
puede ver el Reino de Dios –dijo Jesús. ¿Cómo puede 
uno nacer de nuevo siendo ya viejo? –preguntó 
Nicodemo. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el 
vientre de su madre y volver a nacer? Yo te aseguro que 
quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar 
en el Reino de Dios –respondió Jesús. 
JUAN 3:3-5 
 Aquí se nos dice que el hombre y la mujer nacen del 
Espíritu, o son renacidos mediante el poder del Espíritu 
Santo. Exactamente la misma verdad se declara en Tito 3:5: 
“Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino 
por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la 
regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo.” Es 
obra del Santo Espíritu renovar a los seres humanos, hacerlos 
nuevos, regenerarlos. 
¿Qué es la regeneración? “Dios, que es rico en misericordia, 
por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun 
cuando estábamos muertos en pecado. ¡por gracia ustedes 
han sido salvos! (Efesios 2:4-5). La regeneración es la vida de 
Dios impartida a los hombres que están moral y 
espiritualmente muertos por causa de sus delitos y pecados. 
Cada hombre, cada mujer y cada niño han nacido muertos 
espiritualmente en este mundo. Por naturaleza, moral y 
espiritual, tan solo somos cadáveres. Y el Espíritu Santo nos 
imparte su propia vida. 
21
Desde luego la Palabra de Dios es el instrumento que el 
Espíritu Santo usa para impartirnos vida. “Pues ustedes han 
nacido de nuevo, no de simiente perecedera, mediante la 
Palabra de Dios que vive y permanece” (1 Pedro 1:23). La sola 
Palabra de Dios escrita no produce el nuevo nacimiento, no 
importa cuán fielmente se predique o enseñe, a menos que el 
Espíritu de Dios la haga viva en los corazones de las personas 
a quienes es dada. 
Cada hombre, cada mujer y cada niño han nacido 
muertos espiritualmente en este mundo. 
Esto queda muy claro en 2 Corintios 3:6: “porque la letra 
mata, pero el Espíritu da vida.” ¿Qué quiso decir con esto el 
Apóstol Pablo? Estaba haciendo un contraste entre la 
palabra de Dios escrita en pergaminos con pluma y tinta, y la 
misma Palabra escrita por el Espíritu de Dios en los 
corazones de hombres y mujeres. La Palabra escrita o 
impresa en un libro, trae condenación y muerte; pero esa 
Palabra escrita por el Espíritu en nuestros corazones trae 
vida. Solamente el Espíritu Santo puede llegar al corazón 
humano escribir en él la Palabra de Dios, y hacerla viva en su 
interior. 
Padre celestial, conozco la imposibilidad de salvarme a 
mí mismo. Solamente por el milagro de tu vida que 
transforma mi alma puedo ser salvo. Que tu Espíritu y 
tu Palabra llenen lo más profundo de mi ser y continúen 
moldeándome a la imagen de tu Hijo. Amén. 
 
 
 
 
 
22
DÍA 11 
Nuestra desesperada necesidad 
Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que 
nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha 
concedido todas las cosas que necesitamos para vivir 
como Dios manda. Así Dios nos ha entregado Sus 
preciosas y magnificas promesas para que ustedes, 
luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo 
debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la 
naturaleza divina. 
2 PEDRO 1:3-4 
 Pedro nos dice que la definición de Dios de la 
regeneración, es la acción de impartir una nueva naturaleza 
(la naturaleza divina); es la naturaleza misma de Dios 
impartida a nosotros. 
Todos hemos nacido en este mundo con una naturaleza 
corrupta, en sus pensamientos, en sus afectos y en su 
voluntad. 
En primer lugar, cada uno de nosotros, sin importar lo 
excelso de nuestro linaje, ha nacido en este mundo con una 
mente ciega a la verdad de Dios. “El que no tiene el Espíritu 
no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es 
locura. No puede entenderlo porque hay que discernirlo 
espiritualmente” (1 Corintios 2:14). 
Esta mentalidad pecaminosa incluye una voluntad que 
es perversa, decidida a complacerse a sí misma y no a 
Dios. 
23
En un segundo lugar, todos nosotros hemos nacido en este 
mundo con afectos corruptos, puestos en cosas que 
desagradan a Dios. Amamos las cosas que deberíamos odiar, 
y odiamos las que deberíamos amar. 
En tercer lugar, todos hemos nacido con una voluntad 
perversa. “La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, 
pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo” 
(Romanos 8:7). Esta mentalidad pecaminosa incluye una 
voluntad que es perversa, decidida a complacerse a si misma 
y no a Dios. Lo que complace al ego quizá no sea algo 
corrupto, delictuoso inmoral. Lo que nos complace quizá sea 
algo refinado, algo con carácter; quizá no sea la embriaguez, 
el robo o la mentira. Puede ser la cultura, la música o algo 
refinado. Pero complacer al ego es la esencia misma del 
pecado, no importa si ese objeto o medio de complacencia es 
algo elevado, o algo bajo y ruin. Toda voluntad que 
determina complacerse a sí misma está en abierta rebelión 
contra Dios. Sólo existe una actitud correcta para la voluntad 
humana y esa es una actitud de absoluta sumisión a Dios, y la 
meta de la totalidad de la vida debe ser complacer a Dios en 
todas las cosas. 
 
Espíritu de Dios, estas palabras son todas ciertas en 
relación con mi vida. Yo he amado lo que debía haber 
odiado; mi voluntad ha estado inclinada a complacerme 
a mí mismo, mi mente ha sido ciega a tu verdad. 
Penetra con tu luz y tu poder y libérame. Amén. 
 
 
 
 
 
24
DÍA 12 
El Renacimiento espiritual 
 
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva 
Creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!2 Corintios 5:17 
 Qué es lo que ocurre en el nuevo nacimiento? Se nos da 
una nueva naturaleza y una mente nueva, una naturaleza 
intelectual nueva que en lugar de estar ciega abre sus ojos a 
la verdad de Dios. En numerosas ocasiones he visto como el 
Espíritu Santo ilumina mentes oscuras en tan solo un 
instante, y las verdades que por largo tiempo consideraron 
como tontería e insensatez, llegaron a ser tan claras como la 
luz del día. 
Cuando el Espíritu Santo nos transforma, se nos da una nueva 
naturaleza afectiva. Adquirimos nuevos gustos que 
remplazan los antiguos y nuevos amores que toman que 
toman el lugar de los viejos. En lugar de amar las cosas que 
desagradan a Dios, ahora amamos las que le satisfacen, al 
igual que las cosas que antes odiábamos, y llegamos a odiar 
lo que antes era objeto de nuestro amor. 
También recibimos una nueva naturaleza volitiva, es decir 
que una nueva voluntad nos es dada. Cuando uno nace de 
nuevo por el Espíritu, la voluntad ya no está determinada a 
complacer el ego; la determinación ahora es complacer a 
Dios. No existe otra cosa de la cual derivemos más deleite que 
de hacer la voluntad de Dios. Nuestros propios deseos pierden 
su valor e importancia, pero los deseos de Dios y la 
satisfacción de éstos llega a ser todo para uno. 
25
Cuando el Espíritu Santo nos transforma adquirimos 
nuevos gustos que reemplazan los antiguos, y nuevos 
amores que toman el lugar de los viejos. 
El nuevo nacimiento es el acto mediante el cual Dios imparte 
su propia naturaleza a hombres y mujeres que están muertos 
en delitos y pecados. 
El Espíritu Santo es quien nos imparte esta naturaleza. Así 
como somos expresamente dependientes de la obra de Cristo 
para nuestra justificación, así mismo dependemos de la obra 
del Espíritu Santo en nosotros para la regeneración. Toda la 
obra de la regeneración se puede describir de esta manera: “ 
El corazón humano es el terreno, la palabra de Dios es la 
semilla, y los creyentes son los sembradores. 
Los creyentes van al granero de la Biblia y toman la cantidad 
de semilla que desean sembrar. Predican, enseñan o hablan a 
alguien de ella. Si todo llega únicamente hasta aquí, no habrá 
nuevo nacimiento. Pero si vuelven sus ojos al Espíritu Santo 
para que haga la obra de convicción mientras siembran la 
Palabra, Él vivificará la semilla y a medida que se siembra, 
está germinará echando raíces en los corazones de quienes la 
escuchen, el corazón humano la acogerá por fe y el resultado 
será una nueva creación. 
 
