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1 DOCTORADO EN CIENCIAS EMPRESARIALES Y SOCIALES EPISTEMOLOGÍA GUÍA PARA LA REDACCIÓN DEL TRABAJO MONOGRÁFICO PROFESOR: DR. LUCIANO CORSICO 1. Introducción La presentación de la monografía es uno de los requisitos para aprobar la asignatura de Epistemología. Se espera que este requisito contribuya a desarrollar la capacidad de exponer argumentos de manera clara y ordenada. Una monografía es un informe escrito referente a un único tema. En primer lugar, ello significa que no es una presentación panorámica de las ideas de un período o de una escuela filosófica, ni la exposición y comentario de un sistema filosófico completo. Una monografía trata sobre una cuestión particular: una idea, una tesis o un argumento. Para escribir una monografía es necesario evitar las generalidades. En segundo lugar debe advertirse que una monografía es un informe. No es una interpretación novedosa de textos filosóficos ni la demostración de una tesis original. Quien redacta una monografía no se propone presentar y demostrar sus propias ideas, sino algo mucho más modesto y elemental: exponer objetivamente ideas ajenas. Una buena monografía es un material que puede ser utilizado por futuros lectores como bibliografía introductoria al tema elegido. La presente guía se propone indicar algunos procedimientos básicos y lineamientos generales para confeccionar la monografía. Para ello se presentan a continuación algunas consideraciones referentes a la elección del tema, a la búsqueda, selección y organización de la información, a la redacción, a las referencias bibliográficas, a la extensión y al formato de la monografía. 2. El tema El tema de la monografía es elegido libremente por el estudiante. Es importante que el estudiante escriba su monografía sobre un tema que le interesa, no sólo para que disfrute del trabajo, sino también para que se ejercite en comunicar a sus lectores las razones de la relevancia del tema elegido. La monografía tendrá que versar sobre los argumentos presentados en textos indicados en la bibliografía del programa de la asignatura. 2 3. El esquema Una vez elegido el tema, es necesario realizar simultáneamente dos tareas. Por un lado, recabar información en las fuentes, por otro lado, preparar un esquema de la monografía. Recabar información de las fuentes no implica sólo leerlas, sino también anotar, mientras las leemos, todo lo que parece relevante para el tema elegido. Existen técnicas precisas para ordenar esas anotaciones en fichas. Puede resultar útil conocer estas técnicas, si nos facilitan el trabajo de investigación, organización y redacción de la monografía. De todos modos, seguramente, cada uno descubrirá el método que le resulte más apropiado para conservar y organizar la información relevante. Simultáneamente a este trabajo con las fuentes, es necesario ir preparando un esquema del trabajo monográfico. El esquema es un índice tentativo y provisorio en el que se ordenan coherentemente los subtemas de la monografía. Estos subtemas pueden presentarse mediante proposiciones sencillas (afirmaciones o negaciones). No es conveniente aferrarse al primer esquema elaborado, sino que es preferible considerarlo como el primer borrador de una serie de esquemas que se irán corrigiendo a medida que se avance en el trabajo con las fuentes. Esta serie de borradores corregidos tiende hacia un esquema coherente y determinado. La coherencia se logra atendiendo al orden lógico de los subtemas: los presupuestos y las premisas deben explicitarse antes que las conclusiones. Cuanto más coherente sea el esquema, más ordenada será la exposición del tema en la monografía. La determinación del esquema se logra agregando diversos niveles de subtemas. Cuantos más niveles de subtemas contenga el esquema, más fácil será luego la tarea de redacción. Una vez formulado un esquema coherente y determinado, se pueden incorporar las anotaciones, hechas al leer las fuentes, bajo los subtemas del esquema. El resultado será, entonces, no sólo un índice más o menos preciso, sino también un verdadero bosquejo de la monografía, en el que se indican brevemente los contenidos de cada uno de los subtítulos del índice. Es muy útil contar con un bosquejo antes de comenzar a redactar la monografía. El mismo indica todo lo que queremos decir y el orden en que queremos decirlo. 4. La redacción La elaboración del esquema y del bosquejo permitió ordenar los contenidos. Ahora se trata de comunicarlos al lector. El lector de la monografía no es sólo el profesor que la evalúa sino también todo posible interesado. Por eso, al escribirla, es conveniente tener en mente a un futuro lector que desconoce por completo el tema tratado y que pretende introducirse al tema mediante nuestro escrito monográfico. Este lector ideal medio nos obliga a ser claros, explícitos y ordenados en la redacción del trabajo. Una vez terminada la monografía, es deseable también testear la claridad y la coherencia de la redacción. Para ello es conveniente pedirle a algún amigo o familiar que lea nuestro trabajo y nos indique los pasajes incomprensibles. Muchas veces la familiaridad con un tema nos impide advertir muchos presupuestos implícitos en nuestro texto, obvios para nosotros, pero extraños para el lector corriente. La claridad en la expresión escrita es una meta que sólo se alcanza mediante la ejercitación constante. La aplicación de reglas estilísticas no es suficiente para lograrla. Sin embargo, hay algunos consejos que pueden