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PRÓLOGO La apicultura tecnificada en México se remonta al año 1920, iniciando la modernidad para 1950, con el manejo de cajas con cuadros móviles y las primeras exportaciones de miel. Sin embargo, podemos señalar la gran tradición en el manejo de abejas nativas americanas que existía en México, principalmente de los géneros Trigona y Melipona, de esté ultimo la región de la Península de Yucatán, el cual tuvo un gran desarrollo en el cuidado de la especie M. beecheii, por los antiguos Mayas, quienes consideraban a las abejas deidades, por haber sido dejadas para su cuidado por sus dioses. Actualmente, la zona de mayor producción de miel en México, se ubica en la península de Yucatán (Campeche, Yucatán y Quintana Roo) a pesar de los diversos factores que han afectado el desarrollo, como lo fue el proceso de africanización, que demandó a los apicultores una mayor atención a sus colmenas. Aunado a esto, otro factor de riesgo que disminuye la producción apícola es el ácaro Varroa destructor, del cual los productores desconocían la biología y los tratamientos para su control, trajo consigo la pérdida de muchas colonias de abejas. En abril del 2015, se detectó por primera vez, en territorio campechano, el pequeño escarabajo de la colmena, el cual ha creado inquietud entre los apicultores del estado, por desconocer como lo deben de manejar para evitar el daño a sus colmenas, debido a las noticias de la afectación que esté ha causado en los Estados Unidos. Cabe resaltar que esto no ha ocurrido, ya que las abejas que se manejan en la región, hasta ahora presentan una conducta de limpieza y remoción de los desperdicios del interior de la colmena, lo que probablemente evita la reproducción del escarabajo dentro de la misma. Además, la práctica de la apicultura en el estado de Campeche se ha caracterizado por ser sedentaria en casi todo el territorio y que los conocimientos sobre manejo y cuidado de las abejas se trasmitan de generación en generación (el apicultor más antiguo enseña a los jóvenes). Por lo antes mencionado, el presente libro constituye el primer esfuerzo de investigadores de diversas disciplinas e instituciones educativas en el estado de Campeche, para elaborar un documento formal, que proporcione las bases para un buen manejo de las colonias de abejas en la región de la península de Yucatán, para lo cual, se realizó una extensa revisión bibliográfica enriquecida por experiencias propias adquiridas en el campo durante más de 18 años de trabajos con los apicultores de la Península de Yucatán, y a nivel nacional con la Organización Nacional de Apicultores (ONA). Cabe mencionar que este libro servirá como documento soporte para los alumnos que cursen la unidad de aprendizaje (Apicultura), desde el nivel bachillerato hasta la licenciatura, en el estado o la Península de Yucatán. Lic. Gerardo Montero Pérez Lic. Gerardo Montero Pérez Rector, Universidad Autónoma de Campeche Mtro. Fernando Medina Blum Secretario General, Universidad Autónoma de Campeche Ing. Mario Pérez Cervera Director General de Planeación y Calidad, Universidad Autónoma de Campeche Lic. Manuel Sarmiento Morales Coordinador General de Asesores, Universidad Autónoma de Campeche Dr. Benjamín Otto Ortega Morales Director General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma de Campeche Como citar: Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (2017), Apicultura: Manejo, Nutrición, Sanidad y Flora Apícola, Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 112 p. Arbitraje: Realizado por tres revisores anónimos, dos especialistas en apicultura y uno especialista del área de la Salud y perteneciente al Sistema Nacional de investigadores, nivel II. © 2017 Universidad Autónoma de Campeche. Av. Agustín Melgar s/n entre calle 20 y Juan de la Barrera. Col. Buenavista. San Francisco de Campeche, 24039, Campeche, México http://www.uacam.mx/ Primera edición 2017 ISBN 978-607-8444-32-8 D.R. Todos los derechos reservados conforme a la ley. AUTORES Clarissa Canul -Heredia Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Donají Zúñiga -Díaz Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Eliana Noguera -Savelli Catedrática CONACYT, Colegio de Postgraduados Campus Campeche. Carretera Haltunchén-Edzná Km. 17.5, Sichochac, Champotón, Campeche. C.P. 24450. Gustavo D. García -Juárez Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Jesús F. Martínez -Puc Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Julissa Rosado Carrasco Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Luis R. Martínez -Pérez de Ayala Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma de Campeche. Manuel J. Cuevas Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Maria I. Nah-Naal Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Marisela Leal -Hernández CENID Microbiología Animal INIFAP, Cuajimalpa, Ciudad de México. Milc a E. Coh-Martínez Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Noel A. González -Valdivia Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Wilbert S. Poot -Pool Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. William Cetzal -Ix Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. CONTENIDO Antecedentes e historia de la apicultura …………………………... L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc 8 Biología de la abeja ……………………………………………………. J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala 17 Productos de la colmena ……………………………………………... L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix, N.A. González-Valdivia 30 Manejo de la colmena …………………………………………………. J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala, W. Cetzal-Ix 45 Nutrición de la colmena ………………………………………………. L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix 60 Sanidad de la colmena ………………………………………………… J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala, W. Cetzal-Ix, M. Leal-Hernández 67 Multiusos de plantas melíferas: una alternativa económica para los productores de Campeche, México ……………………… M.E. Coh-Martínez, W. Cetzal-Ix, D. Zúñiga-Díaz, W.S. Poot-Pool, E. Noguera-Savelli, J.F. Martínez-Puc, M.J. cuevas 90 Importancia del rescate y la conservación de la meliponicultura en la P enínsula de Yucatán, México .……...…… C. Canul-Heredia, M.I. Nah-Naal, J. Rosado-Carrasco, J.F. Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix, G.D. García-Juárez 104 Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017 Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo, Nutrición, Sanidad y Flora Apícola. Antecedentes e historia de la apicultura Luis R. Martínez -Pérez de Ayala, Jesús F. Martínez -Puc Existencia de las abejas en la tierra El hallazgo más antiguo de los orígenes de las abejas en la tierra, pertenece a una abeja obrera encontrada atrapada en ámbar de la eraMesozoica en New Jersey, hace 65 millones de años, clasificada taxonómicamente como Trigona prisca (Michener y Grimaldi 1988). Estudios posteriores efectuados por Engel en el 2000, la reclasifica en un nuevo género y misma especie Cretotrigona prisca, por presentar pelos cortos y puntiagudos en el rastrerum, así como, pelos simples en la tibia media y sin pelos simples en la corbícula. “… La abeja melífera apareció en Europa por primera vez, en el eoceno hace 53 millones de años (Ma), en presencia de su precursora Electrapis sp. …”. Posteriormente, en el mioceno con Sinapis 26 Ma (sic) y, finalmente tras la presión de cambios climáticos del pleistoceno-plioceno, dio lugar a la abeja Apis mellifera (siete Ma), que es la mayor conocida actualmente (Engel 2010, Michener y Grimaldi 1988). Una de las evidencias más antiguas de la apicultura se encuentra en un jeroglífico grabado sobre la tumba de Abysos, en Egipto en el año 5,510 a. C., donde se ilustra una abeja. Otro ejemplo de la importancia de las abejas en la antigüedad se encuentra en el templo de Sun en Abusir, construido alrededor de 2,600 años a. C., donde existen bajorrelieves que ilustran la extracción de miel por medio del prensado. Por otro lado, se han observado inscripciones Hititas del año 1,300 a. C. que describen un sistema de apicultura organizado con un código de leyes y multas para los ladrones de colmenas, lo cual sugiere una apicultura antigua (Philippe 2008). L.R. Martínez Pérez de Ayala () Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma de Campeche. Email: lrmartin@uacam.mx J.F. Martínez-Puc Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 8 Colmenas en la antigüedad Investigaciones