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LOS INCA

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LOS INCA
 simplemente Inca (del quechua: inqa o inka, ‘inca’) fue el soberano del Imperio incaico, cuyo dominio se extendió inicialmente al curacazgo del Cuzco y luego al Tahuantinsuyo, entidad política que existió en el occidente de América del Sur desde el siglo xiii hasta el siglo xvi. También era usado el término Cápac inca (del quechua clásico: Khapaq Inka, ‘el poderoso Inca’).
El primer sinchi cusqueño en utilizar el título de sapa Inca fue Inca Roca, fundador de la dinastía Hanan Cuzco. El último inca en gobernar de manera independiente fue Atahualpa. Tras la conquista española se siguió nombrando incas titulares durante un breve tiempo. Y posteriormente, el título fue empleado por los jefes de la resistencia contra los españoles, como Manco Inca o Túpac Amaru I, quienes son conocidos como Incas de Vilcabamba.
El centro del imperio, y residencia de los incas, se encontraba en Cuzco. Los miembros de la sociedad incaica consideraban que sus gobernantes eran descendientes y sucesores de Manco Cápac, el fundador mitológico y héroe cultural que (según el punto de vista incaico) introdujo la vida civilizada en los Andes, y en quien apoyaba su legitimidad el régimen político incaico.4​ De acuerdo con los cronistas de Indias y los testimonios de algunos conquistadores españoles como Francisco Pizarro, el poder del Inca era absoluto; por ello era poseedor no solo de las tierras del Tahuantinsuyo, sino de todo aquello que se encontraba dentro de sus límites, incluyendo las vidas de sus súbditos. Tras aproximadamente un siglo de existencia, el Tahuantinsuyo inició su desaparición con la llegada de los europeos.
 siglo xvii con los linajes incas mentados por las crónicas coloniales y su relación con las reinas reales del Cuzco, que esconden tras de sí una compleja representación de la organización social incaica.
Sociedad incaica[editar]
​En el Cuzco en 1589, el último sobreviviente de los conquistadores españoles del Perú, Mancio Serra de Leguisamo, escribió en el preámbulo de su testamento lo siguiente:
Encontramos estos reinos en tal buen orden, y decían que los incas los gobernaban en tal sabia manera que entre ellos no había un ladrón, ni un vicioso, ni tampoco un adúltero, ni tampoco se admitía entre ellos a una mala mujer, ni había personas inmorales. Los hombres tienen ocupaciones útiles y honestas. Las tierras, bosques, minas, pastos, casas y todas las clases de productos eran regularizadas y distribuidas de tal manera que cada uno conocía su propiedad sin que otra persona la tomara o la ocupara, ni había demandas respecto a ello... el motivo que me obliga a hacer estas declaraciones es la liberación de mi conciencia, ya que me encuentro a mí mismo culpable. Porque hemos destruido con nuestro malvado ejemplo, las personas que tenían tal gobierno que era disfrutado por sus nativos. Eran tan libres del encarcelamiento o de los crímenes o los excesos, hombres y mujeres por igual, que el indio que tenía 100,000 pesos de valor en oro la dejaba abierta meramente dejando un pequeño palo contra la puerta, como señal de que su amo estaba fuera. Con eso, de acuerdo a sus costumbres, ninguno podía entrar o llevarse algo que estuviera allí. Cuando vieron que pusimos cerraduras y llaves en nuestras puertas, supusieron que era por miedo a ellos, que tal vez no nos matarían, pero no porque creyeran que alguno pudiera robar la propiedad del otro. Así que cuando descubrieron que teníamos ladrones entre nosotros, y hombres que buscaban hacer que sus hijas cometieran pecados, nos despreciaron.5​
Elección del Inca
Las crónicas identifican al Inca como el gobernante supremo a semejanza de los reyes europeos en la Edad Media. Sin embargo, el acceso a este cargo no tenía que ver con la herencia al hijo mayor, sino con la elección de los dioses mediante unas pruebas muy rigurosas, a las que se sometían las aptitudes físicas y morales del pretendiente. Tales pruebas se acompañaban de un complejo ritual a través del cual el dios Inti nominaba a quien debía asumir el cargo inca. El dios Inti, si estaba de acuerdo, le daba el poder de la lluvia al futuro Inca. Con el tiempo, los Incas nombraban como cogobernante a su hijo predilecto con la intención de asegurar su sucesión,​ por ejemplo, Huiracocha Inca asociando al trono a Inca Urco.​
Funciones
El Inca acumulaba en su persona la dirección política, social, militar y económica del Estado.Ellos ordenaban y dirigían la construcción de las grandes obras de ingeniería, como Sacsayhuamán, fortaleza que tomó 50 años en terminarse; o cuál era el plan urbanístico de las ciudades. ​ Pero su obra más importante fue la red de caminos que surcaba todo el imperio y permitía un rápido viaje para administradores, mensajeros y ejércitos provistos de puentes colgantes y tambos. ​ Debían siempre estar abastecidos y bien cuidados. Fundaban colonias militares para expandir su cultura y control y asegurar el mantenimiento de dicha red. En Cuzco eran también curacas, a cargo de los caminos y limpieza de canales de regadío​
A nivel religioso, promovieron el culto a Inti, considerado el padre de Inca,​ u organizaban el calendario, señalando los días de fiestas y sacrificios.​ A nivel político, enviaban inspectores para fiscalizar la lealtad y eficiencia de los funcionarios. Los monarcas promovieron un gobierno unificado y descentralizado donde el Cuzco actuaba como eje articulador de las distintas regiones suyos.​ Nombraban gobernadores de suma confianza ​ En el plano económico, decidían cuánto debía tributar cada provincia según sus recursos.​ Sabían ganarse a los curacas para asegurar el control de las comunidades. Estos eran los intermediarios mediante los que recolectaban tributos.​
El Sapa Inca debía ser un guerrero. Por tradición cada vez que uno moría, su sucesor era desheredado porque las tierras, casas y siervos de su padre pasaban a sus demás hijos. El nuevo soberano debía conseguir tierras y botín para legar a sus propios descendientes, produciéndose un proceso perpetuo de expansión territorial. Cada vez que sometían un pueblo exigían al líder vencido entregar parte de sus tierras para seguir al mando.

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