Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Revista Argentina de Clínica Psicológica ISSN: 0327-6716 racp@aigle.org.ar Fundación Aiglé Argentina Gómez-de-Regil, Lizzette Atribución etiológica y curso de la enfermedad en pacientes mexicanos con psicosis Revista Argentina de Clínica Psicológica, vol. XXV, núm. 3, noviembre, 2016, pp. 309-316 Fundación Aiglé Buenos Aires, Argentina Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281948416010 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto http://www.redalyc.org/revista.oa?id=2819 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=2819 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281948416010 http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=281948416010 http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=2819&numero=48416 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281948416010 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=2819 http://www.redalyc.org 309 REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXV 3 NOVIEMBRE 2016 * Lizzette Gómez-de-Regil, Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (HRAEPY), México E-Mail:gomezderegil@gmail.com REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XXV © 2016 Fundación AIGLÉ. p.p. 309–316 Revista Argentina de Clínica Psicológica 2016, Vol. XXV, N°3, 309-316 atribución etiológica y curso de la enfermedad en pacientes mexicanos con psicosis Etiological Attribution and Illness Course in Mexican Patients with Psychosis Lizzette Gómez-de-Regil* Resumen El estudio tuvo como objetivos: 1) identificar la atribución etiológica de la enfermedad en pa- cientes con psicosis y, 2) analizar diferencias en la atribución de acuerdo al curso de la enfermedad (recaídas, síntomas residuales, diagnóstico). Con la escala de Angermeyer y Klusmann se midió la atribución etiológica y el curso de la enfermedad se estableció en base a los expedientes clínicos y entrevistas SCID-I. Los factores Sociales fueron las causas más señaladas y puntuaron significati- vamente más alto que Biología y Familia; los factores Esotéricos puntuaron significativamente más bajo que las otras categorías. Individuos sin recaídas puntuaron más alto en atribución a factores Esotéricos; individuos con síntomas residuales mostraron mayor atribución a factores de Persona- lidad. Se discute la relevancia de estos resultados en relación con la provisión de servicios y sus resultados. Palabras clave: Psicosis, esquizofrenia, atribución de la enfermedad, percepción de la enfer- medad, Mexicanos. Abstract This study aimed to: 1) identify the etiological attribution of illness in patients with psychosis and 2) analyze differences in attribution according to illness course (relapses, residual symptoms, diagnosis). Etiological attribution was measured with the scale developed by Angermeyer and Klusmann, and illness course was established from clinical records and SCID-I interviews. Society factors were mostly addressed as a cause of psychosis and significantly higher than Biology and Family factors; Esoteric factors scored significantly lower than all other categories. Individuals who had not relapsed scored higher in their attribution of illness to Esoteric causes; individuals expe- riencing residual symptoms showed higher attribution of illness to Personality factors. Relevance of these results in regard to provision of services and outcome is discussed. Key words: Psychosis, schizophrenia, illness attribution, illness perception, Mexican. Recibido: 26-08-13 | Aceptado: 28-01-14 Al enfrentarse con las exigencias de un trastor- no y/o su tratamiento, los pacientes incorporan sus pensamientos y emociones a un cuadro de refe- rencia que les facilite adaptarse y responder de la manera más óptima. Lo que una persona considera “normal” o no, respecto a la salud puede influenciar la búsqueda de ayuda (Gulliver, Griffiths y Chris- tensen, 2010; Vanheusden, van der Ender, Mulder, van Lenthe, Verhulst, et al., 2009), la adherencia al tratamiento (Petrie, Jago, y Devcich, 2007; Shah, Hull, y Riley, 2009; Williams y Steer, 2011) y la recu- peración (Botha-Scheepers, Riyazi, Kroon, Scharloo, Houwing-Duistermaat et al., 2006; Scharloo, Kap- tein, Weinman, Bergman, Vermeer et al., 2000). Un elemento clave en la percepción que un in- dividuo tiene respecto a una enfermedad es su Agradecimientos: Gracias al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), Mexico, por la beca de posgrado número 187498, al