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EL GRECO SENIOR

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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EL GRECO, DOMÉNICO THEOTOCÓPULI 
(Candía, Creta, 1541 - Toledo, 1614) 
Nació en la capital de la isla de Creta, Heraklion, territorio de la 
República de Venecia, en el seno de una familia griega, 
probablemente católica. 
Se formó como pintor de iconos en la tradición tardobizantina y 
utilizaba grabados del renacimiento italiano. 
Su familia posiblemente era ortodoxa y puede que se mantuviera en 
su fe toda la vida, pero se convirtió en católico al ir a Venecia, ya 
que un pintor ortodoxo no hubiese prosperado en Italia. 
Tuvo un hermano diez años mayor que él, que era cobrador de 
impuestos y no lo desempeñó correctamente y terminó en la cárcel. 
En 1556 murió su padre, cuando Doménico tenía sólo 15 años y su 
hermano mayor fue su protector. Pero los problemas económicos 
de su hermano hicieron que años después buscara la protección del 
pintor, cuando tenía fama en Toledo, y en su casa murió en 1604. 
Abandonó Creta para no volver jamás y no sabemos si dejó allí 
familia. 
En 1563 era ya maestro de pintura y en 1566 solicitaba permiso 
para que se le tasara un icono de la Pasión, para poder venderlo. 
La pintura de iconos era encorsetada y él necesitaba mayor libertad. 
Se vendió una pintura suya por un precio muy alto en una lotería 
“La pasión de Nuestro Señor” y con el dinero que obtuvo pudo ir a la 
metrópolis, Venecia, que era la escuela más atractiva del momento. 
En 1567 llega a Venecia, donde residió hasta 1570 y donde pudo 
aprender el estilo de Tiziano desde fuera de su taller. 
Fue muy feliz en Venecia. Veía como trabajaban los maestros y 
aprendió de Tiziano y Tintoretto. Esto le hizo dar un paso 
extraordinario en la visión del color y la luz. 
 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
En Venecia había grandes figuras y no consiguió el éxito, pero los 
rojos de Tiziano embargaron su alma. 
En Venecia se afianzó en el dominio del empleo del color, la 
perspectiva, la anatomía y la técnica del óleo, aunque no 
abandonará por completo sus usos tradicionales. 
Tras un viaje de estudios por Italia: Padua, Vicenza, Verona, Parma 
y Florencia, se instaló en Roma. 
Florencia fue su siguiente etapa: Miguel Ángel, Botticelli, etc. El 
aprende de todos y lo fusiona en su mente, creando su propio estilo. 
1570, Roma será su siguiente etapa italiana. En ella conoció al 
cardenal Alejandro Farnesio. 
En Roma conoció a Chacón, un canónigo toledano, y a D. Luis de 
Castilla y oyó hablar del gran proyecto del rey Felipe II, El Escorial. 
El Greco despreció la obra de Miguel Ángel, el gran genio del 
Renacimiento, y esto fue el gran escollo que le generó grandes 
enemistades, aunque Miguel Ángel le influirá siempre. 
Cuando el Papa Gregorio XIII dijo que había que eliminar el Juicio 
Final de Miguel Ángel por considerarlo indecente, El Greco dijo 
que sería bueno que lo hiciesen porque ahora lo podría hacer él 
mejor, dejando a todos estupefactos. 
Doménico decía que Miguel Ángel pintó esculturas en la Sixtina y le 
expulsaron inmediatamente de Roma. 
En Roma permaneció hasta 1576, en contacto con el círculo 
intelectual del cardenal Alejandro Farnesio, que frecuentaban 
diversos religiosos y hombres de letras españoles, e inicialmente 
estuvo alojado en el ático de su palacio. 
En 1572 fue expulsado de la servidumbre del cardenal e ingresó, 
con derecho a abrir su propio taller, en la asociación gremial 
romana, la Academia de San Lucas. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Trabajó preferentemente desde entonces como retratista y en 
pequeñas obras religiosas para clientes particulares, sin éxitos de 
envergadura, por lo que decidiría emigrar. 
Decidió venir a España, a la Corte de Felipe II, el país más 
poderoso del mundo, para decorar el Monasterio de El Escorial. 
En España se encontraba en la primavera de 1577, primero en 
Madrid y luego en Toledo. 
El Greco llegó a Toledo, que era un hervidero de espiritualidad, y 
mantenía el crisol de las tres culturas que le hicieron famoso. 
En Toledo, ciudad imperial con Carlos V, El Greco se convirtió 
en el genio precursor de las vanguardias. 
D. Luis de Castilla, hijo natural del Deán de la catedral de Toledo, D. 
Diego de Castilla, será el patrocinador principal de El Greco. 
El artista tasaba muy alto sus pinturas y fue muy polémico. Sus 
precios fueron muy elevados para la época, pero le hicieron 
muchos encargos. 
En Toledo tuvo contratos con la catedral y el monasterio de Santo 
Domingo el Antiguo. Sus primeros lienzos fueron "el Expolio" 
para la catedral, que tuvo un pleito largo y costoso, que tardó años 
en cobrar y tres retablos para el monasterio, de los que dos lienzos 
se conservan en el Museo del Prado. 
El Retablo Mayor de Santo Domingo el Antiguo presenta unas 
figuras que claramente son herencia del genio florentino, Miguel 
Ángel, a pesar de las críticas que hizo de él. 
En 1578 nació su hijo Jorge Manuel Theotocópuli, fruto de una 
relación efímera con Jerónima de las Cuevas, mujer que procedía 
del medio artesanal toledano. 
Se cree que ella murió tras el parto, ya que no se vuelven a tener 
noticias suyas y Doménico dio su apellido a su hijo Jorge Manuel. 
No existen noticias sobre el matrimonio entre ambos, creyéndose 
que Doménico ya estaba casado en Italia y que Jorge Manuel era 
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hijo natural, refiriéndose a él en una ocasión como "sobrino" 
apelativo que se utilizaba en la época para referirse a los bastardos. 
Desde esta fecha, Doménico "El Griego" reside en Toledo, de 
donde saldrá en escasas ocasiones, siempre por motivos laborales. 
Tuvo nueve pleitos documentados, incoados por él mismo o por 
algunos de sus clientes, ya fuera a causa del valor y precio por el 
que se tasaban sus lienzos o por las quejas, de orden técnico o por 
razones iconográficas, que levantaron algunos de ellos, como el 
propio "Expolio" o "la Virgen de la Caridad de Illescas" (Toledo), al 
inicio y final de su carrera. 
Tras ser rechazado en 1584, por Felipe II y la congregación 
jerónima escurialense, su encargo de "El Martirio de San Mauricio" 
para uno de los altares de la basílica, El Greco amplió su taller. 
Inició la producción de retablos y lienzos, para conventos y 
parroquias de la ciudad y del arzobispado toledano. 
También realizaba cuadros de pequeño formato para una clientela 
de carácter privado. 
Sus principales trabajos consistieron en la ejecución de retablos 
para monasterios, parroquias y capillas: 
 la parroquia de Talavera la Vieja (Cáceres), 
 la capilla de San José y la capilla del Colegio de San 
Bernardino de Toledo, 
 el Colegio de la Encarnación o de doña María de Aragón de 
Madrid, 
 la iglesia del Hospital de Nuestra Señora de la Caridad de 
Illescas, 
 la capilla Oballe de la parroquia de San Vicente Mártir o los 
del Hospital de San Juan Bautista o Tavera de Toledo, que 
dejó sin acabar a la hora de su muerte. Contrató, a veces con 
su hijo, otros muchos que nunca llegó a ejecutar, como el del 
monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe (Cáceres). 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
En sus últimas obras, El Greco proyectó de forma innovadora 
conjuntos artísticos plurales, en los que se combinaban la 
arquitectura y las esculturas de los retablos con sus lienzos y otras 
telas empotradas en muros o bóvedas, concibiéndolos como 
complejos sistemas formales y visuales que debieron producir, hoy 
es difícil encontrar alguno en su estado original, efectos fascinantes. 
La arquitectura le interesó a lo largo de su carrera española y, a 
pesar de no diseñar ningún
edificio, adoptó una postura de 
oposición al arquitecto real Juan de Herrera y sus fieles seguidores. 
El Greco vivió un ambiente refinado, gastando más de lo que 
ingresaba por su trabajo, y rodeado por la intelectualidad académica 
toledana y un breve grupo de amigos italianizados y helenistas. 
Doménico era un sibarita y llevaba un fastuoso tren de vida, como 
indica Jusepe Martínez: "ganó muchos ducados, pero los despilfarró 
en una vida ostentosa; incluso mantenía a músicos asalariados en 
su casa de modo que pudiera gozar de estos placeres mientras 
comía". Pacheco observó que "era extraordinario en todo y tan 
extravagante en sus pinturas como en sus costumbres". 
 El Greco murió sin dictar testamento el 7 de abril de 1614, dejando 
una obra elogiada por los poetas Luis de Góngora y fray Hortensio 
Félix Paravicino. 
Se rechazaban sus obras por el carácter inapropiado de sus 
realizaciones religiosas y por sus colores fuertes. 
Su arte, repudiado por la Ilustración del XVIII, fue redescubierto por 
los pintores franceses del siglo XIX, por una interpretación acorde 
con sus propios intereses, iniciándose la apropiación españolista del 
hasta entonces tenido por un griego discípulo de Tiziano. 
La Generación del 98 lo entendió como representación del espíritu 
religioso español del Siglo de Oro, en su vertiente literaria de la 
época: la mística de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. 
Las corrientes pictóricas de comienzos del siglo XX le vieron como 
un precedente libre, opuesto a la imitación mecánica de la realidad. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
En la actualidad, se interpreta la pintura de El Greco como la de un 
pintor intelectual y filósofo, que se tuvo por "genio", ajeno a las 
preocupaciones de los devotos y eruditos contemporáneos. 
Estuvo al servicio de la Contrarreforma en la España de Felipe II y 
Felipe III y a contracorriente con una pintura personalísima, que 
plasmó en anotaciones personales en libros de su rica biblioteca, 
como en los márgenes de las "Vidas", de Giorgio Vasari y de 
"Architettura", de Vitrubio. 
El Museo del Prado conserva también lienzos del "Retablo del 
colegio de los agustinos de Doña María de Aragón" (1596-1600), 
como "La Anunciación", "El Bautismo de Cristo" y "La Crucifixión", 
así como dos "La Resurrección de Cristo" y "Pentecostés" cuya 
adscripción a este retablo es muy discutible. 
Más tardío es "Adoración de los pastores" (1612), procedente de su 
"Retablo funerario de Santo Domingo el Antiguo". 
Otras obras se han supuesto iniciadas por Doménico y concluidas, 
tras su muerte, por su hijo Jorge Manuel y el taller de Toledo, obras, 
por lo tanto, muy tardías y restauradas. 
Sus figuras se hacen cada vez más estilizadas, en un estilo 
manierista muy personal con figuras desproporcionadas, colores 
violentos y vibrantes y fuertes escorzos, que consiguen calar 
profundamente en la mística sociedad toledana. 
Fue enterrado en la iglesia del convento de Santo Domingo el 
Antiguo en un altar cedido en 1612 por las monjas "para siempre 
jamás" a cambio de 32.000 reales condonados por un monumento 
para la Semana Santa y por el compromiso de decorar el altar. 
Para ello realizó la Adoración de los pastores que hoy guarda 
el Museo del Prado. 
 
