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SALUD
PUBLlCA
deMEXICO EpOCA Y. VOLUME:-; XI. NÚ.\IERO 4. • JUI.IO.ACOSTO DE 1969
Los medios de comunicación de masas
PI la salud pú,l,'ica*
LA salud es un concepto integral que Involucra
los aspectos físicos, mentales y sociales y. en
consecuencia, es vulnerable a toda causa que altere
su armónico equilibrio.
Esta consideración es válida tanto para el indio
viduo como para la colectividad y, por ende, ticne
interés en los aspectos de salud púhlioa.
En nuestra época son múltiples los elementos que
amenazan este ajuste integral. A los factores natu-
rales se han sumado los productos de la tecnología
contemporánea como la televisión, el cinematógrafo.
la prensa y los libros. que puedcn influir en la
modificación de nuestra conducta. costumhres y
tradiciones. La imposición de modos de vida dis-
tintos a los nuestros y los conflictos inherentes cuan-
do son completamente opuestos o riñcn con los
aceptados hasta entonces por las normas sociales
tradicionales. ticne consecuencias en la salud pú-
blica.
Para
medios
estimar mejor la
de comunicación
influencia que ejercen los
de masa. es menester ha.
" Trabajo presentado en las IV Jornadas de Salud PÚ'
blica organizadas por la Asociación de Egresados de la
Escuela dt' Salud Pública de México, A. e, México. D. F..
abril de 1969.
** Jefe del Depnnumento de Medíclna Preventivo del
Instituto de Seeuridad y Servidos Sociales de los Trabaja-
dores del Estado.
Dr. Renán Villanueva Sosa e e
ccr algunas consideraciones sobre las condiciones
indispensables que se requieren para la integración
de la personalidad y la educación y, en consccuen-
cia. la salud mental.
La salud mental es el mayor y más valioso patrio
monio que el ser humano debe aspirar a poseer y r
conservar, Sin ella no tendrá tranquilidad ni satis-
facción que le permitan disfrutar de cualquier otro
hien o valor que por ventura pudiese obtener. En
cambio, COIl ella será capaz de enfrentar serena y
eficientemente a las más duras pruebes o adversi-
dudes que le reserve su destino.
l\las. por increíble que parezca, el hombre, que
dedica multitud de lihros, folletos, cursos, revistas,
instituciones. tiempo y dinero a estudiar r difun-
dir conocimientos referentes al cultivo de plantas,
animales, etc" e igualmente se preocupa en el cui-
dado y conservación de variadas máquinas, no le
concede importancia a la preservación y el cuidado
del más delicado r sutil de sus órganos, el cerebro,
sin cuyo equilibrio pierdc enteramente el sentido
de noción r hasta la posibilidad de su existencia
humana.
Con el progreso de la medicina y de la sicología
se ha podido comprobar que la tranquilidad de
espíritu no ('5 una cualidad heredada y si. sola-
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mente, el resultado del equilibrio entre las fuerzas
instintivas y las actividades racionales, consciente,
de modo que la individualidad humana puede ser
rectora de sí: responsable y libre. Lo que equivalc
a decir que puede ser la determinante del curso
de su vida'y del porcentaje de sufrimientos y sa-
tisfacciones: de éxitos o fracasos, de méritos o cen-
suras, que en ella recoja.
Preparar al ser humano para que puedu trabajar,
distraerse, rcposar oportuna Y convenientemente ;
que sepa ganar y gastar con mesura, consumir y
crear de un modo equitativo, he aquí la tarea de
quienes aspiren a dotarlo de una mentalidad sana
y robusta. Quien está mentalmente sano es una
persona equilibrada. serena y eficiente, cualesquiera
sus dotes y aptitudes: su cultura o su posición: su
edad o sus creencias.
A medida que fueron acumulándose los conoci.
mientos acerca de la estructura y la dinámica fun-
cional del individuo humano, fue también variando
el concepto de su vida síquica, de sus actividades
conscientes e inconscientes, de los factores que re-
gulan sus estados de equilihrio o desajuste personal
y, en suma, de las condiciones esenciales para su
salud mental.
La tarea primordial, pues, será formar y perfec-
cionar la personalidad individual, dotando a cada
ser humano de recursos y hábitos, propósitos y téc-
nicas capaces de hacerle superar con serenidad )'
• eficiencia los avatares de su existencia. En esta
formación intervienen la familia y la escuela. En
nuestro medio, la educación nunca podrá ser total-
mente individualizada, o sea, adaptada a las pecu-
liaridades personales.
Gran parte de la vida del niño transcurre en la
escuela. A ésta se le confía la tarea de orientar su
formación, estimular su aprendizaje y corregir sus
posibles defectos, enseñándole a saber observar,
clasificar: relacionar: enjuiciar y decidir ante las
complejas situaciones que la vida va a plantearle.
Coetáneamente con su aprendizaje cultural estable-
ccré su aprendizaje social.
Tanto la familia como la escuela deberán dar
conocimientos: enseñar a usarlos y preparar al alum-
no para poner ese capital cultural y esa habilidad
mental al servicio de ideales, dándole al propio
tiempo un justo grado de seguridad y dominio de sí.
Pero pocos ignoran que a pesar del esfuerzo
oficial: todos los años queda un número conside-
rable de niños sin oportunidad escolar.
