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PRÓLOGO 
 
 
 
La apicultura tecnificada en México se remonta al año 1920, iniciando la 
modernidad para 1950, con el manejo de cajas con cuadros móviles y las 
primeras exportaciones de miel. Sin embargo, podemos señalar la gran 
tradición en el manejo de abejas nativas americanas que existía en México, 
principalmente de los géneros Trigona y Melipona, de esté ultimo la región 
de la Península de Yucatán, el cual tuvo un gran desarrollo en el cuidado 
de la especie M. beecheii, por los antiguos Mayas, quienes consideraban a 
las abejas deidades, por haber sido dejadas para su cuidado por sus 
dioses. 
 Actualmente, la zona de mayor producción de miel en México, se ubica 
en la península de Yucatán (Campeche, Yucatán y Quintana Roo) a pesar 
de los diversos factores que han afectado el desarrollo, como lo fue el 
proceso de africanización, que demandó a los apicultores una mayor 
atención a sus colmenas. Aunado a esto, otro factor de riesgo que 
disminuye la producción apícola es el ácaro Varroa destructor, del cual los 
productores desconocían la biología y los tratamientos para su control, trajo 
consigo la pérdida de muchas colonias de abejas. En abril del 2015, se 
detectó por primera vez, en territorio campechano, el pequeño escarabajo 
de la colmena, el cual ha creado inquietud entre los apicultores del estado, 
por desconocer como lo deben de manejar para evitar el daño a sus 
colmenas, debido a las noticias de la afectación que esté ha causado en los 
Estados Unidos. 
 Cabe resaltar que esto no ha ocurrido, ya que las abejas que se 
manejan en la región, hasta ahora presentan una conducta de limpieza y 
remoción de los desperdicios del interior de la colmena, lo que 
probablemente evita la reproducción del escarabajo dentro de la misma. 
 Además, la práctica de la apicultura en el estado de Campeche se ha 
caracterizado por ser sedentaria en casi todo el territorio y que los 
conocimientos sobre manejo y cuidado de las abejas se trasmitan de 
generación en generación (el apicultor más antiguo enseña a los jóvenes). 
 Por lo antes mencionado, el presente libro constituye el primer esfuerzo 
de investigadores de diversas disciplinas e instituciones educativas en el 
estado de Campeche, para elaborar un documento formal, que proporcione 
las bases para un buen manejo de las colonias de abejas en la región de la 
península de Yucatán, para lo cual, se realizó una extensa revisión 
bibliográfica enriquecida por experiencias propias adquiridas en el campo 
durante más de 18 años de trabajos con los apicultores de la Península de 
Yucatán, y a nivel nacional con la Organización Nacional de Apicultores 
(ONA). Cabe mencionar que este libro servirá como documento soporte 
para los alumnos que cursen la unidad de aprendizaje (Apicultura), desde 
el nivel bachillerato hasta la licenciatura, en el estado o la Península de 
Yucatán. 
 
Lic. Gerardo Montero Pérez 
 
 
 
 
 
 
Lic. Gerardo Montero Pérez 
Rector, Universidad Autónoma de Campeche 
Mtro. Fernando Medina Blum 
Secretario General, Universidad Autónoma de Campeche 
Ing. Mario Pérez Cervera 
Director General de Planeación y Calidad, Universidad Autónoma de 
Campeche 
Lic. Manuel Sarmiento Morales 
Coordinador General de Asesores, Universidad Autónoma de Campeche 
Dr. Benjamín Otto Ortega Morales 
Director General de Estudios de Posgrado e Investigación, 
Universidad Autónoma de Campeche 
 
Como citar: 
Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (2017), 
Apicultura: Manejo, Nutrición, Sanidad y Flora Apícola, Universidad 
Autónoma de Campeche, Campeche. 112 p. 
Arbitraje: Realizado por tres revisores anónimos, dos especialistas en 
apicultura y uno especialista del área de la Salud y perteneciente al 
Sistema Nacional de investigadores, nivel II. 
© 2017 Universidad Autónoma de Campeche. 
Av. Agustín Melgar s/n entre calle 20 y Juan de la Barrera. 
Col. Buenavista. San Francisco de Campeche, 24039, 
Campeche, México 
http://www.uacam.mx/ 
Primera edición 2017 
ISBN 978-607-8444-32-8 
D.R. Todos los derechos reservados conforme a la ley.
AUTORES 
 
 
 
Clarissa Canul -Heredia 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
Donají Zúñiga -Díaz 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
Eliana Noguera -Savelli 
Catedrática CONACYT, Colegio de Postgraduados Campus Campeche. 
Carretera Haltunchén-Edzná Km. 17.5, Sichochac, Champotón, Campeche. 
C.P. 24450. 
 
Gustavo D. García -Juárez 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
Jesús F. Martínez -Puc 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
Julissa Rosado Carrasco 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
Luis R. Martínez -Pérez de Ayala 
Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad 
Autónoma de Campeche. 
 
Manuel J. Cuevas 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
Maria I. Nah-Naal 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
 
Marisela Leal -Hernández 
CENID Microbiología Animal INIFAP, Cuajimalpa, Ciudad de México. 
 
Milc a E. Coh-Martínez 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
Noel A. González -Valdivia 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
Wilbert S. Poot -Pool 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
 
William Cetzal -Ix 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
CONTENIDO 
 
 
 
Antecedentes e historia de la apicultura …………………………... 
L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc 
 
8 
Biología de la abeja ……………………………………………………. 
J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala 
 
17 
Productos de la colmena ……………………………………………... 
L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix, N.A. 
González-Valdivia 
 
30 
Manejo de la colmena …………………………………………………. 
J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala, W. Cetzal-Ix 
 
45 
Nutrición de la colmena ………………………………………………. 
L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix 
 
60 
Sanidad de la colmena ………………………………………………… 
J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala, W. Cetzal-Ix, M. 
Leal-Hernández 
 
67 
Multiusos de plantas melíferas: una alternativa económica 
para los productores de Campeche, México ……………………… 
M.E. Coh-Martínez, W. Cetzal-Ix, D. Zúñiga-Díaz, W.S. Poot-Pool, 
E. Noguera-Savelli, J.F. Martínez-Puc, M.J. cuevas 
 
 
90 
Importancia del rescate y la conservación de la 
meliponicultura en la P enínsula de Yucatán, México .……...…… 
C. Canul-Heredia, M.I. Nah-Naal, J. Rosado-Carrasco, J.F. 
Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix, G.D. García-Juárez 
 
 
104 
 
Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017 
Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo, 
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola. 
 
Antecedentes e historia de la apicultura 
 
 
Luis R. Martínez -Pérez de Ayala, Jesús F. Martínez -Puc 
 
 
 
Existencia de las abejas en la tierra 
 
El hallazgo más antiguo de los orígenes de las abejas en la tierra, 
pertenece a una abeja obrera encontrada atrapada en ámbar de la eraMesozoica en New Jersey, hace 65 millones de años, clasificada 
taxonómicamente como Trigona prisca (Michener y Grimaldi 1988). 
Estudios posteriores efectuados por Engel en el 2000, la reclasifica en un 
nuevo género y misma especie Cretotrigona prisca, por presentar pelos 
cortos y puntiagudos en el rastrerum, así como, pelos simples en la tibia 
media y sin pelos simples en la corbícula. 
“… La abeja melífera apareció en Europa por primera vez, en el eoceno 
hace 53 millones de años (Ma), en presencia de su precursora Electrapis 
sp. …”. Posteriormente, en el mioceno con Sinapis 26 Ma (sic) y, finalmente 
tras la presión de cambios climáticos del pleistoceno-plioceno, dio lugar a la 
abeja Apis mellifera (siete Ma), que es la mayor conocida actualmente 
(Engel 2010, Michener y Grimaldi 1988). 
Una de las evidencias más antiguas de la apicultura se encuentra en un 
jeroglífico grabado sobre la tumba de Abysos, en Egipto en el año 5,510 a. 
C., donde se ilustra una abeja. Otro ejemplo de la importancia de las abejas 
en la antigüedad se encuentra en el templo de Sun en Abusir, construido 
alrededor de 2,600 años a. C., donde existen bajorrelieves que ilustran la 
extracción de miel por medio del prensado. Por otro lado, se han observado 
inscripciones Hititas del año 1,300 a. C. que describen un sistema de 
apicultura organizado con un código de leyes y multas para los ladrones de 
colmenas, lo cual sugiere una apicultura antigua (Philippe 2008). 
 