Hospital Psiquiátrico Yucatán (México) por su apoyo y a todos aquellos que generosamente aceptaron ser participantes del estudio. Conflicto de intereses. Sin conflicto de intereses. lizzette góMez-de-regil 310 REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXV 3 NOVIEMBRE 2016 creencia sobre qué ha causado tal condición. Dada la naturaleza más bien subjetiva e interna de sus síntomas, particularmente cuando estos son leves e insidiosos, es probable que los trastornos mentales pasen inadvertidos y en consecuencia no sean tra- tados por un tiempo significativo (Burns, Jhazbhay y Emsley, 2011; Gulliver et al., 2010; Kessler, Ber- glund, Bruce, Koch, Laska et al., 2001). Más aún, el estigma asociado a los trastornos mentales pudiera dificultar que el paciente reconozca y/o acepte estar afectado y en consecuencia puede retrasar e incluso rechazar el tratamiento que necesita (Gulliver et al., 2010; Shrivastava, Johnston y Bureau, 2012; Tans- kanen, Morant, Hinton, Lloyd-Evans, Crosby, et al., 2011; Wrigley, Jackson, Judd y Komiti, 2005). Una vez diagnosticado, el individuo intentará buscar sentido a su condición, preguntándose qué fue lo que suce- dió, qué circunstancias o factores son responsables de su enfermedad. En sus atribuciones etiológicas de la enfermedad los individuos incluyen todo el co- nocimiento disponible para ellos, sea este preciso o no, y tanto aquel recibido de los expertos clínicos, como aquel aprendido de su propia cultura y comu- nidad de referencia y de los posibles contactos con otros individuos en situaciones similares. Respecto a la esquizofrenia, investigación rea- lizada en muestras comunitarias ha encontrado que los factores biológicos y psicosociales son las etiologías mencionadas con más frecuencia, y que esto parece estar asociado con un mayor deseo de distanciamiento social hacia las personas con este trastorno (Angermeyer y Matschinger, 2005; Dietrich, Beck, Bujantugs, Kenzine, Matschinger et al., 2004; Schomerus, Borsche, Matschinger y Angermeyer, 2006). Los familiares de los pacientes identifican como etiología más bien factores psico- sociales (Holzinger, Müller, Priebe y Angermeyer, 2001a; Srinivasan y Thara, 2001), biológicos (Ester- berg y Compton, 2006) e incluso esotéricos (Kuri- hara, Kato, Reverger y Tirta, 2006); tales creencias pudieran ser influenciadas por las características regionales y culturales (Goulding, Broussard, Demir y Compton, 2009). Entrevistas a pacientes con es- quizofrenia revelan que estos atribuyen su trastorno principalmente a factores sociales, y esta atribución parece ser independiente de los efectos de la edad, el sexo, el nivel educativo e incluso el origen cultu- ral (Angermeyer y Klusmann, 1988; Holzinger, Mü- ller, Priebe y Angermeyer, 2001b; Molvaer, Hantzi y Papadatos, 1992). Si bien las atribuciones etiológicas pueden afectar cómo un individuo reacciona ante su enfer- medad las percepciones son dinámicas y pueden cambiar con el tiempo (Fischer, Scharloo, Abbink, Van’t Hul, van Ranst et al., 2010; Petrie y Weinman, 2012). Hasta donde se sabe aún no se ha explora- do si las atribuciones etiológicas de la psicosis, en pacientes diagnosticados y tratados, coinciden o si el curso que ha seguido la psicosis pudiera marcar alguna diferencia. Afortunadamente, las perspec- tivas desalentadoras que veíana la psicosis como un camino inevitable e irreversible de deterioro han quedado atrás a la par que los estudios han mos- trado consistentemente que un primer episodio de psicosis puede seguir varios cursos, desde una recuperación total hasta el curs crónico (American Psychiatric Association, 2000; Barnes y Pant, 2005; Ciompi, 1980; Jablensky, Sartorius, Ernberg y Anker, 1992; Shepherd, Watt, Falloon y Smeeton, 1989). La evidencia sugiere que los primero 3 o 5 años pos- teriores al comienzo de la psicosis son un “período crítico” en el cual el riesgo de deterioro y recaídas es mayor; de ahí en adelante la enfermedad se estabi- liza (Birchwood, 2000). En breve, el curso de la psi- cosis bien puede establecerse en los primeros años, y no todos los casos serán persistentes o devasta- dores. Considerando la severidad y la persistencia de los síntomas, un primer episodio puede evolu- cionar a esquizofrenia (paranoide, desorganizada, catatónica, indiferenciada o residual) u a otro tipo de psicosis (esquizofreniforme, esquizoafectiva, de- lirante, breve, compartida, o no especificada); este diagnóstico clínico del curso puede bien establecer- se una vez