arqueológicas han demostrado que en el año 2,400 a. C. en la Isla de Creta, Italia, la abeja Apis mellifera ya estaba domesticada, utilizando para ello colmenas de tierra cocida para alojarla. En el norte de Europa, para el año 100 a. C., se utilizaban colmenas de paja en forma de cestos o varas trenzadas, las cuales se cubrían de barro (Figura 1). Al inicio de la era cristiana, en la región mediterránea, las colmenas eran construidas de la corteza del tronco del alcornoque (Corcho). Para el año 27 a. C., Varrin describe una colmena hecha de bambú la cual era extensible y de estructuras móviles. Los modelos antes descritos fueron los precursores de la colmena de madera de cuadros móviles creada por Langstroth en 1851 (Philippe 2008). Apicultura en México El cuidado y el aprovechamiento de productos de las abejas en México, se remonta a épocas prehispánicas, donde las diferentes culturas existentes: la Maya, la Tarasca, Lacandona, Olmeca y Populuca cultivaban a las abejas nativas sin aguijón (Meliponinos), con fines alimenticios, medicinales y religiosos (Echazarreta et al. 2002). Su mayor desarrollo lo alcanzó durante el siglo IV D. C. cuando la cultura Maya logró cultivar las diversas especies de los géneros Trigona y Melipona, teniendo una importancia particular la especie M. beecheii. Estas dos especies eran mantenidas en troncos huecos y móviles llamados jobones (Figura 1), dispuestos uno sobre otro en forma triangular y protegidos con un techo de hoja de palma (Figura 2) (Coronado 1996). Las abejas del género Apis fueron introducidas a la Nueva España entre 1760 y 1770, provenientes de Florida, Estados Unidos, pasando por la isla de Cuba, entrando por la parte central del altiplano (Coronado 1996). A la región de la Península de Yucatán, México se introdujo a fines del siglo XIX (Villanueva-Gutiérrez 1994) y principios del siglo XX, denominándosele abeja americana por proceder de los Estados Unidos, a pesar de su origen Europeo (Calkins 1975). La diferencia entre las fechas de introducción a México con respecto a la Península de Yucatán, se debió principalmente al gran desarrollo y arraigo que presentaba la meliponicultura en la región y aunado a la resistencia de los indígenas en aceptar una abeja que aguijoneara (Villanueva-Gutiérrez y Colli-Ucan 1996). La apicultura tecnificada se inició en 1920, basándose principalmente en el uso de cubos de madera, marcos móviles, cera estampada, técnicas de manejo estacional, industrialización de los productos de la colmena, así como, la introducción de otras subespecies de abejas más productivas, lo cual volvió más rentable está actividad (Coronado 1996). Por otro parte, la 9 apicultura moderna se desarrolló a partir de las primeras exportaciones de miel alrededor de 1950, para estas fechas se establecieron dos regiones productivas en México, una en el altiplano donde se instaló la empresa Miel Carlota y la otra en la Península de Yucatán con la empresa Miel Yucatán, S.A., aunado a otras empresas familiares (Echazarreta et al. 2002) (Figura 3). Figura 1. Colmenas tradicionales y Jobón. A-B. Colmenas tradicionales. C. Jobón de la abeja Melipona beecheii. Foto: A-B. W. Cetzal-Ix. C. F. Martínez-Puc. 10 Figura 2 . Meliponario protegido con techo de hoja de la palma de huano. Foto: G. Catzin Ventura. Figura 3 . Apiario tradicional en la Península de Yucatán, México. Foto: C. Canul Hernández. 11 Los apicultores en México pertenecen a diversas asociaciones de apicultura. Sin embargo, una de las más conocidas en el país es la Organización Nacional de Apicultores (ONA). No obstante, los productores especializados se han integrado en agrupaciones como La Unión Nacional de Polinizadores y Productores Migratorios A.C., La Asociación Nacional de Exportadores de Miel de Abeja (ANEMA) y La Unión Nacional de Envasadores de Miel de Abeja Mexicana A.C., El Consejo Regulador de la Miel de Abeja y La Asociación Nacional de Médicos Veterinarios Especialistas en Abejas (Cajero Avelar 1999). Geografía de la apicultura mexicana México posee una gran diversidad de climas y tipos de vegetación, lo que influye en la composición de flora que posee recursos nectapoliníferos. En este sentido, el país se divide en cinco regiones apícolas con diferente grado de desarrollo y variedad de tipos de mieles en cuanto a sus características fisicoquímicas (humedad, contenido de azúcar) y organolépticas (color, aroma y sabor). Estas cinco regiones se localizan en el Norte, Centro y Altiplano, Pacífico, Golfo y la Península de Yucatán (Figura 4). Norte Esta región se caracteriza por presentar una vegetación xerófila y con amplias zonas de pastizales, bosques espinosos y de coníferas. Asimismo, incluye zonas agrícolas de riego destinadas a productos de exportación, lo que ha facilitado el desarrollo de la polinización con abejas. La producción de miel de esta región se considera de excelente calidad y se produce de marzo a mayo y de agosto a octubre (Echazarreta et al. 2002). Centro y A ltiplano Esta región posee vegetación variada, aunque, predomina el matorral xerófilo, bosque espinoso, pastizal y bosque de coníferas. Además, incluye zonas con bosque subtropical y zonas agrícolas. La producción de miel de esta región es considerada de excelente calidad y clasificada de color ámbar clara, su producción se realiza de abril a mayo y de septiembre a noviembre. La producción de miel es demandada en muchos países por la suavidad de su sabor (Echazarreta et al. 2002). 12 Pacífico Esta se región se caracteriza principalmente por poseer bosque tropical caducifolio y subcaducifolio, además de zonas con bosques espinosos y de coníferas. El periodo de floración y de producción de miel más importante para esta región se lleva a cabo de octubre a diciembre (Echazarreta et al. 2002). Golfo Esta región ser caracteriza por poseer bosque tropical perennifolio y bosque tropical caducifolio. Además, incluye extensas zonas de cultivos de cítricos, lo que permite la producción de miel de azahar, la cual es considerada de excelentecalidad (Echazarreta et al. 2002). Península de Yucatán Esta región se caracteriza por la dominancia de selvas tropicales caducifolios, subcaducifolios y perennifolias, con periodos de floración que van de noviembre a julio. En la península de Yucatán se concentra el mayor número de apiarios en el país, motivo por el cual su participación en la producción del total nacional equivale al 30 o 35%. La miel de esta región se destina principalmente a exportación (Echazarreta et al. 2002). Figura 4 . Regiones apícolas en México. Modificado de Echazarreta et al. (2002). 13 Relevancia socioeconómica de la apicultura en México En México la apicultura es realizada por aproximadamente entre 41,000 (2008) y 45,000 (2017) productores, los cuales tienen alrededor de 2,000,000 colmenas distribuidas en pequeños apiarios de entre 20 y 30 colonias cada uno, mismos que se encuentran dispersos en todos los estados del país (SIAP 2017). El apicultor en el país se clasifica en dos grandes grupos: el primero conformado por el 95% de los productores que son campesinos de bajos recursos, en su mayoría indígenas y quienes representan el 80% del inventario apícola del país. La tecnología utilizada por este grupo de apicultores es limitada, por lo tanto, les representa una actividad secundaria que se realiza con otras actividades del campo, como la agricultura de autoconsumo. Lo anterior impide que una considerable cantidad de divisas que ingresan al país por la venta de la miel sean destinados a la economía familiar de estos grupos de productores rurales. El segundo grupo lo conforman apicultores medianos y empresarios completamente integrados a la producción de miel, quienes cuentan con tecnología moderna, lo que representa su principal actividad económica a través de la apicultura y la comercialización de los productos de la colmena, (Echazarreta et al. 2002). Tecnificación de la producción De acuerdo a Echazarreta et al. (2002), los diferentes esquemas bajo los cuales los apicultores llevan a cabo sus actividades se pueden englobar en tres niveles de tecnificación. Tecnificado Los apicultores de este grupo incorporan a la actividad apícola equipos modernos o innovaciones para incrementar la producción de miel acorde a condiciones medioambientales de su región. Por ejemplo, productores que realizan la apicultura diversificada practican el movimiento de los apiarios en diversos tipos de vegetación para obtener mejor calidad de néctar a través de la abundante floración, lo que le permite tener mayores rendimientos de miel al año. Las explotaciones de este tipo se realizan en todas las entidades, pero usualmente se llevan a cabo en el centro y norte del país, donde los productores obtienen en promedio de producción de miel por colmena entre 60 y 70 kg (Echazarreta et al. 2002). 