 
 
L.R. Martínez Pérez de Ayala () 
Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma 
de Campeche. 
Email: lrmartin@uacam.mx 
 
J.F. Martínez-Puc 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
8
Colmenas en la antigüedad 
 
Investigaciones arqueológicas han demostrado que en el año 2,400 a. C. 
en la Isla de Creta, Italia, la abeja Apis mellifera ya estaba domesticada, 
utilizando para ello colmenas de tierra cocida para alojarla. En el norte de 
Europa, para el año 100 a. C., se utilizaban colmenas de paja en forma de 
cestos o varas trenzadas, las cuales se cubrían de barro (Figura 1). 
Al inicio de la era cristiana, en la región mediterránea, las colmenas eran 
construidas de la corteza del tronco del alcornoque (Corcho). Para el año 
27 a. C., Varrin describe una colmena hecha de bambú la cual era 
extensible y de estructuras móviles. Los modelos antes descritos fueron los 
precursores de la colmena de madera de cuadros móviles creada por 
Langstroth en 1851 (Philippe 2008). 
 
Apicultura en México 
 
El cuidado y el aprovechamiento de productos de las abejas en México, se 
remonta a épocas prehispánicas, donde las diferentes culturas existentes: 
la Maya, la Tarasca, Lacandona, Olmeca y Populuca cultivaban a las 
abejas nativas sin aguijón (Meliponinos), con fines alimenticios, medicinales 
y religiosos (Echazarreta et al. 2002). Su mayor desarrollo lo alcanzó 
durante el siglo IV D. C. cuando la cultura Maya logró cultivar las diversas 
especies de los géneros Trigona y Melipona, teniendo una importancia 
particular la especie M. beecheii. Estas dos especies eran mantenidas en 
troncos huecos y móviles llamados jobones (Figura 1), dispuestos uno 
sobre otro en forma triangular y protegidos con un techo de hoja de palma 
(Figura 2) (Coronado 1996). 
Las abejas del género Apis fueron introducidas a la Nueva España entre 
1760 y 1770, provenientes de Florida, Estados Unidos, pasando por la isla 
de Cuba, entrando por la parte central del altiplano (Coronado 1996). A la 
región de la Península de Yucatán, México se introdujo a fines del siglo XIX 
(Villanueva-Gutiérrez 1994) y principios del siglo XX, denominándosele 
abeja americana por proceder de los Estados Unidos, a pesar de su origen 
Europeo (Calkins 1975). La diferencia entre las fechas de introducción a 
México con respecto a la Península de Yucatán, se debió principalmente al 
gran desarrollo y arraigo que presentaba la meliponicultura en la región y 
aunado a la resistencia de los indígenas en aceptar una abeja que 
aguijoneara (Villanueva-Gutiérrez y Colli-Ucan 1996). 
La apicultura tecnificada se inició en 1920, basándose principalmente en 
el uso de cubos de madera, marcos móviles, cera estampada, técnicas de 
manejo estacional, industrialización de los productos de la colmena, así 
como, la introducción de otras subespecies de abejas más productivas, lo 
cual volvió más rentable está actividad (Coronado 1996). Por otro parte, la 
9
apicultura moderna se desarrolló a partir de las primeras exportaciones de 
miel alrededor de 1950, para estas fechas se establecieron dos regiones 
productivas en México, una en el altiplano donde se instaló la empresa Miel 
Carlota y la otra en la Península de Yucatán con la empresa Miel Yucatán, 
S.A., aunado a otras empresas familiares (Echazarreta et al. 2002) (Figura 
3). 
 
 
 
Figura 1. Colmenas tradicionales y Jobón. A-B. Colmenas tradicionales. C. 
Jobón de la abeja Melipona beecheii. Foto: A-B. W. Cetzal-Ix. C. F. 
Martínez-Puc. 
 
10
 
 
 
Figura 2 . Meliponario protegido con techo de hoja de la palma de huano. 
Foto: G. Catzin Ventura. 
 
 
 
Figura 3 . Apiario tradicional en la Península de Yucatán, México. Foto: C. 
Canul Hernández. 
 
11
Los apicultores en México pertenecen a diversas asociaciones de 
apicultura. Sin embargo, una de las más conocidas en el país es la 
Organización Nacional de Apicultores (ONA). No obstante, los productores 
especializados se han integrado en agrupaciones como La Unión Nacional 
de Polinizadores y Productores Migratorios A.C., La Asociación Nacional de 
Exportadores de Miel de Abeja (ANEMA) y La Unión Nacional de 
Envasadores de Miel de Abeja Mexicana A.C., El Consejo Regulador de la 
Miel de Abeja y La Asociación Nacional de Médicos Veterinarios 
Especialistas en Abejas (Cajero Avelar 1999). 
 
Geografía de la apicultura mexicana 
 
México posee una gran diversidad de climas y tipos de vegetación, lo que 
influye en la composición de flora que posee recursos nectapoliníferos. En 
este sentido, el país se divide en cinco regiones apícolas con diferente 
grado de desarrollo y variedad de tipos de mieles en cuanto a sus 
características fisicoquímicas (humedad, contenido de azúcar) y 
organolépticas (color, aroma y sabor). Estas cinco regiones se localizan en 
el Norte, Centro y Altiplano, Pacífico, Golfo y la Península de Yucatán 
(Figura 4). 
 
Norte 
 
Esta región se caracteriza por presentar una vegetación xerófila y con 
amplias zonas de pastizales, bosques espinosos y de coníferas. Asimismo, 
incluye zonas agrícolas de riego destinadas a productos de exportación, lo 
que ha facilitado el desarrollo de la polinización con abejas. La producción 
de miel de esta región se considera de excelente calidad y se produce de 
marzo a mayo y de agosto a octubre (Echazarreta et al. 2002). 
 
Centro y A ltiplano 
 
Esta región posee vegetación variada, aunque, predomina el matorral 
xerófilo, bosque espinoso, pastizal y bosque de coníferas. Además, incluye 
zonas con bosque subtropical y zonas agrícolas. La producción de miel de 
esta región es considerada de excelente calidad y clasificada de color 
ámbar clara, su producción se realiza de abril a mayo y de septiembre a 
noviembre. La producción de miel es demandada en muchos países por la 
suavidad de su sabor (Echazarreta et al. 2002). 
 
 
 
 
12
Pacífico 
 
Esta se región se caracteriza principalmente por poseer bosque tropical 
caducifolio y subcaducifolio, además de zonas con bosques espinosos y de 
coníferas. El periodo de floración y de producción de miel más importante 
para esta región se lleva a cabo de octubre a diciembre (Echazarreta et al. 
2002). 
 
Golfo 
 
Esta región ser caracteriza por poseer bosque tropical perennifolio y 
bosque tropical caducifolio. Además, incluye extensas zonas de cultivos de 
cítricos, lo que permite la producción de miel de azahar, la cual es 
considerada de excelentecalidad (Echazarreta et al. 2002). 
 
Península de Yucatán 
 
Esta región se caracteriza por la dominancia de selvas tropicales 
caducifolios, subcaducifolios y perennifolias, con periodos de floración que 
van de noviembre a julio. En la península de Yucatán se concentra el 
mayor número de apiarios en el país, motivo por el cual su participación en 
la producción del total nacional equivale al 30 o 35%. La miel de esta región 
se destina principalmente a exportación (Echazarreta et al. 2002). 
 
 
Figura 4 . Regiones apícolas en México. Modificado de Echazarreta et al. 
(2002). 
13
Relevancia socioeconómica de la apicultura en México 
 
En México la apicultura es realizada por aproximadamente entre 41,000 
(2008) y 45,000 (2017) productores, los cuales tienen alrededor de 
2,000,000 colmenas distribuidas en pequeños apiarios de entre 20 y 30 
colonias cada uno, mismos que se encuentran dispersos en todos los 
estados del país (SIAP 2017). 
El apicultor en el país se clasifica en dos grandes grupos: el primero 
conformado por el 95% de los productores que son campesinos de bajos 
recursos, en su mayoría indígenas y quienes representan el 80% del 
inventario apícola del país. La tecnología utilizada por este grupo de 
apicultores es limitada, por lo tanto, les representa una actividad secundaria 
que se realiza con otras actividades del campo, como la agricultura de 
autoconsumo. Lo anterior impide que una considerable cantidad de divisas 
que ingresan al país por la venta de la miel sean destinados a la economía 
familiar de estos grupos de productores rurales. 
El segundo grupo lo conforman apicultores medianos y empresarios 
completamente integrados a la producción de miel, quienes cuentan con 
tecnología moderna, lo que representa su principal actividad económica a 
través de la apicultura y la comercialización de los productos de la colmena, 
(Echazarreta et al. 2002). 
 
Tecnificación de la producción 
 
De acuerdo a Echazarreta et al. (2002), los diferentes esquemas bajo los 
cuales los apicultores llevan a cabo sus actividades se pueden englobar en 
tres niveles de tecnificación. 
 
Tecnificado 
 
Los apicultores de este grupo incorporan a la actividad apícola equipos 
modernos o innovaciones para incrementar la producción de miel acorde a 
condiciones medioambientales de su región. Por ejemplo, productores que 
realizan la apicultura diversificada practican el movimiento de los apiarios 
en diversos tipos de vegetación para obtener mejor calidad de néctar a 
través de la abundante floración, lo que le permite tener mayores 
rendimientos de miel al año. Las explotaciones de este tipo se realizan en 
todas las entidades, pero usualmente se llevan a cabo en el centro y norte 
del país, donde los productores obtienen en promedio de producción de 
miel por colmena entre 60 y 70 kg (Echazarreta et al. 2002). 
 