transcurridos los primeros seis meses a partir del inicio de la psicosis (American Psychiatric Association, 2000). Otro criterio ampliamente utili- zado para definir el curso de la psicosis ha sido la sintomatología residual (Rosen y Garety, 2005; Váz- quez-Barquero, Cuesta, Castanedo, Lastra, Herrán et al., 1999). Los síntomas residuales son signos del trastorno que se manifiestas por (i) sólo síntomas negativos o (ii) dos o más síntomas característicos (delirios, alucinaciones, lenguaje desorganizado, conducta gravemente desorganizada o catatónica, y síntomas negativos) presentes en forma atenuada (e.g., odd beliefs, unusual perceptual experiences) (American Psychiatric Association, 2000). Un ter- cer criterio que se ha considerado para establecer el curso de la psicosis son las recaídas o recidivas (Altamura, Bassetti, Sassella, Salvadori y Mundo, 2001; Rosen y Garety, 2005). Una recidiva (episodio psicótico subsecuente) se define como “la ocurren- cia de alguna modificación mayor y relevante en el perfil psicopatológico la cual puede llevar al pacien- te a ser referido a una institución de atención psi- quiátrica, a recibir una mayor dosis de medicación antipsicótica, o a ser hospitalizado” (Altamura et al., 2001). Una recidiva puede ocurrir por un cambio (i) de un estado de recuperación total (ausencia total de síntoma psicótico) a la reemergencia de síntomas psicóticos, o (ii) de un estado de recuperación par- cial (estado estable pero persistente de síntomas psicóticos) a una clara exacerbación de síntomas psicóticos (Rosen y Garety, 2005). atribución etiológica y curso de la enfermedad en pacientes mexicanos con psicosis 311 REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXV 3 NOVIEMBRE 2016 La investigación en el área de atribución de la enfermedad en pacientes con psicosis se ha incre- mentado gradualmente; sin embargo, hacen falta estudios que analicen cómo el curso de la psicosis puede moldear las creencias del paciente sobre su etiología, especialmente en México. Por esto, el pre- sente estudio investigó las causas de la enfermedad reportadas por pacientes mexicanos con psicosis con dos objetivos: 1) identificar la categoría etioló- gica a la cual los pacientes atribuyen más frecuente- mente la psicosis y 2) analizar posibles diferencias en las causas reportadas comparando grupos de pacientes de acuerdo a tres diferentes criterios del curso de la psicosis (recidivas, síntomas residuales, diagnóstico). Comprender las creencias etiológicas de aque- llos quienes han experimentado un episodio psi- cótico puede ayudar a entender cómo responden y manejan su trastorno pero también el cómo algunas atribuciones pueden ser persistentes. Método Los participantes de este estudio fueron pa- cientes quienes habían recibido atención en salud mental en el servicio para adultos del Hospital Psi- quiátrico Yucatán. Este hospital tiene una amplia área de captación, sin embargo la muestra se limitó a habitantes de la ciudad de Mérida, México, donde se localiza el hospital. Una vez obtenidos la auto- rización formal y aprobación ética del Comité Hos- pitalario se revisaron los expedientes clínicos para seleccionar aquellos pacientes que cumplieran con los siguientes criterios: 1) haber presentado un pri- mer episodio de psicosis entre 5 y 11 años atrás (es decir, todos los pacientes habrían pasado el período crítico); 2) edad de inicio entre 16 y 45 años; y 3) un diagnóstico primario y actual, según el DSM-IV-TR (American Psychiatric Association, 2000) de esqui- zofrenia u otro trastorno psicótico. Los criterios de exclusión fueron: 1) psicosis de tipo afectivo, orgá- nico o tóxico, 2) discapacidad intelectual evidente y 3) información de contacto insuficiente. La muestra final incluyó 62 participantes quie- nes, firmando Consentimiento Informado, acepta- ron ser entrevistados sin compensación económica. Se les preguntó sobre sus creencias respecto a las posibles causas del trastorno psicótico utilizando la escala de Angermeyer y Klusmann (Angermeyer y Klusmann, 1988), un instrumento que ha sido utili- zado tanto en muestras de pacientes como de fami- liares (Esterberg y Compton, 2006) y comunitarias (Goulding et al., 2009). Esta escala, de tipo Likert, presenta una lista de 30 posibles causas de la psico- sis agrupadas en 5 categorías etiológicas: Biología, Personalidad, Familia, Sociedad, y Esoterismo. El participante califica cada factor según considere si es causa o no de la psicosis: “no”, “posiblemente”, “probablemente”, “muy probablemente”. El curso de la enfermedad se estableció en base a la información recabada de los expedientes clíni- cos y de la entrevista SCID-I (First, Spitzer, Gibbon y Williams, 1995) y se categorizó en tres criterios: 1) alguna recidiva después del primer episodio de psicosis, 2) presencia de síntomas residuales al momento de la entrevista, 3) diagnóstico clínico pri- mario actualizado al momento de la entrevista. Las notas clínicas registradas en los expedientes físicos que ayudaron a establecer el curso de la psicosis fueron escritas en su momento por el personal psi- quiátrico y/o psicológico a cargo del paciente. Las entrevistas SCID-I fueron realizadas por el autor de este estudio, psicóloga con experiencia en investi- gación y evaluación clínica. La categorización del curso de la enfermedad fue determinada por el in- vestigador y validad por miembros del personal psi- quiátrico del hospital sede. Con una ANOVA de medidas repetidas se com- pararon los puntajes promedio de cada categoría etiológica para determinar si había alguna preferen- cia significativa en la atribución que los pacientes hacían de la enfermedad. Se analizaron también las diferencias entre pacientes agrupados según cada uno de los tres criterios del curso de la enfermedad con pruebas t para muestras independientes. Resultados Al momento de la evaluación ningún participan- te se encontraba hospitalizado. El tiempo promedio del curso de la enfermedad fue de 6,8 años (DE=1,9, rango 3,8 – 11,2). La edad promedio actual fue de 35,8 años (DE=9,9) y la edad promedio de inicio fue de 29,0 años (DE=9,8). El 56,5% de la muestra eran mujeres; no se encontraron diferencias significati- vas por sexo en ninguna de las tres variables antes mencionadas. Respecto a los diagnósticos DSM-IV- TR actuales, 42 pacientes presentaron esquizofre- nia (14 paranoide, 3 desorganizada, y 25 residual) y 20 pacientes presentaron otro tipo de psicosis (8 esquizoafectiva, 7 delirante, 2 esquizofreniforme, 2 breve y 1 no especificada). La Tabla 1 presenta los estadísticos descriptivos para los puntajes totales por categoría etiológi- ca. La prueba ANOVA con medidas repetidas y con esfericidad asumida (p=0,225) reveló diferencias significativas entre los puntajes promediode cada categoría (F(4,244) = 16,75, p=0,000). Comparacio- nes post-hoc (Tabla 1) revelaron que la atribución de la enfermedad a causas Esotéricas fue significativa- mente menor que la atribución a las otras categorías etiológicas. La atribución a la Sociedad fue signifi- lizzette góMez-de-regil 312 REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXV 3 NOVIEMBRE 2016 cativamente mayor que la atribución a la Biología y a la Familia. La atribución a la Biología también fue significativamente menor en comparación con la atribución a la Personalidad. La Tabla 2 presenta la distribución de acuerdo a los tres criterios de curso de la enfermedad y las diferencias al comparar los puntajes de atribución etiológica entre grupos. Los individuos que han te- nido tan sólo un episodio de psicosis y no han teni- do recidiva alguna tuvieron puntajes más alto en su atribución de la enfermedad a causas de tipo Esoté- rico, en comparación con aquellos que han tenido alguna recidiva. Respecto a los síntomas residuales, aquellos quienes presentaban aún estos síntomas puntuaron más alto en su atribución a la Personali- dad, en comparación a aquellos que libres de sínto- mas. No se encontraron diferencias significativas al comparar grupos de acuerdo a su diagnóstico clíni- co primario. Discusión Respecto al primer objetivo del estudio, los re- sultados muestran que factores de la Sociedad fue- ron los referidos con más frecuencia como causa de la psicosis, seguidos por factores de Personalidad, Familia, Biología, y por último factores Esotéricos, lo cual concuerda con estudios previos (Angermeyer y Klusmann, 1988; Holzinger et al., 2001b). De acuer- do a estudios previos, apuntar a factores de la Socie- dad como causa principal de la psicosis parece ser independiente de la edad, el sexo o el nivel educati- vo del participante (Angermeyer y Klusmann, 1988; Molvaer et al., 1992). Es importante señalar que la preferencia a señalar a factores etiológicos de la So- ciedad encontrada en esta muestra mexicana con- cuerda con estudios previos realizado en muestras alemanas (Angermeyer y Klusmann, 1988; Holzinger et al., 2001b) y griegas (Holzinger et al., 2001b; Mol- vaer et al., 1992), lo cual