Querido Dios, Tú eres asombroso en tu poder para 
transformar nuestras vidas. No hay milagro comparable 
al del nuevo nacimiento. Te alabo de corazón por tu 
obra en mi vida y por salvarme de la corrupción y la 
muerte eterna. Amén. 
 
 
26
DÍA 13 
La única manera 
Ninguno que haya nacido de Dios práctica el pecado, 
porque la semilla de Dios permanece en él; no puede 
practicar el pecado porque ha nacido de Dios. 
1 JUAN 3:9 
 Con frecuencia me preguntan si creo en la conversión 
repentina. Yo creo en algo mucho más maravilloso que la 
conversión repentina: creo en la regeneración repentina. La 
conversión es algo externo; significa solamente darse vuelta. 
Conversión es cuando uno tiene la mirada apartada de Dios, 
luego se da vuelta y le da la cara. Pero la regeneración 
penetra a las profundidades del corazón y el Espíritu 
humano. Cuando el Señor imparte vida espiritual al ser 
interior, se produce una transformación radical. El resultado 
de una regeneración interior es una conversión externa y 
duradera. 
Un hombre puede convertirse un centenar de veces, pero solo 
puede nacer de nuevo una vez; porque cuando uno nace de 
nuevo y recibe la naturaleza de Dios, la semilla de Dios 
permanece en él” Sí; yo creo en la regeneración repentina, 
una súbita y cabal transformación del hombre interior. 
Yo creo en la regeneración repentina, una súbita y cabal 
transformación del hombre interior. 
El nuevo nacimiento es una gloriosa doctrina que echa fuera 
falsas esperanzas. Este llega al hombre que está confiando en 
su moralidad y le dice que ésta no es suficiente. Al hombre que 
27
confía en cambios, y da vuelta a la hoja le dice que tiene que 
nacer de nuevo. 
La educación, la cultura, la sociabilidad de carácter, la 
bondad de corazón y la generosidad en el dar; confiar en los 
ritos externos de una religión y participar de la cena del 
Señor, no es suficiente. “Usted debe nacer de nuevo.” 
Pero mientras echa fuera falsas esperanzas también le 
muestra camino, el único camino. Ya sea que uno haya caído 
en uno u otro tipo de pecado y se encuentre luchando 
fuertemente por librarse de él pero sin éxito alguno; o que se 
haya extraviado y alejado mucho de Dios, cometiendo tantos 
pecados que piensa que ya no queda esperanza, la manera es 
clara: Jesús dice que usted tiene que nacer de nuevo. El 
Espíritu de Dios puede y está listo para hacerlo a usted nuevo, 
para impartirle su propia naturaleza mediante su Palabra, si 
tan solo se lo permite. 
 
Hijos de Dios, cuan tontos somos cuando tratamos de 
hacernos de nuevo a nosotros mismos, cuando 
procuramos romper el poder del pecado en nuestras 
vidas, o cuando procuramos hacer lo bueno y ser 
buenos para ganar la aceptación del Padre. Gracias por 
echar fuera estas falsas esperanzas y mostrarme la 
manera correcta: el nuevo nacimiento. Amén. 
 
 
 
 
 
 
28
DÍA 14 
Satisfecho plenamente y para siempre 
Pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a 
tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se 
convertirá en un manantial del que brotará vida eterna. 
JUAN 4:14 
 Estas palabras de Jesús contienen música incomparable 
y sin par. Entre todas las palabras de nuestro Señor, estas son 
las que ejercen en mí la mayor fascinación. Son para mí una 
maravillosa melodía musical venida de lejos, del mundo 
celestial. Y a medida que comprendo su significado y 
experimento por mí mismo la gran verdad que contienen, 
encuentro en ellas algo tan precioso que me es imposible 
expresar. 
Jesús habló estas palabras a la mujer Samaritana en un 
momento en que estaba supremamente cansado y sediento. 
Deseando atraerla a la vida espiritual, señaló el antiguo pozo 
de Jacob, y dijo: “Todo el que beba de esta agua, volverá a 
tener sed” (Juan 4:13). Beba del pozo de la fama, del honor, o 
del poder mundano, y mire por cuánto tiempo estará 
contento. Beba de la fuente de los placeres del mundo y 
pronto querrá beber más; y más profundo. Beba tan profundo 
como quiera de la fuente del conocimiento humano, la 
ciencia, la filosofía, la literatura, la música, o el arte, y volverá 
a tener sed de nuevo. Y sí. Beba de esa casi divina fuente, entre 
todas las fuentes terrenales, la fuente del amor humano, y 
pronto volverá a estar sediento otra vez. Ninguna de estas 
cosas satisface plenamente ni por mucho tiempo. 
29
Y qué cierta es esta afirmación hablando de cada fuente 
terrena de satisfacción o alegría. No importa cuánto 
beba uno, pronto vuelve a tener sed. 
Entonces nuestro Señor agregó estas maravillosas palabras, 
la afirmación de que si usted bebe del agua que Él da, el 
Espíritu Santo (Juan 7:37-39), obtendrá satisfacción plena y 
eterna. Yo deseo que usted se siente y reflexione en estas 
palabras en silencio hasta que todo su significado y toda su 
fuerza tomen posesión de su mente y de su corazón. Cualquier 
persona que recibe realmente al Espíritu Santo para morar 
en ella, será plena y eternamente satisfecha, y esa es la única 
manera posible de obtener satisfacción total y eterna. 
 