 
 
14
Semitecnificado 
 
Los apicultores de este grupo presentan diferentes grados de tecnificación, 
sus niveles de producción son menores y generalmente poseen entre 60 y 
100 colmenas. Estos productores en su mayoría venden su miel a 
empresas nacionales que posteriormente lo comercializan y exportan al 
extranjero (Echazarreta et al. 2002). 
 
Tradicional 
 
Los apicultores de este grupo se ve en todo el país, cuentan entre 10 y 60 
colmenas, y practican la apicultura como actividad complementaria a otras 
labores, motivo por el cual comúnmente no incorporan tecnología, los 
niveles de producción son bajos, promediando entre 25 y 30 kilogramos de 
miel por colmena por año (Echazarreta et al. 2002). 
 
Problemática de la apicultura en México 
 
La problemática en el sistema de producción apícola en México, es la 
presencia de la abeja africanizada en territorio nacional en 1986; y 
posteriormente en 1992 la detección del ácaro Varroa destructor, debido a 
que no es posible su erradicación de ninguno de ellos en el país. El 
gobierno y los apicultores tomaron acciones para minimizar los efectos 
adversos de estas especies en la apicultura mexicana. Esto trajo consigo el 
incremento de los costos de producción, por la adquisición de equipo de 
protección para contrarrestar la alta defensividad de esta especie de abeja, 
aunado al cambio de abejas reinas con características genéticas deseables 
en forma anual. 
Por otra parte, la presencia de la varroosis favoreció una mayor 
presencia de enfermedades en la colmena, acompañado que los 
apicultores en su afán de controlarlo, recurrieron al uso indiscriminado de 
productos de procedencia dudosa o remedios caseros; incluso 
acompañado del uso de medicamentos o hasta el empleo de sustancias 
prohibidas por su alta toxicidad, todo esto se reflejó en la contaminación de 
la miel por antibióticos, principalmente el asuntol entre otros productos, lo 
que pone en riesgo la comercialización en el extranjero y aún peor en la 
salud de quienes consuman estos productos (Cajero Avelar 1999). 
A pesar de lo anterior, la producción de miel en México en los últimos 
cuatro años ha superado las 56 mil 300 toneladas aproximadamente, de las 
cuales han sido exportadas un promedio de 26 mil 606 toneladas, 
representando de un 40 a un 50% de la producción nacional. Los 
principales países consumidores de la miel mexicana son Alemania, 
Inglaterra y los Estados Unidos, los cuales generan ingresos anuales de 
15
aproximadamente 32.4 millones de dólares, se confirma con esto que la 
apicultura es la actividad pecuaria que más divisas trae al país (SENASICA 
2004). 
 
Referencias 
 
Cajero-Avelar S. 1999. Situación Actual de la Apicultura Mexicana y sus 
Perspectivas. In: Echazarreta C, Arellano-Rodríguez, JA (eds.), 
Memorias del Primer Foro de Proyectos Integrales: Sistema Producto 
Miel, CONACYT-UADY, Mérida. pp. 20–28. 
Calkins CF. 1975. Introducción de la abeja Apis mellifera a la Península de 
Yucatán. Apicultura en México 5: 13–17. 
Coronado E. 1996. Historia de la Apicultura en México. Apitec 1: 8–9. 
Echazarreta GC, Arellano RA, Pech MC. 2002. Apicultura en Mesoamérica. 
Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida. 72 p. 
Engel M. 2000. A new interpretation of the oldest fossil bee (Hymenoptera: 
Apidae). American Museum Novitates. 3296: 1–11. 
Michener CD, Grimaldi DA. 1988. A Trigona from Late Cretaceous amber of 
New Jersey. American Museum Novitates 2917:1-10 
Philippe JM. 2008. Guía del Apicultor. Mundi-Prensa, España. 376 p. 
SENASICA. 2004. Manual de Buenas Prácticas de Producción de Miel. 
Programa de Inocuidad Alimentaria. SAGARPA. Recuperado de: 
www.senasica.sagarpa.gob.mx /miel/mbpp.pdf 
SIAP [Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera] 2017. Abejas, 
población apícola 2006 – 2015. Colmenas. Recuperado de: 
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/165992/abeja.pdf 
Villamar ME. 1996. Cría y explotación de meliponinos (Scaptotrigona 
mexicana) en la sierra norte de Puebla. 3er. Congreso Internacional de 
actualización apícola, Asociación Nacional de Médicos Veterinarios 
especialistas en abejas A.C. México D.F. 
Villanueva GR. 1994. Nectar sources of European and Africanized honey 
bees (Apis mellifera L.) in the Yucatán Peninsula, Mexico. Journal of 
Apicultural Research 33: 44–58. 
Villanueva GR, Collí-Ucan W. 1996. La apicultura en la Península de 
Yucatán, México y sus perspectivas. Folia Entomológica Mexicana 97: 
55–70. 
16
 
Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017 
Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo, 
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola. 
 
Biología de la abeja 
 
 
 
Jesús F. Martínez -Puc, Luis R. Martínez -Pérez de Ayala 
 
 
Insectos sociales 
 
De los grupos de abejas existentes en el mundo, únicamente los 
meliponinos y las especies del género Apis son consideradas altamente 
sociales, debido a que viven en colonias perennes con dos tipos de castas 
(reinas y obreras), mismas que presentan una división de labores dentro de 
la colmena, siendo ésta de forma cooperativista. Además,conviven con 
más de una generación simultáneamente (Jaramillo-Monroy et al. 1992). 
A diferencia del género Apis que es considerado cosmopolita, los 
meliponinos se encuentran restringidos a las zonas tropicales y 
subtropicales del mundo (Ayala et al. 1993, 1996). Este grupo de abejas 
son un importante componente de la comunidad de polinizadores de las 
selvas tropicales (Vergara et al. 1994). 
 
Ubicación taxonómica 
 
Actualmente existen aproximadamente 20,000 especies de abejas 
distribuidas a nivel mundial (Michener 2007). Las abejas melíferas se 
clasifican en el Reino Animal, Phylum Arthropoda, Clase Insecta, Subclase 
Pterygota, División Endopterygota, Orden Hymenoptera, Suborden 
Apoidea, Familia Apidae, Género Apis y Especie mellifera (Figura 1) 
(Coronado y Márquez 1986). 
Es importante destacar que en la Península de Yucatán se cuenta con la 
presencia de la abeja africanizada, que es el producto de la cruza de la 
abeja europea y la abeja africana. 
 
 
J.F. Martínez-Puc () 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
Email: froyitovarroo@hotmail.com 
 
L.R. Martínez-Pérez de Ayala, 
Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma 
de Campeche. 
17
 
 
Figura 1. Relaciones taxonómicas dentro la familia Apidae. Redibujado de 
Graham (1992). 
 
En 1956 un grupo de investigadores brasileños importaron del 
continente africano abejas reinas de Apis mellifera scutellata con la 
intención de mejorar la producción de apiarios, hasta entonces formados 
por colonias de abejas europeas por medio de un programa de 
mejoramiento genético (Kerr 1967). Las abejas de origen africano (Figura 
2) se sometieron a un proceso de selección, pero ese mismo año 
escaparon de manera accidental iniciando el proceso de africanización 
(Camazine & Morse 1998). 
 
18
 
Figura 2 . Distribución de algunas especies de abejas melíferas en el 
Continente Europeo y Africano. Tomado de Fletcher (1991). 
 