14 Semitecnificado Los apicultores de este grupo presentan diferentes grados de tecnificación, sus niveles de producción son menores y generalmente poseen entre 60 y 100 colmenas. Estos productores en su mayoría venden su miel a empresas nacionales que posteriormente lo comercializan y exportan al extranjero (Echazarreta et al. 2002). Tradicional Los apicultores de este grupo se ve en todo el país, cuentan entre 10 y 60 colmenas, y practican la apicultura como actividad complementaria a otras labores, motivo por el cual comúnmente no incorporan tecnología, los niveles de producción son bajos, promediando entre 25 y 30 kilogramos de miel por colmena por año (Echazarreta et al. 2002). Problemática de la apicultura en México La problemática en el sistema de producción apícola en México, es la presencia de la abeja africanizada en territorio nacional en 1986; y posteriormente en 1992 la detección del ácaro Varroa destructor, debido a que no es posible su erradicación de ninguno de ellos en el país. El gobierno y los apicultores tomaron acciones para minimizar los efectos adversos de estas especies en la apicultura mexicana. Esto trajo consigo el incremento de los costos de producción, por la adquisición de equipo de protección para contrarrestar la alta defensividad de esta especie de abeja, aunado al cambio de abejas reinas con características genéticas deseables en forma anual. Por otra parte, la presencia de la varroosis favoreció una mayor presencia de enfermedades en la colmena, acompañado que los apicultores en su afán de controlarlo, recurrieron al uso indiscriminado de productos de procedencia dudosa o remedios caseros; incluso acompañado del uso de medicamentos o hasta el empleo de sustancias prohibidas por su alta toxicidad, todo esto se reflejó en la contaminación de la miel por antibióticos, principalmente el asuntol entre otros productos, lo que pone en riesgo la comercialización en el extranjero y aún peor en la salud de quienes consuman estos productos (Cajero Avelar 1999). A pesar de lo anterior, la producción de miel en México en los últimos cuatro años ha superado las 56 mil 300 toneladas aproximadamente, de las cuales han sido exportadas un promedio de 26 mil 606 toneladas, representando de un 40 a un 50% de la producción nacional. Los principales países consumidores de la miel mexicana son Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos, los cuales generan ingresos anuales de 15 aproximadamente 32.4 millones de dólares, se confirma con esto que la apicultura es la actividad pecuaria que más divisas trae al país (SENASICA 2004). Referencias Cajero-Avelar S. 1999. Situación Actual de la Apicultura Mexicana y sus Perspectivas. In: Echazarreta C, Arellano-Rodríguez, JA (eds.), Memorias del Primer Foro de Proyectos Integrales: Sistema Producto Miel, CONACYT-UADY, Mérida. pp. 20–28. Calkins CF. 1975. Introducción de la abeja Apis mellifera a la Península de Yucatán. Apicultura en México 5: 13–17. Coronado E. 1996. Historia de la Apicultura en México. Apitec 1: 8–9. Echazarreta GC, Arellano RA, Pech MC. 2002. Apicultura en Mesoamérica. Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida. 72 p. Engel M. 2000. A new interpretation of the oldest fossil bee (Hymenoptera: Apidae). American Museum Novitates. 3296: 1–11. Michener CD, Grimaldi DA. 1988. A Trigona from Late Cretaceous amber of New Jersey. American Museum Novitates 2917:1-10 Philippe JM. 2008. Guía del Apicultor. Mundi-Prensa, España. 376 p. SENASICA. 2004. Manual de Buenas Prácticas de Producción de Miel. Programa de Inocuidad Alimentaria. SAGARPA. Recuperado de: www.senasica.sagarpa.gob.mx /miel/mbpp.pdf SIAP [Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera] 2017. Abejas, población apícola 2006 – 2015. Colmenas. Recuperado de: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/165992/abeja.pdf Villamar ME. 1996. Cría y explotación de meliponinos (Scaptotrigona mexicana) en la sierra norte de Puebla. 3er. Congreso Internacional de actualización apícola, Asociación Nacional de Médicos Veterinarios especialistas en abejas A.C. México D.F. Villanueva GR. 1994. Nectar sources of European and Africanized honey bees (Apis mellifera L.) in the Yucatán Peninsula, Mexico. Journal of Apicultural Research 33: 44–58. Villanueva GR, Collí-Ucan W. 1996. La apicultura en la Península de Yucatán, México y sus perspectivas. Folia Entomológica Mexicana 97: 55–70. 16 Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017 Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo, Nutrición, Sanidad y Flora Apícola. Biología de la abeja Jesús F. Martínez -Puc, Luis R. Martínez -Pérez de Ayala Insectos sociales De los grupos de abejas existentes en el mundo, únicamente los meliponinos y las especies del género Apis son consideradas altamente sociales, debido a que viven en colonias perennes con dos tipos de castas (reinas y obreras), mismas que presentan una división de labores dentro de la colmena, siendo ésta de forma cooperativista. Además,conviven con más de una generación simultáneamente (Jaramillo-Monroy et al. 1992). A diferencia del género Apis que es considerado cosmopolita, los meliponinos se encuentran restringidos a las zonas tropicales y subtropicales del mundo (Ayala et al. 1993, 1996). Este grupo de abejas son un importante componente de la comunidad de polinizadores de las selvas tropicales (Vergara et al. 1994). Ubicación taxonómica Actualmente existen aproximadamente 20,000 especies de abejas distribuidas a nivel mundial (Michener 2007). Las abejas melíferas se clasifican en el Reino Animal, Phylum Arthropoda, Clase Insecta, Subclase Pterygota, División Endopterygota, Orden Hymenoptera, Suborden Apoidea, Familia Apidae, Género Apis y Especie mellifera (Figura 1) (Coronado y Márquez 1986). Es importante destacar que en la Península de Yucatán se cuenta con la presencia de la abeja africanizada, que es el producto de la cruza de la abeja europea y la abeja africana. J.F. Martínez-Puc () Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Email: froyitovarroo@hotmail.com L.R. Martínez-Pérez de Ayala, Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma de Campeche. 17 Figura 1. Relaciones taxonómicas dentro la familia Apidae. Redibujado de Graham (1992). En 1956 un grupo de investigadores brasileños importaron del continente africano abejas reinas de Apis mellifera scutellata con la intención de mejorar la producción de apiarios, hasta entonces formados por colonias de abejas europeas por medio de un programa de mejoramiento genético (Kerr 1967). Las abejas de origen africano (Figura 2) se sometieron a un proceso de selección, pero ese mismo año escaparon de manera accidental iniciando el proceso de africanización (Camazine & Morse 1998). 18 Figura 2 . Distribución de algunas especies de abejas melíferas en el Continente Europeo y Africano. Tomado de Fletcher (1991). Origen y dispersión de la abeja africanizada por el continente Americano La abeja africanizada es el resultado del cruzamiento de la subespecie del continente Africano, A. mellifera scutellata y de subespecies de razas europeas, como: A. m. melifera, A. m. ligustica, A. m. caucásica y A. m. carnica (Winston 1987). Las abejas africanas fueron introducidas a Brasil, en 1956 como parte de un programa de cría de abejas, para obtener una abeja mejor adaptada a las condiciones tropicales e incrementar la producción de miel, considerando que una abeja adaptada a las condiciones tropicales de África podría sobrevivir y desarrollarse en forma 19 más adecuada que las razas europeas en las regiones tropicales de Sudamérica (Kerr 1967). Desafortunadamente, un año después, 26 de estas colonias experimentales, escaparon accidentalmente (Kerr 1967), las cuales hibridaron con la población de abejas de origen europeo, iniciando así el proceso de africanización (Echazarreta et al. 1997). El avance de la abeja africanizada en América del Sur se vio limitado en regiones con bajas temperaturas y hacia el Sur su avance se limitó por la barrera climática de Argentina y al Oeste por la barrera física y climática de la cordillera de los Andes (Kerr et al. 1982), desplazándose a una velocidad de 300 a 500 km/año (Winston 1992). La abeja africanizada