sugiere que esta preferen- cia puede ser independiente del origen cultural de los participantes. Por otra parte, estos resultados aportan evidencia de que la atribución a la Sociedad es significativamente más alta que la atribución a la Biología y a la Familia, mientras que la atribución al Esoterismo es significativamente menor que la atri- bución a todas las otras categorías etiológicas. Se destaca el que aun cuando todos los pacientes ha- bían estado bajo tratamiento médico, el cual se basa primordialmente en premisas de tipo biológico, esta categoría fue la cuarta en preferencia (y significati- vamente menor en comparación a la Personalidad y la Familia), tan sólo por encima del Esoterismo. La atribución de un trastorno mental a causas bio- lógicas pudiera ser el argumento favorecido por los clínicos, sin embargo este enfoque ha sido critica- do. Por una parte, puede generar la creencia de que se conoce su etiología y que el pronóstico depende exclusivamente del manejo médico; por otra parte, la personas pudieran interpretar el trastorno como Tabla 1. Descriptivos y Comparaciones de Atribución de la Enfermedad por Categoría Etiológica (n=62 ) *p ≤ 0,05; **p ≤ 0,01; ***p ≤ 0,001 PUNTAJE TOTAL MEDIA (DE) MEDIANA RANGO COMPARACIÓN Biología 10,39 (3,47) 10,00 6 – 22 < Personalidad* < Familia < Sociedad*** > Esoterismo* Personalidad 11,90 (3,70) 12,00 6 - 20 > Biología* > Familia < Sociedad > Esoterismo*** Familia 11,05 (4,52) 10,00 6 - 23 > Biología < Personalidad < Sociedad* > Esoterismo** Sociedad 12,74 (4,05) 13,00 6 - 23 > Biología*** > Personalidad > Familia* > Esoterismo*** Esoterismo 8,77 (3,11) 8,00 6 -18 < Biología* < Personalidad*** < Familia** < Sociedad*** atribución etiológica y curso de la enfermedad en pacientes mexicanos con psicosis 313 REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXV 3 NOVIEMBRE 2016 una enfermedad cerebral sin respuesta o esperan- za de recuperación (Shrivastava et al., 2012), lo cual puede deteriorar el sentido de autoeficacia del pa- ciente, de autonomía y capacidad de control sobre su enfermedad. Ciertamente, al día de hoy la eviden- cia sugiere que tanto factores genéticos como am- bientales son importantes, pero aún se desconoce exactamente cuáles son y cómo causan la esquizo- frenia (Tandon, Keshavan y Nasrallah, 2008). No se trata de cuestionar si las creencias etiológicas de los pacientes son acertadas o no, sino más bien de ser conscientes de aquellos patrones de ideas que pueden influir en la búsqueda de ayuda, adherencia al tratamiento y el resultado. Se ha observado una menor probabilidad de buscar ayuda profesional en salud mental cuando los problemas mentales se atribuyen a causas externas (e.g. conflictos de tra- bajo, influencias sobrenaturales) más que a causas internas (e.g. baja autoestima, ansiedad) (Vanheus- den et al., 2009). Así también, la atribución de la esquizofrenia a factores de tipo biológico más que a factores de personalidad se ha asociado a una ac- titud más positiva en la búsqueda de ayuda profe- sional en la población general (Wrigley et al., 2005). Más aún, las creencias etiológicas también influyen el tipo de tratamiento que los pacientes buscan; por ejemplo, para trastornos que se cree son de origen biológico, la medicación se considera más adecuada que la psicoterapia (Petrie, Broadbent y Kydd, 2008) y la atribución a causas espirituales se ha relacio- nado tanto a un mayor tiempo de psicosis no tra- tada y a preferir atención por parte de curanderos tradicionales más que de psiquiatras (Burns et al., 2011). Estos resultados aportan evidencia de que la atribución de la psicosis es más bien a factores de la Sociedad y que, la Biología, aunque reconocida, se considera de menor influencia que incluso la Perso- nalidad y la Familia. Por otra parte, la atribución de la psicosis al Esoterismo fue mínima y significativa- mente menor en comparación a las otras categoría; algunas explicaciones a considerar serían: 1) todos los participantes habían sido atendidos en servicios de salud mental en los cuales se ofrece orientación y tratamiento, 2) indiferencia al Esoterismo común en la comunidad de origen de la persona, y 3) es menos probable que los individuos con psicosis que atribuyen su condición a causas esotéricas busquen tratamiento profesional. El presente estudio también tuvo como objetivo analizar las posibles diferencias entre las causas de las psicosis identificadas por los pacientes de acuerdo al curso de su enfermedad. Pocas