A partir de estas noticias existen dos hipótesis: sigue en Santo 
Domingo enterrado junto a su nuera, Alfonsa de los Morales, 
cubiertas las tumbas por construcciones posteriores, o en 1618 
fueron trasladados su cuerpo y el de su nuera a la iglesia de San 
Torcuato, cuyas obras estaba dirigiendo Jorge Manuel. 
 
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Esta iglesia toledana ha desaparecido por lo que no sabemos en la 
actualidad dónde se encuentra el cuerpo del pintor. 
 
Su vida se resume en unos versos de su buen amigo el poeta Fray 
Hortensio Félix Paravicino: "Creta le dio la vida y los pinceles, 
Toledo mejor patria, donde empieza a lograr con la muerte 
eternidades". 
MARTIRIO DE SAN MAURICIO, EL ESCORIAL 
1580-1582. Óleo sobre lienzo. 445 x 294 cm 
Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial 
SAN MAURICIO, PATRÓN DE LA ORDEN DEL TOISÓN DE ORO 
El Edicto de Worms, el 25 de mayo de 1521, declaró a Martín 
Lutero prófugo y hereje, prohibiendo sus obras. 
El Concilio de Trento fue el concilio ecuménico de la Iglesia 
católica, desarrollado en periodos discontinuos durante 25 sesiones, 
entre el año 1545 y el 1563. 
Felipe II rechazó al Greco como pintor para El Escorial porque el 
arte tras el Concilio de Trento, volvió a recuperar la función docente 
que había tenido en la Edad Media. 
La pintura y la escultura debían dejar perfectamente claros los 
mensajes y el Martirio de San Mauricio no gustó al monarca. 
El Martirio de San Mauricio y la Legión Tebana fue encargado en 
1580 por Felipe II para decorar la capilla lateral consagrada al santo 
de la Basílica del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, dentro 
del programa iconográfico de culto a los santos, que había sido 
creado según los dictámenes de la Contrarreforma. 
San Mauricio es el patrón de la Orden del Toisón de Oro, cuya 
cabeza era Felipe II y todavía lo siguen siendo los reyes de España. 
Doménico tardó casi tres años en pintar esta obra en su taller de 
Toledo, entregándola personalmente a finales de 1582, lo que 
demuestra que el pintor quería conseguir el favor de Felipe II para 
poder trabajar en la decoración de El Escorial. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
A su regreso de Portugal en 1583, el rey pudo ver la obra pero no 
resultó de su agrado, aunque su calidad artística le fue reconocida 
al tasarse la obra en 800 ducados. 
Al artista se le pedía claridad y decoro para la representación del 
martirio, pero él coloca como motivo principal el momento en que el 
santo convence a sus compañeros para ser fieles a su fe en Cristo. 
El pintor introduce en los grupos retratos de personajes con 
armaduras contemporáneas y ballestas, recurso habitual en Italia y 
que El Greco había utilizado en El Expolio, pero que resultan poco 
idóneos para el ornato de un lugar devocional como la Basílica. 
Independientemente de las identificaciones de esas personalidades, 
que suelen ser difícilmente demostrables, seguramente el Greco 
sólo buscaba la presencia de altos dignatarios cortesanos, con la 
intención de relacionar la resistencia de San Mauricio a hacer 
sacrificios a los dioses, con el papel del rey como defensor de la fe 
católica frente a la herejía protestante. 
Con este cuadro, El Greco fracasó para siempre en sus intentos de 
conseguir el mecenazgo real de Felipe II y su pintura fue relegada a 
una estancia secundaria del Monasterio. 
La versión que realizó Rómulo Cincinato en 1584 se consideró un 
modelo de corrección para la capilla, donde hoy continúa figurando. 
En el siglo III de nuestra era, San Mauricio era el jefe de una legión 
del ejército romano en la que todos profesaban el cristianismo. 
En su estancia en las Galias recibieron la orden del emperador 
Maximiliano de realizar sacrificios a los dioses romanos. 
Al negarse, la legión que mandaba el santo fue ejecutada, siendo 
martirizados todos sus miembros. 
Doménikos quiso aprovechar la oportunidad que se le brindaba para 
mezclar una historia primitiva del Cristianismo con acontecimientos 
contemporáneos para él. 
La figura de San Mauricio vestida con una coraza azulada y 
barbado aparece en la zona derecha del lienzo, en primer plano. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Está acompañado de sus capitanes, que decidieron no efectuar el 
sacrificio a los dioses paganos. 
A su izquierda San Exuperio con el estandarte rojo. 
Junto a ellos se encuentra
un hombre con barba, vestido con túnica, 
que ha sido identificado con Santiago el Menor, quien convirtió a 
toda la legión al Cristianismo. 
Entre esos militares destacan dos, situados entre el santo y la figura 
que porta el estandarte, que algunos autores tienden a identificar: 
El de edad más avanzada es el Duque Emmanuel Filiberto de 
Saboya, comandante de las tropas españolas en San Quintín y 
Gran Maestre de la Orden Militar de San Mauricio. 
A su derecha, y más cerca del santo, se sitúa Alejandro Farnesio, 
duque de Parma, quien estaba en aquellos momentos luchando en 
los Países Bajos contra los holandeses. 
En los planos del fondo, donde se desarrolla el martirio, 
encontramos el retrato de Don Juan de Austria, el hijo natural 
de Carlos V y vencedor de la batalla de Lepanto. 
Todas las figuras visten uniforme militar del siglo XVI, uniendo 
ambos hechos: la lucha de los generales españoles contra la 
herejía y el paganismo, igual que hizo San Mauricio. 
En un segundo plano contemplamos el martirio. Los legionarios se 
sitúan en fila, vestidos con túnicas semitransparentes o desnudos, 
esperando el turno para ser ejecutados. 
El verdugo se sitúa de espaldas, sobre una roca, y junto a él vemos 
de nuevo a San Mauricio, reconfortando a sus hombres y 
agradeciendo su decisión. 
Un hombre degollado refuerza la idea del martirio, exhibiendo un 
fuerte escorzo. 
La parte superior del lienzo se completa con un Rompimiento de 
Gloria formado por ángeles músicos, mientras otros portan palmas y 
coronas de triunfo. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Un Rompimiento de gloria es un término pictórico en el que 
aparece la Gloria con las figuras de Cristo, la Virgen María o los 
santos. 
Se utiliza en apariciones y visiones beatíficas, el Bautismo de 
Cristo, la Anunciación a la Virgen o la Anunciación a los pastores, y 
determinadas tipologías de la Trinidad. 
Las figuras tan escorzadas de la pintura se contraponen a la quietud 
de la zona principal. La escena se desarrolla en un pedregal, El 
Greco sólo está interesado por la espiritualidad de su escena. 
El hecho de relegar el martirio a un segundo plano y colocar la 
decisión más cercana al espectador provocó el rechazo de Felipe II, 
quien adujo la falta de devoción que inspiraban las figuras. 
Por este motivo, se sustituyó el cuadro por otro del mismo tema del 
pintor italiano Rómulo Cincinnato. 
El Greco es manierista. Pinta figuras de espaldas, alargadas, 
escorzos, diagonales y colores intensos como se observan en la 
escena. 
Las figuras están inspiradas en Miguel Ángel, con un canon 
escultórico que deja ver la anatomía bajo las corazas. 
Las figuras son desproporcionadas: la cabeza pequeña, las piernas 
cortas y un amplio busto. 
Sus colores son: amarillo, azul, verde o rojo, inspirados en la 
Escuela veneciana. 
San Mauricio porta el rojo del martirio y el azul celestial. 
Un claro núcleo de luz ilumina el martirio, contrastando las zonas 
iluminadas con otras en penumbra. 
 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EL GRECO. EL MARTIRIO DE SAN MAURICIO, EL ESCORIAL 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EL EXPOLIO DE CRISTO, CATEDRAL DE TOLEDO 
Óleo sobre lienzo. 300 x 178 cm, 1577-1579. Catedral de Toledo 
Esta obra es uno de los primeros encargos que El Greco recibió en 
Toledo, recién llegado de Italia, y ha sido restaurada en El Museo 
de El Prado en 2013. 
El Expolio estaba destinado al vestuario de la sacristía catedralicia, 
donde el despojo de las vestiduras de Jesús, para ser clavado en la 
cruz, obtenía un gran valor simbólico. 
El espacio se ha comprimido para transmitir al espectador la 
opresión física y emocional que padeció Jesús, suprimiéndose toda 
referencia a la naturaleza e incluso al suelo. 
El rostro de Jesús está cargado de dramatismo, especialmente los 
ojos, llenos de lágrimas conseguidas con un ligero toque del pincel. 
El amplio cuello y los dos dedos juntos serán características típicas 
de la mayor parte de las figuras de El Greco. 
La cabeza de Cristo fue trabajada con delicadas pinceladas 
mientras los personajes del fondo quedan esbozados, y 
difuminados con atrevidos toques de color. 
El Greco trabajó sobre una tela cuyos hilos dibujan formas 
romboides, un tipo de lienzo denominado “mantelillo” muy utilizado 
en la pintura veneciana. 
Este tema es extraño en la iconografía por lo que tomó como 
inspiración: el Prendimiento. 
Jesús envuelto en un amplio manto preside la composición, 
utilizando el color rojo, símbolo de su martirio, como foco de 
atención equilibrado con manchas amarillas a derecha e izquierda. 
Además en la armadura se aprecian los reflejos rojos del manto. 
A su derecha hay una extraña figura con armadura renacentista que 
podía ser San Longinos, mientras un sayón horada la cruz, creando 
un marcado escorzo típicamente manierista. 
En primer plano contemplamos a las Santas Mujeres. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Tras la enorme figura de Cristo se encuentra la muchedumbre, 
formada por rostros grotescos que recuerdan a la pintura flamenca. 
Un curioso personaje con golilla señala a Jesús, reforzando la 
intemporalidad del asunto, la envidia y la traición. 
La amplitud escultórica de las figuras evoca a Miguel Ángel y el 
color y el dramatismo de la imagen, es el sello indiscutible 
de Tintoretto. 
Durante dos años El Greco realizó esta magnífica obra, pero el 
cabildo catedralicio puso graves contratiempos iconográficos: 
 La colocación de las tres Marías en el ángulo inferior 
izquierdo, 
 Algunas cabezas que había sobre la de Jesús. 