Origen y dispersión de la abeja africanizada por el continente 
Americano 
 
La abeja africanizada es el resultado del cruzamiento de la subespecie del 
continente Africano, A. mellifera scutellata y de subespecies de razas 
europeas, como: A. m. melifera, A. m. ligustica, A. m. caucásica y A. m. 
carnica (Winston 1987). Las abejas africanas fueron introducidas a Brasil, 
en 1956 como parte de un programa de cría de abejas, para obtener una 
abeja mejor adaptada a las condiciones tropicales e incrementar la 
producción de miel, considerando que una abeja adaptada a las 
condiciones tropicales de África podría sobrevivir y desarrollarse en forma 
19
más adecuada que las razas europeas en las regiones tropicales de 
Sudamérica (Kerr 1967). 
Desafortunadamente, un año después, 26 de estas colonias 
experimentales, escaparon accidentalmente (Kerr 1967), las cuales 
hibridaron con la población de abejas de origen europeo, iniciando así el 
proceso de africanización (Echazarreta et al. 1997). El avance de la abeja 
africanizada en América del Sur se vio limitado en regiones con bajas 
temperaturas y hacia el Sur su avance se limitó por la barrera climática de 
Argentina y al Oeste por la barrera física y climática de la cordillera de los 
Andes (Kerr et al. 1982), desplazándose a una velocidad de 300 a 500 
km/año (Winston 1992). La abeja africanizada se registró en 1974 en la 
Guayana Francesa, en Paraguay en 1965, en Bolivia en 1967, en Argentina 
en 1969, en Uruguay en 1971, en Venezuela y Perú en 1977, en 1978 en 
Colombia (Crane 1990). La población de abejas africanizadas avanzó a 
América Central ingresando a Panamá en 1982 y a Costa Rica en 1983 
(Buchman 1982). En 1985 ingresó al Sur de Honduras y a la región Oriental 
de El Salvador (Winston 1987, Crane 1990), a Guatemala en 1985 (Fierro 
et al. 1987, Crane 1990). 
En México, la abeja africanizada se reportó por primera vez en 1986, en 
la frontera Sur del estado de Chiapas (Fierro et al. 1987, Crane 1990). En 
Yucatán, los primeros enjambres africanizados se detectaron en la parte 
Sur del estado en 1987, para 1990 ya se encontraba distribuida en toda la 
entidad (Quezada-Euan et al. 1996). May-Itzá (1995) demostró que a pesar 
de que la abeja africanizada se encontraba distribuida en todo el estado, 
únicamente 16 de cada 100 colonias establecidas en apiarios comerciales 
se encontraban africanizados, asimismo, observó un gradiente de 
africanización del sur-este del estado disminuyendo hacia el oriente con un 
rango que va de 4 % hasta un 44 % de africanización por localidad, un 
muestreo realizado durante 1992 demostró que el 40 % de los apiarios 
comerciales se encontraban africanizados (Vivas 1995), ese mismo año, el 
porcentaje de colonias en estado silvestre africanizados en el estado de 
Yucatán fue de un 80 %, para 1993 el porcentaje de enjambres silvestres 
africanizados aumentó a un 97 % (May-Itzá 1995). 
 
El proceso de africanización 
 
La liberación accidental de las abejas africanas en Brasil en 1956 fue la 
consecuencia del inicio del proceso de africanización (Rinderer & Hellminch 
1991). Sin embargo, una las principales causas del proceso de 
africanización, se debe a que las reinas europeas generalmente son 
fecundadas por zánganos africanizados manteniendo de esta manera dicho 
genotipo. Se ha observado que existe una ventaja de los zánganos 
20
africanos sobre su contraparte europea, ya que presentan un ancho y largo 
en las alas anteriores y posteriores mayores a la de los zánganos 
europeos, y un mayor número de hámulos, lo que proporciona una ventaja 
en la competencia por las reinas vírgenes sobre los zánganos europeos 
(Goncalves 1970). 
Otro factor importante, es el parasitismo reproductivo social asociado a 
las abejas africanizadas, ocurre cuando un enjambre de abejas 
africanizadas incluyendo a la reina fecundada, invaden una colonia 
europea, las abejas del enjambre eliminan a la reina de la colonia atacada, 
por lo cual las abejas de la colonia tienen que aceptar a la reina 
africanizada, al parecer las colonias sin reina son más atractivas para los 
enjambres africanizados (Rinderer & Hellmich 1991). Existe una serie de 
características desarrolladas por las abejas africanizadas debido al 
ambiente extremo en el que evolucionaron lo que les proporcionó una serie 
de ventajas sobre las abejas europeas en el continente americano. Las 
colonias en estado silvestre de abejas de clima templado y clima tropical, 
difieren principalmente en tres aspectos: tamaño del nido, cantidad de miel 
almacenada y los lugares elegidos para la construcción de este (Winston et 
al. 1983). 
Las abejas europeas ocupan cavidades con un volumen mayor en 
comparación con las abejas africanizadas (Seeley & Morse 1976, Seeley 
1977). Las colonias africanizadas ocupan cavidades con un volumen 
promedio de 22 litros y con áreas de panal de 8,000 cm2 (Winston et al., 
1983). Las colonias de abejas africanizadas se pueden encontrar en 
lugares abiertos, particularmente en climas secos (Fletcher 1978). Las 
colonias se pueden encontrar suspendidas en árboles, rocas, agrupadas en 
alguna rama, alcantarillas o en neumáticos abandonados (Winston et al. 
1983). Las abejas africanizadas pueden reaccionar frente a un intruso tres 
veces más rápido que las abejas europeas y perseguir a sus agresores 
hasta distancias superiores a un kilómetro y luego retornar a sus nidos 
permaneciendo agitadas por varios días (Camazine & Morse 1988). El 
comportamiento altamente defensivo puede haberse desarrollado en 
respuesta a niveles más grandes de en sus sitios de origen (Schneider & 
McNally 1992). 
 
Anatomía y fisiología de la abeja melífera 
 
El cuerpo de la abeja adulta se divide en tres secciones: cabeza, tórax y 
abdomen (Figura 3). La cabeza se encuentra unida a la próxima división del 
cuerpo, el tórax por un cuello fino y flexible. El tórax y la tercera sección del 
tronco, o abdomen, se componen de una sucesiónde anillos, llamados 
segmentos. En la mayoría de los insectos el tórax se compone de tres 
21
segmentos, pero en la abeja e insectos relacionados incluye cuatro 
segmentos, que son el protorax, el mesotorax, el metatorax y el propodeo. 
El propodeo de la abeja es el primer segmento de la mayoría de los demás 
insectos. 
 
Figura 3 . Principales partes del cuerpo de la Apis mellifera. A. Cuerpo. B. 
Cabeza. C. Ala anterior y posterior. D. Tercera pata. (Redibujado de Dade 
1994). 
 
La cabeza del insecto adulto posee los ojos, las antenas y los órganos 
de la alimentación. La cabeza se compone de cuatro pares de apéndices, 
22
estos son las antenas, las mandíbulas, las maxilas y el labio. En las abejas 
los maxilares y el labio forman en conjunto la probóscide, un órgano que 
facilita la alimentación con líquidos. La cabeza también tiene un par de 
grandes ojos compuestos laterales y entre estos hay tres ojos simples 
llamados ocelos. También tiene un par de antenas. 
Las alas del insecto son chatas finas, prolongadas desde dos capas de 
la pared del cuerpo y reforzadas por engrosamientos tubulares, llamados 
nervaduras. Estos apéndices se insertan a los costados del mesotórax y el 
metatórax. 
El insecto posee tres pares de patas pero cada uno se divide en seis 
partes principales o segmentos. El segmento básico de las patas es el 
coxa, segundo segmento el trocánter, el tercero el fémur, el cuarto es la 
tibia, el quinto el tarso y el ultimo es el pretarso. 
La larva de la abeja tiene diez segmentos abdominales, pero en la abeja 
adulta y otros himenópteros relacionados, el abdomen esta reducido a 
nueve segmentos por la transferencia del primer segmento al tórax. Las 
características externas de mayor interés en el abdomen es la presencia de 
las glándulas de la cera, las glándulas de Nasanov y el aguijón. 
 
Desarrollo de la abeja 
 
El desarrollo ontogénico de las abejas es similar al de otros insectos con 
metamorfosis completa. En la abeja obrera, el ciclo comienza con la 
postura del huevo que tarda 3 días y 5 horas en emerger y pasar así al 
estado larval o de “cría abierta”. Este periodo dura 6 días hasta que es 
operculada la celda y pasa al tercer estadio de prepupa y pupa. Este 
estadio dura 12 días, durante el cual va tomando forma la abeja hasta 
emerger. El ciclo biológico de la abeja obrera desde que es ovipositado el 
huevo hasta que emerge de la celda dura 21 días. Cada individuo pasa por 
las etapas de huevo, larva, pupa y adulto (Figura 4). La larva es el estadio 
de crecimiento, la pupa es el estadio de diferenciación y formación de las 
estructuras de los adultos (Michener 1974) (Cuadro 1). El huevo de la abeja 
es de color blanco y subcilíndrico con uno de los extremos alargados, pesa 
aproximadamente 0.1 mg. La reina deposita el huevo en una celda y éste 
se adhiere en el fondo por su extremo angosto. El periodo de incubación 
dura de 76 a 78 horas (Espina Pérez & Ordetx 1983). 
23
Figura 4. Estadios sucesivos de la abeja, desde huevo hasta abeja adulta. 
(Dibujado por V. Castellot). 
 
Cuadro 1. Etapas de desarrollo de los tres miembros de una colonia de la 
abeja melífera (basado en Philippe 2008). 
 