Señor Jesús, solo tú pudiste hacer esta asombrosa 
promesa y solo tú puedes hacerla creíble a nuestro 
corazón. Algo sé yo de cuán insatisfactorio es beber de 
las fuentes de este mundo. Pero solo tú puedes hacer 
real la promesa de que el Espíritu de Dios me dará 
satisfacción plena y eterna. Vengo a ti por esta agua 
viva. Amén. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
30
DÍA 15 
Gozo en el Espíritu Santo 
Porque elreino de Dios no es cuestión de comidas o 
bebidas sino de justicia, paz y alegría, en el Espíritu 
Santo 
ROMANOS 14:17 Es algo maravilloso que usted tenga su propia fuente de 
gozo y alegría dentro de su propio corazón, no en lo que le 
rodea o en sus circunstancias y posesiones. El gozo y la 
alegría que tienen su base en lo que poseemos, en las cosas o 
el ambiente que nos rodea, no pueden hacernos felices 
siempre. Cuando nuestras posesiones están intactas y el 
ambiente que nos rodea es bueno, somos felices, pero 
cuando todo esto cambia somos infelices. Somos felices en la 
riqueza, e infelices en la pobreza. Felices cuando tenemos 
salud, e infelices cuando enfermamos. Felices solo cuando 
los demás hablan bien de nosotros, y cuando nuestros 
amigos nos rodean, pero nos hundimos en profunda 
desesperación cuando algo cambia. 
Pero si nuestra fuente de gozo está en nuestro propio 
corazón, y es una fuente que brota en nuestro interior 
entonces somos enteramente independientes de lo que nos 
rodea y de nuestras circunstancias. Somos felices si tenemos 
posesiones o si carecemos de ellas. Somos igualmente felices 
si somos ricos y pobres, cuando las cosas marchan bien o 
cuando están “realmente mal”; con salud o con enfermedad. 
Cuando nos rodean los amigos o cuando la muerte se los lleva. 
Si nuestra fuente de Gozo está en nuestro propio 
corazón… entonces somos enteramente independientes 
de lo que nos rodea y de nuestras circunstancias. 
31
Ciertamente en los momentos de la más profunda aflicción el 
gozo de la presencia del Espíritu de Dios fluye como 
manantial en nosotros. 
En las horas oscuras, en los malos momentos que tarde o 
temprano le llegan a toda persona, cuando por última vez 
miramos el rostro de un ser amado que yace frio y rígido en 
brazos de la muerte, ¿Qué consuelo puede haber en algo que 
este mundo nos pueda dar? Pero esta fuente en nuestro 
interior, que el Espíritu Santo ha llegado a ser, brota a 
borbotones en tales momentos”… un gozo indescriptible” (1 
Pedro 1:8). 
Gozo en el Espíritu Santo, brotando y fluyendo siempre, 
trescientos sesenta y cinco días al año, y uno más; una fuente 
que brota y fluye para vida eterna bajo cualquier 
circunstancia, y que usted puede llevar consigo a 
dondequiera que vaya. 
Si usted posee este manantial puro y cristalino del Espíritu 
Santo en su corazón, se le hará imposible tratar de satisfacer 
su sed en las verdosas e insuficientes aguas de los pozos de los 
placeres mundanos. Usted puede conocer y disfrutar este 
gozo maravilloso. El Señor Jesús está parado frente a usted, 
invisible a sus ojos pero de todos modos presente, y tiene en 
sus manos la dorada copa que contiene el agua de vida, y le 
dice: ¡Bebe cuanto quieras! ¿Beberá usted? 
Nuestro Padre que está en los cielos, deseo tener esta 
fuente de gozo del Espíritu Santo brotando y fluyendo 
en mi alma. Confieso que dependo demasiado del 
mundo para mi felicidad. Vengo a Ti para beber y ser 
llenado. Amén. 
 
 
32
DÍA 16 
El bautismo con el Espíritu Santo 
 
No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del 
Padre, de la cual les he hablado. Juan bautizó con agua, 
pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con 
el Espíritu Santo. 
HECHOS 1:4-5 
 Se dicen muchas cosas en estos días con respecto al 
bautismo con el Espíritu Santo, pero me temo que muchos 
hablan de él y oran por esta experiencia sin tener una idea 
clara y definida de lo que es. Pero la Biblia nos muestra un 
cuadro claro de esta maravillosa bendición. 
La Biblia utiliza numerosas expresiones refiriéndose al 
bautismo con el Espíritu. Además del versículo anterior, 
leemos en hechos 2:4 en donde se cumplió la promesa: “Todos 
fueron llenos del Espíritu Santo…” (Hechos 2:4). Pero 
comparando Hechos 10:44-47 con Hechos 11:15-16, 
encontramos las siguientes expresiones: “Él Espíritu Santo 
descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje” y 
“recibieron el Espíritu”. Todas ellas son equivalentes y 
expresan la misma idea de “ser bautizado con el Espíritu.” 
Encontramos también que el bautismo con el Espíritu Santo 
es una experiencia definida que uno debe conocer, ya sea que 
lo haya recibido, o no. Esto resulta claro del mandato de 
nuestro Señor a los apóstoles: “…pero ustedes quédense en la 
ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto” (Lucas 
24:49). Si este revestimiento con poder, este bautismo con el 
33
Espíritu Santo, no fuera una experiencia tan definida que uno 
pueda saber si la ha recibido o no, ¿cómo podían los 
discípulos saber que los días de espera habían terminado, y 
que el tiempo de comenzar su ministerio había llegado? 
El bautismo con el Espíritu Santo es una experiencia 
definida que uno debe conocer, ya sea que lo haya 
recibido, o no. 
Esta misma idea es muy clara en la pregunta definida que el 
apóstol Pablo hace a los creyentes en Efeso: “¿Recibieron 
ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron?” (Hechos 19:2). Es 
evidente que Pablo esperaba un sí o un no, como respuesta. 
¿Cómo más podían estos discípulos responder el interrogante 
de Pablo, si no era de una manera definida? Y de hecho la 
respuesta fue un categórico no. Estos discípulos estaban en 
completa oscuridad en lo referente al Espíritu Santo, pero 
con la instrucción del apóstol respondieron inmediatamente 
y fueron bautizados con el Espíritu allí mismo. La Biblia es 
absolutamente clara en cuanto a que el bautismo con el 
Espíritu Santo es una experiencia definida. 
 
Señor Jesús, tus palabras a los discípulos fueron 
inconfundiblemente claras, pero han sido tergiversadas 
y mal utilizadas en el día de hoy, que esto a causado 
confusión. Te pido que me des claridad sobre ellas para 
que yo pueda discernir la verdad y acogerla con fe. 
Amén. 
 