Desde el punto de vista económico en la Castilla del siglo XVI, se 
realizaba la tasación. El cliente y el artista elegían uno o varios 
tasadores que ponían precio a la obra. 
Los tasadores de El Greco valoraron la obra en 900 ducados 
mientras que los de la catedral lo hicieron en 227. Ante la falta de 
acuerdo, se eligió un tasador "neutral" que actuara como árbitro, 
quien valoró el lienzo en 317 ducados. 
Doménikos no podía admitir que un cliente tan importante como la 
Iglesia rebajara de esa manera los precios y decidió no entregar el 
cuadro. 
Tras dos años de pleitos, Doménico aceptó una cantidad inferior a 
la deseada y se enfrentó al cliente más poderoso de la ciudad, del 
que nunca le llegaría otro encargo. 
El lienzo permanece en la Sacristía de la catedral de Toledo, lugar 
para donde fue diseñado. 
 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO. 1577-1579. EL EXPOLIO DE CRISTO, CATEDRAL DE TOLEDO 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ, SANTO TOMÉ, TOLEDO 
1586-88. Iglesia de Santo Tomé de Toledo 
480 x 360 cm. Óleo sobre lienzo 
El Entierro del Señor de Orgaz fue realizado para la iglesia de Santo 
Tomé, por encargo del párroco don Andrés Núñez Álvarez. 
El protagonista del enorme lienzo es D. Gonzalo Ruiz de Toledo, 
Señor de Orgaz y no conde como se le denomina, ya que sus 
descendientes no obtuvieron el condado hasta el siglo XVI. 
Este noble toledano vivió entre los siglos XIII y XIV, y tuvo especial 
relevancia por sus obras de caridad y por las donaciones que hizo 
a las instituciones eclesiásticas de la ciudad. 
DON GONZALO RUIZ DE TOLEDO 
Don Gonzalo Ruiz de Toledo, piadoso noble del siglo XIV, dejó 
algunas disposiciones testamentarias a favor de esta parroquia de 
Santo Tomás Apóstol, lugar escogido para su eterno descanso. 
Los vecinos de la villa de Orgaz debían donar a los 
administradores del templo 2 carneros,
16 gallinas, 2 pellejos de 
vinos, 2 cargas de leña y 800 maravedíes. 
En 1564 el Párroco emprendió un pleito ante la Chancillería de 
Valladolid al negarse los habitantes de la localidad toledana a seguir 
entregando los bienes estipulados por su antiguo señor. 
Los tribunales dieran la razón al sacerdote en 1569 y decidió 
encargar un epitafio que recogiera el milagro acaecido durante las 
exequias de D. Gonzalo, en las que bajaron del cielo San Agustín y 
San Esteban para enterrarlo, mientras se oía una voz que decía: “tal 
galardón recibe quien a Dios y a sus santos sirve”. 
El milagro fue oficialmente reconocido en 1583 y el párroco encargó 
un lienzo que presidiera la capilla del señor de Orgaz a El Greco. 
El Greco consiguió fama en la ciudad Imperial, y la élite eclesiástica 
le encargaba gran parte de las obras que se realizaban en Toledo. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
El 15 de Marzo de 1586 se firmaba con El Greco un documento en 
que se fijaba la iconografía de la zona inferior del lienzo, debiendo 
acabarse la pintura para Navidad de ese mismo año. 
El trabajo se alargó por más tiempo, entregándose en primavera de 
1588 y fue tasada en 1.200 ducados, cantidad que pareció excesiva 
al párroco, en comparación con los 318 del "Expolio" de la Catedral 
o los 800 del "San Mauricio" de El Escorial. 
Al no llegar a un acuerdo tuvo que intervenir el Consejo Arzobispal, 
que determinó que se pagaran los 1.200 ducados de la tasación. 
En 1975 el cuadro recibió una gran restauración. Fue desmontado 
de su emplazamiento original y dispuesto en el que ahora se puede 
contemplar. 
EL CIELO Y LA TIERRA 
La obra se divide claramente en dos partes: terrenal y celestial. 
1. Terrenal, abajo, recordando nuestra vida efímera y la muerte. 
2. Celestial, arriba, mostrando la Gloria y la vida eterna. 
Dos mundos diferenciados por la utilización de la luz y el color. 
La luminosidad del Cielo contrasta con la oscuridad terrenal. 
De Cristo emana la luz que ilumina la zona celestial. La Virgen 
María a su derecha y San Juan Bautista a su izquierda aparecen en 
un triángulo de luz. El resto de los personajes están más iluminados 
en la medida en que se sitúan más cerca de Jesucristo. 
La zona inferior es la parte terrenal y por lo tanto oscura e 
iluminada sólo por 6 teas. En ella se representa el milagro, 
trasladado al siglo XVI, contemplado por un buen número de 
nobles toledanos contemporáneos de El Greco. 
El color queda ceñido exclusivamente al uso de negros y grises. 
El Greco eligió un estilo sobrio para la parte terrenal del cuadro. 
Se observa en primer plano el milagro, con la figura de don Gonzalo 
en el centro en el momento de ser depositado por los dos santos: 
San Agustín, vestido de obispo, que le agarra por los hombros y 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
San Esteban, como diácono, representando en su casulla su propio 
martirio, que le sujeta por los pies. 
Sólo San Esteban, vestidos con dorado y rojo del martirio y San 
Agustín con mitra y casulla doradas, iluminan la escena. 
Junto a ellos encontramos un niño vestido de negro, que porta una 
antorcha y lleva un pañuelo con una fecha: 1578. Se trata del hijo 
de Doménicos, Jorge Manuel, nacido en ese año. 
A la derecha, el párroco de Santo Tomé abre las manos y eleva su 
mirada hacia el cielo, vistiendo la saya blanca de los trinitarios. 
Le acompañan dos sacerdotes más: uno, con capa negra, lee el 
Libro de Difuntos y otro porta la cruz procesional. 
A la izquierda aparecen dos figuras con hábitos de franciscanos y 
agustinos, y otra con el de dominicos, siendo estas 3 Órdenes las 
más importantes de la ciudad. 
Tras estas figuras se encuentran los nobles toledanos que asisten 
al milagro, vestidos con trajes negros y golas blancas. Sus 
rostros captan diferentes expresiones. 
La isocefalia de los nobles diferencia la parte terrenal de la celestial. 
El Greco se autorretrata encima de San Esteban, mirando hacia el 
espectador. 
En los nobles de la época el Greco representa la actitud del 
hombre hacia la muerte: unos meditando, otros llorando, otros 
comentando el acontecimiento y otros contemplando el milagro, 
cuando sube el alma a la Cielo. 
Entre el Cielo y la Tierra un ángel transporta en sus manos un bebé, 
símbolo de la pureza del alma del Señor de Orgaz. 
La muerte no es el final, sino el nacimiento a la vida eterna. 
El señor de Orgaz está ataviado con armadura de caballero 
castellano, y la nobleza y el clero en consonancia con su época. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
En la casulla de San Esteban se aprecia la influencia de Tiziano, en 
la pincelada suelta y el color rojo. En la representación del martirio, 
se aprecia el estudio anatómico de Miguel Ángel. 
Un salmo del oficio de difuntos dice: “al Paraíso te lleven los 
ángeles, a tu llegada te reciban los mártires” 
EL CIELO 
La zona superior se considera la zona de Gloria, hacia donde se 
dirige el alma de don Gonzalo, en manos del ángel. 
Cristo está sentado y lleva un hábito blanco, símbolo de pureza, e 
irradia luz, iluminando la parte superior de la composición. 
A su derecha vemos a la Virgen, vestida con sus tradicionales 
colores azul y rojo, que simbolizan la eternidad y el sufrimiento, 
respectivamente. 
Frente a María se sitúa una figura semidesnuda que se identifica 
con San Juan Bautista, siendo ambos los medios de intercesión y 
salvación ante Dios. 
En la zona izquierda de la Gloria encontramos a San Pedro, 
portando las llaves de la Iglesia, junto a ángeles y otros santos. 
En la derecha se sitúan San Pablo, Santo Tomás e incluso Felipe II, 
al igual que hizo Tiziano con Carlos V en la Gloria, hoy en el Museo 
del Prado. Más abajo María Magdalena y San Sebastián. 
Estas figuras de la zona superior tienen mayor movimiento, incluso 
algunos escorzos como el del ángel del centro de la imagen. 
Las tonalidades se han hecho más variadas como el amarillo, el 
verde o el naranja, colores manieristas junto a los tradicionales de 
la Escuela veneciana, presididos por el azul, el rojo y el blanco. 
Entre ambas zonas existen numerosos nexos de unión que hacen 
que la obra no esté formada por dos partes aisladas entre sí. 
No hay temor, ni tristeza. La esperanza es la tónica dominante. 
20 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
En la zona inferior encontramos varios personajes que miran hacia 
la zona celestial, entre ellos el párroco. 
La Virgen mira hacia abajo como si fuera a recibir el alma de don 
Gonzalo, que es transportada por el ángel, ubicado entre el plano 
terrenal y el celestial. 
A la izquierda de la Virgen están el rey David con el arpa, Moisés 
con las tablas de la Ley y Noé con el arca. 
Respecto a la técnica, Doménicos trabaja la obra con manchas de 
color, como había aprendido en su estancia veneciana. Si se 
observa detenidamente apreciamos la ausencia casi total de dibujo. 
En la zona de los nobles toledanos el traje está conseguido a 
través de manchas negras que soportan los rostros y las manos, 
enmarcados por las golillas y los puños de color blanco. 
Jorge Manuel señala con su mano izquierda al señor de Orgaz. 
El niño indica cuál es el destino del hombre que ha realizado 
buenas acciones en su vida, considerándose las obras de caridad 
como condición indispensable para la salvación eterna. 
El Catolicismo intenta resaltar el valor de la caridad, siendo este 
cuadro un típico ejemplo de la Contrarreforma. 
Igual que ocurrió con el Expolio de Cristo para la catedral de 
Toledo, con el Entierro también aparecieron problemas económicos. 
En el contrato se estipulaba que El Greco realizaría la obra en un 
año, recibiendo
100 ducados como adelanto y corriendo con los 
gastos de material. 
Los primeros tasadores fijaron la cantidad de 1.200 ducados, cifra 
que pareció muy elevada al párroco de Santo Tomé, quien pidió que 
se revisara la tasación con el fin de rebajar el precio. 
Sin embargo, el segundo equipo tasador elevó la cantidad inicial a 
1.600. Don Andrés Núñez decidió volver a apelar, dictando el 
Consejo Arzobispal que se pagaran los 1.200 ducados iniciales. 
 