pero sig- nificativas diferencias se encontraron. Primero, los individuos que habían tenido tan sólo un episodio y no habían presentado recidiva alguna puntuaron más alto en la atribución Esotérica. Todos los parti- cipantes han tenido al menos un episodio de psico- sis y han recibido tratamiento pero aparentemente el hecho de no haber tenido episodio subsecuente (recidiva) refuerza la creencia de que el episodio se debió a factores sobrenaturales. Los individuos que presentan aún síntomas residuales reportaron mayor atribución de la enfermedad a la Personali- dad. Estos resultados sugieren una posible asocia- ción entre los síntomas residuales y la atribución a la Personalidad; sin embargo, dado el diseño del estudio no se puede asumir relación causal en nin- guna dirección. Dado que los síntomas residuales se caracterizan más bien por ser persistentes y de intensidad moderada los pacientes pudieran inter- pretar que estos síntomas y por ende, el trastorno, son causados por sus propios rasgos estables de personalidad. De manera alternativa, una persona- lidad con más disposición a señalar factores inter- nos como cause pudiera también influir en la mani- festación de los síntomas y su resolución (Mizrahi, Addington,Remington y Kapur, 2008). De una u otra forma, los pacientes con síntomas persistentes y que se los atribuyen a sí mismos pueden verse en Tabla 2. Diferencias en la Atribución de la Enfermedad por Curso de la Enfermedad (n=62) *p ≤ 0,05; **p ≤ 0,01 RECIDIVAS SÍNTOMAS RESIDUALES DIAGNÓSTICO Categoría Etiológica Media (DE) Con recidiva(s) n=37 Episodio único n=25 t (60) Cohen d Presentes n=31 Ausentes n=31 t (60) Cohen d Esquizo- frenia n=42 Otras psicosis n=20 t (60) Cohen d Biología 1,8 (0.6) 1,7 (0,6) 0,645 0,17 1,8 (0,7) 1,7 (0,5) 0,510 0,13 1,8 (0,5) 1,6 (0,6) 0,999 0,26 Personalidad 2,0 (0,7) 2,0 (0.6) -0,238 0,06 2,2 (0,7) 1,8 (0,5) 2,667** 0,68 2,0 (0,6) 2,1 (0,7) -0,580 0,15 Familia 1,8 (0,8) 1,8 (0.7) 0,069 0,02 2,0 (0.8) 1,7 (0,6) 1,387 0,35 1,8 (0,8) 1,9 (0,8) -0,21 0,03 Sociedad 2,1 (0,7) 2,1 (0.6) 0,162 0,04 2,1 (0,7) 2,2 (0,6) -0,499 0,13 2,1 (0,7) 2,1 (0,7) 0,056 0,02 Esoterismo 1,4 (0,4) 1,6 (0,6) -1,911* 0,52 1,5 (0,5) 1,5 (0,5) 0,162 0,04 1,5 (0,6) 1, (0,3) 1,822 0,53 lizzette góMez-de-regil 314 REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXV 3 NOVIEMBRE 2016 riesgo de desesperación, particularmente si creen que los síntomas están fuera de control aún bajo tratamiento (Scotti, 2009). Todos los participantes han presentado al menos un episodio de psicosis y han recibido tratamiento, y en conjunto señalan factores de la Sociedad como principales causas de la enfermedad. Ser conscien- tes de este patrón de creencias favorece el diseño de campañas de concientización en salud mental, promoviéndose la búsqueda expedita de ayuda profesional y al mismo tiempo aumentando el cono- cimiento que las comunidades tienen sobre las en- fermedades mentales y la aceptación de los pacien- tes. Tomando en cuenta el curso de la enfermedad se encontraron algunas diferencias significativas: atribución a factores Esotéricos por pacientes con episodio único y atribución a la Personalidad por pa- cientes con síntomas residuales. Las intervenciones se han de enfocar a controlar los síntomas pero tam- bién a reducir expectativas de un impacto negativo de la psicosis y ayudar a los pacientes a construir un sentido más coherente de sus dificultades a tra- vés de la exploración del significado personal de la psicosis/enfermedad (Stainsby, Sapochnik, Bledin y Mason, 2010). Estos resultados ofrecen a los clínicos un panorama de estas creencias que bien pudieran tomarse en consideración para el desarrollo e imple- mentación de grupos de apoyo e intervenciones, no tan sólo a cargo de profesionales de este país sino también de aquellos trabajando con poblaciones culturalmente similares que viven en otros países (Andrés-Hyman, Ortiz, Añez, Paris y Davidson, 2006; Añez, Paris Jr., Bedregal, Davidson y Grilo, 2005). En la práctica clínica, hablar con los pacientes sobre sus creencias respecto a su enfermedad no tan sólo les daría un sentido de reconocimiento sino también mostraría a los clínicos algunas posibles creencias que pudieran interferir con el tratamiento. Tomar en consideración las creencias de los pacientes bien puede favorecer el involucramiento de los pacien- tes, promover la adherencia, la autoeficacia y en consecuencia un resultado integral. REFERENCIAS