 
 
 
 
34
DÍA 17 
Las diferentes obras del Espíritu Santo 
 
“¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando 
creyeron?” 
(HECHOS 19-2) 
 El bautismo con el Espíritu Santo es una obra del Espíritu 
de la obra regeneradora. Nacer del Espíritu es una cosa, ser 
bautizado con Él es algo diferente, algo adicional. Esto se 
hace evidente al leer Hechos 1:5 “…dentro de pocos días 
ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.” Los 
discípulos no habían sido bautizados con el Espíritu Santo, 
pero si habían nacido de nuevo. En Juan 15:3 Jesús les había 
dicho a estos hombres: “Ustedes ya están limpios por la 
palabra que les he comunicado.” Se deduce de Santiago 1:18 
y 1 de Pedro 1:23, que ser o estar “limpio” significa “nacer de 
nuevo” por la Palabra de Dios. El Señor dijo acerca de los 
discípulos que todos estaban limpios, excepto Judas Iscariote 
(Juan 13:10-11), pero todavía no habían sido bautizados con 
el Espíritu Santo. 
La misma situación es evidente en Hechos 8:12-16. Aquí 
encontramos un gran grupo de creyentes bautizados, pero el 
relato bíblico nos cuenta que cuando Pedro y Juan los 
visitaron, al “llegar, oraron por ellos para que recibieran el 
Espíritu Santo, porque el Espíritu aún no había descendido 
sobre sobre ninguno de ellos” (Versículo 15-16). En un 
lenguaje más claro e innegable, la Escritura nos muestra que 
el bautismo con el Espíritu Santo es algo distinto y adicional 
al nuevo nacimiento. Aunque no concuerda con nuestras 
35
teorías preconcebidas, inclinémonos ante la enseñanza de la 
Palabra de Dios. 
La Escritura nos muestra que el bautismo con el Espíritu 
Santo es algo distinto y adicional al nuevo nacimiento. 
Pero debo agregar que uno puede ser bautizado con el 
Espíritu Santo en el mismo momento del nuevo nacimiento. 
Tal fue el caso de quienes estaban en la casa de Cornelio 
cuando el apóstol Pedro los visitó (Hechos 10:44), y creo que 
esto quiere decir que esa era la norma en la iglesia. Ser 
bautizado con el Espíritu Santo es el privilegio y la herencia 
por nacimiento de cada creyente, por el Salvador crucificado, 
resucitado y ascendido a los cielos. Él ha derramado este don 
maravilloso (Hechos 2:33). Pero a semejanza de los creyentes 
de Efeso(Hechos 19), muchos creyentes de hoy no han 
reclamado todavía lo que es suyo por derecho. 
Espíritu Divino, veo que las preguntas que tengo acerca 
de tu obra no son nuevas, y que los creyentes del 
Nuevo Testamento obtuvieron respuestas para ellas. Te 
ruego que respondas las mías también. Que tu Palabra 
sea absolutamente clara a mi mente y mi corazón para 
que yo pueda asimilarla. Amén. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
36
 
DÍA 18 
Diversidad de dones 
 
Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, 
recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén 
como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de 
la tierra. 
HECHOS 1:8 
 El bautismo con el Espíritu Santo está siempre 
relacionado con el testimonio y el servicio, y ese es su 
propósito principal. Ciertamente no hay un solo pasaje en la 
Biblia en el que se hable de esta experiencia y no se le 
relacione con el poder para el servicio. 
El bautismo con el Espíritu Santo no tiene, básicamente, el 
propósito de hacernos más santos, aunque sin su obra no 
podemos saber nada acerca de la santidad. Tampoco nos es 
dado para hacernos más felices, aunque el Divino Espíritu 
produce gran gozo en nosotros. Nos es dado para hacernos 
más útiles en las manos de Dios. Mientras que algunos 
relacionan al Espíritu Santo con éxtasis sin fin, en un mundo 
en donde los hombres, las mujeres y los niños son arrastrados 
sin salvación a una eternidad sin esperanza, yo prefiero pasar 
toda mi vida sin experimentar un solo momento de éxtasis o 
de rapto, y tener poder para hacer mi parte en la tarea de 
frenar esta terrible ola y salvar algunos, por lo menos. Esta 
grandiosa experiencia espiritual nos hace útiles para Dios en 
la tarea de la salvación de las almas. 
37
Mientras que hay un solo bautismo con el Espíritu, 
existe una amplia variedad de manifestaciones y dones 
que el Espíritu Santo da a los creyentes. 
Este poder para servir no se manifiesta exactamente de la 
misma manera en cada individuo. Este tema es discutido 
extensamente en 1 Corintios 12, en donde el apóstol Pablo 
habla de la diversidad de los dones, los ministerios y las 
operaciones del Espíritu Santo. El punto destacado aquí es 
que mientras que hay solo un bautismo con el Espíritu, existe 
una amplia variedad de manifestaciones y dones que el 
Espíritu Divino da a los creyentes, de acuerdo al tipo de 
servicio al cual es llamado cada uno. Es un gran error pensar 
que toda persona que es bautizada con el Espíritu Santo tiene 
que hablar en lenguas, o que todo creyente recibe poder como 
evangelista o predicador de la Palabra, tal como lo recibieron 
Wesley, Finney o Moody. Esta es una idea no escritural y 
contraria a la diversidad de los dones otorgados. De acuerdo 
a su propio y sabio criterio el Espíritu Santo imparte a cada 
persona un don específico para el servicio especial al cual la 
llamó. 
 
Padre Celestial, necesito oír esto, una y otra ves. Tú 
sabes cuan a menudo comparo lo que digo que el 
Espíritu Santo ha hecho en la vida de alguien con lo que 
ha hecho en la mía. Muéstrame qué es lo que me has 
llamado a hacer y, según la tarea, dame el poder que 
me capacite para realizarla. Amén. 
 
 
 
 
38
DÍA 19 
Una noción equivocada 
 
Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. 
Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. 
Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que 
hace todas las cosas en todos. 
1 CORINTIOS 12:4-6 
 El que cada persona que es bautizada con el Espíritu 
Santo debe tener poder como evangelista es una noción e 
idea tan arraigada que conduce a tres grandes daños. 
En primer lugar conduce a la frustración y a veces a la 
desesperación. Muchos creyentes buscan el bautismo con el 
Espíritu Santo, cumplen con las condiciones y de hecho lo 
reciben. Pero Dios no los ha llamado a ser evangelistas y, por 
lo tanto, no les da el don de poder como evangelistas. 
Entonces el creyente finalmente se siente perplejo y 
confundido, y se pregunta si en realidad habrá recibido el 
Espíritu, llegando algunos a la desesperación. 
El segundo daño es más grave que el primero: es el error de 
la presunción. Muchos creyentes, pretenden hacer la labor de 
evangelistas sin que el Señor les haya llamado a hacerla, 
porque, han recibido, o piensan que así ha ocurrido- el 
bautismo con el Espíritu Santo. Presumen que “todo lo que yo 
necesito para ser pastor es ser bautizado con el Espíritu 
Santo”. Y esto está muy lejos de ser cierto. Primero se requiere 
un llamado de Dios para ese trabajo específico, luego se 
necesita un conocimiento de la Palabra de Dios para que la 
39
persona pueda predicar del bautismo con el Espíritu, y 
también algo digno de oír. 
Aunque el Espíritu imparte poder, la forma en que ese 
poder se manifiesta depende de la obra que el Señor 
nos ha llamado a hacer. 
El tercer daño es el peor de todos: es el daño de la 
indiferencia. Hay muchos que saben que no han sido llamados 
al trabajo de la predicación. Piensan que el bautismo con el 
Espíritu sencillamente imparte poder para predicar y como 
hay muchos que saben que han sido llamados al trabajo de la 
predicación, entonces para ellos el bautismo es un asunto que 
no tiene ningún interés personal. Tenemos que llegar a 
comprender la verdad, que aunque el Espíritu imparte poder, 
la forma en que ese poder, se manifiesta depende de la obra 
que el Señor nos ha llamado a hacer, y sin Él no se puede 
hacer ningún trabajo eficaz. 
Tenemos el derecho de “desear los mejores dones” (1 
Corintios 12:31), pero el Espíritu Santo es soberano y toma la 
decisión final sobre el asunto. De nuestra parte debemos 
ponernos a su disposición sin reservas para recibir tanto el 
don como el poder para servirle. 
 