21 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EL GRECO. ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ, SANTO TOMÉ, TOLEDO 
22 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
El cuadro pone de manifiesto: 
1. Que la fe se demuestra practicando la caridad. 
2. El milagro del entierro recompensa la virtud de la caridad. 
3. La importancia de los santos y de la Virgen. 
4. Los santos aparecen como intercesores del alma de los 
hombres, frente a la Reforma protestante que condenó el culto 
a los santos. 
5. Este cuadro representa las dos dimensiones humanas. 
 La muerte terrenal y la vida eterna en la parte celestial. 
6. En el cielo la luz emana de la figura blanca de Cristo. 
7. La parte terrenal es un mundo oscuro, iluminado por 6 teas. 
8. Sólo San Esteban y San Agustín aportan tonos de luz dorada. 
 
El Greco se convirtió en Toledo en el pintor de lo espiritual. 
LA ANUNCIACIÓN, MUSEO DEL PRADO 
1570 - 1572. Óleo sobre tabla, 26,7 x 20 cm. 
Se representa el momento en que la Virgen María acepta el 
designio divino transmitido por el arcángel san Gabriel. 
Descenderá sobre ti el Espíritu Santo y engendrarás al Hijo de Dios 
(Lucas, I, 34-35). 
Hay varias fuentes para explicar esta representación como La 
Anunciación de Santa María degli Angeli (Murano, 1537) de Tiziano. 
El Greco mantiene el fondo escénico con una arquitectura clásica 
que ilustra propuestas del arquitecto Vitruvio (I a. C.) y que el pintor 
incluyó en La curación del ciego y La expulsión de los mercaderes 
del templo. 
Repite en su producción de estas fechas el grupo de ángeles que 
coronan la escena, como en La Adoración de los pastores. 
En la Edad Media la escena se desarrolla en un ambiente de 
recogimiento, que durante el Renacimiento se transformará en un 
lujoso escenario. 
23 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
El Concilio de Trento, 1545-63, dotará al tema de la magnificencia 
perdida. En la iconografía postridentina el arcángel San Gabriel se 
aparecerá por la derecha sobre una nube, mientras la figura de 
María gozará de mayor relevancia. 
El Estado español adquirió la pintura para el Museo de la Trinidad 
en 1868 y desde esa institución pasó al Prado en 1872. 
EL GRECO. 1570 - 1572. LA ANUNCIACIÓN. MUSEO DEL PRADO 
24 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
LA TRINIDAD, MUSEO DEL PRADO 
1577 - 1579. Óleo sobre lienzo, 300 x 179 cm. 
Esta obra coronaba el retablo mayor del convento de Santo 
Domingo el Antiguo (Toledo), primer encargo que recibió el Greco al 
llegar a España, junto con: 
 La Asunción de la Virgen en el piso inferior (actualmente en 
Chicago, Art Institute). 
 Dos lienzos de dimensiones más reducidas: las imágenes de 
cuerpo entero de San Juan Bautista y San Juan Evangelista. 
 Los dos bustos largos de San Bernardo (San Petersburgo, 
Hermitage Museum) y San Benito. 
 Por encima de la Trinidad se encontraba una Santa Faz 
pintada sobre madera (colección particular). 
La Trinidad debía verse a bastante altura, lo que en parte explica la 
perspectiva, la monumentalidad y el sentido escultórico de las 
figuras, propios del periodo inicial de El Greco en Toledo. 
La representación de Cristo muerto sostenido por Dios Padre, 
sentado en un trono de nubes, con la paloma, símbolo del Espíritu 
Santo, y rodeado de un grupo de ángeles, es uno de los mejores 
ejemplos de la pintura de El Greco en su primera etapa en España. 
La iconografía tiene una simbología eucarística y redentora, Dios 
Padre ofrece el sacrificio de su Hijo para salvar a la humanidad. 
La figura de Cristo sigue claramente la corporeidad de Miguel 
Ángel. 
El otro elemento de la obra es el color: 
 Dios Padre viste de blanco, azul y amarillo. 
 El cuerpo sin vida de Cristo y los tonos ceniza de las nubes. 
 Los ángeles muestran túnicas azules, rojo carmín, verde y 
morado. 
 Sobre un fondo dorado aparece el Espíritu Santo. 
 