Estadio 
 
Reina 
(en días) 
Obrera 
(en días) 
Macho 
(en días) 
Huevo 
Larva 
Pupa 
Emergencia del imago 
después de: 
Longevidad 
3 
5 
8 
16 
3 a 6 (años) 
3 
6 
12 
21 
28 a 180 
3 
7 
14 
24 
15 a 60 
 
Miembros de la colmena y sus funciones 
 
Una colonia de abejas está compuesta por tres clases de individuos: la 
reina, millares de obreras y decenas de zánganos (Figuras 5, 6). Además 
de las abejas adultas, normalmente cada colonia tiene abejas en diferentes 
estados de desarrollo: huevos, larvas, pupas, que colectivamente se 
designan como cría (Espina Pérez & Ordetx 1983). 
La reina es la única hembra completamente desarrollada sexualmente 
en la colonia, capaz de poner huevos que producirán obreras y zánganos, 
su única función es ovopositar. La reina es la abeja más grande de la 
colmena, su tórax y sus extremidades son de mayor tamaño en 
24
comparación a las obreras. Existe una sola reina en la colmena, aunque en 
periodos de reemplazo pueden estar presentes dos reinas (madre e hija), 
ambas ovopositando por un periodo breve. Una buena reina pone entre 
1,500 a 2,000 huevos al día; una reina fecunda puede ovopositar 
satisfactoriamente durante dos o tres años. La duración de su vida depende 
de factores genéticos, así como de la eficiencia de su fecundación, las 
condiciones en las que haya sido criada y la totalidad de huevos producidos 
(Espina Pérez & Ordetx 1983). 
 
 
 
Figura 5 . Apis mellifera. A. Celdas reales durante el proceso de cría de 
abejas reinas. B. Abeja reina. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-Ayala. 
 
25
 
 
Figura 6 . Apis mellifera. A. Abeja obrera. B. Zángano de abeja. Fotos: L.R. 
Martínez-Pérez de-Ayala. 
 
Las obreras son hembras, pero están incapacitadas para aparearse, 
aunque pueden asumir la función de ovopositar en las colonias que se han 
quedado sin reinas, sus huevos no fecundados sólo producen zánganos. 
Como su nombre lo indica, la abeja obrera es la encargada de hacer todos 
los trabajos dentro y fuera de la colmena: limpieza de celdas, alimentan a 
las larvas, secreción de la cera y construcción de los panales; crían reinas 
cuando es necesario, limpian y protegen la colmena, la refrescan mediante 
ventilación, recolectan néctar, polen, agua y propóleos, y convierten el 
néctar en miel. Además, alimentan a la reina con jalea real y obtienen el 
alimento que necesitan los zánganos. La duración de la vida de las obreras 
depende de la cantidad de trabajo que realizan. Durante la época de 
cosecha, debido al exceso de labores, viven aproximadamente seis 
semanas. En los países fríos, donde quedan recluidas en la colmena, casi 
inactivas durante parte del año, suelen vivir hasta unos seis meses (Espina-
Pérez & Ordetx 1983). 
El zángano es el macho de las abejas, su única función consiste en 
fecundar a las reinas. En una colmena donde exista una reina se 
encuentran numerosos zánganos, los cuales son aceptados por cualquier 
colonia que tenga una reina virgen. La fecundación tiene lugar en el aire y 
el zángano muere al terminar ésta. Los zánganos se pueden distinguir 
fácilmente de las obreras y la reina, por tener el cuerpo más voluminoso 
que el de las obreras, pero más corto que el de la reina. Los zánganos 
carecen de aguijón (Espina-Pérez & Ordetx 1983). 
 
 
26
Comunicación 
 
La comunicación entre los miembros de una colonia está muy desarrollada; 
algunos aspectos, como los de la danza de orientación, colocan a las 
abejas aparte de otros insectos sociales (Figura 7). Al danzar la abeja 
ejecuta semicírculos a la derecha y a la izquierda con una línea recta que 
corre entre los dos semicírculos, mientras recorre la línea recta la abeja 
sacude el abdomen emitiendo pulsaciones audibles. Las abejas usan el 
ángulo solar y la luz polarizada como medio de orientación (Ruppert & 
Barnes 1996). 
 
 
 
Figura 7 . Esquema de los dos tipos de danzas principales utilizados por 
las abejas para su comunicación (Modificado de Jean-Prost 1995). 
 
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29
 
Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017 
Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo, 
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola. 
 
Productos de la colmena 
 
 
 
Luis R. Martínez -Pérez de Ayala, Jesús F. Martínez -Puc, 
William Cetzal -Ix, Noel A. González -Valdivia 
 
 
Miel 
 
La miel es una sustancia dulce producida por las abejas y disfrutada por el 
humano como endulcorante y por sus propiedades dietéticas y 
terapéuticas. La miel puede definirse como una sustancia dulce natural 
producida por abejas de A. mellifera, a partir del néctar de las plantas o de 
secreciones de partes vivas de estas o de excreciones de insectos 
succionadores de plantas que quedan sobre las partes vivas de las mismas 
y que las abejas recogen, transforman y combinan con sustancias 
específicas propias, y depositan, deshidratan, almacenan y dejan en el 
panal para que madure y añeje (CODEX STAN 12 1981). 
 
Miel orgánica 
 
Es la miel que se obtiene mediante técnicas que garantizan su inocuidad o 
pureza y que se produce en zonas donde el impacto ambiental es mínimo: 
las abejas beben agua que proviene de manantiales; arroyos, lagos limpios 
y libres de contaminación, se alimentan principalmente de flores silvestres o 
flores de cultivos orgánicos, certificados que están fuera de áreas urbanas; 
de agricultura convencional o de zonas ganaderas cuyos agroquímicos y 
medicamentos pudieran contaminar la miel (Castañón 2009). Sin embargo, 
existen diferencias en los criterios usados por la United States National 
Honey Board, que define “miel orgánica” como aquella producida, 
procesada y empacada de acuerdo a regulaciones Estatales y Federales 
 
J.F. Martínez-Puc (), W. Cetzal-Ix, N.A. González-Valdivia 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México 
Email: froyitovarroo@hotmail.com 
 
L.R. Martínez-Pérez de Ayala, 
Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma 
de Campeche. 
30
de miel y productos orgánicos, certificada por organismos oficiales y/o 
organizaciones independientes. 
 
Miel de melipona 
 
La Norma Europea y el CODEX ALIMENTARIUS especifican que la miel 
debe provenir del género Apis, específicamente de A. mellifera, motivo por 
el cual la miel de melipona está considerada como producto. Sin embargo, 
este caso está en discusión, debido a que las abejas meliponas son en 
realidad abejas autóctonas de México y del continente americano y su 
producto es realmente miel (Castañón 2009). 
La miel de melipona fue utilizada por los mayas como moneda y también 
fue objeto de un intenso comercio que realizaban por mar desde Tabasco 
en México hasta Honduras y Nicaragua, así también con el Imperio Mexica, 
a cambio de la miel y cera, los mayas probablemente recibían semillas de 
cacao y piedras preciosas (Labougle & Zozaya 1986). Posteriormente, con 
la llegada de los españoles y debido a las actividades religiosas católicas 
surgió una fuerte demanda de cera de abeja utilizada para fabricar velas, 
por lo cual los españoles exigieron a los mayas cera como tributo (Ruz 
1980). 
 
Clasificación de las mieles 
 
La Norma Mexicana NMX-F-036-1997 ALIMENTOS-MIEL-
ESPECIFICACIONES Y MÉTODOS DE PRUEBA, clasifica la miel en tres 
modalidades: 
 
Miel en p anal 
 
Es la miel que no ha sido extraída de su almacén natural de cera y puede 
consumirse como tal. 
 
Miel líquida 
 
Es la miel que ha sido extraída de los panales y que se encuentra en 
estado líquido, sin presentar cristales visibles. 
 
Miel c ristalizada 
 
Es la miel que se encuentra en estado sólido o semisólido granulado como 
resultado del fenómeno natural de cristalización de los azúcares que la 
constituyen. 
31
La miel producida por Apis mellifera de acuerdo a la FAO-OMS (1985) 
se puede clasificar como: 
 
a) monofloral 
 
Es aquella en la que predomina un solo origen botánico, por lo que dará a 
esa miel un olor y sabor característico. 
 
b) multifloral 
 
Presentando varios orígenes botánicos y de los cuales ninguno es 
predominante. 
 
c) miel de mieladas 
 
Procede principalmente de secreciones de las partes vivas de las plantas, 
su color varía del castaño muy claro o verdoso, al castaño oscuro. 
 
La diferencia entre una miel y otra depende sobre todo de la calidad y 
cantidad de las plantas que florecen y producen néctar en el mismo 
periodo. En muchos casos, existe una fuente principal que predominanetamente sobre las demás y confiere a la miel sus peculiares 
características. Se hace referencia de mieles monoflorales o multiflorales 
(Piana et al. 1989). 
 
Proceso de maduración de néctar a miel 
La transformación del néctar a miel inicia en el momento que la abeja liba el 
néctar de la flor y lo almacena en su buche melífero, agregándole la enzima 
invertasa, la cual desdobla los azúcares disacáridos (sacarosa) 
transformándolos en azúcares simples (glucosa y fructosa). Las abejas 
forrajeras al completar su carga de néctar lo transportan a su nido y la 
entregan a las abejas nodrizas, éstas lo depositan en celdas vacías de 
diferentes formas, en pequeñas gotitas, en forma de una película delgada 
del dulce, con el fin de favorecer la pérdida de agua, una vez alcanzado el 
porcentaje de humedad requerido, las abejas la toman y depositan en la 
celda que la almacenará hasta su total maduración como miel, en la celda 
llena y operculada (De Araujo-Freitas et al. 2010). 
 