Espíritu Santo, Tú eres Dios Soberano en todos los 
aspectos, y yo me pongo ante ti para hacer tu voluntad. 
Y abro mi corazón diciéndote que estoy dispuesto para 
lo que Tú desees en cuanto a mi vida y mi servicio. 
Amén 
 
 
 
40
DÍA 20 
¿Quién necesita el bautismo con el 
Espíritu? 
 
Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; 
pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean 
revestidos del poder de lo alto. 
LUCAS 24:49 
 Poco antes de ser recibido arriba en los cielos, Jesús les 
dio a sus discípulos un mandamiento definitivo con relación 
a no comenzar el trabajo que les había encomendado hasta 
que recibieran el necesario bautismo con el Espíritu Santo. 
Estos hombres ya habían recibido una preparación integral 
para la obra que tenían entre manos. Habían tomado un 
curso de más de tres años en el mejor seminario teológico que 
ha existido sobre la tierra, en el cual nuestro Señor era el 
único pero todo-suficiente Maestro. Habían sido testigos 
presenciales de sus milagros, su muerte y su resurrección de 
entre los muertos, y estaban a punto de ser testigos de su 
ascensión a los cielos. La tarea que tenía ante sí 
sencillamente ir y contarle al mundo perdido lo que sus ojos 
habían visto, y lo que sus oídos habían escuchado de los labios 
del Hijo de Dios. 
¿No estaban ellos plenamente preparados? A nosotros nos 
parece que sí. Pero Cristo dijo: “No, ustedes están tan faltos 
de preparación que deben sentarse hasta que sean revestidos 
con poder de lo alto para este servicio. Solo hasta cuando 
41
reciban el bautismo con el Espíritu Santo- y solo hasta 
entonces estarán preparados para este trabajo.” 
Cristo dijo: “No, ustedes están faltos de preparación… 
Cuando reciban el bautismo con el Espíritu Santo –y sólo 
hasta entonces estarán preparados para este trabajo”. 
Si a estos hombres, que habían recibido un llamado tan claro 
y definido, no les permitió Jesús iniciar su tarea sin antes 
recibir el bautismo; si se les refrenaba de hacer su trabajo 
mientras no hubieran recibido el Espíritu, ¿qué diremos de 
nosotros? ¿debemos comenzar el nuestro sin recibir lo mismo 
que ellos recibieron? 
Pero esto no es todo. En el capitulo 10 de los Hechos leemos: 
“Como Dios ungió con el EspírituSanto y con poder a Jesús de 
Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a 
todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él” 
(Hechos 10:38 RVR). Cuando escudriñamos los evangelios 
buscando una explicación a estas palabras, encontramos en 
Lucas 3:21 a 4:21, que todo el ministerio de Jesús estuvo lleno 
con el Espíritu Santo. Si Jesucristo, quien era divino, 
verdadero Dios y verdadero hombre, no se aventuro en el 
ministerio para el cual el Padre lo había enviado, hasta ser 
bautizado con el Espíritu Santo. ¿nos atreveremos nosotros 
hacerlo? 
 
Señor Jesús, si Tú necesitaste la plenitud del Espíritu 
Santo en tu vida, cuánto más yo. Si los discípulos no 
estaban preparados para la tarea a la cual los habías 
llamado, yo mucho menos. Humildemente me inclino 
ante ti con un corazón abierto para servirte. Amén. 
 
 
42
DÍA 21 
¿Quién puede ser bautizado con el 
Espíritu Santo? 
 
“…y recibiréis el don del Espíritu Santo. porque para 
vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para 
todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro 
Dios llamare. 
HECHOS 2:38-39 
 La “promesa” a la cual se refiere Pedro en el versículo 
anterior es incuestionablemente el bautismo con el Espíritu 
Santo (Hechos 3:33). Pero, ¿para quién es este regalo? “Para 
vosotros y para vuestros hijos”, y a las generaciones que les 
seguirían. Luego, mirando hacia adelante, a las edades 
futuras en la historia de la iglesia, dijo tanto a judíos como a 
Gentiles: “…y para todos los que están lejos; para cuantos el 
Señor nuestro Dios llamare.” El bautismo con el Espíritu es 
para cada hijo de Dios a través de todas las edades en la 
historia de la iglesia. Si no lo hemos experimentado 
personalmente es porque no hemos tomado lo que Dios ha 
provisto para nosotros mediante nuestro exaltado Salvador. 
El bautismo con el Espíritu Santo es para cada hijo de 
Dios a través de todas las edades en la historia de la 
iglesia. 
Que emocionante saber que Dios desea que cada uno de 
nosotros sea revestido con poder de lo alto. Pero ese gozo 
indecible tiene su lado serio. Si yo puedo ser bautizado con el 
Espíritu Santo debo serlo. Si soy bautizado con el Espíritu, 
43
seré un instrumento para la salvación de muchas almas, que 
de otra manera no serían salvas. Si no estoy dispuesto a 
pagar este precio del bautismo, entonces soy responsable 
ante Dios por todas las almas que pudieron salvarse y no se 
salvaron por su culpa. 
Puede ser que tengamos un llamado a servir muy claro, tan 
claro como el que tenía los apóstoles, pero es nuestra la 
responsabilidad de buscar ser revestidos con el poder de lo 
alto antes de comenzar nuestro servicio. 
Quien quiera que esté desarrollando algún tipo de trabajo 
cristiano sin haber recibido el bautismo con el Espíritu Santo 
debe hacer un alto en lugar donde se encuentre y no 
continuar hasta que haya sido bautizado. Recuerde que 
cuando vino el poder sobre los discípulos, lograron en un solo 
día mucho más de lo que hubieran logrado en años si 
presuntuosamente hubieran desobedecido el mandato del 
Señor. Lo mismo es válido para nosotros hoy. 
Dios Todopoderoso, y mi Padre: es emocionante saber 
que Tú deseas revestirme con tu poder, pero es algo 
serio a la vez. Vengo a Ti para ser equipado con el fin 
de servirte y ser un testigo a quienes tú deseas alcanzar 
a través de mí. Amén. 
 