 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO. LA TRINIDAD, MUSEO DEL PRADO 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO 
Hacia 1580. Óleo sobre lienzo, 81,8 x 66,1 cm. 
 
Este retrato de busto largo engrosó las Colecciones Reales gracias 
a una donación de la viuda del duque del Arco, gentilhombre de 
cámara, caballerizo y montero mayor de Felipe V. 
 
Del Arco poseyó en su finca de recreo de El Pardo 6 retratos de 
caballeros pintados por el Greco cuya procedencia. El conjunto 
constituye gran parte de la galería de retratos de El Greco en el 
Museo del Prado. 
 
Este ejemplar es uno de los más tempranos del pintor realizados en 
España, y el que más claramente se ha distinguido del conjunto. 
 
El caballero, de unos treinta años, viste de negro según la moda 
española de finales de los setenta del siglo XVI, con la blanca y 
estrecha gorguera elevándose por detrás de las orejas y 
enmarcando la cabeza. El retrato se convirtió en uno de los más 
emblemáticos ejemplares de su autor. 
 
Sobre el jubón de seda negra destacan la mano derecha que se 
posa en el pecho, con dos dedos en una posición de tensión, típica 
en su obra, y la empuñadura dorada de la espada. 
 
La figura se recorta sobre un fondo neutro, de un tono gris perla 
matizado por el marrón rojizo de la capa de preparación. 
 
La espada, el gesto solemne de la mano y la relación directa que 
entabla con el espectador la han convertido en un icono de la 
hidalguía castellana y española. 
 
Representa el prototipo cristiano de hombre de honor y sobriedad 
de su clase y de su época. 
 
27 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO. EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO. MUSEO DEL PRADO 
 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Se ha especulado sobre que podría tratarse de un autorretrato, de 
Miguel de Cervantes o del secretario de Felipe II, Antonio Pérez. 
 
Es el modelo de retrato cortesano de los Austrias con visión frontal 
y muy iluminado sobre un fondo neutro. Con gran expresividad que 
ahonda en el perfil psicológico del personaje. La imagen genera 
tensión entre lo que exhibe y lo que oculta el personaje. 
 
EL GRECO (Y TALLER) LA SANTA FAZ, MUSEO DEL PRADO 
1586 - 1595. Óleo sobre lienzo, 71 x 54 cm. 
Esta obra es derivación directa de la representación que el Greco 
realizó para el retablo de Santo Domingo el Antiguo (Toledo). 
La imagen de la Santa Faz es una iconografía que se hizo popular a 
finales de la Edad Media. 
En su subida al monte Calvario, el rostro ensangrentado de Cristo 
quedó fijado a un paño blanco que había sido ofrecido a Jesús por 
una mujer, Verónica. 
En algunas composiciones aparece la figura de la mujer 
sosteniendo la sabanilla con la efigie de Cristo. 
El Greco pintó los dos tipos de imágenes, la de la Santa Faz aislada 
y la que incorporaba la presencia de la mujer. 
 
29 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO (Y TALLER) LA SANTA FAZ, MUSEO DEL PRADO 
 
30 
MARÍA TERESA
GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
GRECO Y TALLER. LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN. 
MUSEO DEL PRADO 
Hacia 1592. Óleo sobre lienzo, 99 x 101 cm. Museo Del Prado 
 
El Greco realizó al menos cinco versiones de este tema. La Virgen 
María aparece sobre una luna de gran tamaño que destaca su 
carácter inmaculado. 
 
La paleta es muy reducida: carmín, azul, blanco y amarillo, pero con 
una delicada luz y una gran variedad de tonalidades. Se ha 
relacionado su procedencia con una Coronación de la Virgen que se 
inventarió en 1810 en el Palacio Real de Madrid. 
 
31 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
 
EL GRECO. LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN. MUSEO DEL PRADO 
 
 
32 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
BAUTISMO DE CRISTO. MUSEO DEL PRADO 
1597 - 1600. Óleo sobre lienzo, 350 x 144 cm. 
Pintada para el retablo mayor del Colegio de la Encarnación, junto a 
la Adoración de los Pastores (Bucarest) y este Bautismo, mientras 
que en el centro del piso superior se situaba la Crucifixión, la 
Resurrección y Pentecostés. 
Según los textos evangélicos, tras ser bautizado Jesús con el agua 
del río Jordán se abrieron los cielos y se vio al Espíritu Santo 
descender en forma de paloma y posarse sobre él, al tiempo que 
una voz venida de los cielos decía: Éste es el Hijo mío, el amado, 
en quien me complazco (Mateo, 3, 16-17). 
El Greco realiza un rompimiento de Gloria con los ángeles como 
elemento fundamental para la conexión espacial entre Jesús, el 
Bautista y Dios Padre. 
Rompimiento de gloria es un término pictórico habitual en el arte 
cristiano, en el que se representa el plano espiritual sobre el plano 
terrenal. Aparece la Gloria con las figuras de Dios padre, Cristo, 
santos, etc. con nubes, ángeles, querubines y serafines. 
Se utiliza en episodios muy determinados como: 
 El Bautismo de Cristo, 
 La Anunciación a la Virgen 
 La Anunciación a los pastores 
 La Trinidad 
Hay ángeles adultos con las manos en el pecho en señal de 
reconocimiento, pero también bellos querubines, que aparecen 
como ráfagas de luz. 
Se han incluido además un grupo de ángeles que sostienen sobre 
la cabeza de Cristo un paño rojo, posible alusión al sacrificio 
martirial que se dispone a emprender Jesucristo. 
33 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO. 1597 - 1600. BAUTISMO DE CRISTO. MUSEO DEL PRADO 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Cerca del Bautista, se sitúa un hacha apoyada en un tronco, 
referencia al sermón de san Juan tras el bautismo de Jesús: Dios 
puede hacer de estas piedras hijos de Abraham. Ya está puesta 
sobre el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto 
será cortado y arrojado al fuego (Mateo, 3, 7-10). 
La obra se firma en el papel de la roca donde se apoya Jesús. 
 
LA CRUCIFIXIÓN. MUSEO DEL PRADO 
1597 - 1600. Óleo sobre lienzo, 312 x 169 cm. 
Pintada para el retablo mayor del Colegio de la Encarnación 
(Madrid), junto a la Anunciación, la Adoración de los Pastores 
(Bucarest), el Bautismo, la Resurrección, Pentecostés. 
En una de las versiones más originales y extremas del tema. 
Cristo acaba de morir en la cruz ante el terrible dolor de María y la 
desolación de san Juan. María Magdalena y tres ángeles intentan 
recoger la sangre de Cristo que brota de sus heridas. 
Un cielo tormentoso envuelve la escena, convertida en un nocturno 
que sigue el texto bíblico “era cerca de mediodía y se produjo 
oscuridad sobre toda la región” (Lucas, 23, 44). 
El valor de la sangre de Cristo, tan cuidadosamente recogida, fija 
el significado eucarístico del tema. 
Las figuras son extremadamente alargadas y los patéticos rostros, 
casi fantasmagóricos, presencian un fenómeno extraordinario en 
una atmósfera nocturna, iluminada por destellos de luz que 
subrayan el frío cromatismo de la tela. 
El cuerpo de Cristo está totalmente desdibujado. 
La obra está firmada al pie de la cruz. 
 
35 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
 
EL GRECO. 1597 - 1600. LA CRUCIFIXIÓN. MUSEO DEL PRADO 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO. MUSEO DEL PRADO 
1597 - 1600. Óleo sobre lienzo, 275 x 127 cm. 
Pintada para el retablo mayor del Colegio de la Encarnación 
(Madrid), junto a la Anunciación, la Adoración de los Pastores 
(Bucarest), el Bautismo, la Crucifixión, Pentecostés. 
En el Evangelio de san Mateo se describe la escena: los soldados 
vigilaban el sepulcro donde había sido enterrado Jesús. Tras la 
aparición de un ángel que hizo rodar la piedra que cerraba la tumba, 
los guardias sobresaltados quedaron como muertos (28, 4). 
El Greco pinta a Cristo elevándose glorioso y sereno en un formato 
ascensional. 
Dios es percibido como una potente luz que deslumbra y asombra y 
que finalmente se asume como un acontecimiento dichoso. 
El Greco ubicó a los guardianes del sepulcro de forma caótica y 
anulando las referencias espaciales convencionales. 
De la tela emana una gran fuente de energía basada en la retórica 
del exceso, tanto en la proyección del espacio, como de la 
iluminación o de representación de las formas humanas. 
Los amarillos, los verdes, la falta de dibujo, el alargamiento de las 
figuras y el escorzo son elementos fundamentales en esta pintura 
de El Greco. 
 