ser útiles. En primer lugar la monografía debe tener una estructura formal compuesta de: autor, título, índice, introducción, desarrollo, conclusión, notas y bibliografía. El índice designa una estructura compuesta de las partes sucesivas de la monografía y los números de página en que comienza cada parte. En la introducción debe presentarse el tema al lector, indicando la 3 importancia de la cuestión, el propósito de la monografía y los pasos que se darán en el desarrollo para cumplir con ese propósito. El desarrollo se encuentra articulado de acuerdo al esquema elaborado. Los subtemas de nivel superior se presentan como ítems numerados, que pueden llevar subtítulos. La conclusión debe contener las afirmaciones más relevantes que se siguen del desarrollo. Estas afirmaciones no deben aparecer aisladas en la conclusión, sino que debe explicitarse su conexión lógica. En segundo lugar, el lector debe poder identificar, sin esfuerzo alguno, el sujeto, el verbo y los complementos de cada frase. Con ese fin, es conveniente usar oraciones breves, unidas por punto seguido. Las oraciones largas y compuestas por muchas subordinadas siempre pueden ser desmenuzadas en una sucesión de oraciones simples. De esta sencilla modificación sintáctica resulta, por lo general, un texto más claro y comprensible. En tercer lugar, es conveniente recordar, de vez en cuando, el tema central del trabajo e indicar explícitamente la conexión que mantiene con el subtema que estamos presentando en ese momento. Una buena oportunidad para hacerlo es el comienzo de cada uno de los apartados o ítems en los que hemos dividido el desarrollo del trabajo. Esto le evitará al lector la indeseable sensación de encontrarse ante una serie de fragmentos inconexos, en lugar de la monografía unitaria, prometida en la introducción. Por último, es recomendable no conformarse con la primera versión. El estilo de un texto académico siempre puede ser corregido y mejorado en múltiples detalles que se van advirtiendo mediante sucesivas lecturas. Conviene ser paciente y esperar que pasen algunos días entre la finalización de una versión y su corrección. Esa espera permite tomar cierta distancia del texto ya escrito y nos habilita para advertir los puntos débiles de la redacción anterior. 5. Citas, notas y bibliografía La monografía no es una sucesión arbitraria de citas inconexas. Hay que citar sólo cuando resulta conveniente. Por ejemplo, se cita un pasaje para luego analizarlo pormenorizadamente o porque el mismo sirve como prueba, etc. Las citas deben reproducirlos pasajes tal como se encuentran en el texto. Si éste contiene errores, se reproducen y a continuación se indica: (sic). Si se desea intercalar una aclaración, debe estar entre corchetes. Los puntos suspensivos entre corchetes, dentro de una cita, significan que se ha eliminado parte del texto en la cita. Si la cita tiene menos de cuatro renglones debe ir entre comillas en el cuerpo del texto (con caja normal). Si es mayor, debe ir en un párrafo a parte y con una caja menor. Las citas no deben ser muy extensas. Si exceden la media carilla, es conveniente seccionarlas y comentarlas por partes (o parafrasearlas en vez de citarlas, indicando en nota la referencia bibliográfica correspondiente, antecedida por: véase, vid., cf. o cfr.) La bibliografía y las citas deben elaborarse según las normas de la American Psychological Association (APA) que se encuentran en la siguiente página web: http://emasf.webcindario.com/Normas_APA.pdf Si un mismo texto se cita varias veces sucesivas, a partir de la segunda vez se indica sólo: op.cit., p. número de página dónde se encuentra el pasaje citado. Si las citas sucesivas corresponden a la misma página se indica loc. cit., p. número de página dónde se encuentra el pasaje citado (en vez de loc. cit. se puede escribir ibid.). Si un mismo texto se cita varias veces no sucesivas, a partir de la segunda vez todo lo indicado entre el título (del libro, capítulo o artículo) y el número de página (dónde se encuentra el pasaje citado) se sustituye por cit. 4 Cuando no se trata de una cita textual, sino de una paráfrasis, en la nota, antes del nombre del autor debe escribirse: véase, vid., cf. o cfr. Las notas deben estar numeradas de manera sucesiva y pueden estar ubicadas al pie de página o en un apartado especial, titulado Notas y localizado entre la conclusión y la bibliografía. Las notas no sirven sólo para indicar las referencias bibliográficas de los pasajes citados en el cuerpo del texto. Pueden contener también comentarios y aclaraciones marginales, que se ubican en notas para no cortar el hilo argumentativo de la exposición monográfica, o incluso citas de pasajes que no consideramos lo suficientemente relevantes para ubicarlos en el cuerpo del texto, por ejemplo citas de estudios críticos, comentarios y manuales. 6. Tipografía, extensión y presentación Las cursivas (o el subrayado) se utilizan para palabras o expresiones en otro idioma, para títulos de libros o nombres de revistas y para destacar un término o una expresión que consideramos particularmente relevante. Las negritas, para el título (y eventuales subtítulos) de la monografía, Las comillas dobles para encerrar las citas textuales y títulos de artículos y capítulos. La monografía puede tener entre 10 y 15 páginas (aprox.) A4, interlineado 1,5, letra n°. 12. El estudiante debe presentar su monografía, por lo menos, 15 días antes de presentarse al coloquio.
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