se registró en 1974 en la Guayana Francesa, en Paraguay en 1965, en Bolivia en 1967, en Argentina en 1969, en Uruguay en 1971, en Venezuela y Perú en 1977, en 1978 en Colombia (Crane 1990). La población de abejas africanizadas avanzó a América Central ingresando a Panamá en 1982 y a Costa Rica en 1983 (Buchman 1982). En 1985 ingresó al Sur de Honduras y a la región Oriental de El Salvador (Winston 1987, Crane 1990), a Guatemala en 1985 (Fierro et al. 1987, Crane 1990). En México, la abeja africanizada se reportó por primera vez en 1986, en la frontera Sur del estado de Chiapas (Fierro et al. 1987, Crane 1990). En Yucatán, los primeros enjambres africanizados se detectaron en la parte Sur del estado en 1987, para 1990 ya se encontraba distribuida en toda la entidad (Quezada-Euan et al. 1996). May-Itzá (1995) demostró que a pesar de que la abeja africanizada se encontraba distribuida en todo el estado, únicamente 16 de cada 100 colonias establecidas en apiarios comerciales se encontraban africanizados, asimismo, observó un gradiente de africanización del sur-este del estado disminuyendo hacia el oriente con un rango que va de 4 % hasta un 44 % de africanización por localidad, un muestreo realizado durante 1992 demostró que el 40 % de los apiarios comerciales se encontraban africanizados (Vivas 1995), ese mismo año, el porcentaje de colonias en estado silvestre africanizados en el estado de Yucatán fue de un 80 %, para 1993 el porcentaje de enjambres silvestres africanizados aumentó a un 97 % (May-Itzá 1995). El proceso de africanización La liberación accidental de las abejas africanas en Brasil en 1956 fue la consecuencia del inicio del proceso de africanización (Rinderer & Hellminch 1991). Sin embargo, una las principales causas del proceso de africanización, se debe a que las reinas europeas generalmente son fecundadas por zánganos africanizados manteniendo de esta manera dicho genotipo. Se ha observado que existe una ventaja de los zánganos 20 africanos sobre su contraparte europea, ya que presentan un ancho y largo en las alas anteriores y posteriores mayores a la de los zánganos europeos, y un mayor número de hámulos, lo que proporciona una ventaja en la competencia por las reinas vírgenes sobre los zánganos europeos (Goncalves 1970). Otro factor importante, es el parasitismo reproductivo social asociado a las abejas africanizadas, ocurre cuando un enjambre de abejas africanizadas incluyendo a la reina fecundada, invaden una colonia europea, las abejas del enjambre eliminan a la reina de la colonia atacada, por lo cual las abejas de la colonia tienen que aceptar a la reina africanizada, al parecer las colonias sin reina son más atractivas para los enjambres africanizados (Rinderer & Hellmich 1991). Existe una serie de características desarrolladas por las abejas africanizadas debido al ambiente extremo en el que evolucionaron lo que les proporcionó una serie de ventajas sobre las abejas europeas en el continente americano. Las colonias en estado silvestre de abejas de clima templado y clima tropical, difieren principalmente en tres aspectos: tamaño del nido, cantidad de miel almacenada y los lugares elegidos para la construcción de este (Winston et al. 1983). Las abejas europeas ocupan cavidades con un volumen mayor en comparación con las abejas africanizadas (Seeley & Morse 1976, Seeley 1977). Las colonias africanizadas ocupan cavidades con un volumen promedio de 22 litros y con áreas de panal de 8,000 cm2 (Winston et al., 1983). Las colonias de abejas africanizadas se pueden encontrar en lugares abiertos, particularmente en climas secos (Fletcher 1978). Las colonias se pueden encontrar suspendidas en árboles, rocas, agrupadas en alguna rama, alcantarillas o en neumáticos abandonados (Winston et al. 1983). Las abejas africanizadas pueden reaccionar frente a un intruso tres veces más rápido que las abejas europeas y perseguir a sus agresores hasta distancias superiores a un kilómetro y luego retornar a sus nidos permaneciendo agitadas por varios días (Camazine & Morse 1988). El comportamiento altamente defensivo puede haberse desarrollado en respuesta a niveles más grandes de en sus sitios de origen (Schneider & McNally 1992). Anatomía y fisiología de la abeja melífera El cuerpo de la abeja adulta se divide en tres secciones: cabeza, tórax y abdomen (Figura 3). La cabeza se encuentra unida a la próxima división del cuerpo, el tórax por un cuello fino y flexible. El tórax y la tercera sección del tronco, o abdomen, se componen de una sucesiónde anillos, llamados segmentos. En la mayoría de los insectos el tórax se compone de tres 21 segmentos, pero en la abeja e insectos relacionados incluye cuatro segmentos, que son el protorax, el mesotorax, el metatorax y el propodeo. El propodeo de la abeja es el primer segmento de la mayoría de los demás insectos. Figura 3 . Principales partes del cuerpo de la Apis mellifera. A. Cuerpo. B. Cabeza. C. Ala anterior y posterior. D. Tercera pata. (Redibujado de Dade 1994). La cabeza del insecto adulto posee los ojos, las antenas y los órganos de la alimentación. La cabeza se compone de cuatro pares de apéndices, 22 estos son las antenas, las mandíbulas, las maxilas y el labio. En las abejas los maxilares y el labio forman en conjunto la probóscide, un órgano que facilita la alimentación con líquidos. La cabeza también tiene un par de grandes ojos compuestos laterales y entre estos hay tres ojos simples llamados ocelos. También tiene un par de antenas. Las alas del insecto son chatas finas, prolongadas desde dos capas de la pared del cuerpo y reforzadas por engrosamientos tubulares, llamados nervaduras. Estos apéndices se insertan a los costados del mesotórax y el metatórax. El insecto posee tres pares de patas pero cada uno se divide en seis partes principales o segmentos. El segmento básico de las patas es el coxa, segundo segmento el trocánter, el tercero el fémur, el cuarto es la tibia, el quinto el tarso y el ultimo es el pretarso. La larva de la abeja tiene diez segmentos abdominales, pero en la abeja adulta y otros himenópteros relacionados, el abdomen esta reducido a nueve segmentos por la transferencia del primer segmento al tórax. Las características externas de mayor interés en el abdomen es la presencia de las glándulas de la cera, las glándulas de Nasanov y el aguijón. Desarrollo de la abeja El desarrollo ontogénico de las abejas es similar al de otros insectos con metamorfosis completa. En la abeja obrera, el ciclo comienza con la postura del huevo que tarda 3 días y 5 horas en emerger y pasar así al estado larval o de “cría abierta”. Este periodo dura 6 días hasta que es operculada la celda y pasa al tercer estadio de prepupa y pupa. Este estadio dura 12 días, durante el cual va tomando forma la abeja hasta emerger. El ciclo biológico de la abeja obrera desde que es ovipositado el huevo hasta que emerge de la celda dura 21 días. Cada individuo pasa por las etapas de huevo, larva, pupa y adulto (Figura 4). La larva es el estadio de crecimiento, la pupa es el estadio de diferenciación y formación de las estructuras de los adultos (Michener 1974) (Cuadro 1). El huevo de la abeja es de color blanco y subcilíndrico con uno de los extremos alargados, pesa aproximadamente 0.1 mg. La reina deposita el huevo en una celda y éste se adhiere en el fondo por su extremo angosto. El periodo de incubación dura de 76 a 78 horas (Espina Pérez & Ordetx 1983). 23 Figura 4. Estadios sucesivos de la abeja, desde huevo hasta abeja adulta. (Dibujado por V. Castellot). Cuadro 1. Etapas de desarrollo de los tres miembros de una colonia de la abeja melífera (basado en Philippe 2008). Estadio Reina (en días) Obrera (en días) Macho (en días) Huevo Larva Pupa Emergencia del imago después de: Longevidad 3 5 8 16 3 a 6 (años) 3 6 12 21 28 a 180 3 7 14 24 15 a 60 Miembros de la colmena y sus funciones Una colonia de abejas está compuesta por tres clases de individuos: la reina, millares de obreras y decenas de zánganos (Figuras 5, 6). Además de las abejas adultas, normalmente cada colonia tiene abejas en diferentes estados de desarrollo: huevos, larvas, pupas, que colectivamente se designan como cría (Espina Pérez & Ordetx 1983). La reina es la única hembra completamente desarrollada sexualmente en la colonia, capaz de poner huevos que producirán obreras y zánganos, su única función es ovopositar. La reina es la abeja más grande de la colmena, su tórax y sus extremidades son de mayor tamaño en 24 comparación a las obreras. Existe una sola reina en la colmena, aunque en periodos de reemplazo pueden estar presentes dos reinas (madre e hija), ambas ovopositando por un periodo breve. Una buena reina pone entre 1,500 a 2,000 huevos al día; una reina fecunda puede ovopositar satisfactoriamente durante dos o tres años. La duración de su vida depende de factores genéticos, así como de la eficiencia de su fecundación, las condiciones en las que haya sido criada y la totalidad de huevos producidos (Espina Pérez & Ordetx 1983). Figura 5 . Apis mellifera. A. Celdas reales durante el proceso de cría de abejas reinas. B. Abeja reina. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-Ayala. 25 Figura 6 . Apis mellifera. A. Abeja obrera. B. Zángano de abeja. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-Ayala. Las obreras son hembras, pero están incapacitadas para aparearse, aunque pueden asumir la función de ovopositar en las colonias que se han quedado sin reinas, sus huevos no fecundados sólo producen zánganos. Como su nombre lo indica, la abeja obrera es la encargada de hacer todos los trabajos dentro y fuera de la colmena: limpieza de celdas, alimentan a las larvas, secreción de la cera y construcción de los panales; crían reinas cuando es necesario, limpian y protegen la colmena, la refrescan mediante ventilación, recolectan néctar, polen, agua y propóleos, y convierten el néctar en miel. Además, alimentan a la reina con jalea real y obtienen el alimento que necesitan los zánganos. La duración de la vida de las obreras depende de la cantidad de trabajo que realizan. Durante la época de cosecha, debido al exceso de labores, viven aproximadamente seis semanas. En los países fríos, donde quedan recluidas en la colmena, casi inactivas durante parte del año, suelen vivir hasta unos seis meses (Espina- Pérez & Ordetx 1983). El zángano es el macho de las abejas, su única función consiste en fecundar a las reinas. En una colmena donde exista una reina se encuentran numerosos zánganos, los cuales son aceptados por cualquier colonia que tenga una reina virgen. La fecundación tiene lugar en el aire y el zángano muere al terminar ésta. Los zánganos se pueden distinguir fácilmente de las obreras y la reina, por tener el cuerpo más voluminoso que el de las obreras, pero más corto que el de la reina. Los zánganos carecen de aguijón (Espina-Pérez & Ordetx 1983). 26 Comunicación La comunicación entre los miembros de una colonia está muy desarrollada; algunos aspectos, como los de la danza de orientación, colocan a las abejas aparte de otros insectos sociales (Figura 7). Al danzar la abeja ejecuta semicírculos a la derecha y a la izquierda con una línea recta que corre entre los dos semicírculos, mientras recorre la línea recta la abeja sacude el abdomen emitiendo pulsaciones audibles. Las abejas usan el ángulo solar y la luz polarizada como medio de orientación (Ruppert & Barnes 1996). Figura 7 . Esquema de los dos tipos de danzas principales utilizados por las abejas para su comunicación (Modificado de Jean-Prost 1995). Referencias Buchman SL. 1982. Africanized honey bee confirmed in Panama. American Bee Journal 122: 322. Camazine S, Morse R. 1988. The Africanized honey bee. American Scientist 76: 464-471. Coronado R, Márquez A. 1986. Introducción a la Entomología: morfología y taxonomía de los insectos. Editorial Limusa, México. 282 p. Crane E. 1990. Bees and beekeeping, science, practice and world resources. Comstock Publishing Associates, Cornell University Press, Ithaca, New York. 614 p. Dade HA. 1994. Anatomy and Dissection of the Honeybee. International Bee Research Association, Cardiff, UK. 128 p. Echazarreta CM, Quezada-Euán JJG, Medina ML, Pasteur KL. 1997. Beekeeping in the Yucatan peninsula: development and current status. Bee World 78: 115–127. Espina-Pérez D, Ordetx GS. 1983. Apicultura Tropical. EditorialTecnológico de Costa Rica, Costa Rica. 488 p. 27 Fierro MM, Barraza A, Maki DL, Moffet JO. 1987. The effects of the first year of africanization on honey bee populations in Chiapas, México. American Bee Journal 127: 285. Fletcher DJC. 1978. The African honey bee Apis mellifera adansonii, in Africa. Annual Review of Entomology 23: 151–171. Fletcher DJC. 1991. Interdependence of genetics and ecology in a solution to the African bee problem. In: The "African" Honey Bee (M Spivak, DJC Fletcher, MC Breed, eds) Westview Press, San Francisco, CA, USA, 77- 94 Goncalves S. 1970. Analise genetica do cruzamento entre Apis mellifera ligustica y Apis mellifera adansonii. Escolha e analise de caracteres morfológicos da cabeca e do torax. Tesis de Doctorado. Fac. Medicina de Ribeirao Preto, S.P. 142 p. Graham JM (ed) 1992. The hive and the honey bee. Dadant and Sons, Hamilton. 1324 p. Jaramillo-Monroy O, Guzmán-Díaz MA, Cuadriello-Aguilar JI, Medina- Camacho M. 1992. 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La miel puede definirse como una sustancia dulce natural producida por abejas de A. mellifera, a partir del néctar de las plantas o de secreciones de partes vivas de estas o de excreciones de insectos succionadores de plantas que quedan sobre las partes vivas de las mismas y que las abejas recogen, transforman y combinan con sustancias específicas propias, y depositan, deshidratan, almacenan y dejan en el panal para que madure y añeje (CODEX STAN 12 1981). Miel orgánica Es la miel que se obtiene mediante técnicas que garantizan su inocuidad o pureza y que se produce en zonas donde el impacto ambiental es mínimo: las abejas beben agua que proviene de manantiales; arroyos, lagos limpios y libres de contaminación, se alimentan principalmente de flores silvestres o flores de cultivos orgánicos, certificados que están fuera de áreas urbanas; de agricultura convencional o de zonas ganaderas cuyos agroquímicos y medicamentos pudieran contaminar la miel (Castañón 2009). Sin embargo, existen diferencias en los criterios usados por la United States National Honey Board, que define “miel orgánica” como aquella producida, procesada y empacada de acuerdo a regulaciones Estatales y Federales J.F. Martínez-Puc (), W. Cetzal-Ix, N.A. González-Valdivia Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México Email: froyitovarroo@hotmail.com L.R. Martínez-Pérez de Ayala, Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma de Campeche. 30 de miel y productos orgánicos, certificada por organismos oficiales y/o organizaciones independientes. Miel de melipona La Norma Europea y el CODEX ALIMENTARIUS especifican que la miel debe provenir del género Apis, específicamente de A. mellifera, motivo por el cual la miel de melipona está considerada como producto. Sin embargo, este caso está en discusión, debido a que las abejas meliponas son en realidad abejas autóctonas de México y del continente americano y su producto es realmente miel (Castañón 2009). La miel de melipona fue utilizada por los mayas como moneda y también fue objeto de un intenso comercio que realizaban por mar desde Tabasco en México hasta Honduras y Nicaragua, así también con el Imperio Mexica, a cambio de la miel y cera, los mayas probablemente recibían semillas de cacao y piedras preciosas (Labougle & Zozaya 1986). Posteriormente, con la llegada de los españoles y debido a las actividades religiosas católicas surgió una fuerte demanda de cera de abeja utilizada para fabricar velas, por lo cual los españoles exigieron a los mayas cera como tributo (Ruz 1980). Clasificación de las mieles La Norma Mexicana NMX-F-036-1997 ALIMENTOS-MIEL- ESPECIFICACIONES Y MÉTODOS DE PRUEBA, clasifica la miel en tres modalidades: Miel en p anal Es la miel que no ha sido extraída de su almacén natural de cera y puede consumirse como tal. Miel líquida Es la miel que ha sido extraída de los panales y que se encuentra en estado líquido, sin presentar cristales visibles. Miel c ristalizada Es la miel que se encuentra en estado sólido o semisólido granulado como resultado del fenómeno natural de cristalización de los azúcares que la constituyen. 