 
37 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO. 1597 - 1600. LA RESURRECCIÓN DE CRISTO. MUSEO DEL PRADO 
 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
LA ANUNCIACIÓN. MUSEO DEL PRADO 
1597 - 1600. Óleo sobre lienzo, 315 x 174 cm. 
Pintada para el retablo mayor del Colegio de la Encarnación 
(Madrid), junto a la Adoración de los Pastores (Bucarest), el 
Bautismo, la Crucifixión, la Resurrección y Pentecostés. 
El arcángel San Gabriel está de pie a la derecha de la 
composición, con el torso girado hacia la derecha y los brazos 
entrecruzados sobre el pecho. 
María contempla al arcángel con gesto sereno y las manos 
extendidas. Está arrodillada ante un atril donde descansa un libro 
abierto y la milagrosa aparición ha interrumpido la lectura. 
Entre las dos figuras, en primer término, un cesto contiene un paño 
blanco que representa la pureza de María y otro rojo que evoca la 
terrible pasión de Jesús. 
Un zarzal, con algunas ramas ardiendo, habla de la omnipresencia 
bíblica de Dios en la escena. 
Coronando la composición ocho ángeles adultos, sentados sobre 
nubes, ofrecen un hermoso concierto. 
El Greco había tratado el tema de la Anunciación en una decena de 
ocasiones. En esta Anunciación simplifica la escenografía, depura 
la composición y aporta la presencia celestial dando espectacular 
protagonismo a la luz y el color. 
El artista incluyó en varias de sus composiciones marianas ángeles 
músicos que eran frecuentes en la representación de la Anunciación 
en el siglo XVI, por influencia de algunos evangelios apócrifos. 
El Evangelio armenio de la Infancia describe la alegría celestial en 
términos musicales. La Virgen recibió el anuncio de su concepción 
por el Espíritu Santo y los coros angélicos entonaban cánticos de 
alabanza. 
 
39 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
 
El GRECO. 1597 - 1600. LA ANUNCIACIÓN. MUSEO DEL PRADO 
40 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Los instrumentos que tocan los ángeles se sustentan
entre las 
nubes que inundan el espacio de la composición. 
Los músicos forman un círculo, en torno al ángel vestido de verde 
de la izquierda que lleva un libro de música y con la mano derecha 
les dirige. Los otros ángeles llevan una flauta dulce, un arpa gótica, 
un laúd, un virginal y una viola da gamba. 
El arpa gótica es uno de los instrumentos bíblicos por excelencia, 
asociado al rey David. Los instrumentos característicos de la música 
sacra, los de viento, están aquí representados por la flauta dulce. 
La mezcla de instrumentos podría simbolizar la música en su 
totalidad, la sacra y la profana, participando en un concierto 
extraordinario en el cielo, como lugar de alegría y regocijo. 
LA SAGRADA FAMILIA, SANTA ANA Y SAN JUANITO 
MUSEO DEL PRADO 
Hacia 1600. Óleo sobre lienzo, 107 x 68,5 cm. Museo del Prado 
 
El Greco elaboró una interesante iconografía en torno al tema de la 
Sagrada Familia y del que realizó varias versiones para: La 
Hispanic Society de Nueva York, El Museo de Santa Cruz de 
Toledo, La National Gallery of Art de Washington. 
 
La versión del Prado muestra a la Virgen María sedente, de cuerpo 
entero, centrando el eje compositivo. 
 
La joven viste una túnica roja, color de la sangre y del sufrimiento y 
la pasión que pasará con su Hijo y está cubierta por el característico 
manto azul celeste, por ser la madre de Dios. 
 
Santa Ana, madre de María y abuela de Jesús, aparece con un velo 
gris y se inclina para tapar al Niño, quien le devuelve la mirada. 
 
San José observa la escena. El Greco le representa como un 
hombre maduro, no anciano, un santo activo que viste chaleco 
41 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
verde sobre camisa blanca y capa amarilla, una ropa propia de un 
trabajador artesano castellano de la España de finales del siglo XVI. 
San Juanito es una figura desdibujada que dirige su mirada fuera 
del cuadro. Está desnudo, a pesar de que se insinúa la piel de 
camello a su espalda, y lleva consigo un cuenco de vidrio con fruta. 
 
Su dedo próximo a la boca invita a contemplar en silencio esta bella 
escena de familia. 
 
Las figuras son las grandes protagonistas de la escena, como 
sucede en El Expolio de la Sacristía de la Catedral de Toledo. 
 
42 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO. LA SAGRADA FAMILIA, SANTA ANA Y SAN JUANITO. M. PRADO 
43 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
PENTECOSTÉS. MUSEO DEL PRADO 
Hacia 1600. Óleo sobre lienzo, 275 x 127 cm. 
 
Fue pintada para el retablo mayor del Colegio de la Encarnación 
(Madrid), un seminario agustino más conocido por el nombre de su 
fundadora, doña María de Córdoba y Aragón (1539-1593). 
 
La Anunciación se encontraba en la parte central del cuerpo inferior 
del retablo, flanqueada por la Adoración de los Pastores 
(actualmente en Bucarest) y el Bautismo de Jesús, mientras que en 
el centro del cuerpo superior se situaba la Crucifixión y a ambos 
lados la Resurrección y esta tela con el tema de Pentecostés. 
Todas en el Museo del Prado salvo la Adoración de los Pastores. 
 
En Pentecostés se representa la aparición del Espíritu Santo a la 
Virgen y los apóstoles transcurridos cincuenta días de la 
Resurrección de Jesucristo. 
 
En consonancia con la Resurrección, el pintor introduce a los doce 
apóstoles, la Virgen y dos mujeres en un formato estrecho y 
alargado que organizó en un espacio escalonado, con dos 
apóstoles abajo y otros en los laterales. La obra está firmada en el 
segundo peldaño. 
 
La tribuna superior se centra en la figura sedente de María, 
flanqueada por el grupo más numeroso, que conforma un friso 
singular de expresivas cabezas. 
 
Se han eliminado las referencias espaciales, dando protagonismo al 
sentido ascensional de la composición. 
 
Como en la Resurrección, algunas figuras de la zona inferior repiten 
los gestos de sorpresa, mientras que la Virgen aparece con las 
manos en oración, disposición semejante a la que muestra en obras 
como la Coronación de la Virgen. 
44 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
Deben destacarse las dos figuras de la derecha en la zona alta, que 
representarían al propio artista y a su hijo Jorge Manuel. 
 
 
EL GRECO. 1600. PENTECOSTÉS. MUSEO DEL PRADO 
45 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EL GRECO EN ILLESCAS (1603-1605) 
HOSPITAL DE LA CARIDAD 
El Hospital de Caridad de Illescas (Toledo) fue proyectado e 
inaugurado por el Cardenal Cisneros en el año 1500 como un 
centro de caridad y misericordia, junto con la ermita a él adosada 
para atender las necesidades de la villa. 
Su estratégica ubicación en la carretera que une Madrid y Toledo y 
la milagrosa imagen de la Virgen de la Caridad hicieron de él un 
lugar frecuentado por Felipe III y su esposa Margarita de Austria. 
Hoy forma un conjunto arquitectónico con el Santuario de Ntra. Sra. 
de la Caridad en torno a un patio central que distribuye el espacio. 
SANTUARIO DE LA CARIDAD, ILLESCAS, TOLEDO 
El Santuario de Ntra. Sra. de la Caridad erigido en la Plaza de los 
Infanzones, conocida como Plaza de las Cadenas, es una de las 
arquitecturas más notables de la localidad. 
Edificado desde 1588, bajo las trazas de Nicolás de Vergara “el 
Mozo” en estilo renacentista, fue inaugurado en 1600. 
La blancura de sus paredes y techos, y sus pilastras corintias nos 
dirigen hacia la Capilla Mayor, donde el Greco proyectó, entre 1603 
y 1605, la decoración del Retablo Mayor y sus cinco lienzos: 
1. San Ildefonso, 
2. La Virgen de la Caridad, 
3. La Anunciación, 
4. La Natividad, 
5. La Coronación celestial de María. 
La obra aúna decoración y teatralidad a través de la escultura, 
arquitectura y pintura. 
Cada uno de los cinco lienzos consigue una unidad temática en 
torno a la figura de María como virgen, madre y reina. 
46 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
En 1603 recibió el encargo de realizar un retablo para la imagen de 
la Virgen de la Caridad, titular de dicho santuario, que finalizó en 
1605 con una gran labor decorativa. 
 
San Ildefonso (606- 669). Obispo de Toledo. Fiesta: 23 de enero 
San Ildefonso nació en Toledo, pero estudió en Sevilla con San 
Isidoro. Entró a la vida monástica y en el 657 fue elegido arzobispo 
de esa ciudad. 
 
Unificó la liturgia en España y escribió muchas obras importantes, 
especialmente sobre la Virgen María. 
 
San Ildefonso tenía una profunda devoción a la Inmaculada 
Concepción, XII siglos antes de que se proclamara dogma. 
Milagro del encuentro con la Virgen 
Una noche de diciembre, él y sus clérigos fueron a la iglesia para 
cantar himnos en honor a la Virgen María y encontraron la capilla 
brillando con una luz deslumbrante. 
 