 
 
 
 
 
44
DÍA 22 
En dónde comenzar 
 
Arrepiéntete y bautícese cada uno de ustedes en el 
nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados –les 
contestó Pedro-, y recibirán el don del Espíritu Santo. 
HECHOS 2:38 
 La pregunta práctica que confrontamos es: ¿cómo 
podemos obtener el bautismo con el Espíritu Santo? La 
Palabra de Dios la responde muy explícitamente. Hay un 
sendero bíblico claro que consiste en siete pasos sencillos que 
cualquier creyente puede andar. Cualquier cristiano que dé 
estos siete pasos entrará, con absoluta certeza, a disfrutar de 
esta bendición. La declaración podrá parecer muy positiva, 
pero igualmente lo es su resultado. 
En Hechos 2:38 se describen con especial distinción los tres 
primeros pasos. Los otros, que están claramente implícitos en 
este versículo, se explican con claridad en otros pasajes a los 
cuales nos referiremos posteriormente. 
Los primeros dos pasos se encuentran en la Palabra 
arrepiéntase. ¿Qué significa arrepentirse? Significa cambiar 
su mente, un cambio en la forma de pensar. Pero, ¿un cambio 
en la forma de pensar acerca de qué? Según lo determina el 
contexto en este caso, el cambio era básicamente en relación 
con Jesucristo. Pedro hizo una horrorosa acusación a sus 
oyentes. Les dijo que ellos habían crucificado a Jesús, a quien 
Dios hizo Señor y Cristo. El apóstol habló estas palabras en 
el poder del Espíritu, y el resultado fue que “cuando oyeron 
45
esto, todos se sintieron profundamente conmovidos “(Hechos 
2:37). Pedro les dijo que era tiempo de cambiar su forma de 
pensar acerca de Cristo. Acepte a Jesús como Señor y Cristo: 
un cambio de actitud que los llevo a crucificar a Cristo, a una 
actitud de agradecida aceptación. Acepte a Jesús como Señor 
y Cristo: este es el primer paso hacia el bautismo con el 
Espíritu Santo. 
Un cambio de actitud que los llevó a crucificar a Cristo, 
a una actitud de agradecida aceptación. 
¿Ha aceptado usted a Jesús como su Salvador? Con esto 
quiero decir: ¿confía plenamente en la obra terminada de 
Jesucristo en la cruz del Calvario, cuando murió en nuestro 
lugar, como el único medio para ser aceptado ante de Dios? 
No puede haber una pizca de confianza en la justicia por 
obras, como bien les recuerda Pablo a los Gálatas al hablar 
de su experiencia con el Espíritu santo: “¿Recibieron el 
Espíritu por las obras que demanda la, ley, o por la fe con que 
aceptaron el mensaje?” (Gálatas 3:2). El primer paso para 
recibir el Espíritu Santo es confiar total y absolutamente en 
lo que Jesucristo ya ha hecho, no en algo que hagamos 
nosotros. 
 
Señor Jesús, yo ciertamente confío completamente en Ti 
para mi salvación. Desecho poner mi confianza en algo 
que yo ya haya hecho, que pueda hacer, o que tenga la 
apariencia de mérito para obtener el amor del Padre. 
Solo Tú eres mi Salvador, y solamente en ti confió, 
Amén. 
 
 
 
46
DÍA 23 
Arrepentimiento 
 
Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el 
nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados –les 
contesto Pedro-, recibieron el Don del Espíritu Santo. 
Hechos 2:38 
 El segundo paso también se encuentra en la palabra 
arrepentimiento, un cambio mental, un cambio de la actitud 
que ama el pecado, lo tolera y consciente, a la actitud que lo 
detesta y renuncia a él. Este es el segundo paso hacia el 
bautismo con el Espíritu Santo: renunciar a todo pecado. 
Aquí enfrentamos uno de los obstáculos más grandes que 
impiden recibir el Santo Espíritu. Como su mismo nombre lo 
dice, el Espíritu Santo es Santo, y tenemos que hacer una 
elección clara entre el Santo Espíritu, y el pecado impuro y no 
santo. No podemos tener a los dos. En este punto es donde 
muchos creyentes fracasan y no obtienen la bendición. 
Se aferran a algo en su ser interior que saben, con mayor o 
menos certeza, que no agrada a Dios. 
Si hemos de recibir el Espíritu Santo debe haber un 
escudriñamiento del corazón muy cuidadoso y sincero. Pero 
no podemos escudriñarnos satisfactoriamente nosotros 
mismos: Dios debe hacer esa labor. Si deseamos recibir el 
Espíritu Santo, debemos ir a Dios en privado y pedirle que 
escuche detalladamente nuestro corazón, y exponga la luz 
cualquier cosa que le desagrade (Salmo 139:23-24). Luego 
debemos esperar que lo haga. 
47
Si deseamos recibir el Espíritu Santo, debemos ir a Dios 
en privado y pedirle que escudriñe detalladamente 
nuestro corazón. 
Con frecuencia lo que nos impide recibir el bautismo con el 
Espíritu Santo es lo que llamamos con complacencia “un 
pecado pequeño”. Pero en realidad no hay “pecados 
pequeños”. Hay pecadosen relación con cosas pequeñas, pero 
cada pecado es un acto de rebelión contra Dios, no importa 
lo pequeño que parezca. 
Si hay algo que siempre surge cuando usted se acerca a Dios, 
eso es lo que debe desechar de inmediato. Muchos de nosotros 
hacemos cosas de las cuales nos hemos persuadido que son 
perfectamente correctas, pero que cada vez que nos 
acercamos al Señor, emergen para molestar nuestra 
conciencia. Con ellas debemos tratar asistidos por la luz 
divina. 
Si después de una espera paciente y sincera no sale nada a la 
luz, debemos concluir que no hay cosas de este tipo en nuestro 
camino y proceder con los próximos pasos. Pero no debemos 
llegar a esta conclusión con demasiada rapidez. El pecado 
escondido con frecuencia parece muy pequeño e 
insignificante. 
Espíritu de Dios, tú escudriñas lo íntimo de Dios y mi 
corazón también. Te pido que expongas a la luz 
cualquier cosa en mi vida que estorbe tu plenitud en 
ella, sin importar lo pequeña que me parezca. 
Permaneceré frente al trono divino y escucharé tu voz. 
Amén. 
 
 
 
48
DÍA 24 
Confesión y obediencia 
Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el 
nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados –les 
contestó Pedro-, y recibieron el don del Espíritu Santo. 
HECHOS 2:38 
 Fue inmediatamente después del bautismo de Jesús que el 
Espíritu Santo descendió sobre Él (Lucas 3:21-22). Aunque 
era sin pecado, en su bautismo Jesús se humilló a sí mismo 
para tomar el lugar del pecador, y luego Dios lo exalto a lo 
sumo dándole el Espíritu Santo y dando testimonio de Él en 
forma audible: “Tú eres mi Hijo Amado; estoy muy 
complacido contigo” (Lucas 3:22). Así que también nosotros 
debemos humillarnos y hacer una confesión franca ante el 
mundo de nuestra renunciación al pecado y de nuestra 
aceptación a Jesucristo, mediante el bautismo. Este es el 
tercer paso hacia el bautismo con el Espíritu Santo. Desde 
luego que el bautismo con el Espíritu puede preceder su 
ocurrir antes del bautismo con agua, como fue el caso de las 
personas que estaban en la casa del centurión Cornelio 
(Hechos 10: 44-47). Pero evidentemente este fue un caso 
excepcional y, de todos modos, el bautismo en agua tuvo 
lugar inmediatamente después. No dudo que ha habido 
creyentes que no creían ni practicaban el bautismo en agua 
– por ejemplo los cuáqueros- y que han recibido la plenitud 
del Espíritu, pero el pasaje escritural que tenemos ante 
nosotros, nos presenta, ciertamente, el orden normal. 
El corazón de la obediencia es la Voluntad. La suma, la 
esencia de la obediencia es rendir y someter totalmente 
la voluntad a Dios. 
49
El cuarto paso también está claramente implícito en Hechos 
2:38, pero se expresa con mayor claridad en Hechos 5:32: 
“nosotros somos testigos de estos acontecimientos, y también 
lo es Espíritu Santo que Dios ha dado quienes o obedecen.” el 
cuarto paso es obediencia. 
¿Qué significa obediencia? No es hacer solamente una o dos 
cosas, o la mayoría de las cosas; sino todas las cosas que Dios 
manda. El corazón de la obediencia es la voluntad. La suma y 
la esencia de la obediencia es rendir y someter totalmente la 
voluntad a Dios. Eso quiere decir que voy a Dios y le digo: 
Padre Celestial, aquí estoy, yo y todo lo que tengo. Tú me has 
comprado por precio y reconozco tu absoluto derecho de 
propiedad sobre mí. Tómame con todo lo que tengo y haz 
conmigo lo que sea tú voluntad. Envíame donde quieras; 
utilízame según tu deseo. Me rindo a ti con todo lo que poseo, 
absoluta e incondicionalmente a tu control y uso, para 
siempre. 
 