31 La miel producida por Apis mellifera de acuerdo a la FAO-OMS (1985) se puede clasificar como: a) monofloral Es aquella en la que predomina un solo origen botánico, por lo que dará a esa miel un olor y sabor característico. b) multifloral Presentando varios orígenes botánicos y de los cuales ninguno es predominante. c) miel de mieladas Procede principalmente de secreciones de las partes vivas de las plantas, su color varía del castaño muy claro o verdoso, al castaño oscuro. La diferencia entre una miel y otra depende sobre todo de la calidad y cantidad de las plantas que florecen y producen néctar en el mismo periodo. En muchos casos, existe una fuente principal que predominanetamente sobre las demás y confiere a la miel sus peculiares características. Se hace referencia de mieles monoflorales o multiflorales (Piana et al. 1989). Proceso de maduración de néctar a miel La transformación del néctar a miel inicia en el momento que la abeja liba el néctar de la flor y lo almacena en su buche melífero, agregándole la enzima invertasa, la cual desdobla los azúcares disacáridos (sacarosa) transformándolos en azúcares simples (glucosa y fructosa). Las abejas forrajeras al completar su carga de néctar lo transportan a su nido y la entregan a las abejas nodrizas, éstas lo depositan en celdas vacías de diferentes formas, en pequeñas gotitas, en forma de una película delgada del dulce, con el fin de favorecer la pérdida de agua, una vez alcanzado el porcentaje de humedad requerido, las abejas la toman y depositan en la celda que la almacenará hasta su total maduración como miel, en la celda llena y operculada (De Araujo-Freitas et al. 2010). Composición química La miel de abeja está compuesta principalmente por agua, carbohidratos (fructosa, glucosa, maltosa y sacarosa), proteínas, aminoácidos, vitaminas 32 (tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantotenico, B6 y C) y minerales (calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, potasio, sodio y zinc) (Cuadro 1). Cuadro 1. Composición de la miel de abeja en 100 g (National Honey Board’s 1997). Nutrientes Promedio en 100g Rango Energía 304 kcal. Agua 17.1 g 12.2 – 22.9 Proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales. 0.50 g Calidad de la miel . Contenido aparente de azúcar reductor expresado en % (g/100g) de azúcar invertido: Mínimo 63.83, máximo sin límite. La variación de estos valores puede deberse a adulteraciones, así como al tipo de alimentación que recibe la colmena y a su cosecha prematura. Humedad. Expresada en % (g/100g): Máximo 20%. Existen diversas razones por las que puede incrementarse el porcentaje de humedad, la más común es la cosecha de la miel antes de que alcance la humedad adecuada (falta de maduración de la miel en panal), aunque con cierta frecuencia también puede atribuirse al almacenamiento de la misma en condiciones inadecuadas. Un alto porcentaje de agua favorece el desarrollo de mohos y levaduras, por lo que la miel con altos porcentajes de humedad se fermenta fácilmente. Cenizas (minerales). Expresado en % (g/100g): Máximo 0.60. Esta medida se relaciona con problemas de higiene (tierra y arena). La miel adulterada con melaza también puede presentar un alto porcentaje de cenizas. No se admiten metales pesados que superen los máximos permitidos por los alimentos en general. Sólidos insolubles en agua. Expresada en % (g/ 100g): Máximo 0.30. La miel es sometida a un proceso de filtración para eliminar restos de insectos, granos de arena, trozos de panal, restos de cera, polvo y otros sólidos insolubles. Un valor que supere el máximo de sólidos insolubles puede deberse a un filtrado inadecuado y/o problemas de higiene. Acidez. Expresada como miliequivalentes de ácido/kg: Máximo 40.00. La acidez indica el grado de frescura de la miel. Se relaciona también con la probable fermentación por desarrollo de microorganismos. Este parámetro 33 también es importante porque en el caso de haberse usado ácido láctico o fórmico para combatir la Varroa la acidez de la miel aumenta. El sobrecalentamiento es otro factor que se refleja en un alto valor de acidez. Índice de diastasa . En escala de Gothe: Mínimo 8,0. Miel con bajo contenido enzimático: mínimo 3 escala Gothe, con HMF no mayor a 15 mg/kg. Hidroximetilfurfu ral (HMF) . En miel envasada de más de 6 meses. Expresada en mg/kg: 80.00. Hidroximetilfurfural (HMF) en miel envasada de menos de 6 meses. Expresada en mg/kg: 40.00. Tanto la actividad distásica como los valores de HMF indican el grado de frescura de una miel. Estos dos últimos indicadores también se ven alterados por la acción del calor y el almacenamiento por tiempo prolongado. Cera La cera es la sustancia grasa segregada por las glándulas cereras de las abejas obreras jóvenes (Jean-Prost 1995). Las cuatro pares de glándulas se encuentran ubicadas entre los externitos abdominales de las abejas, sobre los segmentos IV y VII (Sepúlveda-Gil 1986). La producción de la cera se lleva a cabo mediante la formación de pequeñas escamas de cera, las cuales son recolectadas con las mandíbulas de las abejas moldeadas y adicionadas con polen y propóleos (Jean-Prost 1995). La cera es tan antigua como la propia historia de las abejas y su explotación es conocida desde tiempos remotos, fue usada como pago de tributos, tasas y multas, encontrándose bloques de cera inalterados en tumbas egipcias y navíos naufragados. Esto es posible debido a que la cera es estable por mucho tiempo, ya que se oxida lentamente a menos que sea atacada por la polilla de la cera (Graham 1992). Las abejas consumen miel, y en el intestino se absorben las moléculas de los azúcares (de 6 carbonos). De allí pasan al interior de su cuerpo, donde son transformados en fragmentos pequeños (de 2 carbonos). Luego, en las glándulas cereras, se recombinan de diferente manera para formar por un lado los ácidos grasos y los hidrocarburos (de entre 14 y 41 carbonos), y por otro los esteres y los alcoholes de la cera (de entre 28 y 54 carbonos). La mezcla de estos productos es lo que conocemos como cera de abejas (Gómez-Pajuelo 2002). 34 Figura 1 . Estampadora y diversas presentaciones de la cera de Apis mellifera. A. Estampadora de cera tipo rodillo. B. Hoja de cera estampada colocada en un marco de madera. C. Panal labrado. D. Cera de opérculo lista para elaborar una marqueta. E. Marquetas de cera de diferentes pesos. Fotos: J.M. Martínez-Puc. 35 La cera recién producida por las abejas es de color blanco, pero va adquiriendo un color amarillento característico, a medida que entra en contacto con las abejas, la miel, polen y propóleos (Figura 1). Los matices amarillos son causados por los pigmentos de caroteno solubles en grasa provenientes del polen. Composición de la cera La cera de la abeja A. mellifera se compone aproximadamente de 16% de hidratos de carbono, 31% de alcoholes monohídricos de cadena simple, 3% de dioles, 31% de ácidos grasos, 13% de ácidos hidróxicos y 6% de otras sustancias (Philippe 2008). Propiedades fisicoquímicas de la cera La cera se funde a una temperatura entre los 62.5º y los 65ºC. Es insoluble en agua, ligeramente soluble en alcohol frío, y soluble a temperatura ambiente en éter, benceno y bisulfito de carbono (Philippe 2008). Por sus características peculiares, entre las que puede destacar no ser cristalizable y ser sumamente resistente a la acción de la humedad, la cera de abejas es muy valiosa para el humano. Polen Etimológicamente, la palabra polen proviene del latín pollen, que significa flor de harina (Sepúlveda-Gil 1986), y se define como las microesporas o gametófitos masculinos de las que contienen las anteras de las flores de las plantas fanerógamas (Tanus 1990). Las abejas forrajeras recolectan el polen de las flores gracias a la ayuda de los pelos de su cuerpo cargados de electricidad estática. Lo humedecen con néctar formando pequeñas aglomeraciones, las cuales son depositadas en las cestillas del último par de patas y transportadas a la colmena para alimentar a las abejas obreras (Figura 2) (Polaino et al. 2006). Características sensoriales del polen Tamaño: varía de menos de 5 a más de 200 micras de diámetro. Color: son de una amplia variedad de colores tanto como las del espectro solar, rojo, naranja y amarillo son los más comunes, pero el azul, verde y purpura suelen ser típicos de algunas regiones. 