Todos huyeron excepto Alfonso y sus dos diáconos, que se 
acercaron al altar. Ante ellos se encontraba la Virgen María, 
sentada en la silla del obispo, rodeada por una compañía de 
vírgenes entonando cantos celestiales. 
 
María fijó sus ojos sobre él y dijo: "Tu eres mi capellán y fiel notario. 
Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería." 
Habiendo dicho esto, la Virgen le invistió, dándole las instrucciones 
de usarla solamente en los días festivos designados en su honor. 
 
Esta aparición y la casulla fueron pruebas tan claras que el concilio 
de Toledo ordenó un día festivo para perpetuar su memoria. 
 
El evento aparece documentado en el Acta Sanctorum como El 
Descendimiento de la Santísima Virgen y de su Aparición. 
47 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO
EL GRECO 
 
Este tema en el arte se conoce como la imposición de la casulla a 
San Ildefonso. 
 
San Ildefonso, obra maestra del retrato y genio intelectual, elabora 
los textos que defenderán la virtud de la virginidad de María, sobre 
el rojo intenso del terciopelo del tapete del escritorio. 
 
EL GRECO. SAN ILDEFONSO. ILLESCAS, TOLEDO 
48 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
La Virgen de la Caridad, expresión máxima de esa virtud, plasma 
la bondad de la madre protegiendo a sus hijos, uniendo el cielo con 
la tierra, camino de su coronación. 
 
 
EL GRECO. LA VIRGEN DE LA CARIDAD. ILLESCAS, TOLEDO 
49 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
En este lienzo destacan personajes vestidos a la moda del siglo 
XVII entre los cuales aparece su propio hijo: Jorge Manuel. 
 
 
 
50 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
La Coronación de la Virgen, La Anunciación y La Natividad 
 
La Anunciación y La Natividad son el origen del ciclo Mariano. Son 
tondos (formato circular), y destacan por la composición, la luz, el 
color y la expresividad. 
EL GRECO. LA ANUNCIACIÓN. ILLESCAS, TOLEDO 
 
51 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
 
 
EL GRECO. LA NATIVIDAD. ILLESCAS, TOLEDO 
 
 
EL GRECO. LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN. ILLESCAS, TOLEDO 
La Coronación es la obra más impresionante de cuantas realizó el 
Greco sobre esta temática por su original formato ovalado. 
La Santísima Trinidad preside la escena en la que la Virgen María 
está siendo coronada en el ámbito celestial 
 
 
54 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EPIMETEO, MUSEO DEL PRADO 
1600 - 1610. Madera, 44 x 17,1 cm. 
ATRIBUIDA A EL GRECO. EPIMETEO. MUSEO DEL PRADO 
 
55 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
Las dos esculturas, Epimeteo y Pandora, se dieron a conocer en 
1945 por su propietario, el conde de las Infantas, y Dª Dolores 
Andrada y Pérez de Herrasti, en memoria de su esposo el conde de 
las Infantas, las donó al Prado en 1962. 
Aunque la caja suele aparecer en manos de Pandora, aquí es 
Epimeteo, el hermano confiado de Prometeo, quien la sostiene. 
Las dos figuras siguen modelos de la escultura clásica, pero se 
desconocen las circunstancias en que fueron creadas. 
PANDORA, MUSEO DEL PRADO 
1600 - 1610. Madera, 43 x 12,7 cm. 
En el cristianismo Dios creó a Adán con barro y le entregó a Eva 
para que no estuviese solo. 
En la Mitología la mujer, Pandora, se envía para castigar a los 
hombres. 
Zeus ordenó a Hefesto y Atenea que crearan a la primera mujer, 
Pandora, (regalo de todos los dioses). Cada dios le entregó una 
cualidad y fue dotada de belleza, gracia y persuasión, pero Hermes 
puso en su corazón la mentira y el engaño. 
Eva y Pandora se representan en el arte por su belleza seductora, 
pero su curiosidad será la causante de las desgracias del género 
humano. 
En los “Trabajos y los Días”, Hesíodo cuenta que Zeus se la envió a 
Epimeteo, hermano “torpe” de Prometeo, quien olvidando el consejo 
de éste de no aceptar ningún regalo de Zeus, y seducido por la 
belleza de Pandora, la hizo su esposa y fueron los padres de Pirra. 
A Pandora le entregaron una caja o jarra con una tapadera, según 
las versiones, que contenía todos los males. 
Pero la curiosidad hizo que Pandora la abriera y se esparcieron 
todos los males por el mundo, quedando en el fondo sólo la 
esperanza antes de que pudiera taparla. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Otra tradición dice que la jarra era el regalo de boda de Zeus y 
contenía los bienes, pero al abrirla imprudentemente, Pandora dejó 
que los bienes se escapasen y volviesen a la mansión de los 
dioses, quedando sólo el consuelo de la esperanza. 
ATRIBUIDA A EL GRECO. PANDORA. MUSEO DEL PRADO 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
ADORACIÓN DE LOS PASTORES. MUSEO DEL PRADO 
1612 - 1614. Óleo sobre lienzo, 319 x 180 cm. 
Es una escena nocturna desarrollada en una extraña gruta, en la 
que el Niño recién nacido, es un foco de luz, que ilumina al pueblo 
de Israel, representado por los pastores. 
Los ángeles muestra la complacencia celestial por el nacimiento del 
Salvador a través de una filacteria con el texto: GLORIA IN 
EXCELSIS DEO ET IN TERRA PAX HOMINIBUS. 
Puede considerarse esta Natividad como la última obra maestra 
salida de la mano del Greco antes de su muerte el 7-4-1614. 
La tela fue pensada para ornar el lugar de enterramiento de la 
familia Theotocópuli en el convento de Santo Domingo el Antiguo 
(Toledo), donde el Greco recibió su primer encargo en España, en 
1557. 
En agosto de 1612 se había establecido el acuerdo de la 
comunidad religiosa con Jorge Manuel, el hijo del pintor, 
acordándose la cesión por parte del convento de un ara que está en 
la iglesia del dicho monasterio, que es el que está frontero de la 
puerta principal de la dicha iglesia. 
El espacio sería el enterramiento de los Theotocópuli, quienes se 
comprometían a pagar el acondicionamiento del sepulcro familiar. 
 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO. 1612 - 1614. ADORACIÓN DE LOS PASTORES. MUSEO DEL PRADO 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
De hecho, además de El Greco, allí fue sepultada Alfonsa de 
Morales, primera esposa de Jorge Manuel. Sin embargo, se canceló 
en 1618, cuatro años después de morir el pintor. 
Las monjas cistercienses reclamaron a Jorge Manuel la exhumación 
de los restos, aunque la gran tela realizada por El Greco 
permaneció en la iglesia hasta su venta al Estado español en 1954. 
El Metropolitan Museum de Nueva York posee una versión de taller 
con ligeras variaciones, realizada, en fechas similares a las del 
lienzo original. 
SAN SEBASTIÁN. MUSEO DEL PRADO 
1610 - 1614. Óleo sobre lienzo, 201,5 x 111,5 cm. 
Sebastián era hijo de familia militar y noble de Milán (263) y 
pertenecía a la guardia pretoriana. 
Cuando el Emperador Diocleciano se enteró que Sebastián era 
cristiano mandó arrestarle. 
Los soldados, cumpliendo las órdenes del Emperador, le 
desnudaron, le ataron a un árbol y lanzaron sobre él una lluvia de 
saetas. Cuando acabaron su misión y vieron que Sebastián ya 
estaba casi muerto, dejaron el cuerpo inerte del santo. 
Sin embargo sus amigos, al verle todavía con vida, le llevaron a 
casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo 
escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó sano. 
Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el 
santo se negó y el emperador ordenó que le azotaran hasta morir 
(año 304) y esta vez los soldados se aseguraron bien de cumplir sin 
errores la misión. 
El cuerpo sin vida de San Sebastián fue recogido por los fieles 
cristianos y sepultado en una catacumba de la Vía Apia romana, la 
Catacumba de San Sebastián. 
Durante la peste de Roma (680) fue invocada su protección 
particular y desde entonces la Iglesia Universal ve en él al abogado 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
especial contra la peste y en general se le considera como gran 
defensor de la Iglesia. 
La iconografía de San Sebastián es amplísima. La representación 
más antigua data del siglo V, descubierta en la cripta San Cecilia, 
en la catacumba de San Calixto. 
A partir del Renacimiento los artistas le representan semidesnudo
atado a un árbol y con flechas clavadas. 
En la Edad Media se convirtió en santo protector contra la peste. 
En el Renacimiento en un Apolo cristiano. 
A finales del siglo XVI se valoraba su martirio como demostración 
máxima de la fe. 
El Greco muestra la figura de cuerpo entero del santo, que aparece 
de pie y desnudo, cubierto tan sólo por un paño de pureza. 
Aparece de frente, con la mirada hacia el cielo, los brazos atados a 
un tronco seco y siete flechas que asaetean al joven. Tres de ellas 
están clavadas en el lado izquierdo del torso (dos a la altura del 
pecho y otra en el abdomen); otras tres en el brazo, cadera y muslo 
derechos, la séptima se introduce en la ingle izquierda. Una octava 
flecha se ha clavado en el tronco. 
San Sebastián se presenta como un joven imberbe de piel blanca. 
El cuerpo se realza por estar situado sobre un pequeño promontorio 
pedregoso donde destaca la representación nocturna del fondo, 
protagonizado por un cielo tormentoso, y una perspectiva muy baja 
del castillo de San Servando y el puente de Alcántara. 
Nada sabemos la procedencia inicial de la pintura, ni los motivos 
por los que fue cortada. 
La parte superior fue donada al Prado en 1959 por la condesa de 
Mora y Aragón, marquesa de Casa Riera, en honor de su padre, el 
marqués de Casa Torres. La tela inferior fue dada a conocer en 
1962, siendo comprada por el Prado en 1987. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
 