Altamura, A. C., Bassetti, R., Sassella, F., Salvadori, D., & Mundo, E. (2001). Duration of untreated psychosis as a predictor of outcome in first-episode schizophrenia: A retrospective study. Schizophrenia Research, 52(1), 29-36. American Psychiatric Association. (2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4th ed., text revision). Washington, DC: Author. Andrés-Hyman, R. C., Ortiz, J., Añez, L. M., Paris, M., & Davidson, L. (2006). Culture and clinical practice: Recommendations for working with Puerto Ricans and other Latinas(os) in the United States. Professional Psychology: Research and Practice, 37(6), 694-701. Angermeyer, M. C., & Matschinger, H. (2005). Causal beliefs and attitudes to people with schizophrenia. Trend analysis based on data from two population surveys in Germany. British Journal of Psychiatry, 186, 331-334. Angermeyer, M. C., & Klusmann, D. (1988). The causes of functional psychoses as seen by patients and their relatives: I. The patients’ point of view. European Archives of Psychiatry & Neurological Sciences, 238(1), 47-54. Añez, L. M., Paris, M., Bedregal, L. E., Davidson, L., & Grilo, C. M. (2005). Application of cultural constructs in the care of first generation Latino clients in a community mental health setting. Journal of Psychiatric Practice, 11(4), 221-230. Barnes, T. R. E., & Pant, A. (2005). Long-term course and outcome of schizophrenia. Psychiatry, 4(10), 29-32. Birchwood, M. (2000). The critical period for early intervention. In M. Birchwood, D. Fowler & C. Jackson (Eds.), Early intervention in psychosis: A guide to concepts, evidence and interventions (pp. 28-63). Chichester, UK: John Wiley & Sons Ltd. Botha-Scheepers, S., Riyazi, N., Kroon, H. M., Scharloo, M., Houwing-Duistermaat, J. J., Slagboom, E., et al. (2006). Activity limitations in the lower extremities in patients with osteoarthritis: The modifying effects of illness perceptions and mental health. Osteoarthritis Cartilage, 14(11), 1104-1110. Burns, J. K., Jhazbhay, K., & Emsley, R. A. (2011). Causal attributions, pathway to care and clinical features of first-episode psychosis: A South African perspective. International Journal of Social Psychiatry, 57(5), 538- 545. Ciompi, L. (1980). The natural history of schizophrenia in the long term. British Journal of Psychiatry, 136, 413- 420. Dietrich, S., Beck, M., Bujantugs, B., Kenzine, D., Matschinger, H., & Angermeyer, M. C. (2004). The relationship between public causal beliefs and social distance toward mentally ill people. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 38(5), 348-354. Esterberg, M. L., & Compton, M. T. (2006). Causes of schizophrenia reported by family members of urban African American hospitalized patients with schizophrenia. Comprehensive Psychiatry, 47(3), 221- 226. atribución etiológica y curso de la enfermedad en pacientes mexicanos con psicosis 315 REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXV 3 NOVIEMBRE 2016 First, M. B., Spitzer, R. L., Gibbon, M., & Williams, J. B. W. (1995). Structured clinical interview for the DSM- IV axis I disorders (SCID). New York: New York State Psychiatric Institute, Biometrics Research. Fischer, M., Scharloo, M., Abbink, J., Van’t Hul, A., van Ranst, D., Rudolphus, A., et al. (2010). The dynamics of illness perceptions: Testing assumptions of leventhal’s common-sense model in a pulmonary rehabilitation setting. British Journal of Health Psychology, 15(4), 887-903. Goulding, S. M., Broussard, B., Demir, B., & Compton, M. T. (2009). An exploration of the factor structure and development of potentially useful subscales of etiological beliefs about schizophrenia in a general population sample. Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, 44, 925-933. Gulliver, A., Griffiths, K. M., & Christensen, H. (2010). Perceived barriers and facilitators to mental health help-seeking in young people: A systematic review. BMC Psychiatry, 10. Holzinger, A., Müller, P., Priebe, S., & Angermeyer, M. C. (2001a). Etiology of schizophrenia from the viewpoint of family. Psychiatrische Praxis, 28(3), 139-143. Holzinger, A., Müller, P., Priebe, S., & Angermeyer, M. C. (2001b). Etiology of schizophrenia from the viewpoint of the patient. Psychiatrische Praxis, 28(4), 174-179. Jablensky, A., Sartorius, N., Ernberg, G., & Anker, M. (1992). Schizophrenia: Manifestations, incidence and course in different cultures: A World Health Organization Ten- country study. Psychological Medicine, 20, 