Composición química 
 
La miel de abeja está compuesta principalmente por agua, carbohidratos 
(fructosa, glucosa, maltosa y sacarosa), proteínas, aminoácidos, vitaminas 
32
(tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantotenico, B6 y C) y minerales (calcio, 
cobre, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, potasio, sodio y zinc) (Cuadro 
1). 
 
Cuadro 1. Composición de la miel de abeja en 100 g (National Honey 
Board’s 1997). 
 
Nutrientes Promedio en 100g Rango 
Energía 304 kcal. 
Agua 17.1 g 12.2 – 22.9 
Proteínas, aminoácidos, 
vitaminas y minerales. 
0.50 g 
 
Calidad de la miel . Contenido aparente de azúcar reductor expresado en 
% (g/100g) de azúcar invertido: Mínimo 63.83, máximo sin límite. La 
variación de estos valores puede deberse a adulteraciones, así como al tipo 
de alimentación que recibe la colmena y a su cosecha prematura. 
 
Humedad. Expresada en % (g/100g): Máximo 20%. Existen diversas 
razones por las que puede incrementarse el porcentaje de humedad, la 
más común es la cosecha de la miel antes de que alcance la humedad 
adecuada (falta de maduración de la miel en panal), aunque con cierta 
frecuencia también puede atribuirse al almacenamiento de la misma en 
condiciones inadecuadas. Un alto porcentaje de agua favorece el desarrollo 
de mohos y levaduras, por lo que la miel con altos porcentajes de humedad 
se fermenta fácilmente. 
 
Cenizas (minerales). Expresado en % (g/100g): Máximo 0.60. Esta medida 
se relaciona con problemas de higiene (tierra y arena). La miel adulterada 
con melaza también puede presentar un alto porcentaje de cenizas. No se 
admiten metales pesados que superen los máximos permitidos por los 
alimentos en general. 
 
Sólidos insolubles en agua. Expresada en % (g/ 100g): Máximo 0.30. La 
miel es sometida a un proceso de filtración para eliminar restos de insectos, 
granos de arena, trozos de panal, restos de cera, polvo y otros sólidos 
insolubles. Un valor que supere el máximo de sólidos insolubles puede 
deberse a un filtrado inadecuado y/o problemas de higiene. 
 
Acidez. Expresada como miliequivalentes de ácido/kg: Máximo 40.00. La 
acidez indica el grado de frescura de la miel. Se relaciona también con la 
probable fermentación por desarrollo de microorganismos. Este parámetro 
33
también es importante porque en el caso de haberse usado ácido láctico o 
fórmico para combatir la Varroa la acidez de la miel aumenta. El 
sobrecalentamiento es otro factor que se refleja en un alto valor de acidez. 
 
Índice de diastasa . En escala de Gothe: Mínimo 8,0. Miel con bajo 
contenido enzimático: mínimo 3 escala Gothe, con HMF no mayor a 15 
mg/kg. 
 
Hidroximetilfurfu ral (HMF) . En miel envasada de más de 6 meses. 
Expresada en mg/kg: 80.00. Hidroximetilfurfural (HMF) en miel envasada 
de menos de 6 meses. Expresada en mg/kg: 40.00. Tanto la actividad 
distásica como los valores de HMF indican el grado de frescura de una 
miel. Estos dos últimos indicadores también se ven alterados por la acción 
del calor y el almacenamiento por tiempo prolongado. 
 
Cera 
 
La cera es la sustancia grasa segregada por las glándulas cereras de las 
abejas obreras jóvenes (Jean-Prost 1995). Las cuatro pares de glándulas 
se encuentran ubicadas entre los externitos abdominales de las abejas, 
sobre los segmentos IV y VII (Sepúlveda-Gil 1986). La producción de la 
cera se lleva a cabo mediante la formación de pequeñas escamas de cera, 
las cuales son recolectadas con las mandíbulas de las abejas moldeadas y 
adicionadas con polen y propóleos (Jean-Prost 1995). 
La cera es tan antigua como la propia historia de las abejas y su 
explotación es conocida desde tiempos remotos, fue usada como pago de 
tributos, tasas y multas, encontrándose bloques de cera inalterados en 
tumbas egipcias y navíos naufragados. Esto es posible debido a que la 
cera es estable por mucho tiempo, ya que se oxida lentamente a menos 
que sea atacada por la polilla de la cera (Graham 1992). 
Las abejas consumen miel, y en el intestino se absorben las moléculas 
de los azúcares (de 6 carbonos). De allí pasan al interior de su cuerpo, 
donde son transformados en fragmentos pequeños (de 2 carbonos). Luego, 
en las glándulas cereras, se recombinan de diferente manera para formar 
por un lado los ácidos grasos y los hidrocarburos (de entre 14 y 41 
carbonos), y por otro los esteres y los alcoholes de la cera (de entre 28 y 54 
carbonos). La mezcla de estos productos es lo que conocemos como cera 
de abejas (Gómez-Pajuelo 2002). 
 
34
 
 
Figura 1 . Estampadora y diversas presentaciones de la cera de Apis 
mellifera. A. Estampadora de cera tipo rodillo. B. Hoja de cera estampada 
colocada en un marco de madera. C. Panal labrado. D. Cera de opérculo 
lista para elaborar una marqueta. E. Marquetas de cera de diferentes 
pesos. Fotos: J.M. Martínez-Puc. 
 
35
La cera recién producida por las abejas es de color blanco, pero va 
adquiriendo un color amarillento característico, a medida que entra en 
contacto con las abejas, la miel, polen y propóleos (Figura 1). Los matices 
amarillos son causados por los pigmentos de caroteno solubles en grasa 
provenientes del polen. 
 
Composición de la cera 
 
La cera de la abeja A. mellifera se compone aproximadamente de 16% de 
hidratos de carbono, 31% de alcoholes monohídricos de cadena simple, 3% 
de dioles, 31% de ácidos grasos, 13% de ácidos hidróxicos y 6% de otras 
sustancias (Philippe 2008). 
 
Propiedades fisicoquímicas de la cera 
 
La cera se funde a una temperatura entre los 62.5º y los 65ºC. Es insoluble 
en agua, ligeramente soluble en alcohol frío, y soluble a temperatura 
ambiente en éter, benceno y bisulfito de carbono (Philippe 2008). 
Por sus características peculiares, entre las que puede destacar no ser 
cristalizable y ser sumamente resistente a la acción de la humedad, la cera 
de abejas es muy valiosa para el humano. 
 
Polen 
 
Etimológicamente, la palabra polen proviene del latín pollen, que significa 
flor de harina (Sepúlveda-Gil 1986), y se define como las microesporas o 
gametófitos masculinos de las que contienen las anteras de las flores de 
las plantas fanerógamas (Tanus 1990). 
Las abejas forrajeras recolectan el polen de las flores gracias a la ayuda 
de los pelos de su cuerpo cargados de electricidad estática. Lo humedecen 
con néctar formando pequeñas aglomeraciones, las cuales son 
depositadas en las cestillas del último par de patas y transportadas a la 
colmena para alimentar a las abejas obreras (Figura 2) (Polaino et al. 
2006). 
 
Características sensoriales del polen 
 
Tamaño: varía de menos de 5 a más de 200 micras de diámetro. 
 
Color: son de una amplia variedad de colores tanto como las del espectro 
solar, rojo, naranja y amarillo son los más comunes, pero el azul, verde y 
purpura suelen ser típicos de algunas regiones. 
36
Olor: característico de las especies vegetales de las cuales provenga. 
 
Sabor: según las especies vegetales de las cuales se origine. 
 
Forma: triangulares, alargados y hexagonales.Figu ra 2. Charola de la trampa tipo piquera para la recolecta de polen. 
Foto: J. Irigoyen Santos. 
 
Composición química del polen 
 
La composición media del polen en una muestra seca es de un 5 a 6% de 
agua, un 25% de proteínas, azúcares o glúcidos un 40%, lípidos 4.5%, 
cenizas (minerales) 5%, vitaminas (A, B1, B2, B3, B5, B6, B7, B8, B9, B12, C, D 
y E) 0.015%, pigmentos trazas, enzimas trazas, rutina 0.017% y 
flavonoides, flavonas, diglicósidos, entre otras sustancias antibióticas 
activas 20% (Philippe 2008). 
 
Cuadro 2. Especificaciones físicas y químicas del polen. 
 