EL GRECO. 1610 - 1614. SAN SEBASTIÁN. MUSEO DEL PRADO 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
EL GRECO. EXPULSIÓN DE LOS MERCADERES. 
SAN GINÉS, MADRID 
Óleo sobre lienzo. 1614. Iglesia de San Ginés (Madrid) 
Evangelio de san Juan 2, 13-25 
Se acercaba la Pascua judía y Jesús subió a Jerusalén. 
Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y 
palomas, y a los cambistas en sus puestos. 
Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con 
las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les 
volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de 
aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.» 
Fueron expulsados por profanar este recinto sagrado. Jesús les 
dijo: «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.» 
Los judíos le contestaron: «46 años se han tardado en construir 
este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en 3 días?». Pero él hablaba 
del Santuario de su cuerpo. 
Cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos 
de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras 
que había dicho Jesús. 
La furia de Jesús empuñando el látigo de cuerdas, está prefigurada 
en el Antiguo Testamento por la ira de Moisés rompiendo las tablas 
de la Ley. Fue comparada en el Renacimiento con la cólera de 
Hércules. 
Los teólogos de la Reforma vieron en Cristo una imagen de Lutero 
limpiando la Iglesia, mensaje contra el que reaccionó el Concilio de 
Trento, vinculando la escena con el castigo a los protestantes y con 
la Pasión de Cristo. 
El tema pictórico ofrece muchas posibilidades plásticas por su 
dinamismo y la suntuosidad de la arquitectura. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
El tema de la expulsión de los mercaderes del templo fue pintado 
por El Greco en varias ocasiones. 
Actualmente hay una pintura en: 
 La National Gallery de Washington. 
 El Institute of Arts de Minneapolis. 
 La de la iglesia de San Ginés de Madrid, etc. 
En la pintura de San Ginés se aprecia la evolución del artista: 
 Las figuras son muy alargadas y con escorzos, 
 El formato se ha hecho vertical, 
 El colorido se ha limitado, empleando mucha luz. 
Cristo se sitúa en el centro del eje compositivo, en el interior del 
templo de Jerusalén, que aquí se recrea con una arquitectura 
contemporánea al artista, un arco de medio punto con columnas 
clásicas a los lados. 
En la hornacina de la izquierda aparece Adán, y en su pedestal se 
representa la Expulsión del Paraíso, motivo por el que tiene que 
venir Cristo a salvar a la Humanidad. 
Las figuras desde Jesús hacia Adán marcan escorzos y gran 
movimiento, mientras la luz inunda la escena. 
En sus últimos años, El Greco contaba con la colaboración de su 
hijo, Jorge Manuel. 
IGLESIA DE SAN GINÉS, MADRID 
En la calle Arenal se encuentra la iglesia de San Ginés, dedicada al 
santo francés San Ginés de Arlés. 
Es una de las iglesias más antiguas de Madrid, construida en 1645 
sobre los restos de lo que se cree fue una ermita mozárabe. Ha 
sufrido diferentes restauraciones y modificaciones en su historia. 
La fachada principal, realizada en ladrillo y piedra, data de 1870 
aunque sus adornos originales fueron eliminados tras la destrucción 
y restauración realizada después de la Guerra Civil. 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Su pórtico de arcos da paso a un interior de tres naves y capillas 
laterales donde destaca la del Santísimo Cristo. 
EL GRECO. EXPULSIÓN DE LOS MERCADERES. SAN GINÉS, MADRID 
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MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
BIBLIOGRAFÍA 
www.museodelprado.es 
Fernando Marías. E.M.N.P., Madrid, 2006, tomo IV, pp. 1228-1232. 
www.patrimonionacional.es 
www.toledomonumental.com 
www.elgrecoillescas.com 
www.esmadrid.com 
Ruiz, L.: El Greco. Guía de sala, Fundación Amigos del Museo del 
Prado, 2011. 
Ruiz, L.: El Greco en el Museo Nacional del Prado. Catálogo 
Razonado, Museo Nacional del Prado, 2007. 
Wikipedia: fotos de libre disposición 
66 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO EL GRECO 
 
Contenido 
EL GRECO, DOMÉNICO THEOTOCÓPULI ................................... 2 
MARTIRIO DE SAN MAURICIO, EL ESCORIAL ......................... 8 
SAN MAURICIO, PATRÓN DE LA ORDEN DEL TOISÓN DE 
ORO ............................................................................................ 8 
EL EXPOLIO DE CRISTO, CATEDRAL DE TOLEDO ............... 13 
EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ .................................. 16 
DON GONZALO RUIZ DE TOLEDO .......................................... 16 
EL CIELO Y LA TIERRA ............................................................ 17 
EL CIELO ............................................................................... 19 
LA ANUNCIACIÓN, MUSEO DEL PRADO ................................ 22 
LA TRINIDAD, MUSEO DEL PRADO ........................................ 24 
EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO ........................ 26 
EL GRECO (Y TALLER) LA SANTA FAZ .................................. 28 
GRECO Y TALLER. LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN........... 30 
BAUTISMO DE CRISTO. MUSEO DEL PRADO ....................... 32 
LA CRUCIFIXIÓN. MUSEO DEL PRADO .................................. 34 
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO. MUSEO DEL PRADO ........ 36 
LA ANUNCIACIÓN. MUSEO DEL PRADO ................................ 38 
LA SAGRADA FAMILIA, SANTA ANA Y SAN JUANITO ........... 40 
PENTECOSTÉS. MUSEO DEL PRADO .................................... 43 
EL GRECO EN ILLESCAS (1603-1605) .................................... 45 
HOSPITAL DE LA CARIDAD ................................................. 45 
SANTUARIO DE LA CARIDAD, ILLESCAS, TOLEDO ........... 45 
San Ildefonso (606- 669). Obispo de Toledo .......................... 46 
Milagro del encuentro con la Virgen ....................................... 46 
San Ildefonso ......................................................................... 47 
La Coronación de la Virgen, La Anunciación y La Natividad ...... 50 
EPIMETEO, MUSEO DEL PRADO ............................................ 54 
67 
MARÍA TERESA GARCÍA PARDO
EL GRECO 
 
PANDORA, MUSEO DEL PRADO ............................................. 55 
ADORACIÓN DE LOS PASTORES. MUSEO DEL PRADO ....... 57 
SAN SEBASTIÁN. MUSEO DEL PRADO .................................. 59 
EL GRECO. EXPULSIÓN DE LOS MERCADERES. ................. 62 
IGLESIA DE SAN GINÉS, MADRID ....................................... 63 
 
 
	EL GRECO, DOMÉNICO THEOTOCÓPULI
	MARTIRIO DE SAN MAURICIO, EL ESCORIAL
	SAN MAURICIO, PATRÓN DE LA ORDEN DEL TOISÓN DE ORO
	EL EXPOLIO DE CRISTO, CATEDRAL DE TOLEDO
	DON GONZALO RUIZ DE TOLEDO
	EL CIELO Y LA TIERRA
	EL CIELO
	LA ANUNCIACIÓN, MUSEO DEL PRADO
	LA TRINIDAD, MUSEO DEL PRADO
	EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO
	GRECO Y TALLER. LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN.
	BAUTISMO DE CRISTO. MUSEO DEL PRADO
	LA CRUCIFIXIÓN. MUSEO DEL PRADO
	LA RESURRECCIÓN DE CRISTO. MUSEO DEL PRADO
	LA ANUNCIACIÓN. MUSEO DEL PRADO
	LA SAGRADA FAMILIA, SANTA ANA Y SAN JUANITO
	PENTECOSTÉS. MUSEO DEL PRADO
	EL GRECO EN ILLESCAS (1603-1605)
	HOSPITAL DE LA CARIDAD
	SANTUARIO DE LA CARIDAD, ILLESCAS, TOLEDO
	Milagro del encuentro con la Virgen
	La Coronación de la Virgen, La Anunciación y La Natividad
	EPIMETEO, MUSEO DEL PRADO
	PANDORA, MUSEO DEL PRADO
	ADORACIÓN DE LOS PASTORES. MUSEO DEL PRADO
	SAN SEBASTIÁN. MUSEO DEL PRADO
	EL GRECO. EXPULSIÓN DE LOS MERCADERES.
	IGLESIA DE SAN GINÉS, MADRID

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