1-97. Kessler, R. C., Berglund, P. A., Bruce, M. L., Koch, J. R., Laska, E. M., Leaf, P. J., et al. (2001). The prevalence and correlates of untreated serious mental illness. Health ServicesResearch, 36(6 Pt 1), 987-1007. Kurihara, T., Kato, M., Reverger, R., & Tirta, I. G. R. (2006). Beliefs about causes of schizophrenia among family members: A community-bases survey in Bali. Psychiatric Services, 57(12), 1795-1799. Mizrahi, R., Addington, J., Remington, G., & Kapur, S. (2008). Attribution style as a factor in psychosis and symptom resolution. Schizophrenia Research, 104(1- 3), 220-227. Molvaer, J., Hantzi, A., & Papadatos, Y. (1992). Psychotic patients’ attributions for mental illness. British Journal of Clinical Psychology, 31(2), 210-212. Petrie, K. J., Broadbent, E., & Kydd, R. (2008). Illness perceptions in mental health: Issues and potential applications. Journal of Mental Health, 17(6), 559-564. Petrie, K. J., Jago, L. A., & Devcich, D. A. (2007). The role of illness perceptions in patients with medical conditions. Current Opinion in Psychiatry, 20(2), 163-167. Petrie, K. J., & Weinman, J. (2012). Patients’ perceptions of their illness: The dynamo of volition in health care. Current Directions in Psychological Science, 21(1), 60- 65. Rosen, K., & Garety, P. (2005). Predicting recovery from schizophrenia: A retrospective comparison of characteristics at onset of people with single and multiple episodes. Schizophrenia Bulletin, 31(3), 735- 750. Scharloo, M., Kaptein, A. A., Weinman, J., Bergman, W., Vermeer, B. J., & Rooijmans, H. G. (2000). Patients’ illness perceptions and coping as predictors of functional status in psoriasis: A 1-year follow-up. British Journal of Dermatology, 142(5), 899-907. Schomerus, G., Borsche, J., Matschinger, H., & Angermeyer, M. C. (2006). Public knowledge about causes and treatment for schizophrenia: A representative population study. Journal of Nervous and Mental Disease, 194, 622-624. Scotti, P. (2009). Recovery as discovery. Schizophrenia Bulletin, 35(5), 844-846. Shah, P., Hull, T., & Riley, G. A. (2009). Associations between the illness perception questionnaire for schizophrenia and engagement in treatment in a secure setting. Clinical Psychologist, 13(2), 69-74. Shepherd, M., Watt, D., Falloon, I., & Smeeton, N. (1989). The natural history of schizophrenia: A five-year follow- up study of outcome and prediction in a representative sample of schizophrenics. Psychological Medicine, 15, 1-46. Shrivastava, A., Johnston, M., & Bureau, Y. (2012). Stigma of mental illness-2: Non-compliance and intervention. Mens Sana Monographs, 10(1), 85-97. Srinivasan, T. N., & Thara, R. (2001). Beliefs about causation of schizophrenia: Do Indian families believe in supernatural causes? Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, 36, 134-140. Stainsby, M., Sapochnik, M., Bledin, K., & Mason, O. J. (2010). Are attitudes and beliefs about symptoms more important than symptom severity in recovery from psychosis? Psychosis: Psychological, Social and Integrative Approaches, 2(1), 41-49. Tandon, R., Keshavan, M. S., & Nasrallah, H. A. (2008). Schizophrenia, ‘Just the facts’ what we know in 2008. 2. Epidemiology and etiology. Schizophrenia Research, 102(1-3), 1-18. Tanskanen, S., Morant, N., Hinton, M., Lloyd-Evans, B., Crosby, M., Killaspy, H., et al. (2011). Service user and carer experiences of seeking help for a first episode of psychosis: A UK qualitative study. BMC Psychiatry, 11. lizzette góMez-de-regil 316 REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXV 3 NOVIEMBRE 2016 Vanheusden, K., van, d. E., Mulder, C. L., van Lenthe, F. J., Verhulst, F. C., & Mackenbach, J. P. (2009). Beliefs about mental health problems and help-seeking behavior in Dutch young adults. Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, 44(3), 239-246. Vázquez-Barquero, J. L., Cuesta, M. J., Castanedo, S. H., Lastra, I., Herrán, A., & Dunn, G. (1999). Cantabria first- episode schizophrenia study: Three-year follow-up. British Journal of Psychiatry, 174, 141-149. Williams, K., & Steer, H. (2011). Illness perceptions: Are beliefs about mental health problems associated with self-perceptions of engagement in people with psychosis? Behavioural and Cognitive Psychotherapy, 39(2), 151-163. Wrigley, S., Jackson, H., Judd, F., & Komiti, A. (2005). Role of stigma and attitudes toward help-seeking from a general practitioner for mental health problems in a rural town. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 39(6), 514-521.
Compartir