Parámetro Valor mínimo Valor máximo 
Humedad 4.5 8 
Cenizas 1.5 2.2 
Proteína cruda 12 18 
Grasa cruda 2.5 6.5 
Fibra cruda 0.27 0.70 
 
37
Propóleo 
 
El término propóleo es derivado de dos palabras griegas, Pro, que significa 
antes y Polis, ciudad, y es empleada en el sentido de defensa de la 
colmena “ciudad de las abejas” (Rosa-Agostinho 1996). El propóleo es una 
mezcla de sustancias resinosas, gomosas y balsámicas, cuyo color varía 
del pardo-rojizo al amarillo-verdoso, de sabor amargo y consiste 
básicamente de exudados de diferentes plantas que las abejas combinan 
con secreciones mandibulares y cera (Franco & Kurebayashi 1986; Aga et 
al. 1994; Meda & de Mattos-Meda 1994; Bracho et al. 1996; Malaspina & 
Palma 1998). Esto último es soportado por recientes descubrimientos, en 
cuanto al contenido de ácidos grasos de origen animal, en muestras de 
propóleo fresco (Palma & Malaspina 1999). 
 
Recolecta del propóleo por las abejas 
 
La recolecta del propóleo se efectúa por un número reducido de abejas (de 
más de 15 días de vida) durante las horas más calientes del día, por lo 
regular de las 10:00 a las 15:30 horas (Morse 1975; Dos Santos 1996). 
Cada abeja después de haber localizado con sus antenas la partícula más 
adecuada de resina en alguna planta, procede a desprenderla valiéndose 
de sus mandíbulas y del primer par de patas, auxiliándose con la secreción 
de sus glándulas mandibulares (ácido10-hidroxi-2-decenoico), le permite el 
ablandamiento de la goma. Posteriormente, la abeja tritura y moldea con 
sus mandíbulas el pedazo arrancado y utiliza una de las patas del segundo 
par, para transferirlo a la corbícula del tercer par de patas, esta acción la 
puede efectuar en el lugar de colecta o en pleno vuelo. Para completar una 
carga de propóleo (llenar las dos cestillas de su tercer par de patas), una 
abeja puede ocupar de 15 minutos a una hora en realizar dicha labor, 
dependiendo principalmente de la temperatura ambiente (Donadieu 1980; 
Machado de Morales et al. 1995). Cabe mencionar que Dos Santos (1996), 
señala que temperaturas por abajo de los 21ºC y por arriba de los 28ºC, 
parecen inhibir este comportamiento. 
 
Utilización del propóleo dentro de la colmena 
 
Las abejas utilizan el propóleo dentro de la colonia con diversos fines, 
como son: embalsamado de los intrusos muertos dentro de la colmena, 
tapar grietas o hendiduras de la colonia, disminuir el acceso de la piquera, 
alisar asperezas dentro de la colmena, esterilización de la colmena y las 
celdas donde la reina pondrá los huevos, aislante térmico, fijar los panales 
a los cuadros o ramas de los árboles, evitar la vibración de los panales y 
38
darle impermeabilidad a la colmena (Asís 1989; De la Cuétara et al. 1988; 
Negri et al. 1998). 
 
Composición del propóleo 
 
Estudios efectuados en las últimas décadas enfocados a determinar la 
composición del propóleo, mencionan que su composición genérica se 
encuentra de la siguiente manera: 55% de resinas y bálsamos, un 10% de 
aceites volátiles, cerca de un 30% de cera y un 5% de polen (Borcic et al. 
1996). En lo referente a su composición química, aún no se logra conocer 
la totalidad de sus componentes. Algunos autores señalan que el propóleo 
contiene más de 150 elementos (Bankova et al. 1993; Basnet et al. 1996; 
Matsushige et al. 1996), otros mencionan que su contenido está formado 
por más de 160 constituyentes (Bankova et al. 1995; Cunha et al. 1998). 
Por último, Sforcin et al. (1995) señalan la presencia de más de 180 
componentes para esta resina. Cabe señalar que el propóleo se encuentra 
constituido principalmente por flavonoides, flavonoles, flavononas flavonas 
y ácidos orgánicos como el ferúlico, cinámico, cafeico y benzoico (Rojas et 
al. 1990). 
 
Propiedades físico - químicas del propóleo 
 
El propóleo presenta una densidad mayor que la cera de abeja, se disuelve 
fácilmente en éter y cloroformo, parcialmente soluble en alcohol, a 
temperaturas de 15ºC es duro y quebradizo. A temperaturas más elevadas 
se ablanda y se vuelve pegajoso. Esta resina se funde entre 60º y 69ºC 
(Bojñanski & Kosljarova 1975). 
 
Jalea real 
 
La jalea real está constituida por la secreción de las glándulas 
hipofaríngeas y mandibulares de las abejas obreras de 5-15 días de vida, 
utilizando polen como producto base y miel. Se presenta como una 
sustancia viscosa, de aspecto lechoso, color amarillo pálido, su sabor es 
ácido y ligeramente amargo con olor levemente acre (Philippe 2008). 
 
Composición de la Jalea Real 
 
De acuerdo a SAGPyA, (2003) la jalea real está compuesta por: Agua: 60-
70%, Azúcares 10-15%, Proteínas 11-15%, Lípidos 5-7% y Cenizas 0.8-
1%. Tiene un pH cercano a 3.6. 
39
Posee las siguientes vitaminas: Titamina (vitamina B1), Riboflavina 
(vitamina B2), Piridoxina (vitamina B6), Ácido pantoténico (B5) es la más 
abundante, Biotina (B8), Ácido fólico y Vitamina E (activa el funcionamiento 
de los órganos sexuales y tiene efectos sobre el aparato cardiovascular). 
Inositol: vitamina del grupo B. Indicada para trastornos del metabolismo 
hepático, estimula el crecimiento, activa el corazón y los intestinos. 
Contiene, además, antibióticos, un principio hiperglucemiante y los 
siguientes microelementos: hierro, oro, calcio, cobalto, silicio, magnesio, 
manganeso, níquel, plata, azufre, cromo y cinc. 
También se encuentran en su composición algunas hormonas como el 
estradiol, la testosterona y la progesterona. Tiene también gammaglobulina, 
no correlacionada en cuanto a antigenicidad con la gammaglobulina del 
plasma humano. Además de albúminas, grasas, azúcares, vitaminas, 
microelementos y los otros compuestos mencionados, contiene los 20 
aminoácidos esenciales: arginina, valina, histidina, insoleucina, leucina, 
lisina, metionina, treonina, triptofano, fenilalanina, prolina, ácido aspártico, 
serina, ácido glutámico, glicina, alanina, cistina y tirosina. 
 
Veneno 
 
En la actualidad en México no existen registros oficiales sobre la 
producción de la apitoxina (SIAP 2017). Sin embargo, se tiene 
conocimiento de productores que se encuentran iniciando el 
aprovechamiento de este producto de la colmena en diversos estados del 
país, el cual es utilizado para la elaboración de manera artesanal de 
ungüentos, cremas, geles, entre otros, para la aplicación tópica en 
dolencias musculares principalmente. Asimismo, existen diversos equipos 
de colecta de la apitoxina en el mercado, los cuales se basan en pequeñas 
descargas eléctricas, que estimula a las abejas a aguijonear, eyectando el 
veneno el cual se deposita en un cristal de donde es recolectado. Esta 
técnica evita el sacrificio de las abejas. 
La apitoxina es utilizada para el tratamiento de diversas dolencias como 
la artritis degenerativa a pacientes con pie diabético, mal de Parkinson, 
hipertensión arterial, neuralgias e inflamación prostática (Delgado-Sánchez 
2012). Por otro lado, también se ha registrado para el tratamiento de 
pacientes con lupus eritematoso sistémico (Wied 2008). Actualmente 
existen métodos para la obtención de veneno puro de abeja para la 
elaboración de soluciones inyectables de apitoxina de alta calidad para el 
tratamiento de estas enfermedades (Litwin 2008). 
El veneno de abeja es un líquido transparente de olor pronunciado y 
sabor acre, es producido por glándulas situadas en la parte posterior del 
abdomen de las obreras y de la reina. Químicamenteestá compuesto por 
agua, ácido fórmico, ácido clorhídrico, ácido fosfórico, melitina, histamina, 
40
apamina, metionina, cistina, sales minerales y enzimas (fosfolipasa e 
hyaluronidasas), su reacción es ácida (Philippe 2008). 
 
Recolecta de propóleo 
 
La recolección de propóleo se lleva a cabo por diversos métodos, desde los 
más simples como el raspado hasta la utilización de mallas o rejillas 
plásticas o métodos promotores de cortinas, tales como el brasileño o 
campechano. Estos métodos son considerados los más productivos por la 
cantidad de propóleos recolectados (Figura 3). 
 
 
 
Figura 3 . Recolecta de propóleos. A. Cortado de propóleo. B. Tiras de 
propóleo. Fotos: J.M. Martínez-Pérez de-Ayala. 
 