Padre que estas en los cielos, yo digo sí a lo expresado 
en las líneas anteriores. Estoy dispuesto a confesar mi 
fidelidad a Jesucristo en lo que sea y tu deseo para mí 
gustoso rindo mi voluntad a Ti. Fui comprado por el 
sacrificio de Jesús y me deleito en obedecerte como mi 
Padre. Amén. 
 
 
 
 
 
50
DÍA 25 
Total sometimiento 
 
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo 
entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos 
generosamente, junto con Él todas las cosas? 
ROMANOS 8:32 
 En este punto un mayor número de personas pierden el 
bautismo con el Espíritu Santo. En este punto del 
sometimiento incondicional la voluntad a Dios, y más 
personas lo logran en él, en comparación de los otros pasos. 
Hay muchos que andan largos trechos en materia de 
sacrificarse por Cristo, como por ejemplo convirtiéndose en 
misioneros, quienes a pesar de ello se quedan cortos en el 
asunto del sometimiento a Dios, y por lo tanto se quedan 
cortos para recibir la bendición. No hay caso, en absoluto, en 
que usted ore por el bautismo con el Espíritu, si no está 
dispuesto a someter su voluntad al Señor, sin retener 
absolutamente nada. 
En los tiempos del Antiguo Testamento, fue en el momento en 
que se puso el holocausto sobre el altar, - completo sin retener 
nada- que “de la presencia del SEÑOR salió un fuego” 
(Levítico 9:24), y el sacrificio fue aceptado. Y es también 
cuando nos presentamos a nosotros mismos en ofrenda 
completa al Señor, sobre le altar, que viene fuego de Dios y 
acepta el sacrificio. 
La absoluta sumisión a Dios significa sencillamente 
absoluta sumisión al amor infinito. 
51
Muchos creyentes están temerosos de hacer una rendición o 
sometimiento total porque le temen a la voluntad de Dios. 
Tienen miedo de que la voluntad de Dios sea algo terrible, 
algo duro. Recuerde quién es Dios: Él es infinito amor, y la 
absoluta sumisión a Dios significa sencillamente absoluta 
sumisión al amor infinito. Y Dios es nuestro Padre ¿Tiene esto 
algo de horrible? El amor de Dios no es solamente más sabio 
que el de cualquier Padre terrenal, sino más tierno que el de 
cualquier madre también. “No quitará el bien a los que andan 
en integridad” (Salmo 84: 11 RVR). No hay nada que temer 
en la voluntad de Dios. En el resultado final, la voluntad de 
Dios siempre probará ser lo mejor y lo más dulce en todo el 
universo de Dios. Doblegue su voluntad y mire a su Padre 
para que lo bautice con su Santo Espíritu. 
Padre amoroso, ¿cómo podemos mirar a Jesús en la 
cruz y todavía tener reservas o temor en nuestro 
corazón acerca de tu voluntad para nuestras vidas? Yo 
me arrodillo al pie de su cruz hasta que las reservas se 
derritan. Espíritu Divino, encuéntrame hoy ante la cruz. 
Amén. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
52
DÍA 26 
¿Sediento? 
 
En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se 
puso de pie y exclamó: ¡si alguno tiene sed, que venga 
a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la 
escritura, brotarán ríos de agua viva. Con esto se refería 
al Espíritu que habrían de recibir más tarde los que 
creyeran en Él. 
JUAN 7:37-39 
 OTra vez tenemos aquí el primer paso hacia el bautismo 
con el Espíritu, esto es, fe en Jesucristo: “aquel que cree en mí.” 
Pero también tenemos un quinto paso en la palabra sed, “si 
alguno tiene sed.” Es evidente que nuestro Señor Jesús tenía 
en mente Isaías 44:3 cuando pronunció las anteriores 
palabras. El pasaje de Isaías dice: “Regaré con agua la tierra 
sedienta, y con arroyos el suelo seco; derramaré mi Espíritu 
sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus vástagos.” 
Note con cuidado la relación con las palabras de Jesús, “si 
alguno tiene sed.” 
Ha estado usted realmente sediento alguna vez? Yo estuve 
entre los sesenta mil soldados en Chickamauga Park durante 
la guerra entre los Estados Unidos y España, donde no hubo 
lluvia por muchos días. El polvo en el aire llegaba a diez 
metros de altura, día y noche, y comíamos polvo, bebíamos 
polvo, dormíamos sobre el polvo, soñábamos con el polvo, y 
no había agua potable para beber. Yo sé lo que es tener sed. 
Cuando un hombre, o una mujer, están realmente sedientos, 
parece como si cada poro en su cuerpo tuviera un solo 
53
clamor: “¡Agua! ¡Agua! ¡Agua!” y cuando una persona está 
sedienta espiritualmente, todo su ser también solo un clamor: 
“¡El Espíritu Santo! ¡El Espíritu…! ¡El Espíritu…! ¡Oh, Dios,dame el Espíritu Santo!” es entonces cuando Dios envía 
diluvios sobre la tierra seca; y derrama su Espíritu sobre 
nosotros. 
Debe haber un intenso deseo en nuestro interior que 
sale a la superficie producido por nuestra expresa 
necesidad de poder para servir a Dios eficazmente. 
Debe haber un intenso deseo en nuestro interior que sale a la 
superficie producido por nuestra ayuda y necesidad de poder 
para servir a Dios eficazmente, y se debe desear ese poder a 
cualquier costo. Y el costo para usted podría ser grande. 
Podría sacarlo de un lindo hogar aquí a los Estados Unidos, o 
en cualquier otro lugar, y llevarlo a la china, o la India, o al 
corazón del África. Y su intenso deseo debe manar para la 
Gloria de Dios y no para su propia gloria. Hechos 8:18-22 
registra el serio caso de Simón el mago quien deseaba el 
Espíritu Santo, pero su motivación no era santa. Tenga 
mucho cuidado en este punto. Vaya a sola con Dios y 
pregúntele si su deseo por el Santo Espíritu tiene la 
motivación correcta de glorificarlo a Él como debe. 
 
Espíritu de DIOS, estoy sediento de Ti en una tierra 
árida y sedienta en donde no hay agua. Purifica mi 
corazón para que mi único deseo sea glorificarte a Ti y 
servir a mi rey de una manera digna de su grandeza. 
Amén. 
 