36 Olor: característico de las especies vegetales de las cuales provenga. Sabor: según las especies vegetales de las cuales se origine. Forma: triangulares, alargados y hexagonales.Figu ra 2. Charola de la trampa tipo piquera para la recolecta de polen. Foto: J. Irigoyen Santos. Composición química del polen La composición media del polen en una muestra seca es de un 5 a 6% de agua, un 25% de proteínas, azúcares o glúcidos un 40%, lípidos 4.5%, cenizas (minerales) 5%, vitaminas (A, B1, B2, B3, B5, B6, B7, B8, B9, B12, C, D y E) 0.015%, pigmentos trazas, enzimas trazas, rutina 0.017% y flavonoides, flavonas, diglicósidos, entre otras sustancias antibióticas activas 20% (Philippe 2008). Cuadro 2. Especificaciones físicas y químicas del polen. Parámetro Valor mínimo Valor máximo Humedad 4.5 8 Cenizas 1.5 2.2 Proteína cruda 12 18 Grasa cruda 2.5 6.5 Fibra cruda 0.27 0.70 37 Propóleo El término propóleo es derivado de dos palabras griegas, Pro, que significa antes y Polis, ciudad, y es empleada en el sentido de defensa de la colmena “ciudad de las abejas” (Rosa-Agostinho 1996). El propóleo es una mezcla de sustancias resinosas, gomosas y balsámicas, cuyo color varía del pardo-rojizo al amarillo-verdoso, de sabor amargo y consiste básicamente de exudados de diferentes plantas que las abejas combinan con secreciones mandibulares y cera (Franco & Kurebayashi 1986; Aga et al. 1994; Meda & de Mattos-Meda 1994; Bracho et al. 1996; Malaspina & Palma 1998). Esto último es soportado por recientes descubrimientos, en cuanto al contenido de ácidos grasos de origen animal, en muestras de propóleo fresco (Palma & Malaspina 1999). Recolecta del propóleo por las abejas La recolecta del propóleo se efectúa por un número reducido de abejas (de más de 15 días de vida) durante las horas más calientes del día, por lo regular de las 10:00 a las 15:30 horas (Morse 1975; Dos Santos 1996). Cada abeja después de haber localizado con sus antenas la partícula más adecuada de resina en alguna planta, procede a desprenderla valiéndose de sus mandíbulas y del primer par de patas, auxiliándose con la secreción de sus glándulas mandibulares (ácido10-hidroxi-2-decenoico), le permite el ablandamiento de la goma. Posteriormente, la abeja tritura y moldea con sus mandíbulas el pedazo arrancado y utiliza una de las patas del segundo par, para transferirlo a la corbícula del tercer par de patas, esta acción la puede efectuar en el lugar de colecta o en pleno vuelo. Para completar una carga de propóleo (llenar las dos cestillas de su tercer par de patas), una abeja puede ocupar de 15 minutos a una hora en realizar dicha labor, dependiendo principalmente de la temperatura ambiente (Donadieu 1980; Machado de Morales et al. 1995). Cabe mencionar que Dos Santos (1996), señala que temperaturas por abajo de los 21ºC y por arriba de los 28ºC, parecen inhibir este comportamiento. Utilización del propóleo dentro de la colmena Las abejas utilizan el propóleo dentro de la colonia con diversos fines, como son: embalsamado de los intrusos muertos dentro de la colmena, tapar grietas o hendiduras de la colonia, disminuir el acceso de la piquera, alisar asperezas dentro de la colmena, esterilización de la colmena y las celdas donde la reina pondrá los huevos, aislante térmico, fijar los panales a los cuadros o ramas de los árboles, evitar la vibración de los panales y 38 darle impermeabilidad a la colmena (Asís 1989; De la Cuétara et al. 1988; Negri et al. 1998). Composición del propóleo Estudios efectuados en las últimas décadas enfocados a determinar la composición del propóleo, mencionan que su composición genérica se encuentra de la siguiente manera: 55% de resinas y bálsamos, un 10% de aceites volátiles, cerca de un 30% de cera y un 5% de polen (Borcic et al. 1996). En lo referente a su composición química, aún no se logra conocer la totalidad de sus componentes. Algunos autores señalan que el propóleo contiene más de 150 elementos (Bankova et al. 1993; Basnet et al. 1996; Matsushige et al. 1996), otros mencionan que su contenido está formado por más de 160 constituyentes (Bankova et al. 1995; Cunha et al. 1998). Por último, Sforcin et al. (1995) señalan la presencia de más de 180 componentes para esta resina. Cabe señalar que el propóleo se encuentra constituido principalmente por flavonoides, flavonoles, flavononas flavonas y ácidos orgánicos como el ferúlico, cinámico, cafeico y benzoico (Rojas et al. 1990). Propiedades físico - químicas del propóleo El propóleo presenta una densidad mayor que la cera de abeja, se disuelve fácilmente en éter y cloroformo, parcialmente soluble en alcohol, a temperaturas de 15ºC es duro y quebradizo. A temperaturas más elevadas se ablanda y se vuelve pegajoso. Esta resina se funde entre 60º y 69ºC (Bojñanski & Kosljarova 1975). Jalea real La jalea real está constituida por la secreción de las glándulas hipofaríngeas y mandibulares de las abejas obreras de 5-15 días de vida, utilizando polen como producto base y miel. Se presenta como una sustancia viscosa, de aspecto lechoso, color amarillo pálido, su sabor es ácido y ligeramente amargo con olor levemente acre (Philippe 2008). Composición de la Jalea Real De acuerdo a SAGPyA, (2003) la jalea real está compuesta por: Agua: 60- 70%, Azúcares 10-15%, Proteínas 11-15%, Lípidos 5-7% y Cenizas 0.8- 1%. Tiene un pH cercano a 3.6. 39 Posee las siguientes vitaminas: Titamina (vitamina B1), Riboflavina (vitamina B2), Piridoxina (vitamina B6), Ácido pantoténico (B5) es la más abundante, Biotina (B8), Ácido fólico y Vitamina E (activa el funcionamiento de los órganos sexuales y tiene efectos sobre el aparato cardiovascular). Inositol: vitamina del grupo B. Indicada para trastornos del metabolismo hepático, estimula el crecimiento, activa el corazón y los intestinos. Contiene, además, antibióticos, un principio hiperglucemiante y los siguientes microelementos: hierro, oro, calcio, cobalto, silicio, magnesio, manganeso, níquel, plata, azufre, cromo y cinc. También se encuentran en su composición algunas hormonas como el estradiol, la testosterona y la progesterona. Tiene también gammaglobulina, no correlacionada en cuanto a antigenicidad con la gammaglobulina del plasma humano. Además de albúminas, grasas, azúcares, vitaminas, microelementos y los otros compuestos mencionados, contiene los 20 aminoácidos esenciales: arginina, valina, histidina, insoleucina, leucina, lisina, metionina, treonina, triptofano, fenilalanina, prolina, ácido aspártico, serina, ácido glutámico, glicina, alanina, cistina y tirosina. Veneno En la actualidad en México no existen registros oficiales sobre la producción de la apitoxina (SIAP 2017). Sin embargo, se tiene conocimiento de productores que se encuentran iniciando el aprovechamiento de este producto de la colmena en diversos estados del país, el cual es utilizado para la elaboración de manera artesanal de ungüentos, cremas, geles, entre otros, para la aplicación tópica en dolencias musculares principalmente. Asimismo, existen diversos equipos de colecta de la apitoxina en el mercado, los cuales se basan en pequeñas descargas eléctricas, que estimula a las abejas a aguijonear, eyectando el veneno el cual se deposita en un cristal de donde es recolectado. Esta técnica evita el sacrificio de las abejas. La apitoxina es utilizada para el tratamiento de diversas dolencias como la artritis degenerativa a pacientes con pie diabético, mal de Parkinson, hipertensión arterial, neuralgias e inflamación prostática (Delgado-Sánchez 2012). Por otro lado, también se ha registrado para el tratamiento de pacientes con lupus eritematoso sistémico (Wied 2008). Actualmente existen métodos para la obtención de veneno puro de abeja para la elaboración de soluciones inyectables de apitoxina de alta calidad para el tratamiento de estas enfermedades (Litwin 2008). El veneno de abeja es un líquido transparente de olor pronunciado y sabor acre, es producido por glándulas situadas en la parte posterior del abdomen de las obreras y de la reina. Químicamenteestá compuesto por agua, ácido fórmico, ácido clorhídrico, ácido fosfórico, melitina, histamina, 40 apamina, metionina, cistina, sales minerales y enzimas (fosfolipasa e hyaluronidasas), su reacción es ácida (Philippe 2008). Recolecta de propóleo La recolección de propóleo se lleva a cabo por diversos métodos, desde los más simples como el raspado hasta la utilización de mallas o rejillas plásticas o métodos promotores de cortinas, tales como el brasileño o campechano. Estos métodos son considerados los más productivos por la cantidad de propóleos recolectados (Figura 3). Figura 3 . Recolecta de propóleos. A. Cortado de propóleo. B. Tiras de propóleo. Fotos: J.M. Martínez-Pérez de-Ayala. Referencias Aga H, Shibuya T, Sugimoto T, Kurimoto M, Nakajima S. 1994. Isolation and identification of antimicrobial compounds in Brasilian Propolis. Bioscience, Biotechnology, and Biochemistry 58: 945–946. De Araujo-Freitas Ch, González-Acereto J, Marrufo OJC. 2010. Apicultura práctica en la Península de Yucatán. Universidad Autónoma de Yucatán, México. 