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De otra parte: los niños pasan casi tanto tiempo
en la escuela como frente al televisor, atentos a
programas que les señalan modelos de conducta dis-
tintos a los aprendidos en la clase, creándoles, en
ocasiones, conflictos y situaciones amhivulcntes.
Es difícil pre\'cr las consecuencias de esta bata.
lla entre la familia y la escuela de una parte y los
medios publicitarios por la otra, que forman el um-
hiente infantil j más aún, cuando se nos informa
que en 1968 existían en el país dos millones (le
aparatos televisores en blanco )' negro y a color
y siete millones de pparatos de radio cuyos progra-
mas tienen acceso a la intimidad de los hogares,
llevando mensajes donde la publicidad emplea las
más recientes adquisiciones en el campo de la si-
cología para utilizarlas en la incorporación de nue-
\'OS conocimientos y nuevos hábitos.
Esta influencia de los medios de difusión para
masas actúa también sobre el adulto: quien sufre
además la acción de ciento cincuenta diarios y <...;:
doscientas revistas que se publican en el país.
Especial istas diversos han señalado el riesgo que
implica esta infiltración sutil de información al
hogar, más aún, cuando recordarnos la forma en
que 5~ integra la personalidad )' que la posición
(IeI niño en el seno de la familia tiene un efecto
determinante cn su desarrollo.
Se pucdc estimar que la utilidad de los medios
de difusión para masas como la televisión: la radio:
la prensa, el cinematógrafo, los libros, son útiles
cuando en un momento determinado empujan al
individuo a pensar, sentir y actuar de la misma
manera: si lo dirigen hacia el mismo objetivo y le
prescriben los mismos deberes, valores r derechos;
entonces, el pensamiento del individuo se refleja
a dichos grupos, estará en armonía entre sí.
Si un individuo se encuentra en conflicto: si los
medios publicitarios masivos propician estos con-
flictos: es decir, si lo empujan a acciones contra-
dictorias, deberes, valores y convicciones que 110
estén de acuerdo, si, por ejemplo, el Estado exige
lo que la Iglesia y la familia desaprueban, enton-
ces los respectivos intereses serán mutuamente anta-
gonistas. El individuo estará dividido por conflic-
tos internos. No tendrá paz interior, ni conciencia
limpia, ni verdadera felicidad: ni consistencia como
individuo. Su conducta será irresoluta y contradic-
toria: lo mismo que sus pensamientos y afirmaciones.
El contenido de las emisiones de la televisión en
Xléxico ha sido invadido por las variedades de la
publicidad comercial. como en Estados Unidos, en
donde el 75 por ciento de las horas de transmisión
es ocupado por la publicidad de productos comer-
ciales con fines de venta. Los libros de bolsillo han
favorecido la expansión de las novelas policíacas,
así como también, algunas de las grandes obras.
Aun cuando el libro de bolsillo está menos difun-
dido que en Estados Unidos, Se puedc comenzar
a hahlur de una producción y una distribución
masiva de la literatura general. Enlos últimos años,
con el crecimiento de la televisión, esta situación
cultural ha evolucionado hacia una complejidad
creciente, Ni los conceptos refinados de la cultura
académica y de la cultura de vanguardia, ni 105
conceptos simplificados de una cultura de masas se·
ñalados por la comercialización de los bienes cul-
turales que operan en Estados Unidos. nos pare-
cen aptos para dar razón de los caracteres particu-
lares de la cultura popular en nuestro país, sea
cual fuere la obra de la televisión o de otros me-
dios de difusión cultural.
Advertirnos especialmente que el público de la
televisión y el cine no espera en nhsoluto que estos
instrumentos se reduzcan a un medio de distracción
)' que su opinión evoluciona hacia la conciencia de
una complejidad creciente de la cultura popular al
través (le la televisión )' el cinematógrafo. Sin datos
estadísticos precisos y sólo por las observaciones
precedentes, no es posible sacar conclusiones en el
SALUD PÚBLICA DE MEXICO
sentido de que sean buenos o malos; lo que importa
más, son sus contenidos y los poderes que los fijan.
Según que los contenidos estén dominados por una
cultura de nivel mediocre o una cultura de nivel
superior, los problemas va rian y también los con-
ceptos y las técnicas necesarias para su estudio. Se-
gún que la televisión y el cine sean: ante todo: un
vehículo puhlicitario o un medio equilihrado de
distracción, será estudiarla a la luz de teorías di-
ferentes.
Se explica el empleo de los medios masivos de
difusión con finalidades utilitarias: principalmente,
porque el fomento cultural cuenta con menos ayuda
de la investigación, que la política económica.
La investigación sohre el desarrollo cultural por
la televisión. la radio, la prensa: el cinematógrafo
)' los libros, no es para nosotros sólo el estudio de
los cambios, sino también el análisis de las con-
diciones y de los procesos del paso de un estado
cultural dado a otro superior. Se juzga preferible
para el mejoramiento individual y el desarrollo de
las sociedades; pero la elección de tales criterios
no puede hacerse únicamente por medio de las auto-
ridades políticas. Supone investigaciones objetivas
sobre los resultados de la aplicación de tales cri-
terios para el individuo y la sociedad, y estas inves-
tigaciones no pueden nacer sino de una cooperación
entre creadores )' organizadores. Entre un justo
equilibrio de finalidades culturales. de distracción
y utilitarias.
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