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44
 
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Manejo de la colmena 
 
 
Jesús F. Martínez -Puc, Luis R. Martínez -Pérez de Ayala , 
William Cetzal -Ix 
 
 
 
La colmena 
 
La colmena moderna consta de seis partes, fondo o piso, cámara de cría, 
bastidores, alza, entretapa y tapa. Este modelo nos permite incluir diversos 
aditamentos como trampa para recolecta de polen, alimentadores internos 
o externos, entre otros. El principal material usado en la Península de 
Yucatán para la elaboración de las colmenas lo constituye principalmente 
maderas duras tropicales, entre las que se destacanespecies de la familia 
Fabaceae, tal como Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb.) (pich), 
Piscidia piscipula (L.) Sarg. (jabín), Lysiloma latisiliquum (L.) Benth. 
(tzalam), y también de la familia Combretaceae, Bucida buceras L. (pucté), 
etc. 
 
Tipos de colmenas usadas en México 
 
La colmena tipo Jumbo es usada principalmente en el centro y norte de 
México. La característica principal es que la cámara de cría en colmenas 
jumbo es de 50.5 cm de largo, 42 cm de ancho y 29.5 cm de alto y las alzas 
de 14.5 cm de alto, casi la mitad que la cámara de cría. Por su parte, la 
colmena tipo Langstroth es usada principalmente en la región sur del país, 
son del mismo tamaño la cámara de cría y las alzas de 50.5 cm de largo, 
42 cm de ancho y 24 cm de alto (Figura 1). 
 
 
 
 
J.F. Martínez-Puc (), W. Cetzal-Ix 
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y 
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México. 
Email: froyitovarroo@hotmail.com 
 
L.R. Martínez-Pérez de Ayala, 
Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma 
de Campeche. 
45
 
 
Figura 1. Equipo para actividades melíferas. A. Colmenas tipo Jumbo. B. 
Colmenta tipo Langstroth. C. Bastidor tipo Langstroth y Jumbo, 
respectivamente. Fotos: A. B. L.R. Martínez-Pérez de-Ayala. C. J.F. 
Martínez-Puc. 
 
46
 
 
Figura 1 A. Colmenas tipo Jumbo con medidas (Tomado de SAGARPA 
2015). 
 
 
47
 
Figura 1 B. Colmenas tipo Langstroth con medidas (Tomado de SAGARPA 
2015). 
 
 
 
48
Equipo de protección 
 
Parte fundamental en el equipo de protección para el manejo de abejas son 
los velos, mismos que pueden ser sencillos que solo cubren la cabeza o 
tipo chamarra o de los que vienen integrados al overol. Por último, los 
guantes pueden ser combinados con piel o de materiales sintéticos, 
integrados con mangas de manta o lona (Figura 2). 
 
 
 
Figura 2. Equipo de proteción apícola. A. Velo. B. Guantes. Fotos: W. 
Cetzal-Ix. 
 
Equipo de manejo básico 
 
El equipo basico de manejo esta conformado por las cuñas o alzaprimas y 
el ahumador (Figura 3). 
 
Ubicación e instalación del apiario 
 
El área seleccionada para la ubicación de un apiario, representa un factor 
de suma importancia ya que esta localización deberá de contar con 
abundante flora nectaropolinifera que garantice un buen flujo de néctar y 
polen durante las floraciones. No se debe establecer una elevada cantidad 
de colonias en el apiario, ni varios apiarios en una misma zona que lleguen 
49
a saturarla, para las condiciones de la península de Yucatán, se 
recomienda mantener de 25 a 30 colonias por cada uno de los apiarios. 
 
 
 
Figura 3. Equipo basico de manejo. A. Alzaprima en forma de gancho. B. 
Alzaprima clásica. C. Ahumador de acero inoxidable. D. Ahumador con 
rejilla de protección. Fotos: W. Cetzal-Ix. 
 
Asimismo, se deberá tener en cuenta que una abeja vuela hasta 3 km a la 
redonda, si se establecen varios apiarios cercanos, el néctar de las flores 
disponibles disminuirá, por tal motivo lo ideal será instalar apiarios a una 
distancia de 3 km entre si. Se debe evitar establecer apiarios en lugares 
muy húmedos, o donde sean susceptibles de sufrir inundaciones o debajo 
de árboles que sean de fácil quebramiento corriendo así, el peligro de caer 
50
sobre las colonias del apiario. También se debe minimizar el riesgo de que 
entre ganado al apiario con el riesgo de tirar las colonias. 
Además, se debe considerar que el apiario se encuentre alejado de 
fuentes de contaminación de actividades agropecuarias o industriales y 
como mínimo a 200 mts de zonas urbanas o caminos (SAGARPA 1994). 
También deberá poseer agua potable cerca al apiario, si no fuera así habrá 
que proporcionársela en un recipiente limpio. Por su parte, la Ley Apícola 
del estado de Campeche señala en su artículo 20, que la distancia entre un 
apiario y otro, deberá ser de 2,000 mts, como mínimo, pudiendo existir 
excepciones dependiendo de la zona; en tanto su artículo 21, señala que 
los apiarios familiares y escolares, tendrán preferencia en su ubicación si 
están situados dentro de un radio no menor a 2,000 mts, a partir de los 
límites de la población. 
Las colonias de abejas podrán ser colocadas individualmente o en 
conjunto, considerando que se encuentren a 20 cm del suelo para evitar el 
exceso de humedad, debiendo presentar una ligera inclinación hacia la 
piquera para evitar se acumule agua durante las lluvias. Del mismo modo, 
evitar que las piqueras de las colmenas se encuentren bloqueadas por 
ramas, árboles o muros, evitando con ello el libre vuelo de las abejas 
(Figura 4, 5). 
 
 
 
 
Figura 4. Diversos tipos de bases para colmenas utilizados por los 
apicultores en la Península de Yucatán. A. Base individual sobre piletas de 
cemento. B. Base conjunta de vigas de metal. Fotos: J.F. Martínez-Puc. 
 
Limpieza 
Después de la revisión del apiario y cuando se detecte una colonia con cría 
enferma, debe flamearse el alza prima (la cuña) en el ahumador para evitar 
la diseminación de enfermedades a otros apiarios o colonias del mismo 
apiario. Al terminar las actividades diarias, el equipo y utensilios (cuña, 
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cepillo, cubetas, etc.) utilizados deberán lavarse y almacenarse en sitios 
donde no se ensucien o contaminen. 
Además, debe de realizarse la limpieza de la maleza del apiario. Sin 
embargo, no se debe aplicar herbicidas que puedan causar mortalidad de 
las colonias del apiario o contaminar los productos de la colmena. 
 
Figura 5. Piquera de una colmena obstruida por un muro. Redibujado de 
Ward (1981). 
 
Cómo encender el a humador 
 
Antes de encender el ahumador debemos de contar con una buena 
cantidad de combustible para el mismo, el cual debe de ser de origen 
natural (madera, cartón, bacal u olote según se le conozca “centro del 
elote”) y no derivado de hidrocarburos o de tapas de huevo por contener 
resinas tóxicas (Figura 6). 
 
52
 
 
Figura 6. Encendido del ahumador. A. Colocación de cartón encendido en 
el ahumador. B. Colocación de madera seca en el ahumador. Fotos: L.R. 
Martínez-Pérez de-Ayala. 
 
Para encenderlo debemos de cortar unos pedazos de cartón o papel, 
prendiéndolos y depositándolos en el interior del ahumador, aplicándole 
aire suavemente con el fuelle del mismo para avivar la flama, seguidamente 
se le agregará poco a poco el combustible a utilizar hasta llenar el 
ahumador y que el humo sea denso, teniendo esto cerramos el ahumador y 
procedemos a entrar los apiarios, teniendo el cuidado de aplicar unas 
bocanadas de humo a todas nuestras colmenas para evitar con ello se 
alteren. 
 
Inspección de la colonia 
 
Las colonias de abejas melíferas se deben revisar por las siguientes 
causas: 
 
• Saber si la colonia cuenta con reina. • Determinar la calidad de la reina y de ser necesario su cambio. • Identificar la presencia de enfermedades de las crías y de las 
abejas, así como la necesidad de aplicar algún tratamiento. • Saber si es necesario dar alimentación. • Falta de espacio en cámara de cría y falta de alzas • Reducir el peligro en enjambrazón • Saber si existe la posibilidad de cosechar 
 
 
 
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Método de i nspección de la colmena 
 
La revisión de las colmenas se debe efectuar rutinariamente cada 7 u 8 
días, con el fin de asegurarnos del buen desarrollo y funcionamiento de la 
misma. Cuando estemos en nuestro apiario debemos de tener el cuidado 
de no pararnos enfrente de la piquera (Figura 7), ya que obstruiremos la 
salida y llegada de las abejas forrajeras y alertaremos a las guardianas 
incentivando su ataque. La forma correcta de inspeccionar una colonia es 
la siguiente: 
 
1) Aplicar humo en la piquera (tres o cuatro bocanadas a lo largo de la 
misma). 
2) Levantar la tapa o entretapa y aplicar humo (de afuera hacia dentro, no 
meter el pico del ahumador a la colmena). 
3) Colocar la tapa hacia arriba en el suelo y posteriormente con la cuña 
separar el alza aplicando humo para calmar a las abejas.

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