 
 
54
DÍA 27 
La oración que cree 
 
Pues si ustedes, aún siendo malos, Saben dar cosas 
buenas a sus hijos, 
¡cuánto más el Padre Celestial dará el Espíritu Santo a 
quienes se lo pidan! 
LUCAS 11:13 
 El sexto paso en la senda hacia el bautismo con el Espíritu 
Santo es sencillamente pedirlo a Dios. Pídale a Dios de 
manera definida y precisa la bendición específica del Espíritu 
Santo. Habiendo dado los cinco pasos anteriores, es 
necesario que ore pidiendo este don, creyendo que Dios 
escucha su oración. 
Algunos argumentan con sinceridad que no debemos orar 
pidiendo el Espíritu. Su razonamiento es que el Espíritu Santo 
le fue dado a la iglesia el día de pentecostés como un don que 
estaría en ella para siempre, así que ¿para qué orar pidiendo 
lo ya se ha recibido? Si bien es cierto que el Espíritu Santo le 
fue dado a la iglesia, como un todo, en el pentecostés, cada 
individuo todavía debe apropiarse personalmente de este 
regalo, y la manera de hacerlo es mediante la oración. 
Otros van más allá en su argumentación y dicen que todo 
creyente ya tiene el Espíritu y, ciertamente esto también es 
verdad. “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de 
Cristo” (Romanos 8:9). Pero como ya hemos visto es muy 
posible tener algo de la presencia y la obra del Espíritu en el 
corazón, y todavía carecer de la especial plenitud conocida 
55
en la Biblia como el bautismo o la llenura del Espíritu Santo. 
Además tenemos la clara e incuestionable instrucción de 
Jesús en el sentido de que debemos pedirlo. “El Padre…dará el 
Espíritu Santo a quienes se lo pidan” (Lucas 11:13). También 
tenemos el registro de Hechos 4:31 y 8:14-17 donde se nos 
dice que quienes oraron por el Espíritu, ciertamente lo 
recibieron. 
Debemos orar por el Don del Espíritu Santo, creyendo 
que lo recibiremos. 
Contradiciendo toda argumentación humana la clara 
enseñanza de Palabra de Dios nos muestra, por mandato y 
por ejemplo, que el Espíritu Santo se nos da en respuesta en 
la oración. Así ocurrió el día de Pentecostés, y así ha sido 
siempre. Las personas que he conocido, que dan más 
muestras de la presencia y el poder del Espíritu en sus vidas, 
creen que se debe orar pidiendo su llenura. El autor de estas 
líneas ha tenido el privilegio de orar con muchos ministros y 
obreros cristianos por esta gran bendición, y he podido saber 
después del nuevo poder que han recibido para el servicio. 
Ningún otro que el poder del Espíritu Santo. 
 
Padre Celestial, con la oración más sencilla posible de mi 
corazón, te pido que me bautices con el Espíritu Santo. 
No traigo nada más que mi petición y mi fe de que tú, 
ciertamente, obraras en mí. Amén. 
 
 
 
 
56
DÍA 28 
Fe 
Por eso les digo: crean que ya han recibido todo lo que 
estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. 
MARCOS 11:24 
 
 El séptimo y último paso, el más sencillo de todos, 
en algunos aspectos, y sin embargo, para muchos el 
más difícil, es: fe. Las promesas más positivas de Dios 
se tienen que apropiar por la fe. “pero que pida con fe, 
sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, 
agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. 
Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del 
Señor” (Santiago 1:6-7). A menos que creamos en la 
promesa y con confianza esperemos que Dios haga lo 
que de manera definida prometió hacer, nuestra oración 
no producirá resultados. 
En este punto es donde fallan innumerables creyentes que 
buscan el cumplimiento de esta promesa: no esperan con 
confianza la bendición. 
Pero hay una fe que va más allá de toda expectativa, una fe 
que se extiende la mano y toma lo que le pide a Dios, que “cree 
que ya ha recibido lo que pide en oración” (Marcos 11:24). 
“Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que 
si pedimos conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos 
que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar 
seguros de que ya tenemos lo que hemos pedido” (1Juan 5:14-
15). En nuestra oración definida pidiendo el Espíritu Santo, 
no existe ninguna incertidumbre en cuanto a si es o no la 
57
voluntad de Dios. Por lo tanto sabemos que Él escucha 
nuestra petición. Entonces estoy seguro que tengo el 
bautismo con el Espíritu Santo, basado en mi fe sencilla en la 
Palabra de Dios. 
En este punto es donde fallan innumerables creyentes 
que buscan el cumplimiento de esta promesa: no 
esperan con confianza la bendición. 
Considere este asunto del bautismo con el Espíritu Santo tal 
como considera el de la seguridad de su salvación. Basados 
en la Palabra de Dios que dice que si creemos en Jesús 
tenemos vida eterna, ya sea que lo sintamos o no, creemos 
que somos salvos. Lo mismo ocurre con el bautismo con el 
Espíritu. Asegúrese de que ha cumplido con las condiciones, 
entonces sencillamente pida, reclame y actué. Ya sea que 
sienta una manifestación externa, o que no la sienta, 
descanse seguro de que habrá más adelante alguna 
manifestación del Espíritu. “a cada uno se le da una 
manifestación especial del Espíritu…” (1 Corintios 12:7), pero 
cada manifestación del bautismo con el espíritu Divino en el 
Nuevo Testamento, fue en nuevo poder para el servicio a Dios, 
no en poder emocional!. 
Santo Espíritu, se espera muchas veces que haya 
emociones y cierto tipo de experiencias. Yo desato todo 
lo que se interponga entre tú y yo vengo anti solo con 
tu promesa. Es tu voluntad llenarme con tu Espíritu y lo 
he recibido como un regalo por la fe. Espero ver la 
forma en que te manifestarás en mi vida, pero preveo 
mi servicio para Ti. Amén. 
 
 
 
58
DÍA 29 
Las Llenuras del Espíritu Santo 
 
No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al 
contrario, sean llenos del Espíritu. 
 EFESIOS 5:18 
 En Hechos 2:4 leemos: “Todos fueron llenos del Espíritu 
Santo.” Este acontecimiento fue el cumplimiento de las 
palabras de Jesús en Hechos 1:5 “dentro de pocos días ustedes 
serán bautizados con el Espíritu Santo.” Uno de los que fueron 
llenos con el Espíritu, al cual se le menciona por nombre, es 
Pedro. En Hechos 4:8 dice: Pedro, lleno del Espíritu Santo les 
respondió…” Aquí el apóstol experimento una nueva llenura 
del Espíritu. Y otra vez en el versículo 31, leemos: “Después de 
haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos 
fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la Palabra de 
Dios sin temor alguno.” Se dice que Pedro estaba en este 
grupo, así que tuvo la experiencia de una tercera llenura del 
Espíritu Santo. 
Es evidente que no es suficiente que una persona sea 
bautizada una vez con el Santo Espíritu. A medida que surgen 
nuevas necesidades en el servicio, debe haber nuevas llenuras 
con el Espíritu. No darse cuenta

Continuar navegando