248 p. Asís M. 1989. Propóleos: el oro púrpura de las abejas. Centro de Información y Documentación Agropecuaria. Editorial CIDA. La Habana. Cuba. 41 Bankova V, Christov R, Kujumgiev A, Marcucci MC, Popov S. 1995. Chemical composition and antibacterial activity of Brasilian propolis; Zeitschrift für Naturforschung C 50: 167–172. Bankova V, Popov S, Bocari G, Haxhialushi E. 1993. Phenolic composition of Albanian propolis; Chim. 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Martínez -Pérez de Ayala , William Cetzal -Ix La colmena La colmena moderna consta de seis partes, fondo o piso, cámara de cría, bastidores, alza, entretapa y tapa. Este modelo nos permite incluir diversos aditamentos como trampa para recolecta de polen, alimentadores internos o externos, entre otros. El principal material usado en la Península de Yucatán para la elaboración de las colmenas lo constituye principalmente maderas duras tropicales, entre las que se destacanespecies de la familia Fabaceae, tal como Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb.) (pich), Piscidia piscipula (L.) Sarg. (jabín), Lysiloma latisiliquum (L.) Benth. (tzalam), y también de la familia Combretaceae, Bucida buceras L. (pucté), etc. Tipos de colmenas usadas en México La colmena tipo Jumbo es usada principalmente en el centro y norte de México. La característica principal es que la cámara de cría en colmenas jumbo es de 50.5 cm de largo, 42 cm de ancho y 29.5 cm de alto y las alzas de 14.5 cm de alto, casi la mitad que la cámara de cría. Por su parte, la colmena tipo Langstroth es usada principalmente en la región sur del país, son del mismo tamaño la cámara de cría y las alzas de 50.5 cm de largo, 42 cm de ancho y 24 cm de alto (Figura 1). J.F. Martínez-Puc (), W. Cetzal-Ix Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. Email: froyitovarroo@hotmail.com L.R. Martínez-Pérez de Ayala, Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma de Campeche. 45 Figura 1. Equipo para actividades melíferas. A. Colmenas tipo Jumbo. B. Colmenta tipo Langstroth. C. Bastidor tipo Langstroth y Jumbo, respectivamente. Fotos: A. B. L.R. Martínez-Pérez de-Ayala. C. J.F. Martínez-Puc. 46 Figura 1 A. Colmenas tipo Jumbo con medidas (Tomado de SAGARPA 2015). 47 Figura 1 B. Colmenas tipo Langstroth con medidas (Tomado de SAGARPA 2015). 48 Equipo de protección Parte fundamental en el equipo de protección para el manejo de abejas son los velos, mismos que pueden ser sencillos que solo cubren la cabeza o tipo chamarra o de los que vienen integrados al overol. Por último, los guantes pueden ser combinados con piel o de materiales sintéticos, integrados con mangas de manta o lona (Figura 2). Figura 2. Equipo de proteción apícola. A. Velo. B. Guantes. Fotos: W. Cetzal-Ix. Equipo de manejo básico El equipo basico de manejo esta conformado por las cuñas o alzaprimas y el ahumador (Figura 3). Ubicación e instalación del apiario El área seleccionada para la ubicación de un apiario, representa un factor de suma importancia ya que esta localización deberá de contar con abundante flora nectaropolinifera que garantice un buen flujo de néctar y polen durante las floraciones. No se debe establecer una elevada cantidad de colonias en el apiario, ni varios apiarios en una misma zona que lleguen 49 a saturarla, para las condiciones de la península de Yucatán, se recomienda mantener de 25 a 30 colonias por cada uno de los apiarios. Figura 3. Equipo basico de manejo. A. Alzaprima en forma de gancho. B. Alzaprima clásica. C. Ahumador de acero inoxidable. D. Ahumador con rejilla de protección. Fotos: W. Cetzal-Ix. Asimismo, se deberá tener en cuenta que una abeja vuela hasta 3 km a la redonda, si se establecen varios apiarios cercanos, el néctar de las flores disponibles disminuirá, por tal motivo lo ideal será instalar apiarios a una distancia de 3 km entre si. Se debe evitar establecer apiarios en lugares muy húmedos, o donde sean susceptibles de sufrir inundaciones o debajo de árboles que sean de fácil quebramiento corriendo así, el peligro de caer 50 sobre las colonias del apiario. También se debe minimizar el riesgo de que entre ganado al apiario con el riesgo de tirar las colonias. Además, se debe considerar que el apiario se encuentre alejado de fuentes de contaminación de actividades agropecuarias o industriales y como mínimo a 200 mts de zonas urbanas o caminos (SAGARPA 1994). También deberá poseer agua potable cerca al apiario, si no fuera así habrá que proporcionársela en un recipiente limpio. Por su parte, la Ley Apícola del estado de Campeche señala en su artículo 20, que la distancia entre un apiario y otro, deberá ser de 2,000 mts, como mínimo, pudiendo existir excepciones dependiendo de la zona; en tanto su artículo 21, señala que los apiarios familiares y escolares, tendrán preferencia en su ubicación si están situados dentro de un radio no menor a 2,000 mts, a partir de los límites de la población. Las colonias de abejas podrán ser colocadas individualmente o en conjunto, considerando que se encuentren a 20 cm del suelo para evitar el exceso de humedad, debiendo presentar una ligera inclinación hacia la piquera para evitar se acumule agua durante las lluvias. Del mismo modo, evitar que las piqueras de las colmenas se encuentren bloqueadas por ramas, árboles o muros, evitando con ello el libre vuelo de las abejas (Figura 4, 5). Figura 4. Diversos tipos de bases para colmenas utilizados por los apicultores en la Península de Yucatán. A. Base individual sobre piletas de cemento. B. Base conjunta de vigas de metal. Fotos: J.F. Martínez-Puc. Limpieza Después de la revisión del apiario y cuando se detecte una colonia con cría enferma, debe flamearse el alza prima (la cuña) en el ahumador para evitar la diseminación de enfermedades a otros apiarios o colonias del mismo apiario. Al terminar las actividades diarias, el equipo y utensilios (cuña, 51 cepillo, cubetas, etc.) utilizados deberán lavarse y almacenarse en sitios donde no se ensucien o contaminen. Además, debe de realizarse la limpieza de la maleza del apiario. Sin embargo, no se debe aplicar herbicidas que puedan causar mortalidad de las colonias del apiario o contaminar los productos de la colmena. Figura 5. Piquera de una colmena obstruida por un muro. Redibujado de Ward (1981). Cómo encender el a humador Antes de encender el ahumador debemos de contar con una buena cantidad de combustible para el mismo, el cual debe de ser de origen natural (madera, cartón, bacal u olote según se le conozca “centro del elote”) y no derivado de hidrocarburos o de tapas de huevo por contener resinas tóxicas (Figura 6). 52 Figura 6. Encendido del ahumador. A. Colocación de cartón encendido en el ahumador. B. Colocación de madera seca en el ahumador. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-Ayala. Para encenderlo debemos de cortar unos pedazos de cartón o papel, prendiéndolos y depositándolos en el interior del ahumador, aplicándole aire suavemente con el fuelle del mismo para avivar la flama, seguidamente se le agregará poco a poco el combustible a utilizar hasta llenar el ahumador y que el humo sea denso, teniendo esto cerramos el ahumador y procedemos a entrar los apiarios, teniendo el cuidado de aplicar unas bocanadas de humo a todas nuestras colmenas para evitar con ello se alteren. Inspección de la colonia Las colonias de abejas melíferas se deben revisar por las siguientes causas: • Saber si la colonia cuenta con reina. • Determinar la calidad de la reina y de ser necesario su cambio. • Identificar la presencia de enfermedades de las crías y de las abejas, así como la necesidad de aplicar algún tratamiento. • Saber si es necesario dar alimentación. • Falta de espacio en cámara de cría y falta de alzas • Reducir el peligro en enjambrazón • Saber si existe la posibilidad de cosechar 53 Método de i nspección de la colmena La revisión de las colmenas se debe efectuar rutinariamente cada 7 u 8 días, con el fin de asegurarnos del buen desarrollo y funcionamiento de la misma. Cuando estemos en nuestro apiario debemos de tener el cuidado de no pararnos enfrente de la piquera (Figura 7), ya que obstruiremos la salida y llegada de las abejas forrajeras y alertaremos a las guardianas incentivando su ataque. La forma correcta de inspeccionar una colonia es la siguiente: 1) Aplicar humo en la piquera (tres o cuatro bocanadas a lo largo de la misma). 2) Levantar la tapa o entretapa y aplicar humo (de afuera hacia dentro, no meter el pico del ahumador a la colmena). 3) Colocar la tapa hacia arriba en el suelo y posteriormente con la cuña separar el alza aplicando humo para calmar a las abejas.
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